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jueves, 22 de febrero de 2024

_- HOLOCAUSTO. Viaje al campo de Ravensbrück, el mayor burdel del Tercer Reich.

Supervivientes del campo de Ravensbrück, en la inauguración de un monumento conmemorativo en 1959.
_- Supervivientes del campo de Ravensbrück, en la inauguración de un monumento conmemorativo en 1959.
La historiadora Fermina Cañaveras novela en ‘El barracón de las mujeres’ el horror de las presas obligadas a prostituirse, entre ellas dos centenares de españolas

La historiadora Fermina Cañaveras (Torrenueva, Ciudad Real, 46 años) lleva desde 2008 poniendo nombre, rostro y dignidad a las mujeres obligadas a prostituirse en el campo de concentración de Ravensbrück, el mayor burdel del Tercer Reich, pero aún conserva la emoción intacta. Con la voz entrecortada, no se ha acostumbrado al relato de una infamia. Imposible hacer callo ante un material de trabajo tan espeluznante: el proyecto levantado en la Alemania nazi exclusivamente para atentar contra los derechos de la mujer: violaciones, abortos forzados y esterilización eran los tres pilares sobre los que se levantó este campo de concentración y exterminio por donde pasaron hasta 130.000 mujeres entre 1942 y 1945. El día de su liberación, habían sobrevivido 15.000, de las cuales 200 eran españolas. Fermina Cañaveras ha podido localizar de momento a 26.

A 90 kilómetros de Berlín, Ravensbrück fue el campo más grande para mujeres en territorio alemán y el segundo de Europa después de Auschwitz. Sin embargo, poco se sabe de él. Fue uno de los últimos en ser liberados por los aliados y hubo tiempo para destruir mucha de la documentación que allí se conservaba. 

Así que, enterradas en la cal viva del olvido, que Fermina Cañaveras esté poniendo nombre y rostro a las mujeres convertidas en esclavas sexuales en Ravensbrück se convierte en una literalidad. De entre todos ellos surge el de Isadora Ramírez García (Madrid, 1922-2008), la protagonista de El barracón de las mujeres (Espasa), primera novela de esta historiadora especializada en el área de mujer y represión durante los conflictos del siglo XX. “La historia, por desgracia, está contada en su mayoría por hombres; siempre se ha hablado de exilios, guerras, campos… desde el sufrimiento de los hombres, pero ¿qué pasa con las mujeres? ¿Por qué existe esta tendencia al olvido de la memoria de nuestro país, pero sobre todo al olvido de la mujer?”, se pregunta Cañaveras durante una breve visita a Sevilla, donde se encuentra con EL PAÍS.

Cañaveras ha tenido que novelar la historia de Isadora y otras compañeras en aquel viaje al infierno porque la ficción ha sido el único pegamento para unir las piezas encontradas en su intenso rastreo documental. Aun así, los nombres y, sobre todo, el sistema de humillación y degradación humana perfectamente orquestado por el Tercer Reich para explotar y experimentar con las mujeres bajo pretextos pseudocientíficos son de extremo rigor y veracidad. “Las violaban del orden de 20 veces al día, delante de muchos soldados que acudían para mirar, y muchas de ellas quedaban embarazadas. Era con estas con las que experimentaban, les abrían el vientre y las dejaban morir para ver cuánto aguantaban los fetos”, dice. No es morbo, reivindica la historiadora, “es memoria y así hay que contarlo”.

Fermina CañaverasLa escritora Fermina Cañaveras, con un ejemplar de su libro 'El barracón de las mujeres'.
HUGO G. PECELLÍN

El contexto, pues, que describe El barracón de las mujeres es escalofriante: junto a las violaciones cotidianas, este campo fue un laboratorio para prácticas que escapan a cualquier consideración científica o moral, como inyectarles a las mujeres semen de chimpancé para comprobar si podían procrear híbridos de mujer y mono. A otras les extirpaban partes del cuerpo y las reimplantaban para comprobar su recuperación.

Pero volvamos a Isadora Ramírez García, una de las últimas supervivientes españolas conocidas, que murió en Madrid en 2008, justo el año en el que Fermina Cañaveras decidió embarcarse en el rescate de esta historia, y a la que no pudo conocer. El punto de arranque fue una fotografía hallada mientras estaba sumergida en otro proyecto de recuperación de memoria histórica: “Yo estaba investigando cómo se organizó el Partido Comunista en un piso de Atocha en la clandestinidad tras la Guerra Civil, no soy experta en la II Guerra Mundial, pero una militante del PC me puso sobre la pista”. Se resistió en un principio por pulcritud profesional, pero fueron muchas las voces que la animaron a embarcarse en este viaje hacia la dignificación de aquellas mujeres. El juez Baltasar Garzón, que firma la faja de la novela; y sus compañeros en la Comisión de Historia del Teatro del Barrio de Madrid, del que formaba parte entonces, fueron fundamentales para empujar a Fermina Cañaveras a escribir este relato del que no ha salido “indemne”, confiesa.

Y así, en la desvaída fotografía encontrada supo que tenía que dar un vuelco a su trabajo: allí aparecía la imagen de una mujer desde el cuello hasta la cintura, con una inscripción en alemán tatuada en el pecho: Feld-Hure, puta de campo. Así marcaron a Isadora, que murió a los 86 años con el recuerdo imborrable de la humillación escrito aún en su piel. “Utilizo la palabra puta porque es la traducción literal de hure”. En esta novela no hay eufemismo, hay verdad. También en la crueldad de las palabras. “Las embarazadas eran las conejas”, relata la autora, y el barracón de las locas fue el nombre que se utilizó para recluir, en un ostracismo aún más ignominioso, a todas las que no pudieron soportar tanto dolor y perdieron el juicio.
Una prisionera del campo de concentración de Ravensbrück con la inscripción 'Feld-Hure' (puta de campo) en el pecho.
Una prisionera del campo de concentración de Ravensbrück con la inscripción 'Feld-Hure' (puta de campo) en el pecho.EDITORIAL ESPASA


Esa fue la experiencia que marcó para siempre la historia de Isadora Ramírez García, hija, sobrina y hermana de republicanos. Al acabar la Guerra Civil, precisamente, cruzó la frontera a Francia en busca de su hermano Ignacio, desaparecido durante la contienda nacional. Allí se enroló en la Resistencia hasta que fue detenida y deportada a Ravensbrück. Tenía 20 años. Pero hay más personajes reales dentro de El barracón de las mujeres, todas supervivientes del horror: Constanza Martínez (1917-1997), también miembro de la Resistencia, cuya frágil salud tras las huellas que dejó en ella la experiencia del campo de concentración no le impidió llegar a ser vicepresidenta del Amical de Mauthausen. O Neus Català (1915-2019), a quien Fermina Cañaveras sí conoció y cuyo testimonio fue clave para reconstruir esta historia. Neus, precisamente, fue la fundadora del Amical de Ravensbrück. Desde el final de la II Guerra Mundial dedicó su vida a intentar no olvidar los nombres de las que murieron y sufrieron el cautiverio en aquel infierno.

La aragonesa Elisa Garrido (1909-1990) también protagoniza un pasaje del libro que emociona por su coraje. Esta presa provocó la explosión que inutilizó la fábrica nazi de obuses del comando Hafag, al que había sido destinada como esclava. Dedicó su vida a ayudar a quienes habían pasado por la Resistencia.

