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sábado, 24 de febrero de 2024

Un proyecto de información que desafía a los dueños del mundo. Democracy Now! Contra el silencio y las mentiras

Producido en Nueva York cada día, de 8 a 9 de la mañana hora local, Democracy Now! es un programa de radio y televisión que se transmite a través de internet y más de 900 emisoras de los cinco continentes. Desde su fundación en 1996, sus contenidos combinan informaciones, entrevistas, debates y reportajes de investigación, con una orientación preferente hacia la cobertura de los movimientos y luchas sociales por la justicia en todo el mundo. La crítica del poder corporativo y la política exterior norteamericana son también objetivos destacados.

La sección en español de Democracy Now! se incorporó en 2005 y en la actualidad es transmitida por más de 430 medios. Cualquiera canal de radio puede emitir estas noticias sin costo y también se ofrece una columna semanal a los periódicos interesados en publicarla.

La voz más frecuente al frente de los programas es la de Amy Goodman, periodista que se dio a conocer por sus arriesgadas indagaciones en asuntos como la independencia de Timor Oriental, la ocupación marroquí del Sáhara Occidental o las actividades criminales de la petrolera Chevron en Nigeria. David Goodman, Denis Moynihan, Juan González y Nermeen Shaikh son otros colaboradores habituales.

Para celebrar el vigésimo aniversario de las emisiones, en 2016 Amy Goodman publicó Democracy Now! Veinte años cubriendo los movimientos que están cambiando Estados Unidos (versión castellana de Hoja de Lata, 2018, trad. de Miguel Sanz Jiménez). Este libro repasa la historia de un proyecto que nació para informar de hechos y procesos esenciales que los poderes económicos, políticos y mediáticos, tres cabezas de la hidra capitalista, no quieren que sean divulgados. La crónica nos acerca así a las movilizaciones contra las guerras sucesivas del imperialismo norteamericano y a las heroicidades de personas como Julian Assange, Edward Snowden, Chelsea Manning o Thomas Drake, gracias a las cuales fueron reveladas informaciones clasificadas enormemente relevantes. Ocupan un lugar preferente también los problemas de los inmigrantes ilegales, la pena de muerte y las luchas del movimiento Occupy Wall Street y de los que enarbolan la justicia climática o los derechos LGTBI+. No faltan tampoco capítulos en el libro sobre lacras como la violencia policial contra las gentes de color o la tortura institucionalizada en los interrogatorios policiales, asuntos todos ellos abordados reiteradamente en las emisiones.

Algunos episodios destacados de la historia de Democracy Now! reflejan bien su insobornable compromiso. Un buen ejemplo es lo que ocurrió en 1997, tras un año en antena, cuando el programa entrevistó a Mumia Abu-Jamal, que llevaba ya por entonces quince años en el corredor de la muerte de una cárcel de Pensilvania culpado del asesinato de un policía. Este exmiembro de los Panteras Negras tenía mucho que decir sobre la discriminación racial en el país y la pena de muerte, y dijo mucho aquel día, pero su plática a través de las ondas sirvió para que las doce emisoras de Pensilvania que retransmitían el programa, y eran propiedad de la universidad Temple, cancelaran su contrato.

Noam Chomsky, Angela Davis, Arundhati Roy, Joseph Stiglitz, Noemí Klein y Ralph Nader han sido entrevistados frecuentemente. Respecto a los debates, algunos de los más memorables en la historia del programa fueron los dos entre Tariq Ali y Christopher Hitchens en 2003 y 2004 sobre la guerra de Irak, o el que se realizó en julio de 2016, en plena campaña de las elecciones que llevarían a Donald Trump a la presidencia y tras la derrota de Bernie Sanders como optante a la nominación demócrata. Los contendientes en este caso fueron Robert Reich, que defendió apoyar a Hillary Clinton, como mal menor, y Chris Hedges, que se decantó por Jill Stein, candidato del partido verde.

El programa es fiel a su lema de ir siempre a donde está el silencio y ha recibido numerosos reconocimientos, pero no han faltado tampoco coletazos represivos. En 2008, mientras cubrían protestas durante la convención nacional republicana, Amy Goodman y otros dos periodistas de Democracy Now! fueron arrestados con acusaciones por “causar disturbios”. Sin embargo, la rápida circulación en internet de un video que recogía una de las detenciones, extraordinariamente violenta, consiguió que los cargos fueran retirados. En 2016 se emitió una orden de arresto contra Amy Goodman después de que cubriera las protestas contra la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte durante las cuales la policía soltó perros y atacó con gases a los manifestantes. Los cargos fueron desestimados por el juez, pero los fiscales del condado no descartaron presentar otros en el futuro.

En un mundo en el que los canales dominantes de la información se superponen con las instituciones del poder económico, los problemas creados por la dinámica perversa del sistema tienden a ser silenciados, lo mismo que los movimientos que surgen para denunciarlos o proponer alternativas y mejoras. Democracy Now!, con sus veintiocho años de esfuerzo y lucha, ha servido para demostrar que a las ocultaciones, mentiras y artimañas de los mass media es posible oponer un honesto caudal de información veraz que llegue a todos los rincones y cree una nueva conciencia.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

En él puede descargarse ya su último poemario: Los libros muertos.

lunes, 11 de diciembre de 2023

Los elogiosos obituarios a Henry Kissinger revelan la «bancarrota moral de las élites estadounidenses»

-Henry Kissinger ha muerto a los 100 años de edad. Este estadista estadounidense se desempeñó como asesor de seguridad nacional y secretario de Estado en el apogeo de la Guerra Fría y durante las décadas siguientes mantuvo su influencia en la política exterior de Estados Unidos. Kissinger deja un legado sangriento en América Latina, el sudeste asiático y otros lugares del mundo, donde impulsó medidas que llevaron a masacres, golpes de Estado e incluso genocidios. Una vez fuera de la función pública y hasta su muerte, Kissinger continuó asesorando a los presidentes de Estados Unidos y a otros funcionarios de alto rango que hoy lo celebran como un diplomático visionario. El historiador de la Universidad de Yale Greg Grandin sostiene que estos halagadores obituarios solo revelan “la bancarrota moral de la clase política” del país, que pasa por alto el hecho de que las acciones de Kissinger pueden haber dado lugar a la muerte de al menos tres millones de personas en todo el mundo. Grandin es autor del libro “Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman” (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos).

Para ver la entrevista en inglés, haga clic aquí.

 AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh.

NERMEEN SHAIKH: Henry Kissinger ha muerto a la edad de 100 años. Para gran parte de la clase dominante de Washington, Kissinger será probablemente recordado como uno de los diplomáticos más influyentes en la historia de Estados Unidos. Pero en países de todo el mundo, entre ellos Chile, Timor Oriental, Bangladés y Camboya, Henry Kissinger es recordado como un criminal de guerra cuyas acciones produjeron masacres, golpes de Estado e incluso genocidios.

Kissinger nació en Alemania y se desempeñó como secretario de Estado de Estados Unidos durante los gobiernos de Richard Nixon y Gerald Ford de 1973 a 1977. También fue asesor de seguridad nacional de 1969 a 1975. Ha sido el único funcionario de Estados Unidos que ha ocupado ambos cargos simultáneamente. En 1973 ganó el Premio Nobel de la Paz junto con su homólogo norvietnamita Le Duc Tho.

Durante sus años como diplomático, Henry Kissinger supervisó la gran expansión de la guerra en Vietnam y los bombardeos secretos en Laos y Camboya, donde los ataques estadounidenses mataron a unos 150.000 civiles luego de que Kissinger ordenara a los militares atacar “cualquier cosa que vuele o cualquier cosa que se mueva”.

En el sur de Asia, Kissinger respaldó la guerra genocida del ejército pakistaní contra Pakistán Oriental, actualmente Bangladés.

En América Latina, documentos desclasificados muestran cómo Kissinger intervino secretamente en todo el continente, de Bolivia a Uruguay a Chile y a Argentina. En el caso de Chile, Kissinger instó al presidente Nixon a adoptar una “línea más dura” contra el presidente Salvador Allende, que había sido elegido democráticamente. El 11 de septiembre de 1973, Allende fue derrocado por el general Augusto Pinochet, con el respaldo de Estados Unidos. Kissinger dijo en una ocasión: “No veo por qué debamos quedarnos de brazos cruzados y ver cómo un país se vuelve comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo”.

AMY GOODMAN: En 1975, Henry Kissinger y el presidente Gerald Ford se reunieron con el general Suharto, el dictador indonesio, con el fin de dar el visto bueno a la invasión de Timor Oriental, que Indonesia llevó a cabo el 7 de diciembre de 1975. El ejército indonesio mató a un tercio de la población timorense, uno de los peores genocidios de finales del siglo XX. Kissinger también elaboró planes para atacar Cuba a mediados de los 70, luego de que Fidel Castro enviara tropas cubanas a Angola para luchar contra las fuerzas vinculadas al régimen del apartheid de Sudáfrica. En Estados U

nidos, Kissinger presionó al presidente Nixon para que fuera tras Dan Ellsberg, el denunciante de los Papeles del Pentágono, a quien Kissinger llamó “el hombre más peligroso de Estados Unidos”. El historiador Greg Grandin estimó en su momento que las acciones de Kissinger pudieron haber causado la muerte de tres millones de personas, tal vez cuatro. Mientras activistas de derechos humanos pidieron durante mucho tiempo que Kissinger fuera juzgado por crímenes de guerra, él siguió siendo una figura célebre en Washington y otros escenarios, sirviendo como asesor tanto de Gobiernos republicanos como demócratas.

Pasamos ahora a hablar con Greg Grandin, escritor galardonado con el Premio Pulitzer y profesor de Historia en la Universidad de Yale. Sus libros incluyen Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos). Su nuevo artículo para The Nation se titula “Un obituario público de Henry Kissinger”. También escribió la introducción de un libro que acaba de ser publicado, Solo los buenos mueren jóvenes: el veredicto sobre Henry Kissinger.

Bienvenido de nuevo a Democracy Now! Hable sobre esta otra historia de Henry Kissinger. Tal como vemos en los principales medios de comunicación, él es elogiado por normalizar las comunicaciones diplomáticas con China y por propiciar la política de distensión con Rusia. ¿Cuál es su versión de los hechos?

