Mostrando entradas con la etiqueta Antoine de Saint-Exupéry. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Antoine de Saint-Exupéry. Mostrar todas las entradas

sábado, 24 de agosto de 2024

Yo disparé al avión de Saint-Exupéry

El piloto alemán Horst Rippert confiesa, 64 años después, que abatió al escritor con un caza Me-109.

El 31 de julio de 1944 el avión Lightning P-38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, el autor del mítico El principito, cayó en el Mediterráneo, no lejos de la costa, a la altura de la ciudad de Toulon. Durante años se ha especulado sobre si se trataba de un suicidio, de un accidente o del resultado de un combate aéreo. La última hipótesis parece cobrar fuerza tras las declaraciones de Horst Rippert, un alemán de 86 años que, durante la II Guerra Mundial, fue un as de la Luftwaffe. "Todo ocurrió cerca de Toulon. Él volaba 3.000 metros más alto que yo, que estaba efectuando una misión de reconocimiento. Vi sus insignias tricolores y maniobré para instalarme a su cola y derribarle", ha explicado Rippert a los periodistas franceses Vanrell y Pradel. Éstos publicarán el próximo día 20 un libro titulado Saint-Exupéry, l'ultime secret.

"Se puso en medio y yo disparé como era mi deber. El trasto se fue al agua"
"Fue uno de mis 28 derribos. Yo nunca apunté contra personas"
MÁS INFORMACIÓN

'El principito' y la Luftwaffe
El misterio de la desaparición de Saint-Exupéry, que había sido aviador para los servicios de correo aéreo francés durante años, parece, pues, definitivamente aclarado. En 1998 un pescador encontró entre sus redes una pulsera de oro con el nombre del escritor grabado. Dos años más tarde se localizaron los restos del que se suponía era su aparato, suposición que quedó confirmada tres años después, cuando un submarino rescató los restos del fondo del mar y se pudo comprobar el número de serie del avión y constatar que se trataba del mismo que había despegado del aeropuerto corso de Borgo pilotado por Saint-Exupéry.

El vuelo de Saint-Exupéry se producía 15 días antes del desembarco aliado en la Provenza, tras el gran desembarco en Normandía, en junio. Se trataba de una operación destinada a obligar a las tropas alemanas a emprender la retirada definitiva hacia su país, creándoles un segundo frente en territorio francés que iban a ser incapaces de resistir. El escritor tenía como misión fotografiar las defensas germanas en la zona.

Ahora Rippert, tras ser localizado por los periodistas franceses, explica la situación en el aire ese día de julio de 1934. "Me dije que si no se largaba iba a derribarle. Disparé y vi cómo le alcanzaba y caía, derecho al agua".

Rippert, que entonces tenía 20 años y era un piloto con muchas victorias en su palmarés, no encontró grandes dificultades para abatir el avión de su rival. El Masserchmidt ME-109 que tripulaba era más rápido y potente que el aparato del francés. Durante años Rippert ha ejercido como periodista, trabajando para la televisión pública alemana ZDF.

Rippert declaró ayer en conversación telefónica que él había volado en una misión de reconocimiento el mismo día que desapareció el escritor. "Sé que derribé un avión como el de Exupéry. A él no lo vi. En pleno vuelo no se puede mirar en la cabina de otro avión".

Recuerda que pilotaba un caza Me-109 con base en Aix-en-Provence. "Era un día precioso, soleado. Despegué en una misión de reconocimiento. Debía vigilar la zona. Entonces entró Exupéry con su aparato, se puso en medio y yo disparé como era mi deber. El trasto se fue al agua, no tuvo tiempo para reaccionar", relata el que fuera piloto hasta el final de la guerra y posteriormente periodista de deportes en la segunda cadena estatal de la televisión alemana.

Añade, en su intento de explicar lo que ocurrió entonces, que los disparos contra el avión del escritor se enmarcaban en una acción de guerra. "Fue uno de mis 28 derribos. Yo nunca apunté contra personas, y le diré más: de haber sabido que Saint-Exupéry iba en ese avión, no hubiera disparado. Ya entonces había leído todos sus libros, era un escritor célebre. Pero yo no lo sabía, ni siquiera hoy puedo estar del todo seguro". 

viernes, 23 de agosto de 2024

_- Francia confirma el hallazgo de restos del avión en el que viajaba Saint-Exupéry

_- El piloto y escritor, autor de 'El Principito', volaba de Córcega hacia Grenoble cuando los radares perdieron la pista de su aparato

El ministerio de Cultura de Francia ha confirmado hoy que los restos del avión hallados recientemente en aguas del Mediterráneo cerca de Marsella pertenecen al aparato en el que desapareció el 31 de julio de 1944 el escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry. El autor de El Principito sufrió supuestamente un accidente cuando se dirigía de Córcega a Grenoble a bordo de un caza de combate.

Saint-Exupéry, comandante de las Fuerzas Armadas Libres de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, viajaba a bordo de un caza Lightning P38 en una misión de reconocimiento para preparar el desembarco aliado en Provenza, cuando, poco después del mediodía, desapareció del radar.

El pasado otoño, los expertos identificaron una pieza de un P38 que había aparecido al este de la isla de Riou (islas de Marsella) como perteneciente al avión del escritor. En la misma estaba grabado el número 2734-L, que corresponde al número de serie del aparato en el que volaba Saint-Exupéry, según ha confirmado ahora el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas (DRASSM).

Sigue vivo el misterio
Ya en 1998, un pescador encontró en la misma zona una pulsera en la que estaba grabado el sobrenombre del escritor Saint-Ex, el nombre de pila de su mujer, Consuelo, y el nombre del editor neoyorquino que publicó la primera edición de El Principito. Sin embargo no ha podido confirmarse plenamente la autenticidad de la joya.

Estos hallazgos no han aclarado el misterio que ha envuelto durante 60 años la muerte del escitror. Según el conservador jefe del patrimonio en el Drassm, Patrick Granjean, "el avión de Saint-Ex se hundió en los alrededores de Riou. No sabemos por qué. Y no lo sabremos probablemente jamás".

Además de El Principito, traducido a 118 lenguas y uno de los libros más vendidos del mundo, después de la Biblia y de El Capital de Carlos Marx, Saint-Exupéry escribió entre otras obras Vuelo Nocturno, Tierra de Hombres, Piloto de guerra o Correo del Sur.

https://elpais.com/cultura/2004/04/07/actualidad/1081288801_850215.html#:~:text=El%20ministerio%20de%20Cultura%20de,piloto%20Antoine%20de%20Saint%2DExup%C3%A9ry.

