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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Los 7 "mejores" eufemismos económicos de la Troika

La Troika (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) nos tiene acostumbrados a un complejo y amable vocabulario económico que muchas veces escapa a nuestro entendimiento. Por ello, la Real Academia del Salmón (RAS) os trae esta selección de sus mejores eufemismos económicos explicados para que la próxima vez que oigamos sus poderosos consejos podamos entender mejor a “los hombres de negro”

Solidaridad
La palabra solidaridad siempre ha sido sinónimo de ayudar al que más lo necesita, “arrimar el hombro” que se dice comunmente, sin exigir nada a cambio. Sólo por el hecho de que la otra parte lo necesite. Pero la Troika usa esta palabra cuando presta dinero, para que sea devuelto con intereses a cambio de duras condiciones. Entre estas condiciones se pueden encontrar las de despedir a empleados públicos o vender/privatizar sus recursos a empresas privadas (que en muchas ocasiones, casualmente, provienen de estos mismos países “solidarios”). Dicha solidaridad se acuerda bajo contratos que no pueden ser rotos bajo ningún concepto, aunque el cumplimiento de esas condiciones suponga condenar a la miseria y a una austeridad que agrava el problema de la economía del país receptor de esa solidaridad.

Como hemos comentado, estos eufemismos parecen calar muy bien en el discurso de otros “mandatarios” europeos que han incluido en su vocabulario ese mismo extraño concepto de solidaridad, como podemos ver en las declaraciones de nuestro presidente del Gobierno.

De los 86.000 millones de euro que solidariamente se le va a conceder a Grecia, 50.000 irán a pagar deudas e intereses que se le deben en su mayoría a los mismos que prestan ese dinero. Sólo 11.000 serán usados por el gobierno griego para reactivar su empobrecida economía y unos 25.000 millones se emplearán en nuestro siguiente eufemismo: recapitalizar a la banca.

Recapitalización del sistema financiero
Recapitalizar el sistema bancario o financiero es un bonito eufemismo para referirnos a rescatar a la banca, salvar, inflar de dinero, limpiar sus cuentas de basura o incluso puede llegar a significar “socializar y hacer públicas las pérdidas de los bancos privados”. Esta expresión ha sido usada por la Troika para indicar que es necesario rescatar a la banca por encima de todo, incluso por encima de las personas. Si usaran los términos rescatar o limpiar, la población se podría dar cuenta de que a quien se intenta salvar siempre es al sector financiero y se podrían quejar de que los mayores culpables de la crisis son los primeros en ser salvados. Por lo que utilizar la palabra recapitalizar da una imagen de estar realizando alguna cosa económica que nuestra mente de populacho no es capaz de entender. O al menos eso creen ellos.

Pero entender la recapitalización es tan sencillo como imaginar que vais a un casino y os jugáis todo vuestro capital en arriesgadas apuestas. Si después de eso ganáis pues perfecto. Si, en cambio, perdéis llega la Troika y ordena a vuestro gobierno que os recapitalice metiendo en vuestras cuentas todo el dinero que habéis perdido... no sois capaces de imaginarlo, ¿verdad? Pues haber sido banqueros.

Reformas estructurales
Este eufemismo también ha sido correctamente adaptado por nuestro Gobierno para hablar de sus reformas de las leyes laborales o fiscales. Pero lo curioso del uso que le da la Troika, peculiarmente del uso reiterado que le da el FMI, es que son capaces de exigir unas reformas estructurales a un país, ver que no funcionan y volver a exigirles exactamente las mismas al siguiente país con el que se topan... y así durante más de tres décadas.

El verbo reformar siempre ha sido utilizado para realizar un cambio a mejor sobre algo. Combinado con la palabra “estructurales” debería significar un cambio de las estructuras de un país para que este mejore. Pero si vemos el currículum de los países por los que ha pasado el FMI y observamos los maravillosos efectos de las reformas estructurales impuestas a Grecia -después de 5 años de estas reformas la deuda griega ha crecido del 100 al 187% de su PIB sin que mejore la economía-, más que unas reformas parecen unas demoliciones estructurales. Estas reformas impuestas a cambio de su “solidaridad” suelen implicar el despido de funcionarios, la subida de impuestos indirectos que afectan en mayor medida a las rentas bajas, como el caso del IVA, y la privatización de los recursos del país con su correspondiente expolio por parte de los inversores extranjeros y los “mercados”.

Fondo fiduciario de activos públicos
Un fondo fiduciario es un instrumento financiero que se usa para que una parte, llamada fiduciaria -y que en este caso es la Troika- administre los bienes de otra persona o parte. Normalmente se suele utilizar esta figura para administrar los bienes de un menor hasta que cumpla la mayoría de edad o para administrar los bienes mediante las indicaciones de una tercera persona.

