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miércoles, 28 de junio de 2017

Aprender a ser feliz de nuevo tras una pérdida.


 La boda se aproximaba, la de mi hijo. Los eventos familiares importantes causan revuelo, como cuando llega la primavera a un lago: nunca se sabe qué saldrá a la superficie. En mi familia perdimos a mi esposo hace tres años y medio, de manera repentina —pensamos que fue a causa de un aneurisma—, y todos tuvimos que lidiar con emociones que fluctuaban de una manera atroz.
Durante el primer año de la muerte de David sentía como si todavía anduviera muy cerca de nosotros. Mi hija de diez años podía preguntar qué diría papá de esto o aquello y yo respondía sin chistar. Todavía escucho su voz. A lo largo de ese primer año, vi la famosa pintura de Chagall titulada El paseo, en la que el artista sostiene la mano de su mujer mientras ella flota por encima de él, a su alcance, y justo así me sentía.

Mi esposo estaba en otro plano y, sin embargo, lo suficientemente cerca como para que yo estirara la mano y lo tocara. Tras el aniversario de su muerte, el día después del 14 de febrero, casi sentí cómo se iba. Fue como si pasara a otra esfera, tal como enseña el misticismo judío. Los que se han ido están y no están entre nosotros al mismo tiempo.

Que las ‘vidas perfectas’ de Facebook no te depriman
Lo sentí en mis entrañas. Y mi cuerpo respondió: de inmediato me enfermé de neumonía (no ayudó que hubiera pasado aquel día de invierno tan frío dando vueltas en el cementerio, buscando su tumba entre la nieve espesa).

En cierto sentido, la neumonía me hizo bien. Me dio una excusa para detenerme y descansar, cosa que muchas veces los dolientes no se permiten hacer. Mis amigos y familiares estuvieron prestos a ayudarme; creo que en algún momento hubo siete distintos tipos de sopa en mi refrigerador. Sin embargo, ya no podía escuchar la voz de mi amado tan fácil ni tan claramente. Parecía que yo misma me encontraba entre la vida y la muerte. Pero teníamos una hija, aún pequeña: no había opción, tenía que volver a este lado de la vida. La vida nos da un empujón por la espalda, como un pasajero malhumorado que viaja a nuestro lado.

Poco después de eso, mi hijo se comprometió. Nada habría hecho a David más feliz. En la fiesta de compromiso, un evento sorpresa que nos provocó una gran felicidad, me mantuve atenta a mi alrededor, con la vaga esperanza de que apareciera en la puerta. No creo haber sido la única. Amigos y familiares nos felicitaron y muchos de ellos lloraban. Eran lágrimas de felicidad… no, no solo eran eso.

Yo también conocí a alguien (mi suegra preguntó: “¿Ya estás saliendo con alguien? Y de no ser así, ¿por qué?”). No era solo alguien, se trataba de alguien tierno y amable, considerado, guapo y gentil, que también había perdido a su cónyuge cuatro años antes. Compartíamos lo que él llamaba “un amor casi irracional” por la música… y una herida. Ambos habíamos estado felizmente casados por más de 30 años. Sabíamos cómo estar con otra persona; algo sabíamos sobre amar y ser amados. De repente, la vida se llenó de dicha de nuevo y de sustancia y aventuras. Cambió todo y, al mismo tiempo, todo seguía igual.

Estábamos felices de nuevo, casi con frivolidad. Sin embargo, aquel dolor, aquella nostalgia por el ser querido al que hemos perdido, nunca desaparece. Y así, dando tumbos en un mundo que ha probado no ser de fiar, debemos encontrar nuestro propio equilibrio. Y no es fácil, porque el duelo no tiene horarios ni instrucciones. En un momento, una anda dando brincos, en éxtasis, y al siguiente agacha la mirada, como si acabara de caer a un precipicio y agitara los pies a tontas y a locas, igual que el Coyote del Correcaminos en plena caída. Y no hay forma de saber qué será lo que nos hará caer al precipicio.

Hace poco, estaba en la despedida de soltera de la hija de un amigo, también viudo, una ocasión bella y feliz, en la que abundaban las jóvenes de vestidos floreados. Alguien puso la canción de Sting “Fields of Gold” y volví a ver a mi amigo. Su rostro cambió de repente: se le llenaron los ojos de lágrimas.

You’ll remember me when the west wind moves / Upon the fields of barley / You’ll forget the sun in his jealous sky / As we walk in fields of gold ...
(Te acordarás de mí cuando el viento del oeste se mueva/ sobre los campos de cebada/ olvidarás el sol en su celoso cielo/ mientras caminamos en campos de oro...)

Su esposa habría reconocido a todas esas hermosas jóvenes de vestidos floreados; podría haber saludado a cada una por su nombre. Habría caminado con la novia, su hija, entre sus brazos; recordaría con ella las noches de preocupación, de ir y venir por la casa, y también las victorias diarias. Habría estado ahí.

El matrimonio de mi hijo se acercaba. Yo estaba encantada con su prometida y era una ocasión que esperaba con anhelo, con la mayor alegría… y con algo de temor.

Sin importar qué tan gloriosa y plena fuera la boda, sabía que todos sentiríamos una gran ausencia… desolación, a decir verdad.

