viernes, 12 de junio de 2015

Los animales no son cosas. Un ensayo colectivo denuncia el anacrónico estatuto jurídico de los animales en España

Para el Derecho español, los animales son cosas, meros bienes susceptibles de apropiación y de libre disposición por parte de sus propietarios. El libro  El Derecho de los animales  —un ensayo colectivo a cargo de filósofos, juristas y etólogos editado por Marcial Pons— cuestiona este anacrónico estatuto jurídico y pone sobre la mesa “una nueva frontera moral”: el respeto humano al resto de animales.

“Los intelectuales y científicos [...] que polemizan abiertamente a causa de la tauromaquia, la caza, los experimentos con animales en laboratorios, las granjas o los mataderos industriales son los que se preguntan si podemos dar indefinidamente un trato injusto, degradante o cruel a los animales”, reflexiona en el prólogo del libro el escritor Basilio Baltasar, director del área cultural de la Fundación Santillana.

El volumen, el tercero de la Biblioteca del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos, ha sido presentado hoy en el Círculo de Bellas Artes de Madrid por varios de sus autores. En el acto participaron Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana y presidente de honor de PRISA —quien resaltó que el derecho de los animales “es un notable reto para nuestros pensadores"—; Joaquín Estefanía, director de la Cátedra de Estudios Iberoamericanos Jesús de Polanco, y Antonio Rovira, catedrático de Derecho constitucional en la Universidad Autónoma de Madrid y director de la colección.

El libro constata una lenta “transformación cultural” en España. Las denuncias por casos de maltrato de perros aumentaron un 88% en 2013 respecto a 2008, según datos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. También se han dado pasos importantes en el terreno jurídico. La reforma del Código Penal en 2010 eliminó el requisito de “ensañamiento” del artículo 337 que tipifica el maltrato animal como delito. Hasta entonces, ahorcar a un galgo en un olivo o pegar un tiro a un gato eran casos que escapaban a la ley por considerarse sin saña.

"Hablar de los derechos de los animales tiene que ver con el progreso moral de la sociedad", manifestó Joaquín Estefanía en la presentación. Mientras que Antonio Rovira afirmó que "los animales no humanos deben ser bienes constitucionalmente protegidos".

En El Derecho de los animales, las abogadas Cristina Bécares y María González Lacabex instan a cambiar la consideración legal de los animales como cosas, un paso ya dado en Alemania, Austria, Suiza y Francia. Las juristas también denuncian que el Código Penal tipifica el maltrato animal únicamente cuando es “injustificado” o cuando se considera “cruel”.

Bécares y González Lacabex critican la diferente protección de los animales en función de la comunidad autónoma en la que se encuentren. En las Islas Canarias están permitidas las peleas de gallos, prohibidas expresamente en otras comunidades. Cataluña es la única región que prohíbe absolutamente sacrificar a los animales rescatados y albergados en refugios, mientras que en la Comunidad de Madrid se puede suministrar una inyección letal al animal si no es adoptado en 10 días.

En Extremadura, continúan las abogadas, se permite matar a un cerdo en el domicilio para consumo propio. Y las corridas de toros y otros espectáculos taurinos quedan excluidos de todas las leyes autonómicas de protección animal excepto en Cataluña y las Islas Canarias.

“La Constitución española no menciona el bienestar de los animales en ninguno de sus preceptos”, subraya Gabriel Doménech, profesor de Derecho administrativo de la Universidad de Valencia. En esta situación, el bienestar animal colisiona con varios derechos reconocidos en la Constitución, como la libertad religiosa, empresarial, científica y el derecho a la propiedad privada. Así, en aras de la libertad religiosa, un musulmán o un judío pueden degollar un animal saltándose la legislación española que exige que un animal sea aturdido antes de su sacrificio.

Doménech sugiere modificar la Constitución para introducir el bienestar animal, como hizo Alemania con su Ley Fundamental. “Pero la realidad es que esta es una puerta prácticamente imposible de abrir en nuestro país, principalmente porque aquí existe un verdadero horror a cambiar un texto que se considera poco menos que sagrado”, lamenta. La Ley Fundamental alemana, “en poco más de medio siglo de vigencia, ha experimentado 51 reformas, algunas muy sustanciales, mientras que la española, en la mitad de tiempo, solo se ha visto alterada levemente en un par de ocasiones”, remacha el profesor.

El físico y divulgador de la ciencia Jorge Wagensberg, sin embargo, se muestra optimista en el libro: “La compasión que inicialmente afectaba solo a uno mismo o a la familia se ha ido extendiendo y hoy está alcanzando a los animales. El concepto prójimo está a punto de aceptarlos, como en otros tiempos aceptó a otras etnias, a otras clases sociales o a la mujer. Levanto mi copa por ello”. El País.

jueves, 11 de junio de 2015

EE UU pagó millones en prestaciones sociales a excriminales nazis. Una investigación federal revela que más de 130 exnazis residentes recibieron 20 millones de dólares de la Seguridad Social pese a su pasado hitleriano

El Gobierno estadounidense pagó 20,2 millones de dólares (18 millones de euros al cambio actual) en prestaciones de la Seguridad Social a más de 130 residentes de Estados Unidos vinculados a las atrocidades nazis a lo largo de más de medio siglo, aunque algunos pagos se han hecho incluso en este mismo año, según una investigación federal.

El volumen del importe pagado, mucho mayor del que esperaban los funcionarios que llevan la investigación, da prueba de la facilidad con la que miles de exnazis lograron asentarse en una nueva vida en los Estados Unidos, sin apenas ningún control después del final de la Segunda Guerra Mundial .

Un informe que se publicará esta semana por el inspector general de la Administración de la Seguridad Social concluye que la práctica totalidad de los pagos se han realizado adecuadamente bajo la ley de cada momento, y que los funcionarios federales no tenían la autoridad legal para prohibir esos beneficios hasta que el nazi sospechoso fuera deportado, según funcionarios consignados en el informe citados por Bloomberg.

En las décadas de los 60 y los 70, docenas de antiguos nazis que habían envejecido en Estados Unidos comenzaron a recibir prestaciones de la Seguridad Social, sin que las autoridades federales investigaran los posibles vínculos de los inmigrantes alemanes con las atrocidades cometidas durante la guerra.

No fue sino hasta la década de los 80, bajo la presión del Congreso, cuando el Departamento de Justicia comenzó a investigar a cientos de sospechosos en los Estados Unidos y comenzó un proceso de deportación contra exoficiales nazis, guardias de campos de concentración, líderes de los escuadrones de ejecución y otros criminales de guerra.

El informe encontró que más de tres docenas de antiguos nazis recibieron un total de 5,7 millones de dólares del Seguro Social antes de ser deportados. Otros 95 presuntos exnazis que recibieron 14,5 millones de dólares nunca fueron deportados y continuaron cobrando sus prestaciones. Algunos murieron antes de que pudieran ser deportados, otros huyeron del país y a otros se les permitió seguir en el país tras ser investigados.

Indignación por los pagos
"Es indignante que los nazis pudieran recibir estas prestaciones pero el informe también deja claro que la Administración de la Seguridad Social carecía del derecho legal para suspender esos pagos en la mayor parte de los casos”, dijo Carolyn B. Maloney, congresista demócrata por Nueva York que pidió que se abriera una investigación después de surgieran nuevas pruebas el año pasado.

Los primeras pesquisas se realizaron en los años 80 después de que se detectara de que cientos de sospechosos nazis que habían trabajado desde el final de la guerra en ciudades de todo el país comenzaban a cobrar sus retiros. Pero fue una investigación de Associated Press el pasado otoño el que renovó el interés por el fenómeno, lo que llevó al Congreso a aprobar una legislación especial denominado No Social Security for Nazis Act.

Esta ley puso a fin a las prestaciones que recibían cuatro nazis que habían salido de los Estados Unidos para regresar a Europa. El pago más reciente a un exnazi tuvo lugar el pasado mes de enero. No hay constancia de que actualmente haya ningún exnazi cobrando prestaciones.
http://economia.elpais.com/economia/2015/05/31/actualidad/1433091969_095137.html?rel=ult

miércoles, 10 de junio de 2015

Una monja en el prostíbulo. Un grupo de religiosas en ruta por clubs y carreteras rescata a mujeres de las mafias. Desde el inicio de la crisis ven más españolas ejerciendo la prostitución

Un grupo de monjas hace ruta todas las semanas por clubs de alterne, carreteras, cortijos y pisos de Almería donde se ejerce la prostitución. Son adoratrices y oblatas que hace años que no se ponen el hábito y viajan en una furgoneta en la que, a veces, se producen milagros. En la parte trasera de ese vehículo, habilitada como un pequeño salón en el que las religiosas reparten café y preservativos, se han transformado vidas enteras; las de decenas de mujeres obligadas a vender su cuerpo por redes mafiosas o por pura desesperación. La ruta termina en una casa de acogida cuyo domicilio es confidencial, por seguridad. Reciben a EL PAÍS con la condición de no revelar esa ubicación ni la identidad de sus inquilinas.

“Me engañó un gitano rumano”, relata Erika, víctima de trata. Ella tenía entonces 12 años; él, 27. “Me dijo que vendríamos a España, que yo podría trabajar de limpiadora…”. Con 14 se quedó embarazada. “Así que me vendió a otro gitano rumano”. Erika no sabe por cuánto dinero, pero sí sabe que le engañó, porque cuando su nuevo dueño descubrió que iba a ser madre, la molió a palos para intentar provocarle un aborto. No lo consiguió y ella regresó a su país, Rumanía, para dar a luz. “Ese mismo día, el gitano que me había traído a España se presentó en el hospital y me dijo: ‘Tú eres mía”. Se la llevó. “Me obligó a trabajar enseguida. La mujer de mi padre se quedó con mi niña”. De vuelta en España, le obligaba a darle 300 euros al día. “Si no los conseguía, me pegaba una paliza”. La torturaba metiendo su cabeza en el frigorífico e intentando cerrar la puerta. En una ocasión, le rajó los muslos con un cuchillo y chorreando sangre, la obligó a tener relaciones sexuales con él. “Un cliente me animó a denunciar a la policía". El juicio está pendiente y Erika, que ahora tiene 24 años, ya no vive en la casa de acogida. La monja María José Palomino recuerda que el día que la conoció se puso enferma; era la forma en que su cuerpo rechazaba aquel inacabable recuento de “perrerías”.

España es el segundo país de la Unión Europea con más casos detectados de explotación sexual -el primero es Italia-. Solo desde el pasado enero, la policía ha detenido a 264 personas en 76 operaciones contra estas mafias e identificado a “más de 4.900 víctimas potenciales”. De ellas, 117 fueron asistidas por ONG -14 eran menores de edad- y 66 adquirieron la condición de testigos protegidos. Entre abril de 2013 y diciembre de 2014 fueron 1.450 detenidos, 11.751 víctimas potenciales detectadas, 774 acogidas y más de 29 millones de euros incautados. Según Interior, el negocio mueve cinco millones de euros al día en España.

