sábado, 22 de febrero de 2020

El relator de la ONU pide acción política urgente tras su visita a la España que hiela el corazón. Philip Alston confía en que el nuevo Gobierno tome medidas urgentes para paliar las desigualdades que ha observado en una de las dos Españas, la de la población “que lucha por sobrevivir”. Dice que el adjetivo que más ha escuchado durante su estancia ha sido “abandonados”.

PABLO ELORDUY
@PELORDUY

2020-02-08 06:00
En una descripción poética que se acopla a la realidad que ha visto durante sus casi dos semanas de visitas a España, Philip Alston, relator Especial de la ONU sobre extrema pobreza y los derechos humanos, explicó que ha visto “dos Españas”, una próspera que ya conocía de sus visitas turísticas y la otra poblada por “gente en el límite, luchando para sobrevivir”. El principal problema, según indicó ayer 7 de febrero en la rueda de prensa donde presentó sus conclusiones preliminares, es que “muchos españoles no reconocerían como parte de su país” algunos de los lugares a los que ha dirigido su atención: la Cañada Real en Madrid, Los Pajaritos —a las afueras de Sevilla— o los pobladores de recolectores migrantes de la fresa en Huelva son algunos de esos puntos “con peores condiciones que un campamento de refugiados”, señaló Alston.

el de Relator Especial de Naciones Unidas Philip Alston

La visita del relator de la ONU ha coincidido en el tiempo con los primeros pasos del Gobierno de coalición formado por PSOE y Unidas Podemos, lo que Alston no ha pasado por alto. Es positivo que el Gobierno esté comprometido por la justicia social, explicó, pero los desafíos son especialmente acuciantes, especialmente en materia de vivienda. Un derecho que, como señala, está reconocido por la Constitución pero que se tiene “que empezar a tomar en serio”, ante una situación de emergencia habitacional que calificó como patética

LA SITUACIÓN DE LA VIVIENDA
En ese sentido, Alston recalcó que las políticas de construcción de vivienda social y los planes de promoción público-privados no son suficientes como para encarnar una solución por sí misma y, además, están pensadas a medio y largo plazo, lo que no resuelve el problema, que ha sido una “constante” en sus múltiples reuniones durante estos diez días.

Este experto en extrema pobreza y derechos humanos no dudó durante la rueda de prensa de ayer en aconsejar que el Gobierno de España tome en serio medidas para la limitación de alquileres, al menos en zonas sensibles, como las que han implementado ciudades como Berlín o París. “La discusión sobre el control de los alquileres es controvertida pero es una clave, hay que ir más allá de ese debate”, recalcó Alston, para quien la estabilización de precios, que tiene que ser “adaptativa y flexible” puede ayudar para “sanar esta situación”.

Philip Alston
Philip Alston, Alto Comisionado para la lucha contra la pobreza infantil, durante la rueda de prensa de conclusiones de su visita.

El informe preliminar presentado por Alston —el definitivo será presentado a Naciones Unidas el próximo mes de junio— incide en los datos aportados por la fundación Foessa. Casi una de cuatro personas se encuentran en una situación de “exclusión de la vivienda”, según datos de 2018. Los precios del alquiler han subido un 50% en el periodo de 2013 a 2019, en un contexto de pérdida de poder adquisitivo del 7,8% en la última década. Tampoco se le ha escapado al relator de la ONU el ritmo de desahucios a raíz de la crisis ha producido 712.723 desahucios en los últimos trece años.

Más de 2,5 millones de personas han sido desahuciadas en España desde 2008

MIRARSE AL ESPEJO
“España tiene que mirarse al espejo, lo que va a ver no es lo que espera”, señaló Alston durante su alocución. “La imagen de España es la de un sistema basado en la familia, en la comunidad, en el que la gente que está en problemas será ayudada… Pero la economía ha cambiado, las condiciones sociales han cambiado, y ese sistema no ha cambiado, hay mucha gente a la intemperie”, recalcó el relator de la ONU. Pobreza generalizada, un sistema de protección social inadecuado “que arrastra deliberadamente a un gran número de personas a la pobreza”, un sistema educativo segregado y anquilosado en el tiempo, un sistema fiscal que no ejerce como motor para la redistribución sino que ha beneficiado a las empresas, y una mentalidad burocrática “fuertemente arraigada”, dibujan un panorama sombrío, del que Alston solo quiso rescatar dos sectores: la sanidad pública, que calificó como una “joya” pese a las diferencias entre Comunidades Autónomas y el sistema público de pensiones.

Las “altas tasas de pobreza son una opción política”, ha resuelto Alston, quien cree que es necesaria una intervención decidida en política fiscal. “Es difícil de comprender pero, en primer lugar, se está recaudando menos que en Europa y las clases medias se están beneficiando más del sistema fiscal que los pobres”, apuntó, antes de apostillar que los impuestos sobre empresas han sido recortados un 10% durante los años de crisis. Por último, Alston pidió transparencia al Gobierno para saber cuáles son realmente los impuestos que pagan las empresas.

Segregación educativa y pobreza infantil van de la mano en otro de los capítulos que ha reseñado el relator en su visita. El abandono escolar temprano se da en una situación en la que los adolescentes y jóvenes son perjudicados por la quiebra del ascensor social que debería ser la educación que, “en principio es buena, gratis, universal, pero en la práctica mucha gente no tiene con qué pagar los gastos asociados”, resalta Philip Alston. En su visita ha constatado que hay “diferencias enormes en educación entre las comunidades. Es inevitable pensar que hay que tener una coordinación seria y el gobierno nacional es el único que puede marcar la diferencia”.

La exclusión del pueblo gitano, las condiciones de trabajadores migrantes con o sin papeles —algunos de los cuales viven “en las peores condiciones que he visto”, dijo Alston— de las mujeres víctimas de violencia de género o los menores extranjeros no acompañados son otros de los puntos que la visita del relator de la ONU ha puesto de relieve. “La palabra que he escuchado con mayor frecuencia es abandonados”, resume en su evaluación preliminar. Muchas familias, destaca, se encuentran en la disyuntiva entre comer y calentarse, como consecuencia de los altos precios de la energía.

Alston ha sido generoso con el nuevo Gobierno en su informe, ya que cree que la retórica de derechos sociales y justicia social que ha acompañado la formación de la coalición es positiva. También indicó su convicción de que las Comunidades Autónomas no se resistirán “si el gobierno implementa mecanismos de financiación para transferir fondos”. No obstante, España tiene poco tiempo para mejorar sus cifras, salir de la crisis con un incremento de la desigualdad fue una opción política y combatir esa decisión llevará años y, quizá, enfrentará a España con imágenes que no ha querido ver hasta ahora.

https://www.elsaltodiario.com/desigualdad/relator-onu-pide-accion-politica-urgente-tras-visita-espana-hiela-corazon

viernes, 21 de febrero de 2020

75 ANIVERSARIO DE LA LIBERACIÓN DE AUSCHWITZ. El asesinato de discapacitados que inauguró las cámaras de gas nazis. Historiadores de la Shoah consideran que la operación T4 fue el precedente del Holocausto judío y de los campos de exterminio como Auschwitz.

El antisemitismo y la voluntad de asesinar a los judíos europeos formaba parte de la ideología nazi desde la fundación del partido y las persecuciones empezaron desde su llegada al poder. Sin embargo, los historiadores todavía debaten el momento exacto en el que se tomó la decisión de comenzar el exterminio industrial en cámaras de gas, aunque existe un consenso en que tuvo lugar en la segunda mitad de 1941. No hubo una orden escrita de Adolf Hitler, pero sí oral. A principios de 1942, después de la Conferencia de Wannsee que se celebró el 20 de enero, los nazis pusieron en marcha la llamada Operación Reinhard, la construcción de campos de exterminio con cámaras de gas en el territorio polaco anexionado por Alemania. Aquel invierno el Holocausto tomó una nueva dimensión que, sin embargo, tuvo un precedente en la forma de organizar el asesinato masivo de seres humanos.

Numerosos historiadores de la Shoah creen que el exterminio industrial de los judíos europeos, que convierte al Holocausto en un crimen único, sin parangón en la historia, se basó en un modelo con el que los nazis experimentaron desde el principio de la Segunda Guerra Mundial: el llamado programa T4 de asesinato de discapacitados. “El asesinato de los discapacitados precedió el de los judíos y los gitanos y podemos concluir que la operación de asesinato T4 sirvió de modelo para la solución final”, escribe el historiador y superviviente Saul Friedländer en su ensayo The Origins of Nazi Genocide: From Euthanasia to the Final Solution (The University of North Carolina Press, 2000), el estudio más completo sobre este programa, desgraciadamente no traducido al castellano.

Laurence Rees, otro gran investigador del nazismo, escribe en su libro El Holocausto. Las voces de las víctimas y los verdugos (Crítica, 2017): “El estallido de la guerra no agravó tan solo los padecimientos de judíos y polacos. Otras categorías de personas a las que ya se había atacado en el pasado también corrían un riesgo mucho mayor; en especial los discapacitados físicos y mentales. La forma en que se les trató desde aquel momento, a su vez, tuvo un impacto específico sobre el desarrollo del Holocausto”.

El sistema de exterminio que imperaba en Auschwitz-Birkenau, de cuya liberación se cumplen este lunes 75 años con una ceremonia a la que asisten decenas de jefes de Estado y Gobierno, así como el de los otros campos de exterminio nazis –Belzec, Chelmo, Majdanek, Sobibor y Treblinka–, en los que perecieron la mitad de los seis millones de judíos asesinados en el Holocausto, no se puede entender sin aquel primer programa. “Los muertos en el T4 son las víctimas olvidadas del Holocausto”, señala el profesor David Mitchell, de la Universidad George Washington University (EE UU) y codirector del documental Disposable Humanity (Humanidad desechable) sobre el programa T4.

Impulsado directamente por Hitler con la ayuda de su médico personal, Karl Brandt, entre 1939 y 1945 fueron asesinados en torno a 300.000 discapacitados en más de 100 hospitales. No hubo casi supervivientes. Aunque al final de la guerra se produjeron los llamados Procesos de los médicos, solo una pequeña parte de los verdugos fueron perseguidos –es el tema que trata la película alemana de 2019 La sombra del pasado del director de La vida de los otros, Florian Henckel von Donnersmarck–. Solo después de la caída del Muro de Berlín se encontraron 33.000 expedientes requisados por la Stasi sobre víctimas del T4. Niños, mujeres, hombres, indefensos y engañados, fueron asesinados en masa durante toda la guerra.

El Ministerio nazi de Interior dirigió esta operación a través de una organización conocida como T4, porque estaba en el número 4 de la Tiergartenstrasse, en Berlín. Desde 2012, un monumento del Estado alemán en recuerdo de las víctimas en esa misma dirección. Su misión era el asesinato de discapacitados y personas con enfermedades mentales que Hitler consideraba que no merecían vivir. Como explica el profesor Mitchell, las características del Holocausto se copiaron del programa T4: “Transporte de las víctimas al lugar donde serían gaseadas; bienvenida por un comité de enfermeras y/o médicos para dar a las víctimas una sensación de calma y familiaridad; comprobación de los registros médicos para determinar sus identidades, seguido de desvestirse y un examen superficial que era una comprobación de sus dientes de oro y para inventar una causa de muerte creíble falsa; una cámara de gas disfrazada de ducha; cremación de múltiples cuerpos al mismo tiempo”.

