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martes, 29 de noviembre de 2016

Angelina Gatell: "Los últimos testigos de la guerra no podemos callar sobre aquello"

"Mientras los huesos de los muertos estén en las cunetas no se ha terminado la guerra civil", advierte la poeta barcelonesa, protagonista en la sombra de los últimos 80 años de nuestra historia.

"Molestaba", pero no se calló nunca. Angelina Gatell (Barcelona, 1926), poetisa en carne viva, no se calló jamás: a costa de acabar siendo, como ella misma bromea, "la mujer más echada de España" durante el franquismo. Lo vio todo siendo aún niña, en la Cataluña de la guerra y las caravanas al exilio. En Valencia, de adolescente, colaboró en la clandestinidad con el Socorro Rojo Internacional; y fundó con su marido, Eduardo Sánchez, uno de los primeros teatros de cámara de España: El Paraíso. Creció como escritora, traductora, actriz y profesional del doblaje por sus propios medios: para toparse una y otra vez contra el medio único de entonces, que la vetó al no poder comprarla (y todavía, a veces, se lo recuerda). Se "cargaron" su vida, asegura. Pero la lucidez y el arrojo que sigue abanderando a sus 88 años lo desmienten en absoluto.

Superviviente es, quizás, el apelativo que más justicia puede hacer a esta mujer que se consideró siempre, y a pesar de tanto, "absolutamente libre" porque "la libertad está contigo y no te la tiene que conceder nadie, la llevas tú". Molestaba, hace ya más de medio siglo, y sigue molestando hoy a algunos resistiéndose a olvidar en sus más recientes libros: en sus Memorias y desmemorias (Aisge, T&B Editores), por ejemplo. O en Cenizas en los labios (Bartleby), lacerante retablo poético en que levanta acta de los amores de su vida "en la ciudad que se llamó posguerra".

¿Cómo recuerda todo aquello, hoy día?
Yo aún no había cumplido cinco años cuando se proclamó la República; y sin embargo recuerdo perfectamente ir a hombros de mi padre por las Ramblas de Barcelona aquel día, y con mi hermano mayor. Recuerdo incluso el aroma que venía del mar, el aire; con una enorme claridad. Me impresionó aquella multitud de gente, las banderas… Me tuvo que impresionar forzosamente. Siempre he tenido la convicción de que en aquel momento yo me sentí unida a algo, a alguien, y no te creas que es literatura. Yo supe que pertenecía a aquella gente.

Aquella infancia, ¿cómo fue?
Muy dura. Mi padre era charolista, curtidor (todos los hombres de mi familia fueron charolistas; las mujeres, tejedoras), e inmediatamente después de proclamarse la República se declaró el cierre empresarial en Barcelona y fue despedido. Yo comí siempre en comedores públicos, antes y durante la República. La guerra fue muy dura, pero la posguerra fue más dura todavía. Porque una guerra siempre lleva consigo algo grandioso al menos, algo de esperanza. Pero la posguerra no tenía nada de grandioso. Era la consciencia de que éramos vencidos, de que nunca levantaríamos cabeza. Por eso, cuando ahora se protesta sobre lo que se cedió [en la Transición], yo estoy de acuerdo. Porque yo fui de cárcel en cárcel y de cementerio en cementerio. Mi hijo Eduardo estuvo preso y una de las cosas que tengo muy clavadas es que no conseguimos que se hiciera un juicio para que se aclarase aquello de una maldita vez. Pero no quisieron, ni los unos ni los otros… Había mucho miedo, todavía en democracia. Un día le dije a alguien -que ha muerto hace poco-: "Es que mi hijo va a tener que arrastrar esto toda su vida". Y ella me respondió: "Da gracias a que tienes hijo, porque otras lo tenemos muerto".
Hoy se juzga quizás muy a la ligera todo lo de entonces;

¿Cómo podía ser la vida de alguien señalado durante la dictadura?
Muy difícil. Porque ellos no olvidaron nunca a quién tenían enfrente… Yo fui Premio Valencia de poesía en 1954, por un libro llamado Poema del soldado. Sucedió que en tres años consecutivos premiaron libros de mujeres, de los primeros en España (en el 53 fue María Beneyto). Y cuando abrieron la plica… "¡Otra mujer! ¡Tres seguidas!"… Quisieron quitármelo. Pero alguien que había en el jurado, pariente de la familia Gaos, se puso brava: "Se publica"… Luego me hicieron una entrevista en Radio Mediterráneo, y dije que mi libro, de religioso –como ellos lo entendían– nada, porque yo no era creyente: era un libro imprecatorio, de exigencia de cuentas a Dios… También me ofrecieron hacer una serie de reportajes para el periódico Las Provincias, sobre el tema de la mujer en África… Sólo llegué a publicar cuatro, porque hablé de los movimientos en Ceuta y Melilla. Ya caí muy mal en Valencia. Y me negaron el pan y la sal.

Y se trasladaron a Madrid.
Lo pasé mal al principio, pero tenía muchos amigos. Y cuando empecé a tener un nombrecito como actriz y como guionista [en RNE y TVE]… firmé cierto documento [ la carta de los intelectuales al ministro Fraga, en 1963, a raíz de los crímenes sufridos por mineros asturianos y sus familias]. Un alto cargo ministerial me llamó a su despacho, donde tuvimos una conversación muy interesante en la que me sugirió que, si yo publicaba una carta diciendo haber sido engañada para firmar ese manifiesto, mi relación con TVE podría ser mucho más próspera a partir de entonces. Decliné la oferta -por decirlo suave-.Un año después, ya en el 64, TVE me aceptó el guión de una biografía novelada de Marie Curie en cinco capítulos; pero en el último momento suspendieron la emisión… La emitieron un año después de esto, pero firmada por otra persona. Lo cual me llevó entonces, cuando exigí una reparación -que conseguí-, al jefe de Programación de TVE: un hombre de espléndidos ojos verdes llamado Adolfo Suárez, que también me aconsejó que "me dejara de firmitas". Le dije: "Perdone pero tengo treinta y ocho años, y actuaré según mi conciencia". No volví a trabajar para TVE.

Sí que molestaba, sí…
Y aún hoy… Porque no se dan cuenta algunos de que ciertas historias no se han terminado. De que, mientras los huesos de los muertos estén en las cunetas, no se ha terminado la guerra. Hoy oí en la televisión que creían haber encontrado los restos de una muchacha desaparecida, pero no; y decía el periodista: "Una pesadilla que dura cinco años". La nuestra dura setenta y cinco. Y es la misma pesadilla. Yo vi el éxodo de los republicanos [en la comarca del Vallés, en Barcelona]. Yo vi caer a la gente muerta por los caminos… Un día, un hombre, con los pies envueltos en trapos ensangrentados, se detuvo en la puerta de la casa en que nos refugiamos. Me dijo: "Niña, dame algo de comer, que no puedo más". Le dimos algunas cosas, de lo poco que teníamos. Lo estoy viendo perfectamente, cómo dejó el fusil apoyado en un árbol. De repente se oyeron unos disparos. Le dijo a mi padre: "¿Oyes? Son ellos. Nos vienen siguiendo los talones, ya están aquí". Le preguntó mi padre: ¿Qué vas a hacer? Y el hombre respondió (esto lo tengo yo clavado en el corazón desde entonces): "Me queda una bala, y será para mí". Al irse me acarició el pelo. No sé qué fue de él.

No sé si te imaginas lo que es eso para una niña de doce años y medio que yo tenía...
Pues no lo sé, no…
No, no puedes. Porque no se lo imagina nadie. Aquello está todo lleno de huesos de gente que caía muerta. Los ponían al lado de la carretera, con una manta encima. Y los que venían detrás, dejaban que se alejaran un poco los familiares y cogían la manta, porque tenían que abrigarse… Por eso te digo que nosotros somos los últimos testigos de aquello, y no podemos dejar de hablar.

http://www.eldiario.es/andalucia/Angelina-Gatell-ultimos-testigos-podemos_0_275772479.html

sábado, 12 de noviembre de 2016

Cohen: el legado inolvidable de un gran poeta. El escritor y poeta canadiense murió a sus 82 años, no sin antes dejar su último álbum como recuerdo a sus seguidores You want it darker.

Hace poco tiempo el cantautor Leonard Cohen dijo que estaba “preparado para morir”. Sus palabras, como una sentencia, se cumplieron en cuestión de días. Hoy el mundo despide a uno de los grandes.

Y es que nadie susurra como él, nadie canta como él y nadie interpreta como él. Cuando abría su boca se oía una voz grave fascinante. Cohen articulaba cada palabra como revelando un secreto con una dosis de misterio en cada espacio de silencio.

La noticia fue confirmada por medio de las redes sociales oficiales de Leonard Cohen. "Con profunda tristeza informamos que el legendario poeta, compositor y artista, Leonard Cohen ha fallecido. Hemos perdido a uno de los músicos más venerados y prolífico visionarios. Un monumento tendrá lugar en los Ángeles en una fecha posterior. La familia pide privacidad durante su momento de dolor".

Su vida
Cohen nació en Montreal el 21 de septiembre de 1934 en una familia judía. Ha sido descrito por el crítico de música Bruce Eder como “uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los 60”. Su legado musical forma parte del Salón de la Fama del Rock and Roll de los Estados Unidos y del Salón de la Fama Musical de su país natal. Es miembro de la Orden de Canadá y de la Orden Nacional de Quebec.

El amor, el sexo, el desamor, la religión y las relaciones personales son los temas recurrentes en sus libros de poesía, en sus dos novelas y en sus inmortales canciones.