_- El nuevo y enigmático vuelo del difunto Antoine de Saint-Exupéry

_- El 31 de julio de 1944, el avión que pilotaba el autor de 'El principito' desapareció en la costa de Francia. ¿Accidente o suicidio? Antes de partir dejó escrito: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica".

Las cosas que se pierden se vuelven importantes. Y si tardan mucho en aparecer, se transforman en una obsesión. El 31 de julio de 1944 se perdió, en algún punto de la costa de Francia, el avión de combate Lighning P38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, autor de algunos libros memorables como Correo del sur (1929) o Vuelo nocturno (1931) y, sobre todo, de El principito (1943), que, según parece, es el libro más vendido de todos los tiempos, tras la Biblia y El capital de Carlos Marx. Han pasado sesenta años desde que Saint-Exupéry despegó aquella mañana del aeródromo de Bastia, en la isla de Córcega, para llevar a cabo una misión que consistía en reconocer y fotografiar las defensas alemanas, como paso previo al desembarco aliado en la región de La Provenza, pero es como si no hubiera pasado un minuto, porque desde aquel primer día el narrador francés se convirtió en un mito, y su desaparición, en uno de los grandes misterios de la historia de la literatura. Saint-Exupéry se hizo indispensable en la misma medida en que se hizo enigmático. 

¿Qué sucedió aquel 31 de julio, a las 13.30, momento en el que el P38 desapareció de los radares del cuartel general norteamericano? ¿Fue derribado su avión por los nazis? ¿Se precipitó al vacío el creador de Tierra de hombres (1939) y Piloto de guerra (1942) a causa de una avería mecánica? ¿Tuvo un accidente? ¿Se suicidó? ¿No había dejado, acaso, antes de salir hacia su última misión, una nota en la que decía: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido, Antoine de Saint-Exupéry"?. ¿O quizá fingió su muerte y se fue a vivir a un lugar desconocido, alejado del mundo?. Todas esas teorías han hecho fortuna en los últimos sesenta años, unas más y otras menos, y contribuyeron a agrandar la leyenda de aquel narrador y soldado que una vez escribió: "La guerra no es una aventura, es sólo una enfermedad".

Los herederos de Saint-Exupéry se opusieron durante años a los intentos de rescatar el cuerpo del escritor de las aguas Acaba de identificarse una pieza del avión, la matrícula de la aeronave, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella. Ahora, acaba de identificarse una pieza del avión de Saint-Exupéry, en concreto la matrícula de la aeronave, con el número 2734, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella, que es justamente el punto donde en 1998 un pescador había encontrado en su red, envuelta en un tejido parecido el que se usaba para los uniformes de aviador del ejército aliado durante la II Guerra Mundial, una pulsera de oro que llevaba grabados los nombres de "Antoine de Saint-Exupéry" y el de su mujer argentina, "Consuelo", así como la inscripción "Reynal and Hitchcock Inc. 3864thave. NY City USA", que corresponde a la dirección en Nueva York de los editores norteamericanos del novelista. A Consuelo Suncín, la había conocido en 1931, en Buenos Aires, y tras proponerle que le dejara enseñarle su ciudad a vista de pájaro, le juró en pleno vuelo que si no se casaba con él estrellaría el avión. Ella dijo sí, pero su vida matrimonial fue un infierno, lleno de peleas e infidelidades mutuas. A partir del hallazgo de la pulsera se intensificaron tanto la búsqueda de los restos del escritor como el debate sobre la conveniencia o no de rescatarlos. Varios barcos del buscador de tesoros submarinos Henri-Germain Delauze exploraron el área sin resultado alguno. No era la primera vez, porque en 1992 el Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación del Mar (Ifremer) había rastreado el litoral de Niza con varios submarinos, por encargo de una asociación internacional de seguidores del escritor. Pero, tras peinar con radares, sondas acústicas y otros ingenios modernos más de 100 kilómetros cuadrados de suelo submarino, los exploradores tuvieron que darse por vencidos. Las investigaciones se basaban, en aquella ocasión, en el testimonio de un muchacho de la localidad de Biot, cerca de Niza, que el día de la desaparición del autor de El principito escribió en su diario que, al mediodía, había visto estrellarse contra el agua un avión de guerra.

Ahora, sin embargo, parece que el avión de Saint-Exupéry ha sido al fin descubierto. La matrícula de la nave la encontró el submarinista Luc Vanrell en mayo del 2000, pero hasta octubre de 2003 no se consiguió la autorización conjunta de las autoridades y la familia para extraer los restos. No fue fácil, porque los herederos de Saint-Exupéry se negaron, durante los primeros años, hasta a reconocer los cadáveres que el Mediterráneo arrojaba a las playas de Niza y que mostraban alguna coincidencia con el escritor, y más adelante se enfrentaron a todos los intentos de recuperar su cuerpo de las aguas. Ahora, por fin, han permitido la búsqueda del avión, aunque no la de sus restos mortales, y el Departamento de Investigaciones Arqueológicas y Submarinas de Francia ha autentificado la placa que rescató Luc Vandell: sin duda, pertenece al avión del autor de Ciudadela.

Mover un muerto de sitio suele ser complicado, porque soluciona un misterio que quizás es más rentable o más atractivo dejar sin resolver; porque cambia el final de una historia, y con ello, en opinión de algunos, puede pervertirla; o, sencillamente, porque hay quienes piensan que es mejor dejar que las cosas sean como fueron. En España sucede algo muy parecido con la discusión sin fin sobre Federico García Lorca y su tumba anónima de Granada. El caso de Saint-Exupéry es, sin embargo, distinto: de lo que le hicieron los fascistas españoles a García Lorca se sabe casi todo, y por lo tanto hay aún muchas cosas que reparar, pero muy pocas por descubrir; de lo que sucedió con el escritor de Lyón no se sabe nada, absolutamente nada. En cualquier caso, su muerte heroica y enigmática le sienta bien al autor de El principito porque es un colofón inmejorable a una vida llena de aventuras que siempre estuvo relacionada, de uno u otro modo, con la aviación: primero había trabajado como piloto comercial para la empresa Aeropostales, pero en 1939 ingresó en la aviación francesa, llevando a cabo misiones peligrosas que le valieron tantas condecoraciones como heridas de guerra. 

