Mostrando entradas con la etiqueta Federico García Lorca. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Federico García Lorca. Mostrar todas las entradas

jueves, 2 de septiembre de 2021

Muere Mikis Theodorakis, el compositor de "Zorba el griego" a quien Grecia tenía en su propio Olimpo

Puede que para buena parte del mundo hoy se haya anunciado la muerte del compositor de una canción universal: Zorba.

Pero a los griegos, en realidad, se les acaba de morir una divinidad.

Mijalis "Mikis" Theodorakis, fallecido este 2 de septiembre en Atenas a los 96 años, fue una de las figuras más importantes y emblemáticas de la Grecia contemporánea.

Y no sólo por su música.
Theodorakis también encarnó las luchas políticas y sociales que marcaron a su país y al mundo en el siglo XX.

Además de músico, Theodorakis fue parlamentario, ministro y activista.

Su apellido, que en una traducción libre podría ser regalito de Dios, lleva décadas impreso en la cabeza y el corazón de los griegos.

A ellos verdaderamente se les ha muerto un tesoro nacional.

Dos gigantes
Contar la vida de Mikis, como se le conocía popularmente, es relatar una odisea.

Nacido en julio de 1925 en la isla de Xíos (en español se pronuncia Jios), desde muy pequeño tuvo clara su vocación.

Theodorakis fue un coloso de la creación: su carrera abarca más de 1.000 piezas.

Aunque más tarde realizó estudios formales en París, aprendió a componer solo, escuchando música folclórica y bizantina, y a los 17 años dio su primer concierto.

Nunca más paró.
Ni cuando combatió en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Civil que acto seguido desangró a Grecia, ni cuando fue perseguido, torturado y exiliado durante la Junta Militar que gobernó su país entre 1967 y 1974. Sus canciones fueron prohibidas y dos veces lo enterraron vivo.

Nada lo hizo sucumbir. Siempre, en toda circunstancia, fue una presencia imponente, exuberante, expresiva.

Parecía un volcán.
En YouTube hay un video fantástico de un concierto de 1995 en Munich, Alemania, en que Mikis comparte escenario con Anthony Quinn, el famoso actor de origen mexicano que en 1964 protagonizó la película "Zorba el griego", de Mijalis Kakoyiannis.

Theodorakis tenía 70 años y Quinn 80. Cantan, bailan, se besan, se abrazan, se elogian, pero sobre todo disfrutan.

Son dos gigantes que gozan como niños.

 

En 2017 circuló otro video que mostraba su grandeza. Aparece dirigiendo ya muy anciano, en silla de ruedas, con una pasión envidiable a un coro de mil personas de 30 ciudades que cantaban en su honor.

Hacia el final rompe en llanto de la emoción, mientras el público le grita maestro, enorme, eterno, el último de los grandes griegos.

Obra maestra
El legado de Mikis Theodorakis es contundente.

Entre cantatas, óperas, sinfonías, ballets, música de cámara, oratorios, películas y canciones populares, su carrera musical llegó a sumar más de mil piezas.

Puede que "Zorba el griego" sea la más conocida, pero no es necesariamente la más alabada.

Para muchos su obra maestra es la "Trilogía (o balada) Mauthausen".

En los años 60, Theodorakis grabó La balada de Mauthausen con el Servicio Griego del Servicio Mundial de la BBC.

Basada en la trágica experiencia del poeta griego Iakovos Kambanellis en el infame campo de concentración nazi, ha sido descrita como el trabajo musical más hermoso jamás compuesto sobre el Holocausto.

Muchas de las grandes composiciones de Theodorakis están, de hecho, inspiradas en la literatura: entre otras, les puso música a las palabras de sus compatriotas Giorgos Seferis y Odiseas Elytis, al "Romancero Gitano" del español Federico García Lorca y al "Canto General" del Premio Nobel chileno Pablo Neruda.

Son obras épicas, un buen reflejo de su ambición, de su compulsión por crear y mezclar. Lo clásico con lo popular, lo griego con lo universal, lo simple con lo grandioso.

Epitafio
La carrera musical de Mikis se desarrolló en paralelo a un intenso compromiso político.

Theodorakis.
Fundó partidos, fue parlamentario, ministro y militante comunista durante gran parte de su vida, aunque en 1989 fue candidato independiente por el partido de centroderecha Nueva Democracia, lo que le valió críticas de quienes lo consideraron un traidor.

Pero especialmente fue un activista, un defensor vociferante de la libertad, el medio ambiente, los derechos humanos y de la infancia y un opositor acérrimo a la violencia y la guerra.

En la década de los 60 se convirtió en una figura sobresaliente en la escena internacional y fue, junto a la actriz y cantante Melina Mercuri, el símbolo de la resistencia a la dictadura en Grecia.

La lista de personalidades que lo recibieron y apoyaron en esa época es destacable e incluye a artistas como Dmitry Shostakovich, Leonard Bernstein y Arthur Miller y a políticos como Yasser Arafat, Francois Mitterand, Olof Palme y Salvador Allende.

Melina Mercuri fue junto a Theodorakis uno de los principales símbolos de la resistencia a la Junta Militar griega.

Su nombre daba y siguió dando la vuelta al mundo.
En 1964 los Beatles grabaron una versión de su canción Honeymoon (Luna de miel), en los 80 Moscú le dio el Premio Lenin de la Paz y en los 90 recibió el Premio Musical de la Unesco.

En 1994 realizó una gira humanitaria que lo llevó a varios países de Europa, Canadá y Estados Unidos dirigiendo una megaorquesta de 150 músicos y cantantes.

Cuando llegó a Washington, el Senado lo recibió con una resolución oficial en que lo honró y aplaudió "su excepcional talento artístico, su profundo amor por su país y su dedicada labor a favor de las grandes causas"...

https://www.bbc.com/mundo/noticias-37532467 

La fascinante historia de la amistad entre Mikis Theodorakis y Pablo Neruda que llevó al compositor griego a musicalizar el poemario "Canto General" aquí.

sábado, 28 de agosto de 2021

_- La familia de uno de los asesinados con Lorca intenta que Estraburgo deje de mirar a otro lado en los crímenes del franquismo

_- Por Álvaro Sánchez Castrillo | 23/08/2021 | España

Granada, 5 de septiembre de 1936. Ha pasado ya algo más de un mes desde el golpe de Estado contra la Segunda República y el Boletín Oficial de la Provincia sigue echando humo. El gobernador civil emite una circular con la vista puesta en los maestros de la zona. «En cuanto tengan conocimiento de esta circular, harán entrega de la escuela a la autoridad municipal correspondiente y desalojarán la casa vivienda que se les tuviera asignada o cesarán en el percibo de indemnización de habitación, con efectos del primero de agosto», reza el escrito. Más de una treintena de nombres forman parte de esa lista de depuración. Entre ellos, el de Dióscoro Galindo. Sin embargo, el profesor nunca llevaría a cabo esa entrega. Y no lo haría porque había sido asesinado diecisiete días antes. Sus restos nunca aparecieron. Ahora, ochenta y cinco años después, la familia se agarra a Estrasburgo como última esperanza para su localización. Una instancia que, sin embargo, siempre ha mirado hacia otro lado con las víctimas del franquismo.

Galindo ni era granadino ni su primera opción fue la enseñanza. Nacido en Ciguñuela (Valladolid) en 1877, comenzó estudiando Veterinaria en Madrid. Sin embargo, tras perder una pierna en un accidente sufrido con un tranvía el hijo de Clemente y Marcelina decidió regresar al pueblo. Fue entonces cuando empezó a estudiar para maestro. Su primer destino fue en Uribarri Harana (Araba), al que le siguió, con un sueldo de 825 pesetas anuales, Aia (Gipuzkoa). «Luego fue pidiendo traslados», cuenta al otro lado del teléfono su nieta adoptiva Nieves García. En su hoja de servicios constan lugares como Algete (Madrid), Tejina (Tenerife) o Daimiel (Ciudad Real). Y así, tras pasar previamente por los municipios sevillanos de Osuna y Santiponce e Íllora (Granada), recaló en el que sería su último destino. El 1 de noviembre de 1934, el maestro tomó posesión en la localidad granadina de Pulianas. «Era una buena persona. No solo daba clases a sus alumnos, también enseñaba a personas mayores», apunta García.

Y llegaron las elecciones de febrero de 1936, en las que el maestro participó activamente. A fin de evitar un fraude por parte de los caciques del pueblo, decidió representar al Frente Popular en la mesa electoral. Cinco meses después, tras el golpe de Estado, los militares se presentaron en su casa. Primero fue un registro. A la segunda, se lo llevaron. Su hijo Antonio no dudó en agarrar la bicicleta y comenzó a seguirles. «Le apuntaron y le dijeron que o se largaba o llevaría el mismo camino», cuenta su hija. El muchacho, que no podía hacer mucho más, regresó a casa con su madre Juliana y sus dos hermanas. Es la última vez que le vio con vida. Pocas horas después, fue asesinado. La nieta lo define como un maestro «de enseñanza liberal, no creyente». «Hizo una labor pésima enseñando a los niños cosas contra la religión diciéndoles que no existe dios», se recoge en un informe elaborado por el cura del pueblo que se incorporó al expediente de depuración de Galindo, ese en cuya resolución final consta escrita a lápiz la palabra «fusilado».

Dióscoro podría ser solo uno más de esos casi 60.000 profesores que se estima que fueron depurados durante el franquismo. Sin embargo, su historia cuenta con un elemento especial que le ha otorgado gran reconocimiento público. Porque Galindo fue una de las personas que acompañó al poeta Federico García Lorca en sus últimas horas de vida. Con el autor de Romancero Gitano o La Casa de Bernarda Alba coincidió en el Gobierno Civil o en La Colonia, antiguo molino convertido por los golpistas en cárcel provisional. Y fue asesinado junto a él y un par de banderilleros que pertenecían a la CNT –Francisco Galadí y Juan Arcollas– en el trayecto entre Víznar y Alfacar. Pero ochenta y cinco años después, los restos de todos ellos siguen desaparecidos. Los diferentes intentos por localizarlos terminaron fracasando. «Mi padre siempre dijo que antes todo aquello era un olivar. Ahora, solo hay pinos. La tierra se ha removido en todas estas décadas«, resume García.

El arqueólogo Javier Navarro participó en uno de esos intentos fallidos. «Removimos más de 4.500 metros cúbicos de tierra para llegar al nivel del suelo original», cuenta. Solo encontraron los restos de una bala mauser y un casquillo de Mosin-Nagant, de fabricación soviética. Un hilo del que, dice, está tirando ahora después de descubrir «un documento» de un espía en Argel durante la Guerra de Marruecos en el que informaba de la llegada de un barco desde San Petersburgo con armamento y munición para Abd el-Krim. «Estamos viendo documentalmente si además de mauser llegaron también Mosin-Nagant, porque cuando Abd el-Krim se rinde se envió ese material al Parque de Artillería de Granada», desliza el arqueólogo. La hipótesis es que esa munición, que encontraron durante los trabajos que realizaron en la zona, podría haber sido la que se utilizó en el asesinato del poeta.

