viernes, 15 de febrero de 2013

¿Qué está pasando en España?

Cada vez más gente, dentro y fuera de nuestro país, se pregunta sorprendida qué está sucediendo aquí, y es natural. Hemos pasado de crear más empleo que nadie en Europa a tener casi seis millones de parados, de nadar en la abundancia a una recesión aguda, de tener superávit presupuestario a una deuda galopante, y de alardear de sistema financiero a tener que rescatarlo por la puerta de atrás. Y, además de todo ello, de una alternancia política más o menos ordenada entre dos partidos a una desafección creciente que amenaza con poner a ambos a los pies de los caballos en las próximas elecciones, por culpa de su traición al electorado y por su constante vinculación con casos vergonzosos de corrupción.

Es muy ingenuo creer que todo ello es solo el efecto de una crisis financiera importada. Es mucho más: los partidos que gobiernan se pasan por el arco del triunfo las promesas electorales, los principios que consagra la Constitución son papel mojado, la Jefatura de Estado se ve envuelta en escándalos más propios de rufianes que de monarcas, la gente no confía en los jueces, la policía apalea a los que protestan por la corrupción y protege a quienes defienden a los corruptos, los banqueros se forran con el dinero de las familias humildes que pierden sus viviendas y se llenan los bolsillos del dinero público que sus voceros niegan a quienes ellos han arruinado. Se encarcela a ladrones de tres al cuarto y se indulta a los financieros y delincuentes de cuello blanco.

No vivimos una crisis puntual o de alternancia. Lo que a mi juicio está ocurriendo es que se viene abajo sin remedio el edificio de la transición postfranquista.

En contra de lo que se quiere hacer creer, la dictadura no fue solo un gobierno de un militar algo autoritario sino un régimen de terror en el que los grupos oligárquicos que dominaban las finanzas y los grandes capitales usaban el poder político para obtener beneficios extraordinarios. Un sistema que permitió hacerse ricos, muy ricos, a quienes lograban estar cerca del poder, afianzando lo que más tarde se ha llamado el capitalismo de amiguetes. Lógicamente, todos esos grupos procuraron que la muerte del dictador solo fuese, en todo caso, el fin de un régimen político y no el del entramado económico y financiero constituido en los años de dictadura.

Por eso no fue fácil el equilibrio entre las clases dominantes y las que luchaban por la democracia y la libertad. Ni los grupos oligárquicos procedentes del franquismo estaban en condiciones de imponer sus condiciones (aunque lo intentaron tratando de dejar fuera de la nueva institucionalidad al PCE y a otros grupos a la izquierda del PSOE) ni las clases trabajadoras tenían poder suficiente como para lograr una democratización efectiva de los aparatos del Estado y, por tanto, la auténtica ruptura con el fascismo. Pero la influencia alemana y estadounidense, la actitud acomodaticia del PSOE, el temor reverencial de la clase política procedente del franquismo a los nuevos tiempos que llegaban y el papel casi arbitral concedido a los nacionalismos de derechas periféricos para anular el contrapeso de la izquierda más transformadora que hubiera podido ser decisivo, lograron cuadrar el círculo.

El sistema ha funcionado así durante años, sin perjuicio de sufrir las tensiones lógicas y los vaivenes derivados no solo de la tensión entre los principales partidos sino también de la que igualmente existe entre las diferentes corrientes internas de cada uno de ellos.

Pero la aparente estabilidad política institucional no ha podido evitar que poco a poco hayan ido apareciendo innumerables vías de agua que iban demoliendo sigilosamente el edificio. El incremento de la desigualdad, la pérdida de peso del gasto social, el debilitamiento de la ya de por sí frágil estructura democrática de las instituciones de representación, de gobierno y de control, una serie ininterrumpida de escándalos derivados del reparto del botín en que en tantas veces se ha convertido la acción de gobierno, el bienestar insuficiente y la democracia incompleta, en expresión del profesor Vicenç Navarro, han terminado por minar el afecto de la ciudadanía a los dos grandes partidos.

La traición del anterior gobierno socialista a sus principios, al deseo de sus electores y militantes y su incapacidad no ya para resolver la crisis sino para mostrar la mínima credibilidad que requiere la acción de gobierno comenzaron a colmar el vaso. Y más tarde, casi las mismas razones, aunque quizá ahora de modo aún más acelerado, llevan al Partido Popular a una situación de desafección igualmente generalizada en medio de un escándalo político casi sin precedentes.

Lo que está pasando en España es simplemente que ese edificio se viene abajo.
No puede mantenerse ya sin dejar al descubierto los intereses que realmente hay detrás de él y la servidumbre y putrefacción tan gigantesca que afecta a gran parte de los dirigentes que nos gobiernan, alternándose cada cierto tiempo y mostrando uno detrás de otro, ante una población cada vez más asqueada, su continua vinculación con casos de corrupción.

Lo singular es que al caerse el edificio hipoteca también a otros partidos, que es verdad que han sido en gran medida ajenos al negocio que han tenido entre manos los dos grandes y los nacionalistas gobernantes en Cataluña y País Vasco, pero que, quieran o no, transitan por la misma vía que ellos. Por eso ni UPyD ni incluso Izquierda Unida registran un incremento en la estimación de voto que pueda considerarse decisivo a la hora de generar, en el marco institucional actual, una nueva gobernabilidad.

La conclusión es obvia. No hay solución posible dentro del espacio político que marcaron los pactos de la transición. Ya no es posible disimular por más tiempo que no fue un diseño modélico, como tantas veces se ha querido hacer ver, sino un reparto de poder e influencia que a la postre dejaba las manos libres a los grandes grupos empresariales y financieros y cuyo gran poder político ha hecho estallar, ¡oh paradoja!, el propio sistema que los privilegiaba. La avaricia de los mismos banqueros que para salvar sus privilegios monitorizaron el diseño del régimen de la transición lo han hecho saltar por los aires al generar, en su beneficio, una burbuja insostenible y una deuda desbocada.

La estrategia ahora teledirigida contra Mariano Rajoy y su equipo es la toma de posiciones de una buena parte de estos últimos grupos que ya no se sienten convenientemente representados por ellos. Si el PSOE tuvo que oír que "no nos representan" de la boca del 15-M, Rajoy escucha ahora lo mismo, aunque no solo desde las calles sino también desde grupos que posiblemente nunca pensó que iban a defenestrarle.

Cualquier intento de darle solución a los problemas de España manteniendo la actual institucionalidad, creyendo de nuevo que el PP y el PSOE se lo van a guisar y comer todo, es infructuoso -como empiezan a mostrar las encuestas-, y solo puede conseguir retardar la salida a la crisis multipolar en la que estamos.

Cualesquiera que sean las medidas que hubiera que tomar para resolver de verdad los problemas que en este momento tiene España hay una cosa fuera de duda: necesitan el apoyo de una gran mayoría social, del 60 o 70 por ciento de la sociedad para ponerlas en marcha. Y para ello no basta con que un partido tenga mayoría absoluta. Una y otra cosa, como está demostrando el PP, son muy distintas.

Y si el apoyo que se necesita para tomar esas medidas y para que éstas sean efectivas es tan grande, en estos momentos es imposible que las adopten exclusivamente el PP y el PSOE. O incluso éstos dos con el apoyo de otros grupos minoritarios o de los nacionalismos periféricos.

Para que cualquier tipo de medida pueda tener semejante apoyo, debe responder a principios éticos y políticos transversales, comunes a personas de un espectro social muy amplio, que respondan a intereses de muchos grupos sociales. No pueden ser definidas, por tanto, en términos de derechas e izquierdas, porque ninguno de éstos es capaz de unir en torno a sí a una mayoría social tan grande como la que se precisa. Y si ese tipo de mayoría social no se puede conformar mirando a derecha o a izquierda, solo se puede constituir contemplando el arriba y el abajo. Solo esto es lo que permite unir hoy día a la inmensa mayoría de la sociedad en torno a una serie de valores, de principios y medidas que me atrevo a decir que se asumen de forma generalizada, que han pisoteado, sobre todo en sus últimos años de hegemonía, el PP y el PSOE, y que ya ni siquiera los garantiza la actual Constitución: la lucha transparente contra la corrupción, la democracia real, el ejercicio efectivo de la libertad y de los derechos sociales que no solo no se conquistan sino que comienzan a perderse uno tras otro.

La única salida que tiene España es articular una nueva mayoría social y moral. Es la hora de poner sobre la mesa propuestas concretas para una nueva gobernabilidad y para afrontar con decisión los problemas económicos porque éstos van a empezar a pasar pronto una factura quizá impagable. Fuente: Juan Torres López. Público.es

miércoles, 13 de febrero de 2013

Rosa Parks, por siempre, Rosa Parks, la mujer que dio inicio al movimiento contra la segregación

El 1° de diciembre de 1955, Rosa Parks se hizo famosa por negarse a darle su asiento en el autobús a un pasajero blanco en Montgomery, Alabama, hecho que dio inicio al actual movimiento por los derechos civiles. El lunes 4 de febrero se cumplieron cien años de su nacimiento. En 2005, Rosa falleció a los 92 años de edad y gran parte de los medios la describieron como una costurera cansada, no como una persona problemática. Pero los medios se equivocaron. Rosa Parks era una rebelde de primera categoría.

La catedrática Jeanne Theoharis derriba el mito de la apacible costurera, en su nuevo libro “The rebellious life of Mrs. Rosa Parks” (La vida rebelde de Rosa Parks). Theoharis me dijo: “Se trata de la historia de una vida de activismo, la historia de una vida que ella misma describiría como ‘rebelde’ y que comienza décadas antes del histórico incidente del autobús y se prolonga décadas después”.

Rosa Parks nació en Tuskegee, Alabama y le enseñaron que tenía derecho a ser respetada y a exigir ese respeto. Las leyes de Jim Crow estaban muy arraigadas en aquel entonces y la segregación se aplicaba en forma violenta. En Pine Level, Alabama, donde vivía Parks, los niños blancos iban a la escuela en autobús, mientras que los niños afroestadounidenses debían caminar. Rosa Parks recordó: “Ese era un modo de vida. No teníamos otra alternativa más que aceptar lo que era la costumbre. El autobús fue una de las primeras cosas que me hizo ver que había un mundo para negros y otro para blancos”.

En la última etapa de su adolescencia Rosa conoció a Raymond Parks, con quien se casó. Raymond, el primer activista que Rosa conoció, era miembro de la filial de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP , por sus siglas en inglés) en Montgomery y cuando Rosa se enteró de que las mujeres podían participar en las reuniones, asistió a una y fue elegida secretaria de la filial en su primera reunión.

Fue allí donde Rosa conoció a E.D. Nixon, un dirigente obrero revolucionario con quien trabajó. En 1955 Rosa pudo asistir a la escuela Highlander Folk en Tennessee, un lugar de encuentro de activistas (blancos y negros) comprometidos a superar la segregación donde se desarrollaban estrategias y tácticas de resistencia no violenta. Fue allí donde Pete Seeger y otros músicos escribieron la canción “We shall overcome” que luego se convirtió en el himno del movimiento por los derechos civiles.