Uno de los lugares favoritos de esas mafias es también uno de los más desagradables. “Me impresionó mucho. Nunca se me había pasado por la cabeza que en un lugar así se pudiera ejercer la prostitución”, recuerda Palomino de su primera visita a los cortijos de Roquetas (Almería). Techos de uralita. Una silla en la puerta para advertir a los clientes. Mantas sobre la tierra. Bichos por todas partes. “Le pregunté a las chicas si alguna vez habían ido al pueblo, al cine, a la compra...Una de las nigerianas me explicó que llevaba siete años allí metida y que el dueño le llevaba de vez en cuando bolsas de comida”. El propietario, un español de 35 años, le cobraba 500 euros al mes por el alquiler de aquel cuchitril infecto, pero oportunamente rodeado de invernaderos, es decir, de mano de obra barata en busca de sexo barato. El servicio allí cuesta 10 euros. Y ni siquiera: Fatema, marroquí, de 28 años, tenía que darle tres al dueño del cortijo en el que trabajaba.

“Allí iban muchos hombres: inmigrantes, españoles, jóvenes, viejos, borrachos, sucios...", recuerda Fatema. "Había muchas chicas como yo, más de 20: rusas, nigerianas, marroquíes... Sufrimos mucho. A mi familia nunca le conté la verdad. Les decía que estaba trabajando de panadera, en el tomate...”. Ella había llegado con 21 años a España para trabajar en la fresa, en Huelva, pero aquello solo duró 15 días. Su padre había muerto y ella tenía que enviar dinero a casa para mantener a su madre, su hermano y sus dos hijos. Trabajó en los cortijos hasta que un día, las monjas en ruta dieron con ella y la ayudaron a salir del infierno. Ahora tiene un contrato como interna en una casa, ha conseguido los papeles y ha podido regresar a Marruecos. Llevaba seis años sin ver a sus pequeños.

Palomino cuenta que hace años nunca veía a mujeres marroquíes ejerciendo la prostitucióny cree que ahora empieza a haber redes de trata de musulmanas. “Sé de una señora que contrató a un hombre musulmán para que enamorara a una chica por Internet y se la llevara a Murcia. Ella se escapó y vino aquí. Ahora ya no está con nosotras, pero nos llamó diciendo que estaba embarazada. Cuando se quedan en estado, las abandonan”.

Muchos de esos cortijos están hoy cerrados porque una de las víctimas denunció a la policía. Palomino y Elena Guerra, la trabajadora social que asiste a las religiosas en el proyecto, hablan con verdadero orgullo de ella: “Levantó medio Poniente”, dicen, refiriéndose a una de las zonas predilectas de las redes de explotación. Por eso la perdieron tan pronto de vista. “Cuando están en peligro, las envían a otro lugar para que nadie pueda encontrarlas. Los explotadores las tienen aterrorizadas”. A rumanas, búlgaras, rusas... las amenazan con hacer daño a su familia. A las nigerianas, con el vudú.

El miedo se prolonga muchos meses después de haber recuperado la libertad. Margarita Navío y María Elisa Altadill, superiora y secretaria de las adoratrices en Madrid -donde también tienen casas de acogida- relatan que algunas de las chicas "apenas salen a la calle" y otras "se disfrazan con pelucas" por miedo a que sus explotadores las encuentren.

Cada vez más españolas en los clubs
Palomino tiene ahora asignados en la ruta los clubs de alterne y los pisos de prostitución. “A los dueños de los locales casi nunca les vemos cuando entramos. En 13 años no hemos tenido ningún problema. Lo más, una vez que un cliente borracho me cogió de la cintura y me dijo: “¡Esta sí que es guapa!”, recuerda la religiosa. “Hace años no veías españolas. Desde la crisis sí. En un club me encontré a una señora que parecía que tenía 60 años, aunque decía que tenía 51, y a su hija, de 25. Las dos trabajaban allí". A Guerra también le sorprendió encontrar a una chica de su edad, treinteañera, en un club un día. “Era gallega. Se había ido a Almería para que nadie la reconociera. Dijo que era opositora”.

Los clubs son el único sitio de la ruta en el que las monjas no reparten preservativos, porque las mujeres que trabajan allí suelen tener más dinero. “Cuando estás en esto, no te planteas si preservativos sí o no. Piensas en el bien de las chicas y ya está. Nadie de la Iglesia nos lo ha recriminado nunca. Lo que no hacemos es acompañarlas a abortar. Les informamos de que tenemos una casa de gestantes y, si quieren interrumpir el embarazo, es su libertad, pero no vamos con ellas”, explica Palomino. Gracias a un convenio con la Junta de Andalucía pueden ofrecer a estas chicas una tarjeta sanitaria temporal, pese a que muchas de ellas no tienen ni pasaporte.“Algunas se enteran al hablar con nosotras de que están en España”, dice Guerra.

“Por una sola ya hubiera valido la pena”, asegura Palomino, que ha ayudado a decenas de mujeres. Solo en 2014, acogieron a 30 en la casa, 8 de ellas, víctimas de trata. La congregación celebra a menudo grandes triunfos: el primer cumpleaños en libertad de alguna de las chicas, papeles para una, trabajo para otra, o el premio de Derechos Humanos Rey de España, que concede el Defensor del Pueblo y les entregó Felipe VI el pasado abril. Pero también se llevan grandes disgustos: esclavas de las mafias que el día del juicio se desdicen y abandonan el juzgado con su explotador; mujeres que tras lograr salir de la explotación terminan con un novio maltratador, al que justifican. “Psicológicamente las desmontan", explica Guerra. "Algunas llegan a creer que no merecen otra vida y se sabotean a sí mismas".

Pero también se llevan grandes disgustos: esclavas de las mafias que el día del juicio se desdicen y abandonan el juzgado con su explotador; mujeres que tras lograr salir de la explotación terminan con un novio maltratador, al que justifican. “Psicológicamente las desmontan", explica Guerra. "Algunas llegan a creer que no merecen otra vida y se sabotean a sí mismas".

Si es víctima o sospecha que alguna mujer puede estar siendo explotada por una red de trata, la policía ha habilitado una línea telefónica para denunciar de forma confidencial: 900 10 50 90

MÁS INFORMACIÓN



“Quería arrancarme la piel después de cada cliente”
NATALIA JUNQUERA
Lucía se prostituyó durante cinco años en pisos y clubs de Almería. Ahora lleva dos en una casa de acogida. / FRANCISCO BONILLA

El miércoles cumplió 31 años, pero es otro día, el 1 de agosto, cuando Lucía (nombre falso) celebra su aniversario. “Ese día entré aquí y volví a la vida”, relata. Lleva casi dos años en la casa de acogida. Los cinco anteriores, esta portuguesa, que hoy estudia un módulo de farmacia, se prostituyó en pisos y clubs de Almería. “Mi novio me animó a venirnos a España. Dijo que él ganaba un buen sueldo –era camionero- y que no hacía falta que yo trabajara. Llegamos en mayo de 2007. Yo estaba embarazada. Luego descubrí que se gastaba todo el dinero en juego, porque era ludópata, y lo metieron en la cárcel porque mató a una persona con el camión. Así que yo me vi sin trabajo, con mi hija de un año, un alquiler, y mi madre, que había venido a España. El día antes de la Navidad de 2008 abrí la nevera y no tenía nada que darle a mi niña. Nada. Todo el mundo al que había pedido ayuda me dijo que no podía seguir ayudándome y me acordé de un piso que tenía unas lucecitas en la puerta. Era evidente a qué se dedicaban... Y llamé”.

Las cuatro encargadas –una francesa, una alemana, una brasileña y una colombiana- le dieron unas instrucciones tras desnudarla para tomarle las medidas y comprobar si era “apta”. “Me explicaron que ellos se llevaban la mitad. Que el servicio costaba 50 euros 20 minutos, 60 media hora y 100 una hora entera. Que se cobraba a la semana, los lunes...”, recuerda Lucía. “Allí había chicas de todos los colores. Organizaban una especie de desfile y el cliente escogía. Ese mismo día me quedé. Recuerdo como si fuera ayer la primera vez, la peor. Llorando. Ahí me di cuenta de en qué me había convertido. ¿Dinero fácil? No hay dinero más difícil de ganar que ese”, cuenta entre lágrimas. “Al terminar, pedí un adelanto y compré pañales y leche”. Enseguida empezó la crisis. “Venían menos clientes y los que venían pedían rebajas. Me echaron de la casa en la que estaba porque no podía pagar el alquiler, así que nos fuimos a una pensión. Pero la pensión costaba casi tanto como lo que yo ganaba a la semana. Fui a hablar con la trabajadora social del Ayuntamiento y con mi madre tomamos la decisión de dejar a la niña en un centro, al que podía ir a visitarla. Llevarla allí es lo mejor que podía hacer, pero cuando me vi sin ella, el trabajo se me hizo insoportable. Estaba en el club y la oía llorar, como si estuviera allí. Una compañera me dijo: 'Eso se te pasa con una raya', y si las cosas estaban mal, las empeoré. Me sentía fracasada como madre, como mujer... no podía perdonarme. Me drogaba para no pensar, y me enganché”. Su hija fue dada en adopción.“El mes que viene cumple 7 años. A veces veo niñas que se le parecen, o que hacen un gesto o un sonido como los que ella hacía. Cuando sea mayor, me gustaría que supiera la verdad de lo que pasó”.

Recuerda perfectamente el día en que esas monjas en ruta dieron con ella. “La primera vez me hice la dormida. La segunda vez que vinieron al piso, una de ellas me preguntó: ¿Tú qué haces aquí? Recuerdo que me tocó, me cogió de la mano mientras me hablaba, y eso me impresionó mucho”. Hacía años que nadie tocaba a Lucía así: para mostrar cariño. “Cuando estas monjas aparecieron en mi vida, yo no me reconocía en el espejo. Quería arrancarme la piel después de estar con cada cliente. Pensé: 'si pierdo este tren, puede que no pase otro'... La hermana María José me dijo el otro día: 'He estado en el piso, he visto tu antigua cama, y no sabes lo que me he alegrado de que ya no estuvieras allí”.

GABRIELA: “Me encerraron un año en una habitación de hotel”
Gabriela es búlgara, tiene 31 años y sonríe sin parar, como si nunca hubiera pasado un año encerrada en un hotel en Algeciras en el que la que la puerta solo se abría para recibir comida y palizas. “Vine a España con una amiga de mi barrio. Me dijo que ella iba a trabajar y que yo podía quedarme en su casa, aprender español y buscarme algún trabajo”. Era diciembre de 2011. “Creo que ella sí sabía a lo que venía, pero yo no. Su novio nos metió en un hotel grande. Me quitó el pasaporte, el móvil... y no me dejaba salir. Como no hacía lo que él quería [prostituirse], me pegaba, con las manos y con el cinturón”.

Un día consiguió escapar y fue corriendo a la policía. “Trajeron a una persona que hablaba mi idioma y me dijo que estuviera tranquila, que iba a ir a una casa de acogida para descansar. A él lo cogieron, a ella no sé”, dice, refiriéndose a su amiga. Tiempo después, pensó que se había enamorado, pero tuvo que terminar denunciando a su novio por malos tratos. “Una noche fuimos de fiesta con sus amigos y me dijo que me acostara con ellos. Me negué y me pegó una paliza”.

Gracias a esa denuncia, Gabriela consiguió los papeles para residir legalmente en España y ahora hace un curso de limpieza para intentar encontrar trabajo como asistenta. Repite mucho la expresión “poco a poco”. Como si además de a quien le escucha, se lo recordara a sí misma.

Le gusta hacer fotos y echa de menos a su familia. “Lo más difícil que he hecho en mi vida ha sido contarle a mi padre lo que me pasó. Mi madre no sabe nada, se hubiese muerto de pena”.

martes, 9 de junio de 2015

La Comunidad Educativa contra las pruebas de Escala y la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa.

