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miércoles, 12 de octubre de 2016

Javier Fernández, el equilibrista. El presidente de la gestora tiene más comprensión en Rajoy de las que encuentra en su propio partido

Hay que reconocer a  Javier Fernández, el mérito de haber neutralizado el incendio del PSOE, no hasta el extremo de domeñarlo, pero sí con suficiente habilidad para ir inculcando como natural el discurso de la abstención, dotándola de un adjetivo, "técnica", que la convierte en eufemismo, y subordinando el evidente compromiso de la investidura al énfasis con que se descarta cualquier compromiso de legislatura.

Es una manera de apuntalar el "no" a Rajoy, pero en un plano que trasciende el bloqueo, que evita las elecciones y que pretende sosegar la rebeldía en que puedan incurrir los socialistas reacios a semejante cambio de rumbo. Resulta ahora impensable que Sánchez proclamé la abstención desde su escaño. La cuestión consiste en adivinar cuántos camaradas van a secundarlo. Y cuánto es o no verosímil una escisión a la disciplina entre los socialistas vascos y catalanes, especialmente si deciden exponer la revisión de la cuestión mariana al criterio de sus militantes de base.

Javier Fernández, por tanto, tiene que trabajarse con pedagogía y paciencia el tabú de la disciplina de voto. Y tiene que trabajarse menos, curiosamente, el proyecto de la abstención sin condiciones. Rajoy ha anunciado que no va a ponérselas. No ya asumiendo con sensatez la responsabilidad que se le presupone a un estadista en una situación de emergencia, sino distanciándose del fervor de los cortesanos.

Quiere decirse que Mariano Rajoy es mucho menos marianista que los marianistas. Y que éstos últimos, alentados por las bravuconadas verbales de Fernández Díaz y de Rafael Hernando, habían promovido una estrategia de presión al PSOE en su propia agonía cuyo desenlace aspiraba a forzar las terceras elecciones y proporcionarle a Rajoy un botín de 150 diputados en la ambición de una legislatura estable.

El presidente del Gobierno en funciones ha disipado las dudas. Puede que haya dos almas en el PP respecto a la manera de velar el cadáver socialista —¿investidura inmediata o elecciones en diciembre?—, pero la propia dialéctica se expone al papel cesarista que ejerce Rajoy. El alma es la suya. Y es la única que tiene valor, entre otras razones porque el líder popular había insistido sólo hace unas semanas en el disparate y la aberración que implicaríam convocar unos nuevos comicios legislativos.

Javier Fernández tiene más comprensión en Rajoy de cuantas encuentra en su propio partido. El cráter del sábado es demasiado profundo y demasiado reciente. Por eso el PSOE necesita más una gestoría que una gestora, un espacio de tranquilidad administrativa. Y por idénticas razones, el presidente asturiano se ha puesto los manguitos, asumiendo la interinidad del cago, pero consciente de que esta transición es más importante que cualquier legislatura.

Más información
http://politica.elpais.com/politica/2016/10/07/actualidad/1475822753_025336.html


La gestora comunica a Rajoy que el PSOE no le garantiza la estabilidad
http://politica.elpais.com/politica/2016/10/06/actualidad/1475779799_117053.html

“Si los socialistas no nos respetamos, ¿quién coño va a venir a respetarnos?”
http://politica.elpais.com/politica/2016/07/15/actualidad/1468598485_168643.html

El PSOE revisará su ‘no’ a Rajoy si roza la mayoría absoluta con otros grupos
http://politica.elpais.com/politica/2016/07/09/actualidad/1468093084_865502.html

SUSANA DÍAZ: "NO PERMITIRÉ ENTREGAR MI PARTIDO A PRECIO DE SALDO"

RAÚL LIMÓN, SEVILLA
La situación del PSOE y del Gobierno de España ha vuelto al Parlamento andaluz, donde la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ha sometido a una sesión de control marcada por la situación de su partido y las posibilidades de favorecer una formación de Gobierno. “Tengo clarísimo que nunca voy a permitir entregar a precio de saldo mi organización a ninguna otra organización y que se lleve por delante la historia de un partido centenario como el que milito", ha respondido al portavoz de IU, Antonio Maíllo. Tanto este como el presidente del PP, Juan Manuel Moreno, afirmaron que desean que el PSOE encuentre una salida a su crisis.
Díaz, ante las dudas de la oposición sobre su dedicación a Andalucía ante la crisis del PSOE, ha recuperado la afirmación de que la comunidad tiene que ir bien para que España también lo haga y ha recordado las críticas que recibió el expresidente norteamericano Ronald Reagan, de quien la oposición decía que era incapaz de andar y mascar chicle al mismo tiempo. "Yo soy capaz de defender a Andalucía y al mismo tiempo defender los intereses del país al que quiero y al que amo", ha afirmado.
Moreno, quien ha afirmado que el PSOE es necesario –“España lo necesita”, ha afirmado-, ha recurrido a esa misma expresión para criticar a Díaz. “Tiene demasiados chicles pegados a la suela de su zapato”, le ha reprochado para reclamarle “la máxima atención para Andalucía.
Díaz ha replicado acusando al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, de ser el “responsable principal del bloqueo que vive este país”. “Quiere una salida razonable sin mover una pestaña. Es el colmo de la flojera”, ha afirmado.

domingo, 18 de septiembre de 2016

¿Por qué gente corriente apoya a la derecha? Un médico y militante noruego tiene una respuesta

Acudí este fin de semana a Toluca, Estado de México, a una conferencia sobre la crisis del capitalismo organizada por el Partido del Trabajo, y conocí al doctor Ernst.

Ernst es un intelectual en serio. Médico anestesiólogo del Vestre Viken Hospital Trust, en Korngbesrg, Noruega. Neurobiólogo y científico social, ha realizado investigaciones en Teoría de la Complejidad asociadas a la medicina y las ciencias sociales. Además, es consejero científico del Partido de la Izquierda Socialista de Noruega. O sea, el sujeto sabe de lo que habla.

En su ponencia, Ernst dijo que el pensamiento de derecha tiene una explicación neurocientífica. El contexto social actual es el caldo de cultivo para esto. Internet literalmente bombardea con mierda los cerebros de las personas. La llamada “shitstorm” –término urbano para describir una serie de cosas que van aparentemente bien, pero que, al realizarse, terminan horrendamente mal–, dejan cosas (selfies, memes, chats, fotos y videos cualesquiera) que desaparecen rápido y dejan frustración. Las redes sociales están plagadas de pseudoargumentación, generan egoísmo y con ellas es fácil burlarse de asuntos realmente serios, como una tragedia humana, un acto de corrupción política, y la lucha de un grupo de personas por sus derechos. Y lo más peligroso de todo: generan miedo. Y el miedo es la materia prima de la derecha.

Quería saber más, y entonces me lancé a conversar con él.

–Ernst, ¿por qué tiene tanto éxito la derecha hoy en día?
–Los medios de información han cambiado, particularmente internet. Pero también la forma de educación, de movimiento, esto provoca que nuestra mente cambie, que tengamos dificultades de concentrarnos y de aceptar o entender argumentos. Esto es explotado por la derecha porque se especializa por utilizar el miedo. Saben lo que están haciendo. Están utilizando el miedo social.

