jueves, 11 de julio de 2019

_- Muere Marta Harnecker, divulgadora del pensamiento marxista. La pensadora chilena recibió el premio Nacional del Libro en Venezuela en 2006 y el premio Libertador en 2016.

_- Durante una entrevista en Madrid. CLAUDIO ÁLVAREZ

En 1969 apareció un primer libro de Marta Harnecker (Chile, 1937-Canadá, 2019) que, en no pocos sentidos, marcó a buena parte de la generación universitaria española de entonces y ha seguido luego influyendo en América latina: Los conceptos elementales del materialismo histórico. Nacida en una familia chilena de origen austriaco y de tradición católica, recibió una formación ideológica vinculada al cristianismo hasta que, en un viaje a Cuba en 1960, descubrió el marxismo al que se entregó por completo. La pensadora falleció el pasado 15 de junio en Canadá aquejada de un cáncer al que no pudo vencer.

MÁS INFORMACIÓN Muere Marta Harnecker, divulgadora del pensamiento marxista "La nueva izquierda debe hacer posible lo imposible" La filósofa Marta Harnecker se querellará contra una editorial española Pensadores de varios países debaten en Galicia sobre Latinoamérica

De Cuba se desplazó en 1962 a Francia, donde estudió con un hombre llamado en aquellos años a influir de una forma tajante en el marxismo de la época: Louis Althusser. Para bien o para mal, el pensamiento marxista de finales de los sesenta y principios de los setenta está marcado por la figura de este profesor, militante del Partido Comunista Francés y empeñado en descubrir que había no uno sino dos Marx. Althusser fue considerado entonces una especie de síntesis (para usar el lenguaje de la época) entre la dialéctica de origen hegeliano y el estructuralismo.

Además de defender una visión materialista de la realidad enfrentada al idealismo, el materialismo histórico pretendía afirmar un sentido casi inevitable de la historia que llevaría a un progreso constante en las condiciones materiales de la humanidad, al tiempo que un avance en la libertad. Hechos ambos en absoluto ajenos a la acción de los propios humanos. Durante su etapa cubana, Marta Harnecker se casó con Manuel Piñeiro, responsable de los servicios de seguridad de la isla y conocido como 'comandante Barbarroja', que falleció en accidente de automóvil en 1998 y con quien tuvo una hija. Posteriormente contrajo matrimonio con el economista canadiense (aunque nacido en Estados Unidos), Michael Lebowitz.

Tras haber pasado por Cuba y Francia, Marta Harnecker colaboró decididamente con la izquierda chilena. Tras el golpe de estado de Pinochet, se instaló en La Habana, donde fue asesora del gobierno de Fidel Castro. Posteriormente colaboró también con los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela. De hecho, uno de los últimos títulos publicados en España, Ideas para la lucha (El Viejo Topo), es la recopilación de diversos textos escritos en su etapa venezolana, en los primeros años de este siglo, aunque revisados tiempo después para su publicación en libro.

Entre otros premios, obtuvo el Nacional del Libro en Venezuela en 2006 por Haciendo camino al andar y el premio Libertador, en 2016 por Un mundo a construir (El Viejo Topo), una versión actualizada de El socialismo del siglo XXI.

De la influencia de Althusser en el conjunto del pensamiento europeo puede dar una idea, además de las polémicas con algunos autores ingleses, la atención que no pocos pensadores le dedicaron en España. Sin ir más lejos, el primer libro del actual presidente del Senado, Manuel Cruz, se titula La crisis del estalinismo: el caso Althusser, mientras que por las mismas fechas se publicaba un texto firmado por Josep Ramoneda y Lluís Crespo: Sobre la filosofía y su no lugar en el marxismo, heredero también de la reflexión althusseriana.

Los libros de Althusser se leen hoy menos, pero el primer título que firmó Marta Harnecker va por la 68ª edición, lo que indica que, pese a su cercanía a una especie de catecismo de izquierdas, sigue siendo devorado por las nuevas generaciones, sobre todo en los países latinoamericanos.

Sería, de todas formas, injusto, reducir la obra de Marta Harnecker a ese manual porque ella se dedicó no sólo a divulgar el pensamiento marxista. Buena parte de sus textos están dedicados al análisis del mundo contemporáneo desde una perspectiva que oscila entre la sociología y el periodismo. Una reciente reseña en Rebelión recoge hasta 89 títulos suyos. No pocos de ellos relativamente recientes y dedicados al análisis de los problemas de la izquierda contemporánea, siempre desde una visión que podría ser definida como ortodoxa. La mayoría de esos títulos han sido publicados en diversos países y en España hay diversas ediciones en la editorial El Viejo Topo.

_- Grecia, regreso al pasado. La izquierda en su laberinto

_- Dabid Lazkanoiturburu
Gara

El electorado griego ha optado por castigar la incapacidad –¿imposibilidad?– de la Syriza de Alexis Tsipras de enfrentarse a las exigencias de la Unión Europea en materia de recortes sociales, lo que le ha llevado a votar mayoritariamente por un viaje al pasado devolviendo el gobierno a la derecha de Nueva Democracia, corresponsable junto con el socialdemócrata Pasok de una deriva que descubrió en el contexto de la crisis global de 2008 que Grecia era un Estado económica y socialmente fallido.

El triunfo por mayoría absoluta de Kyriakos Mitsotakis –posible por los 50 diputados adicionales con los que la derogada en 2016 pero el domingo aún vigente ley electoral premió a la formación más votada– supone además el regreso al poder de las grandes dinastías políticas del país heleno. El primer ministro electo es hijo de Konstantinos Mitsotakis, quien ejerció el mismo cargo en los noventa, su tía fue ministra de Exteriores y de Cultura y su sobrino ostenta hoy la Alcaldía de Atenas.

El incontestable triunfador de las elecciones del pasado domingo aduce que sus relaciones familiares habrían supuesto más dificultades que impulsos a su carrera y se presenta como «liberal» en relación a sus ancestros pero engaña a pocos en Grecia. Menos cuando se echa un simple vistazo a su biografía, con estudios en las prestigiosas universidades de Harward y Stanford, su trabajo en consultoras financieras y bancos y su etapa de ministro de Reforma Administrativa entre 2013 y 2015 durante el mandato de Antonis Samaras.

Una etapa en la que a Konstantinos Mitsotakis no le tembló el pulso para impulsar recortes draconianos contra funcionarios y empleados laborales, recortes que al fin y a la postre posibilitaron por aquel entonces la victoria electoral de la coalición de izquierdas de Syriza, liderada por Tsipras.

¿Cómo es posible que Nueva Democracia haya logrado cuatro años después el 39,8% de los votos –en 2015 se quedó en un 28%– , condenando a la sociedad griega a viajar en una máquina del tiempo a un pasado que está en buena parte, y con la complicidad de la UE y de los acreedores alemanes, en el origen del drama que sufre el país?

El primer factor a tener en cuenta es el voto de castigo a Syriza. Más que ante un voto de castigo sensu stricto, estaríamos ante una suma de factores como la movilización del voto contra la izquierda, alimentada por la ira de sectores de la clase media irritados por el incremento de impuestos decretado por Tipras.

Su rival ha hecho campaña prometiendo una rebaja no menos draconiana de impuestos, que tendrá como primeros beneficiarios a las empresas con una reducción en casi 10 puntos del impuesto de sociedades. Mitsotakis, que prometió ayer el cargo «en nombre de la santísima e indivisible Trinidad», asegura que la disminución de ingresos fiscales será suplida por un crecimiento económico anual del 4%, una previsión que los economistas miran con una mezcla de sorna y desconfianza.

A ese voto seducido por el falso axioma neoliberal –la bajada de impuestos genera riqueza ¿para todos?– se le suma la deserción del voto joven, que en 2015 optó por las esperanzas generadas por Syriza.

De poco le ha servido a Tsipras haber rebajado la edad para votar a los 17 años. Ya en las elecciones al Parlamento de Estrasburgo del 26 de mayo fueron más los jóvenes que votaron a Nueva Democracia que a la coalición de izquierda. Pero ha sido la abstención juvenil, más que el voto activo, lo que ha castigado a Syriza.

Este hartazgo se explica perfectamente por el hecho de que uno de cada dos jóvenes está en paro y que muchos de los que no están en la lista de desempleo huyen al exilio europeo o canadiense en busca de futuro.

Otro elemento sobre el que los grupos mediáticos que desde Europa saborean la derrota de Tsipras tiene que ver con su decisión de acordar una salida al contencioso histórico con la Antigua República Yugoslava de Macedonia, por el que esta ha pasado a llamarse Macedonia del Norte, lo que le abre oficialmente las puertas de la UE y de la OTAN pero que ha indignado al 60-70% del electorado griego, sobre todo en la región de Macedonia y su capital, Salónica.

La decisión, fuertemente aplaudida en Europa Occidental, y que supone el arreglo pacífico de un litigio en los siempre convulsos Balcanes, supuso el final de la coalición de gobierno entre Syriza y la formación panhelena de los Griegos Independientes, que ha desaparecido del mapa. Es difícil calibrar el impacto de esta cuestión en las elecciones pero no hay duda de que lo ha tenido, más en el seno de una sociedad que suple sus crisis existenciales con antiguas nostalgias y viejas rivalidades, como la que históricamente le enfrenta a Turquía.

Con todo eso y más, sorprende incluso que Syriza haya cosechado el 31,5% de votos, cuando las encuestas le auguraban un descalabro por debajo del 25% y apuntaban a que quedaría 15 puntos por detrás de la derecha. La coalición de izquierda pierde solo cuatro puntos con respecto a 2015, cuando tras convocar y ganar un referéndum contra los recortes-amenazas de la UE dio marcha atrás y volvió a convocar elecciones para legitimar su aggiornamiento.

Fue el 23% que Syriza cosechó en las elecciones europeas de mayo el que llevó a Tsipras a adelantar en unos meses las elecciones en un salto adelante con el que soñó que podía retomar la iniciativa y dar un vuelco a los pronósticos, táctica que a lo largo de su legislatura le ha dado no pocos resultados.

Es evidente que esta vez ha fallado, pero sin duda sorprende el hecho de que los mismos que vieron con malos ojos la irrupción de Syriza en medio de la grave crisis iniciada hace una década le acusen ahora de haber incumplido las promesas por las que acusaban de populista al movimiento. Y que saluden ahora las promesas no menos populistas –desde el otro extremo– y posiblemente menos realizables de Mitsotakis.

En la misma línea, muchos análisis certifican el regreso de la estabilidad política y del bipartidismo a Grecia. Y no les falta razón, salvo por el hecho de que uno de los dos protagonistas de esa bipolarización es la propia Syriza, que junto con Nueva Democracia suma el 70% de los votos.

Tras su paso por el poder –ha sido el único partido en completar la legislatura en la historia reciente del país– la formación de Tsipras se convierte en la alternativa a la derecha frente a un Pasok (histórica formación socialdemócrata helena) que, bajo las siglas de la coalición de centro Kinal, se quedó con un 8%, dos escasos puntos por encima respecto a 2015. Por lo que toca al partido MeRa25, del exministro de Finanzas Yanis Varoufakis, consiguió con un 3,4% superar el umbral para lograr la representación en el Parlamento, lo que permite la irrupción de quien fue abanderado del rechazo al chantaje de la UE durante las «negociaciones» de 2015. Totalmente distanciado con Tsipras, la formación de Varoufakis ha recogido parte del voto desencantado con Syriza pero está a años luz de conformar una alternativa. Como lejos están los comunistas, una formación endogámica y de ribetes estalinistas que siempre consigue los mismos –parcos pero dignos– resultados en las elecciones griegas.

