domingo, 25 de febrero de 2024

Alemania reabre el caso de los asesinados por la (medicina) ciencia nazi.

La Sociedad Max Planck conserva fragmentos de cerebros de unos 3.000 niños y adultos ejecutados por padecer enfermedades mentales. Una investigación intenta ponerles nombre casi 80 años después.

Foto inédita de la ficha hospitalaria de Ernestine D., asesinada en el psiquiátrico de Kaufbeuren cuando tenía 13 años
Foto inédita de la ficha hospitalaria de Ernestine D., asesinada en el psiquiatrico de Kaufbeuren cuando tenia 13 añosMUSEO DEL HOLOCAUSTO

Entre 1939 y 1945, unos 300.000 niños y adultos con discapacidad o enfermedades mentales fueron asesinados en Alemania. A un número desconocido les extrajeron el cerebro. Los órganos se enviaban a centros de investigación del país, donde se cortaban en rodajas y se preparaban como muestras para estudiar enfermedades mentales. En aquellos años, Julius Hallervorden, uno de los neurólogos más respetados del país, recordaba haber dicho: “Si realmente vais a matar a toda esa gente, sacadle al menos el cerebro para que puedan ser útiles. Ellos me preguntaron, ‘¿cuántos podría analizar?’ Yo les dije, ‘un número ilimitado, cuantos más, mejor”.

Casi ochenta años después, la Sociedad Max Planck de Alemania ha puesto en marcha una investigación independiente para identificar, por primera vez, a todas las víctimas de la ley de Eutanasia nazi cuyos cerebros laminados siguen en los archivos de este organismo de investigación científica, uno de los más prestigiosos del país. La entidad ha anunciado este mes que un equipo de cuatro investigadores ajenos a la institución comenzará en junio a cotejar las miles de muestras existentes con los archivos de los psiquiátricos donde los pacientes recibían inyecciones letales o eran gaseados usando las mismas técnicas que después se aplicarían en los campos de exterminio.

“Tenemos que analizar todos los archivos de neuropatología en los archivos de la Sociedad Max Planck de Berlín y el Instituto de Psicología Max Planck de Munich”, explica Gerrit Hohendorf, uno de los responsables de la investigación, dotada con 1,5 millones de euros y que durará tres años. “Iremos nombre por nombre para recuperar la cifra exacta de personas cuyos cerebros fueron usados para investigación neuropatológica, calculamos que habrá entre 2.000 y 3.000 víctimas”, señala.
Imagen de la ficha de Adolf H., asesinado a los ocho años.Imagen de la ficha de Adolf H., asesinado a los ocho años. MUSEO DEL HOLOCAUSTO DE EE. UU.
El objetivo final será crear una base de datos pública que contribuya a rememorar este episodio que apenas se recuerda dentro y fuera de Alemania. Cada 27 de enero, fecha de la liberación de Auschwitz, el parlamento alemán rinde homenaje a las víctimas del Holocausto. Por primera vez, este año los diputados recordaron también a las 300.000 víctimas de la ley de Eutanasia, según Deutsche Welle.

“Lo más sobrecogedor es que la mayoría eran niños”, explica Patricia Heberer-Rice, historiadora del Museo del Holocausto de EE UU y miembro del equipo de investigación. Heberer-Rice estudia los archivos del hospital psiquiátrico de Kaufbeuren, al sur de Alemania, donde médicos y enfermeras asesinaron a 1.500 pacientes durante el nazismo, explica. En 2000 se enviaron al Museo del Holocausto copias de los historiales médicos del hospital alemán. Entre los documentos hay cartas entre los médicos que enviaban los cerebros y los neurólogos que los recibían y relataban cómo los habían preservado para los estudios de neuropatología.

Una de las 118 víctimas ya identificadas por Heberer-Rice es Ernestine D. Nació el 1 de noviembre de 1929 en Bavaria. “Era hija ilegítima y parece que la separaron de su madre en algún momento. Sufría discapacidad intelectual, era medio ciega y sorda, y padecía ataques epilépticos. Murió el 21 de marzo de 1943 en Kaufbeuren por una sobredosis letal de medicamentos. Tenía 13 años”, explica Heberer-Rice. Adolf H., otra de las víctimas, sufrió daño cerebral durante el nacimiento y padecía epilepsia. Tenía ocho años cuando fue asesinado. Los cerebros de estos y otros niños se enviaban a la Sociedad Kaiser Guillermo, de la que el Max Planck es heredera.

El objetivo final es crear una base de datos pública que contribuya a recordar este episodio que apenas se recuerda dentro y fuera de Alemania

Hallervorden, jefe de Neuropatología de la institución, llegó a reunir 697 cerebros. En una entrevista con el neuropsiquiatra estadounidense Leo Alexander, médico experto durante los juicios de Nuremberg, Hallervorden contaba cómo conseguía su material de estudio de los centros de eutanasia: "Les di fijadores, jarras y cajas e instrucciones para extraer y fijar los cerebros y ellos me los enviaban puntualmente como si fueran muebles. Había un material maravilloso entre esos cerebros, bellísimos defectuosos mentales, malformaciones y enfermedades infantiles. Yo acepté los cerebros, por supuesto. De dónde vinieran y cómo llegaban hasta mí no era asunto mío". Hallervorden sobrevivió a la guerra y continuó su carrera científica sin sufrir pena alguna. Hoy su apellido sigue dando nombre a una enfermedad neurológica que describió junto a Hugo Spatz.

“La historia de esas muestras continuó durante mucho tiempo y se siguieron utilizando para hacer estudios científicos hasta los años 80”, explica Paul Weindling, historiador de la Medicina de la Universidad Oxford Brookes (Reino Unido). La Max Planck tardó varios años en tomar en serio las denuncias sobre el origen de las muestras y abrir su propia investigación, según explicaba el investigador en un estudio de 2012. “Estamos ante una institución muy prestigiosa, con un enorme presupuesto de investigación y que hace ciencia rompedora. Pensaron que dañaría su reputación reconocer todo esto, pero ahora han cambiado de opinión, lo que es un indicativo de que las investigaciones futuras se harán en las mejores condiciones posibles”, explica Weindling, que también participa en el análisis encargado por la Max Planck.

En 1990 la Max Planck retiró todas las muestras humanas recogidas durante la era nazi y las enterró como parte de una ceremonia de homenaje a las víctimas, pero sin identificarlas ni aclarar cuántas muestras había. Una investigación posterior demostró que aún quedaban más láminas en el Instituto de Psiquiatría Max Planck que podían ser de víctimas. La sociedad hizo una nueva auditoría de sus archivos en 2016 en la que se listaron 24.500 muestras tomadas entre 1920 y 1980. Es parte del material que el equipo analizará ahora. En último término, opina Weindling, es posible que haya que desenterrar el material inhumado en 1990, “aunque será decisión de la Max Planck”, señala.

