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martes, 29 de agosto de 2017

_- La guerra contra la educación pública en USA y tan parecida a España.

_- En este país de guerras hay una que sí –más allá de la retórica oficial– determinará el futuro de esta democracia: la gran disputa nacional en torno a la educación pública.

La ofensiva de los autoproclamados reformadores de la educación está compuesta por algunas de las fuerzas más poderosas del país, entre ellos los hombres más ricos de Estados Unidos, el gobierno federal, el sector financiero, los grandes medios y sus ideólogos, quienes afirman que el problema central de un sistema de enseñanza público en descomposición (?) son (únicamente) los maestros de baja calidad (que han seleccionado y formado el sistema) y sus sindicatos que defienden el statu quo.

La solución que proponen, financiada por miles de millones en fondos privados, es someter el sistema de educación a un modelo empresarial guiado por ejecutivos, donde se evalúa a los docentes exclusivamente en función de exámenes estandarizados (aplicados al alumnado) y se mide todo por esquemas de datos (independiente del contexto social, económico y cultural de ese alumnado) bajo normas que se aplican al sector privado. A la vez, se busca aplicar el libre mercado al sector educativo, con esfuerzos para privatizar algunos segmentos y contratar cada vez más servicios del sector privado en la enseñanza pública.

En esta guerra, el enemigo son los maestros y sus sindicatos, a quienes culpan de resistir el cambio, proteger sus intereses mezquinos, que ponen encima de los de sus estudiantes, y de culpar a factores socioeconómicos por sus deficiencias.

Tal vez la expresión mejor conocida de este argumento fue la película documental Esperando a Superman, de 2010, que presentó un sistema educativo compuesto de maestros mediocres y complacientes, casi como burócratas, padres de familia frustrados y sindicatos del magisterio con el solo interés de proteger a sus afiliados. Según la película, la única y mejor solución son las llamadas escuelas chárter, que reciben fondos públicos, pero son administradas de manera privada, exentas de varias regulaciones, entre ellas, la obligación de contratar sólo profesores sindicalizados, y algunas pueden ser operadas con fines de lucro (hay más de 4 mil escuelas chárters en 40 estados del país, y ahora suman 5 por ciento de las escuelas públicas). Los críticos las acusan de ser la punta de lanza de la privatización.

Ineficiencia y mediocridad
El argumento sobre la mediocridad e ineficiencia de la educación pública se ha nutrido con informes de instituciones y personalidades muy destacadas, desde la secretaria de educación, Arne Duncan, a algunos de los medios más influyentes del país. Bill Gates se ha obsesionado con el hecho de que el sistema de enseñanza pública ya no produce la calidad de trabajadores de alta capacitación técnica que requiere el país para competir a nivel mundial, algo que Barack Obama ha reiterado al insistir en que los estudiantes estadounidenses no pueden competir con los coreanos. Un grupo de trabajo del prestigioso Consejo de Relaciones Exteriores, encabezado por la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice y el ex jefe de educación pública de la ciudad de Nueva York Joel Klein, dio la alarma de que el pobre desempeño educacional estadounidense en el contexto global representaba una grave amenaza a la seguridad nacional.

El noventa por ciento de los alumnos estadounidenses están en centros públicos, alrededor de 50 millones actualmente. El gasto federal, estatal y municipal en enseñanza supera 600 mil millones dólares al año. Como afirma David Denby en The New Yorker, el debate sobre el futuro de la educación es en parte sobre empleo, poder y dinero, y ahora es parte de la lucha ideológica entre el gobierno, como garante del bien comunitario, y la competencia del mercado como un creador potencial de excelencia.

Por lo menos desde hace una década –algunos dicen que esta guerra empezó hace 20 años– este movimiento reformista ha sido financiado en gran parte por empresarios y sus fundaciones, la más sobresaliente la de Bill Gates (Microsoft), la familia Walton (de Walmart), Mark Zuckerberg (Facebook) y Eli Broad (su fortuna es de la aseguradora Sun Life) y Michael Bloomberg (de Bloomberg y actual alcalde de Nueva York). Estos han invertido miles de millones en programas de privatización de escuelas públicas (las llamadas escuelas chárter), en financiar think tanks, agrupaciones de ideólogos, centros de expertos, medios y periodistas, y en el apoyo a ideas para autoridades locales, estatales y federales, logrando imponer su agenda a escala nacional.

Ellos ya definen y determinan en gran medida el debate sobre las políticas en el sector en este país, y tienen entre sus filas a los jefes de educación de casi todas las principales ciudades del país, hasta el propio secretario de educación, Arne Duncan, y su jefe, Barack Obama (como también a su antecesor, George W. Bush).

Privatización o escuelas chárter
Junto con ellos se ha integrado a este movimiento reformista un sector de nula experiencia y, anteriormente, ningún interés en la enseñanza pública: el financiero, que ahora también financia escuelas chárter, promueve reformas para establecer el modelo empresarial y condiciona sus contribuciones sustantivas a políticos en torno al apoyo a iniciativas favorecidas por los reformadores.

Desde 2002, la pieza central del movimiento reformista ha imperado sobre el panorama de la enseñanza pública, cuando el entonces presidente George W. Bush promulgó la ley No child left behind o NCLB (ningún niño dejado atrás), donde se establece el uso de los resultados de exámenes estandarizados estatales a estudiantes para medir el desempeño de maestros y escuelas, que en algunos casos puede llevar al despido de docentes y hasta la clausura de los centros y despido de planteles. Por tanto, con cada año se obliga a que los maestros y administradores dediquen cada vez más tiempo, esfuerzo y atención a estos exámenes, ya que determinan, cada vez más, su futuro.

Al llegar Obama a la Casa Blanca, su secretario de educación formuló un programa, Race to the top o RTTT (Carrera a la cima), que promueve una competencia entre estados para ampliar el uso de estos exámenes, la elaboración de más medidas y programas para la evaluación estadística de estudiantes y maestros con base en los exámenes, y la creación de más escuelas chárter a cambio de fondos federales.

NCLB y RTTT son las coronas del movimiento reformista empresarial, y sus consecuencias se sienten a lo largo y ancho del país. Su argumento fundamental es que, con base en estas reformas, los maestros por fin serán evaluados con objetividad, y con ello hay un proceso de rendición de cuentas en el sistema.

Mero negocio: antirreformistas
El problema, según los críticos de estas reformas, es que ni el diagnóstico de los reformadores, ni sus recetas están basadas en los hechos, lo cual ha llevado a críticos a considerar que las reformas tienen más que ver con negocios y una visión neoliberal que con la función y propósito de la educación pública. Citan numerosos estudios, investigaciones y datos que demuestran que las reformas no han generado los resultados prometidos, que el diagnóstico está viciado por graves errores en evaluación. Subrayan que el eje del modelo de reforma, los exámenes estandarizados, no puede ser usado para medir el desempeño de maestros y escuelas, según expertos nacionales y hasta directores de algunas de las empresas que se dedican a eso, incluyendo la Rand Corporation y la agencia de investigaciones sobre métodos de evaluación escolar de la Academia Nacional de Ciencias.

Por otro lado, en años recientes se ha revelado que en Nueva York, Houston, Chicago, Washington y otros lugares los políticos han inflado y manipulado los resultados de los exámenes que tanto señalan como pruebas del éxito de sus reformas.

La educación pública está bajo ataque de las fuerzas de la privatización, por gente que hace promesas falsas, declaró Diane Ravitch, profesora en la Universidad de Nueva York, quien hace una década fue una de las reformadoras más prominentes del país, ex secretaria asistente de educación en la presidencia de Bush padre, autora de 10 libros sobre políticas e historia de la educación, entre otros logros destacados, quien ahora es tal vez la voz nacional más eminente en contra de los reformistas.