Otra cosa es el debate en torno al futuro de la izquierda, no solo griega sino a escala europea, en unos tiempos en los que la derecha está a la baja pero sigue teniendo pulso, sobre todo en el este, y en los que la socialdemocracia se escora al centro incluso en sus históricos feudos, como los países nórdicos.

Sin olvidar a la extrema derecha que, frente a análisis prematuros, no ha desaparecido en Grecia sino que se ha diversificado al irrumpir en el Parlamento una nueva formación, Solución Griega, que ha dejado a los neonazis de Amanecer Dorado a décimas del 3% para tener representación y escaños.

En fin, que a la izquierda griega, como a la europea, le aguardan años de oposición y de una tarea hercúlea en la que deberá superar la dicotomía entre unas promesas que es incapaz de cumplir y un posibilismo que le limita como proyecto.

Fuente:
https://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2019-07-09/hemeroteca_articles/regreso-al-pasado-en-grecia-y-la-izquierda-en-su-laberinto

Amancio Ortega se topa con Hacienda. El Supremo sentencia que el hombre más rico de España debe pagar 33 millones extras que le exigió la inspección por el impuesto de patrimonio de 2001 a 2003

El Supremo desestima un recurso de Amancio Ortega contra Hacienda

El presidente de Inditex aludía discrepancias en unas pérdidas patrimoniales de 241 millones

Con fecha 10 de noviembre de 2005, el presidente de Inditex presenta alegaciones en las que refiere un error en la calificación del IRPF de 2002 y manifiesta que incluyó como pérdida patrimonial con un periodo de generación inferior al año la cantidad de 241,23 millones de euros, cuando debería haberse imputado a la parte especial de la base imponible por haber sido generada en un plazo superior a un año.

Ante esta reclamación, la Inspección desestimó su petición, al considerar que debería incluirse en la parte general. "La base especial recogerá únicamente las pérdidas que tengan su origen en la transmisión de elementos patrimoniales adquiridos con más de un año de antelación a la fecha de transmisión", señala el Supremo, que afirma que esta circunstancia "esencial" no concurre en este caso.

Así, según el Supremo, la pérdida patrimonial procedía de la cancelación por parte del recurrente del derecho de opción de compra recogido en el contrato con su mujer. "Nos encontramos, pues, ante la simple extinción de una obligación mediante el abono de una indemnización, sin existencia de transmisión de elementos patrimoniales", señala.

"Si se hubiera procedido a entregar las acciones de Inditex para cumplir el contrato de opción, la pérdida sufrida se integraría en la parte especial de la base imponible, mientras que la pérdida sufrida como consecuencia de la liquidación del contrato de opción pasa a la parte general", afirma.

https://elpais.com/economia/2013/07/04/actualidad/1372963389_512113.html

miércoles, 3 de julio de 2019

_- 19-06-2019 Marta Harnecker, la educadora popular

_- Luis Hernández Navarro
La Jornada

Desde comienzos de la década de 1960, la chilena Marta Harnecker fue una autora clave en la difusión del marxismo en América Latina. Su obra fue esencial en la formación de sucesivas generaciones de militantes de izquierda en el continente. Sus trabajos fueron parte sustancial y alimentaron el boom del marxismo en la región.

Desde su aparición en 1969, su libro Los conceptos elementales del materialismo histórico, editado por Siglo XXI, de Arnaldo Orfila, y Cuadernos de Educación Popular, se convirtieron en herramientas teóricas fundamentales en escuelas de cuadros y círculos de estudio. En 1982, se habían publicado 47 ediciones y más de medio millón de copias del primero, además de múltiples ediciones piratas.

Ambos textos, sustituyeron como materiales de estudio a libros como El ABC del comunismo y Teoría del materialismo histórico, de Nicolás Bujarin; el Manual de economía política, de P. Nikitin; Los fundamentos de filosofía marxista, de F. V. Konstantinov, o el Manual de marxismo-leninismo, de la Academia de Ciencias de la URSS.

Los conceptos elementales fue escrito por Harnecker en París, al convertir en pequeño manual, el texto sobre materialismo histórico que había preparado para impartir clases a un círculo de estudiantes latinoamericanos. Sin embargo, pueden rastrearse huellas de este trabajo en la revista chilena Punto Final. Buscó así, acercar a nuevos lectores, el redescubrimiento del marxismo realizado por su mentor Louis Althusser. Le apasionaba su enfoque del marxismo como ins­trumento de transformación social.

A pesar de la aparente accesibilidad del libro, Harnecker se topó con la realidad de que su manual de teoría de la historia no era lo suficientemente comprensible. Redactó entonces Cuadernos de educación popular para explicar de la manera más sencilla la teoría marxista y sus conceptos a personas sin instrucción académica.

Católica militante, marcada por el tema de la pobreza, la sicóloga Marta Harnecker había llegado a Francia con una beca en 1963. El libro del filósofo católico francés Jacques Maritain sobre humanismo cristiano era para ella, en ese momento, una especie de Biblia. Se acercó al marxismo. Leyó a George Politzer y a Charles Bettelheim. En 1964 conoció al filósofo Louis Althusser, con quien cultivó una estrecha amistad. Participó en el seminario Para leer El capital (https://vimeo.com/105407390).

De regreso a Chile, militó en la organización revolucionaria Ranquil y luego se incorporó al Partido Socialista. Aprendió periodismo en la práctica, realizó reportajes y, en pleno periodo presidencial de Salvador Allende, dirigió la revista Chile Hoy. Como periodista se dedicó a recoger la voz de los de abajo.

Exiliada en Cuba tras el golpe de Estado en su país, comenzó a sistematizar las experiencias de las izquierdas de América Latina, entrevistando a sus principales dirigentes. Reconstruyó así procesos tan diversos, como el de las guerrillas centroamericanas o colombiana, el Frente Amplio de Uruguay, el Movimiento Sin Tierra y el PT de Brasil, y los gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa. En La izquierda en el umbral del siglo XXI, libro publicado en 1999, al comienzo del ciclo de los gobiernos progresistas en el continente, señalaba que había entrevistado a 38 figuras de izquierda de máximo nivel, y a casi 100 de cuadros dirigentes de segundo nivel.

Como señala Jaime Ortega, entre sus primeros trabajos de educación popular y los posteriores de largo aliento hay una bisagra: las entrevistas a Mario Payeras y Cayetano Carpio. En ellas aborda la elaboración del andamiaje conceptual para comprender la importancia de las luchas centroamericanas.

En uno de sus últimos trabajos, Un mundo a construir, Harnecker sostuvo que la izquierda convertida en gobierno puede usar el aparato de Estado heredado para construir la nueva sociedad. Lo puede hacer, si cumple tres condiciones: que las instituciones estatales estén dirigi­das por cuadros revolucionarios dis­puestos a transformarlas; que el pueblo organizado sea capaz de controlar su quehacer y presionar por transformarse, y que se cambien las reglas del juego ­institucional.

Autora de casi 90 libros, Harne­cker nunca trabajó en una universidad. Su obra es una bitácora de las luchas de liberación latinoamericana. Más que otra cosa, fue una educadora popular. Escribió para dotar a los trabajadores de herramientas para luchar, para reflexionar, documentar su optimismo y construir otro sentido común.

En México, Marta fue más conocida por sus trabajos iniciales sobre materialismo histórico que por su cartografía de las luchas latinoamericanas. Aunque tuvo interlocutores permanentes de enorme altura intelectual como Pablo González Casanova, sus críticos quisieron reducir su obra a una expresión de marxismo de manual. Sin embargo, su legado va mucho más allá de este señalamiento. El marxismo está vivo en el país, en parte, porque encarnó en una generación de dirigentes magisteriales, urbano-populares y campesinos, que se formaron con los libros de Harnecker. Su obra facilitó que herramientas teóricas, antes reservadas a los especialistas, sedimentaran en la práctica política y en la visión del mundo de estos activistas.

Twitter: @lhan55

Fuente:
http://www.jornada.com.mx/2019/06/18/opinion/016a2pol

_- Qué diferencia el "terrorismo machista" del que habla Pedro Sánchez y la "violencia intrafamiliar" de Vox. Cada forma de llamar a la violencia contra las mujeres tiene implicaciones distintas

_- El acuerdo entre Vox y el Gobierno andaluz (PP y Ciudadanos) para desbloquear los presupuestos incluye un teléfono de atención "a las víctimas de la violencia intrafamiliar". En el programa de Vox para las elecciones generales, el partido proponía "una ley de violencia intrafamiliar" que sustituyese a la actual Ley de Violencia de Género. Una ley, dice Vox, "que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños".

Pero la violencia de género y la violencia intrafamiliar no son lo mismo. "La violencia de género es la que el hombre ejerce contra la mujer por el hecho de ser mujer. La violencia familiar, o intrafamiliar como dice Vox, es la que se da entre miembros de la familia, sea cual sea el miembro. De padres a hijos, de madres a hijos, de abuelas a nietos... Tiene una naturaleza distinta", explica Paz Lloria, codirectora del Máster en Derecho y Violencia de Género en la Universidad de Valencia.

Lloria cree que Vox introduce el término violencia intrafamiliar “para obviar la causa de la violencia de género, que es la desigualdad. Si ellos convencen de que la violencia de género es como cualquier otro tipo de violencia, se desdibuja lo que nos ha costado conseguir que se entienda: que la razón de la violencia es la desigualdad y la atribución de roles”. “Si se quiere negar la desigualdad y el componente de género de la violencia es porque hay votos en un yacimiento machista”, comenta María Ángeles Jaime de Pablo, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.

Sin embargo, la mayoría de los partidos sí hablan de violencia de género y ponen ahí el foco. Isabel Muntané, codirectora del Máster en Género y Comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona, cree que el mérito en este avance social corresponde al movimiento feminista: “Cuando se consiguió hacer ver que no era una violencia del ámbito privado, se dejó de llamar violencia conyugal y doméstica. Al hacer entender que es un tema social, conseguimos instaurar el término de violencia de género y machista. A través del lenguaje se ha conseguido cambiar la sociedad y la concepción de este problema”. Según ha avanzado la conciencia de que esta violencia es un problema social y no solo privado, el lenguaje también ha ido cambiando. Al igual que las leyes y las penas.

No había conciencia de género

Según el Código Penal de la dictadura franquista y hasta 1989, no había diferencias entre la violencia del hombre contra la mujer o de la mujer contra el hombre. Cualquier asesinato dentro de la familia, lo cometiera el hombre o la mujer, se denominaba parricidio. Y daba igual si era de marido a mujer o de hijos o padres: lo importante era el nexo familiar. Estaba penado con pena de reclusión mayor o muerte -hasta 1978, con la abolición de la pena capital-.

"Los maridos que maltrataren a sus mujeres aun cuando no las causaren lesiones" eran castigados a penas de cinco a quince días de arresto menor, siempre y cuando esas lesiones "no impidan al ofendido dedicarse a sus trabajos habituales, ni exijan asistencia facultativa", indicaba el Código Penal. La pena era la misma si la agresora era la mujer a otro miembro de la familia: no se tenía en cuenta el factor de género. “Hasta ese momento, tolerábamos un cachete del padre de familia como forma de corrección, tanto para los niños como para las mujeres. Por eso si una mujer acudía a la Guardia Civil, era habitual que se pensara algo habrás hecho”, añade Lloria.