Los investigadores reconocen el reto de publicar los nombres de todas las víctimas por las leyes de protección de datos, pero creen que será viable y necesario. “Puede que las familias de los fallecidos sepan que uno de sus parientes fue asesinado”, explica Wiendling. “Lo que seguro será nuevo para ellos es que los cerebros de sus abuelos o tíos siguieron usándose para investigaciones científicas durante mucho tiempo y ahora están o bien en los archivos del Max Planck o bien enterrados en Munich”, concluye.

https://elpais.com/elpais/2017/05/19/ciencia/1495220303_187485.html#?rel=mas

sábado, 24 de febrero de 2024

Traficantes de felicidad.

Felicidad
Una mujer siendo feliz en plena naturaleza.
El pensamiento actual no ha resuelto la tensión entre el hedonismo y la devoción, pero sí ha añadido una nueva dimensión al debate: la búsqueda de una vida psicológicamente rica.

Como todo el mundo quiere ser feliz y nadie lo consigue, la felicidad se ha convertido en una droga legal que venden los oportunistas y compran los adictos al género. Este tráfico de esperanzas infundadas ya se había consolidado antes de las redes sociales, aunque con ellas está a punto de alcanzar el paroxismo. Si cometes la osadía de poner “libros sobre la felicidad” en cualquier buscador te verás sepultado bajo estratos de títulos seductores sobre la “auténtica” felicidad, el flow, los hábitos de un cerebro feliz, la ciencia de la felicidad y la vida que florece, junto a una ensalada de inventarios de los 12 mejores libros sobre la felicidad, los 10 mejores libros para ser feliz y los mejores libros sobre la felicidad para niños. De las webs ya ni hablemos.

Conscientes de que la búsqueda de la felicidad es un asunto central para la naturaleza humana, los filósofos llevan milenios analizando el asunto con su lupa analítica de alta precisión. Han identificado dos categorías muy diferentes en este apartado de apariencia tan simple. La primera es el hedonismo, la recomendación clásica de priorizar el placer, la estabilidad y el disfrute sobre otras consideraciones. Y la segunda, llamada a veces eudaimonía, aconseja buscar un significado a la vida, tener un propósito, una devoción, un espíritu virtuoso. Ya sé que comprarías los dos paquetes enteros, pero el problema es que hay que elegir entre uno y otro. Ambas filosofías de vida persiguen la felicidad por caminos contradictorios. No se puede ser Bertrand Russell y Frank Sinatra al mismo tiempo, y solo se vive una vez.

El pensamiento actual no ha resuelto la tensión entre el hedonismo y la devoción, pero sí ha añadido una nueva dimensión al debate: la búsqueda de una vida psicológicamente rica. El énfasis se pone ahora en los compromisos mentales complejos, la amplitud de las emociones profundas y las experiencias novedosas, como resume el psicólogo Scott Barry Kaufman. Ni entregarse al placer ni cocerse en la devoción, sino buscar una vida intensa, interesante e inteligente (las tres intes, si me permites el chascarrillo). El demonio ya no es la inestabilidad ni la falta de propósito en la vida, sino el puro y simple aburrimiento. Se trata de buscar la riqueza psicológica. Es un cambio de óptica interesante.

Según los experimentos con voluntarios, la riqueza psicológica muestra una fuerte correlación con la curiosidad, el espíritu abierto al mundo y la capacidad de experimentare emociones intensas, sean positivas o negativas. La aversión al riesgo está muy bien si paseas por un acantilado, pero no como guía vital ni tabla de los mandamientos.

Cuando los investigadores preguntan a sus voluntarios si prefieren el hedonismo, la entrega a un propósito o la riqueza psicológica, la mayoría (del 50% al 70% según los países) opta por el hedonismo, y bastante gente (del 14% al 39%) elige la devoción. Solo una minoría prefiere la riqueza psicológica, y curiosamente son muchos menos en Singapur (7%) que en Alemania (17%). De entrada, esto da la razón a la filosofía clásica, pues la gran mayoría de la gente encaja muy bien en las dos categorías tradicionales. Pero la diferencia entre Singapur y Alemania también indica que la cultura recibida tiene un peso sustancial en las decisiones vitales. Tal vez la riqueza psicológica se pueda estimular en las poblaciones humanas, y tal vez eso incremente el bienestar de las personas. Tal vez lo incremente más que los traficantes de felicidad que hemos padecido hasta ahora.

El filósofo austriaco-israelí Martin Buber (1878-1965) escribió: “No acepto ninguna fórmula absoluta para vivir. Ningún código preconcebido puede prever cualquier cosa que pueda ocurrir en la vida (…). Apostemos nuestra existencia entera por nuestra voluntad de explorar y experimentar”. El consejo es gratis.

Un proyecto de información que desafía a los dueños del mundo. Democracy Now! Contra el silencio y las mentiras

Producido en Nueva York cada día, de 8 a 9 de la mañana hora local, Democracy Now! es un programa de radio y televisión que se transmite a través de internet y más de 900 emisoras de los cinco continentes. Desde su fundación en 1996, sus contenidos combinan informaciones, entrevistas, debates y reportajes de investigación, con una orientación preferente hacia la cobertura de los movimientos y luchas sociales por la justicia en todo el mundo. La crítica del poder corporativo y la política exterior norteamericana son también objetivos destacados.

La sección en español de Democracy Now! se incorporó en 2005 y en la actualidad es transmitida por más de 430 medios. Cualquiera canal de radio puede emitir estas noticias sin costo y también se ofrece una columna semanal a los periódicos interesados en publicarla.

La voz más frecuente al frente de los programas es la de Amy Goodman, periodista que se dio a conocer por sus arriesgadas indagaciones en asuntos como la independencia de Timor Oriental, la ocupación marroquí del Sáhara Occidental o las actividades criminales de la petrolera Chevron en Nigeria. David Goodman, Denis Moynihan, Juan González y Nermeen Shaikh son otros colaboradores habituales.

Para celebrar el vigésimo aniversario de las emisiones, en 2016 Amy Goodman publicó Democracy Now! Veinte años cubriendo los movimientos que están cambiando Estados Unidos (versión castellana de Hoja de Lata, 2018, trad. de Miguel Sanz Jiménez). Este libro repasa la historia de un proyecto que nació para informar de hechos y procesos esenciales que los poderes económicos, políticos y mediáticos, tres cabezas de la hidra capitalista, no quieren que sean divulgados. La crónica nos acerca así a las movilizaciones contra las guerras sucesivas del imperialismo norteamericano y a las heroicidades de personas como Julian Assange, Edward Snowden, Chelsea Manning o Thomas Drake, gracias a las cuales fueron reveladas informaciones clasificadas enormemente relevantes. Ocupan un lugar preferente también los problemas de los inmigrantes ilegales, la pena de muerte y las luchas del movimiento Occupy Wall Street y de los que enarbolan la justicia climática o los derechos LGTBI+. No faltan tampoco capítulos en el libro sobre lacras como la violencia policial contra las gentes de color o la tortura institucionalizada en los interrogatorios policiales, asuntos todos ellos abordados reiteradamente en las emisiones.

