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viernes, 20 de abril de 2018

La constitución y la monarquía, charla de Javier Pérez Royo.



Carlos I de Inglaterra y Escocia. Rey de Inglaterra e Irlanda 27 de marzo de 1625 - 30 de enero de 1649

Carlos Estuardo nació en el palacio de Dunfermline, el 19 de noviembre de 1600, siendo el segundo hijo varón de los nueve vástagos de Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra y Ana de Dinamarca. Fue un niño subdesarrollado que todavía no podía caminar o hablar a la edad de tres años. Cuando la reina Isabel I murió en 1603 y Jacobo VI fue proclamado rey de Inglaterra como Jacobo I, dejaron a Carlos en Escocia bajo el cuidado de enfermeras y criados porque se temía que el viaje dañara su frágil salud. Finalmente, hizo el viaje a Inglaterra en julio de 1604 y fue puesto posteriormente a cargo de Lady Carey, que le enseñó a caminar y hablar. Al llegar a adulto no medía más que 1 m y 62 cm.

viernes, 23 de febrero de 2018

Henry Giroux: El neoliberalismo y el asedio a la educación superior




Desde hace varias décadas Henry Giroux viene denunciando el auge y despliegue de lo que hoy podemos denominar el autoritarismo del siglo XXI. La consumación de un proceso originado a partir de la reestructuración total del poder por parte de las élites norteamericanas, cuyo eje central y estratégico es el ataque directo sobre las instituciones fundamentales para la democracia y el control pleno sobre ellas.

En parte, este proyecto surge como respuesta a la ola democratizadora que afectó significativamente a mediados del siglo pasado los Estados Unidos. La amenaza que supuso esta fuerza democratizadora al poder y privilegios de los grupos hegemónicos empresariales, les hizo tomas consciencia de la urgente necesidad de transformar la política en una cuestión privada, que debía tener lugar al margen de los ciudadanos. Este es uno de los principales rasgos del nuevo autoritarismo; la conformación de un tipo de estado fundido y dominado completamente por el minoritario grupo empresarial dominante que concibe a sus propios ciudadanos como enemigos y ve con urgencia la necesidad de despolitizarlos, convirtiéndolos en meros consumidores, mediante la imposición de una propaganda que hace concentrar la atención sobre las cosas más superficiales. Lo que Chomsky ha llamado una “filosofía de la futilidad” (Chomsky, 2004, p.203).

En buena medida uno de los principales blancos de ataques han sido las universidades, las cuales tienen una enorme importancia, en tanto dispositivos culturales, en la configuración de los deseos, las identidades, el accionar de los sujetos y la creación de imaginarios. Henry Giroux, uno de los más destacados críticos culturales y representante de la pedagogía radical norteamericana, pone el acento a lo largo de su vasta obra, sobre el peligro que acecha a las universidades, y a la educación pública en general. El curso de los acontecimientos no ha hecho hasta ahora más que confirmar sus “predicciones”.

La actual etapa de capitalismo neoliberal se caracteriza por un constante ataque hacia la democracia, y consecuentemente hacia sus instituciones fundamentales (Giroux, 2015a, p. 16). Las raíces de este ataque tienen que ver con el peligro que la democracia le representa al poder. Hay que hacer notar que en una democracia verdadera la opinión pública tiene peso e incide directamente sobre las decisiones del gobierno. Por esta razón a los poderosos nunca les ha gustado la democracia pues implica restarles poder y ponerlo en manos de la población mayoritaria.

Hoy en día el poder de las corporaciones alcanza niveles apenas imaginables hace algunas décadas. Esto no es más que la culminación de un proceso que inició aproximadamente en la década de los 60 la cual estuvo marcada por un enorme activismo social y expansión democrática. Ello movió a las élites estadounidenses a poner en marcha un ambicioso plan para contener lo que llamaron un “exceso de democracia” (Giroux, 2006, p. 18). Ante la ausencia de propuestas alternativas definitorias de los conceptos básicos constitutivos de un discurso progresista, fue tomando fuerza creciente un discurso público cuyo pilar era la ausencia de ciudadanía crítica y un patriotismo despojado de las notas emancipatorias propias de la democracia. En la práctica, este discurso ha derivado en una serie de agresiones militares externas y en la militarización interna de la sociedad norteamericana (Giroux, 2006, p. 15). Mediante la amnesia total respecto del importante papel que históricamente ha jugado la lucha popular en la historia de la democracia, ha tenido lugar una deconstrucción de la noción de ciudadanía y, con ello, la subordinación de las libertades individuales a la seguridad nacional y el orden interno. Bajo este esquema las universidades, la prensa independiente y los movimientos sociales se conciben como un peligroso desafío a la autoridad gubernamental (Giroux, 2006, p. 18). Es fácil entender la necesidad imperiosa sentida por los dueños de la sociedad estadounidense para lanzar la ofensiva en contra de las instituciones fundamentales encargadas de limitar el sufrimiento de los más débiles. La crisis que vive actualmente la educación superior debe verse enmarcada en esta crisis mayor de la democracia (Giroux, 2015a, p. 16).

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Marlon Javier López es profesor de filosofía en la Universidad de El Salvador (UES)

domingo, 12 de noviembre de 2017

Naomi Klein: "No podemos ganar a los nacionalistas siendo mejores nacionalistas que ellos"

La autora canadiense está en Barcelona para hablar de su libro, del independentismo y del Gobierno de Mariano Rajoy, al que acusa de estar practicando la "doctrina del shock" con la población española

Ser independiente sin más no cambia el poder hegemónico del capital transnacional.

No cambia tu destino, no cambia el hecho de que el cambio climático va a redibujar las fronteras por ti, no cambia las desigualdades

El jueves participa en un único acto público de apoyo a la alcaldesa Ada Colau

Viene de comer con Yanis Varoufakis, que está en Barcelona para hablar del conflicto catalán. Están de acuerdo en casi todo: "Creo que se debería suprimir el artículo 155 y liberar a las personas que han sido encarceladas, llevar a cabo un proceso democrático y que el conflicto se solucione a través de la no violencia", ha dicho esta mañana en la presentación de su último libro, Decir NO no bastaeditado por Paidós.

También ha dicho que Rajoy está practicando la doctrina del shock que describió en su segundo libro, y que consiste en inyectar políticas neoliberales, como la privatización o la austeridad, aprovechando o produciendo una catástrofe que deje aterrorizada a la población. Puede ser un tsunami, una crisis financiera o, aparentemente, la crisis catalana. Klein asegura que Rajoy ha creado "una atmósfera de crisis nacional permanente" y que se trata de una estrategia premeditada "para desviar la atención de los fracasos de su Gobierno centrándose en una retórica hipernacionalista".

La canadiense se declara defensora de la autodeterminación de los pueblos y observa que sería inimaginable que el Gobierno de Justin Trudeau arrestara al de Quebeq por organizar un referéndum independentista. Su último libro es un manifiesto urgente para contrarrestar, precisamente, las "políticas del shock", con Donald Trump como modelo protagonista. Klein lo considera una especie de obra de arte distópico que nos muestra el mundo en el que vivimos, llevado a su conclusión lógica y devastadora.

Como Adam Curtis, que estuvo en Madrid esta semana, la famosa autora de No Logo piensa que la única manera de combatir la ola nacionalista pasa por ofrecer una visión utópica del futuro, un plan que complemente la resistencia (a la guerra, a los recortes, a las políticas de inmigración) con un pacto ilusionante que limpie el desencanto de la población. Sus ejemplos en este sentido son Bernie Sanders y Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista británico. Y Ada Colau, con la que comparte cartel en una esperada conferencia que tendrá lugar este jueves 9 de noviembre a las 19h en el Auditori del Centre Cívic Cotxeres de Sants.

El título del libro viene de una conversación con Alexis Tsipras justo antes de ser elegido como presidente de Grecia.

Tsipras estaba seguro de que era el momento de decir no, de oponer resistencia. Pero yo creo que ya no basta: necesitamos nuestra propia estrategia, nuestras propias soluciones. Y creo que lo que ha sucedido en Grecia es un ejemplo del peligro que corremos si no establecemos una visión alternativa de futuro y conseguimos traer a la ciudadanía a ese lugar. No basta con estar furiosos contra las élites y resistir a un gobierno injusto. El gran triunfo del neoliberalismo ha sido convencernos de que sin ellos no hay alternativa.

Nosotros o el caos.
Exacto: sin nosotros es el caos: terrorismo, inflación, colapso económico. Expulsión de la UE.

Usted encuentra esas visiones alternativas en Bernie Sanders y Jeremy Corbyn.
Sí, pero también en ciertas políticas municipalistas. Creo que la energía que ha puesto a Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona es una política diferente, una nueva política, un nuevo espacio híbrido entre la política tradicional y los movimientos por los derechos civiles. En Italia también, a nivel municipal, hay algunas alternativas, al menos en lo que respecta al tratamiento de los refugiados. El alcalde de Palermo [Leoluca Orlando] es un gran ejemplo: estar en la primera fila de lo que llaman una crisis de refugiados puede ser una magnífica expresión de humanidad, solidaridad. En EEUU tenemos a Pittsburgh, Pennsylvania. Cuando Trump dijo públicamente que sacaba a los EEUU del Acuerdo de Paris porque le había elegido la gente de Pittsburgh, no la gente de París, el alcalde de Pittsburgh salió a declarar que, de hecho, habían votado por Hillary Clinton, y presentó un plan de 100% energías renovables para 2030.

En cuanto a los estados, también hay esperanza. El partido verde holandés tuvo unos prometedores resultados en las últimas elecciones [ganaron 14 escaños en 2017] y es un ejemplo de partido que no está centrado en la personalidad de un líder. Por otra parte, Corbyn es más bien un antilíder, y cuando cantan el himno en un estadio lo hacen de manera irónica. ¡Si parece un profesor de geografía!

Ha dicho que la respuesta de Rajoy a la crisis entre Catalunya y el estado es un ejemplo clásico de Doctrina del Shock. ¿Qué ha querido decir con eso?

Está claro que ha visto una oportunidad de mejorar su fortuna política haciéndose pasar por un líder fuerte, cambiando la conversación hacia el ultranacionalismo. Este es un terreno en el que claramente se siente mucho más cómodo y seguro de sí mismo, donde no se discute la economía ni el paro ni el fracaso de sus medidas. Y está por verse cómo aprovecha el método, aún no hemos visto el efecto que va a tener a largo plazo. Lo que está claro es que no está reduciendo el shock de la población sino que aprovecha cada paso para subirlo al máximo posible.