Pero, ¿Dónde pueden estar entonces los restos en la actualidad? Una posibilidad, dice, podría ser el Barranco de Víznar, un lugar repleto de fosas comunes. Otra hipótesis que se ha puesto sobre la mesa, añade, es que su cadáver fuera exhumado y el resto arrojados a ese paraje natural. En la batalla actual, García, que fue acogida por los Galindo cuando solo tenías tres días de vida, está sola. Arcollas, dice, no tuvo descendientes. El hijo de Galadí decidió dejarlo tras el primer intento porque «su madre estaba padeciendo mucho». Y los Lorca siempre se han mostrado en contra de que se busquen sus restos. Pero ella está decidida a continuar luchando por localizar a su abuelo y tener un lugar al que poder ir a depositar un ramo de flores. Ahora, su mirada está puesta en un punto a 500 metros de donde se realizaron los primeros trabajos de búsqueda. Por los testimonios recogidos, ahí podría hallarse la fosa. «Pero tampoco es algo que sepamos a ciencia cierta», concede la nieta del maestro.

Sin «oportunidad» de ser compensados «por el daño sufrido»
A finales de diciembre de 2019, García interpuso una denuncia para que se investigara por la vía penal el asesinato de su abuelo. Lo hizo poniendo sobre la mesa una entrevista telefónica que Víctor Fernández Puertas, periodista e investigador de la figura del poeta, hizo a quien fuera en la década de los ochenta diputado de Obras y Servicios de la Diputación de Granada. En ella, el político explicaba que en las obras que se realizaron en 1986 en el Parque Federico García Lorca –uno de los enclaves en los que se han centrado los trabajos de búsqueda– apareció un fémur completo que echaron a otra finca. Sin embargo, el juez dio carpetazo al asunto al entender que el autor de los asesinatos tendría más de cien años, que faltaba determinación de la persona concreta contra la que se dirigía la acción penal y que la Ley de Amnistía de 1977 constituía causa de extinción de la responsabilidad penal.

Recurrió, sin éxito, ante la Audiencia Provincial de Granada. Y luego puso el asunto en manos del Tribunal Constitucional. De nuevo, chocaron contra un muro. «[Se rechaza el recurso por] no apreciar en el mismo la trascendencia constitucional que, como condición para su admisión, requiere», recogía la resolución. Ahora, con todas las puertas cerradas, García agota su última bala ante Europa. Este miércoles, ha registrado una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Es su última esperanza. En ella, denuncia que se ha violado su derecho a un proceso equitativo, a un recurso efectivo y los artículos que hacen referencia a la prohibición de discriminación y de abuso de derecho. «El Estado viola su obligación de investigar de forma efectiva (…) cuando tras el descubrimiento de restos con signos de muerte violenta las autoridades rechazan iniciar/abrir un proceso penal sobre la base de ‘ausencia de los elementos constitutivos del crimen», recoge el escrito.

«Los familiares de las víctimas no han tenido oportunidad alguna de ser compensados por el daño sufrido», señalan los demandantes. Eduardo Ranz, el abogado que ha llevado el caso, explica al otro lado del teléfono que no están buscando «enjuiciar culpables», sino que la justicia española «cumpla su deber de investigar y esclarecer los hechos». Esos trabajos, dice, son «fundamentales» para poder saber qué ocurrió, cómo sucedió y dónde se encuentran los restos de todas estas personas que sufrieron la brutalidad del régimen franquista. «Es increíble que lo único que se nos dijera es que fuéramos a la jurisdicción voluntaria, que es algo que no podemos hacer desde 2015», asevera el letrado, que reconoce que todas las esperanzas están puestas al otro lado de la frontera española, en esa institución que se encarga de proteger los derechos humanos.

Estrasburgo, un muro infranqueable
No será sencillo. Y no lo será porque, en lo referente a las víctimas del franquismo, Estrasburgo siempre ha mirado por el momento hacia otro lado. «Todos los intentos que se han producido hasta ahora han sido rechazados», recuerda Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). El primer golpe llegó en abril de 2012, cuando el TEDH decidió inadmitir la demanda que presentaron la hija y el nieto del diputado socialista por Málaga Luis Dorado Luque, detenido el 18 de julio de 1936 y del que no volvió a saberse nada diez días después. Lo hizo al entender que se había presentado «fuera de plazo». No obstante, la resolución ya dejaba claro que no había margen para abordar aquellos hechos ocurridos antes de la adopción (1950) y posterior ratificación por España de la Convención Europea de Derechos Humanos (1979).

La inadmisión se conoció pocos días después de que en España el Supremo dictaminase que no cabía investigar penalmente los crímenes del franquismo por la ley de amnistía. Tras el varapalo en el caso de Dorado Luque, vinieron más. En julio, se inadmitieron demandas similares de UGT y Carmen Negrín –nieta del último presidente del Gobierno de la Segunda República– por el cerrojazo de los tribunales en relación con los actos de naturaleza genocida cometidos en España. En noviembre de 2012, queda guardado en un cajón de Estrasburgo el caso de Fausto Canales, a cuyo padre Valerio hicieron desaparecer el 20 de agosto de 1936 en Pajares de Adaja (Ávila), algo que los tribunales españoles jamás llegaron a investigar. Y a comienzos de 2013 el de Fernando León, cuyos padres fueron detenidos «por escuadras fascistas» en 1936 y nunca más volvieron a aparecer. Sus intentos de que se investigase en suelo español siempre fueron rechazados.

La nieta del maestro, sin embargo, alberga cierta esperanza. Espera poder abrir una grieta en un muro que hasta el momento ha sido infranqueable. No solo por ella, sino también por tantas y tantas familias que todavía, en la actualidad, siguen buscando desesperadamente a sus seres queridos. «Los años no pasan en balde», dice. No llega a comprender cómo es posible que en una democracia asentada desde hace décadas todos ellos se vean obligados a buscar ayuda lejos de nuestras fronteras. Y hasta que no se levante esta losa, poco se podrá avanzar. «Mientras no podamos resolver esta situación, nunca se podrá estudiar la historia de España como realmente fue», sentencia.

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2021/08/19/dioscoro_123669_1012.html

lunes, 16 de agosto de 2021

Me vuelves Lorca. Miguel Ángel Santos Guerra

Los pasados días 6, 7 y 8 de agosto tuve la suerte de vivir una experiencia extraordinaria. Una de esas experiencias que te llenan de sonrisas, de encuentros, de emociones, de hermosos aprendizajes y de maravillosos recuerdos. Mi mujer y yo fuimos hasta Laroles guiados por la mano de nuestros amigos Carmen y Rafa. Compartir es uno de los verbos que mejor conjuga la amistad.

En ese pequeño pueblo de la Alpujarra granadina llamado Laroles (Ayuntamiento de Nevada) se celebraba ese fin de semana la séptima edición del Festival “Me vuelves Lorca”, dedicada este año a la mujer artista. Un Festival que mezcla teatro, música y danza y que llena el pueblo de gentes ávidas de beber el agua limpia y fresca de la cultura.

Hay muchas facetas dignas de ser reseñadas en esta experiencia cultural. Se trata de un conjunto de actividades que se desarrolla al aire libre en la antigua era del pueblo. Así es: en el Teatro de la Era, según dicen las entradas. Una era donde antes había trillos, aparvaderas y máquinas de limpiar y ahora hay artistas que despiertan la admiración y el aplauso de residentes y turistas. Los pueblos también necesitan cultura. ¡Ay, mi querido y abandonado mundo rural! Viví mis primeros años en un pequeño pueblo de la provincia de León, llamado Grajal de Campos. Un pueblo con un impresionante castillo árabe del XVI, un palacio renacentista y una historia que se remonta a los hermanos Graco de la Roma imperial. Castigados por un olvido ancestral, los vecinos de estas localidades que conforman el Ayuntamiento de Nevada (Laroles tiene unos 600 habitantes; Picena, 247; Mairena, 209; y Júbar, 46) tienen que salir del pueblo para ver una obra de teatro o para disfrutar de un concierto. Es un pequeño milagro que puedan disfrutar en su era, convertida en anfiteatro, de espectáculos de gran calidad.

Quiero dejar constancia de que la impulsora y alma mater de la iniciativa es una ciudadana británica, Anna Kemp, licenciada en literatura inglesa por la Universidad de Oxford, que aterrizó en tierras alpujarreñas cuando trabajaba como script (secretaria de rodaje) de la película “Al sur de Granada” de Fernando Colomo, basada en la novela autobiográfica de Gerald Brenan. Se enamoró de esta tierra y creo que fue correspondida desde el primer momento, en un flechado singular. Compró una casa y se hizo alpujarreña de mente y corazón. Su capacidad emprendedora no tiene limites, ni siquiera los impuestos por la pandemia.

Es de celebrar que haya tenido lugar este año la séptima edición del Festival ya que, si se hacen las cosas bien, las raíces van profundizando en la tierra fértil de la cultura popular. Es importante empezar, es más difícil mantenerse y seguir mejorando la idea inicial. He visto muchos números cero de revistas, de Festivales, de Celebraciones… Hace falta perseverancia, tesón, espíritu de superación y creatividad a raudales para sorprender al espectador cada año… En ediciones anteriores el Festival duraba tres fines de semana consecutivos. Este año, dadas las restricciones de la pandemia, se ha hecho una “edición bonsái”, dice Anna, condensando las actividades en un fin de semana.

Por el nombre del Festival pueden descubrir el lector y la lectora que la figura del poeta granadino es el epicentro de tantas ideas y emociones. La figura de Lorca lo impregna todo, desde el nombre del Festival, hasta la tierra granadina que lo alberga; desde la inspiración libertaria a la sensibilidad exquisita… Es más, el espíritu del Festival es eco de aquellas obras de teatro (cómo no recordar La Barraca) que Federico representaba con estudiantes en los pueblos de su tierra.

En esta séptima edición el eje central ha sido el estreno de la obra “Lluvias enlazadas”, escrita por Anna Kemp (qué mérito la búsqueda y la cuidada y elegante escritura en un idioma que es el suyo), después de realizar una exhaustiva investigación sobre poemas, cartas, textos biográficos y memorias. La obra cuenta la vida de tres mujeres de la generación del 27, injustamente silenciadas durante muchos años: Carmen Conde (Darlene Rodríguez), Concha Méndez (Macarena Sanz) y Ernestina de Champourcin (Lara Sanz). Estas mujeres estuvieron muy cerca de García Lorca durante su estancia en la Residencia de Estudiantes. Su juventud transgresora, sus luchas personales para emanciparse, el impacto del exilio en sus vidas y carreras literarias, sus relaciones personales…se muestran de manera intensa y atractiva en los diálogos chispeantes y en la trama teatral. La excelente interpretación de las actrices llenó de vibraciones positivas la atmósfera alpujarreña y tocó los corazones de los asistentes.

“Y vosotros, queridos actores, artistas por encima de todo. Artistas de los pies a la cabeza, puesto que por amor y vocación habéis subido al mundo fingido y doloroso de las tablas”, les dice Federico García Lorca a estas jóvenes actrices pertenecientes a la internacional y supergalardonada compañía “Teatro en Vilo”, fundada en Londres en 2012 y afincada ahora en Madrid.

El teatro es poesía que se levanta del libro y se hace humana, dijo en una ocasión García Lorca, y nunca dejó de confiar en la capacidad del teatro para enseñar y deleitar, según el viejo modelo clásico.