Algunos episodios destacados de la historia de Democracy Now! reflejan bien su insobornable compromiso. Un buen ejemplo es lo que ocurrió en 1997, tras un año en antena, cuando el programa entrevistó a Mumia Abu-Jamal, que llevaba ya por entonces quince años en el corredor de la muerte de una cárcel de Pensilvania culpado del asesinato de un policía. Este exmiembro de los Panteras Negras tenía mucho que decir sobre la discriminación racial en el país y la pena de muerte, y dijo mucho aquel día, pero su plática a través de las ondas sirvió para que las doce emisoras de Pensilvania que retransmitían el programa, y eran propiedad de la universidad Temple, cancelaran su contrato.

Noam Chomsky, Angela Davis, Arundhati Roy, Joseph Stiglitz, Noemí Klein y Ralph Nader han sido entrevistados frecuentemente. Respecto a los debates, algunos de los más memorables en la historia del programa fueron los dos entre Tariq Ali y Christopher Hitchens en 2003 y 2004 sobre la guerra de Irak, o el que se realizó en julio de 2016, en plena campaña de las elecciones que llevarían a Donald Trump a la presidencia y tras la derrota de Bernie Sanders como optante a la nominación demócrata. Los contendientes en este caso fueron Robert Reich, que defendió apoyar a Hillary Clinton, como mal menor, y Chris Hedges, que se decantó por Jill Stein, candidato del partido verde.

El programa es fiel a su lema de ir siempre a donde está el silencio y ha recibido numerosos reconocimientos, pero no han faltado tampoco coletazos represivos. En 2008, mientras cubrían protestas durante la convención nacional republicana, Amy Goodman y otros dos periodistas de Democracy Now! fueron arrestados con acusaciones por “causar disturbios”. Sin embargo, la rápida circulación en internet de un video que recogía una de las detenciones, extraordinariamente violenta, consiguió que los cargos fueran retirados. En 2016 se emitió una orden de arresto contra Amy Goodman después de que cubriera las protestas contra la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte durante las cuales la policía soltó perros y atacó con gases a los manifestantes. Los cargos fueron desestimados por el juez, pero los fiscales del condado no descartaron presentar otros en el futuro.

En un mundo en el que los canales dominantes de la información se superponen con las instituciones del poder económico, los problemas creados por la dinámica perversa del sistema tienden a ser silenciados, lo mismo que los movimientos que surgen para denunciarlos o proponer alternativas y mejoras. Democracy Now!, con sus veintiocho años de esfuerzo y lucha, ha servido para demostrar que a las ocultaciones, mentiras y artimañas de los mass media es posible oponer un honesto caudal de información veraz que llegue a todos los rincones y cree una nueva conciencia.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

En él puede descargarse ya su último poemario: Los libros muertos.

Renueva tu relación en 7 pasos. Las parejas pueden salir de la pandemia más fuertes que nunca, dicen los expertos, si aprenden del pasado y miran hacia el futuro.

 

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A medida que emergemos, parpadeando, de nuestra reclusión pandémica, todos hemos cambiado, en mayor o menor medida. También lo han hecho nuestras relaciones.

“Durante este tiempo, las parejas pueden haber pasado juntas tanto tiempo como el que normalmente se extendería a lo largo de un período de dos a tres años”, dice Bryce Doehne, psicólogo clínico de Portland, Oregón. “Y han tenido que ocupar múltiples papeles que antes habrían ocupado otras personas, como los amigos, lo cual es imposible”.

Ahora, cuando muchas parejas vuelven de nuevo a la rutina de la vida, es una oportunidad perfecta para un reinicio de la relación, para aprender de este tiempo de inactividad juntos y mirar hacia el futuro.

He aquí un plan de siete puntos para empezar.

Hagan una revisión de la relación
En primer lugar, siéntense juntos para evaluar lo que funcionó en su relación —y lo que no— durante la cuarentena, dice Christiana Ibilola Awosan, terapeuta de Nueva York. Para hacer cambios positivos en el futuro, empieza por compartir con tu pareja lo que aprendiste de ti mismo durante la pandemia, recomendó.

A continuación, Awosan dijo que consideraran la posibilidad de usar estas preguntas para continuar la conversación: ¿Qué nos ha enseñado la pandemia sobre nuestra relación? ¿Qué queremos mantener en el futuro? ¿Qué queremos descartar? ¿Qué te ha sorprendido de mí durante esta pandemia?

“A veces tendemos a centrarnos en lo que nos molesta de nuestra pareja, pero puede haber cosas buenas que te hayan sorprendido, como una fortaleza que no sabías que tenía”, dice.

Expresen su agradecimiento
Tal vez durante el último año no hayas tenido ganas de hacer cumplidos a tu pareja, pero los comentarios positivos son importantes, según un estudio realizado a lo largo de casi tres décadas sobre el matrimonio y el divorcio liderado por Terri Orbuch, profesora investigadora de la Universidad de Michigan y profesora de sociología de la Universidad de Oakland. Uno de los mayores remordimientos de los divorciados era no haber dado a su pareja más “afirmación afectiva”, es decir, estímulo y apoyo en forma de palabras o gestos considerados. Eso incluye cumplidos como: “eres un gran padre”. Orbuch ha dicho que la negligencia de estos simples actos es una “asesina de relaciones” que pasamos por alto.

¿Conoces ese momento fugaz en el que una ráfaga de afecto o atracción por tu pareja revolotea por tu mente? “No lo pienses sin más”, dice Don Cole, terapeuta matrimonial certificado y director clínico del Instituto Gottman de Seattle. “No debería ‘estar implícito’”.

“Muchos de nosotros creemos que nuestras parejas deberían saber que las amamos, especialmente después de estar juntos durante años”, dijo. Pero una investigación del Instituto Gottman, el renombrado laboratorio para el estudio de las relaciones de pareja, descubrió que las parejas con más éxito regularmente “abrían la boca y de hecho pronunciaban sus palabras de amor y respeto y admiración”.

Esas palabras son aún más significativas, dice Cole, cuando son específicas. “Mi mujer es soprano de formación y le dije: ‘Ayer andabas arreglando la casa y cantando, y me dio un escalofrío por la espalda cuando lo escuché’”, dijo.

¿Por qué importa la especificidad? Decir “eres considerado” es bonito, dijo Cole, “pero cuando tu pareja te cuenta una historia positiva en la que demostraste tu consideración, eso hace que sea más probable que la mantengas, que la aprecies, que te sientas bien con ella”.

Dediquen tiempo a estar solos
Asegúrense de que cada miembro de la pareja se dedique un tiempo a solas en su día, aunque sea un pequeño paseo. Liad Uziel, profesor del departamento de psicología de la Universidad de Bar-Ilan, en Israel, afirma que tanto el tiempo a solas como el estar con otras personas “moldean nuestro carácter desde diferentes perspectivas”.