Al comienzo de la II Guerra Mundial, y con su país ocupado por las tropas de Hitler, tuvo que exiliarse en Nueva York, donde escribió El principito. Pero después, siguiendo su impulso romántico, que unía la aviación, la defensa de la libertad y la literatura, y utilizando las influencias que le proporcionaban su doble prestigio de escritor y soldado, consiguió alistarse de nuevo, pese a su edad y su estado de salud. Hoy hace sesenta años que Antoine de Saint-Exupéry partió de Córcega para llevar a cabo su último cometido. ¿Qué ocurrió a la una y media de la tarde de aquel día? Tal vez la matrícula de su avión responda algunas preguntas. De momento, ya sabemos dónde cayó. Sólo queda saber por qué. (*)

jueves, 22 de agosto de 2024

"El principito": cómo se resolvió el misterio de la muerte del autor Antoine de Saint-Exupéry

Antoine de Saint-Exupéry en un avión en 1935.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,El autor de "El principito", Antoine de Saint-Exupéry, en el Caudron Simoun C-630. Volando en un Lockheed_P-38_Lightning desapareció en 1944 y por cinco décadas no hubo pistas de él.

En julio de 1944, un avión pilotado por el autor del famoso cuento infantil "El principito" desapareció en el sur de Francia.

Antoine de Saint-Exupéry era un aviador experimentado y estaba en una misión de reconocimiento para la fuerza aérea del Francia Libre, el gobierno en el exilio fundado por Charles de Gaulle en 1940, que luchaba contra la Alemania nazi.

Nadie sabía cómo o dónde había caído su avión.

Pero en 1998, un pescador encontró en aguas al sur de Marsella un brazalete que llevaba el nombre de Antoine de Saint-Exupéry y de su mujer, Consuelo.

Quién fue Consuelo de Saint-Exupéry, la salvadoreña que inspiró "El principito"

Se trataba de un indicio de que el avión del autor de "El principito" podría estar cerca, hundido en el Mediterráneo.

Sin embargo, ni el gobierno francés ni la familia de Saint-Exupéry le creyó en ese entonces. Temían que por el lugar donde se encontró el brazalete, muy lejos de donde se suponía que debía volar, el autor se hubiera suicidado.

Quien sí le creyó al pescador fue Luc Vanrell, un buzo francés quien decidió investigar y finalmente resolvió un misterio, aunque unos cuantos años más tarde.

El refugio de "El principito"
 
Portada del libro "El principito"

FUENTE DE LA IMAGEN,EGMONT UK LTD

Pie de foto,
Portada del libro "El principito"

"El principito" es uno de los libros infantiles más populares. A un corto viaje en lancha desde la costa de Marsella, en un espacio tranquilo del mar Mediterráneo rodeado de pálidas rocas blancas, yacen en el fondo del agua los restos del avión P-38 Lightning de Antoine de Saint-Exupéry.

"Aquí es, después de tantos años de búsqueda en el Mediterráneo, encontramos los restos del avión de Saint-Exuéery", dijo Vanrell, a en una entrevista con el periodista Mike Lanchin para el programa Witness History de la BBC.

Luc Vanrell 

Luc Vanrell
Pie de foto,
El buzo francés Luc Vanrell no paró hasta encontrar el avión de Antoine de Saint-Exupéry. Y lo consiguió. 

"Durante las primeras etapas de la investigación, los restos eran solo algo material, pero a medida que aparecía más evidencia, la sensación cambió", añadió.

"Para mí, este lugar ahora está habitado por 'El principito', es su refugio", afirmó Vanrell.

El cuento de Antoine de Saint-Exupéry, "El principito", publicado en 1943, es uno de los libros infantiles más leídos y traducidos de todos los tiempos.

Es una historia simple, llena de simbolismo y emoción, del encuentro entre el narrador, un piloto que se estrella en el desierto del Sahara lejos de la civilización y un niño pequeño, un viajero que cruza las estrellas y los planetas.

El narrador cuenta con una mezcla de tristeza y felicidad cómo el pequeño príncipe describe la vida en su pequeño planeta, el asteroide B 612, y sus aventuras a través de la galaxia.

Un hombre sostiene una copia de la primera edición de "El principito".

Un hombre sostiene una copia de la primera edición de "El principito".

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

En enero de 2019, la librería portuguesa Lello (Porto) puso en exposición una copia de la primera edición de "El principito" firmada por el mismo Antoine de Saint-Exupéry y valuada en unos US$28.000

Dibujos originales de Antoine de Saint-Exupéry.

Dibujos originales de Antoine de Saint-Exupéry.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

Antoine de Saint-Exupéry no solo escribió "El principito" sino que también hizo las ilustraciones. Esta es una de las originales que fueron exhibidas en Toulouse, Francia, en 2017.

"En Francia solemos decir que debes leer 'El principito' en dos momentos diferentes de tu vida. No fue hasta que tuve 40 años que realmente lo entendí con todas sus sutilezas", reflexionó Vanrell.

"Creo que hay muchas verdades en 'El principito' que se volvieron universales, como cuando el pequeño zorro le dice al protagonista: 'Es solo con el corazón que uno puede ver bien, lo que es esencial es invisible para los ojos'".

¿Quién fue Antoine de Saint-Exupéry?

Antoine de Saint-Exupéry con colegas frente a un avión en 1935.

Antoine de Saint-Exupéry con colegas frente a un avión en 1935.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

Antoine de Saint-Exupéry era considerado un héroe de la aviación. Antoine de Saint-Exupéry ya era considerado una estrella literaria en ascenso con su primera novela "Vuelo nocturno" publicada en 1931.

El libro refleja su propia experiencia como un aviador pionero que había ayudado a establecer los primeros servicios de mensajería aérea de América Latina desde Argentina.

Después de la ocupación nazi de Francia, el autor se exilió en Estados Unidos con su esposa salvadoreña, Consuelo, y fue en Nueva York donde escribió "El principito".

Pero en 1943, a los 43 años, regresó a Europa para unirse a otros pilotos franceses libres que luchaban contra los nazis.

Su vuelo final fue el 31 de julio de 1944 cuando despegó de una base en Córcega, una isla del sur de Francia, en un avión de reconocimiento.

Y nunca regresó.

No se encontraron rastros del avión o de Saint-Exupéry.

Y durante las siguientes cinco décadas, el destino del creador de "El principito" se convertiría en un misterio para Francia y el mundo literario.

Antoine de Saint-Exupéry pilotea un avión en 1944.

Antoine de Saint-Exupéry pilotea un avión en 1944.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

El último vuelo de Antoine de Saint-Exupéry fue el 31 de julio de 1944 cuando despegó de una base en Córcega en un avión de reconocimiento.

El hallazgo

Luc Vanrell creció buceando en las aguas que rodean Marsella y, pese a que solía encontrar partes de aviones, siempre pensó que eran de naves alemanas.