Y en un escalofriante contraste, la francesa Catherine Dior (1917-2008), hermana del celebérrimo diseñador Christian Dior, se pasea por las páginas de esta novela enrolada en una unidad de inteligencia franco-polaca. “Catherine tuvo muy mala suerte porque fue arrestada en la víspera de la liberación de París. Fue deportada a Ravensbrück, pero sobrevivió”, relata Cañaveras. Su hermano creó en 1947 un perfume en su honor y en recuerdo de sus compañeras: Miss Dior.

Presas con sus hijos en el barracón.
Presas con sus hijos en el barracón.EDITORIAL ESPASA

Y es que, el infierno de Ravensbrück, también el mensaje que quiere trasladar la autora en El barracón de las mujeres, es “una historia de resiliencia y de sororidad. Allí se ayudaron, se acompañaron, se cuidaron y protegieron todas estas mujeres para hacer sobrevivir a la mayoría de ellas. Esta novela es la consecuencia de sus vivencias, de sus miedos, de sus silencios y de sus sentimientos. Es el trabajo de muchas horas de investigación que han culminado en un homenaje a todas las que han permanecido en la sombra de la historia”.

jueves, 5 de octubre de 2023

Cómo Hermanos de Italia, el partido radical en el poder, está tratando de cambiar de manera silenciosa ese país

Personas con pancartas con mensajes antifascistas mientras participan en una marcha convocada por los partidos y organizaciones de izquierda italianos en el centro de Roma el 24 de febrero de 2018, una semana antes de las elecciones generales de Italia.

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En los últimos años ha habido varios enfrentamientos violentos entre activistas de extrema derecha y grupos antifascistas en las calles de Italia.


“Los italianos están teniendo menos hijos, están siendo reemplazados por otras personas", aseguró en un discurso en abril Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Italia.

"Sí a apoyar más nacimientos, no al reemplazo étnico", agregó el gran aliado y cuñado de la primera ministra italiana Giorgia Meloni.

Su discurso causó revuelo y fue tachado de racista y xenófobo.

Algunos lo compararon con la retórica que se usaba en la Italia del dictador fascista Benito Mussolini. “Nos llevan a la década de 1930. Son palabras que tienen un sabor a supremacismo blanco”, criticó Elly Schlein, líder del opositor Partido Democrático de centroizquierda, quien calificó los comentarios de "repugnantes". No obstante, el discurso de "más bebés italianos y menos migrantes" tiene un gran número de seguidores en Italia y se hace cada vez más frecuente en el mundo político del país europeo, sobre todo dentro de los círculos del partido de Meloni, Hermanos de Italia (Fratelli d'Italia; FdI). Fundado en 2012, Hermanos de Italia tiene sus raíces políticas en el Movimiento Social Italiano (MSI), que surgió de las cenizas del fascismo de Mussolini. 

 Logo del partido Hermanos de Italia.  
Logo del partido Hermanos de Italia.

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Hermanos de Italia mantiene la llama tricolor, un logo utilizado por los partidos de extrema derecha de la posguerra y percibido como el fuego que arde en la tumba de Mussolini. 

Racismo, xenofobia y antiinmigración 

Pese a que Meloni ha rechazado con firmeza cualquier vínculo de su partido con el fascismo, sus críticos argumentan que algunas políticas de su gobierno siguen corrientes neofascistas.

John Foot, profesor de historia italiana moderna de la Universidad de Briston, asegura que es un poco tonto pensar que el fascismo ha regresado a Italia, pero reconoce que el partido tiene tendencias autoritarias.

"Es un partido que utiliza el racismo, la xenofobia y un discurso antiinmigrantes, pero también llegó al poder democráticamente y siempre ha estado dentro del sistema democrático y constitucional", añade el también autor del libro "Blood and Power: The Rise and Fall of Italian Fascism".

“No se puede decir que es fascista, porque no planea abolir la democracia ni van a salir a las calles a matar gente para lograr objetivos”.

Hermanos de Italia es uno de los pocos partidos que mantiene el logotipo de los partidos de extrema derecha de la posguerra: la llama tricolor, a menudo percibida como el fuego que arde en la tumba de Mussolini.

Pero tanto el partido actual como sus predecesores han moderado su retórica desde la década de 1990. Esto les ha permitido convertirse en una fuerza política bien establecida que está impulsando cambios sociales en la tercera economía más grande de la Unión Europea (UE).

Meloni

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Meloni quiere otorgar más poderes al jefe de estado e introducir un sistema presidencial.

“Primero abandonaron sus críticas al libre mercado, a la Unión Europea y la OTAN; ahora incluso apoyan la membresía ambas instituciones”, le dice a BBC Mundo David Broder, historiador de la extrema derecha italiana y profesor de la Universidad Syracuse en Florencia.

El autor del libro "Mussolini’s Grandchildren: Fascism in Contemporary Italy" explica que otro elemento para entender su ascenso al poder es que fue el único partido en oposición por un año y medio antes de la elección.

El ex primer ministro Mario Draghi estuvo a la cabeza de un gobierno formado por una gran coalición que incluyó al Partido Democrático de centroizquierda, el antisistema Movimiento 5 Estrellas y la derechista Liga, entre otros grupos políticos.

“Hermanos de Italia tuvo la oportunidad de decir: ‘Somos la única oposición. Si quieres votar por una alternativa real de derecha, nosotros somos la única opción’”, señala Broder.

Ser uno de los pocos partidos que optó por no unirse a la coalición del gobierno de Draghi pagó dividendos.

Hermanos de Italia pasó de obtener apenas el 4,3% de los votos en las elecciones de 2018 a ganar el sufragio celebrado en septiembre de 2022 con un 26%.

Políticas antimigratorias

Broder describe a Italia como un país con mucha "volatilidad política", por lo que era predecible que la única oposición real al gobierno de Draghi recogiera la mayoría de los votos.

Desde su ascenso al poder, Hermanos de Italia ha impulsado políticas que han causado revuelo.

Antes de convertirse en primera ministra, Meloni prometió bloquear los barcos de inmigrantes que cruzan del norte de África a Italia.

Migrantes en el mar.

Migrantes en el mar.

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La promesa clave de la campaña que llevó al poder a Giorgia Meloni fue impedir que los barcos de inmigrantes utilicen Italia como puerta de entrada a Europa.

Desde los primeros meses de su gobierno, el discurso antiinmigrante se ha intensificado, a pesar de que el envejecimiento de la población de Italia y su baja tasa de natalidad hacen que exista una creciente necesidad de mano de obra extranjera.

El Parlamento italiano aprobó en mayo el controvertido decreto Cutro, en referencia a la ciudad sureña de Calabria donde más de 90 personas murieron en un naufragio en febrero, para acabar con la inmigración irregular.

La nueva ley limita el estatus de protección especial que las autoridades italianas pueden otorgar a los inmigrantes que no califican para el asilo, además de eliminar los cursos de idiomas y el asesoramiento jurídico en los centros de acogida.

En febrero se había prohibido que los barcos de rescate de ongs pudieran realizar varias operaciones seguidas.

El discurso antiinmigración en Italia no se limita a la extrema derecha.

Otros partidos, como los Demócratas, que estuvieron en el poder recientemente en 2017, o el Movimiento 5 Estrellas, que estuvo en el poder en 2018, también mostraron una actitud represiva contra los migrantes.