Cuando estamos solos, dijo Uziel, “la presión externa se reduce, solemos tener más control de los acontecimientos y podemos gestionar nuestro tiempo con más libertad”. El tiempo a solas, dijo, también es importante para lo que se denomina “consolidación de la identidad”, en la que se piensa en el pasado para procesar los acontecimientos, y en el futuro para establecer objetivos.

En nuestras relaciones, tomarse tiempo a solas “ofrece una mayor oportunidad para que cada miembro de la pareja desarrolle su identidad personal de forma independiente, que luego puede aportar a su relación y fortalecerla”, dijo Uziel.

Tómense un tiempo para conectar
¿Tienes menos sexo estos días? No eres sólo tú. Una reciente encuesta en línea realizada por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana a 1559 adultos sobre su vida íntima reveló que más del 43 por ciento de los participantes declararon haber disminuido la calidad de su vida sexual desde que comenzó la pandemia.

La sequía sexual no es una sorpresa, dado que el estrés y la incertidumbre de la pandemia fueron “asesinos de la libido”, según Shannon Chavez, terapeuta de Los Ángeles. Si necesitas un empujón para volver al juego, dijo, piensa en la conexión sexual “como una forma de autocuidado, que es cualquier cosa que hagas para cuidar de tu salud y bienestar general”. Si se prioriza el sexo como una forma de salud, añade, es más fácil dedicar tiempo a la intimidad.

Eso incluye ponerlo en la agenda. “Programar el sexo puede ser mejor para la vida sexual de lo que parece”, dijo Chávez. “La gente teme que le quite la emoción, pero en todo caso, agrega anticipación al planearlo, y no se apresura ni lo pone en segundo plano”.

¿Por qué no proponerse tener sexo una vez a la semana? No solo es un objetivo alcanzable, sino que, según un estudio realizado con más de 25.000 adultos, es realmente óptimo. Una investigación publicada en 2016 en la revista Social Psychology and Personality Science descubrió que el sexo semanal era ideal para alcanzar el máximo bienestar. Si los encuestados, que tenían entre 18 y 89 años, tenían más de eso, su felicidad autodeclarada de hecho se estabilizaba, y ese hallazgo era válido tanto para hombres como para mujeres, y era consistente sin importar cuánto tiempo habían estado juntos.

¿Crees que debes divorciarte? Hazte estas preguntas primero

Vayan a una fiesta
Kendra Knight, profesora adjunta de estudios de comunicación en la Universidad de DePaul, afirma que, aunque hemos visto a muchas de nuestras parejas durante el último año, lo que falta es una reunión social en la que veamos a nuestra pareja a través de los ojos de los demás. Dijo que ver a tu pareja en un evento —arreglada, tal vez desplegando ingenio— puede renovar tu propia atracción.

Nuestro cálculo del atractivo de nuestro cónyuge, a veces denominado “valor de la pareja”, dijo, “depende en parte de las valoraciones de los demás”. Según Knight, esto puede abarcar desde el atractivo físico hasta el atractivo social (si, por ejemplo, es el alma de la fiesta), pasando por el llamado “atractivo de tareas”, por ejemplo, al hacer una tanda de sus famosas margaritas o ganar una partida de algún juego en el patio trasero.

Por supuesto, si tú o tu pareja no están preparados para grandes eventos, o nunca les han gustado las fiestas de barrio, pueden optar por una cena con amigos cercanos o con la familia. Cada uno tiene su propio nivel de comodidad a la hora de salir al mundo después de tanto aislamiento. “Comprueben regularmente cómo se sienten al salir”, dice Awosan. “Y trabajen en ser amables y pacientes dondequiera sea la situación que esté su pareja”.

Redescubran su lado juguetón
El último año y medio ha sido pesado. Ahora que en algunos países nos adentramos en un verano con muchas menos restricciones que el anterior, está bien pensar en recuperar algo de frivolidad. Según un estudio de la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg, Alemania, ser más juguetón en la relación puede reavivar la chispa.

El autor principal del estudio, Kay Brauer, investigador del departamento de psicología, descubrió que las personas que obtuvieron una alta puntuación en “juego dirigido al otro”, o en bromear con los demás, “podrían ser especialmente importantes para reavivar las relaciones tras los largos periodos de monotonía durante la cuarentena”.

Las personas juguetonas, dijo, tienden a compartir chistes privados, sorprender a su pareja, ponerle apodos cariñosos o recrear experiencias conjuntas, como su primera cita o aquella vez desastrosa que intentaron hacer karaoke. Busquen oportunidades para crear chistes privados o para actuar de forma tonta, como tener su próxima cita en un parque de diversiones. “Si alguna vez hubo un momento para sorprendernos a nosotros mismos y a nuestra pareja con lo nuevo e inesperado, es ahora”, dijo Brauer.

Hagan planes
Hacer planes juntos, como unas vacaciones, un proyecto de renovación de la casa, o incluso simplemente pasar por un nuevo restaurante, activa el ansia de nuestro cerebro por las experiencias novedosas, dijo Knight, “lo que a su vez puede amplificar la atracción y el interés por nuestra pareja”.

También refuerza su vínculo, dijo Awosan: “Las investigaciones han demostrado que cuando las parejas trabajan en equipo, la satisfacción y la calidad de su relación aumentan”.

En el último año y medio, “la gente ha perdido trabajos, seres queridos, sentido de sí misma”, dijo Awosan. “Todos hemos perdido algo”. Planear algo para mirar hacia adelante, juntos, simboliza la esperanza y el optimismo.

“Se trata del futuro”, dijo. “Dice: ‘estamos avanzando’”.

Jancee Dunn es la autora de How Not To Hate Your Husband After Kids.

viernes, 23 de febrero de 2024

Cómo cambiar su forma de pensar sobre el envejecimiento.

Las personas que piensan positivamente acerca de envejecer suelen vivir vidas más largas y saludables. He aquí cómo reconsiderar su perspectiva.

illustration of a person sitting on a chair with a book in hand at the beach; the sun is setting and there's a dog and a bicycle next to the person
Credit... Mikyung Lee

En una fiesta en la piscina este verano, Johnnie Cooper se subió al trampolín, ejecutó un salto perfecto y luego se unió a un estridente juego de Marco Polo. ¿La ocasión? Su 90 cumpleaños.

“Siempre he esperado con ansias esta edad”, dijo Cooper, que vive en Huntsville, Alabama, y está retirada del Comando de Misiles y Aviación del Ejército de EE. UU. “Ya no tienes muchas de las luchas que tuviste. Hay mucha más paz”.

Su entusiasmo por envejecer podría ser parte de la razón por la que ha vivido una vida tan larga y rica. Si bien la experiencia de cada persona con el envejecimiento es diferente, los expertos descubren cada vez más que tener una mentalidad positiva se asocia con un buen envejecimiento.