–¿Pero por qué funciona tanto?
–El miedo, la confusión. Es un hecho que, cuando eres confundido, tu cerebro no logra argumentar. El cerebro es fácil de convencer con imágenes, con palabras simples. Por ejemplo, las grandes tiendas hacen grandes laberintos donde las personas no encuentren la salida. Es una estrategia. Porque cuando eres confundido no tienes fuerza mental para no comprar cosas. Es una técnica; es fácil confundir a la gente. Es la estrategia: aumentar el miedo, aumentar la confusión y así saben que la gente va a apuntar hacia la derecha. Es una estrategia clásica fascista.

–¿Qué opinas de Trump? ¿Por qué, a pesar de tantas críticas, todos los días, el tipo sigue vigente?
–Trump y sus partidarios saben exactamente qué están haciendo. Trump psicológicamente es un hombre viejo que teme a la muerte. Es una estructura típica de la derecha. Ellos temen a la muerte más que los de la izquierda. Y cuando temes a la muerte, cuando tienes miedo, tu método para sobrevivir es la agresividad. Y esos instintos son provocados. En los mitines de Trump, quienes están ahí, la mayoría son hombres son un poco más viejos y también son hombres o mujeres que tienen una alimentación que no es buena, y sus funciones en el cerebro no funcionan claramente. Esta es una estrategia que se ha construido y sus especialistas trabajan en eso.

¿Y qué hacer?
Según el doctor Gernot Ernst, la izquierda (yo más bien me considero un anarquista clásico, pero igual aplica) tiene en sus manos la más vieja de sus armas: la organización social; que, dadas las circunstancias, sigue siendo la más efectiva. “Porque la organización social disminuye el miedo”

En la izquierda –apunta– , no hay un camino tan fácil como en la derecha. “La izquierda argumenta. Pero hemos olvidado la organización. Y para la organización necesitamos más tiempo. Hemos perdido a los trabajadores donde no tenemos sindicatos, y ahí debe haber compañeros que sufran y luchen con ellos. Esa es nuestra fuerza. Cuando estamos ayudándoles en las cosas pequeñas, van a escuchar y van a recordar qué es los más importante y van a luchar también. “

Ernst ofrece lo siguiente que, he titulado: “Consejos del doctor Gernot Ernst para evitar que la gente apoye a la derecha, y sí apoye a la izquierda:

EJEMPLIFICA CON GENTE NORMAL.
Explica los problemas y argumenta con base a experiencias de gente común, con la cual tu audiencia se sienta identificada.

MENOS DISCURSOS, MÁS PREGUNTAS.
Evita imponer tus ideas. Pregunta, para que la gente descubra la verdad por ella misma.

UTILIZA EJEMPLOS HISTÓRICOS.
La gente no tiene consciencia histórica. Recuérdales lo que ha pasado, para que no cometan los mismos errores, y recuerden los éxitos antiguos.

LA DERECHA MANIPULA, LA IZQUIERDA ORGANIZA.
Es válido si utilizas algunos métodos de la derecha, como usar imágenes y definiciones. Pero no te olvides de lo más importante: la organización social es la clave.

Ernst explica la propia experiencia del Partido de la Izquierda Socialista de Noruega y la razón de su éxito, al ocupar hasta el 10 por ciento de las preferencias electorales en el país.
“En Noruega tenemos la misma lucha contra el neoliberalismo y la organización sindical es muy fuerte, todavía. En algunas áreas, el 90% de los trabajadores están organizados y esto es único en Europa. Pero también al otro lado tenemos un movimiento populista de derecha que es igualmente fuerte, casi el 20 por ciento. Es una lucha muy importante. Es particular para nosotros el SV (“Sosialistisk Venstreparti”, nombre en noruego del Partido) tenemos tres principios generales: el juicio social, el medio ambiente y el feminismo. Eso es muy importante para nuestra lucha. Porque cuando somos capaces de convencer a las mujeres, y las mujeres no son amigas de los populistas de derecha y trabajamos con ellas, juntos, es uno de los métodos con los cuales podemos ganar”.

Nos despedimos con un par de fotos y un buen saludo. Yo, con la esperanza de verlo de nuevo un día y aprender más.
Fuente:
https://albertobuitre.com/2016/09/06/gernot-ernst-alberto-buitre-sosialistisk-venstreparti-por-que-diablos-la-gente-apoya-a-la-derecha-un-medico-noruego-tiene-la-respuesta/

domingo, 31 de julio de 2016

Entrevista a Boaventura de Sousa Santos sobre la embestida de la derecha en la región y su relación con el “fascismo financiero”. “Los más poderosos son quienes más salen del juego democrático para después imponerlo a los de abajo”.

Natalia Aruguete y Bárbara Schijman
Página 12

En medio del actual proceso de transición regresiva en varios países de la región, como Argentina y Brasil, el reconocido jurista y sociólogo propone continuar con la lucha por la igualdad para impulsar un nuevo ciclo constituyente que haga frente a los intentos destituyentes. Los logros alcanzados en los últimos años y sus límites. Los errores de los gobiernos progresistas. Los logros en el nivel de consumo alcanzados en los últimos años en la región no se han podido sostener en el tiempo. La embestida de los sectores de derecha en distintos países de América Latina, asume el investigador portugués Boaventura de Sousa Santos, pone de manifiesto la “fragilidad” de tales conquistas. Frente al actual proceso de transición regresiva en países como Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela, el reconocido jurista y sociólogo propone continuar con la lucha por la igualdad. No una igualdad clásica, sino una agiornada, que define como “igualdad con diferencias”.

–¿Qué nuevas formas cree que toman las luchas por la igualdad en América Latina?
–Las luchas por la igualdad han sido luchas tradicionales en este continente, ya que es un continente muy desigual. Las desigualdades se han profundizado a lo largo de las últimas décadas, excepto quizás en los últimos 12 o 15 años, dependiendo de los países. Algunos gobiernos, salidos muchas veces de movimientos populares, lograron realizar alguna redistribución social aprovechando el boom de los commodities y el alza de precio de los productos primarios; con eso integraron en el consumo –aunque no en términos de ciudadanía, por lo menos en el consumo–, a millones de personas en el continente. Claro. Se está demostrando que estos logros son frágiles y reversibles. De hecho están siendo ya puestos en cuestión en varios países: Argentina es uno de ellos, Brasil puede ser el próximo, Ecuador también, y Venezuela. Dado que no ha sido un proceso sostenible, la lucha por la igualdad debe continuar. No se trata de una lucha clásica por la igualdad entre clases, sino que se trata de una “igualdad con diferencias”.