En un discurso el año pasado, agregó que los profesionales educativos (maestros y profesorado de secundaria) están bajo ataque de aquellos que culpan (y responsabilizan) a los maestros por condiciones más allá de su control. Desean quitarles su profesionalismo y convertirlos en técnicos de exámenes. También advirtió que “si logran quitar a los maestros el derecho de negociar el contrato colectivo, silencian sus voces.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/01/03/politica/002n1pol?partner=rss

viernes, 14 de noviembre de 2014

Un asunto de clases

Las minorías, como concepto, siempre han encontrado dificultades a diferentes niveles como pueden ser el social y el político. De esta situación no quedan exentos, todavía en la actualidad, los pacientes de enfermedades catalogadas como raras. “Vuelve a visitarnos si algún día ves que te sangra el ojo”; esa fue la respuesta de una profesional de la sanidad pública a un paciente de una enfermedad rara y de tipo cancerígeno denominada Von Hippel Lindau con un creciente tumor en el ojo. Afortunadamente, este paciente en concreto tuvo medios para extraerse el tumor a tiempo por vía privada. Pero cuando te encuentras viajando a Alemania para realizar una operación especializada que te permita no perder una glándula suprarrenal con tan solo 20 años te preguntas: ¿y toda la gente que no tiene esta suerte? En otras palabras: ¿qué pasa con aquellos que no puedan pagar semejantes cantidades de dinero? Es increíble que el tratamiento de las enfermedades raras sea, todavía hoy, un asunto de clases.— Barcelona 10 NOV 2014 -cartas al director. El País.

https://youtu.be/_yer-9MCQG0

sábado, 23 de agosto de 2014

Leer a los cinco años

Gustavo Martín Garzo dice, en Un mundo sin sombra, El País, 14 de agosto de 2014, que el niño de cinco años no necesita aprender a leer, necesita escuchar música y cuentos, bailar y encontrar palabras y su lugar entre los otros. Sí, es cierto. Pero yo tengo una clase de niños de cinco años, y si no consigo que lean aquellos que no tienen una madre o un padre que les lea, tienen bastantes puntos para fracasar en primaria, pues allí se encontrarán con libros. Tienen que saber leer para no sentirse fracasados. Tienen que dominar esos extraños signos para que esos extraños signos no les dominen a ellos y acaben por despreciarlos.

Me gustaría organizar mi aula para que jueguen, miren, toquen, escuchen, dibujen y sobre todo hablen y hablen y hablen. Pero no puedo cerrar los ojos al hecho de que en primaria tendrán que saber leer.

No existen, desgraciadamente, “los niños”. En la infancia también hay clases sociales, y la infancia humilde, que no tiene libros en casa, tiene que aprender a leer en la escuela y a los cinco años. Es una necesidad.

Y, además, están las pantallas. O ponemos primero un cuento en las manos de un niño y hacemos que domine sus signos y disfrute del mundo que le traen, o acabamos todos planos y sin sombra alguna con la que poder dialogar.-
El País.  Barcelona 20 AGO 2014

miércoles, 25 de junio de 2014

Cómo cuidar cuando se sufre de hambre. No es sencillo sacar adelante a un niño desnutrido. Tampoco a su madre. Se aíslan. Se abandonan. Se deprimen...

El apoyo psicosocial a ambos es clave para detener la desnutrición.
Una experiencia en el hospital de Madaoua, en Níger

En el hospital de Madaoua había un bebé de cinco meses que llevaba días ingresado. La madre había perdido a dos hijos y la familia del marido consideraba que era culpa de la leche materna, así que decidió no amamantar al tercer hijo. El niño ingresó en el hospital por desnutrición severa con complicaciones médicas. La recomendación de los doctores era que le diera el pecho al mismo tiempo que tomaba la leche terapéutica. El promotor de salud trabajó con esta madre escuchando sus preocupaciones y haciéndole valorar las recomendaciones del médico. Hicimos un par de sesiones con ella y luego vino la familia del marido. Entre todos decidieron que ella le diera el pecho, y también aceptó participar en otras actividades de grupo. Al final de mi visita, pocos días después, ya podíamos ver que el bebé había mejorado mucho, igual que la relación entre la mamá y su hijo.

Los niños desnutridos tienen cambios en su comportamiento: son menos activos y tienen menos tendencia a explorar su entorno. También hay cambios en sus emociones y en su relación con los demás; es habitual que rechacen relacionarse con otros niños y adultos. Estos cambios retroalimentan el círculo de la desnutrición. Por ejemplo, como el niño desnutrido tiende a aislarse de su entorno, es habitual que no quiera ingerir alimentos, agravando todavía más su estado porque ya que de por sí un niño desnutrido tiene menos apetito. Al mismo tiempo, al relacionarse menos con la madre o el cuidador, se ralentiza todo el crecimiento, imposibilitando que el pequeño tenga un desarrollo sano. Todo esto puede afectar a su evolución, por eso es importante contar con un apoyo psicosocial dentro de los programas de nutrición.

Los meses más complicados para Níger están a la vuelta de la esquina. Los casos de malaria y desnutrición, las enfermedades más comunes en esta zona, se disparan de julio a octubre, coincidiendo con la estación de lluvias y el periodo de escasez de alimentos. Para responder a este pico, es muy importante trabajar a nivel comunitario y gestionar de manera adecuada la pediatría y la unidad de nutrición de los hospitales de referencia de Madaoua y Bouza. El componente psicosocial está presente tanto en la atención hospitalaria como ambulatoria.

Un aspecto básico y esencial del trabajo psicosocial es asegurar la humanización de los cuidados médicos, teniendo en cuenta los aspectos culturales para que sea una asistencia efectiva. En el hospital, por ejemplo, tenemos que trabajar con todo el personal para asegurarnos que todos conocen y cuidan estos aspectos. Deben informar bien a la madre o al cuidador de cuál es la situación del niño, cómo va a ser el tratamiento y cómo funciona el hospital. También deben dar un espacio a las personas para ser escuchadas y poder resolver sus dudas. Humanizando la atención, damos un apoyo a la salud integral de los niños y sus familias, no solo la salud física. Así podemos conseguir mejorar la eficacia de los programas.

Un niño desnutrido agudo severo con complicaciones médicas debe ser ingresado en el hospital para recibir tratamiento. Normalmente, el niño ingresa en la fase uno del programa, donde recibe leche terapéutica y atención más continuada; cuando empieza a mejorar, pasa a la fase dos, donde toma alimentos terapéuticos preparados (RUTF, por sus siglas en inglés). ...
Fuente: El País.

MÁS INFORMACIÓn



800 madres y 18.000 menores de cinco años mueren al día por causas evitables El informe Estados Mundial de la Madres 2014, de Save the Children, advierte de las elevadas tasas de mortalidad materna e infantil en el mundo

Diez años de jóvenes talentos

El premio Rubio de Francia reconoce a investigadores en matemáticas que no superen los 32 años y hayan hecho descubrimientos relevantes


Hay una idea que los científicos de nuestro país tienen en mente y reivindican constantemente: España no es solo un país de escritores, artistas y deportistas de élite, también hay extraordinarios científicos que son capaces de desarrollar de una manera callada un trabajo del más alto nivel, equiparable al que se realiza en los mejores centros de investigación del mundo. El siguiente ejemplo es muestra de ello.