Un estudio de décadas de duración con 660 personas publicado en 2002 mostró que aquellos con creencias positivas sobre el envejecimiento vivieron siete años y medio más que aquellos que tenían opiniones negativas al respecto. Desde entonces, las investigaciones han descubierto que una mentalidad positiva hacia el envejecimiento se asocia con una presión arterial más baja, una vida generalmente más larga y saludable y un riesgo reducido de desarrollar demencia. Las investigaciones también muestran que las personas con una percepción más positiva del envejecimiento tienen más probabilidades de tomar medidas de salud preventivas, como hacer ejercicio, lo que, a su vez, puede ayudarlas a vivir más tiempo.

No puedes detener el paso del tiempo, pero tampoco tienes por qué temerlo. A continuación se muestran algunas formas de ayudarle a cambiar su forma de pensar.

Observe de dónde provienen sus creencias sobre la edad.

Desde el vecino cascarrabias hasta el ludita despistado, los estereotipos negativos sobre el envejecimiento están por todas partes. Asumir creencias negativas sobre el envejecimiento puede afectar nuestra visión del proceso y nuestra salud, dijo Becca Levy, profesora de epidemiología en Yale y autora de “Breaking the Age Code: How Your Age Beliefs Determine How Long and Well You Live”. " Un estudio de 2009, por ejemplo, encontró que las personas de 30 años que tenían estereotipos negativos sobre el envejecimiento tenían significativamente más probabilidades de experimentar un evento cardiovascular, como un ataque cardíaco o un derrame cerebral, más adelante en la vida que aquellos con estereotipos positivos.

Para cambiar sus creencias negativas sobre la edad, primero debe ser más consciente de ellas, dijo el Dr. Levy. Pruebe con una semana de "diario de creencias sobre la edad", en el que escriba cada retrato de una persona mayor, ya sea en una película, en las redes sociales o en una conversación. Luego pregúntese si esa representación fue negativa o positiva y si la persona podría haber sido presentada de manera diferente. Simplemente identificar las fuentes de sus concepciones sobre el envejecimiento puede ayudarle a distanciarse un poco de las ideas negativas.

"Las personas pueden fortalecer sus creencias positivas sobre la edad a cualquier edad", dijo el Dr. Levy. En un estudio de 2014, 100 adultos (con una edad promedio de 81 años) que estuvieron expuestos a imágenes positivas del envejecimiento mostraron mejores percepciones del envejecimiento y una mejor función física.

Encuentre modelos a seguir de envejecimiento.
Si asociamos el envejecimiento únicamente con una pérdida o limitación, “no obtenemos una imagen completa de lo que significa envejecer”, dijo Regina Koepp, psicóloga especializada en envejecimiento. En cambio, dijo, “cambie su atención: busque modelos a seguir, vea quién lo está haciendo bien”.

"No tiene por qué ser una persona que se lanza desde un trampolín a 90 grados", dijo el Dr. Koepp. Podría ser simplemente alguien que asiste a una clase de yoga todas las semanas o se ofrece como voluntario para una causa.

El Dr. Levy recomienda encontrar cinco personas mayores que hayan hecho algo que usted considere impresionante o que tengan una cualidad que admire, ya sea enamorarse más adelante en la vida, mostrar devoción por ayudar a los demás o mantener un compromiso con la aptitud física.

No confunda la positividad forzada con el optimismo.
Las investigaciones sugieren que las mujeres optimistas tienen más probabilidades de vivir más de 90 años que las mujeres menos optimistas, independientemente de su raza o etnia. Pero pensar de manera más positiva sobre el envejecimiento no significa ocultar preocupaciones reales con pensamientos felices o usar frases como "¡No has envejecido!" como un cumplido.

"Los tópicos no funcionan; los hemos escuchado, son trillados, sordos", dijo Melinda Ginne, de 74 años, psicóloga del área de la Bahía de San Francisco que se especializa en envejecimiento.

En lugar de ello, trate de mirar la realidad honesta con optimismo. Si se siente desanimado porque su juego de tenis no es tan fuerte a los 70 como lo era antes, dijo el Dr. Ginne, recuerde: "No, no puedo jugar tenis como lo hacía cuando tenía 50, y Sólo se puede jugar durante 10 minutos. Pero todavía puedo jugar”.

Desafía tus propios miedos acerca de envejecer.
Para sentirse más positivo acerca del envejecimiento, dijo el Dr. Koepp, examine qué preocupaciones tiene sobre el proceso y luego reflexione sobre cuán preocupantes son en realidad esas preocupaciones.

Por ejemplo, la Dra. Koepp, de 47 años, ha tenido un problema con su cadera izquierda. “Diré que soy vieja porque me siento rígida y crujiente”, dijo. “Pero luego pienso: Bueno, mi cadera derecha no está rígida ni chirriante, y tengo la misma edad”.

El punto es que, si bien el envejecimiento puede contribuir al dolor de cadera, dijo, no es el único factor. "Pero combinamos edad y discapacidad, y creo que eso asusta a la gente", dijo.

No descartes los beneficios.
Concéntrate también en lo que estás ganando. Las investigaciones han demostrado, por ejemplo, que el bienestar emocional generalmente aumenta con la edad y que ciertos aspectos de la cognición, como la resolución de conflictos, a menudo mejoran en la vejez.

Con el tiempo, “es probable que desarrollemos más resiliencia”, afirmó el Dr. Koepp. Envejecer exitosamente no significa que no te enfermarás, sufrirás pérdidas o necesitarás atención en algún momento, dijo. Y nadie dijo que cambiar una mentalidad sea fácil. Pero si puede, añadió, puede permitirle verse más claramente “como una persona con experiencia y sabiduría vividas” a medida que envejece.

Holly Burns es colaboradora frecuente de The New York Times.

La maldición millonaria de los indios osage.

David Grann rescata la historia de este pueblo nativo americano y la oscura conspiración para acabar con ellos y robarles su fortuna petrolera. 


Uno de los matones de William 'King' Hale, muerto tras huir de prisión en 1934.

En 1870 los osage fueron desplazados de sus tierras y ubicados en un seco y pedregoso rincón de Oklahoma. Sin embargo, el descubrimiento de una inmensa reserva de petróleo en el subsuelo convirtió a este pueblo nativo americano en el más rico per cápita del mundo a principios de 1920. Modestos asentamientos como Gray Horse se llenaron de fastuosas casas, enormes coches e indios con un extenso servicio personal en un orden social inaudito en EE UU. Una oscura conspiración de hombres blancos, en connivencia con las autoridades y las fuerzas del orden, inició un lento e implacable trabajo de robo y exterminio para acabar con los osage y quedarse con el dinero del petróleo, una época que los nativos definen como una “orgía de chanchullos y explotación”.