–¿En qué sentido “igualdad con diferencias”?
–Desde los años 90, pero sobre todo después de 2000, hay una lucha muy fuerte por el reconocimiento a la diversidad protagonizada, sobre todo, por los movimientos indígenas y afrodescendientes. Ya había obviamente una lucha de las mujeres por la diferencia, por la diversidad, pero estos dos movimientos –el afrodescendiente y el indígena–, tuvieron un impacto enorme sobre todo en algunas de las constituciones, como las de Bolivia y de Ecuador, para mostrar que la igualdad para ser incluyente debe tomar en cuenta las diferentes maneras de pertenecer a una cierta comunidad política que es el Estado. Esos fueron logros. Ahora, en este momento, estamos en un proceso de reversión, de transición regresiva.

–¿A qué se refiere cuando habla de que “asistimos a un nuevo ciclo constituyente”?
–Cuando hablo de procesos constituyentes me refiero a procesos que buscan intentar ver de qué manera se puede abrir otro ciclo una vez que éste está agotado o que se presenta como un proceso destituyente, en la medida en que los derechos conquistados se están destituyendo, a veces a través de cambios constitucionales, otras veces sin cambios constitucionales. Por eso también es que las constituciones se están revelando como un papel mojado y con poca eficacia; ellas, que fueron creadas fundamentalmente para crear la idea de seguridad y que podrían aguantarse momentos cíclicos complicados. Pero no es así. Tenemos un tipo de estado de excepción en el que no hay suspensión de las constituciones, no hay dictadura, todo parece hecho dentro de una normalidad democrática pero el hecho es que la democracia se está espaciando. Por eso el apego a un proceso constituyente es a un nuevo proceso que pueda blindarse en relación a las debilidades del proceso anterior.

–¿A qué atribuye el cambio de signo político de algunos gobiernos de la región?
–Creo que es producto de muchos errores por parte de algunos gobiernos, que en su parte final y producto de la degradación del ánimo político, tenían casi actitudes suicidas. Todos sabemos que quizás la presidenta Dilma Rousseff no fue necesariamente la mejor opción para suceder a Lula.

–¿Por qué lo cree?
–Fue una decisión personal suya postular a una persona que nunca se había presentado a elecciones en ninguna parte. Una buena técnica, pero quizás buena para gobernar en períodos de bonanza y no en períodos de turbulencia. Por eso digo que hubo un casi suicidio. Pienso que los gobiernos progresistas no prestaron la atención necesaria para ganar victorias contundentes. Para eso era necesario mantener una lealtad con los grupos sociales con los cuales trabajaron durante años; lealtad que no mantuvieron. Al final de sus mandatos implementaron políticas casi ofensivas.

–¿Por ejemplo? ¿A cuáles se refiere concretamente?
–Por ejemplo, en el caso de Dilma, el hecho de nombrar para ministra de agricultura a Kátia Abreu, la gran mujer representante de los agronegocios. Y así tantas otras cosas ocurrieron en otros países que hicieron parecer que se estaba traicionando todo lo que se había prometido en la campaña electoral. Fueron muchos errores. La gente no es estúpida. La gente quería esta redistribución, ¿quién no? Solamente la clase media puede ser muy crítica por temor a que se le recorte algún beneficio, pero sigue teniendo su salario, su coche... Pero la gente que estaba muy abajo y que finalmente pudo comer, ir al colegio, ir al supermercado… a esa gente le gustaría poder sostener esa política. El caso es que los gobiernos no fueron lo suficientemente elocuentes para que la gente pudiera advertir que lo que la derecha y los medios de comunicación decían era realmente falso.

–Usted atribuye estos cambios de signo político a la fragilidad de los logros alcanzados en los últimos 15 años. Sin embargo, en algunos países los cambios se dieron por la voluntad popular...
–Es una buena pregunta pero complicada de responder. Estos cambios de transformación y de políticas de redistribución social están siendo eliminados a través de procesos democráticos. Por eso puede decirse que es el pueblo el mayor beneficiario de estas políticas, el que se muestra ingrato y vota en contra. En ese sentido habría varias cosas que decir.

–¿Cómo cuáles?
–Primero, es claro que estos gobiernos progresistas cometieron muchos errores; hay quienes no consideran a estos gobiernos progresistas, yo los sigo denominando así en el sentido de que buscaron una redistribución social en un continente marcado por las desigualdades que venían desde la Colonia. Uno de esos errores fue no aprovechar la gran oportunidad que se les dio para transformar políticamente la sociedad: hacer reformas políticas, reformas del sistema fiscal, de los medios de comunicación, de la economía. Y al contrario, de una manera perezosa, aprovecharon el aumento de los commodities y el alza de precios de las materias primas para permitir, a partir de esto, una redistribución social que era dependiente de los precios. Al mismo tiempo, permitieron a las clases oligárquicas, a los sistemas financieros, a los ricos, enriquecerse como nunca. No aprovecharon la gran aceptación, casi hegemónica, que tuvieron en algún tiempo para transformar la política de manera de poder resistir a una situación más adversa. Por eso es que estas formas de inclusión no fueron realmente formas de inclusión democrática y ciudadana.

–¿Qué tipo de inclusión observa en estos procesos?
–Fueron formas de inclusión por el consumo. En ese sentido, estos nuevos sujetos políticos, que en muchos casos por primera vez podían comer tres veces al día, no fueron invitados a ejercer el control sobre las políticas públicas mediante mecanismos de democracia participativa, tampoco fueron invitados a debatir sobre el servicio que se daba en los hospitales y se quedaron, por así decirlo, como pasivos recipientes de un consumo que ahora les era permitido. Por eso esta inclusión es frágil, por eso permite que esta población que fue realmente beneficiada esté sujeta a influencias que pueden de alguna manera disfrazar y pervertir todo lo que se hizo.

–Puntualmente, ¿a qué influencias se refiere?
–Hay influencias sin las cuales no podemos entender qué está pasando. En primer lugar, la presencia de un fascismo mediático. En mi trabajo he distinguido diferentes formas de fascismo: el fascismo del apartheid social, el fascismo territorial, el fascismo paraestatal, el financiero y, obviamente, el fascismo mediático. El fascismo mediático es aquel que permite a los medios, a través de la concentración mediática, manipular de una manera grosera la realidad y las percepciones de la vida cotidiana, de la vida política, de manera que la gente se sienta traicionada por los que apoyó anteriormente y que piense que los que le dieron una nueva vida a través de la inserción en el consumo son los responsables de la crisis. Eso fue lo que ocurrió a través de una manipulación mediática muy inteligente y poderosa que se hizo en todo el continente.

–¿Qué otros elementos coadyuvaron a este tipo de influencias?
–El segundo factor es la presencia del imperialismo norteamericano. No se puede ocultar más que los errores internos que cometieron los gobiernos progresistas no serían tan graves si no hubiera una fuerza internacional muy fuerte proveniente del imperialismo norteamericano que opera por diferentes mecanismos, que por supuesto ahora no son las dictaduras militares pero que son las presiones del sistema financiero internacional y la financiación de organizaciones democráticas en varios países que son democráticos desde la fachada pero que aplican condiciones hostiles a los gobiernos progresistas. Sin ir más lejos, en Brasil está absolutamente documentada la presencia de los hermanos Koch, muy conocidos en Estados Unidos por ser de los más ricos y de los que más promueven políticas de derecha.