David, quien se desvivía por hacer felices a aquellos que amaba, no estaría ahí para hacer el brindis, además de que era uno de los mejores oradores que se puedan imaginar. Sin fallar, creaba los que mi hijo llamaba “momentos Kodak”. Estaría con los brazos extendidos y los ojos azules radiantes; sería David, el hombre de familia en todo su esplendor.

Era imposible, impensable, que no estuviera presente para aportar la calidez de su presencia que iba más allá de la vida.

Me tocaría a mí, la vacilante y reservada, hacer el brindis y, nuevamente, encontrar la delgada línea que divide la alegría de la tristeza. Había que ser honesta. Para honrar a David sin deshonrar la dulzura de la ocasión, justo cuando todos comenzábamos a salir adelante.

 Sabía que David gritaría. Incluso sin que escuchara su voz tan claramente en mi cabeza, lo sabía. Es el clásico brindis judío, la vieja historia, aquella que celebra el cuerpo y la sangre, la unión, la velocidad del tiempo, el increíble regalo de ser, a esos dos jóvenes que se aman, ahora y por la eternidad.

¡L’chaim! ¡Por la vida! A la vida.

Liz Rosenberg es profesora de creación literaria en la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) en Binghamton, y poeta y autora, más recientemente, de la novela "Beauty and Attention".

https://www.nytimes.com/es/2017/05/22/aprender-a-ser-feliz-nuevo-perdida/

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lunes, 21 de marzo de 2016

Dejar a la madre en paro

Uno pensaba hasta hoy que estos neoliberales, del mismo modo que los rusos amaban a sus hijos, también debían amar a sus madres y, tarde o temprano, devolverían las tijeras al cajón, ya sea por bondad o para ir al callista. Pues no.


Esta semana, el primer ministro británico David Cameron ha dejado a su madre sin empleo –de acuerdo, era voluntaria, pero el valor aquí está en el simbolismo- al cerrar la escuela en la que trabajaba. A su madre. A la única persona que le conoce desde antes de que naciera.

La noticia me ha recordado al tema Russians, escrito por Sting en 1985. La letra rememoraba la célebre frase pronunciada treinta años antes por Nikita Kruschev en la embajada polaca en Moscú durante una recepción a la que acudieron los embajadores de las principales naciones occidentales. “Os enterraremos”, amenazó el premier soviético. Sting afirmaba en su canción que Kruschev no iba en serio, iba de vodka. Suponía el músico que “los rusos también deben amar a sus hijos”. Escuchando el tema hoy, no queda muy claro si el ex The Police negaba la posibilidad de un apocalipsis nuclear porque los soviéticos jamás matarían niños occidentales, o porque los soviéticos sabían que si mataban niños occidentales caerían también los suyos; si no le daban al botón rojo por bondad, o por prudencia. La Guerra Fría siempre fue un poco demasiado compleja para el pop.

Tres décadas después, otro peligro nos acecha: los recortes neoliberales. Aunque se cierren hospitales y escuelas, e incluso parezca que se llegará al punto de que existan contratos por cero horas, o sea, un contrato de trabajo que no garantiza ningún trabajo y, por ende, ningún sueldo, uno pensaba hasta hoy que estos neoliberales, del mismo modo que los rusos amaban a sus hijos, también debían amar a sus madres y, tarde o temprano, devolverían las tijeras al cajón, ya sea por bondad o para ir al callista. Pues no.
http://elpais.com/elpais/2016/03/11/estilo/1457711992_794194.html

Cuerdas con arte y vocación industrial. La firma Guitarras Manuel Rodríguez fabrica en Toledo y vende en 122 países.

Al padre de Manuel Rodríguez III, a Manuel Rodríguez II, le preguntaron una vez: “¿Por qué no se viene usted a hacer guitarras a Estados Unidos?” A lo que respondió: “Why not?” (¿por qué no?). Así es cómo la segunda generación de estos fabricantes de guitarras viajó a Estados Unidos… y cómo la tercera generación nació en la otra orilla del océano Atlántico. Era el año 1955 y el padre del actual responsable de esta empresa marchó a Los Ángeles. Se fue con poco más de un par de herramientas y mucha ilusión. Manuel Rodríguez III recuerda que estuvieron viviendo en Norteamérica unos 18 años. “Estando allí, solo vendíamos en el mercado estadounidense, así que, una vez muerto Franco, decidimos volver. Ahora vendemos en 122 países…, incluidos 6.000 puntos de venta en Estados Unidos”.

La empresa funciona desde las instalaciones que Guitarras Manuel Rodríguez tiene en Esquivias (Toledo). “Vinimos aquí desde una fábrica que teníamos en la también toledana Illescas. Y, aún antes, un taller en el centro de Madrid”, dice Manuel. “Mi padre viene de una escuela de luthería y soy yo quien convierte aquel trabajo artesanal en un negocio que se hace industrial sin dejar de ser artesanal”. En la fábrica, diferentes operarios hacen un mínimo del 70% de cada guitarra a mano. “Y eso en nuestras guitarras de 300 euros”, dice Rodríguez. “A partir de ahí, y a más precio, más tiempo empleado en la fabricación de cada instrumento, maderas de más calidad y mayor número de operaciones hechas a mano”. Y así hasta llegar a las guitarras de 20.000 euros, alguna de las cuales ha acabado en manos de Carlos Santana, Eric Clapton o Stevie Wonder.