Dentro de pocos días va a conocerse el ganador del décimo Premio Rubio de Francia. Este premio lo concede anualmente, desde hace diez años, la Real Sociedad Matemática Española en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y la de Zaragoza, que fueron las universidades donde ejerció su labor como profesor José Luis Rubio de Francia, matemático zaragozano que murió en 1988 a los 38 años de edad y que, en su momento, fue uno de los máximos exponentes de la investigación matemática en nuestro país.

El premio se planteó en el mismo estilo que los premios que la European Mathematical Society entrega cada cuatro años a diez matemáticos europeos menores de 36 años que hayan obtenido resultados sobresalientes, y también como las medallas Fields, que la International Mathematical Union concede cada cuatro años para los matemáticos más relevantes que no superen los 40 años. Las medallas Fields son el mayor galardón que un matemático puede lograr en su vida y son consideradas como el equivalente en Matemáticas al Premio Nobel.

El premio Rubio de Francia nació con una idea fundamental: premiar a un investigador en matemáticas, español o que trabaje en nuestro país, con no más de 32 años de edad, y que haya realizado un descubrimiento especialmente relevante en esa ciencia. En el jurado que lo falla, siempre hay investigadores de primera línea internacional que confirman el carácter excepcional del trabajo premiado. Varios poseedores de medallas Fields, como el ruso Efim Zelmanov, el francés de origen alemán Wendelin Werner, el australiano afincado en California Terence Tao y el francés Cedric Villani han formado parte de estos jurados. Hay que resaltar que, a pesar de que en las bases figura el hecho de que pudiera quedar desierto si la calidad de los solicitantes no fuera la adecuada, este premio se ha concedido hasta ahora todos los años.

Desde el primer ganador, Joaquim Puig, que logró un avance decisivo hacia la solución del problema de los 10 martinis (sobre la estructura de un operador de la física matemática) hasta la galardonada del año pasado, Maria Pe, por resolver el célebre problema de Nash, premio Nobel en Economía que inspiró la película Una mente maravillosa, sobre arcos para las superficies singulares, todos ellos han hecho aportaciones de primera línea y sus investigaciones han sido muy reconocidas a nivel internacional. Por cierto, en el reportaje Matemáticos. Matemáticos. Cinco cabezas prodigiosas, de EL PAÍS Semanal del día 13 de noviembre de 2011, cuatro de los cinco matemáticos citados son premios Rubio de Francia. Es de esperar que este año y los próximos se sigan concediendo estos premios, por lo que supone sobre el desarrollo de la Ciencia de nuestro país. A pesar de los tiempos difíciles que corren en la actualidad para la investigación científica y tecnológica, dos cosas parecen imprescindibles y los responsables ministeriales deberían preservarlas: el mantenimiento de una masa crítica de jóvenes investigadores y la provisión de los medios para que los mismos puedan desarrollar su labor. El tercer componente también necesario e imprescindible, la genialidad, ya lo tenemos asegurado pues lo aportan ellos. Jesús Bastero es catedrático de Matemáticas de la Universidad de Zaragoza y presidente del jurado del Premio Rubio de Francia.

fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/06/20/actualidad/1403288413_185667.html

domingo, 20 de abril de 2014

El “lead”: técnica de García Márquez

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de 20 casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".


Los lectores avezados detectan que estas líneas son las introductorias de Cien años de soledad. Con tales muestras de anzuelos literarios, la tentación de dejar la lectura de páginas de García Márquez acaba inexorablemente en fracaso. Millones lo han intentado. Es la adaptación enriquecida y personalísima de Gabo de un mecanismo de redacción muy elemental, atribuido al periodismo norteamericano: el lead.

La trampa por la que el lector ha sido capturado es la estructura y contenido del párrafo introductorio, repetido de formas diversas en otros capítulos. Cualquiera de sus libros tienen muestras semejantes. Consiste en la ubicación, al inicio de un artículo de pura esencia periodística, de los hechos básicos de la crónica. En la estructura de la “pirámide invertida”, el “qué”, “quién”, “cuándo”, “dónde”, “cómo”, y (quizá) “por qué” es el aperitivo que atrapa al lector. En el resto del escrito, el autor va completando los detalles satisfaciendo con dosis calculadas los diversos deseos y expectativas de lector.

La variante del “lead“ ortodoxo deja los detalles secundarios en el interior de la narración en sentido contrario a su importancia, dejando como opción suprema no terminar la lectura. Una técnica alternativa precisamente opta por reservar un golpe de efecto para el final. García Márquez usa diversas modalidades.            
Según las confesiones del autor, abandonó los estudios de derecho para dedicarse al periodismo, que practicó en numerosos subgéneros. En contra de lo que pudiera interpretarse de un autor que ha quedado ilustrado con la etiqueta del “realismo mágico”, su prosa es el ejemplo más alejado de la verbosidad barroca y la complejidad sintáctica. Su simplicidad gramatical y la selección léxica no dejan de sorprender por la naturalidad con que se ofrecen.
El aprendizaje de esa personalísima técnica es el resultado del paso de García Márquez por diversos diarios colombianos (El Heraldo de Barranquilla y El Espectador de Bogotá), su trabajo como corresponsal en el extranjero, y el desarrollo de la agencia Prensa Latina. Debió ser el resultado de rechazar la prosa grandilocuente de aire de discurso populista y el oscurantismo de los textos editorialistas.
Un posible origen de esa sorprendente sencillez, aunque resulta difícil de demostrar y no existen confesiones del propio autor al respecto, es la profesión de su padre, Gabriel Eligio García. Telegrafista de Aracataca, la aldea natal, debió atraer la atención de su hijo por la naturaleza rígida de los textos que transmitía, con una economía de palabras dictada por la necesidad de abaratar los costos y los esfuerzos técnicos... Joaquín Roy | 19 de abril de 2014. El País.
Las claves de 100 años de soledad.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/18/babelia/1426700260_019605.html

sábado, 8 de febrero de 2014

Ayer noche vi la película Amazing Grace, basada en la historia de William Wilberforce el parlamentario antiesclavista inglés.


En 1797, William Wilberforce, el gran defensor de la abolición británica de la esclavitud, se toma unas vacaciones debido a su salud, mientras está más enfermo de corazón a causa de su frustración. Sin embargo, gracias el encuentro con la encantadora Barbara Spooner, Wilberforce conoce a un alma gemela para compartir la historia de su lucha. Con pocos aliados, como su mentor, John Newton, un capitán de barco de esclavos que se hizo sacerdote arrepentido por lo que vió, y escribió el gran himno "Amazing Grace", el Primer William Pitt, y Olaudah Equiano, el antiguo esclavo erudito convertido en escritor. Wilberforce lucha infructuosamente contra la indiferencia pública y la oposición adinerada decidido a mantener sus explotaciones segura. Sin embargo, Wilberforce encuentra inspiración en el nuevo amor que rejuveneció la lucha con nuevas ideas que conducirían a una gran victoria para la justicia social, el fin del comercio de esclavos en el Imperio Británico.

Wilberforce fue un miembro, profundamente religioso, del parlamento Inglés y reformador social que fue muy influyente en la abolición de la trata de esclavos y, finalmente, la esclavitud en el Imperio Británico.

William Wilberforce nació el 24 de agosto 1759 en Hull, hijo de un rico comerciante. Estudió en la Universidad de Cambridge, donde comenzó una amistad duradera con el futuro primer ministro, William Pitt el Joven. En 1780, Wilberforce se convirtió en miembro del parlamento por Hull, y después representó al condado de Yorkshire. Su estilo de vida disoluto cambió por completo cuando se convirtió en un cristiano evangélico, y en 1790 se unió a un grupo conocido como el secta de Clapham. Su fe cristiana lo llevó a interesarse en la reforma social, en particular la mejora de las condiciones de las fábricas en Gran Bretaña.