Pero cuando el pescador Jean-Claude Bianco encontró el brazalete con el nombre de Antoine de Saint-Exupéry y su esposa en 1998, las cosas cambiaron para Vanrell.

"Me sorprendió mucho que pudiera estar en el área de Marsella, ya que todos los historiadores habían dicho que se había perdido a unos 200 km de allí. Pero no era imposible, especialmente en tiempos de guerra", analizó.

"Lo que me pareció extraño fue que yo conocía los restos del avión donde el pescador había encontrado el brazalete. Fue una gran coincidencia y tuve que investigar", le dijo a la BBC.

El buzo Luc Vanell con restos del avión de Antoine de Saint-Exupéry en 2003.

El buzo Luc Vanell con restos del avión deAntoine de Saint-Exupéry en 2003.

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

El buzo Luc Vanell se sumergió varias veces en el mar Mediterráneo hasta encontrar el avión de Antoine de Saint-Exupéry. En mayo de 2000, Vanrell regresó al lugar donde el pescador había encontrado el brazalete y descendió 60 metros hasta donde sabía que estaban los restos.

Allí, examinó cuidadosamente las piezas oxidadas del fuselaje, el motor del avión y las partes del tren de aterrizaje, todas de color amarillo rojizo debido a los efectos del agua.

"No encontramos restos humanos, pero mientras estaba en la parte trasera del avión que estaba bastante bien conservada, pude ver una tela blanca. La agarré, y la puse alrededor de mi cuello como una bufanda. La imagen que me vino a la mente fue la del pequeño príncipe en su planeta con su gran bufanda flotando en el viento", describió el buzo haciendo una comparación con la portada de "El principito".

"Ese día, allí debajo del agua, me convencí que había encontrado el avión correcto", añadió.

Aunque esa afirmación no tenía ninguna prueba.

Restos del avión de Antoine de Saint-Exupéry. 

Restos del avión de Antoine de Saint-Exupéry.
Pie de foto,
Tuvieron que pasar varios años para que el buzo Luc Vanrell pudiera comprobar que ese era el avión de Antoine de Saint-Exupéry. 

La pieza clave del rompecabezas

A Luc Vanrell le tomó 19 meses obtener un permiso oficial para continuar examinando los restos, ya que era ilegal alterarlos.

Solo entonces pudo localizar el número de serie, que coincidía con el del avión perdido.

En julio de 2006, después de tres años de leer mapas, entrevistar a posibles testigos de guerra y examinar el avión perdido, un colega alemán localizó a un anciano expiloto de caza alemán llamado Horst Rippert.

Él proporcionó la pieza final que faltaba en el rompecabezas.

"Creemos que el avión de Antoine de Saint-Exupéry fue visto por los alemanes y el piloto Horst Rippert despegó para interceptarlo. Al principio no pudo ver el avión de Saint Exupéry, pero más tarde cuando volvía hacia Marsella lo vio debajo de él, disparó a sus alas y lo derribó", contó Vanrell.

Antoine de Saint-Exupéry

Antoine de Saint-Exupéry

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

Antoine de Saint-Exupéry tenía 44 años cuando murió.

Y Rippert lo recordaba muy bien porque era el cumpleaños de su hermano y porque desde ese día siempre trató de demostrar que otro piloto era quien había derribado el avión.

"Eso fue porque Antoine de Saint-Exupéry era su héroe y durante muchos años lo atormentó la idea de que él era el responsable de su muerte".

Luc Vanrell todavía dirige una escuela de buceo en Marsella y pasa gran parte de su tiempo en el agua o sumergido.

Después de tantos años siguiendo el rastro del autor de "El principito", para Vanrell resolver el misterio no fue lo importante.

"Como lector de Antoine de Saint-Exupéry siempre pensé que su desaparición era un final apropiado para su vida, al igual que 'El principito', que también desaparece".

"Parecía el final más romántico para la vida de ese hombre legendario", dijo.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Cambiando actitudes

Ante la llegada de un nuevo curso, hacemos listas de objetivos como ir al gimnasio, comer mejor o aprender un idioma. Sin embargo, hay propósitos más profundos que, si logramos incorporarlos a nuestro software mental, nos ayudarán a cumplir cualquier meta que nos fijemos.

Vamos a hablar de algunas actitudes y hábitos que configuran nuestra realidad diaria, y de si son los más adecuados para alcanzar lo que deseamos. Concretamente nos centraremos en desactivar cinco vicios mentales que sobrecargan nuestra vida y que entorpecen la realización personal.

Dispersión

“El cazador que acecha dos conejos, no atrapa ninguno” proverbio zen

¿Cuántas veces nos hemos sentido agotados antes de empezar una tarea importante? Imaginemos un hombre que, al regresar del trabajo, realiza a distancia la carrera de sus sueños. Se ha reservado ese tiempo en casa y está motivado, pero no logra avanzar y antes de una hora apaga el ordenador totalmente agotado. ¿Qué sucede?

Libros para una actitud positiva

‘No te ahogues en un vaso de agua’, de Richard Carlson (DeBolsillo). Uno de los manuales más útiles y prácticos que se han escrito para relativizar problemas y afrontar el día a día con una actitud positiva.

Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida’, de Dale Carnegie (Elipse). Sesenta años después de la muerte del autor, sigue siendo un referente por su lúcida simplicidad y la forma directa y expeditiva de abordar lo que no funciona. Habría que analizar cómo está estudiando. Es muy posible que, mientras intenta sumergirse en la materia, tenga abierto el Whatsapp, el correo electrónico, el Twitter, Facebook o todo a la vez. O bien que durante el curso online intente controlar lo que sucede en la casa, sean sus hijos, su esposa o las tareas que va atendiendo al mismo tiempo.

Entrar y salir de una tarea resulta más agotador que la actividad misma. Cada vez que este hombre abandona la lectura de un artículo de historia, por ejemplo, necesita un esfuerzo extra para luego volver a entrar. Resultado: fatiga y bajo rendimiento, lo cual deriva en desmotivación y quizás abandono.

La solución es hacer una sola cosa a la vez, desactivando todo lo demás. Un buen propósito para empezar el curso con más eficacia.

Procrastinación

“Vuelva usted mañana”, Mariano José de Larra

Nuestra vida está llena de planes que se posponen una y otra vez hasta que, cuando ya es demasiado tarde, nos lamentamos por lo que desearíamos haber hecho.

