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miércoles, 31 de enero de 2024

El juez García Castellón: de Podemos a la Amnistía.

El Ministerio Fiscal debería querellarse contra el juez de la Audiencia, aunque tal vez, dada la muy alta probabilidad de que el Tribunal Supremo no admitiera a trámite dicha querella, podría ser más eficaz la recusación de dicho juez.

Los principios de independencia e imparcialidad ocupan un lugar muy destacado en el ejercicio de la función jurisdiccional en todo Estado de derecho digno de tal nombre. Están, además, íntimamente vinculados entre sí. El principio de independencia es el sine qua non del principio de imparcialidad. El principio de imparcialidad es el para qué del principio de independencia. El juez que no tiene garantizada su independencia es constitutivamente parcial. Pero ello no quiere decir que el que la tiene garantizada no pueda serlo.

La Constitución en España y en todos los Estados democráticamente constituidos garantizan la independencia de los jueces y magistrados que integran el Poder Judicial. El principio de independencia forma parte de la anatomía del Poder Judicial. Es la expresión de la idoneidad abstracta para el ejercicio de la función jurisdiccional. De ahí que la presunción de que el juez es independiente sea una presunción iuris et de iure, es decir, de las que no admite prueba en contrario.

La Constitución, por el contrario, no puede garantizar la imparcialidad del juez. Porque la imparcialidad no remite a la idoneidad abstracta, sino a la idoneidad concreta para el ejercicio de la función jurisdiccional en un determinado asunto. No hay posibilidad alguna de que una Constitución pueda determinar en qué consiste dicha idoneidad, porque no hay constituyente que pueda contemplar todos los asuntos que tendrán que ser resueltos por todos los jueces y magistrados en su ejecutoria profesional. La imparcialidad no forma parte de la anatomía sino de la fisiología del poder judicial. De ahí que la presunción de imparcialidad del juez sea una presunción iuris tantum, es decir, de las que admiten prueba en contrario.

Independencia e imparcialidad se diferencian también desde la perspectiva de la apariencia en el proceso de administración de justicia. La justicia no solamente tiene que hacerse, sino también tiene que parecer que se hace. La apariencia de que se está administrando justicia forma parte del derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión que reconoce el artículo 24 de la Constitución, que es vulnerado, en consecuencia, cuando esa apariencia está ausente.

El principio de independencia no se ve, no se puede ver afectado, por esta circunstancia. El principio de imparcialidad, por el contrario, sí. En la titularidad de la potestad para ejercer la función jurisdiccional no se plantea ningún problema de falta de apariencia en el proceso de administración de justicia. En el ejercicio de la misma, sí puede plantearse. La independencia afecta a la titularidad. La imparcialidad al ejercicio.

En el artículo 219 de la Ley Orgánica del Poder Judicial se contienen las causas de abstención y recusación, que son las mismas. El juez debe abstenerse cuando concurra alguna de dichas causas. Si no lo hace, puede ser recusado.

La pérdida de imparcialidad se produce cuando, en el ejercicio de la función jurisdiccional, un juez o magistrado se desvía del cumplimiento de la función que tiene constitucionalmente encomendada de una manera que no puede ser explicada de manera objetiva y razonable haciendo uso de las reglas de interpretación comúnmente aceptadas en el mundo del derecho. Cuando esa desviación se produce de manera reiterada y manifiestamente infundada, la conducta del juez o magistrado puede ser constitutiva del derecho de prevaricación.

En mi opinión, este es el delito que habría presuntamente cometido el juez García Castellón en la investigación de Podemos por financiación irregular. Se ha tratado de una investigación en la que el juez ha dado toda la apariencia de utilizar de manera reiterada el poder judicial del que es portador para perseguir políticamente a la dirección de un partido político. La pérdida no ya de apariencia de imparcialidad, sino de imparcialidad, ha quedado acreditada a través de las decisiones de la Sala de la Audiencia Nacional que ha revisado su conducta. García Castellón ha dictado numerosas decisiones notoriamente injustas que han tenido la consecuencia de interferir en el funcionamiento del sistema político y perjudicar a uno de los actores del mismo. Una vez anuladas dichas decisiones por la Sala competente de la Audiencia Nacional, Podemos se ha querellado contra el juez por el delito de prevaricación, querella que no ha sido admitida a trámite por la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Podemos ha interpuesto un recurso de súplica ante la misma Sala Segunda por falta de motivación, por haber dictado una sentencia “omisiva”, ya que en su decisión de no admisión a trámite se ha dejado de dar respuesta casi por completo a los argumentos que figuraban en el recurso de Podemos.

Una desviación no superior, porque es prácticamente imposible, pero sí mucho más grave por la materia en la que está teniendo lugar, se está produciendo en el ejercicio de la función jurisdiccional por parte del mismo juez García Castellón con la finalidad de torpedear el ejercicio de la potestad legislativa por las Cortes Generales.

José Antonio Martín Pallín, en 'El terrorismo según el juez García Castellón' (La Vanguardia 26 de enero), ha hecho un análisis detallado del Auto del magistrado a través del cual ha elevado una Exposición razonada a la Sala Segunda del Tribunal Supremo por si existiese responsabilidad criminal de Carles Puigdemont y Marta Rovira, que son personas aforadas. En los próximos días es más que probable que dicte uno o varios más tan descabellados, como el que ha analizado Martín Pallín de manera exhaustiva.

La gravedad de la conducta del juez deriva en este caso de que se está interfiriendo de una manera fraudulenta en el ejercicio de la potestad legislativa de las Cortes Generales, que es, después del ejercicio de la reforma de la Constitución, el acto más importante del Estado de derecho.

En defensa del principio de legalidad, el Ministerio Fiscal debería querellarse contra el juez García Castellón, aunque tal vez, dada la muy alta probabilidad de que el Tribunal Supremo no admitiera a trámite dicha querella, podría ser más eficaz la recusación de dicho juez. Pienso que la recusación tendría más posibilidades de prosperar. Aunque no es lo que su conducta, en mi opinión, merece, estaría muy bien ponerlo fuera de juego de un asunto tan importante como es la tramitación parlamentaria de la proposición de ley de amnistía.

domingo, 14 de enero de 2024

Qué pasó realmente en el superpleno del Congreso. El Gobierno no puede gobernar en esta legislatura como lo hizo en la anterior. No se puede seguir exigiendo a los socios que aprueben primero y hablar después. Y entre los socios hay que contar con los cinco diputados de Podemos

En la sesión de este pasado miércoles quedó claro que la mayoría parlamentaria que “volvió” a investir a Pedro Sánchez como presidente de Gobierno tiene decidido que la ley de amnistía es absolutamente imprescindible para que se pueda debatir políticamente la integración de Catalunya en el Estado, el problema constitucional más importante al que ha tenido que enfrentarse España en los dos únicos procesos constituyentes democráticos que ha tenido en su historia: el de 1931 y el de 1977-78. Por motivos distintos y con consecuencias también distintas, en ninguno de ambos se ha conseguido encontrar una respuesta de aceptación generalizada con una vigencia indefinida. Se trata, por tanto, de una “asignatura pendiente”.

He puesto entre comillas “volvió”, porque la mayoría parlamentaria de la investidura de 2023 es la mayoría parlamentaria de la moción de censura de julio de 2018. No la de 2019. Todo el nacionalismo catalán y todo el nacionalismo vasco han sido necesarios en ambos casos. En la moción de censura fue la incorporación del nacionalismo catalán el que arrastró al PNV e hizo posible el éxito de la misma. Recuérdese que el PNV había pactado los Presupuestos Generales del Estado con el Gobierno presidido por Mariano Rajoy y que una de las condiciones que puso para votar la moción de censura fue la de que el nuevo Gobierno se comprometiera a la aprobación de dichos Presupuestos. En 2023 ha sido a la inversa. Fue la intervención de Aitor Esteban respondiendo a Alberto Núñez Feijóo en el debate de investidura de este último: “¿Núñez Feijóo o amnistía?, pues amnistía” la que dejó claro cuál era la cuestión de la que dependía que la legislatura pudiera echar a andar.

Echar a andar no quiere decir que la legislatura ya esté encauzada. Quiere decir que existe la posibilidad de una negociación política con una Constitución Territorial “no mutilada”. Que va a ser difícil, pero que es posible. A esa posibilidad es a la que se dijo sí este pasado miércoles. La necesidad de la amnistía va calando. De ahí que no haya sido ni siquiera especialmente polémico el debate de las enmiendas a la totalidad, a diferencia de lo que ha ocurrido con los debates y votaciones de los tres Decretos-leyes, que lo han sido porque a través de la no convalidación de los mismos lo que se perseguía era crear un ambiente que dificultara la continuidad de la tramitación parlamentaria de la proposición de ley de amnistía. Las derechas españolas daban por perdido el ataque frontal a la ley de amnistía, pero pretendían hacerla imposible de una manera oblicua mediante la no convalidación de los Decretos-leyes.

Como el lector ya sabe, la mayoría parlamentaria ha sobrevivido a la emboscada de las derechas. Los dos Decretos-leyes decisivos, que afectaban al Gobierno en su totalidad, han sido aprobados. De manera un poco estrambótica uno de ellos, pero han sido aprobados, que es de lo que se trataba. El lenguaje tanto verbal como corporal de Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijóo lo dijeron todo. La derecha fracasó por completo y el Gobierno consiguió lo que se proponía, que no era más que comprobar que Junts va a ser muy exigente, pero que no está dispuesto a la ruptura. Hubiera preferido hacerlo con un coste de imagen menor al que tuvo que soportar, pero lo consiguió. Nada grave se rompió en la mayoría parlamentaria.

El tercer Decreto-ley que no fue convalidado no ha sido una derrota del Gobierno. Ha sido el resultado de la quiebra del grupo parlamentario de Sumar. No puedo pronunciarme con solvencia sobre el contenido del decreto, porque es una materia compleja a la que necesitaría dedicarle mucho tiempo para formarme una opinión inequívoca, pero, por lo que he escuchado en la Ser en la mañana del jueves y por lo leído en La Vanguardia a Pedro Vallín, 'Podemos o la falacia del nirvana', no parece que el voto negativo de los cinco diputados de Podemos esté justificado por encima de toda duda razonable. Más bien da la impresión de lo contrario. No es una reacción política ante una decisión gubernamental, sino un ataque pasional a la vicepresidenta Yolanda Díaz porque sí, es decir, sin una justificación objetiva y razonable, lo que va a obligar a Podemos a explicar su coincidencia con el PP y Vox en el rechazo a una medida que afecta negativamente a la parte del cuerpo electoral que puede encontrarse más próxima a los que Podemos dice querer representar.

La sesión del miércoles en el Pleno del Congreso de los Diputados dejó claro dos cosas:

1ª Que las derechas españolas siguen instaladas en la urgencia de derribar a Pedro Sánchez, porque no soportan su continuidad en la presidencia del Gobierno. Siguen sin aceptar que el resultado electoral, en lugar de ser un referéndum sobre el Gobierno Sánchez, como habían pretendido, ha sido un referéndum sobre la oposición del PP y Vox durante la legislatura. El cuerpo electoral no ha dado un Sí con mayúsculas a Pedro Sánchez, pero ha dado un No rotundo al tándem Alberto Núñez Feijóo-Santiago Abascal. Mientras no acepten esta realidad, tirarán piedras contra su propio tejado.