Con notas y palabras se fue tejiendo el hermoso tapiz de la obra representada en el formato de teatro leído. Los integrantes de Malandro Club, Gorka Hermosa (acordeón), Alberto Vaquero (trompeta) y Javi Mayor (contrabajo), llenaron la noche de hermosos ritmos.

El segundo día nos llenó de ritmo, arte y mensajes feministas el conjunto Amparanoia.Música vibrante y mensajes contundentes. Amparo Sánchez nos recordó que no hay mayor opresión que aquella en la que el oprimido mete en su cabeza los esquemas del opresor.

El último día, domingo, hubo doble sesión. Un estupendo e incisivo monólogo de Esperanza Pedreño sobre la mujer y la madre y un creativo entramado de historias iimprovisadas, divertidas e interactivas a cargo del grupo Jamming. El humor es una forma de bondad. Las risas de los asistentes se mezclaban con las estrellas en la noche de Laroles. Hasta un cometa volante hizo presencia para celebrar con el público las emociones del Festival.

Otra dimensión de interés de la experiencia es el turismo que la iniciativa promueve. Se llenan los hoteles, y las casas rurales, se llena de bañistas la piscina municipal, se llenan los restaurantes de comensales y se incrementa el comercio. Después de una larga reclusión estamos deseosos de conquistar el mundo. Nosotros nos alojamos en el Hotel rural Real y fuimos atendidos con exquisita amabilidad por el incansable Ramón que, con el esternón roto en un accidente de tráfico, practicó en solitario a la perfección todos los verbos de la hostelería: limpiar, planchar, servir, hacer camas, atender, abrir, dialogar, informar, sonreír, regalar… ¿Hay quien dé más?

Una actividad de este tipo solo puede montarse y mantenerse desde el trabajo generoso de un equipo bien organizado y dirigido. Eso lo consigue Anna con su capacidad de liderazgo y su simpatía contagiosa. Me gustó ver a un grupo de jóvenes atender las necesidades de la organización, manteniendo a rajatabla todas las indicaciones sanitarias para evitar el contagio.

Es una constante en las sucesivas ediciones del Festival “Me vuelves Lorca”, por lo que he visto en esta y por lo que me han contado de las anteriores, ofrecer calidad en los espectáculos. Es un círculo virtuoso: la calidad da prestigio al Festival y ese prestigio facilita la aceptación de los invitados de más categoría. Estoy seguro de que los contactos y la habilidad de Anna tienen mucho que ver en la entusiasta presencia de los importantes artistas participantes.

Me gustó que las autoridades políticas (Diputación de Granada y Ayuntamiento de Nevada) estuviesen comprometidas con la experiencia y se hiciesen presentes en el Teatro de la Era. Es saludable que el poder apueste por la cultura en los pueblos.

Y he aquí otra característica del Festival. Tiene un necesario, oportuno y profundo sentido feminista. Es la gran revolución pendiente. Laroles se ha convertido en nuestra matria emocional.

Miguel Ángel Santos Guerra, El Adarve. https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2021/08/14/me-vuelves-lorca/

sábado, 6 de junio de 2020

Federico

En el 122 aniversario del nacimiento de Federico García Lorca

A Federico se le ha comparado con un niño, se le puede comparar con un ángel, con un agua “mi corazón es un poco de agua pura”, decía él en una carta), con una roca; en sus más tremendos momentos era impetuoso, clamoroso, mágico como una selva. Cada cual le ha visto de una manera. Los que le amamos y convivimos con él le vimos siempre el mismo, único y, sin embargo, cambiante, variable como la misma naturaleza. Por la mañana se reía tan alegre, tan clara, tan multiplicadamente como el agua del campo, de la que parecía siempre que venía de lavarse la cara. Durante el día evocaba campos frescos, laderas verdes, llanuras, rumor de olivos grises sobre la tierra ocre; en una sucesión de paisajes espa­ñoles que dependían de la hora, de su estado de ánimo, de la luz que despidieran sus ojos: quizá también de la persona que tenía enfrente. Yo le he, visto en las noches más altas, de pronto, asomado a unas barandas misteriosas, cuando la luna correspondía con él y le plateaba su rostro; y he sentido que sus brazos se apoyaban en el aire, pero que sus pies se hundían en el tiempo, en los siglos, en la raíz remotísima de la tierra hispánica, hasta no sé dónde, en busca de esta sabiduría profunda que llameaba en sus ojos, que quemaba en sus labios, que en­candecía su ceño de inspirado. No, no era un niño entonces. ¡Qué viejo, qué viejo, qué “antiguo”, qué fabuloso y mítico! Que no parezca irreverencia: solo algún viejo “cantaor” de flamenco, solo alguna vieja “bailadora”, hechos ya estatuas de piedra, podrían serle comparados. Solo una remota montaña andaluza sin edad, entrevista en un fondo nocturno, podría entonces hermanársele.

No hay quien pueda definirle. Su presencia, comparable quizá, solo y justamente con el tifón que asume y arrebata, traía siempre asociaciones de lo sencillo elemental. Era tierno como una concha de la playa. Inocente en Su tremenda risa morena, como un árbol furioso. Ardiente en sus deseos, como un ser nacido para la libertad. Y tenía para su obra futura un instinto tan primario de defensa, que no puede por menos de traerme la memoria de un genio: Goethe. Con una diferencia, y es que Federico era incapaz de la fría serenidad con que aquel Júpiter encadenó el complicado mecanismo de sus instintos y pasiones y lo redujo a ruedas dentadas al servicio de su rendimiento intelectual. En Federico todo era inspiración, y su vida, tan hermosamente de acuerdo con su obra, fue el triunfo de la libertad, y entre su vida y su obra hay un intercambio espiritual y físico tan constante, tan apasionado y fecundo, que las hace eternamente inseparables e indivisibles. En este sentido, como en otros muchos, me recuerda a Lope.

En Federico, que pasaba mágicamente por la vida, al parecer sin apoyarse; que iba y venía ante la vista de sus amigos con algo de genio alado que dispensa gracias, hace feliz un momento y escapa enseguida como la luz, que él llevaba efectivamente; en Federico se veía sobre todo al poderoso encantador, disipador de tristezas, hechicero de la alegría, conjurador del gozo de la vida, dueño de las sombras, a las que él desterraba con su presencia. Pero yo gusto a veces de evocar a solas otro Federico, una imagen suya que no todos han visto: al noble Federico de la tristeza, al hombre de soledad y pasión que en el vértigo de su vida de triunfo difícilmente podía adivinarse. He hablado antes de esa nocturna testa suya macerada, por la luna, ya casi amarilla de piedra, petrificada como un dolor antiguo. “¿Qué te duele, hijo?”, parecía preguntarle la luna. “Me duele la tierra, la tierra y los hombres, la carne y el alma humana, la mía y la de los demás, que son uno conmigo.”

En las altas horas de la noche, discurriendo por la ciudad, o en una tabernita (como él decía), casa de comidas, con algún amigo suyo, entre sombras humanas, Federico volvía de la alegría, como de un remoto país, a esta dura rea1idad de la tierra visible y del dolor visible. El poeta es el ser que acaso carece de límites corporales. Su silencio repentino y largo tenía algo de silencio de río, y en la alta hora, oscuro como un río ancho, se le sentía fluir, fluir, pasándole por su cuerpo y su alma sangres, remembranzas, dolor, latidos, de otros corazones y otros seres que eran él mismo en aquel instante, comoel río es todas las aguas que le dan cuerpo, pero no limite. La hora mala de Federico era la hora del poeta, hora de soledad, pero de soledad generosa, porque es cuando el poeta siente que es la expresión de todos los hombres.

Su corazón no era ciertamente alegre. Era capaz de toda la alegría del universo; pero su sima profunda, como la de todo gran poeta, no era la de la alegría. Quienes le vieron pasar por la vida como un ave llena de colorido, no le conocieron. Su corazón era como pocos, apasionado, y una capacidad de amor y de sufrimiento ennoblecía cada día más aquella noble frente. Amó mucho, cualidad que algunos superficiales le negaron. Y sufrió por amor, lo que probablemente nadie supo. Recordaré siempre la lectura que me hizo, tiempo antes de partir para Granada, de su última obra lírica, que no habíamos de ver terminada. Me leía sus Sonetos del amor oscuro, prodigio de pasión, de entusiasmo, de felicidad, de tormento, puro y ardiente monumento al amor, en que la primera materia es ya la carne, el corazón, el alma del poeta en trance de destrucción. Sorprendido yo mismo, no pude menos que quedarme mirándole y exclamar: “Federico, ¡qué corazón! ¡Cuánto ha tenido que amar, cuánto que sufrir!” Me miró y se sonrió como un niño. Al hablar así no era yo probablemente el que hablaba. Si esa obra no se ha perdido; si, para honor de la poesía española y deleite de las generaciones hasta la consumación de la lengua, se conservan en alguna parte los originales, cuántos habrá que sepan, que aprendan y conozcan la capacidad extraordinaria, la hondura y la capacidad sin par del corazón de su poeta.

Epílogo de Obras completas. Ed. Aguilar. 1957

Federico García Lorca (1898 – 1936) Vicente Aleixandre (1898 – 1984)

Fuente:

https://labaladadecarabanchel.blogspot.com/2020/06/en-el-dia-del-122-aniversario-del.html

sábado, 27 de julio de 2019

90 años de Lorca en Nueva York

Eduardo Robaina La Marea

El 26 de junio de 1929 el joven granadino desembarcó en la ciudad de los rascacielos, donde vivió hasta principios de 1930. De esta experiencia nacería más tarde una de sus obras más aclamadas: 'Poeta en Nueva York'.

«New York me parece horrible pero por eso mismo voy allí. Creo que lo pasaré muy bien». Así hacía saber Federico García Lorca el 6 de junio de 1929 a su amigo Carlos Morla Lynch que se marchaba. Y continuaba: «¿Te sorprende? A mí también me sorprende. Yo estoy muerto de risa por esta decisión. Pero me conviene y es importante para mi vida». Decidió partir para romper con aquello que le hacía sentirse «deprimido y lleno de añoranzas», como confesaría al mismo amigo. Esos sentimientos venían dados por su relación con el joven escultor Emilio Aladrén, y sus padres, preocupados por el estado anímico de su hijo, aceptaron que pasara unos meses fuera, oportunidad que aprovecharía para aprender inglés.

De Granada partió a Madrid. Luego París y después Reino Unido. Tras un fugaz paso por Oxford, Lorca llegó a Southampton el 19 de junio, donde puso rumbo a Nueva York. Era su primer gran viaje al extranjero, pero no iba solo. Le acompañaba su buen amigo Fernando de los Ríos, profesor y político. Ambos se embarcaron en el transatlántico RMS Olympic, gemelo del Titanic. Hoy volar es un privilegio en lo económico, pero, sobre todo, un elemento democratizador. Unas pocas horas separan a las personas de conocer mundos totalmente opuestos. Ocho horas entre Madrid y Nueva York. El poeta granadino, que nunca llegó a viajar en avión, tal vez hubiese deseado entonces subir a uno. Él y de los Ríos tardaron seis días.

