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miércoles, 2 de enero de 2019

_- Entrevista al periodista Ernesto Ekáizer, autor de El libro negro. La crisis de Bankia y las cajas. Enric Llopis

_- “Rodrigo Rato fue el paradigma de las puertas giratorias”

Enric Llopis
Rebelión

El fiscal Ferdinand Pecora acuñó el término “Banksters” en los años 30 del siglo pasado, cuando investigaba las prácticas de los banqueros que condujeron al crack de Wall Street. El periodista Ernesto Ekáizer hizo uso del vocablo en un artículo publicado en el diario El País, en abril de 2016, sobre el expresidente de Banesto, Mario Conde, y también durante la presentación de “El libro negro. La crisis de Bankia y las cajas” (Espasa, 2018) en el Centre La Nau de la Universitat de València. El libro de 744 páginas se subtitula “Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. El actual gobernador del banco central supervisor, Pablo Hernández de Cos, ha declarado que el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactado por el Gobierno del PSOE y Podemos – de 735 a 900 euros mensuales- castigará la creación de empleo. Hernández de Cos, que también ha alertado contra la “actualización” de las pensiones públicas respecto al IPC, percibe un sueldo mensual de más de 12.000 euros brutos.

Con independencia de las cifras oficiales, Ekáizer señala que las ayudas públicas para rescatar el sistema financiero podrían sumar 300.000 millones de euros (cerca de un tercio del PIB español). Pero hoy la situación parece distinta. Con los datos de las entidades financieras, los seis principales bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter- han obtenido entre enero y septiembre unas ganancias de 13.229 millones de euros, un 12% más que el año anterior.

-El 26 de noviembre comenzó en la Audiencia Nacional el juicio por la salida a bolsa de Bankia; están acusadas 31 personas, entre ellas el expresidente de la entidad Rodrigo Rato (actualmente en prisión por el escándalo de las ‘tarjetas black’) y el exvicepresidente José Luis Olivas, para quienes la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado piden cinco y cuatro años de prisión respectivamente, por presunta estafa a los inversores. Asimismo está acusada la auditora externa Deloitte. En el libro cargas las tintas contra los organismos (públicos) reguladores…

No es que yo cargue las tintas, el libro se titula así:
“El libro negro. Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. Trata del papel del Banco de España, que es el organismo regulador, autor de las normas contables y supervisor; y también de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en relación con la salida a bolsa de Bankia. Estas instituciones no desempeñaron su función de controlar, supervisar el mercado y velar por el cumplimiento de las normas. Por el contrario, lo que hizo el Banco de España fue diseñar las llamadas fusiones “frías” de las cajas de ahorro y la salida a bolsa de estas entidades. Resultó un fracaso notable.

-El Banco de España reconoce que, desde 2009, la “ayuda” pública directa (“apoyo de capital”) para el rescate de las entidades financieras suma 54.353 millones de euros, de los que sólo se habían recuperado 4.477 millones a finales de 2017.
Sólo el rescate de BFA-Bankia supuso 24.000 millones de euros. ¿En qué términos se produjo este fracaso?

No se trata de un fracaso “in vigilando”, lo que podría haber ocurrido. El problema radica en que el Banco de España impulsó una política de expansión crediticia, entre 2000 y 2006, cuando desempeñaba el cargo de gobernador Jaime Caruana. Su sucesor,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, continuó a partir de 2006 con esta política expansiva que alimentaba la “burbuja” inmobiliaria.

Ya cuando hubo síntomas de crisis en Europa en 2007 –la suspensión de la cotización en los fondos de inversión de la banca BNP Paribas en Francia o la crisis bancaria en Inglaterra-, pero también de las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos,
el Banco de España permaneció impasible.

Cuando estalló la crisis, la “burbuja” se pincha porque el mercado bancario internacional ya no presta más, ni renueva los préstamos a los bancos y cajas españoles.

El Banco de España diseña –para encubrir el fracaso de su política de expansión de los créditos- una “salida” que consiste en fusionar entidades, y además rebaja las exigencias de la normativa contable; la fusión más emblemática es la de las siete cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia, que salió a bolsa en julio de 2011 para ampliar capital.

-Sostienes que los máximos organismos reguladores no sólo “enmascararon” el sistema de contabilidad y “maquillaron cadáveres”, sino que también se guiaron por “intereses de camarilla”.

¿En qué consistieron?
Necesitaban ganar tiempo, pensaban que iban a recoger dinero en el mercado y que ello les permitiría capear el temporal mientras las cosas se aclaraban; pero partían de una idea equivocada: la crisis no era una recesión clásica, sino la más importante tras la “gran depresión” de 1929.
Cuando empecé a trabajar sobre la cuestión en mi libro “Indecentes. Crónica de un atraco perfecto” (2012), calificaba la situación como una especie de homicidio por negligencia, temerario, por la política de expansión crediticia del Banco de España; pero cuando idean la salida a bolsa con entidades que no están saneadas, ya no se trata de negligencia sino de una política consciente de encubrimiento.

