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domingo, 30 de junio de 2013

Cinco familias recuperan 70 años después los restos de víctimas del franquismo

Fallecieron, de hambre y frío, en una cárcel de exterminio. Entre los cinco dejaron 18 hijos

Lucía, de 10 años, nieta de un superviviente del penal: "La Guerra Civil no pasó hace tanto tiempo"

Cinco familias de presos fallecidos en la cárcel de Valdenoceda (Burgos), una prisión franquista donde se dejaba morir de hambre y frío a los reclusos, recibieron este sábado los restos identificados de sus padres y abuelos, exhumados e identificados ahora gracias a una muestra de saliva de las personas que nunca les olvidaron. Muy emocionados, los hijos y nietos subieron al escenario del Ateneo de Madrid a recoger el pequeño cofre con los restos, que ahora podrán enterrar cerca de sus familias y de sus pueblos.

Los cinco presos que ahora regresan a casa son Roque González Bueno, Pedro Blanco Cobo, Teófilo Gordillo, Miguel Carretero y Pedro Medina Lozano. El más joven tenía 38 años, y el mayor, 61. Entre los cinco dejaron 18 hijos. Casi todos murieron, según su expediente, de "colitis epidémica", un eufemismo para los estragos que causaban el hambre y el frío. en el penal, una antigua fábrica de sedas reconvertida, como tantas otras fábricas o conventos durante la posguerra, en prisión para albergar a decenas de miles de perdedores de la guerra.

José María González, presidente de la Agrupación de Familiares y amigos de Represaliados en Valdenoceda, explicó que todo empezó cuando su padre, después de 50 años de silencio -"de miedo", aclaró- le contó cómo había muerto su abuelo: hecho preso por sus ideas y enviado a la cárcel de exterminio de Valdenoceda. A finales de 2005, solicitaron la primera subvención estatal para exhumar a su abuelo y los presos que le habían acompañado hasta la muerte. En 2006 se la concedieron y la sociedad de ciencias Aranzadi recuperó, tras cinco meses de trabajo, los restos de 114, de los que de momento, han podido ser identificados y entregados a sus familias 26, incluidos los cinco de este sábado. En 2009, la agrupación solicitó una nueva subvención estatal para poder identificarlos a todos genéticamente. "Pero no conseguimos todos los permisos en plazo y perdimos la subvención. En 2012, el Gobierno nos exigió la devolución de la subvención y el pago, además, de 3.927,55 euros en concepto de intereses de demora. Fue humillante", denunció González. "El Gobierno ha reducido las subvenciones a la memoria histórica a cero mientras destina mucho dinero a la rehabiltación del Valle de los Caídos", lamentó. "No entiendo cómo un Gobierno puede dejar pasar la oportunidad histórica de acabar de una vez con las dos Españas".

Francisco Etxeberria, el forense que más fosas del franquismo ha ayudado a abrir en los últimos 12 años, declaró: "Puedo entender incluso a los que son indiferentes, pero no a los que se oponen a que se abran las fosas para que los familiares de las víctimas los entierren dignamente. En este tiempo, hemos abierto unas 300 y recuperado los restos de más de 6.000 víctimas. Pero muchas fosas no las hemos podido encontrar y muchos restos no han podido ser identificados. Por eso, cada uno, como los cinco que entregamos a sus familias hoy aquí, representa a otros muchos que no hemos podido recuperar".

Lucía, 10 años: "La Guerra Civil no pasó hace tanto tiempo"
Lucía Sempere, de diez años, nieta de Ernesto, uno de los pocos presos de aquel penal de exterminio que logró sobrevivir, explicó: “Hay personas que dicen que la guerra pasó hace mucho tiempo y que tenemos que olvidarnos de todo; que lo que hoy estamos entregando a las familias son solo unos pocos huesos, y que estamos abriendo heridas. Y yo digo que eso no es así. Yo solo tengo diez años. No sé todavía por qué unas personas son capaces de hacer tanto daño a otras. pero lo que sí sé es que todo aquello no sucedió hace mucho tiempo. Mi abuelo lo sufrió y cuando yo nací, me cogía en brazos. No pasó hace tanto tiempo. Yo he estado con mi abuelo. Él siempre decía: ‘Yo perdono, pero no olvido'. Y yo le quiero decir a todas a esas personas que dicen que tenemos que olvidarnos de aquello, que se equivocan. Porque si nos olvidamos, quizás los mayores cometan los mismos errores. Tengo 10 años. Soy una niña y quiero mirar al futuro.Sé que el futuro es lo que tengo delante de mí. Por eso quiero aprender de las personas que han vivido muchos años. Y para aprender, tengo que conocer todo lo que sucedió en el pasado. Así que para mirar adelante, primero tengo que saber lo que pasó y lo que vivieron nuestros abuelos. Y aprender de los errores".

Julián de la Morena, nieto también de un represaliado de Valdenoceda, declaró, al recoger los restos de Pedro Blanco Cobo: "Desgraciadamente, aún hoy, más de 70 años después, sigue librándose otra batalla de las dos Españas. Es la batalla de la dignidad, en la que los del bando de Pedro presentan las armas de la razón y de la libertad y el bando oponente, sus monstruosos tanques de la mezquindad y la indecencia. Un puñado de euros pueden ayudar a sanar las heridas de las familias con la recuperación de los restos de sus seres queridos represaliados, como los de Pedro, que siguen rastreramente perdidos por la piel de esta patria que debería ser común, digna y justa para todos".

viernes, 14 de junio de 2013

Los recortes en sanidad en España ponen vidas en riesgo, según un estudio

Un informe del 'British Medical Journal' alerta que la austeridad tendrá un coste en aumento de suicidios, sida o tuberculosis


Los recortes, el aumento del copago farmacéutico y la exclusión sanitaria pueden tener efectos demoledores en la salud de los españoles. Esta es la conclusión y la llamada a la alerta de un artículo publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal (BMJ) que duda, además, de que esas medidas de ahorro están basadas en evidencias probadas. El trabajo, realizado por investigadores de la London School of Hygiene & Tropical Medicine de Reino Unido, analiza el impacto del tijeretazo en los presupuestos sanitarios (desde 2010 se ha recortado 150 per cápita en un presupuesto que ya era de los más bajos de la UE), que ha tenido un “impacto desproporcionadamente alto” en personal y políticas de salud pública.