Pero en el caso del fondo fiduciario de activos públicos que ha exigido la Troika a Grecia se trata de elaborar una bolsa de recursos públicos que se venderán y privatizarán en el caso de que el país heleno no atienda a las condiciones impuestas a cambio de su “solidaridad”. Algo que ya se da por hecho que no se va a poder devolver, ya que incluso el FMI ha admitido que la deuda griega es insostenible. Ese fondo será un lugar donde se depositarán unos bienes públicos para ser vendidos seguramente, como ya hemos indicado antes, a las empresas privadas de los países "solidarios", como ha ocurrido con los 14 aeropuertos griegos vendidos a una empresa alemana.

La dualidad del mercado laboral
Este término es usado para referirse a un mercado laboral donde existen dos perfiles de trabajadores altamente diferenciados. Un perfil de trabajador con contrato fijo que está protegido por una legislación que obliga a las empresas a pagarle una alta indemnización en caso de despido y que posee una buenas condiciones laborales adquiridas después de varios años. Otro perfil sería el del trabajador temporal y precario que es el primero en sufrir las consecuencias de una crisis o bajada de la producción y que tiene muy complicado llegar a pertenecer al primer grupo. Al primer grupo se le llama insiders (los que están dentro) y a los del segundo grupo se les denomina outsiders (los que están fuera), porque cuando no se encuentra un eufemismo adecuado también podemos usar palabras en inglés. Llamar outsider a un precario es más políticamente correcto y además suena más cool (guay).

La Troika advierte de que esta dualidad podría ser un grave problema, ya que los outsiders deberán mantener las pensiones de los insiders en un futuro próximo y la diferencia de niveles salariales y años de cotización pueden resultar un grave problema para mantener un equilibrio, y por lo tanto exige que se corrija. Visto así podríamos pensar que la Troika lo que quiere es acabar con el trabajo precario y convertirnos a todos en insiders... ¡pero no! Lo que la Troika exige son reformas laborales para eliminar las protecciones a los insiders para que sean fácilmente despedibles, de manera que las empresas puedan contratar a precarios outsiders para hacer los trabajos de los antiguos insiders por el mitad de salario y convertirnos a todos en 1) outsiders que trabajan de una manera precaria o 2) insiders que se convierten en outsiders al quedarse en paro a una edad mayor. Fatídico para la población, maravilloso para las empresas.

Recuperar la confianza
La “confianza”, como concepto y como vara de medir, es otro de los términos usados por la Troika que distan mucho del significado que le podríamos dar el resto de mortales. La confianza se define como sinónimo de fiabilidad, seguridad o es usado para referirnos a una relación de amistad o familiaridad. Pero observando cuándo la Troika usa esta medida, advertimos que la confianza está basada en el nivel de docilidad que muestre el gobierno en cuestión. Así, si acatamos toda reforma estructural impuesta, recapitalizamos nuestro sector bancario y les devolvemos toda su solidaridad más intereses sin ninguna queja podremos recuperar toda su confianza.

La confianza está basada en el nivel de docilidad que muestre dicho gobierno
El nivel de confianza también parece tener una relación directa con la orientación política del gobierno con el que traten, sus tratos con países “no aliados”, su nivel de apertura de puertas al expolio de la inversión extranjera, su predisposición a pagar sus deudas pendientes o, en resumidas cuentas, a seguir toda indicación que la Troika le ordene sin poner pega ninguna. De ese modo, un gobierno de izquierdas que negocia con Rusia y quiere auditar su deuda se encontrará en un nivel extremo de “perdida de confianza total”. Si en cambio eres un gobierno de derechas, proeuropeo y abierto a la privatización de tus recursos naturales, te encontrarás en el extremo contrario en una “favorable y total recuperación de la confianza” y posiblemente ganes una quita o una reestructuración de tu deuda.

Esfuerzos adicionales
Después de aceptar su solidaridad, a cambio de reformas estructurales, recapitalizar la banca y hacer todo lo que nos pidan para devolver la confianza a los mercados, podrá parecer que esa recuperación económica que nos prometieron y pronosticaron debe llegar ¿verdad? ¡Pues no! Porque después de todo eso, la Troika siempre pide esfuerzos adicionales, lo que viene a significar que nunca es suficiente y que deberemos volver a hacer exactamente lo mismo para buscar un resultado de mejora económica, algo que el FMI nunca ha conseguido en ningún país.

Para ello la directora del FMI Christine Lagarde, una mujer que cobra más de 400.000 euros al año libre de impuestos, nos pedirá nuevamente esfuerzos adicionales tales como la subida de impuestos, la congelación de salarios y pensiones, o la privatización de más servicios públicos. Nos queda el consuelo de que, al leer este artículo, al menos podremos tener una mejor idea y entender cuales son esos esfuerzos que nos piden.