Llegó a la música a los 33 años porque pensaba que como escritor no podría obtener el dinero necesario para vivir. Su tercer álbum Songs of Love and Hate (1970) obtuvo un notable éxito en Estados Unidos y en Reino Unido. Por aquel entonces una de sus canciones más sonadas era Suzzane.

En esa década su carrera se disparó. Cohen salió por primera vez de gira a Estados Unidos, Canadá y Europa en 1970. Apareció en el Festival de la Isla de Wight. Y durante la gira de 1974 publicó New skin for the old ceremony, una asociación musical con el pianista y arreglista John Lissauer.

En los 80 llegaría Various positions en el que incluía canciones como Dance Me to the End of Love y Hallelujah, su canción con más versiones.


A finales de esa década lanzó su álbum I’m Your Man, en el que reflexionaba sobre temas sociales con canciones como Everybody Knows. En 1992 Cohen publicó su décimo álbum The Future, las canciones de este disco aparecieron en varias películas. Waiting for the Miracle, Anthem y The Future, por ejemplo fueron usadas por Oliver Stone en Asesinos por naturaleza (1994).

Desde 1994 hasta 1999 estuvo recluido en un monasterio. Allí fue nombrado Jikan que significa “el silencio que hay entre dos pensamientos”. A finales de los 90 Cohen volvió al estudio de grabación y comenzó a contribuir con poemas y dibujos para su página web Leonard Cohen Files.

En 2001 lanzó Ten New Songs, su primer disco en casi una década, con una fuerte influencia de Sharon Robinson. En octubre de 2004, Cohen publicó Dear Heather, una colaboración musical con la cantante y compañera sentimental Anjani Thomas. Cuando cumplió 80 también celebró con un álbum, Popular Problems, y este 2016 estrenó You want it darker.

A Leonard Cohen nunca le gustaron las giras internacionales. Lo hizo en 2009 cuando su representante, Kelley Lynch, le robó todos sus ahorros y no tuvo otra opción.

La poesía y las mujeres
En 2011 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Allí recordó que gracias a un guitarrista español se animó a dedicarse a la música, ya que estaba decepcionado por su falta de éxito como escritor.

“Deseo poder decir todo lo que hay que decir en una palabra. Odio todas las cosas que pueden pasar entre el inicio y el final de una frase”, dijo Cohen alguna vez. Y eso hizo y eso hace: ha logrado decir mucho con una canción o con un poema.

La vida amorosa de Cohen estuvo marcada por varias mujeres que lo motivaron a escribir poemas y canciones. Su más amada fue Marianne Ihlen, a quien le dedicó So Long Marianne, una de sus canciones más famosas.

Hace menos de dos meses Marianne murió. Antes de fallecer Cohen se animó a enviarle unas últimas palabras: “Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía. Ya sabes que siempre te he amado por tu belleza y tu sabiduría pero no necesito extenderme sobre eso ya que tú lo sabes todo. Solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Todo el amor, te veré por el camino”.

A ella la conoció en Hydra, la isla griega donde vivió casi una década antes de dedicarse a la música. En ese tiempo escribió el libro de poemas Flowers for Hitler (1964) y las novelas The Favourite Game (1963) y Beautiful Losers (1966). La primera narra la historia de un joven que busca su identidad en la escritura. Y con Beautiful Losers suscitó controversia debido a varios pasajes con detalles sexuales explícitos.

Otra de las mujeres de su vida fue su esposa Suzanne con quien tuvo a sus dos hijos: Adam, quien es cantante, y Lorca, su hija menor a quien puso ese nombre en honor a su poeta favorito Federico García Lorca.

La única que lo ha acompañado durante toda su vida ha sido Anjani Thomas, su cantante de su coro en los primeros años, novia por un tiempo y cantante principal hasta hoy. A ella le dedicó el poema Now and then en el que le dice: “Siempre estoy pensando en una canción para que la cante Anjani”.

"Aleluya" y otras 9 canciones inolvidables del poeta y compositor canadiense Leonard Cohen (BBC)
Fuente:
http://www.semana.com/gente/articulo/leonard-cohen-muere-a-sus-82-anos/504990

sábado, 22 de octubre de 2016

Hoy se cumplen 45 años del Premio Nobel al poeta comunista Neruda, un laurel de gloria para el pueblo


A primeras horas de la mañana del jueves 21 de octubre de 1971 decenas de periodistas se aglomeraron ante la puerta de la Embajada de Chile en Francia, ubicada en el número 2 de la avenida de La Motte-Picquet. Una noticia procedente de Estocolmo, anhelada durante largos años por Pablo Neruda y retrasada por las maniobras de la CIA en el marco de la guerra fría cultural, (más aquí) empezaba a dar la vuelta al mundo: la Academia Sueca había concedido el Premio Nobel de Literatura al creador de Canto general.

Acompañado por Matilde Urrutia y Louis Aragon, Neruda ofreció unas primeras declaraciones a la prensa, que interrumpió para conversar con el Presidente Allende por teléfono. “Quisiera que este Premio beneficie la lucha por la libertad en América Latina, la riqueza de la cultura latinoamericana y el desarrollo del potencial creador de nuestro continente”, comentó a los periodistas. Fue el tercer escritor latinoamericano y el sexto en lengua española que logró un galardón que entonces estaba dotado con cuatrocientas cincuenta mil coronas suecas, unos noventa mil dólares. Una parte la donaría a su Partido para la compra de la nueva imprenta de la sociedad Horizonte.

Aquella misma tarde, Augusto Olivares, director de Televisión Nacional, logró conversar por teléfono con Neruda, quien le manifestó: “Estoy como aplastado… pero aplastado por una felicidad que me desborda”. “Este premio se lo dedico a todos los chilenos. Ojalá que se sientan tan orgullosos como yo”.

En Chile, el Premio Nobel fue acogido como un gran logro nacional. A la una de la tarde, el Presidente Allende leyó una declaración ante los medios de comunicación en la que destacó: “Este galardón, que incorpora a la inmortalidad a un hombre nuestro, es la victoria de Chile y de su pueblo, y, además, de América Latina”. “Por la poesía de Neruda pasa Chile entero, con sus ríos, montañas, nieves eternas y tórridos desiertos…”. Destacó su condición de embajador en Francia del Gobierno de la Unidad Popular y de militante comunista. “Fue mi compañero de muchas giras, en el norte, centro y sur de Chile, y siempre recordaré con emoción cómo el pueblo, que oía nuestros discursos políticos, escuchaba con emoción, en un silencio expectante, la lectura que hacía Pablo de sus versos”.

Desde Arica a Magallanes, fue festejada la noticia procedente de la nieve de Estocolmo. El cardenal Raúl Silva Henríquez, el presidente de la Corte Suprema, los rectores universitarios, el presidente de la Central Única de Trabajadores y dirigentes de todas las tendencias políticas celebraron la noticia. “La buena nueva emocionó y conmovió a Chile, que sintió con orgullo nacional el alborozo por la suprema distinción literaria otorgada a un hombre suyo que ha sabido expresar con belleza y verdad el sentimiento más íntimo de su humanidad, la odisea de sus trabajadores, los antiguos sueños y las nuevas esperanzas de los pueblos de América Latina”, señaló con legítimo orgullo la declaración difundida por el Partido Comunista. El Premio Nobel era “un laurel de gloria sobre la frente de toda nuestra Patria”.

En el mundo de la cultura la reacción también fue unánime. El científico Alejandro Lipschutz proclamó que solo por haber escrito Alturas de Macchu Picchu ya merecía tal honor. “El más grande poeta de la hora contemporánea ha recibido un premio que merecía desde hace treinta años (…) ha sido reconocido el talento americano y universal de poeta que ha cantado todos los temas de la tierra y del hombre”, afirmó, por su parte, Volodia Teitelboim. En Parral, las autoridades municipales ordenaron que se engalanara la ciudad con la bandera nacional y visitaron el museo local, instalado en la que fue casa natal del poeta. En la Población “Pablo Neruda” de Conchalí, la emoción embargó a sus modestos habitantes, que también enviaron un telegrama al poeta.

La prensa internacional acogió de manera favorable la noticia. El 22 de octubre, The New York Times le dedicó una página y uno de los artículos portaba un título que debió llenarle de orgullo por la mención a uno de sus poetas predilectos: “Un Walt Whitman latinoamericano”. Por su parte, el diario comunista francés L’Humanité destacó: “Es, sin duda, el más universal de todos los poetas”.

El sábado 23 de octubre, Pablo Neruda dirigió, a través de las cámaras de Televisión Nacional, un mensaje de agradecimiento a su país. En primer lugar, al Presidente Salvador Allende y a su esposa, Hortensia Bussi, también al Cardenal Silva Henríquez y a los mineros, a los campesinos, incluso a los carteros… “por los centenares y centenares de telegramas que he recibido”. Su mensaje finalizó con un fervoroso llamamiento al compromiso del pueblo chileno con la Unidad Popular.

Aquel mismo día, TVN grabó en su residencia oficial una conversación con Gabriel García Márquez. “Quiero mandarle al pueblo chileno una felicitación por la merecidísima distinción que se ha hecho a un poeta que, para mí, es el más grande poeta del siglo XX, en todos los idiomas”, dijo el novelista colombiano, quien obtendría el Nobel en 1982.

