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miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Cómo enfrentarse a la adversidad? El autor explica qué sucede en nuestro cerebro cuando nos enfrentamos a un peligro, un recuerdo negativo o el temor a que algo malo ocurra en el futuro

Las situaciones extremas de la vida nos muestran, como si fuera a través de una lente de aumento, el comportamiento de nuestro cerebro frente a escenarios en donde se pone en juego nuestra supervivencia física o nuestra integridad psicológica. En estos párrafos trataremos de entender qué sucede en nuestro cerebro:
-frente a un peligro del presente,
-un recuerdo negativo del pasado o
-el temor a que algo malo ocurra en el futuro.

Desde el momento en que somos expuestos a una situación extrema se activa un sistema muy básico, rápido y firme modelado durante cientos de miles de años, para hacer frente a lo que está ocurriendo. Este primer paso de defensa de nuestro sistema biológico es la llamada “respuesta de estrés”. Cuando el cerebro detecta una amenaza, se activa una respuesta fisiológica coordinada que implica componentes autonómicos, neuroendocrinos, metabólicos y del sistema inmune. El organismo necesita un mayor flujo de oxígeno para sus músculos, especialmente los del sistema de locomoción (para emprender el escape si hace falta). Así, se acelera la respiración para proveer más oxígeno, y la frecuencia cardíaca para entregar rápidamente ese oxígeno a través del torrente sanguíneo a los músculos principales. Los vasos sanguíneos en la piel se constriñen para que haya el menor sangrado posible en el caso de una herida.

Para proporcionar el combustible suficiente para el esfuerzo, nuestras glándulas convierten los carbohidratos almacenados en las células en azúcar circulante en sangre. También mejora la respuesta inmune; los glóbulos blancos que combaten las infecciones se adhieren a las paredes de los vasos sanguíneos, preparados para zarpar raudamente hacia cualquier parte del cuerpo que pudiera lastimarse.

El sistema cognitivo humano, a su vez, ofrece una variante aún más sofisticada: la capacidad de figurar y anticipar las amenazas del futuro, e incluso imaginar eventualidades que nunca han ocurrido, y que acaso nunca ocurran. Esta capacidad notable de nuestra especie es fruto de la experiencia acumulada y de la capacidad de hipotetizar e inferir. El desarrollo del cerebro humano, y en particular de sus áreas prefrontales, expandió, entre otras, nuestras capacidades para revisar el pasado y examinar el futuro. Esta complejización cognitiva de la respuesta de estrés llevó al psicólogo estadounidense Richard Lazarus a postular la existencia de “mecanismos evaluativos” implicados en el proceso de respuesta frente al peligro porque no siempre es sencillo determinar cuándo estamos frente a una situación que requiere acciones de protección.

El primer paso de este proceso es la “evaluación primaria”, esto es, el establecimiento del valor de un estímulo como peligroso o inocuo. Las investigaciones en neurociencia han permitido establecer el rol de diferentes estructuras cerebrales en la detección y evaluación del peligro, en particular, la actividad crucial de la “amígdala”, que sería responsable de detectar, generar y mantener emociones relacionadas con el miedo y respondería a la importancia de los estímulos emocionales. La “evaluación secundaria”, por su parte, busca establecer la disponibilidad de recursos del organismo para afrontar la amenaza.

Ahora bien, cuando la amenaza se disipa, se ponen en marcha otros mecanismos para volver a la situación inicial de reposo: la desactivación de la respuesta de estrés. Si, por el contrario, la respuesta de estrés permanece sostenidamente encendida, tiene lugar el llamado “estrés crónico”. En esta circunstancia, los componentes de la respuesta que suponían una ventaja adaptativa y una reacción de defensa y autoprotección del organismo, dejan de serlo y se vuelven en su contra.

A nivel cognitivo, la respuesta aguda de estrés favorece el incremento del nivel de alerta y la formación de memorias, aunque en el largo plazo la producción elevada de cortisol provoca deterioro cognitivo. La respuesta inmune también se afecta negativamente frente al estrés crónico dejando al organismo más expuesto a los diversos patógenos.

Podemos especular que existen factores ambientales, factores individuales –biológicos y psicólogicos– y también factores socioculturales que pueden llevar a que la respuesta de estrés no ceda y se realimente de forma continua, o, peor aún, en forma de espiral. Entre los factores externos socioculturales se suele aludir al estilo de vida moderno y urbano. Por ejemplo, hoy podemos tener al instante la información de lo que ocurre en cualquier parte del mundo. Este hecho tecnológico que confiere ventajas evidentes en ciertos terrenos, puede volverse una desventaja en lo que se refiere a la propagación de temores y la circulación de malas noticias.

Por su parte, en lo que se refiere a los factores biológicos y psicológicos, es necesario revisar la conexión existente entre el estrés y los trastornos de ansiedad, por un lado, y la depresión, por el otro. Para entender la ansiedad, podemos compararla con un radar, es decir, un dispositivo que rastrea nuestro ambiente en estado de alerta y nos avisa que una amenaza se aproxima. Pero la ansiedad es mucho más que un radar: es también un cuaderno de bitácora donde registramos las experiencias peligrosas vividas, y un mapa que nos guía, como un GPS, hacia territorios seguros. Sin embargo, cuando la ansiedad excede los niveles normales puede generar “falsas alarmas” que sobreactivan la respuesta de estrés y provocan estados de preocupación intensos y síntomas físicos diversos.

