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viernes, 28 de abril de 2023

FLAMENCO. Un homenaje pendiente y largamente acariciado a Manolo Sanlúcar Más de una veintena de artistas se reúnen para rendir tributo a la memoria del maestro de la guitarra flamenca

“Con Manolo Sanlúcar el flamenco estaba en deuda y eso era algo que sabíamos todos, hasta él mismo”. Son palabras del guitarrista Juan Carlos Romero, uno de los discípulos directos del maestro Sanlúcar (que falleció en agosto de 2022), que recibió del Instituto Andaluz del Flamenco, impulsor del homenaje, el encargo de crear y dirigir un espectáculo para recordar su figura y su legado. La gala se celebró la noche del martes 25 de abril en el Teatro Villamarta de Jerez, el lugar de una de las últimas apariciones públicas que se le recuerdan. Fue en 2019, cuando asistió a la presentación de la obra con la que la Compañía de la bailaora Mercedes Ruiz, junto a otro de sus discípulos, Santiago Lara, llevó al terreno de la danza su celebrada grabación Tauromagia.

La idea de un homenaje a Sanlúcar había sido abordada desde diversas instancias en los últimos años, e incluso alguno de los intentos tuvo que ser suspendido debido a su delicado estado de salud. En esta ocasión, y aunque sea tras su marcha, se podría decir que el espectáculo planteado reunía los suficientes elementos y conocimientos de su obra para tributarle los honores que merecían su persona y su legado.

La lectura de la lista de participantes en el evento podía resultar apabullante, pero para nada era gratuita. Todos respondían a la llamada de Romero que, en realidad, era la llamada del maestro: “El nombre de Manolo, al que se ha querido mucho, ha allanado el camino”, declaraba el director artístico de la función, que reconocía que solo había recibido facilidades y que “todo había encajado perfectamente”. Pocas personas tan conocedoras de la obra del guitarrista para reflejar su complejidad y su gran riqueza de perspectivas.

Para Romero son aspectos difíciles de concentrar en una sola persona: “Está su perfil arraigado en la tradición, reflejado en su obra Tauromagia; el sinfónico, representado en Medea, la obra que creó para el Ballet Nacional de España; el lírico de La Gallarda, la obra de teatro de Rafael Alberti a la que puso música y el de vanguardia, con la grabación Locura de brisa y trino junto a Carmen Linares”.

Todas esas vertientes recibieron la pertinente atención en la gala, pero en ningún momento se olvidó ese otro aspecto ineludible del maestro: su condición de escritor y pensador reflexivo, en muchos momentos atormentado, del que quedó conocida constancia en su libro de memorias El alma compartida, que es solo una parte de un gran corpus que está aún sin publicar, como recordó el profesor Suárez Japón en una justa introducción. Juan Carlos Romero ha escarbado entre las muchas carpetas en las que Sanlúcar fue vertiendo sus pensamientos para extractar una selección de textos, todos ellos inéditos, con los que el actor Antonio Dechent se metió en la piel de Sanlúcar y fue intercalando sus reflexiones, de forma tan natural como brillante, entre las actuaciones de guitarra, de cante y de baile.

La enumeración de la veintena de cuadros de la noche resultaría interminable, además de cansina. Pero es obligado dejar constancia de que, en conjunto, lograron transmitir la música y el espíritu del gran maestro y que, sobre todo, contuvieron muchos momentos de emoción. Ver reunidos a sus discípulos Rafael Riqueni, José Antonio Rodríguez y el propio Romero —más David Carmona, de la siguiente generación— reviviendo los temas de Tauromagia pudo ser uno de ellos. La docencia, la transmisión de saberes, siempre fue una preocupación del maestro.

También sonó viva la música de una Medea que llevaron a la danza Merche Esmeralda, Eva Yerbabuena, Farruquito y Pastora Galván. O el cante de La Macanita haciendo De Muleta como si no hubieran pasado los años (la interpretó en el disco cuando tenía diecinueve), y el de Carmen Linares recordando al Lorca de Locura de brisa y trino… Dos horas para un espectáculo bien hilvanado y con una característica única: su condición de irrepetible.

Homenaje a Manolo Sanlúcar. 'El pesimismo de la razón. El optimismo de la voluntad'
Juan Carlos Romero, Rafael Riqueni, José Antonio Rodríguez, Manuel Valencia, David Carmona (guitarras). Cristina Hoyos, Merche Esmeralda, Eva Yerbabuena, Farruquito, Pastora Galván (baile). Carmen Linares, La Macanita, Diego Carrasco, Jesús Méndez, Naike Ponce, Carmen Molina (cante). Pasión Vega Tino (canción). Tino Di Geraldo, Paquito González (percusión), Los Mellis (palmas y cante). Orquesta Sinfónica de Triana. Antonio Dechent (actor). Borja Évora (ayudante de dirección). Dirección artística: Juan Carlos Romero.

Teatro Villamarta, 25 de abril.

viernes, 22 de julio de 2016

MIRAR LAS ESTRELLAS

Los astrofísicos son los exploradores modernos y se internan en los secretos esenciales. La ‘terra incognita’ de nuestros días está ahí fuera.

SIEMPRE HE sentido una especial fascinación por la astronomía, probablemente porque a los seis años viví un suceso maravilloso. Me recuerdo de noche y en la calle, una situación ya en sí poco usual para mi corta edad. Yo colgaba de la mano de mi madre y a mi lado se encontraban mi padre y mi hermano. Los cuatro estábamos parados en mitad de la acera y contemplábamos el cielo sin pestañear, al igual que otras decenas de personas que ocupaban la avenida, todas quietas, todas en silencio, todas mirando hacia el firmamento. Hasta que al fin apareció allá arriba una estrellita luminosa que recorría a buen ritmo el arco de la noche. Era el Sputnik de los rusos, el primer satélite artificial colocado en órbita, el primer objeto lanzado por los humanos más allá de la atmósfera. Nuestra primera salida de la Tierra.

La mágica visión de aquella estrella que habíamos sido capaces de poner en el cielo me hizo decidir aquella noche que de mayor sería astronauta. Evidentemente no lo he sido, pero aquel suceso fundacional debió de ser la base de mi amor por la ciencia-ficción y quizá por la ciencia. Aunque he estudiado letras, la ciencia me encanta y siempre he lamentado el tremendo acientifismo de la sociedad española. Por eso considero un precioso regalo el proyecto del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en el que he tenido el privilegio de participar.