El folleto informativo de la salida a bolsa de Bankia no reflejaba la totalidad de las cuentas ni el auténtico patrimonio de la entidad.

-Por otra parte,
¿consideras a Rodrigo Rato, ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno con José María Aznar, un ejemplo de las llamadas “puertas giratorias”?

Rato es el paradigma de las “puertas giratorias”, aunque no el único.

En 2003 Aznar decide que sea Rajoy, y no Rato, el aspirante a la presidencia del Gobierno. En junio de 2004 asumió el cargo de director gerente del FMI, responsabilidad a la que renuncia en 2007 antes de que venciera el mandato. Regresó a España y en 2008 fichó como presidente del consejo asesor de Criteria, holding industrial de La Caixa. También estuvo en el banco de inversión Lazard y en el consejo asesor internacional del Banco Santander (en enero de 2013 Telefónica también contrató al exdirigente del PP como consejero asesor en América Latina y Europa. Nota del entrevistador).

-Además de a Rato, en otros libros has investigados las figuras de Ruiz Mateos -“José maría Ruiz-Mateos, el último magnate” (1983)- y Mario Conde: “Banqueros de rapiña” (1994), Vendetta (1996) y “El farol. La primera condena de Mario Conde” (1997).

¿Qué similitudes hay entre los tres financieros?
Son personajes muy diferentes, que encarnan épocas distintas. A través de los 18 bancos de Rumasa, Ruiz-Mateos representa una época de expansión del crédito, de gran competencia en el mercado bancario por los depósitos; entonces había que subir los tipos de interés para atraer a los clientes. El accionista principal del holding Rumasa tenía algunos puntos en común con Mario Conde; para afirmar el dominio de Banesto en el mercado, Conde remuneró los depósitos entrando en competencia con el Banco Santander, pero se vio que no tenía fuelle. Sin embargo, Rato encarna otra historia. Es muy difícil separarlo del papel del Banco de España. Rodrigo Rato accedió a la presidencia de Caja Madrid en 2010 por decisión de Rajoy, quién optó por él en lugar de por Ignacio González. El entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apoyó a Rato para la presidencia de Caja Madrid.

-Julio Rodríguez López, miembro de Economistas frente a la Crisis y del Consejo Científico de ATTAC, recuerda que las antiguas cajas de ahorro están hoy integradas o han sido absorbidas por la banca; pero en 2007 representaban una dimensión equivalente a la mitad del sistema bancario español, a lo que se añadía la Obra Benéfico-Social (“El sistema Financiero español: de la crisis a una normalización gradual”, septiembre 2017).

¿Fue la crisis una coartada para que los bancos privados se hicieran con el “pastel” de las cajas?
La crisis no fue sólo de las cajas, sino del sistema financiero. La prueba está en que
CaixaBank (La Caixa convertida en banco, en 2011) adquiere Banca Cívica y, sobre todo, compra el Banco de Valencia por un euro después que esta entidad fuera saneada con miles de millones de euros de dinero público; la razón es que La Caixa necesitaba apoyos por la “puerta trasera”.

En 2011 el Banco Sabadell se quedó por un euro con Caja Mediterráneo (CAM), después que esta entidad tuviera unos saneamientos impresionantes. La razón es que el Banco Sabadell tampoco estaba en buena situación.

¿Y por qué “cae” el Banco Popular en junio de 2017? Fue un banco muy importante en el sistema financiero español, uno de los mejores bancos en los años 70, 80 y primeros 90 del siglo pasado. Los periodistas que cubríamos el sector financiero lo llamábamos el “Lamborghini” de la banca, todo el mundo quería fusionarse con el Banco Popular. Era un banco mediano, pero con una maquinaria extraordinaria en el área de la captación de depósitos. Además no se trataba de un banco de inversión, no hacía negocios raros.
¿Por qué “cae” el Banco Popular si el sistema financiero español era, como dijo Zapatero en 2008, el más sólido del mundo?

-En mayo de 2012 Rodrigo Rato dimitió como presidente de Bankia, y propuso como máximo responsable de la sociedad a José Ignacio Goirigolzarri -actual presidente de Bankia-, quien a su vez cesó como consejero delegado del BBVA, en 2009, con una pensión vitalicia de 69 millones de euros. ¿Cómo se fraguó la renuncia de Rato en Bankia?

Precipitaron su “caída” en una operación muy calculada y controlada. Quien se ocupó de ello fue el exministro de Economía, Luis de Guindos. Rato se convirtió en presidente de Caja Madrid – después, de Bankia- porque se trataba de una persona muy conocida internacionalmente y, para sacar la entidad a bolsa, se necesitaba a alguien de estas características. Pero éste va a ser también el motivo de su “caída”. Porque si uno elimina a alguien como Rato, del PP, y que ha sido vicepresidente económico con Aznar, le está demostrando a los mercados financieros, al BCE y al FMI, que es independiente y no defiende a los suyos. El Gobierno de Rajoy estaba entonces, a mediados de 2012, muy atemorizado ante la posibilidad de un rescate “completo” de la economía española. Y en este punto hay una leyenda.