Un recorte que no va parejo al aumento de la demanda asistencial de personas dependientes, discapacitados o ancianos, que pierden a la vez otras prestaciones sociales. “¿Por qué hay que cambiar un sistema como el español, con buenos indicadores y de los más baratos, cuando en época de crisis la evidencia muestra que habría que protegerlo porque las enfermedades crecen”, reclama Helena Leguido-Quigley, investigadora principal del artículo.

El aumento del desempleo deriva, indican por ejemplo, en un aumento de las enfermedades mentales, como la depresión, que ha aumentado un 19,4% desde 2006, o el alcoholismo. Algo que es tangible en Grecia donde han aumentado los suicidios. Allí, los efectos de la crisis en la salud han sido abismales, con casos de desatención flagrantes y un aumento de las enfermedades infecciosas, como la tuberculosis o VIH. Si la tendencia no cambia, existe el riesgo de que en España ocurra algo similar. Sobre todo, apuntan los científicos, después de que se consolidase la exclusión sanitaria a los extranjeros en situación irregular, que desde septiembre solo tienen acceso a urgencias, parto, posparto y pediatría en las comunidades que han seguido a rajatabla la medida del Ejecutivo de Rajoy. Otras, como Asturias, Andalucía o País Vasco la han eludido tanto por considerarla injusta como por sus futuros costes en salud.

El Ministerio de Sanidad, sin embargo, sostiene que no está demostrado el aumento de las patologías mentales a raíz de la crisis, y que, en realidad, las patologías infecciosas, como la tuberculosis, se han reducido. El departamento de Ana Mato insiste, además, en que el sistema sigue siendo universal.

En España faltan aún datos consistentes para trazar una radiografía más amplia, insisten los investigadores. No obstante, explica el profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública José María Martín Moreno, la situación de España aún está muy lejos de la griega y hay capacidad de reacción. “Hay que buscar la evidencia científica y un mejor consenso para que esto sea sostenible y efectivo”, dice. Martín Moreno deja claro que las medidas de austeridad no han sido exclusivas del Gobierno central actual; también el anterior y las distintas Administraciones regionales y que muchas de ellas han sido inducidas por instancias europeas. “Pero se precisan medidas más articuladas y debatidas, no hacer experimentos”, añade.

Sanitarios catalanes alertan de que los recortes "están matando gente"

Y es que uno de los principales problemas que destaca el estudio es la falta de consenso que rodeó la aprobación del decreto de la reforma sanitaria que se aprobó en abril de 2012 por la vía de urgencia para escapar del debate. También la ausencia de una base sólida para sustentar medidas como la privatización de centros de salud y hospitales —como está haciendo Madrid.... leer más en El País.

jueves, 30 de mayo de 2013

Dashiell Hammett en Wall Street

Manuel Fernández-Cuesta. eldiario.es

La lectura de Hammett, a la luz del estado de corrupción permanente, es más que un reconocimiento literario: es una manera directa, seca y salvaje, hard-boiled, de entender qué está ocurriendo.

“Me han contado que tanto el alcalde como el gobernador son de su propiedad: así que harán lo que usted les diga.”

Dashiell Hammett, Cosecha roja (1929)

El 10 de enero de 1961 moría, Hospital Lennox Hill, Nueva York, Samuel Dashiell Hammett, el escritor que, como dijo Raymond Chandler “restituyó el crimen a su lugar natural: la calle”. El expediente del FBI, veinticinco años bajo vigilancia, sospechoso de actividades antiamericanas según la Comisión McCarthy, es decir, comunista, tenía 278 páginas. Uno de los guionistas mejor pagados de Hollywood al final de los años 30, el creador de personajes como Sam Spade y Nick y Nora Charles, acabó endeudado, perseguido por la justicia y el alcohol, devorado por un cáncer de pulmón. La lectura de Hammett, a la luz del estado de corrupción permanente, es más que un reconocimiento literario: es una manera directa, seca y salvaje, hard-boiled, de entender qué está ocurriendo -mientras una banda de gangsters dispara sobre la nuca del Estado de bienestar- detrás de las cortinas, en el aterciopelado reservado de un restaurante, allí donde gestos y palabras se convierten en testaferros, paraísos fiscales, recalificaciones, ingeniería financiera, sobornos: política y economía.

Alejado de la novela policíaca (o de crímenes) convencional, ajeno a los salones de caoba, las copas de jerez y el primoroso arte de la deducción, la obra de Hammett, arqueólogo del incierto presente, patea la calle, se sumerge y bucea en ella, rastrea bares sin luz, callejones, hasta comprender lo oculto, aquello que no se debe saber, aquello de lo que no se puede hablar. Su silencio ético le llevará a la cárcel, seis meses, en 1951, al negarse a colaborar con unos interrogatorios abusivos, carentes de legitimidad. Figurar en “la lista negra” era una moderna y definitiva condena al ostracismo. Ser acusado, en el país de la libertad, de algo parecido a “desafección al régimen”, suponía exclusión social, laboral. Hammett ya no escribía.

Su última obra larga, El hombre delgado (1934), más allá de clasificaciones académicas y géneros narrativos, desvela lo arbitrario de la autoridad al tiempo que rompe, para siempre, los cristales del orden social. Todo tenemos -frente a la irrefrenable destrucción de lo social- algo de huidizos agentes de La Continental. Del mismo modo que el propio autor conservó siempre, sombrero, gomina, bigote y tabaco sin filtro, ese aire entre cínico y descreído de detective, en Baltimore, de la Agencia Pinkerton.