Rosa Parks regresó a Montgomery y volvió a trabajar como costurera. El 1° de diciembre de 1955, luego de salir del trabajo, tomó el autobús hacia su casa. “El conductor dijo que si me negaba a dar mi asiento, iba a tener que llamar a la policía. Y le dije ‘Llámela’”, afirmó Parks en una entrevista con Radio Pacífica en abril de 1956. “Había llegado el momento, después de haber sido maltratada hasta un punto que ya no podía tolerar”. Su arresto aquel día provocó el boicot a los autobuses de la ciudad de Montgomery, que duró más de un año. El boicot fue encabezado por un joven que acababa de instalarse en la ciudad: el Dr. Martin Luther King Jr., en cuyo lanzamiento participó Rosa Parks. Durante el boicot, alrededor de 50.000 afroestadounidenses viajaban juntos en sus automóviles, utilizaban vehículos de la iglesia, tomaban taxis de propietarios afroestadounidenses y caminaban. La medida perjudicó los negocios de los blancos y el sistema de transporte público. Parks y otros activistas interpusieron un recurso judicial contra la segregación y en junio de 1956 un tribunal federal declaró la inconstitucionalidad de la segregación en los autobuses.

Los Parks se mudaron a Detroit. Rosa continuó con su activismo, reaccionó frente a los disturbios de Detroit de 1967, consultó a miembros del movimiento “Black Power”, como Stokely Carmichael, y se opuso a la guerra de Vietnam. La historiadora Theoharis señala que el mayor héroe de Parks era Malcolm X.

“Sentía un gran respeto por King, pero decía que Malcolm X era su héroe personal. La disposición de Malcolm X para hablar sobre el liberalismo del norte y la hipocresía del norte, su temprana oposición a la guerra de Vietnam, todas esas cosas eran muy cercanas a su postura política”.

En la década de 1980, Rosa Parks luchó contra el apartheid y se sumó a las protestas frente a la embajada de Sudáfrica en Washington D.C.

Cuando Parks conoció a Nelson Mandela, después de que fuera liberado, Mandela le dijo: “Ud. me dio ánimo todos esos años en prisión”.

Rosa Parks fue la primera mujer estadounidense en ser enterrada en la rotonda del Capitolio. Cuando murió, me apuré para llegar a Washington D.C. a cubrir su funeral; allí encontré a una joven estudiante universitaria y le pregunté por qué estaba ahí junto a cientos de personas escuchando el funeral a través de los parlantes. La joven dijo con orgullo: “Les escribí a mis profesores para avisarles que hoy no asistiría a clase. Hoy voy a aprender algo importante”. Tenemos mucho que aprender de Rosa Parks. De hecho, ella y otras jóvenes se habían negado a dar sus asientos en el autobús antes del 1° de diciembre de 1955. Nunca se sabe cuándo llegará ese momento mágico.

El próximo 4 de febrero la oficina de Correos de Estados Unidos emitirá una estampilla denominada ‘Rosa Parks Forever’ (Por siempre, Rosa Parks), una muestra de la marca indeleble que dejó su activismo.

Rosa Parks no era ninguna costurera cansada. Como ella misma dijo en referencia a la valiente decisión que tomó: “Si había algo de lo que estaba cansada era de ceder”. “No tenía miedo. Había decidido que de una vez por todas tenía que saber qué derechos tenía como ser humano y como ciudadana, incluso en Montgomery, Alabama”.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: Gabriela Díaz Cortez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/2/1/por_siempre_rosa_parks_la_mujer_que_dio_inicio_al_movimiento_contra_la_segregacin
Amy Goodman. Democracy Now!
Fotos de la vida de Rosa Parks.

¿Censura en "El País"? ¿El diario al servicio de don Mariano y del bloque dominante?

El martes de esta semana, 5 de febrero, Miguel Ángel Aguilar publicó uno de sus artículos en El País en el que hablaba de los ingresos de don Mariano Rajoy y de su trayectoria profesional. Ha desaparecido. Algunas almas puras han escrito al defensor del lector del diario pidiendo explicaciones.

El jueves de esta misma semana, según parece, el artículo ha desaparecido también de la caché de google. 

Lo he comprobado. NO se encuentra por ninguna parte.

¿Censura? Lo parece. ¿Sorprende? Sorprende.
. A. Aguilar es un periodista nada crítico con la actual dirección de El País y, además, es poco afable, por decirlo suavemente, con cualquier organización o ciudadano que tenga algo que ver, aunque sea remotamente, con la izquierda transformadora. Digamos que es muy PSOE, muy derecha-derechona del PSOE.

Además, en principio, el diario-global no parece abonar en demasía en estos momentos el gobierno Rajoy. Lo contrario parece más verdadero. Esperemos. La paciencia es una excelente virtud en estos casos.

Algunos pasajes del artículo censurado:
El primer punto está en la mente indignada de todos: “La intervención del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, ante el comité ejecutivo nacional de su partido el pasado sábado, 2 de febrero, ha agravado la situación en que se encuentra el caso Gürtel-Bárcenas. Primero, por el formato elegido de máximo blindaje y mínima credibilidad.

“Quiero”, dijo el presidente, “que en este asunto operemos con la máxima transparencia, el máximo rigor y la máxima diligencia”. Pero a continuación las maneras venían a desmentirle.

Porque de las ruedas de prensa sin preguntas, lo que Esteban González Pons, vicesecretario del PP, llamaba notas de prensa audiovisuales, se ha pasado a un escalón superior. Ahora, los periodistas han dejado de ser testigos, ni siquiera comparten lugar con el compareciente. Recluidos en otra sala, solo les llega una señal de televisión realizada por los servicios del partido. Una cámara fija ofrece el plano único del presidente Rajoy, que lee en un atril.

Pero nadie ajeno al comité ejecutivo nacional pudo dar fe de cómo sucedió”.

El segundo punto habla de las estúpidas referencias de don Mariano a sus hazañas oposicionales juveniles y a sus motivaciones políticas de fondo: “Segundo, porque si Rajoy proclama nada tener que ocultar, no temer a la verdad, no haber venido a la política ni a ganar dinero ni a engañar a Hacienda; ser a los 23 años, en 1978, Registrador de la Propiedad con una plaza; ganarse muy bien la vida; ingresar más dinero en su profesión que como político; haber venido a la política perdiendo dinero porque para él, el dinero no es lo más importante en esta vida; todas estas protestas nos obligan a reclamar que se muestre "con máxima transparencia, máximo rigor y máxima diligencia" toda su trayectoria como Registrador”.

Por eso, prosigue MAA, queremos saber cosas como las siguientes. Su batería de preguntas basadas en la biografía más o menos conocida del presidente: La primera nos ubica en Villafranca, León: “Si es cierto que siguió disfrutando de los beneficios del Registro de Villafranca, provincia de León, y de Padrón, provincia de la Coruña, cuando fue elegido diputado al Parlamento de Galicia en 1981, director general de Relaciones Institucionales de la Xunta en 1982”.

La segunda nos traslada un poco lejos, al Pirineo catalán: “Si al concursar voluntariamente y obtener en 1982 el registro de Berga en el Pirineo catalán, contraviniendo entre otras la obligación de residir en la localidad donde tiene su sede el Registro, continuó obteniendo ingresos de esa plaza, que se encuentra a más de mil kilómetros de Pontevedra, ciudad donde seguía teniendo su residencia efectiva y sus responsabilidades políticas como concejal del Ayuntamiento, presidente de la Diputación y Diputado al Congreso desde 1986 y vicepresidente de la Xunta en 1987. Porque si Rajoy como político concursaba buscando mejores plazas y figuraba como registrador en activo, debemos saber cuánto cobraba de sus cargos políticos y cuánto recibía de los registros”.

La tercera va de compatibilidades: “Si es cierto que nunca solicitó la declaración de compatibilidad del Ministerio de la Presidencia, a que estaba obligado por la Ley de Incompatibilidades de los funcionarios públicos, porque en ese caso alardear de ser persona escrupulosa con el cumplimiento de la legalidad resultaría excesivo”.

La cuarta habla de Elche y Santa Pola: “Si los registros de Elche y Santa Pola, que solicitó y le fueron adjudicados en sucesivos concursos, los atendió alguna vez personalmente, cuánto cobró hasta 1990 y si simultaneaba esa tarea con otras responsabilidades políticas.

La quinta va de designaciones: “Si, cuando a partir de marzo 1990 pide que se le declare en servicios especiales y su plaza en Santa Pola, queda encomendada a su buen amigo Francisco Riquelme, titular del Registro de Elche, esa designación a título de "sustituto accidental permanente", era la que correspondía según el cuadro legal de sustituciones de la Dirección de Registros y del Notariado”.

La sexta va de acuerdos entre colegas: “Si a partir de ese momento y siguiendo ejemplos acreditados se repartía al 50% los beneficios del Registro de Santa Pola con el sustituto que le hacía el trabajo”.

La séptima va de repartos y cambios legislativos pro domo sua: “Si después de 1998 a partir de algunos cambios legales, aprobados en el Consejo de Ministros donde él se sentaba, los beneficios del Registro de Santa Pola se han partido entre el amigo Riquelme y el Colegio de Registradores al 50%”. Son cuestiones relevantes, concluye MAA, “porque permitirían confirmar cuanto es el dinero perdido de Mariano Rajoy y evaluar su desprendimiento y su entrega sacrificada a la política, sin atender a las pérdidas que ese afán de servicio le acarreaba”. De momento, recuerda finalmente el conservador periodista de El País , “en la Declaración de Actividades presentada en el Congreso de los Diputados el 1 de diciembre de 2011 el punto segundo "Ejercicio de la función pública o de cualquier puesto al servicio de una Administración Pública" figura en blanco y tampoco especifica la Administración para la que presta sus servicios, ni si ha solicitado el pase a la situación de servicios especiales o equivalente”

¿Hay censura entonces? ¿Por qué? ¿Desde dónde? ¿Esta es una práctica ajustada al ideario liberal del diario de don Cebrián y de sus amigos usamericanos? Salvador López Arnal. Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría

domingo, 10 de febrero de 2013

Entre tinieblas

La opacidad es un ingrediente fundacional de nuestra democracia

Lo que pasa en España es más grave de lo que parece. No se trata de un escándalo de corrupción, ni de dos, ni de tres, ya no. Estamos ante el fin de una época, el desmoronamiento de un Estado, una crisis tan honda que desborda todas las cifras. Y lo importante no son las respuestas, sino las preguntas. Da lo mismo cómo escriba Bárcenas las aes mayúsculas, lo que costara el cumple de la hija de la ministra, o si el juez embarga o no a Urdangarín. Lo relevante es cómo y, sobre todo, por qué hemos llegado a balancearnos al filo del abismo.

Me van a perdonar que vuelva a remachar mi clavo favorito pero, en mi opinión, estamos asistiendo a las consecuencias de la fragilidad congénita de la democracia española, el desarrollo lógico de una Transición que, a despecho hasta de su propio nombre, pretendió erigirse en un régimen permanente. La pestilencia que respiramos a diario es la podredumbre de aquel clamoroso silencio al que confiamos nuestro destino tras cuatro décadas de dictadura sangrienta, la herencia de unos años en los que todo —la Monarquía, la Constitución, las Autonomías, el bipartidismo— se acordó entre tres o cuatro señores que fumaban puros después de comer, tomando decisiones entre las que la principal era, casi siempre, que los ciudadanos nunca llegaran a enterarse de lo que habían pactado después del postre.