-¿En qué sentido?
En el caso de España nunca se planteó un “rescate completo” al estilo de Grecia, Portugal o Irlanda, ya que se hubieran necesitado 500.000 millones de euros. Es lo que afirma Luis de Guindos en su libro “España amenazada” (2016). Nadie estaba dispuesto a poner esa cantidad. La versión oficial del Gobierno de Rajoy es que sí hubo un “rescate” bancario, en junio de 2012. Si se hubiera producido el “rescate completo”, puede que hubieran tenido que “rescatar” después a Italia, ya que seguramente los mercados habrían apuntado contra este país. En abril de 2012 el FMI publicó un informe en el que señalaba los problemas de diez bancos españoles (la mayoría de ellos habían recibido ayudas públicas), y especialmente de Bankia. Es entonces cuando se precipita la “caída” de Rato y de Bankia. Fue la manera de hacer un “rescate” (bancario) a medida.

-En los test publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en noviembre, se menciona que el Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Banco Sabadell mostraron “un grado de resistencia considerable, con niveles de capital satisfactorios en escenarios adversos”. ¿Son rigurosas estas pruebas? ¿Es real la situación atribuida al Banco Santander y el BBVA?

Son bancos básicamente sanos, aunque tienen sus problemas. El día que se suspendió la cotización de las acciones del Banco Popular (junio de 2017), el valor de la acción se situaba en 30 céntimos de euro, lo que suponía una valoración del banco en bolsa de más de mil millones de euros; sin embargo, con el informe que hizo la auditora Deloitte, se lo vendieron al Santander por un euro, lo que fue un regalo.

Esto significa que el Banco Santander también tenía alguna necesidad. 

¿Los “stress test”? 
En el caso de Bankia describieron una situación que no existía, como después se demostró (“Ninguna entidad española requiere aumentar su capital como consecuencia de las pruebas de resistencia de la EBA”, sostenía una nota informativa del Banco de España, de julio de 2011. Nota del entrevistador).

-Por último,
¿qué aspecto destacarías de la nacionalización de Bankia (el estado controla actualmente el 61% del accionariado)?

El inspector de cabecera del Banco de España en Bankia antes y durante la salida a bolsa de la entidad, José Antonio Casaus, explicó a las autoridades del banco central supervisor que la operación de salida a bolsa de Bankia resultaría un fracaso y terminaría en una nacionalización de pérdidas; tendría que hacerse algo distinto, buscar una entidad nacional o extranjera para que absorbiera o se fusionara con Bankia pues, de lo contrario, seríamos los contribuyentes quienes acabaríamos pagando.

Pero el jefe del grupo de inspectores del Banco de España en Bankia, Pedro Comín (que llegaría a ser director general adjunto de Supervisión del Banco de España), elevó un informe a la Comisión Ejecutiva del banco central en la que sostenía que no pasaba nada, que debía apoyarse la salida a bolsa.

viernes, 26 de enero de 2018

El FMI alerta de la dependencia de la banca española de la liquidez del BCE.

Cinco años después de señalar el agujero de Bankia, el FMI ha vuelto a examinar a la banca española. El resultado es que las entidades están mejor preparadas y son más resistentes. Aun así, alerta de su excesiva dependencia de la liquidez del BCE, su elevada exposición a la deuda pública y la baja rentabilidad. En opinión del Fondo, la retirada de las inyecciones del Eurobanco podría aumentar los costes de financiación de las entidades. Además, advierte de que los bancos necesitan unos 22.000 millones para mejorar la calidad del capital, según el test cerrado a diciembre de 2016 que incluye al Popular.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no señala como peligrosa a ninguna entidad como hizo en 2012 con Bankia. Sin embargo, en su informe quinquenal sobre la banca española, el FMI sí que advierte de la persistencia de riesgos en el sistema financiero. Algunas instituciones siguen siendo “vulnerables”, concluye, con unas críticas sobre el sistema que no son nuevas.

El análisis de la institución pone énfasis en la elevada dependencia que tienen los bancos españoles de la liquidez del BCE. Un 6% de su financiación procede del Eurobanco, recuerda. En una sola entidad, que no cita, esta cifra asciende al 17% a cierre de 2016. Aunque reconoce que la financiación del sector ha mejorado mucho, el FMI tiene dudas sobre la capacidad de los bancos para conseguir financiación en un contexto de tensiones en los mercados.

Según el Fondo, la banca aprovechó las inyecciones del BCE para mejorar su rentabilidad comprando bonos del Gobierno. Es lo que en la jerga se conoce como carry trade: tomar prestado al 0% para adquirir títulos que rendían hasta un 3%. Aunque el FMI señala que estas operaciones ahora se han reducido, sostiene que “en este contexto la sustitución de financiación del BCE por la del mercado mayorista [siempre más cara] sería perjudicial para la estabilidad de los bancos españoles”. El organismo incluso añade que “podrían sufrir tensiones de liquidez si el BCE empieza a recortar el suministro”. No obstante, fuentes oficiales españolas defienden que Fráncfort sabrá gestionar esta retirada de apoyos de forma paulatina, lo que aminorará el efecto negativo para las entidades.

