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domingo, 26 de octubre de 2014

¿Cuántos kilómetros hay que caminar para quemar las calorías de tu comida favorita?

A continuación la distancia que tendrías que recorrer para deshacerte de las calorías de algunos alimentos.

* Pizza (100 grs)
83 minutos (min)
4,3 kilómetros (kms)

* Papas fritas
Pequeñas: 72 min y 3,8 kms
Grandes: 156 min y 8,3 kms

* Batido grande de chocolate
300 min
16 kms

* Sándwich (crujiente) de pollo
194 min
10 kms

* Helado con chocolate derretido (pequeño)
103 min
5,4 kms

* Galleta con chispas de chocolate
50 min
2,7 kms

* Gaseosa
97 minutes
5,1 kms

* Hamburguesa de queso
94 min
4,9 kms

Pasta
* Plato de tallarines
40 min
2 kms

* Manzana
16 min
800 metros
Fuentes: Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Carolina del Norte y Departamento de Agricultura, EE.UU. Síguenos en @bbc_ciencia

domingo, 5 de octubre de 2014

Tortilla de patatas paso a paso.

...Seamos sinceros, tortillas de patatas buenas hay muy pocas. Al menos que a mí me gusten. Y que conste que respeto todas las opiniones. Abundan las resecas, apelmazadas y grasientas y las tortillas demasiado gruesas. ¿Mis favoritas? Sin duda las que siguen los pasos del eje A Coruña-Betanzos. Ese tipo de tortillas que comenzaron a elaborarse hace ya cien años en el mesón La Casilla de este pueblo coruñés y que hoy continúan bordando. Siguen su estela La Penela, el Bar Mama Manuela, Mesón Obo, y  El Manjar  en A Coruña. Y por supuesto, O Pote, y Casa Miranda en el propio Betanzos. En Madrid, La Penela y Sacha. Todas espléndidas.

La pasada primavera, Santiago Pedraza y su mujer Carmen inauguraron en Madrid Taberna Pedraza  un local que entre sus especialidades ofrece una soberbia tortilla que Carmen aprendió en el mesón O Pote “Elaboramos 30 tortillas diarias”, me comentaba ayer Santiago. "Consumimos cerca de 1.000 huevos a la semana. Huevos de la casa Coren gallega, entre dos y cuatro días después de la puesta, nunca grandes, con 58 gramos de peso como máximo procedentes de gallinas de corral y bajo contenido en albúmina”. ¡Qué barbaridad ¡ cuántos requisitos, pensé para mis adentros.

Capel1 ¿En qué se diferencian estas tortillas de otras españolas? Aparte de que no llevan cebolla, en muchos pequeños detalles. Traspasé la barra, me acerqué al rincón donde trabaja Carmen y seguí sus pasos. Las fotografías ilustran el proceso mejor que mis palabras.

1) Patatas. Por lo general en Galicia se emplean de la variedad kennebec, dicen que las mejores son de Coristanco en la comarca coruñesa de Bergantiños. En su lugar Carmen utiliza patatas agrias de arena de Chipiona (Cádiz). Las pela a mano, las lava, las corta a cuchillo en gruesos bastones y las corta con mandolina para obtener cuadraditos de 2/3 milímetros de grosor. Remojo en agua, escurrido y fritura en aceite de oliva a 180ºC. Las escurre cuanto están suavemente doradas.
2) Huevos. Emplea 4 unidades para 300 gramos de patatas. Batido suave con dos cucharas para no generar espuma. Al final añade cuatro pellizquitos de sal. “Se salan los huevos, nunca las patatas”, me advirtió Carmen.
3) Después mezcla los huevos y las patatas fritas en un bol con movimientos suaves.
4) El cuajado lo hace a fuego lento, dando hasta cuatro vueltas a la tortilla con intervalos de 30 segundos.

Carmen las deja muy jugosas, como es habitual en A Coruña y Betanzos. Tanto que al cortarlas fluye abundante huevo líquido entre las patatas. Una delicia. Fuente: El País. http://blogs.elpais.com/gastronotas-de-capel/2014/10/una-gran-tortilla-paso-a-paso.html


domingo, 3 de agosto de 2014

Receta de gazpacho del NYT

CLASSIC GAZPACHO
2 pounds tomatoes; 1 medium cucumber; ½ yellow bell pepper; 2 thick bread slices; ¼ cup olive oil; 2 tablespoons red-wine vinegar; 1 garlic clove; 1 cup water; salt and pepper. Garnish: A drizzle of olive oil. (NYT)

-2 libras de tomates. (Unos 900 gr)
-Medio Pepino.
-Medio pimiento amarillo o verde.
-Una rebanada fina de pan.
-Un cuarto de taza de aceite de oliva virgen.
-Dos cucharadas soperas de vinagre de vino tinto.
-Un diente de ajo.
-Una taza de agua.
-Sal y pimienta al gusto.
-Un chorro de aceite de oliva por encima.

Ver más aquí en el NYT

Es un excelente plato de verano, aunque hay quien lo sigue tomando todo el año. Tiene abundantes vitaminas, ya que las verduras se comen crudas, y agua, tan necesaria en verano. Su preparación es tan sencilla que lo puede hacer un niño. Se echa todo en una batidora y se hace una especie de salsa o sopa fría.

Hay quien le pone huevo duro, trocitos de jamón, trocitos de tomate, pimiento y pepino, por encima al gusto, como guarnición.

Como entrante se toman unos 125 c.c., como plato con guarnición unos 200-250 c.c.

Dadas sus características saludables no es extraño que se haya extendido por el mundo entero y que tenga múltiples variantes dependiendo de las costumbres de la zona. Su origen indiscutible es andaluz como el salmorejo, dos aportaciones de la cocina popular andaluza al mundo.

domingo, 29 de junio de 2014

¿Quién inventó la salsa mahonesa (mayonesa)?

Nada más aterrizar en Mahón llamé a Pep Pelfort y quedamos para comer en La Mojigata, un local de cocina menorquina frente al mercado de pescados.

Tenía interés en conversar con él porque durante los días 9 y 10 del pasado mayo Pelfort, médico catalán retirado en la isla, pronunció una conferencia con el título “Unguentum digestivum, aioli bo i salsa maonesa”. Fue el eje de un gran debate sobre esta salsa universal cuyos orígenes constituyen uno de los grandes enigmas de la gastronomía europea. Encuentro apasionante (Diàlegs a Mongofra) que reunió en Menorca a catedráticos, estudiosos de la cocina y algunos periodistas

¿Quién inventó esta salsa? ¿La descubrieron los franceses en Mahón entre 1756 y 1763, durante los siete años en los que las tropas del Duque de Richelieu ocuparon la isla? ¿Se difundió después entre los grandes restaurantes de Francia, como apuntaba Dionisio Pérez en su “Guía del buen comer español (1929)”? ¿Menorquina o parisiense? ¿Española o francesa?

Aunque nadie ha demostrado de forma fehaciente que surgiera en Menorca, varias hipótesis de peso sostienen que se conocía antes de la llegada de los franceses. La más importante la aporta el libro Art de la Cuina del franciscano Francesc Roger (Ciudadela), correspondiente a la primera mitad del siglo XVIII, donde se reseñan 19 recetas en las que interviene el l’aioli bo (alioli bueno), nombre que presumiblemente el fraile daba a la salsa mahonesa. Pero como en ninguna parte del manual se describe cómo se elaboraba, los defensores de esta teoría, con Pelfort a la cabeza, suponen que era tan popular que Fra Roger daba por hecho que la gente ya sabía cómo hacerla. Todo es posible.

¿Se inventó en Francia? Para nada. Los participantes en el foro de Mongofra ratificaron con regocijo la prueba aportada por el erudito aragonés José María Pisa según el cual los versos atribuidos a Lancelot, cocinero francés del siglo XVII, en los que se describen los pasos de la receta son completamente falsos, un simple pastiche de Achille Ozanne (1846-1896). Base errónea que ha servido a muchos autores, incluido el español Ángel Muro en su Diccionario General de Cocina (1892), para dar por sentado el origen galo de la salsa. A lo largo de una deliciosa comida, Pelfort soportó mi bombardeo.

¿Mayonesa o mahonesa? Sin duda mahonesa, es una salsa menorquina. Los franceses lo único que hicieron fue ponerle nombre y divulgarla por el mundo como si fuera suya. De Mahon, mahonesa, maonesa, mayonaise…

¿Estás seguro? Convencidísimo. El 20% de las recetas de Fra Roger llevan alioli bo. La obra “Re Cibaria” de Pere Ballester, publicada doscientos años después, recoge recetas de dos manuscritos de base popular menorquina del XIX (1813 y 1850) Si te fijas en casi todos los platos de Ballester en los que aparece la mahonesa, equivalen a los mismos en los que el fraile de Ciudadela indicaba alioli bo mucho antes. En Menorca el término bo cambia el significado. Por ejemplo, pebre equivale a pimiento rojo, y pebre bo es pimienta negra o en grano. Alioli bo era salsa mahonesa.

