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viernes, 20 de agosto de 2021

El gobierno andaluz ha mentido al informar sobre las auditorías

Juan Torres López.
Publicado con Teresa Duarte Atoche en Público.es el 11 de agosto de 2021

El pasado 27 de julio, el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, presentó un informe sobre las 54 auditorías que se han realizado sobre el llamado sector público instrumental de la Junta de Andalucía. Unas auditorías que responden al compromiso que tuvieron que asumir el Partido Popular y Ciudadanos para que Vox apoyara la investidura de Juan Manuel Moreno. Ese partido de extrema derecha siempre ha defendido que hay que desmantelar este sector por carecer de utilidad pública y ser simplemente un nido de «chiringuitos» al servicio del PSOE y los tres partidos esperaban que esas auditorías fueran la prueba fehaciente de ello.

Sin embargo, una vez realizadas, resultó que sus conclusiones no eran ni mucho menos las que la derecha andaluza esperaba encontrar.

En un artículo anterior (El bluf de las auditorías del gobierno andaluz) mostramos que el propio informe presentado por el gobierno indica con claridad que las irregularidades que la derecha andaluza venía denunciando como generalizadas en el sector público instrumental de la Junta de Andalucía se daban, en realidad, con mucha menos gravedad y extensión de las previstas. Así -insistimos, según el propio informe del gobierno- sólo se encontraron duplicidades en 20 de los 54 entes auditados, se recomendaba que se extinguieran uno o dos de ellos, según como se interprete lo que indican las auditorías, y «cambios leves» en 13 de ellos, mientras que tan solo de tres se decía que carecen de utilidad o beneficio público.

El gobierno de la derecha andaluza podría haber asumido estos resultados con realismo y autocrítica por sus exagerados vaticinios, e incluso felicitándose porque los andaluces empleados en esos entes consiguen que la gran mayoría de ellos funcionen con problemas que no son realmente muy diferentes de los que pueda tener la administración general, o las empresas privadas que tantas veces y no siempre con razón se ponen como ejemplo. Pero no lo hizo. En lugar de ello, ha preferido mantener sus prejuicios previos y presentar un informe y hacer unas declaraciones cargados de nuevas exageraciones y mentiras que rápidamente han reproducido los medios de comunicación.

El engaño del gobierno andaluz es fácil de probar, simplemente cotejando las expresiones del informe y las declaraciones del vicepresidente Juan Marín con lo que efectivamente dicen las auditorías que han sido publicadas (aquí).

El gobierno dice en su informe que en el sector público instrumental andaluz hay un «caos organizativo» y un «engorde artificial de la administración», expresiones que no se encuentran en ninguna de las auditorías publicadas. Tampoco están allí, ni en el propio informe de la Junta, las expresiones que el vicepresidente de la Junta utilizó para presentar sus conclusiones: «gastos innecesarios», «inoperancia», «superestructura desproporcionada», «red clientelar», «superestructura desproporcionada, poco operativa, llena de duplicidades».

El gobierno andaluz se ha inventado esa descripción del estado en que se encuentra el sector público instrumental que ha sido auditado. Es cierto -como veremos en otro artículo próximo- que en algunas auditorías se habla de «deficiencia de gestión», pero lo hace en muy pocos casos y siempre refiriéndose a aspectos concretos (ejecución de proyectos, uso de herramientas de planificación, inversiones en sociedades participadas…) y no con carácter general. Y algo parecido se puede decir de las duplicidades encontradas pues, como señala el propio informe del gobierno, ni son generalizadas ni tan graves como se dice; lo mismo que ocurre con los problemas de sueldos o gestión de recursos humanos, solo señalados por las auditorías en algunos casos concretos.

En nuestro artículo anterior ya dijimos, y lo reiteramos ahora, que el hecho de constatar la exageración y las mentiras del gobierno andaluz no quiere decir que le demos poca importancia al hecho de que haya una minoría de casos con mala gestión, ineficiencia o sobrecostes. Hemos defendido siempre que la administración del dinero público debe estar sometida a un control estricto, ser plenamente transparente y siempre eficaz y eficiente hasta el último euro utilizado. Por tanto, nos alegramos de que se hayan realizado auditorías y de que, por fin, se ponga sobre la mesa la reforma profunda de nuestra administración pública autonómica (aunque no creamos que esas auditorías se han hecho correctamente, un asunto del que hablaremos en otra ocasión). Pero reclamar reformas de calado es una cosa y otra presentar el problema con una naturaleza que no tiene, hacer trampas en el planteamiento y engañar a la gente con la intención oculta de alcanzar unos objetivos bien distintos a los que se dice perseguir, tal y como ha hecho el gobierno de la Junta de Andalucía.

