Mostrando entradas con la etiqueta Carlos Marx. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carlos Marx. Mostrar todas las entradas

miércoles, 15 de agosto de 2018

Ha fallecido el Economista y politólogo egipcio, Samir Amin: “El proyecto de la UE es, desde sus inicios, un proyecto americano”

“El capitalismo de hoy está más cerca de un sistema totalitario que cualquier modelo capitalista que hayamos conocido”.

En el bicentenario del nacimiento de Karl Marx, la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) está desarrollando un amplio programa de actividades. Entre éstas, destaca la celebración el pasado 25 de abril, en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense, de un seminario que contó con la presencia de uno de los grandes del marxismo y de las ciencias sociales, Samir Amin. Nacido en Egipto en 1931, su trayectoria intelectual y militante ha alumbrado el marxismo contemporáneo desde la crítica al eurocentrismo y el occidentalismo, explicando los mecanismos que han propiciado el empobrecimiento de las economías periféricas y aportando soluciones para superar la polarización que el capitalismo global y el imperialismo han provocado y provocan.

La teoría de la desconexión y su estudio del subdesarrollo están ya para siempre insertos entre las grandes aportaciones al marxismo. Comunista y fumador de tabacos cubanos desde hace 70 años, egipcio y francés, residente en Dakar, irónico y sagaz, hace gala de su gran sentido del humor en el breve encuentro que tuvimos la oportunidad de tener con él, recién aterrizado en Madrid y momentos antes de impartir su conferencia en un salón atestado de estudiantes.

Para Mundo Obrero es un inmenso honor tener la oportunidad de entrevistarlo y agradecemos a Eddy Sánchez, director de la FIM, haber facilitado que este encuentro se produjese.

“Si la izquierda radical, y en particular los comunistas, no elaboramos una estrategia para romper y reconstruir Europa sobre otras bases, será la ultraderecha quien lo haga”

MUNDO OBRERO: El concepto “desconexión” es una de tus grandes aportaciones teóricas, ¿cómo se puede aplicar a la realidad del capitalismo neoliberal del siglo XXI, tan distinta del momento en que lo formulaste?
SAMIR AMIN: En primer lugar quisiera agradecer a Mundo Obrero su interés por entrevistarme, estoy muy contento de conceder una entrevista al periódico del Partido Comunista de España. Soy comunista desde hace mucho tiempo, exactamente 70 años; he pertenecido al Partido Comunista de distintos lugares y sigo siendo comunista. Antes de responder a tu pregunta conviene analizar someramente cuáles son las características del capitalismo imperialista de hoy. El capitalismo imperialista ha cambiando con el tiempo, permanece el capitalismo y permanece el imperialismo, pero han cambiado, y por lo tanto las condiciones para luchar contra ellos no son exactamente las mismas de un periodo a otro. Comenzaría diciendo que el sistema capitalista ha creado y se ha basado en la polarización, desde sus principios, y esto debería de ser conocido por el pueblo español mejor que ningún otro.

Demos una fecha, 1492, cuando, de manera simultánea se da la llamada Reconquista y el principio de la Conquista de América, que no debería ser llamada descubrimiento, ya que ya había gente allá, que fue conquistada.

Se ha construido desde entonces un sistema que se caracteriza por la dominación de los centros imperialistas sobre las periferias, que eran conquistadas y amoldadas a los intereses de la acumulación capitalista en los centros imperialistas. Y esa ha sido y continúa siendo la cuestión, independientemente del hecho de que los pueblos de la periferia hayan podido, a partir de cierto momento, reconquistar la independencia política, sin haber podido cambiar drásticamente el sistema social ni su relación con el sistema global.

El sistema se ha movido a una nueva fase del capital monopolista. Digo una nueva fase porque el capital monopolista no es algo nuevo, empezó al final del siglo XIX, fue analizado por Lenin y fue caracterizado como la etapa final del capitalismo al comienzo de la I Guerra Mundial.

El capital monopolista entró en una nueva fase, que yo fijo en los años 70 del pasado siglo, y a la que le debemos dar un nombre. Algunos lo llaman imperialismo tardío, pero no me gusta la palabra tardía. Yo prefiero caracterizarlo como generalización del capital monopolista, generalización porque ha alcanzado tal grado de control de la acumulación de capital, y digo control, no sólo propiedad, que es centralizado en un puñado de compañías que ha sometido y subordinado todo tipo de actividad económica. La plusvalía que es producida en cualquier actividad económica revierte en el capital monopolista. Esto es algo nuevo. Y esto opera a todos los niveles, desde el nivel nacional al nivel global internacional.

Frente a esta situación hay dos teorías de la transición relacionadas, en cierta medida, con el marxismo, o con lo que planteaba Marx, teniendo en cuenta que Marx vivió hace mucho tiempo y no conoció lo que ahora sucede.

Una es que el Socialismo no puede llegar antes de que el capitalismo logre su total expansión global, lo que llevo a que en distintas partes del mundo el tipo de desarrollo tratase de imitar al desarrollo del centro capitalista. Esta manera de pensar estuvo representada por la tradición de la II Internacional, la socialdemocracia y ahora por el social-liberalismo. Creo que es una idea equivocada, y a los hechos me remito, lo que sí se ha probado es que de una fase a otra la polarización se ha profundizado, de formas diferentes, pero se ha profundizado y continúa haciéndolo. Y así no hay manera de recuperar terreno dentro del sistema capitalista global, respetando las reglas capitalistas básicas: beneficio, mercado, competitividad, etc. Tienes que empezar a moverte fuera de esas premisas, al menos tienes que empezar a pensar cómo hacerlo.

Este es el punto en el que aparece un segundo planteamiento: el concepto de desconexión. La desconexión no es salirse del sistema y cortar todas las relaciones comerciales y políticas, irse a la Luna, es un principio estratégico que consiste en que un país débil, un país de la periferia, en vez de ajustarse a las necesidades de la acumulación en el centro, intenta, insisto, intenta, que sea el centro el que se adapte a tus propias necesidades internas, subordinar las leyes del capitalismo a las necesidades nacionales y populares de cada país, y poder cambiar gradualmente la correlación de fuerzas.

Al fin y al cabo esto no es algo nuevo, es algo que los soviéticos trataron de hacer tras la Revolución de Octubre, tras la guerra de intervención extranjera, tras la llamada guerra fría, que no comenzó tras la II Guerra Mundial, sino exactamente en 1920 y continuó con guerras calientes hasta el final de la Unión Soviética.

Ellos intentaron persuadir al imperialismo para que aceptara su existencia, lo que se vino en llamar coexistencia, que es una palabra bonita, que significa eso, que se acepte tu propia existencia. A partir de ahí, existe un mínimo margen para poder cambiar el orden social y económico interno. Y lo mismo sucede hoy con China y ha sucedido no sólo con Cuba, Vietnam y otros países que se reclaman socialistas o pertenecientes a la tradición marxista, sino con un buen número de países en Asia, África y más tarde en América Latina, que han intentado moverse hacia un cierto grado de desconexión o en una visión nacional-popular, que no es socialismo, pero es un paso necesario hacia el socialismo, porque deben crear las condiciones para la movilización del pueblo, para el logro de un cambio social en sentido progresista, que a su vez crea las condiciones para seguir avanzando.

En vez de hablar de revolución, yo hablo de avances revolucionarios que creen las condiciones para avances revolucionarios futuros. Y esto supone una batalla continua de movilización.

“Desarrollar una estrategia de carácter nacional-popular es un paso previo y necesario para poder avanzar hacia el socialismo”

M.O.: ¿Crees que ese planteamiento es aplicable en la Unión Europea? España es un país dependiente, deudor y periférico en la UE. En el XX Congreso del PCE hemos acordado un planteamiento que asume que la UE no es reformable y que hay que romper con la UE y con el Euro.
S.A.: Estoy completamente de acuerdo con vuestra visión y con vuestra apreciación de lo que supone la Unión Europea, y te diré por qué.

Tras la II Guerra Mundial, Europa fue dividida, no en Yalta, sino en Postdam, que fue cuando Estados Unidos dijo que tenía la bomba nuclear, mucho antes de que la Unión Soviética la tuviese.

Allí la Unión Soviética consiguió lo mínimo que había demandado, que un número determinado de países de Europa del Este estuviese en una situación que impidiera que fuesen utilizados por el imperialismo occidental para impulsar una nueva guerra antisoviética.

Europa Occidental en ese momento está ya bajo el control de Estados Unidos y no podemos olvidar la creación de la OTAN en 1949, antes de la propia creación de la Comunidad Económica Europea en 1956.

En ese momento los Estados Unidos son ya los líderes del nuevo campo imperialista y consideraban a España y Portugal como amigos y aliados, a pesar de ser dictaduras fascistas. Alcanzan un acuerdo con Franco para instalar bases militares en España y no olvidemos tampoco que Salazar fue uno de los fundadores de la OTAN. No parece que la OTAN fuese la vanguardia de la democracia, cuando se dice que asoció a países democráticos y te encuentras a Salazar, a los coroneles griegos o a los generales turcos.

El proyecto europeo es un proyecto americano desde el primer momento. Cuando en 1956 el Tratado de Roma crea una unión limitada a un mercado común, los partidos comunistas en aquel momento particularmente el francés y el italiano, lo criticaron de forma correcta como un instrumento del capital subordinado a los Estados Unidos, pero no tuvieron nada mejor que proponer, ya que el modelo de Europa del Este no resultaba atractivo.

Giscard dÉstaing, ponente de la llamada Constitución Europea, dijo algo realmente interesante, que la Comunidad Europea había hecho ilegal el socialismo, porque había sido construida bajo el principio sacrosanto del derecho a la propiedad privada, de tal manera que cualquier propuesta política de nacionalización es considerada ilegal, así como en los Estados Unidos el derecho a la propiedad privada es considerado como el más importante derecho humano, la propiedad privada es más importante que la salud, la educación o el alimento.

Este fundamento constitucional de Europa se ha fortalecido año tras año, con los tratados de Maastricht y de Lisboa y con la creación del Euro. Todo ello ha constituido una vía que hace irreformable este sistema y aquellos bienintencionados que piensan que otra Europa es posible reformando los tratados están equivocados, es imposible. Y este es el desafío real que todos los países europeos tienen que afrontar.

Algunos países pueden pensar que tiene sus ventajas pertenecer a la UE, pero quien de verdad ha obtenido ventajas es Alemania. Podemos decir en un sentido amplio que Europa es una Europa alemana, en particular con respecto a lo que yo denomino las semicolonias de Europa del Este.

M.O.: De hecho las ampliaciones de la UE a Europa del Este han sido el portal de entrada a la OTAN de estos países.
S.A.: Efectivamente, pero eso tampoco es nuevo. Recordemos que cuando Franco murió y la llamada democracia fue introducida en España y fue posteriormente admitida en Europa, una de las condiciones fue que, de manera simultánea, España debía entrar en la OTAN, tenía que aceptar la subordinación a los Estados Unidos para ser miembro de la Unión Europea.

M.O.: Entonces, ¿la idea de unos Estados Unidos de Europa, de una entidad supranacional que compitiese con los EEUU?
S.A.: Demagogia y falsedad. Está bastante claro. Lo importante es que este modelo de Europa es por sí mismo, no solamente inaceptable, sino que supone la subordinación de las gentes trabajadoras a la dictadura del capital, en los servicios públicos, en la salud y la educación, la privatización y la mercantilización de absolutamente todo. Un sistema que ha sido construido para hacer imposible su reforma y que ha provocado un incremento brutal de la desigualdad en los últimos 50 años, dentro de cada país y a nivel global, creando un mercado para la inversión de capital.

M.O. Fijado el problema, ¿cuáles son las salidas? ¿Qué hacer?
S.A.: La primera contradicción que Marx analizó es que el capitalismo tiende a movilizar el conjunto de las capacidades colectivas en función de las demandas del mercado. Esto es lo que provoca no una crisis capitalista, sino una crisis del capitalismo, que es algo distinto, lo que significa que no puedes superar las crisis del capitalismo si no sales del capitalismo en crisis, gradualmente por supuesto.