–¿En qué consistió el rol de los hermanos Koch en el impeachment llevado a cabo contra Dilma?
–Los Koch Brothers han financiado muchas organizaciones que están hoy en la calle pidiendo el impeachment de Dilma. El imperialismo norteamericano aprovechó los errores cometidos por los gobiernos progresistas para atacar con una violencia sin precedentes. Empezaron por los pequeños países: primero Honduras, luego Paraguay con el golpe parlamentario a Fernando Lugo. Y ahora están intentando con los grandes países: Venezuela, Brasil y Argentina, y debemos decir que lo están haciendo con bastante éxito y que por eso hay que empezar de nuevo.

–¿En qué consiste el “fascismo financiero”?
–Todas las formas de fascismo son formas infra-políticas, no son parte del sistema político, que es democrático, pero condicionan las formas de vida de los que están abajo a través de desigualdades de poder que no son democráticas, que son inmensas y permiten que los grupos que tienen poder casi obtengan un derecho de veto sobre las oportunidades de vida de quienes están más abajo. Si eliminan la escuela pública y la salud pública la gente con bajos recursos podrá enviar a sus hijos a la escuela si es que tiene un amigo o padrino. Ahora, si el padrino no quiere pagar entonces sus hijos ya no irán a la escuela. Es la filantropía: el veto sobre la oportunidad. Es la discrecionalidad, que ocurre de diferentes formas. Por ejemplo, la discrecionalidad de la policía ante los pibes que son negros o que usan gorra. Y que llaman “leyes de convivencia”, pero que no tienen nada de convivencia sino que cuestiona a cualquiera que tenga un comportamiento apenas distinto. Eso es fascismo. Es arbitrariedad. Lo mismo el fascismo del apartheid social. En todas partes hay zonas salvajes de la ciudad y zonas civilizadas, donde existen todos los requisitos de urbanidad, de seguridad y saneamiento básico, y otras zonas donde no hay electricidad, donde el agua está contaminada, etc. Todo esto en un marco de la legalidad. Una discrecionalidad por debajo de los procesos políticos, y por eso digo que vivimos en sociedades que son políticamente democráticas y socialmente fascistas.

–¿Qué rasgos distintivos encuentra en el fascismo financiero?
–El fascismo financiero tiene una característica especial: permite salir del juego democrático para tener más poder sobre el juego democrático. O sea, alguien con muchísimo dinero puede ponerlo en un paraíso fiscal. De este modo sale del juego democrático de los impuestos, pero al salir se queda con más dinero y más poder para poder influenciar el juego democrático y además darles consejos a los ciudadanos de que no deben gastar tanto, que están viviendo por encima de sus posibilidad, que el Estado está gastando más en salud, por supuesto, porque el Estado no está siendo financiado con los impuestos que podría recibir si esta plata estuviera en el país. Se crea una corrupción de la democracia a través de la cual hay dos reglas: los que huyen de las reglas democráticas son los que se quedan con más poder para imponer las reglas democráticas a los otros. Esa es la perversidad del fascismo financiero. Claro que también tiene otras formas como las “agencias de rating” y la especulación.

–¿Qué hay del fascismo político?
–Justamente, el problema radica en ver hasta cuándo se mantiene como fascismo social y cuándo se transforma en fascismo político. Porque hasta ahora, políticamente, las sociedades son democráticas. Hay libertad de expresión, relativa pero existe. Hay elecciones libres, por así decirlo, con toda la manipulación. Hay un mínimo de credibilidad democrática, pero los asuntos de los que depende la vida de la gente están cada vez más sustraídos al juego democrático y los más poderosos son quienes más salen de ese juego democrático para después imponerlo a los que están abajo. Esto a mi juicio es la situación en la que estamos y donde surge la necesidad de un otro proceso constituyente.

–El acceso al saber también es desigual. ¿Se puede hablar de un fascismo del conocimiento?
–Lo que diría es que estamos asistiendo a la mercantilización del conocimiento. Durante mucho tiempo el conocimiento científico valió por su rigor y por la curiosidad de los cientistas que se decidieron a investigar un tema y que llegaban a conclusiones útiles para los países. Hoy ya no es así. El valor del conocimiento es un valor de mercado: el conocimiento contribuye a la innovación, genera patentes. Las universidades están ante una presión enorme por generar recetas propias del conocimiento. Se mercantiliza el conocimiento y por eso las propias universidades están cada vez forzadas a funcionar como corporaciones mercantiles, como empresas, los profesores como proletarios que producen para revistas de impacto, y los estudiantes como consumidores. Hay una mercantilización general del conocimiento y es esto que ha dado impulso al trabajo que me domina hoy sobre las “epistemologías del sur”: intentar llevar a cabo una lucha radical en todo el conocimiento. Por eso trabajo tanto con los movimientos sociales, para mostrar que el conocimiento científico es importante y no se puede demonizar, que la ciencia demuestra que los transgénicos o los insecticidas contaminan el agua y destruyen la vida, que debemos usar esa ciencia, pero tener en cuenta que esa ciencia no es la única válida. En este sentido es necesario descolonizar el saber para poder democratizar la sociedad, despatriarcalizarla y desmercantilizarla.

–¿Es posible aplicar su concepto de “apartheid social” a las políticas segregacionistas hacia los refugiados que se despliegan en varios países europeos?
–Toda la razón en mencionar a Europa, que está bajo la misma presión. Los refugiados son un caso extremo de una política de exclusión, pero lo más significativo es todo el sistema de fascismo financiero, disciplinario, que se aplicó en Grecia, Portugal, España, y que se está aplicando en otros países para intentar exigir que todos los países sigan la misma línea conservadora, de privatización, de liberalización, de destrucción de servicios públicos como salud y educación, de privatización de los servicios que son rentables para el capital. Europa puede hoy con menos arrogancia reconocer y entender mejor lo que pasa en América Latina.

–¿Por qué?
–Porque durante mucho tiempo pensó que ciertas situaciones sólo sucedían en países menos desarrollados, pero hoy Europa está pasando por un proceso de subdesarrollo: algunos países que estaban más desarrollados ahora están siendo subdesarrollados (el caso de Grecia es muy dramático y, desde el año 2000, el caso de Portugal también). Portugal es el único país de la Unión Europea que tiene un gobierno de izquierda que puede ser destruido en cualquier momento por Bruselas porque no está muy interesada en gobiernos de izquierda. Pero es una lucha cada vez más común entre países latinoamericanos y europeos.

–¿Cuál es su mirada hacia los partidos de izquierda?
–Creo que es necesario que redefinamos qué son las izquierdas y cuál es su forma política. Primero, no se puede decir que las izquierdas no aprendan. Voy a dar el ejemplo de la izquierda portuguesa. Durante mucho tiempo los comunistas pensaron que jamás podrían aliarse a los socialistas porque los consideraban de derecha. Ante la posibilidad de que una derecha siguiera gobernando Portugal por cuatro años más decidieron unirse al partido socialista.