¿No te parece raro que la mahonesa surgiera en la isla con menos olivos del Mediterráneo? En absoluto. Siglos atrás, durante la presencia árabe, hubo muchos olivos. De todos modos el aceite se hacía con los acebuches que llenan la isla y producen aceites muy finos. Además, hay documentos de los siglos XIV, XVI y XVIII que acreditan que Menorca importaba cantidades ingentes de aceite de oliva, una ruina económica para la isla.

Sin embargo, el aceite de oliva no es una grasa hegemónica en Menorca. La manteca de cerdo se emplea mucho en las cocinas domésticas. En la tradición culinaria menorquina hay un equilibrio en el consumo de las tres grasas, mantequilla, aceite de oliva y manteca de cerdo derivada de la presencia de árabes, judíos, cristianos e ingleses. Fíjate en los recetarios.

En tu exposición hablaste del posible origen medicinal de la mahonesa. Me baso en un manuscrito encontrado en la Biblioteca de Cataluña correspondiente a un estudiante de medicina, probablemente menorquín, Fortunato Figuerola, correspondiente a 1720, anterior al recetario conventual de Fra Roger. Alude a un ungüento hecho en el mortero con yema de huevo y aceite que se aplica de forma tópica contra llagas y quemaduras. De momento es la referencia más antigua de que disponemos.

Dame una razón para que yo deje de utilizar la palabra mayonesa y emplee mahonesa en el futuro. Todos los diccionarios etimológicos franceses afirman que el origen de la palabra es menorquín, solo los franceses poco conocedores y chovinistas afirman que la inventaron ellos. La mayonesa ha muerto, ¡viva la salsa mahonesa!
José Carlos Capel. 29 de junio 2014. Fuente: http://blogs.elpais.com/gastronotas-de-capel/

Ingredientes de la mayonesa
1 vaso de aceite (1/4 l)
1 huevo
1 cucharada de vinagre o de zumo de limón
sal

Elaboración de la mayonesa
Casca el huevo a un cuenco. Si cayera algún trozo de cáscara retíralo.
Colócalo en el vaso de la batidora, agrega el vinagre y la sal.
Vierte el aceite.
Enchufa la batidora e introduce el brazo batidor en el vaso. Ponla en marcha y mantenla quieta sin moverla hasta que espese. Cuando veas que ha tomado cuerpo realiza movimientos suaves, ascendentes y descendentes, hasta que quede una salsa homogénea.
Desenchufa la batidora y pasa la mayonesa a un cuenco.
Más info: http://www.hogarutil.com/cocina/recetas/salsas/201009/mayonesa-3120.html#ixzz361bmKsqH

viernes, 31 de enero de 2014

El lujo de la ‘cucina povera’. Obtener el máximo sabor posible con el menor número de ingredientes disponibles

Es el lema que sustentó a parte de Italia hasta la explosión económica tras la II Guerra Mundial
Platos sencillos que 70 años después entroncan con la tendencia gastronómica del momento
FOTOGALERÍA Recetas de siempre, como nunca

¿Hay algo mejor en el mundo que mojar un trozo de pan crujiente en la yema de un huevo frito? Para Ferran Adrià no. El otrora responsable de elBulli lo considera “una auténtica obra de arte”: barato, sencillo, irresistible. Adjetivos que describen también a la llamada cucina povera (cocina pobre). Un término que hace referencia al recetario de supervivencia que prosperó en Italia desde la última mitad del siglo XIX hasta después de la II Guerra Mundial. En el convulso escenario social y político que propiciaron los sucesivos conflictos independentistas y la posterior unificación, su objetivo era lograr el máximo sabor y valor nutritivo posible con el menor número de ingredientes disponibles.

Esta austera filosofía entronca un siglo después con la tendencia gastronómica más potente del momento: aquella que reivindica los alimentos de temporada y la producción local. Cuando ya comienza a percibirse  cierto hartazgo del durante años ensalzado nitrógeno líquido y de las creaciones con nombres más largos que el Ebro, la cucina povera reclama su sitio en la mesa. Sus platos sin pretensiones, ­articulados en torno a la materia prima y la técnica tradicional, no han perdido ni un ápice de vigencia.

El fotógrafo Dexter Hodges recopila en estas páginas cinco recetas de su abuela Enrica, que, aunque emigró a Connecticut desde la región de las Marcas, nunca dejó de cocinar tagliolini con tocino y ajo, o pan con parmesano. “Mi nonna hacía la pasta a mano. Los cortes de carne que iban en las salsas de tomate no eran quizá los mejores, pero después de cocer todo el día, los ponía en un plato aparte y eran tan tiernos que se podían cortar con un tenedor”, recuerda.

Esta cultura del aprovechamiento máximo de los recursos –heredera de los años en que comer, sin más, era un lujo– ha dado a la gastronomía algunos de sus más suculentos guisos y ha cimentado, entre otros, el movimiento slow food. Fundado durante los años ochenta también en Italia, aboga, frente a la estandarización de la dieta, por la salvaguarda de las costumbres y productos regionales. Parte de la historia y el folclor de Italia transita por los pucheros de las cucine povere. Quizá por eso, hace ya cerca de cinco décadas que en el país alpino se reclama el valor y la importancia de estos platos, que no por sencillos pueden catalogarse como simples. Conseguir un resultado sabroso con cuatro ingredientes básicos requiere de una buena dosis de imaginación y toneladas de saber hacer.

En España, sin haber acuñado un vocablo para definirla, existe una rica tradición en comidas económicas  que han alimentado y alimentan estómago y paladar. Ahí están los tortos asturianos, una suerte de torta elaborada únicamente a base de agua y harina de maíz que se calienta en una sartén. O las sopas de ajo: agua, pan, ajo, pimentón y, según la zona, huevo. La ropa vieja, las migas, el salmorejo… Entonces fruto de la necesidad. Hoy un auténtico lujo.

Descubra cinco recetas originales con esos ingredientes que siempre hay en la cocina: huevos, ajos, tocino, cebolla, tomates... Fuente. El País. (Ilustración tomada de Urban Sktechers )

sábado, 30 de noviembre de 2013

Coma con el cerebro. Michael Pollan, el experto de referencia de los Obama, tiene motivos para convercerle de que lo único que se necesita para tener contento al estómago es usar la cabeza

Poca gente ha hecho más por la comida que el académico y escritor estadounidense Michael Pollan. El autor de Food rules parte del sentido común y propone que para comer bien solo se necesitan un par de dedos de frente.

Estos son los consejos de este superventas cuyo nuevo libro está a punto de ser editado en España.

1. No coma nada que no se pudra
La comida de verdad o está viva o lleva poco tiempo muerta. En todo caso, el margen que la separa de ser basura es pequeño. Todo lo que no cumpla este requisito es porque ha sido procesado hasta la inmortalidad con tantos agentes químicos que no atrae ni hongos ni bacterias.

2. Compre en las paredes de los supermercados, no en los pasillos
La comida fresca –los productos agrícolas, carne, pescado, lácteos– se pone en las paredes porque así es más fácil reponerla. Y la procesada acaba en los pasillos. Cuanto más se aleje de ellos, mejor.

3. Evite las cosas que su abuela no entendería como comida
¿Celulosa? ¿Diglicéridos etoxilados? ¿Quién le ha dicho que esas cosas se pueden meter en la boca? Si no reconoce un ingrediente es probable que se trate de un componente químico. No hay pruebas de que estos sean un peligro para la salud, pero piénselo: la raza humana no lleva mucho tiempo comiéndolos. No se la juegue.

4. Coma solo animales que hayan comido bien
La evolución ha diseñado fantásticos rumiantes, capaces de convertir hierba en grasas saludables (mucho omega tres y poco omega seis). La industria alimentaria los ha cogido y los ha cebado de pienso energético para que crezcan más y peor.

5. Cuanto más blanco sea el pan, más joven morirá usted
Ingerida tal cual, la harina es como un chupito de glucosa: no tiene las virtudes de otros granos (fibra, vitamina B y grasas saludables) y arrasa el organismo. Es como el tabaco: cuanto antes la deje, más vivirá.

6. Coma plantas, sobre todo si tienen hojas
Hay cientos de miles de estudios que prueban que una dieta rica en fruta y verdura reduce las posibilidades de morir de alguna enfermedad occidental como el cáncer. En los países en los que se come medio kilo diario de fruta y verdura (suele coincidir que son los que más obedecen las tradiciones: no es mala idea pensar en la comida como un japonés), las tasas de cáncer son la mitad que en un país como Estados Unidos. Usted mismo.

