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domingo, 11 de febrero de 2024

Bancos avarientos que destruyen economías y democracias



Ha querido al azar que hayan coincidido dos hechos que merece la pena comentar. El primero, el anuncio de que sólo los cinco mayores bancos españoles ganaron 26.088,1 millones de euros en 2023, un 25,96 % más que el año anterior. El segundo, la publicación de un nuevo libro del economista Gerald Epstein sobre el papel de los bancos en las economías contemporáneas.

Epstein es catedrático de Economía en la Universidad de Massachusetts Amhers y este libro es el resultado, según él mismo ha comentado, de varias décadas de investigación. En esta obra demuestra, con multitud de datos y documentos, que existe lo que llama un auténtico “Club de banqueros” formado por políticos, funcionarios, directores ejecutivos de empresas no financieras, dirigentes de los bancos centrales, abogados y economistas que unen sus fuerzas para defender los intereses de la banca privada y hacer que las leyes le favorezcan.

Gracias a ello, se ha podido imponer una libertad de acción generalizada que permite a la banca desentenderse de la economía real para dedicarse a la especulación financiera llevando a cabo inversiones muy rentables, pero sumamente arriesgadas. Así ha obtenido cada vez más ganancias y poder, aunque produciendo al mismo tiempo la mayor intensidad de crisis financieras de la historia de la humanidad.

Prueba de ello es que no más del 15% de la actividad financiera global se dirige a financiar a la que realizan empresas y consumidores para crear bienes y servicios o consumirlos. El resto, pura especulación improductiva.

Y no sólo eso, es cada día más evidente que la banca de nuestro tiempo es la fuente de donde mana el dinero sucio que utilizan los delincuentes que cometen los delitos internacionales más aberrantes y sostienen el crimen organizado, y que son los propios bancos quienes corrompen y financian la corrupción de la vida social y económica, habiendo sido condenados por ello en docenas de ocasiones, a pesar de la influencia directa que, en todos los países, tienen sobre la administración de justicia. Basta consultar en cualquier buscador de internet para encontrar multitud de noticias, estudios e informes sobre ello y comprobarlo

Los más de 26.000 millones de euros de beneficios de la banca española son una manifestación más de la degeneración del sistema financiero actual. No son el resultado de una actividad que ayude a las empresas y cree riqueza. Son, en realidad, una autentica regalía, el resultado de un privilegio. El que concede el Banco Central Europeo a los bancos cuando lleva a cabo una política monetaria que sólo sirve para aumentar sus ganancias. Les deja que transmitan las subidas de tipos al crédito sin apenas aumentar la retribución de los depósitos que reciben, mientras que les paga más por los que la banca hace en el banco central. Lo cual, además, genera pérdidas en los bancos centrales que tendrán que pagar los gobiernos, es decir, el conjunto de la ciudadanía.

Los beneficios que vienen obteniendo los bancos españoles sólo pueden calificarse como obscenos e insultantes, no sólo por su cuantía exagerada, cuando las empresas y familias pasan tantas dificultades para salir adelante; sino también por ese origen mencionado y porque muestran que la banca actual, como señala Epstein en su libro, ha perdido su función tradicional, la de administrar el ahorro y financiar a quien necesita recursos para crear riqueza y satisfacer necesidades.

El negocio bancario de nuestros días no contribuye a que funcione la economía. Por el contrario, le pone palos en las ruedas, es corrupto, provoca crisis que pagan los ciudadanos y las ganancias ingentes que obtienen dan a los banqueros un poder político y mediático que destroza las democracias, porque su libertad para ganar dinero sin descanso, sin límites y sin miramientos es, por definición, incompatible con la del resto de las personas.

Si viviéramos en un mundo decente no se permitiría que todo esto ocurriera. La actividad bancaria se consideraría un servicio público esencial para la economía y los bancos estarían obligados a proporcionar recursos a empresas y familias solventes, sin poder provocar su escasez artificial. Habría una banca pública para encargarse de la financiación no necesariamente rentable pero imprescindible, y la privada tendría que someterse a ese principio, ser transparente y rendir cuentas; exactamente lo mismo que los bancos centrales que no pueden seguir siendo meros instrumentos al servicio del interés privado.

Lo que hay tras el vergonzoso beneficio de la banca es sólo avaricia y lo que esta esconde lo descubre a la perfección el saber popular: en el arca del avariento, el diablo yace dentro.

Fuente: 

domingo, 24 de septiembre de 2023

Intereses bancarios: aberración económica y espada de Damocles 20 de septiembre de 2023


Casi el 15% del producto mundial dedicaron las empresa, hogares y gobiernos en 2022 a pagar intereses: 13 billones de dólares que se metieron los bancos en sus carteras prestando el dinero que crean de la nada.

Casi el 15% del producto mundial dedicaron las empresa, hogares y gobiernos en 2022 a pagar intereses: 13 billones de dólares que se metieron los bancos en sus carteras prestando el dinero que crean de la nada.

El semanario The Economics calculó en un informe publicado el pasado mes de febrero que las empresas, hogares y gobiernos de 58 países que en conjunto representan el 90% del PIB mundial pagaron en 2022 un total de 13 billones de dólares en intereses a las entidades financieras, 2,6 billones más que en 2021. Casi lo mismo que el dinero destinado a salud y educación en todo el mundo.