Pero Hermanos de Italia ha sido el partido que ha impulsado los cambios más restrictivos en el sistema migratorio en los últimos años.

Según el historiador David Broder, la opinión pública italiana tiene una visión negativa de la inmigración que se ha expandido en los últimos años y eso se debe a que Italia no ha logrado integrar con éxito a las minorías étnicas.

Subrogación: "Peor que la pedofilia"

Además de los migrantes, la comunidad LGTB+ italiana se ha convertido en otro de los focos del gobierno de Meloni.

La primera ministra ha asegurado abiertamente que no apoya la adopción de parejas del mismo sexo, alegando que un niño merece "lo mejor": "Tener un padre y una madre".

Madres lesbianas manifestando frente al Vaticano en protesta por la anulación de los registros de nacimiento de sus hijos.

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Madres lesbianas manifestando frente al Vaticano en protesta por la anulación de los registros de nacimiento de sus hijos.

Pese a que Italia es uno de los pocos países de Europa Occidental en los que aún no existe el matrimonio entre personas del mismo sexo, la mayoría de los italianos estarían a favor de aprobar una ley para que sea posible, según varias encuestas.

Pero la aprobación del matrimonio igualitario parece poco probable mientras Hermanos de Italia esté en el poder.

"Hermanos de Italia ha comenzado una guerra cultural contra las minorías sexuales desplazando el asunto de los derechos de las personas LGBT+ a la subrogación pagada", explica el historiador David Broder.

"Están tratando de asociar la paternidad LGBT con una idea mucho menos popular: pagar por subrogación".

Miembros del partido de Meloni han calificado la subrogación como un delito "incluso peor que la pedofilia", en el que las parejas homosexuales buscan "hacer pasar a los niños como propios".

Por su parte, Meloni ordenó a las municipalidades que dejen de emitir certificados de nacimiento extranjeros a parejas del mismo sexo que recurrieron a la subrogación.

El partido tiene también una propuesta, elaborada por la misma Meloni, para hacer que la búsqueda de nacimientos subrogados en el extranjero por parte de los italianos sea ilegal y se sancione con tres meses a dos años de prisión y una multa de 600.000 a un millón de euros.

Planes para cambiar la Constitución

Meloni fue ministra de la Juventud de Italia en el cuarto gabinete de Berlusconi.

Meloni fue ministra de la Juventud de Italia en el cuarto gabinete de Berlusconi.

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Meloni fue ministra de la Juventud de Italia en el cuarto gabinete del difunto primer ministro Silvio Berlusconi.

Hermanos de Italia también pretende cambiar la Constitución.

Meloni expuso en mayo sus planes para otorgar más poderes al jefe de gobierno y planteó la idea de introducir un sistema presidencial.

Pero la oposición de centroizquierda rechaza tales reformas, pues temen que se concentre demasiado poder en manos de un solo individuo.

Los fundadores de la Italia moderna querían evitar la concentración de poder cuando establecieron el sistema político actual tras la caída de Benito Mussolini.

Otra polémica medida reciente del gobierno fue la eliminación de beneficios para personas desempleadas.

Se estima que 169.000 familias en toda Italia recibieron un SMS a fines de julio notificándoles que los beneficios que habían disfrutado durante los últimos cuatro años se interrumpirían abruptamente el mes siguiente.

"Ciertamente algunas de las medidas del gobierno de Meloni han sido controvertidas, pero tampoco han sido tan drásticas", apunta Broder.

"El éxito de Melani es que se ha vuelto en una líder europea que es aceptada ampliamente en la escena internacional".

En un artículo en el New York Times, David Broder, también mencionó los esfuerzos de Meloni por debilitar la legislación contra la tortura y el hecho de que está llenando la RAI (la Radio Televisión Italiana, el servicio público), con aliados políticos.

A pesar del regreso de la extrema derecha al poder en Italia y del provocativo título de su libro que habla del fascismo en la Italia contemporánea, David Broder no cree que el movimiento regrese de la misma forma que antes.

“No habrá un régimen ni una dictadura, pero estamos viendo algo nuevo en Italia y en Europa: la convergencia de partidos históricos que surgieron del fascismo, como Hermanos de Italia, con partidos conservadores tradicionales", afirma.

El historiador asegura que ambos grupos se han vuelto difícil de distinguir debido a la creación de alianzas y a que comparten "ideas basadas en etnicidad y teorías conspirativas".

"Muchos partidos con tendencias extremas como Vox en España, Agrupación Nacional de Le Pen en Francia y Hermanos de Italia dejaron de ser partidos marginalizados y ahora son partidos que se consideran normales y están ganando elecciones".

jueves, 3 de agosto de 2023

Llamadlo fascismo, ya está aquí

El Ayuntamiento de Cartaya (Huelva) ha cancelado la representación de la obra La mirada del otro, que aborda los encuentros entre víctimas de ETA y arrepentidos de la banda terrorista en la cárcel de Nanclares de Oca entre 2011 y 2012; un caso de censura (sin comillas, sin paliativos); y todo “por abordar el tema del terrorismo tras el caso de los titiriteros”.

Ciudadanos pide la prohibición de Def con Dos en Valladolid.

Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, es juzgada, como en Irán o en Arabia Saudí, en un juicio de carácter moral y religioso, por una protesta estudiantil (cargada de razón, por otra parte) en la Universidad. Y, mientras, la Iglesia católica en España se apropia de miles de propiedades inmuebles, e incluso de espacios públicos, plazas y calles, sin que a nadie parezca importarle un comino.

Guillermo Zapata será juzgado de nuevo por reflexionar sobre la naturaleza de los chistes de mal gusto y el humor negro. Ni el juez cree en el delito, pero se ve obligado por otros jueces del PP a continuar una causa esencialmente política.

Dos jóvenes de Alcalá de Henares, Jesús y Elena, son detenidos y encausados tras el allanamiento por parte de la policía del centro social “Las Trece Rosas”, que es la sede del Partido Comunista en la ciudad, simplemente por estar en su propia casa celebrando una fiesta (algo que debiera parecernos inconcebible en términos democráticos, pero que apenas despertó reacción alguna en su momento ni ahora; quizás porque iban a por los comunistas, no a por nosotros aún).

Dos sindicalistas, Juanjo y Pedro, del corredor del Henares también, como los ocho de Airbus (absueltos, al fin), sufren persecución por la justicia solo por ejercer su derecho a la huelga (poned aquí todos los caso que conozcáis en vuestros pueblos y lugares de residencia).

Facebook y Twiter se han convertido en territorio de caza.

La protesta ha quedado proscrita.

Ser un trabajador en paro resulta sospechoso de por sí.

Ser extranjero y del piel oscura es aún más sospechoso (de por sí).

Conozco escritores, gentes de teatro y animadores culturales que se autocensuran, desde hace tiempo, no tanto por afán de medro (que también), sino por miedo. Hace poco, escuché en un círculo supuestamente abierto y crítico que había que despolitizar la escritura y la cultura en general; que arte y literatura no es política.

En Cataluña hay miedo, en Euskadi hay miedo, en Madrid hay miedo, miedo a disentir, a destacarse, a expresar libremente las ideas, por no molestar, por no entrar en conflicto, por no quedar señalados. TV3 se ha convertido en TeleMadrid, realidades intercambiables en donde el desacuerdo ha desaparecido, en las que el miedo se ha apoderado de sus profesionales (poned aquí todos los medios y las televisiones de vuestros pueblos y lugares de residencia).