7. No compre comida que se llame igual en todo el mundo
Hay traducción al francés para canónigos, pero no para Big Mac ni Pringles. ¿Coincidencia?
Fuente: El País, Icon

martes, 19 de noviembre de 2013

Kadir Nurman, controvertido inventor del ‘döner kebab’

Igual que otros inventos y descubrimientos cardinales como el teléfono o el planeta Neptuno, el döner kebab, o kebap, es un hito de paternidad disputada. La costumbre de cocinar la carne de cordero ensartándola ante el fogón es indudablemente anterior al día de 1972 en que Kadir Nurman puso en pie su gran espetón giratorio y empezó a venderla en panes de pita con lechuga y cebolla. Antes, el kebab se comía en plato, con arroz y verduras como guarnición. Algunas fuentes dicen que incluso esta modalidad de sándwich ya era conocida en Turquía. Otros atribuyen la idea a Mehmet Aygün, que empezó a venderlos en un local llamado City-Imbiss, en Berlín-Kreuzberg. De los dos berlineses nacidos en Turquía que reivindicaban la invención del kebab, Aygün es un rico propietario de restaurantes y hoteles. Nurman, en cambio, no pasó de pequeño empresario en la tienda de kebab que regentaba junto a la estación de Berlín-Zoo.

En una entrevista con el diario Frankfurter Rundschau, Nurman se preguntaba hace un par de años: “¿Quién iba a saber entonces que el döner sería algo tan conocido?”. Si él lo hubiera intuido, “lo habría registrado ante notario”. Ahora “sería millonario”. Una constatación que suena a lamento. Después reveló el secreto del kebab: “Te sacia por poco dinero”. Nurman no mostraba la menor duda de que él fue quien inventó el sándwich de kebab que ha conquistado Europa: “Quizá otro lo hizo también, en algún sitio recóndito, pero nadie se enteró de eso; el döner es famoso gracias a mí”.

La Asociación de Fabricantes Turcos de Döner en Europa (ATDID) así lo reconoció en 2011, concediéndole una medalla por su contribución al kebab. Según destacaron entonces los portavoces de la ATDID, con sede en Berlín, el sector del döner emplea a 60.000 personas en Alemania y está en franco crecimiento. Unos 15.000 chiringuitos de comida rápida venden döner kebab por toda Alemania. Desde el centro de Europa saltó a los países vecinos e inició una expansión global que, según sus empresarios, no ha culminado.

Nurman nació en Anatolia, Turquía, en 1933. Emigró a Alemania en los sesenta, como millones de sus compatriotas. En 1972 abrió una tienda en Berlín occidental. Al principio vendía chucherías, pero medio año después ya cocinaba kebab. Al final de su vida ironizó sobre la cantidad de variedades (de pollo, en pizza o hasta vegetariano) que se venden en Alemania: “No son auténticos”, dijo, “ni por desgracia saben bien”. Aun así se alegró de que “tantos turcos puedan vivir del kebab y tantos millones de personas lo coman”. Kadir Nurman, disputable inventor del kebab, murió en Berlín el 23 de octubre. Tenía 80 años.
Fuente: El País

lunes, 14 de octubre de 2013

Los mejores entre los buenos. Alimentos seleccionados por nutricionistas americanos contratados por el gobierno.

Existen buenos alimentos. Son aquellos que aportan vitaminas y minerales, estimulan el sistema inmunológico, protegen el corazón y las arterias y no te hacen ganar peso. Con estos criterios un grupo de nutricionistas americanos contratados por el Departamento de Agricultura del gobierno USA (USDA) ha elaborado la lista de los 30 alimentos más saludable. Entre ellos el yogur griego y el atún, la mayoría son frutas y verduras como los siguientes:

1. Alubias negras, las más ricas en proteínas.
2. Manzanas, alto contenido en pectinas bloquea la absorción de colesterol. "An Apple a day takes the doctor away".
3. Moras, de las más antioxidantes que hay, las negras.
4. Tomates. El antioxidante perfecto y fuente de vitamina C.
5. Berza, alto contenido en vitamina K y fibras.
6. Calabaza, muy pocas calorías y rica en fibra y vitamina A.
7. Plátano, alto contenido en potasio, para mantener bien la función muscular y del sistema digestivo.
8. Brócoli, Propiedades antinflamatoria e inmuno-depresoras, asociado a anticancerígenos.
9. Espinacas, hierro, calcio y vitamina A.
10. Alubias rojas. Potasio y magnesio, mantienen baja la presión arterial.
11. Lentejas. Hierro, fibras y proteínas,
12. Remolacha. Gran fuente de folatos, que ayuda a metabolizar los aminoácidos, importantes para las embarazadas y reduce el riesgo cardiovascular.
13. Berenjenas. Contiene toda la gama de la vitamina B y mucha fibra.
14. Coles de Bruselas. Ayuda a reducir el riesgo de cáncer de estómago, próstata y mamas.
Fuente: El País Extra IFEMA. FRUIT ATRACTION.
Más en este blog.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Un vaso de vino al día reduce el riesgo de tener una depresión

Un estudio con más de 5.000 personas sin antecedentes descubre este valor de este componente de la dieta mediterránea

El estudio Predimed (prevención con dieta mediterránea) que analizó el efecto de la dieta mediterránea en la salud continúa dando información. El último fruto que se ha publicado es que un consumo moderado de alcohol (de dos a siete vasos a la semana, el equivalente a una copa al día) reduce el riesgo de caer en depresión. Lo ha publicado un equipo dirigido por Miguel Ángel Martínez-González, de la Universidad de Navarra, en la revista BMC Medicine.

Los investigadores hicieron durante siete años el seguimiento de un grupo de 5.500 bebedores con consumos ligeros y moderados de alcohol, de entre 55 y 80 años. “Los hallazgos mostraron una asociación inversa entre estos niveles bajos-moderados de alcohol y la ocurrencia de nuevos casos de depresión”, indica Martínez-González.

En verdad, el estudio Predimed estaba enfocado a medir el efecto protector de la dieta mediterránea, reforzada con aceite de oliva virgen y nueces, en las enfermedades cardiovasculares, y determinó que las personas que seguían esas pautas de alimentación tenían un riesgo un 30% inferior de sufrir un infarto de miocardio o un ictus.

Pero la amplitud del ensayo (10 años de seguimiento a 7.500 personas) ha permitido obtener otras conclusiones aparte del objetivo principal del trabajo. Por ejemplo, también se ha observado que la dieta interactúa y consigue compensar la predisposición genética al ictus. Es decir, actúa a un nivel epigenético incluso en la población con más riesgo de enfermar.
Fuente, El País
Mas información:

miércoles, 21 de agosto de 2013

Penelope Casas, divulgadora de la cocina española. La estadounidense de origen griego escribió varios libros sobre gastronomía mediterránea

Si la cocina española es reconocida en Estados Unidos, parte del mérito es de Penelope Casas. La escritora neoyorquina contribuyó en gran medida a divulgar los platos típicos de la gastronomía mediterránea con sus libros, que tuvieron un gran éxito de crítica y ventas en EE UU. Casas falleció el pasado 11 de agosto en Nueva York, víctima de una leucemia.

Nacida como Penelope Fexas en 1943, era hija de inmigrantes griegos en Nueva York. Sus estudios de Filología y Literatura Española en la universidad de Vassar le inculcaron un gran interés por las tradiciones y las costumbres españolas. En 1962 viajó a Madrid para realizar un curso en la Universidad Complutense y allí conoció al que sería su marido, el español Luis Casas, un joven estudiante de Medicina. Penelope regresó a España al año siguiente y se casó con Luis en 1964.

La joven pareja pasó sus primeros años juntos en España, una época en la que la estadounidense se enamoró de la gastronomía española, ya que su suegra era una cocinera vasca. La joven también se encandiló de los bares y tascas donde se servían las tapas que acompañaban a las bebidas.

En 1968 el matrimonio se trasladó a Estados Unidos para que Luis comenzase su especialización en cirugía. Penelope daba clases de español en colegios e institutos y tenía una curiosa afición: escribir cartas al director en The New York Times. “Escribía muy bien y por eso le publicaban los textos frecuentemente”, recuerda su marido. Una de esas cartas fue la que cambió la vida de Penelope. Sucedió a finales de los setenta, cuando se dirigió a Craig Clairborne, el famoso crítico gastronómico del periódico, para corregirle un dato. El periodista había escrito un artículo sobre cocina española y cometió el error de llamar “anguilas” a las angulas y además contaba mal la receta. La carta, muy educada y correcta, fue respondida por el crítico, pero este se negó a reconocer el fallo. Penelope, muy pacientemente, intercambió correspondencia con el periodista y le invitó a casa para que probase las verdaderas angulas cocinadas como en España. Clairborne se presentó con un fotógrafo y pocos días después publicó un extenso y entusiasta artículo que hablaba de la tortilla española, las perdices y, por supuesto, de las angulas, los manjares que había probado en el hogar de los Casas.