Nada sucede en veinticuatro horas, en ningún sitio, en ningún momento histórico, incluso la Revolución de Octubre no se resolvió en un día, sino que abrió un periodo histórico.

Si nosotros, la izquierda radical, y en particular los comunistas, no pensamos y elaboramos una estrategia para romper y reconstruir Europa sobre otras bases será la ultraderecha quien lo haga, y lo hará a su manera, sometiendo aún más el trabajo a la dictadura del capital nacional.

“La cuestión catalana está dificultando la construcción de alianzas, el reto real no es que Cataluña sea un país independiente, el desafío es cambiar las políticas económicas y sociales de España”

M.O.: Nada nuevo, tampoco.
S.A.: Nada nuevo, pero se repite de una manera distinta, más sutil, es decir, el nuevo fascismo no va a ser una réplica del fascismo de entreguerras, se implanta obligando al pueblo, a la gente trabajadora, a aceptar vivir cada vez peor. El capitalismo de hoy está más cerca de un sistema totalitario que cualquier modelo capitalista que hayamos conocido, tiene una ideología, una solución, TINA [Acrónimo de There Is No Alternative, no hay alternativa] y la gente está siendo “formateada” para ello, la revuelta de la confusión.

Volvamos de nuevo a Marx, que señaló que nosotros, los comunistas, somos aquellos que entendemos las razones para rechazar el sistema y debemos ayudar a los trabajadores y al pueblo a entender y a ser más conscientes y, con ellos, dar una alternativa.

M.O.: Y entiendes que esta alternativa debe de ser de carácter nacional-popular y esto es un punto fundamental para orientar las alianzas pero, ¿hay un capital nacional que confronta con un capital más global, internacionalizado?
S.A.: No. No creo que haya dos grupos de capital, uno nacional y otro global. Creo que el capital dominante es global. En España, por ejemplo los bancos españoles, Banco de Santander y otros, son un ejemplo. Su interés radica en dominar los mercados locales, relativamente más pequeños. Y claro que eso tiene implicaciones a la hora de establecer alianzas de clase, alianzas sociales en un sentido progresivo.

Salir de esta Europa y comenzar a construir otro modelo que no puede estar limitado a las clases trabajadoras, que puede incluir a un buen número de sectores en los servicios, en el llamado auto-empleo y creo que el programa no debe de ser un programa nacionalista agresivo contra el vecino. Si tú comienzas, y nosotros también, podemos establecer acuerdos y compromisos, no solamente a nivel económico, sino también político. Para comenzar a construir otra Europa no me parece descabellado comenzar a pensar en tres países: Grecia, Portugal y España.

M.O.: ¿Italia y Francia?
S.A.: No, creo que Italia no, podría ser, quizá, pero pienso sobre todo en esos tres países. Grecia, el problema de SYRIZA ha sido pensar que Europa es reformable y esto le ha llevado a hacer concesiones y finalmente abdicar. Algo similar podría pasar en España, pero un diálogo entre Podemos, el Partido Comunista, Izquierda Unida, los sindicatos etc. no sé muy bien a dónde se puede llegar, lo que sí sé es que es necesaria una estrategia alternativa.

Por desgracia la cuestión catalana creo que está dificultando la construcción de alianzas, el reto real no es que Cataluña sea un país independiente, el desafío es cambiar las políticas económicas y sociales de España, de todo el país incluyendo Cataluña.

En Portugal, el Partido Comunista está apoyando puntualmente las acciones del gobierno que rompen con las políticas de la Unión Europea y en Francia el movimiento social de carácter económico también podría propiciar la aparición de condiciones similares, ojalá. En todo caso, creo que tenemos que empezar, aunque sea en un país pequeño, porque cuando alguien comienza, puede empezar a convencer a otros.

Y no se puede esperar a que la opinión pública cambie en Europa, porque eso no va a ocurrir.

Publicado en el Nº 317 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2018

http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=7989

lunes, 13 de agosto de 2018

A 200 años del nacimiento de Marx -1818- y su importancia en la economía mundial actual




Homenaje a Theotonio Dos Santos, Profesor y entrañable amigo.

Introducción

Se afirma que la obra de Marx de mediados del Siglo XIX se encuentra obsoleta. Sin embargo, se afirma que el libro “Investigación sobre La Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones”, de Adam Smith que fue publicado en 1776, es decir, 91 años antes que la primera publicación -1867-, del Primer Tomo del “El Capital” de Marx, es el “Padre de la Economía Moderna”

Milton Friedman, el principal teórico del neoliberalismo, en su libro “La libertad de elegir”, -1980-, afirma que: “La ‘Riqueza de las Naciones’, la obra maestra convirtió al escocés Adam Smith en el padre de la economía moderna”. Agrega que: “El mérito de Adam Smith consistió en reconocer […] que un mercado libre podía coordinar la actividad de millones de personas, buscando cada una de ellas su propio interés de tal manera que todos se beneficiasen.”… “Fue una brillante idea en aquel tiempo y lo sigue siendo ahora”.

La globalización de la economía mundial actual, y el neoliberalismo que promueven los Tratados de Libre Comercio, se basan en las ventajas comparativas de David Ricardo desarrolladas por él en su libro “Principios de Economía y Tributación”, de 1817. David Ricardo afirma que, “En un sistema de comercio absolutamente libre , cada país invertirá naturalmente su capital y su trabajo en empleos tales que, sean los más beneficiosos para ambos. Esta persecución del provecho individual está admirablemente relacionada con el bienestar universal […]”

El libro de Smith cumple 242 años. El libro de David Ricardo cumple 201 años y el Primer Tomo de “El Capital” de Marx cumple 151 años. Esta secuencia tan significativa se refleja también en que estas tres obras han sido y son fundamentales en las confrontaciones teóricas de la ciencia económica y en las interpretaciones sobre el funcionamiento de la economía mundial en la actualidad.

La descalificación de la obra de Marx, como una obra del pasado, es un rechazo ideológico, porque la obra de Marx es la única que hace una crítica profunda del capitalismo.

En este documento desarrollamos temas relevantes de la economía mundial actual relacionándolos con breves formulaciones de Marx.

Primer Tema: Marx y la Economía Mundial Marx, de los grandes economistas, es el único que afirma que el Capitalismo tiene como misión histórica crear la economía mundial capitalista. Adam Smith, David Ricardo, el neoliberalismo, el keynesianismo y otras corrientes teóricas no analizan, como Marx lo avizoraba, la economía mundial como totalidad superior.

El Plan de Investigación de Marx, contemplaba cinco o seis libros. El último de ellos lo denominó: “Mercado mundial y las crisis.” En varias de sus escritos reitera este señalamiento y desarrolla algunos aspectos. En el “Manifiesto Comunista”, -1848-, de Marx y Engels se señala:

“ Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países”

“Ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente.”

“Son suplantadas por nuevas industrias, […] Por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo”.

“ Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China…”

“Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza”.

Segundo Tema: La economía mundial en Marx: El desarrollo científico y de los medios de comunicación.

En toda la obra de Marx, el desarrollo de la Ciencia, de los Medios de Producción y de los Medios de Comunicación, ocupan un lugar preferente.

En “El Manifiesto Comunista”,-1848-se afirma:

"Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras.”

“La burguesía no puede existir más que revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social”

En ‘El Capital’,-1867-Tomo I, capítulo XIV “Maquinaria y Gran Industria”, señala:

“La moderna industria no considera ni trata jamás como definitiva la forma existente de un proceso de producción. Su base técnica es, por tanto, revolucionaria, a diferencia de los sistemas anteriores de producción, cuya base técnica era esencialmente conservadora. Por medio de la maquinaria, de los proceso de la química y de otros métodos, revoluciona constantemente la base técnica de la producción, y con ella la funciones de los obreros y las combinaciones sociales del proceso de trabajo”

Tercer Tema: Marx. La importancia de América Latina en la formación de la economía mundial capitalista y para el análisis de la situación actual de América Latina.

En “El Manifiesto”-1848- Marx señala :

“La gran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América.”

Agrega: “El mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, de la navegación y de los medios de transporte por tierra. Este desarrollo influyó a su vez, en el auge de la industria ”

En El Capital,-1867-,Tomo I , en el penúltimo capítulo XXIV, “La llamada acumulación originaria”, señala:

“El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista …”

“Tras ello, pisando sus huellas, viene la guerra comercial de las naciones europeas, cuyo escenario fue el planeta entero”

Cuarto Tema: La economía mundial en Marx y la globalización actual .

En “El Manifiesto”, la aguda visión científica de Marx y Engels, describen magistralmente, en una perspectiva global y desde un pasado lejano, el proceso de globalización actual de la economía mundial mejor que cualquier análisis actual.

A este enfoque teórico se pueden incorporar cada uno de los grandes cambios de la economía mundial. Por ejemplo, el gran control por parte de las grandes transnacionales de la producción mundial, del comercio mundial y de las finanzas a nivel mundial

Con la globalización es más evidente la existencia de la economía mundial, que es una totalidad superior a la mera suma de las economías nacionales y de sus relaciones económicas internacionales. Se profundiza una estructura productiva mundial y de circulación mundial de mercancías por sobre los países, comandada por las empresas transnacionales. Estas organizan sus actividades y estiman sus ganancias a nivel planetario.

Quinto Tema; Marx y las crisis periódicas del capitalista a nivel mundial.

Marx señala que las crisis periódicas en el capitalismo son parte integrante de la reproducción del capitalismo. Y afirma que las verdaderas crisis del capitalismo se expresan como crisis del mercado mundial y de la producción mundial.

“En las crisis del mercado mundial, estallan las contradicciones y los antagonismo de la producción burguesa”…“ Las crisis del mercado mundial deben concebirse como la concatenación real y la compensación por la fuerza de todas las contradicciones de la economía burguesa”

“ Contradicciones entre la producción y [la limitación] d el consumo bajo las condiciones del capitalismo”…. “La discordancia entre la ampliación de la producción y la ampliación del mercado”

“La superproducción de los artículos más importantes tienden a convertirse en

superproducción general”. (Sobreproducción de viviendas en Estados Unidos y en otros países se transformó en crisis de la Economía Mundial en 2008)

“La contradicción entre el incontenible desarrollo de las fuerzas productivas y el carácter limitado del consumo… base de la superproducción” se manifiestan en la producción y en el mercado mundial.

En 2009, la producción mundial disminuyó en 0,4% y las exportaciones mundiales en un 20%, FMI, WorldEconomic Outlook, octubre 2013.

Sexto Tema: La crítica de Marx a la explicación financiera de la crisis de 2008 por parte del FMI.

El FMI y otras instituciones internacionales caracterizan las crisis de las últimas décadas como crisis financieras. En relación a la crisis de la economía mundial iniciada en 2008, esta interpretación es la más difundida y aceptada, incluso por políticos y por economistas críticos del capitalismo.

La interpretación financiera de la crisis, oculta que las verdaderas causas de la crisis no se ubican en las contradicciones de diferentes capitales, capital productivo y capital financiero, sino que se ubica en la esfera de la producción, en las contradicciones entre el capital y los trabajadores a nivel mundial. En Marx, el crédito y el desarrollo del sistema financiero y los procesos de especulación, son muy importantes en el capitalismo. Sin embargo, Marx afirma que la especulación y la crisis financiera son solo manifestaciones de la crisis económica.

A propósito Marx señala: “Como siempre ocurre, la prosperidad alentó muy rápidamente la especulación. La especulación se produce regularmente en períodos en que la sobreproducción ya está en pleno apogeo. Proporciona salidas temporales, el mercado a la sobreproducción, mientras que por esta misma razón precipita el estallido de la crisis y aumenta su fuerza. La crisis se desata en el ámbito de la especulación, y sólo más tarde lo hace en la producción. Lo que al observador superficial le parece ser la causa de la crisis no es la superproducción, si no el exceso de especulación, pero esto en sí es sólo un síntoma de la sobreproducción. La interrupción posterior de la producción no parece ser una consecuencia de su propia exuberancia anterior sino un simple retroceso causado por el colapso de la especulación” (Houben, 2011)

Séptimo Tema. Marx, sus formulaciones teóricas y los profundos errores del neoliberalismo y del FMI previo a la crisis de 2008.