Mollie (derecha), con su hermana y la madre de ambas, Lizzie. Mollie (derecha), con su hermana y la madre de ambas, Lizzie. MUSEO DE LA NACIÓN OSAGE

No se preocupen si no han oído esta historia real que parece sacada de la ficción más siniestra. En EE UU apenas era conocida antes de que el periodista David Grann publicara Los asesinos de la luna, que ahora llega a España (Literatura Random House). “Cuando empecé a investigar llegué a un museo osage y vi una foto en la que habían recortado la cabeza de un hombre. Cuando les pregunté por qué, me dijeron que ahí salía el diablo. Se referían a William King Hale, el urdidor del plan. Ellos no podían olvidar algo que el resto de EE UU ignoraba, que no se estudia en el colegio, que incluso en Oklahoma era obviado”, relata por teléfono Grann a EL PAÍS desde su casa en Nueva York.
Esta historia tiene una heroína: Mollie Burkhart, una osage que perdió a toda su familia en asesinatos, intoxicaciones provocadas por alcohol adulterado, desapariciones y muertes por enfermedades nunca vistas. Aunque se quedó sola y murió a los 50 años en 1937, Burkhart nunca calló. “Es imposible contar lo que tuvo que sufrir. No es lo que pretende el libro”, asegura Grann. El drama para los nativos radicaba en que los derechos de explotación de los recursos de la reserva solo podían pasar a manos ajenas a su linaje por herencia. Y aquí entra en juego el diablo: David Hall, un cowboy reconvertido en hombre de orden que casa a sus sobrinos y amigos con los indios para luego ir eliminándolos y heredar. Pero esta mente criminal no estaba sola. El propio Estado usó todos sus recursos para el expolio y, por ejemplo, declaró menores de edad a los osage y designó a un tutor blanco para cada fortuna petrolera. “Se creó un sistema federal de robo por el que algunos ganaron millones y millones y millones”, resume Grann. “Hale es el típico monstruo y resultaba reconfortante pensar que fue el único responsable de esta matanza prolongada. Darse cuenta de que la maldad anidaba en los corazones de tanta gente ordinaria fue terrible”, añade antes de contar cómo el libro pasó de ser la clásica pesquisa para saber quién había cometido el crimen a describir “una cultura del asesinato”.  
Una familia osage, en su automóvil, en los años veinte.

Una familia osage, en su automóvil, en los años veinte.

El nacimiento del FBI
Los osage contrataron a detectives privados como el mítico William J. Burns, siempre al borde de la ley, o a la agencia Pinkerton que poco pudieron hacer ante la connivencia de las autoridades, policía y jueces con los asesinos. W. W. Vaughan, el primer abogado que se interesó de verdad por los osage, murió arrojado desde un tren cuando tenía en su poder pruebas esenciales para destapar la trama. La prensa de la época hablaba de “complot para matar a los indios ricos” pero nadie hacía nada.

Tras un tortuoso proceso, Hale fue condenado por algunos de los asesinatos, pero el libro, con una estructura del mejor thriller, va más allá y destapa una conspiración más amplia. “Soy un gran lector de novela negra y eso me ha ayudado mucho. Además, la gente lo vivió como un misterio. Mollie no sabía quién iba a ser el siguiente en morir, quién les estaba matando. Con esta forma de narrar trato de atrapar al lector y de transmitir lo mejor posible la realidad”, cuenta Grann, que estuvo cinco años investigando el caso.

Las instituciones blancas y el 'establishment universitario borraron esta tragedia de la narración histórica establecida porque las víctimas eran indias David Grann

Sin embargo, los malos de esta historia no contaban con un factor: el FBI y la ambición del joven J. Edgar Hoover. La agencia federal se había creado en 1908 y en los años veinte del siglo pasado tenía una estructura débil y escasa jurisdicción en casos de asesinato, pero sí podía actuar en todo lo que pasara en las reservas indias. Armado de su despiadada inteligencia y usando como jefe de la investigación al agente White –un implacable vaquero de otro tiempo, un hombre de honor que no usaba armas y causaba respeto y estupor entre los criminales– el director del FBI convirtió el caso en el pilar sobre el que construyó el prestigio de la agencia. “Hoover lo usó para avanzar en todos los sentidos. Así es como acumuló todo el poder y empezó a abusar de él. Solo tenía 28 años pero ya se veía su genio organizativo, su megalomanía y su obsesión por la buena prensa”, explica Grann.

“Estas son tierras empapadas en sangre”, dice la nieta de una de las víctimas, parte de un pueblo orgulloso que no quiere ni puede olvidar. El autor lo explica así: “Las instituciones blancas y el establishment universitario borraron esta tragedia de la narración histórica establecida porque las víctimas eran indias. Cuando conoces a los descendientes osage empiezas a comprender el infierno que vivieron, historia viva para ellos, una masacre que no ocurrió hace 300 años sino en pleno siglo XX”.

'El viejo y la pistola', más allá del 'true crime'
David Grann (1967) es un escritor que investiga o un investigador que escribe. En el momento álgido de las historias basadas en crímenes reales, de la producción en masa de libros y podcast sobre true crimes, Grann se toma su tiempo, intenta entender las claves, ir más allá. "No se trata de buscar lo sensacional, la sangre o un cadáver", afirma. El viejo y la pistola y otros relatos de true crime (publicado también por Literatura Random House) recoge tres de sus mejores reportajes publicados en The New Yorker a lo largo de los tres últimos lustros. Un elegante ladrón septuagenario maestro en fugas, un escritor polaco que incluyó las claves de su crimen en una novela y un artista francés del engaño protagonizan los tres relatos, historias que si fueran ficción nadie creería y que guardan algunas de las esencias de un periodista que se aventuró en el interior del Amazonas en busca de una ciudad perdida o que encontró el éxito desentrañando las claves de la extraña muerte del mayor experto mundial en Sherlock Holmes.

Kiko tiene formación en ingeniería pero trabaja como periodista. Esta combinación ¿poco común? le permite a Kiko analizar los asuntos del día mediante gráficos y datos, creando poderosas narrativas visuales.

El año pasado publicó Piensa Claro, un libro con ocho reglas para analizar y descifrar el mundo que nos rodea. Es una recopilación de ideas especialmente útiles en la era los datos, de la que nos deja una buena muestra en el artículo de hoy. Como veréis es una sucinta masterclass de comunicación aplicable a muchos ámbitos de la vida.

Un disfrute. A disfrutar.

A continuación va una lista con lo que he aprendido en este viaje híbrido, entre ciencias y letras.

1. Necesitas datos
Mirar el mundo a través de números es imprescindible si quieres entenderlo.

2. La objetividad existe
Muchos reputados periodistas dicen lo contrario en sus facultades. Tienen razón cuando señalan que nadie es perfectamente objetivo —tenemos sesgos—, pero eso no importa. La objetividad existe igual que la libertad, la justicia o la igualdad, como un ideal. Son las metas a perseguir.