El abolicionista Thomas Clarkson tuvo una enorme influencia en Wilberforce. Él y los demás estaban haciendo campaña para poner fin al comercio de buques británicos que transportaban esclavos negros de África, en pésimas condiciones, a las Indias Occidentales como mercancías que se compran y se venden. Wilberforce fue persuadido para presionar a favor de la abolición de la trata de esclavos y durante 18 años presentó con regularidad proposiciones de leyes de los movimientos contra la esclavitud en el parlamento. La campaña fue apoyada por muchos miembros de la secta de Clapham y otros abolicionistas que difundieron el conocimiento público de su causa con folletos, libros, manifestaciones y peticiones. En 1807, el comercio de esclavos fue finalmente abolido, pero esto no liberó a los que ya eran esclavos. No fue hasta 1833 que se aprobó una ley que dió la libertad a todos los esclavos en el Imperio Británico.

Otros esfuerzos de Wilberforce para "renovar la sociedad" incluyeron la organización de la Sociedad para la Supresión del Vicio en 1802. Trabajó con la reformadora, Hannah More, en la Asociación para la mejor observancia del domingo. Su objetivo era proporcionar a todos los niños una educación regular en la lectura, la higiene personal y la religión. Él participó activamente con la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales. También jugó un papel decisivo en el fomento de los misioneros cristianos para la India.

Wilberforce se retiró de la política en 1825 y murió a los 74 años el 29 de julio de 1833, poco después de que la ley de liberación de los esclavos en el imperio británico fuera aprobada por la Cámara de los Comunes. Fue enterrado junto a su amigo Pitt en la Abadía de Westminster. Fuente: BBC

La esclavitud en España fue abolida en el territorio peninsular en 1837, pero continuó en las colonias españolas hasta finales del s. XIX (en Puerto Rico hasta 1873 y en Cuba hasta 1880).

miércoles, 5 de febrero de 2014

Andrea Camilleri: Maestro italiano de la novela negra y conciencia política de la izquierda de su país, se define a sus 88 años como “un empleado de la escritura”.

“El pueblo que se resigna está acabado”
Es la estrella del festival de literatura criminal BCNegra, que le entrega el Premio Pepe Carvalho


La mañana del 19 de octubre de 2003, el escritor italiano Andrea Camilleri (Sicilia, 1925) se enteró por los periódicos de que, el día anterior, su amigo Manuel Vázquez Montalbán había muerto de un infarto en el aeropuerto de Bangkok. “Aquella noticia me golpeó, pasé verdaderamente un mal día. Después de comer, me eché una pequeña siesta y, al levantarme, mi mujer me dijo: 'Ha llegado un paquete para ti'. Lo abrí. Era el último libro de Manolo publicado en Italia”.

Si no fuera por la vista, que prácticamente lo ha exiliado de la lectura en papel, Camilleri disfruta de unos 88 años de lujo. Sigue escribiendo todos los días -hace un mes terminó la última entrega del comisario Montalbano, del que Salamandra publica ahora en España El juego de los espejos-, fumando como un carretero y contagiando el placer de la conversación. Dentro de unos días viajará a Barcelona para participar en la semana literaria BCNegra 2014.

Pregunta. ¿Es cierto que usted a veces empieza a escribir una novela a partir de una frase escuchada en la calle?
R. Sí, pero más que una frase escuchada en la calle, suelo utilizar alguna frase leída en un libro. Por ejemplo, La desaparición de Patò nació de dos frases de una novela de Leonardo Sciascia en la que cuenta que en 1873 hubo en Italia una gran investigación parlamentaria sobre Sicilia. En un determinado momento, el senador que presidía la comisión le preguntó al alcalde de un pequeñísimo pueblo de Caltanissetta: señor alcalde, ¿se han producido recientemente en su pueblo hechos de sangre? Y el alcalde respondió: no, a excepción de un farmacéutico que por amor ha matado a siete personas... Imagínese qué locura, en qué entorno vivía, ¡no consideraba un hecho de sangre matar a siete!

P. Vivía en el escenario de sus novelas, Sicilia, la Mafia…
R. A la Mafia la he tenido siempre en un segundo plano, aunque siempre presente, porque negarla hubiese sido negar la existencia del aire. Influye en todas las relaciones, condiciona la existencia, y el Estado aún no sabe cómo luchar contra ella. Hoy además la Mafia es de cuello blanco y, por tanto, más difícil de combatir. Al principio eran analfabetos y hoy tienen carreras, pero sigue siendo la mafia. Está en la política, en la industria...

P. ¿Nunca ha tenido problemas por escribir de la Mafia?
R. No. Y eso que ya han aprendido a leer. En el momento en que empezaron a matar periodistas entendí que ya habían pasado a la alfabetización.

P. ¿Por qué escribe en siciliano?
R. No es exactamente siciliano. Es un siciliano muy manipulado, el modo en que hablábamos en nuestra casa de la pequeña burguesía. El siciliano se utilizaba para el discurso íntimo, personal, y el italiano para tomar distancia o incluso para intimidar. Mi madre me podía estar hablando en dialecto, pero cuando quería advertirme de algo –¡te lo repito solo una vez más!— entonces pasaba al italiano.

P. ¿Sigue escribiendo cada día?
R. Sí, soy un empleado de la escritura, cada día, como si fichara. Empiezo muy pronto, sobre las ocho, pero cumpliendo unos requisitos: tengo que estar perfectamente en orden –afeitado, vestido-- como si fuese a ir a la oficina. Se trabaja espléndidamente hasta las diez y media de la mañana que es cuando empiezan las llamadas de teléfono. Yo sostengo la necesidad del ejercicio cotidiano, de la misma forma que un pianista, aunque no tenga un concierto a la vista, se mantiene haciendo ejercicio. Es fundamental para mantener a punto el cerebro y la escritura.

P. ¿Se siente comunista todavía?
R. Siempre, siempre, siempre… Comunista por la justicia social, que cada vez se aleja más en el horizonte...
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martes, 4 de febrero de 2014

La pobreza oculta del "milagro alemán"

En una eurozona estancada, la locomotora alemana parece haber encontrado la fórmula para repetir el milagro de la posguerra: baja tasa de desempleo, crecimiento económico y aumento de las exportaciones.

Pero este brillante escaparate esconde una realidad social impensable para la cuarta economía mundial y segundo exportador del planeta.


Unos 7,4 millones de trabajadores sobreviven con miniempleos que ofrecen un máximo de 15 horas semanales y remuneraciones que no pasan de los 450 euros mensuales (US$607).
Este mercado laboral flexibilizado explica una aparente paradoja reflejada en el Informe Social de 2013 publicado por la Oficina Federal de Estadística alemana.
Según el informe, el nivel de empleo alcanzó en 2012 un récord histórico de 41,5 millones de personas, pero el número total de horas trabajadas estaba por debajo del alcanzado en 1991.
"Cada vez hay más gente que trabaja a medio tiempo sea voluntariamente o porque no le ofrecen otra cosa", señalaba el informe.