El FMI en abril de 2007, meses previos al estallido de la crisis, en su Informe “Perspectivas de la Economía Mundial” afirmó que:

“Lo que nos parece más probable es que el vigoroso crecimiento mundial perdure…”

“Indudablemente, esta conclusión contradice muchos titulares … en torno a los problemas hipotecarios en Estados Unidos…”

“A pesar de todo esto, como señalamos en los capítulos 1 y 2, al mirar con una visión de conjunto lo que nos parece más probable es que el vigoroso crecimiento mundial perdure”

“El mercado hipotecario tradicional sigue abierto como siempre a los particulares con buenos antecedentes crediticios”.

“Comparando los datos actuales con los de septiembre, (2006) no hay tantas razones para preocuparse por la economía mundial”

“Antes que nada, la economía estadounidense se mantiene firme en general, pese al fuerte enfriamiento del mercado de la vivienda”

“El desempleo permanece bajo y la creación de puestos de trabajo parece prometedora en la mayoría de los sectores de la economía …” (FMI, 2007; página XII)

L a breve y elaborada síntesis de Marx sobre la crisis, citada al final del tema anterior, además de ser una crítica a la interpretación financiera de la crisis, sus formulaciones calzan perfectamente en el origen y en los diferentes momentos del desarrollo de la crisis de 2008. Solo a vía de ejemplo:

“Como siempre ocurre, la prosperidad alentó muy rápidamente la especulación”,

“La especulación se produce regularmente en períodos en que la sobreproducción ya está en pleno apogeo”. Agregamos nosotros que en 2007 y 2008, l a sobreproducción de viviendas y los créditos hipotecarios sin respaldos .

Octavo Tema. Marx y la apropiación de las bases económicas de los países, reorganización de la producción desde el exterior y el incremento de las migraciones.

Con la globalización, el neoliberalismo, los Tratados de Libre Comercio y la libre circulación del capital, las transnacionales se han apropiado de las economías en un masivo proceso de desnacionalización de empresas y de recursos naturales, reconstruyendo de este modo una nueva economía primario-exportadora en América Latina, en los “ex países socialistas” y en otras regiones.

Además, en las últimas décadas, Estados Unidos y otros países desarrollados han acentuado la invasión militar a países: Irak, Libia y otros, para apropiarse de sus recursos naturales, especialmente del petróleo.

Una vez que se apropian prácticamente de los países, organizan de nuevo toda la estructura productiva. En este sentido, la nueva distribución –apropiación de recursos-determina la producción.

Relacionado con lo anterior, si bien Marx concentra su atención en el proceso de producción bajo el supuesto de que los medios de producción son de propiedad del capital, también se refiere a este proceso:

“Si se consideran sociedades enteras, la distribución, parece desde otro punto de vista preceder a la producción y determinarla, por así decirlo, como un hecho pre-económico”.

Marx menciona fenómenos históricos que se asemejan a situaciones más recientes de la economía capitalista:

“Un pueblo conquistador…, reparte el país entre los conquistadores e impone así cierta repartición y determinada forma de propiedad rústica: determina, pues la producción”

“O bien hace de los pueblos conquistados esclavos y hace del trabajo de esclavos la base de la producción”.

“En todos esos casos, y todos son históricos la distribución no parece estar estructurada y determinada por la producción, sino al revés. La producción estaría determinada por la distribución”.

La destrucción y recreación de las nuevas estructuras productivas ha tenido como resultado el doloroso y dramático incremento de masivas migraciones hacia los Estados Unidos y hacia Europa Occidental.

Noveno tema. Marx en 1873 afirmó : “ En un futuro más o menos cercano, el nivel europeo de los salarios baje hasta el nivel de China”.

Al respecto Marx señala lo siguiente:

“Un autor del siglo XVIII [ …], el autor de Essayon Trade and Commerce, no hace más que delatar el secreto más íntimo encerrado en el alma del capital inglés cuando dice que la misión histórica de Inglaterra consiste en rebajar los salarios británicos al nivel de los de Francia y Holanda”.

En un pie de página, da cuenta de una Nota a la Tercera Edición en que Marx señaló lo siguiente:

“Hoy, gracias a la concurrencia del mercado mundial, que se ha impuesto desde entonces acá, hemos avanzado un buen trecho más en esta vía”…“Si China –declara el parlamentario Stapleton a sus electores-, si China se convierte en un gran país industrial, no creo que la población obrera de Europa pueda competir con él sin descender al nivel de vida de sus competidores. Times, 3 de septiembre de 1873)”.

Marx agrega: “Como se ve el ideal acariciado actualmente por el capitalista inglés ya no son los salarios continentales, sino los salarios chinos”.

En este pie de página se agrega, que en la edición francesa de El Capital, Paris, 1873, Marx afirma:

“Ideal al que el desarrollo de la producción capitalista ha conducido al mundo entero. Hoy, ya no se trata simplemente de lograr que los salarios ingleses desciendan hasta el nivel de la Europa Continental, sino de hacer que, en un futuro más o menos cercano, el nivel europeo de los salarios baje hasta el de China”

Impresiona esta afirmación de 1873, y su semejanza con la situación actual, en que se da una gran disminución de la participación de los salarios en el Producto en la mayoría de los países del mundo, que se transfiere aumentando las ganancias del capital.

Décimo tema: La crisis actual y el gran aumento de la desigualdad en la distribución de la producción mundial entre el capital y el trabajo.

Marx le da una importancia tan significativa a la distribución del Producto entre las diferentes clases, que incluso, la denomina, ‘La Fórmula Trinitaria’. Al respecto señala:

“Capital-ganancia. (Beneficio del empresario más interés);tierra-renta del suelo; trabajo-salario. He aquí la Fórmula Trinitaria que engloba todos los secretos del proceso social de producción en el capitalismo”

En el conjunto de los países de la Zona Euro, la participación de los salarios en el Producto era de 72,4% en el período 1971-1980. En el año 2012, esta participación bajó a 65%. Es decir, una disminución de 7,4 puntos porcentuales. Estimamos que este porcentaje refleja la transferencia de los salarios a las ganancias a nivel mundial, que se está produciendo en cada uno de los años recientes y que es bastante superior a la suma total de los rescates del sector financiero, de las empresas y de los Estados, como resultado de la profunda crisis iniciada en 2008.

Esta situación aparece confirmando la afirmación de Marx, que planteaba, que como tendencia en el desarrollo del capitalismo se produce un empobrecimiento (pauperización) de los trabajadores y de otros sectores de la población.

Undécimo Tema: Marx, la sobreexplotación del trabajo y la Teoría de la Dependencia.

Marx señala:

“Al estudiar la producción de la plusvalía, partimos siempre del supuesto de que el salario representa, por lo menos el valor de la fuerza de trabajo”. El valor de la fuerza de trabajo equivale al valor de todas las mercancías que son necesarias para reproducir la vida del trabajador y de su familia. El uso de la fuerza de trabajo produce un valor que es mayor al propio valor de la fuerza de trabajo. Esta diferencia es la plusvalía que se apropia el capital. Por esto, el capitalismo es un régimen de explotación porque se apropia de una parte del valor generado por el uso de la fuerza de trabajo. Aún que se pague el valor de la fuerza de trabajo puede aumentarse el grado de explotación a través de varios mecanismos.

Pero Marx agrega que:

“Sin embargo, en la práctica, la reducción forzada del salario por debajo de este valor tiene una importancia demasiado grande para que no nos detengamos un momento a examinarla”

”Gracias a esto, el fondo necesario de consumo del obrero se convierte de hecho dentro de ciertos límites en un fondo de acumulación de capital”

En la actualidad, estos planteamientos de Marx cobran una gran vigencia. Parte importante y creciente de los trabajadores son pobres, porque se les paga por debajo del valor de su fuerza de trabajo.

Este es el tema principal desarrollado por Ruy Mauro Marini en su libro “La Dialéctica de la Dependencia” y por la Teoría Marxista de la Dependencia que señalaban que este fenómeno sólo se producía en los países dependientes. En las últimas décadas, y especialmente a partir de la crisis de 2008, esta situación se presenta también en los países capitalistas desarrollados.

Además, en la actualidad, no sólo esta parte del salario se transforma en un fondo de acumulación del capital, sino que también y en forma muy significativa, los Fondos Previsionales de los Trabajadores de muchos países del mundo y una parte del salario es captado por el Impuesto al valor Agrega, IVA.

Décimos Sgundo Tema: MARX los cambios ecológicos, la destrucción de la naturaleza y el calentamiento global

En el artículo de Michael Lowy “Progreso destructivo: Marx, Engels y la Ecología”, en el libro colectivo, “Marx en el siglo XXI” de LOM., Chile 2011. Compiladores: Paula Vidal, Claudia Drago y Tomás Moulián, se señala:

“¿Cuáles son las principales críticas de los ambientalistas al pensamiento de Marx y Engels?. En primer lugar, se le describe como partidario de un humanismo conquistador, prometeico que opone al hombre con la naturaleza, y hace de él “el amo y señor del mundo natural”. “Es verdad que se encuentran… muchas referencias al control… dominio”.

“Por otro lado, lo que resalta desde los primeros escritos de Marx es su anunciado naturalismo, su visión del ser humano como ser natural, inseparable de su ambiente natural

La naturaleza, escribe Marx en las Manuscritos de 1844 es “el cuerpo – no orgánico del hombre. O de nuevo: “decir que la vida física e intelectual del hombre está indisolublemente ligada a la naturaleza no significa otra cosa que la naturaleza está indisolublemente ligada a ella misma, porque el hombre es parte de la naturaleza ”

Michael LOWY cita a Engels:

“No debemos presumir demasiado nuestras victorias humanas sobre la naturaleza. Por cada una de esas victorias, la naturaleza toma venganza sobre nosotros” .

“Es verdad que cada victoria dada, tenemos en primera instancia los resultados esperados, pero en segunda o tercera instancia son efectos diferentes, inesperados, que anulan demasiado a menudo los primeros”.

“La gente que, en Mesopotamia, Grecia, Asia Menor y en otra parte, destruyeron los bosques para conseguir tierras cultivables, nunca imaginó que mientras los eliminaban acababan con los centro de colección y depósitos de humedad poniendo las bases para el estado desolado actual de esos países ”

“Cuando los italianos de los Alpes cortaron los bosques de pino de la parte sur, tan queridos por la parte norte, no tenían la menor idea de que mientras actuaban así cortaban las raíces de la industria lechera de su región; y menos aún preveían que se privaron de ese modo de las fuentes de agua para la mayor parte del año…”

“Los hechos nos recuerdan a cada paso que no reinamos sobre la naturaleza como un conquistador reina sobre un pueblo extranjero, como alguien que está fuera de la naturaleza, sino que nosotros pertenecemos a ella con nuestra carne, nuestra sangre, nuestro cerebro, que nosotros estamos en su seno y que todo nuestro dominio en ella reside en la ventaja que tenemos sobre el conjunto de las otras criaturas es la de conocer sus leyes y servirnos juiciosamente”.

Orlando Caputo, investigador del Centro de Investigación sobre Trasnacionales, Economía y Sociedad, CETES,-Chile- y miembro de Grupo de Trabajo Crisis y Economía Mundial del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.

jueves, 21 de junio de 2018

Marx y la naturaleza. Por qué necesitamos a Marx ahora más que nunca

Elizabeth Terzakis
Rebelión
Traducción: Héctor R. López Terán.

