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miércoles, 11 de febrero de 2015

Lo que nadie contará hoy sobre Auschwitz

Se cumplen setenta años de la liberación del campo de la muerte de Auschwitz, con toda probabilidad el nombre que evoca lo más cerca que el ser humano ha llegado a estar del mal absoluto en toda su historia. Y ya es decir. Auschwitz, y los otros más de 50 "campos de la muerte" diseminados por toda la Europa ocupada, evocados al unísono con esa sola mención; y ello sin contar los casi 1000 campos de concentración del Tercer Reich, los más de 1150 guetos y todo lo demás.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hablar de Auschwitz continúa siendo hoy demasiado difícil, demasiado insuficiente, demasiado sobrecogedor. No hay texto ni palabras suficientes para abarcar lo que fue Auschwitz, y mucho menos en un breve artículo, es verdad.

Pero, con todo, me resulta demasiado inaceptable que incluso en el día que se recuerda el 70 aniversario de Auschwitz y de todo lo que allí sucedió se permita olvidar que Auschwitz fue el mayor campo de trabajo forzado de la Alemania nazi.

Y que Auschwitz fue también "IG Auschwitz". Filial de IG Farben, el gran Cartel empresarial del momento, formado por las empresas Bayer, HOECHST y BASF.

Y no digo el gran Cartel empresarial "alemán", porque eso no sería verdad, no al menos hasta prácticamente diciembre de 1941 y el ataque a Pearl Harbor.

Y no sería verdad porque, según el propio informe oficial de la Sección de Investigación Financiera del Gobierno Militar de Ocupación, a las alturas de 1940 del total de las 324.766 acciones que componían el Cartel IG Farben únicamente 35.616 de éstas estaban en manos de personas con residencia en Alemania, mientras que casi el triple de esa cantidad, 86.671 acciones, estaban en manos de inversores de nacionalidad estadounidense, y casi cinco veces más, 166.100 acciones, estaban en manos de ciudadanos suizos.

Es decir, más de un 80% del capital social de IG Farben estaba financiado desde Wall Street y Suiza frente al poco más de un 10% propiamente alemán.

Y esa sería, precisamente, una de las razones determinantes para excluir el procesamiento de los responsables empresariales de IG Farben (hasta 24 altos directivos de la compañía) de los Juicios principales de Núremberg: la dificultad para conseguir dejar fuera de la investigación penal a otros ciudadanos de Estados Unidos, Reino Unido y otros países.

Porque los líderes nazis fueron unos monstruos y unos dementes, por supuesto que sí, pero algún día deberá terminarse de hablar también de la auténtica conspiración de Farben, Krupp y otras grandes empresas mundiales, supuestamente "alemanas" que en nombre de un "beneficio" autoreferencial y fuera de toda sensatez y humanidad, les ensalzaron y financiaron sin límite con más de tres millones de marcos de la época "para que las elecciones de 1933 fuesen las últimas elecciones de la República de Weimar" (von Schnitzler dixit) y poder hacer después "negocios" a satisfacción con el régimen nacionalsocialista aprovechando la "oportunidad de mercado" de la invasión de casi toda Europa así como "instalaciones de trabajo" como Auschwitz...

Porque tal y como señalaría el fiscal Taylor en su "indictment" durante los Juicios posteriores a Núremberg: "IG marchó con la Wehrmacht, concibió, inició y preparó un detallado plan para hacerse al amparo de esta con la industria química de Austria, Checoslovaquia, Polonia, Noruega, Francia, Rusia y otros 18 países".

Y por eso tampoco debería sorprender que tras la derrota del nazismo una de las Leyes del Consejo de Control aliado fuese precisamente la número 9, de 20 de septiembre de 1945, específicamente destinada a disolver el Cartel IG Farben y fundamentada, según las palabras de su propio preámbulo, en la necesidad de “impedir que IG Farben pudiese representar ninguna amenaza futura a sus vecinos o a la paz mundial a través de Alemania".

Y no es que nos cupiese esperar en un día como hoy ningún tipo de comunicado o petición pública de perdón de Bayer, HOECHST o BASF por "IG Auschwitz", empresas éstas que, a diferencia de su matriz Farben, sí continúan hoy existiendo.

Pero sí que considero que "IG Auschwitz" representa un motivo muy real de preocupación acerca de la necesidad de revisar los "límites y controles" del poder corporativo en el mundo actual, y sobre la actual insuficiencia de los instrumentos de Derecho penal internacional ante todo ello. Y que, un día como hoy, resulta demasiado inaceptable, y arriesgado para un futuro que nadie desea ver repetido, que ni siquiera se mencione la fundamental responsabilidad desempeñada por estos otros actores empresariales en el inmenso crimen de Auschwitz.
Miguel Ángel Rodríguez Arias. Abogado. Experto en Derecho penal internacional.

lunes, 9 de febrero de 2015

Auschwitz y la “Ostpolitik” de Bruselas. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea

Extraño 70 aniversario el del martes en Auschwitz. Sin Obama ni Putin. Obama prefirió rendir honores al nuevo rey de los decapitadores saudíes, financieros de la yihad global. Putin fue dejado fuera por el conflicto de Ucrania mediante una intriga polaca que retrata la nuevaOstpolitik de la Unión Europea.