Por otra parte, las exposiciones de la banca a la deuda pública podrían conducir a pérdidas, subraya el informe. El motivo: las carteras de bonos perderán valor a medida que suban los tipos. Según el Fondo, las carteras de Deuda Pública española suponen un talón de Aquiles incluso en el escenario económico previsto más probable. Así, conmina a las autoridades a hacer un seguimiento estrecho de este problema.

Fuentes de la Administración matizan que los bancos podrían aguantar los títulos hasta el vencimiento para no sufrir tantas pérdidas. Otras fuentes oficiales insisten en que el BCE hará una subida de tipos muy escalonada, permitiendo que los bancos asuman las pérdidas de forma gradual.

El FMI también destaca que las 14 entidades más importantes (incluyendo al Popular) dependen con exceso de los instrumentos de capital de menor calidad como los fondos de comercio y los créditos fiscales diferidos (deducciones de impuestos futuras por pérdidas del pasado). Estos números rojos proceden de los malos años de la crisis y su desgravación se puede apuntar como parte de su capital regulatorio. Según los cálculos del organismo, los bancos españoles tendrán que elevar en 160 puntos básicos su capital regulatorio para cumplir con la nueva legislación que entrará en vigor en 2019, denominada CRD IV en el sector, que exige reemplazar estos instrumentos de peor calidad por otros con mayor capacidad para absorber pérdidas. Esto supone aumentar su capital en torno a un 10%, es decir, unos 22.000 millones, según explican fuentes financieras. Tras absorber BMN, Bankia tiene un alto volumen de créditos fiscales.

El test de estrés realizado analiza a los bancos sobre tres escenarios: normalidad económica, estancamiento y dura recesión. En una situación de dura crisis, “varios bancos” se mostraron incapaces de cumplir con el requisito de capital mínimo y “unos pocos” suspendieron las exigencias de capital de mayor calidad. La nota concluye que los resultados fueron “dispares”.

EL FONDO METE PRESIÓN A LOS SUPERVISORES FINANCIEROS
El Banco Central Europeo (BCE) tomó las riendas de la supervisión bancaria hace más de dos años. Fráncfort y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) se han reforzado en personal y medios para ser las verdaderas autoridades del sector; ya no pueden alegar que los supervisores locales de cada país son los responsables de los problemas que todavía arrastran las entidades.

El test de estrés del FMI de noviembre pasado, y la reciente quiebra del Banco Popular, han provocado que responsables de organismos europeos, que piden el anonimato, cuestionen la falta de severidad con la que los supervisores examinan a los bancos europeos, que todavía arrastran problemas de hace una década. Las alertas del FMI sobre el sector español deben ser conocidas en el BCE, máxime porque cuenta con dos altos ejecutivos procedentes del Banco de España en la cúpula supervisora: Ramón Quintana, director general del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), y Margarita Delgado, directora general adjunta del citado organismo, dependiente de Fráncfort.

Pero el problema no es solo español: bancos de otros países, como Italia, Portugal, Grecia, Chipre, o incluso Alemania, también ofrecen dudas al mercado. Tras el examen del FMI, los test de estrés que la EBA iniciará en breve, y publicará en noviembre, están bajo presión y se analizarán con lupa para comprobar el rigor de los supervisores.

11.000 millones de déficit
En los escenarios adversos, el déficit de capital asciende a un 1% del PIB, esto es unos 11.000 millones. El FMI no menciona entidades. Tampoco da pistas como hizo en 2012. No obstante, cabe recordar que la prueba se hizo con el cierre de 2016, y que desde entonces han sucedido hechos muy significativos: la quiebra del Popular que acabó en manos del Santander tras ampliar capital en 7.000 millones; la absorción de BMN por Bankia; la salida a Bolsa de Unicaja y los 500 millones que ha captado Liberbank para fortalecerse. Estas mejoras han provocado que buena parte de las deficiencias encontradas han sido subsanadas, según fuentes oficiales. “Es una situación superada. Solo el Santander ya ha recabado 7.000 millones”, afirman.

En cuanto a la rentabilidad, esta permanece por debajo del coste de capital y algunos bancos muestran menos capacidad para absorber tensiones adicionales sobre sus márgenes, afirma el FMI. No obstante, los hombres de negro admiten que la rentabilidad de las entidades españolas ha evolucionado mejor que la de sus pares europeos y, además, se ve afectada por tener que provisionar más que sus competidores. En los test de estrés la rentabilidad caería desde el 0,8% sobre los activos ponderados por riesgo hasta una horquilla entre un -0,6% y un -0,8% en los escenarios adversos.

Aunque los dos bancos internacionalizados, Santander y BBVA, logran márgenes mayores que el resto, gracias sobre todo a América Latina, estas dos entidades presentan una rentabilidad ligeramente por debajo de la de los bancos considerados globalmente sistémicos, apunta el FMI.

