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domingo, 20 de abril de 2014

El “lead”: técnica de García Márquez

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".


Los lectores avezados detectan que estas líneas son las introductorias de Cien años de soledad. Con tales muestras de anzuelos literarios, la tentación de dejar la lectura de páginas de García Márquez acaba inexorablemente en fracaso. Millones lo han intentado. Es la adaptación enriquecida y personalísima de Gabo de un mecanismo de redacción muy elemental, atribuido al periodismo norteamericano: el lead.

La trampa por la que el lector ha sido capturado es la estructura y contenido del párrafo introductorio, repetido de formas diversas en otros capítulos. Cualquiera de sus libros tienen muestras semejantes. Consiste en la ubicación, al inicio de un artículo de pura esencia periodística, de los hechos básicos de la crónica. En la estructura de la “pirámide invertida”, el “qué”, “quién”, “cuándo”, “dónde”, “cómo”, y (quizá) “por qué” es el aperitivo que atrapa al lector. En el resto del escrito, el autor va completando los detalles satisfaciendo con dosis calculadas los diversos deseos y expectativas de lector.

La variante del “lead“ ortodoxo deja los detalles secundarios en el interior de la narración en sentido contrario a su importancia, dejando como opción suprema no terminar la lectura. Una técnica alternativa precisamente opta por reservar un golpe de efecto para el final. García Márquez usa diversas modalidades.            
Según las confesiones del autor, abandonó los estudios de derecho para dedicarse al periodismo, que practicó en numerosos subgéneros. En contra de lo que pudiera interpretarse de un autor que ha quedado ilustrado con la etiqueta del “realismo mágico”, su prosa es el ejemplo más alejado de la verbosidad barroca y la complejidad sintáctica. Su simplicidad gramatical y la selección léxica no dejan de sorprender por la naturalidad con que se ofrecen.
El aprendizaje de esa personalísima técnica es el resultado del paso de García Márquez por diversos diarios colombianos (El Heraldo de Barranquilla y El Espectador de Bogotá), su trabajo como corresponsal en el extranjero, y el desarrollo de la agencia Prensa Latina. Debió ser el resultado de rechazar la prosa grandilocuente de aire de discurso populista y el oscurantismo de los textos editorialistas.
Un posible origen de esa sorprendente sencillez, aunque resulta difícil de demostrar y no existen confesiones del propio autor al respecto, es la profesión de su padre, Gabriel Eligio García. Telegrafista de Aracataca, la aldea natal, debió atraer la atención de su hijo por la naturaleza rígida de los textos que transmitía, con una economía de palabras dictada por la necesidad de abaratar los costos y los esfuerzos técnicos... Joaquín Roy | 19 de abril de 2014. El País.
Las claves de 100 años de soledad.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/18/babelia/1426700260_019605.html

martes, 1 de octubre de 2013

CAFÉ CON... JORIS LUYENDIJK » “No se puede privatizar el periodismo ético”

El excorresponsal y escritor holandés plantea el mecenazgo de la información

Ni caso al zumo. Raro es que el vaso no haya volado con los aspavientos con los que acompaña su reflexión, meditada, sin improvisación, de cosecha propia. Joris Luyendijk (Ámsterdam, 1971), periodista y escritor, anda como Pedro por su casa en el mundillo del símil. Compara y compara hasta su conclusión. Aquí va una: para Luyendijk, los medios deberían atraer a su público como lo hacen Greenpeace o los partidos políticos en EE UU. Según imagina él, “si quieres salvar a las ballenas, paga 100 euros; si quieres que salga elegido Obama, dame 100 dólares”. Y si quieres mejor información, apoquina por ello.

Elige sentarse junto a su interlocutor. Prueba a meterse en una charla de tú a tú, con los ojos bien abiertos, en lugar de responder y responder… Vuelve al ejemplo de Greenpeace: “Mi idea es que la información no es un producto, es un bien, es educación”, afirma el hoy columnista del diario británico The Guardian. “Si no se pueden privatizar unos juzgados”, señala Luyendijk, “tampoco el periodismo ético”. Pero pide un cambio de paradigma: “Hasta ahora, los periódicos han trabajado en el mundo de McDonald’s, es decir, no te damos una hamburguesa si no pagas por ella”.

El holandés, invitado a la apertura del Hay Festival de Segovia, atento este año a la crisis del periodismo, tiene una alternativa: “¿Podría yo atraer a gente que quiere mejorar la opinión pública?”, se pregunta. Piensa que sí y pronto lo probará en su país natal. El ejemplo que coge es el siguiente: imaginemos que los profesores españoles no están contentos con la información sobre educación; imaginemos que un grupo de periodistas quiere mejorarla con un presupuesto de 100.000 euros para un año (entrevistas, soportes, salarios…). ¿Y ahora qué? “Ahora necesitaría 1.000 personas”, prosigue Luyendijk, “capaces de darme 100 euros cada una”. “Si las hay, este es mi número de cuenta”. Y si no, la información seguirá siendo accesible y gratuita como antaño, pero ya sin ese esfuerzo periodístico enfocado; sin esa acción made in Greenpeace dirigida a un objetivo.

Pero el plan puede tener fisuras y ante esto, Luyendijk, descamisado, grande y casi encajado en la silla, se para. Se toma cuatro segundos y resuelve lo siguiente: ¿Y si el tema es relevante solo para el periodista? “Tendríamos una suerte de Congreso de donantes que financien aquello de lo que quieren saber más y un Senado de gente propia que diga ‘aunque usted no crea que esto es interesante, nosotros sí lo pensamos”.

Es una idea, tan original como el blog que cuelga en The Guardian, donde da voz bajo condición de anonimato a algunos de los protagonistas de la crisis financiera. Es su actual obsesión, después de años de periodismo de batalla entre El Cairo, Beirut, Ramala, Bagdad… De esa vivencia, la de un reportero paracaidista en la zona más caliente del planeta, nació con un tono muy crítico hacia los medios el libro Hello everybody (Península). “La gente ve a alguien en Siria y cree que lo sabe todo”, explica el periodista holandés, “y yo he sido esa persona y no sabía nada; esa es una gran historia”.