Ha comparado el movimiento independentista quebequés con el catalán, y ha dicho que las medidas tomadas por Rajoy le parecen incendiarias e impensables en otros sitios. Pero su crítica principal es a la Unión Europea.

Totalmente, porque es una postura moralmente corrupta. Y coincido con Varoufakis en que no es una posición sostenible por parte de la UE. Las fronteras cambian y cambiarán aún más, hay otros movimientos independentistas. Tiene que haber una manera de gestionar eso que no sea tomar partido por el Estado, independientemente de lo que haga.

Usted misma ha dicho esta mañana que la Unión Europea ha hecho cosas que el propio Trump no se atrevería a hacer, como dejar morir a decenas de miles de inmigrantes en sus costas o colaborar para que los manden a sitios que son lo más parecido que tenemos a campos de concentración. ¿Podemos esperar que defiendan la autodeterminación de Catalunya cuando han asimilado y burocratizado estos procesos?

Es verdad. El linaje progresista del proyecto europeo se ha caído en pedazos. Y lleva mucho tiempo cayéndose.

¿Hay un futuro para la Unión Europea?
Yo estaría dispuesta a darle a Varoufakis una oportunidad. Están construyendo un movimiento para transformar la Unión Europea. Es muy ilusionante.

Y una nueva visión del futuro.
Exacto. ¡Hoy he aceptado formar parte de su gabinete de asesores!

La independencia catalana también ofrece una visión, pero no es nueva.
Dentro del proyecto independentista catalán hay más de una visión. Y es peligroso asumir que la que a ti te gusta es la que va a prevalecer al final. No podemos ganar a los nacionalistas siendo mejores nacionalistas que ellos. Está pasando en toda Europa. Como [Jean-Luc] Melenchon vistiéndose con la bandera con este discurso de ser el más francés de los franceses.

¿Qué sentido tiene crear nuevas fronteras cuando sabemos que el cambio climático las va a cambiar de manera poco democrática en un futuro no muy lejano?

Soy agnóstica en lo que se refiere a la independencia. Un movimiento independiente es excitante siempre que se trate de liberar a un grupo grande de gente para recuperar el poder en este contexto de crisis que vivimos ahora. Ser independiente sin más -tener tus propias fronteras- no cambia el poder hegemónico del capital transnacional. No cambia tu destino, no cambia el hecho de que el cambio climático va a redibujar esas fronteras por ti, no cambia las desigualdades. Solo si cambias estas estructuras, entonces la independencia será liberadora.

Pensar que la independencia sola puede hacerte fuerte contra los poderes transnacionales es una fantasía peligrosa. Especialmente ahora que la gente necesita desesperadamente algo que les haga recuperar el control de sus vidas. Eso fue lo que pasó con el Brexit, con Trump. Un intento desesperado de una población desesperada por demostrar que todavía pueden tener poder sobre algo. El sistema está roto y te quieres salir. Pero lo que importa no es cómo sales sino lo que haces después.

http://www.eldiario.es/internacional/Naomi-Klein-podemos-nacionalistas-mejores_0_705880501.html

sábado, 11 de noviembre de 2017

Desde Londres con amor

La Vanguardia

Me levanto aquí en Londres antes del amanecer, leo lo último sobre Catalunya y pienso qué feo que es todo esto. Qué feo y qué doloroso y qué decepcionante.

Esperaba más de España, el país donde nació mi madre, donde he vivido quince de los últimos diecinueve años, donde me he propuesto vivir –en Catalunya, sea independiente o no– la mayor parte del resto de los días que me quedan. La gente es más simpática, noble y generosa que en cualquiera de los otros siete países en los que he vivido. Comparado con los más de 70 países que he visitado es un buen lugar para ser un inmigrante, es un buen país para ser homosexual, para ser mujer, para ser un niño o un anciano. Hay tanto en España que es admirable, envidiable, moderno y ejemplar.

Es por todo esto que me decepciona y me deprime tanto constatar lo primitiva que sigue siendo la joven democracia española, en particular lo desquiciada que se vuelve cuando entra en juego el tema de la soberanía territorial. Tanto yo como mis muchos amigos extranjeros que conocen bien España y la aman hemos descubierto en las últimas semanas del drama catalán algo oscuro en el alma política de este país que hubiéramos preferido no ver.

Esto no es tomar una posición a favor de la independencia. Creo que sin excepción todos mis amigos nacidos fuera comparten mi rechazo al independentismo. No me gusta el antagonismo que define la esencia del sentimiento nacionalista siempre y en todos los lugares; sospecho que el precio económico de abandonar ­España sería catastrófico para Catalunya, en cuyo suelo, por cierto, tengo todos mis ­ahorros.

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http://www.lavanguardia.com/opinion/20171101/432516063870/desde-londres-con-amor.html

martes, 7 de noviembre de 2017

Cómo triunfa la oligarquía: Lecciones de la Antigua Grecia

Hace unos cuantos años, mientras investigaba para un libro acerca de cómo afecta la desigualdad económica a la democracia, un colega mío preguntó si Norteamérica corría verdaderamente el riesgo de convertirse en una oligarquía. Nuestro sistema político, afirmaba, es una democracia. Si la gente no quiere verse gobernada por élites opulentas, podemos votar para echarlas.

El sistema, dicho de otro modo, no se puede “amañar” para que funcione en favor de los ricos y poderosos, a no ser que la gente esté como mínimo dispuesta a aceptar un gobierno de los ricos poderosos. Si la opinión pública en general se opone al gobierno de las élites económicas, ¿cómo es, entonces, que los opulentos controlan tanto del gobierno?

La pregunta era buena y si bien yo tenía mis propias explicaciones, no disponía de una respuesta sistemática. Afortunadamente, dos libros recientes sí la proporcionan. La oligarquía funciona, en una palabra, gracias a las instituciones. En su fascinante y perpicaz libro, Classical Greek Oligarchy, Matthew Simonton nos lleva de vuelta al mundo antiguo, en el que se acuñó el término oligarquía. Una de las amenazas primordiales consistía en que los oligarcas llegaran a dividirse y que alguien de entre sus filas desertara, se pusiera al frente del pueblo y derribara a la oligarquía.

Para impedir que esto ocurriera, las élites de la antigua Grecia desarrollaron instituciones y prácticas para mantenerse unidas. Entre otras cosas, aprobaban leyes suntuarias, que impedían extravagantes demostraciones de su riqueza que pudieran atizar la envidia, y utilizaban el voto secreto y las prácticas de creación de consenso para garantizar que las decisiones no condujeran a a un mayor conflicto dentro de sus cuadros.

De modo adecuado para un especialista académico en los clásicos, Simonton se centra en detalle en estas antiguas prácticas concretas. Pero su intuición clave estriba en que a las élites en el poder les hace falta solidaridad si desean permanecer en el poder. La unidad podía provenir de relaciones personales, de la confianza, de las prácticas de votación, o bien – como es más probable en la sociedad meritocrática de hoy – de la homogeneidad de cultura y valores que resulta de deambular por los mismos círculos limitados.

Si bien la clase dominante debe permanecer unida para que la oligarquía permanezca en el poder, la gente tiene asimismo que estar dividida, de modo que no pueda derribar a sus opresores. Los oligarcas de la antigua Grecia utilizaban por tanto una combinación de coacción y cooptación para mantener a raya a la democracia. Concedían recompensas a los informantes y encontraban ciudadanos maleables que desempeñaran cargos en el gobierno.

Esos colaboradores legitimaban el régimen y le proporcionaban cabezas de puente para llegar hasta el pueblo. Por añadidura, los oligarcas controlaban los espacios públicos y los medios de vida para impedir que la gente se organizara. Echaban a la gente de las plazas ciudadanas: una población difusa en el campo se veía incapaz de protestar y derrocar a un gobierno de un modo tan efectivo como un grupo urbano concentrado.

Trataban también de mantener la dependencia de la gente común de oligarcas individuales concretos para su supervivencia económica, de modo semejante a cómo los jefes de la mafia de las películas mantienen relaciones paternalistas con el vecindario. Leyendo el relato de Simonton, resulta difícil no pensar en cómo la fragmentación de nuestras plataformas de medios de comunicación constituye una ejemplificación moderna de división de la esfera pública, o de cómo a empleados y trabajadores se les disuade de expresarse.

La discusión más interesante se centra en cómo los antiguos oligarcas utilizaban la información para preservar su régimen. Combinaban el secreto en la gobernación con mensajes selectivos dirigidos a públicos determinados, de un modo no muy distinto del de nuestros modernos asesores y consultores de comunicación. Proyectaban poder mediante rituales y procesiones.

Al mismo tiempo, trataban de destruir los monumentos que eran símbolos del éxito democrático. En lugar de proyectos de obras públicas, dedicados nominalmente al pueblo, se atenían a lo que podemos entender como filantropía para sostener su poder. Los oligarcas financiaban la creación de un nuevo edificio o el embellecimiento de un espacio público. Resultado: la gente apreciaba el gasto de la élite en esos proyectos y la clase alta, que quedara memoria de su nombre para todos los tiempos. Al fin y al cabo, ¿quién podía estar en contra de oligarcas que demostraban tal generosidad?

Profesor ayudante de Historia en la Universidad del Estado de Arizona, Simonton recurre abundantemente a los conocimientos de las ciencias sociales y los aplica bien para diseccionar antiguas prácticas. Pero si bien reconoce que las antiguas oligarquías salían de entre los opulentos, una limitación de su trabajo es que se centra primordialmente en cómo perpetuaban su poder político los oligarcas, no su poder económico.

Para comprender eso, debemos pasar a un clásico inmediato de hace solo unos años, Oligarchy, de Jeffrey Winters. Winters sostiene que la clave de la oligarquía estriba en que un conjunto de élites dispone de suficientes recursos materiales para gastarlos en asegurar su estatus e intereses. A esto lo llama “defensa de la riqueza”, y lo divide en dos categorías. “Defensa de la propiedad” implica protección de la propiedad existente: en los viejos tiempos esto significaba construir castillos y muros, hoy implica el imperio de la Ley. La “defensa de la renta” se refiere a proteger las ganancias; en nuestro tiempo, significa abogar por impuestos reducidos.

El desafío de observar cómo opera la oligarquía, afirma Winters, es que normalmente no pensamos en el dominio de la política y el de la economía como algo fusionado. En su núcleo central, la oligarquía entraña concentrar poder económico y utilizarlo para fines políticos. La democracia se hace vulnerable a la oligarquía porque los demócratas se centran tanto en garantizar la igualdad política que pasan por alto la amenaza indirecta que surge de la desigualdad económica.