Las consecuencias de estas mentiras son, por lo menos, dos muy claras y evidentes.

Los medios y periodistas afines (esto es, los que a través de diferentes vías cobran de la Junta de Andalucía) se han hecho eco de lo que ha dicho el gobierno andaluz sin contrastar sus afirmaciones exageradas y difunden el engaño, confundiendo a la población.

Como muestra de esto valga solamente un botón. El conocido periodista y profesor universitario Teodoro León Gross comenzaba con las siguientes palabras su columna del pasado 1 de agosto en los diarios del grupo Yoly:

“Irregularidades en la contratación”, “se han cobrado muchos sobresueldos”, “caos organizativo”, “duplicidades de funciones y competencias”, “engorde artificial de la administración”, “sueldos por encima de la media del mercado”, “una superestructura desproporcionada, poco operativa, llena de duplicidades y gastos innecesarios”, “una agencia de colocación para otros entes”, “externalización frecuente”, “deficiencia en la gestión”… ahí queda, sintagma a sintagma, el retablo escandaloso levantado por Juan Marín, como anticipo de los seis mil folios que se cuelgan ahora en el Portal de Transparencia, expuestos en plena canícula como se exponían las cabezas de los ajusticiados en la picota de la plaza pública. Se han cerrado, finalmente, las auditorías de infarto de la “herencia recibida”.

Un juicio durísimo sobre el estado en que los gobiernos del Partido Socialista habrían dejado a la administración andaluza pero que tiene una pega fundamental: ninguna, absolutamente ninguna de esas expresiones entrecomilladas que sirven para condenar la antigua gestión del Partido Socialista, aparece en ni una sola de las auditorías. Como bien dice León, se cuelga en la plaza pública la cabeza del PSOE, la herencia recibida de sus gobiernos, pero habiéndolo ajusticiado previamente solo a base mentiras, las que él mismo reproduce y difunde sin pararse a comprobar la veracidad de sus afirmaciones.

La segunda consecuencia de la mentira no es menos evidente. Trasladando a la población esa idea falsificada de la realidad no solo se la pone enfrente de lo realizado por gobiernos anterior falseando la realidad, sino que se crea el clima que la predispone para que el gobierno lleve a cabo lo que, en realidad, se proponía alcanzar y que había hecho público antes de que se realizaran las auditorías, tal y como cándidamente reconoce el informe que venimos mencionando: llevar a cabo «una disminución generalizada de las entidades existentes».

Es legítimo que unos partidos tengan dudas sobre lo anteriormente realizado en el gobierno por otros adversarios y que sometan su herencia a evaluación. Incluso sería deseable que así se hiciera constantemente. Pero lo que no se puede justificar es que se reclamen auditorías y que, cuando sus resultados no son los esperados, se monte una campaña digna de los mejores tiempos de Goebbels para poder seguir manteniendo las acusaciones que la realidad ha demostrado que son inciertas.

Es también legítimo, por supuesto, que la derecha defienda los intereses de las empresas y grupos financieros privados que desean quedarse con servicios hasta ahora públicos y que, por tanto, defienda, como el gobierno andaluz, la mayor privatización posible, la «disminución generalizada» del sector público, repetimos, en palabras textuales de su informe sobre las auditorías. Pero defender esta estrategia mintiendo sobre las razones por las que quiere privatizar es deshonesto y ocultar a la población los costes y beneficios reales que la privatización pueda tener es un auténtico y antidemocrático fraude.

En el resto de las comunidades autónomas, en España en su conjunto y en otros países de nuestro entorno hay experiencias suficientes para sacar conclusiones sobre esas políticas de privatización. Tratar de llevarlas cabo sin debate social sobre sus resultados es una perversión de la democracia pero hacerlo a base de mentiras es mucho peor, una auténtica infamia que Andalucía no se merece.