Oficialmente no se invitó a nadie, se dice en Varsovia. Pero el Presidente ucraniano, Petro Poroshenko, sí fue invitado, expresa y solemnemente, cuando la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, visitó Kíev el 19 de enero.

Putín se picó porque no se quiso dar un lugar preponderante al Kremlin en el aniversario, explica Łukasz Adamski en Gazeta Wyborcza, antes de concluir que “la Ucrania democrática que lucha contra la agresión rusa representa mucho mejor los ideales de la coalición antihitleriana que Rusia, que usa la guerra en calidad de instrumento para resolver las diferencias políticas”. “Por eso”, decía, “es bueno que Poroshenko venga a la conmemoración”. “El objetivo era ponérselo difícil precisamente a Putin”, escribe Mijail Fishman en la páginaForbes.ua, reproducida por la prensa de Kíev. Y como acompañamiento toda una serie de jugosas declaraciones.

“Hay una guerra en marcha en el Este de Ucrania y en esta situación sería difícil imaginar invitar al presidente de Rusia”, declaró el ministro de justicia polaco, Cezary Grabarcyk al periódicoRzeczpospolita. Su compañero de exteriores, Grzegorz Schetnya, tuvo la desvergüenza de añadir que Auschwitz no fue liberado por el ejército soviético, sino, “por fuerzas del primer frente ucraniano”.

“Frente” era el término utilizado entonces en la URSS para designar los grandes vectores de la contraofensiva soviética. No tenía la menor relación con la composición étnica de los ejércitos -completamente irrelevante en la URSS de entonces. El “Primer Frente Ucraniano” se había llamado antes “Frente de Briansk” y antes “Frente de Voronezh”.

“Los ucranianos eran mayoría entre quienes liberaron Auschwitz”, insistió Valery Chaliy desde la administración presidencial ucraniana. Por el mismo principio, podrían haber mencionado que también eran ucranianos los 2000 o 3000 matarifes voluntarios de los campos de exterminio, muchos de ellos vinculados al nacionalismo “banderovski”, hoy plenamente rehabilitado, y representado, en el gobierno de Kíev.

Esa rehabilitación quedó expuesta en la mención a la contribución ucraniana en el esfuerzo antinazi que la presidencia ucraniana realizó el mismo día del aniversario, mezclando en una misma categoría a “los participantes ucranianos integrados en el ejército soviético, en el movimiento de liberación ucraniano y en las unidades partisanas soviéticas”. Esa mezcla obvia el hecho histórico de que los segundos combatieron junto con los nazis y fueron inicialmente encuadrados por ellos, que después de eso y tras practicar la masacre sistemática de judíos y polacos, algunos de ellos también volvieron sus armas contra los nazis, y que, en cualquier caso, siempre combatieron al ejército soviético, a las unidades partisanas e incluso a la Armia Krajowa, la resistencia nacional en la órbita del gobierno polaco de preguerra exiliado en Londres.

El Presidente ucraniano se permitió realizar en Auschwitz un paralelo entre su actual conflicto con Rusia y, “los acontecimientos en la Europa de los años treinta”. “No hay duda”, dijo, “de que las ambiciones y el apetito del agresor van mucho más allá de Ucrania”. “Para prevenir la repetición de tragedias similares al holocausto y la Segunda Guerra Mundial, debemos oponernos a la nueva locura imperial y a las nuevas pretensiones de dominio en Europa”, concluyó.

Detrás de todo esto se adivina una clase política mediocre y revisionista con respecto a las realidades de la coalición antihitleriana. Politizar de esta manera el aniversario de la liberación de Auschwitz es algo que roza el sacrilegio político en la actual Europa.

Hay que recordar que la Unión Europea está hoy desarbolada como consecuencia del doble efecto de la política económica alemana y de las ambiciones atlantistas por arrinconar a Rusia con el entusiasta aplauso de los gobiernos de antiguas repúblicas víctimas de Stalin. La política alemana de austeridad a favor de los bancos y la política exterior atlantista son los dos grandes carriles por los que avanza el vector disolvente de la Unión Europea. Sur y Este están conectados: la UE ya está repitiendo en Ucrania las mismas fallidas recetas económicas que han fracasado en el Sur de Europa, advierte la nada sospechosa Friedrich Ebert Stiftung. En un contexto de guerra las consecuencias de esa miopía pueden ser, literalmente, explosivas.