La depresión, por su parte, puede ser entendida en ciertos casos como una reacción biológica y psicológica en la cual nuestro organismo se rinde ante la adversidad, reduce sus intentos de solución, por considerarlos infructuosos, y se entrega a la desesperanza. En la depresión, así como en la ansiedad, nuestro pensamiento se vuelve propenso a los “sesgos cognitivos”, esto es, seleccionamos y priorizamos ciertos datos en desmedro de otros. En el caso de la depresión, la información negativa, y en el caso de la ansiedad, la información relacionada con el peligro. Luego, ciertos razonamientos distorsionados generalizan o amplifican el peso de esta información y provocan un espiral de realimentación de las emociones negativas.

Afortunadamente, nuestro cerebro cuenta con diversas herramientas que pueden protegernos de estas complicaciones. La “resiliencia” es el conjunto de factores y mecanismos que nos permiten superar adaptativamente las situaciones de adversidad. En este sentido, dos mecanismos altamente eficientes para atenuar de forma progresiva la respuesta de estrés son la “habituación” y la “extinción”. El primero es la propiedad general de nuestras células nerviosas que consiste en la acomodación al entorno y un principio de economía, para evitar respuestas ociosas. Son innumerables los ejemplos, desde cuando entramos a una piscina fría y de a poco vamos acostumbrándonos, hasta cuando nos exponemos de forma repetida a un estímulo que nos asusta o tensiona, ayudando a que la respuesta intensa inicial disminuya hasta volverse tolerable. Este es el principio que rige los tratamientos por exposición, altamente eficaces en la ansiedad.

El proceso de “extinción” sucede cuando nos exponemos a un estímulo temido y comprobamos una y otra vez que las consecuencias negativas que esperábamos no ocurren tal cómo anticipamos, y se atenúa la respuesta de estrés. Otro de los procesos de regulación de las emociones, de naturaleza cognitiva, es la “re-evaluación”, que consiste en modificar el significado funcional atribuido a la situación que gatilla el estrés. Es “cambiar la manera en que sentimos al cambiar la manera en que pensamos”.

Algunas personas que experimentaron traumas súbitos o han sufrido situaciones de abandono o maltrato emocional sostenido en momentos tempranos de sus vidas pueden llegar a sufrir en forma prolongada por dichas vivencias. Dolencias psiquiátricas como el trastorno de estrés post-traumático tienen que ver con esas experiencias y con el modo en que nuestra memoria alberga los recuerdos emocionales. El trabajo de neurocientíficos como Joseph LeDoux es relevante para entender las afecciones emocionales y su tratamiento porque explica la consolidación de las memorias. Al comienzo, cuando uno experimenta algo, el recuerdo es inestable hasta que se estabiliza por la síntesis de proteínas en el cerebro. Una vez almacenado el recuerdo, la exposición a un estímulo que le recuerda aquel evento, va a reactivarlo y a hacerlo inestable nuevamente por un período corto de tiempo, para volver a guardarlo luego y fijarlo nuevamente en un proceso llamado reconsolidación de la memoria.

Cuando la ansiedad excede los niveles normales puede generar “falsas alarmas” que sobreactivan la respuesta de estrés y provocan estados de preocupación intensos y síntomas físicos diversos

Ahora bien, cada vez que recuperamos una memoria de un hecho, al volverse otra vez inestable, permite la incorporación de nueva información. Ese momento es una ventana para cambiar las reacciones emocionales que acompañan un recuerdo. Un paciente que sufre un trastorno de estrés postraumático evoca con ayuda de un terapeuta experto y en un contexto seguro, los recuerdos de la situación vivida, para atenuar progresivamente las reacciones emocionales intensas que acompañan el recuerdo.

Por último, resulta central reflexionar también sobre el rol clave del otro (el prójimo, el ser amado, la comunidad) frente al desasosiego. Cuando cobija, cuando contiene, cuando acompaña. Como en el diálogo entre los dos en El beso de la mujer araña, la famosa obra del autor argentino Manuel Puig: “… y mientras esté a mi alcance, por lo menos en este día, … no te voy a dejar pensar en cosas tristes.”

Facundo Manes es neurólogo y neurocientífico (PhD in Sciences, Cambridge University). Es presidente de la World Federation of Neurology Research Group on Aphasia, Dementia and Cognitive Disorders y Profesor de Neurología y Neurociencias Cognitivas en la Universidad Favaloro (Argentina), University of California, San Francisco, University of South Carolina (USA), Macquarie University (Australia). @manesf
http://elpais.com/elpais/2015/11/09/ciencia/1447060897_812838.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s
https://youtu.be/PJD1zJYT1KQ

sábado, 2 de mayo de 2015

Cómo se recupera la felicidad tras un desastre, según la ciencia. Un grupo de investigadores estadounidenses pudo medir los niveles de satisfacción de gente que ha superado desastres

En 2003, unas mil parejas con hijos y bajos ingresos se apuntaron a un estudio universitario que se estaba haciendo en Nueva Orleans (EE UU). Tenía como objetivo aumentar el nivel de la educación en los centros públicos de enseñanza superior (los community colleges) y, para ello, se estudiaría el estatus económico, los lazos sociales y la salud mental y física de los participantes a lo largo de los años. El 29 de agosto de 2005, todo cambió: el huracán Katrina tocó tierra y dejó tras su paso 1.800 muertos y más de la mitad de la ciudad destruida. De repente, la encuesta trocó en una oportunidad única para analizar mediante nuevas preguntas cómo afecta un desastre de tales proporciones en familias desfavorecidas. Usando esos datos, acaba de publicarse en Journal of Happiness Studies un análisis que asegura que los niveles de felicidad se recuperan mucho más rápido de lo que se podría imaginar.