Winters sostiene que existen cuatro clases de oligarquías, cada una de las cuales persigue la defensa de la riqueza por medio de diferentes instituciones. Estas oligarquías se categorizan basándose en si el dominio de los oligarcas es personal o colectivo, y en si los oligarcas recurren a la coacción.

Las oligarquías guerreras, como los señores de la guerra, son personales y están armadas. Las oligarquías de dominio como la mafía son colectivas y están armadas. En la categoría de las oligarquías desarmadas, las oligarquías de sultanato (como la Indonesia de Suharto) se gobiernan por medio de conexiones personales. En las oligarquías civiles, la gobernación es colectiva y se aplica mediante leyes, en lugar de serlo por medio de las armas.

Equipado con esta tipología, Winters declara que Norteamérica es ya una oligarquía civil. Por usar el lenguaje de campañas políticas recientes, nuestros oligarcas tratan de amañar el sistema para defender su riqueza. Se centran en rebajar impuestos y reducir regulaciones que protegen a trabajadores y ciudadanos de las fechorías empresariales.

Erigen un sistema legal que está distorsionado para que obre a su favor, de manera que su comportamiento ilegal rara vez resulta castigado. Y sostienen todo esto mediante la financiación de campañas y un sistema de cabildeo que les permite influir de modo indebido en la política. En una oligarquía civil, estas acciones se sostienen no a partir del cañón de un fusil o por la palabra de un hombre, sino mediante el imperio de la Ley.

Si la oligarquía funciona gracias a que sus dirigentes institucionalizan su poder mediante la ley, los medios de comunicación, los rituales políticos, ¿qué hacer? ¿Cómo puede tomar la delantera la democracia? Winter hace notar que el poder político depende del poder económico. Esto sugiere que la única solución consiste en crear una sociedad más económicamente igualitaria.

El problema, por supuesto, estriba en que si son los oligarcas los que están al mando, no queda claro por qué iban a aprobar leyes que redujeran su riqueza e hicieran más igualitaria la sociedad. Mientras puedan mantener dividida a la sociedad, tienen poco que temer de la ocasional revuelta o protesta.

Ciertamente, algunos comentaristas han sugerido que la igualdad económica de finales del siglo XX resultó excepcional porque dos guerras mundiales y una Gran Depresión liquidaron las propiedades de los extremadamente opulentos. A este respecto, no es mucho lo que podemos hacer sin una catástrofe global de envergadura.

Simonton ofrece otra solución. Sostiene que la democracia derrotó a la oligarquía en la antigua Grecia debido a la “descomposición oligárquica”. Las instituciones oligárquicas están sometidas a la corrosión y el derrumbe, como cualquier otra clase de instituciones. Conforme la solidaridad y las prácticas de los oligarcas comienzan a descomponerse, aparece la oportunidad de la democracia de devolver al pueblo el gobierno.

En ese momento, el pueblo podría unirse durante un tiempo suficiente para que sus protestas lo llevaran al poder. Con todas las sacudidas de la política de hoy, resulta difícil no pensar que este es un momento en el que el futuro del sistema político podría estar más al alcance de lo que ha estado durante generaciones.

La cuestión estriba en saber si surgirá la democracia de esta descomposición, o si los oligarcas reforzaran su control de las palancas del gobierno.

Ganesh Sitaraman profesor de la Facultad de Derecho de la universidad norteamericana de Vanderbilt. (en Nashville, estado de Tennessee). Autor de The Crisis of the Middle-Class Constitution, fue director de política de la campaña al Senado de Elizabeth Warren, una de las líderes del ala izquierda del Partido Demócrata.

http://www.sinpermiso.info/textos/como-triunfa-la-oligarquia-lecciones-de-la-antigua-grecia

domingo, 2 de julio de 2017

_- Un libro corrige a Pérez-Reverte y su versión "neutral" de la guerra civil para jóvenes.

_«¡Las historias de la guerra suenan tan distintas según
quién las cuenta! Los libros hablan siempre de batallas, de
fuerzas, de armas, de ayuda internacional, de frentes y de todas
esas cosas. Están escritos por los que dirigieron la guerra
o por otros que toman como fuentes los papeles de los que
dirigieron la guerra.
Pero luego hablas con los que la vivieron como soldados
o con los que la sufrieron sin combatir y te cuentan cosas que
parecen tratar de otro tema: es como si la guerra que cuentan
unos y la que cuentan otros fueran guerras distintas».

Severino Pallaruelo, Papeles de la guerra1



-¿Qué fue la llamada guerra civil? Nuestra historia contada a los jóvenes es una réplica a la obra publicada por Arturo Pérez-Reverte que dibuja una guerra entre "hermanos"

- Carlos Fernández y Silvia Casado copian el mismo formato de novela gráfica para rebatir las verdades que "silencia" el novelista con un relato de "víctimas y verdugos"

Arturo Pérez-Reverte vende en La guerra civil contada a los jóvenes una versión, según él, "objetiva" de la historia reciente de España. La guerra española, como un enfrentamiento entre "hermanos". Pero este relato equidistante chirría, según la historiadora Silvia Casado Arenas y el filósofo Carlos Fernández Liria, que han replicado al escritor con su propio libro también en formato cómic: ¿Qué fue la guerra civil? Nuestra historia explicada a los jóvenes. Porque sí hubo "víctimas y verdugos".

Los autores de la obra replicante explican que Reverte, con su "visión neutral", ahonda en la idea del "todos fueron iguales", "silencia muchas verdades" y peca de falsa "equidistancia".

Y como "es importante no perder la batalla cultural de la memoria histórica", Silvia Casado y Carlos Fernández han editado un libro "idéntico en su forma editorial" al de Reverte pero más completo y crudo en el contenido. ¿Qué fue la guerra civil? (Akal, 2017) tiene la "clara intención", sostienen, de reivindicar con otra memoria colectiva y corregir el "peligroso" escenario dibujado por La guerra civil contada a los jóvenes (Alfaguara, 2015).

Reverte dice que escribe "sin clichés partidarios ni etiquetas fáciles" sobre la "espantosa" guerra que enfrentó "al hermano contra el hermano", según introduce en el prólogo del libro. Con él, asegura querer "evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca".

Sin embargo, los autores de la réplica señalan que en realidad está "descontextualizando históricamente las causas políticas", como si la guerra civil fuera "un fenómeno natural inevitable", apunta Casado. "Ser equidistante cuando se trata de víctimas y de verdugos, consiste en identificar a las primeras y señalar a los segundos", remata Fernández.

Cómo narrar los acontecimientos es la diferencia radical entre ambos libros. Las causas del golpe de Estado, los actores que lo ejecutan, la represión y el ejercicio del terror... o la llegada de la democracia, una "decisión personal" del rey Juan Carlos, según Arturo Pérez-Reverte. Con formato calcado de novela gráfica, la obra del novelista está ilustrada por Fernando Vicente y la réplica, por David Ouro.

Este medio ha intentado, sin éxito, obtener declaraciones de Pérez-Reverte sobre la polémica en torno a su libro y la obra que le responde. Analizamos las diferencias entre ambos libros en cinco claves.

Actores y causas del golpe de Estado
Pérez-Reverte describe en su libro un escenario reinado por desórdenes públicos e inestabilidad política, un caldo del que salen soluciones "extremistas" basadas en modelos enfrentados: "la Italia fascista o la Alemania nazi" y "la Rusia comunista". España, abocada a una "confrontación inevitable", vive una sublevación "para instaurar una dictadura militar", pero "las cosas se complicaron por la resistencia".

Carlos Fernández y Silvia Casado difieren en el enfoque. El "problema de fondo" era el "poder electoral" ganado por las "clases populares más pobres". Una situación que las "élites" afrontan apoyando "a grupos sociales violentos" de corte nazi y fascista con el objetivo de finiquitar la democracia. Señalan que Franco, además, tuvo "grandes patrocinadores", Hitler y Mussolini, y mecenas como Juan March.

La "espantosa" guerra civil
Cuenta Reverte que la "tragedia española" fue un campo de "experimentación"para los regímenes enfrentados luego en la Segunda Guerra Mundial. Nazis y fascistas "tomaron partido por las tropas rebeldes". El escritor subraya la intervención soviética "confiando en que una victoria republicana acabaría convirtiendo a España en un país comunista".

Según la réplica editorial, el "relativo fracaso" del golpe de Estado dio paso a la guerra civil. Alemania e Italia acuden "rápidamente" a asistir a los golpistas, coinciden, pero la República acusó la no intervención de los gobiernos occidentales democráticos y la tardía ayuda de la URSS. Aún con la participación de las Brigadas Internacionales, "los dos bandos no estuvieron en pie de igualdad en ningún momento".

Represión, "caos" y terror
Los dos libros coinciden en el "sangriento" inicio de la guerra. España queda cubierta de luto, con paradigmas como Paracuellos del Jarama o las miles de fosas comunes del franquismo. La guerra civil contada a los jóvenes de Reverte subraya las "terribles represalias" rebeldes, como la masacre de Badajoz o el bombardeo nazi de Gernika, y también las "innumerables atrocidades" en zona republicana, caso de las "matanzas" de religiosos.

La diferencia está en un dato crucial: la represión golpista era un plan organizado y en zona gubernamental fue fruto de "grupos incontrolados", como incide la respuesta al cómic del escritor murciano. Los golpistas dejan en cunetas al menos el triple de desaparecidos forzados. La República logró dominar el "caos" mientras los militares fascistas "impusieron el terror" asesinando "a miles de civiles", como también explica Francisco Espinosa en La Columna de la Muerte. Llamaban al "exterminio", dicen Casado y Fernández, que transcriben como muestra fragmentos de discursos y declaraciones de Mola, Franco, Yagüe y Queipo.

Una "férrea" dictadura
La guerra no acabó con la victoria franquista. España vivió una represión "despiadada y sistemática" y el exilio era la única salida para los derrotados y "expuestos a las represalias de los vencedores", cuenta el escritor. Era una "férrea dictadura" dispuesta a aplastar "cualquier resto de libertad y democracia". Pero el régimen, dice más tarde, "se fue suavizando" sin perder nunca su "carácter autoritario".

La guerra duró "40 años más", toda la dictadura, insisten la historiadora y el filósofo. Y el combate, dicen, continuó también para los vencidos: muchos siguieron luchando contra el fascismo en la Segunda Guerra Mundial o luego en la lucha antifranquista que perseguía recobrar las libertades perdidas. La "persecución y castigo" de la dictadura de Franco dejó cifras como los 50.000 ejecutados tras la guerra civil, el centenar de campos de concentración con "medio millón" de presos esclavos o los 30.000 niños robados.