Aunque el desembarco estaba previsto para el día 25, la niebla retrasó el ansiado momento 24 horas más, tal y como recoge el pasaporte del propio poeta, publicado en el libro Federico García Lorca en Nueva York y La Habana: cartas y recuerdos (Galaxia Gutenmberg, 2013). Una travesía de «seis días de sanatorio», en los que Lorca se puso como le contaba a sus padres: «Como a mí me gusta estar, negro negrito de Angola».

Pasaporte del poeta. Archivo FGL. De C. Maurer y A. Anderson, FGL en Nueva York y La Habana, Galaxia Gutenberg, 2013.

Era miércoles, y en el puerto les esperaban, entre otros, Federico de Onís y Ángel del Río, máximos apoyos de Lorca en la gran urbe. El dramaturgo, ya de renombre tras haber cosechado el éxito en 1928 con Romancero gitano, pronto quedó fascinado con lo que veía, y así se lo transmitió, tan rápido como pudo, a su familia por carta.

–»París y Londres son dos pueblecitos si se comparan con esta Babilonia trepidante y enloquecedora»–, símil que extendió a su Granada: «En tres edificios de estos cabe Granada entera. Son casillas donde caben 30.000 personas».

Entonces, Nueva York ya era la ciudad de los rascacielos de infarto; la metrópolis de ritmo trepidante y gente extravagante . Es 2019, han pasado 90 años desde que Federico García Lorca fuese por primera (y última) vez, y las construcciones kilométricas no solo no cesan, sino que convierten a quienes pasan por allí en espectadores y espectadoras de una suerte de concurso por ver cuál alcanza antes las nubes.

Montaje. Lorca junto al Sundial en 1929, y una foto del lugar en la actualidad. EDUARDO ROBAINA / FUNDACIÓN FGL.

Federico –forma con la que acostumbraba firmar cuando escribía a su familia–, tuvo tres hogares durante su estancia en Estados Unidos. A principios de julio, previo pago de 50 dólares, se instalaba en la residencia Furnald Hall, en el campus de la Universidad de Columbia. Su cuarto, el 617, quedaba ubicado en la sexta planta, desde donde veía a los jóvenes jugar al rugby y disfrutaba de las vistas que ofrecía Manhattan. Aquel césped al que dirigía su mirada Lorca está repleto hoy de estudiantes que descansan tumbados mientras la verde hierba los abraza, aprovechan los rayos de sol para hacer deporte, o simplemente comen. Allí convergen miles de jóvenes, cuya mezcla de mundos, culturas y vivencias tanto maravillaba al poeta.

El inmenso espacio está presidido por unas grandes escalinatas que llevan hasta la imponente biblioteca universitaria. A su alrededor, las múltiples residencias y escuelas. En el centro, fácilmente visible, la base de lo que en el pasado fue un reloj solar con el que García Lorca se fotografió varias veces. Ahora, la asociación granadina Carpe Diem ha pedido al gobierno de la ciudad una estatua del poeta sobre ese lugar.

Allí también se encuentra la Escuela de Estudios Generales, entonces conocida como Escuela de Verano de Columbia, en la que Lorca, cumpliendo con uno de los motivos de su aventura, se apuntó a clases de inglés para extranjeros. Aquello no duró mucho y en octubre las abandonó, hecho que contribuyó a que sus capacidades lingüísticas con el idioma de Shakespeare no pasaran del mero chapurreo.

Mural de Lorca en pleno Manhattan, obra del grafitero granadino El Niño de las Pinturas. EDUARDO ROBAINA.

En septiembre, con el inicio del nuevo semestre, el dramaturgo se mudó a John Jay Hall, una residencia próxima a la anterior. Su nuevo cuarto se situaba en el piso 12, desde donde era capaz de ver «todos los edificios de la universidad, el río Hudson y un lejano panorama de rascacielos blancos y rosados». «A la derecha, tapando el horizonte, un gran puente en construcción, de fortaleza y agilidad increíbles». Este último, ya acabado, es el puente de George Washington, responsable en la actualidad de conectar las ciudades de Nueva York y Nueva Jersey.

Resguardo del pago de la segunda residencia donde estuvo Lorca. Cedida por C. Maurer

Hacia finales de enero de 1930 se mudó a su tercer y definitivo hogar antes de partir hacia Cuba. Ya no sería una residencia, sino una casa cercana al campus que compartió con su amigo José Antonio Rubio Sacristán. Aunque es incierto el número exacto de puerta, en el periódico de aquel entonces de la Universidad un anuncio con esa misma dirección ofrecía dos habitaciones en un «apartamento recién decorado». Era el 10E, pedían unos «50 o 60 dólares por mes» y hacía esquina con Broadway, nombre del conocido circuito de espectáculos teatrales con los que tanto fantaseó Federico.

Fueron continuas las referencias del joven poeta hacia lo mucho que le inspiraban los teatros en Nueva York: «Que aquí es muy bueno y muy nuevo y a mí me interesa en extremo», escribió a sus padres. Sin embargo, siempre se topaba con un mismo problema: el dinero. Aunque aseguraba que la vida de estudiante en la ciudad era barata, Lorca dejaba constancia en sus habituales intercambios postales con su familia que los 100 dólares mensuales que recibía de sus progenitores eran insuficientes, y más para alguien con tantas inquietudes artísticas como él. En la actualidad, los teatros se cuentan por decenas y su arquitectura es ya parte inseparable de la ciudad, hecho por el que seguramente Lorca, si viviera, quedaría arruinado y maravillado a partes iguales.

John Jay Hall, la primera residencia en la que vivió Lorca. EDUARDO ROBAINA.

Otro enclave icónico que no ha cambiado con el paso de los años, visita clásica de cualquier turista y donde impera «la ausencia total del espíritu», es Wall Street. El andaluz presenció en directo el jueves negro del conocido como crack del 29. Se refirió a esa experiencia como «espantosa», y permaneció más de siete horas «entre la muchedumbre» mientras los «hombres gritaban y discutían como fieras y las mujeres lloraban en todas partes». Esa vivencia quedó más tarde plasmada en Poeta en Nueva York con Danza de la muerte.

Sentimientos los que afloraron también en Harlem, «la ciudad negra más importante del mundo», llegó a decir. Allí frecuentaba Small’s Paradise, único club nocturno que menciona explícitamente el poeta. Ahora, el gran edificio de ladrillos donde antes resonaba jazz lo presiden unas grandes letras en lo alto de la fachada: Thurgood Marshall Academy. En la esquina, una cafetería 24 horas sirve desayunos a base de tortitas y no-café a cambio de unos precios que harían salir huyendo al propio Federico.

La relación de Lorca con la población negra no acaba ahí. Sus constantes referencias hacia ellos son visibles en poemas como Oda al Rey de Harlem, donde deseaba «subrayar el dolor que tienen los negros de ser negros en un mundo contrario, esclavos de todos los inventos del hombre blanco y de todas sus máquinas».

Nueve décadas más tarde, Harlem sigue igual que lo dejó. Los días laborales discurren con gente negra llenando sus calles, y los domingos se erigen como el día en el que habituales y curiosos venidos de fuera abarrotan las iglesias de la zona deseando escuchar la famosa misa Gospel. Sobre ella, Federico acabó diciendo: «¡Pero qué maravilla de cantos! Solo se podía comparar con ellos el cante jondo».

Durante siete meses intentó ser un neoyorquino más . Sobre si Federico García Lorca fue feliz, el hispanista Christopher Maurer cree que sí, sobre todo por tener «la sensación de estar escribiendo un libro que representaba algo nuevo en la poesía española». Federico acabó siendo Poeta en Nueva York, cuyos amargos textos contrastan con la ilusión y alegría de las cartas que enviaba a su familia. «Debió de darse cuenta de una gran verdad: gran ciudad, gran soledad. Venía de un país donde tenía mayor importancia la familia, los amigos, la sensación de comunidad. Por un lado, el estar lejos de todo eso le dio mayor libertad e independencia. Por otro lado, representaba un vacío», cuenta Maurer, experto en el poeta.

Montaje. Lorca paseando en 1929 junto a unas amistades por la Universidad de Columbia. EDUARDO ROBAINA / FUNDACIÓN FGL

«Te das cuenta de que gran parte de aquella Nueva York ha desaparecido», dice el hispanista al intentar trazar en la actualidad un mapa con los movimientos y sitios predilectos. Y añade: «Hoy en día, como lo era en 1929, es una ciudad de enormes desigualdades económicas, con una economía que parece robusta pero que es bien precaria». No obstante, con lo que no ha podido el paso del tiempo es con el recuerdo de la ciudad por el poeta. Varios murales que van desde Manhattan hasta el barrio de Bushwick, en Queens, homenajean a través de sus paredes al dramaturgo español. Inmortal también en Union City, en Nueva Jersey, que declaraba en 2018 el 5 de junio, fecha de su nacimiento, como Día de Lorca por «los importantes logros y contribuciones de Federico García Lorca, que han servido de inspiración para Union City y la comunidad literaria».

«¡Asesinado por el cielo!», gritaba Lorca en Vuelta de paseo, texto que abre el aclamado poemario. Este crimen fue simbólico, no así el que puso fin de manera prematura a su vida el 18 de agosto de 1936, cuando fue fusilado por los fascistas. Se marchó sin poder cumplir su deseo de regresar algún día a la ciudad que «anonada pero no asusta”.

Lo cierto es que Federico nunca se fue del todo.

Pinchando aquí te lleva a un mapa online con las direcciones exactas de todos los lugares claves de Lorca en Nueva York.

Eduardo Robaina, periodista que saca fotos. De Canarias. erobayna@lamarea.com

Fuente: https://www.lamarea.com/2019/06/05/90-anos-de-lorca-en-nueva-york/

martes, 25 de diciembre de 2018

_- Romance de la zapatera. De la obra "La Zapatera prodigiosa" de Federico García Lorca.

_- Romance de la zapatera

En un cortijo de Córdoba / entre jarales y adelfas,
vivía un talabartero / con una talabartera.
Ella era mujer arisca, / él hombre de mucha paciencia,
ella giraba en los veinte / él pasaba de cincuenta.
¡Santo Dios, cómo reñían! / Miren ustedes la fiera,
burlando al débil marido / con los ojos y la lengua.
Cabellos de emperadora / tiene la talabartera,
y una carne como el agua / cristalina de Lucena.
Cuando movía sus faldas / en tiempo de primavera
olía toda su ropa / a limón y yerbabuena.
¡Ay, que limón, limón / de la limonera!
Qué apetitosa / talabartera!

Ved como la cortejaban / mocitos de gran presencia
en caballos relucientes / llenos de borlas de seda.
Gente cabal y garbosa / que pasaba por la puerta
haciendo brillar, alegre / las onzas de sus cadenas.
La conversación a todos / daba la talabartera
y ellos caracoleaban / sus jacas sobre las piedras.
Miradla hablando con uno / bien peinada y bien compuesta,
mientras el pobre marido / clava en el cuero / la lezna.