No nos engañemos. La opacidad es un ingrediente fundacional de nuestra democracia. No tiene sentido exigir transparencia a unas instituciones que nacieron entre tinieblas. Ha pasado el tiempo de abrir las ventanas y ventilar una porquería que nos llega a la cintura. La regeneración debe ser literal, completa, porque los parches se corrompen más deprisa que los silencios. Y ya que no podemos legar a nuestros hijos una España próspera, dejémosles al menos en herencia un país que haya dejado de apestar. Almudena Grandes. El País.

BÁRCENAS, ¿EL TESORERO LOCO?

Luis Bárcenas podría haber sido perfectamente Jerôme Kerviel, el trader francés que provocó en 2008 una pérdida de 4.900 millones de euros a su empresa Societé Génerale. También podría haber sido Nick Lessons, trader inglés que en 1995 generó un agujero de 827 millones de libras a su entidad Barings Bank. Incluso podría ser Toshihide Iguchi, Chen Jiulin, Kweku Adoboli o tantos otros traders cuya actividad financiera se tradujo en pérdidas millonarias para sus respectivas compañías.

Todos estos traders habían sido durante mucho tiempo empleados ejemplares. Se los había presentado como personas capaces de generar beneficios en cualquier circunstancia, por hostil que fuese ésta. Personas con una mente brillante y sobre todo muy trabajadores. Ejemplares hasta decir basta. Pero un día todos ellos se convirtieron oficialmente en traders locos. Descubiertos los agujeros financieros ocasionados por sus actividades, el relato cambiaba y ahora el ejemplar empleado pasaba a ser un vulgar sinvergüenza que había estado aprovechando su posición para tomar arriesgadas decisiones individuales. Al final de cada historia el trader loco acababa siendo juzgado y condenado a prisión en solitario.

En la mutación desde el trader ejemplar hacia el trader loco, éste pierde todos sus amigos y apoyos. Comienza a ser un apestado, y su única defensa reside en la información sensible que aún quizás mantiene y que puede comprometer a la institución en su conjunto. La institución negocia y acuerda, y si es posible directamente masacra al otrora trader ejemplar. Comienza así un proceso de desvinculación formal que trata de evitar la identificación del fraude con la propia estructura de la institución. Entonces se repite hasta la saciedad que se trata de una manzana podrida pero que el resto de la cesta prosigue sana.

En realidad la propia existencia de traders locos permite ver con claridad los fallos regulatorios e institucionales, dado que se pone de relieve la incapacidad de la propia institución para controlar daños de estas características. En el caso de las finanzas los incentivos perversos (bonus, stocks options, etc.), el motor de las entidades (la búsqueda ad nauseam de la mayor rentabilidad) y el propio diseño de la arquitectura regulatoria (la liberalización del sector y la ley de la selva competitiva) son las claves para entender al trader loco en abstracto. Poco importa la ética personal del individuo si la estructura en la que se inserta es de por si inmoral, ineficiente y perversa.

Por eso Bárcenas es, a ojos del Gobierno, un tesorero loco. Un sujeto que, como Kerviel, habría abusado del margen de maniobra derivado de su responsabilidad para enriquecerse ilícitamente. De ahí que la estrategia de control de daños del PP se haya dirigido necesariamente a concentrar la atención en el individuo y no en la estructura. Es la misma historia de siempre. Tratan de hacernos creer que existen traders locos, tesoreros locos, ministros locos, consejeros locos, concejales locos, diputados locos y presidentes de comunidad locos. Y se ofenden cuando denunciamos que lo que ocurre es que la locura está enquistada en las propias estructuras de un sistema político caduco y malnacido de las entrañas de una decadente dictadura. Es el propio sistema político el que está loco, el que tolera y promueve la existencia de manzanas podridas de la misma forma que es la propia arquitectura institucional financiera la que permite la existencia de traders locos. Alberto Garzón Espinosa Publicado en Eldiario.es

martes, 5 de febrero de 2013

Las víctimas olvidadas de la anatomía nazi. Victoria Gill. BBC

Liane Berkowitz fue ejecutada por los nazis y su cuerpo fue utilizado para la experimentación de científicos anatomistas.

Liane Berkowitz tenía sólo 19 años cuando fue ejecutada por los nazis. Fue arrestada en 1942 por la Gestapo, la policía secreta, cuando pegaba carteles con mensajes en contra de la propaganda nazi. Estaba embarazada, pero esto sólo postergó su ejecución hasta después de que diera a luz a su bebé.

La sombría historia de Liane no acabó con su muerte. Su cuerpo fue uno de los miles que fueron diseccionados por anatomistas y utilizados para sus experimentos.

La identidad de estas víctimas del horror nazi ahora sale a la luz gracias a los investigadores que rastrean los registros legales para identificar a quienes acabaron sobre las mesas de trabajo de los anatomistas del régimen.

Liane fue una de las 182 personas cuyos cadáveres fueron analizados por Hermann Stieve, quien en aquel momento era un renombrado experto de la Universidad de Berlín.

Los nombres completos de la llamada "lista de Stieve" –conformada principalmente por mujeres– acaban de ser publicados por Sabine Hildebrant, una anatomista alemana que trabaja en la Universidad de Michigan. 

"El mismo Stieve elaboró esta lista en 1946", explica la doctora Hildebrant, quien lleva una década investigando la historia de la anatomía alemana. El detallado registro de Stieve de su macabro trabajo ha permitido identificar a sus víctimas.

Hildebrant ha enfocado sus esfuerzos en contar las historias de estas personas. "Quería saber quiénes eran", dice la investigadora consultada por la BBC, "quería que fueran conocidas otra vez".

Trauma y estrés
Véra Obolensky y Libertas Schulze-Boysen
Muchas de las víctimas de la lista de Stieve eran mujeres y miembros de la resistencia, como Véra Obolensky y Libertas Schulze-Boysen. Stieve estaba interesado especialmente en la anatomía reproductiva. Por eso la mayoría de sus víctimas fueron mujeres.

 "Antes de 1933 podía estudiar los cadáveres de hombres que habían sido ejecutados, pero no mujeres, ya que Alemania no ejecutaba mujeres". "Pero repentinamente, durante el Tercer Reich, empezaron a hacerlo". 

Alrededor de la mitad de estas mujeres, entre ellas Liane Berkowitz, fueron condenadas a muerte acusadas de traición. Algunas fueron denunciadas a la Gestapo por otros ciudadanos después de expresar sus ideas políticas contrarias al nazismo.

William Seidelman, exprofesor de medicina de la Universidad de Toronto, Canadá, también dedicó años a la investigación de los lazos entre "medicina y asesinato" en el Tercer Reich.

En un artículo académico de 1999 publicado en Dimensions: A Journal of Holocaust Studies, Seidelman reveló algunos detalles sobre cómo Stieve trabajó en estrecha colaboración con la prisión berlinesa en la que se realizaban las ejecuciones. "Cuando una mujer en edad reproductiva iba a ser ejecutada, informaban a Stieve, se decidía una fecha y se comunicaba a la prisionera cuándo iba a morir", escribió el profesor Seidelman.

EXPERIMENTOS NAZIS
De acuerdo al historiador médico Paul Weindling, casi 25.000 víctimas de los experimentos científicos nazis han sido identificadas.

Weindling dice que hubo distintas "fases" de esos experimentos. La primera estuvo ligada a la eugenesia y a la esterilización forzosa. La segunda fase coincidió con el inicio de la guerra. "Los doctores comenzaron a experimentar con pacientes de hospitales psiquiátricos", escribió el profesor Weindling en un reportaje de la BBC. "Se hicieron experimentos esporádicos en campos de concentración como el de Sachsenhausen, cerca de Berlín, y observaciones antropológicas en Dachau."

La tercera fase comenzó en 1942, cuando las SS (la policía militar nazi) y el ejército alemán tomaron el control de la experimentación científica. Aumentó el número de pruebas en los que se inocularon enfermedades mortales como malaria o tifus exantemático epidémico a miles de víctimas. 

Durante una cuarta fase en 1944-45, explica el doctor Weindling, "los científicos sabían que la guerra estaba perdida pero continuaron con sus experimentos".

"Stieve estaba particularmente interesado en los efectos del estrés y del trauma psicológico en los ciclos menstruales de las mujeres condenadas". "Tras la ejecución, los órganos pélvicos de la mujer eran extraídos para ser examinados.

Stieve publicó informes basados en esos estudios sin ningún remordimiento ni disculpa", dice Seidelman. Stieve se refería a los órganos que analizaba como "material". Sus publicaciones de entonces fueron las primeras en sugerir que el estrés –encarnado en nada menos que una sentencia de muerte– interrumpía el ciclo menstrual.

En su misión de revelar la vida de las personas detrás de este "material", la doctora Hildebrandt revisó los archivos personales de las víctimas de Stieve, que se guardan en el museo del Monumento a la Resistencia Alemana de Berlín.

Hildebrant analizó cada archivo junto a una copia de la lista de Stieve que se mantiene en el Ministerio de Justicia alemán, e identificó a cada una de las personas. Comprobó los nombres de 174 mujeres y ocho hombres de la lista, las fechas exactas de nacimiento y defunción, las nacionalidades, las razones de su ejecución y cualquier otra información personal que pudo encontrar. Algunos de los archivos contienen cartas que expresan los últimos deseos de los prisioneros condenados, como los de "reunirse con sus seres queridos en la muerte", según explica la investigadora.

Una de esas cartas era de Libertas Schulze-Boysen, quien había sido miembro del partido nazi, pero en 1937 se unió a la resistencia alemana y documentó y recolectó evidencias fotográficas de los crímenes del nacionalsocialismo.

Libertas fue arrestada en septiembre de 1942 y condenada a muerte por traición en diciembre del mismo año. En una carta a su madre, escribió: "Como último deseo he pedido que te entreguen mi 'sustancia material'. Si es posible, entiérrame en un lugar hermoso, soleado y rodeado de naturaleza".

HISTORIA OSCURA
EL MACABRO ATLAS DE PERNKOPF
Eduard Pernkopf, director de Anatomía de la Universidad de Viena entre 1933 y 1945 y miembro del Partido Nazi, utilizó cadáveres de prisioneros ejecutados para sus estudios y lo registró en su atlas de anatomía. Las detalladas ilustraciones que contiene lo hicieron famoso entre los estudiantes de anatomía.

Pernkopf trabajó 18 horas diarias diseccionando cadáveres mientras un equipo de artistas creaba las imágenes. Le llevó más de veinte años terminar su libro. Tal como Sabine Hildebrandt escribió en un artículo de 2006 en la publicación Clinical anatomy, este proyecto reveló "el traslado de al menos 1.377 cuerpos de personas ejecutadas al Instituto Anatómico de Viena" durante el Tercer Reich.

"El posible uso de esos cadáveres como modelos no puede descartarse en al menos la mitad de las casi 800 láminas del atlas". Hildebrant dice que su investigación ha dejado "dolorosamente" en evidencia lo poco que interesaba entonces a los anatomistas el destino de las personas cuyos cuerpos estaban diseccionando.