La reforma del Código Penal de 1989 introduce el concepto de malos tratos. “Dentro del ámbito familiar, lo que se exceda de ese derecho a corregir y sea habitual, se considera maltrato. Esta novedad llega con el cambio en el Código Penal”, explica Lloria. Hasta entonces, no había diferencia en la consideración o la pena de este tipo de violencia y las lesiones leves cometidas fuera del ámbito familiar. Con este cambio, los golpes a un familiar (siempre que fueran habituales) se castigaban más que los ejercidos contra otra persona. Sin embargo, seguía sin haber una distinción especial para la violencia ejercida por el hombre contra la mujer.

Sin esa distinción, estas violencias recibían denominaciones que incidían en el carácter privado de las agresiones: violencia conyugal, doméstica, familiar… En los años 90, podemos encontrar todas estas acepciones en artículos periodísticos, pero no en textos legislativos.

El término “violencia de género” se empezó a usar en 1995, como adaptación al castellano del inglés “gender violence”. Se popularizó en el Congreso sobre la Mujer de 1995. Tardó muchos años en instalarse en España, como prueba la cobertura periodística del asesinato de Ana Orantes en 1997. Fue el caso que cambió la visión de este tipo de violencia en España.

El asesino fue catalogado como parricida en varias crónicas. Y se habló, principalmente, de violencia conyugal y de violencia doméstica, como recoge este estudio de Diana Fernández Romero, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos especializada en violencia de género. Diez años después del asesinato de Orantes, en 2007, Fernández señalaba que los medios apenas “hablan ya de parricidio, violencia doméstica, conyugal o familiar, y muchos de violencia de género, sexista o machista”. En este cambio tuvo mucho que ver la Ley de medidas de protección integral contra la Violencia de género aprobada en 2004.

Violencia de género y violencia machista

“Hasta 2004, la pena era la misma fuera quien fuera quien ejerciera la violencia. No se diferenciaba si el agresor era hombre o mujer”, explica Lloria. Esta norma, obra del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, introduce por primera vez la perspectiva de género en la legislación española.

El propio nombre de la ley generó mucho debate. La Real Academia de la Lengua recomendó que la norma se llamase "Ley integral contra la violencia doméstica o por razón de sexo”. Entonces, la RAE indicó que, según sus datos, las formas más comunes de referirse a este fenómeno eran violencia doméstica, violencia intrafamiliar, violencia familiar y violencia contra las mujeres.

El Gobierno acabó apostando por violencia de género, que definía así en la ley: “Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”. Por primera vez, la violencia contra la mujer tenía una categoría y una pena especial, reconociendo la dimensión del problema.

Sin embargo, este concepto aún dejaba fuera algunos tipos de violencia. La violencia de género es la ejercida por hombres que mantienen una relación afectiva con la víctima. ¿Y la violencia de hombres contra mujeres que no conocen o con las que no mantienen relaciones afectivas? Para ese tipo de violencia, en las que también se da una situación de desigualdad, existe el término violencia machista. O violencias machistas. “Se suele decir en plural para mostrar la cantidad de ejemplos existentes: las que se dan en la calle, en el trabajo, las cotidianas del día a día…”, explica Muntané.

Violencia machista es un concepto que está aceptado a nivel social o mediático, pero de momento no está recogido en las leyes. Es un término que se ha ido adaptando para incidir en que la violencia no es solo una cuestión afectiva o privada. Precisamente el matiz que excluyen conceptos como violencia intrafamiliar, el utilizado por Vox en varias ocasiones.

Otro término, mucho menos extendido, es el de terrorismo machista. Se usa al menos desde 2001, cuando el ex delegado de Gobierno contra la Violencia de Género Miguel Lorente hablaba de “terrorismo de género” en su libro de Mi marido me pega lo normal. “Por entonces, asociaciones de mujeres ya utilizaban el término terrorismo para llamar la atención sobre la gravedad de estos asesinatos”, cuenta Lorente en este artículo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló de "terrorismo machista" en una de sus primeras entrevistas en el cargo.

* También puedes seguirnos en Instagram y Flipboard. ¡No te pierdas lo mejor de Verne!

martes, 2 de julio de 2019

Entrevista al geógrafo marxista David Harvey "Veremos un resurgimiento de la izquierda, pero tiene que buscar una nueva voz"

Edgar Sapiña
El diario

- "Tenemos que quitarnos el capitalismo de nuestras cabezas", asegura uno de los científicos sociales de referencia para los movimientos de izquierdas

- Harvey piensa que algunas mujeres y ecologistas se benefician del neoliberalismo, aunque "las problemáticas principales están fuera de la dinámica capitalista"

- "No me emociona demasiado la idea de una Catalunya independiente, creo que no va a suceder y no creo que la Unión Europea lo vaya a aceptar", opina.
David Harvey en su despacho de la City University of New York (CUNY)
David Harvey en su despacho de la City University of New York (CUNY) ABEL ALBET

David Harvey (Gillingham, 1935) es un geógrafo marxista de origen británico que trabaja como profesor en la City University of New York (CUNY) y que se ha convertido en uno de los científicos sociales de referencia para muchos movimientos de izquierdas. Estos días visita Barcelona para presentar su nuevo libro La lógica geográfica del capitalismo (Icaria Editorial), una obra biográfica en la que se ofrece un repaso histórico de la trayectoria del autor, una entrevista realizada en 2015, nuevos textos traducidos al castellano y un capítulo inédito.

Usted se define como anticapitalista antes que socialista, comunista, anarquista o populista. ¿Por qué?

El capital tiene mucha influencia sobre muchos aspectos de la vida diaria. No es solo la economía. Es la cultura, la forma de pensar o las estructuras de conocimiento. Conceptos como el comunismo o el socialismo suelen estar muy asociados con una concepción del mundo muy rígida. Las relaciones sociales entre las personas deben ser transformadas, pero esto requerirá muchas transformaciones mentales. Por eso pienso que tenemos que quitarnos el capitalismo de nuestras cabezas, así como de las calles y de la vida.

¿Y el anticapitalismo es un término que engloba más aspectos que conceptos como el socialismo o el comunismo?

Sí. Creo que no estamos en una posición como para describir ahora una alternativa al capitalismo y quiero escapar de la caja que es el comunismo, el socialismo o el anarquismo.

Después de un periodo de silencio, parece que en los últimos años ha habido un interés creciente por el comunismo. Aquí en España, por ejemplo, en 2017 Alberto Garzón publicó Por qué soy comunista. ¿Cómo se materializa el comunismo hoy?

No lo sé. Tampoco sé qué piensa Garzón sobre el comunismo. De lo que estoy seguro es de que los niveles de desigualdad actuales son inaceptables. No creo en una absoluta igualdad, creo que ciertas desigualdades son interesantes, pero ciertamente las desigualdades de ingresos están revirtiendo muchas de las cosas que deberíamos poder alcanzar.

Una de las cosas en las que pienso más al final del día es en la calidad de las relaciones sociales entre las personas. Uno de los efectos de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha sido la degradación de las relaciones entre grupos de inmigrantes o entre grupos con diferentes orientaciones sexuales. La transformación de estas relaciones sociales está yendo en una dirección muy negativa.

¿El comunismo ha evolucionado desde la caída del muro de Berlín en 1989 o la disolución de la Unión Soviética en 1991?

El comunismo es crítico, obviamente ha evolucionado desde 1989 y creo que, de alguna forma, el colapso de la Unión Soviética y todo lo que ello supuso permitió la reevaluación de lo que debía ser el proyecto comunista. Tenemos un gobierno en China que se llama a sí mismo comunista. Mucha gente no se lo toma en serio, pero deberían hacerlo. Lo que deben hacer o hacia dónde tienen que ir es una gran pregunta para mí.

¿Cree que es una sociedad comunista?

No, no es una sociedad comunista, pero ideológicamente ellos han reivindicado que para el año 2050 serán una sociedad plenamente socialista. Yo me tomo muy en serio esa proclamación, a pesar de algunas medidas que han adoptado, como el intercambio mercantil capitalista. Hay problemas de desigualdad social y de degradación ambiental, pero todos los países los tienen. Ellos han dicho que serán plenamente socialistas para el año 2050 y esto significa combatir el problema medioambiental y la desigualdad social.

Una de las cosas que sabemos de China es que cuando dicen que van a hacer algo lo hacen y lo hacen muy rápido, no son demócratas para nada, pero no hay que subestimar las posibilidades que tiene China. Trump está organizando una política antichina ahora mismo y es un profundo error por parte de los Estados Unidos, porque está empujando a China a ser más autónoma.

Dos de las corrientes de pensamiento más recientes son el feminismo y el ecologismo. ¿Cómo coexisten estos dos movimientos con el sistema económico actual?

Una de las cosas interesantes de estos dos movimientos es que el neoliberalismo ha puesto desde 1970 un gran énfasis en el emprendimiento y ha abierto la posibilidad a que el feminismo use esta ideología para crear lo que podríamos llamar un feminismo corporativo. Ese es el feminismo de Hillary Clinton, un tipo de emprendimiento satisfactorio en el que, por supuesto, hay la posibilidad de que las mujeres ocupen posiciones importantes en el mundo académico, por ejemplo. Lo mismo podría ocurrir con el multiculturalismo y la orientación sexual.

El neoliberalismo puede ser visto como una apertura que permite un progreso en los derechos del colectivo LGTBI y de las mujeres. De todos modos, creo que muchas feministas se están dando cuenta de que el neoliberalismo no es la solución sino que es su enemigo prioritario. Hay una transformación en algunas pensadoras feministas que dicen que no pueden lograr sus objetivos desde el neoliberalismo y que hay que moverse hacia unas posiciones anticapitalistas. Lo mismo se puede decir del movimiento ecologista.

Entonces, ¿es compatible defender el capitalismo a la vez que el feminismo y el ecologismo?

Si defiendes el sistema económico actual te encontrarás defendiendo un tipo de feminismo que se basa en incorporar más mujeres en empresas, pero el problema ahora mismo son las condiciones salariales de las mujeres trabajadoras, que están viviendo en unas condiciones muy difíciles. Ellas son las que están sufriendo las políticas neoliberales. Mientras que una mujer de clase media se puede beneficiar del neoliberalismo, muchas de las trabajadoras están sufriendo mucho bajo las políticas de austeridad. Algunas mujeres y ecologistas se benefician del neoliberalismo, pero las problemáticas principales están fuera de la dinámica capitalista.

¿Usted cree que en los próximos años el capitalismo evolucionará y defenderá el ecologismo, en aras de generar un beneficio económico de ello, o se mantendrá en el mismo punto en el que está ahora?

El ecologismo forma parte de un gran negocio, hay sectores del mercado que están tratando de lidiar con el cambio climático. No digo que el capitalismo no haya prestado atención a las cuestiones medioambientales, lo que cuestiono es el límite del beneficio capitalista. La industrialización de la agricultura, por ejemplo, ha creado un serio efecto secundario. Estos son problemas que llevan al límite la capacidad del sistema económico capitalista.

¿Las problemáticas que van más allá de lo material invisibilizan la lucha de clases?

Hay una tendencia que consiste en evitar la cuestión de clase, particularmente desde la caída de la Unión Soviética había una tendencia que decía que Marx y el conflicto de clases sociales estaban muertos. Si preguntamos ahora mismo cuáles son los agentes activos, en términos de políticas de izquierdas, ya no son los trabajadores fabriles. La clásica visión del proletariado que se va a emancipar es el trabajador de una fábrica.