–¿Por qué las izquierdas tienden a la fragmentación?
–El problema es que la izquierda partidaria hizo lo que yo llamo “una sociología de ausencias”. Invisibilizó todo lo que no se designaba como izquierda y que no tenía la forma de partido. Por eso lo que falta, a mi juicio, es juntar estas diferentes dinámicas y, para eso, es necesario que las izquierdas abandonen la idea de que los partidos son la única forma de representación política. Los partidos tienen que pasar por una refundación donde la democracia participativa sea constitutiva de la formulación de las políticas, de los partidos, y de las elecciones de los candidatos.

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-303326-2016-07-04.html

sábado, 24 de octubre de 2015

El presidente de Portugal intenta impedir un gobierno de izquierdas

Cavaco Silva encarga la formación de gobierno al conservador primer ministro Passos Coelho a pesar de que los socialistas dicen tener un pacto con el Bloque de Izquierda y los comunistas que tiene mayoría parlamentaria.

El presidente de Portugal Aníbal Cavaco Silva ha encargado la formación del gobierno al conservador Pedro Passos Coelho, que tuvo la lista más votada, en vez de decantarse por el socialista António Costa que había anunciado que tenía un acuerdo con el Bloque de Izquierda (Bloco de Esquerda, BE) y los ecocomunistas de la CDU.

En las elecciones parlamentarias del pasado 4 de octubre, la lista común de los dos partidos de centroderecha, el PDS del actual primer ministro Passos Coelho y el CDS de su vice Paulo Portas, fue el ganador con más del 38% de los votos, pero se quedó corto de la mayoría absoluta de escaños. Mientras, el Partido Socialista (PS) suma junto con los diputados del BE y de la CDU una mayoría holgada.

Cavaco Silva alegó razones de Estado para defender su decisión de optar por los conservadores, por la posible reacción negativa de los mercados. “Es mi deber hacer todo para impedir que se transmitan señales equivocadas a las instituciones financieras, a los inversores y a los mercados, poniendo en entredicho la confianza y la credibilidad exterior del país que tanto ha costado conquistar, con gran esfuerzo”, dijo el presidente de la República portuguesa en un mensaje televisado a la nación el jueves por la noche.

El jefe del Estado añadió que era “incomprensible que las fuerzas europeístas no hayan llegado a un acuerdo”, en referencia a un pacto entre conservadores y socialistas para facilitar un gobierno de minoría.

A Passos Coelho le corresponde pues formar un nuevo ejecutivo y presentar un programa de gobierno que debería ser posteriormente ratificado por el Parlamento. Será la primera prueba del algodón, porque las fuerzas de centroizquierda podrían tumbarlo. La siguiente ocasión será la abrobación de los presupuestos para el 2016 que ya llevan mucho retraso, lo cual ha sido criticado por Bruselas. Costa asegura que tiene atado un acuerdo con el Bloque y los comunistas, aunque todavía parece que no hay nada firmado, según medios lusos.

Leer también: No siempre manda el que gana

Fuente: http://www.lamarea.com/2015/10/23/el-presidente-de-portugal-intenta-impedir-un-gobierno-de-izquierdas/

miércoles, 26 de agosto de 2015

No es preciso vivir debajo de un puente para ser de izquierdas.

En un verano cuajado de noticias densas y trascendentales, la derecha española ha logrado crear una polémica con las vacaciones de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Capitaneados por Francisco Marhuenda al mando de La Razón y sus infectas mentiras habituales, se discute si una persona de izquierdas tiene derecho a disfrutar de una escapada estival de una semana, inviertiendo 600 euros –de su dinero- en el alquiler de una casa compartida. Con 71 años y 50 años de profesión en la que ha sido una jueza de gran prestigio.

Políticos (de los oficiales y de los ejecutan esa labor en medios y dicen ser periodistas) ven normal que la anterior alcaldesa dedicase algo más de esa cantidad, en este caso por noche, en el Penha Longa Hotel Golf Resort de Portugal en viaje privado también, aunque dejara en la capital española la grave crisis del Madrid Arena con cinco jóvenes muertas por la incompetencia. Ana Botella puede porque es de derechas. Los despilfarros oficiales llegaron a llamar la atención hasta de prensa extranjera como Der Spiegel. Y, tras su relevo, vamos conociendo muchos más.

El 'debate' de las vacaciones de Carmena llena horas y horas de televisión. Han llegado a equiparar las vacaiones de la alcaldesa con la invitación de un empresario en duda a un par de ministros, como publicó eldiario.es, o con las que disfruta a todo yate el privilegiado imputado Rodrigo Rato. Solo por las preferentes o por sacar a bolsa una caja quebrada –con lo que ha supuesto- parece que debería reembolsarnos algunos dineros antes de darse sus chapuzones.

El gran tema latente es que la derecha española y sus fieles becerros entienden que para ser de izquierdas hay que vivir debajo de un puente. Con habilitarse espacio en una chabola levantada en la ribera, uno ya es un rico propietario y ha de ser de derechas para “conservar” sus pertenencias. Si has firmado un fascal de letras con un banco y habitas en la casa que aún les pertenece para lo que gusten mandar, entonces ya te has convertido en un potentado que no puede sino votar al PP o en su caso a Ciudadanos. Partidos que cuidan amorosamente de nuestros servicios, pensiones y futuro manteniéndolos alejados de los recortes y la especulación. Ese es el conjunto de la idea que quieren inculcar. Con éxito, siquiera sea por la machacona insistencia del mensaje. De este modo excluyen de cualquier compromiso social serio a cuantos tienen los mínimos medios de subsistencia. A los gestores de estas falsas tramas les guía una clara y sucia intencionalidad política, pero la mayoría lo piensa realmente, aunque pueda parecer increíble.

Pasó desapercibida esta joya que firmó en ABC en Marzo, de 2015, del siglo XXI, Marcos Sueiro, con el expresivo título de Carolina Bescansa, la 'oveja negra' de una dinastía gallega y que no tiene desperdicio de principio a fin. “Carolina Bescansa -escribía dolido el autor- nació en una de las familias patricias de Santiago de Compostela. La cofundadora de Podemos es descendiente de uno de los clanes que han dado color a la vida local”. Carolina destacaba por su inteligencia superior a la de varios de sus hermanos, dice, pero todo se truncó: “En una familia tan extensa siempre hay pequeñas decepciones, pero la menor de las Bescansa superó casi todas las expectativas”.

¿Qué hizo Carolina? Tras relatar las virtudes que adornan a su familia y las amistades que atesoran, Sueiro concluye con una reflexión que es todo un tratado del pensamiento conservador español. La irrupción de Bescansa en un partido de izquierda ha provocado un daño que abochorna a su linaje con el peor de los lamparones: “… la fuerza de su apellido ha replegado a todos los componentes de la saga, que evitan contestar a preguntas sobre el compromiso revolucionario de su sobrina. En las reuniones entre las dinastías médicas y universitarias en la residencia Bescansa de la isla de la Toja se evitan las preguntas 'innecesarias e incómodas'. El tiempo dirá qué lugar ocupará en la vida española y si su éxito radicará en seguir cuestionando el lugar de donde procede”.