Real Academia del Salmón (RAS)
http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Los-7-mejores-eufemismos-642

sábado, 5 de septiembre de 2015

Las lecciones de Syriza

Miguel Manzanera Salavert

Las cuestiones económicas han prevalecido en la discusión de este verano sobre la política griega y las decisiones del partido de izquierda gobernante, la coalición Syriza. Se trataba de saber si es posible cambiar la nefasta política económica de austeridad, que las autoridades europeas imponen a los Estados miembros de la Unión Europea. A pesar de que esa rectificación cuenta para justificarse con serios argumentos de ciencia económica y el apoyo de numerosos economistas de prestigio, tal pretensión se ha manifestado como una ilusión ingenua acerca del funcionamiento de la sociedad capitalista en crisis. Quizás esa ilusión ha sido creada por una evaluación errada de la profundidad y extensión de la actual crisis económica, pero en todo caso, la vía reformista ha encallado en las realidades fácticas del capitalismo actual.

Entonces la cuestión es que quizás sea mejor una ruptura con el espacio económico de UE, ¿por qué no se ha puesto en marcha un proceso revolucionario de ruptura con las instituciones europeas? Que no haya sido así, constituye una enorme decepción para los sectores más radicales de la izquierda europea, y merece una reflexión acerca de las posibilidades reales de la política económica en los países de la UE.

Pues la conclusión del debate económico es que, si bien habría que afrontar ciertas dificultades inmediatas, la mejor opción para la economía griega era romper con el euro. Especialmente el ministro de economía y finanzas, el brillante profesor universitario Yanis Varoufakis, ha mostrado la viabilidad económica de esa solución, y su bondad a largo y medio plazo, frente a la agonía de la deuda impagable y la subordinación a los buitres financieros que están esquilmando a la nación helena. Sin embargo, el gobierno griego ha preferido mantener al país dentro de la Unión Europea, a costa de abandonar su propio programa político. El gobierno de Syriza ha aceptado poner en marcha las reformas impuestas por las autoridades europeas, basadas en la austeridad del gasto público, y liquidando el estado del bienestar y derechos esenciales de la ciudadanía griega. Y esto supone renunciar a tener una política propia y soberana, que Syriza se había propuesto implementar con su ascenso al poder del Estado, apoyada mayoritariamente por el pueblo griego y refrendada por una holgada mayoría expresada en el referéndum de julio. Ahora parece que había cierta dosis de ilusionismo en ese programa, y una confianza ingenua en la democracia formal. Las lecciones de la experiencia griega deben valer también para lo que va a pasar en nuestro país, y Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, ya ha sacado sus conclusiones cuando ha dicho que no podemos hacer gran cosa para cambiar las cosas.

Pero el debate ya no puede centrarse en cuál es la mejor reforma de las instituciones europeas –que se muestran inmunes al diálogo social-, sino acerca de cuál es la mejor opción para los pueblos del sur de Europa: si permanecer o romper con el euro. Desde un punto de vista estrictamente económico, no pueden caber ya muchas dudas: mientras las autoridades de la UE continúen imponiendo la política de austeridad presupuestaria, la ruptura con el euro es mejor opción que someterse a las directivas de las instituciones europeas. Sin embargo, voy a argumentar que el factor decisivo para la decisión final de permanecer en la zona euro no ha sido económico, sino geoestratégico.

Pues ¿cuál es la racionalidad que sustenta las decisiones de los gobiernos europeos, para subordinarse a las decisiones de los poderes reinantes en la UE –los cuales a su vez están en dependencia de los intereses de fuerzas políticas y económicas internacionales, que superan el propio marco de la UE-? Varios factores han incidido en esa decisión de Syriza; primeramente, la explicación del propio primer ministro Tsipras reconoce que la población griega es europeísta y en ningún momento se ha planteado abandonar la zona euro. Efectivamente, el único partido que ha apostado claramente por la ruptura con el euro, el Partido Comunista de Grecia, KKE, retrocedió en intención de voto en las pasadas elecciones.

Esta observación vale también para la ciudadanía española. La población del sur europeo vive una profunda contradicción: asociar el disfrute de su bienestar a la pertenencia a la UE, que ha permitido gozar de altos niveles de vida, y que gracias a su moneda fuerte ha podido mantener envidiables niveles de consumo. Pero a su vez la política neoliberal de las instituciones europeas es la causa de la actual crisis económica, que no se resolverá más que con un cambio drástico de dirección económica. Será difícil que los europeos comprendan esa realidad a corto plazo, mientras que la necesidad del cambio es cada día más urgente y perentoria.

Una consecuencia de esa situación es la enorme presión migratoria desde los países africanos y asiáticos hacia el continente europeo; ese flujo de emigrantes plantea uno de los problemas más acuciantes para los Estados de la UE, y es fuente de tendencias racistas y xenófobas entre las poblaciones europeas, con grave riesgo de generar movimientos fascistas. Este mismo verano una ola de inmigrantes ha alcanzado las costas de las islas griegas, creando un importante problema humanitario. Además la criminal política de inmigración, implementada por la UE para controlar el flujo de inmigrantes, genera miles de muertos todos los años. Esa política de control poblacional responde a un uso discriminatorio de los derechos, establecido en contra de los ciudadanos del sur periférico a favor del centro imperialista.