El problema principal es preguntarse quién es el proletario hoy en día. Cuando nos hacemos esta pregunta tenemos que pensar en una configuración distinta. El otro día, cuando estaba en un aeropuerto, miré por la ventana y vi la fuerza del trabajo. ¿Quién hace funcionar un aeropuerto? Cuando miras a los Estados Unidos, ves a mucha gente de color, muchos inmigrantes y mujeres asalariadas. Si toda esta gente de golpe deciden hacer huelga, el aeropuerto tiene que cerrar. El capital estaría completamente bloqueado. Este es el nuevo proletariado.

En esta década los partidos de extrema derecha han crecido. De hecho, en las últimas elecciones europeas han ganado en Francia, el Reino Unido, Italia, Hungría y Polonia. ¿Cómo deben responder los partidos de izquierdas, ya que una parte de los votantes de extrema derecha son antiguos votantes de izquierdas?

Hace falta una reorientación de las políticas de izquierdas y creo que las bases institucionales de las políticas de izquierdas no han sobrevivido demasiado bien. Las políticas de izquierdas han fallado en gran medida en los últimos 10 o 15 años, con algunas excepciones. Por ejemplo, el auge inicial de Podemos fue una cosa muy positiva, pero creo que está aún en formación. Hay una vasta parte de la población descontenta con las políticas neoliberales. Es un momento muy interesante. Tengo la sensación de que en un futuro muy próximo veremos un resurgimiento de la izquierda, pero tiene que buscar una nueva voz y hablar de un modo distinto. La conversación debe estar basada en una configuración ideológica distinta.

¿En qué se debe basar esa conversación?

Tiene que estar basada en cómo entender las políticas anticapitalistas en la actual conjunción. Las transformaciones revolucionarias no serán violentas. En los últimos 20 años hemos vivido una presión en la calle muy fuerte, un ejemplo actual de ello son los chalecos amarillos en Francia. La gran pregunta es hacia dónde va políticamente. Tenemos que repensar cómo deben ser las políticas. Para eso hay que tener una conversación sobre qué es el anticapitalismo.

Usted concibe la historia y la geografía como dos disciplinas inseparables que, juntas, explican qué está sucediendo en el mundo. De todos modos, hoy en día se estudian por separado. ¿Esto es un error del mundo académico?

Es un profundo error, sí. La especialización es importante, pero lo que realmente no me gusta es la creación de aprendizajes que se supone que no se deben comunicar con otras disciplinas. ¿Por qué estamos segmentando de esta forma? Una cosa peculiar en el mundo académico en Estados Unidos, no sé si también ocurre aquí, es que hay una constante demanda de multidisciplinaridad.

¿Por qué cree usted que la geografía es una disciplina útil para comprender la realidad?

Uno de los motivos es que el hecho de que la geografía no sea una disciplina muy organizada crea una gran oportunidad. Dudo que me pudieran haber dejado hacer en otra disciplina todo lo que he hecho en geografía. La geografía es más abierta, un poco porque la gente no sabe exactamente lo que es, eso está bien, pero a su vez está mal porque los administradores académicos no saben qué hacer con ello.

No sé si está muy pendiente de la situación política en Barcelona. Después de las elecciones municipales, Ada Colau tratará este sábado de ser reelegida alcaldesa con el apoyo del PSC y de la lista de Manuel Valls, que está apoyada por Ciudadanos. Si eso ocurre, ERC, que ganó las elecciones, se convertiría en el principal partido de la oposición. ¿Cuál sería el mejor escenario para gobernar Barcelona, según su opinión?

La gestión de Colau fue muy importante para la gente que, como yo, cree que la organización del poder municipal es parte de un proceso político muy crítico en el mundo ahora mismo. Creo que lo que pasa en el nivel municipal es importante y la administración de Colau ha sido una muestra importante para el resto del mundo, enseñando que las cosas se pueden hacer.

La cuestión independentista se tiene que abordar, este es un hecho muy particular que hace las cosas difíciles, no es una cosa de partidos de izquierdas contra partidos de derechas. Personalmente no me emociona demasiado la idea de una Catalunya independiente, creo que no va a suceder y no creo que la Unión Europea lo vaya a aceptar, pero eso es solo mi opinión desde fuera. Puedo ser persuadido [ríe].
Portada de 'La lógica geográfica del capitalismo', el nuevo libro de David Harvey
 Portada de 'La lógica geográfica del capitalismo', el nuevo libro de David Harvey

Fuente:
https://www.eldiario.es/catalunya/David-Harvey-Veremos-resurgimiento-izquierda_0_908859916.html

lunes, 24 de junio de 2019

Entrevista a Julie Wark “La caridad sirve para que la gente se sienta bien consigo misma”

Julie Wark (Perth, Australia, 1945) es politóloga, antropóloga y traductora y acaba de publicar, con Daniel Raventós, Contra la caridad. En defensa de la renta básica (Icaria, 2019). En lugar de la caridad, que mantiene la desigualdad, reivindican la renta básica universal.

¿Por qué decidisteis escribir un libro contra la caridad?
Porque la caridad es justo lo contrario a los derechos humanos. Con esa idea en mente, escribimos un artículo sobre los multimillonarios y superricos en la revista estadounidense de política e investigación CounterPunch. A partir de ahí, nos invitaron a tirar del hilo y escribir un libro sobre el tema.

¿Qué es la caridad?
Una relación entre dos personas basada en la desigualdad: una da a otra, pero ésta no le puede dar nada a aquélla y se crea una relación jerárquica unidireccional.

¿Y qué diferencias tiene con la solidaridad?
La principal característica distintiva de la solidaridad es la paridad entre ambas partes.

En vuestro libro, denunciáis el fraude de la bondad subyacente a la caridad institucional.
Etimológicamente, en inglés, bondad (kindness) y parientes (kin) vienen de la misma raíz y ambos términos se basaban en unas relaciones sociales de proximidad entre personas del mismo nivel. Pero en la Inglaterra del siglo xvii, cuando se aprobaron las leyes de pobres, se dio el salto de la bondad a la caridad. A la gente le parece terrible que se denuncie la caridad, pero cuando se convierte en un fenómeno institucionalizado, cuando están de por medio el humanitarismo, la filantropía, el altruismo y las celebridades, se basa en una relación totalmente desequilibrada.

¿Es posible la bondad privada en una forma de organización social y económica basada en una estructura injusta?
Sí, porque somos una especie social. Por ejemplo, Colin Kaepernick es un jugador de fútbol americano muy rico, pero realiza muchas iniciativas solidarias. No podemos tener sociedad sin ética, porque el contrato social es imposible sin ética, pero ese contrato social hoy en día está roto, ya que la dimensión cuantitativa se ha impuesto a la cualitativa. Por lo tanto, diría que no es imposible, pero sí muy difícil y que la bondad siempre está estrechamente ligada a la ética.

En el libro, definís el humanitarismo como caridad institucional. ¿Por qué?
Porque lo controlan los gobiernos; el propio Collin Powell reconoció que es un arma de los Gobiernos. Te brinda la oportunidad de meterte en países, como en Indonesia tras el tsunami o en Haití después del terremoto. Con el humanitarismo de Clinton, por ejemplo, han construido hoteles de cinco estrellas en Haití y maquilas para producir ropa barata. Y eso es explotación.

¿Qué función desempeña la caridad en el orden capitalista internacional?
Por una parte, ayuda a la gente a sentirse bien consigo misma y a que no piense demasiado en el sistema totalmente destructivo que tenemos. A escala global, sirve para tapar muchas cosas. Cuando das dinero a la Cruz Roja, piensas que harán algo con él, pero no preguntas a dónde va. Lo ingresan en sus cuentas para pagar a sus empleados y sus pensiones de jubilación. Sólo mantiene la situación caritativa.

Últimamente se ha hablado mucho de las donaciones de Amancio Ortega para la compra de equipamiento médico. ¿Qué opinión tienes de ello?
Actúa de manera parecida a Bill Gates: reparte redes antimosquitos en África y todo el mundo le aplaude, pero esas redes tienen que impregnarse en insecticida; una solución cara para los pobres. Comparado con eso, es mucho más barato invertir en sanidad pública y agua potable. Además, no hay que olvidar que Gates posee el monopolio de la investigación sobre la malaria y, en consecuencia, tiene una capacidad de influencia tremenda en la Organización Mundial de la Salud.

¿Qué te parecen las iniciativas como las Maratones de TV3 o Euskal Telebista?
No soy muy aficionada. Funcionan como la caridad de las celebridades. Tienen buenas intenciones, pero son un instrumento para mantener tal y como está la sociedad que tenemos; es como poner una tirita a un problema grave. La gente tiene la falsa sensación de estar haciendo algo y se siente mejor, pero, en realidad, está manteniendo el sistema.

Para hacer frente a la desigualdad, proponéis una renta básica universal, en lugar de caridad. ¿Cómo puede ser eso viable sin tocar la propiedad de los medios de producción?
La renta básica universal se puede financiar con impuestos. Todos los ciudadanos recibirían la misma cantidad, supongamos que 600 euros, tanto pobres como ricos, pero éstos pagarían más impuestos. Las investigaciones sobre renta básica demuestran que no es necesario tocar el estado de bienestar; antes bien, la renta básica lo refuerza.

Considerando que la pobreza y la desigualdad son imprescindibles para mantener este sistema, ¿cómo piensas que se podría implantar la renta básica universal sin tocar los fundamentos del sistema?
Tienes razón. Los obstáculos a la implantación de la renta básica no son económicos, sino políticos. ¿Cómo lograr su implantación? Esta pregunta se puede plantear sobre todas las iniciativas para la consecución de una sociedad más justa; por lo tanto, la lucha por la renta básica tiene que librarse del mismo modo que la lucha por la mejora de la situación de las mujeres, los refugiados, las escuelas...

Julie Wark es autora del “Manifiesto de derechos humanos” (Barataria, 2011) y miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso. En enero de 2018 se publicó su último libro, “Against Charity” (Counterpunch, 2018), en colaboración con Daniel Raventós, recientemente editado en castellano (Icaria) y catalán (Arcadia).

Texto original en euskera:

https://www.argia.eus/argia-astekaria/2648/julie-wark-karitatearen-iruzurra-salatzen

Traducción, Daniel Escribano
Fuente:
http://www.sinpermiso.info/textos/la-caridad-sirve-para-que-la-gente-se-sienta-bien-consigo-misma-entrevista-a-julie-wark

domingo, 23 de junio de 2019

_- 25 verdades del economista Thomas Piketty sobre la deuda griega

_- Salim Lamrani Al Mayadeen

El autor del libro El capital en el siglo XXI denuncia la hipocresía de la troika y del Fondo Monetario Internacional sobre la cuestión de la deuda. [1]

En el pasado, las deudas públicas fueron mucho más importantes que la actual deuda de Grecia. Esta se eleva a 312.000 millones de euros y representa el 170% de la producción anual del país. La deuda de Grecia en realidad es irrisoria, pues la economía del país sólo representa el 2% del PIB de la zona euro. Por lo tanto la deuda apenas representa el 3% del PIB de la zona euro y no constituye un peligro para el equilibrio económico de Europa.

Las grandes potencias europeas como Francia, Alemania y el Reino Unido también tuvieron en el pasado, particularmente en el siglo XIX y el siglo XX, una deuda superior al 200% de su PIB. Cada vez que ocurrió, se encontró una solución.

“En el siglo XX, Francia y Alemania son los dos países por excelencia que nunca reembolsaron su deuda pública”.

“Hay algo irónico” en exigir a Grecia un reembolso imperativo de su deuda olvidando que “Europa se construyó después de la Segunda Guerra Mundial sobre ciertos principios, particularmente la cancelación de las deudas del pasado para invertir en el porvenir”.