Hablando con Manuel Rodríguez, se hace evidente que ha mamado el oficio desde niño. “Cuando llegaba del colegio, en casa olía a madera, a barnices. También veía llegar a muchos actores y músicos famosos que le compraban guitarras a mi padre, mientras yo jugaba con los hijos de estas personas, con muchos de los cuales aún mantengo contacto”. ¿Y cuándo supo que se iba a dedicar al negocio de hacer y vender guitarras? “Cuando, por error, me bebí un vaso de barniz creyendo que era cola cao”, dice con sorna Manuel Rodríguez III.

Y así, cumplidos los 18, Manuel construye su primera guitarra. “No conseguía vender ninguna, así que mi padre me dijo que cogiera el coche y saliera a buscar yo compradores. Y eso hice. Viajé por el norte de Europa y volví con tantos pedidos que, para un segundo viaje, ya me fui con un camión”. Era una época en la que aún no existía Internet. “Todo era a base de páginas amarillas e ir directamente a las tiendas. No fue fácil, pero aprendí que, cuando uno supera dificultades, creces. Y en nuestra familia, que ha pasado dos guerras mundiales y una civil, sabemos de eso”. Fruto “del emprendimiento pasional e insistencia”, Guitarras Manuel Rodríguez ha acabado vendiendo hasta en la Polinesia. “A la gente le gusta que viajes y vayas a conocerla”, dice el responsable de la empresa.

Con respecto a los nichos de mercado en los que Guitarras Manuel Rodríguez vende sus productos, el criterio es que, “evidentemente, los países más ricos son los que tienen un mayor poder adquisitivo para comprar guitarras como las nuestras. Vamos ampliando las ventas a medida que la cultura va subiendo, sobre todo en Asia. Allí aman el flamenco… y nosotros no lo valoramos. China, Singapur o Australia, por poner tres ejemplos, tienen gente que buscan lo puro, a quienes les encanta el flamenco, por lo que estamos subiendo las ventas. También han hecho mucho daño las guitarras de mala calidad de los chinos, que no motivan, pues apenas duran un mes. Hay que hacer que la gente joven disfrute tocando la guitarra”.

Como segundo fabricante de guitarras más antiguo del mundo, el futuro de la empresa dirigida por Manuel Rodríguez III pasa “por convencer a las personas que tienen poder en el mundo de que la música es importante para el ser humano. Además, trabajamos para ser más sostenibles, construir guitarras con energía solar y en madera sostenible, y utilizar barnices ecológicos. Llevo la pasión española y el marketing nor­te­americano”, concluye Rodríguez, que ha llevado a su empresa a facturar tres millones de euros y a dar trabajo a 50 personas.
https://www.guitarrasramirez.com/index.php?seccion=biblio&lang=es
http://economia.elpais.com/economia/2016/03/03/actualidad/1457019915_744868.html

sábado, 30 de enero de 2016

¿A quién afecta el recorte del gasto?. Los Gobiernos priorizan las políticas para combatir el déficit sobre las dirigidas a crear empleo y a mantener el gasto social. Los Presupuestos de Género, promovidos por la ONU y la UE, analizan el impacto sobre la igualdad

En una sociedad cuya prioridad fuera el bienestar de sus ciudadanos, los políticos querrían ser fotografiados inaugurando centros de educación infantil, comedores escolares, viviendas sociales y centros de día para mayores: medidas de bajo coste que mejoran la calidad de vida. Nuestros políticos, sin embargo, inauguran grandes infraestructuras, faraónicos centros culturales y multimillonarias intervenciones urbanas. La mayoría de los españoles no utilizará nunca los superpuertos deportivos, ni el AVE, ni entrará en los megamuseos. Sin embargo, los han pagado con sus impuestos.

Los servicios que mejoran la vida cotidiana son poco rentables política y mediáticamente. En primer lugar, porque cuestan poco. Las obras modestas no atraen a los arquitectos o ingenieros famosos. Además, el cuidado de las personas sigue sin considerarse un problema público. La atención a niños, ancianos y dependientes se considera un problema de las familias y en especial de las mujeres, que lo han hecho siempre, a cambio de nada. Sin embargo, si hay un sector que mejora la vida de los ciudadanos y refleja la madurez democrática de un país son los servicios públicos. La vivienda, el transporte, la sanidad, la educación y las pensiones añaden bienestar, muy especialmente a aquellos con menos ingresos, donde son mayoría las mujeres.

Nos ayudan a entender esto los "Presupuestos con impacto de género", un instrumento de política económica que exige a los Gobiernos medir el efecto que cada medida de Ingreso y Gasto tiene sobre mujeres y hombres. Los Presupuestos de Género están siendo adoptados por los Gobiernos de la UE y promovidos por Naciones Unidas (www.gender-budgets.org). Exigen, en cuanto al ingreso, analizar el impacto de la tributación sobre la igualdad de género. Resulta, por ejemplo, que desgravamos los contratos a tiempo parcial, en un 80% de mujeres, a pesar de su efecto negativo sobre los salarios y la estabilidad laboral. Y que a través del régimen de tributación conjunta desgravamos a las personas con un cónyuge que no percibe ingresos, es decir, a los maridos de amas de casa, mientras desincentivamos la actividad femenina, de las más bajas de la UE.