Las ilusiones europeístas de la población griega han jugado un papel importante, si no fundamental, en la decisión del gobierno de Syriza para renunciar a su programa político. Pero lo que se oculta detrás de esas ilusiones europeístas de los pueblos europeos, es la aceptación de la política y la ideología neoliberales en trance de transformarse en política fascista. Romper con el euro significa cambiar de bando para ponerse al lado de los pobres y los proletarios, posicionándose al lado del nuevo bloque emergente, los BRICS; es necesario superar el parlamentarismo burgués y su falsa democracia, abandonar una mentalidad de inconsciente hedonismo en los valores y poner la justicia por encima de los deseos satisfechos mercantilmente… Y eso solo podrá hacerse cuando se hayan disuelto las ilusiones de las masas en la sociedad de consumo.

En Grecia han estado muy cerca de conseguirlo; el referéndum de julio mostraba que la ciudadanía había desbordado los mecanismos del parlamentarismo burgués, que sirven para hacer gobernable la democracia en favor de la oligarquía financiera. La decisión del pueblo era clara, los espejismos de la sociedad de consumo se habían quebrado con la crisis económica; sin embargo, el gobierno se ha rendido antes de alcanzar la meta que parecía tener en sus manos. No critiquemos a la ligera esa decisión. Pero es urgente saber por qué las cosas suceden así en la historia. ¿Cuál ha sido la razón decisiva para que el gobierno de Tsipras haya tirado la toalla? No han sido razones económicas, pues éstas por el contrario constituían el motor del cambio empujando hacia la ruptura con la UE. No han sido razones políticas o ideológicas, pues el pueblo griego con el referéndum de julio había mostrado su decisión para seguir adelante con el proceso político revolucionario. En mi opinión han sido razones geoestratégicas y militares, que han inclinado la balanza de las decisiones políticas del Estado griego hacia la sumisión.

La crisis económica ha hecho inservibles los mecanismos financieros para el dominio de la oligarquía mundial; el dólar es papel mojado y solo mantiene su poder mientras a la República Popular China le interese: ya están en marcha las instituciones financieras que sustituirán a las actuales instituciones neoliberales controladas por el imperialismo ‘occidental’. La aparición del BRICS amenaza con liquidar para siempre la hegemonía europea vigente en los últimos 500 años sobre la humanidad. Y sin embargo, el imperio se resiste a perder su hegemonía, y ha montado una nueva maquinaria para mantener su hegemonía a través de la superioridad militar. La economía ya no es el campo principal en la lucha mundial por el dominio político, ahora ha sido sustituida por el desnudo poder militar…, acompañado del ascenso de las ideologías fascistas: integrismo islámico en Oriente Medio, nacionalismo chovinista en la UE, nacional socialismo en la Europa del Este. Podemos comprobarlo también en la presión que la OTAN está implementando en el Este de Europa frente a la Federación Rusa, y de EE.UU. con sus aliados en el Pacífico frente a las costas de China.

¿Qué papel juega Grecia en el tablero geopolítico mundial? Obsérvese, primero, que el Estado griego se encuentra en la retaguardia de un amplio frente bélico que se extiende desde Ucrania hasta Yemen y Libia, pasando por Turquía con el problema kurdo, Siria e Irak con el Estado islámico, Líbano en permanente guerra civil y Palestina invadida por Israel. La guerra de civilizaciones de Huntington tenía como primer objetivo el control del Oriente Medio, para atacar Asia desde estas posiciones. El plan ha fracasado, porque la OTAN está atascada en este escenario incontrolable, donde emerge una potencia militar de carácter medievalizante: Arabia Saudí apoyándose en el integrismo islámico. La propia clase dirigente de los EE.UU. está dividida al respecto, al mismo tiempo que tiene que afrontar una importante crisis interna por causa del racismo. Por tanto, la ofensiva militar de la OTAN ha sido detenida aquí, aunque continua por otros frentes en Europa y Asia; el imperialismo todavía no ha sido vencido, aunque la derrota podría ser previsible. Especialmente si Grecia se pasara ahora al otro bando, concretando la alianza con la Federación Rusa, la situación para la OTAN se tornaría comprometida.

En segundo lugar, se debe tener en cuenta que una parte importante de la deuda griega es consecuencia de un enorme gasto militar. El Estado griego está armado mucho más allá de lo que permiten sus posibilidades económicas reales. Y eso significa que el ejército juega un papel importante en las decisiones políticas. Pero ¿qué papel ha jugado el ejército griego en la crisis política? Es seguro que no ha sido progresista: no hace todavía medio siglo que los coroneles griegos dieron un golpe de Estado para crear una dictadura militar desde 1967 hasta 1974. En la primera semana de julio se habló de un golpe de Estado preparado por la OTAN en Grecia. [1] Obama advirtió que Grecia no podía salir de la UE, y aunque esa salida no es lo mismo que salir de la OTAN –estructura militar a la que pertenece el ejército griego-, la inestabilidad política así creada en la retaguardia del frente bélico sería insoportable.