Resulta paradójico que Hammett, escritor cercano a la mirada realista de Faulkner, Steinbeck o Hemingway, miembro del Partido Comunista de EEUU y del Congreso de Derechos Civiles de Nueva York, antifascista en la década de los treinta, activista político desde que abandonó la escritura (quizá pensó que no podía decir más), fuera voluntario -no existe contradicción- en las dos guerras mundiales del siglo XX. Violentamente moral, ajeno a la idea del interés y el beneficio, su Sam Spade, interpretado por Humprhey Bogart en El halcón maltés (John Huston, 1941), contiene -por ejemplo- todos los matices psicológicos del que se sabe condenado, de antemano, por diferente.

En sus novelas y relatos, los diálogos rasgan el aire y la tensión narrativa golpea al lector; el ritmo, entre el sincopado ragtime y el lacónico jazz de Chicago, hace casi imposible respirar y las metáforas, afiladas garras, desvelan una acidez que brota de un estómago inundado de ginebra. Radical en su prosa, Hammett huye de la justicia poética que acompaña la derrota, pese al halo de prestigio, incomprensible, que conlleva. Veterano combatiente, su cuerpo reposa en el Cementerio Nacional de Arlington (Virginia), un cementerio militar pegado al Pentágono y escoltado por el río Potomac, junto al Memorial de Iwo Jima, la Tumba al soldado desconocido y los hermanos Kennedy. El destino parece una petaca de whisky olvidada en una gabardina: inútil.

Frente a la inicial tradición detectivesca (Poe, Conan Doyle, Chesterton, entre otros), trufada de elegancia discursiva, enigmas y agradable lectura, Hammett observará la realidad y los conflictos humanos desde otro sitio. Su punto de vista será ético, político, una mirada desgarrada y alternativa, descriptiva del desorden, que debería ser leída hoy como necesario contrapunto al erotismo light que nos invade, al culto a la extrema sensibilidad del “ego mutante” y a la banalidad que preside nuestra existencia. Los personajes serán esbozados con pinceladas descriptivas y diálogos que callan más de lo que expresan. Las escenas, encadenadas, se resolverán en dos frases o en una conversación entrecortada por un disparo.

Todo en Hammett está teñido de incredulidad e ironía. Tanto en las tramas y argumentos como en la resolución (o no resolución) de los hechos, Hammett muestra con claridad -Robespierre y Marx al fondo- que las condiciones materiales determinan el lugar desde el que se mira, cómo se piensa y qué se dice: el lugar de la libertad. La podredumbre moral de la sociedad (y sus consecuencias) será el tema de su (nuestro) tiempo. Hammett describirá, brochazos de verdad, la miseria que se pretende ocultar: el espacio del capitalismo.

Es fácil acceder a sus libros. Existen varias ediciones, muchas, con excelentes traducciones. He transportado dos volúmenes por varios países. Manejo, en este momento, la edición de Debate, Novelas y Relatos, Madrid, 1994, con notas introductorias de C. Bértolo, al que he usurpado, al límite del plagio, algunas de las ideas aquí expuestas. El halcón maltés, La llave de cristal, La maldición de los Dain o sus cuentos recogidos en Un hombre llamado Spade, Muerte y Cía o Ciudad de pesadilla, por citar solo algunos textos, arrojan un esperpéntico destello de neón sobre el sentido de las relaciones sociales y el submundo que acompaña las diferentes formas de explotación. Pese a que algunas palabras hayan perdido su sentido originario, pese a que el paso del tiempo haya alterado el contenido de los diccionarios hasta hacerlos irreconocibles, quede fijada aquí la siguiente afirmación: Hammett es un escritor materialista. Materialista y dialéctico. Un autor imprescindible para comprender el presente.

Comprometido (otro término desacreditado por el neoliberalismo) con la realidad y el tiempo que le tocó vivir, afín a los republicanos españoles durante la Guerra de España, Hammett, sentado ante la llamada Comisión McCarthy, preguntado sobre las actividades del Congreso de Derechos Civiles, sostuvo una posición parecida a la denominada “estrategia de ruptura”, teorizada años después, en la Argelia colonial, por el abogado Jacques Vergès. Como dijo ante las humillantes e ilegítimas preguntas, responder “suponía reconocer en primera instancia que el Estado tenía derecho a formular semejantes preguntas”. Esta responsabilidad moral, la determinación de su razón cívica, le costó, ya se ha dicho, la cárcel.

Considerada género menor, despreciada -durante muchos años- por la crítica, la novela negra, una variante ágil y directa del realismo social, se alza hoy, igual que lo hizo en los años 30, como la mejor manera, quizá la menos afectada, de contar los dobleces de la realidad. Políticos corruptos, el mercado -grandes corporaciones transnacionales- que determina, con decisiones tomadas en secretos consejos de administración, la vida y destino de millones de personas, los medios de comunicación, transmisores del pensamiento dominante, comprados a golpe de anuncio y subvenciones o jueces presionados por instancias jerárquicas superiores serían, en la actualidad, perfectos personajes. Las tramas posibles son conocidas, en Wall street y en cualquier rincón del mundo.

Detective de lo real, Dashiell Hammett (1894-1961) mostró, como pocos, las vísceras del sistema. Leer sus obras, frente al oscurantismo del presente eterno, no es una mera cuestión literaria. Es una forma más de resistencia y combate.

Fuente: http://www.eldiario.es/zonacritica/Dashiell-Hammett-Wall-Street_6_135846438.html

domingo, 27 de enero de 2013

El hambre en el mundo y las políticas asistencialistas y de caridad para tratar de frenar las luchas

1. A partir de las denuncias de Wikileak a los gobiernos del mundo, me ha parecido que se han publicado más investigaciones sobre la situación de la pobreza, la miseria y el hambre en el mundo. Se habla mucho de la “crisis alimentaria” que está provocando el incremento de los precios de los alimentos y que lleva a una situación límite: hambre y muerte a una parte importante de la población mundial. Parece que incluso la ONU empieza a preocuparse pero no sabemos si pretende beneficiar a las grandes empresas agroalimentarias o los famosos transgénicos. De lo que estoy convencido es que hoy por hoy el mundo cuenta con suficiente producción para poder garantizar la seguridad alimenticia de toda la población mundial, “no obstante hay unos 850 millones de personas que sufren hambre y que dependen directamente de las ayudas de diferentes organismos internacionales, y este número aumenta a medida que se incrementa el precio de los alimentos”.