El mal hábito de aplazar se denomina técnicamente abulia o procrastinación. Esta actitud cotidiana es un verdadero lastre para los planes personales, pero lo peor de todo es el precio psicológico que pagamos por ello. Según el profesor William J. Knaus, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, “la gente pospone tareas con la esperanza de encontrarla ‘realizada’ al día siguiente como por arte de magia; todo ello viene acompañado normalmente por sentimientos de culpa, autoengaño y desesperanza”.

Según este mismo autor, el hábito de procrastinar esconde estas dos minas personales:

La creencia de que somos incapaces de llevar a cabo lo que nos hemos propuesto. Es decir: miedo al fracaso.

Exceso de perfeccionismo, lo cual hace que nos exijamos numerosas condiciones previas, a menudo absurdas, para empezar. Pero son sólo excusas.

Trucos

Tres reglas para mantener a raya las preocupaciones. En su libro Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, Dale Carnegie ofrece tres reglas fundamentales para controlar este agente cotidiano de ansiedad y sufrimiento:

Regla 1: viva solamente el día de hoy. No viva en el ayer ni el mañana. Compartimentos estancos al día.
Regla 2: haga frente a los problemas.
a. Pregúntese a sí mismo: ¿qué es lo peor que puede suceder?
b. Prepárese para aceptar lo peor.
c. Trate de mejorar la situación partiendo de lo peor.
Regla 3: recuerde el precio exorbitante que puede pagar con su vida y salud por las preocupaciones.

Contra la inercia paralizante de posponer, un remedio eficaz es ser tan estrictos y cumplidores con nuestra misión como lo somos en nuestro empleo.

Preocupaciones y miedos

“Hoy es el mañana por el que ayer te preocupabas”, autor desconocido

Tenemos dos lugares donde vivir nuestra existencia: desde los hechos del presente, fluyendo con lo que nos sucede en este momento y lugar, o bien desde la ansiedad por lo que podría suceder.

Las pre-ocupaciones no sólo nos impiden ocuparnos de las cosas verdaderamente importantes, sino que agotan nuestra energía mental y promueven un estado de ánimo negativo que a su vez cansa a los que tratan con nosotros. Por si fuera poco, esta clase de miedos sobre situaciones hipotéticas son inútiles. Se ha medido estadísticamente que la mayoría de cosas que nos preocupan nunca llegan a suceder.

Contra esta lacra para las cosas útiles y positivas que podríamos realizar, el psicoterapeuta Richard Carlson proponía tomar, entre otras, las siguientes medidas: 
Proponernos no sufrir por pequeñeces. 
Tomar conciencia del efecto bola de nieve de nuestros pensamientos. 

Repetirnos el lema: “La vida no es una emergencia”. Aprender a vivir con la incertidumbre del mañana.

Si incorporamos a nuestro día a día estos propósitos, lograremos reprogramar nuestra mente para una vida activa y a la vez serena.

Estrés y ansiedad

“El campo de la conciencia es diminuto. Sólo acepta un problema a la vez”, Antoine de Saint-Exupéry

Prima hermana de la emoción que acabamos de ver, el estrés es la respuesta emocional y fisiológica a las situaciones de alta exigencia a las que nos somete la vida cotidiana.

Al ver nuestra mesa a rebosar de trabajo, al recibir un correo con una reclamación o al echar una ojeada a nuestra agenda del día, de repente nuestra respiración se acelera y el corazón late más rápido. Nuestro cuerpo se ha puesto en estado de alerta para afrontar algo que no sabemos si superará nuestras fuerzas.

Daniel Goleman, el gran divulgador de la inteligencia emocional, analiza así este fenómeno:

“Desde un punto de vista evolutivo, la ansiedad tal vez resultara útil cuando cumplía con la función de predisponernos a afrontar algún tipo de peligro, pero en la vida moderna suele manifestarse de forma desproporcionada e inoportuna. En tal caso, la angustia no constituye tanto una respuesta de activación ante un peligro real como una reacción ante una situación cotidiana o que no es más que el producto de nuestra imaginación. En este sentido, los ataques repetidos de ansiedad constituyen un indicador de un elevado nivel de estrés (…) que contribuyen a incrementar los problemas médicos”.

No es casual que Goleman utilice la palabra imaginación al referirse a las situaciones de estrés, ya que cada persona interpreta de manera diferente lo que está viviendo y reacciona en consecuencia.

El psicólogo de Berkeley Richard Lazarus afirma que “si dos personas pueden vivir una misma situación potencialmente estresante de formas distintas es porque en ellas hay diferencias individuales como la percepción, el aprendizaje o la memoria que afectan su forma de enfrentarse a dicha situación, por lo que la variable importante del estrés no es tanto externa como interna”.

Tomarse los acontecimientos con calma, relativizar las urgencias y hacer una cosa detrás de otra son formas efectivas de reprogramar nuestra mente para que no caiga en las redes de un estrés excesivo.

Pesimismo

“El 31 de diciembre, el optimista espera la medianoche para recibir el año nuevo, mientras que el pesimista lo hace para asegurarse de que el viejo se acaba” Bill Vaughan

Pronosticar en negativo antes que las cosas sucedan es el quinto ladrón de energía mental. Como bien han explicado los psicólogos a partir de la llamada “profecía de autocumplimiento”, cada vez que trazamos un oráculo pesimista, de forma inconsciente nuestra mente se pone a trabajar para que eso suceda y poder decir al final: “¿Lo ves? Tenía razón”.

Algunas iniciativas que podemos tomar para promover el optimismo en nuestra vida diaria: 
  • Centrarnos en las soluciones, no en los problemas. 
  • Rodearnos de amistades agradables y nutritivas. 
  • Practicar la gratitud hacia las cosas que salen bien y las personas que nos facilitan la vida. 
  • Establecer pequeñas metas para cada gran objetivo. 
  • Vivir, en lo posible, sin endeudarnos. 
  • Retomar el contacto con la naturaleza. 
  • No analizar tanto. 
  • Destacar lo bueno y relativizar lo malo. 

Contrariamente a lo que muchas personas creen, el optimismo también se aprende y se puede practicar.

Se acerca un nuevo curso. Si reducimos el protagonismo de estos cinco hábitos negativos, nuestros mejores planes estarán mucho más cerca de cumplirse.

jueves, 3 de agosto de 2023

Domesticar


El Principito png imágenes | PNGWing


– Buenos días -dijo el zorro

– Buenos días -respondió cortesmente el principito

– Ven a jugar conmigo -le propuso el principito- ¡Estoy tan triste!

– No puedo jugar contigo -dijo el zorro- No estoy domesticado

– ¿Qué significa “domesticar”?

– Es una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro- Significa “crear lazos”

– ¿Crear lazos?