En TVE a los periodistas rebeldes, a los que aún les queda algo de la dignidad que se supone a su profesión, se les compara con ETA (una vez más). El consenso mediático hermana a El País, El Mundo, el ABC y La Razón. El afán de control mental y social iguala a PP, C’s, PSOE, ERC, PNV y CDC.

Y más allá y más acá de las leyes laborales o de la “ley mordaza”, los auténticos amos, banqueros, empresarios y mercados dicen que Podemos, de momento es peligroso, que no debe entrar en ningún gobierno, y no entrará (o, si lo hace, será a cambio de…). Como el capital y los mercados han dicho que Europa no debe terminar de construirse y no lo hará. Y no hay plan B que valga (lo siento, míster Varoufakis, y demás creyentes; y ya me gustaría que lo hubiese).

A otro nivel, pero el mismo nivel, al fin y al cabo, hace unos días, conocí directamente el caso de unos supuestos asesores especializados en relaciones y conductas sexuales que aconsejaban a los maestros de un colegio de educación especial que no mostrasen sus afectos físicamente hacia sus alumnos mediante abrazos y caricias por miedo a ser denunciados como acosadores. Y nos extrañamos luego de que las conductas psicópatas, tanto individuales, como colectivas, se extiendan como la pólvora a nuestro alrededor.

Los sentimientos han quedado proscritos.

La Escuela, en general, debe ser una fábrica de seres seriados, sumisos, dispuestos a la explotación, preparados y capaces para la eterna competición, pero indiferentes a todo y a todos los demás (Juan Antonio Marina, LOMCE et alia, dixerunt).

Es el miedo y la fría mecánica del consentimiento por doquier. El miedo a expresarse, a ser libre y a ejercer la libertad. Un miedo que se extiende y nos impregna. Que finalmente deviene silencio mortal.

Entre tanto, buenas gentes como Dani Rovira se sorprenden de las consecuencias de expresarse libremente en público. Mientras nuestros políticos, claro, están en lo suyo; ahora andan en eso de las “líneas rojas”, pues la vieja política no solo no ha muerto, sino que resucita pujante ante la indiferencia y el cansancio general.

Y nuestros “comunicadores” hozando en su particular lodazal, pugnando por salir en cuantos más medios mejor y en cuantas más tertulias mejor (alucino con el don de la ubicuidad de algunos de ellos, y el de la vacuidad de todos ellos), compitiendo por ver quién es el que más habla sin decir ni comprometerse a nada (el “grado cero” de la significación, para los que lo dudaban, era esto, ni más ni menos). Y nuestros novelistas, dramaturgos, poetas, músicos, artistas, ¿qué hacen? Pues, salvo excepciones, miran a otro lado o tratan los temas con tal nivel de generalidad y de abstracción que sus palabras lo mismo valen para un sí como para un no; o para condenar el capitalismo, así, en esencia, como quien condena el pecado o el mal en el mundo (a ver si con su toma de posición, clara y diáfana, nombrando al medio con el que colaboran, la editorial con la que publican o a la corporación en la que se apoyan, van a perder su pequeñita cuota de mercado).

Es el fascismo, que, como se ha anunciado ya, como lo han anunciado otros antes que yo, ya está aquí… Un fascismo nuevo, quizás, en las formas: subrepticio y difuso, unas veces, chirriante y escandaloso, otras; pero, en realidad, antiguo en sus causas y en sus consecuencias terroríficas y deshumanizadoras. Avisados llevamos hace tiempo y avisados quedamos.

Quizás tengamos que volver a tomar las calles de nuevo, antes de que sea demasiado tarde, y vengan a por (todos) nosotros.
Matías Escalera Cordero, Escritor y profesor.

Fuente:

lunes, 13 de febrero de 2023

Raza superior

Fuentes: Página/12 (Argentina) [Imagen: Hitler durante un desfile. Créditos: Página/12]


En una definición simple y lo más cercana de lo común, la raza sería un grupo biológico de personas unidas por el color de la piel, la forma y/o el color del pelo, ciertos rasgos de la cara, características del cuerpo. A partir de allí, se distinguirían tres tipos fundamentales: el negro, de piel oscura y cabello rizado; el amarillo, de piel amarillenta y cabello negro lacio; y el blanco, de piel clara y variado color del cabello. En la historia de la Humanidad se han efectuado y siguen efectuándose mezclas de estos “tipos” o “razas”, lo que convierte esas características en condicionales y no constantes. Como bien lo ha demostrado en este mismo diario Alberto Kornblihtt, en pocas palabras y con la sabiduría que le es propia, estas supuestas razas y las declaraciones que les conciernen no tienen la menor validez científica y solo son vulgares afirmaciones sin importancia ninguna. No obstante, parecen ser muy graves, y si, como en el caso argentino, provienen de un expresidente, más graves aún.

Algunos científicos comenzaron a usar el término y el ambiguo concepto de raza a partir del trabajo de Joseph Arthur, conde de Gobineau, Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas, 1853-55, que es quien propuso la idea de una “raza aria”, por una extensión del vocablo aryan, del sánscrito “noble”, que describe el indo-europeo familia o más restringidamente la división indo iraní de la familia. “La transposición de un grupo lingüístico a un grupo físico, como explica Raymond Williams en Keywords, era especialmente engañosa, cuando se combinaba, como en el caso de Gobineau, con ideas de una “estirpe pura”, la superioridad de la “rama nórdica” dentro de ella y, posteriormente, la noción general de las desigualdades raciales intrínsecas”.

Se señala al estudioso alemán Max Müller como el primer escritor en mencionar una «raza aria» en inglés. En sus Conferencias sobre la ciencia del lenguaje (1861), ​Müller se refirió a los arios como una «raza de personas». En ese momento, el término raza tenía el significado de «un grupo de tribus o pueblos, un grupo étnico». Si bien la teoría de la «raza aria» siguió siendo popular, particularmente en Alemania, algunos renombrados autores alemanes se opusieron a ella, como Otto Schrader, Rudolph von Ihering y el etnólogo Robert Hartmann, quien propuso prohibir la noción de «ario» de la antropología. El origen alemán de los arios fue especialmente promovido por el arqueólogo Gustaf Kossinna, quien afirmó que los primitivos indoeuropeos eran idénticos a la cultura de la cerámica cordada de la Alemania neolítica. Esta idea circuló ampliamente en la cultura intelectual y popular a principios del siglo XX. ​

El engañoso concepto de una raza germánica fue uno de los más elaborados por el nazismo. Contaban a su favor, entre otros elementos, con una historia literaria plagada de tal patriotismo y se sirvieron de ella no solo como fuente sino también como motivo permanente de realimentación. A esta empresa coadyuvaron el idealismo alemán y el irracionalismo asentados en las filosofías adaptadas de Hegel y de Nietzsche; el prusianismo, con la unidad nacional impuesta desde arriba y a la fuerza; las teorías del Estado, el culto del ejército, de la autoridad y de las jerarquías. El Estado-educador, las sociedades gimnásticas, la prohibición de lenguas extranjeras, hicieron el resto. Abonados y ayudados por el misticismo del alma germánica, por el orgullo de ser alemán, por el racismo, el regionalismo reaccionario, la literatura de la sangre y del suelo, se movían en un terreno conocido. Y bien sembrado por la mitología germana, con su desfile de héroes, gigantes, dragones, Sigfridos y Brunildas, elfos y nibelungos, y su consagración por Richard Wagner, a quien ungieron aprovechando que era, además, como lo señaló oportunamente Hermann Broch, “la cumbre más alta de lo cursi”, que ellos difundieron y festejaron desde el principio. (“El Kitsch puede ser bueno, malo e incluso genial, mientras, con una nueva blasfemia, a este respecto me permito considerar a Wagner como una de las máximas vetas del Kitsch, y no dudo de agregar que tampoco Tchaikovsky se ubica muy lejos”. “Notas sobre el problema del Kitsch”).