Pero empezaré por el principio. Los tres mejores lugares del mundo para observar las estrellas están en Chile, para el hemisferio sur, y en Hawái y Canarias para el norte. Y por una vez en nuestra historia, y en buena medida gracias al empeño visionario del astrofísico Francisco Sánchez en los años sesenta, España supo aprovechar estas circunstancias geográficas para crear y desarrollar el IAC, que es uno de los diez mejores centros de astrofísica del mundo. Posee dos observatorios, uno en el Teide y otro en el Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, ambos a unos 2.400 metros de altitud. En cada uno hay dos decenas de telescopios cuya propiedad se reparte entre 20 países. Nosotros tenemos ahí el Gran Telescopio óptico e infrarrojo Canarias, el mayor del mundo, un bicharraco resplandeciente y monumental. Somos una potencia en astrofísica, pero como vivimos de espaldas a la ciencia no lo sabemos.

Para intentar paliar esta ignorancia, al IAC se le ha ocurrido la preciosa idea de invitar a una serie de escritores a visitar sus instalaciones y pedirnos que después escribamos un cuento para un libro. Durante cuatro días me he paseado por esos territorios espectrales de belleza salvaje. El Teide y el Roque tienen una geografía primordial y volcánica que te remite al principio del mundo y que se une a la tecnología más rompedora del planeta, a la ciencia del futuro. Sé que la noche que pasé en el Roque será inolvidable: al atardecer, los observatorios, que eran solitarios búnkeres blancos cerrados a cal y canto, empezaron a abrir sus bóvedas con bostezo de gigantes, y por las aberturas asomaron los telescopios como bichos colosales que salían de sus crisálidas, como grandes lenguas de insectos dispuestos a lamer los lejanos secretos del universo. Y todo en la más completa oscuridad, porque cualquier fuente artificial de luz empeora la calidad de lo observado, y en un silencio apenas rasgado por el chirrido de las cúpulas al girar, de las lentes al rotar para apuntar a las estrellas. Era mágico, era extraño, era sobrecogedor. Era la indecible menudencia del ser humano enfrentándose a la enormidad del universo.

Los astrofísicos son los exploradores modernos y se internan en los secretos esenciales. La terra incognita de nuestros días está ahí fuera, en lo muy grande y lo muy pequeño, desde las galaxias con miles de millones de soles a los quarks infinitesimales. En el IAC se estudia el principio de lo que somos, el corazón mismo de la vida; y, de paso, se desarrolla nuestra capacidad tecnológica y científica, se crean empresas competitivas, se coloca a España en el siglo XXI. Deberían obligarnos a todos los ciudadanos a visitar los observatorios al menos una vez al año. Para que aprendamos a mirar a Andrómeda en vez de estar absortos en nuestro ombligo.

 http://elpaissemanal.elpais.com/columna/mirar-las-estrellas/

viernes, 15 de julio de 2016

Fallece Juan Peña “El Lebrijano”

Considerado como uno de los grandes Maestros de la escena flamenca, defensor de lo jondo pero innovador al mismo tiempo, se encontraba trabajando en “De Sevilla a Cádiz (1969-2016)”, un espectáculo donde dirigía al también lebrijano José Valencia, y que se convertirá, durante la XIX edición de la Bienal, en un cálido homenaje a su figura.


Juan Peña “El Lebrijano” ha fallecido en la madrugada del miércoles, a los 75 años de edad, en su casa sevillana de la Plaza de San Julián. Se trata de una gran pérdida para la familia flamenca, en particular, y para el arte universal, en general. No en vano, de él dijo Gabriel García Márquez que, “cuando El Lebrijano canta, se moja el agua”.

Juan Peña Fernández nace en Lebrija (Sevilla) en 1941, en el seno de una familia gitana y flamenca, gracias a la cual se han escrito fundamentales páginas en la historia del arte jondo, con figuras como Perrata y Perrate, Fernanda y Bernarda de Utrera, Bambino, Turronero, Gaspar de Utrera, Miguel Funi, Diego del Gastor, Pedro Peña, Pedro Bacán o Dorantes, entre otras. Curiosamente, “El Lebrijano”, como ha sido conocido para el arte, comienza su andadura profesional tocando la guitarra en un espectáculo de La Paquera de Jerez, aunque pronto el cante se convertirá en su santo y seña, y al que se entregaría por completo. Tras ganar experiencia en tablaos, recorrerá medio mundo con compañías como las de Antonio Gades o Manuela Vargas, antes de decidirse a labrar su leyenda en solitario.

Entre sus trabajos más laureados se encuentran obras como “De Sevilla a Cádiz” (1969); homenaje a la ruta del cante grande; “La palabra de Dios a un gitano” (1972), donde acerca por primera vez el mundo sinfónico y voces corales al flamenco; “Persecución” (1976), un hito musical, social y una defensa al pueblo gitano; o “Ven y Sígueme” (1982), donde colabora con Rocío Jurado y Manolo Sanlúcar. El Lebrijano fue, de hecho, un precursor en hacer discos flamencos temáticos, y uno de sus hallazgos claves fue el de encontrar la conexión entre dos culturas primas hermanas, la andaluza y la árabe, con álbumes ya clásicos como “Encuentros” (1985), con la Orquesta Andalusí de Tánger, “Casablanca” (1998), con la Orquesta Arábigo Andaluza, o “Puertas Abiertas” (2005), junto al violinista Faiçal Kourrich. Otra obra fundamental en su carrera es “Lagrimas de Cera” (1999), donde aporta su particular visión a la Semana Santa andaluza.

 A lo largo de su carrera, El Lebrijano ha recibido muchos premios y distinciones, como la Medalla de Andalucía otorgada por el gobierno andaluz en 1986, la Medalla del Trabajo otorgada por el gobierno de España en 1999, el Premio 8 de Abril en la Categoría de Música, concedido en 2010 por el Instituto de Cultura Gitana, o el Giraldillo Ciudad de Sevilla en 2014, concedido por la Bienal de Flamenco tras clausurar su XVIII edición con el espectáculo “El cante se escribe con L”. De hecho, el cantaor protagonizó la Gala de los Giraldillos que acogió el Teatro Lope de Vega en 2015 durante el ciclo “Septiembre es Flamenco”, y también la “Gala Bienal de Sevilla” que llenó el teatro londinense Sadler’s Wells dentro de la programación del Flamenco Festival London 2016, junto al Ballet Flamenco de Andalucía, Farruquito o Manuel Valencia.

Juan Peña “El Lebrijano” se encontraba dirigiendo un nuevo espectáculo para la Bienal, “De Sevilla a Cádiz (1969-2016)”, basado en su mítico disco y protagonizado por José Valencia, también cantaor y también lebrijano, con la colaboración de Pastora Galván al baile. Dicho espectáculo se convertirá, el 18 de septiembre en el Teatro Lope de Vega, durante la programación oficial de la XIX edición de la Bienal de Flamenco, en un cálido homenaje a su figura, como gran artista y como persona querida por toda la escena jonda.

http://www.labienal.com/fallece-juan-pena-el-lebrijano/

domingo, 19 de junio de 2016

La Carbonería, amenazada de desahucio

Los gestores buscan apoyo ciudadano para evitar el desahucio de uno de los lugares más emblemáticos de Sevilla. El propietario, Ignacio Medina, duque de Segorbe, no mantiene el contrato de arrendamiento.

