Mostrando entradas con la etiqueta estudiar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta estudiar. Mostrar todas las entradas

domingo, 4 de enero de 2015

Un truco simple para mejorar tu memoria

¿Buscas una manera de mejorar tu memoria? Este artículo te da algunas pistas. Si te pidiese que te sentases un momento y te aprendieses una lista de números telefónicos de memoria, ¿cómo lo harías?

Por mucho que lo intentes, hay altas probabilidades de que lo hagas mal. Una de las cosas interesantes de la mente es que aunque todos tengamos una, no conocemos la mejor manera de aprovecharla al máximo.
Esto es en parte causa de las dificultades que tenemos para reflexionar sobre nuestra forma de pensar, algo que se denomina metacognición.

El estudio de nuestros procesos mentales revela que la mente humana tiene puntos ciegos.
Y un área en la que estos puntos están particularmente presentes es la del aprendizaje.
Somos especialmente malos a la hora de reflexionar sobre la mejor manera de aprender.

La mejor manera de aprender
Los investigadores Jeffrey Karpicke y Henry Roediger III se propusieron estudiar un aspecto en particular sobre nuestra forma de aprender: cómo las pruebas pueden consolidar nuestra memoria de los hechos.
En su experimento pidieron a estudiantes que memorizasen pares de palabras en inglés y swahili.
Por ejemplo, tendrían que aprender que si se les daba la palabra en swahili mashua, su correspondencia en inglés era boat (barco).

Podrían haber usado el tipo de preguntas que se emplean en un examen normal de secundaria, pero el uso del swahili implicaba que no podían apoyarse en el conocimiento ya adquirido.
Tras aprenderse todas las parejas de palabras, el examen se planeó para la semana siguiente.

La importancia de probarse
Si algunos de nosotros tuviésemos que aprendernos esta lista lo que haríamos sería estudiarla, ponernos a prueba y después no pensar en los términos que pudimos memorizar.
Esto acelera el estudio y hace que nos podamos enfocar en lo que todavía no aprendimos.

Es un plan que parece perfectamente lógico, pero es desastroso si lo que queremos es aprender de manera correcta.

Karpicke y Roediger pidieron a los estudiantes que se preparasen para los exámenes de distintas maneras y compararon los resultados obtenidos.
Por ejemplo, a un grupo se le pidió que continuara poniéndose a prueba sin dejar a un lado las respuestas que eran correctas, mientras que al otro, se le dijo que podían dejar a un lado lo que ya sabían. En el examen final las diferencias entre ambos grupos fueron enormes.
Mientras que dejar de estudiar los términos aprendidos no tuvo mucho efecto, a aquellos que no siguieron comprobando si los recordaban les fue mucho peor que a los que sí lo hicieron.

Los que dejaron de ponerse a prueba solo recordaron un 35% de los términos, mientras que los que siguieron haciéndolo consiguieron recordar un 80% de las palabras.
Parecería que la mejor manera de recordar es practicar y recuperar los datos de la memoria, y no tratar de mantenerlos aislados para continuar con el estudio.
Además, olvidarse totalmente de las partes ya revisadas, como recomiendan algunos manuales de estudio, es totalmente incorrecto.
Puedes dejar de estudiarlas si ya te las aprendiste, pero debes seguir probando si las recuerdas si quieres acordarte de ellas cuando llegue el momento del temido examen final.

Guiarse por la evidencia
Por último, los investigadores preguntaron a los participantes cuánto recordarían de lo aprendido.
Los dos grupos consideraron que aprenderían un 50% de los términos.
Esto fue mucho más de lo que esperaban los que no lo hicieron tan bien y bastante menos de lo que consiguieron los que mejor memorizaron.

La conclusión podría ser que tenemos una especie de punto ciego metacognitivo para el cual las estrategias de recuperación de la memoria podrían funcionar muy bien.
Estamos ante un escenario en el que por lo tanto tenemos que guiarnos más por las pruebas que por nuestro instinto.
Pero la evidencia esconde también una moraleja para los profesores: las pruebas no solo sirven para ver si los alumnos saben algo, también les puede ayudar a recordar.
BBC. http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/12/141212_vert_fut_trucos_mejorar_memoria_lp

lunes, 22 de diciembre de 2014

Siete técnicas de estudio que te ayudarán a aprobar los exámenes. El alumno estratega no se limita a subrayar y memorizar textos, sino que procesa la información haciendo uso de diferentes herramientas

“La tecnología lo inunda todo. También la forma de estudiar, pero hay que saber cómo utilizarla”. A Anna Iñesta, directora del Centro de Innovación Educativa de ESADE, no le gusta hablar de técnicas de estudio, sino del alumno estratega, aquel que no se limita a subrayar y memorizar ingentes cantidades de texto y que en su lugar procesa la información haciendo uso de diferentes herramientas. En algunos casos aplicaciones (App) y en otros el mero intercambio de impresiones con compañeros de clase. Es lo que los expertos llaman reciprocal teaching (enseñanza recíproca). “Está demostrado”, dice Iñesta, “que al recibir una explicación por parte de un igual -otro alumno- ambos procesan mejor ese contenido y mejoran la asimilación de conceptos”.