“No lo llamaría un prólogo al Holocausto, pero es evidente que se utilizaron los mismos procesos” –explica el investigador Kenny Fries, que está escribiendo actualmente un libro sobre el Holocausto y los discapacitados y publicó un artículo sobre el tema en The New York Times– “como la deshumanización de ciertos grupos o la necesidad de colaboración de muchas personas dentro y fuera del Gobierno”. La decisión de trasladar los campos de exterminio al Este, lejos de la mirada de los alemanes, fue también consecuencia de esta atrocidad. Este asesinato masivo de seres humanos demostró a los nazis que podían convertir el asesinato en una industria; pero también que estas matanzas debían producirse lejos y en secreto.

El programa T4 demostró que un número importante de médicos estaba dispuesto a participar en el asesinato masivo de seres humanos por motivos racistas. A una demostración de gaseado en el hospital de Sonnenstein-Pirna asistieron 200 médicos y solo dos se negaron a participar. El profesor Mitchell explica que no se tomaron medidas contra ellos. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió cuando fueron deportados los judíos alemanes en medio de un silencio cómplice, sí se produjeron protestas por parte de sectores importantes de la población (Costa Gavras trata este asunto en su película sobre el Holocausto, Amén, basada en la obra El Vicario, de Rolf Hochhuth), lo que llevó a Hitler a decidir que el Holocausto se llevase a cabo lejos y dentro de la mayor discreción posible (lo que no impidió que prácticamente todos los sectores de la Administración y muchos del sector privado participasen en el mayor crimen de la historia.

Monumento en la estación desde la que fueron deportados los judíos de Berlín.
Monumento en la estación desde la que fueron deportados los judíos de Berlín. FABRIZIO BENSCH REUTERS

Saul Friedländer explica que el domingo 3 de agosto de 1941, poco después de la invasión de la URSS cuando la expansión nazi por Europa parecía imparable, el obispo Clemens von Galen en un sermón en la catedral de Münster atacó a las autoridades por los asesinatos de enfermos mentales y discapacitados. El obispo protestante Theophil Wurm Wüttemberg también protestó públicamente. “Fue la única vez en la historia del Tercer Reich en la que importantes representantes de las iglesias cristianas de Alemania expresaron su condena pública de los crímenes cometidos por el régimen nazi”, escribe Friedländer.

Esto no llevó a los nazis a parar las matanzas, porque el asesinato de los judíos tenía prioridad incluso sobre el esfuerzo de guerra y continuó cuando los nazis ya no tenían ninguna esperanza de vencer a los aliados, pero sí a esconderlas.

“El Führer había comprendido el riesgo que corría ante la población alemana de mostrarse demasiado abiertamente cruel”, escribe Géraldine Schwarz en su ensayo sobre la memoria y el nazismo  Los amnésicos. Historia de una familia europea  (Tusquets). “También es una de las razones por las que el Tercer Reich desplegó una energía absurda en organizar la logística extremadamente compleja y costosa del transporte de los judíos de Europa y de la Unión Soviética para exterminarlos lejos de la vista de sus compatriotas en campos aislados en Polonia”. Los alemanes podían intuir que los judíos que habían desaparecido de sus ciudades y pueblos se enfrentaban a una suerte terrible, y no dudaron en apoderarse de sus bienes o en utilizar su trabajo esclavo (de eso trata entre otras cosas el libro de Schwarz); pero el asesinato masivo era una intuición, no una certeza. Pero si algo demostró el programa T4, es que la piedad no existía.

LIBROS PARA ENTENDER EL PROGRAMA T4

- Superviviente del Holocausto, nacido en Praga en 1932, Friedländer es uno de los grandes investigadores de los crímenes nazis y autor hasta el momento del ensayo más importante sobre el T4, The Origins of Nazi Genocide: From Euthanasia to the Final Solution (The University of North Carolina Press, 2000). Su obra monumental en dos volúmenes sobre el Holocausto, que suma 1.600 páginas, El Tercer Reich y los judíos (1939-1945), sí ha sido traducida por Ana Herrera para Galaxia Gutenberg y contiene numerosas referencias a este programa.

- Los amnésicos. Historia de una familia europea (Tusquets, 2019, traducción de Núria Viver Barri), con el que Géraldine Schwarz ganó el premio al libro europeo del año, también habla del programa T4 y de la forma en que una parte de la población alemana se rebeló contra él.

- Anatomy of the Auschwitz Death Camp, una recopilación de estudios sobre el funcionamiento del campo de exterminio editado por Ysrael Gutman y Michael Berenbaum en colaboración con el Museo del Holocausto de Washington, contiene un ensayo titulado ‘Nazi Doctors’, de Robert Jay Lifton y Amy Hackett. Estudia el papel de los médicos en el exterminio de judíos en Auschwitz y explica con detalle el programa. No ha sido traducido al castellano.

- Dos conocidos filmes sobre el nazismo, Amén de Costa Gavras, y la película alemana La sombra del pasado, de Florian Henckel von Donnersmarck, ganador de un Oscar por La vida de los otros, tratan el asesinato de los discapacitados. Ambos pueden verse en la plataforma Filmin. 

https://elpais.com/cultura/2020/01/27/babelia/1580112198_056446.html?rel=str_articulo#1581329472682

Nuevas investigaciones sobre Olof Palme

Olof Palme, nuevas investigaciones.



Era la noche del 28 de febrero de 1986, y tras salir del cine con su mujer, el entonces primer ministro socialdemócrata de Suecia, Olof Palme, fue asesinado a tiros en el centro de Estocolmo. El agresor huyó de la escena del crimen con el arma. Tres décadas después, todavía no se ha resuelto este magnicidio que conmocionó al país nórdico y generó infinidad de teorías de la conspiración. Pero el caso puede estar más cerca de resolverse. El fiscal Krister Petersson, encargado de la investigación desde que se reabrió en 2016, ha anunciado esta semana que espera aclarar lo que sucedió antes del verano.

“Estoy convencido de que podremos demostrar qué pasó el 28 de febrero de 1986, en el momento del asesinato y quién fue el responsable”, ha dicho Petersson al programa de televisión sueco Crime Semana. El fiscal ha matizado que también cabe la posibilidad de que la investigación se cierre sin juzgar a nadie, algo que podría suceder si el acusado hubiera muerto. "Estamos trabajando una línea de investigación muy interesante y mi objetivo es que durante la primera mitad de 2020 podamos tomar una decisión", ha señalado.

“Creemos que tenemos una idea bastante clara de lo que sucedió”, ha afirmado el fiscal al medio sueco Expressen. “Durante estos dos años, hemos analizado todo el material que había. Cuando lo ves todo con nuevos ojos, se observan las cosas de manera diferente. Hemos llegado a algunas conclusiones y tenemos investigaciones preliminares propias y nuevos interrogatorios”, ha declarado Petersson al tabloide Aftonbladet. “Me parece importante que los familiares puedan cerrar este episodio y que los suecos tengan la oportunidad de cerrar una herida que aún está abierta”, ha añadido. Frente al fracaso policial de la investigación durante años, Petersson mantuvo la esperanza de que el caso pudiera resolverse y lo reabrió en 2016.

El carismático político, que fue el primer ministro de Suecia entre 1969 y 1976 y, nuevamente, entre 1982 y 1986, fue un gran defensor de los derechos humanos y acumuló recelos entre las potencias de la década por sus opiniones abiertas contra el colonialismo y por sus críticas contra el intervencionismo de Estados Unidos en Sudamérica. Denunció el apartheid en Sudáfrica, la invasión soviética de Hungría en 1956, la de Checoslovaquia en 1968 o la de Afganistán en 1978. Algunos suecos creyeron que era un espía del KGB. Este escenario provocó que, tras su asesinato, circularan todo tipo de teorías para explicar quién estaba detrás de su muerte. Ante la falta de conclusiones policiales y judiciales esas teorías han atribuido el crimen a los separatistas kurdos, a los servicios de seguridad sudafricanos y a la policía secreta yugoslava, así como a un grupo de extrema derecha en Suecia.

Pero nadie ha sido encarcelado. Solo un delincuente menor, Christer Pettersson, con una condena previa por apuñalar a un hombre muerto con una bayoneta, fue condenado en primera instacia en 1989, pero absuelto en la segunda por falta de pruebas y liberado. Falleció en 2004. El caso volvió a dejar en evidencia a la policía y los servicios secretos suecos, y mantuvo las puertas abiertas a las especulaciones sobre su asesinato a los 59 años.

Los comentarios del fiscal Petersson han desencadenado nuevas conjeturas sobre la identidad del asesino o las posibles pruebas descubiertas después de tantos años, posiblemente relacionadas con el arma utilizada en el asesinato, que nunca se ha encontrado. En estas tres décadas, periodistas suecos, entre ellos el autor Stieg Larrson, han dedicado centenares de horas a investigar y analizar este caso, en el que se han realizado más de 10.000 interrogatorios. Las pesquisas de Larsson, retomadas tras su muerte por el periodista Jan Stocklassa, apuntan a que Palme fue asesinado en una operación preparada entre la extrema derecha sueca y los servicios secretos sudafricanos y que el disparo lo perpetró alguien del que luego pudieran deshacerse con facilidad.

Era la noche del 28 de febrero de 1986, y tras salir del cine con su mujer, el entonces primer ministro socialdemócrata de Suecia, Olof Palme, fue asesinado a tiros en el centro de Estocolmo. El agresor huyó de la escena del crimen con el arma. Tres décadas después, todavía no se ha resuelto este magnicidio que conmocionó al país nórdico y generó infinidad de teorías de la conspiración. Pero el caso puede estar más cerca de resolverse. El fiscal Krister Petersson, encargado de la investigación desde que se reabrió en 2016, ha anunciado esta semana que espera aclarar lo que sucedió antes del verano.

“Estoy convencido de que podremos demostrar qué pasó el 28 de febrero de 1986, en el momento del asesinato y quién fue el responsable”, ha dicho Petersson al programa de televisión sueco Crime Semana. El fiscal ha matizado que también cabe la posibilidad de que la investigación se cierre sin juzgar a nadie, algo que podría suceder si el acusado hubiera muerto. "Estamos trabajando una línea de investigación muy interesante y mi objetivo es que durante la primera mitad de 2020 podamos tomar una decisión", ha señalado.

“Creemos que tenemos una idea bastante clara de lo que sucedió”, ha afirmado el fiscal al medio sueco Expressen. “Durante estos dos años, hemos analizado todo el material que había. Cuando lo ves todo con nuevos ojos, se observan las cosas de manera diferente. Hemos llegado a algunas conclusiones y tenemos investigaciones preliminares propias y nuevos interrogatorios”, ha declarado Petersson al tabloide Aftonbladet. “Me parece importante que los familiares puedan cerrar este episodio y que los suecos tengan la oportunidad de cerrar una herida que aún está abierta”, ha añadido. Frente al fracaso policial de la investigación durante años, Petersson mantuvo la esperanza de que el caso pudiera resolverse y lo reabrió en 2016.