No sorprende la actitud de Vox en este caso porque es un partido que no ha parado de mentir desde su creación, ni tampoco la del Partido Popular y Ciudadanos, pues sabemos que se dejaron caer en manos de la extrema derecha para poder gobernar. Sí resulta más chocante que los partidos de izquierdas, PSOE y Podemos-Adelante Andalucía, no estén denunciando la campaña gubernamental y que no sean quienes reclamen un debate riguroso sobre las auditorías en sede parlamentaria, sin mentiras y a corazón abierto. Es la única forma de que Andalucía aproveche bien hasta el último euro y se descubran todas las irregularidades y problemas que puedan existir verdaderamente en nuestra administración pública, para depurar responsabilidades si las hubiera y tomar, con el mayor acuerdo posible y de una vez por todas, las decisiones que beneficien al mayor número de personas y empresas.

https://juantorreslopez.com/el-gobierno-andaluz-ha-mentido-al-informar-sobre-las-auditorias/

lunes, 12 de septiembre de 2016

Ni cura ni mártir de la Guerra Civil, era un miliciano comunista

La foto del joven sacerdote que sonríe momentos antes de ser fusilado es una foto icónica de la Guerra Civil, el reverso de la del miliciano caído de Capa. Pero es falsa
Foto: La supuesta imagen del padre Martín Martínez Pascual 'instantes antes de ser fusilado'. (Foto: Juan Guzmán/EFE)
Aquella imagen de un sacerdote que sonreía "instantes antes de ser fusilado" por las tropas republicanas el 13 de septiembre de 1936 en Siétamo (Huesca) se convirtió en una foto icónica de la Guerra Civil, el símbolo equivalente para la Iglesia de la del miliciano caído de Robert Capa. Se identificó al apuesto cura de pelo alborotado que encaraba la muerte sin miedo como Martín Martínez Pascual, se imprimió su foto en miles de estampitas, en portadas de libros, se firmaron reconstrucciones de su muerte y su historia llenó páginas y más páginas hagiográficas. Pero todo era un error.

La foto la había hecho el fotoperiodista alemán Hans Gutmann, que castellanizó su nombre como Juan Guzmán al llegar a España con las Brigadas Internacionales y fue autor de otras célebres instantáneas, como la de la miliciana María Ginesta. En 1986, la agencia EFE compró su archivo y en él apareció la imagen, iniciándose entonces su explosiva difusión. Identificado rápidamente como Martín Martínez Pascual, párroco fusilado a los 25 años y beatificado como mártir de la Guerra Civil el 1 de octubre de 1995. Pero algunas voces dudaron desde el principio de la datación y señalaron que Martínez Pascual había muerto en Valdealgorfa, Teruel, mientras que la foto estaba datada en Siétamo, Huesca.

'Live Souls', un libro recién publicado con imágenes nunca antes vistas tomadas por el voluntario inglés Alec Wainman, acaba de confirmar esas dudas. En una de las fotografías que recoge se ve al mismo barbudo 36 días después en el sitio de Huesca, con mono de miliciano y cartuchera al cinto, conversando animadamente con sus compañeros que, por el lugar en el que se encuentran, debían ser milicianos del PSUC y de la centuria Thaelmann, compuesta por comunistas alemanes.

Qué había ocurrido? No es necesario pensar en una falsificación, lo más probable es que el fotógrafo Hans Gutmann se equivocara al datar la foto. Ernest Alós explica en 'El Periódico' que, al consultar a la Agencia EFE, esta última versión les parecía la más probable: "Cada rollo de película de Guzmán iba acompañado de un papelito con algunas indicaciones sobre el contenido del reportaje. Es muy posible que la descripción de una foto se adjudicase a otra del mismo rollo. Aunque en esa fecha y lugar, tras examinar los expedientes de la Causa General de las localidades de los alrededores, no consta ningún asesinato de sacerdote. Quizá Gutmann confundió la situación, o quizá la nota corresponde a otro momento, o al escribirla años más tarde en México la memoria le falló y les complicó la vida a quienes acabaron poniendo orden en su archivo".