2ª Que el Gobierno no puede gobernar en esta legislatura como lo hizo en la anterior. Pedro Sánchez debería mirar a Francia y a lo que le está ocurriendo a Emmanuel Macron con el abuso del artículo 49.3 de la Constitución francesa, que es el equivalente políticamente a lo que se está haciendo en España con el artículo 86 de la Constitución. No se puede seguir exigiendo a los socios que aprueben primero y hablar después. Y entre los socios hay que contar con los cinco diputados de Podemos, que no son parte de la mayoría del Gobierno de coalición.

No sé si se le ha ofrecido a Podemos o no la posibilidad de tramitar el Decreto-ley, tras su convalidación, como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia. Si se le ha ofrecido esa posibilidad y la ha rechazado, la conducta de Podemos sería injustificable. Si no se le ha ofrecido, sería el Gobierno el que tendría que reflexionar. En todo caso, no es un problema que no se pueda resolver con relativa facilidad en las próximas semanas.

lunes, 1 de enero de 2024

Caso Neurona: A Podemos tampoco le pedirán perdón

Como bien sabe quien me lea, no sólo mantengo bastantes discrepancias con Podemos por sus posiciones políticas. También, porque creo que quien dirige una formación política debe cuidar y querer a la gente y yo no me sentí así cuando elaboré el famoso documento de debate para su programa económico. Sin embargo, me siento en la obligación moral de manifestar mi solidaridad con sus dirigentes tras la cacería judicial y mediática a la que han sido sometidos y, muy en particular, en estos últimos días.

En otros artículos he escrito el efecto que siempre tiene la utilización que la derecha política y mediática hace de la administración de justicia como instrumento de combate contra sus adversarios: se lanzan acusaciones y demandas, los procesos duran años y al final, cuando quedan en nada, ya nadie devuelve el honor mancillado.

Es una estrategia que en España han sufrido dirigentes del PSOE (quizá la primera víctima fue Demetrio Madrid, como consecuencia del infame comportamiento que tuvo José María Aznar para acabar con él), de Izquierda Unida, de Podemos, en mucha mayor medida, y de otros partidos que se han enfrentado al poder.

Según he leído, han sido más de 20 las causas, denuncias o investigaciones judiciales abiertas contra Podemos o sus dirigentes que han sido archivadas, sin que se haya demostrado su financiación ilegal o los demás delitos que los medios daban por hecho que habían cometido. Por cierto, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras ocasiones con otras formaciones políticas.

El último de los procesos cerrado sin indicio de delito por parte de Podemos ha sido el conocido como Caso Neurona. Un proceso bastante especial porque en él se habían abierto hasta diez líneas de investigación para tratar de involucrar a ese partido en actos delictivos de todo tipo.

Por supuesto, los medios, tertulianos, periodistas, políticos o partidos que lanzaron las acusaciones o se aprovecharon políticamente de ellas no están pidiendo perdón a los dirigentes a los que acusaron sin pruebas, ahora que han sido separados de la causa. En muchos casos, ni siquiera informan de ello. Forma parte de su protocolo y estrategia, como he dicho al principio, y nadie se puede extrañar.

Lo que me sorprende es el silencio prácticamente generalizado de los dirigentes de otras fuerzas de izquierdas, del PSOE, Sumar o Izquierda Unida. Me sorprende, porque han sufrido en sus carnes ese mismo tipo de antidemocráticos ataques y porque hay que ser muy ingenuo para creer que no los volverán a sufrir igualmente en el futuro. Hasta el propio Juan Luis Cebrián lo dejó caer en las páginas de El País el pasado 12 de diciembre: «Algunos opinan que (una alianza con los independentistas catalanes) es ni más ni menos que un acto de complicidad con una organización delictiva, por lo que se podría pedir responsabilidad jurídica, y no solo política, al Gobierno y su presidente». No olviden esto, no lo olviden, y recuerden siempre la vieja sentencia de Edmund Burke: «Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada».

Ponerse de perfil, como si Podemos fuera una organización apestada, en lugar de mostrar solidaridad y hacer pedagogía para que la gente sepa que la derecha española practica la cacería política, mediática y judicial contra sus adversarios es un error que se pagará caro.

En su Divina Comedia, Dante le pregunta a Virgilio: ¿Qué son esos suspiros, gritos y llantos que retumban en el aire sin estrellas? «Vienen del Antiinfierno -le responde- donde son castigadas las tristes almas que vivieron sin infamia y sin honor. Son los ignavos, almas que en vida no hicieron ni el bien ni el mal, por su elección de cobardía».

domingo, 31 de diciembre de 2023

Podemos: a la tercera va la vencida.

Podemos puede hacer un daño enorme a la izquierda española, pero no puede esperar ningún resultado positivo de su tránsito al Grupo Mixto. Para el partido morado la suerte está echada.

Yolanda Díaz y Ione Belarra en un acto de campaña en Pamplona.
Estoy seguro de que la dirección de Podemos no ha programado deliberadamente la transformación de un partido que llegó a ser casi un partido de gobierno en un partido extraparlamentario, pero es lo que ha hecho. En 2015 pudo llegar a pensar que podría ponerse por delante del PSOE. En un plazo de ocho años, entre 2015 y 2023, esa aspiración se ha desvanecido.

Voy a centrarme exclusivamente en la trayectoria del partido en la Comunidad de Madrid, porque ha sido a través de las decisiones adoptadas por la dirección del partido en las elecciones al Ayuntamiento y a la Asamblea de dicha Comunidad entre esas fechas como se ha ejecutado dicho tránsito.

En las elecciones municipales de 2015 Ahora Madrid, encabezado por Manuela Carmena, consiguió 20 ediles, que, unidos a los 9 que obtuvo el PSOE, le permitió superar los 21 del PP más los 7 de Ciudadanos. Por primera vez desde finales de los ochenta la izquierda conseguía dirigir la capital de España.

En las elecciones a la Asamblea de Madrid, entre el PSOE (37) y Podemos (27) se quedaron a un escaño de PP (48) y Ciudadanos (17). La izquierda no consiguió la presidencia de la Comunidad porque IU con la candidatura de Luis García Montero no consiguió superar la barrera del 5%.

Lo que consiguió Podemos se puede considerar una auténtica hazaña. Casi recuperó el resultado de la izquierda en 2003, las elecciones del tamayazo. Con los votos de IU lo hubiera conseguido. Gracias a Podemos, la izquierda se había situado en condiciones de competir de tú a tú con la derecha en Madrid.

Los resultados de las municipales y autonómicas se confirmarían en las generales de diciembre de 2015 y de julio de 2016. Gracias fundamentalmente a Podemos la derecha española dejó de tener mayoría parlamentaria, aunque Mariano Rajoy continuó siendo presidente del Gobierno por el cordón sanitario que consiguió imponer al nacionalismo catalán embarcado en el procés. Una vez levantado ese cordón sanitario en julio de 2018, se haría valer la mayoría absoluta que expulsaría a Mariano Rajoy e impondría a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

La dirección de Podemos parecía haber encontrado la fórmula para dejar en minoría a la derecha española, que, como consecuencia de ello, empezó a fracturarse. El PP dejó de representar a la derecha española en régimen de monopolio como venía haciendo desde 1993.

Cuando parecía haber conseguido lo más difícil, Podemos entró en Madrid en un proceso de fractura interna, que la dirección no fue capaz de controlar. No conozco los entresijos del proceso y hablo, por lo tanto, desde fuera, como un ciudadano que sigue la política con mucha intensidad, pero que no participó en el conflicto en el interior del partido.

De acuerdo con la información que se transmitía a partir del propio partido y que era reflejada en los medios de comunicación, la dirección de Podemos había decidido que fuera Íñigo Errejón quien encabezara la candidatura del partido en las elecciones a la Asamblea de Madrid de 2019. Manuela Carmena seguiría siendo la candidata a la Alcaldía.

Íñigo Errejón puso en marcha la operación Más Madrid, tanto para el Ayuntamiento como para la Asamblea, con la finalidad de repetir el éxito de 2015 en el municipio y conseguir la presidencia de la Comunidad. Por razones que desconozco, la dirección de Podemos consideró que Más Madrid era el “partido de Íñigo” y decidió no presentar candidatura al Ayuntamiento, pero sí a la Asamblea.

El resultado fue una catástrofe para la izquierda en general, que perdió la Alcaldía y que se quedó lejos de la mayoría en la Asamblea; pero especialmente para Podemos, que consiguió solo 7 escaños. Más Madrid mantuvo el tipo, siendo el primer partido en la elección municipal y consiguiendo 20 escaños en la Asamblea.

En las elecciones generales de 2019, mientras que el “partido de Íñigo” obtuvo un solo escaño, Podemos consiguió el número suficiente como para que se constituyera el primer Gobierno de coalición de la democracia. Un logro, sin duda, espectacular.

Pero la herida de Madrid no solamente no cicatrizaba, sino que se hacía cada vez más grave. Bastó el fracaso de la moción de censura en la Comunidad Autónoma de Murcia y que Isabel Díaz Ayuso aprovechara la ocasión para disolver la Asamblea de Madrid y convocar nuevas elecciones en 2021, para que la debilidad de Podemos se pusiera de manifiesto. Con la finalidad de evitar que Podemos se convirtiera en partido extraparlamentario, Pablo Iglesias se vio obligado a dejar de ser vicepresidente del Gobierno y encabezar la candidatura de Podemos. En ese momento designó a Yolanda Díaz como su sustituta en la vicepresidencia y como cabeza de lista en las próximas elecciones generales.

Pablo Iglesias consiguió que Podemos obtuviera 10 escaños, tres más que en 2019, pero Más Madrid obtuvo 24, cuatro más, consolidándose como el partido representativo del que había sido originariamente el “espacio Podemos” en Madrid. El “partido de Íñigo” se convertía en un ejemplo de libro de profecía autocumplida.

Cabía esperar que la dirección de Podemos había aprendido la lección, pero el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. La conducta de 2019 respecto de Íñigo Errejón y Más Madrid se repetiría respecto de Yolanda Díaz y Sumar en 2023. La dirección de Podemos se negaría a asistir como invitado al acto constituyente de Sumar en el polideportivo Magariños. El resultado sería catastrófico para la izquierda en general en las elecciones municipales y autonómicas de mayo, pero mucho más catastrófico para Podemos, que pasó a ser un partido extraparlamentario en Madrid. Tanto en el Ayuntamiento, como en la Asamblea. Como consecuencia de ello se vería obligado a insertarse en las listas de Sumar en las elecciones generales del 23J, lo que le permitiría retener cinco escaños. Escaños que sabe perfectamente que no son suyos.

La conducta de la dirección de Podemos ha sido la misma respecto de Íñigo Errejón y Más Madrid que respecto de Yolanda Díaz y Sumar. No parece haber aprendido la lección, sin embargo, y ha decidido dar un paso más en la misma dirección con la ruptura del grupo parlamentario de Sumar y la integración en el grupo mixto de los cinco diputados de Podemos elegidos en la lista de Sumar.

A la tercera va la vencida, dice el refrán, que viene como anillo al dedo para la dirección de Podemos. Las elecciones europeas de 2024 no van a ser las de 2014, que permitieron que Podemos emergiera en el sistema político español. Pensar en algo parecido es una ensoñación. En el sistema electoral español, para las elecciones generales es muy difícil entrar, pero muy fácil salir. Y una vez que se ha salido, es prácticamente imposible regresar.

