viernes, 18 de mayo de 2018

Entrevista a Jay Bahadur, autor de The Pirates of Somalia: Inside Their Hidden World. Un periodista entre piratas

Página12

El periodista y escritor canadiense emprendió hace diez años la aventura de meterse en Somalia para investigar sobre los afrocorsarios del siglo XXI. El resultado fue un libro que llegó a la pantalla grande con un elenco que incluyó a Al Pacino y Melanie Griffith.

Bahadur quiso cubrir en primera persona las noticias sobre ataques de piratas locales a barcos mercantes
“Ir a un lugar loco”, era el plan de trabajo de Jay Bahadur, estudiante de periodismo canadiense que en 2008, cuando tenía 24 años, decidió viajar a Somalia para cubrir en primera persona las exóticas noticias sobre ataques de piratas locales a barcos mercantes. Pronto su aventurero trabajo de campo, en una zona remota y poco segura del este africano, lo convirtió en una suerte de descubridor de la nueva forma de piratería ante los ojos occidentales: sus encuentros con los afrocorsarios del nuevo milenio se volcaron en artículos periodísticos como corresponsal de diarios británicos y estadounidenses y también en su libro de 2011, The Pirates of Somalia: Inside Their Hidden World. Mientras el curioso fenómeno (al que se le adjudican, entre 2005 y 2018, casi un centenar de ataques, tomas de rehenes y fallidas escaramuzas navales con embarcaciones de banderas europeas, americanas, africanas y asiáticas) se extendía en aguas del Índico, la experiencia de Badahur de primera mano causó interés en las autoridades políticas de Canadá y los Estados Unidos, quienes le pidieron “asesoramiento” sobre los afrobucaneros. El olor a aventura del siglo XVIII que rodea las crónicas piratas de Bahadur también motivó que, el año pasado, su viaje inspirara una película, The Pirates of Somalia, cuyo personaje protagónico –a cargo de Evan Peters, el Quicksilver de la saga X Men– es precisamente el joven periodista canadiense, y cuyo elenco incluyó a Al Pacino y Melanie Griffith, además de la actuación no profesional de refugiados somalíes. La película reconstruye con tenso humor las casi rituales entrevistas de Bahadur con jefes piratas que portan fusiles y ametralladoras, todos sentados bajo árboles esmirriados bajo el reseco sol africano. Y recrea los ataques a los barcos mediante extrañas, hechizantes animaciones. PáginaI12 entrevistó a Bahadur, quien amplió su vínculo con África: actualmente vive en Nairobi, Kenia.

–¿Cómo decidió viajar a Somalia? ¿Qué tan peligroso fue realmente?
–Como describí en el libro y en la película, la verdad es que, durante un trabajo que había hecho como estudiante, me fascinó cómo Somalilandia había elegido presidente en 2003 por una mayoría de sólo 80 votos... ¡y el resultado había sido aceptado pacíficamente! Mi plan inicial era dirigirme a la región de Somalilandia para cubrir las siguientes elecciones. Sin embargo, cuando las noticias sobre la piratería en la zona explotaron en los diarios del mundo, se me ocurrió un esquema alocado mientras compartía unas cervezas con mi amigo Alex –también retratado en la película– para ir a Somalia y cubrir la historia de los piratas. En cierto modo, tuve bastante suerte. Pasé semanas intentando encontrar un socio local en Somalia y el chico al que finalmente contacté, Mohamad Farole, ¡terminó siendo el hijo del presidente regional! Y resultó que su familia también estaba emparentada con muchos de los primeros piratas, lo que me ayudó mucho a conseguir entrevistas (y a evitar ser secuestrado). Su familia me cuidó mucho y me mantuvo a salvo, lo que me dio espacio para aprender, con torpeza y muy lentamente, a ser periodista... Aunque, si fuera un editor, no enviaría a alguien sin experiencia en una misión a Somalia. No digo que no pueda funcionar bien, pero no me gustaría ser responsable de poner a alguien en esa situación.

–La película reconstruye con animaciones casi psicodélicas los abordajes de los piratas somalíes, con ganchos para escalar los barcos y alusiones a tácticas para atacar “como lobos”. ¿Alguna vez presenció –o participó de– un ataque pirata?
–Nunca presencié personalmente un ataque pirata, pero recogí muchos testimonios de miembros de la tripulación y vi muchas imágenes de video. Así que sí, la animación que puede verse en la película muestra un secuestro pirata con bastante precisión.

