domingo, 12 de agosto de 2018

Escritos sobre jacobinismo, bolchevismo, Lenin y la revolución rusa, de Antonio Gramsci. Reseña de Allí donde la voluntad quiera y como la voluntad desee.

A favor del Gramsci leninista



¡Qué hermoso título! ¡Qué libro con tantas aristas interesantes! Para gramscianos, para los que estamos en ello y para todos los que desean aprender. Como la voluntad lo desee, señala el editor, es “el núcleo del marxismo revolucionario de Gramsci, opuesto abiertamente al positivismo evolucionista imperante entonces y aún ahora” (p. 21). El título es una frase (no siempre verdadera en mi opinión) de uno de los artículos más celebres del revolucionario sardo, “La revolución contra El capital”.

Algunas ideas políticas de fondo (a las que, conviene destacarlo, no puede ni debe reducirse lo mucho que aporta esta amplia y documentada antología): “En la actual difusión del pensamiento de Gramsci en España se hace un esfuerzo denodado por separar la obra de Lenin la de Gramsci”. Gramsci consideraba a Lenin, sostiene Joan Tafalla, como el autor de la principal aportación hecha en el siglo XX a la filosofía de la praxis, al marxismo: “la teoría de la hegemonía. La presente selección de textos aporta elementos de prueba en defensa de la idea de que Gramsci es el autor del mejor intento de traducir la filosofía y la política de Lenin sobre la hegemonía a las condiciones y al contexto del mundo occidental” (La presentación se abre, precisamente, con una consistente cita de Togliatti de 1958 en la que afirma: “Considero que la aparición y el desarrollo del leninismo en la escena internacional fue el factor decisivo de toda la evolución de Gramsci como pensador y como hombre político acción”).

No estoy en condiciones de comentar la exactitud de la anterior afirmación (en lo que respecta a la recepción actual de Gramsci en España). Pero no es imposible, en absoluto, que en la difusión actual de Gramsci en España (y también en otros países: hay autores que teorizan y hablan de un Gramsci liberal, otros (o los mismos) contraponen Gramsci al movimiento comunista como ha denunciado su propio nieto) se haya construido o se esté construyendo un muro de separación entre el pensamiento gramsciano y las concepciones leninistas (no sería la primera vez que se operase en ese sentido; también fue así, en otra dimensión si se quiere, en tiempos de teoría y teóricos del eurocomunismo). En cualquier caso, no ha sido así, no se abonado una interpretación antileninista de Gramsci, en algunas lecturas de su obra. Pienso, por ejemplo, en la de Francisco Fernández Buey o en la de muchos de sus discípulos. Creo que el editor estaría de acuerdo con esta apreciación.

Unas breves observaciones sobre un libro que no deberían pasar por alto entre la acumulación de novedades y lecturas para este verano:

1. Puede verse una bella (y sentida) presentación de Antonio Gramsci en la solapa interior del libro, cuyo autoría, sin atisbo para duda alguna, es del editor. Puede completarse, por supuesto, con el prólogo del propio editor. Se leen aquí pasajes como éste: “Estamos ante un autor anónimo, que escribe para diarios obreros, al servicio de una tarea colectiva, orgánica, que intenta contribuir a la constitución de la clase obrera en clase nacional. El lector no se encuentra frente a un autor narcisista en búsqueda del reconocimiento del público por la originalidad o la extravagancia de su obra” (p. 17). Los intelectuales -Gramsci era mucho más que eso- no son una clase homogénea.

2. La estructura de esta antología: una extensa y documentada presentación del editor (“Para soldar el presente con el porvenir”), 10 textos gramscianos de 1917, 17 de 1918, 13 de 1919, 2 de 1920, 4 de 1921, 3 de 1922, 5 de 1924, 3 de 1925, 6 de 1926 (más otros seis textos, varias cartas de Togliatti entre ellos). Cada apartado se abre con una cita muy pensada que no debería pasarse por alto.

3. La finalidad del editor es señalada en estos términos: “Esta compilación de 69 textos (artículos, cartas y documentos de archivo publicados) pretende que el lector en lengua castellana pueda acercarse al pensamiento de Gramci vinculado más directamente a la revolución rusa a la construcción del socialismo en la URSS” (p. 15).

4. Todos los textos están anotados, con notas breves y sustantivas, que nunca abruman, y que piensan siempre en el lector. No están puestas para lucimiento del editor sino para ayudarnos a los lectores, informando sobre autores, acontecimientos o contextualizando. No hay cultivo de la (sin) razón narcisista.

5. Se cierra el libro con una Biblioteca general, que incluye una detallada relación de las numerosas aportaciones de Joan Tafalla sobre la obra gramsciana.

6. Hay, por otra parte, más proyectos en cartera: “el arco cronológico de esta selección y presentación se limita a los años que transcurrieron entre 1917 y 1926. Queda pendiente una segunda compilación con la elaboración grasmciana sobre este tema realizada durante los años 1926-1935 y publicada en los Cuadernos y Cartas de la Cárcel. Espero no tardar mucho en completar esa tarea”. De hecho, lo señala el propio editor, durante el trabajo de selección de textos para este volumen “he tratado de priorizar aquellos materiales y artículos que anuncian algunos de los temas que serán tratados de manera más profunda, serena y madura en los Cuadernos de la cárcel y en la Cartas de la prisión”.

7. Una de las tesis interpretativas centrales de JT: “A mi modo de ver, Gramsci despliega su obra a lo largo de los años y de las circunstancias sin solución de continuidad, madurando y completando sus concepciones, sin perder un hilo rojo que parte de las Tesis de Feuerbach y de las obras políticas de Marx. Y lo hace siempre sin abandonar una lectura hegeliana del autor de Tréveris y de su mejor seguidor italiano, Antonio Labriola” (la cursiva es mía).

8. Es justo destacar la lectura del editor de uno de los escritos gramscianos más célebres: “La revolución contra El capital” (pp. 19-28). ¡No se salten su lectura!

9. Uno de los pasajes que más ha conmovido a este reseñador (del apartado “Agradecimientos”) es este: “También debo mencionar la Antología de Gramsci preparada por Manuel Sacristán que, desde 1973, me ha acompañado e inspirado durante todos estos años de militancia comunista. La obra divulgativa de la obra de Gramsci realizada por Francisco Fernández Buey contribuyó durante décadas a alimentar mi curiosidad por la obra del comunista sardo” (p. 58). Coincidencia que es más que una coincidencia: JT finaliza su presentación con un texto de Gramsci, “Cuestiones de método”, del Cuaderno 16, una reflexión muy del gusto de Sacristán y de Fernández Buey.

10. Destacable por su brillantez y erudición: el lector puede leer una documentada nota a pie de página (la 21, página 80) sobre el origen del aforismo “pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad”. Resuelve muchas dudas, evita muchos errores.

11. Del coraje político gramsciano y de su pensar con la propia cabeza es muestra el último texto incorporado, la carta que dirigió a Togliatti el 26 de octubre de 1926, dos semanas antes de su detención, que el editor, sabiamente, ha hecho bien en no anotar. Desnuda ante el lector.

Asuntos menores. Hubiera convenido, en mi opinión, un índice conceptual y onomástico e incluso un glosario sucinto de conceptos gramscianos. En las próximas antologías, en la próxima reedición de esta antología.

Un libro complementario como recomendación: Manuel Sacristán, El orden y el tiempo, Trotta, Madrid, 1998, edición, presentación y notas de Albert Domingo Curto. Centrado en la misma época que esta hermosa, rigurosa y políticamente comprometida Antología: Allí donde la voluntad quiera y cómo la voluntad desee. Que así sea, con todo el realismo político que seamos capaces de administrar al mismo tiempo.

sábado, 11 de agosto de 2018

Perú, Mariátegui y su pensamiento educativo

Julian Lacacta

José Carlos Mariátegui, es uno de los pensadores más lúcidos de la literatura peruana, que perteneció a la corriente literaria posmodernista, destaco en el siglo XX y aporto con su pensamiento político y educativo. Este mes no solo debemos recordar su nacimiento, un 16 de junio 1894, sino la vigencia de su aporte a la educación. En estos momentos de crisis de la educación peruana, producto del fracaso del sistema, político, económico y social, es necesario revalorar los planteamientos educativos del Amauta.

El sector educativo está en crisis producto de las políticas emprendidas por los gobiernos que defienden el sistema capitalista, por más que se ha incrementado el sueldo mínimo a los docentes a dos mil soles mensuales, desde fines del año 2017, el gobierno no ha logrado mejorar otros aspectos básicos en educación, esto producto de la poca inversión en el sector, en el Perú solo se invierte un 3.7% del Producto Interno Bruto (PBI).

Nuestro sistema educativo esta implementada de acuerdo a la influencia de los grupos de poder económico internacional. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), nuestro modelo obedece al planteamiento de estos organismos, con el objetivo de recibir fondos e implementar sus experimentos educativos en países de tercer mundo y en especial en el Perú por las características geográficas especial que presenta y la diversidad de culturas que existen. Nuestro Currículo Nacional es producto del asesoramiento de esos organismos por ende su fracaso. La educación peruana responde a intereses de los grupos de poder económico, nacional e internacional.

El modelo educativo está diseñado para formar a los niños y adolescentes para que sean sirvientes, para servir a los de arriba, mas no así para ser parte de la dirección de la producción, desde los diferentes niveles educativos, inicial, primaria, secundaria, superior no universitaria y universitaria, se educa para ser obedientes, mas no así ser críticos, ni mucho menor para que vean la realidad y puedan transformarlo.

José Carlos Mariátegui, en su época desde un análisis dialectico, ya había planteado de la injerencia en la educación por parte de la burguesía dominante, que beneficiaba a esa clase y no al pueblo, así mismo mencionó que la educación en la colonia y en la república, tiene carácter elitista y escolástica, que aún se mantienen vigente este análisis en la actualidad, pero con un rostro diferente el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Mariátegui, no deja de tener razón cuando menciona que los contenidos educativos tienen una influencia negativa e injerencia española, franceses y la influencia norteamericana. En la actualidad estas mismas influencias en la educación están ocultas tras las corrientes pedagógicas conductista y constructivista, que impera en el desarrollo educativo, plasmados en los documentos educativos que rigen la educación peruana el Currículo Nacional.

El Amauta, dentro de su análisis de la realidad de la educación peruana y problemas de la educación, llega a las conclusiones de que la educación nacional no tiene espíritu nacional, tiene más bien un espíritu colonial y colonizador. No deja de tener razón, el modelo educativo peruano obedece a los grupos de poder, forma a los niños y adolescentes para ser sirvientes y para complacer a los de arriba, se crea las políticas educativas para favorecer a los dominantes y no para favorecer al pueblo.

En la actualidad son vigentes los planteamientos José Carlos Mariátegui, que deben ser revaloradas por los hombres convencidos de su pensamiento. Los cambios en el sector educación, solo se lograrán, modificando las estructuras del sistema político, económico y social. Decía Mariátegui: “No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política”.

Para que se lleve a cabo una mejora de la calidad educativa, se requiere que el proyecto educativo debe estar ligado con un nuevo plan de trasformación social con identidad propia, para llegar a la satisfacción de una nueva educación, debe partir, de nuestra realidad y cumplir con el objetivo de tener una educación gratuita y de calidad para los de abajo, para las grandes mayorías.

El fin supremo de la educación según el pensamiento de Mariátegui, es formar al hombre nuevo pensante y operante, con plena capacidad de interpretar la realidad y transformarla con el esfuerzo de su propio trabajo. El pilar fundamental de la educación, es el trabajo productivo, formar para ser dirección de la producción, debe ser planteado como concepción, como fin y como método.

 Blog del autor: http://lacacta.wordpress.com

La alianza estratégica entre China y Rusia cambia el escenario mundial

Alainet

Vivimos tiempos interesantes…

La guerra comercial de Trump contra Europa, Canadá y Japón comprometió la reunión del G7 en Quebec, llevando a Emmanuel Macron a declarar que los países industrializados junto con Japón debían reformular el G7 para transformarlo en G6, sin Estados Unidos. Si poco más de dos años atrás alguien hubiese previsto una fractura semejante entre los aliados occidentales nadie le hubiese dado atención. ¿Y el Brexit? ¿Y la división en la propia Unión Europea?

Son tantos y tan rápidos los cambios que ya es habitual la afirmación de que vivimos el comienzo de una nueva era.