Al final de enero de 2018, la montaña rusa que es la presidencia de Trump tomó otro giro inesperado: el líder del mundo libre afirmó que los Estados Unidos podrían reintegrar el Acuerdo Climático de París de 2015, si los Estados Unidos recibieran un "trato completamente diferente". Como dijo Trump al presentador de ITV Piers Morgan "Creo en el aíre limpio. Creo con claridad, hermoso... Creo en tener una buena limpieza en todo. Ahora dicho esto, si alguien dijera volvamos al acuerdo de París, tendría que ser un acuerdo completamente diferente porque tuvimos un acuerdo horrible". Trump también manifestó su opinión (objetivamente incorrecta) de que los casquetes polares están en "niveles récord". [1]

Como si tener un ignorante de presidente no fuera suficiente, el Acuerdo de Paris, que actualmente cuenta con doscientos firmantes y fue proclamado como una "victoria para todo el planeta" cuando fue firmado en 2015, está fracasando. Las promesas (voluntarias e inaplicables) hechas por los signatarios del acuerdo "cubren no más de un tercio de las reducciones de emisiones necesarias" para evitar que las temperaturas globales aumenten por encima de los dos grados Celsius. En su lugar, Climate Action Traker predice "un salto a 3.2 grados antes de fin de siglo" con o sin la cooperación de los Estados Unidos. [2]

Mientras tanto, los impactos del cambio climático se están convirtiendo en una realidad cotidiana para las personas ordinarias alrededor del mundo, en la forma de una ronda aparentemente interminable de eventos climáticos extremos que van desde records de nevadas hasta sequías totales, de ciclones hasta tormentas, de inundaciones catastróficas a canales congelados. [3]

¿Por qué es tan difícil para los gobiernos y sus representantes tratar este tema? La respuesta es simple: mientras la clase dominante puede imaginar el fin del mundo, ni ellos ni muchos ecologistas puede imaginar el fin del capitalismo. Por esta razón, todas sus soluciones deben caer dentro de los límites del sistema de mercado. Pero el sistema de mercado, con su necesidad de crecimiento constante y su incapacidad para ver el mundo natural como algo más que recurso explotable, está en un antagonismo directo e inherente a la preservación de la naturaleza. Por consiguiente, no hay solución para el problema del cambio climático sin un fin del capitalismo, un hecho que se vuelve claro cuando examinamos los escritos de Karl Marx sobre la naturaleza.

Marx de verdad
El análisis de Marx evita algunas de las trampas inherentes de otros enfoques de la ecología, por ejemplo, la creencia básicamente maltusiana de que las personas tienen y tendrán siempre una relación destructiva con la naturaleza, que la naturaleza "verdadera" existió en algún momento en estado puro más allá de la interacción humana, y que el objetivo de la ecología es retornar a la naturaleza a ese estado de pureza idealista mediante la eliminación de tantos humanos como sea posible. [4] El colapso del capitalismo por parte de Marx puede también ceñirnos a la creencia de que los mecanismos del mercado podrán siempre promover una relación sana entre los humanos y el medio ambiente. [5] Por estas razones, Marx merece la seria atención de los ecologistas.

Sin embargo, como señalan John Bellamy Foster in Marx´s Ecology y Paul Burkett en Marx and Nature, los ecologista a menudo desestiman a Marx por una o por todas las siguientes razones: (1) "Las afirmaciones ecológicas de Marx son... 'digresiones de iluminación' que no tienen una relación sistemática con el cuerpo principal de su trabajo"; (2) estas afirmaciones "surgen desproporcionadamente de su crítica inicial de la alienación, y son mucho menos evidentes en su trabajo posterior"; (3) "Marx... finalmente falló en abordar la explotación de la naturaleza [al olvidar] incorporarla en su teoría del valor, [adoptando] en lugar una visión "prometeica" (pro tecnológica, anti ecológica)"; (4) "en el punto de vista de Marx, la tecnología capitalista y el desarrollo económico han resuelto todos los problemas de los límites ecológicos" haciendo innecesario " 'tomar seriamente el problema de la asignación de recursos escasos' o desarrollar un "socialismo 'ecológicamente consciente'"; (5) Max tomó "poco interés en cuestiones de ciencia o en los efectos de la tecnología en el medio ambiente y por lo tanto no tuvo una base científica real para el análisis de la cuestiones ecológicas"; y finalmente, (6) Marx era 'especista', desconectando los seres humanos de los animales, y tomando partido por los primeros sobre los segundos". [6]

Estas caracterizaciones de Marx son simplemente imprecisas, y el hecho de que personas puedan hacer tales afirmaciones sin ser denunciados rotundamente por tergiversación es una señal segura de lo poco que Marx es leído realmente por las personas que necesitan leerlo más. De hecho, la concepción de Marx de la "fractura metabólica" [7] que el capitalismo impuso entre humanos y la naturaleza es central para su crítica al capitalismo, y las ideas ecológicas que su crítica permiten son vitales tanto para las luchas actuales por las reformas y para visualizar un futuro en el que seamos capaces de establecer una relación sana con la naturaleza que pueda servir para salvar el planeta.

La definición de trabajo de Marx
Los primero dos equívocos enumerados arriba, la idea de que las referencias de Marx sobre la naturaleza son ocasionales, superficiales y limitadas a sus primeros escritos, son aparentemente falsos. Como Foster explica, "Para Marx, toda la actividad humana tiene una base en la naturaleza... El trabajo y la producción constituyen la transformación humana activa de la naturaleza, pero también de la naturaleza humana, la relación humana con la naturaleza y los seres humanos mismos". [8]

Es decir, a medida que interactuamos con la naturaleza la cambiamos, pero estamos también, al mismo tiempo, cambiando nosotros mismos. Para Marx, nuestra relación con la naturaleza cuando no está distorsionada por el capitalismo, está estrechamente entrelazada. Marx escribió: "La naturaleza es el cuerpo orgánico del hombre [9] , es decir, la naturaleza en la medida en que no es cuerpo humano. El hombre vive de la naturaleza...con el cual debe mantenerse en proceso continuo para no morir. Que la vida física y espiritual del hombre está ligada con la naturaleza no tiene otro sentido que el de que la naturaleza está ligada consigo misma, pues el hombre es una parte de la naturaleza. [10] Esta concepción de los humanos y la naturaleza como parte de una totalidad única, a partir de uno de los manuscritos de 1844, se puede ser encontrada a lo largo de la obra de Marx y Engels. Marx escribe en "El Capital", por ejemplo, del trabajo como un proceso "por el que el hombre, por medio de sus propias acciones, media, regula y controla el metabolismo entre él y la naturaleza. Se enfrenta a los materiales de la naturaleza como una fuerza de la naturaleza". [11]

Marx define así el trabajo humano como un intercambio metabólico entre los seres humanos como naturaleza y la naturaleza en general, entre nuestros cuerpos orgánicos, esto es, lo que está unido a nosotros, y nuestros cuerpos inorgánicos, es decir, la naturaleza tal como existe aparte de nuestros cuerpos. La naturaleza satisface nuestras necesidades: comida, ropa y refugio, sin duda, pero también aire, agua y luz solar. No podemos vivir sin estas cosas, sin embargo, son externas a nosotros, y de acuerdo con Marx, la manera en que satisfacemos nuestros cuerpos orgánicos con estas necesidades tomadas de nuestro cuerpo inorgánico, la naturaleza, es la base de nuestro trabajo.

Las relaciones de las sociedades precapitalistas (tanto comunales como feudales) con la naturaleza estaban formadas por las necesidades de subsistencia. La mayoría de las relaciones humanas con la naturaleza eran directas, involucrando ya sea una reunión complementada con la caza, o la caza y la recolección complementada por la agricultura, o la agricultura para la subsistencia y el alquiler a un señor complementado por la caza y la recolección. Es este sentido, antes del capitalismo, los campesinos de Europa y los pueblos indígenas de América y otros continentes tenían relaciones con la naturaleza que eran similares en aspectos importantes y mucho menos alienados de lo que estaban a punto de convertirse.

La fractura metabólica
El capitalismo destruyó esta relación metabólica relativamente no alienada entre los seres humanos y la naturaleza a través de lo que Marx llamó la acumulación originaria. Debido a la apropiación de la tierra a través de su cercamiento y su conversión a propiedad privada, la mayoría de los humanos ya no tienen una relación directa con los medios de subsistencia, con el resultado de que experimentamos una alienación cuádruple: (1) estamos alienados por los productos de nuestro trabajo, es decir, no contribuyen directamente a la satisfacción de nuestras necesidades; (2) estamos alienados por el proceso de trabajo en sí, y como el trabajo es una de las cosas que nos hace claramente humanos, estamos así alienados de nosotros mismos, lo que Marx denominó nuestro ser genérico; (3) estamos alienados el uno del otro, porque en lugar de participar en un proyecto comunal para satisfacer nuestras necesidades como seres humanos, estamos forzados a competir entre nosotros para asegurar el acceso a los medios de producción de los capitalistas y el trabajo para su beneficio, y porque somos sociales por naturaleza, estamos así nuevamente alienados de nosotros mismos; y (4) estamos alienados de la naturaleza, nuestro cuerpo inorgánico. [12] De modo que la alienación de los humanos de su trabajo es, según Marx, inseparable de la alienación de los seres humanos de la naturaleza, lo que Marx denominó la fractura metabólica.

Bajo el feudalismo en Europa, la producción agrícola era llevada a cabo por campesinos al servicio de los señores feudales, quienes poseían el grueso de la tierra. Con el tiempo, la lealtad feudal fue remplazada por un sistema de rentas, y las tierras comunes fueron cerrándose progresivamente, conduciendo al final eventual de una relación directa con la tierra para la mayoría de las personas. Puedes ver esto en Europa mirando los registros legales. Un punto de inflexión intelectual para Marx fue cuando descubrió que las cinco sextas partes de los procesamientos en Prusia a principios de la década de 1840 se referían a la madera, la extracción de madera para uso personal de los bosques recientemente habían sido privatizados. En el periodo previo al capitalismo, aunque la mayoría de la tierra pertenecía a los señores feudales y trabajada por los campesinos para su propia subsistencia y tributos, las tierras de pastoreo y los bosques estaban abiertos para el uso común; los campesinos podían pastar su ganado o recoger madera o cazar conejos o cualquiera otra cosa que necesitaran para complementar su agricultura. Con el surgimiento del capitalismo, esto cambió. Incluso la recolección de arándanos, una actividad tradicional de los niños, se convirtió en ilegal. "A los pobres se les negaba así cualquier relación con la naturaleza -incluso para su supervivencia- sin mediación con las instituciones de propiedad privada". [13]

El hecho de que hubo tantos procesamientos por "robar" madera, recoger arándano y cazar furtivamente conejos demuestra que la población común de Europa resistió a este cambio, tal como lo hicieron los pueblos indígenas de las Américas, a veces como individuos y a veces de manera organizada:

"En el pueblo de Buckden... donde el obispo de Lincoln había cerrado la tierra, "cientos de mujeres y niños, armados con dagas y jabalinas, de una manera muy tumultuosa y desenfrenada, entraron en los terrenos, abrieron las puertas, y rompieron los setos [cercos] del dicho cercamiento, y entregaron grandes rebaños de ganado". [14]

Finalmente, sin embargo, esta resistencia fue brutalmente aplastada. [15]
Con el cercamiento de tierras comunes y su trasformación de un recurso colectivo en un sitio de partidas de caza de la clase dominante, [16] "paseos de ovejas", y otros experimentos de lujo y generación de materias primas para los ricos, los campesinos que ya no podían mantenerse a sí mismos fueron expulsados de la tierra. [17] Aunque la brecha entre la mayoría y la tierra comenzó bajo el feudalismo, no se completó hasta el advenimiento del capitalismo. Esta alienación de la población de la tierra llevó a muchos a estar concentrados en ciudades, mientras que los que se quedaron en el campo se convirtieron en trabajadores de un sistema de agricultura comercial. Tanto en ciudades como en el campo, los trabajadores estaban alienados de las cuatro formas mencionadas. Estaban, como Marx lo dijo sarcásticamente, "libres". [18]

Para los trabajadores agrícolas, esta libertad significaba que estaban privados social e intelectualmente. Por "la idiotez de la vida rural", Marx y Engels tenían en mente el aislamiento proveniente de los contactos sociales limitados, así como la falta de oportunidades para desarrollar contactos sociales intelectualmente amplios y diversos y la estimulación intelectual, siendo dos de las cosas que Marx vio como cruciales para el pleno desarrollo de los seres humanos.