GREG GRANDIN: Bueno, creo que ustedes acaban de resumir muy bien la versión de los hechos, la cantidad de crímenes de guerra en los que estuvo involucrado. La vida de Kissinger es fascinante, porque abarca hechos muy trascendentales en la historia de Estados Unidos, desde el colapso del consenso de la posguerra, qué sucedió con Vietnam. Kissinger fue fundamental en dar una nueva forma, en replantear un Estado de seguridad nacional que puede enfrentar la disidencia, enfrentar la polarización, y que de hecho prosperó con la polarización y el secretismo y que aprendió a manipular a la sociedad con el fin de fomentar una política exterior muy agresiva.

Podríamos ahondar en los detalles, pero sí quiero decir que su muerte ha sido tan ilustrativa como su vida. Si miramos los obituarios y las notas de condolencias, todo eso tan solo revela, creo, una bancarrota moral de las élites políticas, ciertamente en el mundo transatlántico, en la esfera más amplia de la OTAN, y una falta de voluntad o incapacidad de comprender la crisis en la que estamos y el papel de Kissinger en dicha crisis. Son elogios celebradores. Son absurdos e insustanciales. Son realmente increíbles. Pensemos tan solo en el último año, las celebraciones, los agasajos por su cumpleaños número 100, por haber vivido 100 años. Creo que eso es un marcador cultural de cuán corrupta es la clase po< lítica en este país. Así que su muerte es casi tan ilustrativa como su vida.

NERMEEN SHAIKH: Greg, usted estuvo en el programa cuando Kissinger cumplió 100 años.

GREG GRANDIN: Correcto.

NERMEEN SHAIKH: En esa entrevista, usted dijo que la mejor manera de ver a Kissinger no era necesariamente como un criminal de guerra. ¿Puede explicar por qué?

GREG GRANDIN: Sí, porque esa es la forma… Quiero decir, Christopher Hitchens popularizó la idea de pensar en Kissinger como un criminal de guerra, y esa es una forma de elevar a Kissinger, de alguna manera, como una especie de malvado extraordinario. Y es una línea muy fina, porque él sí jugó un papel muy importante en un número abrumador de atrocidades y en llevar y propiciar miseria y muerte para millones de personas en todo el mundo. Pero hay muchos criminales de guerra. Como saben, este país está repleto de criminales de guerra. No hay escasez de criminales de guerra.

Y pensar en él como un criminal de guerra es un poco reduccionista. No nos permite pensar en Kissinger o usar la vida de Kissinger para analizar cómo Estados Unidos… Por ejemplo, Kissinger comenzó como un republicano del sector de Rockefeller, un republicano liberal, un asesor de Nelson Rockefeller que pensaba que Nixon estaba lejos de la corriente dominante y que era un sociópata peligroso, creo que así lo dijo. Y, sin embargo, cuando Nixon ganó, y de hecho Kissinger lo ayudó a ganar al hundir un acuerdo de paz con Vietnam del Norte, él hizo las paces con Nixon, y luego prosiguió su carrera, ocupando un cargo público. Y pensó que Reagan era demasiado extremo, y, sin embargo, hizo las paces con Reagan. Después pensó que los neoconservadores eran demasiado extremos, e hizo las paces con los neoconservadores. Y luego incluso hizo las paces con Donald Trump. Llamó a Donald, celebró a Donald Trump casi como una especie de encarnación de su teoría sobre los grandes estadistas y sobre la capacidad de moldear la realidad del modo que quieran a través de su voluntad. Así que vemos cómo Kissinger, a medida que el país se mueve hacia la derecha, va moviéndose con él. Solo esa trayectoria es algo muy útil sobre lo que pensar.

Si también piensas en su bombardeo secreto sobre Camboya y luego rastreas ese bombardeo, es como una luz brillante, un rastro rojo, que va desde Camboya hasta la actual e interminable “guerra contra el terrorismo”, algo que entonces se consideraba ilegal. Quiero decir que Kissinger bombardeó Camboya en secreto porque en las décadas de 1960 y 1970 era ilegal bombardear otro país con el que no estabas en guerra. Fueron sus antiguos colegas de Harvard, que eran todos guerreros de la Guerra Fría, ninguno era un liberal a favor de la paz, quienes marcharon en Washington, y ni siquiera sabían nada del bombardeo. Fueron a protestar la invasión de Camboya. Y a día de hoy se considera un hecho dentro de las leyes internacionales que Estados Unidos tiene derecho a bombardear países terceros con los que no estamos en guerra si dan refugio a terroristas. Se considera eso como algo normal. Así que podemos ver esta evolución y deriva hacia una guerra interminable a través de la vida de Kissinger.

La vida de Kissinger también es útil para pensar en la forma en que, como funcionario público, asesor principal de seguridad nacional y luego secretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford, Kissinger creó gran parte del caos que más tarde requeriría una transición a lo que llamamos “neoliberalismo”. Pero luego, tras dejar el Gobierno, como presidente de Kissinger Associates, ayudó a negociar esa transición al neoliberalismo, y a la privatización de gran parte del mundo, de América Latina, de Europa del Este, de Rusia. Así que podemos ver esa transición de político público o de formulador de políticas públicas a trabajar para obtener una riqueza incalculable como ciudadano privado en esta transición.

Así que hay muchas maneras en las que la vida de Kissinger de alguna forma mapea la trayectoria de Estados Unidos. Como saben, lo honraron en la Biblioteca Pública de Nueva York como si fuera la encarnación del llamado “siglo estadounidense”. Y en muchos sentidos, lo era. Su carrera realmente mapea muy bien la trayectoria de Estados Unidos y la evolución del aparato estatal de seguridad nacional y su política exterior y el mundo disfuncional en el que todos estamos intentando vivir, como sus dos últimos segmentos…

AMY GOODMAN: Greg…

GREG GRANDIN: … así lo mostraron…

AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos a Henry Kissinger en sus propias palabras, hablando en 2016, cuando defendió el bombardeo secreto de Camboya.

HENRY KISSINGER: Nixon ordenó un ataque a las bases de apoyo situadas a menos de cinco millas de la frontera vietnamita, que eran áreas que estaban esencialmente despobladas. Entonces, cuando se utiliza la frase “bombardeo de saturación”, se hace, creo, en relación al tamaño de los ataques, probablemente mucho menor de lo que el Gobierno de Obama ha hecho en bases de apoyo similares en Pakistán, algo que creo que está justificado. Y por lo tanto, creo que lo que se hizo en Camboya estaba justificado. FF

AMY GOODMAN: Ese era Henry Kissinger en 2016, hablando en la Biblioteca LBJ. El famoso chef ya fallecido Anthony Bourdain dijo una vez: “Una vez has estado en Camboya, nunca dejarás de querer golpear a Henry Kissinger hasta la muerte con tus propias manos. Nunca más podrás abrir un periódico y leer cómo esa escoria traidora, manipuladora y asesina se sienta a charlar con Charlie Rose o asiste a un evento de gala de alguna nueva revista de moda sin atragantarte. Si eres testigo de lo que hizo Henry en Camboya, de los frutos de su genio para el arte de gobernar, nunca podrás entender por qué no está sentado en el banquillo de los acusados en La Haya junto a Milosevic”. ¿Puede responder a eso?

GREG GRANDIN: Sí. Esa cita contiene más agudeza e inteligencia moral e intelectual que todo el establishment político, tanto liberales… tanto demócratas como republicanos. Es moralmente correcto. Es intelectualmente correcto. Y es más preciso que la mayoría de los historiadores diplomáticos que tratan de dibujar a Kissinger como alguien más ético y moralmente complicado de lo que era en realidad.

En términos de la cita de Kissinger sobre Camboya, ahí está jugando con sus palabras. Está mintiendo. Él bombardeó masivamente Camboya. Estados Unidos bombardeó masivamente Camboya y llevó al poder dentro de los Jemeres Rojos a la camarilla más extrema, dirigida por Pol Pot. Ya saben, cuando bombardeas masivamente un país y destruyes a toda la oposición, tiendes a aupar al poder a los extremistas. Y esa es exactamente la razón por la que Kissinger es responsable, en gran medida, del genocidio que ocurrió más tarde bajo Pol Pot. El bombardeo llevó al poder a Pol Pot dentro de los Jemeres Rojos, que anteriormente eran una coalición más grande y amplia.

Pero Kissinger no se equivoca cuando vincula eso al bombardeo de Pakistán por parte de Obama. Ese era el argumento que estaba tratando de explicar antes. Kissinger tuvo que hacer eso ilegalmente… de forma encubierta en ese entonces, porque era ilegal. Iba en contra del derecho internacional bombardear terceros países, para avanzar en tu guerra en otro país. Pero ahora se acepta como un lugar común. Y es cierto, no se equivoca cuando cita el programa de drones de Obama y lo que Obama… la continuación de la lógica de la “guerra contra el terrorismo” que comenzó con George W. Bush. No se equivoca en eso. Y esa es una de las conexiones que se pueden trazar de Vietnam, Camboya y Asia del Sur a la catástrofe en la que vivimos hoy en día. 

 AMY GOODMAN: Greg Grandin, quiero darle las gracias por acompañarnos. Escritor ganador del Premio Pulitzer y profesor de Historia en la Universidad de Yale. Autor de Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos). Enlazaremos a su artículo de la revista The Nation, “Un obituario público de Henry Kissinger”.

Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván HIncapié.

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2023/11/30/henry_kissing

Greg Grandin, quiero darle las gracias por acompañarnos. Escritor ganador del Premio Pulitzer y profesor de Historia en la Universidad de Yale. Autor de Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos). Enlazaremos a su artículo de la revista The Nation, “Un obituario público de Henry Kissinger”.

Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván HIncapié.

Henry Kissinger ha muerto a los 100 años de edad. Este estadista estadounidense se desempeñó como asesor de seguridad nacional y secretario de Estado en el apogeo de la Guerra Fría y durante las décadas siguientes mantuvo su influencia en la política exterior de Estados Unidos. Kissinger deja un legado sangriento en América Latina, el sudeste asiático y otros lugares del mundo, donde impulsó medidas que llevaron a masacres, golpes de Estado e incluso genocidios. Una vez fuera de la función pública y hasta su muerte, Kissinger continuó asesorando a los presidentes de Estados Unidos y a otros funcionarios de alto rango que hoy lo celebran como un diplomático visionario. El historiador -de la Universidad de Yale Greg Grandin sostiene que estos halagadores obituarios solo revelan “la bancarrota moral de la clase política” del país, que pasa por alto el hecho de que las acciones de Kissinger pueden haber dado lugar a la muerte de al menos tres millones de personas en todo el mundo. Grandin es autor del libro “Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman” (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos).

Para ver la entrevista en inglés, haga clic aquí.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh.