¿La democracia del rey Juan Carlos?
"España se convirtió en una monarquía parlamentaria por decisión personal del rey Juan Carlos". La frase de Arturo Pérez-Reverte es tajante. Franco designó a su "sucesor" y éste "liquidó el régimen franquista", legalizó los partidos políticos y reconcilió la nación. "Devolvió a España la democracia". De un plumazo, según el novelista.

Disienten de esta versión los autores del libro que corrige a Reverte. "Franco había dejado las cosas bien atadas a través de la monarquía", escriben. El príncipe Juan Carlos de Borbón "juró los principios del Movimiento franquista" y el futuro rey "expresó su fidelidad al Caudillo, comprometiéndose a continuar su obra".

El "régimen de terror" y el "adoctrinamiento ideológico" del franquismo tiende sus tentáculos marcando "profundamente a varias generaciones de españoles", refieren Silvia Casado y Carlos Fernández. La "versión revisionista de la guerra civil" es un claro ejemplo en manos de historiadores "neutrales" que crean "una falsa simetría" dibujando "dos bandos", fascista y comunista, que fueron "supuestamente todos culpables". Es la equidistancia que "silencia verdades".

Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/libros/guerra-civil-dibujo-Perez-Reverte_0_651985579.HTML

martes, 25 de abril de 2017

Cruzada (?) contra la República

«Todavía rodaba hacia Cartagena el coche en el que Alfonso XIII se dirigía al destierro, cuando, sustrayéndose al clamor popular que se elevaba por calles y plazas, campos y ciudades, los hombres más impacientes, que veían escapárseles el poder político de las manos, pensaban ya en la necesidad de una contrarrevolución que se opusiera a las decisiones expresadas por el sufragio universal», escribe Manuel Tuñón de Lara (Historia 16, Extra III de junio de 1977). El cardenal Segura llegó a insinuar la conveniencia de derrocar al gobierno mediante la lucha armada.

La tarde del 14 de abril, representantes de las «grandes familias» se reunieron en casa de Guadalhorce, ex-ministro de la Dictadura y directivo de Unión Monárquica (Calvo Sotelo, Ramiro de Maeztu y José Antonio Primo de Rivera entre otros), porque «algo hay que hacer», para impedir que la República tenga una vida en paz y derrocarla. Luca de Tena, el conde de Gamazo, Urquijo, Gabriel Maura y el duque de Hornachuelos, obtienen la autorización de constituir un Circulo Monárquico (quienes provocaron los acontecimientos del 10 mayo de 1931) y alquilar un piso en la calle de Alcalá. Junto a la aristocracia, financieros, militares, políticos del antiguo régimen y representantes de los grupos fascistas, cuyas acciones violentas ya se dejaban notar por Madrid.

La jerarquía eclesiástica, que no había visto con simpatía el cambio de régimen, no podía faltar a esta fiesta. El primado Cardenal Segura, se lanzó a elogiar a la monarquía y al rey, amenazando a la República. No se trataba de monarquía o república y aceptar o no la nueva legalidad, sino de crear Acción Nacional (AN), para la propaganda y actuación política, bajo el lema de «Religión, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad». El Vaticano ordenó que los católicos apoyaran a la coalición decididamente. En AN coexistían quienes, como Gil Robles, optaban por la vía legal, la contrarrevolución desde dentro y quienes, como Goicoechea y el conde de Vallellano, preferían la vía violenta y la asociación para conquistar el poder.

En Valladolid, de la mano de Onésimo Redondo, surgieron las «Juntas Castellanas de Acción Hispánica», que se fusionarían después con el grupo de Ledesma en Madrid, creando las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista). Falange Española, de ideología fascista y nacionalsindicalista, se fundó el 29 de octubre de 1933, por José Antonio, primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera, quien ya había actuado contra la Primera República. Como capitán general de Madrid, disolvió el Gobierno en 1874, tras el golpe de Estado de Martínez Campos en Sagunto.

El 9 de diciembre de 1931 se aprobó la Constitución y como jefe del Estado se eligió a Alcalá Zamora. El Gobierno, con base parlamentaria republicana de izquierda, con colaboración socialista, estuvo presidido por Manuel Azaña. Desde un principio se vio la necesidad de aprobar una ley para la reforma agraria, que contó con la drástica oposición de la derecha, dándose una aparente contradicción. La «Unión Económica», declaraba en sus bases: «El fundamento básico de la riqueza nacional lo constituyen sus producciones agrícola, forestal y ganadera». La Falange hablaban siempre del agro y no de la industria y Onésimo quería salvar a España desde la rural Castilla. En defensa de sus privilegios ancestrales se opusieron a toda reforma novedosa.

La derecha sentía la nostalgia de la «dialéctica de los sables» y la de los puños y de las pistolas (discurso de José Antonio Primo de Rivera, en el acto de fundación de Falange Española. Teatro de la Comedia de Madrid). Prefería la violencia a los debates en el Parlamento. Había quienes estimaban que un buen golpe de Estado valía más que millones de votos. Los partidarios de la acción violenta se reagrupaban y España se encontró ante una serie de conspiraciones militares.

El 8 de agosto de 1932, un número determinado de militares se reunieron para organizar la «Sanjurgada». Sanjurjo se encarga de Sevilla, Vareta de Cádiz, Ponte de Valladolid y Sainz de Lerin de Navarra. El bando militar del general decía: «Queda declarado el estado de guerra en toda la región andaluza, con las consecuencias que dicho estado lleva consigo. Como Capitán General de Andalucía, asumo el mando concentrado en mi autoridad de todos los poderes. Así como Dios me permitió llevar al Ejército español a la Victoria en los campos africanos, ahorrando el derramamiento de sangre moza, confío en que también hoy me será permitido, con mi actitud, llevar la tranquilidad a muchos hogares humildes, y la paz a todos los Espíritus. ¡Viva España Única e inmortal!»

En Madrid, el general Fernández Pérez sacó a la calle las fuerzas de la remonta y los regimientos acantonados en Alcalá. En el plan de los conspiradores se preveía que las columnas del sur y del norte caerían sobre Madrid. Con el pueblo al margen, ocurrió lo que tenía que ocurrir: un fracasó estrepitoso al fallar los conspiradores. Sanjurjo y sus correligionarios fueron detenidos a las seis de la mañana en la barrida Isla Chica de Huelva, por una pareja de guardias civiles, que reconoció al general, que huía vestido de paisano. Precisamente ahora, el Gobierno del PP, ha enterrado al general golpista en Melilla, con honores militares y en secreto.

En las elecciones de noviembre de 1933, pacíficos y violentos de la derecha se unieron en un solo frente para obtener mayor número de diputados. La izquierda se presentó fragmentada, dando comienzo una nueva etapa que, momentáneamente, separaría más a las dos corrientes de derecha. La CEDA y sus amigos declararan su «acatamiento leal al Poder público» y se abrió un período de apoyo condicionado a los gobiernos de centro-derecha de Lerroux y Samper. La extrema derecha, mientras tanto, continuó preparándose para tomar el poder mediante un golpe de fuerza.

Mussolini recibió al general Barrera, a Goicoechea y a los carlistas Olazábal y Lizarza. Firmaron un acuerdo según el cual Italia ayudaría a monárquicos y tradicionalistas a derribar el régimen republicano y sustituirlo por una regencia que prepararía la instauración de la monarquía corporativa y orgánica. El acuerdo preveía la entrega a la ultraderecha española de 20.000 fusiles, 20.000 granadas, 200 ametralladoras y un millón y medio de pesetas. Desde entonces, jóvenes tradicionalistas fueron enviados a Italia para instruirse en el manejo de las armas.

Calvo Sotelo abrigaba la idea de reunir a la extrema derecha en un bloque nacional en defensa de la patria. Primo de Rivera va a Alemania y celebra una «larga entrevista con Hitler» y vuelve entusiasmado. En aquel invierno se había constituido la Unión Militar Española, que, aunque sin militares de máxima graduación, mantiene contacto con los generales Goded y Mola. La UME mantenía posiciones de extrema derecha.

El talante agresivo de las escuadras de Falange se generaliza. Asaltan la Casa del Pueblo de Cuatro Caminos, el Fomento de las Artes de Madrid y una exposición en el Ateneo. Es asesinada la joven socialista Juanita Rico y el joven comunista Joaquín de Grado, cuyo entierro constituyó una demostración impresionante de obreros y de jóvenes. Se decía que los socialistas preparaban la revolución, cuando lo que preparaban era la defensa de la legitimidad republicana, frente al asalto fascista, como había ocurrido en Italia y Alemania. El «búnker» mientras tanto se preparaba para la guerra.

Febrero de 1936 significó para la derecha el fracaso de la «vía legal», con fuertes críticas a Gil Robles. La extrema derecha preconizó desde un principio el empleo de la violencia y la utilizó en cuanto le fue posible sin apoyarse en un movimiento de masas. Se trataba de organizaciones totalitarias, con programas totalitarios, en constante relación con el extranjero, del que recibían ayuda financiera. Se sirvieron de la religión como doctrina, y predicaban el derecho a la sublevación, que llegó el 18 de julio.

El 16 de febrero de 1936, el Frente Popular ganó las elecciones, que serían las últimas que se celebrarían durante la Segunda República. El Frente Popular constituía una nueva fórmula de alianza de las fuerzas de la izquierda, tras las derrotas sufridas en Europa y la llegada de Hitler al poder.

La derecha reaccionaria, financiera y terrateniente, parte del ejército, el fascismo y la iglesia Católica se pusieron en contra del pueblo y en contra de la República, que pretendía dignificar la historia. La sin razón no tenía otro argumento y fuerza que la negación de la democracia.

@caval100 Otros artículos sobre la República en este mes de Abril:

En abril republicano, hablemos de la Primera
Madrid republicano; los sucesos de mayo del 31
La República es posible

domingo, 15 de enero de 2017

Democracia e inviolabilidad

Javier Pérez Royo

La persecución penal del concejal de la CUP Joan Coma se basa en un artículo incompatible no solo con la Constitución, sino con la esencia de la democracia.

La democracia representativa descansa en determinados principios que no pueden ser siquiera sometidos a discusión. Subrayo lo de que no pueden ser siquiera sometidos a discusión. Porque en democracia, en contra de lo que con cierta frecuencia se suele decir, no se puede discutir todo. Se puede discutir casi todo, pero no todo. Es la indiscutibilidad de unos pocos principios lo que nos permite discutir civilizadamente, esto es, políticamente, todo lo demás.