Los intereses que se pagan a los bancos constituyen una losa brutal para hogares, empresas y gobiernos pues dificultan o incluso impiden el ahorro, la inversión y el desarrollo adecuado de la actividad productiva que satisface necesidades humanas. Sirvan un par de ejemplos.

En España, el tipo de interés medio entre 2010 y 2022 de las tarjetas de crédito en las que el pago se aplaza automáticamente (revolving) fue del 20,14%. Bancos como el Sabadell o el BBVA han estado ofreciendo préstamos al consumo este verano al 19,09% o 15,6%, respectivamente. El resto, a una media del 10%, un tipo que hace que la deuda se duplique cada 7,2 años.

En la Eurozona, la deuda pública aumentó en 12,2 billones de euros desde 1995 a 2022 y los intereses en 7,2 billones. Es decir, 6 de cada 10 euros de aumento de la deuda pública europea en ese periodo vinieron del pago de intereses.

Pero los intereses no sólo no son una losa. Una de las grandes mentiras económicas que la gente se cree es la que dice que los bancos han de cobrar intereses porque arriesgan el dinero de sus clientes puesto que prestan sus depósitos. Es falso, como explico con claridad en mi libro Econofakes. En realidad, los bancos crean el dinero de la nada cuando dan préstamos, lo mismo que hacen los bancos centrales. Y lo crean, como decía el economista liberal francés Maurice Allais, gracias a una ficción: quien deposita el dinero en un banco cree que lo tiene disponible allí, pero el banco lo usa para prestar a mayor interés o para invertir, de modo que el dinero se multiplica.

Se pagan intereses a los bancos sin necesidad, porque se les ha concedido ese privilegio. De hecho, los bancos ni siquiera desempeñan hoy día su función económica natural, la de intermediar entre quienes ahorran y quienes invierten. Se han convertido ellos mismos en inversores del dinero ajeno, quedándose con las ganancias y trasladando a la economía el riesgo enorme y el gran coste que eso lleva consigo.

Si el dinero que prestan los bancos sale de la nada ¿por qué cobran intereses? ¿No bastaría, en todo caso, con realizar un pago en concepto de administración? Y lo que es peor ¿por qué se le da a los bancos la capacidad de cobrar, no un interés normal o natural, sino los leoninos que multiplican ad aeternum la deuda?

El sistema actual que permite a los bancos cobrar interés por proporcionar el dinero que no le cuesta nada obtener es un privilegio inmoral y una aberración económica que sobrecarga a hogares, empresas y gobiernos y provoca ruina y crisis económicas. Sólo para hacer bimillonarios a los banqueros.

El escritor italiano y superviviente del Holocausto Primo Levi escribió en su libro Los hundidos y los salvados sobre los campos de concentración nazis: «Es el deber de los hombres justos hacer la guerra a todos los privilegios inmerecidos». Para nuestra desgracia, quienes gobiernan el mundo y hacen las leyes no sólo no siguen este principio sino que son ellos mismos quienes conceden los privilegios y protegen a los privilegiados

viernes, 24 de marzo de 2023

Mienten: el sistema bancario no es sólido. Los bancos están quebrados y bajo una regulación defectuosa

Las autoridades de Estados Unidos y Europa no paran de repetir en los últimos días que el sistema bancario es sólido y que no hay que preocuparse porque están preparadas para evitar que pueda tener problemas.

Es mentira.
Los bancos de todo el mundo están quebrados por definición. Es materialmente imposible que puedan devolver a sus clientes el dinero que estos tienen depositado en sus cuentas por la sencilla razón de que no lo tienen. Si los bancos no caen es porque consiguen hacer creer a sus clientes que pueden tener confianza en ellos y no ir rápidamente a retirar su dinero. Cuando la pierden, como ha pasado últimamente con varios bancos de Estados Unidos o con el Credit Suisse, enseguida se vienen abajo.

Pero ni siquiera eso es lo peor.
Como añadidura, las inversiones que los bancos llevan a cabo con el dinero de sus clientes son cada día más arriesgadas. Lo colocan (sin informarles, en la inmensa mayoría de las ocasiones) en negocios puramente especulativos y, una buena parte de ellos, incluso en la sombra; es decir, al margen de todo tipo de control. Tanto, que ni siquiera los incluyen en sus balances, tal y como reconoció el Banco Internacional de Pagos en un informe reciente en el que señalaba que los bancos tienen deuda oculta por valor diez veces mayor que el de su capital.

En concreto, la banca internacional realiza la mayor parte de su inversión en los llamados derivados. Dicho de la manera más sencilla y clara, estos son simplemente unos productos financieros concebidos para apostar tomando préstamos porque, efectivamente, el sistema financiero se ha convertido en un inmenso casino, tal y como lo definió el premio de Economía del Banco de Suecia Maurice Allais.

Aunque es muy difícil saber exactamente la cifra de ese negocio, pues la mayoría de los intercambios se realiza de forma privada, las estimaciones van desde los 600 billones (millones de millones) de dólares del Banco Internacional de Pagos, hasta los 1.000 billones. Esta es la auténtica bomba de relojería sobre la que está sentada la banca internacional. La que aún no ha explotado pero que explotará irremisiblemente y con consecuencias difíciles de imaginar si los gobiernos y bancos centrales siguen permitiendo ese negocio, como hasta ahora.