En cuanto al gasto, el Presupuesto de Género exige desagregar las distintas partidas del presupuesto y su impacto. En los Presupuestos Generales del Estado para 2011, con el objetivo de reducir el déficit público, el Gobierno recorta el gasto, al tiempo que intenta un tímido aumento de la presión fiscal (y renuncia a acabar con el fraude fiscal). Está claro que los recortes distan de afectar a todos los ciudadanos por igual. Destaca que se suspenda la ley de permisos parentales, cuya entrada en vigor estaba prevista para el 1 de enero de 2011, para ahorrar 200 millones de euros. El permiso de paternidad se puso en marcha en virtud de la Ley de Igualdad de 2007. En 2008, el Congreso instó al Gobierno a ampliarlo de 13 días a cuatro semanas. Según el Barómetro del CIS (marzo 2010), el 88,7% de las mujeres y el 88,5% de los hombres se muestra muy o bastante de acuerdo con él. Que este permiso sea intransferible y remunerado al 100% es vital para que tener hijos deje de penalizar a las mujeres en sus empleos, y es bueno para los hijos, cuyos padres podrán asumir parte de su cuidado (www.igualeseintransferibles.org). Pero se ha suprimido, como se suprime el Ministerio de Igualdad, que representaba el 0,03% del gasto total, ahorro gigantesco e imprescindible, según el PP, CiU y PNV, para mejorar la economía española. Estos recortes se producen mientras se mantienen masivas e incomprensibles subvenciones a la Iglesia católica; mientras los grupos de presión industriales y financieros se aseguran multimillonarias ayudas que llevan décadas recibiendo; mientras minorías políticas obtienen por sus votos fuertes recompensas que les permiten alimentar a sus clientelas locales financiando infrautilizados aeropuertos y televisiones. Y, mientras, se mantienen los gastos militares.

El Gobierno parece olvidar que los servicios públicos y la atención a la dependencia crean empleos. Mientras la industria prosigue su automatización, los servicios a personas generan empleo porque su calidad pasa precisamente por su mínima mecanización. Especialmente empleo femenino, imprescindible para acercarnos al 60% de tasa de actividad femenina a la que nos comprometimos en la Agenda de Lisboa. Mientras, la Ley de Dependencia se consolida como una paga de 300 y pico euros a las cuidadoras familiares, en vez de en un sistema de servicios profesionales que iba a crear 500.000 empleos. El cuidado de los ancianos y dependientes es ahora el principal problema de millones de familias y lo será cada vez más en los próximos años. Si se recorta más la provisión pública de servicios de cuidados, este trabajo recaerá aún más sobre los familiares, en su inmensa mayoría mujeres, muchas de las cuales se verán obligadas a abandonar sus empleos o a acceder solo a sus formas más precarias. Mientras esto ocurre, arrecian las presiones para que se amplíe el número de años necesarios para tener derecho a la pensión completa de los 35 actuales a 40. ¿Cuántas mujeres podrán acceder a ella? ¿Se les puede exigir 40 años de cotización y al mismo tiempo que se ocupen de criar hijos, cuidar enfermos y atender ancianos?

El Presupuesto de Género nace de la Economía Feminista, que nos permite ver las políticas anticrisis con otros ojos. La exigencia de analizar el impacto de género de las medidas de estímulo o austeridad nos permite saber, por ejemplo, que con los 5.000 millones de euros del Fondo Municipal para el Empleo en 2010 los Ayuntamientos realizaron 28.000 proyectos, de los que el propio Gobierno considera que solo 745 beneficiaron directamente a las mujeres. Una mejora respecto a 2009, cuando con los 8.000 millones del Fondo se crearon 442.000 empleos temporales en construcción, exclusivamente masculinos (http://impactodegeneroya.blogia.com).

La Economía Feminista introdujo este tipo de análisis en los años ochenta y noventa, cuando se examinaron los costes sociales de las políticas de ajuste estructural en los países en desarrollo. Supimos entonces que la macroeconomía no era neutral con respecto al género ni a la clase. En América Latina, África y Asia, millones de personas perdieron sus empleos o su acceso al "salario social". Los recortes presupuestarios privatizaron el acceso a la educación, salud y pensiones. La crisis forzó a millones a buscar en la emigración (cada vez más feminizada) los ingresos que no encontraban en su país. No es difícil trazar paralelos con los planes de austeridad que ahora llegan a los países europeos. En todo caso, nos ayudan a reflexionar sobre los objetivos de la política económica.

Para la Economía Feminista, el objetivo de la actividad económica es la satisfacción de las necesidades básicas de las personas, frente a la acumulación y al crecimiento económico per se. Los actuales planes de austeridad responden a las exigencias del FMI, del Banco Central Europeo y de élites que imponen sus intereses en los mercados globales. No responden a las necesidades de los ciudadanos, obligados a pagar por el caos creado por la crisis financiera. En 2009, los Gobiernos occidentales, sobre todo el de los EE UU, rescataron a los grandes bancos, con el dinero de todos, de la ruina que ellos mismos habían generado. En 2010, con la banca de regreso a sus astronómicos beneficios, no hay voluntad política de rescatar a los ciudadanos. Al contrario, las políticas implementadas los hunden cada vez más. Obsesionados con los peligros del déficit, los Gobiernos priorizan las políticas anti-déficit sobre las dirigidas a crear empleo y a mantener las políticas sociales. El resultado es el aumento de la pobreza (ya el 20,8% de la población española, según el INE) y la desigualdad.