La pobreza de un país rico
Esta precariedad laboral se ha visto acompañada por un aumento del "riesgo de pobreza".
Según el indicador oficial "se considera precaria la situación de una unidad familiar cuando sus ingresos no superan el 60% de los ingresos medios de todo el país".
En moneda constante y sonante se trata de todo el que se encuentre por debajo de 848 euros por mes (equivalente a US$1.158). "La doble reforma del sistema de Seguridad Social y el mercado laboral ha aumentado enormemente la pobreza y la desigualdad. Nos estamos convirtiendo en un país de bajos salarios". Sebastian Dullien, autor de "Capitalismo decente"

En términos estrictamente numéricos es evidente que un pobre en Alemania no es tan pobre como en América Latina. Pero si se toma en cuenta el costo de la vida en Alemania, la dureza del invierno europeo y el salario mensual de los miniempleos (450 euros) la película cambia.
A pesar de que el empleo ha crecido en los últimos diez años, hoy más de un 16% de la población se encuentra en "riesgo de pobreza" en comparación con el 15,2% de 2007.
El incremento puede parecer mínimo, pero refleja una nueva premisa social: no basta tener empleo para escapar de la pobreza. Según el investigador alemán Sebastian Dullien, autor de "Capitalismo decente", los cambios de la última década están creando un nuevo modelo.
"La doble reforma del sistema de seguridad social y el mercado laboral ha aumentado enormemente la pobreza y la desigualdad. Nos estamos convirtiendo en un país de bajos salarios", indicó Dullien a BBC Mundo.

Mundo global, trabajo flexibilizado
La flexibilización laboral no fomenta empleos de tiempo completo.
El punto de partida fue la Agenda 2010, una reforma impulsada por el canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder en 2002 para combatir los retos de la globalización.
Ese año el crecimiento germano fue 0% y había una alta tasa de desempleo considerada "crónica". Muchos economistas llamaban a Alemania el "enfermo de Europa", impotente para hacer frente a la competencia de China y los países asiáticos. Según el jefe de investigación del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Hans Kundnani, la Agenda 2010 favoreció a los empresarios en detrimento de los trabajadores.
"Para competir globalmente los empresarios estaban trasladando su producción a países con costos laborales más bajos. Esto forzó a los sindicatos a aceptar una moderación salarial. De manera que los que no trabajaban vieron una caída de su nivel de vida por la reforma de la seguridad social y los que sí tenían trabajo no sintieron que se beneficiaban de este llamado 'segundo milagro' alemán. A esto se sumó el empleo flexibilizado que contribuyó a bajar más el costo laboral germano", indicó a BBC Mundo Kundnani. El sistema de negociación tripartito sindicatos-empresas-gobierno, instaurado después de la Segunda Guerra Mundial, allanó el camino para que se hiciera este ajuste, pero si se considera que el aumento del PIB entre 2002-2012 fue del 1,2%, el desempeño económico está lejos de ser un "milagro".
"Tuvimos un par de años bastante buenos, pero el crecimiento no ha sido tan fuerte. El estancamiento salarial produjo una caída del nivel de vida y de nuestro consumo doméstico", indicó Dullien a BBC Mundo.

El largo plazo
Las pensiones de los jubilados no son suficientes.
A los índices de pobreza, hay que añadir una crisis que está golpeando muy fuerte a los jubilados.
El cálculo oficial es que un 30% recibe una pensión de 688 euros por mes (US$928).
La intervención de la seguridad social ayuda a complementar este ingreso, pero la actual flexibilización del mercado laboral pasará a la sociedad una cuenta sombría.
Según un reciente informe del Ministerio de Trabajo las cotizaciones de las personas con miniempleos a los fondos de pensiones públicas les dará un derecho de unos 3,11 euros al mes (US$4,19) por año trabajado.

Con la edad de jubilación a los 67 años, se puede calcular que alguien que haya tenido miniempleos en hotelería o restaurantes, tendrá una pensión mensual de unos 140 euros (US$189) al jubilarse.
Según Sebastian Dullien es una situación que no solo afecta a los miniempleos.
"Hay trabajos de tiempo completo que pagan unos 5 euros la hora (US$6,75). La pensión de este tipo de salarios también se situará por debajo de la línea de la pobreza", indicó a BBC Mundo.

Un modelo en aprietos
Angela Merkel fue reelegida pero tuvo que formar una coalición con los social demócratas.
A pesar de estos datos Alemania ha sido calificada como un "milagro" debido a que atravesó dos crisis internacionales –el estallido financiero de 2008 y la de la deuda soberana de 2010– con un nivel de crecimiento que, sin ser excepcional, fue notable si se lo compara con el resto de la eurozona.
Pero este milagro está comenzando a disiparse. En 2010 y 2011 la economía creció un 4,2% y 3% respectivamente en parte recuperando el terreno perdido durante la recesión económica mundial de 2009 (contracción del 5,1%).
Desde entonces la historia ha cambiado. En 2012 el crecimiento fue del 0,7%. En 2013 un 0,5%. Son porcentajes comparables con los años de crisis de principios de siglo.
Aun así, la canciller Angela Merkel fue reelecta en septiembre, aunque se vio obligada a formar una coalición con los social demócratas para gobernar.
El precio que los social demócratas pusieron al pacto fue un mejoramiento de las condiciones sociales, entre ellas, un salario mínimo, un aumento de las pensiones e inversión en infraestructura.
Este nuevo pacto no significa el fin de la flexibilización. Según Hans Kundnani, la globalización seguirá imponiendo condiciones. "Este es un dilema para todas las economías desarrolladas. El problema es que Alemania intentó competir con las economías emergentes en base a los precios y no en base a la innovación y la inversión. Las nuevas medidas impulsadas por los social demócratas es posible que aumenten el consumo. El argumento de la derecha es que con este salario mínimo habrá pérdidas de trabajo", indicó a BBC Mundo Kundnani.
Fuente: BBC.

domingo, 2 de febrero de 2014

Evitar la infelicidad laboral. Muchos mantienen su puesto de trabajo pero interiormente se han despedido de la empresa Recuperar la ilusión empieza por un cambio de actitud y por recordar nuestras capacidades

Corría el año 2007 cuando Lotfi El Ghandouri publicó El despido interior: Cuando nuestra infelicidad laboral nos lleva a convertir nuestro trabajo en una prisión. Hoy, inmersos en recortes, expedientes de regulación de empleo, congelaciones de sueldo y miedo generalizado, hay muchos que, si bien conservan el trabajo, se han despedido interiormente. Ya no están en la empresa, pero ni ellos mismos se han dado cuenta. Por lo general, esto sucede cuando la distancia entre lo que esperamos y lo que obtenemos se hace insalvable y terminamos decidiendo que lo mejor es hacernos invisibles. Que nadie se dé cuenta ni de cuando llegamos ni de cuando salimos. Pero así se lastiman las relaciones, con nuestros compañeros y, lo que es peor, con nosotros mismos. Al final nos sentimos solos, aislados e incomprendidos. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? ¿Cómo evitar que la inercia nos empuje? Al despido interior se llega por una escalera que va minando la ilusión con la que empezamos a trabajar. Veamos sus peldaños, porque reconociéndolos podremos alertarnos.

La entrega. Acabamos de ser contratados y nos sentimos especiales e involucrados. Sin embargo, pronto aparecen los primeros desacuerdos, las primeras decepciones. Si no somos capaces de manejar estas situaciones de conflicto y afrontar con madurez las pequeñas desilusiones cotidianas, bajaremos al siguiente escalón. Más en El País.

Falsedades del pensamiento económico dominante

Vicenç Navarro. Público.es

Permítame, Sr. lector, que le hable como si estuviéramos tomando un café, explicándole algunas de las mayores falsedades que se le presentan a diario en la prensa económica. Debería ser consciente de que gran parte de los argumentos que se presentan en los mayores medios de información y persuasión económicos del país para justificar las políticas públicas que se están llevando a cabo, son posturas claramente ideológicas que no se sustentan en base a la evidencia científica existente. Le citaré algunas de las más importantes, mostrándole que los datos contradicen lo que dicen. Y también intentaré explicarle por qué se continúan repitiendo estas falsedades, a pesar de que la evidencia científica las cuestiona, y con qué fin se le presentan diariamente a usted y al público.