El primer principio operativo de la democracia representativa no susceptible de ser discutido es el de que los representantes elegidos de manera directa por los ciudadanos mediante el ejercicio del derecho de sufragio no pueden ser perseguidos penalmente por las "opiniones manifestadas" o por los "votos emitidos" en el ejercicio de su función representativa. Este principio se extiende a todos los representantes elegidos de manera directa. Únicamente a ellos, ya que no opera para los que tienen legitimación democrática indirecta. Pero opera para todos los que tienen legitimación democrática directa sin excepción. No hay democracia representativa sin la vigencia indiscutible de dicho principio.

Porque la premisa de toda democracia representativa digna de tal nombre es la de que cuando el representante, en el ejercicio de la función para la que ha sido elegido, manifiesta una opinión o emite un voto, son los ciudadanos que lo han elegido los que están manifestando dicha opinión o emitiendo dicho voto. Es él como persona física el que opina o vota, pero políticamente son los ciudadanos que lo han elegido los que lo están haciendo a través de él. Sin esta operación de identificación del representante con los representados en la manifestación de la opinión o en la emisión del voto, la democracia como forma política no sería ni intelectualmente pensable ni técnicamente organizable.

La inviolabilidad del representante elegido directamente por los ciudadanos es simultáneamente una consecuencia inmediata y una exigencia inexcusable del principio de legitimación democrática en el que se asienta la democracia representativa. En el Estado Democrático la inviolabilidad no es una "prerrogativa". Lo fue en el Estado Monárquico predemocrático, pero ya no lo es. La inviolabilidad existiría, aunque la Constitución no la contemplara. No así la inmunidad. Pero la inviolabilidad sí. No hay democracia representativa sin inviolabilidad.

Y es así en todos los niveles en que se expresa la legitimación democrática en nuestra fórmula de gobierno: europea, estatal, autonómica y municipal. Desde el punto de vista de la legitimación democrática no hay diferencia de ningún tipo entre el parlamentario europeo, el estatal, el autonómico y el concejal de un ayuntamiento. Todos son igualmente representantes de los ciudadanos que los han elegido. Cuando expresan una opinión o cuando emiten un voto son los ciudadanos que los han elegido los que lo están haciendo a través de ellos.

Esta es la razón por la que estoy en desacuerdo con la persecución penal de la que está siendo objeto Joan Coma por haber manifestado unas opiniones y emitido unos votos en el Pleno del Ayuntamiento de Vic (Barcelona), del que es concejal. Coma es investigado por la Audiencia Nacional por delitos de rebelión e incitación a la sedición, según recoge el auto del juez Ismael Moreno, que ante la no comparecencia en el Juzgado del edil, dictó auto de detención.

Dicha persecución encuentra cobertura en el artículo 78. 1 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local (LRBRL), que dispone: "Los miembros de las Corporaciones Locales están sometidos a responsabilidad civil y penal por los actos y omisiones realizados en el ejercicio de su cargo". Pero la redacción de este artículo es incompatible con el artículo 23 CE.

No puede caber ninguna duda de que "... el derecho a participar en los asuntos públicos… por medio de representantes elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal", que es el tenor literal del art. 23.1 CE, se extiende a las elecciones municipales exactamente igual que a las demás. El concejal no es menos representante que el parlamentario europeo, estatal o autonómico. Y no puede verse expuesto a exigencia de responsabilidad penal en el ejercicio de esa función, porque en ese momento dejaría de serlo.

En lugar de iniciar actuaciones contra Joan Coma, se debía haber aprovechado la denuncia del Sr. Anglada para elevar al Tribunal Constitucional una cuestión de inconstitucionalidad respecto del art. 78. 1 LRBRL, a fin de depurar el ordenamiento jurídico de un precepto incompatible no ya con la Constitución sino con la esencia de la democracia como forma política.

http://www.sinpermiso.info/textos/reino-de-espana-el-caso-coma-o-los-limites-de-la-democracia-realmente-existente-dossier

martes, 10 de enero de 2017

LA DIGNIDAD DEL PCE. Que Alberto Garzón acuse al eurocomunismo de Santiago Carrillo de izquierda domesticada es faltar al respeto que se ganaron y una injusticia.

QUE NO SABE de dónde viene difícilmente sabe adónde va. Es lo que me digo desde que estalló la polémica entre Gaspar Llamazares, excoordinador de Izquierda Unida, y Alberto Garzón, líder actual de la coalición. Todo empezó cuando Garzón declaró a este periódico que el populismo de Íñigo Errejón cometía el mismo error que el eurocomunismo de Santiago Carrillo, secretario general del PCE durante el cambio de la dictadura a la democracia: la moderación. No es la primera vez que Garzón desdeña el papel desempeñado durante la Transición por el PCE, partido integrado en IU y en el que él mismo milita: hace unos meses afirmó que en aquella época el PCE ejerció de “izquierda domesticada” por los poderes políticos. Ahora, sin embargo, la respuesta de Llamazares no se hizo esperar: afirmó que “asimilar eurocomunismo a populismo es historia ficción”, denunció la superficialidad del análisis histórico de Garzón, concluyó: “Someter a una causa general a la izquierda de la Transición y la estrategia del PCE no es nuevo; lo raro es que lo asuma un dirigente del PCE”.

Llamazares acierta de lleno. Dejemos de lado la disparatada equiparación entre eurocomunismo y populismo: baste decir que el PCE nunca se rebajó a atizar en democracia “el enfrentamiento entre pueblo y representantes”, la forma de demagogia que, como recuerda el propio Llamazares, define al populismo actual. Pero el acierto de Llamazares apunta a algo mucho más importante, que podría formularse así: uno de los errores fundamentales de la izquierda española consiste en haberle entregado el mérito de la Transición a la derecha, lo que a ésta le permite presentarse como casi única constructora de la democracia. Se trata de una flagrante falsificación histórica. La verdad es que la derecha española no quería la democracia, o quería una democracia tan limitada que apenas puede llamarse democracia; fue la izquierda –y muy en especial el PCE– quien empujó hasta conseguir una democracia plena. Por supuesto, el resultado no fue el que la izquierda quería; pero tampoco el que quería la derecha: el resultado fue un pacto. En eso consiste la política democrática: en ceder en lo accesorio para no ceder en lo esencial. Para el PCE de aquella época, al cabo de 3 años de guerra y 40 de dictadura, lo esencial era la democracia: la construcción de un sistema político donde todos cupiésemos. Eso fue lo que se consiguió. Y a eso contribuyó decisivamente el PCE, que desde finales de los años cincuenta apostaba por la reconciliación nacional, por no ajustar cuentas con el pasado y por lo que luego se llamaría la “ruptura pactada”. Si se recuerda que quienes proponían tal cosa eran gentes que habían llevado el peso brutal de la lucha antifranquista y que habían padecido exilio, persecución y a veces cárcel y tortura, se entenderá por qué ésa era una apuesta heroica. El PCE hizo durante la Transición lo contrario de lo que hacen los populistas: no cargó la responsabilidad sobre las espaldas de otros, sino que, como había hecho durante el franquismo –cuando protagonizó casi a solas el combate contra la dictadura–, las cargó sobre sí mismo, responsabilizándose de la construcción de la democracia. Todo hubiese podido salir mejor, claro; pero también hubiese podido salir peor, incluso mucho peor. Sea como sea, acusar a esa gente de ser una “izquierda domesticada” –a ellos, que se jugaron la vida contra el franquismo y le obligaron a aceptar la democracia durante la Transición– me parece no sólo despreciar lo mejor de la historia del comunismo español, sino faltarles al respeto que se ganaron; acusarlos de eso ahora, desde la comodidad de una vida transcurrida por entero en democracia –a ellos, que conocieron medio siglo de penalidades–, me parece una injusticia brutal.

Es una injusticia que quienes no hicimos la Transición cometemos en los últimos tiempos con frecuencia. Si nuestros hijos nos tratan con la misma petulancia ignorante y despectiva con que nosotros tratamos a nuestros padres, lo pagaremos caro. Por lo demás, no me extraña que Garzón tenga problemas en IU. Quien no sabe de dónde viene difícilmente sabe adónde va.

http://elpaissemanal.elpais.com/columna/alberto-garzon-dignidad-del-pce/?id_externo_rsoc=FB_CC

viernes, 14 de octubre de 2016

Los mineros que intentaron defender a la II República del golpe franquista reciben sepultura digna 80 años después


La Marea

Los restos de nueve miembros de la columna minera de Huelva y cinco víctimas más de la represión halladas en otra fosa descansan ya en un mausoleo en el cementerio de Camas (Sevilla)

Lo último que ha hecho en su vida Lida Salgado ha sido dar una muestra de ADN para identificar el cuerpo de su padre, Francisco, asesinado en una emboscada en su intento por reprimir la sublevación franquista en 1936 en La Pañoleta, a las puertas de Sevilla. Este jueves, en una cajita de madera marrón, fue enterrado en un mausoleo en el cementerio de Camas junto con los restos de ocho miembros de la columna minera de Huelva y cinco víctimas más de la represión halladas en otra fosa. Suena Song of the birds, de Pau Casals, interpretada por una chelista. Un avión atraviesa el cielo. Francisco Salgado Mariano, Domingo Pavón Fernández, José Palma Pedrero, Cayetano Muñoz Maestre, Domingo Pachón y un desconocido, y otro, y otro, y otro y otro más. Uno a uno son introducidos en el panteón. “Los que dieron su vida en defensa de la libertad, la democracia y la república”, reza una placa presidida por un algarrobo, el árbol que quitó el hambre a muchos de ellos en otros tiempos. Todas las cajitas descansan ya dentro. Tras arrojar varias palas de arena, dos operarios cierran el hueco con mezcla. Ahora suena el himno de Riego. Y alguien grita un ¡Viva la República!

Lida no puede escucharlo. No ha podido verlo. Murió con 84 años hace sólo cuatro meses, el pasado mayo. Su padre y las demás víctimas han recibido supultura digna con 80 años de retraso. Lo cuenta entre lágrimas Nieves, la hija de Lida, la nieta de Francisco, a las puertas del Ayuntamiento, poco antes de comenzar el cortejo fúnebre. “Gracias a todos los que habéis hecho posible este momento, porque por mucho que hubiéramos golpeado puertas desde el otro lado del Océano o enviado emails, como hicimos, no lo hubiéramos conseguido”, dijo desde el atril del salón de actos del consistorio Pilar Comendeiro, sobrina de José Palma Pedrero. Ella, que reside en Buenos Aires (Argentina), conoció la historia de su tío por casualidad, al encontrar en internet el libro del historiador Francisco Espinosa La Justicia de Queipo. Luego contactó con el coordinador de todoslosnombres.org , Cecilio Gordillo, también presente en el acto. Y tras momentos esperanzadores y otros no tanto, este jueves, por fin, ha podido cerrar ese capítulo que tanto le dolía. En primera fila, junto al alcalde del pueblo, Rafael Recio (PSOE), escucha Nelly Bravo, otra sobrina de José, que ha venido a despedirse de su tío desde Nueva Jersey.