Como ciudadanos, debemos opinar sobre las decisiones de las Administraciones y las empresas. Debemos tener acceso a la información y derecho a exigir que los Gobiernos, sobre todo los que se llaman de izquierdas, recauden y gasten buscando la disminución de las desigualdades. De ello depende nuestra calidad de vida y la misma democracia.

Lourdes Benería es profesora de Economía en la Cornell University. Carmen Sarasúa es profesora de Historia Económica en la Universidad Autónoma de Barcelona.

lunes, 20 de octubre de 2014

“Los bonus de los ejecutivos destruyen las compañías” Henry Mintzberg (Montreal, Canadá, 1939) es una de las principales voces del management en el mundo

No le gustan los MBA. No le gusta George W. Bush. No le gustan los disparatados bonus de los ejecutivos. No le gusta el enorme poder de las grandes corporaciones en nuestras vidas. Y sostiene, con alarma, que se están dando algunas condiciones en Estados Unidos similares a las de la Alemania e Italia de principios de los años treinta del siglo pasado. Desde la disidencia de la palabra, Henry Mintzberg (Montreal, Canadá, 1939) es una de las principales voces del management en el mundo. La más provocadora y una de las más lúcidas. Acaba de publicar un ensayo digital titulado Rebalancing Society: Radical Renewal. Y eso —asegura— es lo que urge: reequilibrar la sociedad y emprender un cambio radical. Ir más allá del centro, la derecha o la izquierda. Caminar. ¿Hacia dónde?

Pregunta. Sostiene que el management no es una profesión. Es práctica. ¿Qué significa?
Respuesta. Significa que no puedes ir a la escuela para convertirte en directivo. La única forma de aprender a gestionar una empresa es ser un gestor. Sobre todo es práctica. Imagine un triángulo. Arte, oficio y ciencia. No hay ciencia en la gestión empresarial; no es como la medicina. Esta usa mucho la ciencia. En el management hay poca. Está situado entre el arte y el oficio. Es experiencia. Algo que vives constantemente. Ni siquiera puedes explicar fácilmente qué es la gestión a alguien que no haya sido gestor.

P. Durante más de 40 años ha enseñado materias relacionadas con la gestión. Pero asegura que nada ha cambiado y nada cambiará en los próximos cien años.

“No hay ciencia en la gestión empresarial; es experiencia”

R. Me refiero a que en lo fundamental no cambia la naturaleza de la gestión. La forma en la que tomamos decisiones no ha variado. Porque no es ciencia, está basada en la experiencia.

P. Es muy crítico con escuelas de negocios prestigiosas como Harvard o Wharton. ¿Por qué?
R. La mayoría de los estudiantes no tienen ninguna experiencia como directivos o gestores, y estos centros quieren dársela. Harvard lo hace a través de case studies. Selecciona a gente que no conoce la empresa, o sabe muy poco de su gestión, y la noche anterior se lee 20 páginas. Al día siguiente tiene que decir qué debería hacer la compañía. Nunca ha usado sus productos, nunca ha visitado las instalaciones de la empresa, nunca ha conocido a los clientes… Esta es la formación que llevó a George W. Bush a tomar decisiones sobre Irak. Para él, Irak fue un case study.

P. Algunos de sus colegas son muy críticos con usted. Dicen que solo destruye, que no propone un modelo alternativo. Defiéndase.
R. No es cierto. Empecé a ser atacado cuando comencé a criticar los MBA. La gente decía qué estaba haciendo yo para cambiarlos. Pero yo no tengo que hacer nada. Soy un profesor con derecho a criticar. No obstante, hemos creado una serie de programas que son diferentes de un MBA.

P. En el mundo hay cientos de estudiantes MBA. ¿Se equivocan?
R. Un MBA es bueno para la parte analítica de la gestión. Investigación de marketing, análisis financiero, contabilidad… En 1990 hicimos un análisis con los mejores graduados de Harvard; las superestrellas. En 2003 analizamos sus logros desde entonces. Todos con el cargo de presidente ejecutivo. Pues bien, 13 de ellos fueron un absoluto fracaso, cuatro “puede” y otros cuatro resultaron buenos. No es un gran éxito.

P. ¿Qué defiende en el ensayo digital que acaba de publicar?
R. En 1989, cuando se desmoronó el régimen comunista en Europa del Este, la reflexión en el Oeste fue que el capitalismo había triunfado. Esto es erróneo y peligroso. No fue el capitalismo lo que triunfó, sino el equilibrio. En la Europa del Este los países estaban totalmente desequilibrados hacia el lado del Gobierno. Debido a que ganó el capitalismo algunos pensaron que había equilibrio en el lado privado. Venezuela o Tailandia tienen problemas horribles. Pero ¿por qué apoyan a Gobiernos populistas? Porque se sienten excluidos de la riqueza. Lo ves también cuando analizas la desigualdad de los ingresos, sobre todo en Estados Unidos. ¿Y cómo lo reequilibras? Tienes que alejarte de las líneas: izquierda, derecha, centro. Debes mirar la sociedad como una silla con tres patas. Una es el sector público (tiene que ser respetado), otra el privado (tiene que ser responsable) y luego está el sector civil (ONG, sociedad), que ha de ser robusto.