Así pues, es cierto que el cura Martín Martínez Pascual fue fusilado en la Guerra Civil, pero es imposible que fuera aquel mozo barbado que sonreía a la cámara en la imagen captada por Juan Guzmán. Esa imagen, objeto de tantas plegarias y rezos, es probablemente la de un miliciano comunista.
http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-09-06/ni-cura-ni-martir-miliciano-comunista-martin-martinez-pascual_1255883/?utm_campaign=BotoneraWebapp&utm_source=facebook&utm_medium=social

domingo, 22 de junio de 2014

Declaraciones de Durão Barroso

Como político oportunista, el presidente cesante de la Comisión Europea, se despide de su cargo confesando lo que tuvo que ocultar por razones del cargo, cuando ya no existe riesgo y quiere deshacerse de los cadáveres que tiene acumulados debajo de la cama. Qué lejos quedan sus alabanzas y elogios en referencia a la actitud, capacidad y eficacia de los ministros económicos españoles. En sus declaraciones se despacha contra las autoridades económicas españolas en general y el Banco de España, en particular. Ahora que se va, acusa a los ministros españoles de mentir y de ocultar la verdadera situación de la economía. Califica a Zapatero de inútil y soberbio, pues en la asamblea del FMI afirmó categóricamente que “España tiene el sistema bancario más seguro del mundo”. “No el segundo, no, el mejor”, recalca. Para su vergüenza, al cabo de breves semanas se le tuvo que rescatar con fondos comunitarios. En cuanto al Banco de España, le acusa de incumplir la misión como regulador y de ser cómplice del desastre producido en la gestión de la crisis de las cajas de ahorro, pues promovió extrañas fusiones y absorciones que han conducido al sistema al borde de la quiebra. Le culpabiliza de falta de autoridad y por su política de ocultación de los problemas reales que acuciaban a la banca española, por más que las autoridades comunitarias se lo demandaran, incluso bajo amenazas. Argumenta que la función de inspección y control parecía que eran ejercidas por personas sin conocimientos, actuando como cómplices y a las órdenes de la banca y de los políticos que necesitaban ocultar errores y manipular información que se acumulaban y que ni siquiera los “hombres de negro” que se enviaban para verificar la realidad de los datos que se suministraban a Bruselas eran capaces de descifrar.—  Bilbao 22 JUN 2014.

lunes, 27 de mayo de 2013

León Eisenberg, el descubridor del déficit de atención confesó antes de morir que es un trastorno ficticio

Siete meses antes de morir, el famoso psiquiatra estadounidense Leon Eisenberg, que descubrió el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), afirmó que se trata de "un ejemplo de enfermedad ficticia". > Esta afirmación, hecha por el destacado médico, fue publicada por el semanario alemán 'Der Spiegel'.

Los primeros intentos de explicar la existencia de este trastorno fueron llevados a cabo en los años 30. En aquel momento, los médicos que trataban a niños con un carácter inquieto y con dificultad para concentrarse les diagnosticaban el síndrome posencefálico, pese a que la mayoría de esos niños nunca habían tenido encefalitis.

Fue precisamente Leon Eisenberg quien en los años 60 volvió a hablar de dicho trastorno. En el año 1968 incluyó la enfermedad en el 'Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales', DSM.

Uno de los principales logros de Eisenberg fue conseguir que la gente creyera que el TDAH tiene causas genéticas. El sentimiento de culpa de los padres desaparece de esa forma al pensar que el niño ha nacido así y el tratamiento con medicamentos se menos cuestionable. Sin embargo, pocos meses antes de su muerte, confesó que lo que debería hacer un psiquiatra infantil es tratar de establecer las razones psicosociales que pueden provocar determinadas conductas, un proceso que lleva tiempo por lo que "prescribir una pastilla contra el TDAH es mucho más rápido".

Después de estas revelaciones se puede mencionar otro estudio realizado por la psicóloga estadounidense Lisa Cosgrove. Según esta profesional, de los 170 miembros del grupo que trabaja con el "Manual de los trastornos mentales", (El famoso DSM, va por la V edición) el 56% tenía una o más relaciones financieras con empresas de la industria farmacéutica.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/95483-psiquiatra-descubrio-tdah-enfermedad-ficticia

En su última entrevista , siete meses antes de su muerte por cáncer de próstata a la edad de 87 años, se distanció de su indiscrección juvenil.

Un hombre alto y delgado, con gafas y tirantes en 2009 abrió la puerta de su apartamento en la Plaza de Harvard para un café. Según dijo nunca había pensado que su idea sería tan popular. “El TDAH es un ejemplo de enfermedad inventada”, dijo Eisenberg. “La predisposición genética para el TDAH está completamente sobrevalorada”.