En ese mismo salón, hace cinco años, el alcalde se comprometió ante la prensa a buscar sus restos en el viejo cementerio -hoy un parque de educación vial-. Cinco años después son homenajeados por el propio ayuntamiento. “De muchos no conocemos sus nombres ni sus apellidos, pero seguro que los han buscado y llorado. Su memoria ha sido recuperada”, afirmó la concejala de Cultura, Participación Ciudadana y Fiestas Mayores, Eva Pérez. “Esto es un asunto de Estado”, insistió después José Esteban Garrido, de la Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática, que ha participado también en la búsqueda, subvencionada por el Ayuntamiento -22.000 euros- y la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía -12.000-. “Aún recuerdo cuando Pilar y Nelly me pidieron que los buscáramos”, cuenta visiblemente emocionado Javier Giráldez, entonces asesor y hoy director del departamento autonómico.

Los cuerpos fueron localizados en octubre de 2014 en ataúdes. El arqueólogo que dirigió la exhumación, Andrés Fernández, atribuye esta singular situación a que los funcionarios continuaron trabajando de la misma forma que venían haciendo hasta que los falangistas tomaron el pueblo: “Trataron a estos mineros como a cualquier persona que moría: el forense hizo la autopsia y encargaron los ataúdes al carpintero, por los que pagaron, como refleja la documentación, 180 pesetas”. Los cuerpos fueron localizados en el lugar señalado en las actas de enterramiento, en una fosa de siete metros de largo por dos de ancho, sobre la derecha del paseo central mirando al norte. Sobre ella, fueron enterrados posteriormente niños y neonatos.

Un año antes, en una primera intervención, no se halló rastro de ellos, aunque sí fueron localizadas las pruebas de otro horror de la represión: cinco cuerpos con signos de violencia, que no han sido identificados. Según la investigación de Francisco Espinosa, de los hombres que formaron parte de la columna minera, 25 murieron en el momento y 68 fueron fusilados tras un consejo de guerra, la mayoría enterrados supuestamente en el cementerio de Sevilla. La Junta tiene previsto iniciar otra exhumación en Camas para intentar localizar a algunos de ellos. “En este caso teníamos documentación. Pero quedan muchos casos en los que es complicado encontrarlos”, señaló Pilar Comendeiro.

Bien lo sabe Manuel Domínguez, que durante el paseo fúnebre desde el Ayuntamiento al cementerio -que obligó a cortar incluso una salida a la Autovía de la Plata- recordaba el caso de su abuelo, Manuel Vázquez Leal, un hombre de Paterna del Campo (Huelva) al que asesinaron en aplicación del bando de guerra en 1936 y al que la propia justicia de la época, a diferencia de tantos y tantos desaparecidos que siguen sin ser muertos oficiales, se encargó de registrar como fallecido. Según explica, la comisión provincial de incautación de bienes pidió su partida de defunción. Durante el trámite, tanto la Guardia Civil como el juez de paz y los testigos certificaron por escrito al juez de instrucción de La Palma del Condado que Manuel había sido ejecutado en aplicación del bando de guerra. Sin embargo, el juez consideró que esta causa de la muerte tan evidente no podía ponerse y volvió a pedir a la Guardia Civil, al juez de paz y a los testigos nuevos testimonios pero con una advertencia: “Omita la frase de haberles sido aplicado el bando de guerra. Simplemente emplear las palabras de que fueron muertos o que fallecieron en choque con las fuerzas del Ejército Español”. Se refería también al caso del concuñado de Manuel, al que le incautaron un burro. Y el juez de paz, los mismos testigos y la Guardia Civil cambiaron su declaración: “De los datos que obran en este puesto, los muertos hallaron la muerte en lucha con las fuerzas nacionales el 6 de septiembre de 1936″, señala la Guardia Civil en un escrito. Su nieto, al encontrar todos estos documentos, emprendió un lucha para que en la partida de defunción de su abuelo pusiera que fue fusilado. “Pero todavía no lo he conseguido”, dice mientras los féretros de los mineros avanzan. Una señora, a la altura de una juguetería, se persigna. Otra, a la altura de un bazar, susurra: “Lo que hay que ver”. Lo que no pudo ver Lida y lo que sus familiares, hoy, consideran un acto de reconocimiento y justicia. “Si alguien nos dice que iba a pasar eso, no lo creemos”, cuenta su nieta. También Lida.

Fuente:
http://www.lamarea.com/2016/09/30/los-mineros-intentaron-reprimir-golpe-reciben-sepultura-digna-80-anos-despues/

lunes, 3 de octubre de 2016

Berlín recuerda a las Brigadas Internacionales

El embajador español en Alemania, Pablo García-Bedoy Cerezo, recuerda la memoria de aquellos que “dejaron atrás a sus familias” para defender la República española

La asociación Luchadores y Amigos de la República Española organizó un homenaje a los combatientes alemanes en el parque de Friedrichshain

La lluvia no asusta a nadie en la capital alemana. Aunque pasados por agua, más de un centenar de personas acudieron a la cita en el Parque del Pueblo en el barrio de Friedrichshain, en el que hay un monumento a los combatientes alemanes voluntarios que apoyaron a la República en la guerra civil española.

La presidenta de dicha asociación, Kerstin Hommel, se mostró muy feliz con la presencia del embajador español en Alemania, Pablo García-Bedoy Cerezo, que pronunció un discurso en alemán sobre “uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente”.

El embajador recordó que la Guerra Civil española fue un una lucha “de la democracia contra el totalitarismo” y que la embajada organizó hace unos meses una charla sobre los republicanos españoles prisioneros en los campos de concentración alemanes. “Ochenta años después, es una obligación”, declaraba, “recordar la memoria de estas personas que abandonaron a sus familias” para defender la democracia en España.

La diputada del partido Die Linke Gesine Lötzsch también realizó un discurso en el que recordó las importancia de "ser solidarios": "Las Brigadas Internacionales son un ejemplo de cómo estudiantes y trabajadores de todo el mundo, que no eran precisamente ricos, se unieron y se defendieron mutuamente”. La diputada es asimismo presidenta de la asociación Coraje Civil Unido (Zivilcourage vereint e.V), que este verano organizó varios actos con jóvenes en relación con la lucha antifascista en la guerra civil española. el rapero FortyTwo cantó una canción en español en el acto cuyo tema eran las Brigadas.

Hannelore Schiborowski, la hija del minero Otto Schiborowski, de la región de Ruhr que luchó como voluntario en la guerra, hizo un discurso en el que criticó duramente el hecho de que el Estado alemán continúe pagando pensiones de jubilación a los veteranos voluntarios de la División Azul en España. Son en total unos 100.000 euros que el Estado alemán paga a unas 41 personas en España según una respuesta del Gobierno alemán a una pregunta parlamentaria de Die Linke.

El alcalde de Berlín envió una nota diciendo que “estaba con el pensamiento” allí, pero que no podía asistir al acto. Entre el público, Hans Modrow, el último presidente del Consejo de Ministros de la RDA. También estuvo presente el periodista norteamericano Victor Grossmann, que en 2006 escribió un libro en alemán sobre la guerra civil española ( Madrid, du wunderbare).

El acto estuvo acompañado por el Coro de la Calle berlinés, un coro en el que participan sin techo, drogodependientes y personas que les apoyan. Las canciones que cantaron fueron especialmente emotivas, como el himno de las Brigadas Internacionales, escrito por Erich Weinert, cuya versión en alemán tiene un tono mucho más combativo que la versión española: “Nuestros hermanos españoles están en las barricadas, nuestros hermanos son granjeros y proletarios”. Y más adelante: “Sin clemencia contra la chusma fascista, sin clemencia contra el perro que nos traiciona”. También cantaron la famosa canción republicana El Ejército del Ebro en alemán. Como colofón, el coro y los presentes al acto cantaron el himno de la Internacional comunista.

El evento estuvo organizado por la asociación de Luchadores y Amigos de la República Española, fundada en los 90 con el fin de “cultivar la tradición y la historia de los antifascistas alemanes que lucharon en la guerra española”. El término guerra civil española no suelen utilizarlo, porque éste implica que fue una guerra entre partes de la población, y ellos consideran que fue una guerra de agresión.

Ya hace dos décadas, con motivo del 60º aniversario de la formación de las Brigadas Intencionales, un grupo de hijos y nietos de los brigadistas viajó a España. Desde entonces vuelven a la Península Ibérica a conocer los lugares donde lucharon sus parientes y a mantener el contacto con asociaciones republicanas. La asociación se reúne dos veces al mes y sus miembros discuten cuestiones históricas y la actualidad política española. También realizan actos con los pocos brigadistas que quedan, en los que cuentan su experiencia y el valor de ésta en el presente.

La Asociación berlinesa participa, junto con otras asociaciones de amigos de las Brigadas, en un viaje que tendrá lugar en octubre y que tendrá estaciones en París, el 21 de octubre donde se descubrirá un monumento en la estación de Austerlitz para recordar a los 9.000 voluntarios franceses. Luego, irán a Benicassim, Albacete, Madrigueras y Madrid. Desde los países escandinavos viajarán también algunos interesados en el llamado “Tren a España”.