P. ¿Qué responsabilidad tienen las grandes corporaciones en todo esto?
R. Vuelvo a 1989. La creencia fue que el comunismo se hundió por el Gobierno. Por lo tanto, todos los Gobiernos son malos y débiles. Y el sector privado empezó a tener más y más poder. Comenzó a controlar las Administraciones. Como en Estados Unidos. Fíjese en el lobby de las pistolas. No quieren dispararlas, son personas que quieren fabricarlas. Ahora controlan el Congreso. Esto sucede en muchos países. Un ejemplo. Hay una negociación entre la Unión Europea y Estados Unidos. Quieren poner en marcha una corte especial donde una corporación pueda demandar a un Gobierno por quitarle sus beneficios. Así que si la Administración canadiense aprueba una ley sobre el control climático puede ser demandada por una compañía que piense que le está arrebatando sus ganancias. ¡Es una locura!

P. ¿Por qué la sociedad ha consentido que las corporaciones tengan ese poder?
R. Porque en Estados Unidos, la Corte Suprema ha dado luz verde a que las multinacionales hagan donaciones políticas. Si eres accionista de una empresa tienes más poder que un ciudadano normal, ya que la corporación posee el derecho a hacer esas donaciones. Hay una cita que comparten Jefferson y Lincoln. Ambos coinciden en que las corporaciones van a destruir Estados Unidos.

P. ¿Qué efecto tienen en las empresas los altos salarios y bonus que cobran muchos ejecutivos?
R. Cualquiera que acepte ser pagado cientos de veces por encima que sus trabajadores no es un verdadero líder. Por eso solo hay unos pocos líderes en las compañías estadounidenses. ¿Cómo puedes dirigir una empresa y decir que eres cientos de veces más importante que tus empleados? Por qué no dicen lo contrario. Porque no se dirigen al Consejo de Administración así: “No me puedes pagar esas cantidades. Con esas cifras no puedo hacer que mis trabajadores se comprometan con el proyecto”. Los bonus de los ejecutivos destruyen las compañías.

P. Pese a todo, ¿es optimista sobre el futuro?
R. No. Pero podemos alcanzar un punto en el que la gente diga que ya es suficiente.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2014/10/16/actualidad/1413482865_302011.html

viernes, 17 de octubre de 2014

La Renta Básica es la medida más eficaz para erradicar la pobreza

«No dejar a nadie atrás: pensar, decidir y actuar juntos contra la pobreza extrema» es el lema de la ONU para el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.>>

La Renta Básica es la protagonista en nuestro país en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. La comunidad internacional, por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, señaló el 17 de octubre como el día en el que se ha de poner especial atención en visibilizar la pobreza y a los pobres del mundo, así como las iniciativas de todo tipo que pretenden contribuir al objetivo de acabar con la indigencia, fundamental dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y de la agenda para el desarrollo después de 2015. Este año, el lema atañe particularmente a la lucha por una renta básica: «No dejar a nadie atrás: pensar, decidir y actuar juntos contra la pobreza extrema».

Para el Movimiento contra el Paro y la Precariedad, la sociedad debe situar la erradicación de la pobreza y la exclusión social en lo más alto de las prioridades, y eso implica replantear el reparto de la riqueza a través de la acción de los poderes públicos. Para ello, la herramienta más eficaz, la que puede acabar de un plumazo con la pobreza extrema y la creciente exclusión social, es la Renta Básica incondicional. De ahí que los promotores de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por una Renta Básica estatal hayan decidido sacar a la calle las mesas de firmas el 17 de octubre, uniéndose al clamor internacional por la erradicación de la pobreza.

El Congreso de los Diputados admitió a trámite la ILP por una Renta Básica el pasado 14 de marzo, fecha que abre el plazo de nueve meses de que dispone la ciudadanía para reunir más de quinientas mil firmas válidas que obliguen al poder legislativo a tramitar la aprobación o no del texto propuesto. La iniciativa propone un modelo de renta básica universal e incondicional implementado en dos fases, una primera de urgencia para que ninguna persona se quede sin cobertura económica por debajo del umbral de la pobreza (645 euros al mes), y una segunda que consistirá en la extensión del derecho a todos los ciudadanos y ciudadanas.

Daniel Raventós: "Una renta básica para la ciudadanía acabaría con la pobreza y nos sacaría de la crisis"
Asociación Red Renta Básica.
Mil ONG presentan un plan para contrarrestar el poder económico en la lucha contra la pobreza

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿Por qué los salarios se reducen?

Uno de los movimientos sociales más importantes que ha ocurrido en EEUU, que ha pasado desapercibido en los mayores medios de información españoles, ha sido el movimiento de los trabajadores de los establecimientos de comidas baratas (como McDonalds), conocidos como fast food , demandando un incremento salarial, para alcanzar lo que llaman un ”salario digno”. Estos trabajadores están entre los peor pagados en EEUU. Se considera, erróneamente, que la mayoría de estos trabajadores son gente joven, estudiantes la mayoría, que no trabajan por mucho tiempo en esos establecimientos.