Familias del CEIP Virgen de Gracia -Archidona- logran que sus hijas e hijos no realicen las pruebas de Escala.
Marea Verde - Norte de Málaga

El pasado martes 26 de mayo madres y padres del colegio Virgen de Gracia de la localidad malagueña de Archidona han impedido que sus hijas e hijos realicen las pruebas de Escala de la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa -AGAEVE- que tenían que examinar a todo el alumnado andaluz de 2º de Educación Primaria.
Ver más aquí.

lunes, 8 de junio de 2015

Reseña del documental “Hollywood contra Franco”, de Oriol Porta. Cine, compromiso y “caza de brujas”

Enric Llopis

La guerra civil española supuso un aldabonazo para los artistas de Hollywood. Muchos participaron en mítines, financiaron ambulancias para la zona republicana y rechazaron las políticas de no-intervención del presidente Roosevelt. “La derrota de la España democrática dejó una herida abierta en los corazones liberales de Hollywood”, afirmó el realizador Fred Zinnemann, quien dirigió en 1964 una película sobre el último maqui español, Quico Sabaté (“Behold a pale Horse”). Desde el año 1940 más de 50 películas de Hollywood contenían referencias a la guerra civil española. El documental de Oriol Porta, “Hollywood contra Franco”, pone de manifiesto la imagen que de la guerra de 1936 difundió la factoría estadounidense: la que se correspondía con los intereses de la política norteamericana en cada coyuntura.

La película de 91 minutos, producida por Àrea de Televisió en colaboración con la Televisió de Catalunya, tiene como hilo conductor la biografía de Alvah Bessie (1905-1985), miembro de la Brigada Lincoln y voluntario en 1938 en la guerra contra el fascismo en España. Las palabras de este novelista, guionista y crítico de literatura (que descubrió el marxismo en los ratos libres para escribir) acompañan en “off” a fragmentos de películas de la época (“Arise, mi amor”, “Casablanca”, “Las nieves del Kilimanjaro”…), intercalados con el testimonio de la actriz Susan Sarandon, el historiador del Cine Román Gubern, Dan Bessie (hijo del protagonista); Arthur Laurents (autor de clásicos como “West Side Store”, miembro del Partido Comunista y señalado en las listas negras de Hollywood) o Walter Bernstein, autor y guionista que también sufrió la “caza de brujas”. El protagonista, Avah Bessie, militó durante 20 años en el Partido Comunista de los Estados Unidos y estuvo entre “los diez de Hollywood” que se negaron a testificar ante el Comité de Actividades Anti-americanas por sus afinidades políticas.

El conflicto de 1936 fue la primera guerra “moderna” cubierta por los medios de comunicación de masas. El cine permitía difundir por todo el mundo, y de manera casi inmediata, lo que sucedía en el estado español. El documental de Oriol Porta da cuenta de cómo en 1933 se funda el Sindicato de Actores de Cine en Estados Unidos, entre otras razones para enfrentarse a las situaciones de explotación laboral a las que les sometían los estudios. Román Gubern recuerda que los directores, actores y guionistas eran fundamentalmente partidarios de la República, mientas que la cúpula de Hollywood, muy conservadora, defendía posiciones cercanas al franquismo. Mientras Roosevelt se oponía a la venta de armas al gobierno legal, artistas e intelectuales pagaban material sanitario y participaban en protestas.

El documental “Tierra Española”, producido en 1937 por el director holandés Joris Ivens y con narración de Ernst Hemingway, tiene como objetivo desmentir las mentiras de la propaganda franquista. En el audiovisual pueden advertirse dos de las visiones –comunista y anarquista- integradas en el Frente Popular. Pese a que la primera proyección tuvo lugar en la Casa Blanca, ante Roosevelt y su esposa, éste no se echó atrás en su posición respecto a la II República. En 1938 William Dieterle realizó “Bloqueo”, película que pese a tener muchos problemas con la censura norteamericana, defendió la causa de la República. En Estados Unidos provocó una fuerte polémica: los grupos católicos y pro-fanquistas la boicotearon, pero el filme también sirvió para recaudar fondos y financiar ambulancias en la zona republicana. El argumento se centra en un campesino que rechaza abandonar la tierra para incorporarse a filas, e intenta convencer a una mujer de que su ideología representa la opresión.

Paramount se implicó en la producción de películas con un “mensaje” antifascista, por lo que la dictadura de Franco incluyó a la compañía en su “lista negra”. Por ejemplo en “Arise, mi amor” (1940), de Mitchell Leisen y con guión de Billy Wilder, se trata de advertir a las clases populares –en tono didáctico- de los peligros del fascismo. En esta película una periodista norteamericana defiende la República española al tiempo que el ejército nazi invade Polonia; de hecho ofrece ayuda a un norteamericano, que está a punto de sufrir la ejecución, y que combatía por la democracia en España. Los nexos entre la guerra española y la conflagración mundial también se visualizan en “Watch on the Rhine”, filme básicamente antinazi de 1943, producido por Warner Bros Picture y con guión de Dashiell Hammett.

En 1943 Paramount produjo una de las películas más conocidas y de mayor impacto, “Por quién doblan las campanas”, dirigida por Sam Wood e interpretada por Gary Cooper e Ingrid Bergman. Pese a que la diplomacia española logró varios cambios de guión, la película no se estrenó en España hasta 1978. A los exbrigadistas no les gustó, pues consideraban que se había primado la ficción sentimental a la suerte de los voluntarios y de la República. Mientras algunos periódicos hablaron de tergiversación de la realidad, Paramount valoró que fuese una película sin connotaciones políticas y de la dictadura franquista, que había frenado a la propaganda roja. Durante mucho tiempo el filme fue uno de los grandes canales por los que el público estadounidense conoció la guerra de 1936.

En los oscuros años 40, el departamento de Propaganda de la dictadura prohibía que se citara a artistas significadamente antifranquistas, como Chaplin, Paulette Goddard o Lewis Milestone. Los doblajes se aprovechaban para cambiar los diálogos, como ocurrió con Humphrey Bogart en Casablanca. El documental de Oriol Porta explica la pugna en estos términos: los guionistas de Hollywood trataban de subrayaban el compromiso republicano de los personajes (eran los “buenos” de la película), mientras la dictadura aplicaba la censura.

Después de la segunda guerra mundial, en plena guerra fría, el Macarthismo se encarnizó con directores, artistas y escritores. La “caza de brujas” también afectó a quienes habían mantenido alguna relación con la República española, una acción considerada “subversiva”, “antiamericana” e “inspirada por el comunismo”. Más que en las películas, las pesquisas se centraron en directores y actores, quien tenían que responder ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas a preguntas como estas: “¿Está afiliado usted al gremio de los guionistas?”; o “¿Está usted afiliado al partido comunista?”. En las “listas negras” figuraban personajes tan conocidos como Bertolt Brecht, Howard Fast, Frank Capra o Charles Chaplin. “Si estabas en las listas no había trabajo, salvo alguno temporal”, afirma Alvah Bessie en “Hollywood contra Franco”. “Era una época de delatores y vencidos, en los que unos perdían la dignidad, otros el trabajo y algunos la vida; los guionistas nos teníamos que organizar para sobrevivir”, agrega.

El consulado español se dirigió asimismo a la 20th Century Fox para que introdujera cambios en el guión de “Las nieves del Kilimanjaro”, estrenada en 1952 a partir de un texto de Hemingway, con Gregory Peck y Ava Gardner en el reparto. La empresa accedió. Según Román Gubern, “la imagen de la guerra civil resultó aséptica, algo turbia y despojada de valores épicos”. “Ojalá pudiéramos volver a Detroit”, exclama un miliciano mientras combate en la trinchera. No es casualidad que la película, vaciada de carga ideológica, coincidiera con los Acuerdos entre Eisenhower y Franco para la instalación de las bases militares norteamericanas en España.

La década de los 60 destaca por los cineastas independientes que se lanzan a producir películas ambientadas en España. En 1964, Fred Zinnemann realiza “Caraquemada”, un filme centrado en la biografía de Quico Sabaté, uno de los últimos maquis anarquistas. Asesinado en 1960 por la guardia civil, traspasaba los Pirineos para llevar a cabo la “acción directa” en territorio español. Anthony Quinn interpreta a un sádico agente del cuerpo armado. La película no gustó a la dictadura franquista, de hecho, Fraga Iribarne prohibió el rodaje en España. Columbia Pictures, sancionada por el régimen, tuvo que grabar la película en el sur de Francia. 

En 1969 se estrenó “España otra vez”, dirigida por Jaime Camino. El realizador invitó a participar en la película a Alvah Bessie, quien 30 años después retornó a España. La película es un retrato de su experiencia vital. Se trata de un exbrigadista estadounidense que regresa a España (donde combatió en la Batalla del Ebro), en busca de un antiguo amor de guerra. Alvah Bessie se encuentra con un país vaciado de los ideales políticos por los que había peleado. El documental de Oriol Porta culmina en la explosión de creatividad de los años 70, vinculada con la oposición a la guerra de Vietnam. Hija de esos tiempos fue “Tal como éramos”, dirigida por Sydney Pollack en 1973, y protagonizada por Robert Redford y Barbara Streisand. En la película aparecen referencias a la guerra civil española, la segunda guerra mundial, el rol del Partido Comunista de Estados Unidos o la “caza de brujas”. De todo ello da cuenta, con esmero artesanal, este documental producido en 2008.

domingo, 7 de junio de 2015

Un 13,25 sobre 14 para Matemáticas y Física, la nota de corte más alta. El doble grado de la Complutense vuelve a ser la carrera de acceso más difícil. Las titulaciones de Medicina son las que requieren puntuaciones mayores


El doble grado de Matemáticas y Física de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) vuelve a ser la carrera universitaria con la nota de corte más alta de los campus públicos de España. Para acceder a esta titulación, que al ser doble implica una duración media de seis años, es necesario una nota de corte mínima de 13,325 sobre 14.

En la Complutense, el campus presencial más grande de España,. este doble grado ofrece solo 25 plazas por curso. La segunda carrera es también Matemáticas y Física, aunque esta vez en la Universidad de Sevilla. Para acceder se requiere un 13,124 de nota media. Esta puntuación se establece con la referencia de la nota más baja con la que un alumno accedió a estos estudios de este curso.

A las dos titulaciones científicas les sigue el doble grado de Relaciones Internacionales y Periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en Madrid. La mayoría de las carreras que exigen los expedientes más altos corresponden al área de ciencias. Relaciones Internacionales es la excepción entre las 20 primeras junto con Publicidad, Relaciones Públicas y Marketing (12,49), también impartida en la URJC.

Medicina repite año tras año como una de las titulaciones más demandadas y con mayor exigencia para el acceso. Hasta 11 de las 20 primeras carreras con las notas más elevadas corresponden a esta especialidad. En todos los casos requieren una nota superior a 12. En la Universidad de La Laguna (Tenerife), se solicita un 12,705, la más alta de todas. En la Universidad del País Vasco, la más baja, es necesario un 12,023. Las universidades públicas ofertan este curso 2.646 grados. En más de un millar de ellos se puede acceder con un cinco pelado de media. Una nota que puede responder también a que el grado es nuevo en el centro o que en el curso que ahora termina no se cubrieron todas las plazas..