Así, en 1953, Europa decidió colectivamente cancelar toda la deuda exterior de Alemania pues había “elegido el porvenir”.

Existen varios métodos frente al problema de la deuda. El método lento e ineficiente, que se aplica actualmente a Grecia, consiste en pedir a la nación que acumule excedentes presupuestarios (recaudaciones tributarias superiores a los gastos públicos) y los dedique al rembolso de los créditos. Tiene el defecto de durar a veces más de un siglo, socavar el crecimiento económico y tener un costo social muy elevado.

“Cuando se supera cierto nivel de deuda pública hay que utilizar métodos más rápidos”. Existen tres que se usaron en el pasado: la inflación moderada, los impuestos excepcionales sobre los patrimonios privados y sobre todo la cancelación de las deudas.

“Hubo cancelaciones de deudas en la pasado y habrá otras en el futuro”.

“Los gobiernos no tienen el valor de poner [el tema de la cancelación de la deuda] en la mesa”, lo que de todas formas es inevitable si se quiere salir de la crisis y “cuanto antes mejor”.

Se presenta al pueblo griego como que vive por encima de sus recursos. No obstante en la actualidad, bajo el gobierno de Alexis Tsipras, el presupuesto de Grecia está en equilibrio sin contar el servicio de la deuda. Incluso hay “un leve excedente primario” equivalente al 1% del PIB, lo que representa 1.830 millones de euros. El rembolso de la deuda se vuelve insostenible, sobre todo si se toma en cuenta el hecho de que los bancos privados concedieron a Grecia préstamos con tasas usurarias que podían alcanzar el 18%, convirtiendo los créditos en algo matemáticamente impagable.

Las instituciones financieras internacionales exigen a Grecia, en virtud de los acuerdos impuestos en 2012, que dedique el 4% de su PIB al rembolso de la deuda durante los 30 próximos años. “El presupuesto total de todo el sistema de la enseñanza superior griego representa menos del 1% del PIB. Significa entonces que se le pide al contribuyente griego que dedique, durante los próximos 30 años, cuatro veces más de dinero a rembolsar la deuda del pasado que todo lo que se invierte en la formación superior del país. ¿Acaso es la mejor forma de preparar el porvenir? Desde luego ¡no! Entonces es absurdo”.

“Jamás se pidió, afortunadamente, a Alemania, Francia y a los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial que hicieran eso. Se procedió a cancelaciones de las deudas y ello permitió la reconstrucción de Europa en los años siguientes. Pudimos librarnos del peso de la deuda e invertir los recursos públicos en las infraestructuras, la educación y el crecimiento”.

“Europa, mediante el Tratado Presupuestario de 2012, eligió el método británico del siglo XIX, de la penitencia durante décadas y décadas, en vez del método europeo de la posguerra, que consistió en proyectarse en el porvenir”.

“Hay una amnesia histórica extremadamente grave. La ignorancia histórica por parte de nuestros dirigentes es algo que consterna en absoluto”.

“El Gobierno francés tiene una responsabilidad muy grande” en esta situación al no oponerse a la intransigencia de Alemania. El presidente “Hollande debe tomar sus responsabilidades y decir que la restructuración de la deuda es ahora”.

Sin un gesto firme hay un riesgo de “prolongar el periodo de incertidumbre”, que tiene un gran impacto en el crecimiento, y “volver a hundir a Grecia en la recesión, lo que es extremadamente grave”.

“El problema de la deuda en Europa no es más importante que en Japón o en Estados Unidos”.

“Hay mucha hipocresía en todo esto, pues los bancos franceses y alemanes están muy contentos de ver los activos financieros de los griegos ricos que se transfieren a esos mismos bancos y por supuesto no se transmite la información a la Hacienda griega”, privando así al Estado helénico de fuentes de ingresos fundamentales y haciéndose cómplices del fraude fiscal a gran escala.

Desde 2010, las instituciones financieras internacionales han cometido “enormes errores en Grecia”. “Incluso el FMI reconoció haber subestimado las consecuencias de las medidas de austeridad en términos de recesión”.

Esas medidas de austeridad “llevaron a un aumento desmesurado de la deuda” griega pues el PIB cayó un 25 % entre 2010 y 2015. “Esta fue la razón de la explosión de la deuda hasta un 170% del PIB mientras que sólo representaba un 110%”.

“Me ubico en el punto de vista de las jóvenes generaciones griegas. ¿Acaso son responsables de los actos del [primer ministro] Papandreu en 2000 y 2002? No son más responsables de esos errores que los jóvenes alemanes de los años 1950 o 1960 de los errores precedentes. Dios sabe sin embargo que los gobiernos alemanes hicieron cosas mucho más graves que los gobiernos griegos”.

“Todas las deudas de la zona euro deben restructurarse. Hace falta cancelar una parte como siempre ocurrió en la historia”.

“Hace seis meses que el Gobierno griego pide un restructuración de la deuda” y cada vez recibe el rechazo obstinado del Eurogrupo.

No obstante en 2012 Europa “prometió a los griegos que cuando el país estuviera en situación de excedente se renegociaría el importe de la totalidad de la deuda”. Hoy Europa se niega a cumplir su promesa.

“Los charlatanes que pretenden que se va a expulsar a un miembro de la Unión Europea para disciplinar a los demás son sumamente peligrosos. El ideal europeo está a punto de ser destruido por las decisiones de esos charlatanes”.

Nota:

[1] Thomas Piketty, «C’est à vous», France 5, 23 de junio de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=VIzv3peNLFk (sitio consultado el 9 de julio de 2015); Thomas Piketty, «Il faudra parler de la restructuration de la dette grecque», Europe 1, 29 de junio de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=e6SUVZmCxgM (sitio consultado el 9 de julio de 2015).

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, the Media, and the Challenge of Impartiality, New York, Monthly Review Press, 2014, con un prólogo de Eduardo Galeano.

http://monthlyreview.org/books/pb4710/ Contacto: [email protected] ; [email protected]

Página Facebook:
https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel

Fuente:
http://espanol.almayadeen.net/Study/Suaxbsfy_0q97qTpAG2_Rg/25-verdades-del--economista-del-a%C3%B1o--thomas-piketty-sobre-la

sábado, 22 de junio de 2019

La guerra de Bolton

Rafael Poch de Feliu
Blog personal

El demente belicista que dirige el Consejo de Seguridad Nacional en Washington siempre ha batallado por cargarse todos los acuerdos importantes de nuestro nuclearizado mundo

¿Se acuerdan de Sheldon Adelson? El multimillonario de los casinos y padrino de Netanyahu quería abrir en 2012 el “Eurovegas” en Barcelona. Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, Artur Mas se entrevistó con él en la ciudad condal en un intento de apuntalar la economía política convergente posterior al 3% y con ella lo que llamaba el “eje Massachusetts-Barcelona-Tel Aviv”. Aquella genial jugada queda para la patética historia del “procés”, pero de lo que hoy se trata es de algo serio: de los “Altos de Trump”.

El Informed Comment de Juan Cole dice que Adelson, quinta fortuna de Estados Unidos, fue quien presionó a Donald Trump para colocar en un alto cargo al criminal demente John Bolton. Se trata de empujar a Estados Unidos a una guerra con Irán que cubra el flanco oriental de la expansión israelí proclamada por Netanyahu: anexionarse Cisjordania. “Irán es el único país que continua oponiéndose activamente a la lenta limpieza étnica de los territorios palestinos ocupados, y Adelson y su cachorro Netanyahu buscaban un gran matón para romperle las piernas a Irán”, dice el portal de Cole. Ese matón es Trump, y Netanyahu ya le ha honrado estos días bautizando como “Ramat Trump” (Altos de Trump) uno de los 33 asentamientos judíos de los altos del Golán arrebatados a Siria en 1967, oficialmente anexionados por Israel en 1981 y que Trump reconoció como israelíes, contra todo derecho internacional, el pasado 25 de mayo.

Decir que Bolton es un criminal demente no es un capricho retórico. El hombre que el millonario Adelson colocó al frente del Consejo de Seguridad Nacional, es un loco belicista empeñado en cargarse todos los acuerdos de nuestro mundo nuclear. Comenzó con el acuerdo antimisiles balísticos (ABM, en inglés) alcanzado en 1972 por Nixon y Brezhnev. Batalló con éxito contra el acuerdo entre Clinton y los norcoreanos, y ha sido puntal de la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán de 2015 firmado por Obama. Últimamente se ha cargado el acuerdo sobre fuerzas nucleares intermedias (tácticas) INF firmado por Reagan y Gorbachov, lo que incrementa el riesgo de una guerra nuclear en Europa, y ayudado por su colega Mike Pompeo apunta claramente contra el acuerdo sobre armas nucleares estratégicas (START) que debería ser renovado con Rusia en 2021. Bolton es el tipo que el pasado abril proclamó en Florida, “para que todos lo oigan”, que “la doctrina Monroe está viva y en forma”. Corrigiendo así la afirmación de 2013 del presidente Obama ante la Organización de Estados Americanos de que “la era de la doctrina Monroe ha pasado”. Pues bien, este personaje junto con Pompeo es quien está pilotando lo que la web israelí Maariv Online anuncia como “asalto táctico” contra Irán, es decir una guerra.

Este asalto ya tuvo su ruptura diplomática con la retirada unilateral del acuerdo nuclear de 2015 que estaba bien encarrilado, según la ONU y todos los demás firmantes, y está lanzando estos días los habituales pretextos de guerra en forma de sabotajes en puertos del Golfo Pérsico (14 de mayo) y extraños ataques a petroleros como el del 13 de junio, que coincidieron con la visita del primer ministro japonés Shinzo Abe a Teherán, de la misma forma en que aquel atentado químico de Siria coincidió con la llegada a Damasco de una delegación de la ONU para supervisar la destrucción del arsenal químico de Bashar el-Assad. Todo con un gran perfume a incidente del Golfo de Tonkín.

Según Nathalie Tocci , la consejera jefa de la desvalida representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, el pilotaje de Bolton de la extrema presión ejercida sobre Irán indica que Trump no controla la situación. “Quizás debería cambiar a su consejero de seguridad nacional”, que le empuja hacia un insensato cambio de régimen en Irán que se sume a los desastres de la guerra interminable iniciada por Washington tras el 11-S y que en 18 años ha producido varios millones de muertos, de refugiados y un sinfín de problemas.

Que los militares toreen a los presidentes en Estados Unidos es algo que ya vimos en Siria, cuando bombardearon instalaciones rusas para reventar acuerdos de cooperación militar alcanzados por John Kerry con Moscú, tal como explicó el propio secretario de Estado al abandonar el cargo. Si sucedió con Obama, ¿por qué no con Trump?

La denuncia de Bolton de que Irán ha incrementado su presión militar en Irak y Siria, ha sido desmentida por el jefe militar británico en Irak, Chris Ghika: “no ha habido un aumento en la amenaza proveniente de las fuerzas apoyadas por Irán en Siria e Irak”, dijo para desesperación de los americanos. Paralelamente, 76 generales y embajadores retirados publicaron una carta a Trump en la que se dice que, “la guerra con Irán ya sea consciente o por error de cálculo, tendrá repercusiones dramáticas en un Oriente Medio ya desestabilizado y arrastrará a Estados Unidos a otro conflicto armado con un inmenso coste financiero, humano y geopolítico”.