–¿Qué comparación podría trazar entre los piratas que entrevistó en Somalia, como Boyah o Garaad, y las celebridades de la piratería europea antigua, como Barbanegra o Morgan?
–Aunque es tentador, no compararía a los piratas somalíes con los piratas clásicos de los siglos XVI y XVII. Por un lado, sus modelos comerciales son completamente diferentes: piratas como Barbanegra vivían robando cargamentos y trataban a la tripulación de los barcos atacados como algo bastante prescindible. En el caso de los piratas somalíes, la seguridad de la tripulación secuestrada es esencial, ya que básicamente hacen dinero tomándolos como rehenes para obtener un rescate.

–¿Siguen activos los piratas somalíes?
–La piratería somalí sigue siendo un fenómeno hoy en día, pero a un nivel muy bajo. Hubo un buque cisterna capturado por piratas durante un corto período, en marzo, pero ese fue el único barco comercial secuestrado desde 2012.

–En la película usted destaca que la democracia de Somalia es menos “comercial” que los piratas. De hecho, en el Departamento de Estado estadounidense le han pedido asesoramiento sobre la piratería. ¿Qué impacto sobre Somalia tuvo su trabajo?
–Nunca trabajé para el Departamento de Estado, sólo les aconsejé puntualmente sobre la piratería en 2009 o 2010. Mi idea inicial era enfocarme específicamente en la incipiente democracia de la región separatista de Somalilandia, no en toda Somalia. Todavía creo que es notable cómo Somalilandia ha sido capaz de construir una democracia naciente con tan poca ayuda externa y sin reconocimiento internacional. No sabría decir qué impacto exacto ha tenido mi trabajo sobre el curso de la política somalí. Pero espero que al crear conciencia en Occidente sobre Somalia, el libro haya tenido un impacto positivo en el país.

–¿Cree que el periodismo puede cambiar algo o es una especie en extinción?
–Creo que el buen periodismo tradicional todavía tiene un papel muy importante en el mundo. Recientemente, por caso, las mejores coberturas sobre la administración Trump provinieron del Washington Post y el New York Times. Lo que es probable es que los periódicos de calidad y otros medios de comunicación se conviertan en objeto de mecenazgo de la élite, como se ve con Jeff Bezos comprando el Washington Post. Probablemente la prensa vuelva a ser patrimonio de los ricos independientes, o bien a estar financiada por ellos... que es como ha sido durante la mayor parte de la historia humana.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/114810-un-periodista-entre-piratas

Así es La Navata, el colegio por el que Pablo Iglesias e Irene Montero se mudan a Galapagar. Este centro público trabaja desde hace 23 años años con proyectos, sin libros ni exámenes, para acompañar a los niños en la construcción de su aprendizaje.

Los líderes de Podemos Pablo Iglesias e Irene Montero, que a la vuelta del verano se convertirán en padres de mellizos o gemelos, han decidido mudarse a un chalet a La Navata, una pedanía de la localidad madrileña de Galapagar. Uno de los motivos que ha pesado en la compra de la vivienda, según fuentes del partido morado, es la cercanía de un colegio público conocido por un método educativo de aprendizaje alternativo que les gusta mucho. Aunque ni ellos ni sus portavoces concretan el nombre del centro, en la zona solo hay tres, uno de ellos privado, otro en el que se usan libros de texto y un tercero, conocido en la Comunidad de Madrid porque trabajan con proyectos, sin libros ni exámenes. Se trata del colegio La Navata, donde esta mañana daban por hecho que son ellos, aunque ni han visto nunca a la pareja ni han hablado con ellos.

Laura Ortega, que este curso se ha estrenado como directora de un cole en el que lleva nueve años trabajando como maestra de Infantil, confiesa por teléfono que se ha enterado por la prensa y confirma que allí llevan "a sus hijos varios miembros del partido". Pide que "no se politice" el asunto y subraya que su centro "está abierto a todos los niños y a todas las familias" a las que les guste la idea de un colegio "diferente". Ortega cuenta que no es ni muchos menos el primer caso de familia que va a vivir a la zona expresamente por su cole, al revés, les ocurre con frecuencia. Y no le extraña. Además del factor educativo, "es un lugar muy agradable" para vivir, un "oasis de chalets unifamiliares más o menos antiguos y con un nivel socioeconómico medio-alto", con padres de un alto nivel de estudios.