NERMEEN SHAIKH: Henry Kissinger ha muerto a la edad de 100 años. Para gran parte de la clase dominante de Washington, Kissinger será probablemente recordado como uno de los diplomáticos más influyentes en la historia de Estados Unidos. Pero en países de todo el mundo, entre ellos Chile, Timor Oriental, Bangladés y Camboya, Henry Kissinger es recordado como un criminal de guerra cuyas acciones produjeron masacres, golpes de Estado e incluso genocidios.

Kissinger nació en Alemania y se desempeñó como secretario de Estado de Estados Unidos durante los gobiernos de Richard Nixon y Gerald Ford de 1973 a 1977. También fue asesor de seguridad nacional de 1969 a 1975. Ha sido el único funcionario de Estados Unidos que ha ocupado ambos cargos simultáneamente. En 1973 ganó el Premio Nobel de la Paz junto con su homólogo norvietnamita Le Duc Tho.

Durante sus años como diplomático, Henry Kissinger supervisó la gran expansión de la guerra en Vietnam y los bombardeos secretos en Laos y Camboya, donde los ataques estadounidenses mataron a unos 150.000 civiles luego de que Kissinger ordenara a los militares atacar “cualquier cosa que vuele o cualquier cosa que se mueva”.

En el sur de Asia, Kissinger respaldó la guerra genocida del ejército pakistaní contra Pakistán Oriental, actualmente Bangladés.

En América Latina, documentos desclasificados muestran cómo Kissinger intervino secretamente en todo el continente, de Bolivia a Uruguay a Chile y a Argentina. En el caso de Chile, Kissinger instó al presidente Nixon a adoptar una “línea más dura” contra el presidente Salvador Allende, que había sido elegido democráticamente. El 11 de septiembre de 1973, Allende fue derrocado por el general Augusto Pinochet, con el respaldo de Estados Unidos. Kissinger dijo en una ocasión: “No veo por qué debamos quedarnos de brazos cruzados y ver cómo un país se vuelve comunista debido a la irresponsabilidad de su propio pueblo”.

AMY GOODMAN: En 1975, Henry Kissinger y el presidente Gerald Ford se reunieron con el general Suharto, el dictador indonesio, con el fin de dar el visto bueno a la invasión de Timor Oriental, que Indonesia llevó a cabo el 7 de diciembre de 1975. El ejército indonesio mató a un tercio de la población timorense, uno de los peores genocidios de finales del siglo XX.

Kissinger también elaboró planes para atacar Cuba a mediados de los 70, luego de que Fidel Castro enviara tropas cubanas a Angola para luchar contra las fuerzas vinculadas al régimen del apartheid de Sudáfrica.

En Estados Unidos, Kissinger presionó al presidente Nixon para que fuera tras Dan Ellsberg, el denunciante de los Papeles del Pentágono, a quien Kissinger llamó “el hombre más peligroso de Estados Unidos”.

El historiador Greg Grandin estimó en su momento que las acciones de Kissinger pudieron haber causado la muerte de tres millones de personas, tal vez cuatro. Mientras activistas de derechos humanos pidieron durante mucho tiempo que Kissinger fuera juzgado por crímenes de guerra, él siguió siendo una figura célebre en Washington y otros escenarios, sirviendo como asesor tanto de Gobiernos republicanos como demócratas.

Pasamos ahora a hablar con Greg Grandin, escritor galardonado con el Premio Pulitzer y profesor de Historia en la Universidad de Yale. Sus libros incluyen Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos). Su nuevo artículo para The Nation se titula “Un obituario público de Henry Kissinger”. También escribió la introducción de un libro que acaba de ser publicado, Solo los buenos mueren jóvenes: el veredicto sobre Henry Kissinger.

Bienvenido de nuevo a Democracy Now! Hable sobre esta otra historia de Henry Kissinger. Tal como vemos en los principales medios de comunicación, él es elogiado por normalizar las comunicaciones diplomáticas con China y por propiciar la política de distensión con Rusia. ¿Cuál es su versión de los hechos?

GREG GRANDIN: Bueno, creo que ustedes acaban de resumir muy bien la versión de los hechos, la cantidad de crímenes de guerra en los que estuvo involucrado. La vida de Kissinger es fascinante, porque abarca hechos muy trascendentales en la historia de Estados Unidos, desde el colapso del consenso de la posguerra, qué sucedió con Vietnam. Kissinger fue fundamental en dar una nueva forma, en replantear un Estado de seguridad nacional que puede enfrentar la disidencia, enfrentar la polarización, y que de hecho prosperó con la polarización y el secretismo y que aprendió a manipular a la sociedad con el fin de fomentar una política exterior muy agresiva.

Podríamos ahondar en los detalles, pero sí quiero decir que su muerte ha sido tan ilustrativa como su vida. Si miramos los obituarios y las notas de condolencias, todo eso tan solo revela, creo, una bancarrota moral de las élites políticas, ciertamente en el mundo transatlántico, en la esfera más amplia de la OTAN, y una falta de voluntad o incapacidad de comprender la crisis en la que estamos y el papel de Kissinger en dicha crisis. Son elogios celebradores. Son absurdos e insustanciales. Son realmente increíbles. Pensemos tan solo en el último año, las celebraciones, los agasajos por su cumpleaños número 100, por haber vivido 100 años. Creo que eso es un marcador cultural de cuán corrupta es la clase política en este país. Así que su muerte es casi tan ilustrativa como su vida.

NERMEEN SHAIKH: Greg, usted estuvo en el programa cuando Kissinger cumplió 100 años.

GREG GRANDIN: Correcto.

NERMEEN SHAIKH: En esa entrevista, usted dijo que la mejor manera de ver a Kissinger no era necesariamente como un criminal de guerra. ¿Puede explicar por qué?

GREG GRANDIN: Sí, porque esa es la forma… Quiero decir, Christopher Hitchens popularizó la idea de pensar en Kissinger como un criminal de guerra, y esa es una forma de elevar a Kissinger, de alguna manera, como una especie de malvado extraordinario. Y es una línea muy fina, porque él sí jugó un papel muy importante en un número abrumador de atrocidades y en llevar y propiciar miseria y muerte para millones de personas en todo el mundo. Pero hay muchos criminales de guerra. Como saben, este país está repleto de criminales de guerra. No hay escasez de criminales de guerra.

Y pensar en él como un criminal de guerra es un poco reduccionista. No nos permite pensar en Kissinger o usar la vida de Kissinger para analizar cómo Estados Unidos… Por ejemplo, Kissinger comenzó como un republicano del sector de Rockefeller, un republicano liberal, un asesor de Nelson Rockefeller que pensaba que Nixon estaba lejos de la corriente dominante y que era un sociópata peligroso, creo que así lo dijo. Y, sin embargo, cuando Nixon ganó, y de hecho Kissinger lo ayudó a ganar al hundir un acuerdo de paz con Vietnam del Norte, él hizo las paces con Nixon, y luego prosiguió su carrera, ocupando un cargo público. Y pensó que Reagan era demasiado extremo, y, sin embargo, hizo las paces con Reagan. Después pensó que los neoconservadores eran demasiado extremos, e hizo las paces con los neoconservadores. Y luego incluso hizo las paces con Donald Trump. Llamó a Donald, celebró a Donald Trump casi como una especie de encarnación de su teoría sobre los grandes estadistas y sobre la capacidad de moldear la realidad del modo que quieran a través de su voluntad. Así que vemos cómo Kissinger, a medida que el país se mueve hacia la derecha, va moviéndose con él. Solo esa trayectoria es algo muy útil sobre lo que pensar.

Si también piensas en su bombardeo secreto sobre Camboya y luego rastreas ese bombardeo, es como una luz brillante, un rastro rojo, que va desde Camboya hasta la actual e interminable “guerra contra el terrorismo”, algo que entonces se consideraba ilegal. Quiero decir que Kissinger bombardeó Camboya en secreto porque en las décadas de 1960 y 1970 era ilegal bombardear otro país con el que no estabas en guerra. Fueron sus antiguos colegas de Harvard, que eran todos guerreros de la Guerra Fría, ninguno era un liberal a favor de la paz, quienes marcharon en Washington, y ni siquiera sabían nada del bombardeo. Fueron a protestar la invasión de Camboya. Y a día de hoy se considera un hecho dentro de las leyes internacionales que Estados Unidos tiene derecho a bombardear países terceros con los que no estamos en guerra si dan refugio a terroristas. Se considera eso como algo normal. Así que podemos ver esta evolución y deriva hacia una guerra interminable a través de la vida de Kissinger.

La vida de Kissinger también es útil para pensar en la forma en que, como funcionario público, asesor principal de seguridad nacional y luego secretario de Estado de Richard Nixon y Gerald Ford, Kissinger creó gran parte del caos que más tarde requeriría una transición a lo que llamamos “neoliberalismo”. Pero luego, tras dejar el Gobierno, como presidente de Kissinger Associates, ayudó a negociar esa transición al neoliberalismo, y a la privatización de gran parte del mundo, de América Latina, de Europa del Este, de Rusia. Así que podemos ver esa transición de político público o de formulador de políticas públicas a trabajar para obtener una riqueza incalculable como ciudadano privado en esta transición.

Así que hay muchas maneras en las que la vida de Kissinger de alguna forma mapea la trayectoria de Estados Unidos. Como saben, lo honraron en la Biblioteca Pública de Nueva York como si fuera la encarnación del llamado “siglo estadounidense”. Y en muchos sentidos, lo era. Su carrera realmente mapea muy bien la trayectoria de Estados Unidos y la evolución del aparato estatal de seguridad nacional y su política exterior y el mundo disfuncional en el que todos estamos intentando vivir, como sus dos últimos segmentos…

AMY GOODMAN: Greg…

GREG GRANDIN: … así lo mostraron…

AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos a Henry Kissinger en sus propias palabras, hablando en 2016, cuando defendió el bombardeo secreto de Camboya.

HENRY KISSINGER: Nixon ordenó un ataque a las bases de apoyo situadas a menos de cinco millas de la frontera vietnamita, que eran áreas que estaban esencialmente despobladas. Entonces, cuando se utiliza la frase “bombardeo de saturación”, se hace, creo, en relación al tamaño de los ataques, probablemente mucho menor de lo que el Gobierno de Obama ha hecho en bases de apoyo similares en Pakistán, algo que creo que está justificado. Y por lo tanto, creo que lo que se hizo en Camboya estaba justificado.