Tan grande como la del caballero que mata al dragón para rescatar a la princesa. Un relato que le gusta para hablar del buen periodismo. “Es una historia que funcionó muy bien en el cristianismo durante 2.000 años”, dice, “pero no hemos contado la perspectiva del dragón o de la princesa; la arquitectura del cerebro humano necesita un protagonista”.
Fuente: El País.

martes, 6 de agosto de 2013

Las batallas perdidas. Manuel Vázquez Montabán y otros periodistas de trinchera

Javier Morales. El Diario.es

Se cumple una década de la desaparición del escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán. El autor reivindica su figura y escritura. También recuerda a otros periodistas de trinchera como Pedro Sorela y Manuel Chaves Nogales. Cuando el oficio de periodista se encuentra amenazado por unos medios cada vez más esclavos del dinero y el poder, repasamos a los protagonistas de una época dorada que será difícil recuperar.

Han transcurrido diez años de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán y cuando llega el fin de semana aún tengo la inercia de pensar que el lunes me encontraré con su columna en el diario El País, cuando El País era otra cosa. Renovador de la poesía (fue uno de los nueve novísimos de Castellet), de la novela (el auge del género negro en España hubiera sido impensable de no haber existido Pepe Carvalho) y del ensayo (lean su Manifiesto subnormal) sería imposible entender la segunda mitad del siglo XX en España sin el periodista Manuel Vázquez Montalbán. Gracias a Debate tenemos la oportunidad de leer o de releer su obra periodística, desde los inicios en los años sesenta hasta su muerte, que la editorial ha reunido en tres volúmenes: La construcción del columnista (1960-1973), Del humor al desencanto (1974-1986) y Las batallas perdidas (1987-2003). Manuel Vázquez Montalbán concibió el periodismo como una trinchera. Su columna era algo así como un speakers´corner particular. “El periodismo es poder intervenir cuando pasa algo. El periodista reacciona inmediatamente, lo pone por escrito y en poco tiempo está publicado. En las épocas en que no he podido dar mi opinión, he tenido de verdad el mono de participar, un mono que también he sentido cuando he pasado de una sección diaria a una semanal o mensual. Cuando más he disfrutado es cuando he escrito cada día”, explicó en 1992 a la revista Capçalera. Víctima del Franquismo (esa caspa que aún no hemos conseguido eliminar en este país, incluso diría que se ha espesado en los últimos años), dotado de una cultura portentosa, ningún tema le era ajeno al escritor barcelonés. Aunque no siempre estaba de acuerdo con su postura, sus artículos siempre fueron para mí una referencia ineludible y creo que hoy, más que nunca, deberían ser de lectura obligatoria para entender el presente. En 2002, en plena crisis del Prestige, escribe: `Mientras en Europa aseguran estar hartos, hartos de mareas negras, Mariano Rajoy sobrevuela el desastre en helicóptero canturreando negra sombra, negra sombra…”.

Pedro Sorela, otro potente narrador todoterreno, nos habla del oficio de periodista en El sol como disfraz (Alfaguara). Con una prosa certera y con una ironía no exenta de ternura, Sorela nos relata el auge y la caída de un director que llega a un periódico con la aviesa intención de ponerle unas gafas nuevas. Desde hace tiempo La Crónica del Siglo mira la realidad con un ojo vago y la cuenta con el otro, que no anda muy allá. Picasso, el nuevo director, quiere que los periodistas de La Crónica del Siglo observen la realidad con una mirada que se aleje de los tópicos, el cáncer del periodismo y de la literatura. Y para conseguirlo deberá transformar la redacción, un microcosmos donde anidan la vanidad, la envidia, las rencillas sentimentales y la lucha por el poder, aunque sea el de escribir un titular. Un lugar donde se entierran los sueños demasiado pronto porque el tiempo, en los periódicos, corre el doble y envejece el triple.

Sorela sabe bien que, al fin y al cabo, lo que distingue a un buen escritor y a un buen periodista es su mirada. La que tenía Manuel Chaves Nogales. Como redactor de El Heraldo de Madrid, Chaves Nogales inició en agosto de 1928 un viaje en avión por Europa para contar de primera mano y a pie de calle lo que estaba ocurriendo en algunos países, como la Alemania prehitleriana o la Rusia soviética. Los reportajes -ampliados y restauradas las partes amputadas por la censura- se publicaron en forma de libro: La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Lo podemos leer ahora gracias a la editorial Libros del Asteroide, a quien debemos agradecer la reedición de una buena parte de su obra, tanto periodística como literaria.

Ya en el prólogo nos previene el escritor sevillano: “Este libro, de naturaleza exclusivamente periodística, no aumentará en nada el acervo de la cultura contemporánea…El autor, periodista, se ejercita en la técnica para la que se cree más apto, y acepta satisfecho las limitaciones que le impone su oficio, ese oficio que Trotsky llamó, certera y despiadadamente, oficio de “desnatadores de cultura”. El prólogo es un alegato a favor del periodismo que, ya entonces, como hoy mismo, era despreciado por las élites y por la clase media, en un país donde el treinta por ciento de la población era analfabeta. De ahí que la democracia no acabe de cuajar nunca del todo en España.

Lo meritorio de los brillantes reportajes de Chaves Nogales -quien enseguida descubrió las posibilidades que la técnica puede ofrecer al periodista- reside no tanto en que acertara o no en su diagnóstico (“Hoy existe una Alemania republicana que impedirá siempre una recaída en el militarismo”, dice a su paso por el país germano), sino en la verdad que respiran sus palabras, nacidas de la reflexión y del contacto con la vida cotidiana. Un contacto desprejuiciado y sin anteojeras, donde pesa más la comprensión y la empatía humana que el juicio político (impresionante el relato de su encuentro con Ramón Casanellas, asesino de Eduardo Dato). Más que para confirmar sus ideas, Chaves Nogales viaja para descubrir. Y lo que descubre a veces le sorprende.