Mario Amorós es autor de la biografía Neruda. El príncipe de los poetas (Ediciones B, 2015).

miércoles, 31 de agosto de 2016

Federico García Lorca: un pedazo de España arrancaron en la madrugada

Wilkie Delgado Correa

“¿Cómo puede un hombre tener su conciencia tranquila, o desear tenerla, mientras otros hombres, donde sea, están sufriendo tortura o muerte?”
Albert Camus

Un día infausto el fascismo español emergió vestido de franquismo y desató toda su violencia y criminalidad sobre el pueblo español. No escapó nadie de aquella venganza asesina contra la república española. Fueran campesinos, obreros, burgueses, políticos, intelectuales o inocentes, no pudieron salvarse de aquella vesania entronizada para arrasar con todo vestigio de reales o posibles opositores al régimen traidor.

Fue en esas circunstancias que asesinaron a Federico García Lorca a los 38 años. El poeta y dramaturgo, nacido el 5 de junio de 1898 en Granada, moría el 18 de agosto de 1936 en el camino de Viscar a Alfacar, en su querida Granada, sin que se sepa aún en qué pedazo de tierra permanecen sepultados sus restos mortales.

En aquella fecha un camino recorría con sus pasos eternos el poeta del viento. En la tierra de España, la hidalga paloma estaba en guerra heroica. El cantar del viento y el cantar de Lorca, poeta de la rosa, se unieron para siempre con la sangre de España que luchaba cantando.

En agosto murió Federico. Es decir, le mataron rifles, pezuñas y largos cuchillos en la danza macabra de traidores que acosaban el destino libre del suelo hispano.

Un pedazo de España, de la vida del pueblo, arrancaron con odio en la madrugada, pero en aquel instante un ave indetenible cobraba vuelo a pesar de las armas y del sepulcro abierto.

Al conmemorarse el 80 aniversario de aquel crimen, que fue crimen multiplicado en miles de víctimas españolas durante la guerra civil, a aquellos asesinos y a sus herederos políticos e ideológicos cabría hacerles muchas preguntas, aunque una de ellas, la del escritor francés Albert Camus, es esencialmente contundente y válida para cualquier tiempo pasado, presente o futuro: “¿Cómo puede un hombre tener su conciencia tranquila, o desear tenerla, mientras otros hombres, donde sea, están sufriendo tortura o muerte?”

Fue otro poeta, Antonio Machado, quien caracterizó mejor aquel acontecimiento histórico que vivió la República Española, cuando escribió en Valencia, en abril de 1937, su denuncia de la traición que se gestaba en su tierra:

“Pienso en España, vendida toda, de río a río, de monte a monte, de mar a mar.

Toda vendida a la codicia extranjera: el suelo y el cielo y el subsuelo. Vendida toda por lo que pudiéramos llamar –perdonadme lo paradójico de la expresión- la trágica frivolidad de nuestros reaccionarios. Y es que, en verdad, el precio de las grandes traiciones suele ser insignificante en proporción a cuanto se arriesga para realizarlas, y a los terribles males que se siguen de ellas, y sus motivos no son menos insignificantes y mezquinos, aunque siempre turbios e inconfesables. Si os preguntáis, ¿aparte de los treinta dineros, por qué vendió Judas a Cristo?, os veríais en grave aprieto para responderos. Yo no he encontrado la respuesta en los cuatro evangelios canónicos. Pero la hipótesis más plausible sería ésta: entre los doce apóstoles que acompañaban a Jesús, era Judas el único mentecato. En el análisis psicológico de las grandes traiciones, encontraréis siempre la trágica mentecatez del Iscariote.

Si preguntáis ahora, ¿por qué esos militares rebeldes volvieron contra el pueblo las mismas armas que el pueblo había puesto en sus manos para la defensa de la nación? ¿Por qué, no contentos con esto, abrieron las fronteras y los puertos de España a los anhelos imperialistas de las potencias extranjeras? Yo os contestaría: en primer lugar, por los treinta dineros de Judas, quiero decir por las míseras ventajas que obtendrían ellos, los pobres traidores de España, en el caso de una plena victoria de las armas de Italia y Alemania en nuestro suelo. En segundo lugar, por la rencorosa frivolidad, no menos judaica, que no mide las consecuencias de sus actos. Ellos se rebelaron contra el gobierno de los hombres honrados, atentos a las aspiraciones más justas del pueblo, cuya voluntad legítimamente representaban. ¿Cuál era el gran delito de este gobierno lleno de respeto, de mesura y de tolerancia? Gobernar en un sentido del porvenir, que es el sentido esencial de la historia. Para derribar a este Gobierno, que ni había atropellado ningún derecho ni olvidado ninguno de sus deberes, decidieron vender a España entera a la reacción europea. Por fortuna, la venta se ha realizado en falso, como siempre que el vendedor no dispone de la mercadería que ofrece. Porque España, hoy como ayer, la defiende el pueblo, es el pueblo mismo algo muy difícil de enajenar. Porque por encima y por debajo y a través de la truhanería inagotable de la política internacional burguesa, vigila la conciencia universal de los trabajadores.”

Es una lástima que aquella lucha no culminara con la victoria del pueblo defensor del republicanismo en la república nueva. Ni que la sensatez impidiera la práctica masiva de los asesinatos, incluido el de Federico García Lorca, que tanto prometía para la gloria verdadera de España. Pero mal que les pese a la ralea de asesinos y sus herederos, Lorca vive triunfante, más allá de anatemas, muerte y desaparición, en España y el mundo.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Nazim Hikmet

I Come And Stand At Every Door, según poema de Nazim Hikmet. (1901, Salónica-1963, Polonia)


Pete Seeger: I come and stand at every door.


El más hermoso de los mares
no se ha cruzado aún.

La más bella de las criaturas
no ha crecido aún.

Nuestros más hermosos días
no los hemos visto aún.

Y las más bellas palabras que quisiera decirte
no las he dicho aún.

Nazim Hikmet

sábado, 25 de abril de 2015

FEDERICO GARCÍA LORCA » La dictadura ocultó el informe que la implicaba en el crimen de Lorca

El documento, al que ha tenido acceso la cadena SER, fue redactado por la policía franquista 29 años después del crimen Ian Gibson: "Los documentos demuestran que no fue un asesinato callejero"

El poeta granadino Federico García Lorca fue asesinado junto con otras persona, tras "haber confesado", según un informe redactado por la policía franquista 29 años después del crimen, al que ha tenido acceso la cadena SER. El documento no especifica cuál fue el contenido de esta supuesta confesión. El informe, fechado en Granada el 9 de julio de 1965, define al escritor como “socialista” y “masón perteneciente a la logia Alhambra”, y le atribuye “prácticas de homosexualismo y aberración”.

El documento relata la detención del poeta granadino en casa de sus amigos, los hermanos Rosales. Lorca se encontraba allí debido al miedo que le habían provocado dos registros policiales en su propia casa, según el informe. Los agentes rodearon la vivienda y las calles cercanas, antes de llevar a cabo la detención. Y los amigos del poeta, según el documento publicado por la SER, intentaron interceder por él ante el comandante de Intervenciones Militares.

La propia policía reconoce, 29 años después, que el relato sobre la muerte de Lorca es bastante confuso. Tras ser detenido, fue llevado en coche a las "inmediaciones del lugar conocido como Fuente Grande", junto con otro detenido del que no se añaden más datos. El poeta fue "pasado por las armas después de haber confesado, siendo enterrado en aquel paraje, muy a flor de tierra, en un barranco" a unos dos kilómetros a la derecha de la Fuente Grande. El lugar, reconoce el informe, es "muy difícil de localizar".

El informe fue redactado por la 3ª brigada regional de investigación social de la Jefatura Superior de la Policía de Granada a raíz de una petición oficial realizada en junio de 1965 por la hispanista francesa Marcelle Auclair, a la caza de más información sobre su amigo García Lorca, según la cadena SER. La actuación de la estudiosa desencadenó un efecto dominó entre las autoridades españolas: primero, Auclair se dirigió a la Embajada española en París, que remitió todo al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María Castiella.

A su vez Castiella envió una carta al ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, en la que se mostraba a favor de responder a la petición de la escritora. Castiella también señalaba en su misiva que el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, ya había sido informado de los hechos. “Creo sumamente conveniente el revisar la cuestión y averiguar si podemos o no abrir nuestros archivos sobre el episodio García Lorca”, había afirmado Fraga, según recoge Castiella en su carta.

Así, se acabó encargando el informe a la Jefatura Superior de Policía de Granada. Concretamente, fue la 3ª brigada regional de investigación social la que se encargó de redactarlo. Eso sí, Auclair nunca recibió ninguna respuesta ni tampoco llegó a ver el resultado de su petición, siempre según la cadena SER.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/22/actualidad/1429735487_172971.html
Poster: Portugal celebra hoy el aniversario de la revolución del 25 de abril.
Grándola Vila Morena en español aquí: https://youtu.be/mb9YCeQ1CCA

sábado, 18 de abril de 2015

Isabel Pérez Montalbán o la nueva poesía social

Isabel Pérez Montalbán (Córdoba, 1964) es, desde mi punto de vista, la voz poética más clara y emocionantemente social de la poesía española actual. Su último libro Un cadáver lleno de mundo le valió el XVII Premio Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina”. Se trata de un precioso recorrido biográfico-literario (“Currículum vítae”) en dos partes: “El crecimiento” y “Supervivencia”, un recorrido que recoge toda una conciencia política y social que denuncia las injusticias del sistema, que clama su indignación y proclama la herida de los pobres, el frío del proletario. Digamos que Isabel Pérez Montalbán culminan con este título proveniente de un verso de César Vallejo (Su cadáver estaba lleno de mundo) una obra excepcional en su coherencia íntima y social. Una poeta recomendable y necesaria.