Podemos puede hacer un daño enorme a la izquierda española, pero no puede esperar ningún resultado positivo de su tránsito al Grupo Mixto. 
Para Podemos la suerte está echada. 
Javier Pérez Royo, 

viernes, 17 de noviembre de 2023

Podemos, el Partido que vino de América Latina: balances y desafíos de la transformación política en España

Luis Martín-Cabrera

Existe una curiosidad más que lógica en América Latina en general y en Chile en particular sobre el fenómeno Podemos y las consecuencias o la aplicabilidad que sus campañas puedan tener en la región. Con frecuencia, de manera tal vez inconsciente, se desliza un relativamente velado eurocentrismo en la, por otro lado merecida, admiración que provoca el éxito electoral del partido español. Conviene, en este sentido, aclarar que la emergencia de Podemos es inexplicable sin sus orígenes latinoamericanos y recordar que no todo viene de Europa y que Pablo Iglesias y los suyos encontraron su primera inspiración en los movimientos sociales y los gobiernos “post-neoliberales” de la región, es el “laboratorio latinoamericano”, para utilizar la expresión acuñada por Franck Gaudichaud, el que inspira en buena medida la potencia política de Podemos.

A menudo se hace referencia al hecho de que la mayoría de los fundadores del partido –Monedero, Bescansa, Errejón, Iglesias y otros—ejercen o ejercían su actividad docente en la Universidad Complutense de Madrid, pero es igualmente importante señalar su conexión con la fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales), un think tank cuyas actividades se han desarrollado por cerca de dos décadas primordialmente en América Latina. Cuando las élites políticas españolas se dedicaban –Felipe González a la cabeza—a promocionar la Transición a la democracia en España como modelo de exportación para América Latina y el bipartidismo parecía estar sellado a sangre y fuego sobre un pacto de olvido e impunidad en España, el EZLN levantaba su grito indígena de dignidad rebelde contra la doxa neoliberal y el “consenso de Washington”. Es, en primer lugar, el estallido Zapatista de 1994 y más tarde la victoria electoral de Chávez en las elecciones de 1999, lo que fuerza a los hoy miembros del Consejo Ciudadano de Podemos a volver la mirada hacia América Latina, una región que, con la integración de España a la Unión Europea, había quedado mayoritariamente sepultada en la memoria de la mayoría de los españoles. El zapatismo y, sobre todo, la ruptura del consenso de Washington iniciada por la revolución bolivariana en Venezuela que después se extiende a Bolivia, Ecuador y en distinta medida a Argentina y Nicaragua hacen posible lo que en ese momento era imposible e impensable en España: salir o intentar salir de las políticas neoliberales, recuperar el rol regulador y redistributivo del Estado. En este sentido, no hay que perder de vista que Iñigo Errejón, Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, se desempeñan como asesores de los gobiernos de Chávez, Evo Morales y Rafael Correa y que Luis Alegre Zahonero es autor, junto a Carlos Fernández Liria, de un libro, Comprender Venezuela, pensar la Democracia. El colapso moral de los intelectuales occidentales (2006) que levantaría muchas ampollas en la bienpensante progresía eurocéntrica española por su defensa del proyecto bolivariano.

Por tanto, cuando la flamante nueva alcaldesa de Ahora Madrid , Manuela Carmena, dice que va a gobernar sobre todo escuchando a la ciudadanía hay que ver claramente en sus palabras ecos de la lección zapatista –el “mandar obedeciendo” o el “detrás de nosotros estamos ustedes”-- y cuando observamos la insistencia de Podemos en centrar su campaña en la regeneración política y en la defensa de la democracia es inevitable pensar en la primera campaña electoral de Hugo Chávez y en el Movimiento V República que liquido el bipartidismo hasta entonces imperante de adecos y copeyanos sin declararse abiertamente socialista. A menudo se insiste en los modos en que Iñigo Errejón se inspira en La razón populista de Ernesto Laclau, pero creo que es igual o más importante su participación como asesor en varias campañas electorales chavistas: es la lucha de los pueblos la que inspira la teoría y no al revés.

Entonces, si las conexiones de Podemos con el laboratorio latinoamericano son tan estrechas, ¿por qué no aparecen de manera más decisiva en el discurso de sus líderes? ¿Por qué no han hecho o mejor dicho han dejado de hacer una defensa pública más explícita de lo que aprendieron del otro lado del Atlántico? Creo que esto se debe en parte a la campaña de acoso y derribo a la que son sometidos los miembros de Podemos por parte de los medios hegemónicos (particularmente los asociados a la derecha) y en parte a la difícil situación por la que atraviesa el gobierno Venezolano de Nicolás Maduro en este minuto1. Me da la impresión que la defensa de estos procesos de cambio en Latinoamérica, la pedagogía política que podría exigírsele a Podemos en otras circunstancias se hace muy difícil dada la concentración de medios que existe en España.

Por otro lado, ya estamos viendo cuál es el precio que se puede pagar precisamente por no hacer pedagogía política o por buscar un discurso políticamente centrado que vaya paulatinamente llenando el “significante vacío” de la política con distintas demandas. A menudo este discurso que no se pretende ni de izquierdas ni de derechas, deja desguarnecidos a los propios líderes del partido, sin defensa posible frente a los ataques mediáticos tanto de la derecha como de la socialdemocracia como acaba de suceder con el recientemente elegido concejal de cultura del ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata. Zapata fue acusado de escribir hace cuatro años unos tuits en el contexto de una polémica sobre los límites del humor en los que se hacía humor negro con el holocausto y con algunas víctimas del terrorismo de ETA. El acoso mediático llego a tal extremo que el concejal se vio obligado a dimitir sin poder defender lo más elemental: Que la intención fue lúdica y por lo tanto los tuits no se pueden tomar prima facie , que la excepcionalidad del holocausto no deja pensar históricamente el holocausto, que los que acusan a Zapata son las mismas y los mismos –por ejemplo Esperanza Aguirre- - que siguen haciendo, sin ninguna intención lúdica, apología del franquismo y mofa de los desaparecidos etc. Con esto, no trato de darle lecciones a nadie, sino de preguntar en voz alta, si no convendría pasar a la ofensiva en vez de estar siempre a la defensiva, si no sería bueno hacer un poco de pedagogía política aunque se pierda popularidad, si no estaría bien en vez de dar por bueno que Venezuela es un horror y siempre lo fue, explicar un poco qué vieron y qué sacaron de estas experiencias políticas los actuales líderes de Podemos.

“Izquierda” y “derecha” son metáforas, tropos espaciales, de hecho, –los que se sentaban a uno y otro lado del rey— a las metáforas podemos renunciar si no sirven, a lo que no podemos renunciar es a nuestra memoria y a nuestra historia , pues sin un pasado anudado al presente no hay futuro posible. Por eso, conviene recordar las raíces latinoamericanas de podemos y su inexpugnable relación con el 15-M, Con la Plataforma Antidesahucios y con las distintas mareas ciudadanas en defensa de la educación y la salud pública . Cabe recordar que las políticas austericidas emprendidas por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero primero y continuadas después por Mariano Rajoy encontraron tanto a los dos grandes sindicatos nacionales UGT (Unión General de Trabajadores) y CC.OO (Comisiones Obreras) como a los partidos de izquierdas, especialmente Izquierda Unida, totalmente desarmados e incapaces de ofrecer respuestas y resistencia a la apisonadora neoliberal del Estado. Es la rebelión pacífica y popular de las y los indignados la que llena la Puerta del Sol de Madrid el 15 de mayo del 2011 y otras plazas a lo largo del mismo año. El movimiento 15-M inventó un lenguaje nuevo y una manera de hacer política más horizontal y participativa y, sobre todo, le dio un impulso decisivo a la unificación de toda una serie de luchas (feministas, ecologistas, estudiantes, asociaciones barriales, anti-capitalistas,etc.) que hasta ese momento habían permanecido aisladas unas de otras.

Mientras tanto, a los pocos meses, el Partido Popular ganaba las elecciones con el triste binomío mayoría absoluta-abstención masiva y bien reprimía las manifestaciones del 15-M bien se burlaba de los participantes de la misma con epítetos como “perroflautas” (designación para-racista que define al estilo hippie de algunos participantes en estas protestas”), porque no percibía a estos movimientos como una amenaza. Después las políticas austericidas continuaron hasta límites intolerables –continuaron los desahucios y sus suicidios, la malnutrición infantil batió records, la sanidad y la educación siguieron privatizándose y el paro nunca bajo del 20%-- y el 15M mantuvo sus banderas apartidistas de lucha y a la vez mutó en mareas blancas en defensa de la sanidad, mareas verdes en defensa de la educación y por supuesto el trabajo heroico de la PAH (la Plataforma Afectados por la Hipoteca) liderada por la hoy alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

A mediados del 2014 parecíamos haber llegado a un impasse: la protesta contra el ajuste fiscal brutal continuaba en la calle y el gobierno seguía haciendo oídos sordos o criminalizando la protesta como sucedió con “Alfon”, un joven de la periferia obrera de Madrid, acusado falsamente por la policía de delitos de terrorismo. Corresponde a Podemos el mérito indiscutible de haberse dado cuenta de que la política transformadora sólo podía salir de este callejón sin salida recurriendo otra vez a la “forma partido” y organizándose para tomar el poder y romper con el bipartidismo salido del régimen del 78, año en que las cortes salidas del franquismo aprueban la constitución vigente. Es la lectura atenta de Gramsci desde la calle la que permite a los líderes de Podemos hegemonizar la protesta social y abrir una grieta considerable en los mecanismos de dominación instalados desde la Transición. Corresponde también a Podemos y a Pablo Iglesias el mérito de haber sacado a la izquierda de su autismo político y haberles puesto frente a su propio miedo al poder y a su vocación de marginalidad. Muchos sectores de izquierda, tanto en movimientos sociales como en partidos revolucionarios , conciben el poder de manera pecaminosa haciéndose eco de los postulados de John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder. Preferir tener razón y seguir siendo marginales antes que atreverse a tomar el poder y mancharse las manos con sus aspectos más abyectos.

Ahora bien, Podemos es, a la vez, inexplicable sin los movimientos sociales en general y sin el 15-M en particular, Podemos puede ser, para apropiarnos de la siniestra metáfora de Efráin Ríos Mont, el pez que represente el cambio, pero el movimiento 15-M y las mareas y la plataforma son el agua, unos y otros están en una relación simbiótica, conforman los extremos inconmensurables de la transformación social en España hoy. Hasta qué punto esto es así puede simplemente comprobarse retrotrayéndonos a las elecciones europeas del 2009 en las que Izquierda Anticapitalista -- la formación que le presta el andamiaje partidista a Podemos en el 2014 para presentarse a las Europeas-- obtiene el 0,13% de los votos frente al casi 8% de la nueva formación de Pablo Iglesias. ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿El carisma de los líderes? No lo creo, lo nuevo es que Podemos puede subirse a la ola del 15-M y de los nuevos movimientos sociales anti-austeridad, cosa que Izquierda Anticapitalista no podía hacer.