“Uno de los elementos más interesantes de nuestra investigación es que teníamos datos sobre la felicidad de los supervivientes de Katrina, en nuestro caso mujeres, un año antes del huracán, un año después, y cuatro años después”, explica en un correo electrónico Rocio Calvo, ayudante de docencia en el Boston College’s School of Social Work y autora principal del estudio. “Dado lo impredecible de los desastres naturales y la dificultad de localizar a los supervivientes después de que hayan sido desplazados, teníamos una base de datos única que permitía investigar las consecuencias de uno de los peores desastres naturales ocurridos en el país en las felicidad de las supervivientes”.

Con una de 491 mujeres, el análisis define la felicidad o satisfacción vital como "la evaluación personal de la vida en general compuesta por una dimensión congnitiva a largo plazo y por una dimensión temporal afectiva". Para medirla, usaron la siguiente pregunta: "Si considera su vida en general en este momento, ¿cómo de feliz o infeliz diría usted que es?" Había cuatro grados de respuesta, desde "No soy nada feliz" a "Muy feliz".

Lógicamente, la felicidad de los supervivientes descendió significativamente cuando la pregunta se realizó al año del desastre. La sorpresa vino al repetirla cuatro años después. La mayoría de las mujeres habían vuelto a niveles previos al desastre. “No deja de ser sorprendente y esperanzador porque es un indicador de la gran capacidad de superación y adaptación del ser humano, incluso tras haber experimentado circunstancias extremadamente difíciles”, razona Calvo.

“Una vez observado el patrón de felicidad de la mayoría de supervivientes, estábamos interesados en investigar que factores estaban asociados con la recuperación de las satisfacción vital, o felicidad, de las mujeres”, cuenta. De la muestra, solo 38 mujeres no recuperaron los niveles previos. Todas tenían en común que vivían solas y percibían que tenían menos gente a su alrededor que las valorara. Calvo arguye que al trabajar con supervivientes de desastres naturales u otras circunstancias traumáticas, permitirles restablecer sus mecanismos de apoyo comunitario es tan vital como proporcionar recursos y dinero.

“Estos resultados van en línea con otros estudios que demuestran que una de las claves de la felicidad se encuentra en las relaciones personales y en el apoyo que recibimos de los demás”, concluye. Aplíquense el cuento.
http://elpais.com/elpais/2015/04/23/icon/1429808641_739650.html

domingo, 19 de abril de 2015

La superación de daños que la pobreza provoca en el aprendizaje

Las escuelas pueden suavizar el mal efecto de la pobreza sobre el aprendizaje con un cambio a todos los niveles.

En las semanas posteriores al 11/09 (atentado del 11 de septiembre en NY, torres gemelas), Pamela Cantor, una psiquiatra infantil especializada en traumas, fue reclutada por el Consejo de Educación de la Ciudad de Nueva York para dirigir a un equipo que estudiase el efecto del impacto de los ataques en los niños de las escuelas públicas de la ciudad.

Lo que los investigadores descubrieron les sorprendió. Muchos niños en las escuelas de la ciudad mostraban síntomas de trauma - pero los problemas no eran claramente atribuible al 11/09 ni estaban agrupados cerca de la Zona Cero. Esos síntomas, sin embargo, estaban concentrados en las escuelas que atienden a niños pobres de la ciudad. Y el sentido de la amenaza o la inseguridad de los alumnos no se deriva tanto del efecto del acto de terrorismo como de la exposición a la violencia, la vivienda inadecuada, la pérdida repentina de la familia, los padres con depresión o adicciones, y así sucesivamente.

"Una quinta parte de los niños cumplieron con los criterios diagnósticos de tener un trastorno psiquiátrico en toda regla, y el 68 por ciento de los niños había sido expuesto a un trauma previo suficientemente importante como para poner en peligro su funcionamiento en la escuela", dijo Cantor.

Cuando Cantor asistió a la escuela pública en Washington Heights, a ella le llamó la atención el caos - y el peligro - que sentía. "Me pregunté: ¿Qué está provocando lo que estamos viendo?" Cuando observamos, nos dimos cuenta de que en las aulas donde muchos niños están bajo diferentes grados de estrés, la conducta inadecuada de un niño puede desencadenar análogas conductas en otros niños y acabar con el adecuado ambiente de aprendizaje de todos. Si usted tiene numerosos niños en toda la escuela con problemas como esos, puede producir una cultura enormemente negativa e impedir el aprendizaje en el todo el centro".

En el proceso, los investigadores fueron mejorando su mayor comprensión de cómo el estrés impide el aprendizaje. "Hay toda una secuencia de respuestas neurológicas, psicológicas y fisiológicas a las amenazas que interrumpen funciones cognitivas de orden superior", dijo C. Cibeles Raver, profesor en el Departamento de Psicología Aplicada de la Universidad de Nueva York, que dirige el laboratorio de Neurociencia en la educación y la escuela. "Los cerebros no van bien bajo amenaza. Sabíamos algo de esto, pero no lo conocíamos, como lo sabemos ahora". (PDF)

Podemos ver sus efectos a nivel nacional. En todo Estados Unidos, en seis de los nueve distritos escolares más grandes del país, las tasas de graduación promedio han caído por debajo del 50 por ciento. Hay un patrón, dice Cantor: escuelas de bajo rendimiento tienden a compartir la alta tensión, conductas negativas (un montón de gritos, castigos y de respuestas inconsistentes de los adultos), estudiantes con baja disposición para aprender que tienen de dos a cuatro años de retraso en sus niveles de grado, y profesores y miembros del personal que nunca han sido entrenados para este tipo de desafíos.