Supuestamente, quienes operan con derivados lo hacen para defenderse ante el cambio en algún tipo de circunstancia (tipo de interés, prima de riesgo, quiebra, incumplimiento de pago…). La realidad, sin embargo, es que se utilizan para especular, aprovechando los cambios en esas mismas circunstancias que los grandes operadores pueden provocar a su conveniencia. Y eso es lo que puede dar lugar a gravísimos problemas si el riesgo inherente a esas operaciones se desajusta en algún momento y perjudica al mismo tiempo a varios operadores. Algo que ocurrirá antes o después necesariamente, por ley de los grandes números y por la naturaleza intrínseca del negocio: si alguien pide prestado para comprar un seguro (un derivado) por el cual cobrará si arde la casa de su vecino y, puesto que la casa no es suya, le interesa que arda cuanto antes para cobrarlo. Y de ahí a que sea él mismo quien la incendie puede haber muy poca distancia.

Todos los bancos del mundo están involucrados en este tipo de operaciones (por no hablar del tráfico de armas o de personas o del lavado de dinero que para ellos es peccata minuta o calderilla) y eso quiere decir que unos alimentan constantemente el riesgo que afecta a los demás. Antes o después, cuando se vea afectado uno de los grandes bancos, el sistema comenzará a arder en mucha mayor medida en que ya lo hizo en 2007-2008. Créanme, lo que han visto hasta ahora no es nada en relación con lo que, antes o después, va a producirse.

El riesgo diario de crisis bancaria tiene también que ver con la naturaleza del negocio bancario.

La gente cree que los bancos ganan dinero aceptando depósitos de sus clientes, pero eso no es así. El negocio de la banca es dar préstamos y la clave está en que eso puede hacerlo sin disponer de recursos previos: el dinero que prestan a sus clientes lo crean de la nada, mediante simples anotaciones contables.

Es verdad que los bancos centrales les obligan a mantener en sus cajas una parte de los depósitos o del capital, pero es un porcentaje no mayor del 1% en Europa, es decir, insignificante. Y, además, pueden disponer de él una vez que ya han dado los préstamos, simplemente pidiendo prestado a los bancos centrales.

Ese privilegio es el que hace que la economía mundial descanse (si es que se puede utilizar esta palabra en este caso) sobre otra bomba: la de la deuda.

¿Qué banco va a renunciar a hacer negocio haciendo crecer la deuda si puede obtener el dinero para ganar dinero con ella sin coste alguno?

La consecuencia es doble. Una, que los bancos influyen para que las políticas económicas frenen la generación de ingreso y obliguen a gobiernos, empresas y hogares a endeudarse sin parar, lo cual frena la economía y hace que siempre vaya a trompicones. Otra, que la deuda, gracias al tipo de interés compuesto, crece exponencialmente (una deuda al 4% se duplica en 18 años y al 7% en 10), mientras que la economía normal, la productiva, no puede crecer así, sino más lentamente y con altos y bajos. Eso produce algo que sabemos desde los códigos babilónicos: periódicamente las deudas estallan, es imposible pagarlas y todo se viene abajo, salvo que se anulen por completo.

Y, para terminar, hay un último problema. 
Funcionando sobre estas bases que acabo de señalar, los bancos se han convertido en el principal factor de perturbación y crisis de las economías modernas. Las autoridades lo saben perfectamente y tratan de establecer controles y normas que impidan que se salgan de madre cada dos por tres a base de inversiones arriesgadas, deuda incontrolable o sencillamente de estafas, como las que provocaron la crisis de 2007. Pero los bancos son las instituciones más poderosas del planeta y no se dejan atar fácilmente.

En Estados Unidos son copropietarios de la Reserva Federal, es decir, participan en la toma de las decisiones, de modo que pueden evitar fácilmente que se adopten las que no les conviene o reducen sus beneficios. En Europa, el Banco Central Europeo está dirigido por exdirectivos de los grandes bancos y quienes no lo han sido saben que pueden terminar en ellos una vez que concluyan allí su actividad (véanse los consejos de administración privados en donde han acabado los antiguos gobernadores del Banco de España, sin ir más lejos).

Sirva un solo ejemplo de lo que digo: para evitar que la quiebra de hecho de los bancos se refleje claramente, se les permite que valoren sus activos, en sus balances o a la hora de pedir préstamos o ayudas, a los precios que más les convengan y no a los actuales, los de mercado. Una práctica fraudulenta que obviamente no se permitiría a ninguna empresa o persona individual.

Gracias al poder que tiene, la banca actúa sabiendo que cualquiera que sea su mala práctica recibirá la ayuda necesaria cuando, por su causa, se encuentre en dificultades. Ayuda que, naturalmente, se le da siempre a cuenta del resto de contribuyentes.

Y el poder absoluto del que goza le permite, además, poner a su disposición a las auditoras, medios de comunicación, políticos y académicos en todo el mundo con el único fin de tapar su praxis peligrosa y fraudulenta y el riesgo que constantemente genera al resto de la economía.