Por asociación, es una mancha en la investigación anatómica alemana. De los 31 departamentos de estudios de anatomía en Alemania y los territorios ocupados entre 1933 y 1945, la experta encontró que "todos ellos, sin excepción, recibieron cadáveres de las cámaras de ejecución". Este tema no acaparó la atención pública sino hasta hace dos décadas.

El profesor Seidelman cuenta que en 1989 un académico anatomista de la Universidad de Tubinga indicó en una conferencia que los especímenes que estaba mostrando eran de trabajadores esclavos polacos y rusos ejecutados durante el Tercer Reich.

Según explicó Seidelman a la BBC, "los estudiantes estaban conmocionados y exigieron una explicación". La universidad inició una investigación formal. Todas las muestras anatómicas de "origen incierto o sospechoso" fueron sepultadas en una sección especial del cementerio de Tubinga y el 8 de julio de 1990 se realizó una ceremonia conmemorativa.

Varias universidades han realizado investigaciones formales sobre la obtención de cuerpos durante el auge del nazismo en sus propios departamentos de anatomía. Instituciones de Austria también estuvieron involucradas.

"La Universidad de Viena tenía un tranvía fúnebre especial que transportaba los cadáveres de la sala de ejecución del juzgado regional al instituto de anatomía", dice el profesor Seidelman.

Eduard Pernkopf, que fue director de anatomía entre 1933 y 1945, dejó un legado impreso en un tomo académico de dudosa fama. Muchas de las ilustraciones increíblemente detalladas del atlas de Pernkopf retratan los cuerpos de las víctimas del terror nazi.

Seidelman dice que los investigadores están aún en "una fase muy temprana del proceso de revelar las historias de aquellas personas que se convirtieron en 'material experimental'". "Se convirtieron en objetos inanimados", dice.

Hildebrant coincide en que este tema aún proyecta una sombra sobre la ciencia anatómica y opina que "la anatomía alemana de posguerra se construyó en parte sobre los cuerpos de las víctimas".

"Es hora de devolver los nombres a los números, de dar rostros y biografías a las víctimas de la anatomía en el Tercer Reich para recordar su humanidad y las injusticias que tuvieron que enfrentar", concluye.
Fuente: BBC.

Placeres de la vida. El encanto del descubrimiento nuevo, de la aventura, de lo que nos sorprende por primera vez. La inocencia de la niñez.


Placeres de la vida...
Muy significativo, bonito y enternecedor...
Cada edad, procura un determinado placer...
Ahora comprobamos que muchos se meten en otros charcos más profundos y menos agradables... menos éticos ¡¡¡Qué lastima!!!

lunes, 4 de febrero de 2013

El pequeño pueblo alemán, Mössingen, que se manifestó solo contra un Hitler recién llegado al poder

Un día después de la llegada de Adolf Hitler al poder (hace ocho décadas), el Partido Comunista Alemán (KPD), perseguido por el nacionalsocialismo, convocó una huelga general en todo el país.

Sólo un pueblo de 4.000 habitantes en el suroeste de Alemania, Mössingen, atendió la llamada de la organización y, según los datos de que se disponen, entre 800 y 1.000 personas salieron a la calle y paralizaron dos fábricas que funcionaban en la localidad. La policía, sin mayores problemas, terminó reprimiendo la protesta, la única que hubo en aquel día en toda Alemania.

Las autoridades de Mössingen, según el historiador Bernd Jürgen Warneken que ha escrito un libro sobre el tema, han tenido a través de la historia dificultades a la hora de confrontar los hechos del 31 de enero de 1933.

Ya los nazis durante la década y media de su régimen habían sentado las bases para que la huelga de Mössingen fuera vista como un episodio orquestado por el stalinismo y por los enemigos de Alemania.

Partidos políticos opuestos a conmemorarlo
El que los comunistas hubieran tenido un liderazgo en los movimientos de oposición ilegales perjudicó la reputación de la resistencia durante la postguerra, la visión que habían impuesto los nazis sobre la huelga de Mössingen siguió en buena parte vigente, a lo que ayudó al dominio que han tenido durante mucho tiempo en esa región fuerzas conservadoras.

Sólo hace 10 años, cuando se cumplió el 70 aniversario, se puso una placa conmemorativa de aquella protesta, pese a que dentro del ayuntamiento hubo resistencias. Sólo uno de los supervivientes de la huelga (Jakob Textor, que murió en 2010 con 102 años) pudo estar presente en ese acto.

Textor mismo, sin embargo, que pintó uno de los afiches de la huelga, nunca recibió un homenaje de la ciudad y el ayuntamiento rechazó una propuesta al respecto cuando él cumplió 100 años.

Esta semana, con motivo del 80 aniversario de la huelga, diversos grupos impulsaron una serie de actos conmemorativos, ante los que se mostraron reacios los representantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU) (el partido de la canciller Angela Merkel) en el ayuntamiento de Mössingen.

El alcalde de localidad, el independiente Michal Bulander, quiso aprovechar el aniversario para activar un diálogo entre quienes, como él, consideran la huelga contra Hitler como un acto de resistencia legítimo y aquellos que critican los disturbios que hubo en el marco de la misma.

El libro de Warneken, No pasó nada en ninguna parte, salvo aquí (Das ist nicht nirgends gewesen, ausser hier) apareció originalmente en 1982, en Rotbuchverlag, y recientemente ha sido reeditado por Talheimer Verlag, con motivo del aniversario de la huelga. En el prólogo para la nueva edición, Warneken se ocupa de las dificultades que ha tenido Mössingen con la memoria de la huelga y ve este problema dentro del marco de la tardanza que tuvo Alemania en abordar del pasado nazi y en rendir tributo a aquellos que trataron de resistirse al régimen.

Warneken recuerda que la República Federal de Alemania (RFA) se demoró mucho en ver como algo legítimo la rebelión de los oficiales, encabezados por Stauffenberg, que trataron de dar muerte a Hitler el 20 de julio de 1944.

Si honrar a los rebeldes del 20 de julio (todos ellos de procedencia conservadora) no era fácil, más difícil aún era rendir tributo a la resistencia obrera, muchas veces liderada por el KPD, de la que, dice Warneken, casi no se habló en los medios, ni en los libros de historia durante años, pese a ser la más activa y la que más víctimas puso.

"El que los comunistas hubieran tenido un liderazgo en los movimientos de oposición ilegales no ayudó a su reputación, sino perjudicó la reputación de la resistencia", dice Warneken.

 A ello se agregaba un factor local que era el que había en Mössingen entre los antiguos nazis y los antiguos opositores al régimen, que en muchos casos eran vecinos o trabajaban en el mismo sitio.

Esto hacía temer, según Warneken, que el recuerdo de la huelga pudiera envenenar la vida social de Mössingen con lo que "el llamado a no resucitar viejas heridas no sólo estaba determinado ideológicamente". Ahora la situación ha cambiado, según Warneken, y el fin de la guerra fría hace que aumente la conciencia de que el pasado rojo también forma parte de la identidad de Mössingen.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1717832/0/pueblo/resistencia/nazismo-hitler/

domingo, 3 de febrero de 2013

Cortafuego

El ideal de la derecha es el orden en la calle y la caja llevada hacia el negocio redondo

En teoría la derecha es el poder y al poder le pertenece por naturaleza el cortijo, el caballo y la pistola. La derecha en este país a lo largo de la historia ha sido apalancada por la iglesia, por los banqueros y empresarios, por la barra de la justicia y un acendrado equipo de periodistas y leguleyos. La ideología de la derecha es el dinero, huidizo como un corzo o voraz como un tiburón, según venga la baraja, a veces redimido por las obras de caridad y perfumado por la erudición académica. El ideal de la derecha es el orden en la calle y la caja llevada hacia el negocio redondo. A la hora de robar legalmente se sirve de las notarías y el atraco a los bancos lo ejecuta desde los despachos del propio consejo de administración. La patria es su coartada. La serpiente le ofrece la manzana envenenada, la muerde y no le pasa nada. Puede que esto no sea más que un cúmulo de lugares comunes, pero explica por qué la corrupción de la derecha, por muy obscena que sea, en lugar de afectar a la esencia del poder se detiene en unas personas corruptas concretas. Entre el poder y los políticos del Partido Popular siempre habrá un cortafuego.

Por el contrario, la izquierda en teoría no es un poder sino un sueño de igualdad, de fraternidad y de justicia. Trata de despertar lo más noble del individuo para ponerlo al servicio del bien común. El afán de redención de los desheredados la lleva a veces a asaltar el Palacio de Invierno a sangre y fuego, pero parece gozar más poniendo la otra mejilla, según manda el evangelio. Puede que esto no sea más que un cúmulo de frases gastadas, pero explica por qué no se precisa que la corrupción de la izquierda sea muy grave, como a veces lo es. Basta con que un concejal socialista meta mano en la caja para que todo el viejo idealismo y la moral se pudran de raíz hasta dejar a la izquierda en medio de la ciénaga. No necesita morder la manzana; con solo olerla es expulsada del paraíso. El escándalo del Partido Popular aun podría llegar más lejos. Si mañana convocara elecciones lo seguirían votando diez millones de ciudadanos, mientras la gente culpabilizada de izquierdas se quedaba en la cama. Hasta que un día se rompe el equilibrio. La corrupción se hace asfixiante, se produce la rebelión y de repente todo estalla. Manuel Vicent. El País.

Opinión de Soledad Gallego-Díaz, subdirectora de El País.

sábado, 2 de febrero de 2013

La Conferencia de Munich abre un errático debate europeo

Alemania no se da prisa en ayudar a Francia en Mali, pero su ministro de defensa le pide que se integre más en la OTAN

La creciente desigualdad interna de la Unión Europea, el problema que está erosionando como nunca un club en su día fundado como asociación de estados iguales, no fue tema ayer en el arranque de la Conferencia de Seguridad celebrada hasta el domingo en Munich. El primer gran debate de la sesión titulado, “La crisis del euro y el futuro de la UE”, ni siquiera rozó el asunto.

La crisis está transformando la UE y el euro, una moneda para la común prosperidad, en algo muy diferente a su idea fundadora. La UE se convierte a marchas forzadas en un conjunto atravesado por una trinchera que divide a deudores y creditores, siendo estos últimos, con Alemania al frente, los que mandan y deciden. El euro se ha convertido en una vaca sagrada ante la que se sacrifican los derechos sociolaborales de millones de ciudadanos. Ajena a este grave proceso, la discusión abierta ayer tuvo como única concesión a la realidad una frase del ministro de exteriores español, José Manuel García-Margallo, advirtiendo que, “la consolidación fiscal es imposible sin crecimiento”.

La frase fue una llamada de alerta a la canciller Angela Merkel, que en Davos reconoció, por primera vez y en una frase, lo que parecía ser una vaga señal keynesiana: “medidas puente” a nivel europeo para los países más castigados por el paro.

El asunto tiene más contenido de lo que parece porque la recesión, en la que la UE ha entrado en bloque, dispara la deuda. Como advirtió en Davos el millonario George Soros, la deuda se mide como una relación entre PIB y la deuda, por lo que si el PIB disminuye –y eso es lo que significa la recesión- la deuda aumenta. Con ello se incrementa aún más, la gran desigualdad interna europea, lo que a su vez disuelve el proyecto europeo tal como fue concebido. Millones de europeos se harán alérgicos a la UE si las cosas siguen así, pero en la cubierta del Titanic se continua bailando: “¿se está saliendo ya de la crisis, o no?”, fue la pregunta del día.