En las reuniones entre las dinastías médicas y universitarias en la residencia Bescansa de la isla de la Toja se evitan las preguntas 'innecesarias e incómodas'. El tiempo dirá qué lugar ocupará en la vida española y si su éxito radicará en seguir cuestionando el lugar de donde procede, señala ABC.

Ser de izquierdas no es una religión, no implica sacerdocio ni voto de pobreza. Por el contrario estas condiciones sí se exigen en la religión católica a la que se apresta con fervor de boquilla, preferentemente la derecha, y basta ver el cómo lo cumplen. Los Evangelios están llenos de esa doctrina que rechaza la usura, la avaricia y el egoísmo y propicia la generosidad. En estos momentos cuentan con un Papa que parece tratar de reconducir el catolicismo a su espíritu original. La gran diferencia es que la derecha opta –como mucho- por la caridad que les hace sentir superiores, y la izquierda por la justicia. Los resultados de la justicia son más sólidos y más dignos. Se trata de hacer políticas que disminuyan las desigualdades y que brinden oportunidades a todos, no de hacer tabla rasa en la precariedad.

La derecha, según se deduce, aplaude el brutal aumento de la desigualdad social que ha propiciado el Gobierno de Rajoy –como demuestran datos unánimes, no manipulados-. Y todas sus secuelas. Fiel seguidor de lo que hoy manda en Europa: el liberalismo que, como describen con profusión sus profetas televisivos, consiste en, a la manera del viejo Oeste americano, llegar, plantar la tienda, cuidarse de uno mismo y a los demás que les zurzan. Unos lo consiguen, otros no. Los que no lo consiguen (a los que ellos llaman débiles) sobran. Estamos viendo atestar las fronteras a las víctimas más acuciantes de esta ideología fanática. Y de los hipócritas que se lucran con el negocio de las armas, cerrando los ojos a sus consecuencias. Y salen neofascistas de debajo de las piedras, sin rubor alguno. Tienen claro que estas personas, refugiados y emigrantes, están de más. ¿Qué hacemos con ellas? ¿Las dejamos morir? ¿Las gaseamos mejor que ya el nazismo probó su eficacia? No se van a evaporar. Aumentarán, porque viene implícito (empotrado) en las políticas que aplican.

Todo esto está apoyando la derecha en la práctica, incluidos los no tan ingenuos seguidores de las consignas manipuladoras. En España con el regalo añadido de una corrupción descomunal. Si los políticos conservadores pueden gastar lo que les plazca, propio y ajeno, y robar con total impunidad, sus votantes sustentan la Ley del Gran Embudo, aparcando todo escrúpulo. Esta gente muestra un desahogo patológico en elegir de la moral lo que les conviene.

En definitiva, se han apañado una vida de derechos, prerrogativas y hasta desmanes a imponer. Sin contrapartida alguna que sí exigen a los demás. La izquierda es la que se preocupa de molestas bagatelas como la equidad o los derechos de las personas y punto. Alguien habrá de hacerlo porque esta situación es insostenible y augura días muy negros –aún más negros-. En su infinita ignorancia, gran parte de quienes la apoyan son como aquel gallo jactancioso del cuento que, creyendo ser invitado en la boda, acabó en la cazuela para servir de manjar en el convite.
"http://www.eldiario.es/autores/rosa_maria_artal/"

Fuente: http://www.eldiario.es/zonacritica/izquierdas-preciso-vivir-debajo-puente_6_423517654.html

viernes, 22 de febrero de 2013

¿Todo es falso ? Eso afirma el autor (Claro, salva algunas cosas para evitar la paradoja)

Es falso que la crisis sea sinónimo de depresión económica, y que esta sea un fenómeno meteorológico pasajero. La recesión es solo el síntoma del pasaje a un nuevo escenario, reflejo de un conflicto político entre quienes queremos vivir bien en sociedad y los que insisten en vivir mejor que los demás a costa de ella.

Es falso que alguien "nos vaya a sacar" de esta crisis. Mucho menos quienes la aprovecharon para forzar la creación de una sociedad más injusta.

Es falso que las deudas haya que pagarlas. No si esto implica la tiranía. No si seguimos sin incluir todos los costes en el balance, especialmente el coste ecológico y social.

Es falso que lo que necesitamos para llevar una vida digna, más allá de la mera supervivencia física, pueda ser deficitario. Los que preconizan esta falacia son los mismos que no ven problema alguno al consumo ilimitado -subvencionado si hace falta- de lo que no es necesario. Si no hay recursos disponibles es por voluntad política.

Es falso que el crédito se haya secado, las empresas hayan cerrado y el desempleo haya aumentado por culpa de un elevado gasto público. Por más veces que nos hayan contado esta mentira, no está de más repetir que es exactamente al revés. Es más, el reciclaje selectivo de la inmensa deuda privada en deuda pública no solo no ha devuelto el crédito sino que representa un auténtico saqueo colectivo.

Es falso que haya una crisis española, una crisis griega, otra portuguesa. Claro que existen particularidades territoriales, pero lo que hay es una crisis europea, que forma parte de otra sistémica cuyo alcance real apenas percibimos. Países en una situación coyuntural favorable pueden verse de pronto afectados por la suerte de los vecinos, por la sequía financiera o por la súbita sed de los poderosos. Las economías bailan al compás del movimiento de los capitales. Pero también de las luchas de sus productores.

Es falso que haya que "cumplir los deberes" que nos impone un ente lejano llamado Bruselas. La principal institución que los promueve es el Consejo, formado por gobiernos como el español.

Es falso que la política sea el problema y que la economía o lo público deban estar libres de influencias políticas. Son precisamente los que se presentaron como gestores y como técnicos los que nos han llevado al desastre. Falta politizar más, pero la política no puede ser reserva de una casta.

Es falso que la corrupción sea solo cosa de dos, el que corrompe y el corrompido. Suele haber terceros que creen beneficiarse de este arreglo, y que votan en consecuencia.

Es falso que la reforma laboral sirva para crear empleo. Su principal objetivo siempre fue disciplinarnos y fomentar la servidumbre voluntaria.

Es falso que el empleo nos haga libres y permita proveer por sí solo a nuestras necesidades básicas. Para la mayoría, el salario necesita compensarse siempre por otras vías: o mediante el gasto público (sanidad, educación), o mediante el crédito, o con una combinación de ambos. El neoliberalismo apostó todo al crédito y acabó provocando la mayor crisis financiera en décadas.

Es falso que el mérito asigne a cada uno en la posición en la que está. La producción es una tarea colectiva: que a muchos no les alcance para vivir ya es un robo.

Es falso que el dolor que nos infligen sea necesario, como afirmó sin sonrojo Mario Draghi en el Congreso de los Diputados. Cuando Draghi dice que la solidaridad consiste en "asegurar que la carga no sea soportada desproporcionadamente por determinados sectores o grupos de personas" se refería a los más ricos.