La cosa no acabó ahí, de hecho, solo fue el comienzo. Clairborne puso en contacto a Penelope con una editora amiga y esta le propuso escribir un libro sobre cocina española.  The foods and wines of Spain (Las comidas y los vinos de España). Fue todo un éxito del que se han publicado 12 ediciones. Continuó escribiendo y en 1985 salió a la luz Tapas: The little dishes of Spain (Tapas: Pequeños platos de España), un libro que desató la pasión por las tapas en Estados Unidos. Posteriormente escribió, Paella!: Spectacular Rice Dishes From Spain, La Cocina de Mama: The Great Home Cooking of Spain, Delicioso! The Regional Cooking of Spain, One Pot Spanish: More Than 80 Easy, Authentic Recipes y Discovering Spain: An Uncommon Guide.
 “Tuvo mucha suerte”, cuenta Luis Casas, “normalmente quien escribe un libro tiene que buscarse editores, aquí fue al revés”. Penelope Casas se dedicó en exclusiva a escribir y publicó su primer libro en 1982, Penelope Casas escribió siete libros en total, además de varios artículos en medios como The New York Times. Tras su primer obra, obtuvo el Premio Nacional de Gastronomía por parte del Gobierno español y también recibió la Medalla al Mérito Turístico.

lunes, 19 de agosto de 2013

Trucos para tentar a los niños con la comida sana. Salud. BBC Mundo, @bbc_ciencia

"Se ve asqueroso, pero lo intentaré", comenta Ben, de 8 años, mientras inspecciona el pesto que ha hecho con sus compañeros de clase.

Ben participa en un programa escolar de Reino Unido llamado "Vamos a Cocinar".

El enfoque de estos clubes de cocina es hacer que cada elemento del proceso de la preparación de los alimentos sea divertido y experimental. Así que son los niños quienes buscan los ingredientes en la cocina y hablan sobre dónde se almacenan y por qué.

Ellos tocan y huelen los productos antes de empezar. Leen juntos la receta y deciden qué hacer con cada ingrediente.

En el camino se enfrentan a pequeños desafíos; desde poner los residuos en la basura hasta limpiarlo todo.

Lograr que los niños rechacen la comida basura no es una tarea fácil. Que aprendan a cocinar es una buena forma de animarlos a que piensen en la calidad de lo que comen.

Georgia tiene 8 años y acaba de terminar uno de los cursos de cocina.

Ella se entusiasmó con hacer batidos, diseñar sus propios bocadillos y hacer salsas para untar. Ella sabe lo que es saludable.

"Las cosas que crecen en los árboles suelen ser saludables, como las manzanas. Pero a veces también lo es lo que sale de la tierra, las cosas que puedes cultivar", explica.

Loncheras o comedores
Expertos aseguran que el gusto por la buena comida se estimula cuando participan de la preparación.

No hay un consenso sobre la mejor forma de inculcar en los escolares buenos hábitos alimenticios. Mientras algunos expertos consideran que habría que eliminar las loncheras para que sean los colegios quienes diseñen menús sanos, otros insisten que la respuesta está en enseñarles a cocinar desde pequeños.

Henry Dimbleby ha trabajado en varias escuelas de cocina para niños a partir de los dos años. Él recomienda introducirlos en la cocina tan pequeños como se pueda.

"Haz que cocinen. Hay familias en las que durante generaciones cocinar no ha sido una prioridad", dice Dimbleby.

"Algunas personas podrían argumentar que la cocina es algo que se debe aprender en la casa, y que la escuela es para resultados académicos”.

Pero Dimbleby advierte que lo que ocurre hoy en día es que cocinamos menos y la gente se enferma por lo que ingiere.

La clave es la experimentación.
La chef británica Monica Galetti anima a su hija Anais a comer bien al dejarla cocinar lo que quiera con los ingredientes adecuados.

"Mi secreto es conseguir que mi hija elija comer alimentos saludables", admite.

"Las reglas básicas no han cambiado: comer menos de lo malo y más verduras, frutas y alimentos no elaborados, además de mantener las proporciones pequeñas".

La chef agrega que para ella es una cuestión de nutrición, "pero para Anais es sólo una buena diversión. Es tiempo cualitativo. Ella podría estar sentada en el sofá frente al televisor, pero lo que queremos hacer cuando llegamos a casa es esto (cocinar)".

Cometer errores con cuidado
No todo lo que cocinen los niños tiene que ser dulce, involucrarnos en la preparación de las comidas familiares también ayuda.

Henry Dimbleby está de acuerdo con la idea de la experimentación y el riesgo.

"Como chef sigo cometiendo todo tipo de errores y eso hay que celebrarlo. Con la supervisión adecuada es verdaderamente importante tomar riesgos."

Pero con los más pequeños en la cocina, la seguridad también lo es.

"Mi hijo de cinco años manipula cuchillos afilados bajo supervisión. Como el de tres años, se fija en cómo su hermano mayor usa el cuchillo, agarro el cuchillo con él para cortar".

A los menores de 8 años, Henry los anima a cocinar salsas de tomate, huevos revueltos o muslos de pollo con ensalada.

"Entre los 9 y 12, pueden pasar a hacer las albóndigas o boloñesa, y a partir de los 13, pueden realizar cosas más complejas, con múltiples pasos como el pastel de carne; cosas que llevan más tiempo, planificación y reflexión".

Fiona Hamilton-Fairley, fundadora de una escuela de cocina para niños sin fines de lucro en Londres, está convencida de que los postres para hornear no puede ser lo único que se haga con los pequeños.

"Si vas a cocinar con los niños no sólo hagas panqueques y pasteles. Haz mejor una pizza desde cero, una comida familiar. Hacer algo que todos disfruten alrededor de la mesa, que sirva para comunicarse y divertirse".

Sin embargo, ella es cautelosa acerca de la entrega de los cuchillos antes de tiempo.

"En general, es necesario ser prudentes. Desde los 3 hasta los 7 u 8 años no dejamos que se acerquen a las hornillas o utilicen cuchillos afilados".

Aunque concede que quizás uno sin punta sí les deje usar.

¿Tiene algún truco para que sus hijos coman más sano? En su opinión, ¿Qué ha sido lo más difícil? Si quiere compartir su experiencia, hágalo con el formulario a continuación y si tiene fotos de platos que hayan hecho sus hijos también lo puede hacer escribiéndonos a participe@bbc.co.uk

clic Síganos en Twitter @bbc_ciencia

miércoles, 7 de agosto de 2013

La alta cocina busca un ‘plan B’. Chefs estelares combaten la crisis con propuestas a precios razonables

Una nueva ola de profesionales apuesta por reforzar la clase media de los restaurantes
ANA PANTALEONI / ROSA RIVAS

“Comer razonablemente bien en un ambiente agradable por un precio justo”. No parece demasiado pedir. ¿O sí? En la última década, ese tiempo en que España vivió peligrosamente sumida en burbujas de los más diversos ámbitos de la vida, quizá también se hinchó la de la gastronomía. Al menos, en sus precios. O eso piensa Joan Roca, titular en Girona de El Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo, y que ha mamado de los fogones caseros en el local de sus padres: “Es evidente que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en muchos aspectos y también en este”.

Roca no está solo en sus teorías ni en sus prácticas; la filosofía Celler la ofrece adaptada en rocadillos (anguila ahumada con teriyaki, rabo de buey al vino tinto, escalivada...) y tapas (sardinas fritas con limón y albahaca, chips de alcachofa, patatas bravas, croquetas...) en Roca Bar, dentro del hotel barcelonés OMM. Es solo otra prueba de que algo está cambiado en el mundo de los restaurantes punteros, que ensayan fórmulas nuevas para adaptarse a los tiempos con otro tipo de negocio, para otros públicos y otros bolsillos... menguados por cinco años de crisis en España.

Bien lo sabe Fermí Puig. Acaba de abrir un local en Barcelona tras cerrar el Drolma, su lujoso restaurante de hotel. El precio medio de su nueva aventura son 35 euros. En la carta, platos como la bullabesa de pescado de roca, el canalón de aguacate con cangrejo real y el bacalao con romesco y patatas. El local incluye un reservado bautizado como Les Corts, en honor al viejo estadio del Barça, con una barandilla original del palco presidencial. “Es más un proyecto de vida que un proyecto gastronómico”.

En efecto, hay mucho de disyuntiva vital en esta tendencia. Si la tozuda realidad económica y social nos ha empujado a todos a darnos de bruces con la posibilidad de un plan B, también ha sido así con los cocineros de éxito. Es el caso de Xavier Pellicer y su nueva apuesta por una gastronomía menos superflua, más directa y que no maltrate la calidad. El cocinero, que fue el alma de Can Fabes desde que falleciese repentinamente Santi Santamaria en 2011, dejó el pasado enero la dirección del restaurante (que cierra el 31 de agosto por decisión de la familia ante su “inviabilidad económica”).