Además de este libro ha publicado los poemarios No es precisa la muerte, Puente levadizo, Fuegos japoneses en la bahía, Cartas de amor de un comunista, Los muertos nómadas, El frío proletario, La autonomía térmica de los pingüinos, Siberia propia y Animal ma non troppo.

Expongo a continuación dos poemas. El primero, perteneciente al poemario Cartas de amor de un comunista, es uno de los poemas más emocionantes que he leído últimamente. Se trata del titulado “Clases sociales”, un poema que enseguida nos conecta intertextualmente con la atmósfera y el sentimiento de Los santos inocentes, de Miguel Delibes.

El siguiente poema que he seleccionado para esta ocasión es el titulado “La supervivencia”, de Un cadáver lleno de mundo. Se trata del primer poema de la segunda parte que ejemplifica las ideas ya expuestas sobre una poética donde se une íntimamente lo biográfico y lo social, y cuya suma supone una emoción inevitable.
CLASES SOCIALES

Los pobres son príncipes que tienen que reconquistar su reino.
Agustín Díaz-Yanes. Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto

Con seis años, mi padre trabajaba
de primavera a primavera.
De sol a sol cuidaba de animales.
El capataz lo ataba de una cuerda
para que no se perdiera en las zanjas,
en las ramas de olivo, en los arroyos,
en la escarcha invernal de los barrancos.
Y cuando oscurecía, sin esfuerzo,
tiraba de él, lo regresaba níveo,
amoratado, con temblores
y ampollas en las manos,
y alguna enredadera de abandono
en las paredes quebradizas
de sus pulmones rosas
y su pequeño corazón.

En sus últimos años volvía a ser un niño:
se acordaba del frío proletario,
(porque era ya substancia de sus huesos),
del aroma de salvia, del primer cine mudo
y del pan con aceite que le daban al ángelus,
en la hora de las falsas proteínas.

Pero su señorito, que era bueno,
con sus botas de piel y sus guantes de lluvia,
una vez lo llevó, en coche de caballos,
al médico. Le falla la memoria
del viaje: lo sacaron del cortijo sin pulso,
tenía más de cuarenta de fiebre
y había estado a punto de morirse,
con seis años, mi padre, de aquella pulmonía.
Con seis años, mi padre.

Isabel Pérez Montalbán
Cartas de amor de un comunista, Germanía, Valencia, 1999


LA SUPERVIVENCIA

¿Es que ya no te acuerdas? Del derecho político,
del autobús tan frío amaneciendo
por donde los establos del tráfico y la fiebre.

No renuncies. Acuérdate de entonces,
de respirar la pringue en las cocinas,
de aquel olor a furia y camposanto;
y de las comuniones, del salario de abril,
de platos y más platos en jabón corrosivo,
de las manos con cortes y durezas.
Aquel mundo se abría y se cerraba
mientras pelar patatas inspiraba un poema
con que iniciar la búsqueda subversiva de un nido.
Y dónde estabas tú, por el abrazo
de qué amante mortal y migratorio,
sobre cuál sembradura te dormías,
qué noche de borrasca la cuna provisoria
no soportó ya el peso de plumas y reptiles,
y en el fondo de qué bendito estercolero
te sorprendió de pronto esa hora de morir
o el día soleado de la resurrección.

Sí, me acuerdo. Remuevo los escombros,
la oxidada hojalata de los años,
y en los tiempos de escasas proteínas,
de chispa y minifalda de estraperlo,
estaba yo nublada en la extensión
de las piernas y al borde de lo oscuro,
precipitada al filo en los apuntes,
mordida por la anemia y la humedad;
toda la piel un gélido archipiélago
de pecas con las playas sin camino.

Estaba, pero no era todavía.
Huidiza del contacto y de las clases,
entre la disciplina y el incendio,
entre los canapés y el medio bocadillo,
entre la nicotina y la cordura,
estaba pero no era. Sólo fingía ser.
Aunque a veces de golpe estuve y fui
por el domingo ocaso de llovizna,
sola en salas de cine también solas:
Redford sobrevolaba las praderas de África,
moría sin saber que yo lo esperé siempre.

Isabel Pérez Montalbán
Un cadáver lleno de mundo, Hiperión, Madrid, 2010

viernes, 17 de abril de 2015

Más lecturas de Eduardo Galeano

A los escritores hay que leerlos. Ha muerto Eduardo Galeano, y el mejor homenaje que se le puede hacer (y, de paso, hacerse a uno mismo) no es sacar los timbales del panegírico póstumo, sino coger alguno de sus libros y dejarse llevar por su don para contar historias, las historias que nadie antes había contado:

Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo, y hubo celebraciones. En España, Julio Vélez organizó conferencias, seminarios, ediciones y una exposición que ofrecía imágenes del poeta, su tierra, su tiempo y su gente. Pero en esos días Julio Vélez conoció a José Manuel Castañón; y entonces todo homenaje le pareció enano. José Manuel Castañón había sido capitán en la guerra española. Peleando por Franco había perdido una mano y había ganado algunas medallas. Una noche, poco después de la guerra, el capitán descubrió, por casualidad, un libro perdido. Se asomó, leyó un verso, leyó dos versos, y ya no pudo desprenderse. El capitán Castañón, héroe del ejército vencedor, pasó toda la noche en vela, atrapado, leyendo y releyendo a César Vallejo, poeta de los vencidos. Y al amanecer de esa noche, renunció al ejército y se negó a cobrar ni una peseta más del gobierno de Franco. Después, lo metieron preso; y se fue al exilio.

El cantor Braulio López, que es la mitad del dúo Los Olimareños, llegó a Barcelona, llegó al exilio. Traía rota una mano. Braulio había estado preso, en la cárcel de Villa Devoto, por andar con tres libros: una biografía de José Artigas, unos poemas de Antonio Machado y El principito, de Saint-Exupéry. Cuando ya estaban por liberarlo, un guardián había entrado en su celda y había preguntado: – Vos sos el guitarrero? Y le había pisado la mano izquierda con la bota. Le ofrecí una entrevista. Esa historia podía interesar a la revista Triunfo. Pero Braulio se rascó la cabeza, pensó un rato y dijo: – No. Y me explicó: – Esto de la mano se va a componer, tarde o temprano. Y entonces yo voy a volver a tocar y a cantar. Entendés? Yo no quiero desconfiar de los aplausos. (Eduardo Galeano, “El libro de los abrazos”, Siglo XXI, 1993).

John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos. Mientras nacía el siglo dieciocho, el primero de los borbones, Felipe V, estrenó su trono firmando un contrato con su primo, el rey de Francia, para que la Compagnie de Guinée vendiera negros en América. Cada monarca llevaba un 25 por ciento de las ganancias. Nombres de algunos navíos negreros: Voltaire, Rousseau, Jesús, Esperanza, Igualdad, Amistad.

En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza. Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Al mismo tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: 899 votos en contra, uno a favor.

A Hitler no le faltaron amigos. La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. La Coca-Cola inventó la Fanta, en plena guerra, para el mercado alemán. La IBM hizo posible la identificación y clasificación de los judíos, y ésa fue la primera hazaña en gran escala del sistema de tarjetas perforadas.

En 1953, estalló la protesta obrera en la Alemania comunista. Los trabajadores se lanzaron a las calles y los tanques soviéticos se ocuparon de callarles la boca. Entonces Bertolt Brecht propuso: ¿No sería más fácil que el gobierno disuelva al pueblo y elija otro?

Miles de años antes de que la invasión norteamericana llevara la Civilización a Irak, en esa tierra bárbara había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amó esa noche como si fuera mortal. Dumuzi, el pastor, fue inmortal mientras duró esa noche. (Eduardo Galeano, “Espejos. Una historia casi universal”, editorial Siglo XXI, 2008).

Me pregunto: ¿Tendrá todavía destino la literatura, en este mundo donde todos los niños de cinco años son ingenieros electrónicos? Y quisiera responderme: Quizá el modo de vida de nuestro tiempo no resulte demasiado bueno para la gente, ni para la naturaleza; pero es sin duda muy bueno para la industria farmacéutica. ¿Por qué no podría ser también muy bueno para la industria literaria? Todo depende del producto que se ofrezca, que ha de ser tranquilizante como el valium y brilloso y light como un show de la tele: que ayuda a no pensar con riesgo ni a sentir con locura, que evite los sueños peligrosos y que sobre todo evite la tentación de vivirlos. Pero ocurre que ésa es exactamente la literatura que no soy capaz de escribir ni de leer.”
(Eduardo Galeano, ” Ser como ellos y otros artículos”, Siglo XXI, 2007)


“Pájaros prohibidos”, cuento de Eduardo Galeano
Durante la dictadura militar uruguaya en 1973, Eduardo Galeano fue encarcelado y después exiliado. Reconocido por ser uno de los escritores más influyentes en el periodismo y literatura hispanoamericana, sus obras envuelven ficción e historia con un subrayado reclamo hacia la clásica “injusticia latinoamericana”.
El relato “Pájaros prohibidos” delinea el tierno encuentro entre un preso político y su hija durante un día de visita en el Penal de Libertad, en Uruguay.

Pájaros prohibidos
Eduardo Galeano

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada a la cárcel.

El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el domingo pasa. Didashkó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:

—¿Son naranjas? ¿qué frutas son?

La niña lo hace callar:

—Ssssshhhh.