El local en el barrio de San Bartolomé ha sido un punto de encuentro para el flamenco. / LESZEK KOSLOWSKI

En invierno, al entrar allí te invadía la agradable sensación de calor de una antigua chimenea, y en verano te refugiabas al fresquito de su frondoso patio. Las noches se llenaban de música, poesía y arte. Casi escondida en la calle de los Levíes, de aquel barrio de San Bartolomé, antaño oscuro y poco frecuentado, la Carbonería es un lugar conocido por todos. Hogar de artistas, poetas y flamencos, La Carbonería no es sólo una taberna, es un lugar donde se ha promovido la cultura desde hace 40 años. Sobre todo el flamenco. Por allí han pasado los artistas flamencos más significativos de estas décadas, como en su propia casa, creando un ambiente donde el arte se improvisa, nace desde los encuentros fortuitos y genera aquella magia de altas horas de la madrugada que algunos llaman “juerga”, tan difícil de encontrar hoy en día. Y no solo esto, muchos han leído sus poemas allí, muchos han expuesto sus obras gráficas en esas antiguas paredes.

La Carbonería es un lugar conocido por todos. Hogar de artistas, poetas y flamencos
Ahora, este sitio, donde el arte es gratuito, amenaza con desaparecer. El propietario, Ignacio Medina, duque de Segorbe, ha decidido no mantener el contrato de arrendamiento y ha presentado una demanda de desahucio por finalización del plazo. Los gestores de la Carbonería explican que la sociedad limitada Hotel de los Mercaderes, empresa que ostenta la titularidad del inmueble, no ha accedido a negociar, con lo que el día 23 se celebrará un juicio.

Artistas, poetas, intelectuales y docentes, promueven un manifiesto en el que muestran su "repulsa" a este "acto de atropello que denota una vez más la falta de sensibilidad hacia el patrimonio cultural y sentimental de la vida sevillana". "Es lamentable que se permita el desahucio de uno de los establecimientos con más historia y, al tiempo, más querido por sus habitantes y visitantes", señala el manifiesto, acompañado de una recogida de firmas. El manifiesto insta a los partidos políticos a elaborar un listado de comercios considerados históricos para que sean gestionados y protegidos como patrimonio cultural de la ciudad.

Esta demanda de desahucio parece responder a la lógica que predomina desde hace unas décadas, favorecer la implantación de un porcentaje cada vez mayor de tiendas de las mismas marcas y locales de las mismas franquicias, en grave detrimento de los comercios locales. Este fenómeno, que acompaña el de la gentrificación, comporta una importante pérdida de identidad y dificulta un contacto auténtico entre los visitantes y la cultura del lugar.

En lugar de preservar los comercios históricos y los lugares de cultura viva que dinamizan una ciudad, la tendencia que hemos estado viendo es la de anular su identidad, homologar los lugares, hasta el punto que los centros urbanos de muchas ciudades del mundo tienden a perder su esencia y a parecerse, cada vez más, entre sí.

El próximo lunes, 20 de junio, La Carbonería abrirá de 12.00 a las 0.00 horas, al fin de informar de su situación y explicar la labor cultural que ha desempeñado en todos estos años.

Fuente:
https://www.diagonalperiodico.net/global/30698-la-carboneria-amenazada-desahucio.html

domingo, 29 de mayo de 2016

El escritor que quería hacer historia. La crónica de la Guerra Civil de Ludwig Renn

"El escritor que quería hacer historia" Por JULIÁN CASANOVA


Editada en alemán en 1955, ve la luz en España. Es literatura de combate comunista, sin lugar para la retórica o los sentimientos.

La guerra civil española fue en su origen un conflicto interno entre espa­ñoles, pero en su curso y desarrollo constituyó un episodio de una guerra civil ­europea que acabó en 1945. Tras las subida de Hitler al poder, el sentimiento popular antibélico de los años veinte dio paso gradualmente a políticas de rearme y a una crisis de la seguridad internacional. En ese ambiente tan caldeado, para muchos ciudadanos eu­ropeos y norteamericanos, España se convirtió en el campo de batalla de un conflicto inevitable en el que al menos había tres contendientes: el fascismo, el comunismo —o la revolución— y la democracia.

Muchos narraron los hechos de primera mano, en el frente o en la retaguardia, transmitiendo al mundo historias de horror, heroicidad, compromiso y traiciones. Con las Brigadas Internacionales llegaron a España obreros manuales, aventureros en busca de emociones, intelectuales y profesionales de clases medias, corresponsales de guerra y escritores. La mayoría tenía claro que el fascismo era una amenaza internacional y España era el lugar apropiado para combatirlo. Se habían sentido atraídos por el Partido Comunista, que les daba amparo y una doctrina fuerte a la que agarrarse, en un momento en el que en París confluyeron un montón de exiliados de la Europa oriental, central y balcánica, huidos de la represión fascista y dictatorial.
Ludwig Renn, aunque representaba todo eso, era un tipo singular. Nacido en una familia aristocrática de Dresde en 1889, Arnold Vieth von Golssenau combatió como oficial en un regimiento de Sajonia durante la I Guerra Mundial, una experiencia militar que relató con éxito en Krieg (guerra), en 1929, y continuó en Nachkrieg (posguerra), en 1930, cuando ya había abandonado el Ejército y su clase, incluido su nombre, para abrazar el comunismo y la ortodoxia estalinista.

Con el ascenso nazi al poder, estuvo en la cárcel año y medio y, tras ser liberado, huyó a Suiza, donde se enteró de la sublevación militar contra el Gobierno republicano en España. A principios de octubre de 1936 se subió a un tren con destino a Cerbère y después a Barcelona. Así comienza su crónica de la guerra civil española, editada en alemán en 1955 y que ve ahora la luz por primera vez en España, más de 600 páginas de literatura de combate comunista, sin apenas lugar para la retórica o los sentimientos, porque “el amor en el campo de batalla es una invención de los escritores. En el frente, la vida real no deja hueco a esos lujos”.

Alejado, por tanto, de las fantasías de los “tibios” burgueses de izquierda que nunca se jugaron el cuello, Ludwig Renn describe lo que él considera la auténtica realidad, dando fe, desde el principio hasta el final, del relato oficial comunista, frente a “anarcofascistas” (amigos del desorden y de la “palabrería”, inservible en la guerra); “socialtraidores”, representados por Largo Caballero y el “redomado golfo” Indalecio Prieto, y espías trotskistas y del POUM.

Renn arriesgó su vida en primera línea de fuego, como había hecho ya en la Guerra Mundial, primero como dirigente del batallón Thälmann y después como jefe del Estado Mayor de la XI Brigada Internacional. Estuvo en todas las grandes batallas, desde Madrid hasta Brunete, pasando por el Jarama y Guadalajara, hasta que a comienzos de septiembre de 1937 emprendió, con pasaporte español —Hitler le había despojado de la nacionalidad alemana—, una “misión oficial” de propaganda a favor de la República por Estados Unidos, Canadá y la Cuba de Batista.