Sea como sea, la voluntad de los halcones de la Casa Blanca por cambiar el régimen en Irán, no es una línea del gusto de muchos jefes militares de Estados Unidos, que, cómo los generales y embajadores retirados, auguran más caos como resultado. Su argumento es que los verdaderos adversarios no son países como Irán, cuya capacidad militar es escasa, sino Rusia y China, países que aprovecharon el caos de estos 18 años para modernizar sus fuerzas, con miras a “erosionar de forma significativa la ventaja americana en tecnología moderna”, en palabras del entonces Secretario de Defensa, Jim Mattis, partidario de reorientar el esfuerzo hacia la competición entre grandes potencias en lugar de concentrarse en el llamado “terrorismo”.

Según el analista Michael T. Klare, actualmente hay en Estados Unidos dos proyectos de guerra, el de Bolton y el de la Marina y los 750.000 millones de dólares del presupuesto previsto para el año que viene están comprometidos con el segundo proyecto. El Pentágono se inclina más hacia la doctrina enunciada en marzo por el actual secretario de defensa interino Patrick Shanahan. “Disuadir o derrotar la agresión de una gran potencia es un desafío fundamentalmente diferente que los conflictos regionales implicando a estados gamberros y organizaciones extremistas violentas que hemos afrontado en los últimos 25 años”, dice Shanahan. De todo esto, Klare, deduce que habrá fuertes reticencias del Pentágono a la “guerra de Bolton”, por considerar que distrae el esfuerzo del principal escenario: un pulso en el Mar de China Meridional, donde las tensiones ya revisten carácter semanal, el proyecto de la Marina.

El objetivo militar chino es convencer a los militares americanos que en un conflicto regional y limitado allá, las fuerzas aeronavales de Estados Unidos saldrían perdiendo y que por tanto es preferible no intentarlo. El de los americanos es destruir la capacidad china en los sistemas de armas conocidos como A2/AD (Anti Access/Area Denial), la versión moderna de una muralla china de misiles y recursos electrónicos y espaciales para cegar al adversario, hundir sus barcos, derribar sus aviones e impedir su agresión.

Quizá sea esta división de opiniones y proyectos dentro del establishment de la desgraciada guerra eterna de Estados Unidos, el único dato positivo de esta dramática hora cuando los tambores de guerra redoblan alrededor de Irán.

Publicado en Ctxt

Fuente:
https://rafaelpoch.com/2019/06/19/la-guerra-de-bolton/#more-305

jueves, 20 de junio de 2019

50 verdades sobre Gabriel García Márquez

El escritor colombiano, genio del realismo mágico, cuyos escritos marcaron para siempre la historia literaria universal, falleció en México el 17 de abril de 2014 a los 87 años.

Nacido el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, departamento de Magdalena, Colombia, en el seno de una familia modesta de 16 hijos, Gabriel José de la Concordia García Márquez, apodado Gabo, es sin duda uno de los más grandes escritores latinoamericanos.

Poco después, en 1929, sus padres Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez Iguarán se ven obligados a mudarse a Barranquilla por razones profesionales. Los abuelos maternos se encargan entonces de criar al pequeño Gabriel.

Su abuelo, el coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, apodado Papalelo, veterano de la Guerra de los Mil Días –conflicto fratricida que enfrentó al Partido Liberal con el Partido Nacional entre 1899 y 1902–, excelente cuentista, tiene una gran influencia sobre él y se convierte en el “cordón umbilical con la historia y la realidad”. Progresista, se rebeló contra la Masacre de las Bananeras en diciembre de 1929, cuando el ejército colombiano mató a más de 1.000 obreros agrícolas en huelga de la United Fruit Company, tras las amenazas de Washington de mandar a sus propias tropas para proteger los intereses de la multinacional. El coronel cuenta esa tragedia a su nieto. También le hace descubrir los tesoros del diccionario. “Es difícil olvidar a un abuelo así”, confesará García Márquez.

Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, a la que el joven Gabriel apodaba cariñosamente “abuela Mina”, es una mujer “mujer imaginativa y supersticiosa”. Lo apasiona también con sus historias y relatos extraordinarios, así como con su manera de contarlos. Su prima se convierte en fuente de inspiración. “Yo, desde que nací, sabía que iba a ser escritor. Quería ser escritor. Tenía la voluntad, la disposición, el ánimo y la aptitud para ser escritor. Nunca pensé que podía ser otra cosa. Nunca pensé que de esto pudiera vivir. Estaba dispuesto a morirme de hambre pero para ser escritor”.

Cuando muere su abuelo en 1936, el joven Gabriel, con nueve años, se reúne con sus padres en Sucre. Lo mandan a un internado en Barranquilla, situado a orillas del río Magdalena, y luego al colegio de jesuitas San José en 1940. Consigue una beca y realiza sus estudios secundarios en el Liceo Nacional de Zipaquirá, ubicado a una hora de Bogotá.

En 1947 inicia la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá y se dedica a la lectura. Devora a Ernest Hemingway, James Joyce, Virginia Woolf y sobre todo a William Faulkner, su “maestro”. Franz Kafka lo impacta también con su libro La metamorfosis, que será la fuente de inspiración de su primer cuento. Se apasiona también por los clásicos de la tragedia griega como Edipo Rey de Sófocles.

El movimiento poético Piedra y Cielo, que nació en 1939, marca profundamente al joven García Márquez. Confesaría más tarde: “La verdad es que si no hubiera sido por Piedra y Cielo, no estoy muy seguro de haberme convertido en [buen] escritor. Allí no sólo aprendí un sistema de metaforizar, sino lo que es más decisivo, un entusiasmo y una novelería por la poesía que añoro cada día más y que me produce una inmensa nostalgia”.

Inspirándose en los relatos de su abuela, decide lanzarse a la escritura y publica su primer cuento, La tercera resignación, en el diario El Espectador, el 13 de septiembre de 1947.

El 9 de abril de 1948, Gabriel García Márquez se encuentra en la vorágine del Bogotazo, una sangrienta explosión social que sigue al asesinato del carismático líder político socialista Jorge Eliécer Gaitán. Se cierra la Universidad y las llamas destruyen la pensión donde estaba alojado. Decide entonces matricularse en la Universidad de Cartagena.

Después de dos años de estudios de Derecho, abandona la Universidad para dedicarse a su otra gran pasión: el periodismo. “Cuando inicié el tercero [año de Derecho] ya no me interesaba porque estaba totalmente deslumbrado, totalmente tomado por la literatura y el periodismo”. Entre 1948 y 1952, trabaja como reportero en los diarios El Universal y luego El Heraldo en Barranquilla. “Yo llegué al periodismo porque […] el asunto era de contar cosas. […] Hay que considerarlo como un género literario”, subrayaría.

En 1954, regresa a Bogotá donde el diario El Espectador lo contrata como reportero y crítico de cine. En 1955, García Márquez revela la verdad sobre la tragedia de buque de guerra A.R.C. Caldas. Publica una serie de catorce crónicas al respecto, basadas en las conversaciones con Luis Alejandro Velasco, un marino que sobrevivió al drama que costó la vida a siete personas caídas al mar. García Márquez no sólo demuestra todo su talento de escritor y de relator sino que además hace trizas la versión oficial del naufragio según la cual la tragedia se debió a las malas condiciones climáticas. En realidad, el puente del buque estaba sobrecargado de mercancías de contrabando (equipos electrodomésticos traídos de Estados Unidos) y la ruptura de un cable echó a ocho hombres al mar. La revelación del escándalo suscita la ira del régimen militar y García Márquez es enviado a Europa como corresponsal para escapar de las represalias. En 1970, esta historia se publicaría bajo el título Relato de un naufragio.

Antes de viajar a Europa, Gabriel García Márquez publica en 1955 su primera novela, La hojarasca, que la crítica saluda pero resulta un fracaso comercial. Para esta novela, “la más sincera y espontánea”, en la que evoca por primera vez ese pueblo imaginario llamado Macondo, el joven escritor no recibe “ni un céntimo por regalías”.

García Márquez visita varios países de Europa occidental y del mundo socialista y publica varios reportajes en El Espectador.

El escritor colombiano se instala luego en París en 1957. Su estancia en la capital francesa tiene una importancia trascendental: “Lo que fue importante para mí en París es la perspectiva que me dio de América Latina. Allá no dejé de ser Caribe, pero un Caribe que se dio cuenta cuál era su cultura”. En la capital francesa, cuna de la Revolución, empieza su compromiso político: “Prescindí de todos los compromisos que tenía con la literatura y me centré en el compromiso político”. Gracias a su amigo Nicolás Guillén, poeta cubano, se interesa por la Revolución Cubana de Fidel Castro que sacude el yugo de la dictadura militar de Fulgencio Batista.

En París, Gabriel García Márquez vive en condiciones económicas precarias y se ve obligado a “comer las sobras de un cajón de basuras”. En plena guerra de Argelia, frecuenta a los independentistas del Frente de Liberación Nacional. Incluso lo arrestó y golpeó la policía francesa que lo confundió con un “rebelde argelino”.

En diciembre de 1957, García Márquez consigue un puesto en el diario Momento, en Caracas. Un mes después es testigo directo de la sublevación popular contra el dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, quien se refugia en República Dominicana. En mayo de 1958, es nombrado redactor de Venezuela Gráfica.

En 1958, se casa con Mercedes Barcha, a quien conoce desde su época de estudiante y a quien ama con pasión. Lo acompañaría a lo largo de su vida. Explica el secreto de su éxito matrimonial: “hay tres vidas: la vida pública, la vida privada y la vida secreta. En todas han existido las mujeres. Me entiendo mejor con las mujeres que con los hombres. Hay una clave matrimonial importante: las mujeres dicen que los problemas se resuelven con el diálogo. Es al revés: problema que se dialoga termina en pleito con seguridad. Hay que hacer confianza y hay que olvidarlo y seguir pa’lante”.

En 1959, tras el triunfo de la Revolución Cubana, participa en la fundación de la agencia Prensa Latina y se convierte en su corresponsal en Bogotá. En 1961, es nombrado corresponsal en Nueva York y se instala allí con la familia. Pero tras sufrir intimidaciones por parte de las autoridades y amenazas por parte de los exiliados cubanos se ve obligado a abandonar Estados Unidos.

Gabriel García Márquez viaja a México con su familia, “sin nombre y sin un clavo en el bolsillo”. Pasaría una gran parte de su vida en la capital mexicana. En 1962, su novela, La mala hora, consigue el Premio de la Academia Colombiana de Letras.

Gabriel García Márquez también es un apasionado del cine: “llegué a tenerle tanto amor al cine que pensé en hacer cine por lo mismo que hice novela y cuento y por lo mismo que hice periodismo: era otra manera de contar la vida”. Siguió estudios de cine en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Roma, con el cubano Julio García Espinosa y el argentino Fernando Birri, los futuros creadores del Nuevo Cine Latinoamericano. Lo impacta el neorrealismo italiano y colabora con Cesare Zavattini. Escribió guiones para varias de sus obras. Su primer cortometraje, La langosta azul, se realizó en 1954. A partir de 1963, se consagra al séptimo arte y redacta numerosos guiones como El gallo de oro de Roberto Gavaldón en 1964, En este pueblo no hay ladrones de Alberto Isaac en 1965, Tiempo de morir de Arturo Ripstein en 1966, que recibe el primer premio en el Festival Internacional del Film de Cartagena, Pasty, mi amor de Manuel Michel en 1968, Presagio de Luis Alcoriza en 1974, entre otros.

Gabriel García Márquez crearía también la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano en 1986, cuya sede se encuentra en La Habana, y presidiría la institución hasta su muerte. Ese mismo año funda la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de Los Baños en Cuba, que sería una referencia mundial. Gran admirador de Woody Allen, colabora también a menudo con la televisión.