Valga como ejemplo la síntesis –“seguramente arbitraria”, dice- que este “pequeño burgués” hace de su viaje por la Rusia soviética, diez años después del triunfo bolchevique, cuando Stalin había comenzado a liberarse de sus compañeros de viaje. “Después de haber recorrido Rusia y de haber buscado afanosamente cuanto en pro o en contra de la revolución se ha escrito, yo me atrevo a creer que la postura del hombre auténticamente civilizado no es la de ser comunista o anticomunista, sino la de estar atento al desenvolvimiento de los hechos, pesando y sopesando las responsabilidades de cada uno de los factores que han intervenido en la terrible experiencia que se está haciendo en la carne viva de un pueblo de ciento cuarenta millones de habitantes, sin desechar la posibilidad del alumbramiento de una nueva humanidad, pero sin perder de vista al mismo tiempo que puede haberse errado la senda”.

Creo que en ese “estar atentos” reside la fuerza de su magisterio, lo que debería guiar el trabajo de quienes aún nos asombramos con lo que sucede a nuestro alrededor y sentimos la necesidad de contarlo, de quienes creemos que el periodismo, a pesar de todo, es uno de los oficios más hermosos del mundo y, en ningún caso, una batalla perdida.
¡Nos vemos en septiembre!
Fuente: http://elasombrario.com/2013/08/03/las-batallas-perdidas/
Foto; propia, al paso de la carrera de caballos por delante de la casa de verano de este año.

lunes, 29 de julio de 2013

La valentía de buscar la verdad. La traición a Helen Thomas

Barbara Lubin y Danny Muller. CounterPunch

Cuando la noticia se esparció por Washington este fin de semana de la muerte de la inquebrantable y pionera periodista Helen Thomas, seguramente un suspiro colectivo de alivio atravesaba los pasillos de Washington.

Noticias, artículos y obituarios obligatoriamente mencionan su retiro a causa de los comentarios políticos sobre Palestina e Israel. Todos ellos celebrarán, y deberían hacerlo, su carrera de pionera como periodista y autora. Y ahora que ha muerto, se ha vuelto políticamente correcto volver a abrazarla, porque ahora Helen está a salvo. No va a hacer más las incómodas preguntas que hicieron que los políticos se retuerzan mintiendo, que le devolvieron una mirada atónita de ella, siempre sorprendidos por la libertad de la prensa en acción en una mujer que no reconocía su actuación.

Pero en los últimos años de Helen había poca admiración por su carrera y su valor, tanto como sus antiguos amigos, compañeros de trabajo y muchos en Washington se subieron resueltamente al carro de las condenas por sus comentarios y luego sacados de contexto. Tal vez lo más espantoso fue que el presidente Obama se tomó el tiempo de espiar a la mitad del mundo y bombardear la otra mitad para declarar que la renuncia de Helen Thomas fue "la decisión correcta".

En un mundo donde se celebran los improperios orales de políticos famosos como George Bush, Dick Cheney y Rahm Emmanuel, ¿podemos pretender que los comentarios de Helen fueran tan chocantes u ofensivos como para merecer una jubilación forzosa? En un mundo donde escuchamos las tonterías diarias de presidentes que promueven guerras de locura con mentiras y caras enhiestas, ¿cómo permitimos que caiga sobre ella esa lluvia ácida?

Helen Thomas hizo más para desafiar a la guerra desde la última fila de la prensa de la Casa Blanca, (lugar al que fue relegada durante tres años después de criticar en 2004 a George Bush) que cualquier periodista empotrado hizo desde la primera línea junto a los militares en Irak. Ella se sostenía por una integridad periodística que no fue bienvenida en un complejo cuasi totalitario de medios parlamentarios corporativos. En el comienzo de su carrera, fue despedida por hacer huelga junto a sus colegas en el Washington Daily News. Enfrentó décadas de abuso porque era obstinada, no había lugar para el retroceso, y además era una mujer. En años posteriores, fue chocante ver cómo George Bush y Barack Obama se dirigían a ella, la discriminaban desde su investidura presidencial, como si ella fuera una niña a quien se tolera, desechable embuchando una sonrisa, una molestia menor que no conocía su lugar, una reliquia que sólo tenían que complacer por un minuto, después del cual podría volver a la Gran Mentira.

Helen Thomas fue emboscada por ser anti sionista y como escribió Ralph Nader, "la evisceración fue lanzada por dos halcones pro-Israel, Ari Fleischer y Lanny Davis. Fleischer fue el secretario de prensa de George W. Bush que perdió los estribos ante el cuestionamiento de Helen Thomas acerca de los horrores de los crímenes de guerra y las torturas ilegales de la dupla Bush-Cheney. Su trabajo no era responder a esta mujer arrogante, sino desviar, evitar y encubrir a sus jefes. Davis fue el defensor designado cuando Clinton se metió en el agua caliente. Como periodista Paul Jay se destaco y ahora integra un grupo de presión de Washington cuyos clientes incluyen a la cruel junta corporativa que derrocó al presidente electo de Honduras. "Si uno siguió la carrera de Helen Thomas, sobre todo en la última década, ella había alterado repetidamente el statu quo cuando cuestionaba las muertes de civiles en las guerras de Estados Unidos, la alianza impía con Israel, su no declarado arsenal nuclear, y la forma en que escondemos el rostro de la guerra. Los poderosos querían su silencio y utilizaron un fragmento de 30 segundos de vídeos para tratar de borrar 7 décadas de integridad y servicio público.

Helen Thomas por Robert Shetterly.