Y en secreto le explica:

—Bobo, ¿no ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
Fuente: Internet

jueves, 5 de marzo de 2015

Philip Levine, bardo del corazón industrial de EE UU. La guerra civil y el movimiento anarquista españoles marcaron de forma decisiva la obra del poeta de Detroit

Philip Levine, uno de los poetas urbanos esenciales de su país, a quien su compatriota Edward Hirsch caracterizó como el Whitman irónico del corazón industrial de América, falleció en la localidad de Fresno, California, el pasado 14 de febrero a los 87 años, apenas un mes después de serle diagnosticado un cáncer de páncreas. Su lugar de trabajo, ubicado en el centro de un viejo caserón rodeado de alisos, naranjos y eucaliptos, estaba presidido por una fotografía de Robert Cappa en la que un grupo de anarquistas posan sonrientes delante de un puchero, durante la guerra civil española. En la entrada que le dedica el Diccionario biográfico de autores contemporáneos, tras señalar sus circunstancias familiares y profesionales, se apostilla escuetamente: Ocupación: “Poeta”; credo político: “Anarquista”; religión: “Anarquista”. El anarquismo era, efectivamente, el elemento que vertebraba y del que se nutrían sus dos obsesiones mayores: dar voz a los trabajadores de la industria automovilística de Detroit, junto a los cuales se forjó en la adolescencia, y la tragedia de la Guerra Civil, en la que varios conocidos de su familia tomaron parte activa.

En una conversación con la novelista Mona Simpson, Levine señaló que En torno al asesinato del teniente José del Castillo a manos del falangista Bravo Martínez, 12 de julio de 1936, uno de sus composiciones más emblemáticas, la muerte del oficial republicano condensa la esencia de la tragedia a punto de desencadenarse. “Lo escribí décadas después de la guerra, tras escuchar el alegato de un predicador negro mientras conducía por un Detroit devastado por los disturbios raciales. La voz del predicador me hizo sentir la universalidad del dolor anónimo de todos los conflictos”, manifestó Levine sobre su composición. A propósito de otro de sus poemas más conocidos, Coming Home Detroit 1968, en el que refiere de manera desgarrada la decrepitud física y moral de su ciudad, Levine señaló: “En Detroit, la ciudad más devastada de América, no hay el menor atisbo de grandeza heroica. Lo único que queda son hombres, animales, plantas y flores que insisten en afirmar su derecho a la existencia”.

Philip Levine nació en el Hospital Henry Ford de Detroit, en 1928. Sus padres, emigrantes judíos de origen ruso, vivieron la catástrofe de la Gran Depresión cuando el niño tenía un año. A los cinco perdió a su padre. Cuando tenía ocho, estalló la guerra civil española, cuyas vicisitudes siguieron angustiosamente los amigos de la familia, algunos de los cuales se alistaron en las Brigadas Internacionales. En sus memorias, el poeta cuenta que cuando iba a pie al colegio se imaginaba que llevaba un rifle y que la emprendía a tiros con los cadillacs, chevrolets y lincolns de lujo que había aparcados frente a las mansiones de los ricos. A los 14 empezó a trabajar en las plantas donde se fabricaban aquellos vehículos. Fue el primer miembro de su familia en acceder a la universidad, donde tuvo la fortuna de conocer a John Berryman, quien le ayudó a encontrar la voz que daría forma a sus experiencias en el cinturón industrial de Detroit. En No preguntes, libro de entrevistas publicado en 1981, afirmó: “A ningún poeta le importa lo que pasa en ese mundo, de modo que me impuse el reto de hacerlo yo. Cuando volví a ver a mis antiguos compañeros de trabajo y les expliqué que me dedicaba a escribir poesía, ninguno se rió de mí”. La pasión de Levine por España le llevó a pasar unos años en nuestro país en la década de los sesenta. Tradujo a Jaime Sabines y Gloria Fuertes. Visor publicó el año pasado La búsqueda de la sombra de Lorca, una antología a cargo de Andrés Catalán de sus poemas relacionados con España. Autor de más de 25 colecciones de versos, fue uno de los poetas más galardonados de su tiempo. Además de obtener el Pulitzer y el Premio Nacional del Libro (en dos ocasiones), entre 2011 y 2012 fue Poeta Laureado de su país. Al igual que Whitman, su maestro, Levine tenía el don de saber llegar a un amplio número de lectores con su poesía. Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/24/actualidad/1424818216_823335.html

jueves, 26 de febrero de 2015

Casi desnudo, como los hijos de la mar.

Así cruzó la frontera francesa Antonio Machado acompañado de su madre, su hermano José y otros muchos españoles que se fueron para no volver. Sus versos resultaron proféticos. Se sentía viejo y cansado y apenas sobrevivió un mes. Murió el 22 de febrero de 1939 en Colliure y su ataúd fue cubierto con la bandera republicana y portado por milicianos del quinto regimiento. Y allí descansa, a orillas del mar, en un lugar apacible y hermoso del que no se debe trasladar.

Detrás dejaba recuerdos de un patio de Sevilla, una juventud apenas mencionada en sus poemas, un amor enterrado en el Espino de Soria, otro del que lo separó la guerra, algunos libros emblemáticos de la poesía de principios de siglo, unos personajes apócrifos a través de los cuales nos mostró su visión filosófica de la vida y el homenaje más hermoso que se puede hacer a un maestro por parte de un escritor que, paradójicamente, se aburría impartiendo clases de francés: Juan de Mairena. Y una vida limpia. Y un halo de honradez que le lleva a reconocer en un discurso ante las juventudes socialistas que el marxismo no era su ideología.

En estas fechas en que rememoramos la figura de su admirado maestro Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, y en que se cumple el 76º aniversario de su muerte, es ineludible evocar al autor de Soledades, galerías y otros poemas y de Campos de Castilla: don Antonio Machado, el bueno. Mi poeta.

En su bolsillo, un último verso: “Estos días azules y este sol de la infancia”.— Sevilla 22 FEB 2015.
http://elpais.com/elpais/2015/02/20/opinion/1424444568_704607.html

miércoles, 28 de enero de 2015

La queja contra la vida de T. S. Eliot. Una nueva traducción reivindica ‘La tierra baldía’ como el libro más influyente de la poesía moderna

La literatura es una bomba de efecto retardado y en 1922, cuatro años después del fin de la Primera Guerra Mundial, estalló un puñado de libros que hizo saltar en pedazos la novela, la filosofía y la poesía occidentales. Si se piensa que ese año vieron la luz el Ulises, de  Joyce; el Tractatus logico-philosophicus, de Wittgenstein, y La tierra baldía, de  T. S. Eliot  —cabría añadir Trilce, de César Vallejo, y las Elegías de Duino, de Rilke, escritas ese año y publicadas el siguiente— se entiende la magnitud del estallido.

Desde que vieron la luz en el número inaugural de la revista The Criterion, fundada y dirigida por el propio Eliot, los 434 versos de La tierra baldía no han dejado de generar versiones e interpretaciones. La última corre a cargo del crítico y editor Andreu Jaume, que acaba de publicar en Lumen una edición bilingüe del poema más influyente del siglo XX. Como pórtico, ha colocado Prufrock y otras observaciones, un poemario de 1917 que, indica el traductor, le sirve de “cantera”.

El mismo año que Eliot se estrenó como poeta con Prufrock se estrenó también como empleado del Lloyd’s Bank de Londres, la ciudad a la que había llegado tres años antes. Atrás habían quedado Saint Louis (Missouri), donde nació en 1888, y Harvard, donde se había doctorado en filosofía.

El hombre que trabajaba de 9.30 a 16.30 y almorzaba en el Baker’s Chops House lidiaba a tiempo completo con la mala salud mental de su esposa, Vivienne Haigh-Wood, y con su propia fragilidad nerviosa. En 1920, comenzó a componer un largo poema titulado provisionalmente He Do the Police in Different Voices (“Hace de policía con distintas voces”). Pronto cambiaría los ecos dickensianos por los del mito celta de la hambruna y la devastación y pasaría a ser La tierra baldía.
...
Antes de convertirla en libro en 1977, Ferraté desgranó su Lectura de ‘La terra gastada’ en un seminario al que asistió Antoni Marí. “La tesis de Ferraté es que ese poema retrata una cultura decadente, gastada, cuyo sedimento ha quedado envenenado por los gases de la Gran Guerra”, recuerda el poeta y filósofo ibicenco, quien hace tres años rastreó en el volumen Matemática tiniebla (Galaxia Gutenberg) la genealogía de la poesía moderna que surge con Poe y culmina en Eliot tras pasar por Baudelaire, Mallarmé y Valéry. “Eliot sintetiza la tradición romántica y la simbolista —de la mano de Laforgue— para abrirla a lo imposible de pensar en poesía”, explica Marí. “Ningún otro poeta ha tenido tanta influencia”.