Teniendo en cuenta esos factores, y pensando que era probable un golpe de Estado militar, cabe preguntarse si la decisión de Syriza ha sido correcta. Este gobierno no ha llegado en ningún momento a arriesgar tanto su propia posición, como para que las amenazas de golpe militar se concretaran. ¿Se podía haber tensado más la acción política para desenmascarar la falsedad de la democracia formal burguesa? Cabe imaginar que Grecia hubiera podido entrar en la dinámica bélica que atraviesa la zona oriental del Mediterráneo y el Este de Europa. La OTAN no va a permitir que uno de sus miembros abandone la coalición por las buenas para pasarse al otro bando. Y mientras el BRICS es una alianza puramente económica, la Federación Rusa tiene dificultades para parar la ofensiva imperialista, aunque está jugando bien sus bazas diplomáticas.

La decisión del gobierno griego es esperar acontecimientos. Mientras tanto, la economía se deteriora y los derechos de ciudadanía se difuminan. La decadencia europea se manifiesta en la incapacidad para reformar una política económica desastrosa. Es el signo de los tiempos: solo una superioridad militar decisiva de Estados democráticos, que estén auténticamente comprometidos con los derechos humanos y la legislación de la ONU, frente al belicismo fascista de la OTAN y sus aliados, nos abrirá las puertas del futuro. Parece la cuadratura del círculo, pero hay que partir de las realidades presentes en este mundo. La opción racional en esta coyuntura histórica no es refugiarse en un pasado que no volverá; hay que ponerse al lado de las nuevas realidades políticas emergentes y luchar por democratizarlas.

Nota
[1] http://elmicrolector.org/2015/07/06/la-otan-prepara-un-golpe-de-estado-en-grecia/

viernes, 16 de agosto de 2013

Rosalía Mera, la mujer más rica de España, fallece a los 69 años.


Ya le dedicamos una página en este blog, pues a pesar de ser millonaria y de las grandes, siempre mostró un lado progresista, un espíritu libre, crítico y social. Si todos los millonarios fuesen como ella, el mundo sería otro muy diferente. Sí, ya sé que tendría contradicciones, pero, ojalá todos los millonarios se comportasen como ella y mostrasen esas mismas contradicciones. Sería un paso adelante que significaría un cambio radical en este mundo hacia la solidaridad...

Si de verdad su familia quieren honrar su memoria, tendrán que mostrar muchos actos de solidaridad en su honor, es lo que ella deseaba de corazón, de verdad, lo que practicó en vida.

Ella fue una privilegiada, algo de excepcional tendría; capacidad, ingenio, visión, habilidad, inteligencia, suerte, ... Que la llevó a subir, desde el lugar más humilde de costurera, al nivel más elevado de la pirámide social,  pero se dio el extraordinario y especial privilegio único, de no olvidar nunca su origen ni a "los suyos" y de aprovechar cualquier ocasión para ponerse del lado del pueblo y criticar a los de su clase actual, en todo lo criticable, que es tanto.

En su vida no olvidaba nunca a los suyos,... no dejó de practicar la solidaridad, defender a los humildes, a los marginados, a los pobres, a la justicia, la verdad, el bien... los que la hemos seguido, la queremos y sentimos muy profundamente su perdida. Nos sentimos más solos todos los que luchamos por una sociedad más justa, más humana, con menos mentiras, menos impostores, menos hipocresía, una sociedad mejor,... Con ella y personas como ellas (el soldado que se pone del lado del pueblo, el que denuncia las injusticias, el que aún a pesar de ponerse en peligro defiende la verdad y la justicia aunque para ello se enfrente al poder y al poderoso,...) nos sentíamos mejor, más a gusto,  más arropados, son a los que llamamos "la sal de la Tierra". Estamos seguros que desde donde esté, ella y su Fundación, seguirá luchando por "los suyos". La música de Carlos Nuñez nos ayuda a evocarla; luchadora, enérgica, valiente, emotiva, sencilla, cariñosa, sin duda una gallega excepcional, una persona buena.

...dice de ella El País: "Aunque siempre rehuyó los focos, la figura de Rosalía Mera se había hecho popular y no solo por su gran fortuna. En A Coruña seguía haciendo una vida normal y era fácil encontrársela en el cine, en algún bar popular, celebrando el Carnaval en la calle mezclada con las comparsas o hasta en una manifestación, como las que en 2003 promovió la plataforma Nunca Máis para protestar por la gestión del desastre ecológico que ocasionó el naufragio del petrolero Prestige.