Así que te puedes imaginar lo honrado que estábamos cuando en el otoño de 2010, por fin fuimos invitados a reunirnos con Helen. Amigos mutuos nos pusieron en contacto y nos dio la bienvenida para visitarla en su casa. Nos recibió amablemente y habló durante horas acerca de una increíble variedad de temas. Su mente era increíblemente aguda, embebida de la lectura de gran cantidad de diarios y de numerosos libros que están ordenadamente apilados, sobre temas de actualidad, marcados y a los que hace referencia a lo largo de nuestra conversación. Increíblemente abierta a cualquier pregunta, (¿Cual fue el mejor presidente? "Hubiera sido Lyndon Johnson, si no fuera por la guerra de Vietnam. Su guerra contra la pobreza fue un logro increíble. Pero la guerra de Vietnam lo perseguía.") Helen fue la consumada periodista, incluso desde su propia sala de estar, que nos acribillaba tanto con preguntas y que, sin vacilar opinaba sobre todo. Ella hablo sin problemas desde su infancia en Detroit hasta su viaje a China en el Air Force One con Richard Nixon, viendo siempre la interconexión del pasado y cómo influye en el presente. Cuando se le preguntó acerca de nuestro trabajo en el Medio Oriente, dudamos en un principio de responder plenamente sobre lo que fuimos testigos durante la ocupación israelí y la guerra de Irak. Ella parecía muy consternada por las experiencias de los niños en esos lugares, y estaba visiblemente preocupada por lo que sabía. Helen era tan claramente empática con el sufrimiento de los niños, los que viven en campos de refugiados, los encarcelados, los que sufren, que parecía injusto cargarla con más relatos de testigos después de todo lo que habíamos compartido. Pero su curiosidad y sus preguntas no eran demasiado para nosotros, y como siempre, Helen formulaba las preguntas que quería.

Unas noches más tarde, a continuación de algunos té de manzana y martinis en una cena completa, Helen continuó su andanada de preguntas. Estaba muy interesada en el trabajo de la organización en la que trabajamos, Alianza de Niños de Oriente Medio, y se comprometió a hablar en San Francisco en un acto de beneficio para la ayuda humanitaria para los niños de Palestina. Por desgracia, la salud física de Helen pronto se deterioró aún más, impidiéndole hacer el vuelo de 3000 millas. Pero el tiempo que pasamos con Helen Thomas se quedó con nosotros, y éramos conscientes de que no podría llegar a hablar en un evento, y queríamos verla apreciada por las miles de personas que sabíamos que la respetaban, la querían y estábamos horrorizado por la forma en que había sido tratada y forzada al exilio, incluso por parte de algunos amigos cercanos y seguidores MECA.

Dos años más tarde, inmediatamente después de la "Operación Pilar de Defensa" de 8 días de bombardeo sobre Gaza por parte de Israel donde 158 palestinos fueron asesinados, 30 de ellos niños, cruzamos el paso de Erez de Israel en la ciudad de Gaza. Una semana después de haber llegado, estábamos fuera en las horas tempranas de la mañana conversando con periodistas y otros voluntarios internacionales. El tema de la primavera árabe y el papel de los medios de comunicación social son temas candentes de la discusión. Una periodista palestina joven, que había terminado recientemente sus estudios en Londres, regresó a Gaza a principios de mes para cubrir los temas de derechos humanos para un portal de noticias en inglés, y nos dijo que quería ser la próxima Helen Thomas.

Otro periodista le respondió diciendo: "Oh, ¿te refieres a causa de sus comentarios sobre Palestina."

"No, no es por eso. Hay dos cosas que van a cambiar el mundo ", dijo," los medios de comunicación y las mujeres: y yo tengo ambas."

Este es el legado Helen Thomas. Esta es la prueba de que las preguntas incómodas seguirán su curso. Eso es lo que Helen quería. Rendición de cuentas de los poderosos, una prensa audaz en busca de la verdad.

Es por eso que pensamos que el 04 de agosto debe declararse el Helen Thomas Day, una fecha de nacimiento que comparte con Barack Obama. Sin embargo, el 4 de agosto debe ser una celebración sólo para Helen Thomas, y no para Barack Obama, ya que los hombres débiles que lanzan guerras lejanas deben ser relegados a los cubos de basura de la historia, y deben ser honradas las mujeres valientes que desafían imperios y viven una vida sin temores.

Firma nuestra petición para pedir a la Casa Blanca que declare el 4 de agosto "Helen Thomas Day"

Barbara Lubin es una veterana activista por la paz, la justicia, los discapacitados y los derechos humano. Es la fundadora y directora ejecutiva de la Alianza de los niños de Medio Oriente (MECA), una organización sin ánimo de lucro que, desde 1988, ha estado trabajando por los derechos y el bienestar de los niños en el Medio Oriente.

Danny Muller ha trabajado con la Alianza Infantil del Medio Oriente, junto con Voices in the Wilderness desde que la sanción de las restricciones económicas a Irak en la década de 1990. Ha trabajado con MECA en Irak y Palestina. És un activista contra el impuesto de guerra y abolicionista de la guerra.

Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/07/23/the-betrayal-of-helen-thomas/

viernes, 29 de marzo de 2013

Entrevista al periodista Pascual Serrano, autor de “La comunicación jibarizada” “La comunicación en 140 caracteres juega a favor del enemigo”

Invitado por la Asociación Valenciana José Martí de Amistad con Cuba y el CEPS, el periodista y escritor Pascual Serrano ha presentado en Valencia su último libro, “La Comunicación Jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes” (Ed. Península).

En el libro analiza las características del pensamiento jibarizado, que el autor considera en un sentido muy amplio: la dispersión de las ideas; el ritmo trepidante y la obsesión por la inmediatez; el “picoteo” de información, la comunicación incesante, la saturación informativa y la ausencia de rigor, entre otras.

Opina Pascual Serrano que, enormemente condicionada por las nuevas tecnologías, este tipo de comunicación “juega a favor del sistema, pero ello no significa que la izquierda no deba utilizarla”. Aunque en los términos adecuados. Por ejemplo, vinculando artículos de reflexión inteligente a mensajes condicionados por el formato de twitter. “Hemos de plantear la batalla en todos los ámbitos”, añade. -Arrancas “La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes” (Ed. Península) afirmando que para transmitir informaciones complejas, el emisor necesita tiempo para la exposición y el receptor, concentración exclusiva.