2. La realidad es que la miseria, el hambre, la indigencia de más de la mitad de los pueblos de África, América Latina y Asia –en vez de reducirse- parece aumentar. De nada han servido los grandes descubrimientos y el desarrollo de las tecnologías para solucionar el hambre de los pueblos. Como ha sucedido en la historia del capitalismo una minoría de familias, las más ricas y poderosas, se ha aprovechado de todos los avances tecnológicos para continuar acumulando riquezas y se vislumbra que así será por lo menos en los próximos 50 ó 100 años. (No me olvido de los luddistas o destructores de máquinas). Ayer publiqué un artículo con datos sobre la profunda pobreza en América Latina subrayando el triste papel de México en ese contexto y las campañas políticas (el PRI en Chiapas) que buscan remediar la situación con medidas. Hoy me he topado con un estudioso –reconocido en la ONU- que me aporta muchos más datos sobre el hambre.

3. Mi amigo, el psicólogo Fritz, me ha enviado un trabajo de Jean Ziegler, que es relator de la ONU para la alimentación y escritor; además, se dice que lleva décadas luchando para demostrar que “otro mundo es posible”. Me ha obligado a revisar sobre este intelectual para conocer otras publicaciones y me he encontrado que Ziegler ha declarado que “100.000 personas mueren de hambre, o de sus consecuencias inmediatas, cada día. Un niño de menos de 10 años muere cada siete segundos y cada cuatro minutos otro queda ciego por falta de vitamina A. El orden mundial no es sólo asesino, sino absurdo, pues mata sin necesidad. Hoy ya no existen las fatalidades. Un niño que muere de hambre hoy, muere asesinado”. Es importante tener consciencia en que son mucho más los niños y familias que mueren por hambre producto de la explotación y la miseria, que los que mueren por guerras, revoluciones, crisis, huracanes o sismos.

4. Explica Ziegler que hay dos tipos de hambre: el coyuntural y el estructural. El coyuntural es la hambruna a que siempre hemos visto en Etiopía o se registra en periodos de guerra y que es fruto del hundimiento de una economía; esta hambre causa el 5% de víctimas. El hambre estructural es diferente porque está implícito en las estructuras del subdesarrollo y el sistema de explotación capitalista. Causa el 95% de las muertes y es el hambre que realmente pide a gritos la intervención de la comunidad internacional. Así que, aunque debemos ocuparnos por evitar cualquier manifestación de hambre, la que debe alarmarnos más es la que está en nuestras manos solucionar mediante la lucha social de los pueblos por el cambio de las estructuras capitalistas. ¿De qué sirven las políticas asistencialistas o de “caridad” practicadas por todos los gobiernos con el fin de frenar las protestas y prolongar la explotación, tal como lo hace la iglesia?

5. Lo terrible de esta situación en todas parte, escribe Ziegler, es que el hambre se reproduce biológicamente. Cada año, cientos de millones de mujeres dan a luz a cientos de millones de niños desnutridos desde el momento mismo del nacimiento. “Un niño subalimentado entre los cero y los cinco años ya no tiene arreglo; incluso si a los seis tiene suerte y lo adopta una familia española, está dañado de por vida”. (Pone un ejemplo) “En Brasil hay madres que se ven obligadas a cocer piedras cuando sus hijos les piden comida”. Esperan poder distraerles del hambre, que se cansen de esperar y se duerman. Debemos saber que tenemos los medios para alimentar al doble de la población mundial sin necesidad de alimentos modificados; no olvidemos que los transgénicos son patentes, marcas registradas, y tienen dueño. Afortunadamente hay lucha contra ellos. Las empresas que detentan las patentes, por ejemplo Monsanto, van a hacer todo lo posible por obtener el máximo beneficio de su propiedad.

6. Los trabajadores todos hemos estado sometidos a los males del sistema para que los más poderosos vivan en cuerpo de rey. Sabemos que la única salida es la revolución libertaria de los productores, aunque tengamos que luchar por ahora por medidas transitorias.

Concluye Ziegler:
Hasta aquí hemos vivido bajo la herencia de la época del poder por delegación, la república y los derechos humanos. Toda herencia está amenazada de muerte por el gran capital financiero internacional, que pretende que la mano invisible del mercado es la única y suprema autoridad de la historia. Estamos creando un mundo en que los derechos humanos no tienen sitio y la propia democracia está en grave peligro; hasta el punto de que puede llegar a desaparecer. Es decir, vivimos en la jungla del capitalismo globalizado y la ley del más fuerte. Puede haber salida, pero debemos ser conscientes de que estamos defendiendo la última trinchera. Pedro Echeverría V.

Fuente:
http://pedroecheverriav.wordpress.com

sábado, 13 de octubre de 2012

Cien años después, la Amazonía recuerda uno de sus episodios más trágicos

Los indígenas de la región amazónica han recordado en silencio durante cien años la humillación, el dolor y la muerte ocasionados a inicios del siglo XX por la explotación del caucho.

Pero este 12 de octubre uitotos, boras, okainas y muinanes conmemoraron públicamente la tragedia, convencidos de que un mejor futuro no puede prescindir de las enseñanzas del pasado.

"El objetivo es revisar lo que pasó hace cien años y convertir toda esa mala historia en cosas buenas para el beneficio de la nueva generación", le dijo a BBC Mundo Jesús Teteye, taita (médico tradicional) del pueblo bora, una de las tribus que estuvieron a punto de ser diezmadas por los empresarios del caucho.

"Tenemos una historia tan grande, tan fuerte, tan dolorosa… Pero los ancianos ya están cerrando parte de esa historia para, como decimos por aquí, "abrir el nuevo canasto'", explicó por su parte Raúl Teteye, rector del colegio indígena que ahora opera en la infame "Casa Arana", en La Chorrera, en el departamento colombiano de Amazonas.