España es el país líder en Europa en uso de smartphones con un 66% de penetración, según el informe Spain Digital Future in Focus de ComScore, y el 40% de los jóvenes utiliza el móvil para estudiar o intercambiar apuntes, señala un estudio de Tuenti Móvil e Ipsos. Cada vez más los estudiantes hacen uso de la tecnología para hacer frente a los exámenes, pero es importante poner límites y no perder la concentración frente al huracán de estímulos de la Red.

Con tecnología y sin ella, aquí van siete consejos de expertos para preparar mejor los exámenes.

1- Gana concentración. Los ordenadores y las tabletas han robado parte de protagonismo al papel a la hora de estudiar. Cada vez se usan más, ya sea para leer los temarios o realizar mapas conceptuales online. Pero también pueden distraer fácilmente y perjudicar la concentración. “Los avisos de la entrada de nuevos correos electrónicos o las interacciones en Twitter o Facebook son continuas y es importante desconectar mientras uno estudia”, señala Anna Iñesta. Para lograrlo, la experta propone utilizar la herramienta  Ommwriter, que una vez instalada en el ordenador o dispositivo móvil, corta todo intercambio de informaciones a través de la Red. Es un programa que recrea la nada y cuando se pone en marcha siguen llegando correos pero no saltan las alertas. Al abrirlo, se escoge un fondo, un ruido (el sonido de una biblioteca o de una pecera) y el tipo de letra con la que se va a escribir. “Este procesador de texto de estilo zen permite mayor concentración y reflexión”, añade Iñesta.

2- Elabora un calendario de estudio. Aplicaciones como  Sunrise CalendarAwesome Calendar, o The Homework App son útiles para organizarse. “Es recomendable utilizar un formato mensual que te permita visualizar todos los días disponibles de un solo vistazo. Hay que señalar las fechas de los exámenes y tachar los días en los que no te será posible estudiar”, señala Nuria Suñé, psicóloga y directora del Centre Future. Además, hay que dividir los días de estudio en dos bloques (mañana y tarde) y distribuir de forma estratégica el tiempo que se destinará a las distintas asignaturas en función de su complejidad. “Aunque tengas el calendario en la cabeza, para tu cerebro no es lo mismo escribirlo o programarlo que sólo imaginarlo. El hecho de organizarlo te permite rebajar tu sensación de indefensión y de falta de tiempo y fomenta un análisis de la situación más realista y ajustado”. Suñé recalca que disminuir la ansiedad es aumentar la productividad, y aconseja dedicar una mañana si es necesario a la elaboración del calendario. “Una vez lo hayas acabado, te sentirás mucho más tranquilo”, asegura.

3- Crea mapas conceptuales online. Aplicaciones como Mindmeister o Vue permiten crear mapas conceptuales online. “Al elaborar estos esquemas, el estudiante realiza un esfuerzo importante para distinguir lo esencial de lo superfluo y procesa mejor la información. Estos mapas son como un árbol que entrelaza conceptos clave sobre una temática; aportan una visión global”, indica Anna Iñesta, de ESADE. Estas aplicaciones permiten trabajar de forma individual y colectiva; los mapas pueden ser diseñados por diferentes estudiantes desde distintos lugares, siempre y cuando estén conectados a Internet. Además, se puede garbar el proceso de elaboración del mapa y reproducirlo cuantas veces se quiera. Una vez finalizados, los estudiantes pueden quedar para exponer la parte que han realizado. “Científicamente está demostrado que el aprendizaje colaborativo tiene ventajas en el proceso de adquisición de conocimientos”, dice Iñesta en referencia a estudios como Student-student interaction: The neglected variable in education, de Johnson, D. W. y Johnson, R (publicado en Educational Researcher en 1981). “Explicar algo a otra persona es la mejor manera de interiorizarlo, el proceso de adquisición de conocimientos finaliza cuando se verbaliza. Si no lo sabes explicar, no te lo sabes”.