"La mala noticia es que los entornos que están llenos de estrés impactarán en el desarrollo de manera que impactan negativamente en el crecimiento - en concreto, habilidades de preparación importantes para el aprendizaje", agregó Cantor. "La buena noticia es que podemos utilizar este mismo conocimiento para diseñar entornos más correctos para que el impacto negativo tenga menos efecto y lo más importante para restablecer el curso de desarrollo saludable."

La ciencia sobre la adversidad y el cerebro en desarrollo no sólo es aleccionadora, sino que también ofrece esperanza. El cerebro es maleable. Y los adultos pueden emprender acciones específicas para amortiguar el estrés en los niños y ayudarles a desarrollar las habilidades de autorregulación que necesitan en la escuela y en la vida. Gran parte de ellas se reducen a la creación de relaciones de confianza y a fomentar esos ambientes.

¿Cómo hacemos esto?
La contribución de Cantor fue fundar una organización llamada De Vuelta con los Niños  (Turnaround), que se dedicó a ayudar a las escuelas públicas en zonas de alta pobreza a asentar una base central que permitiera el crecimiento académico. El grupo ahora trabaja con 15 escuelas en la ciudad de Nueva York, Newark y Washington, DC, y ha trabajado con más de 80 en la última década.

El cambio de tendencia tiene un enfoque en toda la escuela, invitando a todos los miembros de la comunidad escolar a desempeñar un papel en la transformación de la cultura de la escuela. Eso significa que el director debe tener una visión de un entorno de enseñanza y de aprendizaje diferente, y que dediquen el tiempo y los recursos necesarios para la construcción de éste; los profesores tienen que adquirir nuevas habilidades y herramientas para gestionar las aulas de manera que generen confianza, mientras el alumnado desarrolla una instrucción rigurosa; y el alumnado debe llegar a ver la escuela como importante para su éxito en la vida, y conectar esa idea a sus propias acciones en el aula.

Todo eso es muy difícil de hacer. Pero se puede hacer.
Tomemos, por ejemplo, la experiencia de Karrie Hylton, quien ha sido una maestra de alumnos de 12 años de secundaria. Durante los tres últimos, en el Collaborative Artes Middle School (CAMS) en un barrio de alta pobreza en Springfield Gardens, Queens, ha cambiado la forma en que interactúa con sus alumnos, y ha cambiado radicalmente su clase de ciencias de octavo grado. Es parte de una transformación de la escuela en colaboración con el cambio de tendencia.

"Mis estudiantes entran en el aula con una gran cantidad de problemas de familia y factores externos", dijo Hylton. "En el pasado, cuando el alumnado estaban comportándose mal, yo creía que era porque sólo querían ser "malos". Ahora veo a un alumno que actúa mal y perjudica a la clase y a él como si fuese un niño gritando (por ayuda)".

En primer lugar, ella tratará de descubrir qué hay detrás de la mala conducta, y le ayudará. Ella puede llevar al alumno a un almuerzo con pizza para llegar a él o a ella mejor. Si es necesario, se puede pedir un trabajador social de la escuela para que observe al niño en clase.

También ha cambiado la forma en que se comunica. "¿Por qué llegas tarde a clase?" - En vez de amonestar a los estudiantes por su mala conducta o "¿Por qué no haces el trabajo?" - Hylton los redirecciona hacia un mejor comportamiento: "Espero que estés trabajando en las actividades asignadas de la página 29, las preguntas de la tres a la ocho. "Ella también se asegura de que el alumnado entiende lo que ella espera que hagan." ¿Crees que deberían saberlo, pero a veces no lo hace porque no lo saben" dice ella. "A menudo, necesitan que se les recuerde."

Hylton también ha cambiado a un enfoque de aprendizaje cooperativo, utilizando una serie de técnicas conocidas como las Estructuras cooperativas de Kagan. Atrás han quedado las filas de pupitres; los estudiantes ahora trabajan en pequeños grupos. "Antes, con discusiones de toda la clase, muchos estudiantes no tenían la oportunidad de responder a una pregunta o dar su opinión," dijo ella. "Estas estructuras hacen posible que cada niño tenga igualdad de voz y de participación."

Esos cambios en los métodos de enseñanza individuales no son toda la historia. Lo que hace que el trabajo de cambio de tendencia sea tan convincente es la forma en que se ha roto su visión a largo plazo de la transformación de la escuela en los procesos y pasos que a su vez hay que enseñar a los educadores y administradores. Por ejemplo, los consultores de trabajo social del programa tienen experiencia en ayudar a las escuelas a establecer con prontitud sistemas para identificar y asistir a estudiantes con necesidades emocionales o de conducta graves.

De hecho, en las escuelas asociadas, más del 90 por ciento de los estudiantes con necesidades de comportamiento se conectan a los servicios apropiados, por lo general dentro de las tres primeras semanas. Esta es una desviación de la norma; la investigación indica que sólo el 20 por ciento de los niños o adolescentes que necesitan atención de salud mental la reciben, con necesidades insatisfechas mayor aún entre las minorías.

La puntualidad es la clave.
Cuando los problemas emocionales no son identificados rápidamente, los estudiantes están muy por detrás en el trabajo escolar y su comportamiento pueden interrumpir el aprendizaje de otros. En los últimos dos años, las escuelas asociadas de Turnaround han visto las expulsiones y los incidentes graves de conducta bajar en un 50 por ciento.

El programa también utiliza un entrenador de instrucción a tiempo completo en las escuelas para apoyar a los maestros de uno-en-uno y en grupos. "Una gran parte de lo que hacemos es dar coherencia a la gestión y a la cultura de la clase", dijo Donovan Jeta, el entrenador de respuesta para el programa. "Si todos los maestros en el edificio está adoptando una postura positiva ante el comportamiento de los estudiantes, el clima general de la escuela cambia."