No exagero: la auditora KPMG dio su visto bueno a las cuentas de los bancos Silicon Valley Bank y Signature solo dos semanas antes de su caída; la revista Forbes acababa de incluir a Silicon Valley entre los mejores bancos del planeta, y los más grandes del mundo (Deutsche Bank, HSBC, Santander, Citibank…) han sido condenados y multados en numerosas ocasiones (eso sí, con cantidades irrisorias) por lavado de dinero, fraude fiscal, fraudes bancarios, obstrucción a la justicia, mal asesoramiento a sus clientes, manipulación de tipos de interés… o han sido considerados responsables de la crisis de 2007-2008, sin que nada les haya pasado después.

Las reformas legales que se debían haber puesto en marcha después de esa última crisis y que las autoridades anunciaron a bombo y platillo o no se han aplicado o se han aplicado con alcance muy insuficiente. Los bancos pueden más que los gobiernos y les obligan a dejarlos actuar bajo una regulación defectuosa, porque les permite actuar como he explicado. Sabemos que, hasta ahora, los han dejado actuar prácticamente a sus anchas. La incógnita es si, cuando todo estalle, van a disponer de agua suficiente para aplacar el incendio. Lagarde dijo ayer que sí pero sabe perfectamente que si la crisis proviene de los derivados será materialmente imposible apagar el fuego.

Sólo los ingenuos y mal informados pueden creerse lo que nos están diciendo los irresponsables dirigentes de los gobiernos y bancos centrales: el sistema bancario no es sólido sino una bomba que va a explotar, lo malo de la crisis bancaria está por llegar, es inevitable si persisten en las medidas que están tomando y, como explico en mi último libro Más difícil todavía, lo malo es que no solo será bancaria sino que afectará a todas las empresas y al conjunto de la economía.

Infórmense bien, lean, descubran las numerosas alternativas que los economistas críticos ofrecen para que el sistema bancario sea estable, seguro y accesible, y no dejen que les quiten su dinero delante de sus narices.

Juan Torres López.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Economía y Bancos. Powell, Lagarde, von der Leyen, el FMI… van a equivocarse de nuevo

En mi libro Más difícil todavía (Deusto Ediciones) que está en librerías desde hace un par de semanas demuestro cómo las autoridades económicas se equivocaron y no supieron darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo con las subidas de precios que comenzaron a producirse a lo largo de 2021. Y explico también que más tarde, cuando ya no podían negar que la inflación se había desatado, volvieron a equivocarse a la hora de darle respuesta.

Desde hace poco tiempo, la inflación está entrando en una nueva fase y los mismos que se equivocaron entonces van a equivocarse de nuevo por la misma razón: analizan la situación cegados por un doble sesgo. Uno, resultado de utilizar modelos y teorías que la realidad ha desmentido y otro, consecuencia de su afán por proteger privilegiadamente a las grandes corporaciones y entidades financieras.

En la segunda mitad de 2021, muchos economistas señalábamos que la inflación había despegado y que era peligrosa. Yo mismo escribí en este diario un artículo en julio de 2021 titulado El verdadero peligro de la inflación que se avecina.

Sin embargo, los presidentes de los bancos centrales y los grandes organismos internacionales lo negaban.

Jerome Powell, el de la Reserva Federal de Estados Unidos, aseguró en junio de 2021: «La inflación es transitoria (…) Espero que baje en los próximos meses». En octubre, el Fondo Monetario Internacional decía que la subida de precios «volvería a los niveles registrados antes de la pandemia a mediados de 2022». Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, decía en diciembre de ese mismo año: «Tengo la firme convicción de que la inflación caerá en 2022«. Y el gobernador del Banco de España, ya en enero de 2022, afirmó que la inflación en España «se irá moderando en los próximos meses, hasta despedir el año incluso por debajo del 2 %«.

Todos se equivocaron, como explico en mi libro, por las mismas razones: explican el desarrollo de la inflación a corto plazo con teorías que ya no funcionan, le dan respuesta a partir de tesis monetaristas que los hechos han demostrado que no son reales y no contemplan factores que es evidente que están provocando subidas de precios. Por todas esas razones, se limitan a subir los tipos de interés, una terapia que no es útil y que produce mucho daño a empresas y hogares, pero que beneficia a las grandes empresas y a los bancos.

Últimamente, han cambiado algunas circunstancias y la inflación está entrando en una nueva fase, pero las mismas autoridades que antes se equivocaron se están volviendo a equivocar porque no saben apreciar lo que de verdad está ocurriendo y se empeñan en darle, otra vez, el mismo tratamiento inadecuado.

Los canales de suministro y el aprovisionamiento comienzan a desbloquearse, muchos gobiernos han tomado medidas contra la subida de precios energéticos, los iniciales shocks de oferta provocados por la invasión de Ucrania se están diluyendo y los tipos de interés más elevados han reducido la demanda (aunque no como se esperaba, tal y como señalaré enseguida). Todo ello ha permitido que la subida del índice general de precios se hayan moderado.

Sin embargo, la llamada inflación subyacente (la que no tienen en cuenta los precios de la energía, el combustible y los alimentos no elaborados) está subiendo y los bancos centrales interpretan que se trata de un brote más fuerte de inflación al que se debe responder con nuevas subidas de tipos de interés.