La "Casa Arana" es el centro de la conmemoración, que reune a indígenas llegados de Perú y Brasil, así como representantes de la comunidad internacional y del gobierno colombiano.

La edificación era, hace cien años, el principal centro de acopio de caucho de la zona. Y su propietaria, la peruano-británica Peruvian Amazon Company, hizo su fortuna explotando brutalmente a los pueblos indígenas amazónicos, mediante la amenaza, la tortura, la esclavitud y el asesinato.

Genocidio
Los abusos de la cauchería fueron documentados en su momento por el cónsul británico en Manaos, Roger Casement, el protagonista de la novela de Mario Vargas Llosa "El sueño del celta".

Según su "Libro azul del Putumayo", publicado en 1912, para esa fecha más de 40.000 indígenas habían fallecido durante la primera fiebre del caucho. Y como resultado de las denuncias de Casement, la Peruvian Amazon Company se desintegraría un año más tarde.

La "Casa Arana", sin embargo, continuaría operando hasta 1932. Y los indígenas de la zona estiman en 100.000 el total de las vidas perdidas por causa de los abusos de los empresarios del caucho.

"Fue un genocidio. Es algo que casi no se conoce en el mundo afuera de Colombia, pero tiene una importancia tremenda y mucha relevancia en asuntos de derechos humanos, medio ambiente, derechos indígenas, inversión", le dijo a BBC Mundo el embajador del Reino Unido en Colombia, John Dew, uno de los invitados al acto.

"Y es importante mostrar con mi presencia que los tiempos han cambiado y que tenemos el mismo compromiso con los derechos humanos hoy día que teníamos en la época de Casement", agregó el diplomático británico.

Para Raúl Teteye, por su parte, la actividad también es una oportunidad para que los gobiernos de Colombia, Perú, Brasil "y sobre todo la Gran Bretaña, que fue la que financió parte del dinero con el que se hizo la empresa acá, puedan hacer hacia el futuro enseñanza a sus jóvenes de como se degrada una persona humana, de como un ser humano puede ser tan horrible para el ser humano como lo fue en esa época de la Casa Arana".

"Estamos trabajando para tener esa esperanza hacia el futuro", le dijo además a BBC Mundo. "Pero sin desconocer nuestra historia tan dolorosa.

Sabiendo que, en cualquier momento, en otras partes o en este mismo lugar, puede volver a suceder" agregó. Fuente: BBC.

lunes, 4 de junio de 2012

Un libro recoge inéditas escuchas secretas a los prisioneros alemanes. Revelan una sorprendente brutalidad gratuita.

Así mataban los soldados de Hitler

“Me lo cargaba todo: autobuses en las calles, trenes de civiles. Teníamos órdenes de machacar las ciudades. Yo disparaba contra todos y cada uno de los ciclistas”. Así se despachaba el suboficial Fischer, piloto derribado de un caza Messerschmitt 109 en mayo de 1942 en una conversación con un colega en un centro de internamiento de prisioneros británico sin saber que estaba siendo oído por sus captores. “Hicimos algo muy bonito con el Heinkel 112”, explicaba otro aviador a un camarada en las mismas circunstancias y en tono jocoso. “Le instalamos un cañón delante. Luego volábamos sobre las calles a baja altura y cuando nos cruzábamos con coches encendíamos las luces y ellos se pensaban que tenían delante otro coche. Y entonces hacíamos fuego con el cañón”. “Reventamos un transporte de niños”, comenta creyéndose en la intimidad el marinero Solm, tripulante de un submarino. “Un transporte infantil… para nosotros fue todo un placer”. “En Italia, a cada lugar al que llegábamos, el teniente escogía al azar 20 hombres”, narra el cabo Sommer del regimiento blindado de granaderos número 29. “Todos para el mercado, se acercaba uno con tres ametralladoras –rrr…¡rum!- y todos tiesos. Así es como se hacía”. Sommer y su interlocutor, Bender, del comando de intervención número 20 de la Marina (una unidad especial de nadadores de combate con fama de duros), ríen a gusto…

Son algunos de los muchos testimonios terribles recogidos por los aliados en el marco de un programa de escuchas secretas sin precedentes que arrojó un material escalofriante sobre la forma de luchar y sobre todo de matar del Ejército alemán en la II Guerra Mundial. Ese conjunto de documentación inédito en buena parte ha sido diseccionado y estudiado ahora por dos investigadores alemanes, Sönke Neitzel, catedrático de historia moderna, y Harald Welter, psicólogo, ambos miembros del instituto de ciencias culturales de Essen, que han recogido su trabajo en el libro Soldaten (2011), recién publicado en España bajo el título
Soldados del Tercer Reich, testimonios de lucha, muerte y crimen (Crítica, 2012).

Reventamos un transporte infantil, para nosotros fue un placer
Durante la II Guerra Mundial, Gran Bretaña y EE UU retuvieron a cerca de un millón de prisioneros alemanes (en las filas de la Wehrmacht combatieron 17 millones de soldados). De ellos varios millares fueron llevados a campos especiales preparados al efecto y sometidos a pormenorizadas escuchas. Cabe imaginar que a algunos de los oyentes les habrá costado mantener la frialdad profesional cuando oían por ejemplo explicar cómo el sargento primero berlinés Müller, tirador de precisión, se cargaba sistemáticamente en Francia a las mujeres que se acercaban con ramos de flores a los soldados liberadores aliados.

El Centro de Interrogación Detallada de los Servicios Combinados (CSDIC) británico levantó 16.960 actas de lo escuchado a escondidas a los soldados alemanes que suman cerca de 50.000 páginas, mientras que los estadounidenses también extrajeron mucho material de 3.298 prisioneros cuidadosamente seleccionados de la Wehrmacht y las Waffen-SS y recluidos en Fort Hunt, Virginia. La diversidad de los espiados es completa, con todos los currículos militares imaginables, desde soldados ordinarios, de tropa corriente, hasta generales. Los miembros de las unidades de combate y particularmente de los submarinos y de la Luftwaffe están especialmente representados.