Más sobre Correcciones
Donovan ayuda a los maestros a establecer normas y procedimientos, establecer las expectativas, y las técnicas de uso como "constructores de clase" o "almuerzos de construcción de relaciones" para promover la confianza. Ella ayuda a los docentes en la práctica para escalonar y redirigir las conductas negativa del estudiante mediante el modelado de respeto, en lugar de caer de nuevo en el poder. Por ejemplo, si un estudiante no está alineado en la fila para el almuerzo, una consecuencia lógica es exigir que el estudiante tome el tiempo de almuerzo para practicar alineado, no amenazar, por ejemplo, con llamar a la madre del estudiante.

Anticipan problemas - como los picos normales de mala conducta que se producen después de periodos de vacaciones - y planifican estrategias para hacer frente a la mala conducta sin reacciones agudas, que pueden ser contraproducentes.

"Antes del cambio de tendencia sólo quería llamar la atención a los estudiantes," dijo Sheena Mathew, profesora de humanidades de octavo grado en el programa. "Ahora me doy cuenta que cada niño es diferente. Algunos necesitan señales no verbales. Para otros, lo mejor es acercarse y darle un toque en el hombro. "¿Me estás escuchando activamente ahora? Lo peor que puedes hacer a los estudiantes de secundaria es avergonzarlos. Algunos estudiantes, si usted los llama a capítulo, no podrán hablar con usted durante el resto del año".

Todo esto es parte de la creación de una base en la que puede producirse el aprendizaje. No es, "se preocupan por los niños y los niños van a prosperar", observa Raver, Universidad de Nueva York. Es "la atención se centra sobre los niños y los entornos y la estructura del aula y se facilita las oportunidades para que se produzca el aprendizaje de manera rigurosa con altas expectativas" - y los niños va a prosperar".

Tammy Holloway, el director de la CAMS, ve el trabajo como crítico para la misión de la escuela: "Si estás en una clase en la que no se siente seguro, donde sientes como los niños van a burlarse de ti, o el maestro va a responder de una manera poco amable, no resultará. No se puede persistir en un lugar que es cruel y no alentador, y nuestros hijos tienen que ser persistente para tener éxito".

El trabajo de cambio cultural, de cambio de tendencia es más difícil de evaluar que las intervenciones académicas tradicionales. Puede necesitar años para ver los resultados en los exámenes. Así que en el programa se sirve de evaluadores independientes que utilizan sistema de puntuación de Evaluación del Aula bien considerado, desarrollado en la Universidad de Virginia. Que el sistema de puntuaciones de la evaluación de la calidad de las relaciones de clase, el apoyo emocional y la instrucción proporcionada por esta medida, desde el otoño de 2012 hasta la primavera de 2014, la proporción de maestros clasificados cinco o más alto (en una escala de uno a siete) alcanza el 27-67 por ciento. "Es cada vez más probable que la gente de nuestro personal tengan éxito porque están recibiendo el apoyo que está creando las aulas que son emocionalmente y físicamente seguras", dijo Holloway.

El cambio de tendencia se centra en un terreno importante dentro del movimiento de reforma de la escuela: cómo conseguir que una escuela de riñas y disputas, en palabras de Cantor, se convierta en "un lugar donde puedan hacer uso sólido de innovación académica."

Su visión es no es extender el programa a lo largo y ancho, pero si demostrar que un enfoque intencional en las llamadas habilidades "no académicas" es un requisito previo para el éxito, en lugar de algo sin importancia. Si tiene éxito, ella espera que los principios y prácticas de Turnaround se extenderá a través de una variedad de plataformas y sean adoptado por los distritos para que puedan mejorar las formas en que se entrenan y contratan personal, así como evalúan la escuela y el éxito estudiantil.

"El desarrollo de habilidades académicas requiere el mismo enfoque intencional y riguroso que tomamos para cualquier otra instrucción, como las matemáticas o la alfabetización", dijo Cantor. "Los estudiantes necesitan modelado, orientación, apoyo y oportunidades para aplicar estos conocimientos tal como lo hacen con los académicos."

"El desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños es por conexión", agregó. "Si hemos creado entorno rico en relaciones, permitirán que el desarrollo florezca - y consiga la expresión de todo el potencial de cada niño."

Publicado por David Bornstein.
David Bornstein es el autor de "Cómo cambiar el mundo", que se ha publicado en 20 idiomas, y "El Precio de un Sueño: La historia del Banco Grameen," y es co-autor del "Emprendimiento socia": lo que todo el mundo necesita saber. "Él es un co-fundador de las soluciones de red de Periodismo, que apoya la presentación de informes rigurosos sobre las respuestas a los problemas sociales.
Fuente: http://opinionator.blogs.nytimes.com/2015/04/17/overcoming-povertys-damage-to-learning/

domingo, 10 de agosto de 2014

La crisis nos pone enfermos

Enfermedades y dolencias relacionadas con el estrés asociado a la situación económica y laboral
Fuente: El País.

Alimentos contra el estrés.

1. Leche.
2. Chocolate.
3. Vino tinto, un vaso.
4. Pistachos.
5. Nueces.
6. Limones.
7. Lentejas.
8. Lombarda.
9. Tisanas.
10. Yogur.
Fuente: HUFFINGTON POST. http://www.huffingtonpost.es/2014/08/09/como-saber-que-tienes-estres_n_5657198.html

domingo, 4 de mayo de 2014

Rumiar pensamientos: camino directo a la ansiedad y depresión. BBC Mundo

Darle vueltas una y otra vez a nuestros problemas nos hace más vulnerables a la ansiedad y la depresión, según el mayor estudio sobre estrés efectuado por vía online en Reino Unido.