La psiquiatría infantil debe determinar más detalladamente las razones psicosociales que pueden conducir a problemas de conducta, dijo Eisenberg. ¿Hay peleas con los padres, la madre y el padre viven juntos, hay problemas en la familia? Estas preguntas son muy importantes, pero lleva mucho tiempo responderlas, dijo Eisenberg, quien agregó con un suspiro: “es más rápido prescribir una píldora”.

Como dije, no sé alemán, pero la palabra que aparece en el texto original (“fabrizierte”) se traduce como fabricado o manufacturado. Y, la verdad, si el psiquiatra quería decir “sobrediagnosticado” podría haber utilizado otra palabra.

Tal como se deduce del texto, Eisenberg murió en 2009, de modo que no se trata de una noticia de última hora. A pesar de que se había jubilado en 1993, continuaba siendo profesor emérito de la escuela de medicina de Harvard, y colaboraba con la edición de algunas revistas de psicología y psiquiatría.

En 2007 publicó un artículo sobre el TDAH titulado when “ADHD” was “the brain-damaged child”. En él relata cómo en los años 40 y 50 del siglo XX, los niños con síntomas de TDAH eran calificados como niños con disfunción cerebral, etiqueta que posteriormente se convirtió en la de disfunción cerebral mínima.

También narra cómo él y Mike Rutter defendieron la inclusión de un síndrome hipercinético en la segunda edición del DSM (1969). Me imagino que de ahí viene lo de calificarle como “descubridor del TDAH”, que. según él mismo dice, ya estaba bastante descubierto (aunque se le llamaba con otros nombres) en 1947, cuando se graduó en la facultad de Medicina. Por cierto, esa calificación despoja de sus méritos al señor Rutter.

El resto del artículo relata cómo el TDAH, que era un trastorno poco frecuente se ha convertido en un problema que afecta a casi el 8% de los niños de Estados Unidos, con el consiguiente aumento de las prescripciones de fármacos estimulantes.

Pero a donde quiero llegar es al final, donde escribe:
¿Ha habido un cambio real en la prevalencia? Si es así, ¿por qué? ¿O por primera vez se está detectando a niños que habían pasado desapercibidos? Se trata de cuestiones importantes y merecen una investigación sistemática. ¿Acaso no es el momento de que el NIMH y la FDA insten a los investigadores, facultativos y epidemiologistas a realizar una investigación sistemática a gran escala sobre asuntos de gran importancia para la salud infantil de América?

En dos años, Eisenberg pudo cambiar de opinión de que existe un grupo de niños que presenta una constelación de síntomas comunes a los que actualmente se llama TDAH, y que puede haber un abuso en la aplicación de ese diagnóstico (todo ello bastante documentado en el artículo de 2007) a pensar que no existe tal trastorno, de modo que cualquier diagnóstico de TDAH es claramente incorrecto. El caso es que ya no podemos preguntarle con cual de las dos posturas se siente más cómodo.

¿He aclarado algo?
Considero que existe una diferencia muy notable en la forma de plantear el problema en el artículo de 2007, y en la entrevista de 2009: Eisenberg era un científico, y en el artículo apoya sus afirmaciones en datos obtenidos de estudios epidemiológicos. Incluso cuando detecta anomalías en los datos, lo que hace es sugerir la necesidad de que se investiguen. En cambio, en la entrevista de 2009 hace una afirmación bastante contundente, pero no da ninguna explicación, o si la dio, el periodista la omitió al redactar su artículo.

Por ahí sale otro hilo, por si alguien quiere tirar de él. Resulta poco probable que el educado Eisenberg, que prepara café al periodista que va hasta su casa a hablar con él se limite a decir una pocas frases. Me imagino que la entrevista fue bastante más larga, y que existe más material.