Para los trabajadores en las ciudades, esta libertad significaba una "libertad" de lo que anteriormente se habían considerado necesidades humanas básicas. Como Marx dijo, en ciudades tan grandes:

"Incluso la necesidad del aire libre deja de ser en el obrero una necesidad. El hombre retorna a la cueva, envenenada ahora por la mefítica pestilencia de la civilización y que habita sólo en precario, como un poder ajeno que puede escapársele cualquier día, del que puede ser arrojado cualquier día si no paga... La luz, el aire, etcétera, la más simple limpieza animal, deja de ser una necesidad para el hombre. La suciedad, esta contaminación y putrefacción del hombre, la cloaca de la civilización (esto hay que entenderlo literalmente) se convierte para él en un elemento vital. La dejadez totalmente antinatural, la naturaleza podrida, se convierten en su elemento vital". [19]

La concepción de Marx de las necesidades humanas -aquellas que son naturalmente producidas y aquellas que son socialmente producidas- es compleja y se discutirá con más detalle más abajo, pero basta decir que desde el inicio del capitalismo, en la ciudad o en el campo, en las granjas comerciales o en las fábricas mecanizadas, las necesidades de la gran mayoría de la población no se satisfacen de manera que les permitan alcanzar su potencial máximo como seres humanos.

La división entre el campo y la ciudad, otro aspecto de la fractura metabólica, es un problema importante tanto para Marx como para Engels. En organizaciones sociales anteriores, los nutrientes tomados del suelo eran remplazados directamente por estiércol animal o desechos humanos. Esto mantuvo el suelo fértil y dio a los desechos un buen lugar de destino. La separación de la ciudad y el campo interrumpió esta fase del metabolismo de los humanos y la naturaleza. En lugar de devolverlo al suelo como nutriente, el desecho generado en las ciudades se dejó para contaminar las áreas de vida de las población de la clase trabajadora (mientras que la clase dominante ocupó cuidadosamente parques cuidados en un cierto alejamiento) o los arrojó en algún otro elemento de la naturaleza. Como dijo Marx:

"Productos de desechos humano naturales... son los desechos del consumo. Estos últimos son de gran importancia para la agricultura. Pero hay un desperdicio colosal en la economía capitalista en proporción a su uso real. En Londres, por ejemplo, no pueden hacer nada mejor con el excremento producido por cuatro millones y medio de personas que contaminan el Támesis, con él a un costo monstruoso". [20]

Esta contaminación del río Támesis puede ser vista como un ejemplo de lo que es eufemísticamente llamado la "externalización de los costos". El desecho que es un subproducto de la concurrencia de trabajadores en las ciudades para trabajar por el beneficio capitalista es eliminado de forma gratuita para el capitalista pero es muy costoso para la sociedad y la naturaleza, tanto en términos del costo real de recolectar y mover el desecho o construir un sistema de alcantarillado (como finalmente sucedió), y en términos de costos de oportunidad del agua contaminada, la vida animal y vegetal asesinada y la humillación humana.

Mientras tanto, el proceso monstruosamente costoso que contaminó al Támesis fue también responsable del agotamiento del suelo. Marx condenó la prioridad de la fertilidad a corto plazo de la agricultura capitalista sobre la sostenibilidad a largo plazo:

"Todo progreso en la agricultura es un progreso en el arte, no de robar al trabajador, sino de robar al suelo; todo progreso en el aumento de la fertilidad del suelo durante un cierto tiempo es un progreso hacia el arruinamiento de las fuentes duraderas de esa fertilidad... La producción capitalista, por lo tanto, solo desarrolla la técnica y el grado de combinación del proceso social de producción socavando simultáneamente las fuentes originales de toda riqueza: el suelo y el trabajador". [21]

Este aspecto particular de la fractura metabólica, la separación de la ciudad y el campo y la interrupción de la reposición del suelo, generaría muchas consecuencias, consecuencias que Marx entendió debido a su fascinación por el trabajo del químico alemán Justus von Liebig. La investigación de Von Liebig confirmó lo que Marx sospechaba que estaba sucediendo con el agotamiento del suelo. En lo que algunos historiadores agrícolas llamaron la "segunda revolución agrícola" de mediado y finales de 1800, la nueva comprensión del crecimiento de las plantas permitió la introducción artificial de compuestos que anteriormente habían sido devueltos al suelo como parte del metabolismo de la naturaleza humana. Según Foster, también llevó a Marx a "un creciente reconocimiento del alcance de los nuevos métodos"...que solo sirvió para racionalizar un proceso de destrucción ecológica". [22]

El siguiente paso en este proceso de destrucción fue el descubrimiento del papel que los nitratos y fosfatos juegan en la restauración del suelo agotado, así como el descubrimiento del guano como una fuente abundante para ellos. Estos descubrimientos ayudaron a crear otra fractura, entre países imperialistas y colonizados, la expresión global de la división entre la ciudad y el campo. El Guano, o excremento de aves marinas, estaba disponible en cantidades enormes, acumulado durante siglos en algunas islas de la costa del Perú. Los capitalistas europeos pronto se dieron cuenta que podía usar el guano en lugar de desechos humanos disponibles gratuitamente para restaurar la fertilidad del suelo agotado y convertirlo en una industria rentable. Los trabajadores chinos, privados y desesperados por las Guerras del Opio, fueron transportados, esclavizados, y explotados hasta la muerte recolectando guano. Los recursos naturales de varios países sudamericanos fueron devastados y sus economías entraron en una relación desastrosa con los Estados europeos, millones de aves marinas fueron asesinadas, y se libraron guerras directas, todo al servicio de restaurar la productividad de las tierras agrícolas europeas a través de la industria de fertilizantes. [23]

Después de toda esta destrucción, el progreso científico adicional condujo a la producción artificial de nitratos, dejando fuera del negocio a los extractores del guano. También aumentó la posibilidad de otras consecuencias imprevistas. El advenimiento de los fertilizantes químicos producidos industrialmente generó escorrentía de nitrógeno y fósforo, conduciendo a la contaminación de las aguas subterráneas y lagos con nutrientes excesivos, creando crecimientos de algas y zonas hipóxicas muertas. [24]

Al igual que Marx, Engels era bastante consciente de las consecuencias imprevistas y destructivas para el medio ambiente de la "producción y el intercambio" en las que "primero deben tenerse en cuenta los resultados más inmediatos".

"No nos dejemos... llevar del entusiasmo ante nuestras victorias del hombre sobre la naturaleza. Para cada una de estas victorias, la naturaleza toma su venganza. Bien es verdad que las primeras consecuencias de estas victorias son las previstas por nosotros, pero en segundo y en tercer lugar aparecen unas consecuencias muy distintas, imprevistas y que, a menudo, anulan las primeras. Cuando los italianos de los Alpes agotaron los bosques de pinos en las laderas del sur, tan cuidadosamente apreciados en las laderas del norte, no tenían ni idea de que al hacerlo estaban cortando las raíces de la industria láctea en su región; tenían aún menos sospechas de que estaban privando a sus manantiales de agua de la montaña la mayor parte del año y posibilitando que vertieran aún más torrentes furiosos en las llanuras durante las estaciones lluviosas.

...Así, en cada paso se nos recuerda que de ninguna manera gobernamos sobre la naturaleza como un conquistador sobre un pueblo extranjero, como alguien que está fuera de la naturaleza, pero que nosotros, con carne, sangre y cerebro, pertenecemos a la naturaleza y existimos en medio de ella, y que todo nuestro dominio de esto consiste en el hecho de que tenemos la ventaja sobre todas las otras criaturas de poder aprender sus leyes y aplicarlas correctamente". [25]

Por qué el capitalismo es inherentemente abusivo con la naturaleza? Valor y acumulación
Hasta ahora hemos visto que la naturaleza es crucial para la definición de trabajo de Marx, y que la interrupción de la relación humana con la naturaleza es una característica integral del capitalismo. Quiero referirme ahora a la cuestión de la teoría del valor y argumentar que, en lugar de descuidar la naturaleza como algunos ecólogos han afirmado, la teoría del valor de Marx nos ayuda a comprender por qué el capitalismo es inherentemente abusivo con la naturaleza. Como explica convincentemente Paul Burkett, [26] no es Marx, sino el capitalismo, lo que rebaja y excluye la contribución de la naturaleza a la producción. Marx escribió:

"Los valores de uso... las mercancías, son combinaciones de dos elementos: la materia y el trabajo. Si les quitamos el trabajo útil que se les dedica, siempre queda un substrato material, que la naturaleza proporciona sin la ayuda del hombre... Vemos, entonces, que el trabajo no es la única fuente de riqueza material de los valores de uso producido por el trabajo". [27]

Sin embargo, en su teoría del valor trabajo, Marx no está trazando la manera en que él cree que debería ser el mundo o lo que él piensa que es valioso en términos de necesidad humana. Él está describiendo el comportamiento económico como lo está bajo el capitalismo. No es Marx, sino el capitalismo, que equipara solo el tiempo de trabajo abstracto socialmente necesario con el valor, es decir, el valor bajo el capitalismo está determinado por la explotación laboral (trabajo gastado por encima de su propio costo) porque la explotación laboral es la fuente del beneficio.

La discusión de Marx sobre las rentas es clave para entender esta actitud hacia la naturaleza, así como para entender lo que Marx quiere decir cuando escribe que los valores de uso son "obsequios gratuitos" de la naturaleza al capitalismo. Porque ninguna explotación laboral va a la producción de, digamos, un bosque natural, cuando el capitalista monopoliza ese bosque y cobra una renta por su uso, no incrementa el capital del sistema en su conjunto. Es decir, no se ha trabajado para producir el bosque, por lo que no se puede extraer ningún valor excedente de él. Tampoco ha tomado inversión en capital. Además, todas las condiciones que hacen posible el trabajo (tierra, aire, agua) son, al menos al principio, obsequios de la naturaleza. Esta es quizás la razón por la cual también son los objetivos de la "externalización" de los costos del capitalismo. [28]

El hecho de que el valor bajo el capitalismo esté inextricablemente ligado a la explotación es un obstáculo para que el capitalismo tenga una relación no expansiva con la naturaleza. Otro es el impulso competitivo de la acumulación. Bajo el feudalismo, había un límite práctico para la explotación: "Una vez que las necesidades del señor se habían satisfecho, su consumo conspicuo pagado, no había una necesidad real de una mayor explotación". [29] Pero el capitalismo es diferente. Así como su dinámica es independiente de las necesidades de los trabajadores, también son independientes de las necesidades de los capitalistas. El capitalismo tiene sus propias necesidades. Debido a que la producción está organizada sobre la base de la competencia, la inversión de capital por parte de una empresa debe ser igualada por empresas competidoras que fabrican el mismo producto o se arriesgan a la bancarrota.

Este sistema de inversión competitiva, el impulso constante de acumular riqueza o valor, es fundamental para el capitalismo. Según Martin Empson, "la centralidad de la acumulación de riqueza de esta manera es de mayor importancia para comprender la relación ecológica entre la sociedad capitalista y el mundo natural. Es por esta dinámica que el capitalismo se relaciona con la naturaleza de manera completamente diferente a las sociedades humanas anteriores." [30]

Regresemos por un minuto a la discusión sobre fertilizantes. Antes del capitalismo, los agricultores mantenían la fertilidad de la tierra a través de fertilizantes naturales (desechos humanos y animales), rotación de cultivos y policultivo (plantando diferentes cultivos en el mismo campo), dejando los campos en barbecho, corte y quema, y "corte y carbonizar". [31] Pero bajo el capitalismo esto cambió. No solo existe el conocimiento científico para usar algo más que desechos humanos o estiércol animal para fertilizar campos, sino que se puede fabricar una industria, dos industrias, de hecho: la industria de eliminación de desechos y de fertilizantes químicos, y una proporciona, al menos inicialmente, la posibilidad de expansión internacional. Ambas industrias permiten mucho espacio para explotar la mano de obra, mucho más que dejar vagar a las vacas en los campos durante unos días o dejar que un fuego bien planeado y controlado redistribuya algo de carbono. Y dado que la fuerza motivadora del capitalismo es el impulso de la acumulación, las decisiones sobre cómo se deben fertilizar los campos y sobre cómo se deben eliminar los desechos se consideran teniendo en cuenta las ganancias, no la conservación o la sostenibilidad.

