_- Para los miembros de la Fundación Antonio Machado. Contra la barbarie, contra los insultos indocumentados.
Nota de edición: intervenciones del autor (reunidas en un solo texto) en el acto de homenaje a Antonio Machado celebrado el pasado sábado 23 de febrero en el Pati Llimona de Barcelona organizado por el colectivo Juan de Mairena.
[…] resplandece ante todo su integridad, o digámoslo sin latinismo culto, su entereza. Entereza que unifica al hombre y al poeta con su proceder, su saber y su escribir. Jorge Guillén [1]
I. Presentación
Bon dia, tot un honor. Gràcies per la seva presència. Som molts!
Estos días azules /y este sol de la infancia. Nadie es más que nadie. Abro con los últimos versos de Machado y con un aforismo castellano muy de su agrado sobre el que escribió un emocionante discurso dictado en Valencia en la sesión de clausura del Congreso Internacional de Escritores. Cerraré también con el poeta ligero de equipaje.
Debo hablarles en esta presentación brevemente, muy brevemente de cinco cosas.
1. De agradecimientos.
2. Estructura del acto.
3. ¿Por qué hoy?
4. ¿Quiénes somos el colectivo Juan de Mairena?
5. ¿Por qué un homenaje a Machado y al exilio?
1. Agradecimientos.
A todos ustedes por su presencia (gracias, muchas gracias de nuevo) y a las asociaciones y colectivos que nos han dado apoyo. Cito sus nombres, espero que no habite mi olvido en ninguna de ellas: GEXEL, ASEC/ASIC, FI-ENN, IMPULSO CIUDADANO, RECORTES CERO, FUNDACIÓN ANTONIO MACHADO DE COLLIOURE.
2. Estructura del acto.
Lo iremos viendo a medida que pase la mañana. La idea es finalizar a las 13:30 aproximadamente. Sin interrupciones...No abusaremos. Durante este tiempo: poemas, exilio, relatos, sugerencias, voces, canciones, imágenes… y alguna sorpresa.
3. ¿Por qué hoy?
Porque, como recuerdan, Machado falleció el 22 de febrero de 1939 y hoy, precisamente hoy, 23 de febrero de 2019 (¡23-F!), es una buena fecha para recordar la admirable herencia republicana española. Machado, el autor de Proverbios y cantares es un magnífico representante de todo aquello, de toda aquella España en la que recordando y modificando el título de un libro de otro gran poeta republicano exiliado, Luis Cernuda, nunca habitará nuestro olvido.
4. ¿Quiénes somos el colectivo Juan de Mairena?
Tomamos el nombre de un complementario machadiano (no es fácil estar a la altura) y tenemos interés en su obra y en lo que significa.
Somos un colectivo político-cultural que, por senda machadiana y lorquiana, quiere transitar por caminos de fraternidad, de unión, de acercamiento, de conocimiento y reconocimiento, de proximidad.
Nada de líos y liantes interesados. Nada de desconexiones sin sentido. Nada de alejarnos. Nada de luchas (desalmadas) por el poder. Nada de nuevos muros-estado de separación. Nada de sacar pecho y marcar identidades excluyentes. Nada de convertir cualquier disidencia o diferencia en un memorial incontable (y ficticio) de agravios. Nada de remontarnos a páginas, confeccionadas interesadamente, de la Historia de tres, cuatro, cinco o seis siglos atrás. Nada de desuniones abonadas para separarnos. Nada de cultivar el odio que tanto daño nos hace. Nada de dejar de ser lo que somos. Nada de más acá y más allá del Ebro. Nada de reconstruirnos unidimensionalmente. Nada de todo por la Patria, sea cual sea la Patria. Nada de enfrentamientos. Nada de hablar de Cataluña o del conjunto de España en términos despreciativos.
“España en el corazón” dijo el poeta; Cataluña también en él.
5. ¿Por qué un homenaje a Machado y al exilio?
¿Por qué vivimos, respiramos, pensamos, amamos? Porque necesitamos hacerlo. Pues casi lo mismo. Porque Machado y el exilio republicano está en nosotros. Son nosotros, somos nosotros. Están en nosotros.
Si intentamos recomponernos, ¿qué encontramos? Ciertamente, lecturas que nos han marcado, ese sol de la infancia, buen cine, buena música, teatro que deja huella,personas amigas, poetas, familiares que están y otros que nos han dejado, días azules, situaciones queridas, también errores y aciertos. Y seguro que están también versos, proverbios o canciones machadianas:
«Todo pasa y todo queda,/
pero lo nuestro es pasar,/
pasar haciendo caminos,/
caminos sobre el mar./
Nunca perseguí la gloria/…»
O:
«Nuestras horas son minutos /
cuando esperamos saber, /
y siglos cuando sabemos /
lo que se puede aprender».