El 21 de septiembre de 1938, Juan Negrín, presidente del Gobierno de la República, anunció en Ginebra, ante la Asamblea General de la Sociedad de Naciones, la retirada inmediata y sin condiciones de todos los combatientes no españoles en el Ejército republicano, con la esperanza de que el bando franquista hiciera lo mismo. Quedaban entonces en España aproximadamente un tercio de todos los que habían llegado para luchar contra el fascismo, y el 28 de octubre, un mes después de su retirada del frente, las Brigadas Internacionales desfilaron en Barcelona ante más de 250.000 personas. Allí estaba Renn, quien permaneció en España hasta la caída de Cataluña. De allí pasó a Francia, después a México y regresó a Alemania 10 años después.

El problema de la República, concluyó Renn, no fue “la falta de experiencia militar”, que tampoco la tenían, según él, las tropas de Franco, sino “el guirigay entre partidos”, donde sólo el comunista mantuvo el tipo: sin él, y sus “abnegados camaradas y amigos”, la República española “hubiera sido borrada del mapa en un santiamén”.

Renn no era sólo un escritor comprometido, que luchaba con la pluma y la palabra contra el fascismo. Como les dijo a algunos de sus colegas famosos en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, en julio de 1937, él peleaba en el frente y había dejado la pluma porque no quería “escribir historias, sino hacer historia”.

La guerra civil española. Crónica de un escritor en las Brigadas Internacionales. Ludwig Renn. Traducción de Natalia Pérez Galdós. Fórcola Ediciones. Madrid, 2016. 721 páginas. 39,50 euros.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/19/babelia/1461073120_649026.html

sábado, 26 de diciembre de 2015

Muere el cantaor de flamenco Manuel ‘Agujetas de Jerez’. El artista, de 78 años, defendía el cante antiguo, el más puro y la memoria oral


El cantaor  Manuel de los Santos Pastor, Agujetas de Jerez,  ha fallecido a la edad de 78 años, este 25 de diciembre, en el Hospital del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de Jerez, donde ingresó en la tarde del jueves. La capilla ardiente con sus restos estará instalada en el Cabildo municipal de Jerez, durante este sábado, de 10 a 17 horas, antes de su sepelio que tendrá lugar una hora más tarde.

Aunque el dato de la edad no es fiable al no existir documento que certifique su fecha de nacimiento. Este mismo hecho de la ausencia de documentación podría ilustrar en parte lo que él significaba para el flamenco: algo quizás de otro tiempo que se va extinguiendo con la marcha de personas como él. Una forma de entender este arte como expresión vital heredada de padres a hijos por transmisión oral. Un cante antiquísimo asociado a los oficios de los gitanos que en él y en unos pocos elegidos alcanzó dimensiones de arte y grande.

De Agujetas, en cualquier caso, siempre se obvió ese dato de su edad. Él no la tenía. Gitano de porte elegante y apariencia distinguida, por él no parecían pasar los años. Casi tampoco por su cante, que siempre transmitía ecos antiguos, por más que en los últimos años hubiese quien dijera que perdía fuerza. No. Para su forma de cantar, la fuerza era secundaria. Su capacidad para transmitir encontraba apoyo en otros cimientos como la hondura y verdad de su decir.

Haber escuchado a Manuel Agujetas cantar es algo que puede ser calificado de experiencia única sin temor a la exageración. Su forma de presentarse ante el público era singular e impredecible. Siempre con tandas cortas de los estilos que le eran más propios (soleares, fandangos seguiríyas…), su cante podría tornarse imprevisible, pero muy mal se tenían que poner las cosas para que no dejase perlas a lo largo del camino.

En una actuación, se podía levantar tras un par de tercios para volver quizás sobre el mismo estilo. Podía discutir con el tocaor o contar historias para ubicar los viejos romances que interpretaba, herencia de su padre Agujetas El Viejo, gran depositario de estos estilos tan antiguos. De él heredó Manuel no solo los romances sino todo, como sus hermanos (Juan, Paco, Diego y Luis), también cantaores de tradición. De entre ellos, Manuel ha sido el único que se dedicó integra y profesionalmente al cante, apoyado tal vez por su carácter, su genialidad y puede que también, por un tiempo favorable, el de los años setenta del pasado siglo, unos años en los que conquista Madrid y comienza una dilatada carrera discográfica de más de una docena de obras.

Entre los discos cabe destacar su debut de 1972, Viejo cante jondo, con la producción de Manuel Ríos Ruiz. También su participación en la Magna Antología del Cante Flamenco que dirigiera José Blas Vega o el histórico Agujetas en París, de 1996, con un cantaor pletórico y en plenitud. Del mismo tiempo, Agujetas en La Soleá, un disco grabado en directo que recogía la singularidad de su decir.

Sus últimas grabaciones proceden del año 2012, cuando deja su antología Agujetas, historia, pureza y vanguardia del flamenco. También, el mismo año, participó en la obra colectiva VORS Jerez al cante junto a Manuel Moneo, Fernando de la Morena, Juan Moneo El Torta, Luis El Zambo y Capullo de Jerez. Esta grabación propició su actuación tanto en el Festival de Jerez de 2013 como en la Bienal de Sevilla de 2014. De esas actuaciones no se puede olvidar la ronda inicial de martinetes (otro de sus cantes) en Jerez, compartiendo escenario con los Moneo y El Zambo. O sus seguiriyas en Sevilla, en las que el artista, quizás sabedor del mal que portaba, parecía dejar constancia de un legado que ahora queda en la garganta de sus dos hijos, Dolores y Antonio, ambos cantaores.

La ciudad que siempre fue asociada a su nombre, aunque no se sabe a ciencia cierta si nació en Jerez o en Rota, le supo reconocer en 1977 cuando recibió el Premio Nacional de Cante Flamenco de la Cátedra de Flamencología. Posteriormente, una avenida recibió su nombre y, en la actualidad, el consistorio jerezano estudia la ubicación del monumento que para él ha esculpido el artista plástico Antonio Vico.

De carácter indómito, su cante era tan insobornable como él mismo. De su personalidad queda buena constancia en entrevistas de prensa, en las que no se callaba nada, o en el documental Agujetas, cantaor, que en 2000 dirigió Dominique Abel. En cualquier caso, su cante y su persona quizás pertenecían ya a otro tiempo que con su marcha se va extinguiendo de manera irreparable.

Manuel de los Santos Pastor protagoniza uno de los momentos más intensos de la película Flamenco, de Carlos Saura, interpretando un martinete en el que muestra la pureza de su cante.