En este sentido, creo que es necesario señalar que la dirección de podemos ha oscilado ambivalentemente entre organizarse como un partido tradicional con su vanguardia y sus bases o reinventar la “forma partido” abriéndola a las distintas formas de participación democrática inventadas por el 15-M y los movimientos sociales. Este residuo vanguardista, unido a las fuertes presiones electorales y los ataques de la “casta”, ha hecho que, por momentos, la nueva política pudiera reducirse a cambios meramente semánticos (“Consejo ciudadano” por “Comité central” y “círculos” por “bases”) que envolvían la misma cadena de transmisión vertical de poder y representación que define a los partidos capitalistas tradicionales. Esto, entre otras cosas, explica las tensiones y fracturas con el grupo de Pablo Echenique en Aragón o con el grupo de Izquierda Anticapitalista de Teresa Rodríguez en Andalucía, así como la salida de Juan Carlos Monedero del liderazgo del partido, probablemente hastiado de una política demasiado tecnocrática y organizada a golpe de encuestas electorales. En este sentido, creo que la gran lección de las pasadas elecciones municipales es que Podemos sólo con su marca no puede, pero con los movimientos sociales sí y viceversa. Los lugares donde Podemos va a poder gobernar son aquellos (Barcelona, Madrid, Cádiz) donde se presentaba con plataformas ciudadanas (Ahora Madrid, Barcelona en Comú) levantadas con alto grado de participación de los movimientos sociales y con estructuras horizontales de poder. La receta del éxito es, por tanto, la confluencia del partido Podemos con el tejido social de los movimientos sociales y no una cosa o la otra solas.

Hay aquí también otra gran lección que aprender de los procesos de cambio en América Latina. Cuando los movimientos sociales llegan al poder, como es el caso del MAS en Bolivia, y se vuelven hegelianos, es decir, cuando asumen que su presencia en el gobierno transforma mágicamente al Estado en síntesis de todos los antagonismos sociales, tienden a no socializar el poder y generan anticuerpos en los esas mismas colectividades que les llevaron al poder. Esto es, sin duda, lo que sucede en Bolivia alrededor del conflicto del TIPNIS entre movimientos indígenas y Estado. Cuando el Estado no escucha y queda atrapado en la lógica espuria de la representación, las transformaciones sociales se detienen; y a la vez, cuando los movimientos sociales fetichizan su autonomía por encima de los límites de la realpolitik sucede lo mismo. El estado y la economía tienen tiempos y demandas que, en muchas ocasiones, aparecen fuera de sincronía con los tiempos y demandas de los movimientos sociales, el desafío es ser capaces de habitar la temporalidad múltiple y heterogénea en sus distintas territorializaciones en pos de una construcción de justicia e igualdad exterior a las actuales condiciones de la dominación y la explotaión.

En este sentido, creo que, tanto en España como en América Latina, vivimos en un umbral en el que las viejas y nuevas formas de la política deben convivir en una tensión creativa. Hoy en día parece imposible aspirar a transformar la sociedad sin pasar por la “forma partido” y por la toma del Estado por la vía electoral y de la movilización de masas y, a la vez, la “forma partido” y la toma del Estado son completamente inútiles si no se socializa el poder y se aspira a desmontar el Estado potenciando la autonomía los movimientos sociales y de la participación ciudadana en la toma de decisiones. En el caso de Chile, los dos extremos inasibles de estas posturas los representan Gabriel Salazar con su insistencia en abandonar completamente cualquier política partidista (incluso las protestas en la calle) para dedicarse a la construcción de la autonomía política a través asambleas constituyentes, y el Partido Comunista que insiste en reducir la política a la forma-partido y la participación en el poder del Estado, incluso en la actual coyuntura en que el gobierno de Michelle Bachelet parece haberle dado la espalda completamente a los movimientos sociales, sumido como está, en el marasmo de la corrupción y los vínculos estructurales entre dinero y política.

Cada pueblo tiene su propia historia, sus propias idiosincrasias y sus propios caminos que recorrer, pero precisamente porque el capitalismo y la modernidad colonial nos han unido de maneras asimétricas podemos aprender unos de otros con respeto, sabiendo, como afirma Gaudichaud, que “lo que está en juego es el difícil paso de poderes contituyentes a poderes constituidos, y los métodos de articulación entre democracia directa, participativa y representativa, entre espacios de deliberación y de decisión: en definitiva, la cuestión clásica de la “soberanía” del pueblo, ¿Esta construcción-destrucción-creación debe desarrollarse totalmente externa al Estado (para echarlo abajo) o bien como emergencia combinada de formas externas y de un impulso procedente de instituciones gubernamentales?”2 That´s the question, y la respuesta debe ser colectiva, porque la historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Notas:

1 Sobre la actual coyuntura del gobierno venezolano recomiendo una interesante entrevista de Salvador López Arnal al militante venezolano Roland Denis,


2 Franck Gaudichaud, Emancipaciones en América Latina, Quito: Instituto de Altos Estudios Nacionales, 2013, p.30 

( http://editorial.iaen.edu.ec/libro1/emancipaciones-en-america-latina/) Luis Martín-Cabrera es español, republicano, profesor de estudios culturales en la Universidad de California, San Diego y Director de programa de Estudios de esa misma universidad en Santiago de Chile.

sábado, 21 de mayo de 2022

_- ¿Qué está pasando en Podemos?

_- ¿Cómo es posible que la dirección de Podemos no se haya dado cuenta de que había partido en Andalucía y que ella tenía que ser la que tomara la iniciativa de configurar la coalición de izquierda que saltara al terreno de juego?

— La Junta Electoral de Andalucía rechaza incluir a Podemos en la coalición andaluza de izquierdas

En buena lógica la coalición de las izquierdas que, por el motivo que sea, no se reconocen en el partido socialista, debería estar siendo liderada por Podemos. No solamente en Andalucía de cara a las elecciones del próximo 19 de junio, sino en el conjunto del Estado, ya que no se puede perder de vista que en mayo de 2023 habrá elecciones municipales en todos los municipios y elecciones autonómicas en 12 Comunidades Autónomas más las dos Ciudades Autónomas. Y que a finales de 2023 habrá elecciones generales en el supuesto de que no se celebren antes, cosa que, tal como está el patio, no es descartable.

Con el resultado de las elecciones anticipadas en la Comunidad de Madrid se abrió un nuevo ciclo electoral, ya que la dirección del PP en ese momento creyó que se le abría una oportunidad de reforzar su liderazgo y de frenar a Vox con la anticipación de las elecciones primero en Castilla y León e inmediatamente después en Andalucía. Aunque el resultado de las elecciones en Castilla y León no fue el que la dirección del PP esperaba, el adelanto electoral en Andalucía se ha producido en todo caso.

Nadie en el terreno de la izquierda no socialista puede llamarse a engaño. Todos las diferentes formaciones políticas en dicho terreno sabían que el calendario electoral era el que iba a ser y con unas fechas previsibles, mes arriba mes abajo. Para competir eficazmente, era obvio que había que iniciar la negociación de la forma en que se iba a concurrir en cada Comunidad Autónoma y en los municipios más importantes. Los programas y los candidatos que tendrían que explicárselos a los ciudadanos tenían que ser acordados. Y esto solo hay una forma de hacerlo: negociando entre las direcciones de todas las formaciones que estuvieran dispuestas a hacerlo.

Dada la primacía de Podemos, cabía esperar que fuera dicha formación política la que hubiera tomado la iniciativa y hubiera convocado a las demás para empezar a discutir el qué y el cómo de lo que se iba a producir inexorablemente. Podemos ha sido la gran novedad en la izquierda del sistema de partidos español. Hasta su aparición, PSOE e IU habían ocupado el espacio casi por completo. La llegada de Podemos revolucionó dicho espacio. Lo hizo con una eficacia extraordinaria. Yo milité en el PCE y fui candidato en las elecciones de 1977 y 1979 y recuerdo la imposibilidad en que nos encontramos de llegar más allá de los 23 escaños. Por eso valoré y sigo valorando la hazaña que supuso la irrupción de Podemos de la forma tan extraordinaria en que lo hizo.

Lo que no acabo de entender es por qué habiendo hecho lo más difícil, romper el corsé que entre la Ley para la Reforma Política de 1976 y el Real Decreto-ley de normas electorales de marzo de 1977 impuso al ejercicio del derecho de sufragio, que supuso décadas de bipartidismo, esté renunciando a ocupar la posición que había conseguido y a dirigir la única coalición que puede consolidar dicha posición.

En Castilla y León la situación para las izquierdas era muy difícil, pero en Andalucía no lo era. Con la aprobación de la reforma laboral y con la visibilidad de los efectos de la misma, que conlleva un cierre de filas de los sindicatos en torno a las candidaturas de izquierda, socialistas y no socialistas, se había abierto una posibilidad de competir con la derecha en un partido de resultado abierto.

¿Cómo es posible que la dirección de Podemos no se haya dado cuenta de que había partido en Andalucía y que ella tenía que ser la que tomara la iniciativa de configurar la coalición de izquierda que saltara al terreno de juego? Para mí no es que me haya parecido incomprensible que se haya firmado por Podemos fuera de plazo la formalización de la coalición ante la Junta Electoral, sino que no haya sido el primer firmante al que hubieran seguido todos los demás.

Me temo que para las elecciones andaluzas ya no hay solución. Podemos no va a poder formar parte, jurídicamente, de la coalición electoral de las izquierdas, aunque en las listas puedan figurar dirigentes de Podemos sin aparecer identificados como tales. En el terreno electoral, el componente jurídico del proceso político es muy importante y, en consecuencia, el error tiene un coste alto para ellos.

De los errores se aprende o, mejor dicho, se debe aprender. Y esto es lo que tendría que hacer Podemos. Además de participar en la campaña electoral como si formalmente figurara en la coalición electoral, debería poner en marcha el proceso de preparación de todos los procesos electorales del 2023. Le va en ello su propia supervivencia.

https://www.eldiario.es/contracorriente/pasando_132_8978850.html

domingo, 15 de septiembre de 2019

_- Seis años y medio de cárcel para el juez que conspiró contra la diputada de Podemos. Victoria Rosell. La parlamentaria de Unidas Podemos, también magistrada, tuvo que renunciar al escaño en el Congreso en 2016 por las acusaciones de su colega.

_- El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha condenado al magistrado de la Audiencia Provincial de Las Palmas Salvador Alba a seis años y medio de prisión por conspirar contra la juez Victoria Rosell y tratar de desacreditarla profesionalmente tras el salto de esta a la política en 2015 de la mano de Podemos, bajo cuyas siglas fue diputada durante cuatro meses en 2016 hasta que tuvo que presentar su dimisión. En la sentencia, notificada este martes a las partes, el tribunal condena a Alba por prevaricación, cohecho y falsedad en documento público, según ha informado la propia Rosell, hoy de nuevo diputada en el Congreso por Unidas Podemos, en un mensaje en su red social Twitter.

El juicio ha sido uno de los más mediáticos de los últimos años en el archipiélago. Alba intentó desacreditar profesionalmente a Rosell en relación con una causa que esta llevaba contra el empresario canario Miguel Ángel Ramírez, considerado el rey de la seguridad en las islas y presidente de la Unión Deportiva Las Palmas.

En 2016, Rosell renunció a repetir como cabeza de lista de Podemos por Las Palmas. La magistrada, denunciada en aquel momento por el exministro de Industria José Manuel Soria por un presunto caso de prevaricación y cohecho, estaba a la espera de ser llamada a declarar como investigada —imputada, según la denominación previa a la reforma—. Esa querella fue archivada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias en diciembre de aquel año.