A lo largo del mes de junio, cerca de 200.000 estudiantes se presentarán a Selectividad, un examen casi en extinción. A partir de 2017, los estudiantes no tendrán que enfrentarse a la prueba general de acceso a la Universidad tras la aprobación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).

Últimos años de la selectividad
Harán una nueva evaluación para obtener el título de bachillerato, que en ese primer año no tendrá efectos académicos. La LOMCE deja en manos de los centros de estudios superiores establecer sus propias pruebas en las que deberán tener en cuenta, sobre todo, la nota media del alumno en bachillerato. También podrán considerar la valoración de materias que estén relacionadas con la titulación, la formación académica o profesional complementaria o los estudios superiores previos.

Asturias, Navarra y La Rioja son las tres comunidades que han iniciado antes este curso sus pruebas se selectividad, con exámenes esta misma semana. En Andalucía, última región en programar la prueba, los alumnos se examinarán entre el 16 y 18 de junio.

Además de las notas de corte, otro de los criterios que influyen en los estudios de los futuros universitarios es el precio de las tasas universitarias que pagan los alumnos y éste oscila considerablemente de una región a otra, más aún desde que en 2012 el Ministerio de Educación cambió el sistema para calcular el coste de las matrículas de los grados universitarios.

Estudiar Medicina, por ejemplo, es hasta tres veces más caro en Cataluña (con 2.372 euros de matrícula anual este curso) que en Andalucía, que con 757 euros es la región más barata para este tipo de estudios. Entre las carreras definidas tradicionalmente como de letras también hay diferencias. Estudiar Derecho en Madrid (1.980 euros de matrícula anual) cuesta casi el triple que en Galicia, con 591 euros.

La cuantía de las becas que reciben los estudiantes también se ha reducido en estos últimos años. El número de becarios ha aumentado un 20% en los últimos cuatro cursos hasta 317.000 personas, pero la ayuda media que reciben para vivir cada año, aparte de la matrícula gratuita, ha descendido de forma considerable. Cobran una media de 466 euros menos, es decir, unos 2.000 euros por estudiante y curso.

Las 10 carreras con las notas de corte más altas

1. Matemáticas y Física, doble grado en la Universidad Complutense de Madrid. 13,325 puntos
2. Matemáticas y Física, doble grado en la Universidad de Sevilla. 13,124 puntos
3. Relaciones Internacionales y Periodismo, doble grado en la Universidad Rey Juan Carlos. 12,94 puntos
4. Biotecnología, grado en la Universidad de Salamanca. 12,802 puntos
5. Física y Matemáticas, doble grado en la Universidad Autónoma de Barcelona. 12,741 puntos
6. Medicina, grado en la Universidad de La Laguna. 12,705 puntos
7. Medicina, grado en la Universidad de Granada.12,697 puntos
8. Medicina, grado en la Universidad de Valencia.12,656 puntos
9. Medicina, grado en la Universidad Autónoma de Madrid. 12,652 puntos
10. Medicina, grado en la Universidad Complutense de Madrid.12,617 puntos

http://politica.elpais.com/politica/2015/06/04/actualidad/1433440684_191101.html?rel=lom

sábado, 6 de junio de 2015

El interesante documental de Arte que podría pasar desapercibido. El Gladio sueco

Rafael Poch
La Vanguardia

Ahora que regresamos a una segunda edición de guerra fría -en realidad nunca terminó- y aparecen signos de desafío en ciertos países europeos, resulta muy interesante ver documentales como los que el canal Arte ofreció el pasado 5 de mayo, y que se volverá a divulgar el martes 12 y el lunes 18, naturalmente a las 8,55… de la mañana.

http://www.tv-replay.fr/redirection/05-05-15/le-grand-bluff-de-ronald-reagan-arte-11061776.html

Quienes llevamos algunos años en estos asuntos ya conocemos la sustancia de la guerra fría. Sabemos, por ejemplo, que el imperio occidental fue siempre el más agresivo y temerario, creando armas de destrucción masiva y protagonizando situaciones de enorme peligro nuclear, pero la generación joven, que ahora parece despertar, suele ignorar muchas cosas esenciales, que el conflicto de Ucrania -y en general la creciente tensión militar del Imperio del Caos con los llamados BRICs, las potencias emergentes- pone de suma actualidad.

Por ejemplo: los precios del petróleo están ahora muy bajos y vuelven a aparecer submarinos rusos junto a las costas de Suecia y Finlandia (repasen la prensa de octubre del año pasado y de abril y mayo de este año). Todo eso ya pasó con Reagan: utilizando a los saudíes se forzó la bajada de precios contra la URSS, igual que ahora se hace contra Rusia (y Venezuela). Respecto a los submarinos, el referido documental es interesante porque demuestra como una de las democracias más robustas del mundo, de la que estamos a varias galaxias de distancia, funcionó como una república bananera; con sus militares y sus poderes fácticos conspirando por cuenta de Washington contra su primer ministro electo, el magnífico Olof Palme, al que acabaron asesinando en 1986.

El documental no hace sino confirmar una de mis más asentadas convicciones, a saber; que en asuntos de Estado y muy especialmente de Estados imperiales, uno siempre se queda corto cuando piensa mal: la realidad siempre acaba siendo bastante peor y superando lo que los cretinos denominan “teorías de la conspiración” y que frecuentemente no son más que prudentes reservas y sanos escepticismos.

Las fuentes de este documental son, por orden de aparición; Thomas C. Reed, ex consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, Herbert Meyer, consejero del jefe de la CIA, John F. Lehman, ex secretario de la Navy, Ingemar Engman, asistente del secretario de defensa sueco, Ola Frithofson, ex secretario de las juventudes socialistas suecas, Olof Franstedt, ex jefe de los servicios secretos suecos, Boris Pankin, ex embajador soviético en Estocolmo y último ministro de exteriores de la URSS, Caspar Weiberger, ex secretario de Defensa de Estados Unidos, Egon Bahr el ayudante de Willy Brandt que inventó la Ostpolitik, o James “Ace” Lyons, adjunto del jefe de operaciones de la Navy, además de algunos expertos suecos y noruegos.

El documental narra como con Reagan se formó en la Casa Blanca un nuevo sanedrín de “seguridad nacional” para radicalizar la tensión con Moscú a cuyo frente estaba Bill Casey, director de la CIA, ex banquero de Wall Street y director de la campaña electoral de Reagan. Eran amigos y entraba en su despacho sin llamar, por así decirlo. Ese nuevo Comité de Operaciones restableció las operaciones militares más provocadoras desde los años cincuenta en las fronteras más sensibles de la URSS, en la península de Kola, donde Moscú tenía, y tiene, una buena parte de su apuesta nuclear estratégica, tanto submarina como terrestre, recreando ataques inminentes que volvían locos a los rusos. Pero lo más interesante, como se ha dicho, es lo que se hizo contra la amenaza que representaba Olof Palme, el gran socialdemócrata que deseaba construir un sistema de seguridad integrado entre el Este y el Oeste, algo cuyo defecto explica, ahora, tantos años después del fin oficial de la guerra fría, que se haya llegado a situaciones como las de Ucrania.

Para evitar aquella distensión que Palme propugnaba con gran inteligencia, el establishment sueco, el ejército, los servicios secretos, la gran burguesía y lo que hay alrededor de su institución monárquica, naturalmente con la enorme ayuda de la prensa corporativa, logró sembrar la histeria en el país. Para ello bastó con pasear varios “submarinos soviéticos” con el periscopio al alza –lo que es del todo absurdo- por delante de bases militares suecas e incluso frente al palacio real en Estocolmo y algunas residencias secundarias del monarca. Pero los submarinos no eran soviéticos, sino americanos, británicos y en algunos casos italianos usados por los americanos. La finalidad era desenmascarar la política antibelicista de Palme, a quien los propios servicios secretos suecos consideraban un “traidor”, explica Olof Franstedt, su ex director. Los americanos se encargaban de susurrarles al oído a los almirantes y generales que aquel hombre era un “agente de influencia” del KGB. En ese susurro era muy activo el jefe del contraespionaje americano, James Jesus Angleston, explica Franstedt.

Mientras Palme convocaba al embajador Boris Pankin para darle la bronca por aquello y éste le aseguraba que no había ningún submarino (al final, desesperado de que no le creyera, le dijo que bombardeara de una puñetera vez aquellas naves misteriosas), todos estaban en el secreto. Cuando más tarde Pankin fue nombrado (último) ministro de exteriores de la URSS, en agosto de 1991, como no las tenía todas consigo (entonces los diplomáticos soviéticos desconfiaban del KGB y de sus militares como del diablo), pidió a sus amigos Vadim Bakatin y Evgeni Sháposhnikov, hombres de Gorbachov y amigos suyos puestos al frente del KGB y del Ministerio de Defensa, respectivamente, que buscaran en los archivos de sus agencias si había documentos sobre todos aquellos incidentes de submarinos de los años ochenta: no los había. Cero. En el documental, James “Ace” Lyons, el adjunto de la Navy, admite que todo fue un montaje. El resultado fue excelente: Antes de la operación el porcentaje de suecos que se declaraba “amenazado” por la URSS era del 27%, después de la operación eran el 83% (minuto 37 del documental).

Pero es que luego, el 28 de febrero de 1986, Palme fue asesinado, en un caso aun no resuelto, como las bombas de Luxemburgo de la OTAN y tantos otros crímenes de la red Gladio de la OTAN durante la guerra fría. En 1986, Gorbachov ya estaba en el Kremlin y la política de paz de Palme, disponía de un formidable nuevo factor a su favor: la extraordinaria disposición hacia ella del líder soviético. A Palme lo mataron tres semanas antes de que viajara a Moscú. Para Gorbachov, “no hay duda de que fue un asesinato político, porque amenazaba intereses muy poderosos partidarios de mantener el estado de cosas”.

Suecia creó una comisión de investigación por lo de los submarinos (también por lo de Palme, naturalmente sin resultado). Un miembro de esa comisión recuerda como desaparecían los documentos. “Un grupo de individuos que actuaba fuera del cuadro democrático sueco, no quería que su propio gobierno supiera lo que había pasado en realidad”, dice. Una manera muy nórdica de decir que en determinadas situaciones, la democracia con más solera de Europa, importa una higa. Imagínense la nuestra.

Bueno, últimamente los europeos vamos comprendiendo mucho de todo eso en propia carne. Los griegos, por ejemplo, ya son doctores en esa ciencia. Algunas consignas del 15-M incluso lo reflejaron con gran acierto. Pero cuando leo los periódicos y veo a todos esos nuevos jóvenes actores esperanzadores que aparecen en el horizonte, me pregunto si saben lo que significa, realmente, plantarle cara a una oligarquía, los riesgos que conlleva y el nivel de juego sucio al que se enfrentan cuando se intenta reformar lo verdaderamente esencial, trátense de un sistema de seguridad internacional, o de los intereses financieros de la cleptocracia local.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/?p=100

viernes, 5 de junio de 2015

Misa republicana en París

Colocando el miércoles los restos de cuatro resistentes en el Panteón republicano de París en medio de una gran ceremonia, una especie de misa laica en el corazón de la capital, François Hollande ha dado una lección de historia. Mejor dicho: de cómo la historia se acomoda desde el poder. La pugna electoral de Hollande para lograr un segundo mandato en las presidenciales de 2017 ya ha empezado. Necesitado de recursos de prestigio, la efectista escenificación del miércoles en el templo que acoge a los grandes hombres de la República desde la época de Voltaire y Rousseau, incluyó una emotiva homilía presidencial. Esencialmente, el asunto consistió en la habitual campaña de imagen y presencia en la que, a falta de otras sustancias, se reduce la política. Respecto al contenido, el discurso del Presidente, que el Elíseo anunciaba como crucial, no pasó de corriente.