Es falso que el Banco Central Europeo tenga como principal objetivo "la estabilidad de precios". La manera en que ha intervenido durante la crisis y las declaraciones de sus presidentes muestran cómo ha servido de instrumento para aplicar una política económica antisocial.

Es falso que la alternativa al "ajuste" sea el crecimiento económico, si por tal entendemos la producción exponencial de bienes y servicios socialmente innecesarios, cuyo valor se apropian unos pocos sin consideración alguna de su coste medioambiental.

Es falso que la crisis económica pruebe que la dominación de clase sea más importante que la de género, racial, que la destrucción ecológica, o viceversa. Se puede y se deben afrontar todas.

Es falso que la izquierda partidaria pueda garantizar por sí sola una alternativa real a la cleptocracia. Las movilizaciones suelen producirse contra la derecha y apagarse tras el acceso al gobierno de fuerzas "progresistas". Pero es entonces cuando en realidad las movilizaciones deberían ser más potentes y a favor de una agenda común.

Todo es falso, salvo alguna cosa. La realidad que producen las mentiras. Lo que vivimos. Todo lo bueno que ya hacemos en común. Y lo que todavía podemos lograr juntos. Samuel. Quilombo

Fuente: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/todo-es-falso

domingo, 3 de febrero de 2013

Cortafuego

El ideal de la derecha es el orden en la calle y la caja llevada hacia el negocio redondo

En teoría la derecha es el poder y al poder le pertenece por naturaleza el cortijo, el caballo y la pistola. La derecha en este país a lo largo de la historia ha sido apalancada por la iglesia, por los banqueros y empresarios, por la barra de la justicia y un acendrado equipo de periodistas y leguleyos. La ideología de la derecha es el dinero, huidizo como un corzo o voraz como un tiburón, según venga la baraja, a veces redimido por las obras de caridad y perfumado por la erudición académica. El ideal de la derecha es el orden en la calle y la caja llevada hacia el negocio redondo. A la hora de robar legalmente se sirve de las notarías y el atraco a los bancos lo ejecuta desde los despachos del propio consejo de administración. La patria es su coartada. La serpiente le ofrece la manzana envenenada, la muerde y no le pasa nada. Puede que esto no sea más que un cúmulo de lugares comunes, pero explica por qué la corrupción de la derecha, por muy obscena que sea, en lugar de afectar a la esencia del poder se detiene en unas personas corruptas concretas. Entre el poder y los políticos del Partido Popular siempre habrá un cortafuego.

Por el contrario, la izquierda en teoría no es un poder sino un sueño de igualdad, de fraternidad y de justicia. Trata de despertar lo más noble del individuo para ponerlo al servicio del bien común. El afán de redención de los desheredados la lleva a veces a asaltar el Palacio de Invierno a sangre y fuego, pero parece gozar más poniendo la otra mejilla, según manda el evangelio. Puede que esto no sea más que un cúmulo de frases gastadas, pero explica por qué no se precisa que la corrupción de la izquierda sea muy grave, como a veces lo es. Basta con que un concejal socialista meta mano en la caja para que todo el viejo idealismo y la moral se pudran de raíz hasta dejar a la izquierda en medio de la ciénaga. No necesita morder la manzana; con solo olerla es expulsada del paraíso. El escándalo del Partido Popular aun podría llegar más lejos. Si mañana convocara elecciones lo seguirían votando diez millones de ciudadanos, mientras la gente culpabilizada de izquierdas se quedaba en la cama. Hasta que un día se rompe el equilibrio. La corrupción se hace asfixiante, se produce la rebelión y de repente todo estalla. Manuel Vicent. El País.

Opinión de Soledad Gallego-Díaz, subdirectora de El País.

lunes, 6 de agosto de 2012

La economía política de los señoritos y España al subdesarrollo

La sucesión vertiginosa de malos acontecimientos nos está impidiendo pensar las mutaciones que se están produciendo en las estructuras productivas, en el sistema financiero, en la composición de clases y en el marco institucional y cultural de nuestro país. Las crisis capitalistas no son nunca una parálisis o un derrumbe sin más; cada crisis es el inicio de profundas reestructuraciones, de cambios fundamentales. El problema es, como decía el viejo poeta, no confundir las voces con los ecos e intentar percibir las tendencias de fondo, sabiendo que “la salida a la crisis” va a marcar a nuestro país durante generaciones.

Para comenzar, hay que partir de tres datos que me parecen especialmente significativos: El primero, las declaraciones de Draghi. Según nos dicen las crónicas, han sido 16 palabras para decir que el Banco Central hará todo lo necesario para sostener al euro y que las medidas que se tomarán serán suficientes. No ha dicho más. De golpe, todo cambió, la prima de riesgo cayó y las bolsas obtuvieron avances muy significativos.

Esta intervención del antiguo empleado de Goldman Sachs demuestra, al menos tres cosas: a) que la especulación es la que gobierna hoy la economía del mundo; b) que hay soluciones “técnicas” que podrían desactivarla sustancialmente; c) el enorme poder de un señor que, por definición, no depende de ningún poder democráticamente constituido y que se convierte en “el señor del dinero”, en un dictador omnímodo sobre nuestras vidas.

El segundo, la dramática cifra del desempleo en España. La EPA del segundo trimestre nos dice que ya llegamos a casi 5.700.000 parados y que las previsiones apuntan a alcanzar los 6 millones al final de este año. El paro juvenil alcanza cifras trágicas: más del 53%. Más de 1.700.000 hogares tienen a todos sus miembros desempleados y casi el 44% de todos los parados son ya de larga duración. Obviamente, detrás de estos datos aparecen las primeras consecuencias de la reforma laboral. Es los que se llama la “devaluación interna”: un conjunto de drásticas medidas para disminuir los salarios reales, reducir la capacidad contractual de los trabajadores y anular el ya escaso poder de los sindicatos.

El tercero son las previsiones del Fondo Monetario Internacional, que nos dicen que la recesión continuará este año, el que viene y gran parte del 2014, que el paro no bajará del 24% hasta el 2015 y que éste no bajará del 20% hasta el 2017, es decir, 10 años de crisis. Una década completa de crisis (mucho más si se tienen en cuenta sus consecuencias de todo tipo) que configura una realidad social marcada por una tasa de paro de más del 20% y un conjunto de políticas que promueven la desregulación, la desprotección laboral y social y la inseguridad social convertida en permanente.

Esta realidad social dice mucho de lo que pasa y nos pasa como país y como Estado: una Unión Europea en manos del capital financiero (eso es lo que hay detrás de la “independencia” del Banco Central) y al servicio de los intereses geopolíticos de Alemania; el uso alternativo de la crisis para desmantelar el Estado social y poner fin a las conquistas históricas del movimiento obrero y, más allá , la puesta en práctica del programa neoliberal que no es otro que la transformación radical del vigente modelo social y de las relaciones de este con las instituciones democráticas y con la política. Como he insistido muchas veces, estamos ante una autentica contrarrevolución y, en este sentido, el pasado no volverá.