Cuento siempre la historia de mi primo pequeño. Debía tener cinco años, una mañana de 1990, cuando entró en casa de vuelta del colegio. Había sido su primer día. Mi padre lo llamó para unirlo al grupo de primos mayores y le preguntó rutinariamente: Bernat, cuéntanos, ¿Cómo ha ido el primer día? Mi primito respondió despacio: “Muy bien, muy bien. Sólo han llorado dos”, y en seguida añadió: “una niña y yo”. En conclusión: la objetividad está al alcance de un niño.

3. Analizar parece fácil pero es difícil
Por eso tienes que ejercitar tu mirada cuantitativa. Se aprende poco a poco, tomando atajos de la gente que te precede. Escribí un libro para recoger las ideas que me ayudan a pensar claro.

Se resume en ocho reglas:

Acepta la complejidad del mundo

Piensa en números

Protege tus muestras de sesgos

Asume que atribuir causas es difícil

No desprecies el azar

Predice sin negar la incertidumbre

Admite los dilemas y haz malabares

Desconfía de tu intuición

4. Vives en el futuro: lo escaso es la atención
Esta frase la leerás en tu móvil, donde la competencia es salvaje: puedes abrir WhatsApp, escuchar un podcast, mirar Twitter, leer un libro o cerrar una cita en Tinder. Conseguir atención se ha vuelto decisivo. Cuando envías un correo compite con todo el buzón; cuando hablas delante del CEO de tu empresa, compite con todo en su cabeza.

5. Comunicar bien es esencial
El 90% de las veces.

6. Piensa en el lector: ¡se interesante!
Ten siempre presente su primera pregunta: “¿por qué debería importarme esto que cuentas?”. Es igual con un inversor, un cliente o una primera cita.

7. Cuida los principios.
Enseña pronto lo mejor que tengas, lo llamativo, lo relevante, lo singular.

8. Cuenta historias.
Necesitas información para tomar mejores decisiones, pero tu cerebro adora los cuentos. Así han viajado las ideas desde tiempos ancestrales. ¿Un ejemplo? Mi primo pequeño.

9. Simple es inteligente.
Interioriza lo que dice Derek Thompson: “El instituto me enseñó grandes palabras. La universidad me premió por usar grandes palabras. Entonces me gradué y me di cuenta de que los lectores inteligentes fuera de clase no quieren grandes palabras. Quieren ideas complejas hechas simples”.

Por eso, escribe simple y claro. No pensando que los lectores rechazarán la complejidad, ¡sino justo por lo contrario! Escribe con sencillez para poner ideas complejas en tus textos.

10. Aprende las reglas de escribir
Separa las ideas en párrafos; usa frases cortas; limita la abstracción; usa verbos de acción; pon ejemplos; medir personas; usa tu voz; quita palabras; relevar; se breve. No digas que «se implementará un refuerzo significativo de personal docente», escribe «contrataremos 3.000 profesores». Lee guías de escritura, desde Strunk & White a Jordi Pérez Colomé.

11. Escribe sobre ti pero más allá
Un texto excelente a menudo está escrito en primera persona; el autor es un personaje central… Y sin embargo, el tema real del texto va más allá.

12. Recuerda el asunto favorito de todos: ellos mismos
Cuéntame sobre mi vida, mi equipo, mi barrio o mi generación. Y si quieres caerme bien, pregúntame y escúchame.

13. Nada supera el valor de ser útil
Haz algo por tus usuarios, aunque sea recomendarles un libro o cederles una historia divertida para que se la cuenten a su mujer en el desayuno.

14. No escondas tu juicio
Está bien presentar la complejidad y los dilemas del asunto del que hablas; y es inevitable usar muchos “quizás” y algún “sin embargo”. Pero el lector tiene que oír tu argumento.

15. Desconfía de la rotundidad
Como dijo Montaigne hace cientos de años: “Nada se cree tan firmemente como aquello que menos se conoce”.

16. ¿Por qué titular con una pregunta?
La primera razón es que las preguntas despiertan tu curiosidad. ¿Otra razón? A veces una pregunta es el titular más riguroso posible, como cuando tienes 2.000 palabras interesantes sobre un tema —“¿Cuál es el sentido de la vida?”— pero no una verdadera respuesta.

17. Más gente debería aprender matemáticas
Conozco personas brillantísimas que se limitan porque desconfían de sus habilidades cuantitativas. Pero saber matemáticas no es algo innato que distingue a ciertas personas; es algo que se aprende.

18. ¡Haz mejores gráficos!
Basta querer hacerlo para recorrer la mitad del camino. Lee a Alberto Cairo.

19. En 2024 lo humano y lo tecnológico están imbricado
Te puedes gustar más (una ecografía dice que todo está bien) o menos (tu hijo quiere un móvil), pero es un hecho. La policía tiene que pensar en delitos informáticos y los abogados en derechos digitales; y si quieres ser un artista en diez años, quizás tengas que usar IA.

20. Es temerario ignorar el método científico al gobernarnos 
No bastan la empatía y las intuiciones para probar que fumar mata, ensayar las vacunas contra la Covid-19, o determinar que los recién nacidos duermen más seguros boca arriba.

21. Pero es también evidente que no existe una solución científico-técnica para los asuntos humanos 
Primero, porque no quieres ignorar las consecuencias de cualquier nueva tecnología. Pero también por un motivo más profundo: porque no podemos tenerlo todo al mismo tiempo. ¿Prohibimos bañarnos en el mar para que nadie se ahogue? ¿O es más valioso ser libre de entrar al agua una noche memorable de aguas agitadas? Gobernarnos es decidir equilibrios. ¿Cuántas vidas de ciervos vale un niño? ¿Cien? ¿Mil? ¿Todas? ¿Qué sacrificios debe hacer la generación de mi hija por la que nacerá en 2100? ¿Y por quién viva —quizá— en 10.000 años? Ningún científico puede decidir eso por nosotros. Son tensiones reales que se deciden cada día, con el triaje de un hospital o con los métodos de nuestros colegios. Los dilemas son ineludibles.

Los dilemas son inescapables.

5 consejos para hablar con alguien que cree en teorías conspirativas sin arruinar la fiesta de Navidad

Una pareja discutiendo frente a un árbol de Navidad

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Pie de foto,

Recuerda: los virólogos afirman que los gritos aumentan las posibilidades de propagar el c


Temías que llegara ese momento.

Mientras le pides a tu tío que te pase el jamón, casualmente él menciona que una vacuna contra el coronavirus inyectará en nuestros cuerpos microchips con el fin de rastrearnos.

O tu cuñado, después de unas cervezas, dice que la covid-19 no pasa de ser una "pequeña gripe".

La probabilidad de que te encuentres ante situaciones como éstas en los próximos días no es despreciable.

Los expertos continúan recomendando evitar aglomeraciones debido a la covid-19. Sin embargo, a pesar de los evidentes riesgos, muchas familias planean celebrar la Navidad con una reunión presencial.

Pero ya sea en reuniones virtuales o presenciales, ¿cómo debatir sobre noticias falsas y teorías conspirativas sin arruinar la fiesta?