Hollande ha logrado que en el Panteón siga sin haber ni un solo resistente comunista, pese a que esa fuerza fue un componente esencial -e inicial- de la Resistencia. Hasta el miércoles, el único resistente allí presente era Jean Moulin, sin duda una personalidad indiscutible y unificadora -pero no comunista como señalamos por error en nuestra crónica de la edición impresa de ayer. Los cuatro que Hollande ha añadido (Geneviève de Gaulle, sobrina del general, la etnóloga Germaine Tillion, Pierre Brossolette, cuadro de los servicios de información gaullistas, y el ex ministro de educación del Frente Popular Jean Zay), todos ellos grandes figuras, mantienen en el Panteón de la República un homenaje incompleto a la Resistencia. El Presidente lo reconoció al decir en su discurso que las cinco personalidades ahora representadas en el Panteón “no son toda la Resistencia”, movimiento con “muchos rostros”, dijo, entre los que citó a, “comunistas, gaullistas, socialistas, radicales y hasta monárquicos”

¿Qué habría costado incluir entre los panteonizados ayer a Marie-Claude Vaillant-Couturier, comunista que fue compañera de internamiento en Ravensbruck de Tillion y de Gaulle, o al emigrante del affiche rouge, Missak Manouchian, líder del grupo filocomunista de los veintitrés fusilados en febrero de 1944, lleno de judíos y extranjeros, entre ellos el español Celestino Alonso? La caída de aquellos veintitrés dio lugar a una intensa campaña de propaganda xenófoba de los nazis y del gobierno de Vichy, no exenta de actualidad en la Europa de hoy. Renunciando a eso, el homenaje fue, ciertamente, incompleto.

La Resistencia no es una rancia memoria. Sus valores de indignación, rebelión y compromiso activo contra la injusticia y la tiranía, son perennes y universales. Su programa, el Programa del Consejo Nacional de la Resistencia de 15 de marzo de 1944, destinado a definir el régimen democrático auspiciado tras la liberación y que lleva la impronta de Jean Moulin, es de una actualidad asombrosa. Contiene el grueso de lo que hoy se necesita; desde, “una verdadera democracia económica y social, que implique apartar las grandes feudalidades económicas y financieras de la dirección de la economía”, hasta “garantizar la subordinación de los intereses particulares al interés general”, pasando por, “una libertad de prensa independiente de la potencia del dinero”, la “instrucción para todos”, la “nacionalización de los grandes medios de producción, las fuentes de energía, las riquezas del subsuelo, los seguros y los grandes bancos”.

Lo que en 1944 era consenso básico para un futuro decente, hoy es “izquierda radical”, “extremismo”, naturalmente “populismo” y otras sandeces. Se comprende, así, por qué la historia debe ser bien acomodada.
La Vanguardia
Fuente original: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/?p=111

jueves, 4 de junio de 2015

Tony Judt, la contundencia de un moralista. La reunión de sus artículos más políticos recupera todo el abanico de preocupaciones del autor de ‘Postguerra’

Cuando los hechos cambian se inicia con la crítica que Tony Judt publicó en el New York Review of Books en mayo de 1995 de la Historia del siglo XX, de Eric Hobsbawm. Es una buena introducción porque pone sobre la mesa cuestiones que importan para entender al autor de Postguerra. Una de ellas es su interés por lo que pasó durante el siglo XX en la Europa del Este. A los habitantes de esa zona les tocó sufrir dos calamidades, la que desencadenaron los nazis y la que montaron los comunistas. La astucia de Stalin consistió en recuperar en los años treinta el buen nombre de su causa cuando apoyó a la República española frente al golpe de los militares rebeldes y sus amigos falangistas. Para Hobsbawm, cuenta Judt, aquélla fue “la única causa política que, incluso en retrospectiva, se nos aparece tan pura y atrayente como lo fue en 1936”. Y, sin embargo, es justo esa fascinación la que le impide a Hobsbawm no sólo analizar “el uso que hizo Stalin del conflicto español”, sino ni siquiera abordar cómo aquella unidad antifascista “contribuyó a forjar una nueva imagen del comunismo internacional después de los desastres militares, económicos y estratégicos de sus dos primeras décadas”. Y afirma: “Si queremos comprender el siglo XX, esa radical remodelación del comunismo (que se repitió en una clave menor después de 1943) necesita ser valorada”.

En la década de los noventa, como le contó a Timothy Snyder en Pensar el siglo XX, Nueva York convirtió a Judt en un intelectual público. Su compromiso se hizo más intenso en 2011 tras el 11-S: “me pareció cada vez más urgente zambullirme en una conversación estadounidense: exigir el debate abierto y sin restricciones sobre temas incómodos en un momento de autocensura y conformidad”. Es lo que hace en los textos de Cuando los hechos cambian. En uno de ellos se refiere a Hannah Arendt y dice que se dedicó a perturbar “la fácil paz de la opinión recibida”. Es lo que también hace Judt: no pasa ni una sola de las ideas que querían imponerse entonces con la ofensiva neoconservadora y a todas ellas las somete a un escrutinio minucioso para pronunciarse de inmediato de manera contundente. Opera como historiador, porque aborda cada asunto desde una amplia perspectiva y lejos de los peajes del presente, pero se pronuncia como moralista. Como Montaigne o como Camus, le dijo a Snyder, “yo también era un moraliste: pero un moralista estadounidense”.

El libro reúne 28 textos, uno de ellos inédito, escritos entre 1995 y 2010; la selección e introducción la ha hecho Jennifer Homans, la última mujer de Judt. Están todas sus obsesiones. Vuelve sobre la devastación que produjeron los nazis y luego los comunistas en la Europa que terminó bajo el dominio del estalinismo, denuncia los peligros de una Unión Europea henchida por el éxito de unos logros que pueden ser desvirtuados por su manía con “la rectitud fiscal y el beneficio comercial” o reivindica aquellos años de posguerra donde surgieron las instituciones que propiciaron el Estado de bienestar como una barrera al sufrimiento de treinta años de guerra. También se ocupa de Israel en unas piezas que en su día fueron contestadas por el coraje con el que defendió la necesidad de entendimiento con los palestinos y la solución de los dos Estados, y por su virulenta denuncia del afán del Estado judío por servirse de la memoria del Holocausto como un escudo ante toda crítica. Hay una larga parte en la que Judt ataca la indiferente condescendencia con que los neoconservadores trataron a su aliados en aquella guerra global contra el terror que puso en marcha George Bush. Son textos escritos al hilo de la invasión de Irak o ante los excesos que se produjeron en Guantánamo o Abu Graib. Por importante que sea la guerra que se libra, no se puede actuar sin límites ni cortapisas de ningún tipo: “Estamos ofreciendo un simulacro de democracia desde un camión blindado a setenta kilómetros por hora y lo llamamos libertad”, escribe.

No podía falta, claro, su celebración del ferrocarril, y también se incluyen homenajes a François Furet, Amos Elon y Leszek Kolakowski. Pero lo que está bulliendo continuamente es su defensa de la socialdemocracia. En esos valores se reconoce este moralista: en su lucha contra la desigualdad y en su reto de construir instituciones destinadas a proteger a los más débiles. “Por decirlo sin ambages, la izquierda tiene algo que conservar. Es la derecha la que ha heredado el ambicioso impulso modernista de destruir e innovar en nombre de un proyecto universal. Los socialdemócratas, característicamente modestos en su estilo y su ambición, tienen que hablar con más firmeza de lo conseguido en el pasado”. Ése es su mensaje, que sigue intacto mucho después de se haya ido.
Cuando los hechos cambian. Tony Judt. Traducción de Juan Ramón Azaola y Belén Urrutia. Taurus. Barcelona, 2015. 413 páginas. 22,90 euros

miércoles, 3 de junio de 2015

El metal que hizo posibles los vuelos baratos. Laurence Knight BBC

Hizo posible la era de las vacaciones baratas en el extranjero, así como que la margarina fuera fácil de untar. Puede que el níquel no sea el metal más llamativo, pero la vida moderna sería muy diferente sin él.

En las entrañas de la University College London, de Reino Unido, se encuentra un taller en el que se corta metal y se tornean y moldean los instrumentos y el equipo para varios departamentos de ciencias.
El profesor de química Andrea Sella está frente a mí, sujetando un grueso tubo de dos metros hecho de monel, una aleación de níquel y cobre. Y de repente lo deja caer, provocando, al estrellarse contra el suelo, un ruido ensordecedor. "Esto realmente habla de la dureza y la rigidez de este metal", explica, recogiendo el tubo, en perfecto estado.

Tras estrellarse contra el suelo, el tubo de metal seguía en perfecto estado.
Pero otra de las razones por las que el monel es "una aleación fantástica", dice, es que es resistente a la corrosión.
Los químicos deben manejar materiales altamente reactivos- poderosos ácidos o gases como el flúor o el cloro-, así que necesitan algo que no haga reacción al estar en contacto con estos.

El oro, la plata o el platino son una opción, pero imagínense el precio de un tubo de dos metros hecho de oro.
El níquel, en cambio, es barato y abundante. Así que se emplea allá donde la corrosión resulta una preocupación: desde en espátulas de farmacia hasta como cobertura protectora de los piñones de las bicicletas.

Aleaciones "peculiares"
Pero el níquel puede producir aleaciones mucho más peculiares que el monel, señala Sella, ansioso de explayarse.
Un ejemplo es el invar, también llamado FeNi36 o nivarox, una aleación de níquel y hierro. Éste difícilmente se expande o contrae con los cambios de temperatura, una propiedad muy útil en instrumentos de alta precisión y relojes.

También está el nitinol.
Sella saca un alambre en forma de clip para papel. Es muy fácil deformarlo y lo hace. Pero en cuanto lo sumerge en una taza de agua hirviendo, inmediatamente recupera su forma y vuelve a ser un clip perfecto para sujetar papeles.
Está hecho de nitinol, una aleación de níquel y titanio que "recuerda" la primera forma que tomó. Además, su composición se puede ajustar, de forma que siempre recupere su forma a una temperatura concreta.

Esto último significa que, por ejemplo, se podría insertar una cánula enrollada en un vaso sanguíneo. Así, al aumentar la temperatura corporal se expandería, abriendo la vena que había sido previamente tapada u obstruida y permitiendo a la sangre fluir a través de ella.

Pero la importancia de estos materiales se quedan en nada al compararlos con las llamadas "superaleaciones". Y es que éstas son las que hicieron posible la era de la aviación.

Motores de turbinas de avión
Los primeros motores fueron diseñados en las décadas de 1930 y 1940 por Frank Whittle en Reino Unido y por Hans von Ohain en Alemania, enfrentados ambos en la carrera por el desarrollo de armamento.

Estos motores, hechos de acero, tenían graves deficiencias.