De hecho, en este siglo 21 se advierte una cierta decadencia de Occidente y, principalmente, la formación de un mundo multipolar, con la emergencia de Asia. El llamado “triángulo estratégico” de la Guerra Fría, formado por Estados Unidos, China y la Unión Soviética, cuyo peso se habría desplazado en los años 80 hacia la potencia norteamericana, ahora muestra el fortalecimiento sino-ruso.

El resurgimiento ruso

Desde principios del siglo 21 Moscú ha fortalecido su influencia política y económica (en particular en el tema clave de la energía) y está reaccionando a la política de la OTAN de aumentar la presencia militar occidental en sus fronteras.

Al avance de la OTAN, Rusia ha respondido con una exitosa estrategia de fortalecer un proyecto eurasiático, a través de un doble movimiento. Por un lado, Rusia está construyendo alianzas con las ex Repúblicas Soviéticas asiáticas, priorizando acuerdos económicos y proyectos de infraestructura, con desdoblamientos geopolíticos. De otro, Moscú amplia acuerdos con países que desde el final de la Segunda Guerra Mundial estuvieron en la esfera de influencia de Estados Unidos. Un ejemplo del primer tipo de iniciativa es la Unión Económica Eurasiática (UEE o UEEA), formada en 2015 por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y la Federación Rusa. La rápida consolidación de la UEEA está permitiendo que otros países se interesen por el acuerdo, inclusive no asiáticos.

El Foro Económico del Este (Eastern Economic Forum-EEF), creado por Vladimir Putin en 2015, es un ejemplo del segundo tipo de iniciativa. Este foro se reúne todos los años en setiembre en la ciudad rusa de Vladivostok, con participación de Japón, Corea del Sur, China y otros países de la región. Entre sus objetivos está la promoción del potencial económico del Lejano Oriente ruso, mejorando la competitividad y el atractivo de la región para inversores locales e internacionales. Un año después de creado, en 2016, el EEF demostraba su potencial al recibir como invitado especial al primer ministro japonés, Shinzo Abe, y firmar más de 200 acuerdos comerciales, por un valor superior a 20 mil millones de dólares, con presencia de 3.000 delegados de 60 países. La reunión de 2018 del Foro promete ser aún más significativa: el invitado de honor será el Presidente de Corea del Sur, Moon Jae, y están convidados también el Presidente chino Xi Jinping y el Jefe de Estado de Corea del Norte, Kim Jong-un.1

Nada de eso sería posible si Rusia no tuviese una razonable unidad interna y la economía no presentase señales de recuperación. Eso se observa en el resultado de las últimas elecciones, que le dieron al Presidente Putin un cuarto mandato y, en relación a la economía, el propio Fondo Monetario Internacional reconoció los avances. Una misión del Fondo, encabezada por Ernesto Ramírez Rigo, visitó Rusia en noviembre de 2016. En su informe, Ramírez Rigo afirmaba que el país había superado el impacto de la caída del precio del petróleo y de las sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos y preveía una tendencia a la expansión económica después de 2017.

¿El siglo de China?

Los dirigentes de Beijing han defendido la tesis de que la estabilidad y la prosperidad de China dependen de la estabilidad y prosperidad de su entorno geográfico. Esta tesis está por detras del lanzamiento, en 2013, por parte del presidente Xi Jinping, del ambicioso proyecto “Un Cinturón, una Ruta” (UCUR, o OBOR, en la sigla en inglés). Conocido como “la Nueva Ruta de la Seda”, el proyecto se extiende desde China a Europa a través de Asia Central y busca ampliar la integración económica y política del continente, por vía terrestre y marítima, mediante impresionantes obras de infraestructura. Prevista para estar completamente implementada en 2025, la Nueva Ruta de la Seda tiene potencial para crear un mercado diez veces mayor que el norteamericano y cuenta con abundantes recursos del Fondo Ruta de la Seda, del Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (BSII) y del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD, Banco de los BRICS).2

Varias iniciativas con vistas a la integración euroasiática están en fase de operación. Es el caso de la línea férrea más larga del mundo, de 13.052 kilómetros, que cruza ocho países, uniendo España y China.3 Otro ejemplo es la expansión de la línea férrea transiberiana, con trenes de alta velocidad, y el ferrocarril Trans-eurasiano, que ya conecta China (en Chongqing) con Alemania, llegando a Duisburgo, Renania del Norte-Westfalia.

La cooperación China-Rusia

Es en este contexto que deben analizarse las implicaciones geopolíticas de la creciente cooperación entre Rusia y China, fortalecida en el siglo 21, cuando fue posible llegar a un acuerdo sobre la delimitación de la frontera común de 4.300 kilómetros. La construcción de una relación saludable es benéfica para Beijing y Moscú, que se complementan en muchos terrenos y, juntos, enfrentan mejor los desafíos de su relación con Occidente y los problemas en su área de influencia. Es el caso, para China, de la región autónoma de Xinjiang, en la frontera con Pakistán y Afganistán. Habitada por uigures, minoría étnica musulmana, esa región está cultural y étnicamente más vinculada a Asia Central que al resto del país. Para Rusia, es el problema del norte del Cáucaso, ya que a pesar del fin de las operaciones militares en Chechenia, en 2009, la región todavía sufre con episodios de violencia política, étnica y religiosa.

Los primeros ejemplos de la aproximación de chinos y rusos y de su alianza para el nuevo siglo fueron los ejercicios militares realizados en el marco de la Misión de Paz 2005 y la Declaración Conjunta China-Rusia para el siglo 21, firmada en Moscú en julio del mismo año. La declaración advertía que Moscú y Beijing rechazarían toda intromisión de parte de “fuerzas extranjeras” y se opondrían a la imposición de “modelos de desarrollo políticos y sociales” desde el exterior. La declaración definía un nuevo nivel de las relaciones bilaterales pero era también una respuesta a la llamada Doctrina Bush, adoptada por EEUU y sus aliados tras los atentados del 11 de setiembre de 2001.

Un nuevo nivel en las relaciones bilaterales fue establecido a partir de 2013, cuando Xi Jinping asumió la presidencia de China y eligió a Rusia para su primer viaje internacional. Desde entonces, China y Rusia participan en conjunto en organizaciones regionales de proyección estratégica, como la Organización de Cooperación de Shanghai (Shanghai Cooperation Organization, SCO), fundada en 2001, integrada también por Kazakstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, y a la que se integraron recientemente India y Pakistán, y como observadores, Afganistán, Bielorrusia, Irán y Mongolia. La SCO se ha ampliado desde entonces, con acuerdos en el terreno de la energía (petróleo y gas) y en la promoción del comercio regional. Pero la ampliación más importante fue en la esfera militar. Han ganado espacio aspectos de seguridad, con intercambio de información entre los servicios de inteligencia, e iniciativas tendientes a enfrentar el terrorismo, el separatismo y el extremismo. A pesar de ser llamada “OTAN de Oriente” en los medios occidentales, la organización no es comparable en poder militar a la alianza liderada por EEUU, ni coincide en sus objetivos o su “modus operandi”.

En la última década las relaciones comerciales entre Rusia y China se ampliaron considerablemente. Hoy China es el principal socio comercial de Rusia, que exporta principalmente hidrocarburos. En 2016, el volumen de negocios de Rusia con China fue de US$ 66.1 mil millones, un aumento de 4,02% en comparación con 2015. La cooperación bilateral en el sector de la energía ha sido definida como de máxima prioridad. Algunos proyectos se destacan, como los que buscan promover el desarrollo de la región del Ártico, de Siberia Oriental y del Lejano Oriente de Rusia, buscando mejorar el nivel de vida de la población y detener la creciente emigración. Detalle: los pagos recíprocos prevén la utilización de monedas nacionales. Beijing y Moscú buscan disminuir la influencia del dólar y, al mismo tiempo, evitar la exposición de sus economías a riesgos cambiarios.4

La experiencia histórica pesa en la actual estrategia de China y Rusia. Basta recordar las consecuencias dramáticas de la ruptura entre la Unión Soviética y China Popular, en los ‘60, no sólo para el campo socialista, sino también para las luchas independentistas en África y Asia y para las fuerzas progresistas en general.

En ese sentido es interesante constatar la diferencia que existe actualmente entre las alianzas occidentales y las de Eurasia. Las diferencias se reflejaron en dos recientes reuniones de alto nivel: el G7, en Canadá, y la Organización de Cooperación de Shanghái en Shandong, provincia natal de Confucio, China. Las reuniones fueron realizadas casi simultáneamente a comienzos de junio de 2018. Como ya fue citado, en Canadá, Trump consiguió desagradar a todos sus aliados, mientras que en Qingdao, el presidente Xi Jinping reafirmó la alianza con Rusia. Durante la cena en honor de sus convidados, Xi afirmó: “El presidente Putin y yo pensamos que la asociación China-Rusia es integral y estratégica y ha llegado a su madurez, mostrándose firme y estable”.5 Oficialmente, hasta ahora, la asociación sino-rusa era llamada “integral”. Por primera vez Xi puso énfasis en la condición de “estratégica”. Es más, Xi afirmó que la alianza entre China y Rusia “es la relación de más alto nivel y estratégicamente más significativa entre los principales países del mundo”. Y agregó, refiriéndose a Putin: “Es mi mejor amigo, mi amigo más íntimo”.

Algunas reflexiones finales

¿Qué esperar del escenario con Rusia y China como actores de primera magnitud? Responder no es fácil; proyecciones de futuro dependen más de los valores y de la visión de mundo del observador que de datos objetivos. Sin embargo, una primera respuesta es posible: un escenario multipolar, si comparado con un mundo unipolar, es más propicio para el ejercicio de la diplomacia, para la búsqueda del diálogo, y contribuye para colocar límites al eventual hegemón en decadencia. De alguna forma, es lo que vivimos en este siglo 21. Y demuestra que todos se benefician en un escenario en que prospera la diversidad.

Notas:

1 Ver: http://forumsvostok.ru/en/news/vladimir-putin-priglasil-prezidenta-respubliki-koreja-mun-chzhe-ina-v-kachestve-pochetnogo-gostja-na-vef-2018/ Consultado en 1/07/2018

2 China tuvo una victoria significativa en 2015, cuando el yuan entró en la cesta de monedas que el FMI acepta en los Derechos Especiales de Giro (en inglés, Special Drawing Rights o SDR), es decir, cuando el yuan pasó a ser moneda de reserva aceptada en los bancos centrales de los miembros del Fondo, junto con el dólar, la libra esterlina, el euro y el yen.

3 El primer tren partió de Yiwu, China, el 18 de noviembre de 2014 y llegó a Madrid, España, el 9 de diciembre de ese año.

4 Desde 2017, Rusia redujo a la mitad el volumen de los recursos financieros en títulos norteamericanos, aumentando, al mismo tiempo, sus reservas en oro.
Ver: “Por que Rússia e Turquia se livram dos títulos do Tesouro dos EUA e optam pelo ouro?”
http://www.iranews.com.br/por-que-russia-e-turquia-se-livram-dos-titulos-do-tesouro-dos-eua-e-optam-pelo-ouro/

5 Ver artículo “Putin and Xi top the G6+1”, de Pepe Escobar/Asia Times, 10/06/2018. http://www.atimes.com/article/putin-and-xi-top-the-g61/

6 Idem.

Beatriz Bissio pertenece al Departamento de Ciencia Política, Programa de Pos-Graduación en Historia Comparada, Universidad Federal de Río de Janeiro.

Fuente:
http://www.alainet.org/es/articulo/194508

viernes, 10 de agosto de 2018

"Enajenación inhumana y sadismo": el periodista español que vivió secuestrado ocho meses por Estado Islámico en Siria

"Esto no es Irak ni Libia, esto es otra cosa. Por ahora, bienvenidos a Turquía, pero tómense su tiempo, dos o tres días, para decidir si quieren entrar en Siria. Los pueden matar".

Esa fue la presentación que, a finales a 2011, me dio Nadir, un antiguo profesor de baloncesto sirio reconvertido a traficante, antes de ayudarme a ingresar de manera ilegal en Siria junto a mi colega y compañero Javier Espinosa.

Qué pasa con los combatientes de Estado Islámico cuando los capturan?

Meses después, los grupos extremistas secuestrarían la revolución ciudadana, muchos de ellos respaldados por otros países que tenían su agenda propia en Siria, lo que ha provocado el mayor conflicto desde la II Guerra Mundial, con más de 500.000 muertos y 6 millones de refugiados.