Por último, como estudioso de la comprensión del lenguaje (mi especialidad es esa, no el TDAH), no puedo dejar de percibir una contradicción en el texto de la entrevista. Es la que se produce cuando intengo encajar las siguientes ideas:

a) El TDAH es un ejemplo de enfermedad inventada. Por lo tanto es TDAH solo existe como una construcción social.
b) La predisposición genética para el TDAH está sobrevalorada. Por lo tanto, existe una predisposición genética a la que se da demasiada importancia.
De lo anterior se deduciría que el TDAH, que sería una construcción social, tendría una predisposición genética real, aunque se le está dando demasiada importancia a esa predisposición. Omito intencionadamente los comentarios a la interesante propuesta de hacer una valoración del contexto familiar del niño con supuesto TDAH. No es porque lo considere irrelevante, sino, al contrario, creo que no podría tratar el tema con brevedad porque le van a salir ramificaciones por todos los lados. La entrada que publiqué hace unos días (¿Qué sabemos sobre las causas del TDAH?) contiene información interesante sobre eso y sobre la influencia de la predisposición genética.

Ahí dejo esa información por si a alguien le sirve. Yo, de todo esto me quedo con la recomendación de Eisenberg de que si algo no está claro que se investigue seriamente, y con los datos que se obtengan intentemos aclararlo.
https://youtu.be/pd5sU27u6Hc?list=PLQyYRcm1SLNkvezv6QzzYA9pTPwjH9GXj

Aznar mesiánico

Aznar cree* que el milagro es él, como ya dijo en una ocasión, no le vale ni su delfín, pero la base de su egolatría es débil. Se erigió en adalid contra la corrupción y ahora se ve salpicado.

 Se vanagloria de la bonanza económica durante su mandato que venía favorecida por la situación mundial, pero en vez de aprovecharla para cambiar el modelo económico potenciando el I+D, sentó las bases para que la crisis se cebara especialmente con España. Con su ley de liberación del suelo propició la burbuja que es la mayor causa de nuestros males presentes. Por cierto, los socialistas son igualmente culpables porque en vez de pincharla, la inflaron aún más.

Fue uno de los máximos responsables de la guerra de Irak, basada en falsedades obvias. Hans Blix dijo claramente en la ONU que no existían armas de destrucción masiva, pero el acólito de Bush ya había tomado su decisión. Perdieron la vida de forma violenta cientos de miles de iraquíes. La historia le juzgará.

Ahora amenaza con volver. No, por favor.— Javier Goicoechea Roso. El País, cartas al director, 27-05-13.
*(El sabe que no, en aquella ocasión que el micro estaba abierto se comprobó que pensaba diferente a como hablaba. Y las armas llamadas de destrucción masiva -nombre que ya hacia desconfiar de su exactitud por propagandístico-, resultaron una invención para ir a por el petróleo de Irak, sin importarle lo injusto de la guerra y la muerte de tantas personas inocentes)

viernes, 22 de febrero de 2013

El saqueo de hoy

Desde hace semanas el noventa por ciento de las noticias políticas que se publican tienen que ver con casos de corrupción. Hechos de ayer convenientemente ordenados y envasados para el consumo masivo. Puestos los altavoces y silenciadores, claro está, a conveniencia del consejo de administración. Y así, indignados con la perfidia de los políticos –ya se sabe que todos son iguales-, sesgados porque se nos invisibiliza al otro gran actor de la corrupción, el corrompedor y entretenidos con los saqueos de ayer, igual perdemos de vista los saqueos de hoy. Ese saqueo que ahora mismo está teniendo lugar, silencioso, constante, sostenido.

Las condiciones óptimas para que se dé un caso de desvío de dinero público es la acumulación de mucho capital en poco tiempo. Por eso no es de extrañar que los tres ejes de la corrupción en nuestro país hayan sido la especulación urbanística, grandes obras y eventos y la gestión de residuos. En todos estos casos se da la circunstancia de adjudicaciones millonarias para un tiempo muy corto de gestión. Ahora bien, si la posibilidad del pelotazo urbanístico se pinchó junto con la burbuja inmobiliaria, la posibilidad de engatusar a los ciudadanos con grandes eventos y obras faraónicas se hizo el harakiri con la austeridad letal y el mercado de las basuras no da abasto –no pretende ser una metáfora, esto- para tanto dinero ansioso por volver de sus paradisíacos lugares y ponerse al servicio del saqueo ¿qué posibilidad queda?

Efectivamente, ese inmenso, poco explotado y enormemente lucrativo negocio de la salud o de la enfermedad de las personas, según como se mire. Y mira por dónde: unos movimientos de capital, un rescate bancario, una amnistía fiscal y unos cuantos eufemismos después, ya tenemos listos para atacar a los depredadores que desde hace años planean su asalto a la sanidad pública. Uno de los mejores modelos del mundo, unas plantillas de profesionales magníficas, un sistema que da la seguridad a ricos y pobres de igualarlos en la salud y en la enfermedad, o al menos de garantizar la igualdad de tratamiento y de trato, en peligro de ser devorado.