Se vuelven a equivocar porque el aumento de la inflación subyacente es un rescoldo de la subida de precios original, porque depende de factores diferentes a los que han causado la registrada hasta ahora y porque responde muy lenta y escasamente a subidas de tipos de interés.

Como ha señalado hace unos días Patrick Artus, director de investigación y estudios del banco francés Natixis (aquí y aquí), la inflación subyacente en Estados Unidos está más influida por los precios inmobiliarios y en Europa por los márgenes empresariales y los costes salariales. Y él mismo muestra que se necesitan seis trimestres para que subidas de tipos de interés produzcan, primero, caídas en el crecimiento, luego en la tasa de paro y, más tarde, en la inflación subyacente. Razón por la cual, dice Artus, el efecto las subidas de tipos iniciadas en marzo de 2021 han tenido un «efecto nulo sobre la inflación subyacente».

Si se quiere frenar la inflación subyacente europea el instrumento que preferentemente hay que utilizar es la política de rentas: determinar qué parte de responsabilidad tienen los márgenes empresariales y los costes salariales en su desencadenamiento y tratar de encontrar un equilibrio que garantice que las empresas no inflacionistas puedan salir adelante sin soportar los costes excesivos que produce la inflación y que los hogares no pierdan capacidad de compra, pues si eso ocurre serán las propias empresas que crean empleo las más perjudicadas, puesto que caerían sus ventas.

Seguir subiendo los tipos de interés reforzará la inflación a corto plazo y sólo va a beneficiar, una vez más, a la banca, al aumentar la deuda de empresas y hogares.

Y, por otro lado, se equivoca también la Comisión Europea si se empeña en comenzar a poner trabas fiscales para que los gobiernos lleven a cabo las inversiones necesarias para resolver el resto de los problemas de oferta que todavía quedan por resolver y que, como también explico en mi libro, tensionan los precios al alza. 

Juan Torres López,

domingo, 29 de agosto de 2021

Castigados en el Banco

A los niños se les manda a veces a la silla de pensar. Un suave castigo para que piensen en cómo se han portado, si han hecho algo malo o han dejado de hacer algo bueno. Pues bien, ahora voy a referirme no a niños y a niñas sino a personas mayores. Y no a sillas sino a bancos. No al objeto que sirve para sentarse sino a la organización que atesora y maneja el dinero de los clientes.

El termómetro que marca la temperatura moral de una sociedad es el trato que dispensa a los ancianos y las ancianas. (Por cierto, me acaban de regalar un libro que estoy deseando empezar a leer. Se titula “El club del crimen de los jueves”, de Richard Osman. Atención al subtítulo: “No subestimes el talento de un grupo de abuelos”. No lo cito solo por la relación con el tema que estoy abordando sino por el cariño que tengo a quien me lo regaló y por la confianza en su buen criterio lector).

Tengo una amiga alemana, de edad avanzada aunque de espíritu joven, que está viviendo un calvario con una sucursal bancaria de Rincón de la Victoria. Tiene abierta una cuenta desde hace años, ya que solía venir durante el verano a disfrutar de la paz y el sol de la costa.

Por diversos motivos ha tomado la decisión de cancelar la cuenta. Y no hay manera de que pueda hacerlo. Ella solicita mediante carta firmada de su puño y letra que se le haga una transferencia por el total del saldo a su banco de Munich y la respuesta es que solo se puede hacer mediante la banca on line. Ella argumenta que no sabe (ni puede, ni quiere) manejar los para ella sofisticados sistemas digitales. Como he leído en alguna parte “tiene el sistema nervioso”. La segunda alternativa es desplazarse en persona desde Munich a la sucursal para solicitar personalmente el cierre de la cuenta. Otra solución inviable en tiempos de Covid ya que todavía no está vacunada y acaso nunca vaya a estarlo porque le tiene tanto miedo al remedio que a la enfermedad. La tercera solución es que consiga un poder notarial a mi favor para que yo haga el trámite en la oficina. Lo cual supone para ella molestias, gestiones y gastos.

Cuando estoy plenamente inmerso en este problema de mi amiga, me encuentro con aun artículo de Arturo Pérez Reverte que, aunque no siempre es santo de mi devoción por lo que dice y por cómo lo dice, en esta ocasión, tengo que aplaudirle por el contenido y la forma de su alegato. El artículo se titula “Abuelos bajo el sol”. Critica el autor a los bancos que eliminan sucursales de los pueblos pequeños, abandonando a su suerte a los vecinos y vecinas que han tenido la gentileza de encomendarles el cuidado de su dinero. Y habla de largas colas de personas mayores ante los cajeros automáticos, a pleno sol, para realizar cualquier trámite bancario.

Dice Pérez Reverte: “Bajo un sol que cae como plomo derretido, la fila de personas se mueve despacio. Una espera de veinte minutos como mínimo, calculas observándolos. En su mayor parte son gente mayor. Abuelos hechos polvo. Están allí a la solanera, sin sombra ni lugar donde sentarse, ante la única terminal de cajero automático de esa sucursal. De ese Banco. Es agosto, la oficina está cerrada y la escena sucede por todas partes. En toda España, o como se llame esto ahora”.