AMY GOODMAN: Ese era Henry Kissinger en 2016, hablando en la Biblioteca LBJ. El famoso chef ya fallecido Anthony Bourdain dijo una vez: “Una vez has estado en Camboya, nunca dejarás de querer golpear a Henry Kissinger hasta la muerte con tus propias manos. Nunca más podrás abrir un periódico y leer cómo esa escoria traidora, manipuladora y asesina se sienta a charlar con Charlie Rose o asiste a un evento de gala de alguna nueva revista de moda sin atragantarte. Si eres testigo de lo que hizo Henry en Camboya, de los frutos de su genio para el arte de gobernar, nunca podrás entender por qué no está sentado en el banquillo de los acusados en La Haya junto a Milosevic”. ¿Puede responder a eso?

GREG GRANDIN: Sí. Esa cita contiene más agudeza e inteligencia moral e intelectual que todo el establishment político, tanto liberales… tanto demócratas como republicanos. Es moralmente correcto. Es intelectualmente correcto. Y es más preciso que la mayoría de los historiadores diplomáticos que tratan de dibujar a Kissinger como alguien más ético y moralmente complicado de lo que era en realidad.

En términos de la cita de Kissinger sobre Camboya, ahí está jugando con sus palabras. Está mintiendo. Él bombardeó masivamente Camboya. Estados Unidos bombardeó masivamente Camboya y llevó al poder dentro de los Jemeres Rojos a la camarilla más extrema, dirigida por Pol Pot. Ya saben, cuando bombardeas masivamente un país y destruyes a toda la oposición, tiendes a aupar al poder a los extremistas. Y esa es exactamente la razón por la que Kissinger es responsable, en gran medida, del genocidio que ocurrió más tarde bajo Pol Pot. El bombardeo llevó al poder a Pol Pot dentro de los Jemeres Rojos, que anteriormente eran una coalición más grande y amplia.

Pero Kissinger no se equivoca cuando vincula eso al bombardeo de Pakistán por parte de Obama. Ese era el argumento que estaba tratando de explicar antes. Kissinger tuvo que hacer eso ilegalmente… de forma encubierta en ese entonces, porque era ilegal. Iba en contra del derecho internacional bombardear terceros países, para avanzar en tu guerra en otro país. Pero ahora se acepta como un lugar común. Y es cierto, no se equivoca cuando cita el programa de drones de Obama y lo que Obama… la continuación de la lógica de la “guerra contra el terrorismo” que comenzó con George W. Bush. No se equivoca en eso. Y esa es una de las conexiones que se pueden trazar de Vietnam, Camboya y Asia del Sur a la catástrofe en la que vivimos hoy en día.

AMY GOODMAN: Greg Grandin, quiero darle las gracias por acompañarnos. Escritor ganador del Premio Pulitzer y profesor de Historia en la Universidad de Yale. Autor de Kissinger ‘s Shadow: The Long Reach of America’ s Most Controversial Statesman (La sombra de Kissinger: el largo alcance del estadista más controvertido de Estados Unidos). Enlazaremos a su artículo de la revista The Nation, “Un obituario público de Henry Kissinger”.

Traducido y editado por Igor Moreno Unanua e Iván HIncapié.

Fuente: 

miércoles, 19 de junio de 2019

_- Entrevista a Noam Chomsky "El arresto de Assange es escandaloso por el alcance extraterritorial de EEUU"

_- Amy Goodman
Democracy Now!

Chomsky afirma que el caso de Assange es similar al de Lula da Silva, "el preso político más importante del mundo", y que su objetivo es silenciarlo

Los abogados de Julian Assange prometen luchar contra la posible extradición del fundador de WikiLeaks a Estados Unidos tras su detención en Londres. La policía británica sacó de la embajada de Ecuador a Assange a la fuerza, donde estuvo asilado casi siete años. El jueves 11 de abril, Amy Goodman de Democracy Now! habló con Noam Chomsky de la detención de Assange, de WikiLeaks y del poder estadounidense.

Amy Goodman: Esto es Democracy Now! soy Amy Goodman, desde Boston. Durante nuestra charla con Noam Chomsky le pregunté su opinión sobre el arresto de Julian Assange.

Noam Chomsky: El arresto de Assange es escandaloso por varios motivos. Uno de ellos es lo relacionado con los intentos de los gobiernos… y no solo del Gobierno de Estados Unidos. El Gobierno británico está cooperando. Ecuador, por supuesto, está ahora cooperando. Suecia cooperó en el pasado. Me refiero a los intentos por silenciar a un periodista que estaba publicando información que las personas en el poder no querían que se difundiese. Eso es básicamente lo que ha sucedido. WikiLeaks estaba publicando información sobre las personas que están en el poder y que la gente debería conocer. A las personas en el poder no le gusta eso, así que tenemos que silenciarlo. Este tipo de cosas, este tipo de escándalos, son algo común, desafortunadamente.

Podemos ver otro ejemplo justo al lado de Ecuador, en Brasil, donde los acontecimientos que han tenido lugar son extremadamente importantes. Brasil es el país más importante de América Latina y uno de los más importantes del mundo. Durante el gobierno de Lula, a principios de este milenio, Brasil fue tal vez el país más respetado del mundo. Bajo el liderazgo de Lula da Silva fue la voz del Sur Global. Fíjense en lo que pasó. Hubo un golpe de Estado, un golpe ‘suave’, para eliminar los efectos del Partido de los Trabajadores. Eso fue lo que el Banco Mundial describió —no lo digo yo, lo dijo el Banco Mundial— como la «década de oro» de la historia de Brasil, en la que se logró una reducción radical de la pobreza, una extensión masiva de la inclusión de poblaciones marginadas, que conforman una gran parte de la población —la población afrobrasileña, la población indígena— fueron integrados en la sociedad, lo que produjo un sentimiento de dignidad y esperanza en la población. Eso no podía ser tolerado.

Después de que Lula dejara la presidencia, tuvo lugar una especie de «golpe suave», no voy a explicar los detalles, pero el último movimiento, ocurrido el pasado septiembre, fue encarcelar a Lula da Silva, el líder en las encuestas, la figura más popular de Brasil, quien iba a ser, con casi absoluta seguridad, el ganador de las próximas elecciones, y fue encarcelado en confinamiento solitario, esencialmente sentenciado a muerte, 25 años de cárcel, teniendo prohibido leer la prensa o libros y, lo que es más importante, teniendo prohibido realizar declaraciones públicas, a diferencia de los asesinos en masa en el corredor de la muerte. Todo esto para silenciar a la persona que era el probable ganador de las elecciones. Lula es el preso político más importante del mundo ¿Han escuchado algo al respecto?

Bueno, Assange es un caso similar: tenemos que silenciar esta voz. Si retrocedemos en la historia, algunas personas recordarán cuando el Gobierno fascista de Mussolini encarceló a Antonio Gramsci. El fiscal dijo: «Tenemos que silenciar esta voz durante 20 años. No podemos dejar que hable». Eso mismo ocurre con Assange y con Lula. Hay otros casos. Esta es una parte del escándalo.

La otra es el alcance extraterritorial de Estados Unidos, el cual es impactante. ¿Por qué debería tener Estados Unidos u otro… ningún otro Estado podría hacerlo, pero ¿por qué debería tener Estados Unidos el poder de controlar lo que hacen otras personas en otras partes del mundo? Es una situación descabellada. Es algo constante. Ni siquiera nos damos cuenta de ello. Al menos no es algo de lo que se hable.

Es similar al tema de los acuerdos comerciales con China. ¿Cuál es el objetivo de los acuerdos comerciales? Son un intento por impedir el desarrollo económico de China. Eso es exactamente lo que son. Ahora bien, China tiene un modelo de desarrollo. Al Gobierno de Trump no le gusta. Por lo tanto, vamos a debilitarlo. Pregúntese lo siguiente: ¿Qué pasaría si China no respetara las reglas que Estados Unidos está tratando de imponer? China, por ejemplo… cuando Boeing o Microsoft o alguna otra empresa importante invierte en China, China quiere tener algo de control sobre el carácter de esa inversión. Quieren cierto grado de transferencia de tecnología. Deberían obtener algún beneficio de la tecnología. ¿Hay algo malo en eso? Así se desarrolló Estados Unidos, robando —lo que nosotros llamamos robar— tecnología de Inglaterra. Así es como Inglaterra se desarrolló, robando tecnología de países más avanzados: India, los Países Bajos, e incluso Irlanda. Así es como todos los países desarrollados han alcanzado la etapa de desarrollo avanzado. Si a Boeing y Microsoft no les gustan esos acuerdos, pueden decidir no invertir en China. Nadie les está apuntando con un arma en la cabeza. Si hubiera alguien que realmente creyera en el capitalismo, debería ser libres de llegar al acuerdo que quisieran con China. Si eso incluye transferencia de tecnología, está bien. Estados Unidos quiere bloquear eso, para que China no pueda desarrollarse.

Analicemos los llamados «derechos sobre la propiedad intelectual», los exorbitantes derechos de patente para medicamentos, para Windows, por ejemplo. Microsoft tiene el monopolio de los sistemas operativos, a través de la Organización Mundial del Comercio. Supongamos que China no los respeta. ¿Quién se beneficiaría y quién perdería? Bueno, lo cierto es que los consumidores en Estados Unidos se beneficiarían. Eso significaría que obtendrían medicamentos más baratos. Significaría que cuando compran una computadora no estarían obligados a utilizar Windows. Podrían utilizar un sistema operativo mejor. Bill Gates tendría un poco menos dinero. Las corporaciones farmacéuticas no serían tan ricas como son, serían un poco menos ricas. Pero los consumidores se beneficiarían. ¿Hay algo malo en eso? ¿Hay algún problema con eso?

Bueno, uno podría preguntarse: ¿Qué hay detrás de todas estas discusiones y negociaciones? Esto es cierto en todos los ámbitos. En casi cualquier problema que elija, uno podría preguntarse: ¿Por qué se acepta esto? En este caso concreto, ¿por qué es aceptable que Estados Unidos tenga el poder de siquiera iniciar una petición para extraditar a alguien cuyo delito es exponer ante la sociedad información que las personas en el poder no quieren que la sociedad vea? Eso es básicamente lo que está pasando.