– Si -dijo el zorro- para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo…

– Mi vida es monótona, cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de tí. Y amaré el ruido del viento en el trigo…

El zorro calló y miró largo tiempo al principito.

– ¡Por favor… domestícame! -dijo

– ¿Qué hay que hacer? -dijo el principito

– Hay que ser muy paciente -respondió el zorro- Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca…

Al día siguiente volvió el principito.

– Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro- Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:

– ¡Ah!… -dijo el zorro- Voy a llorar

– Tuya es la culpa -dijo el principito- No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara…

– Si -dijo el zorro

– ¡Pero vas a llorar! -dijo el principito

Domesticar– Si -dijo el zorro

– Entonces, no ganas nada

– Gano -dijo el zorro-, por el color del trigo.

FRAGMENTO DE ” EL PRINCIPITO” (Capítulo XXI) – Antoine de Saint-Exupéry

domingo, 26 de abril de 2020

Cómo navegar la tristeza durante el confinamiento. Se trata de una emoción innata que necesitamos para nuestra supervivencia

La tristeza es una emoción incómoda. No está bien vista socialmente. Tratamos de evitarla, incluso cuando afecta a personas cercanas. “Venga, no pasa nada” o “alégrate” son algunas de las expresiones clásicas con las que animamos a quienes pasan por un mal momento. Este confinamiento ha empujado a muchas personas a enfrentarse con la tristeza en estado puro y sin demasiados amortiguadores para trampearla. No hablo de quienes han recibido un zarpazo de la Covid-19 a su salud, de quienes han perdido a familiares o de los que han caído en estados depresivos. Me refiero a aquellos que, simplemente, están tristes porque la casa se les cae encima y a quienes les erosionan las noticias. Para vivir esta etapa de una forma más amable, es necesario diseccionarla, entenderla y aceptarla. Veamos por qué la tristeza se instala en nuestras vidas y cómo podemos navegar para dejarla a un lado.

La tristeza es necesaria.
Es una emoción innata, como lo es el miedo, la ira o la alegría. Y tiene un motivo evolutivo: si un bebé o un niño pequeño no tuviera tristeza por no estar con su madre, por ejemplo, no se generaría un vínculo tan fuerte con ella. Nacemos con esa capacidad porque tiene un sentido: la necesitamos para nuestra supervivencia. Nos recuerda lo que realmente nos importa. Nos ayuda a poner en valor lo que tenemos en nuestras vidas y a cambiar el orden de prioridades. Posiblemente, muchos anhelamos dar aquellos paseos en los que antes ni reparábamos o echemos de menos compartir momentos con personas con las que era normal encontrarse meses atrás. La tristeza nos permite observar desde una perspectiva más vulnerable y delicada aquello que tenemos y somos.

Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, lo resumió poéticamente: "El dolor es una de las vibraciones que demuestran el hecho de vivir". Nos ayuda a sentir emociones positivas. Daniel Gilbert, profesor de psicología de la Universidad de Harvard, explica que nuestras emociones actúan como los puntos cardinales de una brújula. Necesitamos ciertas sensaciones incómodas para valorar las positivas. Por eso, si anulamos la tristeza, tendremos más dificultades para conectarnos con emociones más agradables, como la alegría.

La tristeza hay que aceptarla y vivirla.
Por mucho que nos cueste, debemos admitirla y sentirla, sin más. Los mecanismos para negarla pueden ser, incluso, perjudiciales a medio o largo plazo para nosotros mismos. Olvidarnos de ella a través de un enfado constante, como sucede en redes sociales, o asaltando el frigorífico cada dos por tres, no nos ayuda en absoluto. Tampoco lo hace refugiarnos en el alcohol o vivir una agenda intensa de llamadas y de ruido constante con la única finalidad de anestesiarnos. Pero tampoco hay que dramatizar. Una cosa es sentir la tristeza y otra muy diferente, aumentarla. Hay quien exagera la emoción para llamar la atención de los demás. Son aquellos que enumeran sus múltiples problemas para que otros se apiaden de ellos. No resuena como una tristeza auténtica, sino como algo más impostado. Si tenemos tendencia a caer en esa situación, estemos alerta.

Concederse un spa mental.
Hemos de crear espacios amables a nuestro alrededor, como evitar discusiones innecesarias. Es recomendable reducir la autoculpa por lo que no somos capaces de hacer en momentos como los actuales y eliminar la rumia de noticias negativas, que tanto daño nos hacen, como desvela un estudio realizado a más de 30.000 personas en el Reino Unido. Es decir, debemos crear las condiciones para que la tristeza se vaya diluyendo. En la medida que reconozcamos nuestras emociones incómodas, sin negarlas ni exagerarlas, y tomemos decisiones conscientes para reducir su impacto, podremos liberarnos antes de ellas. Incluida la tristeza.

https://elpais.com/elpais/2020/04/14/laboratorio_de_felicidad/1586848515_940988.html

sábado, 11 de mayo de 2019

Beatriz, la polución

(Perfection is achieved, not when there is nothing more to add, but when there is nothing left to take away)
La perfección se logra, no cuando no hay nada más que agregar, sino cuando no queda nada para quitar. Antoine de Saint-Exupéry