Pellicer trabajó antes en el Ábac, donde logró dos estrellas Michelin. Ahora se pone frente al mar y las palmeras de la Barceloneta con un discurso ecológico y reivindicativo. Es el asesor gastronómico de Barraca, un merendero propiedad de Guido Weinberg, dueño también de los locales de productos ecológicos Wokimarket. El cocinero ha diseñado una carta sencilla para Barraca: buenos arroces con otras opciones como los buñuelos de bacalao excelentes copiados de su suegra y las bombas. “Arroces y pescados. Son conceptos muy básicos, como la paella de verduras ecológicas”, remarca Pellicer.

¿Significa todo esto que se acabó el tiempo de la alta gastronomía? Rotundamente no, subraya Puig. “El precio en los restaurantes de alto nivel nunca ha seguido una regla económica racional. En la mayoría, se maquilla ese apartado para evitar facturas absolutamente excluyentes. ¿Alguien ha escuchado a un cocinero de élite decir que su restaurante era un buen negocio? No, porque no lo es. O sea, que deberían ser más caros aún. Empezando por los alquileres, todo es carísimo en un restaurante de lujo”. Por eso, Puig considera que “es el momento de fortalecer la calidad de la clase media de nuestros restaurantes”.

Y ya se sabe: cuando el dinero salta por la ventana, la única opción posible es que la imaginación entre por la puerta. En ello anda también Fina Puigdevall, el alma de Les Cols. “El momento económico obliga a racionalizar costes y a ofrecer al comensal nuevas propuestas ajustadas a la realidad. Es imprescindible no bajar la calidad, trabajar más y ganar menos”, explica la cocinera desde su local en Olot. Además de sus cuidados menús degustación, en Les Cols celebran hasta el 30 de agosto sus “cenas con estrellas mirando las estrellas”. Juego de culturas y texturas con platos como el huevo fresco del día con mayonesa y atún, costilla de cerdo con melocotón, ratafía y otros productos del paisaje volcánico de La Garrotxa acompañados de un experto en astronomía para saborear el cielo. Puigdevall reivindica la iniciativa: “El objetivo de estas cenas en el pabellón de baño del Tossols es recuperar el placer de la comida campestre en las orillas del río, en plena naturaleza y de disfrutar de las estrellas que ofrece la gastronomía y las del universo cósmico”.

El baño de realidad de la cocina galáctica afecta a todos. Los bajones de público afectan a todos, incluso si te apellidas Adrià. La cosa está floja hasta el viernes y el fin de semana se anima. “Está cambiando la clientela y hay que buscar nuevas fórmulas, en equilibrio entre lo que que pagas y lo que te dan”, opina el cocinero Albert Adrià, embarcado en diversas líneas de restauración en Barcelona (bajo el nombre BCN 5.0) asociado con su hermano Ferran y los también hermanos Juan Carlos, Borja y Pedro Iglesias (responsables de Rías de Galicia, Espai Kru y Cañota Casa de Tapas).

La cultura de la tapa es el eje de los proyectos de “alta cocina de barrio” (que estrenaron con éxito en el bar Inopia, ahora llamado Lolita Tapería) y cuyo campo de acción actual es el Paralelo barcelonés: 41º (coctelería-snackería de alta gama), Tickets (tapas creativas), Bodega 1.900 (recién abierta vermutería con oferta de embutidos Joselito, conservas y salazones y aceitunas esferificadas...) y los restaurantes étnicos Pakta (japonés-peruano) y Yauarcán (mexicano de próxima apertura). El alma de elBulli se transparenta inevitablemente en lo que sirven, pero los platos tienen su propia órbita. “Es una cocina más moderna que la de elBulli”, asegura Albert Adrià.

La huella bulliniana también se siente desde hace un año en Cadaqués, con el restaurante Compartir. Iniciativa de los jefes de cocina Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas con ansias de abrir un bar de esencia mediterránea. Raciones en medio de la mesa para picotear entre varios y meter la cuchara. Guisos y arroces junto a propuestas frescas y saludables de cocina de mercado. “Es informal, asequible con un punto moderno”, dice Castro. “La alta gastronomía no se puede acabar. Los grandes restaurantes siguen fuertes y hay un movimiento de una generación de cocineros que aprendió en ellos y que tiene mucha ilusión y ganas de innovar y de adaptarse a las necesidades del público”, dice un optimista Castro. “El nivel general de nuestra cocina está subiendo. Hay propuestas increíbles”.

Variado menú de gastrobares

La 'vermutería' barcelonesa de los Adrià, Bodega 1.900, / MASSIMILIANO MINOCRI

Llámese gastrobar, neotaberna o casa de comidas del siglo XXI, la opción de la tapa y la comida asequible se ha convertido en el plan B de los grandes chefs y la opción hostelera con más posibilidades de éxito para la nueva hornada.

La expansión es regional, pero también de exportación internacional. Paco Roncero, Dani García, Nacho Manzano, Marcos Morán, Sergi Arola o Ramón Freixa son algunos de los nombres de las figuras estelares del firmamento gastronómico lanzadas a la cultura global de la tapa.

La nómina de los chefs del género gastrobarístico es amplia: Albert Adrià y Quique Dacosta (dos de los pioneros), Francis Paniego, Carles Abellán, Albert Raurich, María José Sanromán (y muchos más).

Comida para compartir, pequeños bocados para degustar con los dedos y a precios asequibles (aunque no siempre). La tapa y el pincho son materias de concursos y de entrenamiento en las escuelas culinarias. Se presenta como una opción de futuro para el negocio culinario.

Fuente: El País. (Foto: Rosa, María, Jose y Antonio. De izquierda a derecha, del viaje a Berlín este verano)

jueves, 18 de julio de 2013

Las mejores patatas fritas, chips, de España y del mundo.

Aunque en el mercado abundan las marcas, patatas chips buenas de verdad hay bastante pocas. Las mejores presumen de estar fritas con aceite de oliva; sin embargo, tan solo dos firmas entre las primeras emplean virgen extra. Incluso en estos casos el dato no es suficiente. Es preciso que los aceites estén limpios y no fatigados por el uso. Su sabor las delata.

En la calidad influyen también las variedades de patatas empleadas. Entre todas se llevan la palma las agrias, como las que se cultivan en Soria, a más de mil metros de altura. Y por supuesto es determinante el corte, más o menos fino, y la cantidad de sal con la que se sazonan.

Algunas marcas han alcanzado tal nivel que se exportan a países lejanos. Nadie duda que de España salen algunas de las mejores patatas chips del mundo.

1. San Nicasio
Utilizan patatas no transgénicas que se fríen en aceite de oliva virgen extra a baja temperatura, procedente de almazaras de la Subbética. Se sazonan con sal rosa del Himalaya. Sabor inigualable.
www.sannicasio.es

2. Sarriegui
Traslucidas, ultrafinas, y, según afirman en su web, fritas también con aceite virgen extra.
www.sarriegui.com

3. Garijo Baigorri
Finas, crujientes, elaboradas con patatas agrias cultivadas en Soria y fritas en aceite de oliva.
www.patatasfritasdesoria.com

4. Bonilla a la Vista
Su fundador comenzó friendo churros y patatas en un puesto de feria. Famosas en Galicia y poco conocidas en el resto de España.
http://www.bonillaalavista.com

5. Añavieja
Patatas agrias de Soria, cultivadas a más de mil metros de altitud y que se fríen en aceite de oliva.
www.anavieja.com

6. Marisa
El mejor calificativo es que son de pueblo (Villanueva del Pardillo /Madrid), como las típicas de los buenos churreros. Patatas seleccionadas fritas en aceite de oliva, según indica su etiqueta.
www.patatasmarisa.com

7. Lay´s Gourmet
Pertenecen a la multinacional Pepsico. Fritas en aceite de girasol.
www.lays.es

8. Vicente Vidal
Algo más gruesas, fritas en aceite de girasol.
www.papasvidal.es

Fuente: El País.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Quique Dacosta y Eneko Atxa, tres estrellas en la lotería Michelin

“Hay muchos dos estrellas en España que son indiscutibles tres estrellas”. Así piensa Quique Dacosta y mucha gente más en el sector gastronómico. Otra vez una nueva edición de la famosa guía roja de origen francés deja sorpresas y decepciones. El cocinero extremeño afincado en Levante no se puede quejar, pues ha logrado por fin el sueño triestelar, el que coloca en el podio nacional y, sobre todo, internacional a un restaurante. Dacosta vive un momento dulce en el espacio de Dénia que lleva su nombre, “con más de un 50% de visitantes extranjeros” y acaba de abrir otro restaurante de alta gama en Valencia. El se olía que algo bueno llegaba. Este año recibió muchas visitas de inspectores y el director internacional de Michelin, Michael Ellis, se interesó por él durante el 25º aniversario de Ducasse en Mónaco. “Creo que han entendido el esfuerzo y nuestros logros en Dénia”, resume satisfecho Dacosta.