Pues por eso entonces, porque somos en parte lo que somos gracias al poeta del pobre aliño indumentario. Jaime Gil de Biedma lo expresó así en 1959:
A ti, compañero y padre,
reconocida presencia.
Por lo que de ti aprendimos,
por lo que olvidado queda.
Por lo que tras la palabra
breve, todavía enseñas.
Por tu tranquila alegría.
Y por su digna entereza.
Por ti. Gracias. Porque en ti
Conocimos nuestra fuerza.
Hablaremos también del exilio. Del exilio, este sí exilio verdadero y doloroso, muy doloroso; del exilio republicano, este también verdaderamente republicano.
De esto último estamos aún más hechos si cabe. ¿Quiénes de nosotros no tiene algún familiar, algún abuelo, algún conocido, algún referente que recordar? Déjenme que piense en la ayuda de la Unión Soviética, en el presidente Lázaro Cárdenas, en Pablo Neruda, en Salvador Allende, en Valparaíso y el Winipeg; en don Manuel Azaña, en don Juan Negrín, en José Díaz, en Companys. Y, sobre todo, en los centenares de miles de republicanos anónimos, muchos de los cuales sufrieron la impiedad del nazismo y murieron en campos de exterminio años después. Su lucha fue decisiva en la victoria contra el nazismo.
Finalizo, doy paso a otras intervenciones, con un texto de Antonio Machado de 1937 para el 1º de Mayo, en un encuentro de las Juventudes Socialistas Unificadas:
Desde un punto de vista teórico, yo no soy marxista, no lo he sido nunca, es muy posible que no lo sea jamás. Mi pensamiento no ha seguido la ruta que desciende de Hegel a Carlos Marx. Tal vez porque soy demasiado romántico, por el influjo, acaso de una educación demasiado idealista, me falta simpatía por la ideal central del marxismo, me resisto a creer que el factor económico, cuya enorme importancia no desconozco, sea el más esencial de la vida humana y el gran motor de la historia. Veo, sin embargo, con entera claridad, que el socialismo, en cuanto supone una manera de convivencia humana basada en el trabajo, en la igualdad de los medios concedidos a todos para realizarlo, y en la abolición de los privilegios de clase, es una etapa inexcusable en el camino de la justicia; veo claramente que es ésa la gran experiencia humana de nuestros días, a la que todos de algún modo debemos contribuir.
“Esa la gran experiencia humana de nuestros días, a la que todos de algún modo debemos contribuir”. También nosotros.
Les dejo en buena compañía. Con otros compañeros y con más Machado.
II. Barcelona debe ser una ciudad machadiana
La Red de Ciudades Machadianas es una asociación de municipios creada el 22 de febrero de 2009, hace 10 años y un día exactamente. Forman parte de ella hasta el momento Sevilla, Soria, Baeza, Segovia, Collioure y Rocafort (un pueblo valenciano). Han sido invitadas a unirse Madrid y París. También Barcelona. La primera, Madrid, en tiempos de Ana Botella, rechazó el ofrecimiento. Ignoro si el consistorio de estos últimos cuatro años ha hablado del tema. Una leyenda urbana (que tal vez no sea una leyenda) cuenta que Xavier Trías, el ex alcalde convergente de Barcelona, comentó en su día que Machado no iba con su forma de entender la cultura barcelonesa-catalana.
Todas las ciudades que les he citado tienen en común el haber sido lugares de residencia del poeta del torpe aliño indumentario. La Red, una asociación sin ánimo de lucro, surgió con el objetivo principal de difundir la obra y la vida de Machado, así como establecer el intercambio de experiencias entre los municipios asociados y desarrollar una política de promoción y generación de encuentros sobre la figura del autor del Juan de Mairena. Actividades, encuentros, que aspiran a preservar los valores republicanos-democráticos y populares (populares dicho en serio esta vez) que Machado tan bien, y con tantos riesgos y desprecios (también reconocimientos), representaba y representa.
La asociación desarrolla sus actividades tanto en España como en Francia, y desea extender su radio de acción por todos los países del mundo. Más que razonable. Si existe un poeta universal, un poeta de todos los ciudadanos-trabajadores del mundo, ese autor tiene un nombre que está en nuestros labios, en nuestros corazones, en nuestras canciones, dichos y poemas.
No he hablado apenas hasta ahora de Machado y Barcelona y debería haber hablado ya de nuestra ciudad, que también fue suya. Lo hago con brevedad.
El viaje de los Machado a nuestra ciudad fue organizado por el gobierno de la II República. Llegaron a Barcelona, procedentes de Rocafort, en abril de 1938, el poeta, Ana Ruiz su madre, José Machado y Matea Monedero, la esposa de José. Su estancia en nuestra ciudad se prolongaría durante nueve meses, hasta el 22 de enero de 1939. Tuvieron que exiliarse, como tantos otros y en muy duras condiciones. Nada que ver con otros “supuestos exilios”.