A despecho de lo que suele esperarse de una multimillonaria, Mera se pronunciaba contra la reforma de la ley del aborto que promueve Ruiz-Gallardón, contra los recortes sociales o a favor del movimiento del 15-M. Y desde Paideia se esforzó por desarrollar una amplia labor de apoyo a desfavorecidos y marginados que iba mucho más allá del objetivo para el que fue creada. “Por encima de su enorme trayectoria empresarial, la recordaremos siempre por la extraordinaria labor que hizo en el campo de los servicios sociales”, señaló anoche, en nombre de toda la corporación municipal, el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira."
"De familia humilde, la empresaria tuvo que dejar los estudios con 11 años y se hizo adolescente cosiendo para las señoritas coruñesas"

1. Fallece Rosalía Mera, cofundadora de Inditex
  1. 2La mujer que tejió un imperio
  2. 3FotogaleríaRosalía Mera

jueves, 17 de enero de 2013

Causas estructurales y respuestas alternativas a la crisis

Es empresa de los caballeros andantes, decía don Quijote, "deshacer entuertos y socorrer y acudir a los miserables" e imaginó al hidalgo manchego montado a lomos de Rocinante acometiendo lanza en ristre contra los esbirros de la Santa Hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera o, a Estrecho traviesa, al pie de las verjas de Ceuta y Melilla que él toma por encantados castillos con puentes levadizos y torres almenadas socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad. Sí, al héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como en el que actualmente vivimos.
JUAN GOYTISOLO

Para poder dar respuestas eficaces a las crisis entiendo que es fundamental partir de un diagnóstico lo más acertado posible de sus causas, no solo de las más inmediatas sino de las estructurales, es decir, de las que tienen relación con los procesos socioeconómicos más profundos, con las variables enraizadas en lo más hondo de las relaciones económicas y que, precisamente por eso, suelen quedar más ocultas al análisis que se necesita para poner en marcha las soluciones políticas.

En mi opinión, y como he tratado de demostrar en otros trabajos [1] , lo que viene siendo habitual en el tipo de análisis dominante sobre la crisis es que se pase por alto una serie de circunstancias que a mi juicio son precisamente las determinantes de lo que ha ocurrido y, por tanto, fundamentales para poder acertar con el tratamiento que realmente permita superar sus efectos más negativos para la inmensa mayoría de la población.

Por ello, me gustaría dedicar mi intervención a señalar diez aspectos que me parecen esenciales en relación con los problemas que viene sufriendo la economía española en el contexto de la crisis internacional en el que nos desenvolvemos.

1. La actual crisis no es la crisis, como generalmente nos referimos a la crisis. En realidad es una crisis más, de otras muchas, y eso me parece que es muy importante que lo tengamos en cuenta.

El hecho de que desde los años setenta hasta aquí haya habido alrededor de 130 crisis, perturbaciones graves o situaciones de stress financiero refleja que esta en la que estamos forma parte de una etapa en la que la inestabilidad financiera es casi un estado habitual. Algo particularmente relevante si se compara con lo sucedido en los treinta años anteriores en los que prácticamente no hubo crisis financieras de ningún tipo.

El hecho de que fases temporales tan extensas tengas propiedades y manifestaciones financieras tan diferentes obliga a considerar las circunstancias en que cada una de ellas se desarrolló porque éstas no pueden ser ajenas al hecho de que o no se produzcan crisis financieras o que se multipliquen como auténticas pandemias.

Como acaba de poner de relieve Alan M. Taylor en un trabajo reciente [2] , las diferencias entre el periodo comprendido entre 1945 y mediados de los años setenta y entre éstos años y la actualidad son muy significativas y si las ponemos de relieve podremos deducir, por tanto, cuáles son las circunstancias que están asociadas a la multiplicación de las crisis financieras o incluso a su propia existencia.

En el primer periodo hubo una gran disciplina del sector bancario, control de los movimientos de capital, estricta regulación doméstica, bajo crecimiento del crédito, muy poca innovación financiera y, asociado a todo ello, mayor ahorro, alta inversión y tasas de crecimiento de la actividad económica más elevadas. Justo lo contrario de lo que ha ocurrido desde los años setenta a la actualidad, cuando se ha relajado la disciplina en grado extremo, cuando hay plena libertad de movimientos de capital, una innovación financiera constante orientada a la especulación y, como consecuencia de ello, una derivación permanente del ahorro hacia la esfera de las finanzas puramente especulativas que desfavorecen el crecimiento de la actividad productiva.

Por tanto, sabemos que esta crisis no es una excepción ni un hecho aislado sino una manifestación más de los males que produce un determinado régimen financiero bajo la desregulación y liberalización. Y, en consecuencia, sabemos, pues, que es esto mismo lo que se debería evitar si queremos que las crisis dejen de producirse.

2. Si bien esta crisis es un episodio más de la pandemia que sufrimos desde los años setenta, sí es cierto, sin embargo, que es especialmente destacable y singular por su magnitud y extensión, rasgos que no creo que sea necesario documentar ahora pues son bien sabidos los efectos tan dramáticos que ha tenido sobre el conjunto de la economía mundial.

En realidad, esta mayor dimensión es la consecuencia de que se exacerban día a día dos grandes circunstancias que están en la base de la crisis y a las que a menudo no se concede el lugar principal que tienen. La primera es el extraordinario incremento de la desigualdad que, desde cualquier punto de vista que se considere, alcanza hoy día los niveles más altos desde la Gran Depresión [3] . La segunda es el desorbitado aumento de la deuda asociada a la expansión de la actividad especulativa y a la innovación financiera constantemente alimentada por la banca [4] .