Y por último recuerda que la banca tiene bien provisionados los créditos, con una ratio del 58%, en línea con la media europea. Sin embargo, el Fondo alerta de que cinco entidades tiene una de solo el 40%. Una década después de la crisis financiera, los bancos han mejorado pero aún arrastran problemas.

https://elpais.com/economia/2018/01/07/actualidad/1515352866_174748.html

martes, 5 de junio de 2012

Los españoles no tienen duda: la principal culpa por la situación de Bankia es de su consejo

Los españoles no tienen duda alguna: la principal culpa por la situación a la que ha llegado Bankia (antes Caja Madrid) corresponde a su consejo de administración. Y evalúan la intensidad de esa culpa con un 8,7 (en una escala en la que el máximo teórico —inalcanzable en la práctica— es el 10). Después, en menor medida, aparecen inculpados los últimos dos presidentes de la entidad: Rodrigo Rato (cuya responsabilidad es puntuada con un 8,4) y Miguel Blesa (a quien se carga con un 8,2). No queda muy lejos el propio Banco de España: su culpa in vigilando es tasada por la ciudadanía en un 7,9. Finalmente, y ya más atrás, quedan el PP (7,2) y el PSOE (6,7). Los votantes populares y socialistas coinciden en esencia al evaluar el grado de responsabilidad en este tema del PSOE (6,6 y 6,1, respectivamente), pero difieren fuertemente en cuanto al grado de culpa atribuible al PP, partido gobernante desde antes de la crisis en la comunidad donde la caja tiene su sede principal: 5,9 de responsabilidad según los votantes populares, 7,8 según los socialistas. En todo caso, y de forma casi unánime, los españoles creen que tanto la gestión de los integrantes del consejo de Bankia como la de sus dos últimos presidentes debe ser objeto de investigación judicial. Por otro lado, en proporción de dos a uno (y sin que al respecto haya diferencias llamativas entre votantes de PP y PSOE, los únicos dos partidos para los que, dado el reducido tamaño muestral de este sondeo, contamos con datos con una mínima significación estadística) nuestra ciudadanía se declara partidaria de que el Estado deje quebrar a las entidades que, por su mala gestión, incurran en ese riesgo (garantizando, eso sí, los fondos de los depositantes).

Y por último: los españoles tienden a pensar que una Grecia fuera del euro supondría algo peor incluso para Europa que para la propia Grecia. Y, en proporción de tres a uno, no dudan sobre lo negativo que para nuestro país sería, tanto a corto como a largo plazo, quedar fuera de la moneda común europea. Si hay algo, en todo este conjunto de datos, que pueda llamar la atención es, sencillamente, la enorme serenidad y sensatez que transmiten. La misma, por cierto, con que hasta ahora nuestra ciudadanía está sabiendo hacer frente a una crisis cuyo final no se avizora, para la que nadie parece contar con recetas fiables, y para la que no existe, ni aquí ni fuera, un liderazgo claro. Los españoles -y la ingente cantidad de datos de opinión obtenidos en estos últimos meses lo prueban de forma exhaustiva- no han perdido, en las actuales circunstancias, ni los nervios, ni los modales, ni las virtudes cívicas básicas. Reconocen, con admirable y común sensatez, por encima de sus afinidades ideológicas, donde están las culpas y a quién hay que asignarlas; reclaman explicaciones; y, todo lo más, solicitan algo tan irreprochablemente legítimo y democrático como que las instituciones correspondientes tomen cartas en el asunto. ¿Cómo no admirar tamaño ejemplo de cordura ciudadana en medio de tanto tacticismo, miopía y desconcierto por parte de quienes deberían, en estos tiempos turbios y turbulentos, ejercer ese liderazgo social, moral y político que tan clamorosamente brilla por su ausencia? ¿Cómo no compartir, para el caso de nuestra ciudadanía, el anónimo lamento referido al buen Ruy Díaz: “Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor”.
JOSÉ JUAN TOHARIA, El País, 2 JUN 2012. José Juan Toharia es presidente de la empresa Metroscopia.