¿Qué espacio le queda al pensamiento crítico cuando se enfrenta a un público/audiencia modelado por el lenguaje audiovisual y de los 140 caracteres de twitter? -El ejemplo de twitter es el más elocuente, pero no se trata del único formato ni el único soporte, la jibarización de la que hablo en el libro se encuentra presente en muchos ámbitos y ramificaciones: la simultaneidad de mensajes, la sobresaturación de información, la obsesión por la inmediatez... Son estructuras y pautas que actúan en contra del pensamiento crítico y a favor del sistema. Ahora bien, insisto siempre, la izquierda está condicionada por los medios del enemigo y, en consecuencia, ha de utilizarlos. Hemos de plantearles la batalla en todos los ámbitos.

¿Qué podemos hacer? Por ejemplo, vincular a los 140 caracteres de twitter un artículo de Juan Torres sobre las causas de la crisis.

-¿Cómo podría recuperarse la idea de pensamiento crítico? -En primer lugar, defendiendo el papel esencial de la escuela pública. También me parece fundamental reivindicar el libro, y por varias razones. Porque hay un autor reconocido que se juega su prestigio y trayectoria al publicarlo. Además, en el libro el lector encuentra una reflexión terminada y mucho más elaborada que en Internet. Por el contrario, en la red todo es inconcluso y mucho más dinámico. Habría que plantear también la propiedad colectiva de los medios de comunicación, bien a través de la propiedad estatal bien mediante la propiedad comunitaria financiada con recursos públicos. Es ésta la única manera de salirse de los criterios de mercado y los objetivos de rentabilidad empresarial.

-¿Podría incurrir en el elitismo el periodismo/comunicación reflexivo y crítico que propones? ¿Puede pecar de excesivamente denso y complejo hasta el punto de quedarse en círculos cerrados?

-Siempre hubo un público minoritario para los contenidos más complejos y otro popular para los mensajes más sencillos. A partir de ahí una sociedad, con su modelo educativo y comunicativo, debe plantearse si intenta elevar el nivel de los sectores populares o reducir el de los más formados. Nosotros hemos logrado que el ingeniero escriba en su móvil sin acentos, en cambio el operario manual sigue sin comprender el conflicto sirio. Es evidente que estamos en la segunda opción, la de reducir el nivel de los más formados.

-¿Consideras que caben puntos intermedios? Un periodismo crítico y reflexivo, pero también directo y fácil de entender por el lector/audiencia.

-Seguro, pero hace falta talento del comunicador. Existen muchos ejemplos de comunicadores con grandes dotes de divulgación. Ahí están los documentales de Michael Moore por ejemplo. -Apuntas asimismo el problema de la sobresaturación informativa. Pero, ¿cómo escapar a ella en un mundo crecientemente complejo y fragmentado en múltiples campos de conocimiento? (rescates financieros, crisis ecológica, desahucios, inmigración, América Latina….).

-Seleccionando, el problema no es sólo el exceso, es la ausencia de referentes que nos ayuden a seleccionar. Como no tenemos filtros y queremos abarcarlo todo, elegimos los más breve, lo más jibarizado. Y entonces no lo entendemos y debemos seguir buscando. Debemos de cambiar nuestro método. Es preferible, ante un tema complejo, un extenso reportaje de Le Monde Diplomatique o un libro que no un centenar de noticias de veinte segundos en televisión.

-La oferta informativa en la Red es infinita. Pero también es cierto que el internauta (igual que el lector de prensa) selecciona uno o varios medios, los que sigue periódicamente (incluso sigue en la red los medios tradicionales). O que en las redes sociales también se difunden artículos largos y reflexivos.

¿Podrían estos argumentos relativizar la influencia de Internet?
-Para comenzar hemos de saber que, en internet, redes sociales incluidas, terminamos yendo a los grandes medios mayoritariamente. Así lo muestran los estudios. Las redes lo que han provocado es que el modelo de medio de comunicación que intentaba dar respuesta a las necesidades informativas en todos los ámbitos (nacional, internacional, cultura, deportes, etc...) está desapareciendo. Ya no entramos a la portada de El País o de rebelion.org, vemos las secciones, los titulares y elegimos. A través de las redes la gente llega a informaciones concretas sin pasar por la portadas.

Por último, es verdad que en internet caben los textos largos, alguien me podrá decir que, incluso, más que en el papel, lo que dudo es que la gente pueda estar leyendo durante un hora en su pantalla un texto sin desviarse hacia un hipervínculo, interrumpir por un mensaje de chat o evitar la tentación de consultar su correo.
-Se dice en muchas ocasiones que Internet y las nuevas tecnologías se expansionan en detrimento de la capacidad de razonamiento, al proponer lenguajes simples y con predominio de la imagen.

Pero, ¿podría interpretarse que la Red incorpora fórmulas tradicionales sólo que con formatos nuevos? Me refiero a que la prensa del XIX también difundía folletines y se recreaba con los grandes crímenes. O que la propaganda obrera siempre se ha basado en imágenes y consignas. O que el periodismo sensacionalismo es algo muy antiguo…
-Es verdad que siempre hubo eso. Pero las técnicas de superficialidad y espectacularidad actuales son mucho más fascinantes y hacen más difícil que la reflexión compleja pueda competir. Me sorprendo, en las presentaciones de La comunicación jibarizada, como los docentes cuentan alarmados que los jóvenes no leen, no soportan una charla de más de veinte minutos, no pueden permanecer una hora sin un estímulo cibernético.

-En tu anterior libro, “Contra la neutralidad”, planteas ejemplos de periodistas comprometidos, que inyectan pasión en sus textos. ¿Es esto compatible con el rigor de las informaciones? ¿Y con una información que apele al raciocinio del lector?