Pero no quiere que se lleve nadie a engaño: son un centro público, "con los medios y las ratios altas de los coles públicos" y con una tutora por curso y una profesora de apoyo para las seis aulas de infantil. "Nada que ver con las escuelas privadas libres que usan metodologías similares a la nuestra, que tienen dos y hasta tres profesores por aula", avisa a los interesados. También recuerda a los padres que les llaman o se acercan a las jornadas de puertas abiertas que "vivir en la zona no garantiza entrar" a La Navata, ya que el proceso de selección es "el oficial y ordinario" de Madrid, en el que pesa más que haya hermanos en el centro que cualquier otra consideración. Son 10 puntos extra si se tiene un hermano en el centro y solo un punto por vivir y trabajar en el municipio del colegio elegido. Este curso tienen la ratio máxima, 25 niños por aula, y ninguno de los niños que lo eligieron como primera opción se quedó fuera porque ha habido "un importante descenso de la natalidad", pero el año pasado fueron 70 en total en todos los cursos.

¿Pero qué hace a este colegio tan especial como para mudarse a Galapagar? "Nuestro proyecto tiene tres pilares. Para empezar somos una escuela abierta en la que se anima a los padres a que participen. Entran, salen, forman parte de comisiones, son parte activa del equipo y dinamizan el centro. No somos todavía una comunidad de aprendizaje, pero es nuestro objetivo. La relación con las familias es muy estrecha, entran hasta en la cocina, literalmente", empieza Ortega, que emana ilusión, entusiasmo y compromiso con su colegio.

El segundo eje es que "todo es de todos". "Usamos una dinámica sin libros de texto, por lo que tenemos una gestora de materiales y visitas. Los padres pagan 150 euros al año y tienen incluido desde los folios, a témperas, plastilinas... las excursiones y cuentacuentos. A las familias sin recursos las becamos a través de la Fiesta de la Solidaridad, que se celebra este 2 de junio. Montamos un mercadillo el que vendemos comida y objetos donados a un euro. Una parte de los que sacamos va a una ONG, otro a pagar reformas en el centro y la tercera, a becar alumnos con dificultades".

El tercer pilar, el pedagógico, se denomina "otra mirada". "En este cole se aprende investigando, trabajamos por proyectos", indica Ortega, que matiza que, con el transcurso de los años, han ido flexibilizando el concepto. "No tenemos libros de texto pero tampoco somos un centro 100% de proyectos y también depende de que el tutor concreto se sienta más o menos cómodo con la metodología. Hemos ido cediendo y, en algunas materias, como en matemáticas y lengua, tenemos un cuadernito de apoyo", declara la directora de La Navata.

En este punto, surge uno de los problemas para desarrollar y consolidar un proyecto de este tipo: la falta de un equipo estable. "La continuidad es fundamental. Ahora mismo tenemos más de un 60% de profesores estables". Así las cosas, que haya más o menos cuadernillos o proyectos "depende mucho de los cursos". "Hay años en los que tenemos a docentes entusiasmados con el modelo del centro y otros en los que lo no comparten y piden irse". Su caso es el contrario, vivía en Aranjuez y pidió La Navata en el concurso de traslados. "Cuando conocí el colegio pensé 'y encima es público, yo quiero estar ahí'. Me aburre el tipo de educación tradicional y si me aburre a mí, cómo no va a aburrir a los niños. Los profesores y los niños necesitamos algo más estimulante, un reto continuo y diario", confiesa.

Sobre el nivel educativo, Ortega afirma que están en la media de la Comunidad "y bastante por encima respecto a los de la zona en Educación Artística, Matemáticas, Ciencias Naturales y Educación física". Ellos no preparan a los alumnos para las polémicas pruebas de nivel externas que existen en la región, a diferencia de lo que ocurre en otros centros. "No le damos importancia. A los padres y al centro lo que nos importa es que aprendan disfrutando, nosotros los acompañamos en el proceso, no los espachurramos con libros, deberes y pruebas", explica, al tiempo que subraya que esta manera de aprender "más activa es la que mejor conecta con el futuro de los niños". "Hoy en día de nada sirve memorizar, lo tienes todo al alcance de un dedo, hay que enseñar a comprender, a organizar y a categorizar los miles de estímulos que recibimos", defiende, para recurrir a una metáfora culinaria: "Lo nuestro es la diferencia entre comer puré bien machacadito y poder elegir en un bufé libre".