Hasta que apareció el concepto, las lenguas indoeuropeas más antiguas conocidas habían sido las de los antiguos indo iraníes. Por lo tanto, la palabra ario se adoptó para referirse no solo a los pueblos indo-iraníes, sino también a los hablantes nativos indoeuropeos en su conjunto, incluidos los romanos, los griegos y los pueblos germánicos. Pronto se reconoció que los bálticos, celtas y eslavos también pertenecían al mismo grupo. Se argumentó que todos estos idiomas se originaron a partir de una raíz común, ahora conocida como proto indo europea, hablada por un pueblo antiguo que se consideraba antepasado de los pueblos europeos, iraníes e indo-arios.

Tales lucubraciones están siempre, como se ve, íntimamente vinculadas con las de la lengua, y el nazismo se valió de esta para establecer el eje de las diferencias con otros pueblos: “Desde hace decenas de años, escribe Lionel Richard —Nazismo y literatura–, Adolf Bartels (pastor y poeta nazi) bregaba en contra de la corrupción del lenguaje alemán a causa de las palabras extranjeras. A partir de 1933 predicó abiertamente, con el apoyo de sus adeptos, a favor de una lengua finalmente purificada: había que desembarazarla del intelectualismo degradante (cuyas fuentes eran los elementos judío y marxista) y retornar a la lengua primitiva de los campesinos”.

De todo ello, y de las tremendas experiencias vividas por la humanidad, provienen las reflexiones de otro sabio contemporáneo, George Steiner, en uno de sus libros fundamentales, Lenguaje y silencio, de 1976: “Pues no debemos engañarnos respecto de algo que está perfectamente claro: el idioma alemán no fue inocente de los horrores del nazismo. Que Hitler, Goebbels y Himmler hablaran alemán no fue mera casualidad. El nazismo encontró en el idioma alemán exactamente lo que necesitaba para articular su salvajismo. Hitler escuchaba en su lengua vernácula la historia latente, la confusión y el trance hipnótico. Se zambulló acertadamente en la espesura del idioma, en el interior de aquellas zonas de tiniebla y algarabía que constituyen la infancia del habla articulada y que existieron antes de que las palabras maduraran bajo el tacto del intelecto. Oía en el idioma alemán otra música que la de Goethe, Heine y Mann, una cadencia áspera, una jerigonza mitad niebla y mitad obscenidad. Y en vez de alejarse con náusea y escepticismo, el pueblo alemán se hizo eco colectivo de la jacaranda de aquel sujeto. El idioma se convirtió en un bramido compasado por un millón de gargantas y botas implacables. Cualquier Hitler habría encontrado posos de veneno y analfabetismo moral en cualquier idioma. Pero en virtud de su historia reciente, esas cualidades no se encontraban en ningún otro ni tan cerca de la superficie del habla vulgar”.

Mario Goloboff es escritor y docente universitario.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/506065-raza-superior

domingo, 27 de noviembre de 2022

Envilecimiento parlamentario.

Los insultos machistas de la ultraderecha de Vox contra Irene Montero repugnan a la conciencia democrática

Mientras el Parlamento aprobaba los terceros Presupuestos Generales del primer Gobierno de coalición de la democracia, el debate político estaba monopolizado por los graves insultos machistas que Vox vertió desde la tribuna del Congreso sobre la ministra de Igualdad, Irene Montero. La legítima crítica política a la ley del solo sí es sí no autoriza en ningún caso un recurso que repugna a la conciencia democrática. El desencuentro y el choque dialéctico son leyes básicas de las democracias modernas, pero no lo son las mentiras, las descalificaciones personales y los insultos como modos de atraer la atención de las redes y apedrear a una diputada, sea o no ministra.

Amparar la legitimidad de esos ataques en los aspectos criticables de la ley del solo sí es sí es política y moralmente deplorable. El ejercicio del poder está sometido a la crítica de aliados y adversarios, pero no figura entre sus deberes el silencio o la indiferencia ante agresiones destinadas a minar su dignidad como persona. Lo ocurrido es mucho más que machismo ramplón y agrio: es negacionismo de la dignidad de las mujeres, como quedó patente ayer cuando otro diputado ultra quiso elogiar a otra diputada de su grupo señalando su “hombría”. La estrategia programática de provocación de la ultraderecha tiene eficacia mediática. La descalificación de brocha gorda y retrógrada alimenta una máquina política fundada en la desinformación deliberada, la añoranza reaccionaria y el odio para consumo masivo. La ultraderecha, de capa caída en las encuestas, necesita foco y lo busca a costa de lesionar las reglas básicas de la democracia en la tribuna del Congreso.

La visible jactancia de Vox en esta institución estos dos últimos días tiene causa: consiguió el objetivo de instalar el ruido del odio en el Parlamento en la víspera de la aprobación de unos Presupuestos concebidos para mejorar la capacidad de resistencia de la sociedad española a los embates de la crisis. Y le permite activar su único resorte electoral: acusar de tibieza al PP. Los primeros interesados en marcar distancias con este brutalismo político deberían ser los populares. Solo la portavoz, Cuca Gamarra, salió en las redes a condenar las ofensas a Montero. La pasividad visible de los diputados del PP en sus escaños —mientras toda la izquierda y muchos otros grupos ovacionaban en pie a la ministra en repulsa del ataque inmoral que había sufrido— no se sumó a la protesta del resto de formaciones políticas, y entre diputadas (y diputados) del PP hubo de sentirse un aliento de vergüenza irremediable. Al trumpismo desbocado se le combate con dignidad y coraje democráticos, como el que sin duda albergan numerosas diputadas del PP, con vidas independientes y emancipadas de tutela alguna de varón. A la presidencia de la cámara y a todos los demás grupos políticos les corresponde ahora analizar los cauces para que haya consecuencias reglamentarias a quienes atentan contra la dignidad básica de las mujeres.

https://elpais.com/opinion/2022-11-25/envilecimiento-parlamentario.html

jueves, 24 de noviembre de 2022

Tiene razón Irene Montero: es fascismo. La diputada de Vox Carla Toscano ha desplegado en el Parlamento su violencia contra la ministra de Igualdad y contra la democracia española

Toda violencia verbal o de pensamiento contra una persona es una violencia física. De hecho, no hay una transición tan grande como nos gustaría creer entre insultar a una persona y golpearla, entre insultar a una mujer y matarla, entre insultar a un colectivo y aniquilarlo. Es fácil llegar a esta conclusión cuando escuchamos los discursos de Hitler y Mussolini: sus palabras son pura violencia física contra las vidas y los cuerpos de millones. Sus palabras son y fueron asesinas porque así es como funciona la violencia fascista. Siempre, pero siempre, empieza en la boca.