Esta percepción, sin embargo, está equivocada. Dos de los expertos más importantes de EEUU en temas del mercado laboral, John Schmitt y Janelle Jones, han documentado que dicha percepción corresponde solo a un treinta por ciento de los trabajadores de tal sector. La mayoría son trabajadores adultos, que están estancados en su vida laboral en tales puestos de trabajo, que se pagan a nueve dólares por hora, solo ligeramente por encima del salario mínimo legal (7,25 dólares). Y como Schmitt y Jones muestran, estos salarios tan bajos están convirtiéndose en los salarios de grandes sectores del mercado laboral de EEUU. Son los tipos de salarios (low-paid jobs) que están creciendo más rápidamente en EEUU. Y la expresión “estancados” refleja el hecho de que no se estén creando trabajos mejor pagados que permitan a estos trabajadores realizar tareas mejor retribuidas. En realidad, la mitad de los empleados que tienen títulos universitarios indican que el trabajo que realizan no requiere los estudios universitarios que tienen.

Dos argumentos que se han dado para explicar este fenómeno han sido, por un lado, la introducción de avanzada tecnología en el proceso del trabajo que, supuestamente, lo simplifica, convirtiendo al trabajador (incluso al empleado cualificado con educación universitaria) en una pieza de una máquina o de un proceso automatizado. Otro argumento es la falta de articulación ( mismatch ) entre el sistema educativo y formativo, por un lado, y las necesidades del mundo empresarial por el otro. Ahora bien, ninguno de estos dos argumentos puede explicar la enorme polarización social y salarial, ni la enorme concentración de las rentas en EEUU (que, como en otros países, incluyendo España) ha estado ocurriendo.

La enorme concentración de las rentas
Como bien decía Mark Weisbrot en su artículo “Fast Food Workers are Fighting for the Majority of U.S. Employees”. Newsday (del cual extraigo la mayoría de estos datos), el 1% de la población de renta superior, con mayor capacidad adquisitiva, ha pasado de tener el 10% de toda la renta nacional en el año 1980 al 22,4% en el año 2012. Ello quiere decir que el aumento de la riqueza consecuencia del aumento de la productividad no se ha distribuido equitativamente, sino que se ha ido concentrando en las rentas superiores, que derivan gran parte de sus ingresos de la propiedad del capital. Es decir, los capitalistas (término casi abandonado en la narrativa mediática por considerarse “anticuado”) han visto sus rentas incrementadas a costa de las rentas del trabajo. Una situación idéntica ha ocurrido en España. En otras palabras, los salarios han ido bajando y los beneficios han ido subiendo tanto en EEUU como en España. Por primera vez desde la instauración de la democracia en España, las rentas derivadas del capital son mayores que las derivadas del mundo del trabajo.

Uno de los factores que ha facilitado esta realidad ha sido el estancamiento del salario mínimo legal. De hecho, si este salario en EEUU hubiera crecido de la misma manera que ha crecido la productividad y la inflación, el salario mínimo en EEUU debería ser de 17 dólares por hora en lugar de los 7,25 actuales. Y este estancamiento salarial se debe primordialmente a factores políticos, es decir, al debilitamiento de los sindicatos y fortalecimiento de la patronal. La evidencia es abrumadora en este sentido.

Una situación idéntica ocurre en España. Todas las reformas laborales que se presentaron con el supuesto objetivo de crear empleo, tenían, en realidad, el propósito de bajar los salarios mediante la destrucción de empleo, creando desempleo, el mejor instrumento que la patronal tiene para atemorizar a los sindicatos y al mercado del trabajo y forzarles a que acepten lo que debería ser inaceptable (una consecuencia de lo cual ha sido el espectacular crecimiento del endeudamiento de la población, tema que he desarrollado en otros artículos). Se olvida con excesiva frecuencia que la tasa de desempleo es una variable más política que económica. El desempleo es el arma que utiliza el mundo del capital para debilitar y atemorizar al mundo del trabajo. De ahí que las políticas actuales (que deliberadamente están destruyendo empleo) sean parte de un proyecto político que está logrando sus objetivos.

Por eso la respuesta a la bajada de salarios y al desempleo que la facilita, debería ser más política que económica: la movilización política en contra del desempleo, la precariedad y bajos salarios. Puesto que la mayoría de la ciudadanía deriva sus ingresos del trabajo, este movimiento social en EEUU de los “low-paid workers” ha sido enormemente popular (de lo cual tampoco se ha informado a la ciudadanía en España), forzando a la patronal a ceder a estas demandas e incrementar sus salarios. Ello determinó que los sindicatos del país (AFL-CIO) tomaran nota y en su último Congreso en Los Ángeles concluyeran que el futuro de los sindicatos dependería de sus alianzas con los movimientos sociales, estableciendo un abanico (rainbow) popular de carácter reformista que (consecuencia del gran debilitamiento de las izquierdas políticas en EEUU) pudiera convertirse en una especie de “ Solidarnos” a la americana. Existe hoy una gran agitación social en EEUU (que se desconoce también en España) que ofrece un gran potencial para el futuro en aquel país.
Fuente: Vicenç Navarro. (Cuadro: Tarde de sol en el Alcazar de Sevilla. Acuarela de Sorolla)