Algunos datos para la reflexión: según el Banco de España, hay 1.300.000 españoles que viven sin bancos ni cajeros cerca. El año pasado cerraron 3000 sucursales y este año no ha sido menos. Hay muchos pueblos en los que la oficina más cercana está a 10 kilómetros. En esos pueblos, muchos vecinos tienen más de 70 años. ¿Qué pueden hacer sin la ayuda de hijos o nietos? Pero de ellos nadie se acuerda. Las decisiones tienen solamente la finalidad de engrosar los beneficios. Y por eso cada año, la banca (he cometido un error tipográfico y he escrito la banda, he estado a punto de mantener el error) ofrece ganancias millonarias.

Dice Pérez Reverte: “No es algo exclusivo de agosto, pues se repite todo el año, aunque en estas fechas sea más frecuente, más desvergonzadamente habitual por parte de esos bancos que, cuando el pelotazo inmobiliario engordaba dividendos, sembraron las ciudades de oficinas que embaulaban sueldos y pensiones -colocando productos financieros que acabaron siendo auténticas estafas- y que ahora, con las vacas flacas, desaparecen y dejan tirada a la clientela”.

Nadie responde al teléfono porque dicen que no podrían atender al personal que acude al banco. Después de las 11 no puede haber movimientos de caja, para que se acuda a los cajeros automáticos y así disponer de más tiempo. Tienes que hacer cola durante 30, 40, 60 minutos porque no hay personal… El robo del tiempo me parece escandaloso. Si alguien roba dinero o cuadros o joyas, en un gesto de arrepentimiento, puede devolverlo, pero el tiempo no tiene restitución posible. El problema es que la codicia no tiene límites. Por eso me indigna conocer cada año las ganancias millonarias de los bancos. Se le atribuye a Bertolt Brecht esta inquietante afirmación: “Atracar un banco es un delito, pero es más delito fundarlo”.

Nadie piensa en los ancianos que carecen de conocimientos informáticos para manejar la banca on line. Nadie piensa en la inquietud de la espera. Nadie piensa en el tiempo de los demás.

A las personas de edad se les insta a abrir aplicaciones, a usar la banca cibernética, a conocer el manejo de móviles y ordenadores. Y ya se sabe, por otra parte, que hay muchos pueblos en los que no hay cobertura.

Hay problemas que no tienen solución o cuya solución es extraordinariamente compleja, Pero otros tienen una solución muy sencilla. Si hay más personal en la oficina no es necesario esperar tanto tiempo. Si hay más personas que ayuden a quienes no saben manejarse en internet, se facilita a los ancianos y a las ancianas el trámite.

Escribí no hace mucho el prólogo de un libro titulado “La longevidad como transformación social en el siglo XXI” (Editorial Aljibe). La obra está coordinada por mi querida y antigua alumna Emilia Moreno. Digo en esa introducción: “No quisiera que nuestros ancianos y ancianas se sintieran menospreciados por no ser jóvenes sanos y vigorosos. Ellos tienen tanta necesidad de afecto como de sol. Me gustaría verles felices recibiendo la gratitud y el amor de sus conciudadanos y, sobre todo, de sus hijos y de sus nietos. “Cuando la simpatía está unida a las arrugas, es adorable. Hay un indecible amanecer en la ancianidad feliz”, dice sabiamente Víctor Hugo”.

En el capítulo VII del libro, titulado Amigabilidad de las ciudades para un envejecimiento de éxito”, dice Juan Manuel Espinosa-Almendro: “Una comunidad amigable con las personas mayores puede ser definida como un lugar donde las personas mayores participan activamente, son valoradas y respaldadas con infraestructuras y servicios que se adaptan de manera efectiva a sus necesidades”.

Una última referencia al artículo “Abuelos al sol”: “Como en los casinos, la banca siempre gana. Pierden y con ellos perdemos todos, esos abuelos al sol, desconcertados ante la gentuza infame que, amparada por el Estado y sus instituciones, arrogante, impune, sin que nadie mueva un dedo para frenar sus abusos, acosa y desampara cada vez más a sus clientes desvalidos y humildes. Entre ellos a esos jubilados a quienes no solo no se permite retirar sus ingresos cuando y como quieran para dárselos al hijo o nieto que les apetezca; a quienes se fiscaliza cada euro como si fueran delincuentes pero tampoco se les deja tener dinero en casa sin que les caiga encima el Estado sino que, además, los obligan a sufrir perplejos ante un teléfono móvil de última generación, descifrando aplicaciones y códigos endiablados que no conocen ni comprenden”.

Están castigados en el banco. Y no han hecho nada más que arrimar el hombro para que los demás podamos vivir mejor. No se merecen el castigo. El castigo debería imponerse a quienes tratan a los mayores con tan poca consideración.