El carismático político, que fue el primer ministro de Suecia entre 1969 y 1976 y, nuevamente, entre 1982 y 1986, fue un gran defensor de los derechos humanos y acumuló recelos entre las potencias de la década por sus opiniones abiertas contra el colonialismo y por sus críticas contra el intervencionismo de Estados Unidos en Sudamérica. Denunció el apartheid en Sudáfrica, la invasión soviética de Hungría en 1956, la de Checoslovaquia en 1968 o la de Afganistán en 1978. Algunos suecos creyeron que era un espía del KGB. Este escenario provocó que, tras su asesinato, circularan todo tipo de teorías para explicar quién estaba detrás de su muerte. Ante la falta de conclusiones policiales y judiciales esas teorías han atribuido el crimen a los separatistas kurdos, a los servicios de seguridad sudafricanos y a la policía secreta yugoslava, así como a un grupo de extrema derecha en Suecia.

Pero nadie ha sido encarcelado. Solo un delincuente menor, Christer Pettersson, con una condena previa por apuñalar a un hombre muerto con una bayoneta, fue condenado en primera instacia en 1989, pero absuelto en la segunda por falta de pruebas y liberado. Falleció en 2004. El caso volvió a dejar en evidencia a la policía y los servicios secretos suecos, y mantuvo las puertas abiertas a las especulaciones sobre su asesinato a los 59 años.

Los comentarios del fiscal Petersson han desencadenado nuevas conjeturas sobre la identidad del asesino o las posibles pruebas descubiertas después de tantos años, posiblemente relacionadas con el arma utilizada en el asesinato, que nunca se ha encontrado. En estas tres décadas, periodistas suecos, entre ellos el autor Stieg Larrson, han dedicado centenares de horas a investigar y analizar este caso, en el que se han realizado más de 10.000 interrogatorios. Las pesquisas de Larsson, retomadas tras su muerte por el periodista Jan Stocklassa, apuntan a que Palme fue asesinado en una operación preparada entre la extrema derecha sueca y los servicios secretos sudafricanos y que el disparo lo perpetró alguien del que luego pudieran deshacerse con facilidad.


La prensa sueca afirma que Stieg Larsson sabía quién mató a Olof Palme

jueves, 20 de febrero de 2020

Boris Cyrulnik: “La desigualdad social empieza en los mil primeros días de vida”. El reconocido neurólogo francés que difundió el concepto de resiliencia destaca el papel en nuestro desarrollo de la atención recibida incluso antes de nacer

Hay muchas maneras de aproximarse a Boris Cyrulnik. Es el neuropsiquiatra que difundió el concepto de resiliencia, la capacidad de superar las adversidades. Es el autor de numerosos libros que han acercado al público las claves de su disciplina, como Los patitos feos, publicado en castellano, como gran parte de su obra, por la editorial Gedisa. Es un hombre de 82 años marcado por el Holocausto y la II Guerra Mundial. Y es quien inspira al presidente francés, Emmanuel Macron, sus políticas sobre la educación preescolar y la escolaridad obligatoria a los tres años.

PREGUNTA. ¿Todo se juega en los seis primeros años, antes de la educación primaria?

RESPUESTA. No todo. Si uno fracasa en estos años, aún puede recuperarse. Yo no fui a la escuela. Pero son años en los que el aprendizaje es fulgurante y fácil: los niños aprenden a toda velocidad porque las neuronas bullen. Después uno puede seguir aprendiendo, pero menos rápido.

P. ¿Qué puede ir mal en estos años?
R. Macron dijo que todos los franceses debían ir a la escuela maternal a los tres años. Había constatado que el 93% de niños y niñas ya iban a esa edad, pero que no iban los hijos de padres infelices o con dificultades sociales, lo que agravaba la desigualdad.

P. ¿Por qué?
R. Cuando un niño entra en la escuela maternal a los tres años, si antes los padres le han ofrecido un ambiente estimulante, el niño posee entre 800 y 1.000 palabras. El que entra sin haber sido socializado o sin haber pasado por la guardería posee 200 palabras. No entenderá a la maestra y será un mal alumno.

P. ¿Qué consecuencias tiene esta desigualdad de raíz?
R. Hoy la sociedad selecciona por medio de la escuela y del diploma: es la nueva aristocracia. Ya no es la aristocracia de la fuerza física ni la de los bienes o las fábricas, que aún existe pero es menos importante. La nueva aristocracia es la del diploma. Desde los tres años, los niños que han estado bien arropados con anterioridad serán los buenos alumnos, y los niños mal arropados acumularán tal retraso en el lenguaje que serán malos alumnos, no tendrán diplomas y tendrán dificultades sociales, culturales, afectivas…

P. Por lo que usted dice, no todo se juega entre los tres y los seis años, sino incluso antes.
R. Sí, en los primeros mil días ya empieza la desigualdad social.

P. ¿Cómo intervenir a esta edad, cuando los niños todavía no están escolarizados? “Cuando una madre está infeliz, segrega sustancias del estrés que pasan al líquido amniótico”
R. Ahora que las mujeres trabajan y que la aldea ya no existe, hay niños que viven en un ambiente pobre y que serán malos alumnos. Pero estos niños, si los enviamos a guarderías, si los arropamos, y si arropamos a los padres y madres infelices, si detectamos dificultades psicológicas y sociales de los padres, podremos mejorar el nicho sensorial que rodea al bebé y habrá menos injusticias: al entrar en la escuela maternal tendrá menos retraso.

P. ¿Qué hacer para atenuar estas desigualdades? “Mis primeros años debieron de ser fortificantes porque conservé una pequeña confianza en mí”
R. Si se constata, desde antes del momento de la concepción, que la madre tiene 14 años, que no tiene empleo, que no tiene familia, que se droga y vive con un amante que tiene 17 años y es delincuente y toma cocaína, entonces puede predecirse que el nicho sensorial que rodea al bebé será negativo y que tendrá un retraso en el desarrollo. En cambio, si los padres están arropados y en seguridad, puede predecirse que el bebé tendrá un entorno que le permitirá un buen desarrollo. Todo empieza antes del nacimiento.

P. ¿Cómo garantizar que exista este entorno?
R. Detectando los embarazos patológicos. Una de cada cuatro mujeres sufre depresión durante el embarazo. Los trabajos sobre la epigenética muestran que cuando la madre está infeliz segrega las sustancias del estrés que pasan al líquido amniótico, y el bebé traga cuatro o cinco litros de líquido amniótico diarios lleno de cortisona, catecolamina y sustancias del estrés que dañan su cerebro. El niño llega al mundo con el cerebro dañado porque la madre es infeliz. Y las causas de la infelicidad de la madre son esencialmente el aislamiento, contra el cual socialmente puede lucharse con la familia y el barrio. Es la violencia conyugal contra la que se debe luchar. Y es la precariedad social contra la que me gustaría que se luchase. Si protegemos a las madres, protegeremos a los niños.

P. ¿Cómo fueron para usted sus primeros años?
R. Yo nací en 1937. Mi padre se alistó en el Ejército francés en 1939. Fue herido y detenido en la cama del hospital por la policía francesa, el país para el cual combatía. Después fue deportado y desapareció en Auschwitz. Mi madre se quedó sola, muy pobre, sin familia: los hombres estaban en el Ejército, los jóvenes en la Resistencia y los otros en Drancy [el campo en las afueras de París desde el que se enviaba a los judíos de Francia a los campos de exterminio y concentración] o en Auschwitz. En 1942 la Gestapo la detuvo. A pesar de eso, mis primeros años debieron de ser fortificantes porque conservé una pequeña confianza en mí. A los seis años me detuvieron y me evadí. Después me recogieron unos Justos [personas que desinteresadamente salvaron a judíos en situación de peligro], me sentí seguro con ellos y retomé el desarrollo correcto. La hermana de mi madre me reencontró después de la guerra, pero casi nunca había estado en la escuela. Pasé un examen de entrada al liceo [instituto], me aceptaron, lo que es la prueba de la existencia de Dios, y recuperé mi retraso y me las arreglé.

P. Los primeros años, con su madre, ¿le dieron la fuerza para sobrevivir?
R. Sí, sin duda. Los niños aislados en los dos primeros años de vida pierden confianza en ellos, tienen miedo del mundo y solo tienen actividades autocentradas.

P. Y usted, en cambio, confiaba en sí mismo.
R. Sí.

P. Su padre y su madre desaparecieron.
R. Toda mi familia, excepto una hermana y un hermano de mi madre.

P. No haber podido enterrar a sus padres, ¿es una herida abierta?
R. No murieron: desaparecieron. No es lo mismo. En un duelo se sufre, se llora y se les devuelve la dignidad, se les hace una bella sepultura, se dicen cosas amables, se inscribe el nombre, se ponen flores, se cantan canciones. Mientras que mis padres no tuvieron esta dignidad, desaparecieron. Después de la liberación, supe que se habían convertido en humo, sin sepultura.

P. A los 11 años ya quiso ser psiquiatra. ¿Por qué tan pronto? A esa edad quieren ser futbolistas.
R. Oía decir a mi alrededor que el nazismo era una prueba de locura social. Aún lo pienso. No era individual, era la sociedad la que deliraba. Yo me dije que, si la sociedad está loca, debía convertirme en psiquiatra para impedirlo y así no volvería a haber guerras.

https://elpais.com/elpais/2020/02/07/ideas/1581086942_070008.html

miércoles, 19 de febrero de 2020

Bertrand Russell. El filósofo que dijo sí al amor libre y no a la guerra. El pensador británico siempre fue a contracorriente y sus ideas aperturistas fueron calificadas de lascivas y peligrosas. Se cumplen 50 años de su muerte

Bertrand Russell (1872-1970), figura central de la filosofía del siglo XX, no fue un hombre unidimensional. Tanto como el conocimiento, le preocupaban los asuntos políticos y sociales de su época. Los últimos años de su vida los dedicó a combatir las armas nucleares, impulsar el Tribunal contra los Crímenes de Guerra y a oponerse a la intervención de Estados Unidos en Vietnam. Su activismo antibelicista y feminista, de hecho, le causó muchos problemas: fue encarcelado dos veces (1918 y 1961); expulsado del Trinity College, en Cambridge; y le acusaron de lascivia e incluso de inducir al suicidio. No le importó: respondía solo ante su conciencia.

Fue un librepensador.
En 1920 viajó a Rusia y conoció a Lenin, que le decepcionó. A su vuelta no ahorró críticas al nuevo régimen, lo que no implicaba elogios a Occidente. Cuando le preguntaron qué tenía contra el “mundo libre” respondió de inmediato: “Que no es libre”. Y fue un pensador muy precoz. Siendo adolescente inició una investigación sobre tres cuestiones que le apremiaban: Dios, la inmortalidad y el libre albedrío. Concluyó que “no había razones para creer” en ninguna de ellas.