4- Crea foros online para preparar el examen. Ya sea a través de los campus virtuales de las universidades o de espacios web como Blogger (de Google) o Wikispaces, el alumno puede crear foros para proponer distintas preguntas sobre la materia que va a examen y propiciar que el resto de estudiantes participen para dar la mejor respuesta. Ángel Sobrino, vicedecano de Investigación de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, considera que a través de estas plataformas los alumnos se motivan a estudiar: “Al comprobar que otros controlan un tema que a ellos se les escapa, se ponen las pilas para no quedarse atrás”. En ocasiones son los propios docentes los que generan estos foros. “Hasta ahora este tipo de herramientas solo se usaban en el e-learning (universidades online), ahora cada vez se emplean más en las universidades presenciales”. Si el centro no dispone de un campus virtual, el alumno puede crear un espacio para compartir información en canales como Blogger o a través de redes sociales como Facebook.

5- Amplía tus apuntes con tu propia investigación. El profesor de Ciencias Políticas y vicerrector de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) Josu Ahedo recomienda ir más allá del temario ofrecido por el docente y complementar los apuntes con datos adicionales obtenidos con búsquedas rigurosas. Una de las opciones es Google Académico.“Se pueden encontrar ensayos de autores de referencia que ayudarán al estudiante y le diferenciarán del resto”.

6- Ponte a prueba. La mejor forma de preparar un examen es simularlo. “Estudiar no consiste en hincar los codos y memorizar, sino en hacerse una representación muy clara de cómo va ser el examen y diseñarlo”, explica Antoni Badia, profesor del departamento de Psicología y Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Hay que analizar cuáles son las competencias que más valora el docente y atender a las pistas que da sobre cómo será el examen. Además de preparar una prueba tipo test o de desarrollo, el alumno puede consultar las publicaciones del docente para fijarse en la forma en que describe el fenómeno, en qué puntos se extendió más y qué priorizó.

7- Representa con gráficos el texto (infografías, líneas de tiempo). “Cuando un profesor pide que se compare A con B no espera una explicación de A y B por separado”, asegura Badia. Es necesario identificar qué herramienta de aprendizaje puede ser útil según la temática. Por ejemplo, para estudiar las obras del Barroco puede ser útil elaborar fichas con la información. Para relacionar unos conceptos con otros son convenientes las infografías, líneas de tiempo o gráficos con flechas que expliquen causas y consecuencias (en materias como historia o física). “Gran parte del texto se puede representar gráficamente. No se trata de hacer esquemas de todo, sino de aquello que requiera una mayor profundización”. Es lo que Badia llama uso estratégico de las herramientas.
http://economia.elpais.com/economia/2014/12/15/actualidad/1418637828_543391.html

miércoles, 2 de julio de 2014

Enseñar en tiempos de desesperanza

En la vida y en la política hay que saber distinguir entre hacerse ilusiones y tener ilusiones, lo que implica partir del principio de realidad y de una actitud activa de pelear por cambiarla. Cuando acaba el curso escolar en el que se ha aprobado la LOMCE, en un año más de dura crisis, es necesario reflexionar. Porque si no lo hacemos sobre nuestra práctica y sobre la situación en general, difícilmente lograremos entender lo que pasa y, menos aún, buscar soluciones para mejorar.

Un reto de la escuela siempre ha sido conseguir la motivación del alumnado hacia el aprendizaje. Ésta no es otra cosa que encender un pequeño fuego en la curiosidad de los niños y las niñas, e ir alimentándolo con hojas secas y ramitas para que no se apague. A veces se consigue conectando con sus intereses, otras con el amor al conocimiento en sí mismo, con el sapere aude, atrévete a saber. En educación secundaria se utilizan estímulos más “prácticos” como la expectativa de conseguir un mejor futuro laboral, la retribución o el reconocimiento profesional. Es el reclamo del llamado ascensor social.

En estos tiempos de crisis y de políticas conservadoras, lo malo no es solo que te quiten los derechos, e incluso las libertades; lo peor es que te roben los sueños. Son tiempos de desesperanza, las promesas de un mejor futuro tienen poca credibilidad y es más difícil que nunca motivar. Los ejemplos de personas conocidas con un alto nivel de estudios que están sin trabajo o se han tenido que ir fuera del país, tienen un efecto demoledor. Más aún en los barrios humildes y populares, donde el paro y las dificultades económicas azotan a las familias.

Contra el desánimo, lo único que podemos hacer es echar la mayor energía docente, utilizar metodologías apropiadas, mucho apoyo familiar, mucho afecto y confianza en el alumnado. En relación a esto último, quiero recordar una anécdota que refleja hasta qué punto es importante la labor del profesorado y la siembra de conocimientos, valores y confianzas.

En la celebración del veinticinco aniversario de mi antiguo instituto de Fuenlabrada, hubo una intervención memorable de una antigua alumna, hoy ciudadana de plena conciencia. Contó dos historias paralelas, la de una familia humilde, numerosa, que había emigrado allí y la de una persona: su familia y su historia personal. Habló de cómo se había roto el determinismo que, según los estudios sociológicos, la colocaban en un destino de trabajos no cualificados, embarazos adolescentes, tonteo con las drogas, botellón, etc.