Canta en el minuto 25.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/12/25/actualidad/1451061859_180827.html

sábado, 1 de agosto de 2015

El enigma aritmético del nenúfar y el cambio climático.

Horacio Torvisco Pulido

Resulta vergonzoso y grotesco oír a ciertos comunicadores negar la evidencia que el mundo científico, a través del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) ha denunciado repetidas veces, en cuanto al progresivo y en algunos casos, irreversible cambio climático que se está dando en nuestro planeta por la acción humana, con el grave peligro para la supervivencia de nuestra especie. Existe otra posición, aún más peligrosa que la anterior, que no niega el cambio climático pero lo minimiza diciendo, que cuando de verdad exista el peligro se actuará, habrá tiempo para reaccionar.

Estos últimos deberían reflexionar sobre el enigma aritmético del nenúfar: Se coloca una hoja de nenúfar en un estanque. Cada día la hoja, y después todos sus descendientes, se duplican. En el día que hace treinta, el estanque está completamente cubierto por hojas de nenúfar, que ya no puede crecer más. ¿Qué día estaba el estanque medio lleno y medio vacío de hojas de nenúfar? El día veintinueve.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Se estrena en España la película Camille Claudel 1915. Cómo destruir a una persona

Acaba de estrenarse en España la película Camille Claudel 1915, del director francés Bruno Dumont. Es un film tremendo porque refleja una historia brutal, uno de los destinos de mujer más trágicos que jamás he conocido: la vida de Camille Claudel (1864-1943), maravillosa escultora, hermana del escritor Paul Claudel, amante de Auguste Rodin. Una artista destruida por los prejuicios de la época. Para peor, tras el suplicio de su vida el sexismo la condenó a esa segunda muerte que es el olvido. Escribí un capítulo sobre ella hace casi veinte años en mi libro Historias de mujeres, y entonces anoté que la Enciclopedia Británica le daba foto y dos columnas de texto a Paul Claudel, pero a Camille, que estaba justo encima, sólo le concedía la siguiente línea: “(C. 1883-1898), amante y modelo de Rodin”. Y lo más indignante y alucinante era que las fechas sólo abarcaban el tiempo que Camille compartió con Auguste, como si, fuera de la cama del famoso escultor, ella ni siquiera hubiera existido.

Las nuevas tecnologías han corregido en parte esta barbaridad. Hoy podemos googlear el nombre de Camille y encontrar numerosas entradas y, lo que es mucho más importante para una artista, fotos de todas sus obras. Qué feliz se sentiría Camille de saber que hoy sus trabajos pueden verse con sólo pulsar una tecla… Antes de la llegada de Internet, sus hermosas esculturas estaban desperdigadas y perdidas en colecciones o museos remotos. Por lo menos hoy tenemos las fotografías.

Hija de un registrador de la propiedad y de una terrateniente ultraconservadora que terminó siendo su mayor verdugo, Camille era bellísima, audaz, precoz, genial. A los doce años esculpía y modelaba tan bien que llamó la atención de los artistas locales. Ya entonces su obra se parecía un poco a la de Rodin, aunque la niña no le conociera; es decir que, pese a lo que sostenía la Británica, Camille era Camille antes de conocer a Auguste. El registrador de la propiedad, librepensador, mandó a la hija a París a estudiar arte; Camille llegó a la ciudad consciente de su talento y dispuesta a comerse el mundo. Y enseguida todo empezó a torcerse. A los 19 años se hizo amante de su maestro Rodin, que tenía 44 y estaba casado, de manera que siempre la mantuvo en el humillante puesto de la amancebada. Naturalmente, esa caída en el pecado supuso su ruptura total con la familia. Rodin la utilizó durante diez años de modelo y de ayudante, dos trabajos que eran normalmente remunerados pero que él no le pagó jamás. Se ha hablado mucho de la influencia de Auguste (qué nombre tan simbólico, tan aplastante) sobre Camille, pero muy poco de la de Camille sobre Rodin: en los diez años que estuvo con ella, realizó sus mejores obras, y tras separarse hizo poco más que volver sobre los viejos temas, que quizá surgieran, al menos en parte, de las ideas de la muchacha.

En cualquier caso, el tiempo pasaba y Camille no conseguía que nadie tomara en cuenta su trabajo. Era considerada un mero apéndice de Rodin y su invisibilidad terminó siendo tan asfixiante que la escultora se separó de él para intentar sacar adelante su propia obra. Fue la lucha final, desesperada e inútil. Camille se moría literalmente de hambre; no tenía dinero para los caros materiales de las esculturas ni para pagar modelos. Día tras día su fracaso se fue haciendo más y más evidente, y al final Camille se rompió. Sufrió una crisis nerviosa, depresión, delirios persecutorios con Rodin, a quien culpaba, no sin buena parte de razón, de su desgracia.

El 2 de marzo de 1913 murió el padre de Camille, y el 10 de marzo, enviados por la cruel madre, dos enfermeros irrumpieron en casa de Camille y la internaron en un psiquiátrico. Fue enviada a Montdevergues, un manicomio de siniestra reputación muy lejos de París. Y allí permanecerá rodeada de enfermos psíquicos muy deteriorados, en un lugar helador y sin nada que hacer más que vegetar. Su madre jamás fue a verla; su hermano Paul sí, muy de cuando en cuando, pero tampoco intentó ayudarla. Durante años, Camille imploró que la sacaran de allí; luego, cuando menos que la mudaran de psiquiátrico. Sus médicos escribieron a la familia diciendo que Camille estaba lo suficientemente bien como para irse, pero todo fue en vano: la pobre Camille pasó 30 años en ese infierno, del que sólo se liberó al morir. Esta maravillosa película recoge unos días de 1915 en Montdevergues, mientras Camille aguarda la visita de su hermano y aún tiene esperanzas. Qué desolación, qué desamparo; qué magnífica está Juliette Binoche como Camille; qué hipócrita e indecente resulta Paul Claudel. Y qué aterrador pensar en el destino de tantas mujeres que, como Camille, fueron encerradas de por vida en estos manicomios demoledores como castigo a su deseo de ser libres.
Fuente: Rosa Montero, El País. www.rosa-montero.com
Trailer Aquí.

viernes, 22 de noviembre de 2013

"Leer sigue siendo la base del conocimiento"

La Fundación Santillana reflexiona sobre la alfabetización digital de las aulas más allá del libro electrónico

El continuo desarrollo tecnológico ha modificado los modos de enseñar y de aprender irremediablemente, pero esta alfabetización digital es mucho más que manejarse entre ratones y teclas. Así lo ha defendido Lluís Font, secretario de Políticas Educativas del Departament d'Ensenyament de la Generalitat de Catalunya, en la tercera jornada de la XXVI Semana Monográfica de la Educación que Fundación Santillana la dedica este año a los retos docentes planteados por la sociedad digital. "La tecnología tiene que ser propedéutica e instrumental, no está justificada si no logra un objetivo educativo aunque aporte motivación a los alumnos", advierte Font. "La escuela no requiere una googlelización, sino herramientas innovadoras que complementen a las tradicionales", ha añadido. El secretario de Políticas Educativas de la Generalitat catalana se suma a la postura crítica que expone Finkielkraut Alain, profesor de filosofía de la École polytechnique, en Internet: el éxtasis inquietante. La obra cuestiona la utilidad de las TIC para mejorar el rendimiento escolar de los alumnos, que tienden a distraerse con el formato, más allá de los contenidos.