Comencemos por una de las falsedades más importantes, que es la afirmación de que los recortes de gasto público en los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como sanidad, educación, servicios domiciliarios, vivienda social, y otros (que están perjudicando enormemente el bienestar social y calidad de vida de las clases populares), son necesarios para que no aumente el déficit público. Y se preguntará usted, “y, ¿por qué es tan malo que crezca el déficit público?”. Y los reproductores de la sabiduría convencional le responderán que la causa de que haya que reducir el déficit público es porque el crecimiento de este déficit determina el crecimiento de la deuda pública, que es lo que el Estado tiene que pagar (predominantemente a la banca, que tiene algo más de la mitad de la deuda pública en España) por haber pedido prestado dinero a la banca para cubrir el agujero creado por el déficit público. Se subraya así que la deuda pública (que se considera una carga para las generaciones venideras, que tendrán que pagarla) no puede continuar creciendo, debiéndose reducir recortando el déficit público, lo cual quiere decir para ellos recortar, recortar y recortar el Estado del Bienestar, hasta el punto de acabar con él, que es lo que está ocurriendo en España.

Los argumentos que se utilizan para justificar los recortes no son creíbles.
El problema con esta postura es que los datos (que la sabiduría convencional oculta o ignora) muestran precisamente lo contrario. Los recortes son enormes (nunca se habían visto durante la época democrática unos tan grandes), y en cambio, la deuda pública continúa y continúa creciendo. Mire lo que está pasando en España, por ejemplo, con la sanidad pública, uno de los servicios públicos más importantes y mejor valorados por la población. El gasto público sanitario como porcentaje del PIB se redujo alrededor de un 3,5% en el periodo 2009-2011 (cuando debería haber crecido un 7,7% durante el mismo periodo para llegar al gasto promedio de los países de semejante desarrollo económico al nuestro), y el déficit público se redujo, pasando del 11,1% del PIB en 2009 al 10,6% en 2012, y en cambio la deuda pública no bajó, sino que continuó aumentando, pasando del 36% del PIB en 2007 al 86% en 2012. En realidad, la causa de que la deuda pública esté aumentando se debe, en parte, a los recortes del gasto público.

¿Cómo puede ser eso?, se preguntará usted. Pues la respuesta es fácil de ver. El descenso del gasto público implica que disminuye la demanda pública y con ello el crecimiento y la actividad económica, con lo cual el Estado recibe menos ingresos por vía de impuestos y tasas. Y al recibir menos impuestos, el Estado debe endeudarse más, con lo cual la deuda pública continúa creciendo. Ni que decir tiene que el mayor o menor impacto estimulante del gasto público depende del tipo de gasto. Pero se está recortando en los servicios públicos del Estado del Bienestar, que son los que crean más empleo y que están entre los que estimulan más la economía. Permítame que repita esta explicación debido a su enorme importancia.

Cuando el Estado (tanto central como autonómico y local) aumenta el gasto público, aumenta la demanda de productos y servicios, y con ello el estímulo económico. Cuando baja, disminuye la demanda y desciende el crecimiento económico, con lo cual el Estado recibe menos fondos. Es lo que en la terminología macroeconómica se conoce como el efecto multiplicador del gasto público. La inversión y el gasto públicos facilitan la actividad económica, lo cual es negado por los economistas neoliberales (que se promueven en la gran mayoría de medios de mayor información y persuasión del país), y ello a pesar de la enorme evidencia publicada en la literatura científica (ver mi libro Neoliberalismo y Estado del Bienestar, Ariel Económica, 1997).

Otra farsa: nos gastamos más de lo que tenemos
La misma sabiduría convencional le está diciendo también que la crisis se debe a que hemos estado gastando demasiado, muy por encima de nuestras posibilidades. De ahí la necesidad de apretarse el cinturón (que quiere decir recortar, recortar y recortar el gasto público). Por regla general, esta postura va acompañada con el dicho de que el Estado tiene que comportarse como las familias, es decir “en ningún momento se puede gastar más de lo que se ingresa”. El Presidente Rajoy y la Sra. Merkel han repetido esta frase miles de veces.

Esta frase tiene un componente de hipocresía y otro de falsedad. Déjeme que le explique el por qué de cada uno. Yo no sé cómo usted, lector, compró su coche. Pero yo, como la gran mayoría de españoles, compro el coche a plazos, es decir, a crédito. Todas las familias se han endeudado, y así funciona su presupuesto familiar. Pagamos nuestras deudas a medida que vamos ingresando los recursos que, para la mayoría de españoles, proceden del trabajo. Y de ahí deriva el problema actual. No es que la gente haya ido gastando por encima de sus posibilidades, sino que sus ingresos y sus condiciones de trabajo han ido deteriorándose más y más, sin que la población sea responsable de ello. En realidad, los responsables de que ello ocurra son los mismos que le están diciendo que tienen que recortarse los servicios públicos del Estado del Bienestar y también bajar los salarios. Y ahora tienen la osadía (para ponerlo de una manera amable) de decir que la culpa la tenemos usted y yo, porque hemos estado gastando más y más. Yo no sé usted, pero le garantizo que la mayoría de las familias no han estado comprando y amasando bienes como locos. Todo lo contrario.

La misma hipocresía existe en el argumento de que el Estado ha estado gastando demasiado. Fíjese usted, lector, que el Estado español ha estado gastando, no mucho más, sino mucho menos de lo que han gastado otros países de similar nivel de desarrollo económico. Antes de la crisis, el gasto público representaba solo el 39% del PIB, cuando el promedio de la UE-15 era un 46% del PIB. Ya entonces, el Estado debería haberse gastado como mínimo 66.000 millones de euros más en gasto público social para haberse gastado lo que le correspondía por su nivel de riqueza. No es cierto que ni las familias ni el Estado se hayan gastado más de lo que deberían. Y a pesar de ello, le continuarán diciendo que la culpa la tiene la mayoría de la población que ha gastado demasiado y ahora tiene que apretarse el cinturón.

También habrá usted escuchado que estos sacrificios (los recortes) hay que hacerlos “para salvar al euro”.
De nuevo, esta cantinela de que “estos recortes son necesarios para salvar al euro” se reproduce constantemente Ahora bien, en contra de lo que constantemente se anuncia, el euro no ha estado nunca en peligro. Ni tampoco hay la más mínima posibilidad de que algunos países periféricos (los PIGS, que incluyen a España) de la Eurozona sean expulsados del euro. En realidad, uno de los problemas de los muchos que tienen estos países es que el euro está demasiado fuerte y sano. Su cotización ha estado siempre por encima del dólar y su elevado poder dificulta la economía de los países periféricos de la Eurozona. Y otro problema es que el capital financiero alemán les ha prestado, con amplios beneficios, 700.000 millones de euros y quiere ahora que los países periféricos los devuelvan. Si alguno de ellos dejara el euro, la banca alemana podría colapsar. Esta banca (cuya influencia es enorme) no quiere ni oír hablar de que estos países deudores se vayan del euro. Les aseguro que es lo último que desean.

Esta observación, que es obvia, no es un argumento, por cierto, a favor de permanecer en el euro. En realidad, creo que los países PIGS deberían amenazar con salirse del euro. Pero es absurdo el argumento que se utiliza de que España tenga que ver reducido el tiempo de visita al médico todavía más para salvar al euro (que es el código para decir, “salvar a la banca alemana y devolverle el dinero” que prestó consiguiendo enormes beneficios).

Estas son las falacias que constantemente se le exponen. Pero le aseguro que se le presentan sin que exista ninguna evidencia que las avale. Así de claro.