Un lunes por la mañana / a eso de las once y media,
cuando el sol deja sin sombra / los juncos y madreselvas,
y van cayendo las verdes / hojas de las madroñeras,
regaba sus alhelíes / la arisca talabartera.
Llegó su amigo trotando / una jaca cordobesa
y le dijo entre suspiros:
Niña, si tu lo quisieras, / cenaríamos mañana
los dos solos / en tu mesa.
¿Y qué harás de mi marido? / -Tu marido no se entera.
¿Qué piensas hacer? /- Matarlo.
Es ágil. Quizás no puedas. / ¿Tienes revolver? -¡Mejor!
¡Tengo navaja barbera! / ¿Corta mucho? -Más que el frío.
Y no tiene ni una mella. /-¿No has mentido? -Le daré
diez puñaladas certeras / en esta disposición,
que me parece estupenda: / cuatro en la región lumbar,
una en la tetilla izquierda, / otra en semejante sitio
y dos en cada cadera. / ¿Lo matarás enseguida?
Esta noche cuando vuelva / con el cuero y con las crines
por la curva de la acequia.

Esposo viejo y decente / casado con joven tierna,
qué tunante caballista / roba tu amor en la puerta.

sábado, 14 de abril de 2018

¡Por la III República española, contra las falsas repúblicas que nos dividen y distancian!

Salvador López Arnal

Rebelión

Para Federico García Lorca (1898-1936), el poeta republicano asesinado por el fascismo a los 38 años. In memoriam et ad honorem.

Para Carlos Jiménez Villarejo, un jurista machadiano de la cabeza a los pies, de la mente al corazón.

Para Mario Gaviria (1938-2018), del que tanto aprendimos. In memoriam et ad honorem.

Desde un punto de vista teórico, yo no soy marxista, no lo he sido nunca, es muy posible que no lo sea jamás. Mi pensamiento no ha seguido la ruta que desciende de Hegel a Carlos Marx. Tal vez porque soy demasiado romántico, por el influjo, acaso de una educación demasiado idealista, me falta simpatía por la ideal central del marxismo, me resisto a creer que el factor económico, cuya enorme importancia no desconozco, sea el más esencial de la vida humana y el gran motor de la historia. Veo, sin embargo, con entera claridad, que el socialismo, en cuanto supone una manera de convivencia humana basada en el trabajo, en la igualdad de los medios concedidos a todos para realizarlo, y en la abolición de los privilegios de clase, es una etapa inexcusable en el camino de la justicia; veo claramente que es ésa la gran experiencia humana de nuestros días, a la que todos de algún modo debemos contribuir.
Antonio Machado (1º de mayo de 1937)



Para nosotros, la cultura ni proviene de energía que se degrada al propagarse ni es caudal que se aminore al repartirse; su defensa, obra será de actividad generosa que lleva implícita las dos más hondas paradojas de la ética: solo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da.
Antonio Machado (1937)


España, por fortuna, la España leal a la nuestra gloriosa República, cuantos combaten la invasión extranjera, sin miedo a lo abrumador de la fuerza bruta, habrán salvado, con el honor de la Europa occidental, la razón de nuestra continuidad en la Historia.
Antonio Machado (1939)

Porque la República solo puede llegar de las manos populares: tiende a olvidarse que la II República española representó, en la Europa que veía agitarse el monstruo fascista de otra racionalidad capitalista, una esperanza en la capacidad de resistencia de la honradez y la decencia democráticas; simbolizó la confianza, aunque fuera derrotada, en el valor de la resistencia a la barbarie, el aliento antifascista; pero también las certezas depositadas en un horizonte que quería restaurar la dimensión humana donde pudiese vivirse de otra forma.
Higinio Polo (2018)

Por último, y no menos sino más importante, que igual que a mucha gente le interesó destacar, a mucha más, parece haberle importado también con una constancia igual de admirable durante todo el tiempo de la historia humana, mantener la igualdad y el que ‘nadie sea más que nadie.
Víctor M. Fernández Martínez (2007)

Al poeta, a nuestro poeta, siempre ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar, le hubiera complacido la reflexión con la que Víctor M. Fernández Martínez cierra Prehistoria. El largo camino de la Humanidad [1]. También, por supuesto , las consideraciones republicano-democráticas de Higinio Polo. Las suyas, las palabras del autor de Juan de Mairena, del poeta que conversaba con el hombre que siempre iba con él, también siempre en nuestra memoria. En la de todos, en la de todas (y aunque no se aproximara bien, ese 1º de mayo de 1937, no es eso, no es eso, a la que llama, sin serlo, idea central del marxismo).

Una reflexión del profesor José Luis Martín Ramos, sobre una arista esencial de la política internacional que nos preocupa a todos en tiempos bélicos que pueden ser aún más bélicos:

Macron dice que tiene pruebas del ataque de Al Assad con armas químicas; Teresa May dice que también; Merkel no se arriesga tanto y dice que probablemente fue así. De Trump no hace falta hablar. Hasta el editorial de La Vanguardia ya cae en la tentación de hablar del "cada vez más evidente nuevo ataque con armas químicas", en el que el "nuevo" no es inocente y revalida anteriores ataques de los que también se dijo que habían pruebas… que nunca han sido mostradas de manera irrefutable. Ahora no lo son de ninguna manera. Toda la prueba son una curiosas imágenes con niños limpiados a manguerazos o con máscaras impuestas sobre la cara, que no demuestran absolutamente nada, y la información que procede de la organización "Cascos blancos", una ONG islamista financiada por los gobiernos de la OTAN. Repito que ni siquiera el Observatorio Sirio de DD.HH. de Londres -nada imparcial- se ha atrevido a convalidar. Y se afirma que ya hay pruebas cuando todavía no se ha hecho la encuesta sobre el terreno de la organización Internacional para la Prohibición de Armas Químicas, que ya ha llegado a Damasco y que la hará, sin que el gobierno sirio lo haya impedido.

Extraño, muy extraño. Claro que nuestras sospechas podrían ser fruto de esa inveterada costumbre de los rojos recalcitrantes de caer en la tentación de la teoría del complot (por cierto, ¿por qué Tomás Alcoverro no ha hablado en su artículo de La V de “El complot”, convicto y en gran parte confeso, del trío de las Azores, fabricando "pruebas" y mostrándolas impúdicamente al mundo para justificar el mal que está en el origen del embrollo actual: la invasión y destrucción de Irak como estado unificado?). Podrían ser fruto de nuestros prejuicios… si no fuera porque en la misma LV, que editorializa con la ligereza que lo hace, su corresponsal de Estambul nos informa que ayer el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, "reconocía que no tenía pruebas, más allá de lo que había visto y leído en las redes sociales". ¿Increíble? Y Mattis no ha dimitido, ni ha sido obligado a dimitir por desmentir a Trump, Macron, May, Merkel.

Si Mattis no tiene pruebas y todo lo que sabe es por las redes sociales y esto no es un montaje que baje Dios y lo vea.

El tema de hoy, sin más preámbulos.
Nos lo enseñó Brecht a propósito de Galileo: “Se impone tanta verdad en la medida en que nosotros la impongamos; la victoria de la razón sólo puede ser la victoria de los que razonan”. Razonemos, pues, digamos y luchemos por la verdad (y tengamos muy en cuenta la advertencia de Martin Luther King: “Lo que dices puede ayudarte a conseguir una beca de una fundación, pero no te hará entrar en el Reino de la Verdad”), y recordemos también las sabias palabras del cante del maestro Fosforito: “Ni toda el agua del río ni toda el agua del mar podrán apagar el fuego de un corazón encendido”. Y el nuestro, nuestro corazón, es hoy, 14 de abril, un corazón encendido. No alimentaremos sin embargo ningún mito encubridor, ninguna falsedad histórica interesada, ni olvidaremos momentos oscuros, negros, criminales incluso, durante aquellos años llenos de esperanza y esperancismo pero también de reacción: la derecha no cesó de acechar desde el primer momento. Pero, eso sí, pensaremos (y sentiremos) lo que significó y significa para nosotros, para la historia de nuestro país (pensada y sentida desde abajo, desde los más desfavorecidos) aquella República democrática de trabajadores y trabajadoras de toda clase, que se organizaba en Régimen de libertad y justicia y renunciaba a la guerra como instrumento de política nacional. Aquella República que representó una verdadera y real esperanza de transformación, de cambio, de avance social, de equidad, de justicia, de solidaridad, de libertad real, para millones y millones de ciudadanos-trabajadores, de obreros y campesinos pobres (muy pobres) de nuestro país. Aquella República que hizo huir a los Borbones. La misma que -¡por fin!- posibilitó que las mujeres pudieran ejercer su voto (adelantándonos de mucho a otras “naciones civilizadas”). Aquella República que permitió que niños y niñas de clases empobrecidas, que apenas nunca antes habían podido ir a la escuela

(Philipon de La Madeleine, una especie de Bravo Murillo del siglo XVIII: “No hay arma más peligrosa que el conocimiento en manos del pueblo al que hay que engañar para que no rompa sus cadenas”), poblaran sus aulas. Aquella República que logró extraer de mucha gente, y no solo de gente proletaria, su mejor yo-nosotros, su mejor ser y estar en comunidad libre, fraternal y equitativa.

La misma República que dio pasos gigantescos en los avances autonómicos de las nacionalidades españolas y en la consideración de sus lenguas y que afirmaba en su Constitución que el Estado español carecía de religión oficial. La misma República de trabajadores que supo a qué atenerse en asuntos de reforma agraria (Miguel Hernández -¡Josefina, Josefina, Josefina!-:

“Andaluces de Jaén, /
aceituneros altivos,/
decidme en el alma, quién,/
quién levantó los olivos,/
andaluces de Jaen”),

consciente de la temible y probable reacción de los terratenientes y de sus grupos de acción.

Pensaremos también en el triunfo del Frente Popular, objeto hoy de revisión por parte de historiadores, criticados y refutados, entre otros, por el profesor José Luis Martín Ramos.

Recordaremos los nombres de Manuel Azaña, de Juan Negrín, de Joan Comorera, de Buenaventura Durriti (“A nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante”), de José Díaz, y de tantos otros. También los de Federica Montseny, de La Pasionaria, de Clara Campoamor, de María Teresa León, de María Zambrano (“Lo que hoy he sido, y soy, es republicana”), de Rosa Chacel. No olvidaremos tampoco los nombres de Salvador Seguí, Joan Salvat Papasseit ("Vosaltres no sabeu que és guardar fusta al moll!”), Salvador Espriu, Mercè Rodoreda y Bartomeu Rosselló-Pòrcel. Recordemos con tristeza e indignidad la bajeza moral de los que se levantaron en armas contra la democracia republicana (León Felipe: “La verdad es que, cuando Franco, ese sapo iscariote y ladrón, con su gran escuadrón de cardenales y banqueros, se atrevió a decir que la guerra de España era una “cruzada religiosa“ y que Dios estaba con ellos… al poeta le entraron unas ganas irrefrenables de blasfemar”).