Si bien los psicólogos dicen que cierta dosis de reflexión tiene consecuencias positivas para nuestra calidad de vida, ofuscarnos en nuestros pensamientos es contraproducente para la salud mental.

La introspección obsesiva es la antesala de la ansiedad y las depresiones, según los resultados de este estudio.

clic El informe fue elaborado por BBC, en colaboración con psicólogos de la Universidad de Liverpool. Revela que dedicar mucho tiempo a rumiar nuestros problemas es un camino directo a la ansiedad y la depresión, las patologías mentales más comunes en Reino Unido, según la organización Mental Health Foundation.

Los profesionales de la salud ya coincidían en que darle demasiadas vueltas a los problemas no nos acerca a su solución.

Esta nueva investigación llega a asegurar que es mayor el impacto psicológico del pensamiento compulsivo que el del propio problema que creemos estar resolviendo.

Un total de 32.827 personas de 172 países participaron en el test. "Hemos descubierto que los individuos que no rumian sus problemas ni se culpan por las experiencias negativas de su vida tienen niveles de depresión mucho menores que las que sí lo hacen", aseguró Peter Kinderman, el profesor de psicología clínica que lideró el estudio.

Una de cada cuatro personas sufren algún trastorno mental durante su vida.

La mente humana es una máquina compleja y existe consenso en que no hay una única causa para la depresión y la ansiedad. Eso sí, algunos factores tienen más impacto que otros.

El estudio mostró que los traumas que más inciden en el desarrollo de una depresión son el abuso sexual o haber sufrido de acoso escolar o "bullying" durante la adolescencia. Le siguen los problemas familiares, la educación, el salario, las relaciones personales, el estatus y la inclusión social.

"Pero estos traumas por sí mismos no fueron la única causa", dice Kinderman. Entre los agentes que agravan esos problemas, rumiar se mostró más nocivo que autoculparse.

Pensamientos en redondo
Tener pensamientos negativos iguales sobre lo mismo una y otra vez es algo bien conocido para Teresa, una mujer que prefiere no dar su nombre real.

Esta mujer de 50 años, originaria de Essex, en Inglaterra, ha abordado sus problemas con esa actitud durante años. Está casada desde hace 20 años y tiene 2 hijos. Como ella, la mayoría de los participantes en este estudio tenían una relación estable.

Pese a tener una vida familiar feliz, no logra controlar los pensamientos negativos.
"Si estoy estresada en el trabajo o en casa estos pensamientos me asaltan y no soy capaz de racionalizarlos. Me enfado conmigo misma por permitir que sean ellos los que controlen mi cabeza y no yo a ellos", dijo Teresa a BBC.

Como Teresa, muchas otras personas luchan con sus problemas mentales diariamente en el mundo. Una de cada cuatro personas sufre algún transtorno mental a lo largo de la vida, según datos de la Organización Mundial para la Salud.

¿Cuál es el impacto de los problemas mentales en el mundo?
Una de cada cuatro personas sufren algún trastorno mental durante su vida.
Es una de las principales causas de discapacidad a nivel global de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud.
Sólo en 2010 las enfermedades mentales tuvieron un coste mundial de US $ 2.5 billones, según el Foro económico mundial.
Los psicólogos han llegado a calificar esta manía de magnificar nuestros problemas reproduciéndolos una y otra vez como una enfermedad mental "silenciosa". Su impacto en nuestra salud es frecuentemente subestimado, pero juega un papel en casi cualquier problema mental, desde el trastorno obsesivo compulsivo a los trastornos de la alimentación.

Un mensaje positivo
Entonces, ¿cuál es la importancia de esta investigación para personas con problemas mentales?
"Es obvio que es sólo un estudio, pero yo creo que nuestra contribución es muy significativa", dice Kinderman. "Para las personas afectadas, da el mensaje de que hay esperanzas para una solución", comenta Ellie Pontin, una psicóloga clínica que estuvo también involucrada en la investigación.

"Es muy duro escuchar que tus problemas están causados por algo que sucedió en el pasado y no puede ser cambiado. Sin embargo, la manera en que piensas sobre ellos es algo que los pacientes pueden controlar", comenta Pontin.

"Es un mensaje muy positivo", refuerza Angela Clow, profesora de psicofisiología en la Universidad de Westminister.

"Ayudar a alguien a afrontar sus procesos de negatividad no es una tarea única de los psicólogos clínicos. No siempre es necesario que los pacientes se sometan a un proceso psicológico muy caro. Otros profesionales de la salud pueden ser entrenados para ofrecer a sus pacientes trucos psicológicos y técnicas que ayuden a cortar la espiral de negatividad", dice Clow.
Fuente: BBC

martes, 24 de diciembre de 2013

Navidad, la peor época para la ansiedad social

En la medida que se acerca la Navidad, muchas personas experimentan una mezcla de entusiasmo y agitación. Pero para quienes padecen del trastorno de ansiedad social, esta puede ser la época más traumática del año.

En mayo de este año, el Instituto Nacional para la Excelencia de la Salud y Cuidados de Inglaterra (NICE, por sus siglas en inglés) publicó unas directrices clínicas en las que define esa afección como "miedo persistente o ansiedad desproporcionada en relación con una o más situaciones sociales".

La temporada navideña ofrece una combinación única. Si bien es completamente racional sentir cierta preocupación por las finanzas, por los excesos de alcohol y la incomodidad de pasar tiempo con familiares que no se ven con frecuencia, quienes sufren de ansiedad social pueden obsesionarse tanto con estos aspectos hasta el punto que se convierten en un factor debilitante.

