viernes, 13 de diciembre de 2019

Fraude masivo a la Seguridad Social de las trabajadoras de hogar y cuidados. Esta vez el sistema no ha conseguido tapar sus vergüenzas

Isabel Otxoa
Viento Sur

El 31 de octubre pasado, el Boletín oficial del País Vasco publicaba el nuevo Decreto sobre ayudas a la conciliación, que terminaba con la exclusión de las trabajadoras de hogar de las prestaciones que el gobierno vasco da a la gente trabajadora durante las excedencias y reducciones de jornada por cuidado. Cuando en mayo de 2017 EHBildu y Elkarrekin Podemos intentaron que el Parlamento Vasco obligase al gobierno a suprimir una discriminación que venía del año 2007, la alianza PNV, PSE y PP lo impidió, aprobando a cambio exigir al gobierno de Madrid la ratificación del Convenio 189 de la OIT.

¿Cuántas trabajadoras se han quedado sin la prestación? Imposible calcularlo, es lo que ocurre cuando no perteneces al área protegida del mercado laboral. Como no lo intentas, no generas el agravio, y tu problema no existe. Lo interesante de este caso es que había que conocer el Estatuto de los Trabajadores para detectar la discriminación, porque la palabra trabajadora o empleada de hogar no aparecía en la norma excluyente, aparecía el artículo 2.1.b)., que era nombrar discretamente lo mismo.

Algo similar sucedió con la norma estatal que obligaba a registrar la jornada laboral, de 8 de marzo de 2019. El Ministerio de Trabajo divulgó una guía explicativa, según la cual quedaban fuera de la nueva obligación relaciones laborales especiales y otros sectores que tienen su propia regulación sobre jornadas especiales de trabajo. En este contexto, se nombraban grupos: quedaban fuera transportistas, personal de alta dirección, personal laboral de cooperativas… Luego aparecía un etcétera que seguramente se refería a las trabajadoras de hogar, sin citarlas.

La discriminación institucional oculta alcanza este año cotas desconocidas, con la actuación de la Dirección General de la Seguridad Social. En 2019, el salario mínimo por 40 horas subió a 900€ en catorce pagas, lo que significa 1.050€ al mes si se prorratean las pagas extras. La medida se comentó durante tiempo en los medios de comunicación, se hicieron previsiones apocalípticas sobre su impacto en el conjunto de la economía… pero hubo un silencio atronador sobre las consecuencias en el trabajo asalariado de hogar y cuidados. El mínimo nuevo de 1.050€ para las 40 horas y los 7,04€ por cada hora de más, suponía incrementar en un 22,3% salarios que se costean con los sueldos, las pensiones, o los patrimonios de las familias empleadoras. Verdaderamente, un problema para quienes no tuviesen un alto poder económico.

Lo suyo era que el Estado social y democrático de derecho hubiese puesto en marcha una campaña de la Inspección de Trabajo para controlar la efectividad de la subida, pero lo que hizo fue lo contrario: dio la espalda al incremento del salario mínimo, y no actualizó las cotizaciones de acuerdo a nuevas bases, según correspondía.

Y aquí llegamos a lo sencillo que ha resultado defraudar los derechos de las trabajadoras: casi nunca reciben nómina y además están sujetas a un Sistema Especial que disocia salario real y base de cotización. Así, las interesadas no han sido conscientes del problema hasta fechas recientes.

La cotización de hogar se realiza de acuerdo a tramos de salario. En 2019, las que están a tiempo completo debían haber quedado incluidas en el tramo 7, cotizando por una base de 1.050€, los estuviesen cobrando o no, esto es indiferente. Pero la Tesorería de la Seguridad Social, en una actuación claramente ilegal, no actualizó sus bases, lo que hubiese supuesto incrementar las cuotas a pagar por la parte empleadora. Les aplicó los salarios de años anteriores con lo que en 2019 muchos miles de mujeres que trabajan 40 y más horas aparecen en el tramo 6, cotizando por una base de 877€.

La Tesorería no necesitaba conocer los salarios que se estaban cobrando: nadie puede cotizar por debajo de lo que le corresponde ganar, lo cobre o no verdaderamente. Lo que debió hacer, y no quiso, fue aplicar sin más la nueva base de 1.050 a los contratos que sabía que eran a tiempo completo, porque así aparecían en su base de datos. Y además, luego debió investigar los casos de salarios superiores al mínimo, para aplicarles una base superior.

En Junio pasado, 34 organizaciones de trabajadoras de hogar y otras entidades de apoyo a sus derechos, se dirigieron a la Dirección General de la Seguridad Social explicando el problema (que es más amplio y tremendo, estoy simplificando). Como lo que ha pasado es innegable, nos agradecen la aportación, pero ni se reúnen con las organizaciones ni explican las medidas concretas que van a tomar para resolverlo. En septiembre, hemos reiterado la solicitud de reunión y se ha repetido la negativa, según se dice, en razón del momento político.

No vamos a dejar este asunto de la mano. Lo vamos a mantener vivo hasta conseguir una solución colectiva a un problema colectivo. Esta vez no tenemos enfrente una parte empleadora que no quiere cumplir, ni el principio de la inviolabilidad del domicilio que impide supuestamente conocer lo que ocurre en la relación laboral de hogar.

Lo que tenemos enfrente es la política de cargar sobre las mujeres el trabajo de cuidar en condiciones de inferioridad y desigualdad. La inmensa mayoría de las trabajadoras de hogar a tiempo completo, y casi todas las internas, están atendiendo personas en situación de dependencia. El incremento del coste del empleo de hogar es inasumible para una parte de quienes contratan, claro que sí. Esta cuestión y otras muchas sólo muestran que no es una buena solución para el cuidado, lo que no significa que la atención en casa deba desaparecer, sino su fórmula actual mediante el contrato directo de trabajo de hogar. Pero mientras se generan otras alternativas, no vale echar tierra sobre los derechos de las trabajadoras.

Si a alguien le cuesta creer que la actuación ilegal de la Tesorería haya respondido a una decisión política de no aplicar el salario mínimo de 2019 en la cotización de hogar, tanto mejor porque la solución es fácil. Regularización de todas las cotizaciones, pasadas y presentes, sin necesidad de denuncia individual de las perjudicadas, que normalmente no están en condiciones de hacerlo, porque en hogar se puede poner a alguien en la calle con una indemnización de 7 o 12 días por año, dependiendo de la antigüedad y sin prestación de desempleo.

Este 14 de noviembre, el Pleno del Parlamento Vasco debatirá una Proposición no de Ley de EHBildu que Elkarrekin Podemos comparte, por la que “el Parlamento insta al Gobierno de España a establecer de inmediato mecanismos para la cotización legal en función del salario mínimo establecido para cada jornada laboral, tanto en lo que corresponde a este año, como en lo que corresponde retroactivamente a años anteriores”, frente a la cual PNV y PSE han presentado una enmienda que suprime la exigencia de regularización de cotizaciones, y a cambio propone otra por la que “el Parlamento Vasco insta al Gobierno de España a ratificar el Convenio 189 de 2011, relativo a las trabajadoras y los trabajadores domésticos”.

Llueve sobre mojado: propuestas y promesas de ratificación del C189 de la OIT en un contexto de negación de derechos concretos ya reconocidos por leyes vigentes. Creo que no se atreverían a practicar ese juego con ningún otro sector y me confirma el interés de pelear por objetivos precisos y verificables: los que ya reconocen las leyes, pero no se cumplen, y los que quedan pendientes, con o sin Convenio 189.

Nota de la redacción: Adjuntamos este escrito encabezado por organizaciones de trabajadoras de hogar y entidades que defienden sus derechos, de A Coruña, Barcelona, Bizkaia, Gipuzkoa, Granada, Huelva, Madrid, Sevilla, Valencia, Zaragoza, y ámbito Estatal

AL DEFENSOR DEL PUEBLO

Ante el Defensor del Pueblo comparecemos y exponemos:

Que mediante este escrito y los documentos que se adjuntan, presentamos QUEJA y solicitamos la intervención de esa defensoría frente a las administraciones y por los hechos que pasamos a relatar:

1) Antecedentes.

Con fecha 24 de junio de 2019, tuvo entrada en el Registro de la Tesorería Territorial de Bizkaia escrito dirigido a la Tesorería General, cuya copia se adjunta (doc. 1). En él se presentaban los problemas detectados en la cotización a la Seguridad Social del Sistema Especial de Empleados de Hogar, que se referían a:

a) los instrumentos de gestión de la Tesorería (los impresos de alta),

b) la regulación legal de las obligaciones de cotización (el sistema de tramos y su diseño, la regulación de la variación de datos)

c) la propia gestión de la recaudación de cuotas por parte de la TGSS y sus delegaciones territoriales.

Se añadió al escrito una muestra representativa de los problemas detectados en las Vidas Laborales y en Informes de Bases de Cotización, que también se acompaña (doc. 2).

Con fecha 9 de julio siguiente, presentaban el escrito ante la TGSS 34 entidades y organizaciones de trabajadoras de hogar y cuidados y de defensa de sus derechos. Se pedía una reunión con el responsable de la TGSS, que no fue concedida en razón, se argumentó, del momento político.

Con fecha 12 de septiembre, se registró de nuevo la solicitud de reunión, que fue denegada con la misma motivación, junto con el agradecimiento a las observaciones y propuestas de mejora realizadas, que, se decía, iban a ser tenidas en cuenta.

2) Objetivo de la queja.

No habiendo obtenido respuesta concreta a nuestras peticiones, nos dirigimos al Defensor del Pueblo con el fin de que intervenga para asegurar que se revisarán y actualizarán las cotizaciones de todas las trabajadoras afectadas.

Realizada la regularización, pedimos que esta se comunique a las trabajadoras interesadas, a fin de que, puedan controlar y, en su caso, instar la revisión de la cuantía de las prestaciones de enfermedad, accidente, riesgo durante el embarazo y maternidad percibidas durante los últimos años, prestaciones que en muchos casos se han abonado en cuantía inferior a la debida. También, cuando haya lugar, la cuantía de sus pensiones.

3) Descripción del problema que origina la Queja.

Como es sabido, la creación por Ley 27/2011, del Sistema especial dentro del Régimen General, trae un cambio radical en el sistema de cotización del sector. Durante todo el periodo de vigencia del Régimen Especial de Seguridad Social del Servicio Doméstico, que va del año 1969 hasta el 2011, el hecho del alta generaba la obligación de pagar una cuota fija e independiente de las horas realizadas o el salario percibido y la única obligación formal de la parte empleadora era presentarse una sola vez en la oficina de la Tesorería para entregar el impreso de alta. La TGSS se ocupaba de actualizar la cuota anualmente, de acuerdo con lo establecido en la normativa de cotización de cada año.

En el Sistema Especial vigente desde 2012, la obligación de cotización cambia radicalmente: se fija de acuerdo a tramos salariales a los que corresponden diferentes bases de cotización. Por tanto, para que la obligación de cotizar se ajuste a la legalidad, es preciso que la cuota se calcule sobre la base de cotización correspondiente a los salarios que se debieran percibir, o los que realmente se perciban, de ser estos superiores (art. 147 Ley General de Seguridad Social vigente).

De esta norma derivaba la obligación de la TGSS de haber atribuido a cada trabajadora la base que le correspondía de acuerdo a la normativa salarial vigente en cada momento: esto es, en el caso de las trabajadoras a tiempo completo, haberles incluido de oficio en el tramo de cotización correspondiente al salario mínimo íntegro de cada año; en los supuestos de trabajo “por horas”, la parte proporcional.

Sobre esta obligación básica, para cuyo incumplimiento no hay excusa, la TGSS debía haber advertido a los empleadores que estaban obligados a comunicarle las variaciones del salario. Ello, con el fin de haber incluido a las trabajadoras en el tramo de cotización correspondiente en el caso de recibir salarios superiores al mínimo.

Pero a los empleadores, tanto a los que acudieron en 2012 a declarar el horario y salario de las trabajadoras que ya tenían contratadas, como a los que a partir de entonces han contratado y solicitado las altas de trabajadoras no se les ha informaba de que las variaciones del salario debían comunicarse a la TGSS .

Año tras año, la TGSS se limitó a recaudar las cuotas sobre los salarios que la empleadora había declarado inicialmente, aplicando las bases de cotización correspondientes a aquellos salarios; incluso cuando la antigüedad venía desde el año 2012, e incluso cuando aplicarlos suponía cotizar por cuantías inferiores al salario mínimo correspondiente en relación con la jornada declarada.

Esta dejación de sus responsabilidades legales, no ha tenido lugar en uno o varios casos aislados, sino en todos los examinados en los territorios de Bizkaia y Gipuzkoa; y es de pensar que el descontrol ha sido la pauta de todos los territorios.

La gravedad del abandono de la administración de la Seguridad Social debe mirarse a la luz de la situación concreta del sector: las trabajadoras de hogar y cuidados no reciben nómina en casi ningún caso, y el sistema de cotización por tramos disocia salario y base de cotización. Así que regulada la cotización por un sistema de tramos que hace más difícil a la persona interesada descubrir la ilegalidad, privadas del documento que informa de la base de cotización atribuida, la infracotización ha pasado desapercibida.

Pero al llegar el año 2019, el problema se hace perceptible más fácilmente a partir del incremento del 22,3% del s.m.i.para este año: trabajadoras a tiempo completo, muchas de ellas, internas, han cotizado y cotizan todavía muy por debajo de la base de 1050€.

En el año 2018, los salarios a tiempo completo podían cotizar por dos bases: la del tramo 7, de 858,60, correspondiente al mínimo interprofesional de aquél año o por el tramo 8, que era el máximo y hacía tope, con una base de 896,94€, que correspondía a los salarios superiores al mínimo.

En 2019 debían haber ocurrido dos cosas, ambas responsabilidad de la TGSS:

- en los contratos a tiempo completo, una aplicación de oficio de la base de cotización de 1050, correspondiente al tramo 7, y además,

- una investigación para detectar salarios superiores al mínimo, dado que en 2019 desaparecen los topes de cotización hasta entonces existentes. Era previsible, como ha sucedido, que la información sobre salarios con la que contaba la TGSS estuviese desfasada.

Pues bien, todas aquellas trabajadoras a tiempo completo que en 2018 no tenían declarados salarios superiores a 914,01€ (lo que el año pasado era legal, porque el mínimo era 858,60), en 2019 han sido encuadradas en el tramo 6, que es el correspondiente a los salarios entre 780,01 a 914,00, con una base de cotización de 877€.

Lo que describimos, dicho de otra manera, es que en 2019 la TGSS renunció ilegalmente a aplicar (en lo que le concernía) el incremento del salario mínimo hasta los 1.050 € a las trabajadoras a tiempo completo, que no solo no vieron incrementadas sus bases de oficio, sino que las vieron reducidas tal como se ha explicado.

Para mayor incumplimiento de la legalidad, en 2019 la TGSS ha solucionado la falta de actualización de las bases atribuyendo a los contratos coeficientes de parcialidad diferentes según el tramo por el que estaban cotizando, lo que era a simple vista incongruente con el dato de que se trataba de trabajadoras contratadas a tiempo completo, hecho conocido y reconocido por la entidad gestora en sus Informes de Vida Laboral.

El escrito a la Tesorería General describe otros problemas en la gestión y planteamiento legal de la cotización, que damos aquí por reproducidos.

4) Presentación de los casos concretos que demuestran lo que se ha expuesto.

La situación se ha producido en toda la escala de jornadas, aunque no contamos con casos a presentar en contratos a tiempo parcial, que además serán puntuales debido a que el salario en el trabajo por horas suele ser superior al mínimo.

Al no haber accedido a expedientes de trabajadoras a tiempo parcial, presentamos únicamente datos recogidos de Vidas Laborales e Informes de Bases de Cotización pertenecientes a contratos a tiempo completo, indefinidos (Clave 100) y temporales (Clave 401).

El documento aportado como n.º 2 se refería a casos representativos recogidos antes del escrito a la Dirección General de la SS en el mes de junio. En el que aportamos ahora con el n.º 3, se recogen supuestos recogidos en certificaciones obtenidas la segunda quincena del mes de Octubre. La situación continúa.

Los casos de cotización correcta encontrados en 2019 tienen lugar cuando la relación laboral ha comenzado en ese año, o ha pasado de ser trabajo externo por horas a trabajo interno para la misma parte empleadora.

Por lo demás, cuando la relación laboral a tiempo completo es anterior aparece siempre la ilegalidad: o se produce la caída de tramo y la bajada de base de cotización respeto al año 2018 (es la situación ampliamente mayoritaria) o la infracotización porque no se está cotizando sobre los salarios realmente percibidos.

Este año, cuando trabajadoras que debían haber sido encuadradas en tramos superiores al correspondiente al salario mínimo han acudido ellas mismas a pedir explicaciones (en 2019 no hay más tope de cotización que el común del Régimen General), la TGSS ha vuelto a incumplir con su deber de vigilancia de la legalidad de la cotización, ya que ha ajustado las bases solo a partir de la reclamación, y no con retroactividad desde enero, como era debido en todos los supuestos que conocemos. Las interesadas no nos autorizan a documentar con sus datos esta afirmación, pero pedimos que se investiguen también estas situaciones.

5) Consideración final.

Los hechos que fundamentan esta queja responden a la manera de actuar de la TGSS a partir de 2012 en la recaudación del Sistema Especial de Hogar. Los números de afiliación que se aportan en los anexos numerados 2 y 3, corresponden a trabajadoras cuya cotización se ha gestionado en oficinas de Bizkaia y Gipuzkoa, pero no se trata de algo particular sino de un esquema de funcionamiento general.

Las trabajadoras de hogar y cuidados están encuadradas en un régimen de Seguridad Social que no cuenta con la prestación de desempleo, y con un régimen laboral que permite a la parte empleadora rescindir unilateralmente su relación laboral mediante el desistimiento, con una indemnización de 7 o 12 días por año, dependiendo de su antigüedad.

No son las interesadas quienes deben dirigirse a la Administración denunciando su situación particular, es la Tesorería quien debe actuar de oficio con carácter general en todos y cada uno de los casos, revisando las cotizaciones y actualizándolas. También deben comunicarse a las trabajadoras las rectificaciones de bases que hayan tenido lugar, al ser parte interesada a todos los efectos.

Por todo ello,

SOLICITAMOS que se tenga por presentada la queja junto con la documentación que se acompaña, se investiguen los hechos a que se refiere y se inste a las instituciones competentes a ajustar su actuación a la legalidad, con efectos retroactivos y tomando medidas para que la situación denunciada no se reproduzca en el futuro.

En Bilbao, a 11 de noviembre de 2019

Fuente:
http://vientosur.info/spip.php?article15311

jueves, 12 de diciembre de 2019

“Google y Amazon nos hacen esclavos sin haber ganado una guerra”. El veterano director del Centro de Supercomputación de Barcelona alerta de la dependencia tecnológica de Europa frente a EE UU y China.

Mateo Valero, director del Centro de Supercomputación de Barcelona, tras la entrevista.

El superordenador más potente de España y quinto de Europa tiene un simbolismo único en el mundo. Su sede, la Torre Girona, en Barcelona, fue la mansión de veraneo de un banquero y exalcalde de la ciudad en el siglo XIX. En el XX pasó a ser un colegio de monjas. En la actualidad el palacio es propiedad de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Aunque su antigua capilla sigue conservando vidrieras, cruces y arcos neogóticos ya no es un templo religioso, sino científico.

El ordenador MareNostrum IV ocupa toda la nave del antiguo templo. La máquina está rodeada por una vitrina de cristal que amortigua su zumbido constante. Grandes tuberías rojas y azules conducen el agua que sirve para refrigerar este coloso capaz de hacer más de 12.000 billones de cálculos por segundo. Este computador atesora el mayor mapa tridimensional que existe de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Es capaz de crear una simulación de la Tierra al completo, reproducir su clima, su evolución, incluso modelar sociedades complejas y analizar sus posibles futuros en función del cambio climático, las epidemias, las guerras o los pactos internacionales capaces de frenar esas catástrofes. Una de sus últimas utilidades es leer los miles de millones de letras del genoma de una persona y recomendar un tratamiento específico para su enfermedad.

El padre intelectual de esta máquina es el hijo de dos agricultores de Aragón que tuvieron que dejar el colegio para trabajar el campo. Mateo Valero (Alfamén, Zaragoza, 1952) despuntó en matemáticas desde niño. Le mandaron a estudiar a Zaragoza y después se hizo ingeniero de telecomunicaciones. En los ochenta comenzó a enseñar arquitectura de computadores, una disciplina en auge, en la Politécnica de Cataluña. Desde entonces, dice con tono mafioso, ha creado una “familia” europea con más de 1.000 doctores de esta disciplina cuyos tentáculos llegan "a todas partes”.

En 2004 el Gobierno de José María Aznar (PP), la Generalitat de Pasqual Maragall (PSOE) y la UPC formaron un consorcio para construir el Barcelona Supercomputing Center o Centro Nacional de Supercomputación, centrado en el MareNostrum I, “la máquina más potente del mundo situada en un centro público”, según explicó entonces el propio Valero, director del centro desde su creación.

El Mare Nostrum 4 instalado en la antigua capilla de la Torre Girona.
  El Mare Nostrum 4 instalado en la antigua capilla de la Torre Girona. BSC

Había que buscar un sitio para el ordenador lo más rápido posible para conseguir pasar el test que selecciona los ordenadores más rápidos del mundo. La vieja capilla de la Torre Girona, desacralizada por Franco poco antes de morir en 1975, se había convertido en un trastero lleno de muebles viejos, el sitio perfecto para meter el superordenador. Desde entonces ha albergado cuatro versiones del MareNostrum. La quinta empezará a funcionar en diciembre de 2020 y será hasta 20 veces más potente que la actual. Pero Valero está pensando ya en la sexta, la primera que puede conseguir que Europa se libere del yugo tecnológico de EE UU y Asia.

“Ninguno de los supercomputadores que existen en el mundo tiene hardware europeo”, explica Valero en esta entrevista. “Dentro de ese hardware, lo fundamental son los procesadores que manejan la información y ejecutan las operaciones. Esos procesadores los hacen básicamente EE UU, Japón y China. Si analizas un chip de esos tiene 21.000 millones de transistores en ocho centímetros cuadrados. Ahí se ponen puertas laterales y aparatos de espionaje, está demostrado, nos espían también a este nivel”, asegura Valero. El BSC acaba de lanzar un proyecto para desarrollar chips hechos en Europa. “Ya tenemos uno pequeño para Internet de las cosas y el siguiente paso es crear otro para supercomputación y servidores. Este es el gran proyecto del BSC y nuestro gran reto”, resalta.

Pregunta. Usted dice que la ética es uno de los principales retos que afronta la tecnología actual.
Respuesta. Donde más errores se están cometiendo es en el uso de nuestros datos. No hay derecho de que para poder acceder a Internet te puedan seguir, sepan todo de ti. Esa recopilación de datos que tú no sabes que tienen para usarlos en cosas que tú ignoras es totalmente contraria a la ética. Lo que hacen Google o Amazon debería ser ilegal. Nos están haciendo esclavos sin haber ganado una guerra. Nos fuerzan a ser esclavos porque si quieres vivir en esta sociedad tienes que tener un móvil, te conectarás y te pillarán. Las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) son terriblemente malas para la sociedad.

P. ¿Hay alguna forma de evitarlo?
R. Hace falta un acuerdo global, pero basta que China y EE UU digan que no para que no sirva para nada. A pesar de ello, Europa debería hacer sus propios Google y Amazon éticos.

P. ¿Sería eso posible sin un uso comercial de los datos?
R. En el BSC usamos cinco petabytes con genomas de personas y no sabemos quiénes son. No necesitamos saberlo para extraer información y conocimiento científico y médico de ellos. No hace falta invadir la privacidad, la información personal.

P. En octubre Google aseguró haber construido un computador cuántico capaz de resolver un problema más rápido que cualquier ordenador convencional. ¿Los superordenadores tienen los días contados por la soberanía cuántica?
R. No. Nadie en el mundo ha prometido tener computadores cuánticos que sustituyan a los ordenadores o a los móviles actuales. Lo que sí se está intentando es desarrollarlos para resolver un problema particular, por ejemplo de optimización de rutas entre miles o millones de puntos o para descifrar códigos. Pero en el futuro los ordenadores cuánticos se usarán para hacer muy pocas cosas. Hay una guerra comercial. Claro que Google, Microsoft e IBM son buenos, pero se están peleando para no perder presencia en los medios. En este momento la guerra cuántica es más mediática que tecnológica. A nivel de cálculo, los computadores cuánticos están haciendo tonterías.

P. ¿Qué nuevas preguntas se podrán responder con el MareNostrum V?
R. Vamos a poder almacenar muchos más datos y hacer muchas más operaciones. Por ejemplo, hay modelos físicos cuyos resultados son parciales porque no hay suficiente potencia de cálculo. Gracias a esta máquina podremos añadir más componentes a las fórmulas que complican el número de operaciones para simular mejor el comportamiento de la atmósfera y la Tierra. Otro ejemplo. Repsol utiliza el MareNostrum IV para buscar petróleo en entornos poco accesibles como el fondo del golfo de México. Ahora encuentra crudo en uno de cada cinco sitios que perfora, y cada pozo cuesta unos 100 millones de euros. Con un computador más potente puedes hacer los cálculos más fiables.

P. Se acaba de saber que en 2018 la inversión en I+D de España subió un 6% empujada por las empresas, pero los fondos estatales están congelados.
R. En España dedicamos el 1,2% del PIB a investigación. EE UU, el 2,8%. Finlandia llegó a aportar el 3,7%. En España necesitamos un mínimo de recursos. China lo ha demostrado. Ha aumentado la inversión y se ha puesto líder en el desarrollo del 5G. Los políticos en los debates apenas hablaron de educación y ciencia, que son las dos cosas más importantes para un país. La educación es lo primero, lo más importante para que un país sea libre y tenga igualdad de oportunidades. Yo soy producto de ello, salí del gueto. Hay que garantizar esto.

P. En España las empresas contribuyen el 56% de toda la inversión en I+D, bastante menos que la media Europea, del 66% ¿Por qué?
R. Hay muchas empresas que no tienen una base tecnológica fuerte. Han triunfado por otras cosas, como dominar el BOE. Pero las empresas que hacen innovación, cosas de frontera, ganan dinero. El BSC es fruto de la colaboración entre el Gobierno de España, el de Cataluña y la UPC. Es un punto de encuentro de las ideas y las empresas, y funciona. Por cada euro que nos dan estas tres entidades traemos otros 20 de fondos competitivos y de empresas.

P. ¿Qué le parece la posibilidad de que se separen ciencia y universidades en el próximo Gobierno de PSOE Y Podemos?
R. Es un error. En la universidad se hace mucha ciencia. Por ejemplo, la UPC tiene tres centros de excelencia Severo Ochoa. Es cierto que la universidad tiene una endogamia vergonzosa, pero en la universidad se hace muy buena ciencia y se compite con otros centros que tienen mucho más presupuesto por alumno.

P. ¿Ha afectado el procés al BSC?
R. Somos un caso muy raro. Siempre hemos tenido una ayuda tremenda de todos los Gobiernos y partidos. El BSC se creó para tener una plantilla de 70 personas y ahora ya somos casi 700. Este es uno de los pocos temas en los que están de acuerdo el Gobierno de España y la Generalitat. Es un modelo de convivencia. El BSC es el centro de investigación más importante en el que los Gobiernos de España y Cataluña llevan colaborando desde 1984.

https://elpais.com/elpais/2019/12/02/ciencia/1575288636_111639.html

miércoles, 11 de diciembre de 2019

La defensa de la verdad

...A veces, contar lo que sucede literalmente puede ser una perfecta mentira. Les conté la historia de un obispo inglés que iba a realizar un viaje pastoral a Manhattan. Sus asesores le dijeron que tuviera cuidado con los periodistas, ya que había un clima muy sensacionalista hacia su viaje. A la tradicional prudencia eclesiástica añadió el obispo un poco más de prudencia.

Al llegar al aeropuerto le llevaron a la sala de autoridades. Empezó la entrevista. A la media hora uno de los periodistas le preguntó por la opinión que le merecía la red de burdeles del sur de Manhattan. El obispo, extremadamente cauto, dijo: Ah, ¿es que hay burdeles en el sur de Manhattan? Al día siguiente compraron la prensa y vieron en la primera página de un periódico una foto en primer plano del obispo, acompañada de este titular:

“Primera pregunta del obispo al llegar al aeropuerto: ¿Hay burdeles en el sur de Manhattan?”. Era su primera pregunta. Estaba grabada. Cualquiera lo podía comprobar.

Tomado de El Adarve, blog de Miguel Ángel Santos Guerra.

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2019/12/07/aprendices-de-periodistas/

lunes, 9 de diciembre de 2019

_- "España me da miedo desde los Reyes Católicos". Entrevista a Joan Margarit.

_- Joan Margarit, uno de los poetas más seguidos en catalán y en español, prepara después de la publicación de sus memorias un nuevo libro que será un paso más en su ejercicio de reflexión íntima desde el lugar de la poesía. La entrevista la realizó Antonio Lucas.

Joan Margarit es un hombre de alegría contagiosa. Joan Margarit es un arquitecto en retirada, catedrático de cálculo de estructuras. Joan Margarit es un hombre de 81 años (nació en Sanaüja, en 1938) que vivió la infancia en una extrema soledad concurrida de afectos. Joan Margarit es un poeta con Premio Nacional de Poesía (2008). Joan Margarit es catalán. Joan Margarit también escribe su obra en español. Joan Margarit tiene en Austral su poesía completa hasta 2015 y en la editorial Visor los libros que ahí faltan. Joan Margarit publicó unas memorias que no son unas memorias donde entra a saco en su niñez para entender mejor su ahora. Lo tituló así: Para tener casa hay que ganar la guerra (Austral). Joan Margarit está escribiendo poemas nuevos. Escribiendo, como siempre, por el haz del folio en catalán, por el envés en español. Comenzamos.

¿'Para tener casa hay que ganar la guerra'?
Es el último verso de un poema mío. Se refiere a ganar la guerra civil interior de cada uno. Pero no es un libro de memorias, sino de búsqueda.

¿Qué búsqueda?
La de intentar saber por qué los 800 poemas de mi obra completa son como son. Y creo haberme acercado a la respuesta regresando a los primeros años de mi vida.

¿Tuvo una infancia feliz?
Sí. Sólo fui dos años a la escuela, pasé mucho tiempo con mi abuela, apenas tuve amigos y cambié 10 veces de domicilio... Pero fue una buena niñez.

Sin embargo, también asoma en el libro un punto de avería.
Cómo no. ¡Si es que nazco en medio de una Guerra Civil que se está perdiendo!

Y entonces llega la poesía.
La poesía estaba a mi lado desde muy pronto. Con ella aprendí que lo que me importaba decir en los poemas estaba dentro de mí, no en lo de afuera. Y por un extraño azar, a veces interesa también a otros. Quizá por eso la poesía es una herramienta de consuelo. Alguien que no conoces, en cualquier punto del mundo, lee aquello que encontraste dentro de ti y lo recibe como un espejo.

O como un antídoto contra la soledad o el desamparo.
Por qué no. Es como el descubrimiento de la casa para el ser humano. La casa es un combate contra la intemperie. Y alrededor de eso nace el primer código civil: el Código de Hammurabi. Qué maravilla cuando el hombre sale de la cueva y se da cuenta de que es capaz de construir una casa... ¿Qué otra cosa es el arte sino construcción y cobijo?

Las dos personas que me han hecho como soy no sabían leer ni escribir
Como lo es el idioma.
Para mí, el idioma es mucho más que palabras, quizá porque las dos personas que me han hecho como soy, y de algún modo me han salvado, no sabían leer ni escribir.

¿Quiénes fueron?
Mi abuela y mi hija Joana, deficiente mental. Qué paradoja: en la era de la prepotencia y de la abundancia informativa, mi vida ha sido determinada por dos mujeres maravillosas que no tuvieron la oportunidad de aprender a leer. Una porque estuvo de criada desde los 12 años. La otra, por su situación vital.

Su abuela...
Era de una inmensa bondad. Y mantuvo esa condición hasta el final. Qué lección de dignidad fue para mí.

¿En qué sentido?
En todo. Me enseñó a ser como soy en unos años muy difíciles, muy conflictivos, muy represores. Cuando acabó la Guerra Civil tengo cinco años y a esa edad me sucedió algo determinante. Iba con un compañero de clase hablando en catalán por una calle del pueblo y un señor uniformado me golpeó y me dijo: «¡Niño, habla en cristiano!». Que una cosa tan íntima como el idioma que uno habla se persiga es de las brutalidades más refinadas que existen. Es como castigarte por ser rubio o moreno, de un sexo u otro. Perseguir a la gente por algo que no ha elegido, y además no puede obviar, dice mucho del monstruo que anida en nosotros.

¿Cómo llega la poesía?
Empiezo a escribir a los 16 o 17 años. En español. El primer libro lo prologa Camilo José Cela y me define como «surrealista metafísico». Ya ves dónde está hoy el «surrealista»... Así voy caminando hasta los 40. Íntimamente considero mala esa parte de mi poesía, aunque continúo adelante. Esta terrible historia de descontento duró 20 años.

¿Y cómo acabó?
Pues por la correspondencia que mantenía entonces con un poeta catalán: Miquel Martí i Pol. Según me contó él, dio a leer una carta mía a su hija y le preguntó si consideraba que la persona que había escrito eso podría escribir poemas en catalán... Esa pregunta supone para mí un shock. No seguí leyendo la carta. Me quedé clavado. ¿Y si fuera eso?

Y pasó a escribir en catalán.
Así es. Y me di cuenta de que el catalán es la única lengua en el mundo sin Estado pero con cultura. Una cultura paralela a la española en tipo, en cantidad, en calidad. Lo único que nos diferencia es el tamaño. Por eso hay menos novelistas catalanes, menos filósofos catalanes, menos poemas catalanes...

No sólo es un problema de cantidad...
Pero espere, es que empiezo a buscar y me doy cuenta de que en poesía no hay un solo gran poeta que haya cambiado su lengua materna para escribir en otra. Novelistas o pensadores, muchos (Nabokov, Beckett, Cioran) pero poetas...

¿Y entonces?
Rehago mi historia y publico ocho libros de poemas en catalán que siguen siendo un fracaso. Pero un fracaso por exceso de alegría, de deslumbramiento ante las palabras.

Es decir, usted está determinado por un idioma estigmatizado durante años y por una guerra perdida...
Y por dos mujeres que no sabían ni leer ni escribir.

Este país es maravilloso. Entiendas lo que entiendas por «este país»

¿Queda ánimo de revancha?
En absoluto. Aunque tengo la sospecha de que siempre hay alguien dispuesto a joderte. Aún así, este país es maravilloso. Entiendas lo que entiendas por la expresión «este país».

¿Usted qué entiende?
Pues eso, este país. Lo que sucede es que hay demasiado espectáculo y protagonismo político. Aunque tampoco creo que todos los males vengan de los políticos. Sólo son los legítimos representantes de lo que somos nosotros.

A pesar de tantas cosas...
A pesar de tanto olvido, que por otro lado es un gran recurso de salvación. El olvido no es siempre negativo. En el diálogo, por ejemplo, el olvido es un buen aliado. Nada se resuelve borrando, tirando y empezando de nuevo. Ésa es la dificultad.

¿Le influye el momento sociopolítico para escribir?
Muy poco. El Romanticismo nos advirtió que existe la intimidad, el individuo y la sociedad. Haber sido un niño tan solitario me permitió vivir muy hacia dentro, también la poesía. Opté por la intimidad, y de eso me alimento literariamente.

¿Cuál es su relación con la poesía a los 81 años?
Igual que a los 16. Me sirve para lo mismo.

¿No le ha defraudado en ningún momento?
Nunca. Y lo confirmé definitivamente cuando nos advirtieron de que mi hija Joana moriría. Entonces me planteé algo tan infantil como utilizar la poesía para que ella muriese lo menos posible y yo sufriese lo menos posible. Si la poesía no me hubiera servido para esto, la habría dejado. Qué pintaba yo haciendo versos a mi edad si la poesía no me ayudaba en el momento más crítico de mi vida.

¿Qué le debe su escritura a lo onírico o a la imaginación?
Nada. La poesía se hace con la mente. Y el cerebro es lo más extraordinario y lo más peligroso que tenemos

En su poesía hay una toma de postura clara. También política.
Es que yo estoy en el mundo. Mal puedes hacer un poema si no sabes en qué mundo vives.

¿Quién es el enemigo de la poesía?
El eufemismo y las mentiras a secas. Y de eso, hoy, nos sobran. La poesía empieza por la belleza. Y después sólo se sostiene si se transforma en verdad.
Los hombres salimos felices de una miseria para entrar inconscientemente en otra

¿Cómo es su relación con la política?
Mantenerme alejado de la actualidad para poder pensar mejor. A mi edad puedo confirmar cómo tantas cosas se repiten. Los hombres salimos felices de una miseria para entrar inconscientemente en otra. Así una y otra vez.

Hablaba hace unos instantes de verdad y belleza, algo que parece hoy un exotismo.
La mentira ya está en todo. No es sólo un problema de políticos. Ellos son tan cabrones como nosotros, los ciudadanos. Qué podemos esperar de un mundo de expertos donde el 90% no sabe nada y tiene la mentira como norma. Por eso la poesía es una buena manera de estar alerta.

Su obra tiene una acogida similar en Cataluña que en el resto de España. ¿Qué relación mantiene con su lugar de origen y con el resto del país?
Te lo explicaré así: casi tengo dos lenguas...

¿Casi dos...?
Porque la que pesa más siempre es la materna. La otra (el español) la considero el único regalo que me hizo Franco. La aprendí por narices, pero esa riqueza nunca quise desaprovecharla. Escribo mis poemas, siempre, en catalán y en español.

¿Y su relación con Barcelona?
Mala. O, más exactamente, complicada. En Montjuic están enterradas dos hijas mías. Mi relación es de amor y odio. Una ciudad que consideré mía y que ha sido enterrada en favor de otra peor en la que no me reconozco y que ha venido a sustituir aquello con lo que yo me identificaba. Me marché de Barcelona por eso.

¿Verá una Cataluña independiente?
No se dan las condiciones necesarias.

¿Entonces, para qué todo esto?
La única solución es el diálogo. Y dialogar es un asunto de Estado, no de jueces. El recurso del mal político, que tiene un referente en Alfonso Guerra, es luchar por la judicialización de la política en vez de por la separación de poderes. Lo que está sucediendo con el procés, sustituir el diálogo por el castigo, traerá consecuencias horribles. Y vuestra generación seguirá sufriendo los efectos.

Pero hay delitos claros.
Es muy complejo. Lo que aquí faltó es un Adenauer o un Willy Brandt en vez de un Suárez, un Felipe González o un Aznar. Y después llegó Rajoy, que no supo lo peligroso que era no hablar con el adversario y confundirlo además con un enemigo.

¿Le ha desengañado el independentismo?
Difícil contestar a eso. No olvide que a los cinco años me golpearon por hablar en catalán. Existe un miedo dentro de mí que puedo paliar con cultura, pero no evitarlo. A mí España me da miedo. Y digo España con Cataluña dentro. Me da miedo España desde los Reyes Católicos.

Pero miedo a qué.
Porque España es un país cruel. Si somos el segundo país del mundo con más muertos enterrados en las cunetas, algo querrá decir. Otros estados europeos han ido avanzando hacia algo mejor después de procesos de regeneración muy fuertes. Y no tuvieron miedo a empezar de nuevo. Aquí lo más que hacemos es apelar a la II República, que no duró más de cuatro años. Después de la dictadura no se desplazó a nadie de entonces. A nadie. Y hasta hace poco se condecoraba a un policía torturador como Billy El Niño. No somos un país para lucirlo por ahí. Somos un país para andarnos con mucho cuidado. Me moriré con este miedo y para combatirlo sólo puedo intentar amar.

¿A todos?
A todos, aunque siempre se quiere más a quien se tiene más cerca. A pesar de algunos detalles extraños, como que nunca me hayan invitado a leer en el instituto de mi pueblo [Sant Just Desvern] y, sin embargo, haya leído poemas en decenas de institutos de Andalucía. ¿Ves? Todo es muy complejo.

Joan Margarit Poeta

Fuente: https://www.elmundo


Sobre su condición de poeta bilingüe escribió un poema,

 "Dignidad":

Si la desesperanza / tiene el poder de una certeza lógica, / y la envidia un horario tan secreto / como un tren militar, / estamos ya perdidos. // Me ahoga el castellano, aunque nunca lo odié. / Él no tiene la culpa de su fuerza / y menos todavía de mi debilidad. // El ayer fue una lengua bien trabada / para pensar, pactar, soñar, / que no habla nadie ya: un subconsciente / de pérdida y codicia / donde suenan bellísimas canciones. // El presente es la lengua de las calles, / maltratada y espuria, que se agarra / como hiedra a las ruinas de la historia. // La lengua en la que escribo. // También es una lengua bien trabada / para pensar, pactar. Para soñar. // Y las viejas canciones / se salvarán.

Y sobre la "Libertad":

Es la razón de nuestra vida, / dijimos, estudiantes soñadores. / La razón de los viejos, matizamos ahora, / su única y escéptica esperanza. / La libertad es un extraño viaje. / Son las plazas de toros con las sillas / sobre la arena en las primeras elecciones. / Es el peligro que, de madrugada, / nos acecha en el metro, / son los periódicos al fin de la jornada. / La libertad es hacer el amor en los parques. / Es el alba de un día de huelga general. / Es morir libre. Son las guerras médicas. / Las palabras República y Civil. / Un rey saliendo en tren hacia el exilio. / La libertad es una librería. / Ir indocumentado. / Las canciones prohibidas. / Una forma de amor, la libertad.

domingo, 8 de diciembre de 2019

_- Ante el muro de Humpty Dumpty

_- Nunca como ahora los políticos han sido merecedores de menos credibilidad: aquí casi nadie dice nada cuya virtualidad se mantenga más de unas horas.

1. Lenguaje
Nadie ha sabido reflejar mejor el encuentro de Alicia con Humpty Dumpty, el vanidoso huevo antropomórfico sentado en equilibrio sobre el muro, que el estupendo dibujante John Tenniel (1820-1914). La escena tiene lugar en el capítulo VI de A través del espejo (Lewis Carroll, 1872), la secuela de Alicia en el país de las maravillas, y en ella su protagonista, de pie ante la tapia, tiene que mirar al ovoide desde abajo, lo que, por alguna extraña razón, siempre me trae a la memoria la posición de Josef K. ante sus acusadores (El proceso, Kafka, 1925, póstuma). Solo que en el libro de Carroll no se discute acerca de ignotas culpas reales o imaginarias, sino del alcance y las limitaciones de la lengua. En realidad la conversación entre Alicia y Humpty Dumpty (HD) incluye, entre otras sabidurías, una profunda lección de filosofía del lenguaje que, sin duda, interesó a Ludwig Witt­genstein y, desde luego, a todos los semiólogos que siguieron a Saussure. Se la transcribo: “—Cuando yo uso una palabra —insistió Humpty Dumpty con un tono más bien desdeñoso— quiere decir lo que yo quiero que diga, ni más ni menos. —La cuestión —insistió Alicia— es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes. —La cuestión —cortó Humpty Dumpty— es saber quién es el que manda, eso es todo”.

Ante el muro de Humpty Dumpty
El diálogo ha tenido, por supuesto, interpretaciones muy diferentes. Paul Auster-o su heterónimo Daniel Quinn— afirma en ‘Ciudad de cristal’ (1985), primera parte de su imprescindible  La trilogía de Nueva York (nueva edición en Seix Barral), que HD es un profeta, alguien que dice verdades para las que el mundo no está preparado. Por mi parte, pienso que el huevón (así lo llama Ramón Buckley en la traducción que hizo para Anaya) zanja el diálogo como lo hacen constantemente nuestros mediocres políticos: con el típico donde-dije-digo-digo-Diego o, en su más agrícola versión catalana, ara diu blat (trigo), ara diu ordi (cebada).

Y es que nunca como ahora los políticos han sido merecedores de menos credibilidad: aquí casi nadie dice nada cuya virtualidad se mantenga más de unas horas. Ya no se trata de despotricar en general de los políticos o de su oficio, como hacen los fascistas (léase el absolutamente recomendable Fascismo, de Roger Griffin, una muy actual introducción que acaba de publicar Alianza) cuando pretenden enfangar el principio democrático, sino de restaurar la dignidad de la política ejerciendo el deber de criticar constantemente a los huevones que pretenden imponernos sus tóxicas, oportunistas y desquiciantes semánticas.

2. Apocalipsis Leo que la actual concentración de CO2 en la atmósfera es la mayor de los últimos tres millones de años. Bien: siguen acumulándose las señales. A este paso quizá podamos asistir más prontísimo que tarde al apocalipsis: siempre quise presenciar el prometido Armagedón, y la espectacular derrota de la ramera de Babilonia (Apocalipsis 16-18), “con la que han fornicado los reyes de la tierra, y sus moradores se han embriagado con el vino de su fornicación”. Para qué necesitamos películas de tontos zombis de campus si el futuro que hemos ido preparando se presenta mucho más espectacular que cualquier escena cósmica imaginada por William Blake.

Y, encima, con más espacio urbanizable, gracias a la desaparición de las molestas especies animales y vegetales que hemos ido felizmente eliminando (incluyendo el divertido juego perfeccionado por Bolsonaro, otro posfascista rampante, de arrasar la selva amazónica). Crítica acaba de publicar la cuarta edición de La sexta extinción, de Elizabeth Kolbert, un ensayo fundamental, publicado originalmente en 2014, que aclara casi todo lo que uno puede preguntar(se) acerca de la irreparable pérdida que estamos viviendo mientras no cesamos de arrojar piedras a nuestro tejado.

3. Novelas
Tres novelas, dos leídas y una repasada. El Planeta de Cercas (Terra alta) es un thriller que se abre con un asesinato violentísimo cuyos orígenes se entierran en la Guerra Civil y en el que el investigador es un mosso d’esquadra leído (el libro dialoga constantemente con Los miserables, de Hugo) que ha participado en acontecimientos recientes de Cataluña. La novela, que se lee bien —quizás, incluso, demasiado bien en su primera parte, orientada a lo que se supone que debe premiar un galardón como el Planeta—, se eleva considerablemente a medida que se desarrolla su peripecia, devolviéndonos al Cercas más reflexivo y grave al que sus lectores están acostumbrados.

También leí en un pispás Noche sagrada (2018), un thriller más de Michael Connelly. Tras veintitantas novelas protagonizadas por el detective Harry (Hieronymus) Bosch, su creador ha caído en la cuenta de que sus lectores lo conocemos demasiado bien. Quizá por ello decidió introducir en sus aventuras una contrafigura femenina, la también detective Renée Ballard, lo que, de paso, le sirve para hacer notar que está a la altura del MeToo. Esta es la primera novela de Connelly en la que ambos (hay otra posterior) colaboran en la resolución de sus respectivos casos.

Tengo que decir —a riesgo de que me odien sus fans— que la combinación no me resulta atractiva, la trama se hace confusa, los elementos secundarios (burocracia policial, por ejemplo) son demasiado prolijos y las relaciones entre los dos protas son demasiado previsibles, aunque a ratos haya destellos del mejor Connelly, por lo que no me atrevo a prometer que de esa agua no beberé más. Por último, la novela “repasada” son, en realidad, tres. Cátedra acaba de publicar en su colección Letras Hispánicas, y en un solo volumen de 1.300 páginas que incluyen una introducción de 365 de Francisco Caudet, uno de los monumentos de la narrativa española del siglo XX: la trilogía La forja de un rebelde (1940-1946), de Arturo Barea. A estas alturas solo puedo recomendársela, una vez más, a quienes no la hayan leído o la tengan olvidada.

https://elpais.com/cultura/2019/11/28/babelia/1574961087_192701.html

sábado, 7 de diciembre de 2019

El hombre que predijo la Alemania nazi.

En 1919, John Maynard Keynes previó el caos que seguiría al tratado de paz de Versalles.

John Maynard Keynes, with his wife, Lydia Lopokova, in the 1920s, as some of the baleful results he warned of in “The Economic Consequences of the Peace” were playing out.
 John Maynard Keynes, con su esposa, Lydia Lopokova, en la década de 1920, mientras se desarrollaban algunos de los resultados desalentadores que advirtió en "Las consecuencias económicas de la paz". Crédito ... Bettmann / Getty Images.  Por Jonathan Kirshner

El Dr. Kirshner es profesor de ciencias políticas en el Boston College.

7 de diciembre de 2019

El 8 de diciembre de 1919, Macmillan Press publicó un libro de un funcionario del Tesoro británico relativamente oscuro que había renunciado al gobierno en protesta por el tratado de Versalles que llevó a su conclusión el trauma de la época de la Primera Guerra Mundial.

El pequeño tratado, escribió el funcionario, buscaba explicar "los motivos de su objeción al tratado, o más bien a toda la política de la conferencia hacia los problemas económicos de Europa". Una impresión conservadora de 5.000 copias parecía adecuada para la disidencia de un tecnócrata , que presentaba pasajes meticulosamente detallados que analizaban la historia y las perspectivas de cosas como los mercados de producción y exportación de carbón de Alemania.

El libro, "Las consecuencias económicas de la paz", resultó ser un fenómeno. Rápidamente pasó por seis impresiones, se tradujo a una docena de idiomas, vendió más de 100,000 copias y le dio fama mundial a su autor de 36 años, John Maynard Keynes.

Un erudito brillante e infatigable, intelectual público, periodista, asesor gubernamental y defensor de las artes, Keynes estaría en el centro de las cosas por el resto de su vida. La revolución keynesiana reinventó la economía en la década de 1930 y continúa dando forma al campo en la actualidad. Keynes, nuevamente representando al Tesoro británico durante la Segunda Guerra Mundial, fue el principal arquitecto intelectual del orden internacional de la posguerra. Pero comenzó su carrera en la disidencia.

"Consecuencias económicas" está escrita majestuosamente: Keynes estaba cerca de la cohorte iconoclasta de artistas y escritores Bloomsbury, y sus representaciones incisivas y sinceras de los pacificadores (Georges Clemenceau, David Lloyd George y Woodrow Wilson) reflejaron la influencia sin límites de El recientemente celebrado "eminentes victorianos" de Lytton Strachey también fue muy controvertido por sus evaluaciones de la capacidad de Alemania para pagar las reparaciones exigidas por las victoriosas potencias aliadas.

Keynes luego describiría esos eventos en uno de sus mejores ensayos de larga duración, "Dr. Melchor: un enemigo derrotado ”, que leyó por primera vez en dos reuniones en la intimidad del Memoir Club de Cambridge y los amigos de Bloomsbury. Virginia Woolf regresó a casa de la segunda reunión y escribió una nota efusiva cantando sus alabanzas literarias; fue una de las dos obras brillantes ("My Early Beliefs" fue la otra) que Keynes solicitó que se publicara a título póstumo.

Su escenario tiene una calidad cinematográfica:
Un momento después nos llamaron a nuestro salón, ya que se anunciaron los financieros alemanes. El vagón del ferrocarril era pequeño, y tanto nosotros como ellos éramos numerosos. ¿Cómo nos comportaríamos? ¿Debemos darle la mano? Nos aplastamos juntos en un extremo del carruaje con una pequeña mesa de puente entre nosotros y el enemigo. Se presionaron contra el carruaje, inclinándose rígidamente. También nos inclinamos rígidamente, porque algunos de nosotros nunca antes nos habíamos inclinado. Hicimos un movimiento nervioso como para estrechar la mano y luego no lo hicimos. Les pregunté, en una voz que pretendía ser agradable, si todos hablaban inglés.

Con un poco de improvisación inspirada en el canal posterior, Keynes llevó estas negociaciones modestas y preliminares a una conclusión exitosa. Sin embargo, el proceso de paz más amplio fue una catástrofe, y Keynes tenía un asiento de primera fila.

Como describió el historiador Eric Weitz, los representantes alemanes reaccionaron "con asombro incrédulo" ante los términos que se les presentaron; Cuando los detalles se hicieron públicos en casa, la reacción fue de conmoción e ira. Las dos partes se habían desangrado mutuamente durante la guerra, luchando hasta llegar a un punto muerto hasta que la entrada tardía de los lejanos Estados Unidos inclinó decisivamente el equilibrio de poder. Alemania, sin tropas extranjeras en su territorio, imaginó que estaba negociando la parte negociadora del perdedor de una paz negociada, sin someterse a lo que equivalía a una rendición incondicional: colonias despojadas, territorio perdido, marina hundida, ejército disuelto, reparaciones impuestas.

Keynes, como escribiría en "Consecuencias económicas" y enfatizaría repetidamente a raíz de su publicación, estaba preocupado "no por la justicia del tratado", sino por su "sabiduría y sus consecuencias". Detrás de escena, luchó para un enfoque más clarividente.

Un parpadeo en abril vio la esperanza de que su "gran esquema" pudiera ser aceptado: reparaciones modestas (con la parte de Gran Bretaña cedida a otras víctimas de la agresión alemana), cancelación de todas las deudas de guerra entre aliados (Estados Unidos soportaría la mayor parte de esa carga) , el establecimiento de una zona de libre comercio europea (para evitar el caos probable en el comercio internacional del confuso mosaico de nuevas naciones emergentes en el este), y un nuevo préstamo internacional para cuidar el continente a través de un difícil período de desequilibrio económico.

Esto rayaba en la ingenuidad política: los estadounidenses no se separarían fácilmente de su dinero, ni los franceses con su venganza. Y en las elecciones de 1918, los políticos británicos habían prometido (si bien fatuamente) responsabilizar a Alemania por el costo total de la guerra, y uno prometía exprimir al país como un limón "hasta que las pepitas chirrían".

Pero para Keynes, las apuestas eran tan altas como para exigir el esfuerzo. Los historiadores se han centrado en su propuesta de reparaciones ligeras, pero en este momento estaba aún más ejercitado sobre el tema de las deudas entre aliados. Esas obligaciones, escribió en un informe interno del Tesoro, eran "una amenaza para la estabilidad financiera en todas partes", imponían una "carga aplastante" y serían "una fuente constante de fricción internacional". Un orden financiero internacional que era poco más que un una maraña de deudas y reparaciones difícilmente podría "durar un día".

El 14 de mayo de 1919, le envió una nota de angustia a su madre, informándole sobre sus planes de renunciar, pero aguantó, "muy enfermo de lo que sucede", durante tres semanas más. Presentó su carta formal de renuncia al primer ministro Lloyd George el 5 de junio, regresó a su casa para lamer sus heridas y luego canalizó sus pasiones para escribir "Consecuencias económicas".

El 8 de diciembre de 1919, Macmillan Press publicó un libro de un funcionario del Tesoro británico relativamente oscuro que había renunciado al gobierno en protesta por el tratado de Versalles que llevó a su conclusión el trauma de la época de la Primera Guerra Mundial.

El pequeño tratado, escribió el funcionario, buscaba explicar "los motivos de su objeción al tratado, o más bien a toda la política de la conferencia hacia los problemas económicos de Europa". Una impresión conservadora de 5.000 copias parecía adecuada para la disidencia de un tecnócrata , que presentaba pasajes meticulosamente detallados que analizaban la historia y las perspectivas de cosas como los mercados de producción y exportación de carbón de Alemania.

El libro, "Las consecuencias económicas de la paz", resultó ser un fenómeno. Rápidamente pasó por seis impresiones, se tradujo a una docena de idiomas, vendió más de 100,000 copias y le dio fama mundial a su autor de 36 años, John Maynard Keynes.

Un erudito brillante e infatigable, intelectual público, periodista, asesor gubernamental y defensor de las artes, Keynes estaría en el centro de las cosas por el resto de su vida. La revolución keynesiana reinventó la economía en la década de 1930 y continúa dando forma al campo en la actualidad. Keynes, nuevamente representando al Tesoro británico durante la Segunda Guerra Mundial, fue el principal arquitecto intelectual del orden internacional de la posguerra. Pero comenzó su carrera en la disidencia.

El libro de Keynes es esencialmente correcto con respecto a sus argumentos más importantes. Pero fue, y sigue siendo hoy, en gran parte mal entendido. Las contribuciones duraderas del libro no se encuentran en la primera cláusula disidente de Keynes (su "objeción al tratado"), sino en la segunda, sobre "los problemas económicos de Europa". Keynes estaba haciendo sonar una alarma sobre la fragilidad del Orden europeo.

https://www.nytimes.com/2019/12/07/opinion/keynes-economic-consequences-peace.html?action=click&module=Opinion&pgtype=Homepage

viernes, 6 de diciembre de 2019

_- Ellacuría y el testimonio de la filosofía de vida.

_- Agustín Ortega Cabrera
Rebelión

Se ha dicho muy bien que se entiende mejor la obra de un autor, y con más razón tratándose de un filósofo, si se une a lo que fue su vida. En Ignacio Ellacuría, uno de los conocidos como jesuitas mártires de la UCA, al que rendimos memoria por el Día Mundial de la Filosofía en el 30 aniversario de su martirio, se da en forma luminosa esta unión de obra y vida. En este sentido, en nuestras actividades académicas y formativas, por esta semana de conmemoración del 30 aniversario del martirio de los queridos Ellacuría y jesuitas de la UCA, estuvimos presentando el libro “Ellacuría en las fronteras”, editado por la Universidad Jesuita Ibero de México. En dicha publicación soy coautor y hago un capitulo con el título: “Filosofía de la acción-formación social en el horizonte de la espiritualidad. Claves desde Ellacuría, Martín-Baró y los jesuitas mártires de la UCA”. Hicimos esta presentación en algunos centros universitarios de Lima, donde actualmente realizo mi misión en América Latina y soy profesor e investigador.

Tal como muestra uno de conocedores, A. González, es “la forma socrática de filosofar y de ser filósofo, la primera clave para aproximarnos a la obra de Ignacio Ellacuría. Parafraseando a Zubiri, podríamos trazar un paralelo con Sócrates diciendo que lo característico de la labor intelectual de Ellacuría no consiste tanto en haber puesto la praxis histórica de liberación en el centro de sus reflexiones filosóficas, sino en haber hecho de la filosofía un elemento constitutivo de una existencia dedicada a la liberación”. De forma similar a otros pensadores y filósofos, además del propio Sócrates como E. Mounier y S. Weil e incluso ese maestro que fue L. Milani, Ellacuría aprehendió el pensamiento en unidad inseparable con la acción, con la praxis y compromiso solidario por la justicia con los pobres, oprimidos y víctimas de la historia. Una filosofía al servicio de la vida y promoción liberadora e integral de las personas, los pueblos y los excluidos frente a la violencia estructural del mal, desigualdad e injusticia social (global), la violencia represora y personal; con un compromiso claro por el dialogo, la reconciliación, la no violencia, la paz, la libertad e igualdad.

Es esa inteligencia social e histórica desde una filosofía honrada con lo real, empleando las mediaciones socio-analíticas como son las ciencias sociales, que se hace cargo de la realidad analizándola críticamente en sus posibilidades, capacidades y estructuras con sus poderes o dominaciones; que carga con la realidad en esa inteligencia ética de la compasión, asumiendo solidariamente el sufrimiento de los pueblos crucificado que son siempre el signo de los tiempos, en una hermenéutica histórica de la realidad "passionis". Y se encarga de la realidad, con la inteligencia que se hace praxis liberadora de los pueblos crucificados para bajarlos de la cruz, en la opción por los pobres como sujetos de su liberación integral.

En esta línea, sigue afirmando González, que “Ellacuría mostró con su vida (y - ¿por qué no decirlo? - también con su muerte) que la función social de la filosofía no es primeramente una función académica, y mucho menos una función legitimadora de uno u otro poder, sino -al menos como posibilidad- una función liberadora. Y que esta función liberadora no consiste en primera línea en la trasmisión de una determinada filosofía, de una determinada tradición o de unos determinados conocimientos filosóficos, sino, como también fue el caso de Sócrates, en una tarea mayéutica y crítica…, en un sentido más cercano a la expresión original griega maieúomai (ayudar en el parto, desatar). Pues se trata de acompañar filosóficamente la difícil hora histórica de los pueblos del Tercer Mundo, situándose parcialmente del lado de quienes tratan de impedir que triunfe la muerte y del lado de la nueva vida que, a pesar de todas las dificultades, pugna por nacer”.

Ellacuría comprende el para qué de la filosofía en su función liberadora, a la búsqueda del verdadero ser y sentido en la realidad promoviendo la vida, la libertad y la justicia liberadora con los pobres con una tarea "desideologizadora" de lo real. Se trata de buscar la verdad que es aprisionada por la injusticia (Rm 1, 18), desenmascarando a los ídolos de muerte que niegan la vida de los pueblos y de los pobres. Liberarnos de las idolatrías de la riqueza-ser rico, del capital, poder y la violencia estructural para que las mayorías populares (empobrecidas) tengan ser, vida y vida en abundancia (Jn 10, 10); frente a la nada, el no ser, que padecen los pueblos crucificados. La realidad estructural con su dinamismo, en su unidad de naturaleza e historia, de inter-relaciones de los seres humanos con el mundo, se convierte en praxis social e histórica. Empleando el método de "historización" de las claves filosóficas, como es la justicia con los derechos humanos en la opción por los pobres, para que sean verificados en la realidad histórica. De esta forma, se desvela la mentira ideológica que niega la vida y la liberación integral de la humanidad.

En oposición a esos falsos dioses de la civilización del capital y de la riqueza, para revertir la historia y lanzarla en otra dirección, Ellacu contrapone la civilización del trabajo y la pobreza. Esto es, la dignidad de las personas trabajadoras y la humanización del mundo social e histórico, con una economía al servicio de la vida y las necesidades de los pueblos, que nos libera del lucro y del beneficio-capital como motor de la historia. Y ello en la civilización de la pobreza, con la solidaridad compartida como sentido de la historia en lo real desde esos “pobres con espíritu”. La existencia solidaria de compartir la vida, los bienes y la lucha por la justicia con los pobres que nos libera de las esclavitudes del tener, poseer e ídolo de la riqueza-ser rico.

Tal como afirma Ellacuría, es “una filosofía hecha desde los pobres y oprimidos, en favor de su liberación integral y de una liberación universal que, en su autonomía, puede ponerse en el mismo camino por el que marcha el trabajo en favor del reino de Dios, tal como se prefigura en el Jesús histórico”. Para Ellacuría la historia tiene sentido en “forma utópica y esperanzadamente: creer y tener ánimos para intentar con todos los pobres y oprimidos del mundo revertir la historia, subvertirla y lanzarla en otra dirección”. La realidad histórica, en su dinamismo estructural, está abierta a la trascendencia y esperanza, al Dios trascendente en lo real e histórico. El sentido de la utopía profética y la esperanza en “ese futuro siempre mayor, más allá de los futuros histórico, donde se avizora el Dios salvador, el Dios liberador” (Ellacuría).

Agustín Ortega Cabrera (España), misionero canario laico, es Trabajador Social y Doctor en Ciencias Sociales (Dpto. de Psicología y Sociología ULPGC). Asimismo ha realizado los Estudios de Filosofía, Teología y Moral, Doctor en Humanidades y Teología (UM). Profesor e investigador en diversas universidades e instituciones universitarias y educativas latinoamericanas. Autor de distintas publicaciones, libros y artículos.

jueves, 5 de diciembre de 2019

La huelga de Francia del 5 de diciembre

Mañana, 5 de diciembre, tendrá lugar en Francia una huelga general contra los proyectos del Presidente Emmanuel Macron de reforma del sistema de pensiones. Mucho se decide, en Francia y en Europa, en esta huelga.En esta entrevista, el economista y filósofo francés Frederíc Lordon, explica la importancia de esta protesta y la sitúa en su verdadero contexto. No es una reforma, sino una demolición. No es un fenómeno “de la presidencia de Macron”, sino que viene de muy atrás. Y la protesta no es, ni debe ser, contra la demolición de las pensiones, sino contra todo el mundo que la rodea.

https://rafaelpoch.com/2019/12/04/la-huelga-de-francia/


Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa

Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa

Todos los detalles para rellenar correctamente la declaración amistosa, que agiliza los trámites de las aseguradoras.

Sergio Amadoz · 13/10/2017 20

Cómo se rellena un parte de accidente para no pagar sin tener la culpa

El parte permite describir con detalle cómo se ha producido un choque.

En este preciso momento (da igual qué hora sea, no importa en qué día estemos), dos conductores están rellenando un parte amistoso de accidente en España. Ante el más mínimo roce, la reacción más sensata es rescatar de la guantera la declaración amistosa. Así sucede en España alrededor de 3.700.000 veces al año, más de 10.200 al día, 7 por minuto.

Nadie está obligado a cumplir este trámite, pero el sentido común aconseja hacerlo. El presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, lo justifica: “Es lo más conveniente. La gran virtud del parte amistoso de accidente es que gracias a él las compañías aseguradoras implicadas van a tener la misma versión de los hechos, por lo que la resolución del caso será mucho más ágil”, señala Arnaldo. Y no tiene nada que ver con asumir responsabilidades. “Los automovilistas deben limitarse a describir fielmente los hechos. No debe haber una discusión sobre la culpabilidad porque de esa valoración ya se encargarán las compañías”, añade Arnaldo.

Pero ¿tienes claro cómo debes hacerlo? Conviene dedicar un rato a rescatar de la guantera la declaración, leerla y tenerla más o menos controlada por si un día hace falta recurrir a ella. Merece la pena: según la empresa de gestión LeasePlan, uno de cada cuatro casos no se resuelven de manera amistosa por culpa de los errores cometidos cuando se rellena el parte.

Estos son los apartados de los que consta un parte de accidente, que aparecen duplicados porque hacen referencia al vehículo A y al vehículo B.

Fecha: Es necesario apuntar la fecha y la hora del siniestro.

Localización: Se recomienda indicar la ubicación con exactitud: bien sea en carretera (conviene indicar el punto kilométrico) o en ciudad (se debe concretar calle y número).

Víctimas: Debe quedar registrado si hay o no víctimas. Un punto redundante, ya que la declaración pierde validez cuando hay víctimas en el accidente.

Daños materiales: Dos preguntas que se contestan con un sí o un no. ¿Hay daños en otros vehículos no involucrados en el accidente? ¿Hay daños en objetos distintos al vehículo?

Testigos: Un apartado fundamental en la declaración. Resulta clave contar con testigos: aunque al principio todo parezca claro y no haya dudas, siempre pueden surgir mientras duran los trámites de resolución. Imprescindible anotar nombre, dirección y teléfono.

parte de accidente

Asegurado: Aquí deben constar los datos del tomador del seguro: nombre, apellidos, domicilio, código postal y país. La declaración pide indicar “Teléfono o email”, pero si se indican los dos, mejor.

Vehículo: Otro dato importantísimo que debe figurar en el parte: la matrícula. La marca y el modelo, también, pero son menos relevantes.

Aseguradora: Para agilizar el proceso son imprescindibles el nombre de la compañía y el número de póliza.

Conductor: Este apartado no tiene mucho misterio: aquí se piden los datos que aparecen en el permiso de conducir.

Punto de choque inicial: En este caso, basta con señalar con una flecha el lugar del impacto.

Daños: Sirve para hacer un breve resumen de los daños apreciados en el vehículo.

Además de lo anterior, la clave del parte se encuentra probablemente en la columna central, llamada Circunstancias. Aquí aparecen 17 situaciones que sirven para reflejar, “al menos el 80% de las circunstancias que rodean a un accidente”, en opinión de Mario Arnaldo.

‘Estaba estacionado/parado’, ‘Entraba a una plaza de sentido giratorio’, ‘Adelantaba’, ‘Giraba a la derecha’… Hay que poner especial cuidado en marcar las casillas correctas, ya que a partir de esa información (en función de lo que señalen los implicados) las compañías determinan la culpabilidad del siniestro. No se trata de usar algún truco para intentar engañar a la parte contraria, sino de ajustarse a la realidad sin que la parte contraria se aproveche de uno. Y como explican en la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), “si el suceso no se ciñe a ninguna de las alternativas descritas, es preferible no rellenarlo y dar la explicación oportuna en Observaciones y detallar como ha ocurrido el siniestro”.

Por último, y también fundamental, queda dibujar un croquis que refleje el accidente. Las aseguradoras no piden arte: basta con un esquema que sirva para entender un poco mejor cómo se ha producido el choque.

OTRAS CUESTIONES FUNDAMENTALES

Además de rellenar el parte (en letras mayúsculas y fácilmente legibles, y apretando con fuerza para que los datos de la hoja principal se calquen correctamente en la secundaria), conviene tomar fotos con el móvil que servirán como prueba. Una vez recogidos todos los datos, los trámites continúan: para evitar problemas, hay que remitir la documentación a la compañía aseguradora en un plazo máximo de siete días.

Si lo anterior resulta farragoso, existe una alternativa digital. La app iDEA (disponible para iOS y Android) permite utilizar el móvil para rellenar el parte y enviarlo directamente a las aseguradoras. Desde su puesta en marcha, hace ahora dos años y tras más de 66.000 descargas, se han presentado casi 10.400 partes telemáticos.

Existen tres casos, no obstante, en los que no se puede usar el parte de accidente: cuando hay daños personales, cuando no existe acuerdo entre los implicados o cuando hay más de dos coches involucrados. En tales circunstancias, lo mejor es recurrir a la Guardia Civil o, en su caso, a la policía local.

Badajoz entra en Auschwitz de la mano de Sonja Vrscaj.

La expectación para escuchar la historia de Sonja Vrscaj, superviviente del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, fue máxima. Antes de la hora de la conferencia, el salón de actos del Centro de Profesores y Recursos ya tenía lleno absoluto. El testimonio de esta eslovena que llegó a la ciudad de la mano del ampa del IES Zurbarán, permitió a los que la escucharon entrar virtualmente en el infierno nazi, una experiencia que jamás olvidarán.

Al termino de la conferencia, que supo a poco, hubo una rueda de preguntas. Entre tantas preguntas interesantes, se le preguntó si consideraba justo y acertado aceptar las nuevas teorías que hablan de equidistancias. Con ellas se pretende igualar a nazis y victimas. De esa forma quieren igualar a víctimas con verdugos, a luchadores por la libertad y los derechos humanos con los que acabaron con las libertades y toda clase de derechos humanos. Naturalmente dijo que nuncan podían ser iguales y que siempre hay que defender los derechos humanos y la democracia.

Fue una jornada inolvidable a la que tuve el honor de asistir y no olvidare la fuerza y la alegría que mostraba Sonja.

I, Daniel Blake

El director de I, Daniel Blake, eleva su apuesta con esta historia desoladora de un repartidor empujado al borde del abismo laboral. Recogemos la crítica que escribió Peter Bradshaw tras ver la película en el Festival de Cannes el pasado mes de mayo.

El director Ken Loach y el guionista Paul Laverty han vuelto a tomar Cannes con otro apasionado boletín sin remilgos desde el corazón de la Gran Bretaña moderna, tierra del vasallaje de la disponibilidad horaria laboral (“zero-hours”) y la servidumbre de la economía de servicios , una película que sigue la tradición de la obra anterior de Loach y que se remonta hasta Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica. Es feroz, franca y airada, sin ironía y sin adorno, respecto a un problema contemporáneo crucial de cuyas implicaciones en cierto modo no suele oírse hablar en las noticias.

Al igual que su anterior película, I, Daniel Blake, retrata el coste humano de un desarrollo económico que nos vemos alentados a aceptar como cosa de la vida. Al igual que I, Daniel Blake, ha sido objeto de una investigación substantiva gracias a muchas entrevistas confidenciales, y con riqueza de detalle. Pero yo creo que esta película es mejor: dramáticamente, resulta más variada y mejor digerida, con más luz y sombra en su avance narrativo y más que hacer colectivamente para su reparto. Esta película me atizó en el plexo solar, baldado por la sencilla honestidad e integridad del trabajo de los actores. Pero mis emociones se vieron nubladas por mis sentimientos acerca de una cuestión política tóxica. Volveremos sobre esto en un momento.

El drama nos remite a Ricky (interpretado por Kris Hitchen), antiguo albañil en Newcastle que ha perdido tanto su trabajo en la construcción como su posibilidad de una hipoteca tras el derrumbe económico de 2008. Se trata de un tipo trabajador, afectuoso, con una pizca de carácter y afición a la bebida. Vive ahora de alquiler con su mujer, Abbie (Debbie Honeywood), enfermera de servicios y cuidadora a domicilio, que ha de visitar todos los días a docenas de personas, discapacitadas, ancianas y vulnerables para darles de comer, bañarles y “arroparles”, jerga de una inquietante versión formalizada de intimidad materna. Es una carga de trabajo que a lo largo de los años no le ha dejado tiempo para arropar a sus dos hijos al acabar el día: Seb (Rhys Stone), un insolente adolescente con talento artístico, pero en líos con las autoridades, y su hermanita lista, Liza Jane (Katie Proctor).

l compadre de Ricky le convence para meterse en lo que parece una bonita fuente de ingresos: conducir una furgoneta para una gran compañía de reparto. Pero el gerente, de cara larga, de la empresa, Maloney (Ross Brewster) – un tipo cabezota con un corte de pelo al uno – le dice bruscamente a Ricky que le darán trabajo con un estatus prácticamente de autónomo, sin ninguna de las prestaciones de un empleo convencional. Tiene que comprar o arrendar su propia furgoneta, o alquilársela a la empresa con una tarifa ruinosa y ajustarse a objetivos estrictos de reparto, que establece un lector de códigos de primera importancia, al que de modo inquietante se denomina “el cañón”. De particular importancia son los “precisores”, clientes que han pagado un suplemento por lapsos precisos de reparto. Maloney grita cosas como “¡Saquemos el carton del cemento!” cuando están cargados todos los paquetes: un detalle revelador del mundo real. Pero Ricky no tiene tiempo para ir al baño y tiene que llevarse una botella de plástico, una necesidad que no solo es vergonzante sino que le hace vulnerable. Y Maloney no se lo ha contado todo sobre la situación del seguro.

De modo que Ricky persuade a Abbie para que venda el coche que necesita ella para ir a trabajar a fin de poder comprar él la furgoneta con la que tomar la ruta que les saque de la miseria financiera. Le contratan – o le suben “a bordo”, en la siniestra terminología de la empresa – y Laverty crea una sutil resonancia cuando un poli solícito y agobiado le dice a Seb que tiene una gran familia y que debería “Subir eso a bordo”.

Inevitable, inexorablemente, Ricky se mete en líos cuando las necesidades humanas corrientes entrañan que tenga que tomarse algo de tiempo fuera del trabajo, y el sistema de “sanciones” – otro espeluznante ejemplo de jerga empresarial tomada en préstamo del Departamento de Trabajo y Pensiones – implica que se vea atrapado en más y más deudas con la empresa y tenga que trabajar cada vez más duramo. Abbie tiene también un contrato de absoluta disponibilidad horaria y se da cuenta de que sus pacientes están peor atendidos: Honeywood tiene aquí bonitas escenas desgarradoras. Su vida familiar y su relación con los niños se hace cada vez más tóxica. Resulta absorbente, hasta aterrador, sobre todo cuando Ricky se da cuenta de dónde recae la responsabilidad financiera de sus mercancías. El reparto pone en escena ante nosotros una situación trágica con sencilla dignidad y franqueza.

Y aquí es donde surge mi aprensión. Mucha gente verá esta película como un retrato de problemas a los que se enfrenta la gente, y no de la tontuna ya sabida del Brexit, que preocupa sólo a la gente de la burbuja londinense. ¿Tiene esa sensación el director? No lo sé. Pero yo sólo puedo decir que la Unión Europea es la actual guardería de los derechos de empleo, y fuera de ella es donde los trabajadores encontrarán más cinismo, más explotación, más aislamiento económico y más pobreza. Esta brillante película hace que la mente se concentre.

Peter Bradshaw es el crítico cinematográfico principal del diario británico The Guardian.

Fuente:
The Guardian, 16 de mayo de 2019

miércoles, 4 de diciembre de 2019

_- Educación. Cómo fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes a través de la ciencia de datos. Por Javier Cortés

_- Diversos expertos en educación señalan los beneficios de integrar conceptos propios de este campo en la educación secundaria y el bachillerato

a ciencia de datos, la profesión más atractiva del siglo XXI —al menos para la revista Harvard Business Review—, no se enseña en el colegio; se puede aprender en la universidad o a través de bootcamps (cursos formativos intensivos), que, en muchas ocasiones, cursan profesionales que han desempeñado su trabajo durante años en otras áreas del conocimiento.

El auge de esta disciplina, promovida en gran parte por una demanda multisectorial de profesionales que la dominen, responde a un cambio importante en nuestra organización como sociedad. Sin embargo, un campo que se antoja tan trascendente, apenas ha alcanzado la educación obligatoria.

¿Qué pasaría si pusiéramos el análisis de datos en el centro de la enseñanza matemática en el instituto? ¿Cuáles son los beneficios de integrar conceptos propios de este campo en la educación secundaria y el bachillerato?

Una competencia transversal
Imaginemos un colegio en el que los estudiantes de 15 y 16 años deben demostrar sus competencias para comprender datos, manejar hojas de cálculo y diferenciar correlación de causalidad. Exponer a los alumnos a esta tecnología y enseñarles a utilizar argumentos basados en datos puede ayudar a desarrollar su razonamiento lógico y fomentar su pensamiento crítico. Explorando este sector, serían capaces de examinar el alcance de la amenaza climática o comprender mejor el funcionamiento del mercado inmobiliario rastreando sus datos. Tendrían una herramienta fantástica para aprender aplicando las matemáticas a problemas del mundo real.

“La ciencia de los datos puede ayudar a formar a ciudadanos capaces de leer las noticias sin dejarse engañar por gráficos y datos maliciosos”.

“Al resolver problemas prácticos concretos que propone la ciencia de los datos, las matemáticas dejan de ser abstracciones y se entienden de verdad”, opina Antolín García, responsable de la academia de programación Conmasfuturo. “En esta época de fake news, llevar la ciencia de los datos al aula ayudaría a formar a ciudadanos capaces de leer las noticias sin dejarse engañar por gráficos y datos maliciosos”.

García no es el único que valora la enseñanza de esta disciplina en los institutos como algo positivo. “El tratamiento de datos para la resolución de problemas reales y la toma de decisiones debería ser una competencia transversal básica en todos los niveles educativos”, sentencia Teresa Sancho, directora del grado en Ciencia de Datos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). “No es necesario crear una asignatura para ello; basta con introducir la perspectiva propia de la ciencia de datos en las distintas asignaturas que existen”.

Sancho advierte que, aunque las matemáticas y la computación son esenciales para formarse en esta materia, en el marco de la ciencia de datos hay competencias que no pueden perderse de vista como la creatividad, el trabajo en equipo y las habilidades comunicativas. “Se trata de fomentar una perspectiva amplia donde el alumnado comprenda que los datos ocupa un papel central en la resolución de problemas reales”, añade.

Con las matemáticas hemos topado
Jo Boaler, profesora de educación matemática en la Universidad de Stanford, es una de las principales defensoras de una reforma educativa en esta línea. No obstante, admite que existen barreras que dificultan la inclusión de esta materia en el currículo académico de los adolescentes. “Los maestros no han sido capacitados en ciencia de datos. Por otra parte, los institutos y las universidades tienden a pensar que solo el cálculo es importante y que todos los caminos deberían conducir allí”, lamenta. “Por eso es tan importante la creación de conciencia”.

Cómo fomentar el pensamiento crítico de los adolescentes a través de la ciencia de datos La falta de capacitación del profesorado para ahondar en esta disciplina es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la ciencia de datos en su intento de asaltar las escuelas. Como explica Rafael Pastor, coordinador del Máster en Ingeniería y Ciencia de Datos de la UNED, hay conceptos estadísticos y modelos matemáticos de cálculo numérico que no se trabajan actualmente y que requerirían de una reforma importante del currículo académico. “Además de los conocimientos matemáticos, se necesitan unas competencias digitales específicas en lenguajes y herramientas de programación”, añade.

Esto implica que sería necesario reforzar todo el área STEM de los ciclos formativos de secundaria y bachillerato y, para ello, hace falta dinero. “Los aspectos de la ciencia de datos se pueden estudiar a través de las matemáticas, la informática y las ciencias, pero los maestros necesitan habilidades adicionales para enseñarlas”, explica Vanessa Pittard, directora ejecutiva adjunta de Mathematics in Education and Industry (MEI), una organización benéfica comprometida con la mejora de la educación matemática en Reino Unido. “Esto requeriría el compromiso del gobierno o de organizaciones relevantes para financiar el desarrollo profesional de los docentes”.

A pesar de estos retos, algunos países comienzan a introducir esta disciplina en sus currículos de manera paulatina. El año pasado, cerca de 30 escuelas secundarias en California comenzaron a ofrecer clases de ciencias de datos para estudiantes de tercer y cuarto año como una alternativa a la asignatura de Álgebra. Reino Unido también lleva a cabo distintos proyectos que buscan enriquecer el plan de estudios obligatorio de computación a través de esta materia y Canadá ha adoptado con fuerza la estadística y el análisis de datos en su sistema educativo.

“Creo que, de existir una asignatura centrada en esta materia, debería ser opcional y no central en el plan de estudios”, defiende Pittard. “Pero todos los jóvenes deberían tener la formación necesaria para comprender cómo se adquieren y utilizan los datos en el mundo, algo que todo ciudadano necesita saber sobre la ciencia de datos”.

https://retina.elpais.com/retina/2019/11/21/tendencias/1574346819_290556.html

martes, 3 de diciembre de 2019

La economía ecológica frente al discurso de la extrema derecha. Entrevista a Unai Pascual, investigador del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3), a raíz de su artículo "Economía ecológica en la era del miedo".-

Eduardo Robaina
La Marea

El crecimiento, cada vez mayor, de movimientos populistas de extrema derecha está afectando “no sólo a la gobernanza de los regímenes democráticos, sino también a la relación entre ciencia y política, y a la agenda medioambiental mundial”. Así lo defiende un artículo publicado esta semana en la revista científica Ecological Economics titulado Economía ecológica en la era del miedo.

Con el fin de entender la relevancia de este movimiento, los autores ahondan en las raíces de lo que llaman “insurgencia de la extrema derecha”. Señalan que la economía ecológica, a través del desarrollo de una agenda de investigación relevante, puede ser una herramienta clave para defender una «política de esperanza” que haga frente a la «política del miedo de la que dependen los regímenes autoritarios emergentes”.

A pesar de que estos movimientos de extrema derecha “no tienen posiciones homogéneas”, sí que comparten “al menos diez características comunes”, recoge la investigación. Entre ellas, destaca el rechazo al «globalismo» y la preferencia por el nacionalismo económico; la oposición a la inmigración, así como a aquellas acciones que favorezcan a los grupos sociales más desfavorecidos; el nulo interés por las cuestiones medioambientales, entre las que se incluye el cambio climático; o la indiferencia por las evidencia científica, los hechos históricos y los datos empíricos que contradicen sus posturas ideológicas y sus valores fundamentales, entre otras características.

Unai Pascual (Vitoria-Gasteiz 1973) es, junto a Roldan Muradian, el autor de este artículo. Doctor en Economía y Política Ambiental, Pascual es Profesor Ikerbasque en el equipo científico del Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3). Entre 2015 y 2018, fue miembro del Comité Multidisciplinar de Expertos del IPBES -el equivalente al IPCC en biodiversidad-, formado por 25 científicos de reconocido prestigio internacional. El año pasado, fue nominado a su vez copresidente de la Evaluación de los Valores de la Naturaleza de IPBES (2018-2021).

¿Cuáles son los aspectos más importantes en los que incidís en el artículo?

Hemos hecho un análisis interdisciplinario desde la economía, la sociología y la psicología social y política, porque parece que podríamos estar en un momento clave de rápidos cambios sociales, y donde se está dando lo que llamamos insurgencia de la extrema derecha. Es un movimiento coordinado que ya está ocupando bastantes puestos de poder directos en algunos países e influenciando el discurso y las políticas en muchos otros.

Tratamos de entender qué repercusión tiene esto en dos aspectos. Por un lado, para reflexionar sobre el diseño de la ciencia de la sostenibilidad, dado los retos socio-ecológicos que tenemos a nivel de civilización y planetario. Retos como, por ejemplo, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad en un mundo cada vez más desigual. Es decir, qué repercusión puede tener la coyuntura actual, con el auge de los populismos de extrema derecha, en el diseño y alineamiento de políticas públicas para las sostenibilidad. Por otro lado, tratamos de sugerir unos anclajes en los que la economía ecológica debería profundizar y ayudar a identificar una agenda de investigación global para las siguientes dos o tres décadas.

Hacéis mucho hincapié en lo que denomináis la “política de la postverdad”.

Si bien a la ciencia y a los científicos se nos reconoce socialmente el rol de ofrecer información objetiva y neutral para la toma de decisiones, los políticos o los tomadores de decisiones siempre han tomado esos conocimientos de manera estratégica. Sobre todo cuando se alinean con sus intereses. Eso es algo que está ahí y nosotros lo vemos como un hecho.

El resurgimiento de los movimientos populistas de extrema derecha se está produciendo, a la vez que las redes sociales están adquiriendo mucho poder. El periodismo tradicional puede estar perdiendo ese rol que tenía antes muy dominante: la de ser la autoridad dominante en la que podía confiar la ciudadanía para recibir información.

Los populismos de extrema derecha se están aprovechando del uso desde las fake news hasta poner en cuestión la evidencia científica y el rol de los medios de comunicación tradicionales. Eso se está canalizando, sobre todo, a través de las redes sociales o medios de comunicación alternativos. Medios que hasta ahora no han sido dominantes, pero que están empezando a jugar un papel fundamental en la transmisión de ideas y valores. La emergencia de la extrema derecha se basa también en sus estrategias de comunicación.

Saben cómo trasladar diferentes ideas, ya sean fakes news o teorías conspiratorias, y cómo poner en duda la evidencia científica sin ningún argumento. Tenemos muchos ejemplos, como es el caso de las vacunas o el del cambio climático. Esto se ha experimentado bastante durante los últimos años, y creemos que se ha refinado mucho.

Por tanto, lo que decimos es que hay que prestar atención a lo que se denomina como ecología de la comunicación. Hay muchos tipos de comunicación y formatos, y vemos que la gente que se está alineando con este tipo de discursos más populistas se está aislando comunicativamente. En vez de abrirse a escuchar, ver o leer diferentes discursos, ideas, opiniones, y obtener diferentes perspectivas y datos, se quedan en esos ecosistemas aislados de la comunicación porque reciben una información que les conviene, pues se ajusta a su visión del mundo.

Esto hace que se aíslen aún más desde el punto de vista del conocimiento y lo que realmente está pasando a su alrededor. Eso genera una gran polarización de las perspectivas políticas que, a su vez, provocan un impacto directo en cómo la gente está dispuesta a actuar, o no, ante estos retos ambientales.

A raíz de esto que comentas. Se discute mucho sobre qué hacer con la extrema derecha que niega la ciencia del cambio climático. Dices que son personas en ‘ecosistemas de información’ aislados. ¿Cuál crees que es la mejor forma de enfrentarse a ellos?

Lo primero es darse cuenta que la insurgencia de la extrema derecha, como movimiento coordinado global, es un hecho. Luego, se trata de confrontar y entender por qué se está dando este fenómeno. Cuál es su origen. Porque si no entendemos el origen nunca le vamos a poder dar una solución real. Para nosotros está clarísimo que la insurgencia de la extrema derecha es muy peligrosa para la agenda multilateral sobre los retos medioambientales.

Por tanto, es necesario no ocultar el problema y hacer análisis correctos. A partir de esto, por un lado, las agendas de investigación tienen que tener muy claro que el mundo está cambiando en muchos aspectos. Tenemos que entender cómo la globalización neoliberal, que lleva ya décadas en marcha, está generando en capas sociales muy amplias una sensación de vulnerabilidad y una incertidumbre existencial de no saber qué puede pasar mañana.

Personalmente, a la extrema derecha, como se dice popularmente, ni agua. Entender por qué existe, sí, pero sin dejar de confrontar, en el debate científico y social, las mentiras y la política de la posverdad que emplean para seguir creciendo.

Tenemos que seguir ofreciendo información basada en la evidencia científica, pero de modo que la gente la pueda entender. Que entiendan, por ejemplo, por qué la crisis climática les puede afectar y que pueden hacer para hacerle frente. Necesitamos que los discursos que se nutren de la ciencia sean más pedagógicos y se enfrenten directamente con la política de la posverdad.

¿Merece la pena y el esfuerzo confrontarles con una evidencia científica que les da igual que esté ahí? Ellos ya tienen su propia verdad y es la única que les interesa.

Bueno, hay que saber quiénes son «ellos». ¿Son los líderes de los movimientos de la insurgencia de la extrema derecha? ¿o es la gente corriente que les apoya, los que se ven seducidos por sus discursos basados muchas veces en el engaño y la mentira? Creo que es mucho más importante concentrarse en entender la psicología de la gente para saber por qué apoya discursos populistas, y confrontar la información engañosa y las mentiras que reciben desde los líderes de esos movimientos. En esto hay que ser muy directos, y para eso son fundamentales los medios de comunicación serios. También es importante que ese debate no se quede solo en las élites de la comunicación y la política, sino que baje a la sociedad, a pie de calle. Ese es el esfuerzo que hay que hacer, también desde la comunidad científica.

En el artículo hacéis mención directa a países y sus respectivas figuras, como es el caso de Bolsonaro o Trump. No así con España o VOX.

Mencionamos una serie de países donde la extrema derecha populista ya ha llegado al poder, pero también decimos que en otros países están teniendo influencia en el discurso político general, lo cual implica también una influencia directa en las políticas públicas, marcos legislativos, etc.

En el artículo nos hemos centrado en dos ejemplos. Uno es el de Trump, y el otro el de Bolsonaro. Uno ha llegado al poder en uno de los países más influyentes y dominantes del mundo, que es Estados Unidos. El otro en Brasil, que es uno de los países más influyentes entre los países en desarrollo. Sobre todo, teniendo en cuenta la influencia que tiene el país en la agenda ambiental multilateral: es uno de los lugares de mayor biodiversidad del mundo, de mayor capacidad de absorción del CO2…

Usamos esos dos casos como ejemplos paradigmáticos, pero el análisis que realizamos se puede exportar fácilmente a diferentes países y contextos, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo: en España con VOX, en Francia con el movimiento de Le Pen… La insurgencia de la extrema derecha es un fenómeno coordinado y global que comparte muchas similitudes a pesar de ocurrir en países diferentes.

Lo estamos viendo en Chile con las reivindicaciones sociales. También en Bolivia, con el litio de por medio. Lo mismo Brasil, con los pueblos indígenas y la destrucción de la Amazonia. Se está mandando un mensaje, y es que la justicia climática no será posible sin justicia social.

Estoy completamente de acuerdo. No es posible hablar de buscar una solución al problema ambiental global de manera separada de los retos sociales.

Y no solo está ocurriendo en América Latina. En muchos de los países donde hay revueltas sociales, éstas están asociadas a la desigualdad en el reparto de la riqueza. Y este hecho suele estar íntimamente ligado con el reparto de los derechos en el acceso a los recursos naturales, como el agua, la tierra, etc., y los beneficios que se consiguen de los sectores extractivistas, como la minería, la industria forestal, las pesquerías…

En un contexto de negación de la ciencia por parte de los regímenes autoritarios y con el antiambientalismo como bandera, ponéis en valor la figura de la economía ecológica. ¿Qué papel debe jugar la economía ecológica ante la insurgencia de la extrema derecha?

La economía ecológica ya lleva unas cuantas décadas funcionando como disciplina científica a nivel mundial. Es un campo de investigación consolidado que se basa en la idea de la transdisciplinariedad. Es decir, va más allá de la interdisciplinariedad científica, y aboga por la participación social a la hora de compartir y generar conocimiento útil para la gente. Los actores sociales también tienen que demandar conocimiento específico que les ayude, ya sea para vivir mejor, o para, como es el caso de la economía ecológica, diseñar instrumentos económicos que favorezcan la sostenibilidad del planeta. La economía ecológica trasciende las necesidades de las generaciones presentes y también pretende aportar conocimiento y análisis para el bienestar de las generaciones futuras.

Como cualquier campo científico, la economía ecológica evoluciona según el contexto histórico en el que se encuentra en cada momento. Ahora, lo que nosotros vemos es que con el peligro del resurgimiento de la extrema derecha a nivel mundial, la ciencia de la sostenibilidad y la economía ecológica en particular, tienen que redefinir sus prioridades de cara a las próximas décadas. Y cuanto antes lo hagamos mejor. Este es uno de los aportes que hacemos en el artículo.

Por ejemplo, vemos que, hasta ahora, en la economía ecológica se ha hecho mucho énfasis en entender cuáles son los valores económicos de los activos naturales para tratar de convencer a los políticos y tomadores de decisiones que los recursos naturales no son gratis y tienen un valor mucho más allá del valor que el mercado asigna vía precios. La economía ecológica ha hecho grandes aportaciones para demostrar que muchas veces, los beneficios en la conservación de los activos naturales, normalmente, suelen ser mayores que los beneficios de su explotación, sobre todo cuando ésta no es sostenible en el futuro.

Pensamos que la economía ecológica debe también estar preparada para atraer y utilizar el conocimiento de la psicología social y política para entender cómo se forman los valores, nuestras preferencias como individuos y como sociedad, lo que nos asusta, lo que nos atrae, lo que nos bloquea, etc. Necesitamos incluir este conocimiento para entender el comportamiento humano, sobre todo, en una era donde las cosas parecen estar cambiando de manera muy rápida.

La economía ecológica puede, y debe, hacer un aporte importante a la ciencia de la sostenibilidad ayudando a entender las bases del comportamiento humano en esta época de capitalismo global para, desde ahí, contribuir a diseñar transformaciones socio-ecológicas para conseguir un mundo más sostenible y más justo. No olvidemos que la economía ecológica se fundamenta en el reconocimiento de su carácter normativo.

En el artículo se afirma que la economía ecológica puede contribuir a una «política de esperanza» en respuesta a la «política de miedo» de la que viven regímenes autoritarios emergentes. ¿De qué manera?

El miedo es un instrumento muy poderoso que está utilizando el populismo, sobre todo el de extrema derecha, para conseguir apoyos de la sociedad y perseguir sus fines.

Eso hay que confrontarlo, y la economía ecológica tiene que ayudar a entender cómo funciona el discurso artificial sobre el miedo, porque al final es este sentimiento lo que hace que mucha gente se paralice o actué de forma que impida avanzar hacia la sostenibilidad. Desde la ciencia debemos aportar lo necesario para confrontar y erosionar esa política del miedo, porque si se afianza lo vamos a tener muy difícil para conseguir transformaciones sociales y económicas que sirvan para hace frente a los retos ambientales como la crisis climática y la pérdida acelerada de biodiversidad global.

Una de las peores consecuencias, ya visibles, de la crisis climática son las personas que se ven obligadas a desplazarse por motivos climáticos. Este es otro miedo con el que juega el populismo.

Movimientos migratorios siempre ha habido en la historia del planeta, es una cosa natural. Lo que hace el populismo de extrema derecha es utilizar el discurso de la inmigración para agrandar la sensación de inseguridad que puede estar sintiendo una capa social cada vez más amplia que ve cómo su situación socio-económica se está precarizando. El discurso contra la inmigración es un instrumento que ha utilizado siempre y que comparte el movimiento de la insurgencia de la extrema derecha en todo el mundo.

Es muy posible que los movimientos migratorios forzados se agraven por la crisis climática. Estoy seguro que los movimientos populistas de extrema derecha van a utilizar estas situaciones, muy graves a nivel humanitario, para su propio beneficio e infundiendo todavía más miedo en la población autóctona.

Hay que estar muy atentos para desmontar estos discursos del miedo ante el fenómeno universal de la inmigración, sobre todo para explicar que los movimientos migratorios debidos a la escasez de recursos naturales. Por ejemplo, debido a la escasez de agua, catástrofes alimentarias, pérdida de tierra fértil, enfermedades- también tienen que ver con la crisis climática. Hay que explicar con datos en la mano que el cambio climático es un multiplicador de la inestabilidad política en muchos rincones del planeta, y que la crisis climática tiene unos responsables. Y curiosamente, una gran parte de la responsabilidad recae en la elite económica con la cual la insurgencia de la extrema derecha tiene vínculos muy estrechos e intereses compartidos.

Muchas veces se cataloga al ecologismo (partidos o movimientos), como el mejor antídoto frente a la extrema derecha. ¿Cree que realmente es así o que es un papel que no le corresponde?

El ecologismo es un movimiento vivo que tiene diferentes maneras de articularse y expresarse en la sociedad. Puede ser un instrumento válido para confrontar esa política del miedo, pero siempre dándonos cuenta de que el ecologismo no es algo que solo tenga que ver con el medio ambiente; también tiene que ver con la sociedad en su conjunto. El ecologismo como movimiento se ha dado cuenta hace mucho que debe tener un enfoque integrado, tanto ambiental como social. Un enfoque socio-ecológico.

El ecologismo, si actúa de forma independiente, lo tendrá muy difícil para enfrentarse a un reto tan importante como es esta insurgencia de la extrema derecha populista. Sin embargo, se ve que está evolucionando hacia maneras de colaboración con otros movimientos sociales: el feminismo, los derechos sociales de los trabajadores, el antirracismo… Es algo que llevamos viendo desde hace tiempo, y es que todos estos movimientos se están dando cuenta de que tienen que trabajar juntos y que comparten muchas de sus demandas. Esa agenda compartida es la que se necesita para hacer frente a la insurgencia de la extrema derecha.

Fuente:
https://www.climatica.lamarea.com/la-economia-ecologica-frente-al-discurso-de-la-extrema-derecha/