Los prisioneros hablaban con total libertad entre ellos sin tener ni idea de que estaban siendo escuchados. Para animarlos, se introducía entre los cautivos a agentes, exiliados y prisioneros dispuestos a colaborar. Pero los mejores resultados se consiguieron colocando juntos a prisioneros de rangos similares y de la misma arma. Se pirraban los tíos por contarse unos a otros sus experiencias, sus vivencias de combate y los detalles técnicos de sus útiles de guerra, ya fueran aeroplanos, tanques, submarinos o morteros.

Neitzel se topó con los expedientes en el Archivo Nacional británico
Con las escuchas, los aliados pudieron formarse una idea muy exacta del estado, la moral y la táctica de todos los ámbitos del Ejército alemán así como de detalles técnicos de su armamento. Lo que no imaginaban los servicios secretos es que más de medio siglo después, los historiadores y psicólogos iban a encontrar un filón dorado –o más bien gris pánzer- en esa documentación. Neitzel se topó con los antiguos expedientes en el Archivo Nacional británico. “Había actas y más actas”, dice en el prólogo de su libro. “Quedé absorbido por la lectura de las conversaciones y me sentí transportado de inmediato al mundo interior de la guerra”. Lo que más le sorprendió, dice, “fue la franqueza con la que hablaban de luchar, matar y morir”.

Autores como Joanna Bourke (An intimate history of killing, 1999) o Samuel Hynes (The soldier’s tale, 1997) ya nos habían mostrado qué fácil y hasta placentero puede ser matar para el soldado. Y Wolfram Wette había revelado la culpabilidad homicida y criminal del Ejército regular alemán destripando el mito de una Wehrmacht limpia en contraposición a unas SS que se habrían encargado de las tareas sucias y de perpetrar los asesinatos en la II Guerra mundial (La Wehrmacht, Crítica, 2006). Pero Neitzel y Welter van más allá en su forma de exponer y analizar el impulso violento de los soldados del III Reich.

Probablemente lo más perturbador de las escuchas es constatar que para matar no hacía falta estar especialmente adoctrinado ideológicamente ni embrutecido por la experiencia bélica. En los testimonios se oye a los militares explayarse sobre acciones terriblemente violentas de una gratuidad absoluta, llevadas a cabo en situaciones en las que no estaban sometidos a ningún estrés y cuando no llevaban suficiente tiempo luchando como para haberse librado de la capa de civilización que supuestamente impide cometer actos así. Son ya extremadamente violentos de entrada, sin necesidad de ninguna introducción en la barbarie. Tipos que ni siquiera son especialmente nazis. Es como para perder la fe en el ser humano. “El acto de matar a otros y la violencia extrema pertenecen a la vida cotidiana del narrador y de sus interlocutores”, señala Welter. “No son nada extraordinario y hablan sobre ello durante horas al igual que hablan de aviones, bombas, ciudades, paisajes y mujeres”.

El libro aprovecha el material para diseccionar el ejército alemán
“Para mí, lanzar bombas se ha convertido en una necesidad”, dice un teniente de la Luftwaffe en una de las escuchas. “Emociona de lo lindo, es un sentimiento fantástico. Es tan bonito como cargarse a alguien a tiros”. En otra conversación, un aviador comparte el placer de cazar soldados solitarios desde su aparato “y también gente común”, que “corría como loca en zigzag”. El piloto llevaba solo cuatro días de campaña de Polonia y ya sentía gusto al matar por el simple hecho de hacerlo, con indiferencia de a quién alcanzaba. “Violencia autotélica”, la denominan Neitzel y Welter, matar por matar. Experimentar la sensación de ejercer ese último poder total, y sin castigo. “Esa clase de violencia no requiere de causa ni motivo”.

“Macho, ¡no sabes lo que me llegué a reír”, dice otro aviador que hacía saltar casas por los aires. Y otro: “Abatimos cuatro aviones de pasajeros”. “¿Íban armados?”. “Nones”. El teniente Hans Hartigs, del escuadrón de cazas 26, sobre un vuelo en el sur de Inglaterra: “Nos cargamos a mujeres y niños de cochecitos”. “Los dejamos a todos tiesos, secos. Hombres, mujeres, niños, los sacamos de la cama a todos”, cuenta el cabo paracaidista Büsing de sus acciones en Francia tras la invasión de los aliados. A veces se esgrimen motivos de una irrelevancia atroz: “A un francés le pegué un tiro por detrás. Iba en bicicleta”. “¿Te quería capturar?”. “Ni por asomo. Era que yo quería la bicicleta”.

Es un universal de la guerra el no necesitar motivos para matar
Soldados del Tercer Reich aprovecha el material de las escuchas para realizar una disección extraordinaria del Ejército alemán –desde el sistema de condecoraciones al trato a los prisioneros, la violencia sexual o las Waffen-SS, sin olvidar la participación de las unidades militares regulares en el genocidio judío o la diferencia de moral entre las diferentes armas-. La fe en Hitler –al que los soldados caracterizan con rasgos similares a los de una estrella del pop actual (!), la falta en general de conciencia entre las tropas de que se estuviera llevando a cabo una guerra racial como machacaba la propaganda, la importancia en cambio del grupo y la camaradería, el respeto que se daba a conceptos como el valor, la dureza y la disciplina y ¡al trabajo bien hecho!, o el juicio que se hace en las conversaciones de mandos como Rommel (“valiente, intrépido” pero “sin escrúpulos”), son algunas de las materias que examinan los autores.

Neitzel y Welter, que aportan ejemplos de militares de otras contiendas y sostienen que es un universal de la guerra que el soldado no necesita motivos para matar (“los motivos son indiferentes”, “mata porque es su función”), citan en el capítulo final el elocuente testimonio de un soldado alemán Willy Peter Reese, que cayó en la II Guerra Mundial. “El hecho de que fuéramos soldados bastaba para justificar los crímenes y las depravaciones y bastaba como base de una existencia en el infierno”.