viernes, 1 de junio de 2012

Bankia, la pieza principal del problema financiero en España

Con diez millones de clientes y 400.000 accionistas Bankia, la cuarta entidad bancaria de España, tiene en vilo a la economía del país por sus activos tóxicos, heredados del boom inmobiliario, y porque el gobierno de Mariano Rajoy ha subrayado que aportará todo el dinero público necesario para su rescate.
 Este viernes Bankia le pidió al gobierno una inyección de US$24.000 millones, lo que sería el mayor rescate bancario en la historia de ese país. Esto se produce unas semanas después de que el gobierno inyectara US$6.000 millones para rescatar al banco. También el viernes, las acciones de Bankia fueron suspendidas en la Bolsa de Madrid mientras un equipo contratado por el Estado desarrolla un plan de reestructuración. Parcialmente nacionalizada hace unas semanas, la entidad no sólo arrastra los males de la burbuja inmobiliaria como otros bancos españoles sino que además su rescate coincide con los severos recortes que aplica el gobierno en sectores sensibles como la salud y la educación. Después de semanas convulsas para la entidad (su presidente, Rodrigo Rato, renunció y luego se anunció la necesidad de la intervención del gobierno para sanear las cuentas de Bankia), sus acciones han ido cayendo ante la incertidumbre en torno a si será rescatado o no. Tanto el banco como el gobierno se mueven cautelosamente porque un descalabro tendría consecuencias en todo el sistema financiero español.
 Pero ¿cuál es la importancia de Bankia en el rompecabezas de la crisis en España? BBC Mundo se lo explica en estas claves.
El tamaño del banco en el sistema financiero español
Bankia surgió en 2010 como consecuencia del proceso de reestructuración del sistema financiero español promovido por el Banco de España. De esta manera se unieron siete entidades: Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia. Bankia tiene 10 millones de clientes, unos activos totales de unos US$342.000 millones y un valor patrimonial de unos US$15.000 millones. Actualmente es la cuarta entidad bancaria de España.
¿Cómo llegó a esta situación?
Los analistas calculan que Bankia tiene unos US$40.000 millones de activos en dificultades, derivados del llamado boom del ladrillo. "Seguramente es el banco más expuesto de los grandes bancos de España a los préstamos del boom inmobiliario. Los otros grandes bancos no están tan expuestos como Bankia", explicó a la BBC Santiago Carbó, profesor de economía de la Universidad de Granada. Bankia no se escapa a la herencia de los créditos inmobiliarios que afectan a otras entidades españolas. El Banco de España, en su último Informe sobre la Estabilidad Financiera, señala que los bancos ibéricos poseen créditos inmobiliarios y de la construcción "problemáticos" por valor de US$234.000 millones, equivalentes a más del 17% del PIB español. "Esos créditos son la herencia envenenada de un boom constructor e inmobiliario por el que se edificaron cinco millones de casas nuevas entre 1997 y 2007, el doble del aumento de hogares en España en ese período", señala el especialista de economía de la BBC, Robert Peston. "Tan malos son esos créditos que los bancos están dando por hecho que solo recuperarán la mitad o menos de lo que prestaron", apunta Peston.
¿Cuál es la solución que propone el gobierno?
Después de la renuncia del presidente de Bankia, Rodrigo Rato, el gobierno anunció una inyección de US$12.500 millones a la entidad desde el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), creado en 2009 para gestionar los procesos de reestructuración de entidades de crédito. Nuevas formas artísticas de protestas, ver vídeo.
Uno de sus problemas es que el fondo cuenta con US$11.000 millones y las ayudas iniciales que requiere Bankia superan los US$18.000 millones. No obstante, el gobierno ha subrayado que aportará todo el dinero necesario. La polémica en las calles españolas es que mientras el gobierno recorta recursos de sectores como la salud y la educación, abre el grifo de forma incondicional para reflotar los bancos. El FROB se financia en su mayoría con dineros públicos.
¿Qué pasa si el rescate sale mal?
Aunque los otros grandes bancos españoles, como el Santander o el BBVA, no están tan expuestos a los préstamos inmobiliarios, una quiebra de Bankia no sólo afectaría a todo el sistema financiero español sino al crecimiento económico y la creación de empleo, señalan los analistas. Existen temores de que si el valor de las acciones de Bankia se hunde a causa del rescate, los ahorristas podrían dejarse llevar por la ansiedad y comenzar a retirar en masa sus depósitos, debilitando aún más el banco. No obstante, existe un sistema de protección al ahorrista, por el cual su dinero está garantizado hasta un monto máximo, que en el caso español es de unos US$127.000. "Los mercados están tensos y temerosos sobre la situación en España y sobre todo quieren saber de dónde sacará dinero el gobierno para ayudarles", comentó Santiago Carbó.  (Una niña de 12 años nos explica la cuestión de la deuda y los Bancos, claro y bien.)

A la coyuntura hay que sumarle los altos intereses que está pagando el gobierno por la deuda española y la caída del precio de las acciones de bancos como Bankia. Robert Peston subraya que el escenario español recuerda al irlandés que al final de una fuerte crisis por una crisis inmobiliaria similar, tuvo que recurrir a las fondos de rescate europeos. "La gran pregunta que se deben hacer España y la eurozona es si el país ibérico es una versión gigante de Irlanda, país que nacionalizó sus bancos para tapar su agujero financiero con dinero de los contribuyentes. ¿Será suficiente el dinero de los contribuyentes españoles para salvar a los bancos del país?", detalla Peston. BBC. Noticias de Grecia

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Quiénes lo están impidiendo? Los bancos deben ser los más interesados en que se cree una comisión sobre la crisis no solo de Bankia, sino del sistema