La conferencia debe abordar temas como la guerra de Siria, Malí y la ambición nuclear de Irán. La situación en Asia Oriental, donde la tensión militar entre China y Japón podría decidir la crisis económica global, precipitando un hundimiento, ni se trata. En el asunto de Mali, la posición alemana es todo menos clara.

“La intervención francesa en Mali ha sido correcta”, sentenció el ministro de defensa alemán, Thomas de Maiziere. Pero entonces, ¿por qué no ayuda Alemania de una forma clara? Algunos sectores del estáblishment alemán así lo propugnan invocando el “liderazgo” germano en Europa.

“Alemania sería universalmante reconocida como la potencia líder europea”, si apoyara, se queja el embajador Wolfgang Ishinger, presidente de la Conferencia de Munich. “No podemos determinar el destino financiero y económico de Europa y quedarnos en un segundo plano en decisiones de seguridad”, dice.

Es un ejemplo de cómo en esta Europa en crisis, cada vez más, Alemania habla de sí misma asumiendo un papel que nadie le ha dado y que muy pocos desean que encarne.

Sin arrimar el hombro en Mali, De Maiziere aleccionó a sus socios: “Queremos que Francia juegue un papel más importante en la OTAN y que el Reino Unido tenga mayor papel en la seguridad de la UE”, dijo el ministro de defensa alemán.

Respecto a las relaciones trasatlánticas, lo más claro es que son de pago. Con retraso, llegan noticias de la guerra de Libia. Obama le ha enviado a Hollande una factura de más de 20 millones de dólares por el transporte de tropas francesas en aviones americanos. En total sale a unos 50.000 dólares la hora de vuelo. En París están atónitos, señala el informe. Desbarajuste económico, desbarajuste político y desbarajuste de seguridad.
Rafael Poch. La Vanguardia
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20130202/54362632543/conferencia-munich-debate-europeo.html

viernes, 1 de febrero de 2013

Alemania deplora a Hitler 80 años después de su llegada al poder

Merkel afirma que el nazismo es "una advertencia permanente" del pasado | "Auschwitz comenzó con la destrucción de la democracia", dice el presidente del Bundestag

Doce años transcurrieron desde la llegada de Adolf Hitler al poder y la liberación del campo de exterminio de Auschwitz por el ejército soviético. Doce años que determinaron y marcaron a Alemania como nación, con un lastre de infamia sin parangón en la historia europea, tan sobrada de barbaridades. Aquellos doce años siguen ahí, como advertencia universal, como complejo nacional y también como deber de pública contrición.

La prueba de todo ello fue la lúgubre celebración que las autoridades alemanas dedicaron ayer al 80.º aniversario de la llegada de Hitler al poder, un 30 de enero de 1933. Acto solemne en el Bundestag y discurso de la canciller Merkel inaugurando una exposición dedicada al evento. Trajes negros, semblantes cabizbajos y una gran emoción al escuchar en la cámara la plegaria, casi un llanto, cantada en hebreo rememorando las catedrales del holocausto judío: Birkenau, Treblinka, Majdanek, Babi Yar...

"El camino hacia Auschwitz comenzó con la destrucción de la democracia", dijo el presidente del Bundestag, Norbert Lammert. Aquella democracia de la república de Weimar, identificada con la pérdida de la Primera Guerra Mundial, la paz humillante, la inestabilidad económica y el caos social, que, como explica el historiador Robert Gelletely en su obra sobre el consenso nacional del nazismo, "no gustaba a casi ningún alemán".

"Hitler reflejó el carácter esencialmente provinciano, estrecho y violento del nacionalismo alemán", explica el periodista griego Dimitris Konstantakopulos, autor del diagnóstico más sombrío del actual proceso europeo liderado por una Alemania crecida por su reunificación y por fin plenamente emancipada de las tutelas posbélicas impuestas a su soberanía.

La actual política alemana en Europa vuelve a conducir al desastre, dice Konstantakopulos y, como en 1945, se cerrará con una "derrota geopolítica, moral y estratégica" para Alemania. Una Alemania, explica este autor, que sobrestima su fuerza y que llevará a todos, fuera de Alemania, a la misma conclusión: "no han cambiado, continúan siendo los mismos, no se puede confiar en ellos", dice. Ajustada o no, su diatriba no hace sino ilustrar el lastre y la sombra que aquellos doce años proyectan: ochenta años después no hay país más fácil de demonizar.

Y sin embargo este país, en el que los exnazis continuaron mandando mucho después de la guerra, mantiene su pública actitud de culpa, pese al paso de las generaciones, como si el mismo concepto de culpa colectiva no fuera un absurdo jurídico y moral traspasado a los hijos y nietos de quienes cooperaron o consintieron el horror.

La "ruptura de la civilización" que representó el nazismo y sus exterminios -el judío, el gitano, el de homosexuales, izquierdistas y prisioneros soviéticos-, es una "advertencia permanente", dijo Angela Merkel al inaugurar la exposición Topografía del terror. La muestra es uno de los muchos recordatorios de aquel periodo que jalonan el centro de Berlín y que la ciudad ha convertido en un interesante atractivo histórico, demostrando con ello una inequívoca voluntad.

Merkel dijo advertencia porque el ascenso de Hitler fue posible "por el apoyo de la élite alemana y el consentimiento de la mayoría". Una mayoría que demostró "indiferencia en el mejor de los casos" ante la falta de libertades.

Ochenta años después de su llegada al poder, el nombre de Hitler es una especie de antídoto contra aquel tipo concreto de barbarie porque su memoria introduce de alguna manera anticuerpos en la conciencia universal.
Rafael Poch, en La Vanguardia.

miércoles, 30 de enero de 2013

No queremos pagar la deuda odiosa

Texto entregado al Gobierno de España
En el año 2000 la deuda pública española fue del 59’4% del PIB de acuerdo con los datos de la oficina Eurostat. Sin embargo y como consecuencia de la crisis se prevé que en 2012 dicho ratio haya subido hasta el 85’3% del PIB, mientras que en los Presupuestos Generales el Gobierno estima que en 2013 se incrementará hasta el 90’5% del PIB. En cantidades absolutas lo previsto para 2013 significan un total de 728.800 millones de euros. Asimismo, en concepto de pago de intereses el Gobierno ha previsto la cantidad de 38.589 millones de euros.

Esta deuda tiene diferentes orígenes, como consecuencia de la crisis financiera y económica, y sin más datos es difícil dilucidar qué parte corresponde a las necesidades de financiación de la activación de los estabilizadores automáticos, de los planes de estímulo o de los rescates bancarios. Sin embargo, sí cabe reconocer que en comparación con las grandes entidades financieras el contexto de financiación del Estado ha sido enormemente injusto. Al menos en las dos formas siguientes:

1) En primer lugar, mientras el Banco Central Europeo (BCE) pone a disposición de las entidades financieras una financiación muy barata y prácticamente ilimitada, los Estados tienen que recurrir exclusivamente a los mercados financieros de deuda pública en un contexto de recesión económica –con las implicaciones que ello conlleva en términos de rentabilidad y precio de los títulos de deuda-. Esta situación, derivada de las fallas de la construcción europea y del propio diseño de las instituciones europeas, ha llevado a la creación de espacios de arbitraje que las entidades financieras han aprovechado. Es decir, estas entidades financieras pueden acceder a financiación a un tipo de interés muy reducido y prestar esas cantidades al Estado a tipos de interés mucho más elevados. Situación paradójica teniendo en cuenta que por otros mecanismos y de forma sistemática es el propio Estado, junto con las instituciones europeas, el que está rescatando a las entidades financieras.

2) En segundo lugar, porque gran parte de la financiación obtenida por el Estado ha tenido como destino el salvamento del sistema financiero o de otras entidades empresariales. El esquema lleva a que el Estado se endeude no para hacer frente a los gastos corrientes o de inversión en la economía real sino para prestar el dinero de nuevo en condiciones favorables a sujetos privados cuyos intereses no son necesariamente coincidentes con los de los ciudadanos. Informes independientes, como el del técnico de hacienda D. Agustín Turiel, plantean que el total de este tipo de endeudamiento “ilegítimo” asciende a 95.671 millones de euros sólo entre 2008 y 2010.

No cabe duda de que gran parte de las emisiones de deuda pública de los últimos años se han suscrito a través de los mecanismos arriba descritos, produciéndose así un ilegítimo rescate a las entidades financieras de toda Europa. Por esa razón nuestro grupo considera que es posible calificar gran parte de los contratos de deuda pública con el concepto de “deuda odiosa” tal y como aparece recogido en la doctrina internacional sobre la cuestión. Cabe recordar que este concepto ha sido usado históricamente en múltiples ocasiones, entre ellas en Cuba en 1898 por parte de Estados Unidos o en Iraq en 2004 por parte del Gobierno impuesto por Estados Unidos. Asimismo, los casos de Argentina en 2001 y Ecuador en 2007 ilustran no sólo la posibilidad de realizar eficazmente estas medidas sino también que son instrumentos útiles para garantizar el desarrollo económico futuro.

En un contexto de recesión, y con las expectativas para 2013 de un decrecimiento del 1’4% según la Comisión Europea –especialmente por el agravamiento de la demanda interna en mitad de un proceso de desapalancamiento financiero-, es previsible que la capacidad de ingreso del Estado siga mermándose hasta el punto de hacer insostenible el ritmo de crecimiento de la deuda pública. Ya hay datos que apuntan a esta dificultad creciente. Entre 2010 y 2011 el déficit primario descendió un 9’09% (hasta el 7% según Eurostat) como consecuencia de las políticas de austeridad, pero el déficit público final sólo descendió un 3’09% (hasta el 9’4% según Eurostat). Este diferente ritmo de crecimiento no hace sino revelar el lastre que supone el creciente peso del pago de los intereses de la deuda pública, los cuales ejercen una punción sobre los recursos públicos e impiden que éstos puedan dedicarse en políticas de reactivación económica.

La descrita aquí es una peligrosa senda que aúna socialización de las deudas privadas, crecimiento del endeudamiento público, recesión económica y creciente peso de la carga financiera. No es éste un problema que pueda resolverse con más austeridad, como ilustra dramáticamente el caso griego –que ha tenido que reconocer en varias ocasiones la imposibilidad de pagar toda la deuda pública-, sino que manifiesta la necesidad de liberar parte del lastre financiero que supone la deuda pública. Algo que, a nuestro juicio, debería acompañarse de una política expansiva por parte del Banco Central Europeo y por un nuevo y muy distinto diseño de la Unión Europea.