Otro aspecto importante es que "la autoridad no es del docente, sino compartida, los alumnos tienen voz y voto", sostiene la directora, que se vanagloria de que sus alumnos son muy deseados en los institutos porque "son despiertos, activos, tienen capacidad de liderazgo, tiran de grupo...". También es fundamental que no hay exámenes. "Para evaluarlos, valoramos sobre todo el día a día, la actitud, los trabajos, los proyectos... y hacemos pruebas de vez en cuando pero no son exámenes para calificarlos sino para ver qué han aprendido", detalla. También es una rara avis en otro punto: no un colegio bilingüe.

La Navata no es un recién llegado a esta "moda" de los proyectos, muy en boga en los últimos años pero que es "del siglo pasado", sino que nació así hace 23 años, por lo que fue pionero en España. "La LOGSE permitía que un grupo de maestros se juntara, creara un proyecto con sus bases teóricas y filosóficas y, si era aprobado, se les hacía un colegio ad hoc", recuerda con nostalgia, para añadir que de 60 alumnos que tuvo en su nacimiento han pasado a 460 en la actualidad en dos líneas por curso de tres a 12 años. En la parte negativa, la directora señala que no tienen inmigrantes y se fustigan por ello. "Solo tenemos un 7%, es demasiado poco, nos gustaría tener más diversidad. A dos kilómetros del cole, la realidad es muy diferente", reconoce.

UN DÍA EN LA NAVATA
Si finalmente los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero piden plaza en La Navata y son admitidos, se van a encontrar con una realidad muy diferente a la de la mayoría de los niños de tres años, que tienen el doble de libros que de edad y cuyos padres apenas van al colegio a una tutoría al trimestre.

Para empezar, los padres "pueden acompañar a los niños a las 9.00 y entrar a clase, te cuentan cómo han pasado la noche, les ayudan a colgar los abrigos y se van tranquilamente". Los niños, en lugar de fichas y más fichas, se encuentran con "una propuesta por rincones". Pueden elegir entre la zona artística, la de construcciones, la lógico-matemática con puzles y material Montessori, el rincón del juego simbólico, que "es una casita que según el proyecto se transforma en una nave espacial, en una cueva o en un castillo", la zona del proyecto, donde se expone todo el material que van elaborando, y la mesita Waldorf con los objetos típicos de cada estación del año.

Tras los rincones, se reúnen en asamblea para "contarse cómo están y hablar de posibles problemas" y tomar el almuerzo juntos. Nada de bollos ni de zumos, siempre fruta. "Todos los niños son los fruteros una vez al mes y llevan para todos. Así se habitúan a tomar fruta, a probar nuevos sabores, a pensar en el otro y a compartir", aclara. No hay horarios rígidos, sino que los pequeños "juegan, recogen, se charla, se toman la fruta, salen al patio, comen sobre las 12.30, se echan la siesta, se les lee un cuento y a casa" a las 16.00.

En el comedor, hay cocina propia y el centro, parte de la red de ecoescuelas, dispone de un huerto. Dos veces por semana y divididos en dos grupos, tienen psicomotricidad, "pero sin dirigir" sino "vivenciada" o Aucouturier. Lo llaman "la sala divertida" y es un "espacio libre de juego y de expresión física".

LOS GEMELOS, ¿JUNTOS O SEPARADOS?
Un aspecto que preocupa mucho a los padres múltiples a la hora de escolarizar a sus hijos es si los van a separar o no en clase. Conforme ha crecido el número de partos múltiples, ha ido fraguando un movimiento de padres, psicólogos y educadores a favor de la libertad de elección y de que no se aplique la separación por decreto. Aunque pueda surgir algún inconveniente y lo óptimo es atender a cada pareja en particular, los beneficios de tenerlos juntos en clase siempre superan a los inconvenientes, en opinión de una de las mayores expertas en este campo, Coks Feenstra, psicóloga infantil especializada en múltiples y autora del libro El Gran Libro de los Gemelos.

En Madrid, donde el 5% de los niños que entran en Infantil son múltiples, Educación ha pedido ese mismo curso que "se escuche a los padres y que se atiendan sus preferencias" a la hora de escolarizar a mellizos, gemelos y más. Sin embargo, esta recomendación, que ha convertido a Madrid en la primera comunidad que se pronuncia al respecto, se topa en la práctica con la autonomía de los centros, que son los que tienen la última palabra y en la mayoría de los casos siguen separando por tradición.
https://elpais.com/elpais/2018/05/17/mamas_papas/1526547020_019787.html

DESCARGABLE El proyecto educativo de La Navata, en pdf