Los síntomas físicos incluyen rubor, sudor excesivo y respiraciones cortas, pero los efectos más incapacitantes son causados por la fijación de los enfermos de percibir sus insuficiencias sociales. Durante meses, las actividades potencialmente estresantes les consume el pensamiento; y los frecuentes desastres imaginados son analizados más tarde en detalle.

Cualquier cosa puede activar el sentido de amenaza, desde conocer a alguien hasta ser observado mientras come.

Y la Navidad plantea cuestiones particulares. La más obvia es la infinidad de compromisos sociales -y su naturaleza alcohólica-, aunque hay otras más sorprendentes que enfrentar. La británica Heather, de 38 años, empieza a preocuparse por las fiestas desde septiembre.

"Terminé la mayor parte de mi compra (navideña) en octubre para así evitar las multitudes", explica.

La ansiedad de Heather aumenta con la llegada de la Navidad. Lo que le preocupa en particular es la fiesta del trabajo.

"La mayoría de los años compro la entrada de la fiesta, a pesar de que soy completamente consiente de que no iré. Lo hago para evitar que la gente piense que soy avara, o que odio la Navidad o que no me gusta su compañía".

El constante temor de Heather de no estar a la altura de las expectativas la lleva incluso a comprarles regalos a sus colegas.

"Para el amigo secreto, me gasto en el obsequio tres veces la cantidad acordada, para asegurarme de que será bien recibido por la persona. Me enfermo con sólo pensar en la idea de que lo rechace públicamente y que todo el mundo sepa que fui yo quien compró ese regalo inferior".

No hay uno igual
Compras multitudinarias en navidad
Los factores desencadenantes que provocan la ansiedad social son tan variados que es difícil describir a un paciente "típico", tanto en términos de síntomas como de personalidad. Si bien con frecuencia este trastorno se desarrolla a una temprana edad (NICE asegura que en promedio es a los 13 años) y muchos lo superan antes de llegar a la adultez, puede surgir a cualquier edad.

Según la doctora Gillian Butler, psicóloga clínica británicas y autora de Overcoming Social Anxiety and Shyness ("Superando la ansiedad social y la timidez"), también es "el único trastorno de ansiedad que afecta de la misma forma a hombres y mujeres".

Incluso la gente que parece segura y extrovertida puede sufrir de este trastorno. Recientemente la ansiedad social ocupó los titulares cuando la actriz Jennifer Lawrence habló sobre su lucha.

Las distintas e impredecibles formas en que se manifiesta este tipo de ansiedad significa que mientras algunos -como Heather- evitan activamente situaciones como la fiesta de Navidad de la oficina, la ansiedad de otros puede radicar en el temor de que haya habladurías si no asiste, así que van a la fiesta a pesar de lo incómodos que se sienten en estas situaciones.

Incluso hay quienes, como el estudiante universitario Alex, de 20 años, que durante diez años han experimentado "paranoia, autoestima baja e inseguridad" y aun así esperan con entusiasmo estas fiestas. Hablan con emoción sobre "la atmósfera especial y el aumento general de felicidad que otros experimentan" en esta época del año.

La ansiedad social de Alex disminuye cuando está con su familia. Sin embargo, según Butler, para algunos, estar rodeado de los seres queridos puede ser un detonante de ansiedad.

"La gente puede sufrir de ansiedad social en la unidad familiar. Como adulto, te puedes sentir tonto hablando con los niños. Puede traer recuerdos de la adolescencia y de momentos vergonzosos del pasado", explica la experta.

Butler sugiere terapias cognitivo-conductuales (TCC) para tratar este trastorno. Estas terapias se basan en la premisa de que lo que se afrontan son los síntomas, en lugar de las causas subyacentes de la ansiedad, y si se puede cambiar los pensamientos negativos de una persona sobre su inadecuada percepción social. Con el tiempo, el comportamiento cambiará y la ansiedad se reducirá.

Aunque existen otros tratamientos disponibles, como fármacos, TCC es el método que más se utiliza para combatir el trastorno.

Síntomas y causas
No obstante, ello no quiere decir que esté libre de críticas. La terapia que se receta se suele hacer en bloques de 11 semanas, lo que algunos consideran muy breve para que tenga un impacto duradero.

El psicólogo clínico Oliver James cree que cualquier beneficio relacionado con TCC es temporal, pues un tratamiento efectivo debe lidiar tanto con las causas como con los síntomas de la ansiedad.

Jennifer Lawrence
Se puede sufrir de ansiedad social y parecer completamente seguro.
"(La TCC) anima a la gente a que se diga una historia sobre su ansiedad y no hace ningún intento por entender las causas", afirma.

Debido a que muchos pacientes encuentran imposible hablar con una figura de autoridad, como lo sería un doctor, los tratamientos por internet son cada vez más populares; así como los cursos de TCC, los foros pueden ofrecer consuelo.

Tanto Alex como Heather son miembros de SAUK, un foro para personas con ansiedad social, que cuenta con más de 15.000 miembros (y regularmente experimenta una gran afluencia de registros durante las fiestas).

Una de las administradoras del sitio, Louisa Hatton, considera que SAUK ofrece ese tan necesitado sentimiento de comunidad.

"Debido a que parte de la ansiedad social es tratar de evitar que otros vean tus miedos, puede ser refrescante interactuar con otros que entienden esas preocupaciones y pueden sentir empatía. También empodera a las personas para que avancen en su propia recuperación, al dar acceso a información y experiencias de otros".

Louisa es una prueba de que la ansiedad social se puede conquistar, tras haberse transformado a sí misma de "estar esencialmente confinada en casa, a estar prácticamente libre de ansiedad".