Por los motivos anteriormente expuestos consideramos necesario poner en marcha una auditoría de la deuda pública que estudie todas las suscripciones de títulos con objeto de poder identificar qué contratos pueden considerarse “odiosos”. Por esa razón, proponemos asimismo la creación de una comisión formada por expertos de diferentes ámbitos de la vida social y económica, incluyendo a las múltiples organizaciones especializadas en este tema que trabajan en la línea apuntada desde hace años tanto a nivel nacional como internacional. Alberto Garzon Espinosa. http://www.agarzon.net/no-queremos-pagar-la-deuda-odiosa/

martes, 29 de enero de 2013

Islandia gana en los tribunales al Reino Unido y Holanda en la reclamación por la quiebra del banco Landsbanki

Londres y Amsterdam reembolsaron las cantidades perdidas por sus nacionales y pasaron la factura a Islandia, pero los islandeses rechazaron el pago en dos referendos. El Gobierno de Gordon Brown utilizó la legislación antiterrorista para apropiarse de los activos de Landsbanki en el Reino Unido

El tribunal de la EFTA ha dado la razón a Islandia en su litigio con el Reino Unido y Holanda que se originó tras la quiebra del banco islandés Landsbanki. Británicos y holandeses reclamaban al Gobierno de Reikiavik los 4.000 millones de euros que sus ciudadanos, empresas e instituciones habían invertido o depositado en Landsbanki. Londres y Amsterdam reembolsaron esas cantidades a sus nacionales y pasaron la factura a Islandia. En dos ocasiones diferentes, los islandeses rechazaron en referendum asumir las responsabilidades financieras del banco liquidado.

El tribunal rechaza las reclamaciones y se basa en dos argumentos, según el Financial Times: la crisis financiera islandesa era lo bastante grande como para obligar a medidas de emergencia. Además, el Gobierno no había discriminado a los extranjeros en las medidas posteriores al hundimiento del banco... leer mas aquí

lunes, 28 de enero de 2013

Lo que la película "Lincoln" no dice sobre Lincoln

La película Lincoln, (hay que verla y también la de Tarantino, Django desencadenado, muy americana pero necesaria. Recomiendo verla previamente a Lincoln) producida y dirigida por uno de los directores más conocidos de EEUU, Steven Spielberg, ha reavivado un gran interés por la figura del presidente Lincoln, uno de los presidentes que, como el presidente Franklin D. Roosevelt, ha intervenido siempre en el ideario estadounidense con gran recuerdo popular. Se destaca tal figura política como la garante de la unidad de EEUU, tras derrotar a los confederados que aspiraban a la secesión de los Estados del Sur de aquel Estado federal. Es también una figura que resalta en la historia de EEUU por haber abolido la esclavitud, y haber dado la libertad y la ciudadanía a los descendientes de las poblaciones inmigrantes de origen africano, es decir, a la población negra, que en EEUU se conoce como la población afroamericana.

Lincoln fue también uno de los fundadores del Partido Republicano que en sus orígenes fue directamente opuesto al Partido Republicano actual, que está hoy altamente influenciado por un movimiento –el Tea Party- chauvinista, racista y sumamente reaccionario detrás del cual hay intereses económicos y financieros que quieren eliminar la influencia del gobierno federal en las vidas económicas, sociales y políticas del país. El Partido Republicano fundado por el presidente Lincoln era, por el contrario, un partido federalista, que consideró al gobierno federal como garante de los Derechos Humanos. Y entre ellos, la emancipación de los esclavos, tema central de la película Lincoln, fue al que Lincoln dio mayor hincapié. Terminar con la esclavitud significaba que el esclavo pasaba a ser trabajador, dueño de su propio trabajo.

Ahora bien, Lincoln, incluso antes de ser presidente, consideró otras conquistas sociales como parte también de los Derechos Humanos, y entre ellas, el derecho del mundo del trabajo a controlar, no sólo su trabajo, sino también el producto de su trabajo. El derecho de emancipación de los esclavos transformaba al esclavo en una persona libre asalariada, unida –según él- en lazos fraternales con los otros miembros de la clase trabajadora, independientemente del color de su piel. Sus demandas de que el esclavo dejara de serlo y de que el trabajador –tanto blanco como negro- fuera el dueño, no sólo de su trabajo, sino también del producto de su trabajo, eran igualmente revolucionarias. La emancipación de la esclavitud requería que la persona fuera la dueña de su trabajo. La emancipación de la clase trabajadora significaba que la clase trabajadora fuera la dueña del producto de su trabajo.

Y Lincoln demandó los dos tipos de emancipación. El segundo tipo de emancipación, sin embargo, ni siquiera se cita en la película Lincoln. En realidad, la ignora. Y utilizo la expresión “ignora” en lugar de “oculta”, porque es del todo posible que los autores de la película o del libro sobre el que se basa ni siquiera conozcan la historia real de Lincoln. La Guerra Fría en el mundo cultural e incluso académico de EEUU (que continúa existiendo) y el enorme dominio de lo que en allí se llama la Corporate Class (la clase de los propietarios y gestores del gran capital) sobre la vida, no sólo económica, sino también cívica y cultural, explica que la historia formal de EEUU que se enseña en las escuelas y en las universidades sea muy sesgada, purificada de cualquier contaminación ideológica procedente del movimiento obrero, sea socialismo, comunismo o anarquismo. La gran mayoría de estudiantes estadounidenses, incluso de las universidades más prestigiosas y conocidas, no saben que la fiesta del 1º de Mayo, celebrada mundialmente como el Día Internacional del Trabajo, es una fiesta en homenaje a los sindicalistas estadounidenses que murieron en defensa de trabajar ocho horas al día (en lugar de doce), victoria que inició tal reivindicación exitosa en la mayoría de países del mundo. En EEUU, tal día, el 1º de Mayo, además de no ser festivo, es el día de la Ley y el Orden -Law and Order Day- (ver el libro People’s History of the U.S., de Howard Zinn). La historia real de EEUU es muy distinta a la historia formal promovida por las estructuras de poder estadounidenses.

Las ignoradas y/o ocultadas simpatías de Lincoln
Lincoln, ya cuando era miembro de la Cámara Legislativa de su Estado de Illinois, simpatizó claramente con las demandas socialistas del movimiento obrero, no sólo de EEUU, sino también mundial. En realidad, Lincoln, tal como indiqué al principio del artículo, consideraba como un Derecho Humano, el derecho del mundo del trabajo a controlar el producto de su trabajo, postura claramente revolucionaria en aquel periodo (y que continúa siéndolo hoy), y que ni la película ni la cultura dominante en EEUU recuerda o conoce, convenientemente olvidada en los aparatos ideológicos del establishment estadounidense controlados por la Corporate Class. En realidad, Lincoln consideró que la esclavitud era el dominio máximo del capital sobre el mundo del trabajo y su oposición a las estructuras de poder de los Estados sureños se debía precisamente a que percibía estas estructuras como sustentadoras de un régimen económico basado en la explotación absoluta del mundo del trabajo. De ahí que viera la abolición de la esclavitud como la liberación no sólo de la población negra sino de todo el mundo del trabajo, beneficiando también a la clase trabajadora blanca, cuyo racismo él veía que iba en contra de sus propios intereses.

Lincoln también indicó que “el mundo del trabajo antecede al capital. El capital es el fruto del trabajo, y no hubiera existido sin el mundo del trabajo, que lo creó. El mundo del trabajo es superior al mundo del capital y merece la mayor consideración (…) En la situación actual el capital tiene todo el poder y hay que revertir este desequilibrio”. Lectores de los escritos de Karl Marx, contemporáneo de Abraham Lincoln, recordarán que algunas de estas frases eran muy semejantes a las utilizadas por tal analista del capitalismo en su análisis de la relación capital/trabajo bajo tal sistema económico.

Le sorprenderá a gran número de lectores saber que los escritos de Karl Marx influenciaron a Abraham Lincoln, tal como documenta en gran detalle John Nichols en su excelente artículo “Reading Karl Marx with Abraham Lincoln Utopian socialists, German communists and other republicans” publicado en Political Affairs (27/11/12), y del cual extraigo las citas así como la mayoría de datos publicados en este artículo. Los escritos de Karl Marx eran conocidos entre los grupos de intelectuales que estaban profundamente insatisfechos con la situación política y económica de EEUU, como era el caso de Lincoln. Karl Marx escribía regularmente en The New York Tribune, el rotativo intelectual más influyente en Estados Unidos en aquel periodo. Su director Horace Greeley se consideraba un socialista y un gran admirador de Karl Marx, al cual invitó a ser columnista de tal diario. En las columnas de su diario incluyó gran número de activistas alemanes que habían huido de las persecuciones ocurridas en la Alemania de aquel tiempo, una Alemania altamente agitada, con un naciente movimiento obrero que cuestionaba el orden económico existente. Algunos de estos inmigrantes alemanes (conocidos en el EEUU de aquel momento como los “Republicanos Rojos”) lucharon más tarde con las tropas federales en la Guerra Civil, dirigidos por el presidente Lincoln.

Greeley y Lincoln eran amigos. En realidad Greeley y su diario apoyaron desde el principio la carrera política de Lincoln, siendo Greeley el que le aconsejó a que se presentara a la presidencia del país. Y toda la evidencia apunta que Lincoln era un ferviente lector del The New York Tribune. En su campaña electoral para la presidencia de EEUU invitó a varios “republicanos rojos” a integrarse en su equipo. En realidad, ya antes, como congresista, representante de la ciudadanía de Springfield en el Estado de Illinois, apoyó frecuentemente los movimientos revolucionarios que estaban ocurriendo en Europa, y muy en especial en Hungría, firmando documentos en apoyo de tales movimientos.

Lincoln, gran amigo del mundo del trabajo estadounidense e internacional.
Su conocimiento de las tradiciones revolucionarias existentes en aquel periodo no era casual sino que era fruto de sus simpatías con el movimiento obrero internacional y sus instituciones. Animó a los trabajadores de EEUU a organizar y establecer sindicatos y continuó haciéndolo cuando fue presidente. Y varios sindicatos le nombraron miembro honorario. En su respuesta a los sindicatos de Nueva York subrayó “vosotros habéis entendido mejor que nadie que la lucha para terminar con la esclavitud es la lucha para liberar al mundo del trabajo, es decir, a liberar a todos los trabajadores. La liberación de los esclavos en el Sur es parte de la misma lucha por la liberación de los trabajadores en el Norte”. Y durante la campaña electoral, el presidente Lincoln promovió la postura en contra de la esclavitud indicando explícitamente que la liberación de los esclavos les permitiría a los trabajadores exigir los salarios que les permitirían vivir decentemente y con dignidad, ayudando con ello a aumentar los salarios de todos los trabajadores, tanto negros como blancos.

Marx, y también Engels, escribieron con entusiasmo sobre la campaña electoral de Lincoln, en un momento en que ambos estaban preparando la Primera Internacional del Movimiento Obrero. En un momento de las sesiones, Marx y Engels propusieron a la Internacional que enviara una carta al presidente Lincoln felicitándolo por su actitud y postura. En su carta, la Primera Internacional felicitaba al pueblo de EEUU y a su presidente por, al terminar con la esclavitud, haber favorecido la liberación de toda la clase trabajadora, no solo estadounidense, sino también la mundial.

El presidente Lincoln respondió, agradeciendo la nota y respondiendo que valoraba el apoyo de los trabajadores del mundo a sus políticas, en un tono cordial, que, por cierto, creó gran alarma entre los establishments económicos, financieros y políticos a ambos lados del Atlántico. Estaba claro, a nivel internacional que, como señaló más tarde el dirigente socialista estadounidense Eugene Victor Debs, en su propia campaña electoral, “Lincoln había sido un revolucionario y que por paradójico que pudiera parecer, el Partido Republicano había tenido en su orígenes una tonalidad roja”.