En 1967, tras más de un año dedicado completamente a la escritura, lo que lo hunde en la precariedad económica, García Márquez publica la obra maestra que haría de él uno de los más grandes escritores latinoamericanos. Cien años de soledad se publica en junio de 1967 en Buenos Aires. El éxito es inmediato. El libro, que revela el realismo mágico en todo su esplendor, se traduce a más de 40 idiomas y se venden más de 30 millones de ejemplares. Consigue numerosos premios internacionales y el escritor colombiano logra una fama planetaria. Pablo Neruda declara su admiración por la obra: “Es la mayor revelación en lengua española desde el Quijote de Cervantes”. Por su parte, William Kennedy lo califica de “primer libro desde el Génesis cuya lectura es indispensable a toda la humanidad”.

La problemática de la soledad marcaría la obra de Gabriel García Márquez. El autor colombiano se expresó al respecto: “Creo que es un problema que todo el mundo tiene. Toda persona tiene su propia forma y los medios de expresar la misma. La sensación impregna la labor de tantos escritores”. García Márquez hace de la soledad el tema de su discurso en la entrega del Premio Nobel de Literatura bajo el título La soledad de América Latina: “La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”.

Gabriel García Márquez viaja a través del mundo y traba amistad con Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, por el cual nunca escondería su admiración. Esa amistad duraría décadas: “Realmente lo que consolidó esa amistad fueron los libros. Descubrí que es tan buen lector como yo, antes de publicar un libro, le traigo los originales. Señala contradicciones, anacronismos, inconsistencias que se les pasan a los profesionales porque es un lector muy minucioso. Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos. Es un lector voraz. Nadie se explica cómo le alcanza el tiempo ni de qué método se sirve para leer tanto y con tanta rapidez, aunque él insiste en que no tiene ninguno en especial. Muchas veces se ha llevado un libro en la madrugada y a la mañana siguiente lo comenta. Su visión de América Latina en el porvenir es la misma de Bolívar y Martí, una comunidad integral y autónoma, capaz de mover el destino del mundo. Éste es el Fidel Castro que creo conocer: Un hombre de costumbres austeras e ilusiones insaciables, con una educación formal a la antigua, de palabras cautelosas y modales tenues e incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal”. A lo largo de su vida, Gabriel García Márquez viajaría regularmente a Cuba.

Esta amistad con Fidel Castro y sus ideas progresistas suscitan la hostilidad de Estados Unidos que lo declara persona non grata y le prohíbe la entrada en su territorio a partir de 1961. Habrá que esperar la elección de Bill Clinton, gran admirador del escritor colombiano, para que se levante esa prohibición. García Márquez tejería también una relación amistosa sólida con el presidente de Estados Unidos.

Gabriel García Márquez siempre afirmó sus opiniones políticas progresistas. Las asumió públicamente: “[Mis detractores han] hecho constantes esfuerzos por dividir mi personalidad: de un lado el escritor que ellos no vacilan en calificar de genial y del otro lado el comunista feroz […]. Cometen un error de principio: soy un hombre indivisible, y mi posición política obedece a la misma ideología con que escribo mis libros”. Declararía también: “ Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina”.

De 1967 a 1975, Gabriel García Márquez reside en Barcelona la mayor parte del tiempo y se inspira de la figura del dictador venezolano Juan Vicente Gómez para redactar El otoño del patriarca. En España, el escritor colombiano se relaciona con numerosos intelectuales progresistas opuestos a la dictadura del general Franco.

En 1974, con varios intelectuales y periodistas, Gabriel García Márquez funda la revista Alternativa en Colombia que durará hasta 1980. El escritor publica artículos políticos sobre la Revolución de los Claveles en Portugal, se interesa por la Revolución Sandinista, denuncia la dictadura de Pinochet y expresa su apoyo a la Revolución Cubana.

En 1981, aprovecha una visita oficial de Fidel Castro a Colombia para regresar a su país. No obstante, el ejército y el presidente Julio César Turbay Ayala lo acusan de financiar a la guerrilla M619. Alertado por unos amigos de su inminente arresto, logra asilo político en México. Agradecido, dirá al respecto: “ No hay mejor servicio de inteligencia que la amistad”.

En 1982, Gabriel García Márquez es el primer colombiano que consigue el Premio Nobel de Literatura “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente”.

En su discurso de aceptación, Gabriel García Márquez denuncia la trágica realidad política y social latinoamericana: “Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetu que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un Presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo.

En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de Estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi 120.000, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encinta dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200.000 mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100.000 perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

 Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de 1.600.000 mil muertes violentas en cuatro años. De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 % de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos millones y medio de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos.

La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega. Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras […].¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?”

En 1985, García Márquez publica El amor en los tiempos del cólera, inspirado de la historia de sus padres: “La única diferencia es que mis padres se casaron. Y tan pronto como se casaron, ya no eran interesantes como figuras literarias”.

Cuatro años después, en 1989, el escritor colombiano publica El General en su laberinto, una obra magistral sobre la figura más emblemática de América Latina, el Libertador Simón Bolívar.

En 1994, García Márquez crea la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en Cartagena de Indias, con el objetivo de formar a los jóvenes estudiantes y crear un nuevo tipo de periodismo más cercano a las realidades sociales de los pueblos.

En 1994, Gabriel García Márquez desempeña un papel clave en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Cuba, rotas en 1981.

En 1996, el Premio Nobel publica Noticia de un secuestro en que cuenta la trágica realidad colombiana marcada por la violencia y los secuestros. La violencia es también uno de los temas recurrentes en la obra de García Márquez.

Profundamente afectado por el sangriento conflicto civil que golpea a Colombia desde hace más de medio siglo, Gabriel García Márquez desempeñó el papel de mediador varias veces en las conversaciones de paz entre los movimientos de guerrilla y el poder central, particularmente bajo los gobiernos de Belisario Betancourt y Andrés Pastrana. “Llevo conspirando por la paz en Colombia casi desde que nací”, recordaba.

En 1997, mientras Cuba es víctima de una ola de atentados terroristas que orquestó el exilio cubano basado en Florida, Fidel Castro encarga a Gabriel García Márquez entregar un mensaje secreto a Bill Clinton sobre la actuación de esos grupúsculos violentos. Cuba había logrado recoger la información necesaria gracias a unos agentes infiltrados en Miami. El escritor colombiano relata este episodio: “En mis conversaciones con Fidel Castro le mencioné la posibilidad de entrevistarme con el presidente Clinton. De allí surgió la idea de que Fidel le mandara un mensaje confidencial sobre un siniestro plan terrorista que Cuba acababa de descubrir”.

En 1999, un cáncer linfático afecta a Gabriel García Márquez. Temiendo no tener tiempo de terminar sus memorias y dos libros de cuentos, el autor se aísla y se dedica únicamente a la escritura: “Reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde”.

En 2002, García Márquez publica Vivir para contarla, el primer tomo de sus memorias: “Empieza con la vida de mis abuelos maternos y los amores de mi padre y mi madre a principios del siglo, y termina en 1955 cuando publiqué mi primer libro, La hojarasca, hasta viajar a Europa como corresponsal de El Espectador ”.

En 2004, el escritor colombiano publica su última novela Memorias de mis puntas tristes.

En 2006, con numerosos intelectuales latinoamericanos, Gabriel García Márquez firma la “Proclamación de Panamá”, que reclama la independencia de Puerto Rico.

Gabriel García Márquez siempre rechazó el uso de un estilo bien preciso en su escritura. Según él, es el tema del libro lo que determina el estilo: “En cada libro intento tomar un camino diferente. Uno no elige el estilo. Los críticos construyen teorías alrededor de esto y ven cosas que yo no había visto. Respondo solamente a nuestro estilo de vida, la vida del Caribe”.

El escritor también expresó sus reservas sobre la interpretación de sus obras por los estudiosos: “[Los críticos], en general, con una investidura de pontífices, y sin darse cuenta que una novela como Cien años de soledad carece por completo de seriedad y está llena de señas a los amigos más íntimos, señas que sólo ellos pueden descubrir, asumen la responsabilidad de descifrar todas las adivinanzas del libro corriendo el riesgo de decir grandes tonterías”.

Con el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, está considerado el genio del género literario llamado “realismo mágico”, que asocia elementos fantásticos y realidad cotidiana. Pero García Márquez se reivindica primero y ante todo un escritor realista: “No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad. La primera condición del realismo mágico, como su nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que, sin embargo, parece fantástico. en América Latina la literatura, la ficción, la novela, es más fácil de hacer creer que la realidad”.

Gabriel García Márquez recibió una multitud de premios y distinciones en el mundo entero. Además del Premio Nobel de Literatura, recibió el Premio Rómulo Gallegos, la Legión de Honor francesa, el Águila Azteca de México y fue nombrado Doctor Honoris Causa por varias universidades, entre ellas la prestigiosa Universidad de Princetown.

Gabriel García Márquez es la principal figura del “boom latinoamericano” que incluye a escritores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa.

Sus libros se han traducido a decenas de idiomas. En total se han vendido más de 50 millones de ejemplares.

Gabriel García Márquez es también un amante de la música, su “vicio favorito”. Ha confesado que “ la música [l]e ha gustado más que la literatura”.

Gabriel García Márquez quedará en la historia probablemente como el escritor más universal del siglo XX. Fue un intelectual preocupado por la suerte de los más humildes, que siempre reivindicó sus raíces populares: “Toda mi formación es a base de la cultura popular. Lo que me ha sustentado, me conmueve y me motiva es la cultura popular”.

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016.