El amor libre y la lucha contra las estrecheces de la moralidad imperante marcaron su trayectoria. En 1957 el obispo de Rochester le escribió: “En su libro, Matrimonio y moral, no se pueden ocultar las pezuñas hendidas de la lascivia (…) a veces deben acosarlo recuerdos de asesinatos, suicidios e incalculable dolor causados por los experimentos de jóvenes unidos fuera del matrimonio”. No fue la única crítica. Pero mucho de lo que le atribuían no figuraba en el libro. Sí defendía la igualdad de derechos (políticos y sexuales) de hombres y mujeres, y calificaba de “superstición cristiana” la idea de que el sexo fuera impuro, herencia, decía, de Pablo de Tarso: “Si no tienen don de continencia, cásense. Pues más vale casarse que abrasarse”. Añadía que la ética cristiana degrada a la mujer, quien había empezado a ser libre al decaer la noción de pecado, ayudada por los anticonceptivos y su incorporación al trabajo, que le daba independencia. Proponía la educación sexual y profundizar en la igualdad: “Mantener lo antiguo exige que la educación de las jóvenes busque volverlas estúpidas, supersticiosas e ignorantes; requisito que cumplen las escuelas donde interviene la Iglesia”, porque “la ignorancia nunca puede fomentar la conducta recta ni el conocimiento estorbarla”. Además, sugería los “matrimonios a prueba” y defendía las relaciones extramatrimoniales si no suponían daño para nadie.
El 18 de febrero de 1961, Bertrand Russell (88 años) se manifiesta en Londres por la prohibición de las armas nucleares.

El 18 de febrero de 1961, Bertrand Russell (88 años) se manifiesta en Londres por la prohibición de las armas nucleares. JIMMY SIME CENTRAL PRESS

Matrimonio y moral se publicó en el año 1929 y fue un éxito. Pero le supuso mil problemas, sobre todo en Estados Unidos, adonde viajó en 1938 y donde tuvo que quedarse, forzado por la guerra. Iba a impartir un curso en la Universidad de Chicago y pensaba titularlo Las palabras y los hechos, conectando con la perspectiva del atomismo lógico, que sugería analizar los problemas filosóficos descomponiéndolos en sus elementos mínimos lingüísticos. El título pareció demasiado claro a la academia y fue rebautizado: Correlación entre hábitos motrices orales y somáticos. El rector de la Universidad, un neotomista, no lo apreciaba y no le renovó el contrato.

Tampoco fue bien acogido en la Universidad de California. Ya se veía sin ingresos (la guerra le impedía obtener dinero del Reino Unido) cuando le llegó una invitación de The City College of New York. Su llegada al centro provocó una masiva protesta de clérigos católicos. La madre de una alumna (no inscrita en las clases de Russell) se querelló alegando que su presencia era “peligrosa para la virtud de su hija”. Ante el tribunal, sus obras fueron descritas como “lascivas, libidinosas, lujuriosas, venéreas, eroticomaniacas, afrodisiacas, irreverentes, parciales, falsas y privadas de fibra moral”. Sin trabajo, se puso a escribir Historia de la Filosofía Occidental y sobrevivió gracias a un anticipo por la obra.

El laicismo le llegó casi por herencia. Cuando quedó huérfano, a los cuatro años, se vio que su padre, vizconde de Amberley, había dejado establecido que no lo educara la familia sino otras personas que eran ateas y podrían protegerlo de los “males de una formación religiosa”. Los abuelos amenazaron con un pleito que inclinó a los tutores a cederles la custodia. Siendo todavía un adolescente, decidió que el matrimonio era nefasto y lo racional, el amor libre. Corría el final del siglo XIX. Descubrió el sexo y la masturbación, una práctica que mantuvo hasta los 20, cuando se enamoró de Alys Pearsall Smith, que sería su primera esposa. Por aquellos años trabajaba ya en los tres volúmenes de Principia Mathematica, que se publicaría entre 1910 y 1913, escritos conjuntamente con Alfred North Whitehead. Con ellos alumbraron la filosofía analítica, una de las principales corrientes del siglo XX.

El matrimonio, decía, le aportó estabilidad. Más tarde recomendaría a sus alumnos (hombres y mujeres) la convivencia prematrimonial para escapar de los apremios sexuales de la edad. Con Pearshall cubría una de sus pasiones (“el ansia de amor”) y podía dedicarse a las otras dos: “La búsqueda del conocimiento y la piedad por el sufrimiento de la humanidad”.

Su actividad filosófica quedó a veces subordinada a la política. Aun así, su influencia aumentaba, a lo que contribuyó el Círculo de Viena, que impulsó el análisis lingüístico como método de abordar (y disolver) los problemas filosóficos. También uno de sus discípulos: Ludwig Wittgenstein, cuyo Tractatus prologaría, facilitando su publicación. Russell lo describe “apasionado, profundo, intenso, dominante”. Un día, Wittgenstein le preguntó: “¿Cree usted que soy un perfecto idiota?”. “¿Para qué quiere saberlo?”, replicó Russell. “Si lo soy me haré aeronauta, pero si no lo soy me convertiré en filósofo”, dijo el discípulo.

Pearsall lo acompañó en sus campañas por la igualdad de las mujeres, pero la relación entre ambos ya había decaído cuando él se convirtió en objetor frente a la participación inglesa en la Primera Guerra Mundial. Su actividad fue incesante: escribió cartas y manifiestos, intervino en mítines y sugirió que la función del ejército era más sofocar revueltas obreras que defender las fronteras de un hipotético enemigo. Por ello fue acosado por los belicistas y hasta por mujeres que criticaban su feminismo militante. El Departamento de Guerra lo consideró peligroso y le prohibió acercarse a la costa, para que no se comunicara con submarinos alemanes. Finalmente fue condenado a seis meses de prisión y expulsado del Trinity College, aunque sería readmitido en 1944. Años más tarde recordaría su estancia en prisión como placentera, dedicado a la lectura y la escritura, y visitado por la activista Dora Black, que sería su segunda esposa, y por su amante en aquellos años, Colette O’Neil.

Aunque Black era contraria al matrimonio, se casaron en 1921, poco antes del nacimiento de su primer hijo: John Conrad. El segundo nombre hacía honor a su amigo Joseph Conrad. Poco después nació una hija, Kate, y se planteó un problema: ninguna escuela era satisfactoria. El matrimonio decidió fundar una que fuera libre. Resultó un desastre: “Muchos de los principios que regían la escuela eran erróneos. Un grupo de niños no puede estar feliz sin una cierta medida de orden y rutina”, porque “dejarlos en libertad era establecer el reino del terror en el que los fuertes hacían sufrir a los débiles. Una escuela es como un mundo: solo el Gobierno puede evitar la brutalidad y la violencia”, escribió Russell en su Autobiografía.

En 1944 pudo dejar Estados Unidos y volver a Inglaterra, donde ya no era tan mal visto, y en 1950 recibió el Premio Nobel de ¡Literatura!, sin haber publicado obra alguna de ficción. Estimulado por el premio reelaboró algunos cuentos y los publicó en libro. Russell se opuso a la Primera Guerra Mundial, pero no a la Segunda. Creía que enfrentarse al nazismo era una obligación moral. Nazis y fascistas lo aborrecían por igual. En 1922, no había podido viajar a Italia para un congreso de filosofía. Mussolini anunció que a él no le pasaría nada, pero que cualquier italiano que le hablara acabaría muerto.

Terminada la segunda guerra, se movilizó contra las armas atómicas y a favor de un Gobierno mundial, convencido de que otra guerra no dejaría vencedores ni vencidos. En 1955 se publicó un manifiesto contra las armas nucleares encabezado por su firma y la de Albert Einstein. Creía que la mera exposición del peligro bastaría para abrir los ojos a la gente. No fue así, lo que le llevó a pensar que “había descubierto un hecho político”, que “posiblemente” la gente prefiere morir a ver vivos a sus enemigos. Una reflexión que lo incitó a combatir los nacionalismos y proponer que todas las armas quedaran bajo el control de un Gobierno mundial.

La crisis de los misiles en Cuba acentuó, si cabe, la conciencia de que había que moverse en todas direcciones. Escribió a los Gobiernos implicados y trató de provocar movilizaciones con escaso éxito. Paralelamente, intentó convencer a Israel de que revisara la situación de los palestinos. El resultado de toda esta actividad fue la creación de la Fundación Russell para la Paz, a la que se dedicó hasta el límite de sus fuerzas. También se opuso a la guerra del Vietnam y a cualquier violación de los derechos humanos, participando junto a Jean-Paul Sartre en el Tribunal contra los Crímenes de Guerra.

Una de las consecuencias de esta actividad fue su segundo ingreso en prisión (esta vez sólo una semana) acusado de desobediencia civil. Tenía 88 años. Le acompañó, tanto en la desobediencia como en la condena, su cuarta esposa, Edith Finch, con la que conviviría hasta su muerte. Poco antes escribió que estaba convencido de que, por desastroso que pareciera el presente, “la mejor parte de la historia humana no reside en el pasado, sino en el futuro”.

https://elpais.com/elpais/2020/01/31/ideas/1580485200_697662.html?por=mosaico

martes, 18 de febrero de 2020

_- El secreto de la escena de sexo que catapultó a Brad Pitt a la fama. O cómo Thelma y Louise convirtió el cuerpo de Brad Pitt en oscuro objeto de deseo y le dio una oportunidad a la 'female gaze'. RAQUEL PELÁEZ.

_- Geena Davis and Brad Pitt share a sex scene in the film 'Thelma And Louise', 1991. (Photo by Fotos International/Getty Images) Aún está por ver si mañana le darán el Oscar por su actuación en una película con la que una vez más ha hecho suspirar al mundo por su físico prodigioso. En Érase una vez en… Hollywood Brad Pitt, entre otras cosas, se sube a un techo sin camisa, con el torso totalmente desnudo, para instalar una antena. Es decir, aparece, una vez más, ejerciendo de lo que ha sido desde el principio de su carrera: un sex symbol. La mirada de Quentin Tarantino se recrea en el cuerpo del actor de 50 años como ya lo hicieran antes David Fincher en El Club de la Lucha y Guy Ritchie en Snatch, Cerdos y Diamantes.

La primera vez que el mundo se fijó en Brad Pitt también aparecía luciendo pectorales. Fue en Thelma y Louise, el film que le dio fama mundial. Lo dirigió el británico Ridley Scott pero el guion pertenece a la texana Callie Khouri, quien ganó un Oscar por esa historia en la que dos mujeres emprenden un road trip juntas por diversión y acaban huyendo hacia México tras matar a un hombre que ha intentado violar a una de ellas.

La película estuvo a punto de no ser filmada a causa de las reticencias que generaba entre los productores el hecho de que las protagonistas se defendieran de la violencia machista con pistolas. La periodista especializada en cine Becky Aikman cuenta en su libro de 2017 Off the Cliff: Cómo Thelma y Louise condujo a Hollywood al precipicio, que la reacción de un alto ejecutivo de la industria cuando leyó el guión fue: “No lo pillo. Son dos zorras en un coche”.

En Thelma y Louise la escena que protagoniza Brad Pitt es crucial para comprender el desenlace de la historia (spoiler: ambas prefieren tirarse por un barranco que entregarse a la policía y volver a sus vidas anteriores) y ha sido analizada por diferentes teóricos como un pasaje totalmente novedoso en la historia del cine.