Y esta es la historia de cómo, mientras intentaba cubrir este feroz conflicto, en menos de un año fui secuestrado por Estado Islámico, dos veces.

Y sobre todo, por qué decidí volver a entrevistar a las personas que supuestamente lo hicieron.
Continuar la lectura aquí en la web de la BBC

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45083858

El Gobierno cambia de criterio y no concederá el permiso de un mes a los 87 rescatados por el Open Arms

Gabriela Sánchez 
eldiario.es


El Gobierno ha cambiado de criterio con respecto al protocolo aplicado en la recepción de personas salvadas por los barcos de las ONG que operan en el Mediterráneo. 

Las 87 personas que viajan a bordo del Open Arms rumbo a Algeciras no contarán con el permiso legal de 45 días concedido a los 629 migrantes del Aquarius ni el de un mes otorgado a los 60 rescatados por la ONG catalana en junio, según ha confirmado Vicepresidencia a eldiario.es.

"Se les aplicará el protocolo habitual en la llegada de migrantes", han explicado las mismas fuentes a eldiario.es. "En el caso del Aquarius el Gobierno les ofreció un puerto seguro ante la situación de crisis humanitaria existente en el barco", han añadido. Sin embargo, desde el Gobierno defienden que el proceso habitual de recepción de migrantes cumple con “todas las garantías” , como la posibilidad de pedir asilo, lo que permite la estancia legal en España durante el estudio de las solicitudes.

Pedro Sánchez acaba por tanto con el protocolo activado para recibir en el puerto de Valencia a los 629 migrantes del Aquarius y que mantuvo en el desembarco de 60 personas rescatadas por el buque Open Arms, con un plazo de tiempo menor pero con las mismas garantías. La decisión se ha ido produciendo de forma paulatina, reduciendo los días de permiso humanitario o ligando su concesión a la decisión de la Policía tras el desembarco.

La confirmación de este giro del Gobierno con respecto a las personas rescatadas por las ONG que operan en el Mediterráneo llega después de haber prolongado durante 24 horas el ofrecimiento de un puerto seguro a los 87 rescatados por el Open Arms. La ONG catalana consultó a las autoridades el lugar al que debían dirigirse, que no respondieron con la rapidez habitual en los otros dos casos anteriores, cuando ofrecieron zonas portuarias cercanas a su localización (Palma y Barcelona).

Finalmente, a última hora de este lunes el Ejecutivo comunicó al Open Arms el puerto al que debía poner rumbo: Algeciras, a 594 millas de la zona donde se encontraba la embarcación. La ONG ha lamentado que no se haya optado por ciudades más próximas, como Barcelona (donde tienen su nueva base de operaciones) o las Islas Baleares. El Ejecutivo asegura que es el "mejor adaptado" a la recepción de migrantes.

El final del permiso concedido hasta ahora 
En el caso del Aquarius, el Gobierno concedió a los 629 migrantes a bordo un permiso de estancia temporal de 45 días. La iniciativa fue aplaudida por las ONG de derechos humanos, pues durante ese plazo los recién llegados tenían tiempo para recuperarse de la dura travesía y solicitar asilo en caso necesario, sin pasar nada más llegar por dependencias policiales.

El 31 de junio, el barco español Open Arms rescató en aguas internacionales próximas a aguas libias a 60 personas. Ante el rechazo de Italia y Malta, su Estado de bandera, España, ofreció el puerto de Barcelona para su desembarco. La dinámica se repitió, aunque hubo reticencias por parte del Gobierno. En un principio, el Ejecutivo defendió la aplicación del protocolo habitual, que supone la retención durante un máximo de 72 horas en dependencias policiales, ya sean comisarías o centros custodiados por la Policía.

Finalmente, el Gobierno de Sánchez cedió y concedió a estas 60 personas un permiso de estancia legal de un mes, tras una reunión mantenida con el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat Catalana, según aseguraron fuentes del Consistorio. El proceso, a un día de su vencimiento, ha cumplido todas las garantías jurídicas, según fuentes de la ONG CEAR.

Algo menos de una semana más tarde del desembarco de las 60 personas rescatadas por el Open Arms, la situación se repitió. La ONG catalana rescató a Josefa, una mujer camerunesa que sufría estado de shock tras ser "abandonada en alta mar" junto a dos cuerpos sin vida, según denunció la organización. El Gobierno en este caso no anunció el permiso de residencia legal en España de un mes, aunque tampoco lo descartó como sí ha hecho en esta ocasión.

Entonces, fuentes de vicepresidencia afirmaron que la Policía decidiría in situ tras identificar a la mujer y hablar con ella, si se le otorgaba o no el mismo permiso temporal que recibieron los rescatados del Aquarius y el Open Arms en las ocasiones anteriores.

Procedimiento habitual: retenidos 72 horas 
A unos días de un nuevo desembarco del Open Arms en España, el Ejecutivo ha decidido que las 87 personas rescatadas el pasado jueves en una barca a la deriva no accederán al permiso, sino que el Gobierno activará el protocolo habitual en la recepción de migrantes, que conlleva la retención den dependencias policiales durante 72 horas hasta proceder a su identificación.

Durante este tiempo, la normativa obliga a ofrecer la posibilidad de pedir asilo. En los casos que no soliciten protección internacional o su perición no sea admitida a trámite, la Policía Nacional procede a la apertura de los expedientes de expulsión correspondientes, lo que supone el inicio de los trámites para ser deportados a sus países. Este proceso no es inmediato y puede durar meses o no llegar a producirse. Generalmente, quedan en libertad tras pasar retenidos ese máximo de 72 horas.

Las personas rescatadas por el Open Arms proceden de Sudán (la mayoría de la región de Darfur), Siria, Sudán del Sur,, Egipto y Gambia. Algunos, por tanto, son países emisores de un gran número de solicitantes de asilo por lo que podrían pedir protección en España. Ninguno es originario de Marruecos o Argelia, Estados que cuentan con acuerdo de devolución con España lo que facilita y agiliza la expulsión. Por tanto, tienen más posibilidades de poder permanecer en suelo europeo a pesar de no recibir el permiso de estancia temporal.

Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/Gobierno-Espana-rescatados-Open-Arms_0_801070317.html

El cementerio republicano de Kasserine

Santiago Alba Rico
Ctxt

No sé si alguno de los familiares está buscando a sus muertos en Túnez. Lo que es seguro es que Ambrosio Martínez, Fernando Sánchez, Eligio Casal y Francisco Puig yacen en tierra extranjera, entre tumbas profanadas

En un pequeño restaurante de Túnez, dos amigos catalanes de paso por el país para un trabajo de documentación me cuentan que en Kasserine han hecho un descubrimiento inesperado. Kasserine, a 300 kilómetros de la capital, es una ciudad de 80.000 habitantes próxima a la frontera con Argelia, uno de los focos originales de la revolución que en 2011 derrocó al dictador Ben Ali. Pobre y rebelde, como la provincia del mismo nombre de la que forma parte, ha malvivido siempre de la agricultura menuda y del transporte de los fosfatos explotados más al sur, en la región de Gafsa. Pues bien, en lo que es hoy el centro urbano, cerca de las vías ferroviarias construidas en 1940 por el protectorado francés, en el patio de la casa de una humilde familia local, mis amigos, guiados por Malek Sghiri, activista del grupo Manich Masameh, tropezaron de pronto con 15 tumbas en cuyas lápidas podían leerse nombres españoles. ¿Españoles enterrados en Túnez? Se trata de los restos, sí, de un cementerio republicano, originalmente más extenso, de cuya existencia –hasta donde yo sé– ni en España ni en Túnez se ha ocupado nunca nadie. Algunas de las tumbas están profanadas, quizás porque los saqueadores las creyeron romanas y repletas de tesoros, y ha sido la familia –según propio testimonio– la que ha protegido y sigue protegiendo el recinto mortuorio en torno al cual construyeron su vivienda. Entre las lápidas levantadas y rotas, cuatro intactas revelan, bajo el rutinario y fúnebre RIP, los nombres de los allí enterrados: Ambrosio Martínez, Fernando Sánchez Díez, Eligio Casal, fallecido el 2 de diciembre de 1941 y Francisco Puig Suárez, muerto a su vez el 2 de febrero de 1943. Ambrosio murió en diciembre, pero el año ha sido intencionadamente borrado a golpes de escoplo; la fecha del fallecimiento de Fernando es ininteligible. Cabe razonablemente pensar que todos estos enterramientos datan de los años 40 del siglo pasado.

Mis dos amigos catalanes –Marc Almodóvar y Andreu Rosés, a los que agradezco la información– me cuentan esta historia emocionante y terrible en un restaurante céntrico de Túnez que se llama “El bolero”. Los he citado allí porque es uno de mis restaurantes favoritos; y lo es por varios motivos: porque es popular, barato y gastronómicamente airoso; porque sirve bebidas alcohólicas incluso los viernes; y porque tiene el valor adicional, para mí importante, de haber sido fundado por un exiliado español republicano. De hecho, la decoración ha debido cambiar poco desde 1940, pues sigue evocando la atmósfera de una vieja taberna madrileña: los cuadros de borrachines acodados junto a una botella, espectros de un cutre Murillo, estaban ya sin duda en el local original. Por una conmovedora casualidad, Marc y Andreu me cuentan esta historia de republicanos enterrados lejos de su patria en uno de los pocos espacios que mantienen en Túnez un vínculo material con los 4.500 españoles que huyeron de Franco en la flota de Cartagena y encontraron refugio en las costas tunecinas en marzo de 1939.

Esta historia me afecta personalmente y hasta me acusa. Es cosa sabida que en Túnez hay una pequeña comunidad española residual compuesta de fugitivos de la guerra civil; incluso he conocido a algunos de sus descendientes; y si es cierto que aquí el tema está aún más silenciado que en España, he tenido varias ocasiones para tirar de ese hilo y no lo he hecho. Sirva este breve artículo, pues, para saldar dos deudas íntimamente relacionadas.

Me explico. Hace ahora 7 meses, en noviembre de 2017, murió Ramón Villanueva Echeverría a los 87 años de edad. ¿Quién era Ramón Villanueva? Podría hacer una larga y estimulante lista de sus méritos: descendiente de un conocido linaje político, opositor a Franco desde los años 40, diplomático de carrera, fue escritor, historiador y archivo viviente de la historia de nuestro país y sus relaciones exteriores. Sus misiones en Libia, Iraq y Turquía lo convirtieron en un exquisito conocedor del mundo árabe y musulmán; su compromiso democrático y antifranquista, que incomodaba en el MAE, lo convirtieron a su vez en sensible mediador y obsesivo custodio de la memoria que el franquismo primero, y enseguida la olvidadiza transición, procuró mantener enterrada en cunetas o en carpetas. Estuvo en Túnez dos veces, como segundo de Javier Pradera en los primeros sesenta, y como embajador entre 1990 y 1993, su último destino antes de la jubilación. Ramón Villanueva –que yo sepa– es el único embajador que leía habitualmente el Gara, se declaraba abiertamente republicano y siguió con esperanzas el 15M y la aparición de Podemos.

Yo no lo conocí en Túnez, aunque Túnez constituyó siempre un vínculo adicional entre los dos. Con Ramón mantenía una relación afectiva que puedo calificar sin exageración de “familiar”. Amigo de mis padres desde la juventud, en los últimos años de su vida ocupó en la mía, intelectual y emocionalmente, el lugar que mi propio padre siempre dejó vacío. Ramón y yo nos intercambiábamos lecturas y análisis políticos; nos llamábamos con frecuencia y, durante mis visitas a Madrid, comíamos juntos. No he conocido nunca un conversador como él. Depositario de un tesoro infinito de anécdotas políticas y privadas, dotado de una memoria prodigiosa para los nombres y para los detalles, era además un narrador excepcional, vívido y astutamente literario, al que sólo se puede reprochar que –pese a sus siempre renovados propósitos– no escribiera nunca sus memorias. Ramón me hablaba mucho de Túnez, sobre todo de su primera misión en los años 60, época muy feliz para él desde el punto de vista personal y muy rica en términos de experiencia diplomática. Uno de sus desafíos en ese período fue precisamente –me contaba con entusiasmo y dolor– el de apoyar a la comunidad de exiliados republicanos, representada por un cónsul no oficial, a los que trató de acercar con garantías a la embajada franquista que, pese a sus promesas, Bourguiba no había cerrado tras la independencia de Túnez en 1956. Fue Ramón Villanueva, pues, excónsul y exembajador de Túnez, quien me dio a conocer la historia de los refugiados de 1939, sobre los que –decía enrabietado– había poca o nula bibliografía. Como prueba y paliativo, me regaló –¡hace ya diez años!– el único texto entonces existente: una tesis universitaria en lengua francesa, malamente mecanografiada, que él había recibido de manos de su autora en los años 90, cuando volvió a Túnez en calidad de embajador. Nunca la leí. Me la llevé a casa, la dejé sobre una mesa y la marea la arrastró a los fondos bentónicos de mi biblioteca.