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2021/08/28/castigados-en-el-banco/

lunes, 20 de mayo de 2019

El banco ha vendido mi hipoteca a un fondo buitre sin avisarme. La cesión de los préstamos de vivienda a fondos de titulización llega poco a poco a los juzgados: una afectada ha llevado su caso al Tribunal Supremo

Sira Olivares, madrileña de 34 años, termina de relatar la pesadilla que dura ya una década en la que han subastado su casa y ha encajado cuatro resoluciones judiciales en contra por impago. Ha recurrido hasta el Supremo para demostrar que el banco que le concedió la hipoteca y después instó al desahucio vendió el préstamo a un fondo buitre sin avisarle. Cuenta toda la historia y dice que todavía tiene esperanza: “Yo no doy por perdido el piso”. Y no se refiere al que habita ahora con sus tres hijos en San Fermín, un barrio del sur de Madrid, con un alquiler social de 126 euros al mes. “No quiero esta casa, no es mía. Por la que he sudado lágrimas y la que me ha costado el divorcio es la otra”, zanja.

Con “la otra” se refiere al piso en el barrio de Usera donde vive su exmarido gracias a una prórroga que le han concedido sobre el desahucio dictado en 2015. El último resquicio de esperanza para Olivares se abrió ese año. Una prima de Barcelona le habló de un grupo de activistas en la red Telegram y ahí supo por primera vez qué eran las titulizaciones. Quiso saber si su hipoteca estaba titulizada, es decir, si quien le concedió el crédito vendió después los derechos de cobro a un fondo. Efectivamente, era así.

A Sira y a su exmarido Credifimo les concedió 210.000 euros en 2005 en dos préstamos, uno hipotecario y otro personal. Ambos fueron titulizados a los pocos meses sin que ellos lo supieran hasta casi 10 años después. Como los préstamos se venden en paquetes de muchos, encontrar la referencia para denunciar el caso no fue fácil. “Me metía en la web del Banco de España y con Credifimo me salían 25 o 26 fondos con 60 hojas de líneas minúsculas. Estuve cuatro meses, día y noche. Acostaba a mis hijos y me quedaba hasta las cuatro o las cinco”, recuerda.

Los encontró y envió al juzgado los contratos mercantiles correspondientes. Pidió la nulidad de actuación porque la entidad que le dio el crédito e instó en 2012 a la ejecución hipotecaria había vendido sus derechos hipotecarios. “El juez me respondió que lo tenía que haber pedido en los primeros días, cuando yo entonces no tenía ni puñetera idea”, se queja Olivares. Tampoco el Tribunal Constitucional le dio la razón en un recurso de amparo.

“Son escasas las personas que saben que su préstamo ha sido titulizado”, apunta Alejandro García, del servicio jurídico de Facua. En su opinión, no avisar a un prestatario de que su crédito ha sido cedido a otro “es del todo abusivo porque es una omisión intencionada de información al consumidor”. Aunque las titulizaciones son legales y la jurisprudencia al respecto no es unánime, García señala que “cuando se trata de un crédito litigioso hay regulación del Código Civil que en determinadas circunstancias facultaría al deudor a adquirir el préstamo por lo que paga el concesionario”.

Eso es lo que busca N. M., una vecina de Pontevedra de 75 años. Su hija pide anonimato para relatar al teléfono lo que le ha pasado a su madre. El caso arranca de un préstamo de los años noventa con Caja Pontevedra, integrada ahora en Abanca. En octubre, el juez anuló la ejecución hipotecaria de la vivienda de N. M. por una cláusula abusiva de vencimiento anticipado. Sobreseída la causa, llamaron a Abanca para buscar solución a los 16.000 euros que quedaban por pagar. La respuesta fue que la demandada ya no era su clienta.

El 4 de diciembre, una carta firmada por Abanca y el fondo alemán Prosil Acquisition informaba a N. M. de que la primera había cedido “los derechos de crédito de la financiación en virtud de un contrato de compraventa firmado el 18 de julio de 2018 e intervenido en póliza por el notario (…) el 30 de octubre de 2018”.

“Vamos a reclamar una acción de retracto. Abanca debería haber ofrecido primero comprar el crédito por el dinero que se lo ofrecía al fondo buitre”, asegura la abogada de oficio de N. M., María Baquero. La letrada destaca que la hija de su defendida puso un burofax al fondo para saber por cuánto había comprado el préstamo pero no obtuvo respuesta. Y también recuerda el artículo 1.535 del Código Civil: “Vendiéndose un crédito litigioso, el deudor tendrá derecho a extinguirlo…"

Fuentes de Abanca niegan sin embargo que se trate de un crédito litigioso y defienden que avisaron en tiempo y forma a su antigua clienta. “La venta de una cartera de créditos es una negociación mercantil, no es lo mismo que la venta de un crédito concreto e individualizado", señalan esas fuentes, “además, el mero hecho de cuestionar el vencimiento anticipado no convierte el crédito en litigioso porque no cuestiona la existencia de la deuda”.

El activista y abogado Óscar Viera apunta una de las razones por las que falta jurisprudencia: “Como los juicios hipotecarios no tienen sentencia, terminan con un auto, no hay forma de llegar al Supremo a menos que hagas uno ordinario”. Eso es lo que hizo Sira Olivares, que ha presentado un recurso ya admitido a trámite por el alto tribunal con Viera como letrado. Tras sendos noes de la juez de primera instancia y la Audiencia Provincial, quieren que el Supremo se pronuncie.