-Por supuesto que es compatible. Para eso escribí el libro. Para mostrar el compromiso y el rigor juntos en las crónicas de John Reed o Kapuscinski. Y en la medida en que ellos interpretan y analizan, sin pretender hacer un panfleto, e incorporan los antecedentes y el contexto necesario están estimulando la reflexión por parte del lector. La que no permite el raciocinio del lector es la información que no aporta los suficientes elementos de contexto para comprender los acontecimientos. 

-Dedicas un capítulo de “La comunicación jibarizada” al ritmo trepidante y la inmediatez. ¿Pero alguna vez el periodismo ha sido, salvando las tecnologías dominantes en cada periodo histórico, algo diferente? En cualquier filme de periodistas aparece la obsesión por las primicias y por alcanzar el mito de la información en tiempo real.

-Una cosa es querer informar el primero de un acontecimiento, y otra es correr a contar el recuento del 5% de los votos en las elecciones de Afganistán y nunca informar del resultado del 100% porque ya se ha perdido el interés por el asunto. Nos sucede como a los niños el día de Reyes, solo queremos desempaquetar noticias, pero no comprenderlas.

-Afirma Pablo Iglesias, presentador de La Tuerka, que la izquierda se maneja muy bien en el campo del análisis y los diagnósticos de situación. Pero fracasa estrepitosamente a la hora de pasar a la difusión y llegar a la gente. Y esto es así porque no asume que las reglas del juego las marca el enemigo y, en consecuencia, no incorpora sus formatos (tertulias, lenguaje muy simple y directo, etc.)
¿Qué opinas?
-Tiene razón. Hay determinadas cuestiones formales que no las terminamos de comprender o lo hacemos tarde. Necesitamos décadas para aceptar que un documento escrito, si tenía márgenes, interlineado mayor y gráficos era más agradable y lograba más lectores. En vídeo, muchos siguen sin preocuparse por la iluminación, el encuadre o contar con varios ángulos de grabación. Claro, también puede suceder lo contrario, que desde el periodismo no comprometido y comercial tienden a simplificarnos y frivolizar cada día más, en el contenido y en la forma, y eso crear unos cánones estéticos que nos condicionen.

-Has afirmado muchas veces que el periodismo alternativo que se realiza en España es muy deficiente. ¿Observas con el tiempo alguna mejoría?

-Seguimos dominados por el adjetivo fácil, la ausencia de fuentes rigurosas, la no búsqueda del dato necesario. En pocas palabras, el buen trabajo periodista. Es tanta la necesidad de comunicar y tanta la pulsión ideológica que nos domina, que olvidamos el periodismo. Además, es que la gran mayoría de los colaboradores de los medios de comunicación alternativos no están pensando en hacer periodismo sino con ejercitar la militancia. Y no es lo mismo.

-¿Por qué incluso la militancia de izquierda no considera como “suyos” los medios alternativos e, incluso, atiende muchas veces mejor a los periodistas de medios convencionales?

-Porque incluso en la izquierda continuamos rindiendo culto al medio masivo y al dominante. Pero esto no es algo nuevo. Históricamente se ha despreciado y minusvalorado a los medios alternativos. Pienso en el líder del partido político de izquierda que se iba corriendo al “ABC” para hacer unas declaraciones. O cuando alguien te remitía un texto a Rebelión.org, te decía si se lo podías publicar ya que no lo habían hecho “El País” o “El Mundo”. Ya entonces se asumía que la prensa alternativa jugaba en segunda división.

-Por último, ¿Qué futuro profesional aguarda a los periodistas de izquierda que todavía quedan?

-Por primera vez no mucho mejor futuro que a los de derecha con la crisis que están viviendo las empresas. Pero creo que hay esperanza. En los últimos meses han aparecido media docena de experiencias colectivas en formato de cooperativa que, a diferencia del periodismo alternativo, tienen como objetivo una solución laboral para sus miembros. Estas experiencias, además, pueden ser más viables que algunas grandes empresas. Porque estás últimas deben dar muchos beneficios a los accionistas, y las cooperativas lo único que pretenden es garantizar la subsistencia de sus trabajadores. Enric Llopis.


domingo, 2 de diciembre de 2012

ENTREVISTA Tim Weiner



Es reportero de The New York Times y obtuvo el Premio Pulitzer por su trabajo sobre programas secretos para la seguridad nacional. Acaba de publicar "Enemigos, una historia del FBI", donde desvela datos sorprendentes, desacredita viejos mitos sobre el FBI y cuestiona las técnicas de vigilancia que violan las libertades individuales en pro de la seguridad nacional.




2 de diciembre de 2012 Lo prometido es deuda. Aquí tenéis una selección de las músicas que han sonado en el programa de hoy.
(1) Tom Petty, "Wildflowers"
(2) Rufus Wainwright,"Chelsea hotel, nº 2"
(3) Marta Wainwright, "La foule"
(4) The Killers, "Runaways"
(5) The wailing wall, "Song to the siren"

jueves, 3 de marzo de 2011

Esto no es un circo

Esto no es un circo
SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ 27/02/2011

El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para ayudar a los hombres y mujeres a pensar y avanzar en su combate por una vida más digna y menos injusta. Lo dijo un gran periodista, Tomás Eloy Martínez, del que el escritor Juan Villoro asegura que hubiera ganado cualquier encuesta entre los profesionales de América Latina sobre quien hubieran querido que fuera su director.

"Al lector no se le sacia con golpes de efecto, sino con la narración de cada hecho dentro de su contexto y sus antecedentes". Tomás Eloy, muerto el año pasado, siempre exigió a sus redactores que fueran capaces de narrar una historia con fuerza y vocación de seducción, pero, con la misma exigencia, les impuso reglas estrictas sobre la veracidad de los personajes y los hechos, la comprobación, los antecedentes y el contexto de esos reportajes.

Todo esto no viene a cuento de la polémica entre Javier Cercas y Arcadi Espada, sino de las próximas elecciones municipales y autonómicas y más precisamente de la obligación profesional de ayudar a los hombres y mujeres a pensar, recurriendo a datos y contextos precisos.