Existe una historia rusa y para hacer política europea no se puede uno regir únicamente por la historia de polacos o bálticos. El legítimo dolor polaco por el sufrimiento a manos rusas, simbolizado por la masacre estalinista de presos polacos en Katyn, margina otras memorias y realidades, como la de las de las masacres de presos rusos en Polonia durante la guerra entre polacos y bolcheviques de 1919-1921 -entre 18.000 y 60.000, según las fuentes- los acuerdos de preguerra entre nazis y polacos para quedarse con trozos de Checoslovaquia (las vergüenzas no se acaban en el pacto Molotov-Ribbentrop), además del hecho histórico de que Polonia no fue solo la eterna víctima de Rusia que tan bien se vende hoy en la Europa atlantista para alentar impulsos de guerra fría, sino también una nación agresora con claras ambiciones territoriales, hacia Ucrania y Rusia.

Aunque la actual guerra de Ucrania es, fundamentalmente, un resultado directo de veinte años de geopolítica atlantista en Europa encaminada a excluir a Rusia del esquema de seguridad continental integrado que se dibujó al concluir la guerra fría, Bruselas insiste en la leyenda de un expansionismo ruso, ignorando que ha colocado a la OTAN cercando todo el entorno ruso y que el Kremlin defiende su última trinchera. De lo que ahora se trata es de continuar con esa Ostpolitik agresiva y disolvente, arrebatándole a Rusia cualquier papel de prestigio en la historia europea. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea

El Presidente polaco, Bronislaw Komorowski, planea para el 8 de mayo en Gdansk un nuevo tipo de conmemoración de la Segunda Guerra Mundial: un acto, sin rusos, reservado a miembros de la Unión Europea. La presidencia semestral letona de la UE se ocupará de ello.

En una entrevista con el canal alemán ARD el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, un hombre de Washington como varios de sus ministros -algunos incluso con pasaporte americano- ha condenado ante la televisión alemana “la invasión soviética de Ucrania y Alemania” durante la Segunda Guerra Mundial.

Setenta años después de Auschwitz, ¿pueden realmente estos personajes dar el tono a la Ostpolitik de Bruselas?
Rafael Poch.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/?p=65

martes, 27 de enero de 2015

Orban y la actuación de Hungría en el Holocausto, en el 70 aniversario de Auschwitz.

El Primer ministro hungaro Viktor Orban, ha superado este lunes las dificultades de su Gobierno para reconocer el papel que desempeñó Hungría durante el Holocausto, y ha afirmado que muchos ciudadanos del país centroeuropeo actuaron "de forma vergonzosa" durante la Segunda Guerra Mundial.

Alrededor de 430.000 de los 1,3 millones de personas que murieron en Auschwitz eran judíos húngaros, según la página web del 70 aniversario de la liberación del campo de concentración, cuyos actos conmemorativos se celebrarán mañana martes. Hungría estará oficialmente representada en Auschwitz, ha indicado Orban.

"Es una tragedia para la nación de Hungría y una irremediable pérdida para la comunidad judía húngara", ha continuado el primer ministro.

"[Durante la Segunda Guerra Mundial], fuimos indiferentes cuando debimos haber ayudado, y hubo muchos, muchísimos húngaros que eligieron el mal en lugar del bien, que optaron por actos que avergüenzan en lugar de actuaciones honestas", ha añadido el primer ministro.

Esta contundente declaración fue la que sus críticos le reclamaron en vano el año pasado, cuando el Gobierno de Orban erigió un monumento a la Segunda Guerra Mundial que asociaciones judías dijeron que pretendía lavar la imagen de Hungría durante el Holocausto.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/26/actualidad/1422296285_675127.html?rel=ult 

Nota:
Esta es una de tantas noticias que no se entienden. Crea más dudas que informa y desde luego no aclara nada para un lector corriente que desconozca la historia de Hungría durante la II G. M.

Se me ocurren varias preguntas:
¿Qué quiere decir exactamente "que muchos ciudadanos del país centroeuropeo actuaron "de forma vergonzosa" durante la Segunda Guerra Mundial"?
Parece más una frase tapadera, que no se compromete con nada, más bien oculta hechos, que un reconocimiento explícito de la verdad histórica.

Y ¿eran ciudadanos de a pie los únicos responsables o era el gobierno de ese tiempo?
Esto debe ser también aclarado pues apelar a la responsabilidad de "muchos ciudadanos" y no decir nada del gobierno de entonces es seguir la misma línea de ocultación y tergiversación de la verdad. 

¿Es esta declaración (¿de verdad contundente?) "la que sus críticos le reclamaron en vano"?

Y por último aunque no lo último,...
¿Qué es "un monumento a la II G. M."?
Debe faltar explicación. No se entiende que un gobierno democrático levante un monumento a una Guerra y menos a la II G. M. con más de 60 millones de muertos,

¿Qué clase de monumento es ese? Si no se explica no entendemos nada. Al menos que ese sea el objetivo de la noticia, que no entendamos nada.