En declaraciones a La Sexta, visiblemente emocionada y tratando de aguantar las lágrimas en directo, Rosell ha asegurado estar muy contenta y haberse "echado a llorar" cuando ha conocido la noticia. "He pensado en mi familia. Tengo una madre y unas hijas, y una pareja. Tienes un entorno que te cree pero que es difícil explicarles", ha dicho. Según ha valorado la hoy diputada de Podemos, la sentencia es un triunfo sobre las cloacas del Estado. "El juez no se estaba jugando la destrucción de su carrera, sino de un puesto superior que pensaba estaba en manos del presidente de Canarias, el exministro Soria, que en esos momentos era candidato a suceder a Rajoy", ha dicho. "Es emocionante haberlo conseguido probar. Este juez me ha causado muchísimo dolor y para mí ha cometido el mayor delito que puede cometer un magistrado, que es manipular unas pruebas y unos informes", ha rematado.

Por su parte, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha valorado a través de Twitter la sentencia. "No es frecuente que se haga justicia pero a veces ocurre. Intentaron destruir a la magistrada Rosell por presentarse a las elecciones con Podemos. Hoy las cloacas pierden a uno de los suyos", ha escrito.

 https://elpais.com/politica/2019/09/10/actualidad/1568112822_113657.html

viernes, 23 de agosto de 2019

Pedro y el lobo

José Manuel Barreal San Martín
Rebelión

En algún momento, cuando los efluvios partidistas y parciales se acomoden a la realidad, se dirá que una vez en un país llamado España, hubo un tiempo en el que se estuvo en puertas de que un gobierno de izquierdas, más o menos, pudo haberse formado y así estar en disposición de llevar a cabo políticas progresistas en beneficio de la mayoría. Un joven presidente llamado Pedro se pasó, por aquel entonces, varios días cuidando el rebaño de las ideas que tenía y que éstas no se saliesen del las vallas del redil político. Esas ideas que se llamaban de progreso quiso compartirlas con un joven llamado Pablo y su organización política. Mientras ambos hablaban y hablaban, Pedro, como pastor mayor, vigilaba muy atento para que ninguna idea se extraviara. Un día Pedro, que se cansaba de hablar y hablar y se aburría, se le ocurrió una idea para divertirse un poco y así gastar una broma a quienes eran sus vecinos de partido y también a Pablo y los suyos, comenzó a gritar: ¡Socorro! ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo, ayuda por favor!

Los habitantes de los pueblos de alrededor se sobresaltaron al oír esos gritos tan estremecedores y salieron corriendo en ayuda de Pedro. Cuando llegaron junto a él, encontraron al presidente riéndose a carcajadas. ¡Ja ja ja! ¡Os he engañado a todos! ¡No hay ningún lobo!

La gente, enfadada, se dio media vuelta y regresó a sus casas. La prensa habló de ese supuesto lobo que asustó a Pedro. Un sector, pidió expertos cazadores para escarmentar al osado lobo. Otro, más ecuánime y escéptico le dio la importancia que tenía el tema y subrayó que tanto el pastor, como el lobo, deberían de llevarse mejor ya que a ambos les iba a convenir par el futuro del rebaño social del país.

¡Qué largos se le hacían los días, a Pedro!… Así, decidió que sería divertido y estaría genial repetir la broma... Otra vez comenzó a gritar: ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Necesito ayuda! ¡He visto un enorme lobo atemorizando a los pueblos de alrededor!

Pedro gritaba tanto que su voz se oía por todos los sitios, acrecentada por el eco; la gente asustada corría y gritaba. Un numeroso grupo de personas se reunió en las plazas de los pueblos y se organizó rápidamente para acudir en ayuda del joven presidente y escarmentar al lobo. Todos juntos se pusieron en marcha; pero el lobo no estaba por ninguna parte. Por segunda vez sorprendieron al presidente riéndose a mandíbula batiente. ¡Os he vuelto a engañar, pardillos! ¡Ja ja ja!

La gente, muy enfadada y sin entender nada, regresó a los pueblos y a sus respectivas casas. No compartían esa broma tan pesada. El tiempo transcurría y llegaba a su fin y ambos seguían, día tras día, con su respectivas ideas. Para uno el redil era suficiente y no había que cambiarlo, para el otro había que aumentarlo y dar más cobijo. Los días pasaban lentos, el aburrimiento se evidenciaba, nada salía que convenciese a ambos. A Pablo, porque sospechaba de Pedro y a éste porque sospechaba del otro. Las gentes de los pueblos, no daban crédito, no entendían nada. Estaban temiendo que efectivamente, el depredador apareciese realmente y fuese tarde para combatirlo. Mandaron mensajeros a ambos. El "Sí pero", tanto de uno como de otro, no vislumbraba buen pastoreo social. Esperaban...

Pedro, que por tercera vez chillaba ¡Ayudadme! ¡El lobo, está aquí!, no consiguió que se le hiciese caso y las gentes del lugar, creyendo que se trataba de otra exageración, siguieron con sus trabajos y sus faenas cotidianas. Nadie acudió en su ayuda. Pero el lobo llegó, ahora era real. Sus ojos refulgían y su diabólica sonrisa no auguraba nada bueno.

Lo que no se dice en esta adaptación libre de "Pedro y el lobo" es si ambos sufrieron en su tiempo político la falta de tacto y de interés por los pueblos y sus gentes. Su falta de entendimiento cuando uno, Pedro, consideraba que la presencia de Podemos en el ejecutivo resultaba como la del lobo en el cuento y así ejercer sobre él una vigilancia permanente. O, cuando el otro, Pablo, pretendía formar parte de un rebaño, léase gobierno, dentro del mismo, manejando parte de ese gobierno, como un "redil" paralelo y autónomo. Efectivamente, ni uno es "el lobo", ni el otro "pastorea" bien el "rebaño" de la política. Hartazgo y desilusión, generaron en las buenas gentes de los lugares del cuento.

Sin embargo, una pregunta quedó en el aire y es si, muchos y muchas, se negarán a ser, otra vez, rebaño de borregos y encima "esquilaos".

martes, 16 de julio de 2019

La izquierda absorbida

Rebelión

“Está todo muy bien tramado para dominar,
para que no tengamos una democracia”

José Luis Sampedro

Una de las particularidades más eficaces del sistema es su capacidad de absorción a todo aquello que lo cuestiona. En lo político, en lo social, en lo cultural, muchas de las manifestaciones rebeldes terminan, tarde o temprano, integrando la plantilla del sistema de algún modo.

Es que el capitalismo más que un sistema económico es un modo de vida, como sabemos. Por lo tanto jugar con las mismas normas, los valores y los conceptos de vida que propone, es caer en la trampa.

El sistema nos dice que democracia es votar cada tanto y dejar que los representantes decidan por nosotros acerca de nuestra propia vida. Nosotros una vez que hayamos votado debemos ser obedientes y cumplir con nuestro deber de buenos ciudadanos. Es decir, irnos a casa y ser espectadores de nuestro propio destino, porque nunca más nos consultarán y mucho menos nos obedecerán. Aquello de que democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no es mas que un idealismo impropio de gente sensata, una utopía izquierdista que no nos lleva a ninguna parte. En realidad fue una frase de Abraham Lincoln que dijo en 1863, pero mejor olvidarla.

De modo que todo se reduce a la vía electoral. La derecha en su ambiente ideal, ya que para ellos el pueblo está para decir que si, para aplaudir y para pedir autógrafos. El bien llamado “trifachito” puede tener diferencias de matices pero en el fondo todos defienden los intereses de los que realmente mandan, que son, como también todos sabemos, los dueños del poder económico, que no entran en las batallas mundanas aunque mueven los hilos a voluntad.

¿Qué hace la izquierda a todo esto? Me refiero a los políticos de izquierda donde no incluyo, por supuesto, al PSOE que desde el felipismo ocupa un lugar preferencial en el sostenimiento del sistema. Ya da hasta un poco de grima llamarlo “socialista” y resulta irrespetuoso decirle “obrero” (irrespetuoso para los obreros, naturalmente). Con Partido Español estaría mucho mejor y adecuado a su papel de constructor de un capitalismo “bueno”, como si eso fuera posible.

Yo creo que un partido político de izquierda tiene dos deberes ineludibles:

1) Cuestionar el capitalismo causa última de todas las injusticias sociales.Y al mismo tiempo iniciar el camino para reemplazarlo por una sociedad más justa y auténticamente democrática.

2) Ir hacia una democracia participativa y directa, donde el pueblo tenga ocasión de intervenir permanentemente en las decisiones que atañen a su propia vida.

El capitalismo, decía José Luis Sampedro, es un sistema agotado. Cumplió su papel en la historia de la humanidad, como cualquier otro sistema, pero ya no tiene respuestas salvo para una minoría que se aprovecha inescrupulosamente del esfuerzo de la mayoría de la población. Es un sistema que mata, dice el papa Fracisco, y que somete y explota a la mayoría. Es un sistema criminal, afirma Frei Betto con toda la razón de la realidad.

Para José Saramago, el capitalismo es incompatible con la democracia. Y Vázquez Montalbán nos advierte que el capitalismo “no ha cedido ni un duro, ni una hora de descanso, ni un cuarto de hora para el bocadillo, sin presión, sin lucha, sin sangre, sin muerte”.

Bien, ni Podemos abocado de lleno a la pelea por un lugar de privilegio en un posible gobierno del PSOE y que ya ha abandonado totalmente su rebeldía inicial para acomodarse en los beneficios del electoralismo, ni Izquierda Unida prácticamente desaparecida de los lugares que solía frecuentar, pueden considerarse, estrictamente, partidos de izquierda si tenemos en cuenta que no cumplen con los deberes cuestionadores del sistema, ni se les ocurre proponer una democracia real y directa.

La democracia no es tal, también nos recordaba Sampedro, si en vez de residir en el pueblo es patrimonio de los banqueros.

Solo quedan los movimientos sociales que, lamentablemente, están solos en su lucha salvo que en alguna manifestación callejera encuentren a algún político que se arrime para la foto. También alguna lucha aislada de los trabajadores, que siguen sin tener noticias de los sindicatos en otros tiempos combativos.

En definitiva, el sistema ha absorbido como en otras tantas veces y no solo en España, a una izquierda que empezó revoltosa e irreverente, para terminar tan dócil y adaptada que es mas necesario que nunca revolucionarla para que vuelva al pueblo del que se despegó y reanudemos juntos la tarea de construir una sociedad mejor.

domingo, 3 de junio de 2018

Entrevista a John Bellamy Foster. El fantasma del marxismo

Gordan Stošević e Ivan Popović

Il grido del popolo

Traducido por Héctor R. López

John Bellamy Foster es profesor de sociología en la Universidad de Oregón y editor de Monthly Review, su trabajo aborda temas de economía política del capitalismo, crisis económica, crisis ecológica y teoría marxista.

¿La ideología marxista es relevante hoy? ¿O es que solo tenemos "restos" de ella aplicada en los grupos parlamentarios quienes se apegan a la casa socialdemócrata dominante y básicamente tienen los mismos programas que los partidos de derecha?

No hay duda de que la crítica teórica marxista del capitalismo es más relevante hoy más que nunca y ejerce una influencia enorme y creciente en muchas partes del mundo, una señal de la profunda crisis del sistema, y del aumento de la disidencia. Sin embargo, cómo transformar esto a la práctica es inevitablemente más difícil y varia de un lugar a otro. La política electoral en Norte América y Europa en el presente es principalmente el domino de los partidos capitalistas. Los socialdemócratas se han convertido en liberales sociales con solo una distinción entre ellos y el centro derecha. Esto no es un reflejo de las fuerzas sociales en el terreno, tanto como las restricciones impuestas por el capital a toda la sociedad en la era neoliberal en un contexto de crisis económica, y debido a la reivindicación thatcherista de que ya no había un alternativa al sistema actual. Todo esto formaba parte de la narrativa del "fin de la historia": la noción de que el liberalismo/capitalismo era el único camino que le quedaba al futuro tras la desaparición de sociedades de tipo soviéticas. En esta atmosfera, el capital, que estaba enfrentado su propia crisis de acumulación, ha intentado llevar a cado lo que Gramsci llamó una "revolución pasiva" utilizando su posición hegemónica para cambiar las reglas permanentemente a su favor.