Del 5 al 8 de octubre tendrá lugar un simposio en Austria para recordar asimismo la memoria de los casi 1.400 austríacos que participaron de forma voluntaria en defensa de la república española, organizado entre otros, por la Fundación Pablo Iglesias y la Asociación de los Amigos de las Brigadas Internacionales de Madrid.

http://www.eldiario.es/internacional/Berlin-embajador-homenaje-brigadas_internacionales-republica-guerra_civil-aniversario_0_564843841.html

Documental sobre las Brigadas internacionales:


viernes, 2 de septiembre de 2016

Brasil :: Nuevo golpe contra la democracia: Impeachment contra Dilma. La condena a una gobernante digna e inocente por una banda de corruptos




Érase una vez una nación grande por su extensión y por su pueblo alegre, pese a ser víctima de injusticias. En su mayoría, sufría en la miseria, en las grandes periferias de las ciudades y en el interior profundo. Por siglos había sido gobernado por una pequeña elite rica que nunca se interesó por el destino del pueblo pobre. Como dijo un historiador mulato, fue socialmente “capado y recapado, sangrado y resangrado”. Pero lentamente estos pobres fueron organizándose en movimientos de todo tipo, acumulando poder social y alimentando un sueño de otro Brasil. Consiguieron transformar el poder social en poder político. Ayudaron a fundar el Partido de los Trabajadores. Un de sus miembros, sobreviviente de la gran adversidad y tornero mecánico, llegó a ser presidente. A pesar de las presiones y concesiones que sufrió de los adinerados nacionales y trasnacionales, consiguió abrir una significativa brecha en el sistema de dominación, lo cual le permitió realizar políticas sociales humanizadoras. Una población equivalente a la Argentina entera salió de la miseria y del hambre. Miles consiguieron su casita, con luz y energía. Negros y pobres tuvieron acceso, antes era imposible, a la enseñanza técnica y superior. Más que todo, entonces, sintieron rescatada su dignidad siempre negada. Se convirtieron en parte de la sociedad. Hasta podían, en cuotas, comprar un auto y tomar avión para visitar parientes distantes. Esto irritó a la clase media, porque veía sus espacios amenazados. De ahí nació la discriminación y el odio contra el pueblo.

Ocurrió que, en los 13 años de gobierno Lula-Dilma, Brasil ganó respeto mundial. Pero la crisis económica y financiera, por ser sistémica, nos afectó, provocando dificultades económicas y desempleo, lo que llevó al gobierno a tomar medidas severas. La corrupción endémica en el país se densificó en la Petrobras, envolviendo a altos cargos del PT, pero también de los otros principales partidos. Un juez parcial, con trazos de justiciero, hizo foco, prácticamente, sólo en el PT. Especialmente los medios masivos, empresariales y conservadores, consiguió crear el estereotipo del PT como sinónimo de corrupción -lo cual no es cierto, porque confunde la parte con el todo. Pero la corrupción condenable sirvió de pretexto para que las elites adineradas y sus aliados históricos planeasen un golpe parlamentario, porque mediante elecciones jamás triunfarían. Temiendo que la política orientada hacia los más pobres se consolidase, decidieron liquidarla. El método usado antes contra Vargas y Jango ahora fue retomado con el mismo pretexto: “combatir la corrupción” -en realidad, para ocultar la propia corrupción. Los golpistas usaron el Parlamento, del cual el 60% está bajo acusaciones criminales y le faltaron el respeto a los 54 millones de votos que eligieron a Dilma Rousseff.

Importa dejar en claro que atrás de este golpe parlamentario anidan los intereses mezquinos y anti-sociales de los dueños del poder, mancomunados con la prensa que distorciona los hechos y siempre se asocia a todos los golpes, juntamente con los partidos conservadores, con parte del Ministerio Público y de la Policía Militar (que substituye a los tanques) y una parte también de la Corte Suprema que, indigna, no se ajusta a la impacialidad. El golpe no es sólo contra la gobernante, si no contra la democracia de carácter participativo y social. Intentan llevarnos de vuelta al neoliberalismo más descarado, atribuyéndole casi todo al mercado que es siempre competitivo y nada cooperativo (por eso, conflictivo y anti-social). Para esto, se decidió demoler las políticas sociales, privatizar la salud, la educación, el petróleo y atacar las conquistas sociales de los trabajadores.

Contra la presidenta no se identificó ningún crimen. De errores administrativos tolerables, también cometidos por gobiernos anteriores, se derivó la irresponsabilidad gubernamental contra la cual se aplicó en impeachment. Por un pequeño accidente de bicicleta, se condena a la presidenta a muerte, castigo totalmente desproporcionado. De los 81 senadores que la juzgarán, más de 40 están procesados o investigados por otros crímenes. La obligan a sentarse en el banco de los acusados, donde sus verdugos deberían estar. Entre ellos hay 5 ex ministros.

La corrupción no es sólo monetaria. La peor corrupción es la de las mentes y los corazones llenos de odio. Los senadores pro-impeachment tienen la mente corrompida, porque saben que están juzgando a una inocente. Pero la ceguera y los intereses corporativos prevalecen sobre los intereses de todo un pueblo.

Aquí vale la dura sentencia del apóstol Pablo: “ellos encierran la verdad en la injusticia. Es lo que atrae la ira de Dios” (Romanos 1,18). Los golpistas llevarán en la cabeza, por toda la vida, la señal de Caín, que asesinó a su hermano Abel. Ellos asesinaron a la democracia. Su memoria estará maldita por el crimen que cometieron. Y la ira divina pesará sobre ellos.

Fuente:
http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/08/26/brasil-la-condena-a-una-gobernante-digna-e-inocente-por-una-banda-de-corruptos/

martes, 26 de julio de 2016

Editorial del NYT. La Siniestra Ley Mordaza de España, (23-04-2015)

El 10 de abril, un grupo llamado No Somos Delito o no somos un crimen, proyecta un holograma de protesta de manifestantes que presentan delante del edificio del Parlamento en Madrid. Por el momento, las protestas virtuales en forma de hologramas no son ilegales en España. Increíblemente, sin embargo, casi cualquier otro tipo de protesta pacífica pronto lo será si una nueva ley entra en vigor en la fecha prevista el 1 de julio.

La ley de seguridad pública - apodada "ley mordaza" - definiría la protesta pública por personas reales en frente del Parlamento y otros edificios del gobierno como una "perturbación de la seguridad pública" sancionables con una multa de 30.000 euros. Las personas que participan en protestas espontáneas cerca de los servicios públicos, centros de transporte, centrales nucleares o instalaciones similares correrían el riesgo de una multa asombrosa de € 600.000. El "uso no autorizado" de imágenes de los servicios de seguridad o la policía - presumiblemente destinados a los reporteros gráficos o simples ciudadanos con cámaras de toma de fotografías de policías o soldados - también por dibujar una de € 30.000, por lo que es difícil documentar los abusos.

La ley fue introducida en 2013 por el gobierno del primer ministro Mariano Rajoy, cuyo partido conservador goza de una mayoría en ambas cámaras del Parlamento. La cámara baja aprobó la ley en diciembre, y, a pesar de las súplicas de los grupos de derechos y las Naciones Unidas, el Senado lo aprobó el mes pasado.

El objetivo principal de la ley, al parecer, es ayudar al partido en el gobierno a mantener su posición en el poder, al desalentar las protestas contra la austeridad que se convertía en un amplio apoyo para el partido populista Podemos. Podemos parece que va a hacer grandes avances en las elecciones de este año.

La Comisión Europea debe actuar con rapidez para condenar la nueva ley. Maina Kiai, el relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica, ha instado a los legisladores españoles a rechazar la medida, argumentando: "Los derechos a la protesta pacífica y expresar colectivamente una opinión son fundamentales para la existencia de una conexión y la sociedad democrática ". la nueva ley mordaza de España perturbadoramente se remonta a los días oscuros del franquismo. Que no debe tener lugar en una nación democrática, donde los españoles, como ciudadanos de la Unión Europea, tienen más que un derecho virtual para pacíficas protestas colectivas.

Fuente: NYT
http://www.nytimes.com/2015/04/23/opinion/spains-ominous-gag-law.html?_r=1

lunes, 25 de julio de 2016

Frente al sursumcorda. El problema no son las abstenciones en la constitución de la Mesa del Congreso, sino que se pretenda mantener el voto secreto y confundir a los ciudadanos.

Ahora que los planes de estudio ya no incluyen la asignatura de Historia de la Filosofía asombra acordarse de la cantidad de ideas que aquellos libros de texto dejaron en las cabezas de los estudiantes. Por ejemplo, aquello que decía Platón de que la astucia es solo la mímica de la sabiduría y que lleva muy fácilmente a la bellaquería.

Astucia es lo que dicen que desplegaron algunos parlamentarios en la votación de la Mesa del Congreso ocurrida esta semana. El problema no es que algunos se abstuvieran -allá cada partido con sus análisis y sus necesidades-, sino que pretendan mantener su voto en secreto y confundir a los ciudadanos.

El secreto en el voto parlamentario se ideó para proteger la independencia del diputado, es decir para que pueda romper la disciplina de partido, si su conciencia lo exige. Responde a la idea de que los diputados no están ligados a un mandato partidista, como demuestra que, según la Constitución, pueden abandonar su grupo sin perder el escaño.

Así que el secreto en el voto no se pensó nunca como un método para reírse de los ciudadanos ni para engañarles. Ocultar quienes fueron los 10 diputados nacionalistas e independentistas que, por instrucciones de sus partidos, votaron a favor del PP en la configuración de la Mesa del Congreso no es una astucia, sino una bellaquería, que dirían los griegos.

¿Una cosa fea, pero sin importancia? Según se mire, porque hay tal cantidad de cosas “feas” que pululan en la práctica de la política y a las que no se les da la menor importancia que puede ser que se nos haya nublado la vista y ya no seamos capaces de distinguir entre banalidades y ruindades. Al día siguiente del voto secreto de los diez diputados, el consejero de la Generalitat Oriol Junqueras pretendía mantener en secreto su entrevista con la vicepresidenta en funciones para acordar la renovación de un tramo de la deuda de la Generalitat. “Ni confirmo ni “desconfirmo”, dijo, como si fuera banal ocultar una entrevista que es perfectamente legítima y como si su actitud no implicara la voluntad de confundir.

Puesto a tener la vista nublada, habrá que recordar que va empezar una nueva legislatura en la que, según todos los cálculos, va a gobernar el mismo partido que acabó la legislatura anterior con la acusación de haberse financiado ilegalmente

Va a empezar la legislatura con un Congreso presidido por una ex ministra que cree, asombrosamente, que los gobiernos en funciones no están sometidos a ningún control parlamentario.

Con una ley de Seguridad Ciudadana que, en solo un año, ha impuesto 40.000 sanciones administrativas, entre ellas 6.217 multas a ciudadanos por “faltar el respeto” a agentes del orden, lo que en algunos casos significa sacar una foto a un coche de policía mal aparcado, en otros, filmarles cuando atosigan a un vendedor ambulante y en otros, finalmente, escribir en Facebook que los policías de tu pueblo son unos vagos. Al editorialista de The New York Times no le pareció que el ministro del Interior, promotor de la ley, fuera astuto, sino que, habiendo leído seguramente a Platón, lo situó como un peligro para la democracia y para la libertad de expresión.