Me acordé de ella la semana pasada tras escuchar a Marc y Andreu y ver, con el corazón roto, las fotografías con los nombres españoles sobre las lápidas de Kasserine. Al volver de “El bolero” la busqué en la casa nueva sin descanso y sin esperanza y de pronto, cuando ya había renunciado, se exhumó sola debajo de una historieta de Tintín: Refugiés politiques espagnols de la flotte republicaine en 1939 en Tunisie (refugiados políticos españoles de la flota republicana en Túnez). La tesis está firmada en París en 1986 y su autora, Marianne Catzaras, nacida en Jerba de padres griegos, es hoy una prestigiosa fotógrafa que expone con frecuencia en galerías de Sidi Bou Said. Es una investigación de apenas 100 páginas que recoge, sobre todo, a falta de documentación, noticias de periódicos, textos oficiales de los archivos franceses y tunecinos y testimonios de los supervivientes. Es imposible leerlo, en todo caso, sin reprimir un sollozo.

La historia –muchos no la recordarán en nuestra España amnésica– es la siguiente. El 6 de marzo de 1939 la flota republicana de Cartagena, al mando del almirante Buiza, llegó al puerto tunecino de Bizerta: cuatro cruceros, ocho destructores y un submarino, con unas 4.500 personas, la mayor parte de ellas marineros y militares, aunque entre el pasaje viajaban también mujeres y niños. La Francia colonial, que había reconocido ya en febrero el gobierno de Franco, no les brindó la mejor de las recepciones. Dispersó a los recién llegados en cinco “campos de acogida” que, como los de hoy en Europa, eran más bien campos de concentración: sin agua, sin alimentos, en pésimas condiciones higiénicas y, sobre todo, sin derecho a desplazarse libremente por el país, criminalizados además por los periódicos oficiales, los refugiados españoles fueron sometidos a un régimen de trabajos forzados y de privación de derechos que, una vez terminada la guerra civil y reclamados por Franco, llevó a algunos de ellos –ay– a volver a España. Otros, tras luchar contra Vichy y contra Hitler en las campañas africanas durante la segunda guerra mundial (es el caso del propio Buiza), se fueron a Francia o a Brasil en 1945 o –en una segunda oleada– entre 1956 y 1961, tras la independencia de Túnez. Los que quedaron –en torno a 1000–, una vez se les permitió trabajar, se dedicaron a la agricultura cerca de la ciudad de Kasserine –ubicación de uno de los “campos” citados y cuyas insfraestructuras fueron en buena parte construidas por nuestros compatriotas, que fundaron también su equipo de fútbol– o al curtido del cuero en la capital, donde abrieron además algunos restaurantes: el famoso “Café Cuarenta”, hoy desaparecido, y “El bolero”, que hasta los años 50 cerraba todos los años el 14 de abril para festejar la República. En 1976, en Túnez sólo quedaban ya unos cien españoles republicanos o descendientes, casados por lo general con italianos o nativos. “Los españoles de Túnez”, dice Catzaras, “nunca imaginaron que iban a permanecer 40 años. Por eso nunca se parecieron a los otros exiliados. Se consideraron siempre a sí mismos en una situación provisional, de paso, y su manera de vivir era también pasajera y provisional”. Algunos vivieron siempre en pensiones, con las maletas hechas; algunos no volvieron nunca, ni después de la segunda guerra mundial ni después de la muerte de Franco: entre ellos Ambrosio Martínez, Fernando Sánchez Díez, Eligio Casal y Francisco Puig Suárez. Sus cuerpos, en tumbas nominales pero en suelo extranjero, abandonadas y sin flores, evocan un destino paralelo y cruelmente inverso al de los desaparecidos en las cunetas españolas.

Entre las páginas de la tesis de Catzaras he encontrado algunas fotocopias sueltas que Ramón Villanueva recuperó de su primera misión en Túnez: un recorte de Le depeche donde se recoge la noticia, el 10 de junio de 1960, de la muerte de Ángel Brihuega, cónsul de los republicanos españoles en el exilio (probablemente un suicidio, según sospechaba Ramón); y algunas cartas, fechadas entre septiembre de 1959 y agosto de 1962 y dirigidas al embajador Pradera, en las que Antonio Antúnez, teniente del crucero Méndez Núñez y representante del PCE en Túnez, en nombre de “los exiliados políticos y otros españoles residentes”, reclamaba una y otra vez una amnistía general y un régimen democrático para España. Tardarían en llegar. Y Antúnez –del que no encuentro apenas datos biográficos– no es seguro que pudiera festejarlo. Si lo hizo, fue con cuarenta años más y varias carretillas de dolores en el alma.

No sé si alguno de los familiares está buscando a sus muertos en Túnez, si en los últimos años la embajada ha hecho algo por seguir este rastro, si la bibliografía sobre el tema ha crecido en España desde que Ramón Villanueva me dio la tesis de Marianne Catzaras. Espero que sí. Me temo que no. Sí sé que en 2008, el profesor tunecino Bechir Yazidi escribió –y tradujo al español– un pequeño libro sobre el tema, publicado en una pequeña editorial (“El exilio republicano en Túnez”, Ediciones Embora). Y lo que es seguro es que Ambrosio Martínez, Fernando Sánchez, Eligio Casal y Francisco Puig yacen en tierra extranjera, entre tumbas profanadas, apenas protegidos por una humilde familia tunecina que de ellos sólo sabe que están muertos; es decir, que merecen –hermanos difuntos– un reposo respetado y sin sobresaltos. Como es seguro también que, a la espera de continuar las pesquisas y abundar en reclamaciones de dignidad, me siento apremiado hoy, sin más dilación, a saldar esta doble deuda y a hacerlo con un doble homenaje varias veces aplazado: a Ramón Villanueva, que enriqueció tanto mi memoria, mi compromiso ético y mi felicidad afectiva, y a esos olvidados de los olvidados (como Sacristán hablaba de ”los derrotados de los derrotados”) que España, amnésica feroz, padrastra desalmada, ha abandonado al otro lado del mar.

Santiago Alba Rico Es filósofo y escritor. Nacido en 1960 en Madrid, vive desde hace cerca de dos décadas en Túnez, donde ha desarrollado gran parte de su obra. El último de sus libros se titula Ser o no ser (un cuerpo).
@SantiagoAlbaR

Fuente:
http://ctxt.es/es/20180704/Politica/20613/Santiiago-Alba-Rico-guerra-civil-Tunez-memoria-Republica-exiliados-politicos.htm

jueves, 9 de agosto de 2018

El Plan Barbarrosa. La madrugada de un 22 de junio a las 4 de la mañana de 1941, la Wehrmacht invadió la URSS

La madrugada de un 22 de junio

Rodolfo Bueno
Rebelión

El 1 de septiembre de 1939, la Wehrmacht, las Fuerzas Armadas de la Alemania Nazi, invadieron Polonia, dos días después Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania, estos hechos dieron inicio a la Segunda Guerra Mundial. La “Blitzkrieg” fue la estrategia de guerra que dio grandes éxitos a la Wehrmacht. Consistía en concentrar la mayor cantidad de fuerzas en zonas bastante estrechas del frente, con lo que adquiría absoluta mayoría, tanto de soldados como de instrumentos de guerra. Con la “Blitzkrieg”, la Wehrmacht penetraba profundamente en las líneas enemigas, bajaba en alto grado la moral combativa de sus adversarios, muchos de los cuales se rendían, presas del pánico. El Ejército Polaco fue derrotado en cinco semanas.

A partir del la derrota de Polonia se desarrolló entre octubre de 1939 hasta mayo de 1940, lo que se conoce con el nombre de “Guerra Boba”. El ejército anglo-francés, que no había hecho nada durante el ataque alemán a Polonia, siguió sin hacer nada mientras Alemania concentraba grandes cantidades de tropas en la frontera occidental de Francia y continuó sin hacer nada cuando Alemania, entre el 9 de abril y el 10 de mayo de 1940, se apoderó de Noruega, Dinamarca, Holanda, Belgica y Luxemburgo. El 14 de mayo, una hora después de la capitulación de Holanda, la aviación alemana bombardeó Rotterdam de manera injustificada, bárbara y sin ninguna razón de orden militar; el único propósito fue atemorizar a la población holandesa. Luego los tanques alemanes rompieron las líneas defensivas francesas, en la región de Sedan, y se precipitaron en dirección a occidente, el pánico se apoderó de las tropas francesas. El 18 de mayo el 9° ejército francés fue derrotado y su comandante capturado. El camino a la Mancha quedó abierto.

El 20 de mayo, las divisiones motorizadas alemanas llegaron a las costas de la Mancha. El 27 de mayo comenzó la evacuación de las fuerzas inglesas desde Dunquerke, que fue exitosa gracias a que las divisiones motorizadas comandadas por Kleist detuvieron su marcha. Este hecho tiene una explicación política, eliminada Francia, principal aliada de Inglaterra en el continente, Hitler esperaba ponerse de acuerdo con Gran Bretaña para lograr la creación de un frente común contra su principal enemigo, la Unión Soviética. Se cree que para esa negociación, Rudolf Hess, segundo hombre fuerte de Alemania, voló a Gran Bretaña y se arrojó en paracaídas cerca de la residencia de Lord Halifax. Buscaba contactos con Inglaterra para lograr la división de las esferas de influencia en el mundo.

La mañana del 14 de junio, las tropas nazis entraron en París y desfilaron por los Campos Elíseos. El Mariscal Petain formó un nuevo gobierno. El 17 de junio, Petain habló por la radio y pidió a los franceses cesar los combates. El 21 de junio de 1940, en el bosque de Campiegne, a unos 70 kilómetros de París, en el mismo vagón en el que 22 años atrás se habían rendido los alemanes a los franceses, bajo los acordes de “Deutschland Uber Alles”, Alemania sobre todos, y el saludo nazi hecho por Hitler, Francia se rindió a Alemania. A Francia le correspondería costear los gastos de ocupación y todo el potencial industrial francés: las fábricas de automotores, las de aviación y las de productos químicos, comenzaron a trabajar para las necesidades bélicas alemanas. Ahora, casi dueño de Europa, Hitler pudo lanzarse contra la URSS.

El 18 de diciembre de 1940, Hitler firmó la orden para desarrollar el Plan Barbarrosa. Este plan contemplaba la destrucción de la Unión Soviética en tres o cuatro meses, tenía las mismas características que tan buenos resultados le habían dado a Hitler en el resto de Europa y fue elaborado cuando Alemania, país altamente desarrollado, se había apoderado ya de los principales centros industriales europeos y poseía dos veces y media más recursos que la Unión Soviética; lo que la convertía en la más poderosa potencia imperialista del planeta. El alto mando alemán estaba tan seguro del éxito del Plan Barbarrosa que, para después de su cumplimiento, planeaban, a través del Cáucaso, la toma de Afganistán, Irán, Irak, Egipto y la India, donde las tropas alemanas planificaban encontrarse con las japonesas. Esperaban también que se les unieran España, Portugal y Turquía. Dejaron para después la toma de Canadá y EEUU, con lo que lograrían el dominio total del mundo.

No se cumplieron estas expectativas porque, a diferencia del resto de Europa, la Wehrmacht encontró en Rusia una resistencia no esperada, que los desesperó desde el inicio. El General Galdera, jefe de Estado Mayor de las tropas terrestres de Alemania, escribió: “los rusos siempre luchan hasta la última persona”. Por otra parte, desde el primer día de guerra, la población soviética se aglutinó bajo la consigna: “¡Todo para el frente, todo para la victoria!” Ningún soviético permaneció indiferente.