Fuente:
http://www.eldiario.es/internacional/VIDEO-Chomsky-arresto-Assange-escandaloso_0_909559801.html

viernes, 11 de diciembre de 2015

París y el planeta arden

Las velas siguen ardiendo en la ciudad de París en los sitios donde se recuerda a las 130 personas asesinadas por militantes armados identificados con el Estado Islámico (que según señalan muchos musulmanes, no es ni islámico ni un Estado) en los ataques perpetrados en el teatro Bataclan, restaurantes de la zona y el Estadio Nacional de París. En estos lugares donde ocurrieron los actos de violencia, dispuestos como un torrente de sentidas expresiones de dolor, se pueden ver flores, mensajes, banderas de Francia, fotos, recuerdos de los fallecidos y reproducciones del ahora icónico símbolo de la paz diseñado a partir de la imagen de la Torre Eiffel.

En este contexto se está desarrollando uno de los encuentros mundiales más importantes de la historia: la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o COP 21. Prácticamente todos los países del mundo están representados aquí, a través de sus delegaciones, que están intentando alcanzar un acuerdo antes del 11 de diciembre, con el objetivo de evitar un cambio climático catastrófico e irreversible.

Supuestamente, la COP 21 es la culminación de más de dos décadas de trabajo en el marco de las Naciones Unidas para transformar la sociedad, poner fin a la era de los combustibles fósiles, comenzar a utilizar energía renovable y reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Estaba previsto que el 29 de noviembre, el día antes de que comenzara la cumbre sobre el clima, se realizara en París una marcha multitudinaria, en la que se preveía que participarían más de 400.000 personas. Sin embargo, el Presidente francés, François Hollande, declaró un estado de emergencia tras los ataques y prohibió las manifestaciones. Quienes critican esta decisión sostienen que el calentamiento global también es un estado de emergencia y que expresar nuestra oposición es lo único que nos salvará.

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La Columna de Amy Goodman

domingo, 23 de agosto de 2015

Arte, política y cambio social en la Bienal de Venecia

Amy Goodman y Denis Moynihan
Democracy Now!

Venecia, Italia, esta histórica ciudad, famosa por sus canales y sus sonoros gondoleros, sus deslumbrantes museos desbordantes de arte, en la que cada año cientos de miles de personas pasean por la amplia Piazza San Marco y se dejan llevar por sus estrechas callejuelas laberínticas, es sede de la más antigua y prestigiosa bienal de arte del mundo, la Bienal de Venecia. Cada dos años, artistas del mundo entero exhiben sus obras en decenas de lugares, algunos de ellos, pabellones nacionales financiados por distintos países de todo el mundo, otros, exhibiciones internacionales o independientes. El arte culto parecería ser un ámbito distante cuando el mundo se ve consumido por la guerra, la catástrofe climática, los movimientos migratorios masivos y la creciente desigualdad económica. El arte podría parecer un lujo cuando las personas de color mueren a manos de la policía en las calles estadounidenses. Sin embargo, la Bienal de este año rompe con esos mitos.

Okwui Enwezor, de Nigeria, es el primer curador de la Bienal de Venecia nacido en África. Enwezor es ampliamente reconocido por ser responsable de haber traído el arte político de regreso a este festival de 120 años de trayectoria. Enwezor afirma haberse inspirado en parte en la Bienal de 1974, en la que algunas de las exhibiciones estuvieron dedicadas a Chile, en protesta contra el golpe de Estado del general Augusto Pinochet, que contó con el apoyo de Estados Unidos para derrocar al gobierno democráticamente electo de Salvador Allende. Las exhibiciones que trajo Enwezor a esta Bienal incluyen una épica lectura en vivo de “El capital”, de Karl Marx, la obra “Lampedusa”, del artista brasileño Vik Muniz, una embarcación recubierta con la portada del periódico veneciano La nuova Venezia del día después de que 400 inmigrantes se ahogaran frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa en octubre de 2013, y un polémico pabellón de Islandia, cuya obra principal consistió en construir una mezquita en una iglesia que estaba vacía desde hacía 40 años. La ciudad de Venecia clausuró la mezquita haciendo alusión a preocupaciones relativas a seguridad.

Anne Pasternak, directora de la organización Creative Time, dijo: “Los artistas de hoy están haciendo mucho más que proporcionar un espejo. Se están comprometiendo con la ardua labor de lograr un cambio social real”. Pasternak estaba hablando ante nosotros en uno de los principales espacios de la Bienal, el Arsenale. Creative Time, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York que promueve y apoya el arte público y la participación social, convocó a una cumbre de tres días en la Bienal de este año. Cientos de artistas, activistas, académicos y público en general se reunieron en el Teatro alle Tese del siglo XVI que forma parte del Arsenale de Venecia. El Arsenale es un amplio y antiguo complejo amurallado en el que los venecianos construían los buques de guerra que sostuvieron su dominio militar en el Mar Mediterráneo durante siglos. Alrededor del 1500, ya eran capaces de construir un buque de guerra en un día, en lo que se considera como la primera línea de ensamblaje industrial del mundo.

Actualmente, el complejo se destina al arte, al teatro, a la música y al debate público, convirtiendo así las espadas en arados. Entre los expositores de la cumbre se encontraba Mariam Ghani, una artista afgano-estadounidense radicada en Brooklyn, Nueva York, que condujo desde el escenario una conversación por videoconferencia con su padre, Ashraf Ghani, presidente de Afganistán. Con su arte, Ghani se adentra en los oscuros rincones de la política exterior e interior de Estados Unidos. Su trabajo en colaboración “Índice de los Desaparecidos” es un archivo material de las desapariciones que han tenido lugar después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 e incluye detenciones, deportaciones y traslados extrajudiciales de prisioneros.

Sobre el trabajo con el archivo y con otro proyecto relacionado llamado “El efecto Guantánamo”, Ghani explicó: “Notamos que las mismas ideas, políticas y personal circulaban por los distintos centros de detención gestionados por Estados Unidos alrededor del mundo. Por ejemplo, hay agentes penitenciarios y policías estadounidenses que son convocados por la Reserva de la Guardia Nacional y son desplegados como fuerzas de la policía militarizada en Afganistán. Luego, terminan en la prisión de Abu Ghraib o terminan en Bagram. Finalmente, lo que sucede es que las políticas, las técnicas y ahora incluso el equipamiento militar circulan dentro de Estados Unidos, en el ámbito interno. Esta circulación se ha transformado en algo extremadamente visible al haberse destinado el equipamiento militar excedente de las guerras de Irak y Afganistán a departamentos de policía del país, incluso a departamentos de policía de instituciones educativas. Lo hemos observado con extrema claridad en Ferguson, Missouri”.

La cumbre de Creative Time tuvo lugar al tiempo que se conmemoraba con manifestaciones masivas el primer aniversario del asesinato de Michael Brown, cometido por la policía en Ferguson. El movimiento Black Lives Matter ocupó un lugar de relevancia en las presentaciones de la cumbre y estuvo presente en la Bienal de Venecia en general. La escritora Sharifa Rhodes-Pitts habló sobre esto y sobre la muerte por ahogamiento de cientos de inmigrantes africanos que procuran asilo en Europa: “En este momento en que nos enfrentamos al surgimiento del movimiento Black Lives Matter y a la violencia contra la gente negra y de color en Estados Unidos, personas negras mueren de manera terrible también en Europa”. Después de Venecia, Rhodes-Pitts se dirigirá a Lampedusa.

Venecia ha sido durante siglos el cruce de caminos del mundo, una ciudad donde Oriente y Occidente se encuentran y donde el arte florece. La exposición internacional de la Bienal de Venecia de este año, llamada “All the World’s Futures”, en español “Todos los futuros del mundo”, presenta a una creciente comunidad de artistas comprometidos políticamente que no solo reflejan la belleza y la crueldad del mundo, sino que, de hecho, podrían cambiarlo.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2015/8/14/arte_politica_y_cambio_social_en

domingo, 31 de mayo de 2015

Un acto de protesta, no de sabotaje, en el lugar de nacimiento de la bomba atómica.

Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan
Democracy Now!

En lo profundo de las colinas del este de Tennessee se levanta un gran complejo militar llamado “Y-12”. Es el lugar donde se produce y se almacena todo el uranio altamente enriquecido que se usa para producir el arsenal de ojivas nucleares de Estados Unidos. El complejo está situado en Oak Ridge, la “ciudad secreta” que fue creada prácticamente de un día para el otro durante la Segunda Guerra Mundial y donde se produjo el uranio para la bomba atómica que fue lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Hoy en día, el complejo, apodado “El Fuerte Knox del uranio” (NO LEER ), alberga cantidades de este elemento radiactivo suficientes para hacer 10.000 bombas atómicas.

Fue allí que, poco antes del amanecer del 28 de julio de 2012, tres activistas por la paz del movimiento Plowshares, entre ellos una monja de 82 años de edad, burlaron los numerosos sistemas de seguridad de las instalaciones y llegaron al corazón del complejo, el Centro de Almacenamiento de Materiales de Uranio Altamente Enriquecido o HEUMF (por su sigla en inglés). Pintaron mensajes de paz en las paredes, vertieron sangre, martillaron el concreto y fueron detenidos. A principios de este mes, un tribunal federal de apelaciones revocó sus condenas por sabotaje y los dejó en libertad tras dos años de cárcel. Esta es la primera vez que se revierte una condena por sabotaje a activistas de este grupo, un momento histórico para el movimiento por el desarme nuclear.

Plowshares es un movimiento que deriva su nombre del versículo 2:4 del libro de Isaías en la Biblia, que instruye: “Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces. No alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra". Inspirados por la fe y comprometidos con la acción militante, los activistas de Plowshares han llevado a cabo acciones directas no violentas durante los últimos 35 años. Acceden a instalaciones militares de máxima seguridad y dañan con martillos armas de guerra, sea que se trate de aviones de combate o depósitos de misiles, o, como en este caso más reciente, el complejo que enriquece y almacena uranio para la producción de bombas.

Entre los primeros activistas de Plowshares estaban los hermanos Berrigan, el padre Daniel y el fallecido Philip, que habían concitado la atención nacional por la quema de listas de reclutamiento en protesta contra la guerra de Vietnam. En 1980, los Berrigan ingresaron junto con otros activistas a la fábrica de misiles nucleares de General Electric en la ciudad de King of Prussia, en Pensilvania, y dañaron con martillos los armazones de las ojivas, dejándolos inutilizables. Por esta y muchas otras acciones posteriores fueron varias veces a la cárcel. Decenas de protestas similares por el desarme se han producido en todo el mundo desde entonces.