Recordaremos, con deseos de justicia pero no de venganza, sus incontables y casi inenarrables prácticas criminales (Víctor Pardo Lancina: “Hay historias que sobrepasan lo imaginable como la del alcalde de la localidad de Loporzano, Rafael Montori Ara, de 39 años, padre de cuatro hijas, encarcelado en Huesca desde el primer momento tras la sublevación. El 12 de agosto, cuando su hija Presentación, de 15 años, le llevó a la cárcel la fiambrera con la comida le devolvieron la cesta con la cabeza cortada de su padre. Presentación enloqueció, enfermó gravemente y murió muy joven. Esa cabeza fue expuesta en la plaza más céntrica de Huesca para escarmiento y amenaza de toda la población”). No habita nuestro olvido en el heroísmo -palabra ajustada- de millones y millones de ciudadanos-trabajadores resistentes, muchos de ellos antepasados nuestros, culpables, se les dijo, infundio sobre indignidad, de “rebelión militar” por defender la Constitución y legalidad republicanas, para ser luego condenados a muerte, fusilados y arrojados al estiércol. Sentiremos de nuevo y haremos nuestro el “recuérdalo tú y recuérdalo a otros” del poeta sevillano de los placeres prohibidos. Volveremos a homenajear en nuestras almas a los brigadistas internacionales (¡y a las brigadistas!), a aquellos luchadores imprescindibles nunca olvidados. Pensaremos en su antifascismo, en su entrega, en su generosidad, en muchas de sus vidas arrebatadas por ladrones de vidas hace mil siglos

(“Gracias, Compañero, gracias/
Por el ejemplo. Gracias porque me dices/
Que el hombre es libre/
Nada importa que tan pocos lo sean: /
Uno, uno tan sólo basta/
Como testigo irrefutable/
De toda la nobleza humana”).

Pensaremos en ellos y también en nuestros muertos, en nuestros desaparecidos, en nuestros torturados, en nuestros vejados, en nuestros asesinados, en las mujeres del pueblo que resistieron lo indecible, plantando cara en circunstancias que ni siquiera somos capaces de imaginar y sin que apenas nadie hable de ellas una vez muertas. Recordaremos los bombardeos de la aviación fascista italiana y los de la Legión Cóndor alemana. Pensaremos en la Operación Rügen, en Gernika, en Barcelona, en Madrid

 (Octavio Paz: “Madrid, 1937,/
en la Plaza del Ángel las mujeres/
cosían y cantaban con sus hijos,/
después sonó la alarma y hubo gritos,/
casas arrodilladas en el polvo,/
torres hendidas, frentes esculpidas/
y el huracán de los motores, fijo:/
los dos se desnudaron y se amaron/
por defender nuestra porción eterna...”)

y en tantas otras ciudades y pueblos. Pensaremos en las gentes de las que provenimos, en sus luchas, en sus trabajos, en el “pagaron con su vida la lucha por la dignidad”. Somos ellos, nos han hecho. No lo olvidaremos. Recordemos los nombres de nuestros poetas, de los poetas de todos. Pensaremos en Antonio Machado, en León Felipe

(“Y he visto:/
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,/
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,/
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,/
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,/
y que el miedo del hombre…/
ha inventado todos los cuentos...” ), en el poeta asesinado

(“... porque queremos el pan nuestro de cada día, /
flor de aliso y perenne ternura desgranada, /
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra/
que da sus frutos para todos”)

y en tantos otros… y otras que a veces no recordamos suficientemente. Tampoco habita nuestro olvido sobre las puñaladas por la espalda que algunos dieron a la II República. Recordaremos las cínicas políticas de las “democracias occidentales”, la hipocresía antihumanista de la no intervención, y la decisiva solidaridad de los pueblos de la Unión Soviética y de México y de otros lugares y países del mundo.

Recordaremos a Norman Bethune, a César Vallejo, la “España en el corazón” de Pablo Neruda

(“Chacales que el chacal rechazaría,/
piedras que el cardo seco mordería escupiendo, /
víboras que las víboras odiaran!/
Frente a vosotros he visto la sangre /
de España levantarse/para ahogaros en una sola ola /
de orgullo y de cuchillos!”).

Pensaremos con emoción en el Winnipeg y en los amigos chilenos, Salvador Allende entre ellos (“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”), en los que fueron a recibir a nuestros refugiados republicanos. Pensaremos también en los exiliados (estos sí, de verdad) y en las duras condiciones de su exilio. Recordaremos Argelès-sur-Mer (Argelers) y yo pensaré en Eduard Rodríguez Farré (y también en Álvaro Iglesias Barriga, el abuelo paterno de mi esposa-compañera). También en los presos políticos (también estos de verdad), y en las gentes que se confiaron por no haber participado en actos violentos y fueron asesinados en tiempos de posguerra (que fueron propiamente de guerra), durante diez o quince años, en Barcelona, por ejemplo, en el Camp de la Bota, sin ningún miramiento, sin piedad, sin ninguna compasión (José Arnal, no Josep Arnau, por ejemplo). Recordaremos, admirados, a aquellos luchadores antifascistas que siguieron combatiendo el fascismo en Europa, que liberaron París, prisioneros algunos de ellos en campos de concentración y exterminio donde tantos y tantos perdieron sus vidas. Pensaremos en Montserrat Roig y en otras escritores que nos hicieron conscientes de ello. Recordaremos el Movimiento Democrático de Mujeres, como recordamos también a las Mujeres Libres.

Rechazaremos infundios -que duelen en lo más hondo- como la falsa afirmación de una guerra española contra Cataluña. Recordaremos toda las personas, todos las compañeras y compañeros que lucharon, casi desde el primer momento, en una España llena de falangistas, tradicionalistas, militares fascistas y aguiluchos, en todos los que dedicaron tiempo, esfuerzo e incluso su vida con el objetivo de traer de nuevo una República federal de trabajadores a nuestro país. Una República para todos, una República que nos uniese en nuestras diversas diversidades. Recordaremos, conviene hacerlo para no equivocarnos, los días de la abdicación del Borbón corrupto y como aquí, en Barcelona, en la plaza de Cataluña y de los indignados, mientras unos hablábamos de la III República, otros (ERC y grupos de Revolta global) hablaban de República catalana, sin relación alguna con el sentimiento republicano que irrumpió en muchos lugares de España (a pesar de la dura represión borbónica sufrida). Un sentimiento, una tradición, que nada tiene que ver con falsas repúblicas de opereta que nos rompen por la mitad y aspiran a levantar muros entre nosotros y nuestros hermanos, mientras dicen, publicitan y cuentan que esas, las suyas, son finalidades democráticas y revolucionarias (Higinio Polo: “esa “república” teatral y falsaria que proclamaron lo único que ha hecho ha sido dañar a la reivindicación de la República, favorecer a la monarquía, poner dificultades a la imprescindible y necesaria III República española”).

No en nuestro nombre, no en nombre de una tradición que ellos, los que ahora se dicen republicanos, apenas han cultivado mientras otros, que ellos nunca han considerado (ni incluso en actos conjuntos), hemos intentado llenar calles y plazas en este día, tan nuestro, recordando lo que es parte de nuestra historia común, de la historia de todos. También de ellos aunque quieren arrojarla a la cuneta de la historia cuando afirman, sin matices ni miramientos, que España -el estado español dicen en su lenguaje ofensivo- siempre ha sido un país de fachas, carcas y corruptos, no como su país, que quieren para ellos y en exclusiva, más culto, más moderno, más democrático, más justo, más de todo. Nos han contado todos los cuentos y no queremos más cuentos falsarios. No queremos ser piedras de ninguna iglesia ni de ningún palacio ni de ningún centro de poder. Solo guijarros humildes de carreteras. No padecemos verbo (logo) fobia ni gefidrofobia. No tenemos miedo a las palabras ni a transitar por los puentes de nuestros caminos, que queremos compartir, pero no estamos dispuestos a hablar de cualquier forma, insultando a veces, distinguiendo entre los que vivimos más acá del Ebro, dicen sin saber lo que dicen, de los que viven más allá, los que han llamado murcianos o xarnegos cuando ha venido a nuestra tierra a desempeñar, la mayor parte de las veces, los trabajos más duros, los más ingratos, los menos considerados, los peor remunerados. Los trabajos de los que nunca hablan. No están en su mundo.

Seguir https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240303

sábado, 31 de marzo de 2018

Lorca ya se deja ver en su ciudad. La Fundación del poeta en Granada acoge la exposición ‘Una habitación propia’ sobre sus años en la Residencia de Estudiantes.

Llegó el lunes a Granada, su ciudad, desde Madrid, otra de sus ciudades. Aquel día no acudió casi nadie a recibirlo. Hoy, cuatro días después, Lorca ha llegado oficialmente a su lugar de residencia futura. El legado lorquiano deja atrás la Residencia de Estudiantes que lo ha acogido desde 1986, para alojarse en el Centro Lorca, que se encargará de irradiarlo al mundo. Lorca ha vuelto a Granada a través de sus manuscritos, de sus fotografías e incluso de su ropa, con la exposición Una habitación propia.  Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes. 1919-1936. Desde hoy, el Centro Lorca de Granada adquiere todo su sentido, tras tres años de vida en los que ha sobrevivido sin el legado lorquiano, el material para el que estaba originalmente diseñado, los más de 5.000 manuscritos, fotografías, dibujos, etcque la familia del poeta, a través de la Fundación García Lorca, han cedido.

Hoy era un día grande en la ciudad, "histórico", como ha dicho su alcalde Francisco Cuenca. Atrás quedan los 15 años que ha costado llegar a este momento que, por otra parte, es solo una avanzadilla de lo que ha de llegar. La muestra abierta hoy al público está compuesta por 200 piezas de las que apenas un centenar forman parte del legado de Lorca que ha de instalarse en la ciudad. El resto son préstamos de instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o la propia Residencia de Estudiantes. En tres meses, antes del 30 de junio, el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, ha confirmado que llegará a la ciudad la totalidad del material.

Todos los intervinientes en la inauguración así han reconocido lo tortuoso del camino hasta llegar al acto de hoy.  Laura García Lorca, sobrina del poeta y presidenta de la fundación que en nombre de la familia mantiene vivo su espíritu, ha enfatizado el esfuerzo de las instituciones en cumplir los acuerdos alcanzados que harán posible la normalización de esta nueva institución lorquiana y su puesta en marcha de acuerdo a los objetivos iniciales.

Despedida y bienvenida

La muestra inaugurada hoy, en palabras de su comisario, el catedrático de Literatura española Andrés Soria, cumple en realidad una doble función, de "despedida de la residencia" madrileña y, a la vez, de bienvenida "a la habitación propia" que supone para el legado lorquiano su nueva ubicación. Como ha recordado el consejero, "Federico se reencuentra con su tierra a través de su legado" y Granada, a través de este centro "lo va a cuidar, proteger y difundir". El objetivo es el de convertir el espacio "en un centro de excelencia, con una programación de calidad, acorde al legado que acogerá".

Una habitación propia ha estado expuesta en la  Residencia de Estudiantes anteriormente y podrá verse en el Centro Lorca hasta el 24 de junio. En ella, a través de la correspondencia del poeta, de ropa como el mono azul de la Barraca con el que tantas veces se fotografió, de sus dibujos y de las pinturas de sus amigos artistas, se retrata la vida de Federico en la residencia madrileña, un espacio que lo fue todo para él. Un lugar imprescindible para entender tanto su agitada vida social, en la que conoció a artistas como Dalí, Buñuel, Pepín Bello y otros, como su efervescente producción artística, en la que pasó, como explica el comisario de la muestra "de atender como estudiante en centenares de conferencias a ser él el conferenciante para el resto de estudiantes".

https://elpais.com/cultura/2018/03/23/actualidad/1521823497_880644.html

martes, 25 de julio de 2017

_- Federico García Lorca: La última entrevista.