La desigualdad es el motor que alimenta y da fuerza a los flujos de capital especulativo que desestabilizan constantemente los mercados y que, al mismo tiempo, debilitan la actividad productiva. Por eso, como ha señalado, es la variable clave sobre la que habría que actuar para poder cambiar de rumbo a la economía internacional y, más concretamente, para poder erradicar la dinámica de crisis recurrentes en la que se inserta la que estamos viviendo.

Por su lado, el incremento de la deuda se ha convertido ya en una bomba de relojería que no solo ha dado a esta crisis la dimensión tan extraordinaria que ha alcanzado, sino que amenaza con detonar en otros ámbitos (deuda soberana, crisis alimentaria, quiebras bancarias de momento disimuladas con artimañas contables, creación constante de burbujas...) produciendo nuevos episodios de crisis.

Y en este sentido no se puede olvidar que el origen de este incremento constante de la deuda no es otro que el privilegio de creación de dinero que tiene la banca privada gracias al sistema de reservas fraccionarias, de modo que sin limitar o ponerle fin será inevitable que sigamos sufriendo nuevos episodios de crisis, o que la salida de la actual sea prácticamente imposible si entendemos por salir de ella el alejar con seguridad un nuevo ramalazo de perturbaciones financieras.

3. Como ya he anticipado, las circunstancias que actuaron como detonador directo de la actual crisis (la difusión de hipotecas sub prime y la posterior quiebra del sistema bancario que suscribió y difundió sus derivados) es el resultado de la desregulación, de la falta de disciplina y de vigilancia por parte de los supervisores, de la complicidad de ciertos poderes públicos con los intereses de la banca privada internacional, o del fundamentalismo con que se ha gestionado la política financiera [5] . Por tanto, resultará también imposible salir de la crisis y evitar otras próximas, sucesivas e incluso lógicamente de mayor envergadura, si no se establece un nuevo tipo de regulación financiera, mucho más severa, disciplinada, represiva y autónoma respecto a los intereses privados, tanto de los bancos, grandes fondos de inversión y empresas multinacionales como de las agencias de calificación y, en general, de los grandes polos de poder económico que en los últimos treinta y cinco años se han erigido en las referencias que establecen lo que se puede hacer o no en los mercados financieros.

La falta de pasos decisivos en este campo, dadas las servidumbres indisimuladas de los gobiernos respecto a los grandes poderes financieros, impiden que se recobre el sistema financiero mundial, de modo que existiendo una abundancia impresionante de capital financiero no hay financiación, sin embargo, para las empresas y la actividad productiva, porque los recursos se derivan constantemente hacia la especulación, lo que materialmente impide la recuperación y la salida de la crisis.

Las reformas financieras que se han propuesto han sido tímidas y apenas si se han llevado a la práctica porque se han dilatado tanto los plazos y las exigencias que, en la práctica, no han tenido efecto alguno de cara a resolver los problemas de financiación que aún siguen padeciendo las economías.

4. Las políticas que los gobiernos han tomado frente a la crisis han sido insuficientes, inicialmente, y en algún caso, como especialmente en Europa, totalmente contrarias a lo que puede permitir que se recupere el ingreso, la actividad y el empleo.

La política de salvar a la banca considerando que los bancos afectados eran demasiado grandes para caer ha provocado un gasto ingente de recursos, una mayor concentración financiera y a la postre, como acabo de señalar, que ni siquiera se haya resuelto el problema bancario que dio lugar a la crisis. En su lugar, la inmensa mayoría de los bancos siguen siendo bancos verdaderamente zombies, cuya verdadera situación solo se disimula gracias a estratagemas y mentiras contables consentidas por los gobiernos en beneficio en su único beneficio.

Los primeros planes de estímulo permitieron evitar una verdadera debacle pero finalizaron antes de tiempo, consumieron menos recursos de los necesarios y los aplicaron a actividades que simplemente lograron mantener cierto nivel de empleo pero sin ser capaces de modificar la lógica o el modelo productivo, de combatir la desigualdad o de proporcionar las bases para un nuevo uso más equilibrado y sostenible de los recursos.

Para colmo, el contumaz fundamentalismo con que se están aplicando en Europa las llamadas políticas de austeridad (realmente, solo encaminadas a que Alemania pueda asegurar la mayor cantidad posible de retornos en la deuda que los bancos de la periferia tienen con los suyos) está provocando una nueva recesión en el seno de la Unión Monetaria, algo inevitable cuando a todos los países de la eurozona se les impone una estrategia deflacionista que mengua los ingresos de todos ello y, por tanto, su capacidad de contribuir al sostenimiento cooperativo de los demás mercados, que es la base que puede hacer exitosa una zona monetaria auténtica.

Sin un cambio radical de orientación, sin poner en marcha un autentico plan de estímulo de las economías, basado no solo en la acumulación de mayor cantidad de recursos sino en el cambio del modelo productivo imperante en la UE y en el seno de sus naciones integrantes, será igualmente imposible modificar la tónica nuevamente recesiva en la que nos encontramos y encaminarnos a una salida efectiva de la crisis.