Los primeros interesados en que se cree en España una comisión parlamentaria que investigue qué ha sucedido, no solo en el caso Bankia, sino en la crisis del sistema financiero español, deberían ser los propios bancos, que están sometidos a una permanente sospecha por parte de los ciudadanos y que corren el riesgo de aislarse cada día más de la sociedad, por muchas campañas de publicidad que algunos de ellos hayan decidido lanzar en las últimas semanas. España necesita recuperar credibilidad ante los mercados, se nos dice, y para ello se convoca a auditores extranjeros (corroborando, por lo que se ve, la ineficacia de las auditorias del Banco de España, un gesto de difícil digestión). Sea como sea, tienen razón quienes nos advierten de que es imperioso recuperar la confianza de los inversores extranjeros. Pero también lo es que los ciudadanos recuperemos confianza en nuestro país y eso no es posible si no se nos proporcionan explicaciones extensas y documentadas sobre qué ha ocurrido. Dejar eso en manos de Goldman Sachs sería un síntoma de que nos hemos vuelto completamente locos. No se trata simplemente de saber cuánto dinero deberá prestar o invertir el Estado para sanear el sistema sino, sobre todo, dónde estuvieron los fallos de ese sistema, que impidió que se reaccionara antes y qué se puede hacer para impedir que suceda algo semejante en el futuro. Esta última parte es, probablemente, la que más echa atrás a las entidades financieras a la hora de someterse a una comisión semejante, partidarias como son de la menor regulación posible de sus actividades, pero, aun así, deberían pensar en el coste interno que está teniendo para todo el sistema la inexistencia de una comisión parecida. Además, es algo que nos merecemos por el simple hecho de ser ciudadanos de una democracia, como se lo merecieron los británicos o los norteamericanos. En Estados Unidos se puso en marcha en 2010 una Comisión de Investigación sobre la Crisis Económica, que emitió un largo informe en 2011, y aun hoy, el Comité de Banca del Senado sigue convocando en audiencia a cuanto responsable de institución financiera, organismo regulador o personalidad de la vida política o académica considera necesario para vigilar el desarrollo de los acontecimientos. Esta misma semana llamó al responsable de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, para que explique las pérdidas de 1.500 millones de euros provocados por una operación arriesgada. Nos merecemos la creación de esa comisión. De hecho, es inconcebible que todavía no hayan pasado por el Congreso o por el Senado decenas de personas implicadas de una forma u otra en esta crisis. Ya no se trata solo de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se decida a hacer más apariciones públicas en los momentos en los que su ausencia resulta más angustiosa, sino de algo todavía más serio: de que el Parlamento tenga el papel que le corresponde, no solo como legislador sino como vehículo para que los ciudadanos dispongan de la información necesaria para valorar los acontecimientos. Conste que para cumplir ese papel, habría que preparar concienzudamente las sesiones de audiencia y no incurrir en espantosos precedentes... SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ, El País, 20 MAY 2012

lunes, 28 de mayo de 2012

EL DRAMA DE LAS CUENTAS PÚBLICAS. La realidad desborda los planes de Rajoy. Nadie se anima ya a descartar nada en una situación que empeora cada día.

Si había un plan, ya no queda ni rastro de él. Todas las previsiones del Gobierno se han visto desbordadas. Hace solo unas pocas semanas, Mariano Rajoy prometía que no habría dinero público para los bancos. Solo en Bankia entrarán 23.500 millones. El lunes, la aportación extra iba a ser de 7.000 millones, según Luis De Guindos. El viernes a mediodía, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría decía que sería un préstamo y no quería cuantificarlo. El viernes por la tarde esa cantidad llegaba a 19.000 millones. Y ayer José Ignacio Goirigolzarri explicó que nada de préstamo: es una entrada de capital, no se devuelve nada, el Estado invierte en Bankia, y solo si sale muy bien recuperará su dinero, el de todos los contribuyentes. Si hay algo a lo que le teme el Gobierno es a la sensación de improvisación. Es una de las cosas que mataron a José Luis Rodríguez Zapatero, analizan. Pero en privado varios miembros del Ejecutivo admiten que la situación se ha vuelto absolutamente imprevisible. Que todo cambia por horas. Y que aunque en público se trate de ofrecer una imagen de normalidad, en privado ya nadie se anima a descartar ningún escenario. El más evidente de todos ellos es el de la entrada de dinero europeo en los bancos españoles. Rajoy insiste en rechazarlo —“a fecha de hoy”, aclaró el miércoles en París— y Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que se reunió tres horas el viernes, en pleno momento crítico, le respalda en ese rechazo. Ambos entienden que en este momento sería una intervención e implicaría una desconfianza definitiva de los inversores en España y someterse a las durísimas condiciones que han sufrido otros países. Las pensiones y el seguro de desempleo en sus actuales condiciones serían sin duda dos asuntos en cuestión. Sin embargo, aunque Rajoy se niegue a plantearlo ni siquiera en privado, el asunto está encima de la mesa del Gobierno. Todos quieren evitarlo, y se está haciendo de todo,... Seguir leyendo. CARLOS E. CUÉ, El País, Madrid 26 MAY 2012

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Tiene España suficiente dinero para salvar a sus bancos?