Rolls-Royce mezcló níquel con un poco de cromo y encontró la receta perfecta para las turbinas de los aviones.
"No tenían la capacidad de soportar temperaturas superiores a los 500 grados centígrados", explica Mike Hicks, director de materiales de Rolls-Royce, el principal fabricante de turbinas para avión de Reino Unido.
"Perdían fuerza rápidamente y no eran resistentes a la corrosión", añade.
Como respuesta, el equipo de Rolls-Royce volvió a poner el trabajo que Whittle hizo en la década del 1940 sobre la mesa, en la que también colocaron una tabla periódica.

El tugsteno era demasiado pesado. El cobre se fundía a temperaturas demasiado bajas. Pero el níquel, mezclado con un poco de cromo, era la receta perfecta: toleraba altas temperaturas, era fuerte, resistente a la corrosión, barato y ligero.

Y aún hoy, con los descendientes de aquellas primeras superaleaciones, se produce la mayor parte de las partes traseras de las turbinas, tanto de las que se usan en aviones como con las que se genera energía.

"Las palas de las turbinas tienen que girar en la zona más caliente del motor y a una velocidad muy alta", dice un colega de Hicks, Neil Glover, el director de investigación de la tecnología de los materiales de la compañía.

Y agrega: "Cada una de estas palas produce la misma potencia que el motor de un auto de Fórmula 1 y hay 68 de estos en el corazón de las turbinas de gas modernas".

La temperatura a la que se enfrentan estas palas es de 1.700 grados celcius, unos 200 grados más que su propia temperatura de fusión.

Esta hazaña se consigue gracias a un revestimiento de cerámica resistente al calor, así como al "enfriamiento" del aire, a unos 650 grados.

La capacidad de las superaleaciones de funcionar a tan extremas temperaturas el lo que hace posible nuestro viaje al Algarve, el la costa sur de Portugal, o a Florida, en Estados Unidos.

"Cuanto más se caliente la turbina, más eficiente es el motor en general y menos combustible utiliza", explica Neil.

Solución ante la deformación
Sin embargo, las palas de la turbina tienen que lidiar con algo más que temperaturas extremas. Giran a tanta velocidad que su carga centrífuga es equivalente a varias toneladas.
Esto, combinado con un calentamiento y una refrigeración constante, puede desembocar en un problema conocido como "arrastre": la pala se alarga lentamente hasta que empieza a golpear la carcasa de la turbina.
La mayoría de los metales se componen de una miríada de diminutos cristales fusionados, llamados granos.
Pero sus límites son una fuente de debilidad, ya que los cristales se pueden deslizar y el material deformarse.

Así que Rolls-Royce hizo frente a este problema creando una pala con un solo cristal, de la misma manera que se generaban cristales a partir del sulfato de cobre en los experimentos de química del colegio.
Además, las aleaciones se mejoraron añadiéndoles otros elementos, diez o más en total. Esto permitió a los diseñadores de las turbinas ajustar los materiales de cada componente del motor.
Y es por estos ingredientes adicionales por los que la historia del motor de avión se convirtió también en la historia de otro elemento químico, uno aún más enigmático que el níquel.

Se trata del renio. Y añadiéndolo a la superaleación ayuda al deslizamiento.
Sin embargo, el renio es también una de las sustancias más escasas de la tierra y se obtiene principalmente a partir de minerales de molibdeno. La producción anual de renio del mundo son unas escasas 40 toneladas y más de tres tercios de esa cantidad se destinan a los superaliados.

Así que la próxima vez que vayan en la carretera agradézcanselo al níquel, pero acuérdense un poco también de su misterioso primo, el renio.

¿Y la margarina?
Pero al principio de este artículo se hacía mención a la margarina y a estas alturas seguro que se están preguntando qué tiene ésta que ver con las superaleaciones y los motores de avión.

La respuesta es que no mucho.
Las margarinas están hechas principalmente con aceites vegetales y grasas. Y el problema es que la mayoría de estos son demasiado líquidos para untarlos sobre una tostada.

Y ahí entra el níquel: el elemento puede ser usado para hacer las margarinas más viscosas, más parecidas a la mantequilla.

Esto se consigue con una reacción química llamada hidrogenación. Se bombea hidrógeno sobre los aceites, con algo de níquel, que actúa como catalizador.

El níquel no reacciona al ponerse en contacto con los aceites, sino que actúa como una máquina molecular, permitiendo que estos hagan reacción con el hidrógeno.

Las grasas resultantes, hidrogenadas, son más espesas y fáciles de untar.
Así que, ¿deberíamos dar las gracias al níquel por la margarina?
Quizá.

Pero tal vez no.
El proceso de hidrogenación puede producir ácidos transgrasos, también conocidos como grasas "trans". Este tipo de grasas no suelen producirse comúnmente en la naturaleza y se asocian a niveles altos de colesterol y, por consiguiente, a ataques cardíacos asociados e infartos.

Esto dio lugar al uso de los aceites de palma como sustitutos, mucho más espesos y más fáciles de untar por naturaleza, especialmente cuando están combinados con emulsionantes.

Aunque esta alternativa también tiene sus inconvenientes: la destrucción de las selvas tropicales para dar paso a las plantaciones de palma aceitera. BBC

7 cosas ricas de las que comer 'toneladas' sin que se entere la báscula.

No deberíamos, pero, a veces, comemos por aburrimiento. O cuando quedamos con alguien, mientras charlamos, aunque no tengamos hambre, entre clase y clase o a la hora del aperitivo. Son calorías de más que no necesitamos para saciarnos, pero forman, irremediablemente, parte de nuestra vida. La buena noticia es que si buscamos los pecados más sanos y menos calóricos, evitaremos la sensación de culpa a la vez que matamos la avidez ficticia. De todo esto puede comer y beber hasta que el cuerpo aguante.

1. Pepinillos en vinagre
Keri Glassman, experta formada en Reino Unido con su propia escuela de nutrición, los recomienda, sobre todo, después de un entrenamiento duro. "Si se suda mucho, la sal ayuda a reponernos", explica, aludiendo al ensayo al respecto publicado en Journal of the Internacional Society of Sports Nutrition. Atención, hipertensos, este aperitivo es ideal para evitar el aumento de peso, pero no para aquellos que han de vigilar su ingesta de sodio (cada pepinillo contiene 1,5 gramos de sal según su propia etiqueta). “Excepto en estos casos, el encurtido es el aperitivo perfecto. Al fin y al cabo, se trata de verdura”, asegura la doctora María José Crispín, nutricionista de Clínica Menorca. Salados y crujientes, procuran un placer que satisface cualquier antojo (3 pepinillos: 24 calorías). “También sirven las berenjenas, cebollitas, banderillas… Pero no incluiríamos las aceitunas, muy sanas, pero más calóricas a la hora de ‘comer sin parar”, argumenta la doctora Crispín.

2. Salmón ahumado con queso, anchoas o berberechos
A veces lo que nos apetece es un chute de algo consistente, casi como un almuerzo, pero todavía es pronto, o tarde, para ello. “Es frecuente que al caer el día nos entren unas ganas desenfrenadas de tomar hidratos de carbono. Es porque disminuye la acción de una hormona, el cortisol, y de un neurotrasmisor, la serotonina. Y si no tenemos suficiente reserva de carbohidratos en el hígado nuestro cuerpo nos pedirá este nutriente. Por eso recomendamos consumir alimentos ricos en hidratos complejos en el desayuno y hasta el mediodía (pan, tostadas, cereales, frutos secos), para tener nuestros depósitos completos, y luego, por la tarde-noche, optar por las proteínas", comenta Graciela Moreira, experta en nutrición y cocina de la multinacional especializada en pérdida de peso PronoKal Group. Para la especialista, un rollito de salmón ahumado relleno de queso fresco 0% graso es tan ligero como susceptible de repetir ("diez porciones serían 800 calorías", calcula). La doctora Crispín aboga aún por bocados más livianos, "como la anchoa sin pan, el mejillón, el berberecho al natural con limón o las gambas cocidas". ¿Y no pueden dañar al estómago alimentos con tanta enjundia? La doctora Crispín contesta: "Por supuesto que un kilo del salmón nos puede sentar mal. Pero la gracia de estos alimentos es que son muy saciantes, por lo que satisfarán nuestro deseo de comer antes de causar algún trastorno".

3. Tomates cherry
Si se los lleva al trabajo, es un modo de evitar el asalto a la máquina de vending. Cien gramos (diez tomates) solo tienen 18 calorías, según Clínica Santa María. “Puede hacer estallar una de estas dulces tentaciones en su boca con toda la apariencia y sabor de una golosina, pero sin el azúcar que esta conlleva", dice Glassman. Además, según los nutricionistas consultados, estos tomatitos son ricos en vitamina C, cinc y licopeno, que según la Sociedad Americana contra el Cáncer es eficiente para combatir ciertas enfermedades.

4. Manzana liofilizada (es decir, crujiente)
Su textura crujiente, al contrario que la fruta deshidratada, la hace más suculenta como aperitivo. Este secado por congelación de la manzana mantiene viva sus cualidades organolépticas, y no suma calorías (una manzana solo tiene 35). Un estudio de Cell Press concluyó que unas dosis elevadas de magnesio "mejoran la capacidad de aprendizaje y la memoria" (la manzana tiene 5 miligramos por cada 100).

5. Rodajitas de zanahoria con limón y cayena
Sí, a veces las verduras nos proporcionan un verdadero placer simplemente presentándolas de diferente manera. Preparar un aperitivo con un plato de rodajas de zanahoria es realmente recomendable y apetecible. Su alto contenido en agua nos refrescará y, de nuevo, el bocado crujiente nos satisfará plenamente. "Añadiendo unas gotas de zumo de limón o vinagre, algunas escamas de sal de mar y hasta una pizca de cayena, disfrutaremos del mejor aperitivo”, comenta Blanca Galofré, coach nutricional.

6. Algas
Son la última obsesión por parte de los amantes de una dieta sana y una solución sabrosa. "Los aperitivos de algas acaban con el antojo de algo salado a cambio de muy pocas calorías (1 ración: 25 calorías) y un montón de nutrientes, incluyendo minerales como el magnesio y el calcio", dice Keri Glassman. La OMS recomienda el consumo de variedades como la espirulina. Y según la nutricionista Dana James, postgradiada en Nutrición Clínica, "su contenido en yodo impulsa el metabolismo, mejorando la función del tiroides". No solo no engordan, sino que la Universidad de Copenhague vislumbró en 2011 que las fibras de su variedad marrón ayudan al adelgazamiento. Su revestimiento de aceite de oliva, que además previene la disfunción eréctil, aporta una dosis de grasa al cuerpo que pide patatas chips. Además, se venden en el mismo formato (tostadas, en bolsa y listas para comer), aunque también las dispensan deshidratadas, en herbolarios, para la elaboración de ensaladas.

7. Té casero…
con mucho hielo No se come, se bebe, pero en los días de verano sienta tan bien que no podía faltar en la lista. "Elaborado en casa, sin azúcar y con edulcorante, pero con mucho hielo", como recomienda Isabel Artero, directora y fundadora del centro de belleza Cuerpo Libre. Por su alto contenido en cafeína (50 mg por taza) no se han de exceder los 7 vasos por jornada. ¿Pero quién necesita más? Sus variedades blanca y negra se vinculan a beneficios cardiovasculares.

http://elpais.com/elpais/2015/06/02/buenavida/1433253262_626567.html

martes, 2 de junio de 2015

El sueño eterno. La fascinación que tenemos por fragmentos ininteligibles de libros y películas quizá provenga de nuestra sospecha de que dicen la verdad. No olvidemos que Einstein decía que lo más incomprensible del mundo es que sea comprensible

Oyeron ustedes hablar de los que ven una película dos veces, pero la segunda no la entienden? Me hablaron de ellos el otro día y sonreí y me acordé de aquel profesor de filosofía que, según Unamuno, solía empezar su curso con esta pregunta a sus alumnos:

—¿Sabe alguien qué venimos a hacer aquí?