Intentar hacer desaparecer moralmente al otro es un crimen. Y ese crimen lo hemos visto cometer públicamente por Carla Toscano, diputada de Vox, en el Congreso lo hemos visto cometer públicamente por Carla Toscano, diputada de Vox, en el Congreso de los Diputados. Es allí donde Toscano ha llamado a Irene Montero “libertadora de violadores” y allí donde le ha espetado:  “Su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. El discurso de Carla Toscano es un argumento ad hominem, en su variante ad mulierem. Es decir, un argumento contra la persona y, en consecuencia, contra la existencia de la persona, por cuanto la despoja de su identidad y de su sentido. Un argumento que ha dejado de discutir ideas y aspectos técnicos y se centra únicamente en hacer desaparecer de la escena a la persona cuyos argumentos debería rebatir. Y esta clase de discurso solo demuestra que se ha renunciado a cualquier idea o tecné política en favor de la violencia. De hecho, las palabras de Carla Toscano solo tienen un objetivo: degradar en Irene Montero su condición de diputada,  de mujer y de ser humano y por eso son un acto criminal. Y este crimen viene a demostrar (más bien a recordar) cómo Vox pretende que el Congreso de los Diputados se convierta en un espacio de exterminio.

Históricamente, esta clase de violencia verbal fascista siempre viene acompañada de otra del cuerpo. No olvidemos que, para poder matar a millones de judíos, el nazismo tuvo que recurrir primero a esta clase de “borrado”. El primer paso del exterminio es la deshumanización, la merma de la moral y la credibilidad del enemigo. No olvidemos que el insulto es el germen de la violencia más atroz y reconozcamos que Carla Toscano ha desplegado su violencia fascista contra Irene Montero y contra la democracia española en la sede del Parlamento.

P.D.: Y encima se autoerigen en "superiores moralmente". Superioridad moral que autoproclaman poseer, contradiciendo toda realidad, pues estos seguidores de nazis, fascistas y franquistas, y a los que no condenan, con lo que son cómplices de esos asesinos nazis. Los que comenzaron las agresiones y guerras con mentiras, manipulaciones y montajes, como el que hicieron en la frontera polaca para justificar su agresión e invasión del país. Después, siguieron invadiendo países sin declaración previa de guerra, asesinaron, sin piedad, esclavisaron a millones de hombres y mujeres, los asesinaron mediante palizas, hambre, experimentos médicos, jornadas larguísimas de trabajo, castigos crueles, y hambre, hambre y hambre. Fusilamientos, cámaras de gas, torturas, malos tratos, ...etc.  
Por ello fueron juzgados y condenados en los juicios de Nuremberg. ¿Es esa su superioridad moral de la que alardean? Aquí en España su comportamiento a lo largo de la guerra y después con la dictadura... su cinismo e hipocrecía no tienen límites, se levantaron traicioneramente contra la República, el gobierno legal y legítimo elegido por el pueblo, en quien reside la autoridad de la nación. Son verdaderos fascistas que debían estar ilegalizados por la democracia a la que corrompen y con la que quieren acabar. En Gracia han sido ilegalizados y aquí se le da espacios en los medios y se fomenta su discurso. Son delincuentes contra la democracia y la constitución. No son dignos de ser diputados, ni representantes de unas ideas contrarias a la democracia, la constitución y la vida cívica. Sobre todo, con lo que ha padecido nuestro pueblo bajo su dictadura. 

domingo, 13 de noviembre de 2022

_- ¿Puede una novela de 1933 sobre el nazismo advertirnos sobre el auge de los totalitarismos en 2022?

_- ‘Los hermanos Oppermann’, de Lion Feuchtwanger, un libro fundamental sobre el nazismo, se convierte en un fenómeno editorial en Estados Unidos



Quema de libros por los nazis en 1933. Las obras de Lion Feuchtwanger estaban entre las que fueron condenadas a la hoguera.
BETTMANN (BETTMANN ARCHIVE)

Lion Feuchtwanger (Múnich, 1884-Los Ángeles, 1958) fue uno de los muchos alemanes que vieron cómo su mundo se caía a pedazos con el ascenso del nazismo y la llegada de Hitler al poder. En los años treinta ya era un escritor famoso —sobre todo por su novela El judío Süß, una denuncia del antisemitismo—, conocido por su pacifismo. Judío, izquierdista, antimilitarista, escritor inteligente y libre: era la encarnación de aquello que los nazis odiaban a muerte. En 1933 inició un largo y peligroso exilio —se refugió en el sur de Francia y tuvo que huir de nuevo tras la invasión alemana de 1940—. Acabó instalándose en la costa oeste de Estados Unidos, donde siguió trabajando con Bertolt Brecht que, como él (y Thomas Mann), había escogido Los Ángeles para su refugio.

La obra que le situó en el punto de mira de los nacionalsocialistas, que enviaron sus libros a la hoguera, fue Los hermanos Oppermann, la historia de una familia judía alemana, publicada en 1934, que logró una enorme repercusión: fue traducida casi inmediatamente a 10 lenguas y vendió 250.000 ejemplares. El Gobierno ya había comenzado a desplegar sus políticas antisemitas e inaugurado el primer campo de concentración —Dachau—, y las persecuciones de socialdemócratas y comunistas eran moneda corriente. Pero muchos gobiernos dudaban de que fuese tan malo porque consideraban que el comunismo era una amenaza mayor. De hecho, en 1936 se celebraron unos Juegos Olímpicos en Berlín con una nutrida participación internacional. En 1933, muchos alemanes pensaban que todavía podrían controlar a Hitler. El libro de Feuchtwanger dejaba claro que no: que nadie estaba a salvo de la locura homicida del nuevo régimen.

Leído ahora resulta estremecedora la lucidez con la que describe cómo el nazismo acaba por meterse en todos los rincones de la vida. La conclusión del libro es que nadie que trate de pensar por su cuenta podrá vivir en Alemania. También deja claro que la persecución de los judíos nunca se detendrá: pocas obras intuyen de una forma tan clara el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. En una de las muchas tramas del libro, un estudiante de la familia protagonista lee una disertación en clase en la que defiende que “no hay duda de que la traducción de la Biblia de Lutero y los inventos de Gutenberg fueron mucho más importantes para Alemania y su prestigio en el mundo que la batalla del Teutoburgo” [victoria ante las legiones romanas en el siglo I]. Un profesor simpatizante de los nazis (a los que Feuchtwanger llama “los populares”) le denuncia ante el director del instituto, de origen francés, que defiende a su alumno.

Oppermann no es un “buen alemán”, ni podrá serlo nunca, es uno de los argumentos que utiliza el profesor. No voy a adelantar mucho la trama, pero cuando Hitler llega al poder, el director tiene que elegir entre su puesto de trabajo y la pobreza —en el mejor de los casos— o recibir una paliza y acabar en un campo de concentración —en el peor y más probable— o abandonar a su suerte a un alumno que considera excelente y que cree que tiene razón.