_- La presente entrevista a Federico García Lorca fue publicada el 10 de junio de 1936 en el diario madrileño El Sol. Dos meses después, el 18 de agosto, García Lorca fue asesinado por un pelotón de fusilamiento en Víznar, pueblo de Granada, por lo que estamos ante la última entrevista que concedió.

Junto al poeta, también fueron “paseados” el maestro nacional de Paulinas (Granada), Dióscoro Galindo González, defensor de la escuela laica y popular, y dos banderilleros anarquistas, Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. Los dos eran miembros de la CNT-FAI, y se unieron a la resistencia antifascista granadina para hacer frente al golpe militar contra la República.

Los militares franquistas, la Guardia Civil y los paramilitares falangistas, acusaron al poeta de los más dispares “delitos”: ser socialista, anarquista, espía de la URSS, masón, haber sido secretario personal del dirigente socialista Fernando de los Ríos y por “práctica de homosexualismo y aberración”.

La entrevista se publicó en la sección: “Los diálogos de un caricaturista salvaje”. El “caricaturista salvaje” no era otro que un gran amigo de Federico García Lorca, el pintor y dibujante catalán Lluís Bagaría i Bou (1882-1940). De formación autodidacta, comenzó pintando jardines con el estilo de Santiago Rusiñol, del que sería amigo. Considerado uno de los mejores caricaturistas de su generación, comenzó dibujando para las revistas satíricas El Rector de Vallfogona, Cu-Cut! y Or i Grana.

Su reconocimiento por el mundillo artístico catalán le vino tras la exposición de noventa caricaturas en Terrassa (Barcelona) en 1907. Esto le abrió las puertas de las salas de exposiciones como la mítica Sala Parés, donde llegó a exponer junto Isidre Nonell.

Bohemio y modernista, sarcástico feroz en sus caricaturas, y un estilo a veces arabesco, y otras veces sintético, que le hacía capaz de extraer lo más característico del personaje con unas simples líneas, pronto llamó la atención allende de las fronteras ibéricas.

Entre los años 1907 y 1912, trabajó en México, Nueva York y Cuba. De regreso a España, colaboró con la revista Picarol y la francófila España. Aunque como caricaturista político y social descolló en las páginas del diario El Sol. Las más importantes revistas humorísticas europeas contaban con la firma de Lluís Bagaría, ese era el caso de la francesa Le Rire o la alemana Simplicissimus.

Durante la Guerra Civil, el artista utilizó el lápiz y el pincel para denunciar la guerra y el fascismo, en las páginas de la barcelonesa revista el Criticón y el diario La Vanguardia. Para salvar la vida, y gracias a la ayuda de otros colegas dibujantes, logró refugiarse en Francia en 1938. Al año siguiente se exilió en Cuba, donde murió un año después de arribar.

Agradecemos a María Torres, de “Búscame en el ciclo de la vida”, por la transcripción de esta entrevista conversación, conversación un tanto surrealista entre dos poetas, dos dibujantes.

Javier Coria.

“Los diálogos de un caricaturista salvaje”
Por: Lluís Bagaría i Bou.

Tú que has dado categoría lírica a la calabaza de Gil Robles y has visto el búho de Unamuno y el perro sin amo de Baroja, ¿me quieres decir el sentido que tiene el caracol en el paisaje puro de tu obra?

Me preguntas el por qué de esa predilección por los caracoles de mis dibujos. Pues muy sencilla: para mí, el caracol tiene un recuerdo sentimental de mi vida. Una vez, estando dibujando, se acercó mi madre, y al contemplar mis garabatos me dijo: “Hijo mío: Me moriré sin poder comprender cómo te puedes ganar la vida haciendo caracoles”. Desde entonces, yo a mis dibujos los bauticé así. Aquí tienes saciada tu curiosidad.

Poeta García Lorca, sutil y profundo, pues tu verso tenue y bello, verso con alas de acero bien templado, horada la entraña de la tierra: ¿Crees tú, poeta, en el arte por el arte o, en caso contrario, el arte debe ponerse al servicio de un pueblo para llorar con él cuando llora y reír cuando este pueblo ríe?

A tu pregunta, grande y tierno Bagaría, tengo que decir que este concepto del arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi. Ningún hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro, arte por el arte mismo. En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un ansia verdadera por comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad.

¿Crees tú que al engendrar la poesía se produce un acercamiento hacia un futuro más allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueños de la otra vida?

Esta pregunta insólita y difícil de la aguda preocupación metafísica que llena tu vida y que sólo los que te conocen comprenden. La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la Naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y el secreto del mundo. Quiero ser bueno, sé que la poesía eleva, y siendo bueno con el asno y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme en él. Pero el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas.

¿No crees, poeta, que sólo la felicidad radica en la niebla de una borrachera, borrachera de labios de mujer, de vino, de bello paisaje, y que al ser coleccionista de momentos de intensidad se crean momentos de eternidad, aunque la eternidad no existiera y tuviera que aprender de nosotros?

Yo no sé, Bagaría, en qué consiste la felicidad. Si voy a creer al texto que estudié en el Instituto, del inefable catedrático Ortí y Lara, la felicidad no se puede hallar más que en el cielo; pero si el hombre ha inventado la eternidad, creo que hay en el mundo hechos y cosas que son dignos de ella, y por su belleza y trascendencia, modelos absolutos para un orden permanente. ¿Por qué me preguntas estas cosas? Tú lo que quieres es que nos encontremos en el otro mundo y sigamos nuestra conversación bajo el techo de un prodigioso café de música con alas, risa y eterna cerveza inefable. Bagaría: no temas… ten la seguridad de que nos encontraremos.

Te extrañarás, poeta, de las preguntas de este caricaturista salvaje. Soy, como sabes, un ser con muchas plumas y pocas creencias, salvaje con dolorida materia; y piensa, poeta, que todo este equipaje trágico del vivir floreció en un verso que balbucieron los labios de mis padres. ¿No crees que tenía más razón Calderón de la Barca cuando decía “Pues el delito mayor del hombre es haber nacido” que el optimismo de Muñoz Seca?

Tus preguntas no me extrañan nada. Eres un verdadero poeta, que en todo momento pone la llaga en el dedo. Te contesto con verdadera sinceridad, con simpleza, y si no acierto y balbuceo, sólo es por ignorancia. Las plumas de tu salvajismo son plumas de ángel, y detrás del tambor que lleva el ritmo de tu danza macabra hay una lira rosa de las que pintaron los primitivos italianos. El optimismo es propio de las almas que tienen una sola dimensión; de las que no ven el torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que tienen remedio.

Sensible y humano poeta Lorca: seguimos hablando de cosas del más allá. Soy repetidor del mismo tema, porque también el tema se repite él mismo. A los creyentes que creen en una futura vida, ¿les puede alegrar encontrarse en un país de almas que no tengan labios carnales para poder besar? ¿No es mejor el silencio de la nada?

Bonísimo y atormentado Bagaría: ¿No sabes que la Iglesia habla de la resurrección de la carne como el gran premio a sus fieles? El profeta Isaías lo dice en un versículo tremendo: “Se regocijarán en el Señor los huesos abatidos”. Y yo vi en el cementerio de San Martín una lápida en una tumba ya vacía, lápida que colgaba como un diente de vieja del muro destrozado, que decía así: “Aquí espera la resurrección de la carne doña Micaela Gómez”. Una idea se expresa y es posible porque tenemos cabeza y manos. Las criaturas no quieren ser sombras.

¿Tú crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?
Fue un momento malísimo aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una “tierra del chavico”, donde se agita actualmente la peor burguesía de España.

¿No cree, Federico, que la patria no es nada, que las fronteras están llamadas a desaparecer? ¿Por qué un español malo tiene que ser más hermano nuestro que un chino bueno?

Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política. Amigo Bagaría: No siempre los entrevistadores van a preguntar. Creo que también tienen derecho los entrevistados. ¿A qué responde esta ansia, esta sed de más allá que te persigue? ¿Tienes verdaderamente deseos de sobrevivirte? ¿No crees que esto está ya resuelto y que el hombre no puede hacer nada, con fe o sin ella?

Conformes, desgraciadamente, conformes. Yo soy en el fondo un descreído hambriento de creer. Es tan trágicamente doloroso el desaparecer para siempre. ¡Salud, labios de mujer, vaso del buen vino que supiste hacer olvidar la trágica verdad: paisaje, luz que hiciste olvidar la sombra! En el trágico fin sólo desearía una perduración: que mi cuerpo fuera enterrado en una huerta: que por lo menos mi más allá fuese un más allá de abono.

¿Me quieres decir por qué tienen carne de rana todos los políticos que caricaturizas?
Porque la mayoría vive en las charcas.

¿En qué prado corta Romanones las inefables margaritas de su nariz?
Querido poeta: aludes a una de las cosas que llegan más al fondo de mi alma. ¡Nariz de Romanones, excelsa nariz! La de Cyrano era una nariz desaparecida al lado de la nariz de mis amores. Rostand gozó menos que yo con la mía. ¡Oh “paneaux” para mis visiones decorativas! Mis margaritas se fueron cuando las entregaron en una solitaria estación, camino de Fontainebleau. Nunca te habrán preguntado, porque ya no es moda, cuál es tu flor preferida. Como yo ahora he estudiado el lenguaje de las flores, te pregunto: ¿Cuál es la flor qué prefieres? ¿Te la has puesto alguna vez en la solapa?

Querido amigo: ¿Es que piensas dar conferencias como García Sanchíz para preguntar esas cosas?
¡Dios me libre! No aspiro a tocar mal el violoncelo.

¿A qué responde, querido Bagaría, el sentimiento humano que imprimes a los animales que pintas?
Querido Lorca: Según los católicos, los animales no tienen alma; tan sólo algunos animales enchufistas, como el perro de San Roque, el cerdo de San Antón, el gallo de San Pedro y el palomo de la divina carpintería; y yo he mirado de dar humanidad a los animales sin padrinos, dignificarlos con mi lápiz, para que sirvan de contraste con los hombres de animalidad pura. Querido Lorca: te voy a preguntar por las dos cosas que creo tienen más valor en España: el canto gitano y el toreo. Al canto gitano, el único defecto que le encuentro es que en sus versos sólo se acuerda de la madre; y al padre, que lo parta un rayo. Y eso me parece una injusticia. Bromas aparte, creo que este canto es el gran valor de nuestra tierra.

Muy poca gente conoce el canto gitano, porque lo que se da frecuentemente en los tablados es el llamado flamenco, que es una degeneración de aquél. No cabe en este diálogo decir nada, porque sería demasiado extenso y poco periodístico. En cuanto a lo que tú dices, con gracia de que los gitanos sólo se acuerdan de su madre, tienes cierta razón, ya que ellos viven un régimen de matriarcado, y los padres no son tales padres, sino que son siempre y viven como hijos de sus madres. De todos modos, hay en la poesía popular gitana admirables poemas dedicados al sentimiento paternal; pero son los menos.