... La tierra baldía (sus traducciones)

April is the cruellest month, breeding / Lilacs out of the dead land, mixing / Memory and desire, stirring / Dull roots with spring rain. (T. S. Eliot, 1922).
Abril es el mes más cruel: engendra / lilas de la tierra muerta, mezcla / recuerdos y anhelos, despierta / inertes raíces con lluvias primaverales. (Agustín Bartra, 1977).
Abril es el mes más cruel, hace brotar / lilas en tierra muerta, mezcla / memoria y deseo, remueve / lentas raíces con lluvia primaveral. (Juan Malpartida, 2001).
Abril es el más cruel de los meses, pues engendra / lilas en el campo muerto, confunde / memoria y deseo, revive / yertas raíces con lluvia de primavera. (Andreu Jaume, 2015).
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/25/actualidad/1422207668_867339.html

miércoles, 16 de abril de 2014

Shakespeare, el mayor inspirador

Fuente inagotable de fertilidad literaria, el dramaturgo y poeta inglés sigue siendo el escritor que corre más por las venas de los autores del presente
Un estímulo que alimentan novelas, películas o series de televisión
Aunque su nacimiento fue registrado el 26 de abril de 1564, habría nacido entre el 19 y el 25 del mismo mes


Sé de numerosos escritores que leyeron a los más grandes en su temprana juventud —quizá cuando sólo eran lectores— y luego jamás vuelven a ellos. En parte lo entiendo: resulta desalentador, disuasorio, incluso deprimente, asomarse a las páginas más sublimes de la historia de la literatura. “Existiendo esto”, se dice uno (yo el primero), “¿qué sentido tiene que llene folios con mis tonterías? No sólo nunca alcanzaré estas alturas o esta profundidad, sino que en realidad es superfluo añadir ni una letra. Casi todo se ha dicho ya, y además de la mejor manera posible”. Hay escritores, por tanto, que para sobrevivir como tales y encontrar el ánimo para pasar meses o años ante el ordenador o la máquina, necesitan fingir que no han existido Shakespeare ni Cervantes ni Dante ni Proust, ni Faulkner ni Montaigne ni Conrad ni Hölderlin ni Flaubert ni James, ni Dickens ni Baudelaire ni Eliot ni Melville ni Rilke, ni muchos más seguramente. Lo último que se les ocurre es regresar a sus textos, al menos mientras trabajan, porque el pensamiento consecuente suele ser: “Mejor me quedo callado y no doy a las exhaustas imprentas otra obra más: ya hay demasiadas, y la mayoría están de sobra. Por cálculo de probabilidades, sin duda las mías también”. Para quienes estamos en activo la frecuentación de los clásicos puede ser más paralizante y esterilizadora que nuestros mayores pánicos e inseguridades, y créanme que, excepto los muy soberbios (los hay, los hay), no hay novelista ni poeta que no se vea asaltado por ellos, antes, durante y después de la escritura...

Frecuento a Shakespeare porque para mí es una fuente de fertilidad, un autor estimulante. Lejos de desanimarme, su grandeza y su misterio me invitan a escribir, me espolean, incluso me dan ideas: las que él sólo esbozó y dejó de lado, las que se limitó a sugerir o a enunciar de pasada y decidió no desarrollar ni adentrarse en ellas. Las que no están expresas y uno debe “adivinar”. Por eso he hablado de misterio: Shakespeare, entre tantísimas otras, posee una característica extraña; al leérselo o escuchárselo, se lo comprende sin demasiadas dificultades, o el encantamiento en que nos envuelve nos obliga a seguir adelante. Pero si uno se detiene a mirar mejor, o a analizar frases que ha comprendido en primera instancia, se percata a menudo de que no siempre las entiende, de que resultan enigmáticas, de que contienen más de lo que dicen, o de que, además de decir lo que dicen, dejan flotando en el aire una niebla de sentidos y posibilidades, de resonancias y ecos, de ambigüedades y contradicciones; de que no se agotan ni se acaban en su propia formulación, ni por lo tanto en lo escrito.

En mis novelas he puesto ejemplos: “It is the cause, it is the cause, my soul” (“Es la causa, es la causa, alma mía”), así inicia Otelo su famoso monólogo antes de matar a Desdémona. El lector o el espectador leen o escuchan eso tranquilamente por enésima vez, lo comprenden. Y sin embargo, ¿qué demonios quiere decir? Porque Otelo no dice “She is the cause” ni “This is the cause” (“Ella es la causa” o “Esta es la causa”), que resultarían más claros y más fáciles de entender. O cuando a Macbeth le comunican la muerte de Lady Macbeth, murmura: “She should have died hereafter” (“Debería haber muerto más adelante”, más o menos). ¿Y eso qué significa —esa célebre frase—, cuando la situación es ya desesperada y el propio Macbeth morirá en seguida? También Lady Macbeth, tras empaparse las manos con la sangre del Rey Duncan que su marido ha asesinado, vuelve a este y le dice: “My hands are of your color; but I shame to wear a heart so white” (“Mis manos son de tu color; pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco”). No se sabe bien qué significa ahí “blanco”, si inocente y sin mácula, si pálido, asustado o cobarde. Por mucho que ella quiera compartir el sino de Macbeth, ensangrentándose las manos, lo cierto es que la asesina no ha sido ella, o sólo por inducción, instigación o persuasión. Su marido es el único que se ha manchado el corazón de veras.

Son ejemplos de los que me he valido en el pasado. Pero hay centenares más. (“¡Ojalá fuera tan grande como mi pesar, o más pequeño mi nombre! ¡Ojalá pudiera olvidar lo que he sido, o no recordar lo que ahora debo ser!”, dice Ricardo II en su hora peor). Las historias de Shakespeare rara vez son originales, rara vez de su invención. Es una prueba más de lo secundario de los argumentos y de la importancia del tratamiento. Es su verbo, es su estilo, el que abre brechas por las que otros nos podemos atrever a asomarnos. Señala sendas recónditas que él no exploró a fondo y por las que nos tienta a aventurarnos. Quizá por eso sigue siendo el clásico más vivo, al que se adapta y representa sin cesar; el que sobrevuela películas y series de televisión oceánicas como El señor de los anillos, Los Soprano, El padrino o Juego de tronos, o más superficialmente House of Cards. A él sí osamos volver. No sólo yo, desde luego, aunque en mi caso no haya la menor ocultación. Lo reconozcan o no otros autores, a los cuatrocientos cincuenta años de su nacimiento y a los trescientos noventa y ocho de su muerte, Shakespeare sigue siendo el que corre más por nuestras venas y el mayor inspirador de nuestros balbuceos.
Leer más en El País. Javier Marías.

domingo, 2 de marzo de 2014

Saludo, una poesía más de Agustín Millares

Salute

I salute you and greet friend chant
as if I had always known.
can not be wrong after you’ve heard.
Thou art of the sun I’ve waited so long.

Hail friend hug you excited
through the fog through which the day.
With a wealth of poetry and light
the darkest corner had been lit.

The path you teach me I is not unknown.
‘ve gone for it without knowing calm.
before your words reach my soul
and your ideas had burnt my life.

It is true that these years have not lived
, but only the time spent beyond us
that there are higher star without even suspecting
that the great century forging many have passed.

You gave your freedom is like giving everything
for the joy in ringing the bell.
A piece of your life brindas every morning
for the whole world to get out of the mud.

I assure friend who had never been
so close to life at this time.
doubt where your breath comes not possible.
You go by the plain of a clear sky.

Poet I declare that your accent is deep
in the veins that carry the rivers of a planet.
poet I declare that you are a poet
and sing announce that tomorrow the world.

II

I declare that writing poetry poet
is the true state of man
is singing the truth is to call by name
the demon holding the evil day and night.

The poet is the cry that the earth releases
the first mountain currency aurora
bell song playing when
the first heart that hurts the war.

Posted in art without ever untie
his unity with the peoples of the whole vision
the poet is the man who is first to point
to gain impetus to the sea combat.

The poet is the town that refuses to die
in sudden night where everything is forgotten.
Where there is no freedom there is no poet alive.
No bird fly where the air does not exist.

I declare that the poet is a rage
when something goes against the sun to guide us.
poet languishes if the earth cools
when there is no heart, no justice.

Poet I declare that the hard way
of the poet is always found a brother.
poet I declare that the poet is human
but sometimes we do foresee the divine.

Saludo

Yo te saludo amigo te saludo y te canto
igual que si te hubiera de siempre conocido.
No puedo equivocarme después de haberte oído.
Tú eres parte del sol que yo he esperado tanto.

Yo te saludo amigo te abrazo emocionado
a través de la niebla por donde pasa el día.
Con tu enorme caudal de luz y poesía
el rincón más oscuro se hubiera iluminado.

La senda que me enseñas no me es desconocida.
He marchado por ella sin conocer la calma.
Antes que tus palabras me llegaran al alma
ya habían tus ideas incendiado mi vida.

Es verdad que estos años no los hemos vivido
sino sólo pasado que el tiempo nos supera
que hay estrellas más altas sin sospechar siquiera
que forjando el gran siglo muchos han transcurrido.

Diste tu libertad que es como darlo todo
para que la alegría repique en la campana.
Un trozo de tu vida brindas cada mañana
para que el mundo entero pueda salir del lodo.

Yo te aseguro amigo que nunca había estado
tan cerca de la vida como en este momento.
No es posible la duda donde llega tu aliento.
Tú vas por la llanura de un cielo despejado.

Yo poeta declaro que tu acento es profundo
que llevas en las venas los ríos de un planeta.
Yo poeta declaro que tú eres poeta
porque anuncias y cantas el mañana del mundo.

II

Yo poeta declaro que escribir poesía
es decir el estado verdadero del hombre
es cantar la verdad es llamar por su nombre
al demonio que ejerce la maldad noche y día.

El poeta es el grito que libera la tierra
la primera montaña que divisa la aurora
la campana que toca la canción de la hora
el primer corazón que lastima la guerra.

Colocado en vanguardia sin que nunca desate
su unidad con los pueblos su visión del conjunto
el poeta es el hombre que primero está a punto
para hacerse con bríos a la mar del combate.

El poeta es el pueblo que a morir se resiste
en la súbita noche donde todo se olvida.
Donde no hay libertad no hay poeta con vida.
Ningún pájaro vuela donde el aire no existe.

Yo poeta declaro que la cólera es una
cuando hay algo que atenta contra el sol que nos guía.
Languidece el poeta si la tierra se enfría
cuando no hay corazón ni justicia ninguna.

Yo poeta declaro que en el duro camino
del tiempo el poeta se halla siempre un hermano.
Yo poeta declaro que el poeta es humano
aunque a veces nos haga presentir lo divino.

sábado, 1 de marzo de 2014

Ángel González, donde pongo la vida pongo el juego.