“Lo que había aprendido de la historia es que era asombroso que los amenazados en cada momento pensaran en ponerse a salvo demasiado tarde”, explica el narrador. En el fondo, ese es el tema central del libro: cuándo es demasiado tarde, cuándo los que van a ser perseguidos se dan cuenta de que ya no pueden escapar, cuándo los que creían vivir en una democracia ven como están sometidos a una dictadura y ya no pueden esperar más que terror por parte de un Estado que debería defenderles. Y, aunque nada es comparable al nazismo, ese debate tiene ecos contemporáneos demasiado evidentes: ¿hubiese seguido siendo una democracia Brasil si Bolsonaro llega a lograr un segundo mandato? ¿Lo será Estados Unidos si Trump consigue presentarse y ganar en 2024? ¿Lo son Hungría y Polonia? ¿Sobrevivirá intacta la democracia italiana a Meloni? ¿Se respetarán los derechos de las minorías que mayor protección necesitan?





Lion Feuchtwanger y Bertolt Brecht, en 1935.
FRED STEIN ARCHIVE (GETTY IMAGES)

La última edición española de esta novela data de 2015, por Edaf, en una traducción de Carlos Fortea, que había publicado antes Alianza Editorial. Sin embargo, en EE UU acaba de ser reeditada con un prólogo de Joshua Cohen, ganador del premio Pulitzer por su novela Los Netanyahus. El libro ha abierto un debate sobre si lo que Feuchtwanger escribió en 1933 puede aplicarse al presente, sobre si aquel novelista judío exiliado trata de advertirnos desde los años treinta sobre lo que estamos viviendo en la actualidad, donde fuerzas antidemocráticas avanzan con paso decidido por Europa y Estados Unidos, mientras creemos que las democracias son demasiado fuertes para ser derrotadas desde dentro.

“Los Oppermann”, escribe Cohen en su prólogo, “también demuestra que una obra destinada a alertar puede tener un eco más allá de la emergencia del momento en el que fue publicada, si está escrita con honestidad, una gran habilidad dramática y un profundo sentimiento hacia los seres humanos”. Lo inquietante es que, cuanto más se avanza en el libro, más cercano resulta todo. Por ejemplo, así describe un mundo, como el de Vladímir Putin o Daniel Ortega, en el que lo verdadero y lo falso dejan de tener importancia: “Las nieblas de la mentira se espesaban cada vez más sobre Alemania, entregada a las mentiras que los populares esparcían día tras día en millones de formas, desde los altavoces hasta el papel impreso. Había fundado un ministerio especial con este fin. Con todos los medios técnicos más modernos, se sugería a los hambrientos que estaban saciados, a los oprimidos que eran libres, a los amenazados por la creciente indignación del mundo entero que el mundo entero los envidiaba por su energía y gloria”.

https://elpais.com/cultura/2022-11-03/puede-una-novela-de-1933-sobre-el-nazismo-advertirnos-sobre-el-auge-de-los-totalitarismos-en-2022.html

sábado, 5 de noviembre de 2022

MEMORIA HISTÓRICA. El Gobierno reclama a la Hermandad de La Macarena que exhume a Queipo de Llano “a la mayor brevedad”

El hermano mayor asegura que la entidad “trabaja en la ejecución de lo que la ley establece” y que ya “ha realizado acciones” para sacar al general golpista de la basílica sevillana.

El Gobierno de España, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, ha dirigido una carta a la Hermandad de la Macarena de Sevilla en la que le insta a que inicie “a la mayor brevedad posible los trámites necesarios para la exhumación y traslado de los restos de Gonzalo Queipo de Llano” que están enterrados en su basílica. “Es obligado poner fin a esta situación”, se indica en el texto. El hermano mayor de la entidad, José Antonio Fernández Cabrero, explicó a este diario el viernes pasado, el día en que entraba en vigor la ley de Memoria Democrática, que estaba esperando “la notificación del Gobierno” para comenzar los trabajos.

Este lunes pasadas las cuatro de la tarde, el hermano mayor ha emitido un comunicado en el que indica que la entidad “trabaja en la ejecución de aquello que la nueva ley establece” y que “ya había realizado determinadas acciones para tal fin, que serán completadas a partir de ahora con las oportunas que se desprendan de esta comunicación”. El hermano mayor explica que ha trasladado “su buena voluntad de cumplir escrupulosamente” con la Ley de Memoria Democrática al secretario de Estado a través de una conversación telefónica.

Esa notificación, que ha adelantado El Diario.es y a la que ha tenido acceso EL PAÍS, ya ha llegado. La carta del Gobierno se suma a una primera petición que el mismo viernes realizó la Plataforma Gambogaz, en la que también se solicitaba la exhumación de los restos del general golpista Queipo de Llano, responsable de la sublevación militar en Andalucía, en la que fallecieron 45.000 personas, según los cálculos realizados por el historiador Paul Preston.

En la carta se recuerda que “desde 1951, los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, reposan bajo el camarín de la Virgen de la Basílica de la Esperanza Macarena” y se alude a lo controvertido de esta situación: “Durante los últimos años, la paradoja que supone esta presencia en un recinto religioso destinado al culto y la oración ha sido objeto de un amplio debate social, del que se han hecho eco numerosos medios informativos y publicaciones nacionales e internacionales”.

El secretario de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, reconoce también que el hermano mayor siempre se ha mostrado dispuesto a cumplir con la ley y, en ese sentido, le agradece “su buena disposición para facilitar al máximo y a la mayor brevedad posible la realización de los trámites necesarios para la exhumación y traslado de los restos de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra” y pone a disposición su departamento para resolver “cualquier duda o consulta que tengan a bien formular” para cumplir con la nueva ley de Memoria Democrática. >

La Hermandad de la Macarena matiza que el traslado de los restos de Queipo de Llano debe aún ser ratificado

En la conversación que mantuvo el viernes con este diario, Fernández reiteró su disposición a cumplir con la nueva ley, aunque reconoció que la retirada de los restos de Queipo de Llano de la basílica no contaba con la aprobación de todos los hermanos. “Entre los 17.000 hermanos hay distintas sensibilidades, pero todos coinciden en que hay que cumplir la ley”. El hermano mayor también aseguró que había mantenido conversaciones con la familia del general golpista y que “tiene la mejor predisposición” para que se trasladen sus restos mortales.

Del viernes hasta este lunes, además de la llegada de dos peticiones para que la Hermandad cumpla con la nueva Ley de Memoria Democrática, algo sí ha cambiado en la basílica en torno a Queipo de Llano. Sobre las lápidas del general golpista y su mujer, Genoveva Martí, que yacen en una camarilla a la salida de la iglesia, bajo una imagen de San José y el niño, se han instalado dos filas de bancos que las tapan por completo. Es casi imposible leer las inscripciones con sus nombres. Los visitantes los ocupan para ver a la Virgen del Rosario, que está en el centro del templo sobre un paso, porque salió el domingo en procesión.

El Ejecutivo no quiere que la exhumación de Queipo de Llano de la basílica de La Macarena genere el mismo conflicto que la salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos y en la carta reconoce la influencia de la Hermandad en Sevilla, un poder fáctico que ha provocado que en los últimos años los Gobiernos municipales y regionales consideraran la presencia del general golpista en el templo un problema “sensible”.

El secretario de Estado invoca los artículos 35.5 y 38.3 de la nueva ley, que aluden a la obligación de los titulares de los “edificios de carácter privado o religioso” donde hubiera elementos contrarios a la memoria democrática a “retirarlos o eliminarlos” y a la prohibición de que “los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936″ puedan “ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio”, respectivamente, para argumentar la solicitud de la exhumación del general franquista.