A las 4 en punto de la madrugada del 22 de junio de 1941, un ejército jamás visto por su magnitud, experiencia y poderío, se lanzó al ataque en un frente de más de 3.500 kilómetros de extensión, desde el mar Ártico, en el norte, hasta el mar Negro, en el sur. Era un total de 190 divisiones, cinco millones y medio de soldados, 4.000 tanques, 4.980 aviones y 192 buques de la armada nazi. El primer gran fracaso del Plan Barbarrosa se dio cuando la Wehrmacht no pudo desfilar el 7 de Noviembre de 1941 por la Plaza Roja de Moscú, tal cual lo habían planificado, sino que lo hizo el Ejército Soviético, para luego marchar directamente al frente de batalla.

Sobre la Batalla de Moscú, que se desarrollaría un mes después, el General Douglas Mac Arthur escribió en febrero del 1942: “En mi vida he participado en varias guerras, he observado otras y he estudiado detalladamente las campañas de los más relevantes jefes militares del pasado. Pero en ninguna parte había visto una resistencia a la que siguiera una contraofensiva que hiciera retroceder al adversario hacía su propio territorio. La envergadura y brillantez de este esfuerzo lo convierten en el logro militar más relevante de la historia”.

Los éxitos iniciales de las tropas hitlerianas obedecían a las ventajas que para ese entonces poseía Alemania sobre la URSS. Hitler era dueño de casi toda Europa, cerca de 6.500 centros industriales europeos trabajaban para la Wehrmacht. En sus fábricas laboraban 3'100.000 obreros extranjeros especializados. La economía de Alemania poseía dos veces y media más recursos que la Unión Soviética. Se necesitó de colosales esfuerzos del pueblo soviético para, sin desmoralizarse ante tan dura prueba, revertir la situación y lograr una victoria, que se dio hace setenta y tres años.

Hoy, el mundo reconoce que gracias a la valentía y enorme espíritu de sacrificio de las naciones que conformaban la Unión Soviética, la humanidad está libre de haber sido esclavizada por el nazi-fascismo, pues en la entrañas de este gigantesco y heroico país fue destrozada la Werhmacht, que hasta entonces sólo había conocido victorias cuando de manera arrolladora marchó por toda Europa continental, apoderándose de sus riquezas y esclavizando a sus habitantes.

Si Hitler hubiera contado con la valentía, el espíritu de combate, la organización, el patriotismo, la disciplina, la productividad y otras características incomparables de los rusos, sin lugar a dudas que hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial. Gracias a Dios, estas cualidades no se venden en las boticas y, pese a que los alemanes también las poseen, el resultado de la contienda habla meritoriamente a favor del pueblo ruso. Vale la pena recordar este detalle ahora que la rusofobia lo denigra.

De las 783 divisiones alemanas derrotadas durante esta guerra, 607 lo fueron en este frente, donde también fueron abatidos 77.000 aviones y destruidos 48.000 tanques y 167.000 cañones, así como 2.500 navíos de guerra, lo que significó el mayor y completo descalabro de la Alemania Nazi. El 75% del potencial militar de la Werhmacht, fue destrozado en la entrañas de la Unión Soviética, el más heroico país forjado por la especie humana.

La guerra dejó en la Unión Soviética 27 millones de muertos y 60 millones de mutilados, destruyó 1.710 ciudades, 70.000 aldeas, 32.000 empresas industriales, 65.000 kilómetros de vías férreas, 98.000 cooperativas agrícolas, 1.876 haciendas estatales, 6 millones de edificios, 40.000 hospitales, 84.000 escuelas. Los nazis trasladaron a Alemania 7 millones de caballos, 17 millones de bovinos, 20 millones de puercos, 27 millones de ovejas y cabras, 110 millones de aves de corral. La perdida total de la Unión Soviética fue de unos 3 billones de dólares (un 3 seguido de doce ceros); algo de lo que, en mi opinión, la URSS jamás se recuperó y que, a la postre, generó la causas para su autodestrucción.

De todo lo anteriormente dicho, se concluye que la más importante lección para las presentes y futuras generaciones es que las guerras hay que combatirlas antes de que estallen.

Kursk, la batalla que definió la II Guerra Mundial

Kursk, la batalla que definió la guerra

Rodolfo Bueno
Rebelión

La mayor derrota alemana durante la Segunda Guerra Mundial se dio en la Batalla de Stalingrado, la más encarnizada de la historia; la misma se prolongó desde agosto de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943 y culminó con la increíble victoria del Ejército Soviético sobre el poderoso Sexto Ejército Alemán, algo que nadie en el mundo occidental esperaba. Sobre esta batalla, el General alemán, Dorr, escribe: “El territorio conquistado se medía en metros, había que realizar feroces acciones para tomar una casa o un taller… Los rusos eran mejores que nosotros en el combate casa por casa, sus defensas eran muy fuertes”.

Al terminar la Batalla de Stalingrado, el Ejército Soviético capturó a un mariscal de campo, 24 generales, 25.000 oficiales y 91.000 soldados. La Wehrmacht perdió en Stalingrado un millón de hombres, el 11% de sus pérdidas durante la Segunda Guerra Mundial, el 25% de todas las fuerzas que en esa época operaban en el Frente Oriental, más de 3.000 tanques y casi 4.500 aviones. Fue la peor derrota sufrida por el Ejército Alemán durante toda su historia. En “Memorias de un Soldado”, el General Heinz Guderian escribe: “Después de la catástrofe de Stalingrado… la situación se hizo bastante amenazadora, aún sin la intervención de las potencias occidentales”. El material militar que se empleó en Stalingrado fue fabricado en las fabricas que los soviéticos habían trasladado desde la zona central de Rusia hasta el otro lado de los Urales, con los alemanes pisándoles los talones.

Luego de la Batalla de Stalingrado se conoció que en el año 1943 tampoco se abriría el Segundo Frente, lo que significaba que Alemania podía concentrar en el Frente Oriental lo más selecto de sus tropas para luchar contra la URSS. El 10 de junio de 1943, Stalin le escribe a Roosevelt: “Usted y Churchill han decidido posponer la invasión a Europa Occidental para la primavera de 1944. Otra vez nos tocará luchar casi solitariamente”; y a Churchill: “Nuestro gobierno nunca pudo imaginar que EEUU y Gran Bretaña revisaran la decisión de invadir Europa Occidental... No fuimos consultados... Usted me dice que comprende por completo mi desilusión. Es mi deber aclararle que no se trata de una simple desilusión… sino de mantener la confianza entre los aliados. No hay que olvidar que se trata de salvar la vida de millones de personas que viven en las regiones ocupadas de Europa Occidental y Rusia, así como también de reducir las inmensas bajas del Ejército Soviético”.

Bajo estas circunstancias se produjo la Batalla de Kursk, en la que, según Hitler, los alemanes “debían recuperar en el verano lo que habían perdido en el invierno”. Para ese entonces el frente soviético alemán se había estabilizado a lo largo de una línea que comenzaba en el Golfo de Finlandia, continuaba en el centro a unos 500 km de Moscú y terminaba en el sur a la altura de la ciudad de Rostov del Don, en el mar de Azov. El frente formaba una curva a la altura de la ciudad de Kurks, desde este arco los soviéticos se proponía liberar Oriol y Briansk. Los alemanes decidieron desatar una ofensiva, tanto desde el norte como desde sur de este arco, para encerrar en su interior a grandes concentraciones de tropas soviéticas; con este fin planificaron la operación “Ciudadela”. Para ganar la batalla crearon nuevos tipos de tanques “Tigres”, los mejores que fabricó Alemania durante la guerra, carros de combate tipo “Pantera” y cañones “Ferdinand”, y concentró para el ataque 70 divisiones de 900.000 soldados, 10.000 cañones y morteros, 2.700 tanques y más de 2.000 aviones.

La operación no correspondía a las posibilidades reales de la Wehrmacht, que no había apreciado correctamente las relaciones de fuerza en el Frente Oriental, donde los soviéticos habían construido 4.240 km en el frente de Vorónezh y otra cantidad semejante en la frente central. La longitud total de las trincheras abiertas en el arco de Kursk podría cubrir la distancia entre San Francisco-Washington-Montreal.

El 5 de julio de 1943 comenzó la batalla. Los alemanes confiaban en que sus fuerzas romperían las defensas rusas tanto en el norte como en el sur, pero su ofensiva terminó en un rotundo fracaso. La contraofensiva soviética marcaría el fin del último intento alemán de recuperar la iniciativa en el Frente Este, iniciativa que a partir de ese momento quedó en manos soviéticas hasta el 9 de mayo de 1945. En la Batalla de Kursk se exterminaron las mejores unidades del ejército alemán, aquellas que luchaban bajo la consigna de vencer o morir, se enterró también el mito de que era el invierno ruso el que ayudaba al Ejército Rojo; también fue la batalla de tanques más grande de la historia, participaron en ella 6.900 tanques de ambos bandos.

El General Guderian escribe en el libro ya citado: “Sufrimos una derrota demoledora en Kursk. Las tropas blindadas, que habían sido repuestas con gran esfuerzo como consecuencia de las grandes pérdidas de hombres y de material de guerra, quedaron fuera de servicio por largo tiempo. Era imposible restituirlas a tiempo para… el caso del desembarco con el que los aliados amenazaban para la primavera siguiente. Como consecuencia del fracaso del plan Ciudadela, el frente oriental absorbió todas las fuerzas que estaban emplazadas en Francia”. La victoria soviética de Kursk demostró a los aliados de Occidente que si no desembarcaban en Europa, la URSS sola era capaz de derrotar a Alemania; fue el factor decisivo para que no se aplazara más el desembarco en Normandía.

Luego de la Batalla de Kursk y de liberar a numerosos países del yugo nazi-fascista, las tropas soviéticas entraron en Berlín y el 1 de mayo de 1945 izaron la bandera su país en el Reichstag, el parlamento alemán. El 9 de Mayo de 1945, después de 1.418 jornadas de denodados combates, terminó una contienda en la que fallecieron cerca de 60 millones de seres humanos, de los que 27 eran soviéticos. La mayor parte de ellos fueron muertos como consecuencia de la salvaje represión ejercida por la tropas ocupantes contra la población civil.

Alexander Werth, un reconocido periodista inglés de la BBC, escribe: “Los rusos llevaron el fardo más pesado en la guerra contra la Alemania Nazi, precisamente gracias a esto quedaron con vida millones de norteamericanos e ingleses”. Edward Stettinus, Secretario de Estado de EEUU durante esta guerra, reconoce que el pueblo norteamericano debería recordar que en 1942 estaba al borde de la catástrofe. Si la URSS no hubiera sostenido su frente, los alemanes hubieran estado en condiciones de conquistar Gran Bretaña; habrían estado en condiciones de apoderarse de África y crear una plaza de armas en América Latina.

En la entrañas de la URSS fue derrotada la Werhmacht, que hasta entonces sólo había conocido victorias. De las 783 divisiones alemanas destruidas durante la guerra, 607 lo fueron en este frente, donde también fueron abatidos 77.000 aviones y destrozados 48.000 tanques y 167.000 cañones, así como 2.500 navíos de guerra, lo que significó el completo descalabro del nazismo. Es bueno recordarlo porque entonces, como ahora, aparentemente el mal crecía sin fin sin que nadie fuera capaz de detenerlo; sin embargo, la heroica lucha de todos los hombres libres salvó al mundo de la barbarie.

La gran victoria de la URSS sobre la Alemania nazi en la II. G. M.

Rodolfo Bueno
Rebelión

Cada vez que se estudia la Segunda Guerra Mundial, en particular, la lucha en el Frente Oriental, uno no se explica cómo Alemania Nazi no ganó esa guerra. Tuvo todo para derrotar a la URSS, pese a ello, hace 73 años los soldados soviéticos tomaron Berlín, sede de un sistema que, según esperaba Hitler, debía imperar durante los siguientes mil años. Veamos cómo fue la victoria.

Su meteórica carrera, de cabo a Führer, es lograda gracias al apoyo del gran capital financiero que veía en Hitler suficientes atributos para controlar la efervescencia revolucionaria que se gestaba en el pueblo alemán. Una vez en el poder, pretendió un nuevo reparto colonial del mundo, para lo cual Japón atacó a China, Alemania a Austria y Checosloaquia e Italia a Etiopía. A la sazón, tal como lo analiza Stalin, se podía dividir al mundo en potencias imperialistas agresoras y potencias imperialistas agredidas. Las primeras, que nada tenían y lo exigían todo, atacaban a las segundas, que lo poseían todo.