La competencia capitalista también conduce a la "tendencia del capital a acelerar el rendimiento más allá de sus límites naturales", que "no es solo una fuente de escasez de materiales y crisis de acumulación; también es un elemento integral en el proceso de degradación ecológica producido por la división capitalista de la ciudad y el campo". [32] Este impulso para un rendimiento acelerado tiene muchos aspectos: el aumento de la productividad de la mano de obra acelera el consumo de materias primas, la inversión de más capital en maquinaria requiere un mayor uso de combustibles para hacer funcionar las máquinas, y "la competencia obliga a reemplazar los viejos instrumentos de trabajo por nuevos antes del vencimiento de su vida natural". [33] Y el hecho de que toda esta inversión continúe sin prestar atención a las necesidades humanas significa que siempre existe la posibilidad de que las mercancías producidas no sean consumidas.

El resultado es que la acumulación competitiva capitalista es un motor para la expansión sin fin y necesariamente entra en conflicto con la naturaleza, que tiene límites. También conduce al cortoplacismo mencionado anteriormente, es decir, la toma de decisiones sobre cómo asignar recursos e interactuar con la naturaleza basada en la capacidad para asegurar beneficios en lugar de salvaguardar las vidas humanas, el medio ambiente o la coevolución de ambos. No es el caso de que los capitalistas no puedan planificar el futuro. No son incapaces de establecer ganancias futuras. Pero planificar para proteger el medioambiente o las personas que deben vivir en él no es una prioridad en su agenda. Esto lo expresa bastante claro Engels:

"Siempre que el fabricante o el comerciante individual venda un producto manufacturado o comprado con el beneficio codiciado habitual, está satisfecho y no se preocupa por lo que luego haga del producto y sus compradores. Lo mismo se aplica a los efectos de la naturaleza de las mismas acciones. Lo que importaba a los plantadores españoles en Cuba, que quemaban los bosques en las laderas de montañas y obtenían de las cenizas suficiente fertilizante para una generación de cafetos de alto rendimiento, ¡qué les importaba que la fuerte lluvia tropical arrastrara después el estrato superior desprotegido del suelo, dejando atrás solo la roca desnuda! En relación con la naturaleza, en cuanto a la sociedad, el presente modo de producción está predominantemente ocupado solo del resultado inmediato, el más palpable; y luego manifiesta su sorpresa de que sus efectos remotos de las acciones dirigidas a este fin resultan ser bastantes diferentes". [34]

La acusación de prometeico
Aquellos que acusan a Marx de prometeico o "productivista" insisten en que Marx estaba tan enamorado de la capacidad del capitalismo de aumentar las fuerzas productivas a través de la tecnología y neutralizar la amenaza de escasez que pensaba (1) que el socialismo y el comunismo dejarían intacto el sistema capitalista de producción, y (2) que el socialismo y el comunismo no tendrían la necesidad de considerar el problema de los recursos limitados. Una declaración típica de este cargo proviene de John P. Clark:

"El "hombre" prometeico y edípico es un ser que no se siente a gusto en la naturaleza, que no ve a la tierra como el "hogar" de la ecología. Más bien, es un espíritu indomable que debe subyugar a la naturaleza en su búsqueda por la autorrealización... Para tal ser, las fuerzas de la naturaleza, si en la forma de su propia naturaleza interna no dominada o de los poderes amenazantes de la naturaleza externa, deben ser sometidas". [35]

Clark argumenta en una nota al pie que "es poco conveniente y no dialéctico interpretar este pasaje como una mera crítica negativa al capitalismo. El punto de Marx es que a pesar de los abusos del capitalismo hay una verdadero Aufhebung [36] presente en el cual el desencanto y la objetivación serán preservadas y desarrolladas en formaciones sociales superiores, en lugar de ser anuladas". [37] Si bien es ciertamente razonable sugerir que Marx valoró la ciencia sobre los "velos místicos" de la mitología, considerar este pasaje como un modelo para "formaciones sociales superiores" parece completamente injustificado, especialmente cuando uno considera que Clark omite tanto la oración que precede el pasaje: "El capital crea la sociedad burguesa, y la apropiación universal de la naturaleza", y los que siguen:

"De acuerdo con esta tendencia, el capital va más allá de las barreras nacionales... Es destructivo para todo esto y lo revoluciona constantemente, derribando todas las barreras que obstaculizan el desarrollo de las fuerzas de producción, la expansión de las necesidades, el desarrollo de la producción por todos lados, y la explotación e intercambio de las fuerzas naturales y mentales". [38]

Tomando en cuenta el pasaje anterior, que Clark consideró dejar omitir, así como los muchos otros pasajes que demuestran la preocupación de Marx por el agotamiento del suelo, la contaminación del agua y otras formas de destrucción ambiental que han sido citadas durante todo el artículo, no es solo "poco convincente y no dialéctico", sino también falso para tratar de reducir la actitud de Marx hacia la naturaleza a su descripción de su tratamiento bajo el capitalismo. Incluso si nos mantenemos dentro de los límites de la selección de Clark, es difícil observar algo celebratorio en el argumento de Marx de que "el descubrimiento teórico de la leyes autónomas [de la naturaleza] aparece simplemente como un ardid para subyugarlo bajo las necesidades humanas". Para mí, esto sugiere, por el contrario, un objetivo mucho más progresivo: el descubrimiento de las "leyes autónomas" de la naturaleza, que ya no son una artimaña, están más orientadas a la liberación que a la subyugación. Es decir, cómo sería la ciencia si no fuera manipulada en interés del capital.

La interpretación de Clark parece provenir de su composición de las ideas de Marx con distorsiones del marxismo que acompañaron el ascenso de Stalin y la derrota de la Revolución Rusa, una elisión que se evidencia en el siguiente pasaje:

"La mayoría de los marxistas [no] abordan la cuestión de la ideología productivista. Cualquier régimen político que se legitime a sí mismo sobre la base de satisfacer las "necesidades humanas" mediante el "desarrollo de fuerzas productivas" tiene un enorme incentivo para expandir y manipular las necesidades materiales de consumo como un medio de control social. [39] No hay razón para pensar que un sistema de socialismo estatal centralizado (o capitalismo de Estado, que es, de hecho, lo que defiende el marxismo ortodoxo) cumpliría necesidades "reales", en lugar de crear necesidades artificiales, [40] o que resuelva la contradicción entre el sistema industrial y tecnológico y "el sistema de la naturaleza". [41]

Si Marx estuviera vivo hoy, la concepción de Clark de un "marxismo ortodoxo" que "aboga" por el "capitalismo de Estado" probablemente le haría repetir su famosa declaración: "Lo cierto es que yo mismo no soy marxista". [42] Lejos del capitalismo de Estado, Marx abogó por una sociedad en la que los "productores asociados" -la mayoría de la sociedad- voluntaria y democráticamente decidan la dirección de la economía en interés de la necesidad humana en lugar de la ganancia, y apátrida como objetivo final. La concepción antimarxista de Stalin del "socialismo en un solo país", la industrialización rápida consiguiente de la Unión Soviética y la destrucción ambiental lograda a través de décadas de competencia capitalista estatal con los Estados Unidos [43] no tienen nada que ver con la visión de Marx del futuro progresivo de la humanidad. Como Chris Williams ha argumentado, en todas las llamadas sociedades socialistas del mundo:

"Los intereses de la élite gobernante soviética se asociaron con los intereses de un Estado en competencia económica y militar con Occidente... En otras palabras, los mismos factores que impulsan la producción capitalista -la necesidad de competir y expulsar a la competencia- imperaron dentro de estos regímenes. Fluyendo directamente de esta surgió la necesidad de que cada uno de estos Estados de partido único aumentara constantemente la productividad y prescindiera de cualquier preocupación ambiental, democrática o laboral en el impulso maníaco hacia la paridad económica y tecnológica con las potencias occidentales. Fue la severa falta de poder de la clase trabajadora en los países "socialistas", no su libertad ilimitada, lo que creó las condiciones para el vandalismo ecológico extremo que se vio allí. Como comentó Stalin, lo que le llevó al Oeste cien años lograr, la Unión Soviética lo haría en diez". [44]

La crítica de Clark a Marx ilustra por qué es importante leer a Marx por usted mismo. Una razón para esto es la naturaleza específica de la perspectiva de Marx, no solo o principalmente su perspectiva como ser humano único, sino también, y más especialmente, la época en la que estaba escribiendo: una tormenta perfecta de fermento intelectual, la frescura relativa de la transición del feudalismo al capitalismo, y la incidencia de repetidos levantamientos revolucionarios. Tales críticas apuntan a la necesidad de interrogar cercanamente las perspectivas de aquellos que intentan interpretar a Marx. [45] Todos podemos citar selectivamente a Marx hasta el hartazgo, con Clark, Andrew McLaughlin, Wade Sikorski y otros insistiendo en que el peso de la escritura de Marx tiende a una devaluación de la naturaleza, mientras Foster, Burkett, Williams y otros, incluyéndome a mí, insisten en que esto es completamente incorrecto.

La conclusión es que Marx ofrece una explicación y una solución a la crisis ecológica: el capitalismo prefigura la fatalidad ecológica y debe ser abolido. La crítica de Clark falla en asumir la premisa central de Marx y no ofrece ninguna solución alternativa, lo que trae a la mente la "Tesis 11" de las Tesis de Marx sobre Feuerbach, "Los filósofos solo han interpretado el mundo de varias maneras; el punto es cambiarlo ", [46] y sugiere una revisión: "Algunos ecologistas solo han interpretado a Marx de varias maneras; el punto es cambiar el mundo."¿Estamos mirando los escritos de Marx desde una posición ventajosa para identificar aquellas ideas que con más probabilidad nos llevarán a un plan para un cambio progresivo en el mundo, en este caso, la cordura ambiental? ¿O intentamos establecer un dogma, una interpretación "verdadera" que prevalece sobre todos los demás? y, de ser así, ¿con qué propósito? ¿Es en defensa de la naturaleza o del capitalismo?

La discusión sobre el valor capitalista y la acumulación competitiva en la sección anterior podría llevarnos a esperar a que la visión de Marx de la humanidad socialista no tenga nada que ver con someter a los humanos o la naturaleza. Cuando Marx escribió que el desarrollo capitalista de las fuerzas productivas hizo posible el socialismo, no escribió que hicieron el socialismo. Dijo, de hecho, que todo el sistema -no solo el sistema de distribución, sino también el sistema de producción- tendría que ser revolucionado una vez que los productores asociados lo tomaran en sus manos.

Según Marx, no es solo el desarrollo de la tecnología sino también la socialización de la producción lograda por el capitalismo lo que prepara el escenario para el socialismo, eliminando "restricciones de clase previas al desarrollo humano". [47] Es decir, antes del capitalismo, los medios de producción solo podían proporcionar suficientes medios de subsistencia para permitir que una minoría se desarrollara intelectualmente, y la mayor parte de la población se ocuparía de producir sus necesidades básicas. Por lo tanto, el capitalismo fue progresivo-momentáneamente-en el sentido de que permitió a la humanidad estar libre de necesidad: el "desarrollo de las fuerzas productivas"... es una premisa práctica absolutamente necesaria [del comunismo], porque sin esta privación, la necesidad se hace simplemente general, y con la necesidad, la lucha por las necesidades volvería a comenzar, y todos los viejos negocios sucios serían necesariamente restaurados". [48] Pero no es solo esta intensificación de los medios de producción lo que es importante. Lo que también es crucial sobre la socialización del trabajo es que transformó el trabajo de un proceso individualizado en un proceso colectivo. Este proceso colectivo de producción ha entrado progresivamente en conflicto con la extracción privada de ganancias. Y es la contradicción inherente a la capacidad del capitalismo de producir para satisfacer las necesidades humanas y su fracaso simultáneo a causa de las demandas de acumulación competitiva que impiden que el capitalismo sea un sistema progresivo prácticamente desde el momento en que nace, razón por la cual no solo debe ser derrocado políticamente sino reorganizado económicamente.