El Gobierno, como en el caso de la Plataforma Gambogaz, no solo pide la exhumación de los restos de Queipo de Llano, también exige la retirada de los de Francisco Bohórquez Vecina, auditor de guerra, y quien rubricaba con su firma todas las sentencias de muerte. Como el general franquista, también es uno de los hermanos mayores perpetuos de la hermandad. En su epitafio se destaca “la firmeza de su carácter y exacto cumplimiento de sus deberes”. Murió cuatro años y medio después de Queipo y está enterrado en el antepresbiterio de la basílica. La lápida se encuentra siempre tapada por una alfombra.

Descargue aquí la carta del Gobierno a la Macararena">

PD.: Ya ha sido trasladado. Un día extraño y muy tarde, pero al fin ha ocurrido.

Feijóo, sobre la exhumación de Queipo de Llano: “La política debe dejar a los muertos en paz”

El líder de Vox, Santiago Abascal, acusa al Gobierno de “profanar sepulturas y perturbar el descanso de los muertos”

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha manifestado su oposición al traslado de los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano que reposaban en un lugar destacado de la basílica de La Macarena de Sevilla y que ha sido ejecutado en la madrugada de este jueves. “A mí me gusta más hablar de los vivos que de los muertos. Creo que la política debe centrarse en los vivos y dejar a los muertos en paz, pero allá cada uno con sus prioridades. Me preocupa mucho la situación económica de mi país y yo no voy a hacer política con los muertos, porque no creo que esa sea la prioridad de los ciudadanos en este momento”, ha dicho en un acto del partido en Guadalajara.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, también ha criticado, en su cuenta de Twitter, el traslado de los restos: “Estos días en los que tantos españoles acuden a los cementerios para recordar y honrar a sus difuntos... los aprovechan Sánchez y sus secuaces para profanar sepulturas y perturbar el descanso de los muertos”.

La Macarena exhuma los restos del golpista Queipo de Llano
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha replicado que este jueves “España se ha levantado más digna, con una democracia mejor” tras la exhumación y ha preguntado a “los que dicen que derogarán la Ley de Memoria Democrática” si devolverían “a los pies de La Macarena los restos de un genocida que mandó fusilar a 45.000 personas”.

El general Gonzalo Queipo de Llano es autor de un bando militar del 24 de julio de 1936 que anunciaba: “Serán pasadas por las armas, sin formación de causa, las directivas de las organizaciones marxistas o comunistas que en el pueblo existan, y en el caso de no darse con tales directivas, serán ejecutados un número igual de afiliados arbitrariamente elegidos”. También son suyas estas declaraciones a Radio Sevilla: “¿Qué haré? Pues imponer un durísimo castigo para callar a esos idiotas congéneres de Azaña. Por eso faculto a todos los ciudadanos a que, cuando se tropiecen a uno de esos sujetos, lo callen de un tiro. O me lo traigan a mí, que yo se lo pegaré”. “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos, que ahora, por fin, han conocido hombre de verdad y no castrados milicianos. Dar patadas y berrear no las salvará”.

El traslado de los restos de Queipo se ha realizado en cumplimiento de la nueva Ley de Memoria Democrática, que establece que los dirigentes franquistas no pueden permanecer inhumados en lugares preeminentes de acceso público distintos a un cementerio. Desde la entrada en vigor de la norma, el pasado 21 de octubre, también se ha suprimido el marquesado de Queipo de Llano, al igual que otros 32 títulos nobiliarios concedidos entre 1948 y 1978. El objetivo de estas medidas es impedir cualquier exaltación, enaltecimiento o apología de los perpetradores de crímenes de lesa humanidad condenados por el Consejo de Europa en marzo de 2006 y evitar el menosprecio o humillación de las víctimas del franquismo y sus familiares.

Feijóo es, en este caso, coherente con sus propias declaraciones en el pasado y con la postura de su predecesor, Pablo Casado, quien encargó a Adolfo Suárez Illana un proyecto alternativo a la ley de memoria, que pretendía derogar, como el expresidente gallego, si llegaba a gobernar. Durante su etapa en el Gobierno, Mariano Rajoy la mantuvo, pero la dejó sin efecto al eliminar las partidas presupuestarias para su aplicación. En 2019, el PP ya se opuso en el Parlamento andaluz al traslado de los restos de Queipo de Llano.

El exvicesecretario de comunicación del PP, Pablo Montesinos, se ha mostrado este jueves a favor. “Hoy es un buen día para la salud democrática de nuestro país. No casaba que una persona que había hecho auténticas barbaridades estuviera en un templo y en un lugar tan destacado de Sevilla”, ha declarado en La Sexta. En el caso de la exhumación de los restos de Franco en el Valle de Cuelgamuros, los populares se abstuvieron en la votación del Congreso en septiembre de 2018. El traslado se llevó finalmente a cabo con el aval de los tres poderes del Estado: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.

A lo largo de casi 15 años de debates sobre las políticas de memoria, el PP ha mantenido, no obstante, distintos argumentos para oponerse a este tipo de leyes que, según recuerda el comisionado de la ONU Pablo de Greiff, “no son un invento de España o de un partido político, sino asuntos de Estado que responden a obligaciones internacionales”. Los populares han calificado la ley de “revanchista”, “revisionista”, “voladura de la Transición y del espíritu constitucional”, “ejemplo de totalitarismo”, y “rupturista con la convivencia”, pese a que desde la entrada en vigor de la primera norma de memoria en 2007, no ha habido enfrentamientos y pese a que el texto legal incluye loas a la Transición, un periodo definido en la norma como “la base de la época de mayor esplendor y prosperidad que ha conocido el país”.

Al poco de llegar a la presidencia del PP, Casado se burló de “los carcas que están todo el día con la guerra del abuelo, con la fosa de no sé quién”. Isabel Díaz Ayuso ha calificado la ley de “sectaria y autoritaria” y ha asegurado que “se ha pactado para blanquear al entorno de ETA”. El expresidente José María Aznar ha llegado a decir que es “un disparate hecho por terroristas”. La norma no alude al terrorismo, cuyas víctimas tienen su propia legislación, pero la presidenta madrileña, como el PP al completo, la vincula a la banda porque Bildu votó a favor de la ley de memoria. El PP ha votado lo mismo que la formación abertzale, por ejemplo, el ingreso mínimo vital en 2020, que no se considera por ello el ingreso mínimo vital de ETA.

Tanto Feijóo, como Ayuso y Almeida, fueron invitados por el Gobierno al primer acto de Estado de homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, celebrado este lunes en el Auditorio Nacional de Música, en Madrid. Ninguno de ellos asistió. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, se excusó de esta manera: “Para mí había asuntos bastante importantes para la ciudad de Madrid, para el futuro de la ciudad. Había motivos de agenda. Mi posición es de absoluto respeto y consideración a las víctimas de la Guerra Civil, de todos los bandos, y también de la dictadura, pero no voy a blanquear a Pedro Sánchez con sus pactos con Bildu, no voy a ser cómplice de una ley sectaria, revanchista, que impugna lo mejor que hemos hecho los españoles, la Transición y la Constitución española”. El día que la ley fija para homenajear a las víctimas es precisamente el 31 de octubre, en conmemoración de la aprobación en las Cortes de la Constitución española de 1978.

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