Las potencias agredidas, pese a ser económica y militarmente mucho más fuertes que las agresoras, cedían y cedían posiciones. La razón de esta rara conducta era darle aire a la agresión hasta que se transforme en un conflicto mundial. Las potencias agredidas presionaban a los alemanes para que vayan cada vez más lejos en dirección al Este, le abrían a Hitler la posibilidad de atacar a la Unión Soviética a través de los países del Báltico, para, al mismo tiempo, quedar ellos al margen de un eventual conflicto germano-soviético. Incitaban a Alemania Nazi a atacar a la Unión Soviética, con la esperanza de que la guerra agotase mutuamente a ambos países; entonces les ofrecerían sus soluciones y les dictarían sus condiciones. Los países beligerantes, cuyas fortalezas se encontrarían destruidas como consecuencia de un largo batallar entre ellos, no tendrían más opción que aceptarlas. Una forma fácil y barata de conseguir sus fines.

Este juego peligroso terminaría muy mal para Londres y París, que propugnaban el anticomunismo como política de Estado. Es que, ofuscados por el odio al comunismo, no podían y no querían ver el peligro que para ellos mismos representaba el nazi-fascismo.

Luego de que Hitler controló toda la Europa continental, firmó la orden para desarrollar un conjunto de medidas políticas, económicas y militares, llamadas “Plan Barbarrosa”. En él se contemplaba la destrucción de la URSS en tres o cuatro meses. Sus metas principales eran Moscú, Leningrado y las regiones industriales de la zona central. El plan, que tenía las mismas características que tan buenos resultados le habían dado a Hitler en el resto de Europa, fue elaborado cuando Alemania, país altamente desarrollado y cuya producción se encontraba dirigida fundamentalmente hacia la industria de guerra, se había apoderado ya de los principales centros industriales europeos y poseía dos veces y media más recursos que la URSS, lo que la convertía en la más fuerte potencia imperialista del mundo. El alto mando alemán estaba tan seguro del éxito del Plan Barbarrosa que planificaba, para después de su cumplimiento, la toma, a través del Cáucaso, de Afganistán, Irán, Irak, Egipto y la India, donde las tropas alemanas esperaban encontrarse con las japonesas. Esperaban también que se les unieran España, Portugal y Turquía. Dejaron para después la toma de Canadá y los EEUU, con lo que lograrían el dominio del mundo.

La madrugada del 22 de junio de 1941, la Wehrmacht, fuerzas armadas jamás vistas por su magnitud, experiencia y poderío, se lanzaron al ataque en un frente de más de 3.500 kilómetros de extensión, desde el mar Ártico, en el norte, hasta el mar Negro, en el sur. Eran un total de 190 divisiones, cinco millones y medio de soldados, 4.000 tanques, 4.980 aviones y 192 buques de la armada nazi.

El plan fracasó cuando la Wehrmacht no pudo desfilar el 7 de Noviembre de 1941 en la Plaza Roja de Moscú, tal cual estaba planificado, sino que lo hizo el Ejército Soviético, para luego marchar directamente al frente de batalla e infligirle al ejército nazi su primera derrota. Sobre la Batalla de Moscú, el General Douglas Mac Arthur escribió en febrero del 1942: “En mi vida he participado en varias guerras, he observado otras y he estudiado detalladamente las campañas de los más relevantes jefes militares del pasado. Pero en ninguna parte había visto una resistencia a la que siguiera una contraofensiva que hiciera retroceder al adversario hacía su propio territorio. La envergadura y brillantez de este esfuerzo lo convierten en el logro militar más relevante de la historia”.

Al detener su avance sobre Leningrado, hoy San Petersburgo, y ordenar a sus tropas atrincherase, el alto mando alemán se preparó para romper la resistencia de ese pueblo por medio de un prolongado asedio, mediante el bombardeo continuo de la aviación y por el fuego de artillería; suponían que el hambre iba a doblegar a la ciudad. El bloqueo duró cerca de 900 días. Como consecuencia murieron 1'200.000 de sus habitantes, la mayoría de hambre y frío, pero Leningrado no se rindió.

Desde el verano de 1942 hasta el 2 de febrero de 1943 se dio la Batalla de Stalingrado, la más sangrienta y encarnizada de la historia, con más de tres millones de muertos; la misma culminó, luego de combatir sin tregua en cada piso de cada casa, con la increíble victoria del Ejército Soviético sobre el poderoso Sexto Ejército Alemán, algo que nadie en el mundo occidental esperaba.

Después de liberar a numerosos países del yugo nazi-fascista, las tropas soviéticas entraron en Berlín y el 1 de mayo de 1945 izaron la bandera su país en el Reichstag, el parlamento alemán. Terminaban 1418 jornadas de denodados combates en los que fallecieron cerca de 60 millones de seres humanos, de los que 27 eran soviéticos. La mayor parte de ellos fueron muertos como consecuencia de la salvaje represión ejercida por la tropas ocupantes contra la población civil. La historia no conoce otra destrucción, barbarie y bestialidad de la que hicieron gala los nazis en la tierra soviética, donde aniquilaron el fruto del trabajo de muchas generaciones.

Hoy, gracias a la valentía y el enorme espíritu de sacrificio del pueblo ruso y demás naciones que conformaban la URSS, la humanidad está libre de haber sido esclavizada por el nazi-fascismo, pues en la entrañas de este gigantesco y heroico país fue destrozado el 75% del más potente complejo militar bélico creado por la especie humana, la Werhmacht, que sólo conoció victorias cuando de manera arrolladora marchó a lo largo y ancho de Europa continental, apoderándose de sus riquezas y esclavizando a sus habitantes. Se necesitó de colosales esfuerzos del pueblo soviético para, sin desmoralizarse ante tan dura prueba, revertir la situación y lograr una victoria, que se dio hace 73 años.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Hiroshima y Nagasaki, 73 años del genocidio de Estados Unidos

AVN


Cuatro meses después de finalizar la II Guerra Mundial, el 6 de agosto de 1945, una explosión instantánea dejó más de 100.000 fallecidos, a las que se sumaron luego otras 185.000 producto de la radiación provocada por las bombas atómicas que Estados Unidos arrojó en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

La noche anterior a la explosión de la bomba en Hiroshima, la alarma por bombardeos aéreos había sonado en la ciudad, no obstante, al día siguiente se levantó la alerta y los habitantes de la ciudad — un poco más de 350.000 personas — fueron a sus trabajos y colegios.

Era las ocho de la mañana, cuando la bomba Little Boy, creada por el Gobierno de los Estados Unidos (EEUU), cayó en la nación asiática, destruyendo el 90% del país.

"Muy pronto comenzamos ver gente saliendo de Hiroshima, todos quemados y la piel cayéndose de la cara, de los brazos. No llevaban ropa, se les había quemado. No sabíamos si eran hombres o mujeres", explicó al medio alemán Deutsche Welle, Mitsuko Heidtke, sobreviviente de la bomba atómica.

Heidtke tenía solo 10 años cuando EEUU decidió atacar al país asiático, como una amenaza para lograr que Japón se rindiera. Su madre desapareció ese día, su padre murió días después de cáncer.

La bomba fue lanzada a unos 9.600 metros de altura, y estalló a 600 metros de altura de la ciudad 43 segundos después de haber sido lanzada. La mayoría de víctimas con síntomas severos de radiación murieron de tres a seis semanas después del bombardeo.

Bun Hashizume, otra de las sobrevivientes del fuerte y atroz ataque autorizado por el presidente estadounidense Harry Truman, explicó que — por motivo de que los jóvenes se encontraban en la guerra del Pacífico con el gobierno de la nación norteamericana — la nación ordenó a hombres y mujeres en edad para cursar la secundaria dejaran las aulas de clase para trabajar.

"Estaba de pie junto a una ventana en el 3º piso del Ministerio de Comunicación (donde trabajaba) cuando vi un poderoso destello. Pensé que el sol se caía en frente de mis ojos. En una fracción de segundo vi arcoiris de colores en todas partes. Ese fue el momento en el que explotó la bomba", manifestó en un testimonial animado, presentado por el medio británico BBC.

Su madre, hermana y tía sobrevivieron al ataque, no obstante, su hermano falleció durante la explosión, indicó.

Un humo blanco invadió la ciudad asiática, llevándose con él niños, animales, en resumen; todo ser vivo desapareció, así como varios edificios. 80.000 personas aproximadamente murieron ese día, sin contar las personas que fallecieron días después a causa de la radiación. 44 segundos le bastó a EEUU para acabar con un país y, 73 años después, los efectos de la radiación siguen.

Tres años después de la explosión, el número de casos de leucemia entre los hibakusha (como se le conoció a los sobrevivientes) ya era superior al de las poblaciones no expuestas y el aumento del riesgo relativo (comparado con grupos de control) tendría su pico a los siete años. Los que eran niños en 1945, presentaron los mayores índices de leucemia de todos los supervivientes.

73 años después, el gobierno de Estados Unidos no ha cambiado. A principios de año, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó a Corea del Norte de hacer uso de toda su fuerza nuclear, sí era amenazada la seguridad del país; luego de que el líder de esta nación amenazara en igual de magnitud el uso de una posible arma nuclear.

"Todo EE.UU. está al alcance de nuestras armas nucleares y tengo un botón nuclear en mi escritorio. Es una realidad, no una amenaza", dijo este año el líder norcoreano Kim Jong-un.

Trump por su parte respondió: "Alguien de su régimen hambriento y empobrecido por favor infórmele que yo también tengo un botón nuclear, pero es mucho más grande y más poderoso que el suyo, ¡y mi botón funciona!", abriendo así una ventana que se pensaba cerrada hace 73 años.

El pasado 12 de junio, Kim Jong-un y Trump sostuvieron una cumbre histórica en Singapur, en donde la Paz y desnuclearización fueron los dos puntos principales del acuerdo firmado por ambos mandatarios.

Fuente:
http://www.avn.info.ve/contenido/hiroshima-y-nagasaki-73-a%C3%B1os-del-genocidio-estados-unidos

“La autoestima es clave para la inteligencia de tu hijo”

Alonso Puig defiende que “nunca hay que dar a nadie por perdido” porque en todo ser humano existe grandeza. Señala la importancia de los educadores para descubrir ese potencial, desarrollarlo y dar oportunidades. “Hay que vivir con pasión, con entusiasmo, con confianza en nuestras capacidades y entrenar el cerebro para conseguir nuestro objetivo”, afirma.

Mario Alonso Puig. Bueno, primero me voy a presentar. Algunos tal vez me conozcáis, otros no me conozcáis.

Soy Mario, Mario Alonso Puig. Mi trayectoria fundamentalmente está muy basada en la medicina, en la cirugía, veintiséis años en quirófanos en distintos países, y siempre muy marcada por el interés de como un médico puede verdaderamente conectar con otro ser humano y ayudarle a hacer frente a desafíos que a veces son francamente serios.

Mi formación fue una formación muy técnica, muy científica, que yo completé buscando qué podía hacer que, la comunicación, qué podía hacer que la conversación activara mecanismos en el cuerpo que favorecieran la curación.

Topé con una ciencia que estaba en sus orígenes, la psiconeuroinmunobiología, que estaba empezando a investigar esto, cómo la mente, a través del sistema nervioso y del sistema endocrino, pueda afectar nuestro sistema de defensa que es el sistema inmune. Aquello me llevó a profundizar en otros campos, el liderazgo, la comunicación y de alguna manera a tomar perspectiva sobre nuestra forma de tratarnos unos a otros, nuestra forma de hablar unos con otros, nuestra forma de entendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo, y si bien la medicina es una ciencia apasionante, el ser humano es la cuestión infinita, empiezas y nunca acabas.

Bueno, mi interés por la educación es mi interés por sacar del ser humano lo que verdaderamente tiene dentro. Yo no creo que ningún ser humano esté llamado a la mediocridad, no lo creo, realmente es que no lo creo, creo que todo ser humano está llamado a la grandeza, y la grandeza no la define la cultura. La grandeza es una cosa que la define nuestra propia naturaleza.

La palabra educación, en el fondo, quiere decir «sacar de dentro», es decir, no somos cubos vacíos que hay que llenar, si no fuegos que hay que encender. En este sentido, me gustaría contaros una historia que a mí personalmente me ha marcado mucho, he hablado en distintos foros sobre esta historia, porque señala lo que, para mí, es la diferencia entre profesores y maestros.