PD.: Estas descripciones son uno más de los ejemplos concretos en que pueden conducir las guerras, los hombres hacen caso omiso de los valores humanitarios y justifican con el pretexto de "la guerra" cualquier crimen y barbaridad.

Es evidente que lo más importante es impedir la guerra y mantener la paz y el diálogo entre los países. A ello se oponen todos los que se benefician de las ventas de armas, el robo y el apoderarse de las riquezas de los países sin importarles los daños, crímenes, muertes y sufrimientos que causen con sus conductas. El hecho de mantener su impunidad alimenta sus comportamientos. La paz con la verdad, la justicia y la reparación necesitan defensores bien informados y tribunales universales, independientes y justos que actúen con rapidez y ejemplaridad.

domingo, 10 de abril de 2011

Más sobre el horror de Kosovo

El Consejo de Europa y la exfiscal Carla del Ponte denuncian a la guerrilla de Kosovo como responsable de haber traficado con órganos de presos serbios, y al primer ministro, de estar detrás de la trama. En Albania, centro del presunto negocio, todos lo niegan. Serbia pide un juicio.
Ya reflejé la noticia del Informe sobre Kosovo. ...Y ha vuelto a ser noticia por culpa de un demoledor informe del Consejo de Europa, el organismo que vela por los derechos humanos en el Viejo Continente, que sitúa en este anodino rincón de Albania el centro neurálgico de un monstruoso negocio: el tráfico de órganos de prisioneros serbios que se habría producido entre el verano de 1999 y el de 2000, nada más terminar la guerra de Kosovo. Un conflicto que causó alrededor de 11.000 muertos, 1.600 desaparecidos, y supuso el tiro de gracia para Yugoslavia, el sueño de comunismo autogestionario del mariscal Tito.
El autor del informe, el senador y exjuez suizo Dick Marty, asegura que los hilos de esta macabra trama los manejaban altos dirigentes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), la principal guerrilla que lideró la independencia de la región respecto del poder serbio. Al tiempo que acusa al actual primer ministro kosovar, Hashim Thaci, de ser uno de los máximos responsables de la delincuencia organizada en esa región. La red lo controlaba todo: transporte de cautivos a través de la frontera con Albania, entonces saturada e incontrolable; casas de acogida que no levantaban sospechas en la población; equipo médico mercenario, chóferes y guardianes, además de los necesarios contactos internacionales.
En algún lugar, en el dédalo de caminos de tierra que rodean el núcleo de Fushë-Krujë, entre parcelas agrícolas, se hallaba la clínica secreta donde, siempre según el citado informe, se extraían los órganos vitales de los prisioneros serbios, que llegaban vivos y eran eliminados con un simple tiro en la cabeza cuando el cliente, en una capital extranjera, estaba listo para recibirlos. Nadie sabe cuantas víctimas se cobró la trama, pero se estima que pudieron ser entre 100 y 300 personas. Gente raptada en Kosovo, a la que se mantenía con vida hasta el momento en que era reclamada la mercancía.
La elección de Fushë-Krujë como centro de las supuestas operaciones no era casual. La distancia al aeropuerto de Tirana (Rinas) se cubre en quince minutos, por penoso que fuera el camino antes de que se construyera la carretera nueva. El portavoz y fiscal adjunto de la Fiscalía serbia para Crímenes de Guerra, Bruno Vekaric, sostiene que los órganos preparados para su comercialización eran trasladados en helicóptero a Rinas. Allí les esperaba un vuelo con destino a Estambul. "A los prisioneros se les quitaban los riñones, el corazón, todo lo que era útil para el tráfico. Tenemos la lista de precios en marcos alemanes. Un corazón eran 80.000 marcos, un riñón, la mitad", dice Vekaric. Los despojos de las víctimas se enterraban en terrenos adyacentes.
El escándalo provocado por estas denuncias ha estremecido al mundo y ha obligado a Eulex (el organismo europeo que se encarga desde finales de 2008 de administrar justicia y velar por la seguridad en Kosovo) a abrir una investigación preliminar... Leer todo el artículo aquí.
El "doctor Frankenstein" y sus 2.400 trasplantes

miércoles, 5 de enero de 2011

UNA MALA NOTICIA PERO QUE ES NECESARIO CONOCER

Trafic d’organes au Kosovo: un rapport accablant
Tráfico de órganos en Kosovo: un informe condenatorio