La causa de los recortes
Y se preguntará usted, ¿por qué se hacen entonces estos recortes? Y la respuesta es fácil de ver, aunque raramente la verá en aquellos medios de información y persuasión. Es lo que solía llamarse “lucha de clases”, pero ahora aquellos medios no utilizan esta expresión por considerarla “anticuada”, “ideológica”, “demagógica” o cualquier epíteto que utilizan para mostrar el rechazo y deseo de marginalización de aquellos que ven la realidad según un criterio distinto, e incluso opuesto, al de los que definen la sabiduría convencional del país.

Pero, por mucho que lo quieran ocultar, esa lucha existe. Es la lucha (lo que mi amigo Noam Chomsky llama incluso guerra de clases –como expone en su introducción al libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, de Juan Torres, Alberto Garzón y yo) de una minoría (los propietarios y gestores del capital, es decir, de la propiedad que genera rentas) contra la mayoría de la población (que obtiene sus rentas a partir de su trabajo).

Ni que decir tiene que esta lucha de clases ha ido variando según el periodo en el que uno vive. Era distinta en la época de nuestros padres y abuelos de la que está ocurriendo ahora. En realidad, ahora es incluso más amplia, pues no es solo de las minorías que controlan y gestionan el capital contra la clase trabajadora (que continúa existiendo), sino que incluye también a grandes sectores de las clases medias, formando lo que se llaman las clases populares, conjuntamente con la clase trabajadora. Esta minoría es enormemente poderosa y controla la mayoría de los medios de información y persuasión, y tiene también una gran influencia sobre la clase política.

Y este grupo minoritario desea que se bajen los salarios, que la clase trabajadora esté atemorizada (de ahí la función del desempleo) y que pierda los derechos laborales y sociales. Y está reduciendo los servicios públicos como parte de esta estrategia para debilitar tales derechos. También es un factor importante la privatización de los servicios públicos, que es consecuencia de los recortes, y que permite la entrada del gran capital (y muy en particular del capital financiero-banca y de las compañías de seguros) en estos sectores, aumentando sus ganancias.

Usted habrá leído cómo en España las compañías privadas de seguros sanitarios se están expandiendo como nunca antes lo habían conseguido. Y muchas de las empresas financieras de alto riesgo (que quiere decir, altamente especulativas) están hoy controlando grandes instituciones sanitarias del país gracias a las políticas privatizadoras y de recortes que los gobiernos están realizando, justificándolo todo con la farsa (y créanme que no hay otra manera de decirlo) de que tienen que hacerlo para reducir el déficit público y la deuda pública.
Fuente: http://www.vnavarro.org/?p=10378

domingo, 12 de enero de 2014

Mascotas. En países con una democracia más asentada, antes de que un escándalo llegue a la opinión pública, el protagonista ya ha dimitido o le han echado a la calle

Como la mascota que se entretiene royendo un hueso de plástico, a la que el amo lanza una pelota y siempre se la devuelve con la boca, así parecen estar condenados a comportarse los líderes de opinión de este país ante los escándalos que sacuden nuestra vida pública. No importa que la mascota sea contestataria, apacible, nerviosa o una de esas que husmea los genitales de los invitados cuando llegan a tu casa. Cualquiera que sea su carácter, si se consigue educarla bien, le dices siéntate y se sienta, dame la patita y te la da, recoge la pelota y obedece. Incluso irá a hacer sus cosas en el rincón de siempre sobre el periódico en el que firma. Ahora mismo los medios de comunicación han dejado de roer los casos de Gürtel y de los ERE de Andalucía. Las mascotas parecen haberse aburrido de estos juguetes ya demasiado mordidos o babeados y de pronto se muestran felices con otros huesos, peluches o pelotas de todos los colores que les acaban de regalar. El quebrantamiento físico del Rey, la imputación de la infanta Cristina, el destino de la Monarquía, la aventura independentista de Cataluña, la neurosis religiosa aberrante del proyecto de ley sobre el aborto son los nuevos huesos de plástico que los periodistas deberemos roer de aquí al verano. En nuestro circo mediático sucede algo muy peculiar que no se da en los países con una democracia más asentada, donde por regla general antes de que un escándalo llegue a la opinión pública, tal vez por conducir borracho, por haber defraudado al fisco, por mentir en cualquier declaración, por comprar una chocolatina con el dinero del erario o simplemente porque un ministro ha demostrado ser un idiota, el protagonista ya ha dimitido o le han echado a la calle con una patada en el culo o ha ido a la cárcel o ha decidido ahorcarse. Aquí el derecho a la información parece destinado a todo lo contrario. Se trata de roer y babear el hueso, de juguetear con el peluche hasta destrozarlo, de ir una y otra vez por la pelota y devolverla al amo del cotarro hasta que el escándalo de corrupción o un grave problema político, disuelto en saliva, diluya toda su carga explosiva bajo una apabullante y confusa catarata de artículos, opiniones y tertulias, que al final no son sino una forma, mejor o peor, de ganarse la vida.
Fuente: Manuel Vicent. El País.

'Hazte aventurera', la parodia del anuncio de Campofrío


viernes, 10 de enero de 2014

¿Es buen negocio ir a la universidad? Luis Fajardo BBC Mundo

Es una paradoja cruel. Las puertas de las universidades latinoamericanas, tradicionalmente elitistas, finalmente se están abriendo a los estudiantes más pobres; pero pasar por ellas ya no es garantía de prosperidad futura.

Muchos graduados salen del claustro universitario a recibir dos golpes dolorosos y simultáneos: las deudas acumuladas y el desempleo profesional. En esas condiciones, ¿sigue siendo buen negocio buscar un título universitario?

La respuesta no es simple. Como le dicen a BBC Mundo los expertos consultados, depende cada vez más de que los estudiantes actúen como consumidores muy bien informados, para escoger bien dónde y qué quieren estudiar.

Pues si bien es más fácil ahora entrar a las universidades, no son pocas las que ofrecen educación de baja calidad, que no será recompensada nunca con los altos sueldos a los que aspiran los graduados y sus familias.

Endeudados y sin trabajo
Oscar Cortés, chileno y graduado en ingeniería, le resume a BBC Mundo su experiencia: "Mi deuda tiene una tasa bastante más alta que la que pagan aquellos que quieren comprar un auto o una casa, y eso y el alto valor de la educación desató la ira reprimida por tantos años en este país", dice refiriéndose a las protestas estudiantiles que han sacudido a Chile a partir de mayo de 2011.

"Hoy solo queda resignarme y buscar conseguir un buen empleo para pagar toda la deuda que tengo que cargar", afirma Cortés.

Paola Vergez, periodista en Colombia, tiene un crédito pendiente de US$10.000.
"Recién me gradué de la universidad y estoy sin trabajo", le cuenta a BBC Mundo.

Más educación
Por generaciones, enviar a un hijo a la universidad fue un privilegio que se daba por descontado para las élites latinoamericanas, un motivo de orgullo que se pagaba con gran sacrificio en las familias de clase media y un sueño prácticamente inalcanzable para los pobres de la región, incluso con la universidad pública gratuita que fue la norma durante buena parte del siglo XX.

Hoy la situación es distinta. Se han presentado cambios enormes en torno a la cobertura del sistema universitario y la manera en que se paga. Las universidades se han expandido de manera dramática en muchos países de América Latina.

En Colombia, en 1970 el número de estudiantes en la educación superior llegaba a 85.000, apenas un 3% de cobertura. En 2011, eran 1 millón 850 mil, o cerca de 39%.