En 1951, en la ciudad de Detroit, nace un joven, un chico de color que pronto nota lo que es la pérdida, porque siendo jovencito el padre se va y se queda la madre, una mujer que no tenía estudios, una mujer que, bueno, se había dedicado a cuidar de sus hijos, y se ve con esta situación, con la situación de que tiene que sacar adelante una familia sin que en ese momento entrara ninguna ayuda económica, se dedica a limpiar apartamentos, a limpiar hospitales, etcétera, etcétera, y claro, cuando uno ha vivido en la ciudad de Detroit como he vivido yo, yo trabajé en un hospital que se llama Henry Ford en neurocirugía.

Cuando uno ha vivido en la ciudad de Detroit pues se da cuenta que Detroit es una ciudad apasionante, pero en ciertas épocas de la historia ha sido una ciudad bastante complicada. En los años cincuenta verdaderamente había un apartheid, una especie de apartheid, es decir, las personas de color se tenían que sentar en sitios distintos que las personas blancas, tenían que ir a baños diferentes, etcétera, etcétera, y claro, este chico era un chico de color, era un chico pobre y que pronto pues fue destacando, no por su talento, sino por lo que consideraban que era su estupidez, tampoco por su serenidad, sino más bien por su tendencia, su temperamento violento.

Cualquiera que hubiera tenido, digamos, una bola de cristal habría imaginado que este chico habría acabado, sin duda, en un penal en los Estados Unidos, si no muerto en un combate entre bandas enfrentadas. Pasaba sus ratos, se olvidaba de su triste condición viendo programas de televisión, hasta que un día su madre decidió que iban a ver menos televisión y se iban a dedicar más a leer libros, y les obligó a leer libros yendo a la biblioteca pública de Detroit, ya que ellos no tenían dinero para comprar libros, y el joven Ben, el joven Benjamin empezó a enamorarse de los libros.

Un buen día, llega al colegio, quiero que entendáis que en el colegio este niño tenía las peores notas, su performance (perfórmans) era francamente lamentable, las notas eran pésimas y lógicamente en poco tiempo sería expulsado del colegio. Pero había un profesor, el profesor de ciencias, que verdaderamente era un maestro, él creía que en todo ser humano hay grandeza, que en todo ser humano hay potencial, y que la misión de un maestro es ayudar a que ese potencial se despliegue y florezca, pero no conseguía que este chico, de alguna manera, respondiera a los distintos intentos que había hecho para que ganara confianza en sí mismo.

Un día, el maestro aparece con una piedra, una piedra muy rara, la levanta delante de la clase y pregunta: «¿Qué es esto?», se produce un silencio porque nadie sabe lo que es eso salvo una persona que ya os imagináis quien era, Benjamin, pero Benjamin era el tonto de la clase.

La primera pregunta es: ¿por qué lo sabía Benjamin?, Benjamin lo sabía porque en la biblioteca pública se había dedicado a leer libros de ciencia y por casualidad o sincronicidad, quien sabe, había encontrado libros sobre minerales y había una foto de esa piedra.

¿Pero vosotros pensáis que el tonto de la clase se atreve a hablar? No, porque tú mismo ya matas la respuesta antes de que nazca, es imposible, si no lo sabe el resto, tengo que estar equivocado aunque parezca que estoy en lo correcto.

Pero el profesor sostenía la roca: «¿De verdad que nadie sabe lo que es esta roca?», y, tímidamente, el joven Benjamin alzó la mano. Cuando una persona solo ve el performance (perfórmans) y solo enjuicia a los demás, es muy fácil decir: «Venga, Benjamin, ¿cómo lo vas a saber tú, si tú no sabes nada? Pero aquel profesor mantuvo un espíritu curioso, interesado, él sabía que en todo ser humano hay grandeza, la buscaba, la llamaba constantemente.

«¿Benjamin, tú lo sabes?»,
«Sí»,
«¿Qué es?»,
«Obsidiana»,
«Correcto», pero el profesor podría haber dicho: «Todo el mundo puede tener suerte en esta vida», podría haber dicho eso, no, porque él estaba buscando el hilo que te lleva a la madeja.

Dijo: «¿Sabes algo más de la obsidiana?», y vaya que si sabía el joven Benjamin, empezó a hablar sobre la obsidiana, las temperaturas elevadísimas, luego el frío cómo cristaliza la roca, etcétera, etcétera.

Lo que podría parecer una cosa sencilla, sin más importancia, banal, supuso un antes y un después en la vida de este chico porque este chico recuperó la confianza en sí mismo, creyó que era posible aprender, creyó en sí mismo, creyó que a pesar de su triste cuna, por decirlo de una manera, podría tener un brillante futuro.

Este chico pasó de ser el último de la clase a ser el mejor estudiante de su colegio, hizo realidad su más profundo sueño, que era absolutamente imposible, ser médico, se convirtió en el mejor neurocirujano infantil de la historia, el profesor Ben Carson.

Ben Carson en 1987 hizo una operación de separar a dos gemelos siameses unidos a nivel craneoencefálico. Todas las cirugías que se habían hecho hasta aquel momento para separar lo que se llama un craneopago, esta malformación craneoencefálicas, todas, los niños habían muerto en la mesa de quirófano. En esta operación, en 1987, intervinieron setenta profesionales de la medicina y duró veintidós horas, los dos niños salieron adelante, vivieron y estuvieron bien y sanos.

Él aplicó técnicas especiales de cirugía cardíaca a la neurocirugía, a nadie se le habían ocurrido. Entonces, lo que os quiero transmitir es esto, es un ejemplo de como en todo ser humano hay potencial, en todo ser humano hay grandeza, y tenemos, entiendo, que tener esta disposición a crear espacios de oportunidad para que esas personas puedan mostrar lo que en realidad siempre han tenido y siempre tendrán, pero que no todo el mundo mostrará si no ve ese espacio de oportunidad.

Mario Alonso Puig. Por favor.

María: Hola, Mario, soy María.

Mario Alonso Puig: María.

María: Como educadora, creo que la motivación es necesaria para el aprendizaje, y tú dices que hay seis motivaciones fundamentales para una persona, ¿podrías hablarnos de ellas?

Mario Alonso Puig: Sí, es una gran pregunta. La motivación es lo que nos mueve a la acción, y hay, efectivamente, seis motivaciones que además están presentes en las distintas culturas, es una mezcla de nuestra naturaleza y, también, el entorno cultural.

1. La primera es la motivación de estar en entornos seguros, de poder controlar lo que pasa, de saber que el suelo que pisamos es un suelo firme.

2. La segunda es una motivación de sentirnos reconocidos, sentirnos valorados, de tener un cierto estatus.

3. La tercera es de pertenecer al grupo, es decir, que lleguemos a un sitio y entendamos, sintamos que nos acogen, que no nos desprecian, que no nos marginan.

4. La cuarta motivación es una motivación al desafío, al reto. Si en la vida no hubiera retos, María, sería muy aburrida. Yo sé que, a veces, nos gusta mucho estar en la zona de confort, pero durante un tiempo, al cabo de un tiempo no hay quien lo aguante. Entonces, ese reto, ese desafío es una motivación importante.

5. La quinta motivación es la de crecer, mejorar y progresar, y la

6. sexta es la de contribuir al bienestar de otras personas, el tener una vida con propósitos. Lo más importante son las motivaciones fundamentales que nos mueven dentro de las seis.

Si una persona, toda su fuerza la lleva a la aventura, la lleva al descubrimiento, al reto y, sin embargo, no cuida un poco la motivación de la seguridad, pues, a lo mejor, se puede meter en aventuras insensatas, ¿no?

Entonces, hay un equilibrio natural que hace que las personas nos mantengamos, de alguna manera, en una línea razonable. Cuando alguna de ellas toma alguna preponderancia o una significancia demasiado grande, es cuando podemos tener ciertos problemas.

¿Te respondí, María?

María: Sí, gracias.

Mario Alonso Puig: A ti.

Leer todo aquí:
https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/inteligencia-y-desarrollo-personal-mario-alonso-puig/

España, medalla de oro en las Olimpiadas de Física a pesar de la falta de subvenciones

Es el primer año que el Ministerio de Educación no ha cubierto nada, denuncia la RSEF.

Por primera vez, España se ha llevado una medalla de oro (además de dos de bronce) en las Olimpiadas Internacionales de Física, la competición más importante en esta disciplina a nivel mundial. Y eso que es uno de los únicos países participantes que no cuenta con subvenciones ni apoyo de su gobierno.

La cita, que se ha celebrado del 21 al 29 de julio en Lisboa, es una competición para preuniversitarios que han de resolver pruebas individuales, teóricas y experimentales, de física. El temario, establecido por un comité internacional, rebasa extensamente el currículo oficial del bachillerato español.

Este año han concursado 396 estudiantes de 92 países. El ganador ha sido Yang Tianhua, de China, muy por delante del segundo, el ruso Bobkov Grigorii, y el tercero, el surcoreano Dongjin Shin. El medallero completo se puede consultar en la web de la Olimpiada.

El ganador ha sido Yang Tianhua, de China, muy por delante de los demás participantes. La posición conseguida por los españoles participantes no refleja en absoluto el apoyo que reciben del Estado. La delegación, enviada por la Real Sociedad Española de Física (RSEF), fue seleccionada entre los medallistas de la Olimpiada Nacional de Física celebrada en la Universidad de Valladolid en abril.

Los Comités Olímpicos Locales, que organizan todo, están formados por voluntarios, profesores extraordinariamente cualificados que no reciben nada a cambio.

Desde la RSEF se quejan de que "por primera vez, este año las Olimpiadas de Física se han realizado inexplicablemente sin la tradicional subvención del Ministerio de Educación. Esta ausencia ha tenido que ser suplida por la RSEF para cubrir los desplazamientos y la estancia de los estudiantes, así como el pago de la cuota de inscripción de España (3.500 euros)".

España no podrá participar en la Olimpiada Iberoamericana por falta de dinero "Esta inexplicable falta de interés del Ministerio de Educación en apoyar a sus mejores estudiantes se traducirá en que este año España no podrá participar, como estaba previsto por primera vez en décadas, en la Olimpíada Iberoamericana de Física que se celebrará en Puerto Rico", añaden desde la RSEF.

Un estudiante que consiguió medalla en Valladolid ha llegado a abrir una recogida de firmas en Change.org que cuenta casi con 84.000 apoyos y en la que se pregunta si hay futuro en España.

"Algunas universidades extranjeras de prestigio que no miran la partida de nacimiento de sus estudiantes ya han aceptado a algunos de nuestros medallistas, algo realmente triste", lamentan desde la RSEF.

La representación española en Lisboa estaba formada por cinco estudiantes de bachillerato y dos profesores delegados, ambos miembros de la RSEF: Alejandro Epelde Blanco (del Colegio Los Fresnos en Alpedrete, Madrid), Félix Moreno Peñarrubia (del IES L'Eliana, en L'Eliana, Valencia), Denís Arribas Blanco (del IES Do Castro, Vigo, Pontevedra), Joan Hernanz i Ibáñez (del Aula Escola Europea, Barcelona) y José Antonio Castro Moreno (IES Pinar de la Rubia, Valladolid).

El que ha conseguido la Medalla de Oro es Alejandro Epelde, que ya obtuvo una Plata en 2017. Félix Moreno y Joan Hernanz han ganado Medallas de Bronce, y José Antonio Castro ha logrado una Mención de Honor. Estos resultados sitúan a España en el primer tercio del ranking de países concursantes.

https://www.huffingtonpost.es/2018/07/29/espana-medalla-de-oro-en-las-olimpiadas-de-fisica-a-pesar-de-la-falta-de-subvenciones_a_23491909/



martes, 7 de agosto de 2018

Cómo el reportaje de un periodista sobre Hiroshima burló la censura y reveló el verdadero horror de la bomba atómica

*Este artículo se publicó originalmente en BBC Mundo en agosto de 2016 y ha sido republicado con motivo del 73º aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima.

Niño en Hiroshima

A finales de este mes se cumplen 70 años de la publicación de un reportaje que ha sido elogiado como uno de los más grandes escritos del periodismo.

Titulado simplemente Hiroshima, el artículo de 30.000 palabras, escrito por John Hersey para la revista The New Yorker, tuvo un impacto masivo al revelar el absoluto horror de las armas nucleares a una generación de la posguerra. Así lo describe la documentalista británica Caroline Raphael.

