Aznar cree* que el milagro es él, como ya dijo en una ocasión, no le vale ni su delfín, pero la base de su egolatría es débil. Se erigió en adalid contra la corrupción y ahora se ve salpicado.
Se vanagloria de la bonanza económica durante su mandato que venía favorecida por la situación mundial, pero en vez de aprovecharla para cambiar el modelo económico potenciando el I+D, sentó las bases para que la crisis se cebara especialmente con España. Con su ley de liberación del suelo propició la burbuja que es la mayor causa de nuestros males presentes. Por cierto, los socialistas son igualmente culpables porque en vez de pincharla, la inflaron aún más.
Fue uno de los máximos responsables de la guerra de Irak, basada en falsedades obvias. Hans Blix dijo claramente en la ONU que no existían armas de destrucción masiva, pero el acólito de Bush ya había tomado su decisión. Perdieron la vida de forma violenta cientos de miles de iraquíes. La historia le juzgará.
Ahora amenaza con volver. No, por favor.— Javier Goicoechea Roso. El País, cartas al director, 27-05-13.
*(El sabe que no, en aquella ocasión que el micro estaba abierto se comprobó que pensaba diferente a como hablaba. Y las armas llamadas de destrucción masiva -nombre que ya hacia desconfiar de su exactitud por propagandístico-, resultaron una invención para ir a por el petróleo de Irak, sin importarle lo injusto de la guerra y la muerte de tantas personas inocentes)
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