Muerte en el olvido

Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre -oscuro, torpe, malo- el que la habita...


Donde pongo la vida pongo el fuego

(Ángel González - Pedro Guerra)
Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo, y juego

Juego lo que me queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.
Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Juego lo que me queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.
Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.


Me basta así

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
- de eso sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-; entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio. Oigo
constelaciones: existes. Creo en ti. Eres. Me basta)


Cumpleaños de amor

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte
se pasarán de mano en mano,
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos
te seguirán a donde vayas, fieles.


Elegía Pura

Aquí no pasa nada,
salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.

Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo
Pero nada ya ahora
-ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa-
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras,
ese amor ya sin ti me amará siempre.

jueves, 27 de febrero de 2014

Letras Canarias 2014 Agustin Millares Sall. No vale

No Vale

Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.

Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.

Te digo que no vale
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga “cruz y raya” al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
”vivo en mi torre, sólo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale.
Agustín Miralles

Canción de la BBC, obtenida por una estudiante norteamericana del cuadro del Bosco que se encuentra en el Museo del Prado.
El jardín de las delicias en el Museo del Prado, Madrid, España.

lunes, 24 de febrero de 2014

75 años de la muerte de Antonio Machado

Los actos de homenaje a Antonio Machado en Collioure, donde el poeta sevillano murió el 22 de febrero en 1939 pocas semanas después de haber cruzado la frontera francesa y apenas tres días antes del fallecimiento de su madre, han incluido conferencias, lecturas de poemas, visita a los archivos de la fundación que lleva su nombre, un concierto, un espectáculo audiovisual y hasta un repaso por "las miles de cartas que desde hace años se reciben en el cementerio de la localidad francesa". También se ha depositado un ramo de flores ante la tumba de Antonio Machado y de su madre, Ana Ruiz.

"Si hoy, 75 años después de su muerte, tanta gente visita a Machado, es porque su espíritu de lucha ha llegado a ser un símbolo de democracia y libertad", ha afirmado Alonso, quien ha reconocido sentirse "orgulloso" de que Collioure "forme parte del mapa sentimental de Andalucía y sea centro de peregrinación para su memoria democrática".

En su intervención dentro de la jornada de homenaje, el consejero ha subrayado que, para España, "Machado no solo representa una de las mayores cumbres literarias de su historia, sino un símbolo de nuestra memoria histórica, la del hombre comprometido con su tiempo que se rebeló contra la España de charanga y pandereta, que se compadeció de la malherida España y que no quiso que ninguna de ellas volviera a helarnos el corazón".

Así, ha evocado la figura del poeta que "izó la bandera de las libertades y defendió la legitimidad del gobierno republicano hasta los últimos meses de la Guerra Civil". Y en su nombre, "Andalucía ha querido rendir también tributo a muchos otros españoles y andaluces que se vieron abocados al exilio", como María Zambrano, Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados, Juan Rejano, Francisco Ayala, Adolfo Sánchez Vázquez, entre otros.
Fuente: Leer más en El País.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Nelson Mandela ha fallecido a la edad de 95 años. Descanse en paz.

Invictus. Este Poema, según Mandela, le ayudó en su duro cautiverio de 27 años.

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
Ni he gemido ni he gritado.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

Texto original inglés
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.


"Invictus" es un poema breve del poeta inglés William Ernest Henley (1849–1903). Escrito en 1875, fue publicado por primera vez en 1888 en el "Libro de Poemas" del mismo.
Invictus también es una película de 2009 dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, basada en el libro "El Factor Humano" de John Carlin. Trata sobre Nelson Mandela y su uso de la Copa de Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. El título tiene su origen en el hecho histórico que Mandela tuvo el poema escrito en una hoja de papel durante su prisión, ayudándole a sobrellevar su encarcelamiento. En la película, Mandela le escribe el poema al capitán de la selección surafricana, Francois Pienaar antes del comienzo del campeonato, si bien en la realidad Mandela le dio un extracto de un discurso de Theodore Roosevelt, "The Man in the Arena".

"The Man in the Arena" es el título del discurso que Theodore Roosevelt dio en La Sorbona en París, Francia, el 23 de abril de 1910. Posteriormente fue reimpreso en su libro Citizenship in a Republic.
El fragmento más notable y famoso del discurso es este:

No es el crítico quien cuenta; ni aquellos que señalan como el hombre fuerte se tambalea, o en qué ocasiones el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece realmente al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo, sudor y sangre; al que se esfuerza valientemente, yerra y da un traspié tras otro pues no hay esfuerzo sin error o fallo; a aquel que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, grandes devociones; quien se consagra a una causa digna; quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías (tibias) y tímidas que no conocen ni la victoria ni el fracaso.

Nelson Mandela dio una copia de este discurso a Francois Pienaar, capitán del equipo de rugby de Sudáfrica, antes del inicio de la Copa de Mundo de Rugby de 1995, aunque en la película Invictus que narra ese hecho, Mandela entrega una copia del poema Invictus de William Ernest Henley.

Referencia del original: http://www.theodore-roosevelt.com/trsorbonnespeech.html

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Invictus_(poema)

Página sobre Mandela, http://archives.nelsonmandela.org/home
más aquí,

En el NYT





(foto de Mandela tomada de internet mediante Google)

jueves, 7 de noviembre de 2013

Luis Cernuda: el futuro es hoy. Tal día como hoy de 1963 fallecía en México el poeta de la Generación del 27

El autor de 'La realidad y el deseo' es uno de los más importantes del español del siglo XX

Esta es una mirada sobre sus claves poéticas y su legado literario




Incómodo en su tiempo, sintiéndose poco comprendido en su ética y su obra, Luis Cernuda necesitó apoyarse en los poetas y los lectores del porvenir. La confesión de esta necesidad sostiene una de sus composiciones decisivas, A un poeta futuro, escrita en Glasgow en 1941 y recogida en el libro Como quien espera el alba(1947). Lo importante del poema no reside en las quejas, el lamento sobre su falta de encaje en una realidad hostil: “Disgusto a unos por frío y a otros por raro”. Una sociedad represiva y homófoba, un carácter muy difícil y las rencillas generacionales ayudan a situar la protesta continua de Cernuda, en la que se mezclan con frecuencia su marcado anticapitalismo, su fragilidad sentimental y una extrema susceptibilidad literaria.

Pero lo importante del poema apunta en otra dirección: el proceso creativo que define su poética, sobre todo a partir del exilio en la cultura anglosajona. Cernuda había escrito en su Himno a la tristeza que “viven y mueren a solas los poetas”. De manera que ese poeta futuro para el que escribe en 1941 es también y ante todo su lector, la persona que puede entender y darle vida a sus propios versos. En la creación aparece reconocida la figura del lector como algo más que una ensoñación. No una estrategia barata y vanidosa para imaginar en el futuro la gloria que niegan los contemporáneos, sino una presencia real a la hora de la composición. El poeta piensa en su lector ideal, esbozo de su propia conciencia, para darle objetividad a sus sentimientos. Cernuda confiesa que busca la sombra de su alma “para aprender en ella a ordenar mi pasión / según nueva medida”. Y borra en parte su propia identidad para hallarla luego, “conforme a mi deseo, en tu memoria”. El hecho poético necesita, pues, tanto del lector como del autor para realizarse. Hace falta borrarse un poco para hacer habitable un espacio común.


Estas consideraciones, muy raras en la poesía española de su tiempo, tienen consecuencias de peso en la obra de Cernuda y en la evolución de nuestra lírica. Resumo los aspectos más significativos de este terremoto. Primero: la poesía no es un ejercicio expresivo de la interioridad de un autor, sometido solo a su propia sinceridad inmaculada. Segundo: el poema es un espacio público, objetivo y su dimensión depende de que sea habitado y vivido por el lector. Tercero: más que expresar lo que se siente, trabajar un poema significa crear los efectos necesarios en el texto para que el lector haga suya la experiencia. Cuarto: más que espectáculos de ingenio y retórica, se vuelve fundamental en el taller la capacidad de imaginar el lenguaje y la estructura que permiten la presencia viva del lector. Estos son los principios de la elaboración, los esfuerzos para acoplar formas y contenidos. Esta unidad lírica imprescindible no surge de una verdad expresiva espontánea, sino de una escritura calculada y convertida en ética, en imaginación moral.

La obra de Luis Cernuda, recogida bajo el título de La realidad y el deseo, es amplia y atravesó de manera personal los ciclos de su tiempo a través de la poesía pura, el surrealismo, la invocación neorromántica y la apuesta por un realismo más seco, según la calificación acertada de Jaime Gil de Biedma. Es lógico que la presencia de Luis Cernuda se extienda por muchos matices y corrientes literarias que pueden ir del esteticismo a la poesía cívica, de los decorados sensuales a la rebeldía de una conciencia íntima, tan orgullosa de su diferencia como de su solidaridad.

La realidad y el deseo, es amplia y atravesó de manera personal los ciclos de su tiempo a través de la poesía pura, el surrealismo, la invocación neorromántica y la apuesta por un realismo más seco,

Creo que la herencia más viva de Cernuda fue recogida por poetas como Francisco Brines y Jaime Gil de Biedma en el homenaje que le dedicó la revista La caña gris en 1962. Comprendiendo la nueva dinámica que surgía de composiciones como Un poeta futuro, advirtieron en el ejemplo de Cernuda la necesidad de objetivar la propia experiencia en el poema, de convertirla en una escritura meditada y capaz de provocar efectos de vida.