http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.html

Página Facebook:
https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel

Paul Vergès y el internacionalismo del Partido Comunista Reunionés

Salim Lamrani Rebelión Introducción Fundado en 1959, año del triunfo de la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro, el Partido Comunista Reunionés de Paul Vergès tuvo desde sus tiempos iniciales una vocación internacionalista. Si el objetivo principal es reivindicar el derecho de los reunioneses a la dignidad, el PCR siempre ha mantenido un lazo muy fuerte con los pueblos en lucha por su emancipación. Modesto por su tamaño e influencia, procedente de una minúscula isla perdida en medio del océano Índico, el PCR se ha destacado en cambio por su solidaridad inquebrantable con las causas nobles y jamás ha transigido sobre los principios de fraternidad, generosidad con los humildes de la tierra. ¿Cuáles fueron las grandes causas de la humanidad que apoyó el PCR desde su fundación? ¿En qué zonas geográficas se expresó su solidaridad internacionalista? ¿De qué modo contribuyó a esas luchas? ¿Cuáles fueron las grandes personalidades revolucionarias del siglo XX que conoció Paul Vergès como secretario del PCR? Preguntas a las cuales este artículo aspira a contestar. El PCR, en nombre del principio de solidaridad entre las luchas, brindó un apoyo constante a los pueblos en lucha en la zona del océano Índico, sea en Sudáfrica o en las islas Chagos. Paul Vergès desempeñó también un papel importante en la solidaridad internacionalista con Vietnam, atacado por el imperialismo estadounidense, exhortando a las dos grandes potencias, la URSS y China, a que pusieran de lado sus diferendos para apoyar la causa de la emancipación que lideró Ho-Chi-Minh. Por fin, el PCR expresó una fidelidad constante a la lucha del pueblo cubano por la preservación de su independencia, símbolo de la aspiración de los desheredados a una vida mejor. Solidaridad en el océano Índico El Partido Comunista Reunionés expresó primero su solidaridad internacionalista en su zona geográfica apoyando dos grandes causas: el derecho del pueblo de Chagos a vivir en su tierra natal y la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Chagos El archipiélago de Chagos es un conjunto de 65 islas principales de una superficie de alrededor de 60 kilómetros cuadrados, situado al norte del océano Índico, entre África e Indonesia, a unos 2.000 km de La Reunión, entre las cuales la más importante es Diego García (44 km2). Como Isla Reunión, Chagos fue una colonia francesa de poblamiento a partir de 1783. En 1814, tras las guerras napoleónicas y la firma del Tratado de París, Chagos –así como todas las demás islas del océano Índico menos La Reunión– pasan bajo corona británica. En 1903 el archipiélago es integrado a la colonia de Isla Mauricio. En 1965, Chagos es separado de Isla Mauricio, que conseguiría su independencia en 1968, y se convierte en el territorio británico del océano Índico. El archipiélago entonces se pobló con unos dos mil habitantes, en su mayoría descendientes de esclavos originarios de Madagascar y de Mozambique y de trabajadores procedentes de la India. Por su posición estratégica, en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos decide instalar en 1966 una base militar en la isla de Diego García, la más importante que tiene Washington en el exterior, por una duración total de 70 años (50 años + 20 años). Para ello, y de acuerdo con el Gobierno británico, todos los habitantes de Chagos son arbitrariamente deportados a Isla Mauricio y a Seychelles entre 1966 y 1973, sin posibilidad de regreso, en violación de los artículos 9, 13 y 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Según el artículo 9, “nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”. El artículo 13 estipula que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Por fin, el artículo 17 recuerda que “nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”. [1] El PCR, en virtud de sus principios fundadores de solidaridad internacionalista, expresó su apoyo a la lucha del pueblo de Chagos desde los primeros momentos. En 1989, Paul Vergès, entonces alcalde de la ciudad de Le Port, acogió la primera conferencia internacional sobre la lucha del pueblo de Chagos por el respeto de sus derechos fundamentales. Las autoridades decidieron nombrar la principal avenida de la ciudad “Avenida Chagos”, en homenaje a la lucha de un pueblo considerado hermano según la historia, la geografía y por las aspiraciones a la dignidad. Olivier Bancoult, presidente del Grupo Refugiados Chagos, rindió tributo a la memoria de Paul Vergès y recordó el apoyo indefectible del PCR a la causa de su pueblo: “Nos sentimos honrados de que la causa de Chagos formase parte de sus grandes combates. Haber tenido a Paul Vergès a nuestro lado en nuestra lucha por el respeto de nuestros derechos fundamentales fue un privilegio y una gran fuente de inspiración. Fue un verdadero guía, casi un padre, que nos ayudó en nuestras primeras batallas. Recuerdo que durante su mandato como presidente del Consejo Regional entre 1998 y 2010, nos invitó aquí, al Consejo Regional, y nos alentó a que diéramos una dimensión internacional a la lucha de Chagos, a que lleváramos nuestra voz al mundo. Nuestra primera conferencia internacional tuvo lugar aquí, en la ciudad de Le Port, en La Reunión, en 1989, y fue también Paul Vergès el primero en alentar la creación del Comité Solidaridad Chagos-La Reunión. [2] Hoy el pueblo de Chagos, con 10.000 miembros, aspira todavía a la justicia. Maurice Gironcel, secretario general del PCR, reafirmó en febrero de 2017, con ocasión del IX Congreso del partido, el apoyo de los herederos de Paul Vergès a la causa de Chagos. [3] La lucha contra el apartheid en Sudáfrica El PCR también se comprometió de modo resuelto y concreto al lado del pueblo surafricano en la lucha contra el régimen racista de Pretoria y el apartheid. No obstante, el contexto era hostil a la expresión de cualquier solidaridad. En efecto, el Gobierno francés brindaba su apoyo a Pretoria. Existía una línea aérea entre La Reunión y Sudáfrica y el régimen supremacista también tenía una representación diplomática en la isla. Por otra parte el apartheid tenía un grupo de amistad en el Senado francés presidido por Georges Repiquet, un reunionés. Por su parte Paul Vergès, a contrapié del poder dominante y denunciando la complicidad de la Francia institucional con los verdugos de Pretoria, lanzó en La Reunión la consigna “Liberen a Mandela”, símbolo de la resistencia a la opresión, y brindó un apoyo político y material a la lucha contra la segregación racial. [4] En 1985 el PCR organizó una inmensa manifestación contra el régimen del apartheid y en apoyo a la lucha de los surafricanos por la libertad que reunió a miles de personas. La exigencia era triple: boicot a los productos surafricanos vendidos en La Reunión, cierre de la línea aérea entre Saint-Denis y Johannesburgo y cierre del consulado surafricano. Como diputado europeo, Paul Vergès encabezó una delegación de parlamentarios y organizó una misión de investigación en Sudáfrica estrangulada por el régimen del apartheid. Marcado por las injusticias que observó allí, el grupo parlamentario publicó un informe denunciando las exacciones cometidas contra la mayoría de los surafricanos, víctimas del sistema segregacionista. Tras la publicación del informe, la Unión Europea decidió restringir sus relaciones diplomáticas con Pretoria. Durante el centenario de la fundación del Congreso Nacional Africano en enero de 2012, ningún partido político europeo fue invitado a las celebraciones. En cambio el PCR ocupó un lugar de honor al lado de las otras delegaciones, ilustrando así el reconocimiento del pueblo surafricano por la solidaridad activa de los reunioneses. Apoyo activo a la lucha del pueblo vietnamita Vietnam fue también una de las grandes causas que defendió el PCR. Esta nación que aspiraba a la plena independencia fue víctima de una guerra implacable de 1965 a 1973 que llevó Estados Unidos, opuesto a la emancipación del pueblo vietnamita. En el espacio de ocho años, se lanzaron más bombas sobre el norte de Vietnam que el total de bombas lanzadas durante toda la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. La resistencia popular que lideró Ho-Chi-Minh suscitó una solidaridad internacional, a la cual contribuyó Paul Vergès. Paul Vergès sentía respeto y admiración por los pueblos de la URSS, su revolución y sus progresos sociales y tenía lazos políticos fuertes con sus dirigentes. En cambio no vacilaba en expresar su oposición cuando consideraba que se violaban los principios y valores internacionalistas. Así, en 1968, condenó la invasión de Praga por la URSS, la calificó de “error trágico” y votó en contra de una moción que presentó el Partido Comunista de la URSS en 1969 durante un congreso que reunió a los partidos progresistas del mundo. En plena crisis entre la Unión Soviética y China, el líder del PCR lanzó un llamado a las dos grandes potencias, exhortándolas a dejar de lado sus diferendos, recordándoles que la gran prioridad era la lucha del pueblo vietnamita contra el imperialismo estadounidense. Paul Vergès se reuniría con Mao Ze Dong en octubre de 1961 durante un viaje a China, echando las bases de lazos duraderos entre el Partido Comunista Chino y el PCR. Paul Vergès también conocería a Ho-Chi-Minh y tejería relaciones con Vietnam. Fidelidad a Cuba socialista La Revolución Cubana fue una fuente de inspiración para todos los pueblos que luchaban por su emancipación. En La Reunión, la influencia de las ideas de progreso que vehiculó el proceso liderado por Fidel Castro marcó al PCR. Paul Vergès expresó con elocuencia su admiración por la lucha del pueblo cubano por la dignidad: “Cuba, ejemplo en América Latina de lo que puede hacer un pueblo que toma sus responsabilidades entre sus manos. Es para nosotros otra razón de confianza en nuestra propia victoria en el futuro”. [5] La Habana siguió con atención el combate del PCR por la igualdad. Los dirigentes cubanos sabían quién era Paul Vergès. Así, con ocasión del XX aniversario del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1979, el Partido Comunista de Cuba invitó al secretario general del PCR a La Habana, el cual, fue recibido con todos los honores. Fidel Castro hizo el esfuerzo para reunirse con Paul Vergès durante un encuentro que duró varias horas. Los grandes logros de la Revolución Cubana, particularmente la protección social brindada a los más vulnerables, marcó al PCR. Un extracto del diario Témoignages de 1979 expresó ese sentimiento: “En Cuba ya no hay niños abandonados en las calles. Desaparecieron los limpiabotas, los mendigos. Los niños son reyes. Gozan de buena salud, van a la escuela y a los centros de recreo o están con sus familiares y ya no el temen al futuro. Las mujeres tienen derecho al trabajo, a la palabra, a la libertad. Un Código de la familia las protege a ellas y a sus hijos”. [6] Paul Vergès pensaba en una posible aplicación en La Reunión de algunas medidas del modelo cubano, particularmente en el campo social. La isla del océano Índico presentaba en aquella época todas las características socioeconómicas de una sociedad del Tercer Mundo. Así, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos francés (INSEE), en 1970, el ingreso por habitante era inferior a 300 euros, o sea apenas un 17% del nivel nacional. [7] El PCR se sintió impresionado particularmente por el éxito de Cuba en la lucha contra el analfabetismo, que en 1961 se convirtió en el primer territorio del continente en erradicar esta plaga. Hoy La Reunión cuenta con más de 120.000 analfabetos sobre una población de 840.000 habitantes, o sea cerca del 25% de los habitantes entre 16 y 65 años, cuando Cuba resolvió este problema hace más de medio siglo. Conclusión El internacionalismo solidario con los pueblos del Sur en lucha por su emancipación fue un valor fundamental que cultivaron Paul Vergès y el PCR. En su tiempo José Martí, Héroe Nacional Cubano, expresó la máxima siguiente: “Patria es Humanidad”. Desde 1959 la Revolución Cubana ha hecho de este principio el pilar de su política exterior. En Isla Reunión el PCR, bajo la égida de Paul Vergès, a su manera y en el límite de sus recursos, ha expresado la solidaridad de los reunioneses con las mujeres y los hombres del planeta que reivindican su derecho inalienable a la autodeterminación, a la paz y a la dignidad. Notas: [1] Naciones Unidas, «Déclaration universelle des droits de l’homme», 10 de diciembre de 1948. http://www.un.org/fr/universal-declaration-human-rights/ (sitio consultado el 7 de febrero de 2017). [2] Olivier Bancoult, «Hommage à Paul Vergès de la part d’Olivier Bancoult et des Chagossiens», Témoignages, 14 de noviembre de 2016. http://www.temoignages.re/politique/actualites/hommage-a-paul-verges-de-la-part-d-olivier-bancoult-et-des-chagossiens,88134 (sitio consultado el 7 de febrero de 2017). [3] Maurice Gironcel, «Discours de clôture du IX Congrès du Parti Communiste Réunionnais», 5 de febrero de 2017. [4] Manuel Marchal, «La Réunion-Afrique du Sud : l’amitié repose sur la solidarité des luttes», Témoignages, 9 de diciembre de 2013. http://www.temoignages.re/culture/hommage/la-reunion-afrique-du-sud-l-amitie-repose-sur-la-solidarite-des-luttes,72885 (sitio consultado el 8 de febrero de 2017). [5] Témoignages, «La Révolution d’un peuple et son triomphe : des raisons de confiance dans notre propre victoire», 21 de enero de 1979. http://www.temoignages.re/politique/actualites/paul-verges-rencontre-fidel-castro,88283 (sitio consultado el 10 de febrero de 2017). [6] Ibid. [7] Institut national de la statistique et des études économiques, «La départementalisation de La Réunion», 4 de octubre de 2016. https://www.insee.fr/fr/statistiques/2128996#titre-bloc-28 (sitio consultado el 10 de febrero de 2017). *Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016. http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.html Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel