jueves, 26 de junio de 2025

Entrevista al Premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz «Trump quiere ser un dictador»

Fuentes: El diario


El premio Nobel de Economía vino a España para dar una conferencia sobre los peligros de la desinformación, organizada por el Observatorio de Medios, en la que también participó elDiario.es

“La libertad de llevar un fusil AK-47 para algunos es la pérdida de libertad por el miedo de otros”. Con este ejemplo fácil de entender, el Nobel de Economía de 2001 Joseph E. Stiglitz (Estados Unidos, 1943) tumba los argumentos falsos de una derecha entregada a un concepto falso de libertad que, al final, se traduce en la ley de la selva. Defensor acérrimo de un capitalismo progresista donde la regulación debe ordenar las finanzas para acabar con las desigualdades, argumenta que “los mercados sin restricciones no serían libres, acabarían en monopolios”. Stiglitz defiende en su libro Camino de libertad (Editorial Taurus) que “la idea de que deberías ser libre de hacer lo que quieras para construir algo suena bien hasta que te das cuenta de que a menudo es más fácil ganar dinero explotando a otros. Sin embargo, si restringes que alguien pueda explotar a los demás, canalizas las energías de la sociedad hacia formas constructivas para conseguir una economía mejor”.

Este economista no esconde que “hay un miedo abrumador en Estados Unidos” con el presidente Donald Trump, que está conduciendo al país a “un tipo diferente de autoritarismo”. “Lo que está sucediendo hoy en Estados Unidos con Trump es el debilitamiento total de la democracia”, reitera. Y lanza un aviso: “Esperemos que lo que está sucediendo en Estados Unidos sea una llamada de atención para Europa, porque podría ocurrir en cualquier lugar”.

Su libro se titula Camino de libertad. ¿Podría ser el concepto de libertad el más utilizado para destruir la libertad de millones de personas en un sistema como el capitalismo neoliberal que nos tiene secuestrados en una falsa libertad?

El motivo por el que escribí el libro es el abuso del término “libertad”. En Estados Unidos, el grupo de derecha del Partido Republicano llamado Freedom Caucus hace un abuso constante del término: libertad económica, libre empresa, mercados libres. Lo que intento señalar es que en la derecha no se dan cuenta de cómo somos interdependientes en la sociedad. De manera que la libertad de una persona puede quitarle la libertad a otra. Por ejemplo, la libertad de portar un AK-47 te puede quitar la libertad de vivir. En Estados Unidos, tenemos contantemente asesinatos, muchos de ellos en escuelas. Los padres se preocupan por si sus hijos volverán a casa, han perdido la libertad por el miedo. Así que la libertad de llevar un fusil AK-47 para algunos es la pérdida de libertad por el miedo de otros. La libertad de no llevar mascarilla durante la COVID-19 significaba que otras personas iban a morir o la libre empresa y su libertad para contaminar va a incrementar las consecuencias del cambio climático. La derecha asegura que la regulación es perjudicial porque limita la libertad. Pero una simple normativa da más libertad a todo el mundo. Así que restringir la libertad de alguna manera puede ampliarla de una forma más significativa.

Usted escribe en su libro que “resulta sorprendente que, a pesar de todos los fallos y las desigualdades del sistema actual, tanta gente siga defendiendo la economía del libre mercado”. ¿Cómo han conseguido engañar a la gente?

En primer lugar, el sistema económico es muy complicado. Entender cómo encajan todas las piezas es muy difícil. Además, hay un concepto muy atractivo en la idea de espíritu libre, de poder hacer lo que uno quiere. Suena bien, pero todos los juegos requieren reglas y normas. Si no, sería un caos. Los economistas ya han estudiado ese impacto: los mercados sin restricciones no serían libres, acabarían en monopolios. Una de las cosas que le dije a Milton Friedman cuando escribió un libro titulado Libre para elegir fue que el libro realmente debería haberse titulado Libre para explotar. Los mercados no funcionan bien cuando alguien se aprovecha de las personas. Por ejemplo, en 2008, los bancos estadounidenses se dedicaron a conceder préstamos abusivos, con tipos de interés muy elevados, que las personas realmente no tenían capacidad de pagarlos. El resultado fue una gran crisis financiera, todo habría colapsado si el Gobierno no hubiera intervenido para rescatarlos.

Escribí este libro es para intentar explicar de forma sencilla que la idea de que deberías ser libre de hacer lo que quieras para construir algo suena bien hasta que te das cuenta de que a menudo es más fácil ganar dinero explotando a otros. Sin embargo, si restringes que alguien pueda explotar a los demás, canalizas las energías de la sociedad hacia formas constructivas para conseguir una economía mejor. Hay gente que pensaba que el afán de lucro impulsa a las personas a fabricar mejores productos, pero lo cierto es que sin regulaciones, tendrán un incentivo para aprovecharse de otras personas.

Cuando lo entrevisté en 2020, le pregunté qué se puede hacer con ese 1% de ricos que usted apuntaba que en EEUU “iba evolucionando hacia una economía y una democracia del 1%, para el 1% y por el 1%”. Su respuesta fue “frenar su poder político”. Con el resultado de las últimas elecciones en EEUU parece claro que no ha sido suficiente.

¿Quién hubiera pensado que el mundo estaría hablando de oligarcas estadounidenses? Antes hablábamos de los oligarcas rusos como símbolo de lo que había fallado en la sociedad rusa. Creo que lo que ha salido mal es que durante 40 años no prestamos suficiente atención a la desigualdad. Creíamos que liberar el mercado conduciría a un mayor crecimiento y el goteo económico garantizaría que a todos llegarían los beneficios. Pero lo que obtuvimos fue un débil crecimiento y solo se beneficiaron los más ricos. No funcionó. Pero el neoliberalismo fue la religión económica del momento, no basada en la ciencia económica. Varios economistas, entre los que me encuentro, ya habíamos explicado que el neoliberalismo no funcionaría. Pero con la política de la persuasión, Milton Friedman, que era un gran retórico, al igual que Ronald Reagan, convencieron a los estadounidenses y a buena parte de los europeos. Se tragaron la historia, siguieron esperando a que se produjera el goteo de la riqueza pero no se produjo, lo que dio lugar al descontento. Esta desilusión y descontento hizo que muchos ciudadanos se volvieran antisistemas y antigubernamentales, aunque sin el gobierno iban a estar aún menos protegidos.

Es una especie de círculo vicioso donde la desigualdad hace que los populistas neoliberales ganen elecciones que ponen en marcha políticas que acrecentan esa desigualdad, que los progresistas no terminan de solucionar cuando están en el Gobierno, que hace que los neoliberales vuelvan a ganar y la desigualdad no para de crecer.

Totalmente de acuerdo. Lo que está sucediendo hoy en Estados Unidos con Trump es el debilitamiento total de la democracia. En cierta manera, Donald Trump es la conclusión lógica de este círculo vicioso. Lo más decepcionante es que los ciudadanos están tan desilusionados que dicen que la democracia no es tan importante. Así que no les molesta que Trump haya violado el estado de derecho o los principios básicos de la democracia. Creen que lo importante es asegurar que se escuche su voz, porque piensan que nadie les ha escuchado durante 40 años. Esperemos que lo que está sucediendo en Estados Unidos sea una llamada de atención para Europa, porque podría ocurrir en cualquier lugar.

Parecía que el debate de la austeridad estaba definitivamente enterrado, que las lecciones de la crisis de 2008 habían enseñado cómo la austeridad solo acentuó el desastre económico y agravó la situación para millones de personas. Sin embargo, el paso por la Administración estadounidense de un personaje como Elon Musk solo ha sido para hacer recortes.

Es diferente. No se puede describir como austeridad lo que está haciendo Trump, aunque tiene cosas en común. Hay muchos recortes presupuestarios en áreas que son muy importantes para el crecimiento, socavando la investigación científica o las universidades, que son una de las bases de la fortaleza de Estados Unidos. Así que está matando explícitamente a la economía de una manera peor que en Europa. La austeridad europea se basaba en la creencia de querer reducir el déficit, pero Trump solo ha conseguido un aumento del déficit. Está destruyendo áreas de inversión pública para dar más dinero a los oligarcas o para tener más margen para reducir los impuestos a los ricos.

Trump solo ha conseguido un aumento del déficit. Está destruyendo áreas de inversión pública para dar más dinero a los oligarcas o para tener más margen para reducir los impuestos a los ricos

Usted destaca el papel de la educación liberal como fórmula para crear sociedades más justas. Se entienden así los ataques de Trump a una universidad como Harvard.

Las sociedades democráticas necesitan controles y contrapesos, no solo en el gobierno, también en la sociedad. No se puede permitir la concentración de poder, ya sea económico o mediático. Ahora hay demasiado poder en manos de unas pocas personas, los oligarcas. Trump se opone a cualquier cosa que interfiera con lo que él quiere hacer, quiere ser un dictador. Acusa a la prensa de ser enemiga del pueblo por publicar las ilegalidades que comete. Con la libertad académica ocurre más o menos lo mismo. La sociedad crea estas instituciones educativas para seguir desarrollando ideas. Trump odia las universidades porque no quiere ideas que desafíen sus teorías erróneas.

Pero hay otra razón por la que Trump y muchos en la derecha detestan las universidades. Ven a los jóvenes que salen de las universidades pensando de una manera diferente a como él piensa ahora. En parte es porque los jóvenes deben pensar por sí mismos, y Trump culpa a las universidades, no quiere que la gente piense con rigor. Por eso tiene tanta animadversión y tanta ira hacia nuestras universidades, pero atacando a las universidades está destruyendo el activo más importante de Estados Unidos.

Trump odia las universidades porque no quiere ideas que desafíen sus teorías erróneas

La derecha en España no tiene otra política económica que bajar impuestos. Usted diferencia claramente entre los ingresos del mercado, que carecen de legitimidad moral, frente a los impuestos, que son un acto moral. ¿Lo podría explicar?

Una de las afirmaciones de la derecha es que tienes derecho a todos los ingresos que ganas, sin tener que pagar impuestos. Pero la realidad es que no habrías podido ganar esos ingresos si no se hubiera construido una sociedad sobre los impuestos que ofrezca educación, infraestructuras, seguridad, etc. Es un acto moral pagar impuestos. En segundo lugar, los salarios, los tipos de interés y los precios surgen en una economía de mercado que reflejan la distribución de la riqueza y el poder en la sociedad, aunque no tenga legitimidad moral. Por ejemplo, si tenemos una sociedad en la que la mayor parte de los ingresos están en manos de personas que explotan a otras, serán ellas las que determinen los salarios, independientemente de que alguien reciba un salario alto o bajo. En Estados Unidos, está muy claro que gran parte de la riqueza se remonta a la esclavitud, al poder de mercado, al tráfico de drogas o al comercio de opio con China, que no es que tengan una legitimidad moral.

Otra parte muy interesante de su libro es cuando explica que el derecho de la propiedad es una construcción social. En España tenemos un grave problema de acceso a la vivienda. Las personas con rentas bajas o los jóvenes tienen serios problemas para acceder a una vivienda mientras que los más ricos o los fondos de inversión acaparan cientos y miles de viviendas en propiedad. ¿Sería legítimamente moral limitar el derecho a la propiedad para asegurar el derecho a una vivienda?

Cuando digo que los derechos de propiedad son una construcción social, es como las leyes. Los decidimos como sociedad a través de procesos democráticos. Las sociedades pueden decidir cómo organizar sus derechos de propiedad, aunque ahora la forma en que lo hacemos es ineficiente. Tenemos que crear comunidades en las que todos puedan convivir y disponer de vivienda es fundamental para el funcionamiento de la sociedad.

Se puede limitar la propiedad o su disponibilidad de varias maneras. Por ejemplo, a través de las infraestructuras y el transporte público. De este modo, la gente puede vivir más lejos y desplazarse, ya que el suelo es muy escaso en el centro. Es más barato vivir más lejos. Si se dispusiera de un buen transporte público, la gente estaría dispuesta a vivir más lejos. Por lo tanto, la vivienda no sería un problema tan grave si se dispusiera de buenas infraestructuras. Otro ejemplo, en el centro de la ciudad de Nueva York, que tiene los inmuebles más caros del mundo, hay muchos apartamentos vacíos, que son de oligarcas rusos o chinos ricos. Quieren tener inmuebles en Estados Unidos tanto para blanquear dinero como para tener un refugio seguro. Creo que deberíamos gravar los apartamentos vacíos con impuestos muy altos para desincentivar que sigan vacíos, pero si permanecen vacíos, al menos se pueden utilizar los ingresos para construir viviendas a precios asequibles.

Deberíamos gravar los apartamentos vacíos con impuestos muy altos para desincentivar que sigan vacíos, pero si permanecen vacíos, al menos se pueden utilizar los ingresos para construir viviendas a precios asequibles

Usted también apunta a las cadenas de la deuda, y señala que para resolver esta crisis, basándose en el principio de que la sostenibilidad de la deuda no debe lograrse a costa del desarrollo humano, ya que las actuales políticas de deuda en muchos países en desarrollo están al servicio de los mercados financieros, no de las personas. ¿Cómo solventamos el problema de la deuda?

Hay dos partes: cómo se evita que se acumule un exceso de deuda y qué ocurre cuando ya hay un exceso de deuda. Todos los países tienen una ley de quiebras que reconoce que a veces las personas se endeudan en exceso. Es tanto un problema del prestamista como del prestatario. Reconocer que la gente a veces no puede pagar es la razón por la que existe la quiebra. Es necesario un sistema de quiebras más humano, que permita a la gente saldar su deuda sin abusos. ¿Qué hacemos con el exceso de deuda cuando se produce ex ante? Un buen sistema de quiebra desincentiva el exceso de préstamos. Pero aun así es necesario contar con una buena normativa para disuadir a las entidades financieras que concedan préstamos abusivos. Hay que promulgar leyes que aumenten la transparencia para que se sepa claramente la deuda en la que se mete la gente… No se puede impedir del todo, pero sí desalentar los créditos abusivos.

Usted ha cuestionado varias veces el compromiso con la democracia de economistas como Friedrich Hayek o Milton Friedman. Ambos ganaron el Nobel de Economía. ¿No es un mensaje aterrador que personas que no defiendan la democracia puedan ganar este premio y, en definitiva, ser referentes para la sociedad?

Se tendría que haber discutido más. Las políticas que defendían no eran muy democráticas. Por ejemplo, Milton Friedman estuvo muy vinculado al dictador chileno Augusto Pinochet. Friedman no tuvo reparos en utilizar a este dictador para imponer políticas de libre mercado y sin utilizar medios democráticos, lo que resultó ser un desastre para Chile…. Friedman y Hayek trataron de hacer un argumento moral a favor de los mercados libres y un argumento de que la libertad económica era necesaria e imperativa para la libertad política, pero no estaban realmente comprometidos con la libertad política.

Usted escribe en su libro que “los mercados libres y desatados defendidos por Hayek, Friedman y tantos otros representantes de la derecha nos han puesto en el camino del fascismo”. ¿Cuánto de cerca estamos realmente de sucumbir a este nuevo fascismo?

Creo que en Estados Unidos estamos muy cerca. No es lo mismo que el fascismo del siglo XX en Italia, España o Alemania. El trumpismo es un tipo diferente del autoritarismo. Estamos hablando mucho sobre si los tribunales serán capaces de frenar a Trump, pero hay un miedo abrumador sobre hacia dónde vamos. En la última semana ha enviado a la Guardia Nacional y a los militares por las manifestaciones contra las deportaciones. El miedo es enorme.

La globalización supuso una integración de los mercados aunque la gobernanza de esos mercados era muy débil. ¿Hacia dónde nos dirigimos ahora?

Vamos a redefinir la globalización en el mundo después de Trump porque ya ha destruido el derecho internacional. Europa y a otros países se tienen que dar cuenta de que las fronteras nacionales importan, ya no es como después de la Segunda Guerra Mundial, cuando trabajábamos por un mundo sin fronteras. Estamos abandonando la ambición de un mundo sin fronteras y con reglas globales que gobernaran a todo el mundo. Tendremos que trabajar más para crear normas donde sea más importante, será una globalización más centrada en asuntos importantes, con instituciones multilaterales para el cambio climático, la cooperación para las pandemias del cambio climático y organizar el comercio, pero reduciremos nuestra ambición respecto a lo que ha dominado la agenda multilateral los últimos 80 años. 

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miércoles, 25 de junio de 2025

Hay que acabar con los hijos de puta socialistas de mierda»: hablaron los liberales

El pasado domingo se celebró en Madrid un encuentro de economistas y políticos liberales. En realidad, de ultraliberales, libertarios o anarcocapitalistas, como ellos mismos se autodenominan, y entre los que se encontró como artista invitada el inefable presidente argentino Javier Milei.
Lo que más me gusta de estos personajes es lo sinceros y aguerridos que son: se necesitan agallas para ir por medio mundo proponiendo acabar con los hijos de puta de mierda que no piensan como ellos en nombre de la libertad. En las SS no hubieran desentonado.

Y me maravilla también lo cómodos y naturales que se muestran haciendo cosas que a cualquier persona con un mínimo de educación y respeto a los demás le produciría vergüenza ajena, como poco.

Según informan diferentes medios de comunicación, en el Madrid Economic Forum, como se denominó el evento, se gritó fuerte y a menudo. Algo, por cierto, que también delata que estas gentes son mucho más fanáticas que reflexivas. Siempre que habla de economía, Milei lo hace a gritos y con insultos. Y lo mismo hicieron en el Forum madrileño los 7.000 asistentes en varias ocasiones: «Pedro Sánchez, hijo de puta», «Pedro Sánchez, hijo de puta», «Pedro Sánchez, hijo de puta», clamaban a grito pelado los liberales. La versión libertaria de los teoremas de la micro y la macroeconomía. Unos lumbreras.

Debió de ser orgásmico contemplar a personas como el antiguo dirigente de Ciudadanos Albert Rivera, el exvicepresidente de Coca Cola Marcos de Quinto, la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y la actual Isabel Díaz Ayuso, el periodista Iker Jiménez, o economistas tan mediáticos como Daniel Lacalle o Juan Ramon Rallo desgañitarse para llamar a grito pelado hijo de puta a Pedro Sánchez. Con todas las palabras y sin cobardear, como Ayuso cuando dice que le gusta la fruta.

El argentino ofreció su apoyo, inestimable sin duda, a los liberales españoles para «zurrar a los bandidos», entre los que me encuentro, como modesto economista y ciudadano que no comparte sus ideas. Y, por supuesto, para acabar con «los socialistas de mierda». Aunque no formo parte de ningún partido y no me gusta aplicarme, ni me aplico a mí mismo etiqueta alguna, no me importa ahora, por pura solidaridad, sentirme un socialista más. Si alguien tan inhumano, grosero y mal encarado como Milei considera que los socialistas españoles son unos mierdas, tiro de empatía y me uno a ellos porque, en su boca, los insultos son más bien un reconocimiento que honra a quien lo recibe.

Milei llamó a «pelearse a cara de perro con los políticos corruptos». Sí, lo dijo él, el político que formó parte de una asociación que estafó con la criptomoneda libra, quien se abraza, defiende y admira al convicto y vicioso Donald Trump y a Isabel Díaz Ayuso, la discípula de la liberal Esperanza Aguirre que también se encontraba entre los asistentes (luchando contra la corrupción y la casta, of course).

Por supuesto, los liberales asistentes aprovecharon el encuentro para gritar contra los impuestos. Faltaría más: es de lo que se trata ¡Qué interesante hubiera sido conocer los millones de patrimonio que se acumularon en el Forum y en qué porcentaje provienen de herencias y no del esfuerzo propio! Aunque lo más lamentable de todo eso es que de todos los 7.000 asistentes, una buena parte serían seguramente personas de buena fe que llegan con dificultades a fin de mes. La verdad es que como trileros estos libertarios tienen muchísimo mérito. Casi tanto como Milei de interlocutor con el más allá cuando habla con el alma de sus perros muertos.

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martes, 24 de junio de 2025

Restaurantes Casa Maruka, el templo del puchero en Palma (con precios comedidos)

Casa Maruka
Abrió hace 19 años en el centro de la ciudad y es punto de encuentro de clientes locales, extranjeros residentes y cocineros de renombre

Se conocieron en el restaurante de Martín Berasategui, en Lasarte (Gipuzkoa). Ella, María José Calabria, manchega, trabajaba en pastelería; él, Alberto Serrano, valenciano, en la partida de pescados. Siguieron sus carreras en paralelo en diferentes casas, como La Paloma, Santceloni, del inolvidable Santi Santamaría, Café de Oriente, Galopín o Goizeko Kabi, hasta que un día decidieron emprender juntos. De esto hace ya 19 años. El lugar elegido: una casa antigua con cochera y patio con pozo incluido, en Palma (Mallorca), la isla en la que él había vivido desde que era pequeño. El modelo de negocio: una casa de comidas, con mucha cuchara y guisos tradicionales —callos, alubias, fideos de caza, rabo guisado, bacalao al pilpil...—. “Lo que ya no se suele comer en las casas ni en muchos restaurantes. Es la comida que se pierde y hemos descubierto que la gente quiere comer puchero en Palma”, advierte Serrano, que ha convertido Casa Maruka en un lugar de encuentro de clientes locales y extranjeros residentes, además de uno de los restaurantes preferidos por los cocineros de renombre de la isla.

Una dirección —al lado de la Plaza de España, en una zona de sucursales bancarias y oficinas— que muchos guardan con celo y por la que no faltan quienes claman que merece una estrella Michelin. Al margen de posibles reconocimientos, la casa conserva la esencia de los inicios: con buena materia prima a precios razonables —el tique medio ronda los 50 euros—, algo que en una isla como Mallorca es algo de agradecer. Aquí nadie encontrará pescados a precios desorbitados, “esos van a otros lugares para extranjeros que los pagan bien”, advierte el cocinero, antes de entrar en cocina donde hierven los pucheros.
Los propietarios de Casa Maruka, María José Calabria, al frente de la sala, de los vinos y de la cocina dulce, y Alberto Serrano, cocinero.Los propietarios de Casa Maruka, María José Calabria, al frente de la sala, de los vinos y de la cocina dulce, y Alberto Serrano, 
Calabria se encarga de preparar los postres, de la selección de vinos y de atender la sala, con 62 asientos, repartidos en diferentes salas un poco laberínticas, entrelazadas con la obra pictórica de dos artistas locales, Felipe Bibiloni y Pep Coll. Presenta los platos con gusto, al detalle, desde el paté de cerdo al sencillo caldo de verduras, preparado con chirivia, col, garbanzo, patata y zanahoria, con los que se recibe el comensal en la mesa.

Entre las recetas clásicas, siempre tiene un plato de legumbres, que va cambiando según el mercado, y otro de verduras, como el carpaccio de alcachofas de Tudela, con cecina, queso Idiazabal ahumado y tomate seco (23,5 euros). Uno de los platos sobresalientes que mantiene desde los inicios es la fina coca de aceite con atún en tataki, macerado en soja con ralladura de lima, con compota de tomate y berenjena asada (20 euros).

También son demandadas las mollejas braseadas con sepia muy fina con una guarnición de zanahoria y calabacín en brunoise (en pequeños cubos), servida con una salsa pilpil (22,50 euros), o las alcachofas cocidas con estofado de perdiz, yema de huevo y pasta de trufa (8,5 euros). Obligados, aunque haga calor, son los fideos de Porreres —localidad donde se encuentra la única fábrica de pastas de Mallorca—, un guiso al que le echa conejo, perdiz, faisán y albondiguillas de pollo campero (19 euros).

En la carta, ofrece, además, canelón de jarrete y foie (19 euros), arroz en cuchara de ciervo y hongos (19,50), bacalao desalado en la casa al pilpil con verduras asadas (24,50 euros), albóndigas de solomillo de cerdo, faisán y boletus edulis (19,75 euros), chuleta de vaca a la parrilla (65 euros el kilo), que le surten desde San Sebastián, y pescados, según la temporada.
Vista de la sala de Casa Maruka, en Palma.Vista de la sala de Casa Maruka, en Palma.
El broche dulce aquí es notable —ella se inició en pastelería—. Conviene reservar la fina y crujiente tarta de manzana que se acompaña con un helado de queso (6 euros). Otros dulces para terminar: la clásica tarta de San Marcos (5,50 euros), los canutillos de hojaldre y crema (5,50 euros) o la tartaleta de limón y frambuesa (6 euros). La carta de vinos, concisa y de folio y medio, contiene referencias mallorquinas y de otras regiones, a precios comedidos. Calabria guarda en bodega alguna joya con la que sorprende a los clientes. Sirven vinos por copas, a partir de cuatro euros.

Casa Maruka es una de esas direcciones a anotar en la agenda si se visita Mallorca.

Casa Maruka
Dirección: Reina María Cristina, 7, Palma, Mallorca

Teléfono: 971 20 02 72
Horario: lunes, 13:00–17:00; martes a sábado, 13:00–17:00, 20:00–24:00; domingo, cerrado
Precio medio: 50 euros

lunes, 23 de junio de 2025

Masculinidad patriarcal & Corrupción política. Mordidas y mujeres

Sobre la masculinidad patriarcal y el machismo estructural existente en los casos de corrupción política en España.

Han pasado muchos años desde aquella canción de Julio Iglesias que repetía “me gustan las mujeres, me gusta el vino” y, sin embargo, la masculinidad que describía sigue estando muy vigente. Tan vigente, que esta misma semana toda la ciudadanía ha escuchado anonadada las conversaciones que mantenían un ministro, un diputado y un asesor político, repartiéndose indistintamente dinero ilegal y mujeres.

“Tienes a la Ariadna, que está recién… ya está perfecta”, “La otra también, pero a ti te gusta más Ariadna”, “Bueno, la Carlota te enrolla que te cagas”. Los versos podrían ser uno de los grandes éxitos de Maluma, y si le añadimos la parte monetary: “Yo he recibido 450.000 de la primera tanda”, “50 de las otras dos”, “Pun, se pone, se ve y, y se rompe” encajarían perfectamente en cualquier hit de Bad Bunny. Solo hay que copiar esos diálogos en cualquier generador de canciones con IA, elegir estilo reggaetón y ya tenemos la canción del verano. Pero quienes entonaban estas rimas no eran cantantes ni tampoco artistas, eran figuras políticas. José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García, ocupaban cargos públicos y representaban a toda la sociedad española cuando se intercambiaban tan poéticas misivas.

Muchas personas se preguntan cuál es la razón que empuja a hombres que gozan de un estatus económico alto, tienen un buen puesto de trabajo y reconocimiento público a arriesgarse (y poner en riesgo la estabilidad de un país entero) por unas noches de juerga y unos pocos euros. Los protagonistas de estas grabaciones eran, supuestamente, señores respetables, pero como Julio Iglesias explicaba en su canción: la masculinidad tradicional exige incorporar al traje de perfecto varón una parte de truhan. Ser un sinvergüenza que vive de engaños y estafas (ya sea a sus esposas, a sus jefes o a la formación política a la que pertenecen) es parte del código que exige la masculinidad más rancia. Una identidad que puede ser performada tanto por señores de cincuenta con traje y corbata como por chavales con piercings y rastas.

La deshumanización que hacía Julio Iglesias en aquellos versos comparando a las mujeres con un producto a granel, es la base de la cultura machista. Desde esta perspectiva, los hombres son los sujetos del deseo y del consumo y las mujeres el objeto deseado y consumido. La forma en la que estos señores-truhanes se refieren en esos audios a las mujeres prostituidas: “la colombiana”, “la Carlota”, “la Ariadna” y manifiesten su deseo de novedad: “era para que cambiaras”, deja patente que no sienten ningún tipo de empatía hacia ellas. Las consideran seres inferiores, inertes, objetos de usar y tirar. Meros pasatiempos o trofeos igual que lo es para ellos acumular mucho dinero. Tener riqueza económica y presumir de la cantidad de mujeres con las que acuestan son símbolos de la masculinidad tradicional. Antiguamente la sociedad esperaba que los hombres fuesen proveedores y conquistadores, pero estamos en 2025 y muchos se han quedado atrás.

La corrupción o los actos delictivos también forman parte de esa identidad que se ha construido asumiendo la idea de riesgo y de competencia. Parece que la estabilidad, la seguridad o la ética son valores femeninos. ¡No les vayan a confundir con mujeres por los pasillos del hemiciclo! Así, hombres de la realeza, grandes banqueros y empresarios, incluso reconocidos deportistas, buscan ese plus de peligrosidad saltándose los límites de la ley, haciendo negocios sucios o forzando a las mujeres en los reservados. De hecho, están tan orgullosos de sus delitos que siguen ocupando sus escaños en el Congreso de los Diputados, aparecen en los medios de comunicación ¡y hasta escriben libros! Cualquiera de nosotras correría a esconderse en una isla desierta, cambiaría de identidad y de aspecto físico, pero ellos siguen como si nada. Creen que ese comportamiento refuerza su hombría y lo exhiben con la cabeza bien alta.

José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García no son los primeros, y desgraciadamente tampoco serán los últimos. No se trata de un partido político, ni de una clase social, ni tampoco de una determinada edad. Se trata de machismo, un problema estructural que atraviesa toda la sociedad y es urgente erradicar.

sábado, 21 de junio de 2025

Libertarios y anarcocapitalistas de todo el mundo unidos… a la teta de los gobiernos

Fuentes: Ganas de escribir

Los medios de comunicación de todo el mundo llevan meses informando de los recortes de Elon Musk en Estados Unidos ejecutados con incesantes soflamas contra el Estado y el despilfarro con que gasta el dinero público. 

 Ahora se pelea con su jefe, el presidente Trump, porque dice que su ley presupuestaria va a producir más déficit y deuda, y este último lo amenaza con quitarle los miles de millones de dólares que recibe del Gobierno.

No es sólo la crónica de un esperpento. Es una muestra más de la incompetencia, la ignorancia, el cinismo y la maldad criminal de los nuevos multimillonarios que están secuestrando a los Estados para estrujarlos como a un limón en su beneficio y que usan como escuadrón ideológico que lo justifique a los economistas libertarios o anarcocapitalistas, como ellos mismos se autodenominan.

Musk, es un buen paradigma y expresión del nuevo tipo de capital tecnológico que se propone dominar el mundo. Existe gracias al dinero público que durante muchos años se ha dedicado a promover la investigación básica y no puede hacer negocios sin ayudas millonarias de los gobiernos, pero ataca sin piedad la intervención del Estado porque quiere tenerlo todo y no está dispuesto a poner ni un dólar en impuestos para contribuir al gasto común.

Musk ha mostrado ser un incompetente. Aseguró que ahorraría dos billones de dólares y sólo ha ahorrado, según la web de su propio departamento, 180.000 millones de dólares. A pesar de haber dispuesto de todos los medios necesarios, lo más probable es que, en realidad, no haya ahorrado ni la mitad de esta última cifra. Y eso, teniendo en cuenta que no se contabilizan los costes que esos recortes van a producirle al gobierno por otras vías.

Musk ha mostrado que es un ignorante. Se extraña ahora de que los recortes presupuestarios añaden más déficit y deuda, cuando ese ha sido el resultado de todas y cada una de las operaciones de recortes de inspiración neoliberal y libertaria que se han hecho en las últimas décadas. No puede ser de otro modo, cuando lo único que se hace es recortar impuestos a los ricos y gasto social a los más pobres y, al mismo tiempo, se aumenta en mayor medida el gasto militar y el de ayudas a las grandes empresas y al sector financiero.

Musk es un cínico porque despotrica contra el gasto público cuando sus empresas han podido existir y ganar dinero gracias a las ayudas gubernamentales: al menos 38.000 millones de dólares en los últimos cinco años, según The Washington Post. Y sus empresas no han sido las únicas en recibir esas ayudas. Aunque no es fácil determinarlo con exactitud, se calcula que las 500 cotizadas más grandes de Estados Unidos reciben entre 500.000 millones de dólares y 750.000 millones anualmente de dinero público en forma de ayudas, rescates, beneficios fiscales o contratos. Y es imposible calcular el beneficio que reciben por el uso de infraestructuras, investigación o fondos federales por el que no pagan.

Elon Musk y quienes han alentado, apoyado, aplaudido y permitido sus recortes se han comportado, por último, como seres malvados y auténticos criminales. Sólo el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) va a provocar la muerte de millones de personas. Y la nueva ley presupuestaria, entre otras consecuencias de ese tipo, va a limitar el acceso a la atención médica a más de 11 millones de ciudadanos de ese país, mientras que baja los impuestos y da ayudas millonarias a los más ricos.

Las industrias y empresas que reclaman la no intervención pública buscan, en realidad, que esta se mantenga con toda su contundencia, pero a su favor. Es lo que ha ocurrido con las grandes tecnológicas que han conseguido que el Estado federal intervenga para prohibir (en la reciente ley presupuestaria) que los diferentes estados legislen sobre Inteligencia Artificial en los próximos diez años para combatir la manipulación y los fraudes. Intervención del Estado a favor de los demás, no; en el suyo, toda la que sea necesaria y mucho más.

Mientras que Elon Musk y Donald Trump han estado haciendo todo esto, han gozado del apoyo y la complacencia de un ejército magníficamente bien pagado de palmeros de medio mundo. Una legión de economistas y periodistas que se dedican a promover la religión de los mercados libres que nadie ha visto nunca, y a justificar bajadas de impuestos y recortes de gastos con datos falsos y teorías económico de las que sólo se ha podido contrastar que, cuando se han puesto en práctica, siempre han tenido el efecto contrario al anunciado (más deuda y peor economía) y el que nunca reconocen (más riqueza y privilegios para los más ricos).

Para semejante proyecto no se puede recurrir sino a lo que se está recurriendo: a la mentira, a la extrema derecha totalitaria y a personajes estrambóticos, drogadictos y viciosos, delincuentes convictos, maleducados y enfermos de avaricia, de poder y egolatría. Lo peorcito de cada casa, pero que sacarán adelante su negocio si no se levanta frente a ellos una oleada de denuncia y transparencia, y un reclamo planetario de verdad, libertad, democracia, justicia y paz. 

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viernes, 20 de junio de 2025

Por qué muchos consideran al brasileño Alberto Santos Dumont el "verdadero padre de la aviación" (y no a los hermanos Wright)

Santos-Dumont pilotó su avión en el Bois du Boulogne, París. Primer vuelo de un avión a motor en Europa. Un hombre en un coche lanza placas para medir la distancia de vuelo. 25 de noviembre de 1906. De "Le Petit Journal", París.

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,Santos-Dumont piloteó su avión en el Bois du Boulogne, París, en el que fue el primer vuelo de un avión a motor de la historia

El brasileño Alberto Santos Dumont realizó el primer vuelo de la historia aprobado por la Federación Aeronáutica Internacional.

El 12 de noviembre de 1906, ante una multitud en París , cruzó el campo de Bagatelle a bordo del 14-bis, confirmando que un aparato más pesado que el aire era efectivamente capaz de volar.

Para entonces, ya era reconocido como pionero de la aviación en Europa.

Pasó su tiempo sobrevolando París en globo aerostático, ganó un premio por volar un dirigible alrededor de la Torre Eiffel y apareció en la portada de un periódico.

Entonces, es natural decir que él fue quien inventó el avión, ¿verdad?

No es tan sencillo.

La polémica dura más de un siglo: Brasil considera a Santos Dumont el padre de la aviación, mientras Estados Unidos defiende —y difunde al mundo— que el título pertenece a los estadounidenses Orville y Wilbur Wright, los hermanos Wright.

¿Quién tiene razón?

BBC News Brasil planteó esta pregunta a ocho expertos en aviación de cuatro países, quienes explicaron los argumentos de ambas partes y acabaron llevando el informe por un camino inesperado.

Santos Dumont: el primer vuelo público

La capital francesa no fue escenario del vuelo del 14-bis por casualidad.

París, en aquel entonces, era el centro palpitante de la modernidad que marcó el ritmo de finales del siglo XIX y principios del XX.

Tenía buenas escuelas de ingeniería y concentraba suficiente capital para financiar investigaciones en metalurgia, mecánica, física y química.

Con el desarrollo de nuevos tipos de materiales y de motores cada vez más potentes, la sensación en aquel momento era que sólo sería cuestión de tiempo antes de que alguien consiguiera volar con una máquina más pesada que el aire, afirma el historiador Jean-Pierre Blay.

Fue ese ambiente el que llevó a Santos Dumont a París en 1892.

Santos Dumont ya era un célebre pionero de la aviación para cuando hizo su histórico vuelo. Esta es una postal celebrando su triunfo con su dirigible en una competencia, en 1901.

El brasileño siempre había estado fascinado por las máquinas voladoras, y decidió dejar Brasil y cruzar el Atlántico después de recibir un anticipo de su herencia de su padre, que era hijo de un joyero francés y había hecho su fortuna en Minas Gerais plantando café.

Jean-Pierre Blay, que investiga a Santos Dumont desde hace dos décadas, dijo que se integró fácilmente a la vida parisina.

"Ya hablaba francés con fluidez y, gracias a su fortuna, no tuvo dificultades para adaptarse a la vida de París", afirma el historiador.

Fue uno de los primeros miembros del club de vuelo francés y entabló amistad con celebridades de la época, como el joyero Louis-Cartier, con quien frecuentaba el legendario restaurante Maxim's.

En París, Santos Dumont pasó años experimentando con globos y dirigibles hasta que finalmente llegó al 14-bis.

Y fue con ese avión que, el 12 de noviembre de 1906, en el campo de Bagatelle, voló 220 metros frente al público, en lo que fue registrado por la Federación Aeronáutica Internacional como el primer récord de vuelo de la historia.

Al año siguiente, Santos Dumont lanzó otro modelo de avión, llamado Demoiselle, el primer ultraligero y el primer avión producido en masa del mundo.

Los hermanos Wright: de Ohio a Europa

Fue después de todo esto, en 1908, cuando aparecieron Orville y Wilbur Wright afirmando haber volado antes que el brasileño, en 1903.

La comunidad aeronáutica francesa inicialmente los vio con escepticismo.

Se sabía por la correspondencia entre miembros de clubes de vuelo de Europa y Estados Unidos que los hermanos Wright -quienes regentaban una tienda de bicicletas antes de convertirse en inventores autodidactas- también participaban en la carrera por desarrollar el primer avión.

Pero durante cuatro años no habían enviado noticias de sus avances.

Santos-Dumont pilotó su avión en el Bois du Boulogne, París. Primer vuelo de un avión a motor en Europa. Un hombre en un coche lanza placas para medir la distancia de vuelo. 25 de noviembre de 1906. De "Le Petit Journal", París.Fuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,Santos-Dumont piloteó su avión en el Bois du Boulogne, París, en el que fue el primer vuelo de un avión a motor en Europa en noviembre de 1906, como informó "Le Petit Journal". La justificación que dieron fue que estaban esperando la aprobación de la patente y no querían correr el riesgo de que alguien les robara sus ideas.

Según ellos, el Flyer habría permanecido en el aire durante 59 segundos y recorrido 260 metros el 17 de diciembre de 1903 en Kitty Hawk, Carolina del Norte.

La falta de pruebas irrefutables sobre lo que ocurrió exactamente ese día lo convierte en el primer gran punto de antagonismo entre quienes defienden el espíritu pionero de Wright y quienes apoyan a Santos Dumont. 

jueves, 19 de junio de 2025

_- La socióloga francesa que se infiltró en las casas de los ultrarricos para desnudar cómo funciona la servidumbre moderna

Alizée Delpierre


_- ¿Qué pasa entre los ricos y sus criados de puertas para adentro?

Es una pregunta que ha seducido a escritores y cineastas por siglos.
 

La socióloga Alizée Delpierre decidió abordarla científicamente.

Le interesaba entender los sofisticados sistemas de servidumbre que construyen las personas más ricas del mundo dentro de sus casas para satisfacer sus necesidades y excéntricos deseos.

Alizée recorrió lujosos apartamentos en el centro de París y hermosas mansiones en la Costa Azul.

Escuchó a una mujer decirle a su criada: "Me pregunto si algún día va a entender que quiero dos cubitos de hielo, no tres". Una mayordoma le contó que su jefe desayunaba dos huevos y medio. Supo de casas en las que la distancia de los cubiertos en la mesa se debe medir milimétricamente.

Y fue un paso más allá. Se convirtió ella misma en niñera y ayudante de cocina a medio tiempo para una mujer de la aristocracia parisina. Terminó incluso yendo a vivir durante unos meses a la residencia de la familia en China como au pair (cuidadora de niños).

El resultado de su investigación de años sobre el tema es Servir a los ricos, un libro, recientemente publicado en español, en el que se adentra en las relaciones de codependencia que tienen lugar en los lujosos salones de las residencias francesas, pero que, con algunas diferencias, pasan también en el resto del mundo.

Yendo a lo más profundo de la intimidad de los ricos, la socióloga revela lo que el trabajo doméstico tiene que ver con problemas del mundo globalizado como la inmigración y la desigualdad.

Y plantea preguntas sobre el dinero y el poder relevantes para personas de cualquier clase social.

Delpierre es investigadora del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia. Lo que sigue es una versión editada de su conversación con BBC Mundo.

La socióloga Alizée Delpierre describe la relación entre los ricos y sus criados como una "explotación dorada".

Tu libro ha generado mucho interés, porque parte de tu investigación consistió en infiltrarte en la casa de los millonarios. ¿Qué te permitió esa metología?

Bueno, la infiltración no fue lo único que hice.

Primero hice muchas entrevistas con ricos y con criados y criadas. Y con estas logré conseguir mucha información sobre la relación entre los patrones y los criados.

Pero yo también quería estudiar la relación entre los criados mismos, y para eso no me estaban sirviendo.

Al convertirme en una criada en las casas de los ricos, pude ver que entre los criados hay jerarquías, hay relaciones de amistad, de amor, pero también competencia.

Son personas que pueden ganar mucho sirviendo a los ricos, pero que tienen que mostrarles a sus patrones que trabajan muy bien, que son dóciles, que escuchan todas las órdenes, etc. A veces, eso crea una competencia.

En el libro describes la relación entre los patrones y los criados como una "explotación dorada". ¿A qué te refieres?

"Explotación dorada" es un oxímoron que me sirve para explicar que los criados están en una situación de explotación porque trabajan de manera ilimitada, pero, así como trabajan mucho, ganan mucho.

Yo misma vi cómo, a pesar de que yo era una criada solo de medio tiempo, los patrones me pedían que trabajara mucho más de lo que habíamos acordado.

Entonces, los criados que trabajan en las casas de los ricos todos los días, que duermen allí -porque esa es una condición para trabajar para los ricos-, trabajan todo el día y también la noche.

Por ejemplo, las mujeres que cuidan a los niños casi no duermen. Tienen que dormir en las camas o en las habitaciones de los niños, así que no duermen muy bien por la noche. Y en el día tienen que cocinar para los niños, salir con ellos, etc.

Es un tipo de explotación, porque no tienen tiempo de hacer otra cosa que trabajar.

La parte "dorada" es que ganan muchísimo: €3.000, €4.000, €5.000, hasta €12.000 al mes (el salario mínimo mensual en Francia es de €1802). Si comparamos a los criados con el resto de la población que trabaja, hacen parte de los ricos.

También reciben muchos regalos muy caros: el teléfono, ropa, comida, etc.

Me sorprendí mucho en las casas de los ricos al ver que los regalos para los criados podían ser ropa de Chanel, un bolso de una marca que no conocía porque es solo para los ultrarricos, etc.

Delpierre señala que las personas que trabajan en las casas de los ultrarricos están en situación de explotación, porque solo tienen tiempo para trabajar.

Entonces, estos criados tienen mucho dinero, tienen muchos regalos muy caros, pueden comer la comida de los ricos, duermen en las casas de los ricos que son muy grandes y bellas. Tienen muchas condiciones materiales que son muy buenas.

La explotación dorada es un sistema que consiste en que, entre más dinero y más regalos les dan los ricos a sus criados, más legitimados están para pedirles que trabajen más.

Entonces, se crea una especie de deuda. Los criados creen que tienen que trabajar para compensar los regalos y el dinero que les han dado.

Es evidente que en este tipo de trabajo lo laboral se mezcla con lo personal. ¿Qué efecto tiene esto? ¿Cómo describirías esa relación emocional entre los ricos y sus criados?

Cuando vives con una persona, sea quien sea, inevitablemente terminas teniendo una relación que no es solo de trabajo.

Hay emociones, hay afección, hay amor, amor para los patrones, amor para los niños de los patrones. Es una relación casi familiar.

Decir que los criados son parte de una familia no se puede entender solo como una retórica hipócrita. Las emociones son reales.

De hecho, es justamente porque los criados hacen parte de la familia que los ricos se permiten pedirles más de lo que se le podría pedir a otro tipo de trabajador.

La sociología que ha estudiado las relaciones intrafamiliares ha mostrado que es en las familias donde se encuentran las formas más marcadas de dominación y de violencia. Y eso pasa porque no hay nadie que pueda ver lo que pasa en la intimidad de la casa.

Como los criados hacen parte de la familia, los ricos los ven como personas que pueden utilizar como quieran, pero también, por ejemplo, se preocupan por su salud y la de sus familiares. Me encontré con muchos criados que viven en las casas de los ricos con sus niños, y los ricos pagan la escuela, la comida, el médico, etc.

Es ambivalente.

Según Delpierre, las dinámicas que rigen el servicio doméstico en la actualidad no distan mucho de las del pasado.

Hay entonces una cercanía innegable, pero también en el libro describes que hay una cierta distancia. ¿Cómo marcan los ricos esa distancia con sus criados?

De muchas maneras.

Una de ellas es espacial. En las casas de los ricos, los criados no pueden andar por todas las partes de la casa. No pueden utilizar la piscina, no pueden ir a la parte de la casa donde los ricos se reúnen con sus amigos. No pueden circular libremente.

En las más grandes que vi, hay corredores diferentes para los criados y para los jefes, para que los jefes no vean siempre a los criados.

Otra manera en que los jefes ponen distancia es cambiándoles los nombres de los criados. Si tu nombre es Juan, te pueden decir Joseph, por ejemplo.

Y hay una racialización en ese cambio de nombre. Cuando los criados son extranjeros, y es el caso de muchos de los criados hoy, los jefes les cambian los nombres por un nombre francés. Es una violencia simbólica, como dice Pierre Bourdieu.

Hay patrones que les ponen siempre el mismo nombre a sus criados. Por ejemplo, la niñera siempre se llama María. Si llega una nueva niñera, es María.

Es una manera de mostrar la superioridad del rico sobre las otras personas, que son despersonalizadas.

Es imposible pasar por alto el hecho de que la enorme mayoría de las personas que se dedican a este trabajo son mujeres, algunas de ellas negras o latinas. ¿Qué lugar tienen esas identidades? ¿Cómo se ponen sobre la mesa el género y la raza en el trabajo doméstico?

La raza y el género en el mercado del trabajo doméstico son centrales en la manera de reclutar a los criados.

Es un mercado en el que no te vendes con un currículum. No necesitas diplomas y tampoco los hay.

Los patrones tienen que identificar otras cualidades para elegir a los mejores criados, y lo que termina pasando es que las habilidades son esencializadas.

Por ejemplo, solo las mujeres pueden ocuparse de los niños, porque se cree que tienen una tendencia natural a hacerlo, mientras que los conductores solo son hombres, por el prejuicio de que son quienes saben conducir bien. No encontré un solo niñero en las casas de los ricos.

En el mercado del trabajo doméstico también se ponen en juego muchos estereotipos raciales.

En el mercado del trabajo doméstico, el género y la raza son los principales criterios para contratar, explica la socióloga. Por ejemplo, en Francia se dice que las mujeres negras son cariñosas. Y entonces los patrones quieren mujeres negras para cuidar a los niños pequeños. Ahí hay una representación muy racista y colonial de la mujer africana como destinada a tener muchos hijos y ser una madre.

Incluso los blancos están también racializados. Los ricos prefieren tener blancos o blancas en la cima de la jerarquía doméstica. Los mayordomos, por ejemplo, suelen ser de países europeos.

Por supuesto, los prejuicios no son exclusivos del mercado del trabajo doméstico, pero en este el género y la raza son los criterios primarios para elegir a los empleados.

El cine y la literatura muchas veces han representado la relación entre los ricos y sus criados. Tú misma mencionas en el libro Parásitos, la famosa película coreana de 2019. En esta y muchas otras historias, se muestra a unos ricos amenazados por la servidumbre. ¿Encontraste algo de esto en tu investigación? ¿Les tienen miedo los ricos a su servidumbre?

Es interesante, porque en estas películas se muestra siempre a unos criados que se vengan por toda la dominación que sus jefes han ejercido sobre ellos.

Pero la realidad es diferente. No encontré ningún criado que haya matado a sus jefes (risas). Sí encontré algunos que habían robado a sus jefes, pero es muy raro.

En la mayor parte de los casos, los ricos no tienen realmente miedo de los criados, porque saben que tienen todo el poder. Saben que, sin su dinero, los criados no son nada. Sin sus casas, los criados no tienen donde dormir.

Si un criado decidiera apelar a la justicia, los ricos tendrían todas las de ganar porque sus amigos son abogados. Tienen mucho capital social. Saben que son intocables. Saben que nada les podrían pasar. Los pocos casos que encontré en las cortes en los que un criado demandó a su patrón los ganaron los ricos.

Entonces no, no tienen miedo de los criados. De lo único que tienen miedo es de que se vayan, de que encuentren otra casa para trabajar. Por eso en el libro yo toco el tema de los sueños de los jefes.

Algunos jefes me contaron: "Esta noche soñé que mi niñera se iba y que yo no sabía cómo hacer con mis niños". Estas personas tienen sirvientes todos los días. No saben cocinar.

Una mujer me dijo que no sabía llevar a sus niños a la escuela, no sabía qué calle tenía que tomar, etc. Entonces tenía mucho miedo del día que su niñera le dijera "me voy a otra casa" o "estoy retrasada".

En Servir a los ricos, Delpierre estudia también las relaciones jerarquizadas que hay entre los criados.

En el libro también abordas la discusión que se ha dado recientemente sobre cuál es el vocabulario que se usa para hablar del trabajo doméstico y qué es lo políticamente correcto. En español, por ejemplo, ahora se procura hablar de "trabajadores domésticos", no de "sirvientes" o "criados". ¿Cómo se habla del tema en las casas de los ricos? Y tú, ¿tienes alguna postura al respecto?

En francés, los ricos suelen hablar de domestiques o bonnes.

Domestiques deriva en la palabra en latín domus, que significa casa.

Y es importante, yo pienso, poner el acento en la palabra casa. La particularidad de estas relaciones es que ocurren en la casa. Es un espacio de trabajo muy especial. Atípico. Es el espacio de la familia, del secreto, de la intimidad, etc., y por eso se dan las relaciones como se dan.

Me parece inconveniente usar términos institucionales, como trabajo doméstico, porque esconden la dominación. Y, por supuesto, no es que esté en contra de la lucha de los trabajadores que defienden que se reconozca que es un trabajo.

Pero no es por hablar de "trabajadores domésticos" que las condiciones de los trabajadores mejoran y la relación con sus patrones cambia.

La realidad de las condiciones de trabajo de los criados hoy es prácticamente la misma que ha habido a lo largo de la historia.

Como socióloga, decidí quedarme solo con la palabra domestiques y no con el término trabajadores domésticos para señalar la continuidad histórica entre la domesticidad de hoy con la de antes.

Si usamos "trabajo doméstico", marcamos una ruptura frente al servicio doméstico de la vieja Europa. Y mi postura como científica es que, aunque algunas cosas han cambiado, es la misma domesticidad.

Millones y millones de mujeres en el mundo, sobre todo pobres y migrantes, son criadas. Y más y más personas están contratando personas para que trabajen en sus casas por horas, como au pair, etc.

Ahí hay una pregunta pendiente para todos, no solo para los ultrarricos: ¿Qué hacemos con el trabajo doméstico? ¿Lo deberíamos hacer nosotros mismos? ¿Le deberíamos pagar a otro por hacerlo? ¿Le deberíamos pedir a nuestros familiares que nos ayuden gratuitamente?

Es una pregunta muy universal.

Alizée Delpierre es investigadora del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia.

miércoles, 18 de junio de 2025

_- Esperanza Aguirre: “A la larga, la dictadura fue mejor que la II República”.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, este miércoles en el Café Comercial de Madrid.
La expresidenta madrileña, madrina política de Ayuso, pide al PP que imite al ultra Milei Dice Isabel Díaz Ayuso en el prólogo del libro de Esperanza Aguirre Una liberal en política (Deusto), que los madrileños tienen “una deuda de gratitud” con ella, presidenta de la región durante nueve años. Pero su mandato acumula casos de corrupción (Lezo, Púnica, Gürtel, Ciudad de la Justicia...) y sus antiguos cargos (Ignacio González, Francisco Granados, Alfredo Prada, Alberto López Viejo...) reúnen peticiones o condenas de decenas de años de prisión que la ministra con José María Aznar aún minimiza, pese a que dimitió por los escándalos. Este fin de semana participa en un acto con el presidente argentino, Javier Milei, el exdiputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros y el periodista Iker Jiménez, habitual propagador de bulos. Fuera de la primera línea desde 2017, Aguirre (73 años) trata de inyectar su “liberalismo radical” en el PP. De momento, la prologuista de su nuevo libro es su mejor alumna.

Pregunta. Dice: “La derecha debería hacer suyas muchas de las propuestas que predica Milei. Aunque solo sea porque, como Thatcher y Reagan, provoca la violencia de todos los seguidores del social-comunismo”. ¿A qué se refiere con violencia? ¿Le gustaría ver a un Milei en España?
Respuesta. Con lo de la violencia me refiero a violencia verbal, a que los excita. Y me encantaría ver un Milei en España, pero aquí a nadie le gusta presumir de motosierra. Con una gran dosis de histrionismo que aquí nos choca, ha conseguido atraer a la juventud.

P. Vincula el nacimiento de Vox a la renuncia del PP a la defensa de sus principios y valores. ¿Le ha hecho Vox en estos años alguna oferta para pasarse a sus filas?
R. No. Conozco bien a Santiago Abascal y es una persona estupenda. Discrepo en muchos temas con Vox, por ejemplo, yo soy partidaria del Estado autonómico, pero estoy de acuerdo en lo más importante: la unidad de España, la defensa de la propiedad, de la vida, del imperio de la ley... El nacimiento de Vox lo vinculo, sobre todo, al incumplimiento del programa electoral del PP. En 2011 teníamos una mayoría de 186 escaños y no cumplimos el programa. Montoro [Cristóbal, ministro de Hacienda] subió los impuestos, de lo que curiosamente está muy orgulloso; íbamos a cambiar el método de elección del Consejo General del Poder Judicial, Alberto Ruiz-Gallardón llegó a presentar el proyecto y lo tuvo que retirar, seguramente le obligaron. No derogamos la ley de memoria histórica... Zapatero, y en eso hay que copiar al adversario, nada más llegar, retiró a las tropas de Irak, derogó el Plan Hidrológico Nacional y suspendió la entrada en vigor de la Ley de Calidad de la Educación.

P. En este libro revela algún dato más, que no contaba en Yo no me callo, sobre el congreso del PP de Valencia de 2008. Afirma que Pedro J. Ramírez, entonces director de El Mundo, le pidió que presentase su candidatura frente a la de Mariano Rajoy y que Aznar y Francisco Álvarez Cascos, a los que llegó a consultar, se lo desaconsejaron. ¿Qué peso diría que tiene hoy su corriente, el liberalismo “radical”, como usted misma lo llama, en el PP?
R. La noche electoral, Viri [Elvira Fernández, esposa de Rajoy] me dijo: ‘Por favor, dile que lo deje’. Y no se lo dije. Sabía que presentarme era prácticamente imposible porque había que tener 600 avales de compromisarios electos, Madrid tenía 200 y a mí solo me apoyaba el País Vasco de María San Gil. Y además se casaba mi hijo. Si Mariano hubiera hecho lo que parecía que iba a hacer la noche electoral, es muy posible que yo me hubiera presentado. Consulté, efectivamente, con Cascos y Aznar y los dos me dijeron que lo mejor era que se presentara Mariano. ¿Y qué peso tiene hoy mi corriente en el PP? Diría que peso pluma, pero en dos temas fundamentales se ha tomado la decisión liberal: vivienda [en contra del criterio de control de precios] y energía nuclear [a favor].

P. En la página 119 del libro dice: “Esta confusión que lleva a muchos a creer que es el Estado el que crea puestos de trabajo es la misma que lleva a muchos a creer que es el Estado el que tiene la responsabilidad de educar a sus hijos o cuidar de la salud de las personas o de ocuparse de las personas mayores”. Pero en la página 194 asegura que ha sido la derecha “la que mejor ha asegurado el Estado del bienestar”. Parece una contradicción: ¿Usted cree o no en el Estado del bienestar?
R. Yo no creo en el Estado de bienestar para nada. Creo que los ciudadanos tienen que elegir por sí mismos la educación que quieren para sus hijos. Esto de que los hijos no son de los padres, que nos dijo Celaá [Isabel, exministra de Educación] me parece un disparate. Y el Estado no tiene por qué ocuparse de la sanidad de todos.

P. Pero si no hubiera sanidad pública, mucha gente no podría permitirse un ingreso hospitalario, un trasplante...
R. La Sanidad pública la pagan las comunidades autónomas. A mí no me parece mal que haya sanidad o educación públicas, una cosa más que se puede elegir.

P. Hay gente que no tiene capacidad de elegir, esa capacidad suele darla el dinero.
R. No. Tú puedes elegir entre los colegios concertados o públicos y lo mismo en la sanidad si eres funcionario. Se podría dar a toda la población esa capacidad de elegir y, de hecho, en Madrid, conseguimos que las listas de espera bajaran porque dábamos a elegir: si quieres menos de 30 días, te vas a esta clínica privada y la pagábamos nosotros, y si quieres quedarte en tu hospital público, hay esta cola y tendrás que esperar lo que sea.

P. ¿Que la administración destine recursos al sector privado no termina deteriorando al público?
R. Todo lo contrario. La competencia siempre es favorable. Cuando la administración pública funciona en monopolio es el desastre.

P. Los profesores de la pública no lo ven igual.
R. Yo lo que hago es dar a elegir. A los socialistas no les gusta que los demás elijan, les gusta la clientela cautiva. Y a esos profesores de la pública les gustará eso, pese a que están mejor pagados.

P. “Hoy existe en España un marcado caudillismo. Lenin, Stalin, Mao, Castro, Chávez, Maduro y Kim Jong-un han sido o son los sinónimos de sus regímenes. Igual que Sánchez, cuyos rasgos de despotismo narcisista son evidentes y cuya pasión por mandar es indiscutible”. ¿En qué ve similitudes entre Kim Jong-un y Sánchez o entre Corea del Norte y España?
R. Entre Corea del Norte y España yo no veo similitudes. Lo que veo es que Sánchez es narcisista, enfocado solo a mantener el poder a cualquier precio. Un mentiroso compulsivo al que solo le importa el relato, no la verdad, y por ese camino vamos. Sánchez ha cogido la ideología de todos los que le han apoyado, la de los independentistas, que es romper España, y la de los comunistas, que quieren quitar a Felipe VI y poner a un sucedáneo de Maduro, que muy bien podría ser Sánchez.

P. ¿Aznar no era era narcisista? ¿Conoce a algún candidato a la presidencia de un gobierno, incluida usted misma, que no haya querido mandar?
R. Yo no diría que Aznar era narcisista. Y todos los candidatos que conozco lo que querían era aplicar un programa.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, en el Café Comercial en Madrid este miércoles. Jaime Villanueva

P. En el libro es más amable con Franco que con Sánchez. Sostiene que el presidente del Gobierno persigue “una dictadura disfrazada de democracia” y del dictador asegura: “Quitando los primeros años, en los que el régimen de Franco usó saludos y formas falangistas, parecidos a los fascistas de Mussolini, el resto del tiempo fue, sencillamente, un régimen autoritario muy preocupado por el orden público, que permitió la aparición de la clase media con múltiples oportunidades de progresar” y que “muy pronto fue reconocido por el resto de países occidentales como el que había evitado que en España triunfara el comunismo”. ¿El encarcelamiento de miles de presos políticos y las torturas en la sede actual del Gobierno madrileño eran muestras de preocupación o represión? ¿Se puede hablar de oportunidades cuando el Régimen multó a los familiares de miles de fusilados, incautó sus bienes, los depuró de sus puestos de trabajo y forzó al exilio a miles de personas?.
R. Era una dictadura represiva, pero permitió que surgiera la clase media. Claro, a los que habían matado ¿cómo iban a tener oportunidades de progresar? Pero España creció de una manera exponencial.

P. ¿Considera, como cree que hicieron el resto de países occidentales, que el golpe de 1936 estaba justificado “para evitar que en España triunfara el comunismo”?
R. Para evitar que en España triunfara el comunismo no. El golpe del 36 estuvo causado por el asesinato de José Calvo Sotelo. Si el Gobierno de entonces hubiera reaccionado ante eso, no sé si Franco se hubiera unido a la conspiración que existía, pero aquello fue la gota que desbordó el vaso. Y lo que digo es que en la II República no se respetaban los derechos, los medios de comunicación no podían publicar cosas que no gustaran... No fue para nada un régimen de libertades.

P. ¿Y el que vino después sí? ¿La dictadura fue mejor?
R. No creo que fuera mejor en los primeros años, pero a la larga sí fue mejor.

P. Sostiene que la ley de memoria es “nefasta” y que “ha resucitado odios y rencores”. ¿Qué casos de enfrentamiento conoce a raíz de esta legislación, que lleva aplicándose desde 2007?
R. Están retirando algunas cosas que no se entiendo por qué y mantienen la estatua de Largo Caballero, el Lenin español.

P. ¿Cree que debería haber hoy estatuas o calles dedicadas a Franco?
R. No, pero no se pueden borrar 40 años de la historia de España, que tienen muchísimas cosas negativas, hechos vergonzosos, pero también hechos positivos. Lo que digo es que lo que pretende la ley es imponer un relato falso. A nosotros nos daban una asignatura que se llamaba Formación del Espíritu Nacional y no imponían el relato.

P. ¿Cree que el franquismo no impuso un relato en la dictadura?
R. Por supuesto que pretendían imponerlo. Desconozco si se impuso o no.

P. ¿Ha leído las leyes de memoria que considera nefastas y que llama a derogar?
R. La primera la leí en su día y el primer artículo me gustó muchísimo, luego ya no, pero de esto hace mucho tiempo. La nueva [la de 2022] no la he leído.

P. Relata que cuando le comunicó al Rey que dimitía, en 2012, él le respondió: “Eso es lo que yo tendría que hacer”. ¿Qué opina de los escándalos que rodean hoy al rey emérito?
R. Pienso que quien esté libre del pecado, que tiene la primera piedra.

P. Pero la ejemplaridad debería formar parte de una institución como la monarquía, ¿no?
R. Evidentemente. Por eso tenemos a un Rey que es ejemplar.

P. ¿Le decepcionó el comportamiento de su padre?
R. No. El rey Juan Carlos ha hecho por España mucho más que cualquier otra figura histórica porque teniendo todos los poderes, se los cedió al pueblo español. Una cosa es lo que hizo el Rey por España y otra cosa es que haya tenido sus fallos, como los tenemos todos.

P. ¿Acertó Felipe VI al retirarle a su padre la asignación presupuestaria?
R. El rey Felipe hizo en todo momento lo que creía que tenía que hacer.

P. Cargos del PP en sus gobiernos acumulan decenas de años de condena de cárcel por corrupción o tienen aún causas pendientes con la justicia. Cuentas en el extranjero, testaferros, contratos amañados, financiación ilegal, dopaje electoral … Dedica buena parte del libro a celebrar su gestión al frente de la Comunidad de Madrid, pero apenas alude a esos escándalos de corrupción, salvo para decir que sigue sin saber por qué González entró en la cárcel ¿Conoce otros gobiernos en España con esa acumulación de cargos procesados y esos años de condena?
R. Mire dónde estamos ahora: Leire, Ábalos, Koldo, Aldama...

P. En esos casos aún no hay condenas. En los que afectan a sus gobiernos hay varias, y causas aún pendientes.
R. Con Prada la sentencia reconoce que no se ha llevado un duro, pero lo que creen que hizo mal es que en la Ciudad de la Justicia dedicó mucho dinero a promocionarla [El proyecto fue presentado 72 veces y llevó aparejado viajes pagados a Nueva York o Singapur. El acto de colocación de la primera piedra costó más de un millón] y solo hizo un edificio. Si resulta que malversar si no te lo llevas al bolsillo es bueno si eres nacionalista y si eres consejero autonómico no... A Granados lo condenaron por hablar con un Guardia Civil [fue condenado por un delito agravado de aprovechamiento de revelación de secreto por funcionario público para destruir pruebas y esconder dinero y además le piden ocho años por la financiación ilegal y tiene otras causas pendientes]. López Viejo fue condenado [a 27 años de prisión] porque se llevaba comisiones y yo lo condeno, pero al lado de Ábalos, ¡vamos!

P. Al igual que Vox, critica con dureza la Agenda 2030, los objetivos de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible. Dice que es la agenda de los comunistas. ¿La ONU es comunista?
R. Total. Milei dio un discurso sensacional en la ONU explicando que cuando se crea es un organismo bienintencionado, pero que ha derivado en unas agendas disparatadas, como la 2030. Los artículos los apoyamos todos, pero el modo de llevarlos a cabo, el “sostenible”, el “inclusivo”... son palabras comunistas.

P. ¿Qué tiene de comunista la palabra “sostenible”?
R. Que no podemos tener energía abundante y barata. La agenda 2030 pretende empobrecernos y, de hecho, Europa se está empobreciendo por culpa de esa agenda.

P. Afirma que cultivó su ideología liberal, entre otras cosas, leyendo The Economist. La revista coronó a España como la mejor economía avanzada de 2024. ¿Se ha dado de baja en la suscripción?
R. Esa suscripción fue hace 40 años. The Economist ya no es lo que era. Mucho mejor el Daily Telegraph [periódico conservador que apoyó el Brexit y que ha asegurado, sin pruebas, que el apagón se debió a un supuesto experimento de las autoridades españolas para saber cuánta generación verde era capaz de digerir el sistema eléctrico nacional ante un futuro escenario sin nucleares].

https://elpais.com/espana/2025-06-05/esperanza-aguirre-a-la-larga-la-dictadura-fue-mejor-que-la-ii-republica.html 

Aguirre, sin sonrojarse

Leo la entrevista realizada a Esperanza Aguirre, publicada en su periódico el 5 de junio, y me quedo atónita. ¿Es posible que de verdad se crea lo que dice en sus respuestas? Respuestas, por otra parte, teñidas de ese desparpajo rayano en la cara dura que ejercen tanto ella como su alumna predilecta, y envueltas en un decálogo neoliberal despiadado. Pero, claro, como ya escribió alguien hace años, Aguirre es una señora que ha perdido hacía mucho tiempo la capacidad de sonrojarse. 

Izaskun Azurmendi. Madrid 

(De cartas al director de El País)

martes, 17 de junio de 2025

Rebecca Solnit: «Silicon Valley y la IA son enemigos de la democracia y del clima»

Fuentes: Climática


La escritora estadounidense, que se ha convertido en una referencia global para el feminismo, defiende en Madrid “una resistencia climática radical, pero alegre y optimista”, y cuestiona la “ideología aislacionista” que proponen los ultrarricos de Silicon Valley: “Vivimos en una pandemia de soledad global”.

A los 64 años, Rebecca Solnit, escritora, historiadora y autora de una veintena de libros sobre un amplísimo abanico de temas (el feminismo, la historia de la cultura occidental y los indígenas de Estados Unidos, el poder popular, los cambios sociales y los movimientos de insurrección, la esperanza y los desastres climáticos, entre otros), se define como una activista medioambiental. Pero su militancia es novedosa, poco común en la lucha climática. Está empecinada en construir relatos sobre un “futuro posible”, en resaltar los “éxitos sin victorias” –un litigio perdido contra una petrolera que genera una mayor sensibilidad social; la inauguración de un parque eólico que no elimina los combustibles fósiles pero que suma un escalón en la descarbonización– que, sin el eco de los medios de comunicación y de las redes sociales, abundan a lo largo y ancho del planeta.

En su primera visita a Madrid y con su nuevo libro recién publicado, El camino inesperado (Lumen), Solnit participó este martes en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque –auditorio con entradas agotadas– de una charla abierta con la periodista, escritora e investigadora Marta Peirano, especializada en las relaciones entre tecnologías informáticas y el poder.

La autora estadounidense, convertida en un faro para el feminismo tras popularizar el término mansplaining en su libro Los Hombres me explican cosas, entregó muchas reflexiones, hilvanadas todas desde una irrenunciable filosofía: el mundo necesita luchar por el pan (alimentos, techos, energía, trabajos, educación), pero también “muchas rosas”, placer, cultura, naturaleza, belleza y alegría. “El placer es clave en cualquier resistencia. El anticapitalismo y la resistencia climática pueden ser radicales, pero también alegres”, señaló.

Solnit advirtió que “la amnesia es una debilidad para la democracia” y lamentó que estemos caminando a un mundo “sin memoria”, donde toda la información que se consume en el plano digital fomenta un “presente sin pasado”. Esta desmemoria colectiva, agregó, es amiga del “derrotismo” y el “catastrofismo”.

Puso el ejemplo de la “revolución de las energías limpias”, que “poco a poco” están permitiendo lo impensado tiempo atrás: la merma de los combustibles fósiles. “La acción climática es invisible para mucha gente porque los avances son lentos. Pero el crecimiento de estas energías en los últimos 25 años es impresionante”, afirmó.

También se refirió a la desazón global que generó la pérdida del derecho al aborto en Estados Unidos. “Se ha perdido la protección federal, pero muchos estados la conservan. Al ampliar la lente, uno ve que en Argentina, España y México, por mencionar algunos países, se ha ganado este derecho. Es decir, la panorámica más amplia es de ampliación de derechos, no de retroceso. Yo nací y me crié en un mundo sin este derecho. No hay tantas derrotas como parecen”, insistió.

Un problema para Solnit es estar rodeada “de gente que se rinde fácilmente”. “Mi trabajo es convencer a esta gente que no nos podemos dar el lujo de rendirnos, de la necesidad de una contrahistoria. La historia está llena de sorpresas. El pesimismo es fácil. Pero lo cierto es que el mundo cambia, no siempre es predecible y no siempre va a peor”, profundizó sobre la bandera de la esperanza.

Escasez artificial

Gran parte de su disertación giró en torno al triunfo de “la ideología aislacionista”, perpetuada desde Silicon Valley, con tecnologías que están generando una “pandemia de soledad global” –niños que odian los teléfonos porque interfieren en la relación con sus padres, por ejemplo– y con un ChatGPT que es “un simulador de inteligencia muy poco fiable”. Contó que en Estados Unidos muchas empresas de salud usan la inteligencia artificial para decidir las coberturas que se aprueban y las que se rechazan. “Corremos el riesgo de que la inteligencia artificial nos lleve a la estupidez global”, analizó.

Y agregó: “Necesitamos un psicólogo o novio de la inteligencia artificial como si hubiese escasez de seres humanos. El capitalismo crea todo el tiempo escasez artificial, de eso se alimenta el capitalismo. Necesitamos construir el mundo de la escasez en un mundo de la abundancia. Esto es un proyecto contracapitalista. La escasez no es real. Hay un problema enorme de distribución”.

Calificó a los ultrarricos de “miserables”, de “hombres insaciables” que fomentan el aislamiento social y la desmemoria. “Elon Musk dice que no podemos permitirnos alimentar a niños hambrientos y cierra un departamento de ayuda internacional. Silicon Valley y la IA ya son un enemigo de la democracia y del clima”. Lo que los gigantes tecnológicos no saben, dijo Solnit intentando rebatir la supuesta perfección de la IA, es que “una buena carta de amor nunca la podrá escribir ChatGPT”.

El neoliberalismo nos cuenta una historia reducida de nosotros mismos

Sobre la necesidad de romper el circulo contagioso de la desesperanza, la escritora se aferró a la “enorme resistencia” de las personas más afectadas por el cambio climático, de quienes, cada vez con más frecuencia, pierden todo en catástrofes ambientales. Nombró el caso del huracán Katrina –que vale también para la DANA en Valencia–, donde la gente altruista y solidaria socorrió a sus vecinos antes de la llegada de los equipos de rescates y de las cámaras de televisión.

“La gente no se siente poderosa porque está acostumbrada a esas películas de superhéroes en las que salvan al mundo. No vemos la historia más común, cómo las personas invisibles cambian el planeta”, razonó. “He aprendido que los medios no cuentan estas historias. Gente que en esos momentos de angustia ha encontrado sensación de comunidad, de conexión, de propósito, de vida pública. El neoliberalismo, al final y al cabo, nos cuenta una historia reducida de nosotros, pero somos capaces de construir historias más allá de la de simples consumidores privatizados”, resumió.