Su personaje es el pícaro J.D., un atractivo joven al que Thelma (Geena Davies) y Louise (Susan Sarandon) recogen haciendo auto-stop mientras están huyendo de la ley. J.D les dice que es estudiante y que está intentando regresar al instituto. Aunque hay algo que no encaja del todo en la historia, la suspicaz Louise deja que se una con ellas al viaje y que su amiga Thelma, que está casada con un maltratador, tontee con él para distraerse. En su travesía se detienen a pernoctar en un motel. Louise les sugiere a Thelma y J.D. que compartan habitación.

En la intimidad de la noche J.D le confiesa a Thelma que en realidad es un atracador de poca monta y que se gana la vida dando el palo a tiendas y estaciones de servicios. Ella, fascinada, le pide que escenifique como ejecuta esos atracos. J.D, sin camisa, en vaqueros y con un sombrero de cowboy puesto hace una dramatización con el secador de ella, que usa como si fuese un revolver.

“Geena Davis observa el cuerpo de Pitt con tal lujuria que sus ojos casi se salen de las cuencas. La audiencia fue capaz de verle a él a través de los ojos de ella: por primera vez se había creado una escena de sexo en el que el punto de vista era el de la mujer”, dice Becky Aikman, describiendo el tórrido pasaje.

“En el paradigma clásico de Hollywood el papel de la mujer es el de objeto pasivo, mientras que los hombres son agentes activos. El hombre es el que mira, el que tiene la mirada, mientras que la mujer es la imagen codificada para un gran impacto visual y erótico […] Para las mujeres espectadoras se abren dos opciones: o bien se identifican con el punto de vista del hombre y el agente masculino dentro de la película o bien se identifican con el sujeto femenino de forma masoquista”, explicaba la teórica de cine británica Laura Mulvey en Placer Visual y cine narrativo (1988). El ensayista Glenn Man defiende en Géneros y mitos en Thelma y Louise (1992) que en esta película ocurre exactamente lo contrario: “El film está construido para retar de forma consciente el paradigma clásico de la mirada masculina definido por Mulvey”. Es decir, la película introduce por primera vez el punto de vista radicalmente femenino (lo que ahora se llama the female gaze) y el objeto hipersexualizado es el cuerpo de Brad Pitt. Para una mujer heterosexual identificarse con Thelma en esa escena con J.D. es todo menos masoquista.

Hasta Ridley Scott se implicó activamente en la hipersexualización del cuerpo de Pitt: para que sus pectorales pareciesen más brillantes y sudorosos durante esa escena se ocupó personalmente de pulverizarles agua Evian. En el montaje original la escena llegaba a durar quince minutos.

“Las líneas que Callie Khourie pensó para esa escena desarrollaban una situación de seducción en la que los personajes hablan con humor, de forma cariñosa, con afecto e interés. Geena y Brad interpretaron unos prolegómenos que eran una delicia”, explica Aikman en su libro.

El proceso de casting para encontrar al actor que debía encarnar al pícaro atracador fue complicado, precisamente por la importancia que tenía este personaje en la trama.

“En su primera lectura, Brad Pitt lo hizo muy bien: tenía un punto James Dean, un acento muy auténtico y un encanto macarra” apunta Aikman. “Pero a Ridley Scott le pareció que era muy joven y pasaron a otros candidatos”.

Según se cuenta en Off the cliff también acudieron al casting para este papel Mark Ruffalo, James Le Gros, Dermot Mulroney, Dylan McDermott o Robert Downey Jr. Incluso George Clooney, que después ha bromeado frecuentemente sobre el asunto, acudió al casting. Sin embargo, el candidato favorito de Scott era William Baldwin. Este actor rechazó el rol tres semanas antes de que empezase la película porque había conseguido un papel principal en Llamaradas. Solo entonces llamaron a Pitt.

Brad Pitt en una escena de ‘Thelma y Louise’. A la mañana siguiente de acostarse con Thelma, J.D., fiel a sus no-principios, le roba todo su dinero. Pero la película también codifica esa “desgracia” en términos feministas. El personaje de Brad Pitt ha cumplido una doble función: hacer salir a Geena Davies del letargo sexual en el que se hallaba sumida por su matrimonio con un maltratador y enseñarle algunos trucos para que ella misma pueda atracar gasolineras, ahora que no tiene un centavo pues el propio J.D. le ha robado todo lo que tenía. “En este contexto, la acción de J.D no se ajusta a la narración clásica masculina en la que la mujer que se desmelena recibe una lección por su descaro, sino que funciona de forma completamente opuesta. Les da poder a las dos protagonistas”, explica Glenn Man en Géneros y mitos en Thelma y Louise.

La película fue un fenómeno mundial y convirtió a Brad Pitt en una estrella internacional pero también le endosó un estatus, el de bomba sexual, al que algunos (como, por ejemplo, la crítica de The New York Times Manohla Dargis) culpan de que nunca se le haya tomado realmente en serio. Se supone que por eso aún no ha ganado ningún Oscar. Veremos si mañana se rompe la “maldición”.

«A mí no me causó una impresión particularmente reseñable… yo simplemente pensé que era un chaval guapo», le dijo Michael Madsen, quien en la película interpretaba al marido de Louise, a Becky Aikman. “No veía yo que hubiese para tanto. Y sigo sin verlo». Quizá porque esta vez la mirada que importaba era otra.

https://smoda.elpais.com/celebrities/el-secreto-de-la-escena-de-sexo-que-catapulto-a-brad-pitt-a-la-fama/

lunes, 17 de febrero de 2020

Ferran Bono, El Espíritu del Tiempo. “Me asombró descubrir el pasado nazi de científicos que había estudiado”

FERRAN BONO
El autor valenciano novela en 'El espíritu del tiempo', ahora traducida al español, la complicidad de la comunidad académica con el régimen totalitario de Hitler.

Mujeres en un mitin nazi en estadio Zeppelin en una imagen sin datar.

Mujeres en un mitin nazi en estadio Zeppelin en una imagen sin datar.  BETTMANN ARCHIVE


Estudiaba los insectos mucho antes de doctorarse en Biología y se hizo un nombre como articulista de divulgación científica antes de impartir clases de Periodismo en la Universitat de València y de dirigir la revista de investigación Mètode. Pero además, Martí Domínguez, valenciano de 53 años nacido en Madrid, es hoy uno de los novelistas más respetados y premiados de la actual literatura en catalán. Ahora ha vuelto a franquear la frontera a menudo impermeable de la traducción al castellano con El espíritu del tiempo (Destino), su última novela que sale mañana a la venta vertida al español por él mismo.

El libro aborda la complicidad entre la comunidad científica y el régimen nazi a través de las andanzas de un investigador austriaco, un tanto cínico, que pasa de esbozar en su casa teorías darwinistas y eugenésicas sobre el comportamiento animal a llevarlas a la práctica con humanos en Polonia. Acaba recibiendo el Premio Nobel muchos años después de la Segunda Guerra Mundial. Es ficción, pero muy real, y basada en hechos documentados.

“Me asombraba descubrir el pasado nazi, que había sido blanqueado, de científicos que yo había estudiado en libros de texto de Biología”, explica Martí Domínguez. “Algunos, cuando volvieron de los campos de concentración soviéticos, como mi personaje, se encontraron con que nadie quería hablar del nazismo. Hay un proceso de silenciar el pasado. Es cierto que se condena el nazismo pero también se condena su memoria. En Polonia, los visitantes de los campos de concentración como el de Auschwitz [de cuya liberación se acaban de cumplir 75 años) son casi todos extranjeros, pero muy pocos polacos. Y menos aún alemanes”.

El protagonista de esta novela creía totalmente en el nazismo. “También era una forma de liberarse del catolicismo. Thomas Bernhard ya decía en sus libros que pasaron del nazismo al catolicismo asfixiante de antes. Mi personaje se queda deslumbrado con el nazismo. Le pasó al mismo Heidegger. Muchos participaron directamente; otros se dejaron arrastrar. También el régimen nazi destinó mucho dinero para la ciencia. Hitler decía que toda ciudad tendría su centro de investigación. Inquieta mucho pensar en ello. Pero es que la comunidad científica veía a Hitler como un demiurgo, un visionario”, relata el autor de El regreso de Voltaire (Premio Josep Pla).

Martí Domínguez en el Jardí Botànic de Valencia. Martí Domínguez en el Jardí Botànic de Valencia. MÒNICA TORRES Domínguez ejerce de periodista y se anticipa a la pregunta: “¿Qué pasaría ahora si hubiera un régimen así? Hemos de aprender de lo que sucedió y de la gran dificultad de oponerse cuando ya se ha implantado un régimen totalitario. Ahora pensamos: qué pocos alemanes se opusieron al nazismo. Y comienzas a buscar nombres importantes, que no fueran judíos o declaradamente marxistas, como Bertolt Brecht, y no hay tantos. Incluso a Thomas Mann le supuso un problema denunciarlo, y no lo hizo hasta que se vio en el exilio. Stefan Zweig, que era judío, no escribió ni una línea contra el nazismo, salvo en sus memorias póstumas. Resultaba muy difícil. Por eso hay que ser muy contundente ante el resurgimiento de ideas totalitaristas antes de que sea demasiado tarde”.

Para documentarse y recrear la trama de su novela, el escritor consultó a historiadores y rebuscó en archivos, además de recorrer escenarios de Austria, Checoslovaquia, Polonia y Bielorrusia. En este último país, llegó a tumbarse en las trincheras nazis de la línea del frente ruso cuya ruptura por parte del ejército soviético “cambió las tornas de la Segunda Guerra Mundial”, aunque la historiografía señale, sobre todo, el desembarco de Normandía, apunta. De aspecto tranquilo y risueño, es más probable imaginar al autor de Las confidencias del conde de Bufon paseando por el Jardí Botànic, donde se ubica su despacho y donde se realizó esta entrevista, que arrastrándose por una antigua trinchera.

Con El espíritu del tiempo, Martí Domínguez se ha introducido en un nuevo territorio literario, alejándose de su apreciado Siglo de las Luces y acercándose a programas como la inseminación de púberes por oficiales de las SS o al secuestro de niños eslavos para repoblar los territorios ocupados como Polonia. “Soy un racionalista puro y duro, pero la ciencia sin conciencia es un error. Siempre debe ir acompañada de ética. Con los nazis la ciencia ocupa el campo de la filosofía para legitimar la masacre. Los judíos eran la punta de lanza. Los campos de concentración se construyeron también para lo que venía después, si llegan a ganar la guerra: millones y millones de eslavos muertos”.

La novela se adentra en el plan nazi para repoblar y germanizar: “El espacio vital de Alemania era el Este, que se consideraba un espacio poblado por subhumanos. A los niños que eran germanizables les quitaban su identidad, los sometían a una rápida educación y los enviaban a familias alemanas, especialmente de las SS. Se recomendaba a las mujeres alemanas que tuviesen al menos cuatro hijos, de modo que pagarían menos impuestos, y también se animaba a las jóvenes de 14 y 15 años a reproducirse, con la apertura de casas de inseminación (Lebensborn). Perdían caudal genético en la guerra y necesitaban repoblar territorios inmensos como Polonia o Ucrania”, explica.