Esto solo condujo, sin embargo, al deterioro de las condiciones generales, reflejadas en estancamiento económico y la financiarización, el incremento de la desigualdad, la crisis ecológica planetaria, la propagación de la guerra, y los peligros generales para la humanidad, todo esto combinado para hacer una farsa de la noción del progreso capitalista. En todas partes, las personas están luchando con estrategias de salida diseñadas para hacer frente a un conjunto cada vez mayor de crisis sociales y ecológicas, y cada vez se considera que estos problemas requieren de una salida del actual sistema de acumulación. El Estado neoliberal está ahora en crisis, requiriendo que los bloques de poder dominante en casi todos los países recurran a los bloques de poder neofascistas como una vía para asegurar el control de la sociedad, es decir, el uso de poder crudo, y las alianzas entre los ricos y una nueva clase media reaccionaria o la pequeña burguesía.

En estas circunstancias los movimientos y las estrategias pueden diferir ampliamente entre países. En Europa Occidental, los Estados Unidos y Japón, es decir, la triada, las luchas radicales más importantes son generalmente extraparlamentarias en la actualidad, aunque el Partido Laborista bajo Corbyn en el Reino Unido representa una lucha parlamentaria crucial, ya que por primera vez la dirección del Partido Laborista está tomando una postura decididamente antiimperialista. En los movimientos del Sur Global que pueden ser vistos como revolucionarios y como auténticos movimientos por el socialismo, se encuentran operando en una gran variedad de esferas. Como ha sido cierto durante más de un siglo, las principales revoluciones han sido encontrada en la periferia y la semi periferia del sistema capitalista. La velocidad con que las crisis económicas y ecológicas de capitalismo se están desarrollando, el debilitamiento del Estado democrático liberal en casi todas partes, y la propagación de la guerra y reacción, hacen que el futuro de la humanidad dependa más que nunca del renacimiento del movimiento por el socialismo y de la creación de una Nueva Internacional, a diferencia de las Internacionales de antaño (aunque cercanamente parecida a la Primera Internacional).

Uno de tus libros se titula La teoría del capitalismo monopolista. ¿Puede darnos una idea del argumento principal? ¿De qué se trata?

La teoría del capitalismo monopolista se enfoca en el análisis de Paul A. Baran y Paul M. Sweezy "El capital monopolista" que fue el desarrollo más influyente de la crítica político-económica marxista y de la teoría de la crisis que surgió en los Estados Unidos. Baran nació en la Ucrania en la Rusia zarista y estudió en la Unión Soviética y Alemania, donde estaba afiliado al Instituto de Investigaciones Sociales de Frankfurt, mientras escribía para el Die Gesellschaft de Hilferding y recibió su doctorado en economía. Después de que Hitler llegó al poder huyó a Polonia donde trabajó para el negocio de la madera de su familia. Pronto se convirtió en el representante de la industria maderera polaca en Londres, y después se fue a Estados Unidos a estudiar economía en Harvard. En la guerra trabajó para la Strategic Bombing Survey a cargo del economista John Kenneth Galbraith. Después de la guerra, tomó un cargo en la Federal Reserve Board y luego fue contratado como profesor de economía en Stanford. Su libro más famoso antes del "Capital Monopolista", fue The Political Economy of Growth (1957), que fue una obra fundamental en la teoría marxista de la dependencia.

Sweezy era hijo del vicepresidente de uno de los bancos de J. P. Morgan, y fue producto de una educación de elite en Exeter y en Harvard. Se sintió atraído por el marxismo durante un año en la London School of Economics y regresó a Harvard donde era un colega más joven del economista conservador Joseph Schumpeter, con quien desarrolló un amista cercana a pesar de sus puntos de vista políticamente opuestos. Sweezy escribió The Theory of Capitalist Development: Principles of Political Economy (1942), que a menudo todavía se considera el trabajo más importante sobre los principios económicos marxistas. Durante la guerra trabajó para la Office of Strategic Services. Después de la guerra renunció a su puesto en Harvard y se convirtió en el editor fundador junto con el periodista e historiador laboral marxista Leo Huberman de Monthly Review, subtitulado An Independent Socialist Magazine, para el cual Albert Einstein escribió su Why Socialism? en el primer número. Sweezy fue blanco de la cacería de brujas anticomunista de McCarthy y se negó a mencionar nombres ni a entregar notas de una conferencia dictada en la Universidad de New Hampshire. Fue acusado de desacato al tribunal y su caso fue a la Corte Suprema de los Estados Unidos, que decidió a su favor, en uno de los casos que llevaron al macarthismo a su fin. La revolución cubana fue fundamental para Baran y Sweezy, y Monthly Review adquirió una identidad primaria como defensor de las revoluciones en lo que entonces se llamaba el Tercer Mundo.

El Capital Monopolista fue un esfuerzo por actualizar la economía política marxista mediante el desarrollo de una teoría de la acumulación en la fase monopolista del capitalismo, dominado por grandes empresas. El análisis se basó en el Capital de Marx, pero se enfocó en las modificaciones en la naturaleza del sistema asociado con la fase monopolista. Económicamente, el análisis estaba extensivamente arraigado en el trabajo del economista polaco Michat Kalecki en sus trabajos como Theory of Economic Dynamics (1962) y en el marxista austriaco Josef Steindl, Maturity and Stagnation in American Capitalism (1952). Pero Baran y Sweezy extrajeron muchas más amplias conclusiones, extendiendo su análisis al Estado y a la sociedad como un todo, enfocándose en el problema de la absorción del excedente económico, lo que les permitió criticar fenómenos como la creciente labor de ventas, la automovilización, el militarismo, el imperialismo y el aumento irracionalidad de un sistema que depende cada vez más de desperdicio económico. El Capital Monopolista argumentó directamente que el estado normal del capital monopolista era el estancamiento secular. Su análisis fue la crítica radical más influyente al capitalismo emergente en 1960 y fue la base principal para el desarrollo de la economía política radical en los Estados Unidos hasta mediados de la década de 1970.

A finales de 1970, sin embargo, hubo un retorno general al movimiento de Marx en el marxismo occidental, que fue enormemente creativo en muchos aspectos, pero que condujo a un rechazo por parte de la izquierda de la idea del Estado monopolista y al retorno a más interpretaciones fundamentalistas de Marx y el marxismo. En el punto de vista fundamentalista, la crítica de Marx al capitalismo era vista como suficiente para el análisis del presente, es decir, tales nociones, como la prevalencia del capitalismo libremente competitivo (incluso respecto a la competencia de precios) y de la importancia inmediata y directa de la tendencia decreciente de Marx de la tasa de ganancia, resucitaron. Incluso, la concentración y centralización del capitalismo, el crecimiento oligopólico, y el incremento de las corporaciones multinacionales fueron minimizados. La economía política marxista de este modo retrocedió en muchos aspectos y se dirigieron una serie de críticas al análisis de Baran y Sweezy, como la afirmación de que habían negado la teoría marxista del valor, y la acusación aún más irracional de que su análisis era de carácter reformista. Mi libro The Theory of Monopoly Capitalism, que apareció en el vigésimo aniversario del Capital Monopolista fue diseñado para responder a estas críticas, mostrar como la teoría se había desarrollado fuera de la propia crítica de Marx, y explorar las contradicciones de la acumulación bajo el capitalismo monopolista. Una reciente edición de mi libro fue publicada en 2014 dando cuenta del debate que surgió en los años intermedios.

Aunque la mayoría de la economía política marxista se refugió de finales de los años setenta hasta la década inicial de este siglo en una escolástica vacía, Sweezy, trabajando con su coeditor posterior, el economista Harry Magdoff, seguido de otros asociados con Monthly Review, desarrolló un poderoso análisis en este período de la relación del estancamiento con la explosión financiera, viendo la financiarización como la principal respuesta al estancamiento económico. También continuaron examinando el crecimiento del capital monopolista en el escenario mundial en forma de corporaciones multinacionales. Este análisis de la monopolización, el estancamiento y la financiarización resultó ser el conjunto más poderoso de ideas sobre el desarrollo contemporáneo de la acumulación y la crisis. El representante más importante de esta línea de pensamiento hoy, que reúne todos sus aspectos, incluida la lucha contra el imperialismo, es Samir Amin, quien recientemente publicó Modern Imperialism, Monopoly Finance Capital y Marx's Law of Value. La teoría del capital monopólico (ahora actualizada como el análisis del capital de monopolio financiero) también ha cobrado un ímpetu adicional en los últimos años mediante el lanzamiento de algunos manuscritos inéditos de Baran y Sweezy asociados al Capital Monopolista (estos desarrollos se discuten en la nueva edición de libro). La importancia perdurable de toda esta tradición radica en lo que Sweezy llamó (en el título de uno de sus libros) "el presente como historia", es decir, la teoría marxista debe extenderse para abordar los cambios dentro del capitalismo mismo.

¿El marxismo tiene un futuro en la política real?
Sí, si realmente estamos hablando de política real, y no del tipo de política organizada -un mero cambio de sillas entre la elite del poder- que sustituye a la política actual. El materialismo histórico sigue siendo la base real de todas las políticas críticas y revolucionarias que desafían al capitalismo en todos los sectores del globo. En este sentido, el fantasma del marxismo aún persigue al capitalismo, un hecho claramente evidente en los incesantes ataques a la izquierda que emanan de la ideología recibida, que hoy tiene poco más que una ideología de miedo para ofrecer en respuesta. El impacto actual de la filosofía de la praxis es obviamente bastante diferente en diferentes partes del mundo. Sin embargo, la crisis global del dominio capitalista es tal que disuelve muchas de estas diferencias. El ritmo del cambio histórico está aumentando hoy como en cada época de transición. El movimiento de hoy hacia el socialismo muestra señales tanto de la fragmentación de la clase trabajadora como de las mayores fortalezas que hoy se logran mediante la lucha co-revolucionaria que apunta a reunir esos diversos intereses. Lo que estamos viendo de muchas maneras es un movimiento más crítico, más revolucionario en su alcance e inclusión de sus objetivos, dirigido a la creación de la igualdad sustantiva. Lo que es más extraordinario en los movimientos marxistas hoy en día, particularmente en América Latina, es su amplitud y creatividad, la incorporación de nuevas lenguas vernáculas y luchas más amplias. Un aspecto crucial de esto es un proceso de autocrítica, aprender del pasado. La verdadera política de hoy es la política revolucionaria; como dice Samir Amin, es "audaz" en sus objetivos.

¿Cuál es el futuro del capitalismo?

El capitalismo, como argumentó el difunto István Mészáros, hace mucho tiempo que pasó su fase ascendente y ahora está en su fase descendente. Al mismo tiempo, su poder de destrucción es incomparable. Hace poco estuve mirando un libro, titulado The Future of Capitalism, escrito hace unas décadas por Lester Thurow, un famoso economista liberal de izquierda progresista en los Estados Unidos. Thurow no era radical, pero era lo suficientemente crítico como para sacar a relucir algunas de las contradicciones del capitalismo, y para una figura del establishment, a veces podía ser absolutamente devastador. En su penúltimo capítulo, escribió con respecto a la relación estructural del capitalismo con el medio ambiente que socava sistemáticamente el futuro. "Cada generación toma buenas decisiones capitalistas, pero el efecto neto es el suicidio social colectivo". En el capitalismo, sugirió, prevalece la anarquía: "¿Quién está al mando del sistema social? Dado que el capitalismo cree que no hay un sistema social, su respuesta es nadie. "La único área donde el capitalismo estaba en mejores condiciones para planificar, argumentó Thurow, estaba en relación con los militares y las formas de represión. Concluyó el libro diciendo que bajo el capitalismo, el peligro era el "estancamiento", incluido el estancamiento de la inversión. "Los problemas intrínsecos del capitalismo visible en su nacimiento (inestabilidad, creciente desigualdad, un proletariado lumpen) todavía están allí esperando ser resueltos".

Por supuesto, Thurow, que fue un gran impulsor de la tecnología, vio la organización de la tecnología como la respuesta a los problemas sociales, en lugar de hacer cambios fundamentales en las relaciones sociales. Estaba lejos de ser un pensador o actor revolucionario. Pero es notable cuán consciente han sido sus principales contradicciones de los impulsores levemente críticos del sistema. Esto fue en la gran era del triunfalismo capitalista que siguió a la disolución de arriba hacia abajo del sistema soviético. Hoy todos conocen las crisis cada vez más profundas de la economía, el crecimiento de la desigualdad en todos los niveles del sistema, el impulso renovado hacia el imperialismo y la guerra, y las amenazas de exterminio de las armas nucleares y un tren desbocado acelerando hacia el fin del medio ambiente. La estructura urbana global se ha convertido en lo que Mike Davis llamó "un planeta de barrios marginales". Las perspectivas futuras para las nuevas generaciones bajo el capitalismo, teniendo en cuenta todo lo anterior, nunca han sido peores. La pregunta es: ¿puede la humanidad trascender este sistema para crear un mundo colectivo y sostenible? No es una cuestión académica, sino de supervivencia.

¿Cuánto más las personas pueden aceptar la brecha entre las clases pobres y las ricas, qué necesita suceder para que podamos ver un cambio?

Lo que las personas pueden aceptar "es siempre una pregunta". Tiene que ver con una gran cantidad de cuestiones más allá de las condiciones materiales tales como, lo relacionado con las formas de control social y hegemonía, la organización en la base, la fusión de fuerzas, la fragmentación o la unidad en los movimientos, la audacia de la respuesta, las fuerzas globales así como nacionales y locales, el espíritu de los tiempos, las revoluciones culturales. No hay una respuesta general. Como Marx dijo "la tradiciones de todas las generaciones muertas pesa como un pesadilla en los cerebros de los vivos". Para la burguesía la pesadilla es la esperanza revolucionaria, las tradiciones, y la creatividad encarnada sobre todo en el marxismo y el socialismo en general. Para los oprimidos la pesadilla consiste en las grandes derrotas que siguen a las victorias del pasado. El cambio revolucionario ocurre cuando la pesadilla de la actual represión excede a la pesadilla revolucionaria del pasado y se vuelve insoportable, y en efecto, cuando el pasado revolucionario se convierte en una fuente de esperanza renovada en la era de la lucha renaciente.

"Las revoluciones proletarias, como aquellas del siglo XIX -escribió Marx en un periodo de derrota- se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodus, hic salta! / ¡Aquí está la rosa, baila aquí!" Pienso que esta misma lógica está desarrollando hoy, pero en un lapso de tiempo más largo y en una escala global infinitamente mayor.

¿Se "estudia" más el marxismo en Wall Street que en la centro-izquierda? Por favor explique

Es una pregunta divertida. Sí, pienso que Marx se estudia mucho hoy en todo Wall Street, al menos entre los intelectos de gran alcance. Hay un molde pragmático en la mayoría de los negocios, donde es entendido que una visión realista y crítica de la economía capitalista como la ofreció Marx, es bastante útil, mientras que la economía neoclásica es principalmente ideológica. Escribí un artículo recientemente para Jacobin sobre Marx como el economista del siglo XXI. Volví a un famoso artículo de James Cassidy escrito para el New Yorker en 1997. Cassidy estaba hablando con un amigo suyo, un economista educado en Oxford y un importante banquero de inversiones, quien dijo que Marx fue el economista más importante para comprender las tendencias contemporáneas. Cassidy hizo un programa intensivo en el estudiar a Marx y declaró que Marx era el "próximo economista" para el siglo XXI. Ahora, después de la Gran Crisis Financiara de 2007-09 y el posterior estancamiento económico, junto a los mayores incrementos de la desigualdad en la historia mundial, muchos estarían de acuerdo, incluso Wall Street. Hoy existen sitios webs como Naked Capitalism que a menudo tratan a Marx con seriedad.

Mientras esto ha estado ocurriendo, ha habido una contradicción en los estudios de Marx y el marxismo en las universidades, principalmente porque las universidades son bastante aburridas, estructuras del establishment, y usualmente una década o más atrás de las principales tendencias en las sociedades; hoy la academia esta todavía atrapada en la era neoliberal de Thatcher y Regan. Además, la izquierda académica dio un desvío por el posmodernismo, que lo retiró un tiempo de las principales luchas del día, una filosofía del pesimismo y la derrota, aunque no sin algunos avances críticos. En la actualidad, sin embargo, los jóvenes izquierdistas son más críticos e inquietos, y más materialistas y realistas en su opinión. En muchos de los países capitalistas ricos, hay un creciente interés en el socialismo y en Marx. La izquierda que se desarmó intelectualmente durante el periodo posmodernista parecer estar lista para armarse intelectualmente nuevamente, y esto significa volver a la tradición crítica más profunda, que ofrece análisis y herramientas para el cambio, es decir, la filosofía de la praxis. Esto no es todavía un movimiento revolucionario, pero representa una creciente crítica al capitalismo, y el intento de un número creciente de personas de construir un movimiento hacia el socialismo.

Por lo tanto, uno ve no solo a Wall Street que a menudo toma a Marx mucho más en serio, pero también un tipo de pánico ideológico en la cima en cuanto a cómo combatir a una juventud cada vez más rebelde, atraída no simplemente por un tipo de populismo radical amorfo, sino a algo mucho más peligroso para los poderes fáticos: el marxismo, que regresa de nuevas formas pero reconocible a la creación del Viejo Topo del siglo XIX. El marxismo está siendo estudiado hoy en muchos lugares con una intensidad no vista desde 1970 y con una mayor sofisticación y perspicacia crítica.

¿Deberíamos observar el "capital" hoy a través del marco de Thomas Piketty o deberíamos apegarnos a puntos de vista de la izquierda más tradicionales?

Escribí un artículo en Monthly Review con Michael D. Yates en noviembre de 2014 titulado Thomas Piketty and the Crisis of Neoclassical Economics (Tomas Piketty y la crisis de la economía neoclásica). Nuestro argumento fue que Piketty, rompió parcialmente con la economía neoclásica en respuesta a la crisis de nuestro tiempo, como Keynes hizo en 1930, y como Keynes (como sabemos) Piketty tomó prestado conceptos críticos de Marx en el proceso. El análisis de Piketty gira en torno a su famosa fórmula r>g, donde r representa la tasa anual de retorno a la riqueza -llamada por Piketty como capital- y g la tasa de crecimiento de la economía (la tasa de aumento del ingreso nacional). Así, Piketty replicó las suposiciones de la larga data de la teoría del capital monopolista, y gran parte de la economía marxista/kaleckiana y poskeynesiana, relacionadas con el crecimiento de la riqueza en lugar de los ingresos en la era de la financiarización. Pero Piketty avanzó estos postulados en una manera muy elegante y no fue fácilmente ignorado por los guardianes hegemónicos de la ideología económica ya que estaba en el pico del establishment de la economía neoclásica. Además, fue capaz de respaldar esto con una base de datos global más completa sobre los ingresos (The World Top Income Database) el cual había jugado un papel clave en el desarrollo. Su análisis en el Capital del Siglo XXI hizo un agujero, tanto teórica como empíricamente, en la noción neoclásica de que el capitalismo desarrollado condice e una disminución de la desigualdad. En cambio, señaló la riqueza desigual enraizada en la riqueza dinástica. Hay muchas cosas que decir de este análisis. Todavía, Piketty evitó preguntas cruciales de clase, monopolio y estancamiento económico. Se las arregló para mantenerse en gran medida dentro del ámbito de la economía neoclásica, mientras que aporta un grado de realismo crítico a su análisis. Su solución definitiva fue simplemente un impuesto a la riqueza.

Lo que hizo Piketty, entonces, es proporcionar cierta credibilidad a la crítica marxista más desarrollada, como en Kalecki y la tradición del capital monopolista, así como a todo el marco de Marx. Pero una vez que se entiende la crítica parcial de Piketty de la economía neoclásica dominante, es necesario regresar a la teoría marxista para la crítica más completa, de la que su análisis toma prestado, pero de una manera superficial y contradictoria. Es importante subrayar que Piketty, con toda su discusión de la creciente desigualdad asociada con la lógica de la concentración de la riqueza bajo el capitalismo, evita, sin embargo, abordar la cuestión general del poder de clase (sin mencionar el poder del monopolio).

En su opinión, ¿por qué la izquierda moderna de hoy no puede responder a los desafíos de la sociedad?

Lo que a veces se llama la izquierda hoy en día es en gran medida reformista, incluso una agrupación política reaccionaria que busca hacer que el capitalismo funcione mejor, o en cierto modo una forma más benigna de neoliberalismo. Incluso los partidos socialdemócratas neoliberales son hoy en el mejor de los casos partidos social-liberales. Lo que a menudo se caracterizó como partidos de izquierda son actualmente partidos capitalistas. Los partidos socialdemócratas a menudo se presentan como capaces de promover los intereses del capitalismo, mientras aseguran la cooperación del trabajo. Cuando están en el poder, son los intereses del capital los que tienen prioridad. Hay razones complejas para esto, incluyendo las formaciones de clase, la hegemonía ideológica, las estructuras de poder económico y político. También está el rechazo de cualquier intento de contra-hegemonía y estrategias revolucionarias o radicales en la izquierda, lo que en gran medida cayó para el liberalismo es la ideología del "fin de la historia", colocándose así en defensiva permanente, incluso socavando su propia razón de ser.

Una estrategia efectiva de izquierda, en contraste, debe tener su base en la construcción del poder de clase y en forjar un modelo orgánico socialista de reproducción del metabolismo social (para emplear la terminología de Mészáros), en oposición a la enajenada reproducción metabólica desarrollada por el capitalismo. Debe ir contra las reglas del poder y desafiar toda estructura y lógica de estado y la economía, creando un poder basado en las estructuras colectivas de la clase trabajadora en toda su diversidad. El ejemplo más claro de la implementación de esa estrategia, contemplada como protagonismo, es Venezuela, por lo que el imperio estadounidense está haciendo todo lo posible para erradicarlo, no simplemente en el sentido de derrocar la Revolución Bolivariana, sino para destruirla en la mente de las personas como un modelo viable de cambio revolucionario. Lo que está claro es que en los llamados partidos de "izquierda" establecidos en los principales Estados capitalistas no tienen estrategias de organización de base, ni alternativas ideológicas, ni estrategia contra-hegemónica. Son parte del sistema de poder y no de fuerzas de oposición. Hoy en día se mantienen quietos mientras el neoliberalismo se metamorfosea en neofascismo (o en una organización neoliberal-neofascista). La única manera de contrarrestar esto es a través de un movimiento organizado hacia el socialismo que emana desde abajo.

Esto no quiere decir que solo debemos buscar inspiración en América Latina o en el Sur Global. Hay señales de vida en la izquierda -lo que podríamos llamar un movimiento real hacia el socialismo- en el Partido Laborista de Corbyn en el Reino Unido, y el Partido de los Trabajadores en Bélgica. Estos son desarrollos estratégicos brillantes de los partidos basados en el movimiento cuyo desafío al establishment actual es serio. También existe un crecimiento masivo del ecosocialismo casi en todas partes del mundo, aunque sobre todo como una forma de lucha extraparlamentaria. Pienso que veremos el crecimiento mundial de lo que podríamos llamar un proletariado ambiental, ya que las luchas materiales en relación con la economía y el medioambiente ubicadas en comunidades, hogares, y lugares de trabajo se vuelven cada vez más inseparables para la mayoría de las personas: una realidad material.

¿Por qué la izquierda de hoy permite el derecho de aprovechar todos sus temas y vocabulario?

Esto no es una cosa nueva. Los movimientos en el amplio género fascista (de cual podemos incluir el fascismo clásico así como el neofascismo actual o el populismo nacionalista) siempre han explotado superficialmente la terminología socialista y las formas de crítica en un intento de organizar su clase media baja, y circunscripciones de la clase trabajadora relativamente privilegiada. Es en este sentido que uno puede hablar ideológicamente de "derecha radical". Por lo tanto, es desde este sector, que C. Wright Mills llamó la "retaguardia del capitalismo", aquella que se ataca a los capitalistas compinches (pero no a la clase capitalista), así como a los financieros, los burócratas estatales y a la clase media alta. Todos ellos generalmente están por encima de la clase media baja. Esto ocurre simultáneamente con ataques contra aquellos que están por debajo de la clase media baja (y la clase trabajadora privilegiada), es decir, la mayor parte de la clase trabajadora, y los grandes "sucios", que siempre tienden a ser los inmigrantes racialmente desfavorecidos desde que vivieron de las naciones colonizadas/neocolonizadas del Sur Global.

La construcción de un movimiento de masa en estos términos neofascistas, engañosamente llamada "populista", es crucial para desplazar todo el cuerpo político a la derecha. El elemento dominante en el movimiento neofascista, a medida que madura, es la cúspide misma de la clase capitalista (los multimillonarios y millonarios y sus séquitos) que encuentran útil en periodos de crisis enlistar a los sectores más reaccionarios de la sociedad como una forma de reforzar su poder político. Discuto todo esto extensamente en mi libro Trump in the White House. Lo que es importante entender es que la apropiación de las ideas de la izquierda por tales formaciones y movimientos políticos es solo superficial y usada de manera contradictoria. Una vez que tales formaciones políticas están en el poder, los elementos genuinamente radicales del programa neofascista (como el apoyo a los trabajadores) se descartan a favor de una estratega que mejore directamente el poder político y económico de los sectores centrales de la clase capitalista (hoy los niveles superiores del capital monopólico-financiero). Lo que es atacado en esta etapa es cada vez más un conjunto de chivos expiatorios. Por lo tanto, uno puede mirar el programa nazi original, que explícitamente tomó prestado el lenguaje de los trabajadores en algunos lugares, para después dejar todo eso de lado en su camino al poder. Tales movimientos representan el extremo en revanchismo oportunista.

¿Cómo ves los intentos de gente como Sanders y Corbyn que intentaron cambiar la imagen política en el mundo ultracapitalista donde el capital impone todo?

Los fenómenos de Sanders y Corbyn son a menudo comparados, pero son realmente bastante diferentes, ocurriendo en circunstancias muy diferentes. La campaña de Sanders fue en muchos sentidos maravillosa de admirar, apelando directamente a los votantes de la clase trabajadora, algo que no se ha visto durante mucho tiempo en los Estados Unidos. Se nombró a sí mismo abiertamente un socialista y es una de las razones por las que una pluralidad de aquellos menores de treinta años en los Estados Unidos han indicado su preferencia en las encuestas por un tipo de socialismo en lugar de capitalismo. Pero el fenómeno de Sanders estuvo bastante limitado por la estructura de la plutocracia de los Estados Unidos. Corrió en el boleto del Partido Democrático pero con prácticamente cero apoyo por parte de los políticos profesionales en el partido. Aquí es importante entender que el Partido Demócrata no es un partido de membrecía o un partido de movimiento de ninguna manera. Es lo que Max Weber llamo Honoratorenpartei, un partido controlado por élites o dignatarios y que carece de un programa claramente definido o una base de participación masiva fuera del voto. Está formado por varios bloques regionales y se sitúa lo más cerca posible de la izquierda del Partido Republicano ultraconservador. Si Sanders hubiera sido electo no habría tenido ninguna relación real con los demócratas y habría estado mucho más alejado de su partido y del establishment en general que en el caso de Trump con los republicanos, sin una base política organizada. El Partido Demócrata sigue siendo una estructura política fuertemente capitalista. Al final resultó que la dirección demócrata hizo todo lo posible para detener a Sanders y, al final, rompió o manipuló las reglas de varias maneras corruptas, para negarle la nominación, incluso a costa de perder las elecciones. Y sin embargo, Sanders no es un absoluto radical fuera del contexto extremadamente conservador de la América imperial. En términos de posiciones políticas, avanzó un programa moderadamente socialdemócrata, en muchos sentidos menos radical que el New Deal de la década de 1930. En cuestiones de guerra e imperialismo, generalmente se puso de lado de la maquinaria militar de Washington, aunque fue un crítico moderado en esa área.

Corbyn representa un fenómeno diferente en circunstancias bastante diferentes. El Partido Laborista en Gran Bretaña es un partido de membrecía y su gran ventaja fue atraer a un gran número de nuevos miembros debido a un programa socialista crítico. Su popularidad radica en el hecho de que ha roto con la tradición socialdemócrata británica y puede verse como una figura genuinamente comprometida en esta etapa del movimiento hacia el socialismo. Lo que hace Corbyn realmente distinto es su absoluta oposición al imperialismo, algo que lo distingue de todos los líderes anteriores del Partido Laborista.

¿Puede darnos su opinión sobre Syriza y Podemos?

Syriza y Podemos reflejan las fortalezas y las debilidades de la izquierda, el verdadero potencial de rebelión y las contradicciones inherentes de los movimientos puramente populistas. Estos movimientos demuestran el potencial de la insurgencia desde abajo, pero en su rechazo a un perspectiva de lucha de clases; la enorme brecha entre los líderes, que son gran medida inexplicables, y su base; su insistencia en operar enteramente dentro del sistema; su perspectiva reformista, todos finalmente terminan traicionando las esperanzas que platean. Esto es más obvio en el caso de Syriza en el poder, pero también con respecto a Podemos, ambos se han convertido en proyectos socialdemócratas moderados, en el mejor de los casos. La pobreza estratégica de tales movimientos es evidente particularmente en su rechazo al socialismo como una teoría, una práctica y un objetivo. La traición de la base una vez que tales movimientos llegan al poder es parte de su ADN. Sin embargo, las fuerzas de base de izquierda que constituyen la base de estos partidos constituyen una fuerza material real y activa. Debemos recordar el mandato de Marx y Engels de que "en el movimiento del presente, ellos [los comunistas] también se ocupan del futuro del movimiento". La construcción del movimiento radical no puede reducirse simplemente a forjar una coalición de votación popular, sin traicionar, el futuro del movimiento, es decir, el movimiento de la gente misma. Debe estar dirigido a la expropiación de los expropiadores.

Como dijo el gran Epicuro, "el futuro no es totalmente nuestro ni totalmente no nuestro". Es un producto de nuestras luchas materiales y de nuestra relación con el mundo. Es una época donde el capitalismo significa exterminismo, necesariamente debemos sacar nuestra esperanza de la lucha histórica misma, y el reconocimiento de que podemos, al oponernos a la lógica del sistema, detener la precipitada carrera hacia el desastre y crear un mundo de igualdad sustantiva y sostenibilidad ecológica. Este es en efecto el mayor miedo del capitalismo: el fantasma del marxismo actual.


Fuente: https://ilgridodelpopolo52509543

viernes, 16 de marzo de 2018

Gobierno y PSOE se culpan de dinamitar el pacto educativo.

Méndez de Vigo solo ve interés por evitar que el acuerdo llegue con el PP y los socialistas un engaño para prolongar la vida de la Lomce

Gobierno y PSOE utilizaron el pleno del Congreso para culparse mutuamente de ser los únicos responsables de haber dinamitado la posibilidad de que se lograse un pacto de Estado por la educación. El debate, a raíz de una interpelación de los socialistas, se produjo el día después de que se supiese que solo PP y Ciudadanos seguirán en la subcomisión parlamentaria en busca de un acuerdo tras el abandono de Unidos Podemos, ERC, PNV y PDeCAT a raíz de la marcha, hace una semana, del PSOE.

El ministro de Educación, tras subrayar más de media docena de veces que el PSOE es incapaz de explicar por qué la semana pasada dio «la espantada», considera que el ultimátum de la exigencia de una inversión educativa mínima del 5% del PIB es una mera excusa. Solo ve oportunismo político en el principal partido de la oposición, que rompió la posibilidad del pacto en la misma semana que Pedro Sánchez reclamó elecciones anticipadas.

«Usted no tiene el más mínimo interés en el pacto, ni en el 5% (del PIB) ni el 6%», le espetó Íñigo Méndez de Vigo a la portavoz socialista de educación, Mari Luz Martínez Seijo. «¡Dígalo! Yo no quiero que el Gobierno del PP obtenga un pacto de Estado por la educación», le reclamó desde la tribuna. Reiteró que el Ejecutivo está dispuesto a garantizar la financiación necesaria para implantar las medidas del pacto, pero al final, cuando se conozca cuáles son y cuánto cuestan, y le pidió que «reflexione», para no defraudar a la comunidad educativa, y que «sigamos trabajando juntos».

La portavoz socialista insistió en que la falta de compromiso del Gobierno sobre el 5% del PIB solo demuestra que «no tienen ninguna voluntad de superar la Lomce» y que solo han utilizado durante más de un año la subcomisión del pacto para prolongar la vida de la ley que aprobaron contra toda la comunidad educativa y la oposición. Calificó la propuesta popular de aumentar la inversión en 5.000 millones hasta 2025 de «ridícula», porque no llega ni a un tercio de lo necesario para revertir los recortes de la crisis e implantar las medidas para modernizar el sistema educativo, y aseguró que «no vamos a ser cómplices de un acuerdo insuficiente en financiación», porque estarían «condenando el futuro de la educación». En definitiva, no volverán a la negociación salvo que les prometan el suelo de gasto del 5%.

Con ambas partes pertrechadas tras sus acusaciones mutuas, Méndez de Vigo ironizó que la situación del PSOE le recuerda a una letra de Los Secretos, «estoy metido en un lío y no se cómo voy a salir», y Martínez Seijo le contestó con una cita de Mafalda: «De tanto ahorrar en educación nos vamos a convertir en millonarios en ignorancia».

http://www.hoy.es/sociedad/educacion/gobierno-psoe-culpan-20180315224430-ntrc.html