En el caso chileno, en 1992 la cobertura de la educación superior de los chilenos no llegaba a 20%, mientras que en 2009 cerca del 40% de los estudiantes entre 18 y 24 años cursaban educación terciaria.

Hasta ahí, lo bueno. Pero al mismo tiempo que aumentaba la cobertura, en muchos de esos países se redujeron los subsidios estatales.

Mientras en Argentina y Uruguay, entre otros, se mantiene todavía el principio de gratuidad de la universidad pública, en otros como Chile y Colombia, parte importante de la expansión de la cobertura universitaria ha ocurrido por cuenta de las universidades privadas.

En el caso colombiano, incluso las públicas han aumentado sus tarifas. Por lo que el sueño de la universidad va cada vez más aparejado con la necesidad de endeudarse para pagar matrículas caras.

Sin embargo, la mala calidad de la educación básica con la que llegan muchos de esos nuevos aspirantes a la universidad, en especial los más pobres, hace que no puedan aprovechar bien la educación superior y no consigan graduarse.

Y entre los que sí consiguen el título, también hay mucha frustración. La proliferación de instituciones de educación superior con escasa supervisión estatal ha resultado en que muchos estudiantes terminen pagando por una universidad de mala calidad, que no les sirve para conseguir un buen trabajo al momento de la graduación, cuando tienen que empezar a responder por sus créditos.

¿Contra la pobreza?
Sergio Urzúa, investigador chileno de la Universidad de Maryland en Estados Unidos, resume así el problema.

"A la gente se le dice que la educación superior es el camino para dejar la pobreza. Eso es cierto en la medida en que la educación superior sea de calidad. Pero no es obvio que efectivamente eso esté ocurriendo", le comenta a BBC Mundo.

"En Chile, muchas de las universidades con aranceles altos tienen problemas de calidad", reconoce también a BBC Mundo Juan Manuel Zolezzi, vicepresidente del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, entidad que representa a las universidades públicas y privadas más tradicionales de ese país.

Luis Fernando Gamboa, investigador de la Universidad del Rosario en Colombia, agrega: "Los sistemas de crédito han hecho que algunas tasas de retorno sean negativas. En algunos casos, lo que el estudiante invirtió y además lo que dejó de ganar mientras estudiaba es más que lo que recibe cuando se gradúa".

Ola de protestas
Para Urzúa, algunos graduados chilenos ahora están peor económicamente que si no hubieran estudiado.

"He hecho cálculos de que en Chile el aumento en el acceso a la educación superior ha aumentado la pobreza, porque chicos que antes ayudaban en su casa hoy están en el sistema de educación superior y ahora no están contribuyendo y se están endeudando", señala Urzúa.

"La apuesta es que en el mediano plazo las personas que hayan pasado por el sistema de educación superior puedan retribuir, pero si no aseguramos calidad, no es obvio que ello vaya a ocurrir".

Urzúa publicó en 2012 un estudio titulado "Rentabilidad de la Educación Superior en Chile", donde argumentaba que en ese país el 39% de los titulados de la educación superior obtiene retornos negativos una vez incorporados al mundo laboral, es decir, casi dos de cada cinco profesionales tendrían mayores ingresos si hubiesen entrado al mercado laboral sin pasar por la universidad.

"El paso por el sistema de educación superior no asegura necesariamente mejores condiciones de empleo, particularmente para aquellos que no se titulan", asegura el estudio, que utilizó datos oficiales, algunos de los cuales se encuentran en el portal estatal www.mifuturo.cl

"Podemos terminar con una juventud con un título universitario pero extremadamente molesta respecto de lo que se le prometió y lo que terminó logrando", le dice a BBC Mundo el académico Urzúa, para quien esta situación ayuda a explicar la ola de protestas estudiantiles que ocurrió en Chile, y que en su opinión, puede ocurrir también en Colombia.

Un buen negocio
En Bogotá, la Ascun, el gremio que representa a las universidades colombianas, insiste en que la educación superior es buen negocio para los jóvenes de ese país.

Para Carlos Forero Robayo, director ejecutivo de esa entidad, los datos en Colombia "indican que es rentable, si se quiere, estudiar, porque el mercado salarial distingue según la acumulación de conocimientos".

Todos los consultados coinciden en advertir que la universidad sigue proporcionando a la sociedad y a muchos individuos enormes beneficios.

Y por supuesto, los que consiguen una educación de calidad frecuentemente ven que el beneficio monetario que obtienen al graduarse es rápido y contundente.

Eso piensa el chileno Ignacio Contreras: "En mi caso, la experiencia ha sido muy buena. Estudié Ingeniería Civil Industrial y me otorgaron un crédito por casi el 50% del arancel de mi carrera", le dice a BBC Mundo.

"Actualmente estoy pagando el crédito, el cuál no supera el 5% de mis ingresos anuales. El crédito fue un alivio para mis padres... y también permite que uno pueda ser parte del pago de sus propios estudios", añade.

Información
El punto crucial es tener la información para escoger bien.

El profesor Urzúa ve un papel destacado para el Estado a la hora de ejercer control sobre centros de enseñanza de baja calidad.

Graduados
Los graduados de universidades de baja calidad tendrán problemas en recuperar su inversión.

También consideran importante que el estudiante esté consciente de las oportunidades laborales disponibles para la carrera que escogió estudiar.

"Si quiere estudiar porque le gusta, está bien, pero que lo haga informado, y no que a los 5 o 6 años piense que fue un fraude cuando se dé cuenta que el mercado laboral no le da cabida", insiste Urzúa.

De manera similar, Juan Manuel Solezzi del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas advierte que en su país, estudiar carreras en las artes, humanidades y ciencias sociales no es muy rentable. Y al preguntársele si le recomendaría a un familiar que siguiera alguna de esas disciplinas, reconoce: "Desde un punto de vista puramente economicista, le diría que estudiara algo en el área tecnológica, de negocios o de servicios".

Un estudio publicado por la Universidad Diego Portales en Chile asegura, por ejemplo, que un estudiante de ingeniería comercial en una prestigiosa universidad privada de ese país recupera su inversión a los 2,1 años de graduado, mientras que la persona que estudió educación parvularia (preescolar) tiene que trabajar 14,1 años para recuperar su inversión.

Expectativas
Como parte del esfuerzo por asegurar que los estudiantes tengan la información correcta sobre los beneficios que les representará la universidad, los expertos indican que hay que enfrentar un problema generalizado de expectativas enormes y a veces infundadas.

En Colombia, el profesor Gamboa de la Universidad del Rosario cuenta que, como parte de una investigación, preguntó a sus alumnos de segundo semestre de universidad sobre cuánto pensaban que sería su salario al graduarse.

"Cuando uno compara con el salario promedio en este momento en Colombia, ellos están sobrestimando el retorno de la educación en cerca de un 50%", le asegura Gamboa a BBC Mundo.

"Mi hijo el doctor"
Grado
Las universidades ofrecen otros beneficios que no pueden medirse con dinero, aseguran expertos.

Al final, como dice Carlos Forero Robayo de la Asociación Colombiana de Universidades, estas instituciones tienen una enorme rentabilidad para la sociedad en su conjunto que hay que considerar a la par con los beneficios privados que reciben los estudiantes.

Además, para millones de familias latinoamericanas, seguirá habiendo pocos motivos de felicidad comparables a poder hablar en una reunión de "mi hijo el doctor", o "mi hija la ingeniera".

Lo importante, advierten los expertos una y otra vez, es que esa valiosa experiencia no se vea frustrada por expectativas exageradas de lo que la universidad va a hacer por ellos una vez salgan al mundo cruel y competitivo del mercado laboral.
Fuente BBC.