Su consejo para quienes se sienten angustiados en esta época del año es simple: "Primero, recuerda que si bien la ansiedad social es con frecuencia aislante, no estás completamente solo.

"Segundo, sé proactivo. Sólo con ver lo que es la ansiedad social ya es un gran primer paso para tomar el control de tus preocupaciones y temores". BBC.

domingo, 11 de agosto de 2013

El amor de madre es bueno para el cerebro‏ del niño

Los niños que reciben más cariño durante su etapa escolar -y previa- desarrollan un hipocampo más grande y tienen menos síntomas de depresión. Estas son las conclusiones de un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences Early Edition y que confirma lo que intuitivamente todos sabíamos: no hay nada como el "amor de madre".

Aunque muchos trabajos han demostrado las consecuencias de crecer en un ambiente cariñoso sobre el éxito escolar y otros factores psicosociales, este es el primero que muestra el efecto directo sobre el cerebro. Concretamente, los investigadores observaron que los niños criados con afecto desarrollaban un hipocampo casi diez veces mayor que los que no habían tenido tanta suerte. Este órgano se relaciona con procesos de memoria y aprendizaje, así como con mecanismos de respuesta al estrés, por lo que es importante su correcto desarrollo a edades tempranas.

"El estudio tiene una gran implicación sobre la salud pública y sugiere que debemos de prestar más atención a la forma en la que los padres crían a sus hijos" indican los autores. Tanto en la escuela como en su ambiente familiar es importante el cariño alrededor de los pequeños. "Como sociedad, debemos hacer lo que podamos para fomentar estas habilidades ya que está claro que los cuidados paternos tienen un impacto muy grande en el desarrollo posterior de los niños", apuntan los investigadores.

Sólo con amor no basta, además de una buena alimentación, hay que aplicar unas pautas para educar adecuadamente. Ver aquí pautas para educar.
Fuente: Revista Muy Interesante

lunes, 17 de septiembre de 2012

Mucho estrés y poca autonomía: mayor riesgo para el corazón

Estar en un trabajo exigente, estresante y -encima- no tener mucha autonomía o poder de decisión sobre él es malo, algo bien sabido por cualquiera que viva o haya vivido esa situación.

 Pero esa es también una mala combinación para la salud del corazón, de acuerdo a un equipo de investigadores británicos que analizaron 13 estudios europeos, sobre más de 200.000 casos y hallaron que la "tensión laboral" estaba asociada a un incremento del 23% de ataques cardíacos y muertes por enfermedades cardiovasculares.

 Sin embargo, como factor de riesgo para el corazón éste es mucho menor que fumar o no practicar actividades físicas, según señala el reporte publicado en la revista médica Lancet.

 De hecho, de acuerdo con los científicos, eliminar la tensión laboral podría prevenir un 3,4% de los primeros episodios cardíacos, una cifra que treparía al 36% si todo el mundo dejara de fumar.

 Libertad
El equipo que presentó la investigación, que pertenece al University College London, dijo que cualquier ocupación puede llevar al desarrollo de tensión laboral (que es un tipo específico de estrés), pero que es más común entre los trabajadores menos calificados.

 Por ejemplo, un médico que tiene que tomar muchas decisiones importantes en su trabajo estaría menos predispuesto a desarrollarla que alguien que cubre un turno en una línea de montaje.

 El trabajo publicado en Lancet buscó analizar los resultados de 13 estudios, para intentar aclarar esta cuestión.

 Al inicio de cada uno los 13 estudios que analizó el trabajo publicado en Lancet se les preguntaba a los participantes si padecían de una excesiva carga de trabajo o si el tiempo que se les daba para completar las tareas era insuficiente. También se indagaba acerca de cuánta libertad sentían tener a la hora de tomar sus propias decisiones en el trabajo.

 Luego se los separó en grupos: por un lado los que tenían tensión laboral, por otro los que no. Y a cada grupo se le hizo un seguimiento de siete años y medio.

 Mika Kivimaki, del equipo de investigadores del University College London, dijo que su trabajo "indica que la tensión laboral está asociada con un pequeño pero consistente incremento en el riesgo de sufrir un primer episodio de enfermedad cardiovascular, como un ataque cardíaco".

 Cómo manejar la presión
Kivimaki dijo que la evidencia sobre el efecto directo de la tensión laboral sobre el corazón no era unívoca.

 Le dijo a la BBC que la tensión laboral está vinculada a otros elementos dañinos para el corazón. "Sabemos que los fumadores con tensión laboral son propensos a fumar más y que la gente activa que padece tensión laboral tiene tendencia a volverse menos activa, lo que está asociado con la obesidad".

 "Si uno tiene mucho estrés en el trabajo, aún puede reducir el riesgo si lleva un estilo de vida saludable".

 La Fundación Británica del Corazón dijo que la clave está en cómo la gente reacciona al estrés laboral.

 "Sabemos que cuando uno sufre estrés en el trabajo y no está en posición de cambiar esa situación, el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas puede incrementarse", dijo su director médico, Peter Weissberg.

 "Este gran estudio lo confirma, pero también demuestra que el efecto negativo de la tensión laboral es mucho menor que, por ejemplo, el daño causado por fumar o la falta de ejercicio".

 "Aunque a veces no se puede evitar el estrés en el trabajo, la forma en que uno maneja la presión es importante, y encender un cigarrillo no es una buena noticia para el corazón. Comer una dieta equilibrada, realizar ejercicio en forma regular y dejar de fumar compensarían de más cualquier riesgo asociado con el trabajo", agregó Weissberg. BBC.