Tengo una copia original de la edición de la revista The New Yorker del 31 de agosto de 1946. Tiene una portada muy inocua; un encantador, fresco y despreocupado dibujo de un verano en el parque.

En la contraportada hay una imagen de los directores técnicos de los equipos de béisbol Gigantes y Yankees de Nueva York exhortando a los lectores a siempre comprar cigarrillos Chesterfield.

Después de las páginas de la agenda de la ciudad y los anuncios de cartelera, pasando los elegantes avisos publicitarios de diamantes y abrigos de piel, te encuentras con una simple declaración editorial que explica que esta edición está dedicada a un sólo artículo "sobre la casi completa erradicación de una ciudad por la bomba atómica".

Tomaron esa decisión, dijeron, por estar "convencidos de que algunos de nosotros todavía no entendemos el increíble y absoluto poder destructivo de esta arma y que todos debiéramos tomarnos el tiempo para considerar las terribles implicaciones de su uso".

¿Era necesario lanzar la bomba atómica contra Hiroshima? Hace 70 años nadie hablaba de reportajes volviéndose "virales" pero la publicación del artículo Hiroshima de John Hersey en The New Yorker logró precisamente eso.

Fue discutido, comentado, leído y escuchado por muchos millones de personas en todo el mundo, a medida que empezaban a comprender lo que había sucedido en realidad, no solamente a la ciudad sino a los habitantes de Hiroshima ese 6 de agosto de 1945 y en los días posteriores.

La devastación de Hiroshima

Fue en la primavera de 1946, cuando John Hersey, un condecorado corresponsal de guerra y galardonado novelista, recibió la comisión de The New Yorker para ir Hiroshima. Esperaba escribir un artículo, como otros lo habían hecho, sobre el estado de la devastada ciudad, los edificios, la reconstrucción, nueve meses después.

Los lectores que enviaron cartas a The New Yorker escribieron de su vergüenza y horror que personas comunes y correntes como ellos, secretarias y madres, médicos y sacerdotes, hubieran soportado semejante terror

Durante el viaje cayó enfermo y recibió una copia del libro "El Puente de San Luis Rey", de Thorton Wilder. Inspirado en la narrativa de Wilder sobre las cinco personas que cruzaron el puente cuando se desplomó, Hersey decidió que su reportaje sería sobre personas en lugar de edificios.

Fue esa simple decisión la que separa a Hiroshima del resto de los artículos de la época.

Una vez en Hiroshima, encontró sobrevivientes de la explosión cuyas historias relataría, empezando por los minutos antes de que la bomba fuera lanzada. Muchos años después describió el horror que sintió y cómo sólo pudo quedarse unas semanas nada más.

Hersey regresó con todos estos relatos a Nueva York. Pensó que si los enviaba desde Japón, las posibilidades de que fueran publicados era remota; los anteriores intentos de sacar del país fotos, película o reportajes habían sido interceptados por las fuerzas de ocupación de Estados Unidos. El material era censurado o incautado, algunas veces simplemente desaparecía.

John Hersey. Nacido en China, hijo de misioneros estadounidenses
Regresó a EE.UU. a los 10 años de edad, luego estudió en la Universidad de Yale
Empezó a escribir para la revista Time en 1937, reportó desde Europa y Asia durante la guerra
Su primera novela, "Una campana para Adano" (1944), sobre una aldea en Sicilia ocupada por las fuerzas de EE.UU., ganó el premio Pulitzer
Hiroshima aparece en una lista como una de las mejores piezas del periodismo estadounidense del siglo XX

Los editores de Hersey, Harold Ross y William Shawn, sabían que tenían algo extraordinario, único, y la edición se preparó en completo secreto. Nunca antes se le había dado todo el espacio editorial de la revista a un solo reportaje y no ha vuelto a ocurrir desde entonces.

Los periodistas que esperaban la publicación de sus artículos en la edición de esa semana se preguntaban dónde estaban sus pruebas de imprenta. Doce horas antes de la publicación, se enviaron copias a todos los principales diarios de EE.UU., una medida inteligente que resultó en editoriales exhortando a todos a leer la revista.

La BBC leyó todo el artículo durante cuatro noches consecutivas en un nuevo espacio, a pesar de las reservas de algunos jefes preocupados por el impacto emocional sobre los escuchas

Todo el tiraje de 300.000 ejemplares se agotó y el artículo fue reimpreso en muchos otros periódicos y revistas por todo el mundo, excepto en los lugares donde había racionamiento de material impreso.

Cuando Albert Einstein trató de comprar 1.000 ejemplares de la revista para enviarlos a sus colegas científicos, tuvo que recurrir a copias facsimilares.

El Club del Libro del Mes de EE.UU. envió una edición especial gratis a todos sus subscriptores porque, en las palabras de su presidente, "encontramos difícil de concebir cualquier otro escrito que pudiera ser más importante en este momento para la raza humana".

Dos semanas después, una copia de The New Yorker de segunda mano se vendió por 120 veces su precio original.

Si Hiroshima demuestra algo como texto de periodismo es el poder eterno de la narración. John Hersey combinó toda su experiencia como corresponsal de guerra con sus habilidades de novelista.

Cómo la bomba atómica creó superhéroes y monstruos
Fue una muestra de periodismo radical que le dio una voz vital a aquellos que apenas un año antes habían sido enemigos mortales.

En ese panorama catastrófico de pesadillas vivientes, de personas medio muertas, de cuerpos quemados y chamuscados, de intentos desesperados por cuidar de sobrevivientes destrozados, de vientos calientes y de una ciudad consumida por incendios conocemos a la señora Sasaki, al reverendo Tanimoto, a la madre Nakamura y sus hijos, al sacerdote jesuita Kleinsorge y los doctores Fujii y Sasaki.

Los seis personajes
Toshiko Sasaki - secretaria en una fábrica de unos 20 años que se encontraba a 1.500 metros del centro de la explosión, con una lesión horrible en la pierna

Reverendo Kiyoshi Tanimoto - un pastor de la Iglesia Metodista Hiroshima que padece de síndrome de irradiación aguda

Hatsuyo Nakamura - la viuda de un sastre que murió prestando servicio en Singapur y tiene hijos menores de 10 años

Padre Wilhelm Kleinsorge - un sacerdote jesuita alemán que siente la presión de ser un extranjero en Japón y sufre de exposición a la radiación Los doctores Masakazu Fujii y Terufumi Sasaki - dos médicos temperamentalmente opuestos

Los pueblos de Asia habían sido demonizados desde antes del ataque japonés a Pearl Harbor.
La "amenaza amarilla" de las tiras cómicas había calado profundamente en la psiquis estadounidense.

En 1941, la revista Time-Life publicó un artículo extraordinario para explicarle a los lectores cómo diferenciar a un japonés de un chino: "Cómo distinguir a tus amigos de los japos". Se informó que el piloto del Enola Gay -el avión que cargaba la bomba- dijo haberse sentido como el héroe de ciencia ficción Roldán el Temerario, el día que la lanzó.

Así que, apenas un año después de la guerra, estos seis retratos íntimos de cinco hombres y mujeres japonesas y uno hombre occidental, cada uno de los cuales "vio más muerte de la que jamás pensó que vería", tuvieron un impacto inesperado y devastador.

Los lectores que enviaron cartas a The New Yorker, casi todas elogiando el trabajo, escribieron de su vergüenza y horror que personas comunes y corrientes como ellos, secretarias y madres, médicos y sacerdotes, hubieran soportado semejante terror.

John Hersey no fue el primero en informar desde Hiroshima pero los reportajes y noticieros cinematográficos habían sido una avalancha de números demasiado grandes para comprender. Habían reportado sobre la destrucción de la ciudad, el hongo nuclear, las sombras de los muertos en los muros y las calles pero nunca se acercaron a aquellos que sobrevivieron esos días del fin del mundo, como lo hizo Hersey.

Algunos también empezaron a tener mayor claridad sobre esta nueva arma que continuaba matando mucho después del "mudo destello", tan brillante como el sol, a pesar de los intensos esfuerzos del gobierno y el ejército de encubrirlo o negarlo.

El libro nunca ha estado fuera de imprenta.
Hiroshima fue la primera publicación que hizo que personas comunes y corrientes, en ciudades distantes, en sus quehaceres cotidianos, enfrentaran la miseria del síndrome de irradiación aguda, comprendieran que se podía sobrevivir la explosión y todavía morir por sus efectos posteriores.

Con su prosa calmada e impávida, John Hersey reportó lo que habían presenciado los sobrevivientes. A medida que se iniciaba la carrera armamentista, apenas tres meses después de otra prueba nuclear en el atolón de Bikini, el verdadero poder de las nuevas armas empezó a comprenderse.

Tales fueron las repercusiones del artículo de Hersey, y el gran apoyo público de Albert Einstein, que el entonces secretario de Guerra de EE.UU., Henry Stimson, escribió una réplica en una revista: "La decisión de usar la bomba atómica", una desafiante justificación para lanzar el arma, cualesquiera que fueran las circunstancias.

¿Por qué Obama no pidió perdón a Japón por el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima? Cuando la noticia del extraordinario artículo llegó a Gran Bretaña, resultó demasiado largo para su publicación en una época de racionamiento de papel impreso y John Hersey no permitía que fuera editado.

Así que la BBC siguió el ejemplo de la radio en EE.UU. y, unas seis semanas después, fue leído en su totalidad a lo largo de cuatro noches consecutivas en un nuevo espacio, a pesar de las reservas de algunos jefes preocupados por el impacto emocional sobre los escuchas.

La revista de la BBC, Radio Times, comisionó al celebrado autor y locutor Alistair Cooke a escribir una larga pieza de fondo. Haciendo alusión a que el artículo fue publicado en The New Yorker, reconocida como una revista de ingeniosos dibujos humorísticos, Cooke llamó su pieza "El chiste más mortal de nuestra época".

Los índices de audiencia fueron tan altos que la BBC decidió retransmitir la lectura en su estación de programación popular en una sola leída, unas semanas después, para asegurar que más personas la escucharan.

Esa estación tenía como misión, de acuerdo al manual de la BBC de ese año, "entretener a los escuchas e interesarlos en actualidad mundial general sin olvidar el entretenimiento". Hubo poco entretenimiento en este programa de dos horas. El crítico del diario The Daily Express, Nicholas Hallam, dijo que fue la trasmisión más horripilante que jamás había escuchado.

Hersey nunca se olvidó de sus sobrevivientes. En 1985, para el 40 aniversario de la bomba, regresó a Japón La BBC también invitó a John Hersey a ser entrevistado y su respuesta por telegrama se encuentra en los archivos de la corporación: "Hersey muy agradecido invitación BBC interés y cobertura Hiroshima pero siempre mantenido política dejar la historia hablar por sí sola sin palabras adicionales mías u otros".

En efecto, Hersey concedió únicamente tres o cuatro entrevistas durante toda su vida. Tristemente, ninguna para la BBC.

Una grabación de la lectura de Hiroshima en 1948 se encuentra todavía en los archivos de la BBC.

El efecto de las claras voces inglesas contando esta desgarradora historia es impactante. Revela una prosa rítmica y frecuentemente poética y irónica. Una de las lectoras es la joven actriz Sheila Sim, recién casada con el actor Richard Attenborough, posteriormente un galardonado director de cine.

El momento exacto de la explosión quedó congelado para siempre en este reloj que se encontró en Hiroshima. Ese noviembre, Hiroshima fue publicado en formato de libro. Fue rápidamente traducido a muchos idiomas, incluyendo una edición en braille.

Sin embargo, en Japón, el general Douglas MacArthur, el comandante supremo de las fuerzas de ocupación y que gobernó Japón hasta 1948, prohibió rotundamente la difusión de cualquier reportaje sobre las consecuencias de los bombardeos.

Las copias de los libros y la edición pertinente de The New Yorker fueron vetados hasta 1949, cuando el texto finalmente fue traducido al japonés por el revevendo Tanimoto, uno de los seis sobrevivientes en el artículo de Hersey.

Hersey nunca se olvidó de esos sobrevivientes.
En 1985, en el aniversario 40 de la bomba, regresó a Japón y escribió "Las Secuelas", la historia de lo que había sucedido con ellos en el transcurso de cuatro décadas. Dos de ellos ya habían muerto, uno sin duda de una enfermedad relacionada a la radiación.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-37187286