domingo, 22 de noviembre de 2009

La influencia política y corruptora de la banca en las soluciones a la crisis

El Congreso de EEUU estableció el pasado 1 de septiembre una Comisión (compuesta por seis demócratas y cuatro republicanos) con el fin de analizar las causas de la crisis financiera, asignar responsabilidades y proponer medidas legislativas que prevengan la aparición de nuevas crisis. Está Comisión está dotada de un equipo técnico dirigido por Thomas Greene, que fue fiscal del Estado de California cuando se investigó el caso Enron, entre otros.
El Presidente (en inglés Chairman) de la Comisión, el demócrata Phil Angelides, intenta que su impacto sea semejante al que tuvo la comisión Pecora (que debe su nombre a su Presidente, Fernandín Pecora), nombrada en el New Deal cuando el Presidente Franklin D. Roosevelt dirigió la recuperación de la economía estadounidense durante la Gran Depresión. Tal Comisión del Congreso propuso toda una serie de leyes que, una vez aprobadas por el Congreso, pasaron a ser la arquitectura regulatoria del sistema financiero estadounidense. Una pieza clave de esta arquitectura fue la Ley Glass-Steagall Act, que separó los bancos de depósitos (commercial banks) de los bancos de inversión (investment banks), a fin de proteger a la banca comercial de los riesgos que conllevan las actividades (muchas veces especulativas) de los bancos de inversión. Esta ley fue anulada por el Presidente Clinton siguiendo el consejo de su Secretario del Tesoro (equivalente a Ministro de Economía y Hacienda en EEUU) Larry Summers, y es ampliamente reconocido que su anulación es una de las causas más importantes del desarrollo de la crisis financiera.
Además de esta Comisión, en la Cámara Baja del Congreso existe un Comité, el Comité de la Reforma y Supervisión del Gobierno (House Committee on Oversight and Government Reform), presidido por Edolphus Towns, demócrata de Brooklin, Nueva York, que también está analizando las causas de la crisis. Tal Comité tiene el poder de llamar a cualquier miembro de la Administración Pública para que dé testimonio, incluidos miembros del Banco Central Estadounidense (The Federal Reserve Board - FRB), habiendo puesto en situaciones incómodas a los representantes del Banco. Tal Comité ha sido muy crítico con el comportamiento del FRB, no sólo en la génesis de la crisis, sino también en la manera como se ha llevado a cabo el rescate de la Banca en EEUU (centrada en Wall Street).
Cuatro son las conclusiones que se derivan de estas investigaciones. Una es...
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(Artículo de Vicenç Navarro en Sistema Digital)

sábado, 23 de mayo de 2009

En un mundo libre, de Ken Loach

Llevabamos ya bastante temas de música, ya es hora de tocar otro tema algo más prosaico aunque tan real como la música. La filmografía de Ken Loach, el famoso británico aclamado en Cannes y ahora Cannes otra vez se ha puesto en pie para saludar la nueva película del británico Ken Loach, Looking for Cantona, una feliz y optimista historia en torno al mítico futbolista del Manchester United. La mayor ovación en lo que llevamos de Festival ha sido para esta comedia británica, en la que Loach, ganador de la Palma de Oro de Cannes con El viento que agita la cebada, no ha renunciado a incluir sus habituales toques de denuncia social.Loach ha definido Looking for Eric como «una historia sobre la amistad y sobre la aceptación de uno mismo tal y como se es. Es una película contra el individualismo. SE ES MÁS FUERTE ESTANDO EN GRUPO QUE PERMANECIENDO SOLOS>>.

EN UN MUNDO LIBRE, es una película descarnada y sin esperanza. Un retrato real de la situación actual del llamado proletariado emigrante. En la película surgen los hijos del antiguo proletariado, en estos tiempos modernos, actuales, luchando por la supervivencia y para ello, no dudan en pisotear a los que vienen detrás, más desfavorecidos, -en la película inmigrantes parados,- que constituyen el ejército de reserva capitalista, uncidos con el don divino de abaratar el mercado. Y aquí juega el hiperrealismo de la cámara de Kent Loach, su baza extrema y descarnada: los parados son mercancía, que se compran, se vende o se tira, e incluso se joden... Lo único importante son las libras esterlinas, que permiten alcanzar los fines personales -simplemente salir adelante- de cada cual.
No estamos en la película ante ricos y malvados capitalistas que explotan a trabajadores porque toca en el guión; sino ante los cachorros y cachorras del contrato basura, a los que se puede vejar sobándoles lo que todos sabemos comienza al final de la espalda y que aprenden rápido, volviéndose más hijos de puta que sus explotadores.
Eso ocurre con la protagonista y su retrato psicológico, domesticada en las cadenas de la agresividad, lo tiene claro, sabe recibir, encajar y desarrolla una ambición precisa que le permite golpear; aunque deja algún margen para la emoción del sentimiento y los buenos propósitos.
Loach nos presenta el poder de un sistema, el capitalismo salvaje del post tacharismo, capaz de modificar las conductas, instalarse en todos los aspectos de la vida e incluso decidir -para mal- el destino de las personas.
Aunque se estrenó hace algunos meses, hay que verla.

eric cantona
el viento que agita la cebada
sweet sixteen
la cuadrilla
pan y rosas
mi nombre es joe
sólo un beso