El otro gran tema porque me preguntas, el toreo, es probablemente la riqueza poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo. Es el drama puro, en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y su mejor bilis. Es el único sitio adonde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza. ¿Qué sería de la primavera española, de nuestra sangre y de nuestra lengua si dejaran de sonar los clarines dramáticos de la corrida? Por temperamento y por gusto poético soy un profundo admirador de Belmonte.

¿Qué poetas te gustan más de la actualidad española?
Hay dos maestros: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El primero, en un plano puro de serenidad y perfección poética, poeta humano y celeste, evadido ya de toda lucha, dueño absoluto de su prodigioso mundo interior. El segundo, gran poeta turbado por una terrible exaltación de su yo, lacerado por la realidad que lo circunda, increíblemente mordido por cosas insignificantes, con los oídos puestos en el mundo, verdadero enemigo de su maravillosa y única alma de poeta.

Adiós, Bagaría. Cuando te vuelvas a tus chozas con las flores, las fieras y las torrentes, diles a tus compañeros salvajes que no se fíen de viajes de ida y vuelta a nuestras ciudades; a las fieras que tú has pintado con ternura franciscana, que no tengan un momento de locura y se hagan animales domésticos, y a las flores, que no galleen demasiado su hermosura, porque les pondrán esposas y las harán vivir sobre los vientres corrompidos de los muertos.

Tienes razón, poeta. Vuelvo a mi selva, a rugir con mis rugidos, más amables que las bellas palabras de los amigos, que a veces son blasfemias en baja voz.

Fuente: http://revistarambla.com/federico-garcia-lorca-la-ultima-entrevista/

viernes, 2 de junio de 2017

ROMANCE DE LA LUNA LUNA de Federico García Lorca. Versión musical el romance de la luna luna. La magnífica voz de Carmen París, acompañado de un bellísimo video.


La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

jueves, 6 de abril de 2017

Gibson: “He llorado por España. Me duele que no esté en paz consigo misma”. El hispanista recoge en 'Aventuras ibéricas' seis décadas de trabajo de campo sobre los españoles.

Desembarcó en España con 18 años, hace casi 60. Tiene la nacionalidad desde 1984: es, probablemente, lo más castizo que hay en su barrio, Lavapiés (Madrid) y hace una tortilla “bastante buena”, pero Ian Gibson asegura que no ha perdido la distancia necesaria para ejercer su oficio de hispanista, esto es, una especie de perito de lo español. “Yo soy dublinés. Aquí no soy uno más, aunque sí me siento como en casa", aclara. Presenta Aventuras ibéricas (Ediciones B), un largo paseo de 412 páginas en el que recorre libros, lugares y personajes para resumir esas seis décadas de peritaje.

Al principio, antes de enamorarse de la historia y la obra del "desaparecido más famoso del mundo", el poeta Federico García-Lorca, fueron los pájaros. Lo confiesa en el libro. “Mi pasión era la ornitología y sobre todo, los ánsares o gansos salvajes. Me fascinaban. Cuando me enteré por un conocido naturalista, Michael Rowan, de que casi 100.000 invernaban en el Coto de Doñana apenas me lo podía creer”. La posibilidad de verlos hizo que entre Italia y España eligiera lo segundo. Entonces, explica, “no sabía nada de la Guerra Civil, ni de la dictadura, ni de la censura, era una oveja irlandesa descarriada”, así que lo más que le sorprendió en su primera impresión del país en el que ha terminado pasando la mayor parte de su vida, fue “el miedo”. Era una España de uniforme: el luto de las viudas -Gibson vivía entonces en casa de una que jamás se atrevió a contarle qué le había ocurrido a su marido- y el gris de los hombres que corrían detrás de otros: "Eran muy altos y fuertes. Antes de ver a los grises nunca había tenido miedo a la policía", recuerda.

Con 26 años se instaló definitivamente en España con su familia y el propósito de hacer una tesis doctoral sobre las raíces juveniles y populares de la obra de Lorca que se convirtió "en una investigación casi detectivesca sobre su asesinato”. En el libro revela que cometió "pequeños delitos" para obtener información. "Robé algunos documentos, nada importante. Quise robar otro y al final no me atreví, y me hice unas tarjetas de visita falsas". Siguiendo el rastro del poeta, Gibson se presentó en una comandancia militar como Michel Groyane, "catedrático de Botánica de la Universidad de Grenoble" para hacerse con unos mapas de la localidad granadina de Víznar. Y fue así como España le "atrapó".

Pregunta. De todos los nativos a los que ha entrevistado en estos 60 años, ¿cuál le ha impresionado más? ¿Quién le ayudó a entender mejor este país?

Respuesta. El encuentro con Salvador Dalí fue fascinante. Me recibió vestido de seda blanca y con una barretina roja. Tenía párkinson y le salían tubos por todos los orificios de la cara. Me habló en una mezcla de catalán y francés de su relación con Federico [García Lorca]… Fue uno de los momentos cumbre de mi vida. También Santiago Carrillo, y Gil Robles…

P. En el libro recuerda a algunos de sus predecesores, como el británico Richard Ford, autor de la que usted considera "la mejor guía de España”. Decía Ford que el principal problema de los españoles es que, salvo alguna excepción, llevaban siglos “malgobernados por corruptos”. Lo escribió en 1845. ¿Cuál cree usted que es el principal problema hoy?
R. España tiene muchos problemas. Uno es de identidad. No promociona esa mezcla maravillosa de razas, culturas, lenguas… ¿por qué no se enseña a los niños unos rudimentos básicos de árabe? Luego, la gente se queja de que los líderes se forran y se van. Piensan que si tienes un puesto hay que aprovecharlo, como decía Ford. Hay constantes, como esa, que se repiten. En la Segunda República todo empieza a florecer, pero la izquierda está dividida y la derecha unida. Queremos una democracia sólida pero todo es demasiado provisional. Ahora, Rajoy tiene la espada de Damocles de las elecciones mientras en el PSOE no saben qué va a ser, si Susana Díaz o Pedro Sánchez… Lo que está pasando me recuerda a la segunda república, a Largo Caballero e Indalecio Prieto. Si a Prieto le hubiesen dejado ser jefe de gobierno en 1936 no creo que hubiese pasado lo que pasó porque él no hubiera mandado a Franco a Canarias, lo habría tenido cerca para controlarlo. Pero los de Largo Caballero no le dejaron. En fin, el libro es una llamada a la sensatez. España tiene todos los ingredientes para ser un gran país si resuelve todos los problemas pendientes, si deja de tejer y destejer, como decía Larra. Si hay una verdadera cámara territorial en la que se utilicen todos los idiomas. Es importante que los otros españoles sepan algo de catalán. Sueño con la República Federal Ibérica.

P. ¿Le duele España?
R. Sí. Claro que he llorado por España. Me da pena ver sus posibilidades y me duele profundamente que este país no esté en paz consigo mismo, me produce rabia y dolor el tema de la guerra.

P. El periodista estadounidense David Rieff acaba de publicar Elogio del olvido, un libro en el que rechaza que la memoria histórica sea "un deber moral" y alerta “del peso del rencor y de la venganza". ¿España debe olvidar?
R. ¿Qué se gana olvidando? Se puede olvidar cuando se sabe toda la verdad. Ya se puede afrontar porque estamos a muchos años del 36. La Guerra Civil debería estudiarse en todas las escuelas y los muertos deben salir de las cunetas. La derecha de este país tiene que reconocer que aquí hubo un holocausto y no oponerse a las exhumaciones. El PP se ha comportado de una manera vil con este tema. Ellos [el bando nacional y sus descendientes] exhumaron a los suyos y no darles un entierro digno a los demás cae en el ámbito del pecado. Lorca simboliza todo eso. Alguno ha dicho que quiero hacerme una foto con su calavera cuando la realidad es que no sería capaz de ver sus restos, me daría un infarto. Lo que quiero es saber dónde está y qué hicieron. Seguiré queriendo saber hasta que me muera.

P. ¿Cuál es su lugar favorito en este país que ha recorrido de arriba a abajo?
R. Dos. Granada y el Cabo de Creus en L'Empordà, epicentro del mundo de Dalí, donde he pasado horas de intensa felicidad investigando. El territorio lorquiano y el daliniano en toda su diversidad. Ahí me muevo como pez en el agua.

P. ¿Y a qué lugar no volverá jamás?
R. Al Valle de los Caídos. Es el sitio más siniestro que conozco. Jamás he visitado algo tan tétrico. Ver al que probablemente sea el mayor asesino español de todos los tiempos bajo esa descomunal cruz me parece terrible. No pienso volver a poner los pies ahí hasta que saquen a Franco, el único español frío que ha existido, el que firmaba penas de muerte tomándose un café.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/03/23/actualidad/1490227728_499409.html?rel=lom

lunes, 19 de diciembre de 2016

Un recuerdo a las víctimas del franquismo en The New York Times. Un artículo de opinión del periodista Dan Hancox reprocha a España la existencia todavía de 114.000 desaparecidos forzosos del franquismo. "El olvido no va a ser posible mucho más tiempo", sentencia el texto.

"En España, los muertos están más vivos que en cualquier otro país del mundo". La frase, del poeta granadino Federico García Lorca, es la apertura de un artículo de opinión del New York Times que recuerda que en España hay todavía 114.000 desaparecidos del franquismo sin identificar ni exhumar. Son "los fantasmas que España intenta ignorar".

El texto, firmado por Dan Hancox, periodista y autor del libro The Village Against the World sobre el pueblo de Marinaleda, defiende que en los últimos años el "clamor" por conocer y conmemorar estos fantasmas ha crecido, promovido por la sociedad civil. A partir de las palabras pronunciadas por Rajoy en 2008, cuando pidió a los españoles "mirar al futuro" y no generar "tensión ni división", Hancox argumenta que "aunque pueda sonar como un sentimiento noble", es, en realidad, "engañoso": "Los vencedores de la guerra civil no sólo pasaron 36 años escribiendo la historia de su victoria, enseñándola en las escuelas e instaurándola en la cultura popular, sino que también dejaron los mismos monumentos solemnes a su muerte que han sido negados a los 114.000 desaparecidos". El mayor ejemplo es el Valle de los Caídos, explica.

Parece una sorpresa que en España no exista un equivalente al Frente Nacional, continúa Hancox, pero este hecho responde a que "el Partido Popular absorbió parte de la maquinaria política del franquismo". El fundador de Alianza Popular, Manuel Fraga, fue ministro durante la dictadura. "Este es uno de los motivos por los que Mariano Rajoy preferiría mirar al futuro", argumenta.

Durante la Transición española "no hubo reconocimiento" ni una iniciativa similar a la desnazificación alemana de las fuerzas de seguridad o de la justicia. En 1977 se aprobó una Ley de Amnistía que no permite "procedimientos legales para los crímenes cometidos durante la guerra civil y la dictadura", criticada por la ONU por "obstruir" las investigaciones.

Tras la reelección de Rajoy como presidente, pero con un Gobierno en minoría, para Hancox es el momento de que Podemos y el Partido Socialista "fuercen" al Gobierno a "restablecer el presupuesto para un proyecto por la memoria histórica" para 2017. El olvido no va a ser posible mucho más tiempo, sentencia.

http://www.eldiario.es/rastreador/The-New-York-Times-franquismo_6_589051095.html