También ha logrado el brillo triple el vizcaíno Eneko Atxa —al que se le soltaron las lágrimas de emoción—, cuyo Azurmendi se convierte en el único tres estrellas de su provincia. El chef vasco renovó con fuerte acento ecológico y un espectacular huerto hace nueve meses su espacio gastronómico de Larrabetzu, junto al aeropuerto de Bilbao, y el restaurante inicial, por el que logró dos estrellas en 2010, tiene formato prêt-à-porter.

Madrid, la ciudad anfitriona de la noche de las estrellas, no se ha llevado las cotizadas tres. Otro año sin ellas. A pesar de que los responsables de la edición española de Michelin dicen que “en Madrid hay mucho banquillo”. Las quinielas apuntaban a Óscar Velasco, que vuela solo con personalidad en Santceloni sobre el terreno legado por Santi Santamaria. Las apuestas no acertaron, pero el chef estaba contento y contaba con el apoyo de Regina Santamaría, hija de su maestro, fallecido en 2011. Los que sí pueden estar satisfechos son los profesionales catalanes, triunfadores de la guía 2013 con ocho galardonados. La Enoteca, con Paco Pérez al frente, y Moments, con Raül Balam, hijo de Carme Ruscalleda en los fogones, son los dos únicos dos estrellas nuevos de esta edición. Ambos están en hoteles (Arts y Mandarin Oriental), lo que confirma el tirón de las apuestas gastronómicas en estos establecimientos. Y Barcelona logra además revalidar su japonesismo culinario con una estrella para Dos Palillos y otra para el sushi bar Koy Shunka..., seguir leyendo en El País

martes, 20 de noviembre de 2012

Callos, 12 restaurantes que bordan la receta madrileña

Los callos, (el menudo en Sevilla o "as tripas" en Oporto), están hechos de despojos, de tripas y estómago, el aparato digestivo de los animales. Es una forma popular de aprovechar lo que en épocas de abundancia se tira. Y, como en tantos casos, la sabiduría popular lo ha convertido en algo sabroso, exquisito,... Sobre todo en Madrid, más aún que en Sevilla, aunque se puede encontrar, con variantes, en toda España. Aquí, algunos sitios de Madrid (y uno de Valencia y otro de Sevilla) donde degustarlos.

1. El Landó Castizos como los que más, no les falta de nada: pata, morro, tripa, chorizo y morcilla ahumada. Todo en la justa proporción y picado menudo, para conseguir una salsa melosa con toque picante de la guindilla cayena. Plaza de Gabriel Miró, 8. Madrid.Teléfono: 913 667 681.

2. La Tasquita de Enfrente Juanjo López Bedmar utiliza callos “negros” y los somete a un lavado exhaustivo. Les añade, pata, morro, lacón, huesos de jamón, pimentón y pimiento choricero. Sin tomate, ni zanahoria. Untuosos, de sabor potente y con mucha personalidad. Un punto canallas. Ballesta, 6. Madrid. Teléfono: 915 325 449.

3. San Mamés Tiernos pero no blandengues, bien guisados y con esas notas picantes que los caracteriza. Fieles a la receta clásica madrileña, su salsa anaranjada y espesa invita a mojar pan. Bravo Murillo, 88. Madrid. Teléfono: 915 345 065

4. Mesón de Doña Filo Dice Julio Reoyo que lo que él prepara no son callos sino que es un guiso de callos. Los cocina de manera atípica. Cuece los callos con verduras y con codillo de jamón. Aparte hace el sofrito y por separado prepara el jamón, el chorizo y la morcilla con especias y pimiento choricero. Al final lo junta todo y el guiso está para mojar y mojar. San Juan, 3. Colmenar de Arroyo. Madrid. Teléfono: 918 651 471

5. Maldonado 14 Son herederos de los famosos callos del restaurante Las Cuatro Estaciones. Siguen la receta madrileña clásica en su versión más burguesa y refinada. Añaden chorizo y morcilla asturiana ahumada. Por cada 8 kilos de callos, 2 morros y 6 manos de ternera. A la salsa no le ponen tomate, parten de un sofrito con ajo, cebolla, harina y pimentón de la Vera. Maldonado, 14. Madrid. Teléfono: 914 355 045

6. Casa Manolo Los propietarios, que son madrileños, llevaron la receta familiar hasta la Comunidad Valenciana. Cortados en tamaño regular, con buena presencia de pata y morro, para que resulten gelatinosos y su toque de cayena. Colorados y sabrosos. Pº Marítimo, 5. Playa de Daimuz. Valencia. Teléfono: 962 818 568

7. Puerta 57 Los callos son uno de los emblemas de su barra. Partidos en trozos menudos y con la salsa bien gelatinosa y colorada. El toque picante y la morcilla ahumada asturiana les dan gracia. Padre Damián, s/n. Madrid. Teléfono: 914 573 361

8. Taberna Viavélez Curiosamente los callos de Paco Ron no llevan morcilla, ni asturiana, ni ninguna, tal vez por eso resultan ligeros. El ingrediente principal es el estómago, poco morro y poca pata. Pimentón dulce y picante. ¡Suculentos! General Perón, 10. Madrid. Teléfono: 915 799 539

9. Lhardy Los preparan según una receta de más de cien años, una de las más apreciadas por los puristas, y se comen con cuchara de plata, todo un logro para tan humilde plato. Carrera de San Jerónimo, 8. Madrid. Teléfono: 915 222 207

10. La Ancha Cada semana guisan 50 kilos de callos a la manera clásica madrileña. Estómago, pata, morro, pimentón y guindilla entre los ingredientes principales. A la mesa llegan humeantes y suculentos, tanto que invitan a repetir. Zorrilla, 7. Madrid. Teléfono: 914 298 186. Príncipe de Vergara, 204. Madrid. Teléfono: 915 638 977

11. Arzabal Todo en ellos responde al clasicismo menos la cazuela de hierro fundido en que se sirven, que les da un toque moderno y algo “fashion”. Se cortan en trozos grandes y se acompañan de buen embutido (morcilla ahumada). La salsa algo ligera, pero sabrosa. Avenida Menéndez Pelayo, 13. Madrid. Teléfono: 914 095 661.

12. Sal Gorda Siguen la receta tradicional, y mezclan estómago, morro y pata. En el sofrito, ajo, cebolla y pimentón. Los hacen eventualmente y por encargo. Beatriz de Bobadilla, 9. Madrid. Teléfono: 915 539 506

13. Casa Lucio. Para mi gusto riquísimos, con chorizo y morcilla. También sus huevos rotos con patatas están exquisitos. Cava Baja, 32 · Madrid +34 91 3663838 +34 91 3668323.

En Sevilla
14. Casa Carmelo
Calle Gloria, 6
Barrio Santa Cruz
41004 Sevilla
Teléfono 954225332
carmelo@barriosantacruz.com

lunes, 20 de agosto de 2012

Heladerías de la Península Ibérica


Islandia (Gijón)
Famosa por vender helados autóctonos de fabada, cabrales o sidra, junto a un repertorio más o menos clásico: chocolate, yogurt con frutas o ron con pasas. El colmo son los de kalimoxo y el de palomitas... Si no quieres sorpresas, los sabores de siempre, todos están buenos.
Calle San Antonio, 4. Gijón. 985 35 07 47  .www.heladeriaislandia.com

Kiosko Peret (Alicante)
En el paseo de las palmeras, junto al puerto deportivo. Es una institución en la ciudad por los helados, los granizados, la leche merengada y la horchata. Nuestros favoritos son los de mantecado y crema catalana.
Esplanada de España, s/n. Alicante. 965 96 06 06

Can Miquel (Palma de Mallorca) Es la heladería ideal para los chocolateadictos. Disponen de 24 variedades de helados de chocolate, desde el puro de Jamaica hasta uno mezclado con siete pimientas. Si se prefieren otros sabores, disponen de un amplísimo muestrario.
Calle Moncada, 9. Palma de Mallorca. 971 72 49 09

Sa Gelateria (Menorca)
Sus helados son particularmente finos. Entre sus especialidades más destacables figuran los de pistacho, el de yogurt con cerezas y el de chocolate guanaja con naranja. Más de 50 variedades entre las que no faltan el helado de higos de Menorca, así como el de canela.
Pl. Catedral, 3. Ciutadella. Menorca. 971 38 18 92
Costa de Sa Plaça, 2. Mahón. 971 36 56 15