¿Y todo esto no “pertenece al espíritu del tiempo” como dice el escritor y antiguo soldado nazi Ernst Jünger en la cita que abre la novela? “Esa es la gran añagaza, el pretexto para justificar después el enorme silencio. Con los juicios de Nüremberg se condenaron a los principales capitostes, y la sociedad alemana consideró que con esto ya había bastante, y se produjo un inmenso periodo de amnesia colectiva, como denunció el escritor W. G. Sebald en una de sus novelas. No, siempre se debe vigilar el espíritu del tiempo. En ningún caso justifica los hechos”, sostiene Domínguez.

 https://elpais.com/cultura/2020/02/02/actualidad/1580668848_211937.html

Más de Dominguez: Martí Domínguez novela la "épica de la libertad" en 'El retorn de Voltaire'

domingo, 16 de febrero de 2020

_- Good Bye La separación del Reino Unido (pronto desunido) favorece solo a ciertos financieros y a esa oligarquía que hará de la isla una finca para superricos

_- A Hitler no lo derrotó Gran Bretaña. Fue más bien el colosal esfuerzo industrial americano (que supuso, por cierto, la incorporación de las mujeres al trabajo severo), junto con el arrojo de los soldados anglosajones, lo que venció al disciplinado, sacrificado, tonto, pero admirable Ejército alemán, con la inestimable ayuda del invierno ruso y sus millones de cadáveres.

Aquella fue la Gran Bretaña que amamos, la de los soldados audaces, la de los heroicos servicios hospitalarios en el frente, la de la honra de los mutilados, todos ellos empujados por la colosal bravura de Churchill, uno de los últimos políticos adultos que ha dado Europa. Yo conocí aquella Inglaterra de los primeros años sesenta del siglo pasado, aún renqueante, aún empobrecida, casi arruinada, y la amé sin reservas.

Olvidamos, sin embargo, que buena parte de las finanzas y una mayoría de la nobleza apoyó a Hitler hasta que estalló la guerra. Entre otros, los Windsor. Las clases dirigentes inglesas eran odiosas: clasistas, chovinistas, vanidosas, racistas y analfabetas. Churchill tuvo que luchar contra sus amigos y contra sus pares, solo contó con el apoyo de una población que aún entonces conservaba el orgullo del valor y la honra.

Para nuestra desdicha, los herederos de aquella parte de la clase dirigente son los que han llevado a cabo la estafa más artera desde la II Guerra Mundial. La separación del Reino Unido (pronto desunido) favorece solo a esos financieros y a esa oligarquía que hará de la isla una finca para superricos, un centro de blanqueo (ya lo es) y, muy probablemente, un país al borde de la delincuencia internacional. Para lo cual explotan de nuevo el patriotismo de los pobres, pero ahora para convertirlos en miserables.

https://elpais.com/elpais/2020/02/03/opinion/1580734970_254762.html

_- La derrota de Hitler

_- En su lúcido comentario de adiós al Reino Unido por el Brexit, Félix de Azúa celebra la victoria aliada sobre los nazis en la II Guerra Mundial destacando justamente los méritos de norteamericanos y anglosajones en general, “con la inestimable ayuda del invierno ruso...”.

Pero no fue el “invierno ruso”, sin más, sino el enorme sacrificio humano y militar soviético en la decisiva batalla de Stalingrado (verano 1942-febrero 1943), que consiguió frenar y rendir a la poderosa Wehrmacht causándole allí 740.000 muertos.

Como dice Eric Hobsbawm, tras Stalingrado “todo el mundo sabía que la derrota de Alemania era solo cuestión de tiempo”.

CARTAS A LA DIRECTORA. El País.
 Javier Díaz Malledo.
Santa Cruz de Tenerife PD.: En los tiempos que corren, todo se revisa en favor de la derecha y extrema derecha, incluso nazi. Así las celebraciones del fin de la II G. M., y de la victoria se han desplazado a Normandía donde los rusos nunca estuvieron y se representa una narrativa lejos de toda la verdad. Ahora se olvida quienes vencieron al ejercito nazi, quienes lograron detener en su carrera llena de triunfos a la Wehrmacht, fueron los soviéticos en Stalingrado y a las puertas de Moscú. Ahí se rompió esa carrera victoriosa que parecía imparable. Los soviéticos la quebraron haciéndola detener y tomando a 750.000 prisioneros. No debemos olvidar la Historia pues corremos el riesgo de repetirla.

Las revelaciones sobre cómo EE.UU. y Alemania "espiaron a decenas de gobiernos durante décadas" con una máquina suiza

Fue un espionaje de décadas, que comenzó antes de la Guerra Fría y duró hasta comienzos de este siglo.

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Alemania tuvieron acceso a las comunicaciones encriptadas de varios gobiernos gracias a unos dispositivos de Crypto AG, una compañía suiza de encriptación.

Así lo han contado en sendos reportajes el diario estadounidense The Washington Post, el medio alemán ZDF y el canal suizo SRF.

Estos medios tuvieron acceso al historial interno clasificado de la CIA, en la que la operación era descrita como "el golpe del siglo de los servicios de inteligencia".

De acuerdo a las investigaciones periodísticas, Crypto AG habría suministrado los aparatos a más de 120 gobiernos desde fines de los 40 hasta los años 2000, sin que estas supieran que estaban manipuladas y pertenecían en secreto a los gobiernos de Alemania Occidental y de EE.UU.

Con ellas, tanto la Agencia Central de Inteligencia (CIA) como el Servicio Federal de Inteligencia alemán (BND) habrían accedido a información confidencial de varios países, entre ellos Irán, India, Pakistán, varias naciones de América Latina e incluso el Vaticano.

Alemania Occidental tuvo acceso junto a EE.UU. a la comunicaciones secretas de varios países desde la Guerra Fría. En 1980, los oficiales de inteligencia de la CIA procesaban el 40% de las comunicaciones extranjeras, suministradas por los dispositivos Crypto.

La compañía suiza hizo millones de dólares con ellas, que fueron a parar a la CIA y al BND, señalan los medios que han destapado la trama.

"Los gobiernos extranjeros estaban pagando buen dinero a a EE.UU. y Alemania Occidental por sus comunicaciones más secretas, que fueran leídos por al menos dos (o hasta cinco o seis) países", dice un reporte de la CIA sobre esta operación.

El reporte indica que Reino Unido, Israel, Suiza y Suecia se encontraban al corriente de estas actividades y recibieron información recolectada por EE.UU. y Alemania.

La estrategia permitió a EE.UU. monitorear a los funcionarios iraníes durante la que se conoce como la "crisis de los rehenes", cuando un grupo de estudiantes de Irán tomó como rehenes 66 diplomáticos y ciudadanos estadounidenses por 444 días, entre noviembre de 1979 y enero de 1981.

Y también hacerles llegar a los servicios de inteligencia británica información sobre el ejército argentino durante la guerra de las Malvinas y rastrear los movimientos de las juntas militares de Sudamérica, de acuerdo a The Washington Post. ....

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51474629

Aforismos

MÁS INFORMACIÓN 
Mi aforismo favorito

La edad de oro del aforismo En una era dominada por la brevedad y fragmentación, pero también por el ingenio y la chispa, el género triunfa en los libros tanto como en las redes sociales. Estamos ante la edad de oro del aforismo. Estamos ante una figura tan esquiva por naturaleza como eludida por los tratadistas, incapaces de otorgarle legitimidad frente al oportunismo y la moda. El género escueto, que tanto se presta a la elaboración de antologías, oculta, sin embargo, una complejidad inabordable. Cuarenta figuras de la filosofía y la literatura en español eligen una máxima que les ha hecho pensar. ADELA CORTINA. Filósofa "Nos las arreglamos mejor con nuestra mala conciencia que con nuestra mala reputación". Friedrich Nietzsche FERNANDO SAVATER. Filósofo “Si alguien dice: ‘Todos los vascos son unos sinvergüenzas’, los nacionalistas se quedan contentos. Lo importante es el todos”. Iñaki Uriarte AMELIA VALCÁRCEL. Filósofa “Ética y Estética son una misma cosa”. Ludwig Wittgenstein JUAN VILLORO. Novelista "Un libro es como un espejo: si un mono se asoma a él, no puede ver reflejado a un apóstol". Georg Christoph Lichtenberg SOLEDAD PUÉRTOLAS. Novelista “Apresúrate lentamente (festina lente)”. Clásico SERGIO RAMÍREZ. Novelista “El hombre que desdeña o teme aventurarse en un lugar oscuro, puede ser una excelente persona, apto para mil cosas, pero no será nunca un buen viajero sentimental”. Laurence Sterne RODRIGO CORTÉS. Director de cine “El argumento se quedó parado y sobrevino la felicidad”. Rafael Sánchez Ferlosio CLAUDIA PIÑEIRO. Novelista “Siempre dependí de la amabilidad de los extraños”. Tennesse Williams MANUEL CRUZ. Filósofo "Las pasas pueden ser lo mejor de un pastel; pero un saco de pasas no es mejor que un pastel; y quien puede dar un saco de pasas no por ello puede hacer un pastel, por no hablar de algo mejor. Pienso en Kraus y sus aforismos, pero también en mí y mis observaciones filosóficas. Un pastel no es lo mismo que pasas diluidas". L. Wittgenstein CAROLINA DEL OLMO. Filósofa “Nuestras raíces son los hijos. Somos árboles al revés, que arraigan por sus frutos”. Tzvetan Todorov DARIO JARAMILLO AGUDELO. Poeta “Tenía la conciencia limpia; no la usaba nunca”. Stanislaw Jerzy Lec MERCEDES CEBRIÁN. Escritora “Como vieron que no le podían colocar una cabeza católica se contentaron con cortarle una protestante”. G. Ch. Lichtenberg BENJAMÍN PRADO. Poeta, novelista y aforista “Todos los caminos son de huida y vuelta”. Elvira Sastre PALOMA AGUILAR. Politóloga “Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente”. Groucho Marx “La justicia está abierta a todos, como el Hotel Ritz”. James Mathew ANDRÉS TRAPIELLO. Poeta y novelista “A todo se llega. He aprendido a ser sucio, y me parece bien”. Juan Ramón Jiménez, de viejo MARGO GLANTZ. Novelista y ensayista “El corazón tiene razones que la razón no entiende” Blaise Pascal ANDRÉS NEUMAN. Poeta, narrador y aforista "De un laberinto se sale. De una línea recta, no". Miguel Ángel Arcas "Lo patriarcal rebela; lo paternal exaspera". Carmen Camacho REMEDIOS ZAFRA. Filósofa “No son las catástrofes, los asesinatos, las muertes, las enfermedades las que nos envejecen y nos matan; es la manera como los demás miran y ríen y suben las escalerillas del bus”. Virginia Woolf "El lenguaje no es la vida, el lenguaje da órdenes a la vida; la vida no habla, la vida escucha y espera. En toda consigna, aunque sea de padre a hijo, hay una pequeña sentencia de muerte –un veredicto-, decía Kafka". Gilles Deleuze y Félix Guattari JAVIER GOMÁ. Filósofo "Nadie es más que nadie. Esto quiere decir cuánto es difícil aventajarse a todos, porque, por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre". Antonio Machado "Tengo pocos principios, pero, eso sí, flexibles". Atribuido al canciller alemán Gerhard Schröder. MARTA REBÓN. Escritora y traductora “Mi pobreza no es total: falto yo”. Antonio Porchia LUISA CASTRO. Poeta y novelista “No sepas demasiadas cosas, te volverás estúpido”. Frase del ‘Eclesiastés’ que Montaigne hizo grabar en la viga número 20 de su torre CRISTINA PERI ROSSI. Poeta y novelista "No se nace mujer, se llega a serlo". Simone de Beauvoir CÉSAR RENDUELES. Filósofo "Todos se aburrieron de esa historia absurda. Se aburrieron los dioses, se aburrieron las águilas y la herida se cerró de tedio". Franz Kafka MARTA SANZ. Novelista “Solo los idiotas suscitan la unanimidad”. Juan Ramón Sanz ENRIQUE LYNCH. Filósofo “La belleza es siempre terror domesticado”. Régis Debray CLARA USÓN. Novelista "Si tuviera que elegir entre traicionar a mi país y traicionar a mi amigo, espero tener el valor de traicionar a mi país". E.M. Forster AJO. Micropoeta “En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones”. Julio Cortázar NURIA BARRIOS. Escritora “La mujer comete 10 veces menos delitos que el hombre -en consecuencia es, moralmente, 10 veces mejor que él: eso dicen las estadísticas”. F. Nietzsche LUIS FERNANDO MORENO CLAROS. Traductor y ensayista "Para vivir a solas hay que ser un animal o un dios, dice Aristóteles. Falta el tercer caso: hay que ser ambos… Filósofo". F. Nietzsche “El público no sabe defenderse de ideas estúpidas sino adoptando ideas estúpidas de sentido contrario”. Nicolás Gómez Dávila SELMA ANCIRA. Traductora “Cuanto más verdaderamente sabio es un hombre, más sencillo es el lenguaje en el que expresa su pensamiento”. Lev Tolstói CARLOS MARZAL. Poeta y aforista “Hay que vivir ilusionados, pero sin hacerse ilusiones”. Juan Gil-Albert ÁNGELES MORA. Poeta "La vida es un borrador que no se puede pasar a limpio". Carmen Canet ANTONIO VALDECANTOS. Filósofo "El mundo es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente". Hume, citado por Borges MARÍA FERNANDA AMPUERO. Escritora “Si no estás furiosa es que no estás mirando con atención”. Leído en Twitter JUAN ARNAU. Filósofo “Así, toda negligencia es deliberada, todo casual encuentro una cita, toda humillación una penitencia, todo fracaso una misteriosa victoria, toda muerte un suicidio. No hay consuelo más hábil que el pensamiento de que hemos elegido nuestras desdichas; esa teleología individual nos revela un orden secreto y prodigiosamente nos confunde con la divinidad”. Jorge Luis Borges ESTHER BENDAHAN. Novelista "En la medida en que realmente pueda llegarse a 'superar' el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió". Hannah Arendt JORDI DOCE. Poeta y aforista “Casi todos los hombres fundan su escepticismo respecto a una cosa en la fe ciega en otra”. G. Ch. Lichtenberg NORA CATELLI. Ensayista “Porque el que enseña es deudor universal”. Baltasar Gracián MIGUEL ÁNGEL ARCAS. Poeta, aforista y editor “No encuentro en lo humano nada para lo que la nieve cayendo pueda servir de analogía”. Antonio Cabrera PILAR ADÓN. Novelista y poeta “¿Cómo hay que comportarse? Como sujeto libre”. Annie Ernaux LORENZO OLIVÁN. Poeta y aforista “La precisión en la observación equivale a la precisión en el pensamiento” Wallace Stevens RAMÓN ANDRÉS. Poeta y aforista "Cuanto más aumenta su conocimiento, tanto más se siente el hombre en su rincón". Friedrich Nietzs