Decía Unamuno que cada año, cuando acababa el curso, profesor y estudiantes seguían preguntándose lo mismo.

Seguramente, repetían curso todos los alumnos y, al finalizar el segundo año, ya no entendían ni la pregunta inicial. Me recuerda los 12 años que pasé estudiando en Barcelona en los Maristas sin llegar a entender nada. Aquel colegio era como el Instituto Benjamenta de la novela de Robert Walser: “Aquí venimos a aprender, pero no aprendemos nada”.

De todo esto me acordé cuando, al hablar de las películas a competición este año, Thierry Frémaux, delegado general del Festival de Cannes, dijo que The Lobster, del gran Yorgos Lanthimos —relato futurista en el que aquellos que no consiguen una pareja son transformados en animales— era “uno de esos filmes en los que no todo se entiende”.

Al día siguiente, Le Monde publicaba una breve antología de películas que son famosas por no entenderse en ellas todo. La encabezaba El sueño eterno, de Howard Hawks, filmada en 1946 y considerada la pionera de esta tendencia a incluir lo incomprensible dentro de un armónico y sensato conjunto. Quizás tuvo demasiados guionistas la adaptación de la novela de Chandler, pero el caso es que cuando Lauren Bacall canta en un tugurio, no está claro por qué. Y se sabe que cuando el productor le preguntó al novelista quién podría haber matado al chófer de la familia Sternwood, Chandler contestó: “Ni puta idea”.

Es una historia que recuerda a la que me contó Juan Marsé de cuando Victor Erice trabajaba con tan extraordinaria meticulosidad en el guión de El embrujo de Shanghai. Una tarde, Erice dejó la plaza Rovira de Barcelona, donde se pasaba horas tomando notas, y le preguntó a Marsé a qué se dedicaba el abuelo de un personaje secundario de la novela. Pasado el primer momento de estupor, la respuesta del escritor se pareció a la de Chandler.

“No comprender es una operación en la que conviene invertir mucho tiempo”, escribió Juan Tallón en la revista Vozed, en febrero de 2013. Yo invertí muchos años en la primera frase de un libro de Pavese: “Le llamaban Pedro porque tocaba la guitarra”. Como no había forma de entender qué significaba, publiqué un artículo en febrero de 2001 pidiendo que alguien me la explicara. Y un día, no sé dónde, el gran José María Riera de Leyva se tomó la molestia de explicármela. Me pasó unos datos muy precisos que lo justificaban todo, pero los he olvidado. Es decir, sigo igual que antes. Pero a veces pienso que es mejor así. Después de todo, siempre me funcionó una manera muy simple de averiguar si algo me gusta o no: me atrae lo que no entiendo; si lo entiendo, lo abandono corriendo.

Nunca olvidaré lo mucho que me atrajo en la primavera de 1963 el filme El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais, con guion de Robbe-Grillet. Me fascinó porque no lo entendí y cada tarde, al salir del colegio, acudía al Savoy del Paseo de Gracia a correr el riesgo de que en cualquier desgraciado momento pudiera llegar a entenderla. Veinte veces la vi y veinte veces no la entendí. Sólo llegué a saber que se contaba en ese filme la historia de un hombre que en un extraño y decadente hotel trataba de convencer a una mujer de que ella y él, el verano anterior, habían tenido una relación. ¿Se trataba de un encuentro imaginario? El guionista Robbe- Grillet y el realizador Resnais discrepaban en este punto y también en todos los demás referidos a la película. Y los pobres o felices espectadores parecían quedar atrapados entre ambos, entre Robbe y Resnais, cabreados unos por el inmenso tedio, y alegres los otros por el entusiasmo que producía una obra de arte que, por decirlo con palabras de Le Monde “condenaba al público a no entender nada”.

Pero, ¿de verdad no entender es una condena? Más bien diría lo contrario, no entender es la puerta que se abre. El filme de Resnais deja entrever cómo será el sueño eterno que a todos nos espera después de la vida. ¿Sabe alguien como será exactamente? Nadie. Sólo podemos entreverlo pero de todos modos, aun suponiendo que llegáramos a percibirlo del todo, no lo entenderíamos.

Puede que la fascinación por fragmentos ininteligibles de películas provenga de nuestra sospecha de que esas secuencias dicen la verdad sobre lo que será nuestro sueño eterno. En el campo de los libros, lo mismo. Pienso en Sordello, un poema del victoriano Browning, que todavía hoy se resiste, no ya a su interpretación, sino a su comprensión más elemental. Reconstruye la vida de un trovador del siglo XIII. Pero no se entiende nada. Cuando fue publicado en marzo de 1840, causó furor porque todo el mundo quería leerlo para comprobar que el poema no tenía ni pies ni cabeza. Cuenta César Aira en su ensayo Lo incomprensible que aquello que Browning decía en Sordello quiso leerlo un hombre enfermo, amante de interpretar textos. Su mujer terminó por comprar el libro y leerle el poema: “Sus últimas palabras (pues irónicamente murió casi inmediatamente después de haberlo escuchado) fueron: ¡No entendí nada, pero nada! Hoy se especula si su muerte fue a causa de la desesperación o precisamente lo inverso, si en realidad murió de esperanza. Tal vez lo que realmente quiso decir haya sido: ¡Por fin no entendí algo!”.

En la breve antología de Le Monde sobre el cine incomprensible, no faltan 2001: Una odisea del espacio (Kubrick), por sus tres minutos de pantalla en negro en la apertura (que han generado tantas leyendas), y algunos de los filmes de David Lynch, como el desazonante Lost Highway (Carretera perdida). Se podrían añadir ciertas películas de espías, como el reciente El topo, de Tomas Alfredson, basado en Le Carré y totalmente atestado de laberintos interiores imposibles de desentrañar. Nada grave. No olvidemos que Einstein decía que, después de todo, lo más incomprensible del mundo es que sea comprensible.
Enrique Vila-Matas es escritor.

lunes, 1 de junio de 2015

“El equilibrio entre ética y estética es lo más difícil”. Los Chikos del Maíz llenan salas con su contestatario y politizado hip hop. Pablo Iglesias y Alberto Garzón han colaborado en su segundo disco

La infamia política ha convertido a Valencia en un tema de perpetua pero triste actualidad. La realidad se ha abierto paso a golpe de titular, exponiendo un escenario desolador. El dúo de hip hop valenciano Los Chikos del Maíz es, en buena medida, una reacción a eso. “La gente de nuestra generación no ha conocido otra cosa en esta ciudad: caciquismo, corrupción, aeropuertos sin aviones, trajes sin facturas, comisiones y todo tipo de pelotazos y escándalos urbanísticos”, comenta Nega. Su compañero Toni el Sucio, apostilla: “Tantas décadas de saqueo e impunidad han generado una escena musical de lo más variopinta y especialmente contestataria. También está La Raíz, Obrint Pas, Aspencat, Zoo… Valencia ha exportado mucha vergüenza e impunidad, pero a su vez, y como consecuencia de ello, una escena de música combativa de las más saludables y activas del Estado”.

Los Chikos del Maíz operan al margen de lo establecido. Se manejan a través de la autogestión y las redes sociales, dándole a su música una visibilidad que les hace llenar salas aquí y actuar también en Colombia, Venezuela y Londres, ciudad a la que pronto volverán. “Hay una escena que parece que no existe porque no se refleja en los grandes medios, pero que ya es masiva. Cuando se celebra el FIB aparece en todos los telediarios. Venimos de actuar en el Viña Rock; han ido 72.000 personas y yo no he visto eso en ningún informativo. Si juntas a grupos con letras comprometidas o polémicas, el discurso oficial los ignora”, afirma Nega. En el caso de este dúo, el perfil contestatario es inherente a su realidad. Entre los 16 y los 25 años, Toni trabajó en diferentes fábricas; Nega era soldador de calefacciones. Se conocieron en la facultad, estudiando periodismo y comunicación audiovisual. A principios de 2000 montaron el grupo y casi de inmediato empezó a funcionar (“gracias a eso pudimos terminar la carrera”), espoleado por la rabia del que sabe al lado de los desfavorecidos. “Antes de la crisis”, apunta Toni, “el asunto laboral no estaba bien, había más trabajo pero ¿qué tipo de trabajos y en qué condiciones? Yo trabajaba de un modo precario, haciendo horas en negro bajo amenaza de despido”. Nega es tajante: "El problema viene cuando la clase media se precariza y sufre lo mismo que la clase obrera. Me hace mucha gracia lo de la generación más preparada, que con dos carreras se tiene que ir a Londres a fregar platos. Tío, tus aspiraciones eran ser el amo del mundo desde un despacho y te has dado de bruces con la realidad que está viviendo la clase obrera desde el siglo XVIII".

Indignación
La estanquera de Saigón (Boa, 2014), segundo álbum del grupo, resume sensaciones, ideas y proclamas que no dan tregua. Se publicó en un cuidado formato CD-libro, con textos, entre otros, de Alberto Garzón, Shangay Lily, Javier Couso, Iñigo Errejón y Pablo Iglesias, que en el pasado también realizó un clip para el grupo. “Pienso que actualmente Podemos se está peleando por un espacio que va a ser ocupado por el señorito [Alebert] Rivera y su cohorte de empresas del Ibex 35”, dice Nega. “En mi opinión hay que volver al espíritu del 15M y ser el partido de la indignación”. Adscritos a una escena en la que el compromiso político es esencial, Los Chikos del Maíz no olvidan lo que son. "Por mucho que nuestras letras estén politizadas, no dejamos de ser un grupo de música y nuestra función básica es la de entretener", dice Nega. “Encontrar el equilibrio entre ética y estética es lo más difícil. Hay un montón de grupos de hip hop extremadamente politizados, pero salvo contadas excepciones, no cuidan las formas. Para que un mensaje cale, tiene que tener un envoltorio atractivo, hay que cuidar la música, el estilo, el flow”. Así discurre la música del dúo "Como decía el filósofo, el año rico en hambre es rico también en poesía”, apostilla Nega.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/22/actualidad/1432331963_299835.html así me gusta si tiene

domingo, 31 de mayo de 2015

Un acto de protesta, no de sabotaje, en el lugar de nacimiento de la bomba atómica.

Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan
Democracy Now!

En lo profundo de las colinas del este de Tennessee se levanta un gran complejo militar llamado “Y-12”. Es el lugar donde se produce y se almacena todo el uranio altamente enriquecido que se usa para producir el arsenal de ojivas nucleares de Estados Unidos. El complejo está situado en Oak Ridge, la “ciudad secreta” que fue creada prácticamente de un día para el otro durante la Segunda Guerra Mundial y donde se produjo el uranio para la bomba atómica que fue lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Hoy en día, el complejo, apodado “El Fuerte Knox del uranio” (NO LEER ), alberga cantidades de este elemento radiactivo suficientes para hacer 10.000 bombas atómicas.

Fue allí que, poco antes del amanecer del 28 de julio de 2012, tres activistas por la paz del movimiento Plowshares, entre ellos una monja de 82 años de edad, burlaron los numerosos sistemas de seguridad de las instalaciones y llegaron al corazón del complejo, el Centro de Almacenamiento de Materiales de Uranio Altamente Enriquecido o HEUMF (por su sigla en inglés). Pintaron mensajes de paz en las paredes, vertieron sangre, martillaron el concreto y fueron detenidos. A principios de este mes, un tribunal federal de apelaciones revocó sus condenas por sabotaje y los dejó en libertad tras dos años de cárcel. Esta es la primera vez que se revierte una condena por sabotaje a activistas de este grupo, un momento histórico para el movimiento por el desarme nuclear.

Plowshares es un movimiento que deriva su nombre del versículo 2:4 del libro de Isaías en la Biblia, que instruye: “Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces. No alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra". Inspirados por la fe y comprometidos con la acción militante, los activistas de Plowshares han llevado a cabo acciones directas no violentas durante los últimos 35 años. Acceden a instalaciones militares de máxima seguridad y dañan con martillos armas de guerra, sea que se trate de aviones de combate o depósitos de misiles, o, como en este caso más reciente, el complejo que enriquece y almacena uranio para la producción de bombas.

Entre los primeros activistas de Plowshares estaban los hermanos Berrigan, el padre Daniel y el fallecido Philip, que habían concitado la atención nacional por la quema de listas de reclutamiento en protesta contra la guerra de Vietnam. En 1980, los Berrigan ingresaron junto con otros activistas a la fábrica de misiles nucleares de General Electric en la ciudad de King of Prussia, en Pensilvania, y dañaron con martillos los armazones de las ojivas, dejándolos inutilizables. Por esta y muchas otras acciones posteriores fueron varias veces a la cárcel. Decenas de protestas similares por el desarme se han producido en todo el mundo desde entonces.

Los activistas que lograron entrar en el complejo ultra seguro Y-12 conforman un trío muy especial: la hermana Megan Rice, una monja católica; Michael Walli, un veterano de la guerra de Vietnam que se volvió activista católico por la paz; y Greg Boertje-Obed, un ex oficial del ejército de Estados Unidos, ahora pintor de casas y activista por la paz. Después de cortar cuatro líneas de cercas y atravesar terrenos patrullados para llegar al HEUMF , pintaron consignas que decían “El fruto de la justicia es la paz” y “A Isaías le agradan los Plowshares”. Como en acciones anteriores, el grupo acuñó un nombre para sí mismo: “Transform Now Plowshares” (“Transformar ahora las espadas en arados”, en español). Le pregunté a la hermana Megan qué significaba. “¿Por qué hemos gastado en este lugar diez billones de dólares en 70 años, cuando ese dinero podría haber sido utilizado para transformar no solamente Estados Unidos, sino el mundo, en una alternativa para una vida mejor? En su lugar, hacemos algo que nunca podrá usarse, nunca debería usarse, que probablemente nunca se use a menos que queramos destruir el planeta”.

La falla de seguridad generó conmoción en los organismos de seguridad nacional, en especial en el Departamento de Energía, que está a cargo del Y-12 en el este de Tennessee. Si bien los tres activistas de Transform Now Plowshares enfrentaban cargos federales de sabotaje y hasta 30 años de prisión, durante el juicio permanecieron en libertad bajo fianza y libres de asistir a las audiencias del Congreso impulsadas por su acto de desobediencia civil, que The New York Times calificó de “la mayor violación de la seguridad en la historia del complejo atómico del país”. Sorprendentemente, Joe Barton, congresista republicano de Texas, elogió a la hermana Megan Rice:

“Queremos agradecerle por señalar algunos de los problemas en nuestra seguridad. Aunque yo no estoy totalmente de acuerdo con la plataforma que defiende, le agradezco por señalar las carencias de nuestro sistema de seguridad y por estar presente hoy. Señor presidente, esta jovencita llevaba consigo una Santa Biblia. Si hubiera sido una terrorista, solo Dios sabe lo que podría haber sucedido”.

Ed Markey, congresista demócrata de Massachusetts y actualmente senador, también se dirigió a la hermana Megan: “Gracias, hermana Megan Rice, por estar presente. Gracias por sus acciones. Gracias por su férrea voluntad de hacer centrar la atención en esta acumulación de armas nucleares que aún existe en nuestro mundo y lo mucho que necesitamos hacer algo para reducirla. No necesitamos más armas nucleares. Necesitamos menos”.

La hermana Megan Rice ahora tiene 85 años de edad. Ella y sus compañeros acusados esperan la decisión de un tribunal de primera instancia para saber si deben o no seguir tras las rejas por los cargos menores de destrucción de bienes del Estado, por el corte de cercas, pintar consignas y verter sangre en el Y-12. Pero, ciertamente, la libertad de la cárcel no es lo que más le preocupa. “Realmente no diría que nos sentimos libres, porque mientras exista una sola arma nuclear, nadie será libre”.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2015/5/22/un_acto_de_protesta_no_de

sábado, 30 de mayo de 2015

“Debemos liberarnos de la modernidad”. Entrevista a Sadri Khiari con ocasión de los 10 años del Partie des Indigènes de la République

Azzédine Benabdellah/Amia Moucharik/Selim Nadi
Les Indigènes de la Republique

Breve introducción del traductor
La vida de los inmigrantes negros y árabes en Francia no es nada fácil. Víctimas del racismo, del desprecio, de la indiferencia de las instituciones, de la explotación y de la marginación, se han organizado políticamente. Primero en el MIR (Mouvement des Indigènes de la République) y después en el PIR (Partie des Indigènes de la République), que acaba de cumplir 10 años de vida. Sadri Khiari uno de los referentes del PIR, es entrevistado aquí por Azzédine Benabdellah, Samia Moucharik y Selim Nadi, del periódico Les Indigènes de la Republique.

–Según tú, ¿cuáles son los principales aportes del MIR y el PIR?
–Lo primero que podría decir es que para una organización originada en la inmigración, que tiene la pretensión de desempeñar un papel político a escala nacional, ya es importante durar 10 años; que son 10 años de actividades prácticas y continuas elaboraciones. Quizás sería presuntuoso decir algo más que eso; en el plano político, el PIR ha abierto una nueva continuidad en la historia de las luchas de la inmigración que de momento está en sus primeras etapas. Una nueva continuidad cuya expresión ha sido la revuelta de noviembre de 2005. Es la primera expresión de algo más que unas reivindicaciones. Es un movimiento político que plantea, por un lado, la cuestión del poder indígena integrando en una dinámica autónoma a los diferentes sectores de la población indígena, y por otro, vinculándolos con las luchas de descolonización, y no solo en términos de solidaridad sino también en el marco de una aproximación estratégica articulada. El PIR actúa ciertamente para satisfacer las reivindicaciones más urgentes de la población indígena, incluso si apuntan a una gestión integracionista. No obstante, se esfuerza por atraerla al seno de una alternativa global de la civilización dominante, es decir, la modernidad colonial. El PIR no tiene como única ambición la conquista de la legalidad individual; el Partido dice “el mundo dominado por los blancos está podrido; nosotros trabajamos por el surgimiento de un nuevo mundo”. Todo eso no podríamos haberlo concebido sin haber empezado por la crítica del carácter colonial de la república [francesa] y sin haber actualizado las relaciones raciales e imperiales de poder sobre las que ella descansa. Esta lectura le permite al PIR aportar respuestas innovadoras en las que, en todo caso, trazar cursos de acción inéditos que no son la simple repetición de los problemáticos derechos del hombre tal como se piensan habitualmente en la izquierda. No me avergüenza nada decir que aunque hoy día el PIR sea una organización pequeña sin grandes medios de militancia y si mañana por una razón u otra hubiera de desaparecer... muy bien, en Francia aún queda la fuerza del futuro de las poblaciones no blancas. El PIR, lo recuerdo, apareció y se desarrolló en un contexto de estabilización en el nivel de las terceras generaciones, que no solo están encerradas en los barrios de chabolas, las ciudades de tránsito o en las fábricas. Estas generaciones permanecen sobre todo confinadas en lasbanlieues* pero su extensión en todas las esferas de la sociedad no está en duda. El PIR es una fuerza que expresa esos cambios. Sin duda es por eso que a menudo somos acusados de no ser otra cosa que una organización de “pequeños burgueses” salidos de la inmigración, impacientes por trepar más alto en la pirámide social. Entonces, en pocas palabras, pienso que en los años que vienen el campo político indígena será compartido por el integracionismo en sus diferentes expresiones, sin duda durante mucho tiempo todavía mayoritario, y una o varias fuerzas indígenas descolonizadoras que se apoyarán en parte sobre el aporte del PIR y estarán en continua expansión. Es por eso que digo que el PIR es el futuro. Entonces se verá que su aporte no puede reducirse a su participación en tal o cual batalla, tal o cual combate, que ya no está en el orden de lo intelectual sino que es exactamente el pensamiento en la práctica, que transforma el orden de la real. Para terminar con esta cuestión, agrego que, como en una línea de puntos, las reflexiones del PIR y otros movimientos descolonizadores del mundo bosquejan una línea saludable, fecunda, para los mismos blancos, si al fin se deciden a abandonar esta modernidad que les degrada y les desfigura. Digo que la izquierda radical debería seguirnos con más atención. Eso le haría bien.

–¿Ha sido útil a la organización el pasar de un movimiento a un partido? ¿Por qué?
–Cuando se está oprimido, la modestia es contrarrevolucionaria. Asimismo, prefiero comenzar diciendo que el pasaje del movimiento al partido ha sido útil al conjunto de los no blancos de Francia. Me parece que a partir del momento en que un grupo de indígenas planta su bandera en suelo francés y dice “a partir de ahora, esta tierra también es mía”, debemos formar parte del Estado en nombre de nosotros mismos; he aquí nuestra alternativa global, que nada tiene que ver con el derecho sino con la descolonización. Se ha dado un paso decisivo que permite y anuncia otros pasos en el mismo sentido. Cuando decidimos formar un partido, esa necesidad de acción política ya se hacía sentir pero que esa necesidad se exprese como grupo de presión o con listas electorales..., todavía estamos en una óptica de presiones, de reivindicaciones, de integración y no de poder ni de alternativa. Por otra parte, por eso es cierto que en el momento en que fundamos el PIR, no pudimos atraer a multitudes de militantes y que seguimos siendo incapaces de eso, aunque nuestra audiencia e influencia se extiendan progresivamente. Mientras tanto, estoy convencido de que hay acciones que solo tienen eficacia futura si son prematuras. Es el caso de la fundación del PIR. Desde el punto de vista de nuestra dinámica interna, la transformación del MIR en PIR ha tenido esa ventaja, inmensa a mis ojos, de obligarnos a pensar, a empezar a pensar para ser más exacto, de manera no estrictamente protestativa y reivindicativa. Tampoco puede uno estar toda la vida repitiendo “Los negros y los musulmanes son hermosos”; es necesario pensar en un poder “negro” o “musulmán”, o mejor un “poder indígena” que llegue a ser realidad y actúe relacionándose con las fuerzas nacionales y dentro de las instituciones, ¡de ningún modo dentro de una “vivienda oficial de bajo alquiler” (HLM, por sus siglas en francés)! Así, nosotros aprendemos a pensar sobre la conquista del poder y, consecuentemente, la combinación autonomía/alianza de una manera muy diferente...
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