DelaCrem (Barcelona)
Helados artesanales firmados por Massimo Pignata, que los elabora con productos artesanales. Irresistibles el de pistacho y el de cerezas. Variedades de temporada que van rotando en cada estación. Se pueden elegir entre unos 15 diarios. 
Enrique Granados 15-17. 931 24 66 51 www.delacrem.cat

Rocambolesc (Girona)
Es la heladería de Jordi Roca, el genial pastelero del restaurante El Celler de Can Roca. Ofrece cinco variedades de “smoothies” (helados soft, tipo americano) que una máquina especial monta al momento y se pueden acompañar con más de 15 toppings diferentes. Ni colorantes ni conservantes, solo productos naturales.
Santa Clara, 50. 972 41 66 67 www.rocambolesc.com

Y Fueron Felices (Madrid)
Presumen que sus helados están elaborados con leche ecológica y frutas de temporada. Los resultados convencen, de textura muy cremosa y con sabores naturales. Entre los mejores los de pistacho, el de melón, el de fresas de Huelva, el de yogur con fresa, avellana, leche merengada, dulce de leche y café.
Mercado Isabela. Pº de la Habana, 3. Planta 1ª – stand 10

Ö! My Good (Madrid)
La base de su helado es un único sabor, yogurt helado probiótico, que acompañan con 15 ingredientes distintos y coronan con más de 25 toppings. Son bajos en azúcar y presumen de que ayudan a cuidar la línea. En la elaboración de los frozen yogur intervienen frutas naturales: sandía, frutos rojos, mango, maracuyá y naranja. Se multiplican en franquicias.
Calle Sagasta, 32 . www.omygood.es

DellaSera (Logroño) Después de trabajar con Angelo Corvito, Fernando Sáez montó un obrador para abastecer a restaurantes y ahora una heladería abierta al público. Entre sus especialidades figuran el helado de mazapán riojanito, el de zurracapote, el sorbete de melón, el de queso con arándanos o el de mojito.
Calle de los Portales, 28. Logroño

Sirvent (Calahorra) Las verduras son una fuente inagotable de inspiración con las que preparan helados vegetales. Lo suyo son cucuruchos de apio, de pimientos del piquillo, de espárragos, de alcachofas, remolacha, zanahoria, perejil y cualquier verdura que esté en temporada. Dirección para iniciados.
Avda. de Valvanera, 47. Calahorra. 941 13 55 69

La Fiorentina (Sevilla)
Halados artesanos preparados por un auténtico forofo que dejo su profesión para montar el quiosco. Son muy interesantes los de sabores andaluces como azahar, aceite de oliva, polvorón o matalauva. Además sabores clásicos: chocolate, fresa y vainilla.
Calle Zaragoza, 16. 954 22 15 50

Helados Toni
Helados artesanos, encontrarás el antiguo napolitano (¡¡¡Al rico napolitano!!! ¡¡¡oiga!!! que pregonaban por los años 50 en Sevilla. Recomiendo la tarta de la casa y todos en general y el Marrons Glacé en particular, una delicia. Tienen unas 45 variedades.
Plaza del Cabildo 2. tlf 956 36 22 13 en Sanlúcar de Barrameda. Cádiz.


Santini, Lisboa y Cascais. Portugal.
Sin dudarlo una de las mejores heladerías que he conocido. Helados a base de buenos productos naturales, con abundancia de frutas de temporada, recomiendo cualquiera de fruta de temporada y los de fresa y chocolate o vainilla. Santini, italiano que estuvo trabajando en España (Barcelona, 1940) y en los años posteriores a la II GM, acabó estableciéndose en Lisboa (1947) y Cascais (heladería en la playa de Tamariz, 1949).
Lisboa, rua do Carmo, 9- en el Chiado
Cascais, cerca de la estación de trenes.
(de El País y elaboración propia)
https://youtu.be/9ZftzbpWI3s

Las heladerías más originales de Madrid Limón con romero, galleta, mascarpone y otros sabores tentadores. Con texturas cremosas o sorbetes. Una ruta madrileña muy refrescante

https://elviajero.elpais.com/elviajero/2018/06/28/actualidad/1530186390_281336.html

domingo, 1 de julio de 2012

sábado, 17 de marzo de 2012

“Portugal tiene que morder o le morderán” Pilar del Río, la viuda de Saramago ultima la apertura de una fundación en Lisboa

Ocupada con la próxima inauguración —antes de que termine la primavera— de la sede de la Fundación José Saramago, al pie de la Alfama, en el corazón de Lisboa, la periodista y traductora Pilar del Río, viuda del escritor, anda con prisas y reuniones y convocatorias cada vez más de última hora. Pero se toma su tiempo para elegir con cuidado un precioso restaurante del Barrio Alto lisboeta que en una mesa de un rincón luce una plaquita dorada clavada en 1980: “Mesa preferida de José Saramago”.

Restaurante Farta Brutos. Travessa da Espera 20, Lisboa 1200-176, Portugal. Tlf. 213.426.756
Dos pataniscas de bacalao con arroz de grelos: 32 €.
Dos cervezas y dos copas de vino: 16 €.
Dos cafés: 3,30 €. Total 51,30 €.

Al premio Nobel le gustaba el sitio —pequeño, acogedor, tranquilo— por dos razones: “Por el ambiente normal y por la comida tradicional portuguesa”, aclara. En las paredes cuelgan cientos de fotografías de visitantes ilustres, de políticos españoles y portugueses, de escritores, intelectuales y actores y, entre ellas, muchas de Saramago, siempre sentado a su mesa preferida.

El propietario la agasaja en cuanto la ve entrar. Ella sabe qué pedir desde el primer momento y aconseja al periodista con tal convicción que es imposible sustraerse. Pilar del Río, de 62 años, habla mucho mientras come y ríe y explica y cuenta. Comenta que la casa que ella y Saramago, fallecido en junio de 2010, compartieron en vida en Lanzarote va a cumplir el domingo 18 de marzo un año abierta al público. “Quise y quiero que la casa de José se llenara de vida, que la gente entre y mueva el aire donde, por otro lado, todo está tal y como estaba cuando José vivía. Tal vez en la fundación de Lisboa que se va a abrir próximamente vaya a estar el espíritu de Saramago, pero allí, en Lanzarote, en su casa, está el espíritu de José”. Y añade, mientras deja de lado el exquisito arroz con grelos (la elección era acertada, claro): “Con el tiempo, será una suerte de Isla Negra nuestra”, refiriéndose a la famosa casa del universal poeta chileno Pablo Neruda.

El amable dueño del restaurante se acerca un par de veces para preguntar si todo va bien y después, tras retirar los platos, acarrea un carrito de ruedas con los excelentes postres de la casa... ver todo el artículo, aquí en El País. El restaurante, si lo buscas en Google, salen comentarios que no lo recomiendan por la relación precios/calidad.

Según el NYT de 25 de mayo de 2012 estos son los restaurantes recomendados:

-Belcanto, Largo de São Carlos, 10; (351-21) 342-0607; joseavillez.pt; Lunch or dinner for two with wine, 150 to 200 euros (about $187 to $250 at $1.26 to the euro), not including tip.

-Cantinho do Avillez, Rua Duques de Bragança, 7; (351-21) 199-2369; joseavillez.pt. Dinner for two with wine, 80 to 100 euros, not including tip.

-Cervejaria da Esquina, Rua Correia Teles, 56; (351-21) 387-4644; cervejariadaesquina.com. Dinner for two with wine, 90 to 115 euros, not including tip.

-1300 Taberna, Rua Rodrigues Faria, 103; (351-21) 364-9170; 1300taberna.com. Lunch or dinner for two with wine, 80 to 100 euros, not including tip.
 

Tapeo por Madrid

La oferta de restaurantes de Madrid se ha disparado casi hasta el infinito. Con 18 estrellas Michelin repartidas por la Comunidad, la sofisticación y el exotismo han llegado a cotas impensables hace unos años, incluso a pesar de las turbulencias económicas (“porque es que yo ni noto la crisis en mi restaurante”, asegura más de un cocinero participante en este reportaje). El viento sopla a favor de los superchefs y las mixturas pero, por encima de todas las innovaciones de Adrià, al hablar de gastronomía española la figura más recurrente sigue siendo la de las tapas, esas chapas que piden tantos turistas en las tascas de la ciudad sin saber a menudo a qué se refieren: si a un plato o a una forma de comerlos.

Después de unos años de cierto desprestigio, el género tradicional se reivindica, abierto a las aportaciones de la última generación de cocineros-alquimistas. Los establecimientos encuentran en esta fórmula barata una solución para mantener la clientela, y prueba del intento de convertirla en un referente es que los concursos para elegir la más rica del barrio van dejando espacio a las competiciones técnicas, en las que el refinamiento llega a aturdir.