La idea de Marx sobre lo que constituye el pleno desarrollo de la naturaleza humana es crucial para comprender cómo se sentiría el metabolismo humano con la naturaleza una vez que estuviera en manos de los productores asociados. También es importante entender lo que Marx entiende por necesidades humanas; él no solo tenía una crítica de la producción capitalista sino también del consumo capitalista. No creía que, después de la revolución, la gente estaría deseosa de participar en una bacanal de consumismo desenfrenado, es decir, una ampliación general de la génesis de las necesidades y los medios de producción para cumplirlas hasta que la naturaleza sea destruida. Todo lo contrario. Marx creía que una de las necesidades humanas que el capitalismo no satisfacía era la necesidad de una relación directa y apreciativa con la naturaleza y mucho más tiempo libre para desarrollarla.

La liberación humana como la realización de nosotros mismos como seres humanos
Una de las cosas que Marx no suele acusar de decir es que todos deberíamos volver a la naturaleza. Sin embargo, quiero argumentar que esto es, de hecho, exactamente lo que Marx tenía en mente, pero no en la forma en que generalmente se concibe un retorno a la naturaleza; es decir, no creo que podamos extraer de Marx que la solución a nuestra alienación es evitar la tecnología, ceder los inodoros y comer alimentos crudos. Marx y Engels sí hablaron acerca de eliminar la división entre la ciudad y el campo al distribuir a las personas de manera más pareja sobre la tierra. Pero, más básicamente, un "retorno" posrevolucionario a la naturaleza consistiría en la participación colectiva, democrática e informada de los trabajadores en la planificación racional de nuestro trabajo y de nuestra relación con la naturaleza. Significaría reorganizar democráticamente la producción para satisfacer las necesidades humanas y reclamar nuestro lugar en la naturaleza, con la naturaleza como la "propiedad" colectiva de las personas en lugar de la propiedad privada de una pequeña minoría. Marx tenía claro esto y el hecho de que su concepción de la "propiedad colectiva" no tenía nada que ver con la forma en que actualmente se conciben la propiedad y la posesión:

"Desde el punto de vista de una formación socioeconómica más alta, la propiedad privada de individuos particulares en la tierra parecerá tan absurda como la propiedad privada de un hombre en otros hombres. Incluso una sociedad entera, una nación, o todas las sociedades simultáneamente existentes tomadas en conjunto, no son los dueños de la tierra. Son sus simples poseedores, sus beneficiarios, y deben legarlo en un estado mejorado a las generaciones futuras". [49]

Como gran parte de su pensamiento, la concepción de Marx de las necesidades humanas a menudo se distorsiona, ya sea por la ideología burguesa sobre la naturaleza humana o las realidades de las llamadas sociedades socialistas que han existido hasta la fecha. Pero si realmente lees el cuerpo de la obra de Marx, encontrarás que su visión del comunismo no tiene nada que ver con una orgía de consumismo, como algunos imaginan basado en el capitalismo, o una monótona uniformidad de privación basada en los llamados Estados socialistas existentes. Los requisitos de Marx para el pleno desarrollo de la naturaleza humana son bastante altos, abarca no solo la libertad de la necesidad física, el acceso a la salud física y la capacidad de coevolucionar directamente con la naturaleza, sino también el mayor desarrollo de las facultades sensoriales, intelectuales y creativas, es decir, el desarrollo más completo de nuestra naturaleza humana. Como escribe en el Manifiesto Comunista, bajo el comunismo, "en lugar de la vieja sociedad burguesa, con sus clases y antagonismos de clase, tendremos una asociación, en la cual el libre desarrollo de cada uno es la condición para el libre desarrollo de todos." [50]

Es decir, como seres humanos, es cierto, experimentamos necesidades que requieren o constituyen nuestra relación metabólica con la naturaleza. Sin embargo, y Marx lo tiene claro en la primera página del primer capítulo del primer volumen de El Capital, con el tiempo estas necesidades son socialmente transformadas a medida que el desarrollo de las fuerzas productivas nos permite desarrollarnos más plenamente como seres humanos. Por ejemplo, tenemos hambre, queremos comer, y la naturaleza nos proporciona ciertas cosas, como los arándanos que los niños campesinos alemanes solían recolectar antes de que se privatizaran los bosques. Pero como seres humanos también somos capaces, al comer esos arándanos, de decirnos a nosotros mismos: ya sabes, estos arándanos podrían usarse un poco en algo. Creo que hervidos en una olla con un poco de agua y azúcar, espolvoreados con harina y mantequilla desmoronada, horneados durante 25 minutos a 350 grados, y cubiertos con salsa de vainilla, podrían ser realmente excelentes.

Del mismo modo que es parte de la naturaleza humana comer, es parte de la naturaleza humana concebir imaginativamente cómo mejorar las cosas y luego poder apreciarlas plenamente cuando lo hacemos. Esto no solo es cierto para la comida, sino también para la música, las artes visuales, la poesía, la historia, la ciencia y la naturaleza. Tenemos la capacidad de comprender, apreciar y transformar la naturaleza de una manera en que otros animales, no se preguntan ¿por qué su perro come felizmente su propio vómito? Sus papilas gustativas son diferentes a las suyas. Y es nuestro deber para nosotros mismos y para nuestro cuerpo inorgánico, la naturaleza, desarrollar nuestras capacidades humanas al máximo. "Por lo tanto, no solo en el pensamiento sino a través de todos los sentidos, el hombre se afirma en el mundo objetivo. . . El cultivo de los cinco sentidos es el trabajo de toda la historia previa. "La emancipación de la alienación de la propiedad privada es para Marx también 'la emancipación completa de las cualidades humanas y los sentidos'". [51]

Para lograr esto, Marx pensó que lo más necesario no era un aumento en la producción sino un aumento en el tiempo libre. De hecho, Marx llegó a creer que bajo el comunismo, el valor no debería ser determinado por el llamado trabajo socialmente necesario, sino más bien por el ocio. Piense en el impacto del aumento del tiempo de ocio en nuestros cuerpos orgánicos, cuánto mejor podríamos desarrollarnos si tuviéramos más. Piense en el impacto del aumento del tiempo de ocio en nuestro cuerpo inorgánico, en la naturaleza. Si no estamos produciendo, no estamos explotando nuestra relación con la naturaleza. Inmediatamente, la presión comienza a aliviarse.

La comprensión de Marx de la relación humana con la naturaleza y su concepción del pleno desarrollo de la naturaleza humana va más allá del trabajo y, para mí, son los aspectos positivos más emocionantes e inspiradores de su teoría, debido al poder que tienen para superar las numerosas grietas producidas. Como resultado o al menos simultáneamente con la fractura metabólica de la acumulación primitiva: la división entre los seres humanos y la naturaleza, entre la mente y el cuerpo, entre la ciencia natural y humana, y entre la historia natural y humana. [52]

Es decir, más que ver la naturaleza humana como opuesta y antagónica a la naturaleza más ampliamente concebida, Marx reconoció que desde el comienzo de nuestra historia, los seres humanos han coevolucionado y transformado la naturaleza, así como la naturaleza nos ha transformado. También es importante señalar que tanto antes como durante el capitalismo, las transformaciones que los humanos han realizado en la naturaleza no siempre han sido negativas, como dejan claro Charles Mann en 1491 y los numerosos contribuyentes a The Social Lives of Forests. [53] De hecho, descartar los efectos saludables y el aumento de biodiversidad por el fuego en la gestión forestal por parte de los Pueblos Indígenas de las Américas es una de las formas en que la sociedad capitalista continúa promoviendo el racismo y reprimiendo las culturas de los pueblos indígenas. A falta de la extinción de la raza humana, que lamentablemente no es imposible, habrá una transformación social en curso de la naturaleza y una transformación natural de la sociedad. La pregunta es, ¿qué tipo de relación será?

Aquellos que afirman que Marx estaba entusiasmado con los incrementos en la capacidad productiva que hicieron posible los avances tecnológicos bajo el capitalismo son correctos; él estaba. Pero Marx no era un defensor de la tecnología por el bien de la tecnología. Reconoció que la inversión en tecnología es un requisito de la competencia capitalista. Sin este requisito, estamos significativamente libres. Podemos elegir utilizar la tecnología cuando ayuda a nuestra coevolución armoniosa con la naturaleza y rechazarla cuando no lo hace. También podemos volver al Traditional Ecological Knowledge (TEK) que está en las manos y las mentes de las sociedades indígenas. Actualmente, TEK se ve principalmente como una amenaza para el capitalismo, como se hace evidente en el artículo de Chris Williams sobre el uso del agua en Kenia:

"El pastoreo en tierras áridas y semiáridas es el método ecológicamente más sostenible para sobrevivir en un ambiente de estrés hídrico. Esta es la razón por la cual muchas personas en el este de África son pastores y han tenido éxito durante tanto tiempo. A pesar de la retórica oficial, el pastoreo juega un papel muy pequeño en el pensamiento del gobierno de Kenia sobre el futuro de Kenia, más como algo para erradicar porque ciertas fuerzas poderosas lo consideran "atrasado". Ningún gobierno quiere que el 18% de su gente deambule de forma independiente manteniéndose. Su propio modo de vida ofrece un desafío subliminal a las normas capitalistas de uso de la tierra y a las normas de propiedad privada, en relativa autonomía del control del Estado central, a menudo con rangos de pastoreo a través de las fronteras de otros Estados". [54]

Marx, según Foster, también reconoció la importancia de TEK:
El problema más importante ante el que se vería la sociedad construida por los productores asociados, resaltó Marx una y otra vez en su obra, sería el de afrontar el problema de la relación metabólica entre los seres humanos y la naturaleza, en las condiciones industriales más avanzadas que imperarían en la víspera de la crisis revolucionaria final de la sociedad capitalista. En ese sentido, era claramente necesario aprender más acerca de la relación humana con la naturaleza y la subsistencia mediante el desarrollo de formas de propiedad, durante el gran lapso de tiempo antropológico. Marx se remonto en consecuencia, guiado por los preceptos materialistas de su análisis, hasta la consideración de los orígenes de la sociedad humana y de las relaciones humanas con la naturaleza, como medio para concebir el potencial que permitiría trascender de modo más completo la existencia alienada. [55]

Tenga en cuenta que en esta visión no hay un abandono de la tecnología sino un esfuerzo por utilizar la tecnología de una manera más acorde con una relación sana con la naturaleza a través de una comprensión de cómo esa relación fue mediada antes del capitalismo. Hay quienes desconocen los conocimientos tradicionales de todo tipo porque afirman que no son científicos. Estoy en desacuerdo. Creo que tales rechazos se basan en un exceso de privilegios de la historia escrita y la comprensión de la ciencia que están circunscriptas por las prioridades capitalistas. En cualquier caso, tampoco tenemos que deshacernos de Marx para estudiar y defender la preservación de ciertos enfoques indígenas o tradicionales de la naturaleza porque eso es precisamente lo que Marx estaba haciendo hacia el final de su vida.

Además de organizar la producción y construir así nuestra relación con la naturaleza sobre la base de la necesidad humana en lugar de la ganancia y la acumulación, en una sociedad socialista nuestras decisiones también deben ser, según Marx, verdaderamente democráticas. La toma democrática de decisiones de los productores asociados, la mayor disponibilidad de información científica y el desarrollo progresivo de las facultades intelectuales humanas permitidas a través del aumento del tiempo libre, todo lo cual Marx consideró como algunos de los atributos definitorios del socialismo, significaría más personas participando de una manera más informada en las decisiones sobre nuestra relación con la naturaleza.