Font considera que la tecnología puede dar buenos resultados en las aulas si se matiza la propuesta a las necesidades de cada centro. Propone que los colegios e institutos puedan escoger el presupuesto que quieren invertir en digitalizarse y que dependa de ellos la decisión de aplicar filtros en los ordenadores o dejar a los alumnos libertad en el uso de la Red. "La alfabetización digital puede contribuir a democratizar aún más la educación y a alimentar la inteligencia colectiva, pero la sociedad necesita tiempo para digerir este paso. Si apresuramos el cambio de paradigma sin marcar una hoja de ruta clara podemos distorsionarlo y permitir que nos devore la industria", cita en referencia crítica al consumo masivo de nuevas tecnologías. "El modelo deseable es el que combina el libro tradicional con recursos digitales. Leer sigue siendo la base de la adquisición de conocimiento", opina el secretario de Políticas Educativas del Departament d'Ensenyament de la Generalitat de Catalunya.

Ferran Ruíz, presidente del Consejo Escolar de Cataluña ha puesto en duda que las TIC condicionen en exclusiva el futuro de la educación: "La calidad de la enseñanza se basa más en las sinergias del profesorado que en su virtuosismo. Si nos centramos en la utilización de recursos digitales sin una buena guía del tutor, vamos camino de la perdición"
Fuente: El País.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Objetivo: mejorar la educación matemática

La elaboración de los Informes PISA en los últimos años ha puesto sobre la mesa la cuestión del aprendizaje de las Matemáticas. Para muchas personas las Matemáticas fueron algo difícil que sufrieron cuando eran estudiantes, y de las cuales sólo tienen un vago recuerdo. Socialmente no se considera grave la ignorancia en materias científicas, pero a la vez hay un sentir general de que la realidad educativa no es buena en España y, en concreto, se piensa que los resultados obtenidos en las evaluaciones internacionales son pobres respecto a la competencia matemática.

La preocupación por encontrar procedimientos y recursos educativos adecuados para lograr una buena formación matemática de los estudiantes es algo compartido por todos los países y cobra cada vez más sentido, puesto que las Matemáticas están presentes en multitud de aspectos de la vida cotidiana, las ciencias, la tecnología o la sociedad. El reto de enseñar a alumnos diversos, y el ajuste de la enseñanza a unos estudiantes que han nacido en una era digital con un acceso a la información casi ilimitado lleva a replantearse en general, y en particular en el caso de las Matemáticas, cómo enseñar y cómo facilitar el proceso de aprendizaje.

Hay un acuerdo muy extendido sobre la conveniencia de incluir en las clases de Matemáticas aspectos creativos y motivadores, sin que ello altere el aprendizaje de lo que se consideran competencias básicas que los alumnos deben adquirir. Se trata de ver las Matemáticas como una materia no exclusiva de personas muy capacitadas y muy raras, sino como algo que requiere, sí, una cierta aptitud, pero que presenta problemas interesantes para resolver y que favorece en los estudiantes el razonamiento estructurado, la capacidad de abstracción, el espíritu crítico y la precisión. Así, hay recursos educativos como poner ejemplos de aplicaciones de las Matemáticas, los juegos matemáticos, el uso de la Historia de las Matemáticas o programas informáticos que permiten al estudiante construir y calcular, que hacen más accesible el aprendizaje de las Matemáticas.

En España existen desde hace ya tiempo varias sociedades matemáticas que contribuyen notablemente a mantener viva la reflexión sobre su educación; están en contacto permanente tanto con las administraciones educativas como con asociaciones similares de otros países. Sin más que indagar en Internet, observamos que hay disponibles materiales útiles, artículos, o convocatorias de seminarios que son de gran ayuda para los profesores. El Comité Español de Matemáticas (CEMAT) agrupa a las distintas sociedades existentes.

Lo dicho anteriormente no significa que no haya problemas que resolver en la enseñanza de las Matemáticas. Unos son propios de esta materia (cómo introducir gradualmente el lenguaje formal, por ejemplo), otros del sistema educativo (indisciplina, atención a la diversidad,...), o del ambiente social y familiar (motivación, poca valoración del esfuerzo y del conocimiento...). Es importante, en todo caso, que sea prioritario el objetivo de mejorar la formación matemática en todos los niveles educativos; para ello es necesario el apoyo de las administraciones educativas que tienen también este objetivo y el de afrontar las dificultades, a veces graves, con que se encuentran diariamente los docentes. La sociedad en su conjunto, y de manera especial la familia, tiene un papel importante a la hora de valorar esta materia fundamental en la educación de los jóvenes y actuar en consecuencia.

La Real Sociedad Matemática Española (RSME) celebra en 2011 el centenario de su creación. "Debatir los planteamientos de la educación matemática en todos sus niveles y asesorar a los organismos competentes" es uno de sus objetivos fundacionales.

La RSME tiene en su estructura varias comisiones y una de ellas es la de Educación. Dicha comisión redacta informes, organiza y participa en seminarios y reuniones, y potencia su actividad en colaboración con las Sociedades de Profesores de Matemáticas federadas en la FESPM, como es en concreto la escuela que lleva el nombre de la figura clave en la Educación Matemática en España, el profesor Miguel de Guzmán, fallecido en 2004. Se trata de una escuela, que desarrolla cada año un tema de actualidad, de interés para docentes de Secundaria y docentes de la Universidad. Se fomenta con ello el intercambio de opiniones y experiencias entre profesores de los dos niveles educativos, cuestión que consideramos muy importante.

Las evaluaciones internacionales son indicadores adecuados para analizar puntos débiles y fuertes de la educación y fomentar un debate que lleve a desarrollar propuestas de mejora. A pesar de las limitaciones presupuestarias de la crisis económica, es necesario consolidar en España una enseñanza de las Matemáticas de calidad. La RSME, en comunicación con otras sociedades e instituciones, renueva, en la celebración del primer centenario, su compromiso firme a favor de la Educación Matemática. Un apoyo conmemorativo a este compromiso es la exposición RSME-Imaginary , que ya puede visitarse en CosmoCaixa Madrid y en la Universidad de Salamanca.

Raquel Mallavibarrena Martínez de Castro es la presidenta de la Comisión de Educación de la Real Sociedad Matemática Española.
Fuente: El País.

jueves, 15 de agosto de 2013

Josefina Piquet, una mujer del 36

Exiliada tras la Guerra Civil, dedicó sus últimos años a contar sus experiencias durante el conflicto y el franquismo

Su lema: “Si la vida te da limones, añádales agua y azúcar y prepara una buena limonada”.