Los activistas que lograron entrar en el complejo ultra seguro Y-12 conforman un trío muy especial: la hermana Megan Rice, una monja católica; Michael Walli, un veterano de la guerra de Vietnam que se volvió activista católico por la paz; y Greg Boertje-Obed, un ex oficial del ejército de Estados Unidos, ahora pintor de casas y activista por la paz. Después de cortar cuatro líneas de cercas y atravesar terrenos patrullados para llegar al HEUMF , pintaron consignas que decían “El fruto de la justicia es la paz” y “A Isaías le agradan los Plowshares”. Como en acciones anteriores, el grupo acuñó un nombre para sí mismo: “Transform Now Plowshares” (“Transformar ahora las espadas en arados”, en español). Le pregunté a la hermana Megan qué significaba. “¿Por qué hemos gastado en este lugar diez billones de dólares en 70 años, cuando ese dinero podría haber sido utilizado para transformar no solamente Estados Unidos, sino el mundo, en una alternativa para una vida mejor? En su lugar, hacemos algo que nunca podrá usarse, nunca debería usarse, que probablemente nunca se use a menos que queramos destruir el planeta”.

La falla de seguridad generó conmoción en los organismos de seguridad nacional, en especial en el Departamento de Energía, que está a cargo del Y-12 en el este de Tennessee. Si bien los tres activistas de Transform Now Plowshares enfrentaban cargos federales de sabotaje y hasta 30 años de prisión, durante el juicio permanecieron en libertad bajo fianza y libres de asistir a las audiencias del Congreso impulsadas por su acto de desobediencia civil, que The New York Times calificó de “la mayor violación de la seguridad en la historia del complejo atómico del país”. Sorprendentemente, Joe Barton, congresista republicano de Texas, elogió a la hermana Megan Rice:

“Queremos agradecerle por señalar algunos de los problemas en nuestra seguridad. Aunque yo no estoy totalmente de acuerdo con la plataforma que defiende, le agradezco por señalar las carencias de nuestro sistema de seguridad y por estar presente hoy. Señor presidente, esta jovencita llevaba consigo una Santa Biblia. Si hubiera sido una terrorista, solo Dios sabe lo que podría haber sucedido”.

Ed Markey, congresista demócrata de Massachusetts y actualmente senador, también se dirigió a la hermana Megan: “Gracias, hermana Megan Rice, por estar presente. Gracias por sus acciones. Gracias por su férrea voluntad de hacer centrar la atención en esta acumulación de armas nucleares que aún existe en nuestro mundo y lo mucho que necesitamos hacer algo para reducirla. No necesitamos más armas nucleares. Necesitamos menos”.

La hermana Megan Rice ahora tiene 85 años de edad. Ella y sus compañeros acusados esperan la decisión de un tribunal de primera instancia para saber si deben o no seguir tras las rejas por los cargos menores de destrucción de bienes del Estado, por el corte de cercas, pintar consignas y verter sangre en el Y-12. Pero, ciertamente, la libertad de la cárcel no es lo que más le preocupa. “Realmente no diría que nos sentimos libres, porque mientras exista una sola arma nuclear, nadie será libre”.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2015/5/22/un_acto_de_protesta_no_de

sábado, 4 de enero de 2014

"Coman papel picado", dijo el Congreso estadounindese a los desempleados

Amy Goodman y Denis Moynihan
¿De verdad deseamos comenzar el nuevo año retirando el seguro por desempleo a más de un millón de estadounidenses que perdieron su trabajo? El acuerdo presupuestario aprobado por ambos partidos en el Congreso y promulgado por el Presidente Barack Obama en la última semana del año protege el gasto militar pero promete empujar a quienes se encuentran en la situación más desesperada de nuestra economía a pasar aún por más dificultades financieras, obligando así a cientos de miles de familias a vivir por debajo de la línea de pobreza. La actual tasa de desempleo prolongado en Estados Unidos es la más alta que se haya registrado desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que el porcentaje de personas que perciben prestaciones por desempleo se encuentra en su punto más bajo en la historia. Al mismo tiempo, los banqueros de Wall Street no paran de descorchar botellas, para celebrar un año excepcional para la bolsa de valores. Mientras que los agentes de bolsa esperan sus gratificaciones de fin de año, muchos desempleados más irán a hacer fila para recibir asistencia social.

“Se trata, para nuestra economía, de una decisión equivocada en el momento equivocado”. Estas son palabras de Imara Jones, que trabajó para la Casa Blanca en el área de comercio internacional durante el gobierno de Clinton y actualmente escribe sobre justicia económica para el sitio Colorlines.com. “El seguro de desempleo es en realidad un estímulo para la economía, a la que, de hecho, le aporta mucho. Por cada dólar que se entrega a alguien por seguro de desempleo se genera un dólar y sesenta centavos en actividad económica”. La gente que vive económicamente al límite gasta lo que tiene para sobrevivir, pero quienes se encuentran en los estratos más altos de la sociedad, el 1% de más arriba, puede tomar sus ganancias y guardarlas o ponerlas en una cuenta en el exterior.

Históricamente, el programa de seguro de desempleo otorgaba a los trabajadores que pierden su empleo por motivos ajenos a su responsabilidad 26 semanas de pago en reemplazo del salario. La extensión de los beneficios promulgada por el Presidente George W. Bush prolongó el período de tiempo a 99 semanas. En promedio, los subsidios ascienden a sólo 300 dólares por semana. Según el periódico The Washington Post, la búsqueda de empleo lleva en promedio unas 35 semanas, por lo que las 26 semanas que se otorgan en la actualidad generarán una carga adicional de stress a familias que se encuentran ya en dificultades...Mas...
Publicado 4/1/2014

sábado, 14 de septiembre de 2013

La Columna de Amy Goodman. Kerry, Kissinger y el otro 11 de septiembre

Amy Goodman y Denis Moynihan

Mientras la intervención militar del Presidente Barack Obama en Siria parece haberse postergado por el momento, llama la atención que el Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se haya reunido el 11 de septiembre con uno de sus predecesores, Henry Kissinger, supuestamente para hablar de la estrategia de las próximas negociaciones sobre Siria con funcionarios rusos. La reunión entre Kerry y Kissinger y la oposición pública al ataque a Siria, que ambos apoyan, deberían mirarse a través del espejo de lo sucedido el 11 de septiembre, pero de 1973.

Aquel día, hace 40 años, el presidente democráticamente electo de Chile, Salvador Allende, fue derrocado violentamente mediante un golpe de Estado que contó con el apoyo de Estados Unidos. El General Augusto Pinochet asumió el control del país y dio inicio a diecisiete años de un régimen militar de terror, en el que más de 3.000 chilenos fueron asesinados y desaparecidos, alrededor del mismo número de personas que murieron el 11 de septiembre de 2001. Allende, que era socialista, contaba con mucho apoyo popular en su país, pero sus políticas eran el anatema de las élites de Chile y Estados Unidos, por lo que el entonces Presidente estadounidense, Richard Nixon, y su Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger, apoyaron el intento de derrocarlo.

El papel que desempeñó Kissinger en la planificación del golpe de Estado en Chile en 1973 queda más claro a medida que pasan los años y surgen nuevos documentos, que el propio Kissinger intentó mantener en secreto. Peter Kornbluh, de la organización sin fines de lucro National Security Archive (Archivo de Seguridad Nacional), ha revelado las pruebas durante años, y recientemente actualizó su libro “Pinochet: los archivos secretos”. Kornbluh me dijo que Kissinger “fue el principal responsable de idear la política para derrocar a Allende e incluso de apoyar a Pinochet y las violaciones de los derechos humanos que ocurrieron durante su régimen”. Afirmó que Kissinger “presionó a Nixon para que asumiera una política agresiva, pero encubierta, para lograr derrocar a Allende, desestabilizar su capacidad de gobernar y generar lo que Kissinger denominó 'un clima golpista'”. Más...

miércoles, 13 de febrero de 2013

Rosa Parks, por siempre, Rosa Parks, la mujer que dio inicio al movimiento contra la segregación

El 1° de diciembre de 1955, Rosa Parks se hizo famosa por negarse a darle su asiento en el autobús a un pasajero blanco en Montgomery, Alabama, hecho que dio inicio al actual movimiento por los derechos civiles. El lunes 4 de febrero se cumplieron cien años de su nacimiento. En 2005, Rosa falleció a los 92 años de edad y gran parte de los medios la describieron como una costurera cansada, no como una persona problemática. Pero los medios se equivocaron. Rosa Parks era una rebelde de primera categoría.

La catedrática Jeanne Theoharis derriba el mito de la apacible costurera, en su nuevo libro “The rebellious life of Mrs. Rosa Parks” (La vida rebelde de Rosa Parks). Theoharis me dijo: “Se trata de la historia de una vida de activismo, la historia de una vida que ella misma describiría como ‘rebelde’ y que comienza décadas antes del histórico incidente del autobús y se prolonga décadas después”.

Rosa Parks nació en Tuskegee, Alabama y le enseñaron que tenía derecho a ser respetada y a exigir ese respeto. Las leyes de Jim Crow estaban muy arraigadas en aquel entonces y la segregación se aplicaba en forma violenta. En Pine Level, Alabama, donde vivía Parks, los niños blancos iban a la escuela en autobús, mientras que los niños afroestadounidenses debían caminar. Rosa Parks recordó: “Ese era un modo de vida. No teníamos otra alternativa más que aceptar lo que era la costumbre. El autobús fue una de las primeras cosas que me hizo ver que había un mundo para negros y otro para blancos”.

En la última etapa de su adolescencia Rosa conoció a Raymond Parks, con quien se casó. Raymond, el primer activista que Rosa conoció, era miembro de la filial de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP , por sus siglas en inglés) en Montgomery y cuando Rosa se enteró de que las mujeres podían participar en las reuniones, asistió a una y fue elegida secretaria de la filial en su primera reunión.

Fue allí donde Rosa conoció a E.D. Nixon, un dirigente obrero revolucionario con quien trabajó. En 1955 Rosa pudo asistir a la escuela Highlander Folk en Tennessee, un lugar de encuentro de activistas (blancos y negros) comprometidos a superar la segregación donde se desarrollaban estrategias y tácticas de resistencia no violenta. Fue allí donde Pete Seeger y otros músicos escribieron la canción “We shall overcome” que luego se convirtió en el himno del movimiento por los derechos civiles.

Rosa Parks regresó a Montgomery y volvió a trabajar como costurera. El 1° de diciembre de 1955, luego de salir del trabajo, tomó el autobús hacia su casa. “El conductor dijo que si me negaba a dar mi asiento, iba a tener que llamar a la policía. Y le dije ‘Llámela’”, afirmó Parks en una entrevista con Radio Pacífica en abril de 1956. “Había llegado el momento, después de haber sido maltratada hasta un punto que ya no podía tolerar”. Su arresto aquel día provocó el boicot a los autobuses de la ciudad de Montgomery, que duró más de un año. El boicot fue encabezado por un joven que acababa de instalarse en la ciudad: el Dr. Martin Luther King Jr., en cuyo lanzamiento participó Rosa Parks. Durante el boicot, alrededor de 50.000 afroestadounidenses viajaban juntos en sus automóviles, utilizaban vehículos de la iglesia, tomaban taxis de propietarios afroestadounidenses y caminaban. La medida perjudicó los negocios de los blancos y el sistema de transporte público. Parks y otros activistas interpusieron un recurso judicial contra la segregación y en junio de 1956 un tribunal federal declaró la inconstitucionalidad de la segregación en los autobuses.

Los Parks se mudaron a Detroit. Rosa continuó con su activismo, reaccionó frente a los disturbios de Detroit de 1967, consultó a miembros del movimiento “Black Power”, como Stokely Carmichael, y se opuso a la guerra de Vietnam. La historiadora Theoharis señala que el mayor héroe de Parks era Malcolm X.

“Sentía un gran respeto por King, pero decía que Malcolm X era su héroe personal. La disposición de Malcolm X para hablar sobre el liberalismo del norte y la hipocresía del norte, su temprana oposición a la guerra de Vietnam, todas esas cosas eran muy cercanas a su postura política”.

En la década de 1980, Rosa Parks luchó contra el apartheid y se sumó a las protestas frente a la embajada de Sudáfrica en Washington D.C.

Cuando Parks conoció a Nelson Mandela, después de que fuera liberado, Mandela le dijo: “Ud. me dio ánimo todos esos años en prisión”.

Rosa Parks fue la primera mujer estadounidense en ser enterrada en la rotonda del Capitolio. Cuando murió, me apuré para llegar a Washington D.C. a cubrir su funeral; allí encontré a una joven estudiante universitaria y le pregunté por qué estaba ahí junto a cientos de personas escuchando el funeral a través de los parlantes. La joven dijo con orgullo: “Les escribí a mis profesores para avisarles que hoy no asistiría a clase. Hoy voy a aprender algo importante”. Tenemos mucho que aprender de Rosa Parks. De hecho, ella y otras jóvenes se habían negado a dar sus asientos en el autobús antes del 1° de diciembre de 1955. Nunca se sabe cuándo llegará ese momento mágico.

El próximo 4 de febrero la oficina de Correos de Estados Unidos emitirá una estampilla denominada ‘Rosa Parks Forever’ (Por siempre, Rosa Parks), una muestra de la marca indeleble que dejó su activismo.

Rosa Parks no era ninguna costurera cansada. Como ella misma dijo en referencia a la valiente decisión que tomó: “Si había algo de lo que estaba cansada era de ceder”. “No tenía miedo. Había decidido que de una vez por todas tenía que saber qué derechos tenía como ser humano y como ciudadana, incluso en Montgomery, Alabama”.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2013 Amy Goodman
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: Gabriela Díaz Cortez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/2/1/por_siempre_rosa_parks_la_mujer_que_dio_inicio_al_movimiento_contra_la_segregacin
Amy Goodman. Democracy Now!
Fotos de la vida de Rosa Parks.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Los papeles de WikiLeaks

Una vez más WikiLeaks ha publicado una enorme cantidad de documentos. Esta vez, se trata de cables diplomáticos del Departamento de Estado estadounidense. El sitio web de revelación de datos secretos anunció que publicará gradualmente más de doscientos cincuenta mil documentos durante los próximos meses. De esta manera, los documentos podrán ser analizados y recibir la atención que merecen. Los cables son comunicaciones internas escritas entre embajadas de Estados Unidos de todo el mundo y también con el Departamento de Estado. WikiLeaks habla de la filtración como “el mayor conjunto de documentos confidenciales que jamás se hayan dado a conocer, que proporcionan una visión sin precedentes de las actividades en el exterior del gobierno estadounidense.”
Los críticos sostienen, al igual que lo hicieron cuando se filtraron documentos secretos referidos a Irak y Afganistán, que habrá víctimas fatales como resultado de estas filtraciones. Sin embargo, se podría, en realidad, salvar vidas, dado que la forma en que Estados Unidos hace diplomacia se encuentra más expuesta que nunca – así como la aparente facilidad con la cual el gobierno de Estados Unidos cumple (o no) con el dicho del periodista pionero I.F. Stone: “Los gobiernos mienten.”
Observemos el caso de Khaled El-Masri. El-Masri fue secuestrado en Macedonia en el marco del llamado "programa de rendición extraordinaria" de la CIA, por medio del cual el gobierno de Estados Unidos secuestra personas en cualquier parte del mundo y las entrega secretamente a un tercer país, adonde puedan ser objeto de torturas. Khaled El-Masri cuenta lo que le sucedió...
Khaled El-Masri estuvo prisionero y fue torturado en una cárcel secreta en Afganistán durante meses hasta que la CIA lo dejó abandonado en una carretera desierta de Albania. Esto sucedió a pesar de que la CIA sabía desde hacía tiempo que había secuestrado al hombre equivocado.El-Masri, ciudadano alemán, intentó que se hiciera justicia en los tribunales alemanes y todo indicaba que trece agentes de la CIA enfrentarían cargos. En ese momento intervino la embajada de Estados Unidos en Berlín y realizó, según uno de los cables, la siguiente amenaza: “la emisión de órdenes de captura internacional tendría un impacto negativo en las relaciones bilaterales.” Nunca se presentaron cargos en Alemania, lo que sugiere que la amenaza diplomática funcionó. Aún así, los trece agentes enfrentan todavía cargos en España, donde los fiscales gozan de un poco más de libertad con respecto a las presiones políticas.
O al menos eso creíamos. De hecho, España también se destaca en los documentos filtrados. Entre los cables, hay uno de fecha 14 de mayo de 2007 escrito por Eduardo Aguirre, un banquero cubano-estadounidense conservador nombrado embajador en España por George W. Bush. En el cable, Aguirre escribió: “Para nosotros, tendrá consecuencias importantes que se continúe planteando el caso Couso, por el que tres soldados estadounidenses enfrentan cargos en relación a la muerte del camarógrafo español José Couso, ocurrida durante la batalla por Bagdad en 2003.”
Couso era un joven camarógrafo de la cadena española de televisión Telecinco que estaba filmando desde el balcón del Hotel Palestina en Bagdad el 8 de abril de 2003, cuando un tanque del ejército estadounidense disparó sobre el hotel, en el que se alojaban principalmente periodistas, causando la muerte a Couso y a un camarógrafo de la agencia de noticias Reuters. El Embajador Aguirre intentaba invalidar el juicio iniciado por la familia Couso en España.
El hermano de José Couso, Javier Couso, inició el proceso judicial por su hermano José junto a su madre. Aunque un tribunal español ha reabierto la causa recientemente, Javier Couso reaccionó ante el cable filtrado en estos días por WikiLeaks y dijo: “Nosotros estamos en primer lugar indignados y horrorizados; horrorizados porque no podemos creer que el gobierno de mi país y la fiscalía actúen conspirando con un gobierno extranjero para impedir la investigación de lo que le pasó a un ciudadano español; e indignados porque nos han mentido continuamente, nos hemos reunido con todas esas personas del gobierno y de la fiscalía y ellos decían que no iban a obstaculizar el caso.”
Además, el embajador estadounidense presionó al gobierno español para que desistiera de realizar un juicio, que sentaría precedente, contra el ex Secretario de Defensa Donald Rumsfeld y otros funcionarios del gobierno de Bush. En el mismo memorando Aguirre escribe: “El Vice Ministro de Justicia dijo también que el gobierno español se opone firmemente a la acusación presentada contra el ex Ministro Rumsfeld y tratará de que sea desestimada. El juez que entiende en la causa nos ha dicho que ha iniciado ya los procedimientos para desestimar el caso.”
Estas revelaciones han convulsionado al gobierno de España, ya que los cables muestran claramente los intentos de Estados Unidos por incidir en el sistema de justicia de ese país...
Hace cuarenta años, Noam Chomsky, reconocido analista político y lingüista, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ayudó a Daniel Ellsberg, el primer informante de Estados Unidos, a revelar los Documentos del Pentágono. Le pregunté a Chomsky acerca de los cables recientemente publicados por WikiLeaks y respondió: “La principal importancia de los cables que han sido publicados hasta ahora radica en lo que nos dicen sobre el liderazgo occidental. Lo que revelan es un profundo odio a la democracia.” (Publicado por Amy Goodman)Leer todo aquí.