Al acusar a Marx de prometeico y antropocéntrico, los críticos a menudo señalan afirmaciones hechas por Marx y Engels sobre el "sometimiento de las fuerzas de la naturaleza a la humanidad" y su respuesta positiva a la idea de "limpiar continentes enteros para cultivar" porque estaban más preocupados por prevenir la hambruna que preservar el área silvestre. [56]

¿Puede el capitalismo mejorar su relación con la naturaleza?
Quiero terminar volviendo al principio. Al comienzo de este artículo mencioné que el análisis de Marx del capitalismo podría ayudarnos a salvarnos de dos trampas en las que los pensadores ecológicos y el movimiento ambiental han caído en el pasado: una fe y un compromiso con el enverdecimiento del capitalismo y la proyección de una naturaleza purificada y abstracta que no tiene relación con los seres humanos y que es mejor así. Quiero señalar que estos dos puntos de vista no son incompatibles, ni son progresivos.

¿Se puede evitar de manera efectiva la degradación ambiental y se puede evitar de manera realista la destrucción de la biosfera a través de actividades humanas bajo el capitalismo? Como dice John Bellamy Foster, la evidencia empírica no es buena. A pesar de las terribles predicciones de la gran mayoría de los científicos del mundo de que el cambio climático producido por el hombre amenaza nuestra existencia en el planeta, el capitalismo no está cerca de tomar medidas que puedan marcar una diferencia significativa. Según algunos ambientalistas, esto se debe a que el mercado tiene todo bajo control. Como señala Foster:

"Los teóricos de la modernización ecológica, como Arthur Mol, no ven la degradación ambiental como una característica inherente del desarrollo capitalista. Siguen siendo celosos socio-tecno-optimistas, creyendo que las fuerzas de la modernización conducirán a la desmaterialización de la sociedad y al desacoplamiento de la economía del consumo de energía y material, permitiendo a la sociedad humana, bajo el capitalismo, trascender la crisis ambiental. Algunos defensores de este puesto, como Charles Leadbeater, argumentan que a medida que la economía se desarrolla, está produciendo una sociedad ingrávida que está más basada en el conocimiento y menos dependiente de los recursos naturales.

Son Leadbeater y Mol quienes deberían ser criticados por su productivismo, no Marx, especialmente dado que la sociedad ingrávida y desmaterializada que "describen" es un mito completo. Como señala Sara Volle en su revisión de Frank Webster’s Theories of the Information Society:

"De hecho, sigue siendo imposible vivir en el aire. Y sin embargo, eso es precisamente lo que una sociedad de la "información" o "postindustrial" (PIS) finge hacer. La realidad, por supuesto, es mucho menos ordenada: un mundo incómodo ocupado por mano de obra explotada, ríos contaminados, permutas de riesgo crediticio, derretimiento de casquetes polares, etc., esas catástrofes familiarizadas a menudo desinfectadas del "más para menos" ethos de una sociedad" post-industrial". [57]

Comparado con esto, la perspectiva de Marx de una sociedad de productores asociados con una gran cantidad de tiempo libre y una relación sana con la naturaleza y la tecnología, desarrollando plenamente nuestras habilidades para tocar, degustar, oler, ver, sentir, escuchar, pensar, amar y soñar, parece infinitamente más atractiva y sobre todo, posible. Esta visión, junto a la comprensión de por qué la degradación ambiental es generada en el capitalismo, de las ideas de Marx puede contribuir al movimiento contra la destrucción ecológica.

Notas:
[1] Graham Ruddick, “Donald Trump Says U.S. Could Re-Enter Paris Climate Deal,” Guardian (US), January 29, 2018, https://www.theguardian.com/us-news/2018/jan/28/donald-trump-says-us-could-re-enter-paris-climate-deal-itv-interview

[2] Eoghan Macguire, “Paris Agreement Two Years On: Who is Taking the Lead on Climate Change?” CNN, December 19, 2017, https://www.cnn.com/2017/12/12/world/climate-change-paris-agreement-two-years/index.html

[3] Tamsin Green, “World Weatherwatch: From Drifts in Paris to Drought in Cape Town,” Guardian, February 14, 2018, https://www.theguardian.com/world/natural-disasters

[4] Para una crítica de este enfoque, ver Ian Angus and Simon Butler, Too Many People: Population, Immigration, and the Environmental Crisis (Chicago: Haymarket Books, 2011).

[5] John Bellamy Foster, Brett Clark, and Richard York, The Ecological Rift: Capitalism’s War on the Earth (New York: Monthly Review Press, 2010), 19-20. See also Chris Williams, Ecology and Socialism (Chicago: Haymarket Books, 2010), 117–124.

[6] John Bellamy Foster, Marx’s Ecology: Materialism and Nature (New York: Monthly Review Press, 2000), 9–10, and Paul Burkett, Marx and Nature: A Red and Green Perspective (Chicago: Haymarket Books, 2014), xxix.

[7] Ver las explicaciones de la fractura metabólica más adelante en este ensayo.

[8] Foster et al., Ecological Rift, 228.

[9] Marx y Engels siguen al antropólogo del siglo XIX Lewis Morgan al usar los términos salvajismo, barbarie y civilización como descriptores de diferentes momentos del desarrollo de la relación humana con la naturaleza. También mencionan la "idiotez de la vida rural" y se refieren a la humanidad como "hombre". No utilizo estos términos como parte de mi propia narrativa, pero ya que aparecerán en citas, quiero señalar que aunque los reconozco como problemáticos tal como se entienden hoy, estos términos no significaron para Marx y Engels lo que significan para nosotros. En algunos casos, son el producto de una traducción inexacta: "aislamiento" captura mejor lo que comúnmente se traduce como "idiotez", y la palabra alemana que se traduce como "hombre" en la mayoría de las ediciones en inglés, mensch, es en realidad de género neutral.

[10] Karl Marx, Economic and Philosophical Manuscripts of 1844, in Marx and Engels Collected Works (hereafter MECW), vol. 3 (New York: International Publishers, 1975), 276.

[11] Karl Marx, Capital, vol. 1 (New York: Vintage Books, 1977), 283.

[12] Foster, Marx’s Ecology, 72.

[13] Foster, 66–67.

[14] Martin Empson, Land and Labour: Marxism, Ecology, and Human History (London: Bookmarks, 2014) 104.

[15] Empson, Land and Labour, 108.

[16] Empson, 105.

[17] Al principio esto significó adoptar formas alternativas de subsistencia: Marx relata que a principios del siglo diecinueve, la duquesa de Sutherland reemplazó por la fuerza a toda la población del condado de Sutherland en Escocia con 131,000 ovejas. "Entre 1814 y 1820 estos 15,000 habitantes. . . fueron sistemáticamente cazados y erradicados. Todos sus pueblos fueron destruidos y quemados, todos sus campos convertidos en pastos. . . . De esta manera, esta bella dama se apropió de 794,000 acres de tierra que habían pertenecido al clan desde tiempos inmemoriales. "Al final de este proceso," el remanente de los habitantes originales, que habían sido arrojados a la orilla del mar, intentaron vivir pescando peces". Véase Marx, Capital, vol. 1, 891-92.

[18] Véase Marx, Capital, 874.

[19] Marx, Economic and Philosophical Manuscripts of 1844, 308.

[20] Karl Marx, Capital, vol. 3 (London: Penguin, 1991), 195.

[21] Marx, Capital, vol. 1, 638.

[22] Foster, Marx’s Ecology, 149, 249.

[23] Empson, Land and Labour, 150–151; Foster et al., Ecological Rift, 352–371.

[24] Foster, Marx’s Ecology, 253.

[25] Frederick Engels, “The Part Played by Labor in the Transition from Ape to Man,” in MECW, vol. 25 (New York: International Publishers, 1987), 460–61, 463. Dado el cargo de que el interés de Marx y Engels en la ecología fue relegado a sus primeras colaboraciones, téngase en cuenta que este pasaje fue escrito en 1876.

[26] Burkett, Marx and Nature, 79–80.

[27] Marx, Capital, vol. 1, in MECW vol. 35 (New York: International Publishers, 1996), 53.

[28] Burkett, 74–75.

[29] Empson, 209.

[30] Empson, 210.

[31] Charles C. Mann, 1491: New Revelations of the Americas Before Columbus, 2nd ed. (New York: Vintage Books, 2011), 356.

[32] Burkett, 108.

[33] Karl Marx, Capital, vol. 2 in MECW, vol. 36 (New York: International Publishers, 1997), 173.

[34] Engels, “The Part Played By Labor in the Transition from Ape to Man,” 463.

[35] John P. Clark, “Marx’s Inorganic Body.” Environmental Ethics 11 (Fall 1989): 243-258, http://www.academia.edu/ 2903908/_Marxs_Inorganic_Body_. a acusación de que Marx es "edípico" así como prometeico parece un adorno retórico que salió mal, confuso como lo hace la acción de la tragedia de Esquilo (Edipo mató a su padre, no a su madre) para explicar el supuesto odio de Marx a la naturaleza como un asunto maternal. Clark también cita la primera poesía de Marx, que parece un tiro barato.

[36] Oxford English Dictiona ry definition of Aufehebung. En la filosofía hegeliana: el proceso mediante el cual el conflicto entre dos cosas o ideas opuestas o contrastantes se resuelve con el surgimiento de una nueva idea, que las preserva y las trasciende". https://en.oxforddictionaries.com/definition/aufhebung

[37] Clark, “Marx’s Inorganic Body,” nota al pie 48.

[38] Karl Marx, Grundrisse (New York: Penguin Books, 1993), 409–410.

[39] Clark parece estar describiendo aquí lo que hace el capitalismo en beneficio del beneficio, en lugar de lo que el socialismo podría hacer al servicio de la necesidad humana. Ver Chris Williams’s Ecology and Socialism, 124-127.

[40] Nuevamente, Clark parecer estar describiendo el capitalismo de mercado.

[41] Clark, “Marx’s Inorganic Body.”

[42] La observación, citada por Engels en una carta a Eduard Bernstein, se puede encontrar en MECW, vol. 35, 388.

[43] Ankit Panda, “How the Soviet Union Created Central Asia’s Worst Environmental Disaster,” The Diplomat, October 3, 2014, https://thediplomat.com/2014/10/how-the-soviet-union-created-central-asias-worst-environmental-disaster/ rmine Sahakyan, “The Grim Pollution Picture in the Former Soviet Union,” Huffington Post/World Post,

[44] Chris Williams, “Marxism and the Environment,” International Socialist Review 72 (July 2010), https://isreview.org/issue/72/marxism-and-environment

[45] Foster et al., The Ecological Rift, 215.

[46] Karl Marx, Theses on Feuerbach, Thesis 11, in MECW, vol. 5 (New York: International Publishers, 1976), 5.

[47] Burkett, 199.

[48] Marx and Engels, The German Ideology, in MECW, vol. 5, 49.

[49] Karl Marx, Capital, vol. 3 (London: Penguin Books, 1991), 911.

[50] The Communist Manifesto, 71.

[51] Marx citado y comentado en Foster et al., The Ecological Rift, 231.

[52] Foster, Marx’s Ecology, 210, 229.

[53] Susanna B. Hecht, Kathleen D. Morrison, and Christine Padoch, The Social Lives of Forests: Past, Present, and Future of Woodland Resurgence (Chicago: University of Chicago Press, 2013).

[54] Chris Williams, “Damming the Future: The Struggle to Protect Kenya’s Ewaso Ngiro River,” Truthout, June 17, 2015, https://truthout.org/articles/damming-the-future-the-struggle-to-protect-kenya-s-ewaso-ngiro-river/

[55] Foster, Marx’s Ecology, 221; énfasis añadido.

[56] The Communist Manifesto, 46

[57] Sara Volle, “The Heaviness of a Weightless Society,” The Politics of Information, September 25, 2012. https://thepoliticsofinformation.wordpress.com/2012/09/25/the-heaviness-of-a-weigh

Fuente: https://isreview.org/issue/109/marx-and-nature