Josefina Piquet se consideraba una mujer afortunada, a pesar de haber quedado sepultada bajo los escombros de las bombas de la Guerra Civil en Figueres, camino del exilio, con solo cuatro años; a pesar de haber vivido su infancia y juventud exiliada en Francia, repudiada por sus compañeros de clase que le tiraban piedras y la insultaban; a pesar del miedo, el hambre y la soledad que vivió allí y del insomnio y la angustia que padeció una vez instalada en su ciudad, Barcelona. Pero Josefina, fallecida el pasado lunes, decía que el victimismo paraliza a las personas y que se debe transformar en algo positivo. Y así cambió su vida cuando decidió abrir la puerta del pasado.

Nacida en Barcelona en el año 1934, Josefina Piquet era hija única de una familia de tradición anarquista, el padre formó parte de la Columna Durruti. Por este motivo, y con solo dos años, a Josefina la nombraron mascota del lado republicano. El 9 de febrero del 1939 pasaba la frontera con su madre, mientras su padre quedaba en el campo de concentración de Saint Cyprien. Se encontrarían dos años más tarde, pero su progenitor continuaría jugándose la vida luchando contra el nazismo y acogiendo a refugiados españoles. Es estremecedor el relato de estos 11 años de exilio en Francia, hasta que, en 1950, los Piquet regresaron a Barcelona.

Tampoco sería fácil la vida en plena dictadura, pero Josefina estudió en el Liceo Francés y enseguida trabajó de secretaria de dirección con solo 16 años. Hasta que se casó en 1958 y dejó la empresa porque una mujer casada no podía trabajar. Tuvo dos hijos.

A finales de 1997 conoció a un grupo de mujeres que empezaban a hablar de su experiencia en la Guerra Civil y la posguerra. Ella no era miliciana, ni había estado en prisión ni en la clandestinidad, como muchas de ellas, pero contaría la experiencia de una niña a quién el trauma de la guerra había cambiado la vida.

Así entró Josefina Piquet en el colectivo Les dones del 36, mujeres que rondando los ochenta años se iban a escuelas, institutos o a centros cívicos a hablar de su experiencia. Ella era la más joven y la llamaban La Nena. Muchas de ellas no habían hablado jamás en público, y mucho menos a estudiantes, que salían emocionados y se preguntaban por qué les habían escondido ese tramo de la historia. En 2005, a raíz de una de las crónicas que publicaba entonces en EL PAÍS, les propuse escribir un libro con la biografía de cada una de ellas. El grupo se disolvió en el 2006 porque muchas ya no podían seguir aquel ritmo. Se despidieron con otro libro editado por ellas: Les dones del 36, un silenci convertit en paraula.

Pero Josefina tenía claro que continuaría divulgando su mensaje. Su discurso era claro y sincero, no le importaba hacer kilómetros y habló ante todo tipo de público, incluso en Francia, en los mismos escenarios que la habían ninguneado. Y en uno de ellos le otorgaron hace poco la Medalla de Oro de la ciudad. Colaboró en el Memorial Democràtic y en el Museu d’Història de Catalunya. A raíz de la exposición Les presons de Franco se integró en el grupo de voluntarios Consell de savis, una actividad oral que aporta la experiencia de la vida de estas personas a grupos de estudiantes.

En los últimos ocho años, Josefina colaboró con la Fundació Congrés Català de Salut Mental, dirigido por la psicóloga clínica Anna Miñarro, que la ha llevado a cursos, jornadas y congresos relacionados con la palabra y la reflexión sobre los traumas de la guerra. Josefina responde al modelo de mujer fuerte, valiente, positiva, que no se rendía ante nada. Su lema: “Si la vida te da limones, añádales agua y azúcar y prepara una buena limonada”.
Isabel Olesti es escritora.

viernes, 3 de mayo de 2013

Flamenco y Memoria Histórica, fandangos por Manuel Romero. Flamenco y cantes árabe



El flamenco canta, es decir trasforma en un cante a la alegría, al amor, a las penas, a la tragedia, a la vida y a la historia del pueblo. Últimamente, las coplas y cantes más críticos se estaban marginando.
Manuel Romero nos canta por fandangos a la Memoria Histórica.
No esta mal recuperar esta faceta del flamenco que parecía olvidado. Recuperar la conciencia de clase; quiénes somos, de donde venimos y a donde vamos, o a dónde queremos ir que es muy diferente de a donde nos quieren llevar, es decir, ser culto, saber y conocer nuestra cultura.

sábado, 26 de enero de 2013

ROSA ESCOBAR VIOLISTA «Me cuesta ponerle palabras al flamenco»

Rosa,... Agarra la viola, cierra los ojos, y dedica cada gesto, cada estímulo, a llevar este instrumento, una rara avis en el flamenco, hasta la pureza del cante.

Pocas veces he escuchado a "la Kaíta" alabar a uno u otro artista, pero de Rosa, siempre habla maravillas. Me lo comentó un sábado en el Mesón Monsara y hasta ya entrada la noche, pude comprobar porqué Rosa Escobar López (Badajoz, 1986) siempre llena ese espacio, que a priori, nunca existe entre cantaor y guitarrista.

-¿Cuando descubrió que era músico?
-A los tres años. Una noche de Reyes, me echaron un organillo electrónico, un Casio pequeño. Recuerdo cómo poco a poco fui relacionando los distintos sonidos con las teclas del instrumento. Empecé a sacar, de oído, 'El Himno de la alegría', 'Cumpleaños feliz' a partir de ahí, mi madre fue la que me apuntó al Conservatorio a los ocho años. Nadie en mi casa se había dedicado a la música con anterioridad. Me apuntaron y seguí ese camino. Mi padre tocaba en la Tuna de Medicina y el oído lo heredé de él, pero más que nada, han sido los estudios y el apoyo de mi madre y de toda mi familia, lo que me ha traído hasta aquí.

 -¿Por qué la viola?
-No tiene nada romántico. En principio quería el piano o el violín, ¡como todos los niños!, y podía haber cambiado en segundo año, pero ya no lo hice. Ahora, lo que si tengo claro es que es el que me gusta. La música está por encima de cualquier instrumento concreto.

-¿Como se acercó al flamenco?
-He tenido la suerte de dar con amigos 'adecuados' como José Romero o Tino González, guitarristas con los que descubrí el flamenco, gracias a ellos y con ellos. Tienen compás, les gusta la pureza, son íntegros, y fue una suerte aprender así..., poco a poco. Ellos me decían: «Rosi, toca por ahí», y yo no era capaz de tocar ni dos notas, pero con el tiempo me he ido acostumbrando a improvisar un poco, y he sabido comprender el lenguaje del flamenco, que es diferente al clásico.