Eduard Pernkopf: el libro de anatomía nazi que los cirujanos todavía usan


Eduard Pernkopf: el libro de anatomía nazi que los cirujanos todavía usan

https://www.bbc.com/mundo/noticias-49410385

sábado, 15 de febrero de 2020

‘1917’, la favorita de los Oscar 2020, vista por un militar cinéfilo. El coronel José Manuel Fernández López, autor de 'Con las botas puestas', analiza los errores de la recreación de Sam Mendes del frente de la Primera Guerra Mundial.

La Primera Guerra Mundial iba a durar poco y se convirtió en una larga contienda con cerca de 18 millones de muertos y unas consecuencias que marcaron el siglo XX. La lectura que de ella ofrece 1917, de Sam Mendes, una de las más firmes candidatas a hacerse el domingo con la estatuilla a la mejor película en la gala de los Oscar, incurre en varios errores que parecían superados en el cine reciente. Y eso, inevitablemente, hace que la propuesta pierda interés.

Entre esos fallos hay una vuelta a un maniqueísmo superado hace décadas, cuando parecía que ya habíamos abandonado lo de los alemanes malos y tontos y los aliados buenos, listos y guapos. Esa falta de profundidad se extiende a la nula reflexión que la historia plantea sobre la guerra misma. Tampoco se deslizan críticas al mando.

La coartada del supuesto espectáculo perfecto ha servido a muchos para ensalzar 1917. El mantra de “la película está muy bien hecha” es uno de los más repetidos, cuando lo menos que se le puede pedir en el año 2020 a un filme es eso.

También resulta preocupante la alteración de la realidad militar histórica. Mendes se escuda en que su abuelo hizo algo parecido a lo que aparece en el filme o le contó algo similar. Sin embargo, los jefes de unidad no andaban por el frente como aquí aparece en la figura del coronel estirado interpretado por Benedict Cumberbatch. Los mandos de unidad estaban en castillos y villas alejados de la miseria de los soldados, y cómodamente despachaban desde allí. Muchos de ellos dormían en camas con sábanas limpias, pero parece que este detalle no le interesa a Mendes. Fue precisamente a raíz de esta guerra y de ver cómo gran parte de la oficialidad no pisaba el frente cuando cambió el concepto del mando. Desde la Guerra del Rif y la Segunda Guerra Mundial, los oficiales fueron delante, con la tropa, y muchos cayeron.

El aspecto militar no se refleja en pantalla, sino que se apuesta por una acción más cercana a la vivida por un jugador pasivo de videojuego. La mayoría de los soldados que fueron a la Gran Guerra eran analfabetos y bastante jóvenes. Lo habitual era que se defecaran en sus uniformes por miedo antes de entrar en combate. En 1917 no se muestra ese terror, sino que se apuesta por sacar un montón de ratas y un ejército de “malos” alemanes a los que no pueden llamar “nazis” porque aún no existían.

Y Mendes no cuenta lo que pasó en la batalla del Somme, cuando a las pocas horas había más de 8.000 ingleses muertos por la incompetencia militar británica, similar a la que se produjo en Balaclava o Galípoli.

En 1917 no hay ritmo narrativo, como en Objetivo: Birmania; no hay retrato certero de distintos estilos del mando, como en Whisky y gloria; no hay sensación de derrota o triunfo, como en El puente sobre el río Kwai. La comparación con Alas, de William A. Wellman, o con Los mejores años de nuestra vida, de William Wyler, deja muy atrás a 1917. Sobre la Primera Guerra Mundial son mucho mejores Senderos de gloria o Sin novedad en el frente.

José Manuel Fernández López es coronel del Ejército de Tierra. Acaba de editar Con las botas puestas. Historia del soldado a través del cine. (Edaf) y es autor de Diccionario de películas del cine bélico (T & B).

https://elpais.com/cultura/2020/02/07/actualidad/1581071839_349236.html?prod=REGCRART&o=cerrado&event_log=fa&event_log=fa

PD.:
Sin duda una extraordinaria y acertada crítica. En este caso en el que se une en el crítico; la condición de militar, como conocedor y estudioso de las guerras; la de historiador, como conocedor de la historia y la historia de las guerras; y la de cinéfilo y escritor estudioso del cine de guerra.

Todo unido en la persona del Coronel José Manuel Fernández López, puede producir una crítica, como la expuesta. Un regalo para los que nos gusta el cine, la historia y, sobre todo, las buenas críticas.

viernes, 14 de febrero de 2020

_- Entrevista a Georges Nzongola-Ntalaja, profesor de estudios africanos, afroamericanos y de la diáspora. Por qué mataron a Patrice Lumumba.

_- Saíd Husaini
Jacobin

Nacido en 1925, Patrice Émery Lumumba fue un líder radical anticolonial que ocupó el cargo de primer ministro del recién independizado Estado congoleño a la edad de 35 años. Al cabo de siete meses de ejercer como tal, fue asesinado el 17 de enero de 1961.

Lumumba se convirtió en oponente al racismo belga después de ser encarcelado en 1957 por las autoridades coloniales sobre la base de acusaciones falsas. Una vez cumplidos doce meses de prisión encontró un empleo como vendedor de cerveza, periodo en el que desarrolló su oratoria y se convenció cada vez más de que la enorme riqueza mineral de Congo debería redundar en beneficio del pueblo congoleño en vez de en las empresas extranjeras que las explotaban.

El horizonte político de Lumumba se extendió mucho más allá de Congo. Muy pronto se vio arrastrado por la ola de nacionalismo africano que inundó el continente. En diciembre de 1958 el presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, le invitó a asistir a la Conferencia Panafricana, un movimiento anticolonial que atrajo a asociaciones civiles, sindicatos y otras organizaciones populares. Dos años después, a raíz de la reivindicación popular de que se celebraran elecciones democráticas, el Movimiento Nacional Congoleño, encabezado por Lumumba, ganó decisivamente la primera elección parlamentaria. El dirigente nacionalista de izquierda asumió el cargo de primer ministro en junio de 1960.

Sin embargo, las propuestas populistas progresistas de Lumumba y su oposición al movimiento secesionista de Katanga (dirigido por los Estados coloniales del sur de África, gobernados por blancos, proclamó su independencia de Congo el 11 de julio de 1960) contrarió a toda una serie de intereses extranjeros y locales: el Estado colonial belga, las compañías extractoras de los recursos minerales de Congo y, por supuesto, los líderes de los Estados del sur de África gobernados por blancos. Cuando aumentaron las tensiones, Naciones Unidas rechazó la petición de apoyo de Lumumba, quien solicitó entonces la ayuda militar de la Unión Soviética para calmar la emergente crisis congoleña provocada por los secesionistas apoyados por Bélgica. Esta fue la gota que colmó el vaso.

Lumumba fue secuestrado, torturado y ejecutado en un golpe de Estado apoyado por las autoridades belgas, EE UU y Naciones Unidas. Con el asesinato de Lumumba murió una parte del sueño de un Congo unido, democrático, multiétnico y panafricanista.