5. A los problemas de caída de la actividad y desempleo que produjeron en casi todo el mundo la falta de financiación a empresas y consumidores y la caída subsiguiente de la demanda, se siguió en la mayoría de los países otro igualmente grave provocado por el incremento vertiginoso de la deuda soberana de los estados, como consecuencia, al mismo tiempo, de la caída de los ingresos públicos y del aumento del gasto público.

Pero hay que tener en cuenta que los problemas de prima de riesgo que algunos países, como España, están sufriendo no tienen que ver tanto con la magnitud de la deuda (la de España sería aún llevadera incluso con el volumen que tiene en estos momentos) sino con la presión especulativa que hizo subir artificialmente los intereses con los que se ha financiado.

Y, sobre todo, hay que considerar otras dos circunstancias que igualmente se están soslayando a la hora de hacer frente a este problema de deuda.

La primera, que el problema principal no radica en la deuda pública sino en la privada, que es la que realmente resulta impagable, no ya en las condiciones de falta de actividad e ingreso actuales sino en las que previsiblemente se darán en el futuro. ...

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Artículo de Juan Torres López.

sábado, 24 de julio de 2010

El caso Sherrod, un caso paradigmático en USA

Una desconocida funcionaria del Departamento de Agricultura se ha convertido en la protagonista de una apasionante historia que ha concentrado la atención del país a lo largo de toda la semana y que debería ser recordada eternamente como un ejemplo del daño que la temeridad del periodismo, el oportunismo político y el revanchismo ideológico son capaces de infligir a una sociedad. El caso, en el que solo la propia víctima ha mostrado un comportamiento sensato y humano, constituye una afrenta para toda la élite dirigente...

El nombre de Sherrod, que es de raza negra, fue mencionado por primera vez en los medios el lunes pasado, cuando una página web de extrema derecha, Breidbart.com, reprodujo una frase de ella incluida en un discurso que hacía pensar que, en el pasado, había discriminado a un granjero por ser de raza blanca.

En pocos minutos, esa frase estaba recorriendo todas las páginas de Internet y los canales de noticias de las televisiones junto a los comentarios de sus analistas, que condenaban el intolerable comportamiento de una funcionaria pública y exigían su dimisión. Menos de 24 horas después, un ayudante del secretario de Agricultura, Tom Vilsack, la llamó para solicitarle la renuncia.

Sherrod trató de explicar que todo era un error, que sus palabras habían sido distorsionadas, pero nadie se molestó en escucharla. Sólo después, cuando ya estaba despedida y los medios habían consumido por completo la carnaza, Sherrod pudo repartir una copia completa de su discurso y demostrar que su comportamiento, no solo no fue racista, sino altamente generoso.

En él, Sherrod aludió a un caso ocurrido hace 24 años, cuando trabajaba para una ONG que ayuda a los agricultores modestos, en el que ella convenció a un granjero blanco de que se encontraba en las mismas circunstancias dramáticas que muchos granjeros negros habían sufrido durante mucho tiempo. El corte de dos minutos que reprodujeron los medios dejaba la impresión de que Sherrod había discriminado a ese hombre, pero lo cierto es que le salvó su negocio y su vida. El propio granjero, ante el escándalo organizado, ha salido a recordar que guarda eterna gratitud por Sherrod.

Pero ninguno de los que reprodujeron el manipulado corte de vídeo o de los que reaccionaron a su contenido se ocupó antes de llamar al granjero, ni los periodistas ni el secretario de Agricultura. Nadie se molestó en escuchar el discurso completo de Sherrod. Nadie exigió a Breitbart.com las pruebas sobre la solvencia de su denuncia. Por supuesto no hubiera ocurrido lo mismo si el denunciado hubiera sido Bill Gates, pero Sherrod era una desconocida a la que se podía atacar sin riesgo.
...
"Me he cansado de decir: esperen un poco, lean el discurso completo. Pero nadie me escuchaba", dijo Sherrod el miércoles, amargada y frustrada. Para entonces el secretario de Agricultura ya le había pedido reincorporarse a su puesto, pero ella no está ahora con ganas de aceptarlo.

...Queda evidente en este caso la perfidia de algunos de los agentes de la acción política diaria, la negligencia de gran parte de los medios de comunicación -los periódicos más serios no se hicieron eco de la historia y The New York Times ha publicado un editorial de condena, pero la cadena Fox la convirtió en su propia causa- y el pánico que algunos políticos sienten ante la crítica. 

...El primer presidente negro de EE UU, igual que sus colaboradores, es un rehén del miedo a aparecer ante la opinión pública como un defensor de su raza.

"Si hay una lección que aprender de este episodio", dijo ayer Obama, "es la de no precipitarse a llegar a conclusiones o a apuntar con el dedo contra otros. He comunicado a mi equipo y a los departamentos del Gobierno que es preciso concentrarse en hacer las cosas que hay que hacer, no las que parezcan políticamente convenientes en cada momento".

Leer todo el reportaje en "El País" aquí