"Simplicity is the ultimate sophistication." Leonardo Da Vinci

Beatriz, la polución
[Cuento - Texto completo.]
Mario Benedetti

Dijo el tío Rolando que esta ciudad se está poniendo imbancable de tanta polución que tiene. Yo no dije nada para no quedar como burra pero de toda la frase sólo entendí la palabra ciudad. Después fui al diccionario y busqué la palabra imbancable y no está. El domingo, cuando fui a visitar al abuelo le pregunté qué quería decir imbancable y él se ríó y me explicó con buenos modos que quería decir insoportable. Ahí sí comprendí el significado porque Graciela, o sea mi mami, me dice algunas veces, o más bien casi todos los días, por favor Beatriz por favor a veces te pones verdaderamente insoportable. Precisamente ese mismo domingo a la tarde me lo dijo, aunque esta vez repitió tres veces por favor por favor por favor Beatriz a veces te pones verdaderamente insoportable, y yo muy serena, habrás querido decir que estoy imbancable, y a ella le hizo gracia, aunque no demasiada pero me quitó la penitencia y eso fue muy importante. La otra palabra, polución, es bastante más difícil. Esa sí está en el diccionario. Dice, polución: efusión de semen. Qué será efusión y qué será semen. Busqué efusión y dice: derramamiento de un líquido. También me fijé en semen y dice: semilla, simiente, líquido que sirve para la reproducción. O sea que lo que dijo el tío Rolando quiere decir esto: esta ciudad se está poniendo insoportable de tanto derramamiento de semen. Tampoco entendí, así que la primera vez que me encontré con Rosita mi amiga, le dije mi grave problema y todo lo que decía el diccionario. Y ella: tengo la impresión de que semen es una palabra sensual, pero no sé qué quiere decir. Entonces me prometió que lo consultaría con su prima Sandra, porque es mayor y en su escuela dan clase de educación sensual. El jueves vino a verme muy misteriosa, yo la conozco bien cuando tiene un misterio se le arruga la nariz, y como en la casa estaba Graciela, esperó con muchísima paciencia que se fuera a la cocina a preparar las milanesas, para decirme, ya averigüé, semen es una cosa que tienen los hombres grandes, no los niños, y yo, entonces nosotras todavía no tenemos semen, y ella, no seas bruta, ni ahora ni nunca, semen sólo tienen los hombres cuando son viejos como mi padre o tu papi el que está preso, las niñas no tenemos semen ni siquiera cuando seamos abuelas, y yo, qué raro eh, y ella, Sandra dice que todos los niños y las niñas venimos del semen porque este liquido tiene bichitos que se llaman espermatozoides y Sandra estaba contenta porque en la clase había aprendido que espermatozoide se escribe con zeta. Cuando se fue Rosita yo me quedé pensando y me pareció que el tío Rolando quizá había querido decir que la ciudad estaba insoportable de tantos espermatozoides (con zeta) que tenía. Así que fui otra vez a lo del abuelo, porque él siempre me entiende y me ayuda aunque no exageradamente, y cuando le conté lo que había dicho tío Rolando y le pregunté si era cierto que la ciudad estaba poniéndose imbancable porque tenía muchos espermatozoides, al abuelo le vino una risa tan grande que casi se ahoga y tuve que traerle un vaso de agua y se puso bien colorado y a mí me dio miedo de que le diera un patatús y conmigo solita en una situación tan espantosa. Por suerte de a poco se fue calmando y cuando pudo hablar me dijo, entre tos y tos, que lo que tío Rolando había dicho se refería a la contaminación atmosférica. Yo me sentí más bruta todavía, pero enseguida él me explicó que la atmósfera era el aire, y como en esta ciudad hay muchas fábricas y automóviles todo ese humo ensucia el aire o sea la atmósfera y eso es la maldita polución y no el semen que dice el diccionario, y no tendríamos que respirarla pero como si no respiramos igualito nos morimos, no tenemos más remedio que respirar toda esa porquería. Yo le dije al abuelo que ahora sacaba la cuenta que mi papá tenía entonces una ventajita allá donde está preso porque en ese lugar no hay muchas fábricas y tampoco hay muchos automóviles porque los familiares de los presos políticos son pobres y no tienen automóviles. Y el abuelo dijo que sí, que yo tenía mucha razón, y que siempre había que encontrarle el lado bueno a las cosas. Entonces yo le di un beso muy grande y la barba me pinchó más que otras veces y me fui corriendo a buscar a Rosita y como en su casa estaba la mami de ella que se llama Asunción, igualito que la capital de Paraguay, esperamos las dos con mucha paciencia hasta que por fin se fue a regar las plantas y entonces yo muy misteriosa, vas a decirle de mi parte a tu prima Sandra que ella es mucho más burra que vos y que yo, porque ahora sí lo averigüé todo y nosotras no venimos del semen sino de la atmósfera.

FIN

jueves, 20 de agosto de 2015

Aute rompe las fronteras generacionales. Músicos jóvenes y ajenos a la canción de autor rinden tributo al compositor en ‘Giralunas’

Nunca se imaginó como músico, pero sus canciones han dado cobijo a varias generaciones. Nunca pensó que su afición por tocar la guitarra acústica en aquellas bandas colegiales de principios de los sesenta como Los Sonor o Los Tigres, que versionaban a Elvis Presley, le llevase más lejos que la pintura o el cine, sus otras dos pasiones. Pero Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) ya forma parte del patrimonio de la canción de autor en castellano. Un patrimonio que traspasa edades y consigue fascinar incluso a músicos que poco tienen que ver con un género tan acotado como el de la música tradicional de autor, tal y como se comprueba en Giralunas (Sony), el disco que reúne a varios artistas de estilos dispares con el único fin de rendir tributo al autor de Aleluya número 1.

“Jamás pensé que iba a subirme a un escenario. No me gusta estar bajo los focos. Soy más de trabajar entre bastidores”, confiesa Aute desde el estudio de su casa de Madrid. Pero se subió, aunque tardó casi una década en hacerlo desde que grabó sus primeras canciones. Fue en un acto del sindicato de la CNT en la ciudad de Albacete y, desde entonces, composiciones como Rosas en el mar o Las cuatro y diez forman parte de la banda sonora de la vida de miles de personas.

Una de ellas es Xoel López, que participa en el álbum. “Ha sido siempre un referente”, asegura el compositor gallego. “Recuerdo que iba en el coche de chaval y escuchaba a saco sus canciones. Me lo ponía mi padre. Solo sonaban Paco Ibáñez, Sabina, Serrat y Aute”. López versiona Al alba, un himno contra la pena de muerte surgido por la oposición frontal de su creador al régimen franquista. También por sus padres le llegó a la cantante Rozalén, quien canta La belleza, que nació de la decepción con el Gobierno socialista a finales de los ochenta. “Es una de las primeras canciones que me aprendí de niña. La genialidad debería llevar la cara de Aute”, afirma. Jairo Zavala, que se esconde tras el nombre artístico Depedro, también reconoce su deuda con él: “Sus canciones eran muy recurrentes en el parque con los amigos. En mi caso, forma parte de mi caminar, de mi crecimiento como persona”.

Una de las ilustraciones de Aute de la serie 'El Giraluna'.

Nuevo homenaje
No es la primera vez que a Aute le rinden homenaje en forma de disco. ¡Mira que eres canalla, Aute!, publicado en 2000, ya contaba con compositores de la misma cuerda que el cantautor español nacido en Filipinas como Serrat, Sabina, Pedro Guerra, Pablo Milanés, Javier Álvarez, Ana Belén, Ismael Serrano o Silvio Rodríguez, aunque por ese trabajo se dejaron ver otros ilustres alejados del género como el rockero Rosendo o el flamenco José Mercé. Giralunasestá formado, en su mayoría, por extranjeros de la canción de autor. Depedro cree que la gracia del disco reside en estar formado por músicos “fuera de su contexto”. Xoel López, por su parte, considera que su influencia, como “gran cantautor iberoamericano”, cruza estilos.