 La revolución democrática que Lincoln inició y que nunca se desarrolló.
 Ni que decir tiene que ninguno de estos datos aparece en la película Lincoln, ni son ampliamente conocidos en EEUU. Pero, como bien señalan John Nichols y Robin Blackburn (otro autor que ha escrito extensamente sobre Lincoln y Marx), para entender Lincoln hay que entender el periodo y el contexto en los que él vivió. Lincoln no era un marxista (término sobreutilizado en la literatura historiográfica y que el propio Marx denunció) y no era su intento eliminar el capitalismo, sino corregir el enorme desequilibrio existente en él, entre el capital y el trabajo. Pero, no hay duda de que fue altamente influenciado por Marx y otros pensadores socialistas, con los cuales compartió sus deseos inmediatos, claramente simpatizando con ellos, llevando su postura a altos niveles de radicalismo en su compromiso democrático. Es una tergiversación histórica ignorar tales hechos, como hace la película Lincoln.

No hay duda de que Lincoln fue una personalidad compleja con muchos claroscuros. Pero las simpatías están escritas y bien definidas en sus discursos. Es más, los intensos debates que ocurrían en las izquierdas europeas se reproducían también en los círculos progresistas de EEUU. En realidad, la mayor influencia sobre Lincoln fue la de los socialistas utópicos alemanes, muchos de los cuales se refugiaron en Illinois huyendo de la represión europea.

El comunalismo que caracterizó a tales socialistas influenció la concepción democrática de Lincoln, interpretando democracia como la gobernanza de las instituciones políticas por parte del pueblo, en el cual las clases populares eran la mayoría. Su famoso dicho (que se ha convertido en el espléndido eslogan democrático más conocido en el mundo –Democracy for the people, of the people and by the people- claramente señala la imposibilidad de tener una democracia del pueblo y para el pueblo sin que sea realizada y llevada a cabo por el mismo pueblo. De ahí que viera la liberación de los esclavos y del mundo del trabajo como elementos esenciales de tal democratización. Su concepto de igualdad llevaba inevitablemente un conflicto con el dominio de tales instituciones políticas por el capital. Y la realidad existente hoy en EEUU y que detallo en mi artículo “Lo que no se ha dicho en los medios sobre las elecciones en EEUU” (Público, 13.11.12)es una prueba de ello. Hoy la Corporate Class controla las instituciones políticas de aquel país.


Últimas observaciones y un ruego
Repito que ninguna de estas realidades aparece en la película. Spielberg no es, después de todo, Pontecorvo, y el clima intelectual estadounidense todavía está estancado en la Guerra Fría que le empobrece intelectualmente. “Socialismo” continúa siendo una palabra mal vista en los círculos del establishment cultural de aquel país. Y en la tierra de Lincoln, aquel proyecto democrático que él soñó nunca se realizó debido a la enorme influencia del poder del capital sobre las instituciones democráticas, influencia que ha disminuido enormemente la expresión democrática en aquel país. Y la paradoja hiriente de la historia es que el Partido Republicano se haya convertido en el instrumento político más agresivo hoy existente al servicio del capital.

Por cierto, agradecería que todas las personas que encuentren este artículo interesante lo distribuyan ampliamente, incluyendo en su distribución a los críticos de cine, que en su promoción de la película, seguro que no dirán nada del otro Lincoln desconocido en su propio país (y en muchos otros, incluyendo España). A uno de los fundadores del movimiento revolucionario democrático ni siquiera se le reconoce como tal. Su emancipación de los esclavos es una gran victoria que hay que celebrar. Pero Lincoln fue incluso más allá. Y de esto ni se habla. Vicenç Navarro. Público

Lincoln y Marx. Lincoln

El conflicto (antes guerra) civil no ha terminado

La historia de España durante el siglo XX (y que continúa en el siglo XXI) es el conflicto constante entre, por un lado, los establishments financieros, centrados en la banca, y los empresariales, centrados en la gran patronal (asistidos por el Estado dominado por las fuerzas conservadoras –que incluyen las fuerzas armadas y el sistema judicial y policial- y por la jerarquía de la Iglesia Católica, y apoyados por la mayoría del establishment mediático) y por el otro lado, las clases populares que intentan conseguir el bienestar social y calidad de vida que consideran que se merecen y cuyo desarrollo entra inevitablemente en conflicto con los privilegios de aquellos establishments. Este conflicto marcó el siglo XX y continúa ahora en el siglo XXI.

El máximo desarrollo de tal conflicto en el siglo pasado apareció cuando, en respuesta a las políticas reformistas altamente populares llevadas a cabo por un gobierno democrático, hubo un golpe militar que impuso una de las dictaduras más represivas de las que hayan existido en la Europa Occidental (según el profesor Malefakis, experto del fascismo europeo en la Universidad de Columbia, por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió diez mil). Tal dictadura se estableció para defender los intereses de aquellos establishments financieros y empresariales dominantes en la historia de nuestro país.

La resistencia popular hizo quebrar aquella dictadura en los años setenta del siglo pasado. Desde 1974 a 1978 España fue el país con la mayor agitación social de Europa. De ahí que, aun cuando el dictador Franco murió en la cama, la dictadura terminó en la calle. Las movilizaciones sociales (lideradas por el movimiento obrero), aunque determinantes para acabar con aquella dictadura, no fueron suficientemente fuertes para romper con la estructura de poder que controlaba el Estado. Y un punto importante para explicar aquella insuficiencia fue que los partidos políticos de izquierda acababan de salir de la clandestinidad, con muchos de sus dirigentes en las cárceles o en el exilio.

El desequilibrio de fuerzas en aquel proceso de Transición fue enorme.
Las derechas controlaban el aparato del Estado, además del poder financiero y gran empresarial, gozando de una gran influencia en los medios, mientras que las izquierdas políticas estaban saliendo de una dictadura que les había reprimido brutalmente. El famoso “consenso” de la Transición al que las derechas (y algunas voces de izquierda) se refieren constantemente para justificar la perpetuación de su poder en las instituciones del Estado, asume una aceptación por parte de las izquierdas de un acuerdo muy desigual que fue aceptado en aquel momento, resultado de que se percibía que era la única salida posible. La Constitución Española refleja este desequilibrio. No se reconoce en ella ni la universalidad de los derechos sociales (como la sanidad) ni tampoco se reconoce la plurinacionalidad del Estado español. Éstos son indicadores del enorme poder que las derechas tuvieron en la mal llamada Transición “modélica” y que han marcado los más de treinta años de una democracia caracterizada por sus grandes insuficiencias.

La corrección del déficit social
Ni que decir tiene que el periodo democrático ha visto enormes cambios entre los cuales destaca el establecimiento del Estado del Bienestar, proceso liderado por las izquierdas. El establecimiento del Sistema Nacional de Salud, en 1986, es un ejemplo de ello. Y aunque no garantizaba la universalidad de los servicios sanitarios, es decir, unos derechos extensivos a toda la población española, sí que los extendía a la gran mayoría de la población. Otro indicador fue el notable crecimiento del gasto público social por habitante (que cubre desde las pensiones y otras transferencias públicas a los servicios públicos del Estado del Bienestar como sanidad, educación, y servicios sociales, entre otros) corrigiéndose parte del enorme déficit social que la España democrática había heredado de la dictadura. El año que el dictador murió España tenía el gasto público social más bajo de los países que más tarde pasarían a ser la UE-15. En 1975 el gasto social representaba en España solo el 15% del PIB, mientras que el promedio del resto de los países de la posterior UE-15, era del 22% del PIB.

El euro se hizo a costa del Estado del Bienestar 
La corrección del déficit social fue interrumpida, sin embargo, como consecuencia de la manera como se, ... Vicenc Navarro en Público. Seguir leyendo el artículo aquí.

domingo, 27 de enero de 2013

El hambre en el mundo y las políticas asistencialistas y de caridad para tratar de frenar las luchas

1. A partir de las denuncias de Wikileak a los gobiernos del mundo, me ha parecido que se han publicado más investigaciones sobre la situación de la pobreza, la miseria y el hambre en el mundo. Se habla mucho de la “crisis alimentaria” que está provocando el incremento de los precios de los alimentos y que lleva a una situación límite: hambre y muerte a una parte importante de la población mundial. Parece que incluso la ONU empieza a preocuparse pero no sabemos si pretende beneficiar a las grandes empresas agroalimentarias o los famosos transgénicos. De lo que estoy convencido es que hoy por hoy el mundo cuenta con suficiente producción para poder garantizar la seguridad alimenticia de toda la población mundial, “no obstante hay unos 850 millones de personas que sufren hambre y que dependen directamente de las ayudas de diferentes organismos internacionales, y este número aumenta a medida que se incrementa el precio de los alimentos”.

2. La realidad es que la miseria, el hambre, la indigencia de más de la mitad de los pueblos de África, América Latina y Asia –en vez de reducirse- parece aumentar. De nada han servido los grandes descubrimientos y el desarrollo de las tecnologías para solucionar el hambre de los pueblos. Como ha sucedido en la historia del capitalismo una minoría de familias, las más ricas y poderosas, se ha aprovechado de todos los avances tecnológicos para continuar acumulando riquezas y se vislumbra que así será por lo menos en los próximos 50 ó 100 años. (No me olvido de los luddistas o destructores de máquinas). Ayer publiqué un artículo con datos sobre la profunda pobreza en América Latina subrayando el triste papel de México en ese contexto y las campañas políticas (el PRI en Chiapas) que buscan remediar la situación con medidas. Hoy me he topado con un estudioso –reconocido en la ONU- que me aporta muchos más datos sobre el hambre.

3. Mi amigo, el psicólogo Fritz, me ha enviado un trabajo de Jean Ziegler, que es relator de la ONU para la alimentación y escritor; además, se dice que lleva décadas luchando para demostrar que “otro mundo es posible”. Me ha obligado a revisar sobre este intelectual para conocer otras publicaciones y me he encontrado que Ziegler ha declarado que “100.000 personas mueren de hambre, o de sus consecuencias inmediatas, cada día. Un niño de menos de 10 años muere cada siete segundos y cada cuatro minutos otro queda ciego por falta de vitamina A. El orden mundial no es sólo asesino, sino absurdo, pues mata sin necesidad. Hoy ya no existen las fatalidades. Un niño que muere de hambre hoy, muere asesinado”. Es importante tener consciencia en que son mucho más los niños y familias que mueren por hambre producto de la explotación y la miseria, que los que mueren por guerras, revoluciones, crisis, huracanes o sismos.

4. Explica Ziegler que hay dos tipos de hambre: el coyuntural y el estructural. El coyuntural es la hambruna a que siempre hemos visto en Etiopía o se registra en periodos de guerra y que es fruto del hundimiento de una economía; esta hambre causa el 5% de víctimas. El hambre estructural es diferente porque está implícito en las estructuras del subdesarrollo y el sistema de explotación capitalista. Causa el 95% de las muertes y es el hambre que realmente pide a gritos la intervención de la comunidad internacional. Así que, aunque debemos ocuparnos por evitar cualquier manifestación de hambre, la que debe alarmarnos más es la que está en nuestras manos solucionar mediante la lucha social de los pueblos por el cambio de las estructuras capitalistas. ¿De qué sirven las políticas asistencialistas o de “caridad” practicadas por todos los gobiernos con el fin de frenar las protestas y prolongar la explotación, tal como lo hace la iglesia?