En mayo se decidirán en España cosas importantes que afectan a la vida (que debería ser digna y que es injusta) de millones de ciudadanos. Las comunidades autónomas (se celebran elecciones en todas menos en Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía) y los municipios (nada menos que 8.112 en toda España) son, en estos momentos, los responsables de la educación, la sanidad, medio ambiente y una enorme lista de servicios sociales.

Faltan tres meses, muy poco tiempo, y está claro que las comunidades y Ayuntamientos sufren, y van a seguir sufriendo, gravísimos problemas de financiación y reducción de ingresos. Es decir, que los ciudadanos nos enfrentamos a seguros recortes en las cosas más básicas de nuestra vida: la calidad de la educación (sueldo y número de profesores) y de la sanidad, el trato a los ancianos, el apoyo a los minusválidos, la protección del medio en el que habitamos, el transporte, la vigilancia en las calles. Esto no es un circo, sino cosas muy serias.

Hablemos de estas cosas. Digamos, por ejemplo, que los políticos están ayudando a sepultar el debate económico y social con el escándalo de la corrupción, que se merece, evidentemente, la atención y el rechazo de los ciudadanos, pero que no es el único tema sobre el que deberían girar estas elecciones. La agenda, cada día más anémica y mezquina que se nos presenta, debe abrirse rápidamente y permitir un debate mucho más amplio sobre la asignación de esos recursos y, especialmente, sobre el modelo de financiación de los Ayuntamientos que va a defender cada candidato.

Ese es un tema fundamental. Los ciudadanos tienen que entender qué está en juego y por qué. Hay que estar advertidos sobre los trucos y engaños que encierran algunas de las propuestas, en el peor de los casos, o simplemente, en la mejor de las hipótesis, de las inevitables consecuencias que van a acarrear. Se ha renunciado a reformar la Ley de Gobierno Local, que hubiera ayudado a asociar, o unir, a Ayuntamientos que no tienen recursos para cuadrar sus cuentas y que quizás funcionarían mejor agrupando sus servicios. Todo el mundo es consciente que desde que, en los noventa, se decidió que los ayuntamientos tuvieran grandes competencias sobre ordenamientos urbanísticos, buena parte de los gastos corrientes se han venido financiando con ingresos procedentes del boom inmobiliario. El frenazo en seco de los dos últimos años les ha dejado con las arcas vacías y con una capacidad de endeudamientos casi nula. ¿De dónde va a salir el dinero? ¿Cuántos cargos "de confianza" o cuántos maestros van a desaparecer? ¿Van a bajar las prestaciones sociales? ¿Qué pasará con las tasas locales para comercios pequeños? Eso son cosas claras que hay que preguntar y que los candidatos deben explicar.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Eduardo Galeano en Madrid.

...P. En Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, los Gobiernos andan a la gresca con los medios de comunicación...
R. Las generalizaciones corresponden a una visión de nuestra realidad, la latinoamericana o del sur del mundo, que el norte tiene. Los débiles, cada vez que intentan expresarse o caminar con sus piernas, resultan peligrosos. El patriotismo es legítimo en el norte del mundo y en el sur se convierte en populismo o, peor todavía, terrorismo. Las noticias son muy manipuladas, dependen de los ojos que las ven o el oído que las escucha. La huelga de hambre de los indios mapuches en Chile ocupa poco o ningún espacio en los medios que más influencia tienen, y una huelga de hambre en Venezuela o Cuba merece la primera plana. ¿Quiénes son los terroristas? ¿Son piratas los que asaltan los barcos o los que pescan violando las leyes y los límites?
P. El presidente venezolano, Hugo Chávez, es uno de los que andan enzarzados con la prensa ¿Tenemos veredicto con él?
R. Hay una demonización de Chávez. Antes Cuba era la mala de la película, ahora ya no tanto. Pero siempre hay algún malo. Sin malo, la película no se puede hacer. Y si no hay gente peligrosa, ¿qué hacemos con los gastos militares? El mundo tiene que defenderse. El mundo tiene una economía de guerra funcionando y necesita enemigos. Si no existen los fabrica. No siempre los diablos son diablos y los ángeles, ángeles. Es un escándalo que hoy, cada minuto, se dediquen tres millones de dólares en gastos militares, nombre artístico de los gastos criminales. Y eso necesita enemigos. En el teatro del bien y del mal, a veces son intercambiables como pasó con Sadam Husein, un santo de Occidente que se convirtió en Satanás. Leer más aquí.