Esta objetivación sirve para ordenar en el texto las pasiones del autor y del lector y, al mismo tiempo, para ofrecer una alternativa ética a la realidad injusta del mundo. Como escribió en el poema Mozart de Desolación de la Quimera (1963): “Da esta música al mundo forma, orden, justicia, / nobleza y hermosura”. Y como afirmó en 1936, otro poema del mismo libro dedicado a un luchador republicano, la dignidad de la conciencia individual es imprescindible “como testigo irrefutable / de toda la nobleza humana”. Son lecciones muy vivas de su poesía, ahora que uno de sus enemigos más poderosos, el capitalismo, extrema la destrucción de las conciencias individuales y de los espacios públicos. El futuro es hoy.

Cincuenta años después de su muerte, hay pocas dudas de que Luis Cernuda es uno de los nombres más grandes de la poesía en lengua española. En realidad, es una opinión que ya estableció Federico García Lorca en abril de 1936 con motivo de la primera edición de La realidad y el deseo, en el discurso que pronunció en un banquete-homenaje muy concurrido. A Cernuda no le calmaron esos elogios sinceros. Tampoco le calmarían hoy los nuestros, porque la fama de Juan Ramón, Salinas, Alberti y el propio García Lorca… Pero ese es otro cantar.
Fuente: El País. (Foto: De izquierda a derecha: Vitín Cortezo, Blanca Pelegrín, Luis Cernuda, Carmen García Lasgoity, Manuel Altolaguirre y Carmen García Antón, en Valencia en 1937. / BIBLIOTECA NACIONAL(EL PAÍS))


Canción de Serrat basada en un poema homónimo de Cernuda: http://www.poesi.as/lc31100.htm

miércoles, 5 de junio de 2013

Homenaje a Federico García Lorca. en el 115 aniversario de su nacimiento Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, 5 de junio de 1898 – entre Víznar y Alfacar, Granada, 19 de agosto de 1936)

Baladilla de los tres ríos", que pertenece al libro Poema del cante jondo (1921-1922), y ocupa el primer lugar, dato que nos demuestra la importancia que Lorca le concede. En el Poema, se contraponen dos ciudades: Sevilla y Granada. Sevilla, alegre, colorista y abierta al mundo; Granada, recóndita y sumida en la nostalgia de sus glorias pasadas. Lorca quiere demostrar que la cuna del cante jondo no es Sevilla, sino Granada. La Granada melancólica y desolada.

BALADILLA DE LOS TRES RÍOS

El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.


¡Ay, amor
que se fue y no vino!


El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada,
uno llanto y otro sangre.


¡Ay, amor
que se fue por el aire!


Para los barcos de vela
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.


¡Ay, amor
que se fue y no vino!


Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Darro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.


¡Ay, amor
que se fue por el aire!


¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!


¡Ay, amor
que se fue y no vino!


Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.


¡Ay, amor
que se fue por el aire!



"Romance de la talabartera". Se conoce un esbozo del argumento de La zapatera prodigiosa, (1930), obra de la que Lorca sacó el "Romance de la talabartera", que está escrito en forma de cuento infantil: "Era un zapatero que no tenía nada más que su mujer, y su mujer no lo quería nada porque andaba tonteando con los mozos del pueblo. Y un día el zapatero descubrió que él tampoco estaba enamorado de su mujer..."

El tema del hombre mayor casado con una atractiva jovencita es antiguo y Lorca conocía varios antecedentes. En La zapatera prodigiosa hay influencias Cervantinas (El celoso extremeño), pero la fuente más inmediata es El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón, muy presente para Lorca, dado que Falla, gran amigo del poeta, había compuesto una pieza musical para ballet inspirada en la obra del autor guadijeño.

ROMANCE DE LA TALABARTERA

ZAPATERO (señalando con la varilla)

En un cortijo de Córdoba,
entre jarales y adelfas,
vivía un talabartero
con una talabartera.
Ella era mujer arisca,
él hombre de gran paciencia,
ella giraba en los veinte
y él pasaba los cincuenta.
¡Santo Dios cómo reñían!
Miren ustedes la fiera,
burlando al débil marido
con los ojos y la lengua.
Cabellos de emperadora
tiene la talabartera,
y una carne como el agua
cristalina de Lucena.
Cuando movía las faldas
en tiempos de Primavera
olía toda su ropa
a limón y a yerbabuena.
¡Ay, que limón, limón
de la limonera!
¡Que apetitosa
talabartera!
Ved cómo la cortejaban
mocitos en su presencia
en caballos relucientes
llenos de borlas de seda.
Gente cabal y garbosa
que pasaba por la puerta
haciendo brillar, alegre,
las onzas de sus cadenas.
La conversación a todos
daba la talabartera,
y ellos caracoleaban
sus jacas sobre las piedras.
Miradla hablando con uno
bien peinada y bien compuesta,
mientras el pobre marido
clava en el cuero la lezna.
Esposo viejo y decente
casado con joven tierna,
qué tunante caballista
roba tu amor en la puerta.
Un lunes por la mañana
a eso de las once y media,
cuando el sol deja sin sombra
los juncos y madreselvas,
cuando alegremente bailan
brisa y tomillo en la sierra
y van cayendo las verdes
hojas de las madroñeras,
regaba sus alhelíes
la arisca talabartera.
Llegó su amigo trotando
una jaca cordobesa
y le dijo entre suspiros:
-Niña, si tú lo quisieras,
cenaríamos mañana
los dos solos, en tu mesa.
-Y qué harás de mi marido?
-Tu marido no se entera.
-¿Qué piensas hacer? -Matarlo.
-Es ágil. Quizá no puedas.
¿Tienes revólver? -¡Mejor!
¡Tengo navaja barbera!
-¿Corta mucho? -Más que el frío.
Y no tiene ni una mella.
-¿No has mentido? -Le daré
diez puñaladas certeras
en esta disposición,
que me parece estupenda:
cuatro en la región lumbar,
una en la tetilla izquierda,
otra en semejante sitio
y dos en cada cadera.
-¿Lo matarás en seguida?
-Esta noche cuando vuelva
con el cuero y con las crines
por la curva de la acequia.
Esposo viejo y decente
casado con joven tierna,
qué tunante caballista
roba tu amor en la puerta.


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miércoles, 20 de marzo de 2013

Volveré Mañana: Federico García Lorca. Muestra-Homenaje en Nueva York, entre el 5 de abril y el 21 de julio.

Imagen: Federico García Lorca, en la Universidad de Columbia, donde escribió «Poeta en Nueva York»

A mediados de julio de 1936, cuando Federico García Lorca estaba preparando la publicación de «Poeta en Nueva York», el poeta granadino se acercó a la sede de la editorial Cruz y Raya para visitar a su editor, José Bergamín. Ante la ausencia de Bergamín, Lorca dejó en su mesa el borrador de su libro de poemas, un compendio de páginas -algunas mecanografiadas, otras escritas a mano- cuajado de borrones, tachones, aclaraciones y notas al margen.

Sobre el volumen reposaba una breve misiva escrita a mano en la que Lorca decía «Querido Pepe: He venido a verte. Creo que volveré mañana. Abrazos de Federico». Sin embargo, Lorca nunca regresó.

Tras el estallido de la Guerra Civil, Lorca viajó a Granada para estar con su familia. Un mes después, el poeta y dramaturgo sería ejecutado por ser republicano y homosexual, y su cuerpo enterrado (Yo diría arrojado) en una fosa común.

En Madrid, Bergamín decidió exiliarse. Con él se llevó el manuscrito de Lorca, que acabaría siendo publicado póstumamente en 1940. Misteriosamente, el manuscrito desapareció poco después. Cambió de manos con tanta frecuencia que se le perdió la pista hasta que en 1999 fue redescubierto y adquirido por la Fundación García Lorca unos años después.

Ahora, por primera vez, el manuscrito va a ser exhibido en Nueva York, una ciudad en la que Lorca residió 9 meses entre 1929 y 1930 y que lo inspiró para escribir un poemario sobre la frialdad de la sociedad moderna e industrial y las injusticias que de ella nacen.

El volumen será la atracción principal de «Volveré mañana: Federico García Lorca/Poeta en Nueva York», una muestra que se podrá visitar entre el 5 de abril y el 21 de julio en las salas de la icónica Biblioteca Stephen A. Schwarzman.

Junto al original se podrán ver dibujos, fotografías y cartas del poeta; algunos objetos personales como su pasaporte, su guitarra o su tarjeta de la biblioteca; además de una serie de recuerdos en los que ver «las huellas de “Poeta en Nueva York” y de Nueva York en un poeta», como señala la biblioteca. -«Acercar la figura de Lorca»- «Acercar la figura de Federico García Lorca a la ciudad que lo recibió es una idea excelente», señala María José Luján.

Para esta hispanista y académica del Manhattanville College, la exposición es una oportunidad única para ver más allá del Lorca autor y conocerlo como «persona, como ser humano, destacando su sensibilidad con la belleza y la categoría humana».

En torno a la muestra tendrá lugar el festival «Lorca en Nueva York: Una celebración». Su nutrido programa incluye un concierto de Patti Smith en homenaje al cumpleaños de Lorca, representaciones de la obra para títeres de cachiporra «Tragicomedia de don Cristóbal y la señá Rosita. Farsa guiñolesca en seis cuadros y una advertencia», una noche de espectáculos con lectura de poemas, representación de fragmentos de sus obras de teatro y actuaciones musicales de las canciones favoritas de Lorca; y la conferencia «Lorca y Nueva York: algunos recuerdos a través de los años», impartida en la Universidad de Columbia por Gonzalo Sobejano, entre otros muchos eventos más.
Fuente: www.abc.es