...La derecha española aparece así con la cara de siempre: llenarse la boca de palabras como España, Nación y Patria para convertirse en un instrumento principal de una nueva colonización al servicio de sus intereses mezquinos y patrimonialistas. El “que se jodan” hay que verlo no como la respuesta de una persona descerebrada sino una reacción típicamente de clase, de desprecio a los de abajo, de ajuste de cuentas frente a unas clases populares que han violado el “orden natural de las cosas”.

Estamos ante una crisis de un determinado modo de concebir Europa y la inserción de España en ella: o se rompe con esas reglas de juego que nos subordinan, empobrecen y cercenan la soberanía popular, o lo que estamos realmente consolidando es un proceso que nos lleva al subdesarrollo económico, social y político con la activa complicidad de nuestras clases dirigentes. Para decirlo más claro, estamos ante una auténtica Economía Política de los Señoritos, por y para unas clases parasitarias que nos liquidan como Estado y como pueblo.

 No se si volveremos o no a los cincuenta. De lo que sí estoy convencido es que estamos asistiendo a una involución civilizatoria que pondrá en cuestión nuestros modos de vida y de trabajo y nuestros derechos y libertades. Leer a Manolo Monereo todo aquí.

jueves, 1 de marzo de 2012

Europa del Este, ¿regreso a los años 30?

Estonia rehabilita a sus nazis, Lituania convierte en tabú el holocausto judío y en Budapest se sueña con la gran Hungría

El parlamento de Estonia aprobará en marzo, por amplia mayoría, conceder el título de "luchadores de la libertad" a los miembros de la "Legión SS" estonia que combatió al lado de Hitler contra los soviéticos en la segunda guerra mundial.
Los veteranos estonianos de la SS, unos 12.000 hombres en 1944, glorifican desde hace años su participación en la guerra en actos oficiales concurridos por veteranos de las SS y jóvenes neonazis de otros países, pero la de marzo será la primera ley en materia de "luchadores por la libertad".
Algo parecido ocurre en Ucrania Occidental, donde se glorifica desde hace años a los combatientes de la división "Galizia" de las SS.
En Budapest, cada 11 de febrero se reúnen ultraderechistas de Alemania, Eslovaquia, Bulgaria y Serbia para conmemorar el llamado "Día del honor". La jornada recuerda el fin de la batalla por Budapest en la que un ejército de 100.000 soldados, alemanes y húngaros, rodeados por los soviéticos mantuvieron la posición durante 52 días, en 1945.
"Occidente se defendió de las hordas rojas de las estepas de Asia con un inmenso tributo de sangre y heroísmo", señala la convocatoria de grupos neonazis alemanes para acudir este año al acto de Budapest.
El cerco de Budapest tuvo entre sus consecuencias la aniquilación de gran parte de los últimos judíos que aun quedaban en la ciudad, a manos de los fascistas húngaros.
"En muchos países del antiguo bloque oriental se está abriendo paso una unilateral versión de la historia a la medida de la ultraderecha", constata el periodista rumano-alemán William Totok.
El fenómeno supera lo meramente histórico para manifestarse en una creciente hegemonía política derechista que parece estar calcando el mapa de los años treinta, cuando la región estuvo dominada por regímenes ultraderechistas. Leer todo el artículo de Rafael Poch de La Vanguardia aquí. Rafael Poch, amigo y colaborador de SinPermiso, es el corresponsal en Berlín del diario barcelonés La Vanguardia.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Notas al libro de Thomas Frank, Pourquoi les pauvres votent à droite, (Por qué los pobres votan a la derecha) Agone, Marseille, 2008,

¿Cómo ha prevalecido la derecha? Reajustes políticos en los EE.UU., y en otros países ricos.
Los estados rojos, el color asignado en las elecciones a los mapas de los republicanos en las noches electorales, se extendieron a expensas de los estados azules, en poder de los demócratas desde la década de 1980. Esta derechización de EE.UU., proviene de la alianza de los votantes más ricos y los más pobres sobre la base de un programa económico y moral.
Moral:
La lucha por la defensa de los valores familiares, el patriotismo, el rechazo del aborto, del matrimonio homosexual y de la pornografía.
Económico:
Las revueltas anti impuestos fiscales, la celebración de la libre empresa y del mercado. La hostilidad hacia el Estado central, federa estos dos combates, pero mientras los ricos se benefician del programa económico, los pobres no obtienen nada. Es en suma una “negociación de tonto”.

El estado agrícola del Medio Oeste, Kansas, es un lugar estratégico de la alianza de ultra-liberales y cristianos fundamentalistas. ¿Existe un laboratorio político, como la traducción del título original en francés del libro de Thomas Frank propone - ¿Qué pasa con Kansas? Dejando de lado la teoría política y el estudio estadístico con el que analizamos estos reajustes políticos clásicamente (según la terminología de la sociología electoral), Frank lleva a cabo una investigación periodística y un estudio etnográfico en un género que tiene sus credenciales científicas en los Estados Unidos, desde Robert Park y la Escuela de Chicago. El libro gana con ello en intensidad, sin sacrificar el rigor pues el autor, originario de Kansas, está muy familiarizado con los lugares y sus gentes. La evocación de las trayectorias políticas de las familias y los individuos, los cambios de fisonomía de los barrios, iluminan los cambios de votos. En cuanto a la postura crítica de Frank, confirma que el compromiso puede ser más fructífero que la afectación de la objetividad.

Si el populismo "de izquierda" era particularmente fuerte en Kansas en el siglo XIX, y los votantes sostuvieron su apoyo a Franklin D. Roosevelt y el New Deal durante la Gran Depresión, recientemente han hecho lo contrario mediante la elección de los republicanos. La paradoja parece ser especialmente aguda en Kansas que el empobrecimiento se ve agravado por la desindustrialización y el aumento de las diferencias de riqueza. Este movimiento no es muy diferente al que en otras partes, las clases populares se sumaran a los movimientos de extrema derecha durante la crisis de 1930, que también sabían tener un discurso ambivalente con el que se presentaban como los defensores de los pobres, mientras que recibían subsidios de la comunidad empresarial.

Por el contrario sin embargo, la derecha actual republicana no apela al estado, sino que lo rechaza. No ofrece mitos seculares, pero si un verdadero retorno a la religión. El autor no abandona nunca su posición de asombro ante tal fórmula social e ideológica, fascinante y frágil a la vez. Así que la crítica no excluye la admiración por algunos de los tribunos de la causa conservadora y la abnegación de sus ejércitos de militantes, a menudo salidos de los medios populares..

El autor pide a los demócratas que "izquierdicen" sus programas y vuelvan a su vocación de defensa de las clases populares. Poniendo así fin a la deriva burguesa que les ha banalizado y les ha hecho perdedores.

En la campaña presidencial de 2008, el vigor de la llamada al cambio entre los demócratas, puede que constituya un signo de la toma de conciencia y de un cambio de tendencia lo que resucitaría la vieja hipótesis de los ciclos ideológicos.
Alain Garrigou (Le Monde Diplomatic. Édition imprimée — juin 2008 — Page 26.)