Un hombre y una mujer con ropas que hacen alusión a la Navidad discutiendo

Un hombre y una mujer con ropas que hacen alusión a la Navidad discutiendo

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Uno de los consejos es mantener la calma. "Una conversación con enojo y subida de tono hará que todos se sientan mal".

1) Mantén la calma

Si bien es importante cuestionar las noticias falsas, de nada sirve hacerlo si todo termina en una discusión acalorada.

"Mi regla número uno es no estropear la Navidad", dice el británico Mick West, autor de libros de ciencia. "Una conversación con enojo y subida de tono hará que todos se sientan mal y contribuirá aún más a consolidar las creencias conspirativas".

El psicólogo Jovan Byford, profesor de la Open University, señala que las teorías de la conspiración a menudo tienen una fuerte dimensión emocional.

"No se trata solo de lo correcto o incorrecto", señala, "sino que se sustentan en el resentimiento, la ira y la indignación por cómo funciona el mundo".

Estas teorías crecieron en 2020 debido a la búsqueda de explicaciones a la pandemia, las elecciones estadounidenses y los grandes acontecimientos mundiales.

Catherine, de la Isla de Wight, frente a la costa sur de Inglaterra, entiende esto por experiencia propia.

Esta mujer británica de 38 años creía firmemente en las teorías conspirativas según las cuales las vacunas se usaban deliberadamente para dañar a la gente. Pero cambió de opinión.

"Es extremadamente importante mantener la calma en todo momento", dice. "La persona con la que estás hablando suele ser tan apasionada como tú por sus propias creencias y las defenderá hasta la tumba".

Y recuerda: los virólogos afirman que los gritos aumentan las posibilidades de propagar el coronavirus.

Otra buena razón para que la conversación sea tranquila.

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Dedos con rostros pintados y sombreros de Papá Noel de espaldas uno al otro

Dedos con rostros pintados y sombreros de Papá Noel de espaldas uno al otro

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Las personas suelen creer en teorías de la conspiración porque, en el fondo, están preocupadas o ansiosas. Intenta comprender sus sentimientos.

2) No menosprecies a tu interlocutor

"Habla con tus amigos y familiares con empatía en lugar de sarcasmo", dice Claire Wardle de First Draft, una organización sin fines de lucro que lucha contra la desinformación. "Escucha con paciencia lo que las otras personas tienen que decir".

La regla de oro es: nunca avergüences públicamente a alguien por sus opiniones. Es probable que si lo haces el tiro salga por la culata. "Si decides discutir las teorías de la conspiración, no menosprecies las creencias de la otra persona", coincide Byford. "Establece algún tipo de consenso".

Recuerda que las personas tienden a creer en las teorías de la conspiración porque, en el fondo, están preocupadas o ansiosas. Trata de comprender estos sentimientos, especialmente en un año como éste.

Por qué hay tanta gente que cree en las teorías de la conspiración

3) Incentiva el pensamiento crítico

Las personas que creen en las teorías de la conspiración suelen decir: "Yo hago mi propia investigación".
El problema es que su búsqueda tiende a restringirse a videos oscuros en YouTube, a seguir al azar a personas en Facebook y a seleccionar evidencia de cuentas sesgadas de Twitter.

Pero el espíritu escéptico que permea los sitios sobre conspiraciones en internet puede allanar el camino hacia el pensamiento racional, asegura Byford.

"Muchas individuos que creen en las teorías de la conspiración se consideran investigadores desconfiados y autodidactas sobre temas complejos", dice. "Destaca eso como algo que, en principio, valoras y compartes".

"Tu objetivo no es hacer que tus interlocutores sean menos curiosos o escépticos, sino cambiar aquello sobre lo que sienten curiosidad o escepticismo".

Esto es lo que ayudó a Phil de Belfast, quien creía en las conspiraciones del 11 de septiembre.

"Solía señalar que había varios expertos que dudaban de las historias oficiales. Eso era muy convincente para mí", explica. "¿Por qué mentirían estos expertos?"

Pero luego Phil comenzó a aplicar el escepticismo no solo a las "fuentes oficiales", sino también a los "expertos" alternativos.

Phil desarrolló una comprensión más profunda del método científico y el escepticismo en sí. El hecho de que un experto crea en algo no significa que eso sea cierto.

"Puedes encontrar expertos y personas muy inteligentes que respaldan cualquier posición", asegura.

"Pregúntate quién está promoviendo estas ideas y cuáles son sus intenciones", señala Claire Wardle. "Por ejemplo, si esas personas obtienen alguna ganancia financiera por la venta de suplementos para la salud o se vuelven más famosos al obtener más seguidores".

Una familia peleando en el sofá

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Verificar y cuestionar datos es importante, pero muchas veces no es la táctica más eficaz para ha

Verificar y cuestionar datos es importante, pero muchas veces no es la táctica más eficaz para hablar con alguien que cree apasionadamente en conspiraciones.

3 claves para detectar una teoría conspirativa

4) Haz preguntas

La verificación de datos es importante, pero a menudo no es el enfoque más eficaz cuando alguien cree apasionadamente en conspiraciones. Las preguntas son mucho más efectivas que las afirmaciones, señalan los expertos.

"Centrarse en las tácticas y técnicas utilizadas por las personas que promueven la desinformación es una forma más eficaz de abordar estas conversaciones que tratar de desenmascarar la información", dice Wardle.

Piensa en preguntas generales que estimulen a las personas a pensar en lo que creen. Por ejemplo, ¿alguna de sus creencias es contradictoria? ¿Tienen sentido los detalles de la teoría que describen? ¿Pensaron en la contra-evidencia?

"Las personas a las que haces preguntas pueden comenzar a dudar y escuchar puntos de vista alternativos", añadió Phil.

5) No esperes resultados inmediatos

No apuestes a que una conversación termine con algún tipo de epifanía.

Para aquellos que confían absolutamente en las teorías de la conspiración, abandonarlas puede ser un proceso muy largo.

"Sé realista sobre lo que puedes lograr", afirma Byford. "Las teorías de la conspiración inculcan un sentido de superioridad en los creyentes. Es un importante generador de autoestima, lo que los hará resistentes al cambio".

Una mujer y su madre discutiendo en la cocina frente a un árbol de Navidad

Una mujer y su madre discutiendo en la cocina frente a un árbol de Navidad

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Hacer preguntas puede ser mucho más efectivo que cuestionar datos.

Para Claire Wardle, no se trata solo de egos heridos. Este año ha sido para muchos aterrador, y las teorías de la conspiración tal vez les hayan ofrecido una fuente de consuelo.

"Reconoce que todos han visto sus vidas trastocadas y están buscando explicaciones", señala. "Las teorías de la conspiración tienden a ser historias simples y poderosas que explican el mundo. La realidad es compleja y confusa, lo que es más difícil de procesar para nuestro cerebro".

Pero los expertos coinciden en que incluso si no ves resultados inmediatos, no debes rendirte.