Va a empezar la legislatura con la extendida práctica en el partido de gobierno de negar la evidencia sin el más mínimo sofoco y en todas las ocasiones en que haga falta: frente a los propios electores, frente a la oposición, frente a la Unión Europea y frente al sursumcorda. Y con la extendida creencia por parte de demasiados políticos de la oposición de que no se puede hacer nada para evitarlo y que negar y disfrazar la verdad es un juego sin consecuencias. ¿Banalidades?

http://elpais.com/elpais/2016/07/22/opinion/1469180334_912202.html

viernes, 22 de julio de 2016

Los demócratas deben despertar

Bernie Sanders
ALAI

Sorpresa, sorpresa. Los trabajadores británicos, muchos de los cuales vieron declinar su nivel de vida mientras los ricachones de su país se enriquecían aún más, le dieron la espalda a la Unión Europea y a una economía globalizada que los maltrata a ellos y a sus hijos.

No son sólo los británicos los que están sufriendo. La economía crecientemente globalizada, establecida y mantenida por la elite económica mundial, maltrata a los pueblos en todas partes. Increíblemente, las 62 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad más modesta de la población del planeta, unas 3 mil 600 millones de personas. Los muy, muy ricos, disfrutan de un lujo inimaginable mientras miles de millones de personas sufren de una pobreza abyecta, del desempleo y servicios de salud, educación, vivienda y agua potable inadecuados.

¿Este rechazo de la actual forma de la economía global podría darse en los Estados Unidos? Puedes apostar que sí.

Durante mi campaña por la nominación presidencial Demócrata visité 46 Estados. Lo que vi y escuché en demasiadas ocasiones fueron dolorosas realidades que el establishment político y mediático ni siquiera reconoce.

En los últimos 15 años, cerraron casi 60 mil fábricas en el mundo, y desaparecieron más de 4,8 millones de empleos manufactureros bien pagados. Buena parte de esto está relacionado con los desastrosos tratados comerciales que estimulan a las empresas a instalarse en países de bajos salarios.

A pesar de significativos incrementos de la productividad, el asalariado medio de los EEUU gana 726 dólares menos de lo que ganaba en el año 1973, mientras que la asalariada media gana 1.154 dólares menos de lo que ganaba en el año 2007, con datos que toman en cuenta la inflación.

Casi 47 millones de estadounidenses viven en la pobreza. Un estimado de 28 millones no tiene seguro médico, mientras muchos otros disponen de seguros insuficientes. Millones de personas se debaten contra intolerables niveles de deuda estudiantil. Tal vez por la primera vez en la historia moderna, nuestras generaciones jóvenes tendrán muy probablemente un nivel de vida inferior al de sus padres. Puede ser alarmante, pero millones de estadounidenses de baja formación profesional tendrán una esperanza de vida más corta que la generación precedente y sucumben a la desesperanza, las drogas y el alcohol.

Mientras tanto, en nuestro país la décima parte más rica del 1% más rico, posee tanta riqueza como el 90% más modesto. El 58% de todos los nuevos ingresos va al 1% más rico. Wall Street y los mil millonarios, a través de sus “super PACs”, pueden comprar las elecciones.

En mi propia campaña, hablé con trabajadores que no logran vivir con salarios de 8 o 9 dólares la hora; con jubilados que luchan para comprar las medicinas que necesitan con pensiones de la Seguridad Social de 9 mil dólares al año; con jóvenes que no pueden acceder a la universidad. También visité a los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico, dónde 58% de los niños viven en la pobreza y sólo poco más del 40% de la población adulta tienen un trabajo o está buscando empleo.

Seamos claros. La economía global no está funcionando para la mayoría del pueblo ni en nuestro país ni en el mundo. Este es un modelo económico diseñado por la elite económica en beneficio de la elite económica. Necesitamos un cambio real.

No un cambio basado en la demagogia, ni en el fanatismo religioso y la propaganda anti-inmigrantes que caracterizó la retórica de la campaña por el Brexit, y es el meollo del mensaje de Donald Trump.

Necesitamos un presidente que apoye vigorosamente la cooperación internacional que reúne a los pueblos del mundo, reduce el hiper-nacionalismo y disminuye la posibilidad de la guerra. También necesitamos un presidente que respete los derechos democráticos del pueblo, y que luche por una economía que proteja los intereses de los trabajadores, no sólo los de Wall Street, los laboratorios y otros poderosos intereses privados.

Fundamentalmente necesitamos rechazar nuestras políticas de “libre comercio” y movernos hacia el comercio justo. Los estadounidenses no debiesen competir con los trabajadores de los países de bajos salarios que ganan centavos por una hora de labor. Tenemos que derrotar el Tratado Transpacífico. Tenemos que ayudar a los países pobres a desarrollar modelos económicamente sustentables.

Tenemos que terminar con el escándalo internacional que permite que grandes grupos corporativos y los ricos eludan pagar billones de dólares en impuestos a sus gobiernos nacionales.

Tenemos que crear decenas de millones de empleos a través del mundo combatiendo el cambio climático y transformando el sistema energético alejándolo de los combustibles fósiles.

Necesitamos esfuerzos internacionales para reducir el gasto militar en todo el planeta y ocuparnos de las causas de la guerra: la pobreza, el odio, la desesperanza y la ignorancia.

La noción que Donald Trump pudiese beneficiar de las mismas fuerzas que le dieron la mayoría a los defensores del Brexit en Gran Bretaña debiese lanzar la alarma en el Partido Demócrata y en los Estados Unidos. Millones de electores estadounidenses, como los defensores del Brexit, están comprensiblemente cabreados y frustrados por las fuerzas económicas que están destruyendo la clase media.

En este momento crucial, el Partido Demócrata y un nuevo presidente Demócrata tienen que aclarar que estamos con aquellos que luchan y que han sido abandonados. Tenemos que crear economías nacionales y globales que funcionen para todos y no sólo para un puñado de mil millonarios.
Bernie Sanders – Senador por el Estado de Vermont y candidato a la nominación presidencial Demócrata.
Publicado en el New York Times del 29 de junio 2016
Difundido por Other News (Roberto Savio) -
Traducción del inglés al español de POLITIKA
Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/178465

lunes, 27 de junio de 2016

Declaración de Socialismo 21 sobre la victoria del Brexit: "Esta Unión Europea, con su principal vínculo, el de la unión monetaria, no podrá sobrevivir"

Después de una campaña no exenta de los miedos y amenazas que ejercitan los poderes políticos y económicos ante los ciudadanos cuando sienten que sus objetivos corren peligro, el pueblo británico ha decidido con holgura recuperar su plena soberanía y tener en sus manos su destino y su futuro apostando por el Brexit. No es sorprendente que la consulta democrática sea ahora una recriminación a David Cameron por haber convocado el referéndum, algo justificadamente temido por los dirigentes europeos pues, en casi todas las ocasiones, cada vez que los ciudadanos han sido llamados a las urnas para opinar sobre las cuestiones del proyecto europeo les han dado la espalda a los proyectos de integración, dominados, no por los valores de la democracia, la igualdad, la cooperación y la solidaridad, sino por los intereses del capitalismo crudo y duro, tal como lo expresan los criterios neoliberales. Satisfacción, pues, por la decisión del pueblo británico.

Son inocultables las múltiples consecuencias que tendrá el resultado del referéndum. Desde aspectos geopolíticos -Obama ha participado en la campaña-, hasta los problemas cotidianos que pueden surgir para muchas personas. Pero, sin duda, el impacto más decisivo del Brexit lo ha de sufrir la propia Unión Europea, paralizada, desgarrada, y en un estado caótico en aumento, derivado de un proyecto de construcción mal concebido y desarrollado.

Siempre hemos sostenido que esta Unión Europea, con su principal vínculo, el de la unión monetaria, no podrá sobrevivir. Tampoco, contra muchas ilusiones vacías y elusivas, nunca hemos creído que la Europa de Maastricht sea reformable. Crisis tras crisis, con turbulencias continuas y con los pueblos víctimas de las exigencias de las instituciones europeas y de los mercados financieros, las amenazas de descomposición de la Unión Europea están siempre latentes. La gran aportación de la decisión del pueblo británico es que ahora la hiere de muerte e inicia su desmoronamiento.

La situación de crisis, la desesperanza que se ha instalado en amplios sectores sociales, los sufrimientos que han acarreado las políticas de austeridad y el desapego creciente de los pueblos europeos a un proceso de integración manifiestamente fracasado, hacen que el ejemplo británico pueda generalizarse y repetirse a otros países, con lo cual el rechazo y la condena a esta Europa puede extenderse rápidamente como un fuego con el viento soplando a favor. El llamado efecto contagio es inevitable, cuando además ya existen en algunos países, desde posiciones inequívocamente de izquierdas, núcleos de rechazo importantes y coordinados a escala continental.

La izquierda “europeísta”, al abandonar sus objetivos de transformación históricos, entre ellos, la defensa de la soberanía económica, ha creado un vacío político sobre el cual avanza la extrema derecha populista. Si la izquierda hubiera sido consecuente, oponiéndose a la construcción de la Europa de Maastricht, ahora podría contar con un gran respaldo ciudadano, ejercería su influencia en el desarrollo de los acontecimientos y habría construido un proyecto europeo sólido basado en una moneda única pero también en la homologación de las condiciones y derechos sociales con una fiscalidad común capaz de redistribuir la renta y corregir los desequilibrios económicos entre los estados miembros.

En nuestro país, todas las fuerzas políticas siguen sin tomarse en serio el tema europeo, y elección tras elección eluden la cuestión, como si no existiera el caso de Grecia y no estuvieran sobre el tapete las exigencias de la Troika, lo cual puede convenir a la derecha pero es un abandono imperdonable en las candidaturas de la izquierda.

Si estamos acertados en la previsión del destino de la Unión Europea, o como un ejercicio de responsabilidad ante la mera hipótesis de la desaparición de la unión monetaria y europea, el deber de las fuerzas regeneradoras y progresistas sería estudiar y proponer alternativas en cada uno de los países y, al mismo tiempo, tratar de impulsar un proyecto común para el conjunto de los pueblos europeos asentado en los valores históricos de la izquierda y la protección de los intereses de los trabajadores y las capas sociales desfavorecidas. No cabe ponerse orejeras, eludir la realidad, hacer caso omiso de los eventos previsibles y fantasear campaña electoral tras campaña electoral sobre cambios y mejoras económicas y sociales, ignorando el tema esencial de cómo sobrevivir y como construir una alternativa económica y social viable fuera del marco de la Unión Europea.

En suma, en lugar de lamentar el Brexit, hay que tomarlo como un serio aviso de lo que puede acontecer.

https://www.rebelion.org/noticia.php?id=213814