No es casual que lo que antes eran constructoras y promotoras, ahora inviertan en empresas de seguros sanitarios o empresas de gestión sanitaria. No es casual que los recortes en la sanidad pública se produzcan con la misma intensidad con la que crecen las llamadas telefónicas a las casas de los ciudadanos ofreciendo seguros médicos privados, donde antes se ofrecían tarifas telefónicas. Ni es casual que algunos políticos que han gestionado la sanidad pública acaben en consejos de administración o vendiendo por precios astronómicos su participación accionarial a grandes empresas de la sanidad privada, que antes fueron adjudicatarias de suculentas privatizaciones, perdón, externalizaciones. ¿En qué estaría yo pensando?

Da igual que las cifras contradigan el discurso oficial de que la gestión privada es más eficiente. No importa que la sanidad del mundo más privatizada –la de Estados Unidos- sea a su vez la más cara, según datos de la OCDE. No importa que la falta de plantilla redunde en perjuicio del paciente, ni que el dinero que la empresa se lleva de beneficio se recorte del presupuesto de la sanidad pública. Y tampoco importa saber las verdaderas cifras, por eso se ocultan. Se ocultan las triquiñuelas de las empresas para cobrar de pacientes que no son de su área, se ocultan las cifras comparativas entre la sanidad de gestión pública y privada, se oculta el envío de pacientes graves a hospitales de gestión pública o índices de calidad asistencial objetivos. Se ocultan porque los políticos privatizadores ya saben el resultado de antemano. Y porque además, el resultado que les importa es el de cuentas y balances de la empresa que les va a agradecer sus servicios. Para las empresas es un negocio redondo con un pagador seguro.

Cuando no ganan lo que pensaban ganar, cierran plantas, se deshacen de personal, extorsionan a la administración, piden un rescate… ¿Quién va a dejar caer un hospital? Al menos por ahora. Fijan los precios, roban pacientes, se deshacen de los desahuciados, crónicos, difíciles, en realidad no son pacientes, ni siquiera clientes – al cliente se le quiere tener contento-, simplemente son una variable más para una buena cuenta de resultados, al mismo nivel que el precio de las gasas y los contrastes.

Nuestra comunidad autónoma fue pionera en los experimentos de la privatización de la sanidad pública. Empezó con la privatización de la gestión del hospital y el área de la Ribera hace más de diez años. Lamentablemente en aquel momento no hubo la masiva movilización del personal sanitario y de los ciudadanos que se ha dado en Madrid. Después vinieron otros hospitales, otras áreas, otros servicios, hasta el anuncio de la privatización de toda la gestión sanitaria que hizo el Vicepresidente Císcar el 27 de abril de 2012.

Ahora se han quitado definitivamente la careta nombrando Consejero de Sanidad a un hombre que viene directamente de dirigir la gestión de una empresa sanitaria privada. Poderoso símbolo de sus intenciones.

Y aunque hoy las tertulias hablen de la peineta de Bárcenas el saqueo continúa. La estrategia a corto y largo plazo es clara. Hoy privatizar, saquear y devaluar la calidad asistencial de la red sanitaria pública. Como consecuencia promocionar el aseguramiento privado de aquellos que todavía se lo puedan permitir. Finalmente, lanzar a los ciudadanos la siguiente idea: si tienes que pagarte un seguro privado ¿por qué tienes que pagar para sostener una sanidad pública de la que no eres usuario? Y entonces habremos llegado a esa sociedad que preconiza la FAES, dividida entre meritorios ganadores y perdedores indefectibles. ¿Es eso lo que queremos? ¿Nos defendemos?
Mònica Oltra. Diputada de Compromís

¿Todo es falso ? Eso afirma el autor (Claro, salva algunas cosas para evitar la paradoja)

Es falso que la crisis sea sinónimo de depresión económica, y que esta sea un fenómeno meteorológico pasajero. La recesión es solo el síntoma del pasaje a un nuevo escenario, reflejo de un conflicto político entre quienes queremos vivir bien en sociedad y los que insisten en vivir mejor que los demás a costa de ella.