5. Lo terrible de esta situación en todas parte, escribe Ziegler, es que el hambre se reproduce biológicamente. Cada año, cientos de millones de mujeres dan a luz a cientos de millones de niños desnutridos desde el momento mismo del nacimiento. “Un niño subalimentado entre los cero y los cinco años ya no tiene arreglo; incluso si a los seis tiene suerte y lo adopta una familia española, está dañado de por vida”. (Pone un ejemplo) “En Brasil hay madres que se ven obligadas a cocer piedras cuando sus hijos les piden comida”. Esperan poder distraerles del hambre, que se cansen de esperar y se duerman. Debemos saber que tenemos los medios para alimentar al doble de la población mundial sin necesidad de alimentos modificados; no olvidemos que los transgénicos son patentes, marcas registradas, y tienen dueño. Afortunadamente hay lucha contra ellos. Las empresas que detentan las patentes, por ejemplo Monsanto, van a hacer todo lo posible por obtener el máximo beneficio de su propiedad.

6. Los trabajadores todos hemos estado sometidos a los males del sistema para que los más poderosos vivan en cuerpo de rey. Sabemos que la única salida es la revolución libertaria de los productores, aunque tengamos que luchar por ahora por medidas transitorias.

Concluye Ziegler:
Hasta aquí hemos vivido bajo la herencia de la época del poder por delegación, la república y los derechos humanos. Toda herencia está amenazada de muerte por el gran capital financiero internacional, que pretende que la mano invisible del mercado es la única y suprema autoridad de la historia. Estamos creando un mundo en que los derechos humanos no tienen sitio y la propia democracia está en grave peligro; hasta el punto de que puede llegar a desaparecer. Es decir, vivimos en la jungla del capitalismo globalizado y la ley del más fuerte. Puede haber salida, pero debemos ser conscientes de que estamos defendiendo la última trinchera. Pedro Echeverría V.

Fuente:
http://pedroecheverriav.wordpress.com

Teorías económicas sobre la crisis y reportaje de la BBC sobre la realidad española

Las dos grandes teorías existentes para explicar el porqué de la crisis actual son, una, la que la atribuye a una gran expansión del crédito bancario que ha causado un gran endeudamiento de las poblaciones a los dos lados del Atlántico Norte. Esta teoría está ampliamente extendida en los círculos conservadores y neoliberales europeos (aunque también se presenta entre opciones políticas de centroizquierda) y domina el pensamiento económico que gobierna la Unión Europea. La otra teoría es la que considera que tal endeudamiento se debe a la disminución de la capacidad adquisitiva de la población. Esta teoría es la que prevalece entre las izquierdas y entre los movimientos sociales como los sindicatos, tanto europeos como norteamericanos.

La primera interpretación está basada primordialmente en las teorías de Friedrich von Hayek y la escuela austríaca de economía. Asume que la causa de la crisis radica en los bajos intereses bancarios, por un lado, y la supuestamente excesiva impresión de moneda por parte de los Bancos Centrales, por el otro. Según esta teoría, tales medidas facilitaron la expansión del sector financiero y su involucración en actividades nuevas, incluso de tipo especulativo. En España, se calcula que su entrada en el euro, y la fácil accesibilidad al crédito que ello conllevó, creó la burbuja inmobiliaria que, al posteriormente explotar, creó la enorme crisis del crédito que ahora estamos viviendo. Que la burbuja inmobiliaria explotara se debió al colapso de crédito internacional iniciado en EEUU, cuando el año 2007 el Banco Central Estadounidense (el Federal Reserve Board) aumentó bruscamente los intereses bancarios a un 5,25%, a fin de reducir el excesivo crédito que se había permitido expandir más de lo que se consideraba aconsejable. De esta interpretación de los hechos surgen todas las series de intervenciones públicas encaminadas a “rescatar” a los bancos que estaban a punto de colapsarse debido a su excesiva oferta de crédito. Todas las reformas bancarias, tanto en España como en la Unión Europea, se están realizando en respuesta a esta interpretación de la crisis actual. De esta manera, la función de los bancos centrales (tales como el Federal Reserve Board o el Banco Central Europeo) se expandió para incluir, además de estabilizar los precios (controlar la inflación), estabilizar al sistema financiero.

El problema con esta teoría es que la enorme ayuda a la banca y al sistema financiero por parte de los Estados, ayuda que se está haciendo a costa de imponer una enorme austeridad a la población, no está recuperando a las economías deprimidas que no acaban de salir de su profunda recesión. El caso español es un claro ejemplo de ello.

La teoría alternativa a la dominante
Y es ahí donde aparece la otra teoría. Ésta atribuye la crisis a la enorme concentración de las rentas, resultado de la desigual distribución de la riqueza que se ha ido creando durante los últimos treinta años, resultado de la llamada “revolución neoliberal” iniciada por el Presidente Reagan en EEUU y la Sra. Margaret Thatcher en Gran Bretaña. En el conflicto capital-trabajo, el primero ganó a costa del segundo. Los beneficios empresariales de las grandes empresas se incrementaron exponencialmente a costa de que las rentas del trabajo se mantuvieran constantes o incluso disminuyeran, y ello como consecuencia de las políticas neoliberales encaminadas a debilitar al mundo del trabajo. Las sucesivas reformas laborales en la Unión Europea y el desmantelamiento de la protección social y del Estado del bienestar tenían y continúan teniendo como objetivo el debilitamiento del mundo del trabajo. Este debilitamiento fue el que forzó a la gran mayoría de la población (que obtiene sus rentas del trabajo) a que se tuvieran que endeudar en dimensiones no conocidas anteriormente. Fue este endeudamiento el que explica el gran crecimiento del sistema bancario. No es el sistema bancario el que origina el endeudamiento sino es al revés, es decir, es la necesidad de endeudamiento la que origina el gran crecimiento del sistema bancario. Ni que decir tiene, que la disminución de los intereses bancarios (que ocurrió en los países del Sur de la eurozona al establecerse el euro) favoreció tal endeudamiento. Pero la causa mayor de tal endeudamiento fue la necesidad de endeudarse, resultado de la limitada capacidad adquisitiva, hecho todavía más acentuado por la inflación de los precios de la vivienda, resultado de la actividad especulativa del complejo bancario-industria inmobiliaria.

Es más, la escasez de demanda es la que frena el crecimiento económico, creándose la necesidad de abrirse nuevas vías para la acumulación de capital. La falta de oportunidades en el sector productivo de la economía, resultado de la escasez de la demanda, lleva al crecimiento de las actividades especulativas tales como las citadas inversiones inmobiliarias. La escasa capacidad adquisitiva de la mayoría de la población es la que determina una baja demanda que origina la necesidad de que la inversión financiera adquiriera dimensiones especulativas, origen de la crisis financiera. Todo ello explica que, a no ser que se estimule el crecimiento mediante el aumento de la demanda, hoy paralizada, no habrá recuperación. En realidad, el sector privado está ya paralizado desde hace tiempo. Y los recortes del sector público, que es el único que podría ahora estimularlo, están empeorando todavía más la situación económica. A no ser que ello se cambie no habrá recuperación posible, por muchas reformas bancarias que tengan lugar. En realidad, sería mejor para conseguir la recuperación económica gastar el dinero invertido en tales reformas en ayudar, no a los bancos, sino a las personas afectadas por la crisis.

Estimular la demanda, sin embargo, no es suficiente para crear empleo
Una última observación. El aumento de la demanda es un paso necesario pero no suficiente para resolver el mayor problema económico y social hoy existente a los dos lados del Atlántico Norte, que es el elevado desempleo. Y esto es lo que muchos keynesianos olvidan. Fue el mismo Keynes el que subrayó la necesidad de tener como máximo objetivo en la política económica conseguir el pleno empleo y que ello debiera conseguirse –según él- mediante “trabajo público” (“public works”). Keynes aclaró que el pleno empleo no se conseguiría exclusivamente por la vía del estímulo de la demanda en la economía privada. Indicó que la intervención pública era necesaria, entendiendo como trabajo público, no sólo obras públicas, sino también servicios públicos, área esta última de especial importancia en España debido al escaso desarrollo de los servicios públicos del Estado del Bienestar (sólo una persona adulta de cada diez trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como sanidad, educación, servicios sociales, escuelas de infancia y servicios domiciliarios, entre otros), siendo uno de los porcentajes más bajos de la UE-15. En Suecia, es uno de cada cuatro.

Esta observación adquiere especial importancia a raíz del posicionamiento neoliberal que considera como medidas eficaces para estimular la economía la reducción de los impuestos (a fin de estimular la demanda, incrementando la capacidad adquisitiva de la población) y la reducción de los intereses bancarios, argumento este último que se utiliza para justificar las políticas de austeridad y rectitud fiscal). Tales medidas son dramáticamente insuficientes, como bien mostraron los “estímulos” del gobierno Zapatero que dio gran énfasis a los recortes de impuestos. La imagen ampliamente extendida de que la creación de empleo la liderará el sector privado es profundamente errónea. Y la evidencia de ello es abrumadora. La recuperación económica, así como el alcanzar pleno empleo, se puede obtener sólo a base de un compromiso público de creación de empleo. Keynes así lo indicó cuando acentuó que por muchos incentivos que el mundo empresarial tenga, su objetivo no es crear empleo, aunque el empleo pueda o deba crearse en la economía privada. Los beneficios que el empresariado obtenga no garantizan que éste los utilice para crear empleo, pues tiene muchas otras alternativas a su alcance. De ahí que sea responsabilidad pública, no sólo facilitar la creación de empleo en el sector privado, sino también crear puestos de trabajo a través de inversión pública en obras o servicios públicos. Así lo indicó Keynes cuando, analizando el elevado desempleo creado por la Gran Depresión, escribió que “la única manera de … prevenir el elevado desempleo del periodo 1892-5 … radicaba en que el sector público … financiara trabajo en servicios públicos”, precisamente lo opuesto a lo que se está haciendo ahora (la cita de Keynes procede del artículo de Alan Nasser “What Keynes really prescribed”, en CounterPunch Nov 1-15,2012, Vol 19 No 19, pp1-3). En realidad, aunque Keynes presentó la solución, fue Kalecki quien enfatizó más en el carácter político del desempleo y del pleno empleo. Fue Kalecki el que, como Marx había hecho antes, indicó que el desempleo es una variable política más que económica. Y la realidad también muestra este hecho. En general, en los países donde el mundo del trabajo es fuerte, el desempleo es bajo. Donde el mundo del trabajo es débil, el desempleo es muy alto. España es un caso claro de ello. El porcentaje de la población ocupada es bajo, el desempleo es alto, los salarios son bajos, el gasto público social es también bajo, y la protección social es muy baja.
Así de claro.
Vicenc Navarro. Artículo publicado en Sistema Digital vnavarro.org