Hoy esta persona es licenciada universitaria, con un máster, con el doctorado a punto de acabar, con amplia experiencia profesional, investigadora para la Universidad, conferenciante, ha recorrido medio mundo y un largo etcétera de méritos. Y las razones por las que, según ella, fracasaron estrepitosamente las estadísticas fueron: la familia, la educación pública y las políticas públicas en general (juventud, deporte…) del Ayuntamiento.

Por eso, añadía, que cuando la preguntan qué ha sido para ella la educación pública y si instituto solo podía responder: todo. Porque no es cierto que las personas solas se hagan a sí mismas: los padres y madres, los profesores, las personas en general ayudamos a desarrollar personas. Y nosotros somos como somos, porque centenares de personas han pasado por nuestra vida dejando su huella.

Esta alumna acabó su intervención pidiendo a las autoridades que mantengan las políticas públicas e inviertan más en ellas. A los profesores, que sepan que siempre siembran aunque duden y que sean un referente en momentos de pánico existencial. A las familias que les apoyen en los buenos y en los malos momentos. A los estudiantes que tengan confianza en ellos mismos, que sean constantes y pacientes, que sepan que pueden conseguir todo lo que se propongan, Y el último mensaje a todos: “que lo más bonito que se puede decir a una persona no es “te quiero”, sino “Creo en ti”. Con estas cosas el profesorado estamos más que pagados, aunque la administración educativa no nos reconozca el trabajo, nos suba la jornada y las ratios de alumnos y nos baje el salario desde hace años.

El desánimo no se combate negando una realidad incontestable de paro, precariedad, subida de tasas, reducción de becas e intento de privatizar y convertir en enseñanza de élite la universidad. Pero habrá que seguir intentando levantar el ánimo de los chicos y colocarles ante su responsabilidad individual y colectiva. Viene al caso aquella fábula que contaba que cuando la selva se quemaba entre grandes llamas, un minúsculo colibrí hacía viajes continuos del río al incendio, que sobrevolaba dejando caer cada vez una gota de agua de su pico. El resto de los animales que había logrado ponerse a salvo se reían de él. El colibrí muy serio les contestó: “Yo hago mi parte”.

Si todos y todas hiciéramos nuestra parte, las cosas nos irían mejor a cada uno y a la colectividad. Pero para ello hay que levantarse cada mañana con un afán y tener una visión global del mundo. Y saber que para mejorar la escuela hay que cambiar la sociedad, pero que no es posible mejorar la sociedad sin cambiar la escuela.
Agustín Moreno. Cuarto Poder
Fuente: http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/ensenar-en-tiempos-de-desesperanza/527

sábado, 10 de mayo de 2014

Cómo estudiar gratis en Stanford, Princeton o Berkeley. Estudiar gratis y en línea en una de las universidades más prestigiosas

¿Qué se le ocurre estudiar? ¿Fundamentos de la farmacología, mitología griega y romana, introducción a la ciencia del genoma? ¿Con quién querría estudiar las clases? ¿Profesores de la Universidad de Stanford, Princeton, Berkeley?

Pues bien, si tiene acceso a internet, todo eso lo puede hacer desde su casa gracias a un programa desarrollado en California, Estados Unidos, en colaboración con algunas de las más prestigiosas instituciones del mundo. Y es gratis.

El programa, llamado Coursera, ofrece 36 cursos diseñados por destacados catedráticos de las universidades de Pennsylvania, Michigan, además de las ya mencionadas arriba.

Puertas abiertas
Los fundadores de Coursera son Daphne Koller y Andrew Ng, profesores de informática en la Universidad de Stanford, que habían diseñado tres de sus cursos para acceso público con tanto éxito que decidieron ampliar el proyecto y llegar a una audiencia mundial. "La educación es el gran nivelador. Da conocimiento, habilita y otorga poder a la gente", afirmó la doctora Koller a BBC Mundo. "Stanford tiene profesores espectaculares, así como otras instituciones de igual nivel y queríamos poner sus cursos al alcance de estudiantes en todo el mundo".
Más información en BBC.

 El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, una de las universidades mejor catalogadas del mundo, busca a alumnos de todo el mundo para que estudien gratuitamente en su primer curso "totalmente automatizado".
El curso de electrónica comenzó en marzo de 2012, gratuito y según la institución es el primero en su clase, ya que puede estudiarse y evaluarse a través de internet. Leer más en BBC
 Coursera 
La universidad virtual donde los títulos son gratis