La muerte de Lumumba y su sustitución con el dictador Mobutu Sese Seko, respaldado por EE UU, marcaron el comienzo de décadas de luchas intestinas, de régimen dictatorial y de declive económico que han caracterizado el Congo poscolonial. La desestabilización de la sociedad congoleña bajo el régimen brutal de Mobutu –que duró de 1965 a 1997– culminó en una serie de conflictos devastadores, la primera y la segunda guerras congoleñas (también llamadas guerras mundiales africanas). Estos conflictos no solo fracturaron la sociedad congoleña, sino que también arrastraron a todos los países vecinos, implicando finalmente a nueve países africanos y a alrededor de 25 grupos armados. Cuando se puso fin formalmente al conflicto, alrededor de 2003, habían muerto cerca de 5,4 millones de personas en los combates y a causa de sus secuelas, con lo que esta guerra pasó a ser el segundo conflicto bélico más mortífero del mundo desde la segunda guerra mundial.

Particularmente a la luz de la turbulenta trayectoria de Congo tras el asesinato de Lumumba, este sigue siendo una fuente de esperanza, debate e inspiración entre los movimientos y pensadores radicales de toda África y más allá. Saíd Husaini, quien publica regularmente en Jacobin, ha hablado recientemente con Georges Nzongola-Ntalaja, un destacado intelectual congoleño y autor de una biografía de Lumumba, sobre la vida, la muerte y la política del líder nacionalista radical.

- Por lo visto, el acontecimiento más conocido de la vida de Lumumba es su trágico final. Pese a que Bélgica de alguna manera ha reconocido simbólicamente su implicación en el asesinato de Lumumba, no ha sucedido lo mismo en EE UU. Desde su punto de vista, ¿cuál debería ser la plena reparación de aquel asesinato?

Respuesta: No puede haber una plena reparación por el asesinato de Lumumba. Ninguna suma de dinero ni cualquier otra forma de compensación haría justicia al daño sufrido por Congo al perder a un líder visionario de 35 años de edad que podría haber ayudado a construir un gran país. Ninguna suma de dinero haría justicia a sus hijos, que se criaron sin el cariño y el apoyo de un padre que los guiara a través de la infancia, la adolescencia y la juventud. Y lo mismo cabe decir de su mujer y de otros y otras familiares, cuya pérdida no podría mitigarse con bienes materiales.

Lo que tienen que hacer todos los cómplices del asesinato de Lumumba es, en primer lugar, reconocer el crimen cometido contra él, su familia, Congo y África; pedir perdón por los daños causados en este sentido; y un esfuerzo por honrar al primer dirigente elegido democráticamente de Congo promoviendo su legado a las escuelas, la educación pública y los actos culturales de todos los países cuyos líderes participaron en su desaparición, empezando por el propio Congo.

- A pesar de haberse criado en su lugar de origen etnocultural, Lumumba llegó a ser conocido por su cosmovisión claramente multiétnica e incluso panafricana. ¿Hubo aspectos de su infancia y adolescencia en Sankuru que predispusieron a Lumumba a priorizar sobre todo la unidad congoleña y la diversidad étnica?

Respuesta: Aunque la región de Sankuru de la RDC (República Democrática de Congo) alberga sobre todo al pueblo tetela, al que pertenecía el propio Lumumba, también está habitada por otros grupos étnicos que llegaron allí a causa de las actividades de los traficantes de esclavos suajilis y árabes o de los colonialistas belgas. Estos grupos incluyen a la gente kusu de Maniema, luba, songye y otros grupos de la región de Kasai, así como al pueblo mongo de la provincia de Équateur. Además de criarse en un entorno multiétnico, los años de formación como funcionario de clase media entre 1944 y 1956 los pasó en Kisangani (entonces Stanleyville), una de las principales ciudades de Congo y zona étnicamente diversa.

- Usted escribe que como funcionario de correos en la administración colonial belga, Lumumba estuvo al principio loco por la posibilidad de matricularse, es decir, por librarse de su condición de congoleño nativo y convertirse en un évolué, o europeo honorífico. ¿En qué momento abandonó esta esperanza de ascender a la elite de la sociedad colonial y se posicionó a favor de la oposición radical el régimen colonial belga?

Respuesta: Lumumba adquirió tanto la tarjeta de mérito cívico como la condición de matriculado en Kisangani, pero estos logros en el ascenso social en la administración colonial eran una farsa, porque el racismo continuó irguiendo su sucia cabeza por encima de la barrera salarial y de color de la piel. Pese a otorgarle un empleo habitualmente reservado a los europeos como gestor del servicio de giros postales, el salario de Lumumba lo determinaba su raza, no su función. Ganaba el equivalente a 100 dólares estadounidenses en 1956, lo que representaba entre una décima y una quinceava parte del salario de un funcionario europeo que desempeñaba una tarea similar. Sus colegas europeos gozaban asimismo de vivienda gratuita, un coche y vacaciones pagadas de seis meses en Bélgica cada tres años.

Esta y otras realidades del régimen colonial hicieron que finalmente abandonara su ingenua esperanza de ver a los blancos y los évolués trabajar codo con codo en la mejora de la condición de las masas ignorantes en una comunidad belgo-congoleña, y le llevaron abrazar el nacionalismo africano y congoleño.

- ¿Cómo veían los nacionalistas congoleños la violencia como un medio para conseguir la independencia política y cuál fue la posición de Lumumba en esta cuestión?

Respuesta: En general, los líderes nacionalistas congoleños eran firmes defensores de la no violencia, y Lumumba no fue una excepción. De ahí que a todos ellos les pillara por sorpresa la revuelta masiva por la independencia que se produjo el 4 de enero de 1959 [que estalló en Leopoldville, hoy Kinshasa, después de que se negara el derecho de reunión a miembros de un partido anticolonial. Celebrado hoy como el Día de los Mártires, fue el primer brote de violencia importante del movimiento independentista y marcó un punto de inflexión en la lucha anticolonial]. Más tarde, estos líderes comprendieron que la violencia de masas era una moneda de cambio en sus enfrentamientos con el régimen colonial, ya que este tenía dificultades para mantener el orden público en todo el vasto país, una vez que las masas hubieran rechazado la autoridad colonial y se mostraran reacias a atenerse a las directrices de la administración colonial.

-¿Qué papel desempeñaron las compañías mineras internacionales en el proyecto secesionista de la provincia de Katanga y cómo contribuyó este al origen de la crisis congoleña?

Respuesta: Con su imperio minero que iba desde Katanga hasta Ciudad del Cabo, a las compañías mineras internacionales no les agradaba la idea de tener un gobierno nacionalista radical en Congo, capaz de reducir sus márgenes de beneficio a base de impuestos más altos con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población congoleña. Por eso dichas compañías, que anteriormente habían rechazado los intentos de colonos blancos de obtener una parte del pastel, como habían conseguido sus homólogos de Sudáfrica, Rodesia (hoy Zimbabue) y África del Suroeste (hoy Namibia), cambiaron de orientación y sellaron una alianza con colonos blancos racistas y grupos de presión de derechas de EE UU y del Reino Unido. Esta alianza no solo respaldó la aspiración de los colonos blancos de asumir el poder político en Katanga, sino que también aportó la financiación necesaria para sustentar el movimiento secesionista de Katanga, con la ayuda de Bélgica, el Reino Unido y Francia.

- Podríamos decir que los orígenes de la Crisis del Congo se halla en una alianza fortuita entre colonos belgas y grandes compañías, que se alinearon con los intereses comerciales y de Estado de los países sudafricanos gobernados por blancos. Usted califica esta alianza de “contrarrevolución frente a la liberación nacional”, dado que se formó para oponerse al nacionalismo radical que cundía en todo el continente. ¿Puede decir algo más sobre esta alianza?

Respuesta: La crisis del Congo no se entiende sin referirnos a la secesión de Katanga organizada por Bélgica en colaboración con compañías mineras internacionales, que reclutaron mercenarios blancos para que se unieran a las tropas belgas en apoyo de la secesión. La negativa de Naciones Unidas a utilizar la fuerza para expulsar a las tropas belgas y los mercenarios dio pie a la disputa entre el primer ministro Lumumba y el secretario general de Naciones Unidas, Dag Hammarskjöld, que compartía la misma visión del mundo que las grandes potencias occidentales y era muy hostil a Lumumba, como demuestra el intercambio de telegramas que consta en los archivos de Naciones Unidas.

-¿Por qué esta combinación de intereses internacionales y locales que antes competían entre sí les convenció finalmente de que era necesario acabar con la vida de Lumumba?

Respuesta: Él era el escollo individual más importante en su plan de establecer el neocolonialismo en Congo, como habían comenzado a hacer en Katanga el 11 de julio de 1960.

- Lumumba pronunció muchos discursos memorables y también escribió muchas cartas emotivas. En 1960 escribió a su mujer desde la cárcel: “Llegará el día en que hablará la historia. Pero no será la historia que se enseñará en Bruselas, París, Washington o Naciones Unidas. Será la historia que se enseñará en los países que se han liberado del colonialismo y de sus títeres. África escribirá su propia historia y tanto en el norte como en el sur será una historia de gloria y dignidad”. ¿Fue capaz Lumumba de articular asimismo una visión específica de cómo pretendía transformar el Estado y la sociedad congoleña durante el breve periodo en que fue primer ministro?

Respuesta: Varios de sus principales discursos y cartas nos proporcionan una idea de su visión del Congo poscolonial. Aunque le preocupaba la unidad, la independencia y la soberanía de Congo, debido naturalmente a la situación contrarrevolucionaria que se estableció en el país los días 10 y 11 de julio de 1960 (la invasión militar belga y la secesión de Katanga, respectivamente), su interés se centró en cómo transformar las estructuras heredadas del Estado y la economía con el fin de mejorar la calidad de vida de la población congoleña.

- Como en los casos de Amílcar Cabral, Thomas Sankara y Steve Biko, el martirio de Lumumba lo convirtió en una potente fuerza simbólica que continúa inspirando a los movimientos radicales de toda África. En el prefacio de su libro, usted describe brevemente la inspiración y el súbito desengaño que sintió cuando era estudiante universitario (y fue expulsado por actividades anticoloniales), al conocer el ascenso meteórico y el trágico asesinato de Lumumba. Como africanos y en el mundo en general, ¿hemos evaluado realmente el trauma histórico causado por el asesinato de uno de los líderes más prometedores del continente?

Respuesta: Puesto que todos los líderes asesinados que menciona usted fueron víctimas de potencias mundiales y/o sus aliados en África, con el Portugal fascista o la Sudáfrica del apartheid, no veo por qué las potencias mundiales responsables de eliminar a aquellos líderes africanos que detestaban deben estar preocupadas por el efecto de aquellos asesinatos en África. Nos corresponde a nosotros, la gente africana, asegurarnos de seguir las enseñanzas de Amílcar Cabral para conocer nuestras propias debilidades y encontrar las vías para superarlas, y las de Kwame Nkrumah sobre la seguridad colectiva continental mediante un alto mando militar africano. Necesitamos nuestro propio equivalente de la OTAN para garantizar la seguridad de nuestro pueblo y la de nuestros líderes progresistas amenazados.

Georges Nzongola-Ntalajaes profesor de estudios africanos, afroamericanos y de la diáspora en la Universidad de Carolina del Norte y autor de muchos libros.

Saíd Husaini es activista socialista y estudiante de desarrollo internacional en la Universidad de Oxford.

https://www.rebelion.org/noticia.php?id=264724