Se hospedaron inicialmente los Machado en Barcelona, en el Hotel Majestic (en esas fechas vivía también allí, si no ando errado, León Felipe). Una placa que está en el hall lo recuerda. No fue iniciativa del hotel sino de la “Sociedad cultural andaluza”.
No estuvieron bien los Machado en el Majestic. El ajetreo de la ciudad les incomodaba. Pudieron alojarse finalmente en la Torre Castanyer. Los actuales dueños, la familia Güell, se han negado a recordar la estancia machadiana en su casa. Dicho y hecho queda, con la claridad y desprecio de los poderosos.
No era la primera vez que Machado visitaba nuestra ciudad. Estuvo antes con motivo del estreno de la obra de teatro Las adelfas , escrita junto con su hermano Manuel, en la Sala Eldorado. Fue el 13 de abril de 1928, casi intuyendo el 14 de abril.
En Barcelona, durante 1938-39, incluso antes de su llegada, escribió Machado en La Vanguardia [LV] , que entonces era, así se anunciaba, un “Diario al servicio de la democracia”. Unos 26 artículos en total. El primero fue publicado el 16 de julio de 1937; el último, el 6 de enero de 1939, en una sección titulada “Desde el mirador de la guerra”, un artículo, este último, en el que Machado reflexiona sobre la “turbia política del primer ministro conservador inglés Chamberlain que aprovecha el equívoco y lo cultiva”. En el primero de los artículos, “El poeta y el pueblo”, Machado señalaba un poderoso argumento contra la noción de cultura de élites:
Para nosotros, la cultura no proviene de energía que se degrada al propagarse ni es caudal que se aminore al repartirse; su defensa, obra será de actividad generosa que lleva implícita las dos más hondas paradojas de la ética: solo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da.
No sólo fue en LV (al cabo de poco, como se recuerda, un diario entusiasta del fascismo). Machado siguió colaborando, desde Barcelona, con Hora de España, con el Servicio Español de Información y con Nuestro Ejército. Escribió también el prólogo del libro del presidente Azaña Los españoles en guerra y un segundo prólogo para La corte de los milagros de Valle-Inclán.
Además, en 1938, la editorial Nuestro Pueblo publicó La Tierra de Alvargonzález y canciones del Alto Duero , que fue distribuida entre los combatientes antifascistas, ilustrada con dibujos y un retrato del poeta, hechos por José Machado.
Machado conocía la literatura catalana escrita en catalán. Desde Ramon Llull y Verdaguer hasta contemporáneos como Carles Riba o Joan Maragall.
Poetas catalanes han reivindicado su obra.
Cuando, en 1907, publica Soledades, galerías y otros poemas, una de las reseñas más celebradas sobre su libro la escribió Josep Carner. Años después, finales de los 50, poetas catalanes (y del resto de España) viajaron a Collioure en su honor. Todos recordamos la fotografía que allí se hicieron, entre otros, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral, Josep Maria Castellet.
Miquel Martí i Pol escribió un poema en su honor: “Compliment a Antonio Machado”.
No t'he dut flors, Antonio, t'he portat
un silenci amorós, per no interrompre
el teu íntim diàleg amb la mort
que fa tants anys que dura. Compartir-te
ha estat deturar el temps, per retrobar-me
més ingenu que mai i amb un sanglot
a flor de pell, com una criatura.
No t'he dut res, Antonio, però estimo
més que abans aquest mar que m'ha vist créixer
i prop del qual confio de morir
d'ençà que he vist que tu m'hi acompanyaves.
[No te he traído flores, Antonio, te he traído
un silencio amoroso, para no interrumpir
tu íntimo diálogo con la muerte
que hace tantos años que dura. Compartirte
ha sido detener el tiempo, para reencontrarme
más ingenuo que nunca y con un sollozo
a flor de piel, como una criatura.
No te he llevado nada, Antonio, pero amo
más que antes este mar que me ha visto crecer
y cerca del cual confío morir
desde que he visto que tú me acompañabas]
Vuelvo a las ciudades machadianas. La propuesta-pregunta que ahora les hago es sencilla: ¿nos parece bien la situación?, ¿vamos a permitir, vamos a seguir permitiendo, que Barcelona siga sin estar vinculada a la red de ciudades machadianas? ¿No vamos a hacer nada al respecto?
Formar parte de la red es fácil: basta que el municipio lo acuerde en un pleno (por mayoría si no ando errado).
Los gastos son insignificantes para una ciudad como Barcelona: 2.000 euros anuales (una milésima de euro por barcelonés).
¿Nos ponemos a ello? ¿Intentamos conseguir que Barcelona esté donde le corresponde, en esta red hermana machadiana? Por mi parte, y por parte del colectivo, en esos estamos.
Nota:
(1) Tomado de Félix Ovejero, “Manuel Sacristán: un marxista socrático”. Iñaki Vázquez Álvarez y SLA (editores), El legado de un maestro, Barcelona, FIM-El Viejo Topo, 2005.