Para apoyar la vigencia gastronómica del género, 10 chefs reputados nos recomiendan su favorita en la ciudad. Tanto los tradicionales entresijos como el refinamiento gourmet tienen cabida en esta lista.

1. Callos con huevo frito (taberna Viavélez). Tapear no solo implica comer, también tiene un componente de socialización. Y socializar por los bares todo el mundo sabe que da para escenas inesperadas, como la de encontrar al samurái Ricardo Sanz, chef experto en comida oriental, mojando callos en un huevo frito. Tan experto es en lo oriental que está al frente del restaurante Kabuki Wellington, uno de los abonados madrileños a las estrellas Michelin. Y tan aficionado es a los callos, que considera los de la taberna Viavélez (avenida del General Perón, 10), su tapa favorita de la ciudad. “Es tremendo: coger el callo y mojarlo en el huevo; la patata y mojarla en el huevo. ¿Pillas el concepto?”, ríe. Su amigo Paco Ron, responsable de la taberna, sirve los callos y los acompaña con una copa de champaña. Sanz propone comerlos con palillos, para que la foto deje claro que lo cortés no quita lo valiente, y le ofrece a Ron hacer lo mismo. El cocinero asturiano mira los palillos y se carcajea; luego se escabulle a la cocina.

2. Croquetas de jamón (Vi Cool). “Yo soy de la croqueta de jamón”, asegura Paco Roncero, jefe de cocina del Casino de Madrid. Luego amenaza: “La pido y, si no me gusta, me voy”. Según Roncero, cuando la croqueta es un mazacote, está mal frita o le falta sabor, se trata de un indicio infalible de que no se puede esperar nada bueno del resto de la carta. “A una croqueta lo único que hay que ponerle es cariño, y eso es la base de todo lo demás”, remata. En su opinión, las más amorosas de la ciudad son las de Sergi Arola en su nuevo establecimiento en Madrid, el Vi Cool (calle de las Huertas, 12).

3. Tortilla de patatas (La Ardosa). Llegado de Nueva Orleans hace más de una década, el chef Matthew Scott promociona en Madrid la gastronomía de su tierra en el restaurante Gumbo: comida cajun y criolla. Con esa carta de presentación, no sorprende saber que le gusta la cocina tradicional. “Las innovaciones también mucho, pero creo que el sustrato es importante”, aclara. Elige la tortilla de patatas de las bodegas de La Ardosa (calle de Colón, 13). “Es que ya no se encuentran muchas así”, dice, y la señala con admiración. Piensa que el panorama de la tapa está saliendo de un impasse complicado. “Por normas sanitarias se dejaron de hacer cosas muy ricas pero no seguras del todo por culpa de los boquerones, el huevo… y al mismo tiempo se presentaban muchas otras modernas, complicadas, que no terminaban de estar conseguidas. Ahora se está empezando a recuperar cosas deliciosas”, explica.

4. Huevo escalfado con aceite de trufa y parmentier de patata (Decomeraparte). El chef de la empresa Hamburguesa Nostra, Juan Pozuelo, elige salir de los circuitos consolidados. Para recomendar una tapa apuesta por un establecimiento de Guzmán el Bueno: el espacio gourmet Decomeraparte (Almansa, 93). “Lo magnífico de este sitio es que está aquí, apartado del centro”, dice señalando a través de la cristalera una tranquila calle. “Para conocerlo tienes que ser del barrio o tener ganas de investigar”. Dentro de la carta que presenta el cocinero José Manuel Lázaro, Pozuelo no duda: quiere el huevo escalfado con aceite de trufa y parmentier de patata. “Es perfecto, porque te permite la combinación tan rica de patata y huevo, pero sin toda la grasa del frito”.

5. Entresijos (Gallinejas Embajadores). En La Tasquita de Enfrente, del chef Juanjo López, apuestan por la cocina de mercado y productos frescos y de temporada. La elección de López no desentona con el espíritu clásico de su establecimiento. “Aquí las tapas por excelencia son los callos, los entresijos y las gallinejas”, asegura. No ve muy prometedor el panorama de esta clase de platos. “Se van perdiendo y nos quedamos con su versión más pobre, como los bocadillos, que ya no hay forma de encontrar uno que bueno”, se lamenta. Si tiene que recomendar unos entresijos, le gusta una freiduría de la calle de Embajadores: Gallinejas Embajadores (Embajadores, 84).

6. Bacalao (Casa Revuelta). El chef Ramon Freixa llega a Casa Revuelta (calle de Latoneros, 3) y lo primero que quiere hacer es felicitar a la cocinera. “Tiene usted una cocina limpísima. Yo soy muy observador con eso, y la suya es excepcional”. Al chef catalán, con dos estrellas en Madrid, no es la única razón por la que le gusta el local. “El bacalao que sirven es de 10, me fascina el crujiente que tiene”, asegura. Su preferencia se sustenta en que cada vez le parece más complicado encontrar tapas tradicionales de calidad. La cocinera intenta explicarlo con una leve crítica a las nuevas tendencias gastronómicas, pero Freixa puntualiza: “Que yo soy de la nueva cocina, ¿eh?”. No hay problema: entre modernos y clásicos se firma enseguida la paz delante de un buen bacalao.

7. Croquetas (El Quinto Vino). Después de dudar de si opta también por la tortilla de La Ardosa, Diego Guerrero, el chef del Club Allard, reciente ganador de una segunda estrella Michelin, apuesta por “uno de los top de la ruta de croquetas”: El Quinto Vino (calle de Hernani, 48). A la ventaja de ser una croqueta de excelente calidad, el chef le añade la de venderse por unidades en lugar de por raciones. No es fácil elegir en Madrid, se excusa Guerrero ante los probables heridos por no haber sido su predilecto: “Hay tantas cosas buenas que hay que andarse con cuidado para que nadie se pique”.

8. Ostras fritas (Sacha). “Porque son mágicas”. Sergi Arola, propietario del Gastro y del Vi Cool en Madrid, no escatima adjetivos para justificar su predilección por las ostras fritas del restaurante Sacha (calle de Juan Hurtado de Mendoza, 11). El chef catalán afirma que le encantan las ostras de cualquiera de las formas, pero que las de Sacha tienen algo especial, un tipo de fritura que potencia el sabor y “lo convierte en algo único, en una explosión de sabor”.

9. Patatas al ali-oli con huevas de arenques (Estado Puro). El chef propietario del Dassa Bassa, Darío Barrio, opta por elegir restaurante en lugar de tapa. Se queda con el Estado Puro (plaza de Cánovas del Castillo, 4), establecimiento especializado en tapas de Paco Roncero. ¿Por qué? “Cuando conoces a los amigos, vas y ni miras la carta: sabes que te dan de comer bien”. La elección queda, pues, en manos del jefe de cocina del restaurante. Alfonso Castellano, boxeador además de cocinero, responde a la cortesía presentando tres opciones: manitas con espaguetis de sepia, ensaladilla y patatas al ali oli con huevas de arenque. Esta vez sí, Barrio elige: las patatas. Empieza con ellas, pero después de las patatas parece menester probar la ensaladilla, y las manitas. Al final los tres platos quedan vacíos. “Hay que ir donde sepas que te cocinan con afecto”, concluye Barrio.

10. Toda la barra (Cañadio). Un cocinero joven al que los gourmets auguran una buena proyección, Alfonso Sánchez, defiende las posibilidades que ofrece la tapa como carta de presentación del chef y su local. En el Brookei, donde desempeña labores de jefe de cocina, no tienen barra para servirlas, pero preparan una para explotar la popularidad de la fórmula. Allí planea colocar sus croquetas de sepia, con fervorosos defensores en la ciudad. En su opinión, el secreto de una tapa es que consiga llamar la atención. “Por ejemplo, con las mismas aceitunas. Coges unas buenas, gordal, las rellenas con queso y piquillo y las calientas. Solo con eso ya están deliciosas”, explica. Un lugar cuya variedad le inspira a la hora de cocinar es la barra del restaurante Cañadio (Conde Peñalver, 86).

Llamar la atención y dotar de prestigio al local y al autor. Sánchez enuncia muy claramente qué es lo que se espera de una tapa de autor. Para lanzar Madrid ante el mercado exterior como capital de la tapa los hosteleros de la capital crearon el año pasado un premio llamado La Tapa de Madrid. La ganadora fue la llamada Planeta Marte, del chef Miguel Espinosa (National Geographic Café), consistente en un buñuelo relleno de huevo, jamón, hongos y salsa de piquillo, y todo ensamblado en una estructura de mondadientes que reproduce una órbita planetaria sustentada por un chupito de vino reducido. Poco que ver con la sencillez de la tortilla de La Ardosa, pero bueno es todo lo que quepa en el plato. Por muy pequeño que sea.