Le rapport présenté le 16 décembre devant le Conseil de l’Europe par le député suisse Dick Marty sur le trafic d’organes dont auraient été victimes des prisonniers de l’Armée de libération du Kosovo (UCK) a fait l’effet d’une bombe (1). Pourtant, les allégations contenues dans ce rapport ne sont pas nouvelles : ce trafic est déjà évoqué dans les mémoires publiées en 2008 par l’ancienne Procureure générale du Tribunal pénal international pour l’ex-Yougoslavie (TPIY), Carla Del Ponte (2) et, au Kosovo, l’hypothèse d’un tel trafic est une « rumeur » qui circule depuis longtemps. De même, l’enquête publiée en 2009 par les journalistes Altin Raxhimi, Michael Montgomery et Vladimir Karaj avait confirmé l’existence d’un véritable « archipel » de centres secrets de détention de l’UCK en Albanie (3).
Le rapport de M. Marty apporte cependant nombre d’informations nouvelles, permettant de mieux comprendre les mécanismes de ce trafic. Plusieurs centaines de prisonniers capturés par l’UCK — principalement des Serbes du Kosovo, mais aussi probablement des Roms et des Albanais accusés de « collaboration » — auraient été déportés en Albanie, en 1998 et 1999. Emprisonnés dans plusieurs petits centres de détention — dont la fameuse « maison jaune » du village de Rripë, près de Burrel, visitée par les inspecteurs du TPIY —, certains d’entre eux auraient alimenté un trafic d’organes. Les prisonniers étaient conduits vers une petite clinique située à Fushë Kruja, à une quinzaine de kilomètres de l’aéroport international de Tirana lorsque des clients se manifestaient pour recevoir des organes. Ils étaient alors abattus d’une balle dans la tête avant que les organes, principalement des reins, soient prélevés. Ce trafic était conduit par le « groupe de la Drenica », un petit noyau de combattants de l’UCK regroupés autour de deux figures clés : M. Hashim Thaçi, actuel Premier ministre du Kosovo, et M. Shaip Muja, alors responsable de la brigade médicale de l’UCK et aujourd’hui conseiller pour la santé de ce même Hashim Thaçi.
Le rapport de M. Marty laisse beaucoup de questions sans réponses, notamment le nombre exact de prisonniers victimes de ce trafic. La justice serbe, pour sa part, parle de 500 personnes déportées en Albanie. On ignore également quels étaient les partenaires étrangers de ce trafic, et surtout quels en étaient les bénéficiaires. Le rapport relève cependant que 60 patients de l’hôpital universitaire de Jérusalem auraient bénéficié d’une transplantation rénale en 2001, un chiffre exceptionnellement élevé.
Il importe de placer le crime supposé à sa juste valeur. Si le trafic est avéré, il s’agit d’un crime contre l’humanité massif, qui se situe, dans l’ordre de l’horreur, au « même niveau » que le massacre génocidaire de Srebrenica. Autre point essentiel, ce trafic se serait poursuivi au moins jusqu’en 2001, c’est-à-dire deux ans après l’entrée des troupes de l’OTAN au Kosovo et l’instauration du protectorat des Nations Unies sur le territoire. Le rapport note d’ailleurs qu’à partir de juin 1999, la frontière entre l’Albanie et le Kosovo n’était soumise à aucun contrôle réel.
Le rapport a suscité un tollé de protestations et de démentis. Certains ont voulu disqualifier le rapport de M. Marty, en jetant le doute sur son auteur, présenté comme un « adversaire de l’indépendance du Kosovo », voire comme un « ennemi du peuple albanais »... Leer todo el artículo aquí.

El informe presentado el 16 de diciembre ante el Consejo de Europa por el suizo Dick Marty MP en el tráfico de órganos que supuestamente sufrieron los prisioneros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) tiene el efecto de un bomba (1). Sin embargo, las alegaciones contenidas en este informe no son nuevas: el tráfico es ya mencionado en las memorias publicadas en 2008 por el ex Fiscal General del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), Carla del Ponte (2) y Kosovo, la asunción de esa trata es un "rumor" ha existido por mucho tiempo. Del mismo modo, la encuesta publicada en 2009 por los periodistas Raxhimi Altin, Michael Montgomery y Karaj Vladimir había confirmado la existencia de un verdadero "archipiélago" de centros secretos de detención del ELK en Albania (3).

El informe del señor Marty, sin embargo, trae muchas informaciones a comprender mejor los mecanismos de la trata. Varios cientos de prisioneros capturados por el ELK - sobre todo los serbios de Kosovo, pero también, probablemente, los gitanos y albaneses acusados de "colaboración" - fueron deportados a Albania en 1998 y 1999. Encarcelado en varios centros de detención pequeñas - como la famosa "Casa Amarilla" aldea Rripë cerca de Burrel, la visita de los inspectores de la ex Yugoslavia - algunos de ellos han alimentado un tráfico de órganos. Los prisioneros fueron llevados a una pequeña clínica ubicada Fushë Kruja, a unas quince millas del aeropuerto internacional de Tirana, cuando los clientes están esperando para recibir órganos. Ellos fueron asesinados luego por una bala en la cabeza, ante los órganos, sobre todo los riñones, se eliminan. Este tráfico se vio impulsado por el grupo "de Drenica", un pequeño núcleo de combatientes del ELK agrupados en torno a dos figuras clave: el Sr. Hashim Thaci, actual Primer Ministro de Kosovo, y el Sr. Shaip Muja, entonces responsable de Brigada Médica del ELK y ahora asesor de la salud de que Hashim Thaci. Ver la traducción aquí.

domingo, 10 de octubre de 2010

High Cost of Crime

High Cost of Crime

When times get hard and talk turns to spending and budgets, there is one area that gets short shrift: the cost of crime and our enormous criminal justice system. For instance, how much do you think a single murder costs society? According to researchers at Iowa State University, it is a whopping $17.25 million.

jueves, 4 de junio de 2009

Rosa Luxemburgo, 90 años después.

Tarde o temprano reaparecen las víctimas y aún muertas, denuncian, dando a conocer con su testimonio mudo, el crimen, reclaman justicia y exigen la reparación. Esta tesis, propia de la novela policiaca, ha vuelto a confirmarse en Alemania.
El director de Patología del hospital Charite de Berlín, Michael Tsokos, ha informado de la existencia de un cuerpo sin vida que podría ser el de la dirigente comunista Rosa Luxemburgo.

A la carismática líder comunista la mataron e hicieron desaparecer militares derechistas en 1919. El crimen ocurrió con el beneplácito de la socialdemocracia alemana, como reconoció uno de sus autores en 1970. La posible reaparición del cadáver de Luxemburgo salpica al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en un año electoral muy importante en el que está luchando por su supervivencia como partido de masas.
Cuando Michael Tsokos asumió la dirección de Patología de la Charité en 2007 se topó con el cadáver de una mujer anónima que desde hacía 90 años yacía en la colección de su instituto. Al cuerpo sin vida le faltan la cabeza, los brazos y las piernas. Después de dos años de investigaciones, Tsokos hizo público el resultado de sus pesquisas: piensa que se trata de la heroína comunista Rosa Luxemburgo porque el cadáver mide un metro y medio y presenta las deformaciones de la cadera que caracterizaban el andar de la activista política.
Sin embargo, el hallazgo de Tsokos no se corresponde con el informe que en 1919 redactaron los dos más prestigiosos forenses de Alemania. Parece que ellos practicaron la autopsia del cuerpo de otra mujer cuya cadera estaba perfecta. Además, la herida que hallaron en el cráneo no puede ser resultado... Ayer y hoy de Rosa Luxemburgo. La liga Espartaquista.
(Si quieres seguir leyendo clikea en el título)
Algo de música en su honor