La gran pregunta que se debe hacer España y la eurozona es si el país ibérico es una versión gigante de Irlanda, país que nacionalizó sus bancos para tapar su agujero financiero con dinero de los contribuyentes. O podemos plantear la pregunta de otra forma: ¿Será suficiente el dinero de los contribuyentes españoles para salvar a los bancos del país? Y si el costo es insoportablemente alto, surge la cuestión de si lo más sensato es que España solicite un rescate al Fondo Monetario Internacional o al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF, creado por la UE en 2010 para rescatar a los países con problemas). De acuerdo con un destacado banquero, ambas preguntas tendrán una respuesta el viernes, cuando se espera un anuncio del gobierno español en el que decidirá cuántas pérdidas deberán sufrir los bancos del país en sus temerarios préstamos inmobiliarios, un añadido a las provisiones de US$64.000 millones, que ya han sido obligados a adoptar para cubrir pérdidas potenciales.

NACIONALIZACIÓN DE BANKIA
Bankia es uno de los cuatro principales bancos de España, junto con el Santander, BBVA y La Caixa. Clientes: 10 millones.
Accionistas: 400.000.
Este banquero espera que solo un puñado de bancos, de los cuales Bankia es el más importante, tendrán que reservar entre US$32.000 millones y US$38.000 millones para cubrir el costo adicional de créditos que acaben resultando fallidos. Esto irá acompañado de la nacionalización parcial de Bankia, que cuenta en sus activos con el 15% de los depósitos del país. La operación se realizará mediante la conversión en acciones de un crédito concedido por el gobierno en 2008 por US$5.800 millones. Así, el 45% de las acciones serán controladas por el gobierno.
Existen temores de que si el valor de las acciones de Bankia se hunde a causa del rescate, los ahorristas podrían dejarse llevar por la ansiedad y comenzar a retirar en masa sus depósitos, debilitando aún más el banco. clic Lea: Lo que aqueja a la economía española

Envenenados
España construyó en los últimos años enormes ciudades fantasma. ¿Pero cómo se han metido en este lío los bancos españoles? Pues bien, para comenzar hay que señalar que el Banco de España ha estimado en su último Informe sobre la Estabilidad Financiera que los bancos españoles poseen créditos inmobiliarios y de la construcción "problemáticos" por valor de US$234.000 millones, equivalentes a más del 17% del PIB español. Esos créditos son la herencia envenenada de un boom constructor e inmobiliario por el que se edificaron cinco millones de casas nuevas entre 1997 y 2007, el doble del aumento de hogares en España en ese período. Se construyeron enormes ciudades fantasma. Tan malos son esos créditos que los bancos están dando por hecho que solo recuperarán la mitad o menos de lo que prestaron. Así, cada vez estamos más cerca del momento en que los bancos admitirán el gran daño que van a sufrir en sus balances a causa de ese tipo de préstamos. Sin embargo, puede que aún no hayan hecho las provisiones adecuadas para las posibles pérdidas en otras categorías de créditos, en especial las hipotecas inmobiliarias, créditos a pequeñas empresas y créditos a grandes empresas altamente endeudadas.
Clik Cuando los vecinos se enfrentan a los bancos

Ese es el motivo por el que banqueros, reguladores y analistas temen cada vez más que los bancos no encontrarán suficiente capital entre inversores y contribuyentes para protegerse contra esas pérdidas.

Socorro
Dicho eso, España se enfrentaría a grandes costos y riesgos si toma prestado dinero del fondo de rescate de la eurozona, el FEEF, y ello sin tener en cuenta la humillación que sufriría al ver su política económica dictada desde Alemania. Un posible riesgo de tomar préstamos de rescate de la eurozona es que probablemente tendría el efecto de subordinar la deuda soberana española. O por así decirlo, el valor implícito de las deudas existentes del gobierno español se vería reducido. Y eso causaría pérdidas aún mayores, quizás calamitosas, a los bancos, que le han prestado más de US$336.000 millones al gobierno español. Así que algunos banqueros creen que sería mejor que España opte por pedirle al FMI fondos de emergencia que podrían ir directamente a los bancos, y por tanto no figurarían como un préstamo al gobierno.

Símil irlandés
La crisis de liquidez está exacerbando la recesión española. ¿Cuánto tiempo más seguirá el gobierno español recurriendo a evasivas en lugar de asegurarse de que los bancos tienen todo el capital que necesitan? Pues probablemente no mucho tiempo, porque a causa de su falta de capital los bancos españoles cada vez conceden menos préstamos y eso está dañando a la economía. Con base en los resultados publicados por los siete bancos españoles que cotizan en bolsa, el banco de inversión Morgan Stanley calcula que el flujo del crédito se está contrayendo en España a un ritmo anual de alrededor del 8%. La crisis de liquidez está exacerbando la recesión española.
Lea también: España intenta ahuyentar el fantasma del rescate 

Si todo esto suena familiar es porque, en gran medida, España se enfrenta a una repetición de la crisis bancaria irlandesa. Al igual que España, Irlanda insistió durante meses en que tenía los recursos para reparar sin ayudas exteriores la dañada situación de sus bancos. Pero en el otoño de 2010, se rindió ante la horrible situación del mercado y acabó acudiendo con el rabo entre las patas a la eurozona y al FMI.
La otra lección irlandesa, dirán muchos, es que cuanto más espere un gobierno para reconocer la debilidad de sus bancos, mayores serán los costos en que tendrá que incurrir. De la BBC. Más aquí.