Mediometraje
Aute reconoce que puso dos condiciones a Sony a la hora de hacer este álbum: “Los músicos tenían que sentir afecto por mis canciones y, toda vez que participasen, tenían que llevarlas a su terreno”. Bajo esa premisa, Estopa pone marcha a Una de dos, Abel Pintos hace lo propio con De alguna manera y Natalia Lafourcade y Leiva intercambian voces en Slowly. Vanesa Martín, Andrés Suárez o Santiago Cruz también lucen. “Me gustan todas, pero me han sorprendido Soleá Morente con Aleluya número 7 y Miguel Poveda con Prefiero amar por su terreno flamenco”, explica el cantautor y también pintor y cineasta.

Al principio del mediometraje Vincent y el Giraluna, película de media hora que acompaña al disco, creada por el propio Aute con sus ilustraciones, se lee la siguiente frase del escritor alemán Friedrich Hölderlin (1770-1843): “Pero lo que permanece, lo fundan los poetas”. Y tal y como se comprueba con todas las voces de Giralunas, las canciones de Luis Eduardo Aute permanecen.

Una película “contra la gran mentira”
Decía el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry que su patria era su infancia. Aute también guarda una patria similar. Como ya demostró con su anterior película, El niño y el basilisco, en la que rendía tributo a su niñez y al recuerdo de su adorado y desaparecido padre, el músico y pintor quiere conservar el niño que siempre fue con Vincent y el Giraluna, un filme animado hecho con sus ilustraciones.

“Estoy intentando que no desaparezca del todo, pero está complicado. Vivimos en una selva brutal, en una gran mentira”, asegura el cantante. La película, que acompaña al disco y que Aute dedica a los artistas que le han homenajeado, es “una fábula contra esa gran mentira que es la sociedad actual marcada por el capitalismo salvaje y la corrupción generalizada”.

Aute se asemeja a un “girasol insumiso” que decide no agachar la cabeza por la noche y espera la llegada de la luna. Es el Giraluna, que conoce la luna y las estrellas y es recompensado por su fe, su curiosidad y tener criterio propio.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/08/06/actualidad/1438890799_157830.html

miércoles, 19 de junio de 2013

Discurso fin de estudios

“SOLO SE VE BIEN CON EL CORAZÓN. LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS". EL PINCIPITO, ANTOINE DE SAINT EXUPÉRY.

Hoy es el día de deciros, por ahora, de deciros adiós, los adioses suelen ser tristes pero yo quiero que nuestro adiós, nuestro hasta siempre, sea alegre. Alegre por la satisfacción del trabajo realizado, deber cumplido, de todo lo aprendido y todo lo enseñado. Y por lo bien que lo hemos pasado. Si con alguien no nos hemos portado lo adecuadamente que esperaba, le pedimos disculpas, espero que en general estéis satisfechos como nosotros.

Me vais a permitir que os traiga unas palabras de unos de esos hombres sabios que hay en el mundo, en este caso un médico español que trabaja en EEUU. Y que he encontrado hace muy poco cuando estaba preocupada porque palabras deciros en este acto.

Valentín Fuster, médico cardiólogo, quien afirma que nuestras vidas se mueven en un circulo que tiene cuatro cuadrantes, lo que expone en su libro “EL CÍRCULO DE LA MOTIVACIÓN”, en el nos da unas pautas a seguir para poder vivir bien nuestra vida y nuestra profesión.

“SI NO TIENES MUY CLARO CUÁLES SON TUS PRIORIDADES ES MUY DIFÍCIL SEGUIR ADELANTE”.

Después propone cuatro acciones vinculadas a nuestra relación con la sociedad que las denomina “las cuatro A”

ACTITUD POSITIVA.

ACEPTACIÓN.

AUTENTICIDAD.

ALTRUISMO.

Fuster asegura que tener una actitud positiva es esencial para vivir de manera satisfactoria. Y como estoy totalmente de acuerdo por eso os lo digo.

“No podemos ser negativos, este país necesita motivación”. Subraya, recordando que a pesar de que la situación sea complicada hay que seguir luchando. Y practicar la solidaridad. La solidaridad es una conducta ejemplar que dota la vida de sentido: “SER SOLIDARIO ES UNA ACTITUD ANTE LA VIDA". Nos mejora a nosotros mismos, nos hace más felices y mejora nuestro círculo y nuestra sociedad. Siempre la colaboración, la cooperación es más eficiente que la competición.

La cooperación es lo que ha hecho salir adelante a las sociedades en los tiempos difíciles.

Para terminar Valentín Fuster hace hincapié en que se debe motivar a la gente joven y dar solución a los problemas y no inventarse obstáculos nuevos. “YO SOY OPTIMISTA Y ESTOY CONVENCIDA QUE SALDREMOS ADELANTE”. “SI CAEMOS, NOS LEVANTAMOS Y SEGUIMOS ADELANTE SIEMPRE”.

También quiero recordaros que en vuestras relaciones de trabajo tanto con los compañeros como con vuestros jefes tengáis una actitud de diálogo abierto para llegar a acuerdos y consensos y no querer imponer vuestras ideas. Lo ideal es convencer y argumentando para explicarlas y escuchar a los otros. Debemos atender sus ideas y entender sus preocupaciones y deseos a fin de mejorar el clima de trabajo y el clima social. Siempre es preferible el diálogo a la imposición. El acuerdo al desacuerdo y construir en colaboración a destruir. Nuestras ideas se deben defender con la razón y con la practica diaria.

Así que, me queda daros las gracias porque nos habéis permitido ejercer de profesores y nuestras enseñanzas las habéis acogido con interés y motivación.  Espero que lo aprendido os quede para siempre y a partir de aquí lo ampliéis y lo mejoréis continuamente, estéis todos los días abiertos a nuevas enseñanzas y aprendizajes. Este es un país donde tradicionalmente se han hecho “buenas comidas“, gracias a nuestras abuelas, nuestras madres o padres, tenéis las bases, a partir de lo aprendido aquí construid el edificio. Os deseamos de todo corazón que tengáis suerte en la vida, encontréis trabajo, y seáis felices. Y sabed que podéis contar con nosotros si nos necesitáis. Os pido también que no nos olvidéis y os doy a todos y todas un abrazo muy fuerte, hasta siempre.

Para terminar estas palabras de un poeta y premio Nobel: “QUEDA PROHIBIDO NO SONREÍR A LOS PROBLEMAS, NO LUCHAR POR LO QUE QUIERES O ABANDONARLO TODO POR MIEDO” (PABLO NERUDA)