viernes, 26 de noviembre de 2010

La venganza de la industria de seguros de salud contra Michael Moore

Michael Moore, ganador del premio Oscar al mejor realizador de documentales, hace excelentes películas, pero en general no se las considera películas de suspenso o que generen la sensación de estar “al borde del acantilado”. Todo esto podría cambiar a partir de que una denuncia realizada por un informante al noticiero de “Democracy Now!” revelara que ejecutivos de compañías de seguros de salud pensaron que tal vez sería necesario poner en marcha un plan para “tirar a Moore por el acantilado.”
El informante era Wendell Potter, ex portavoz principal del gigante de seguros de salud Cigna. Potter mencionó una reunión de estrategia industrial en la que se trató el tema de cómo responder al documental “Sicko” de Moore del año 2007, película que critica la industria de seguros de salud de Estados Unidos. Potter me dijo que no estaba seguro de la gravedad de la amenaza pero agregó en tono inquietante: “Aunque no pensaran hacerlo literalmente, para ser honesto, cuando empecé a hacer lo que estoy haciendo, temí por mi propia salud y bienestar, quizás fue sólo paranoia, pero estas compañías juegan a ganar.”
Moore ganó un Oscar en el año 2002 por su película sobre la violencia armada titulada “Bowling for Columbine: Un país en armas.” Luego hizo “Fahrenheit 9/11,” un documental sobre la presidencia de George W. Bush que se transformó en el documental con mayor recaudación en la historia de Estados Unidos. Por lo tanto, cuando Moore le dijo a un periodista que su próxima película sería sobre el sistema de salud estadounidense, la industria de seguros de salud tomó nota.
La asociación comercial Planes de Seguro de Salud de Estados Unidos (AHIP por sus siglas en inglés), principal grupo de presión de las compañías de seguro de salud con fines de lucro, tuvo un enviado secreto en el estreno mundial de “Sicko” en el Festival de Cannes, en Francia. El agente salió rápidamente del estreno y fue a una llamada en teleconferencia con ejecutivos de la industria, entre ellos Potter.
“Teníamos mucho miedo” dijo Potter, “y nos dimos cuenta de que íbamos a tener que desarrollar una campaña muy sofisticada y costosa para que la gente rechazara la idea de la cobertura de salud universal. Temíamos que esto realmente despertara a la opinión pública. Nuestras encuestadoras nos decían que la mayoría de las personas estaba a favor de una intervención del gobierno en el sistema de salud mucho mayor”.
AHIP contrató una compañía de relaciones públicas, APCO Worldwide, fundada por el poderoso estudio de abogados Arnold & Porter, para que coordinara la respuesta. APCO formó el falso movimiento de base de consumidores “Health Care America” para contrarrestar la popularidad que se esperaba iba a tener “Sicko”, la película de Moore, y para generar el miedo al llamado “sistema de salud dirigido por el gobierno.”
En su reciente libro "Deadly Spin: An Insurance Company Insider Speaks Out on How Corporate PR is Killing Health Care and Deceiving Americans” (Giro mortal: un informante explica cómo las relaciones públicas de las empresas de seguros están acabando con el sistema de salud y engañando a los estadounidenses) Potter escribe que se encontró “con una película muy conmovedora y muy eficaz a la hora de condenar las prácticas de las compañías privadas de seguros de salud. Varias veces tuve que hacer un esfuerzo para contener las lágrimas. Moore lo había entendido bien. ”
La industria de seguros anunció que su campaña contra “Sicko” había sido un rotundo éxito. Potter escribió: “AHIP y APCO Worldwide lograron introducir sus argumentos en la mayoría de los artículos sobre la película cuando ningún periodista había investigado lo suficiente como para descubrir que las aseguradoras habían aportado la mayor cantidad de fondos para la creación de Health Care America. De hecho, todos, desde la cadena de noticias CNN hasta el periódico USA Today, se refirieron a Health Care America como si se tratara de un grupo legítimo.
El periódico New York Times publicó un artículo, una especie de reseña de “Sicko”, en la que se citaba al portavoz de Health Care America diciendo que esto representaba un paso hacia el socialismo. Ni ese periodista, ni ningún otro que haya visto, intentaron hacer público que, de hecho, ese movimiento era financiado en gran medida por la industria de seguros.
Moore dijo que Potter era el “Daniel Ellsberg del Estados Unidos corporativo”, en referencia al famoso informante del Pentágono cuyas revelaciones ayudaron a poner fin a la guerra de Vietnam. La valiente postura adoptada por Potter generó un impacto en el debate, pero la industria de seguros, los hospitales y la Asociación Médica Estadounidense continúan debilitando los elementos del plan que amenaza sus ganancias.
Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de Harvard establece que casi cuarenta y cinco mil estadounidenses mueren por año (lo que representa uno cada doce minutos) principalmente porque no tienen seguro de salud. Pero para el grupo de presión de las aseguradoras, la única tragedia sería la posibilidad de una verdadera reforma del sistema de salud. En el año 2009, las compañías de seguros de salud más grandes del país destinaron más de ochenta y seis millones de dólares a la Cámara de Comercio de Estados Unidos para que ésta se opusiera a la reforma del sistema de salud... Por Amy Goodman. Leer más aquí.

viernes, 8 de octubre de 2010

De Tuskegee a Guatemala pasando por Nuremberg

La semana pasada se reveló públicamente que el gobierno de Estados Unidos expuso a la sífilis a cientos de hombres en Guatemala en el marco de macabras experimentaciones desarrolladas durante la década de 1940. Apenas salió a la luz la noticia, el Presidente Barack Obama telefoneó al Presidente de Guatemala Álvaro Colom para disculparse. Colom calificó las experimentaciones de “una violación de los derechos humanos increíble”: “Es una violación de derechos humanos increíble pero ahí está y hay que afrontarla... y vamos a hacer todo lo necesario para que podamos aclarar lo más rápido posible qué profundidad tuvo y qué efectos humanos tuvo, que a nosotros nos interesan los afectados fundamentalmente y como estado pues obviamente... indignados... y si hubiese autoridades del pasado involucradas también se va a decir.” Colom afirmó además que su país evalúa la posibilidad de llevar el caso ante una corte internacional.

Las revelaciones surgieron a raíz de una investigación llevada a cabo por la historiadora médica Susan Reverby, del Wellesley College, acerca de los tristemente célebres estudios de Tuskegee sobre la sífilis. Los dos antiguos proyectos de investigación del gobierno estadounidense en Tuskegee, Alabama y Guatemala (nocivos por igual) son espejo el uno del otro. Ambos muestran a qué extremo se puede ignorar la ética a fin de obtener conocimientos médicos y ambos nos recuerdan que la investigación médica necesita constante supervisión y regulación. 

Reverby es autora del libro recientemente publicado “Examining Tuskegee,” una exhaustiva historia de la investigación sobre la sífilis conocida como “Estudios de Tuskegee”. 

Tuskegee, en el estado de Alabama, se encuentra en el corazón del Sur Profundo estadounidense. Desde 1932, y hasta ser revelado por la prensa en 1972, el gobierno de Estados Unidos llevó a cabo estudios de largo plazo sobre los efectos de la sífilis cuando no es tratada. El estudio consistió en decirle a cuatrocientos hombres con sífilis que recibirían un “tratamiento especial” para su “sangre mala.” Sin que estos hombres lo supieran, se les administraban placebos inútiles, pero no la cura prometida y su debilitamiento, causado por la sífilis no tratada, fue estudiado durante décadas. En sus fases avanzadas, la sífilis puede ocasionar desfiguración, demencia, ceguera y dolor agudo crónico. Es una manera horrible de morir. Durante los años en que se desarrollaban estas experimentaciones, se descubrió que la penicilina curaba la sífilis. 

Sin embargo, no se informó a los hombres de la posible cura y se les negó tratamiento cada vez que alguno de ellos lo requería. 

En Tuskegee, los hombres infectados no recibieron tratamiento. En Guatemala sucedió lo contrario.
Allí, los investigadores del gobierno de Estados Unidos infectaban con sífilis a los prisioneros y luego los trataban con penicilina para medir los efectos del antibiótico inmediatamente después de la exposición a la enfermedad. La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual y de esta manera es como el médico que encabezaba las operaciones, el Dr. John Cutler del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, intentaba infectar a los prisioneros. La historiadora médica Susan Reverby describió las experimentaciones de la siguiente manera: “Fueron a Guatemala porque la prostitución era legal en ese país y era legal además llevar prostitutas a las cárceles para servicios sexuales. Cuando no pudieron generar la infección al nivel esperado con el ingreso de prostitutas, comenzaron las inoculaciones y la manera en que funcionaron fue... En primer lugar la sífilis no es fácil... Hay una razón por la que es una enfermedad de transmisión sexual. No es posible simplemente sacar sangre a una persona con sífilis y pasársela a otra persona. De hecho, es necesario crear una vacuna. La bacteria que causa la enfermedad puede morir al tener contacto con el aire, es por eso que debe pasar a través de líquidos y fluidos corporales y es por eso que se transmite sexualmente. Crearon una vacuna utilizando las pruebas de campo con conejos que ya tenían la enfermedad. Raspaban o rasguñaban los brazos de personas en cárceles, asilos psiquiátricos y barracas del ejército. Utilizaron sus brazos, sus mejillas, además buscaron hombres, y francamente esta parte me resulta completamente increíble y hace que todo parezca parte de una película clase B, encontraron hombres con prepucios largos, tomaban sus penes, retiraban el prepucio hacia atrás, raspaban el glande y aplicaban la vacuna por medio de un pequeño trozo de algodón con gaza, un apósito. Hacían esto durante una hora y media o dos horas con la esperanza de que la infección se transmitiera de esa manera.”

Procedimientos similares fueron utilizados con pacientes psiquiátricos y soldados.
Irónicamente, el estudio en Guatemala comenzó a desarrollarse en 1946, el mismo año en que los tribunales de Nuremberg por primera vez juzgaron a médicos nazis, acusándolos de llevar a cabo experimentos atroces con prisioneros de campos de concentración. La mitad de los acusados fueron condenados a muerte. Durante el proceso se creó el Código Nuremberg, que establece estándares éticos para la experimentación médica con humanos y la obligatoriedad del consentimiento informado. Pero, al parecer, a los investigadores estadounidenses no les importó Nuremberg.

El Dr. Cutler, responsable del proyecto de Guatemala, participó luego de los estudios de Tuskegee. En un documental de PBS “NOVA” de 1993 llamado “Engaño mortal” afirmó: “Era importante que no se los tratara, y no habría sido deseable seguir adelante y administrarles grandes dosis de penicilina para tratar la enfermedad ya que esto hubiera interferido con el estudio.” El Dr. Cutler murió en el año 2003.

El gobierno de Estados Unidos con frecuencia ha llevado a cabo experimentos sin consentimiento informado de los sujetos. A mujeres de Puerto Rico se les administró estrógeno a niveles de riesgo mientras se probaban las pastillas anticonceptivas.

En otras investigaciones, se inyectó plutonio a pacientes hospitalizados que no se habían ofrecido como voluntarios para estudiar los efectos de ese elemento en el cuerpo humano. Dow Chemical, Johnson & Johnson y las autoridades de la cárcel de Pensilvania expusieron a los internos a químicos, entre ellos a dioxinas, para probar sus efectos. Muchas de las personas sometidas a este tipo de experimentación han muerto o han visto sus vidas dañadas de forma permanente. Todo esto en nombre del progreso o de las ganancias.

Los investigadores se apuran a señalar que este tipo de prácticas son cosa del pasado y que han dado paso a lineamientos estrictos que aseguren el consentimiento informado de los sujetos. Sin embargo, se hacen esfuerzos para suavizar las restricciones en casos de experimentación médica en cárceles. Es necesario preguntarse qué significa “consentimiento informado” dentro de una cárcel, o en una comunidad pobre donde se utiliza el dinero como incentivo para “ofrecerse” como voluntario para una investigación. La investigación médica debería llevarse a cabo únicamente si respeta estándares humanitarios y cuenta con consentimiento informado y supervisión independiente, si es que las lecciones de Nuremberg, Tuskegee y ahora Guatemala tienen algún significado.


Publicado el 7 de octubre de 2010. 

Por Amy Goodman.