-¿Cuales son las diferencias del lenguaje clásico respecto al flamenco más allá de lo evidente?
-(Reflexiona). Veo una diferencia de estilo, porque técnicamente no hay diferencia. Casi todos los recursos se utilizan igualmente en uno y otro, lo que cambia es el momento y la forma..., y en cuanto al sentimiento que pueden llegar a provocar, ambas cosas me llenan, como músico y como persona. A la hora de tocar flamenco me ha pasado mucho, eso de estar con los amigos, intentando sacar melodías flamencas y decirme «que suena muy clásico» Tengo que intentar encontrar el pellizco con mi instrumento, buscar un sonido 'más sucio'

-¿A qué se refiere con 'sucio'?
-A sonidos más efectistas, ataques muy duros que en cuestión de segundos pasan a no ser nada, que recuerdan a los remates de la guitarra, glissandos, mordentes..., este instrumento en el flamenco tiene esa gran influencia del violín árabe, y se coge mucho de ese lenguaje, de esa forma de tocarlo.

-¿Tiene algún referente que también haya unido la viola con el flamenco?
-Conozco el trabajo de los hermanos Parrilla, uno con el violín y el otro con la flauta, que también aúnan flamenco con cuerda y viento. Olvido Lanza, creo que también lo hace, Jorge Pardo también es flautista.. yo te puedo hablar de gente que toca instrumentos melódicos pero que toque viola y flamenco, no

-¿Se siente pionera en su tierra?
-No me lo he planteado. Yo en realidad, dejo que las cosas vayan fluyendo. Escucho, toco, y la música hace el resto. Vosotros, los aficionados sois los que ponéis las 'etiquetas', yo como músico no me planteo nada de eso. Aún me queda mucho que aprender... Leer más en el diario "Hoy".

Otra parte muy interesante y original de la entrevista:
«MIS AMIGOS SE CONVIERTEN EN MÚSICA»
¿A quién le tocaría unas bulerías en su vida?
A mi abuela.
-¿A quién le lloraría por seguiriyas?
-A mi amigo Tino González, que fue el que me enseñó su compás.
-Al mal tiempo, ¿es de las que toca por alegrías?
-Claro..., no existen problemas, existen soluciones.
-¿A quién le dedicaría unos tangos extremeños?
-A esos amigos que confían en mi.
-¿Cuándo saldría por peteneras?
-Cuando cambian la cejilla de la guitarra, ¡sin previo aviso!.
-¿Qué momento rescataría de su vida, con un cante de ida y vuelta?
-Rescataría las buenas juergas, en las que unos pocos amigos dejamos de ser personas para convertirnos en música, gracia y compás. Esas son las mejores.
-¿Qué sueño como violista forjaría en una fragua?
-Que la viola y yo seamos una misma 'cosa'.
-¿En qué momento siente la soleá?
-Cuando Cristóbal marca ese compás y se mantiene... pa trás pa trás.
-¿Dónde le gustaría irrumpir por jaleos?
-Donde sea, pero con "El Nene" (se ríe).
-¿Qué palo del flamenco ha sido esta entrevista para usted?
-¡Unas rumbitas!
Comentario: ¡¡Rosa!! ¡¡Tienes mucho arte y se te nota hasta hablando!! ¡¡Me ha encantado la entrevista!!

domingo, 23 de octubre de 2011

Discurso de Leonard Cohen al recibir el Premio Principe de Asturias

Leonard Cohen en TVE
Federico García Lorca. Biografía.Otra reseña biográfica, del Instituto Cervantes. Romances y Poemas.
Guitarras flamencas Conde hermanos, de C/ Arrieta, 4 Madrid. España / Tlfno: (0034) 91 541 8738 / Fax (0034) 91 542 58 55 / e-mail:fconde.guitarras@felipeconde.es



Leonard Cohen compuso la música y la letra, adaptación en inglés, basándose en el poema “Pequeño vals vienés” de Federico García Lorca,
(after Lorca)
Now in Vienna there’s ten pretty women
There’s a shoulder where Death comes to cry
There’s a lobby with nine hundred windows
There’s a tree where the doves go to die
There’s a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on it’s jaws
Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love’s never been
On a bed where the moon
has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take it’s broken waist in your hand
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With it’s very own breath of brandy and Death
Dragging it’s tail in the sea
There’s a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There’s a bar where the boys have stopped talking
They’ve been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it’s been dying for years
There’s an attic where children are playing
Where I’ve got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I’ll see what you’ve chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With it’s ‘I’ll never forget you, you know!’
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz …
And I’ll dance with you in Vienna
I’ll be wearing a river’s disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I’ll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I’ll yield to the flood of your beauty
My cheap violin and my cross
And you’ll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It’s yours now. It’s all that there is
(basado en Lorca)
Ahora en Viena hay diez preciosas mujeres.
Hay un hombro sobre el que la muerte llora.
Hay un hall de entrada con novecientas ventanas.
Hay un árbol, al que las palomas van a morir.
Hay un trozo que fue separado de la mańana.
Y está colgado en la Galería del Hielo.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Toma este vals con la mordaza de sus mandíbulas.
Oh te quiero, te quiero, te quiero.
En una silla con una revista muerta.
En una cueva, con el trozo de un lirio.
En algunos pasillos donde el amor
nunca ha estado.
En una cama donde la Luna ha sudado.
En un sollozo lleno de pisadas y arena.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Toma su cintura rota en tu mano.
Este vals, este vals, este vals, este vals.
Con su aliento a brandy y a muerte.
Arrastrando su sobra hacia el mar.
Hay una sala de conciertos en Viena
Donde tu boca fue mil veces comentada.
Hay un bar donde los chicos han dejado de hablar,
condenados a muerte por el blues.
Ah, pero ¿quién se sube a tu imagen
con una guirnalda de lágrimas recién cortadas?
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Toma este vals que ha estado muriendo durante años.
Hay un ático donde los niños están jugando.
¿Dónde tendré que acostarme contigo?
En un sueño de linternas húngaras
entre la niebla de una dulce tarde.
Y veré lo que has encadenado a tu desdicha
Todas tus ovejas y tus lirios de nieve.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Con su “yo nunca te olvidaré, ya sabes”.
Este vals, este vals, este vals, este vals…
Y bailaré contigo en Viena
Llevaré un disfraz de río.
El jacinto silvestre en mi hombro.
Mi boca en el rocío de tus muslos.
Y enterraré mi alma en un libro de recuerdos,
con las fotografías allí y el moho.
Y me rendiré ante la inundación de tu belleza.
Mi violín barato y mi cruz.
Y tú me llevarás hacia abajo con tu baile,
a las piscinas que levantas en tu muñeca.
Oh mi amor, oh mi amor.
Toma este vals, toma este vals.
Es tuyo ahora. Es todo lo que hay.