Es falso que alguien "nos vaya a sacar" de esta crisis. Mucho menos quienes la aprovecharon para forzar la creación de una sociedad más injusta.

Es falso que las deudas haya que pagarlas. No si esto implica la tiranía. No si seguimos sin incluir todos los costes en el balance, especialmente el coste ecológico y social.

Es falso que lo que necesitamos para llevar una vida digna, más allá de la mera supervivencia física, pueda ser deficitario. Los que preconizan esta falacia son los mismos que no ven problema alguno al consumo ilimitado -subvencionado si hace falta- de lo que no es necesario. Si no hay recursos disponibles es por voluntad política.

Es falso que el crédito se haya secado, las empresas hayan cerrado y el desempleo haya aumentado por culpa de un elevado gasto público. Por más veces que nos hayan contado esta mentira, no está de más repetir que es exactamente al revés. Es más, el reciclaje selectivo de la inmensa deuda privada en deuda pública no solo no ha devuelto el crédito sino que representa un auténtico saqueo colectivo.

Es falso que haya una crisis española, una crisis griega, otra portuguesa. Claro que existen particularidades territoriales, pero lo que hay es una crisis europea, que forma parte de otra sistémica cuyo alcance real apenas percibimos. Países en una situación coyuntural favorable pueden verse de pronto afectados por la suerte de los vecinos, por la sequía financiera o por la súbita sed de los poderosos. Las economías bailan al compás del movimiento de los capitales. Pero también de las luchas de sus productores.

Es falso que haya que "cumplir los deberes" que nos impone un ente lejano llamado Bruselas. La principal institución que los promueve es el Consejo, formado por gobiernos como el español.

Es falso que la política sea el problema y que la economía o lo público deban estar libres de influencias políticas. Son precisamente los que se presentaron como gestores y como técnicos los que nos han llevado al desastre. Falta politizar más, pero la política no puede ser reserva de una casta.

Es falso que la corrupción sea solo cosa de dos, el que corrompe y el corrompido. Suele haber terceros que creen beneficiarse de este arreglo, y que votan en consecuencia.

Es falso que la reforma laboral sirva para crear empleo. Su principal objetivo siempre fue disciplinarnos y fomentar la servidumbre voluntaria.

Es falso que el empleo nos haga libres y permita proveer por sí solo a nuestras necesidades básicas. Para la mayoría, el salario necesita compensarse siempre por otras vías: o mediante el gasto público (sanidad, educación), o mediante el crédito, o con una combinación de ambos. El neoliberalismo apostó todo al crédito y acabó provocando la mayor crisis financiera en décadas.

Es falso que el mérito asigne a cada uno en la posición en la que está. La producción es una tarea colectiva: que a muchos no les alcance para vivir ya es un robo.

Es falso que el dolor que nos infligen sea necesario, como afirmó sin sonrojo Mario Draghi en el Congreso de los Diputados. Cuando Draghi dice que la solidaridad consiste en "asegurar que la carga no sea soportada desproporcionadamente por determinados sectores o grupos de personas" se refería a los más ricos.

Es falso que el Banco Central Europeo tenga como principal objetivo "la estabilidad de precios". La manera en que ha intervenido durante la crisis y las declaraciones de sus presidentes muestran cómo ha servido de instrumento para aplicar una política económica antisocial.

Es falso que la alternativa al "ajuste" sea el crecimiento económico, si por tal entendemos la producción exponencial de bienes y servicios socialmente innecesarios, cuyo valor se apropian unos pocos sin consideración alguna de su coste medioambiental.

Es falso que la crisis económica pruebe que la dominación de clase sea más importante que la de género, racial, que la destrucción ecológica, o viceversa. Se puede y se deben afrontar todas.

Es falso que la izquierda partidaria pueda garantizar por sí sola una alternativa real a la cleptocracia. Las movilizaciones suelen producirse contra la derecha y apagarse tras el acceso al gobierno de fuerzas "progresistas". Pero es entonces cuando en realidad las movilizaciones deberían ser más potentes y a favor de una agenda común.

Todo es falso, salvo alguna cosa. La realidad que producen las mentiras. Lo que vivimos. Todo lo bueno que ya hacemos en común. Y lo que todavía podemos lograr juntos. Samuel. Quilombo

Fuente: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/todo-es-falso