domingo, 26 de julio de 2009

The Wire


Periodistas, maleantes y Baltimore
Un buen número de críticos de televisión e incluso analistas políticos, como Jacob Weisberg o Tim Goodman, han calificado a The Wire como la mejor serie en toda la historia de la televisión: “Ninguna otra serie ha hecho nunca nada remotamente parecido a lo que ha logrado ésta: retratar la vida social, política y económica de una ciudad americana con la amplitud, la precisión observadora y la visión moral de la mejor literatura”, escribe Weisberg en Slate.
Tras quince años pateando las calles de Baltimore (Maryland) como reportero de sucesos, David Simon escribió el guión de una obra maestra. ‘The Wire’ es ya una serie de culto. Su creador reflexiona sobre los males de las leyes, la prensa y EE UU.
David Simon estaba convencido de que una serie de televisión sobre traficantes, delincuentes, políticos y policías en Baltimore tenía que meter al equipo de rodaje en los barrios bajos de esa ciudad si quería ser realista.
Baltimore es fascinante pero criminal. Mezcla el sabor histórico y la herencia portuaria con el drama de una realidad en declive y un proceso de desindustrialización que ha dejado en el paro a dos de cada tres negros en un lugar en el que tres de cada cuatro habitantes son de esa raza. En esas calles y esos suburbios desangelados, que son insoportáblemente gélidos en invierno y pegajósamente húmedos en verano, no hay nada más familiar que el sonido de un disparo. Hay casi 300 crímenes al año, tres veces más que en Los Ángeles y seis más que en Nueva York.
The Wire’ existe porque David Simon se pateó esas calles durante casi 15 años como periodista de sucesos del Baltimore Sun. Se camelaba a los agentes de policía para patrullar con ellos y se trabajaba las fuentes a la antigua usanza: con amigos en el lado de los buenos y en el lado de los malos.
En realidad, David Simon de lo que quiere hablar es de periodismo. Acaba de ir a Washington para comparecer ante unas sesiones del Comité de Comercio del Senado que analiza el futuro de esta profesión. A un lado está su carrera en el gremio y sus años de reportero en la calle; al otro, la situación actual de la prensa y el periodismo. Cuando él trabajaba en el Baltimore Sun, el periódico tenía 500 personas en la redacción; dos ediciones en la calle, matutina y vespertina, y hacía secciones locales para cada barrio de la ciudad. Simon visitó la redacción por última vez hace un par años. “Estaba medio vacía. Había un montón de mesas que parecían no tener dueño, y eso fue antes de la última serie de despidos en el Sun”. Hoy, dos años después, sólo hay 150 personas en la redacción. Los dueños vendieron el periódico a la Times-Mirror Company en 1986 y esa empresa fue absorbida después por el gigante Tribune, que se declaró en bancarrota hace unos meses.
El Sun ha sufrido los mismos males que gran parte de la prensa mundial: reducción del número de lectores, competencia de la prensa gratuita, descenso de los ingresos publicitarios… Cuarenta periodistas han recibido en mayo la notificación de su despido. “No es sólo culpa de la aparición de Internet”, argumenta Simon. “No sé en España, pero en EE. UU. los dueños de esta industria cometieron el error de asociarse y conglomerarse, y después esta prensa conglomerada se lanzó a la Bolsa para aumentar al máximo sus beneficios. Les bastaba con que el periódico fuera atractivo o sofisticado, pero no prestaban atención a los contenidos. Yo me fui del Baltimore Sun en la tercera reducción de plantilla, y eso ocurrió en 1995, cuando nadie tenía Internet en la cabeza”.
“Mire: el periodismo es una profesión. Yo mismo no era un buen periodista de investigación los primeros años. Lo único que hacía era intentar explicar al lector el quién, el qué, el cuándo y el dónde de una noticia, y quizá a veces el cómo. Pero tuve que patearme las calles durante cuatro años para conseguir mis primeras fuentes y, sobre todo, para entender los asuntos a los que me dedicaba y ser así capaz de explicar a los lectores el porqué de las noticias. Por qué hay una guerra entre bandas de distribución de droga. Por qué aumenta la violencia en Baltimore y la policía no puede hacer nada. Por qué mueren cada vez más policías. El porqué es lo que convierte al periodismo en un juego de adultos, y la única manera de explicar el porqué es mediante periodistas absoluta y enteramente comprometidos con la cobertura de un asunto determinado o una institución. Y para tener ese tipo de periodistas en plantilla, los periódicos tienen que pagarles lo suficiente. Por eso no tengo absolutamente ninguna fe en eso que se llama periodismo ciudadano, o lo que hacen la mayoría de los bloggers.
Lo que hacen ellos es comentar las noticias, y a veces lo hacen de manera original, tanto que a veces lo que escriben puede ser interesante. Pero eso es comentar, y comentar no es hacer periodismo. El periodismo no es un hobby, es una profesión”
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Sus ataques a la blogosfera durante la comparecencia en el Senado le han proporcionado una avalancha de críticas… en la blogosfera. Acusa a los bloggers de dedicarse en la mayoría de los casos “a amontonar informaciones que encuentran en otros lugares sin hacer ellos mismos ningún ejercicio de periodismo. Y acusó a los bloggers de escribir mucho sobre corrupciones sin haberse dedicado nunca a conocer por dentro las instituciones que critican”. Con esta percepción sobre el mundo del periodismo, parece lógico que la quinta y última temporada de The Wire girase en torno a los medios de comunicación y sus herramientas de manipulación. La profesión que él retrata en la serie ha perdido sus ideales y en buena medida su razón de ser, porque es incapaz de entender la complejidad de aquello que ocurre ante sus ojos. Se conforma con sucesos que tienen principio y fin en lugar de buscar la verdad de las cosas.
“Mi posición política está más a la izquierda que la de la mayoría de la gente de mi país”, dice David Simon. “Yo creo que el experimento americano ha descarrilado. De algún modo, aunque acepto la inevitabilidad y la certeza del capitalismo como motor de la economía, no considero que el capitalismo puro y duro pueda ser nunca el sustituto de un orden social. Eso es lo que ha ocurrido en este país en los últimos 25 años y el resultado de eso es The Wire: una sociedad en la que los individuos están marcados por el trabajo que logran o el lugar en el que nacen. Cuando se le da rienda suelta al capitalismo desaparecen los derechos de los trabajadores porque los trabajadores se convierten en sólo una herramienta del capitalismo, dejan de ser seres humanos. Si estás en lo alto de la pirámide productiva y te beneficias de esta dinámica, fenómeno; pero si estás en la parte de abajo, eres una víctima.
Su pasión está ahora volcada en Nueva Orleans. Allí prepara su nueva serie, Treme, el nombre de un barrio de la ciudad que mezcla lo mejor de la cultura criolla y el jazz con la peor situación de delincuencia y criminalidad tras el paso de la tormenta.
Y eso, por supuesto, es otra alegoría en la era pos-Bush: “Estamos viendo qué podemos reconstruir, o qué tiene sentido reconstruir. No es sólo un dique: es todo aquello que debería habernos protegido, desde nuestras instituciones económicas y políticas hasta las regulaciones empresariales que deberían haber servido para supervisar que no hubiera desastres económicos. Y resulta que esos mecanismos eran tan débiles como los que construyeron los ingenieros del ejército en Nueva Orleans”.
De la crónica de JAVIER DEL PINO 26/07/2009 El País.