La presencia de Viera en el proceso no es casual. Ambos pertenecen a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y el letrado consiguió, tras un intercambio de escritos con el Banco de España, una respuesta clave: “Reconoció que al ceder el crédito al fondo, el banco deja de ser el acreedor hipotecario”. En su opinión, eso implica que “el banco pierde la legitimación activa”, es decir, la capacidad de actuar como parte afectada en un proceso por impago de hipoteca. Muchas Audiencias Provinciales no lo han visto así, pero la de Castellón emitió un pronunciamiento contrario y en eso se basa también la casación presentada al Supremo. Credifimo ha declinado hacer declaraciones. Esta financiera, que perteneció a Caja Sol, acabó tras la reestructuración bancaria en manos de CaixaBank, que señala que nada tenía que ver cuando empezó el litigio con su actual filial.

Viera asegura que, de ganar este proceso, se abriría una espita para la nulidad de miles de desahucios. Otra posibilidad, como ha sucedido con gran parte de la legislación hipotecaria, es que se plantee una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Es una opción que no descarta García, de Facua: “El TJUE puede dar otro balón de oxígeno a los consumidores”.

UN ACUERDO EXTRAJUDICIAL
J. M., de 43 años, pide ser identificado con iniciales porque es militar. Tras años “acojonado”, la PAH de Alcalá de Henares (Madrid) le animó hace meses a regresar a Daimiel (Ciudad Real), donde en 2010 había dejado de pagar un piso comprado en 2006. Descubrió que el caso nunca había entrado en los juzgados y que el crédito estaba titulizado. Con esos argumentos, en octubre logró una dación en pago que la financiera le negaba antes. A cambio devolverá poco a poco el préstamo personal con el que le habían completado el importe del piso. “Me he quitado un peso; no es igual deber 16.000, aunque sea injusto, que ciento y pico mil”, respira aliviado. Y añade que no se desvinculará de la PAH aunque ha puesto una condición: “No me pienso enfrentar a la policía en un desahucio, entiendo que es su trabajo”.

https://elpais.com/economia/2019/05/18/actualidad/1558188239_683335.html?rel=lom

viernes, 26 de enero de 2018

El FMI alerta de la dependencia de la banca española de la liquidez del BCE.

Cinco años después de señalar el agujero de Bankia, el FMI ha vuelto a examinar a la banca española. El resultado es que las entidades están mejor preparadas y son más resistentes. Aun así, alerta de su excesiva dependencia de la liquidez del BCE, su elevada exposición a la deuda pública y la baja rentabilidad. En opinión del Fondo, la retirada de las inyecciones del Eurobanco podría aumentar los costes de financiación de las entidades. Además, advierte de que los bancos necesitan unos 22.000 millones para mejorar la calidad del capital, según el test cerrado a diciembre de 2016 que incluye al Popular.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no señala como peligrosa a ninguna entidad como hizo en 2012 con Bankia. Sin embargo, en su informe quinquenal sobre la banca española, el FMI sí que advierte de la persistencia de riesgos en el sistema financiero. Algunas instituciones siguen siendo “vulnerables”, concluye, con unas críticas sobre el sistema que no son nuevas.

El análisis de la institución pone énfasis en la elevada dependencia que tienen los bancos españoles de la liquidez del BCE. Un 6% de su financiación procede del Eurobanco, recuerda. En una sola entidad, que no cita, esta cifra asciende al 17% a cierre de 2016. Aunque reconoce que la financiación del sector ha mejorado mucho, el FMI tiene dudas sobre la capacidad de los bancos para conseguir financiación en un contexto de tensiones en los mercados.

Según el Fondo, la banca aprovechó las inyecciones del BCE para mejorar su rentabilidad comprando bonos del Gobierno. Es lo que en la jerga se conoce como carry trade: tomar prestado al 0% para adquirir títulos que rendían hasta un 3%. Aunque el FMI señala que estas operaciones ahora se han reducido, sostiene que “en este contexto la sustitución de financiación del BCE por la del mercado mayorista [siempre más cara] sería perjudicial para la estabilidad de los bancos españoles”. El organismo incluso añade que “podrían sufrir tensiones de liquidez si el BCE empieza a recortar el suministro”. No obstante, fuentes oficiales españolas defienden que Fráncfort sabrá gestionar esta retirada de apoyos de forma paulatina, lo que aminorará el efecto negativo para las entidades.

Por otra parte, las exposiciones de la banca a la deuda pública podrían conducir a pérdidas, subraya el informe. El motivo: las carteras de bonos perderán valor a medida que suban los tipos. Según el Fondo, las carteras de Deuda Pública española suponen un talón de Aquiles incluso en el escenario económico previsto más probable. Así, conmina a las autoridades a hacer un seguimiento estrecho de este problema.

Fuentes de la Administración matizan que los bancos podrían aguantar los títulos hasta el vencimiento para no sufrir tantas pérdidas. Otras fuentes oficiales insisten en que el BCE hará una subida de tipos muy escalonada, permitiendo que los bancos asuman las pérdidas de forma gradual.

El FMI también destaca que las 14 entidades más importantes (incluyendo al Popular) dependen con exceso de los instrumentos de capital de menor calidad como los fondos de comercio y los créditos fiscales diferidos (deducciones de impuestos futuras por pérdidas del pasado). Estos números rojos proceden de los malos años de la crisis y su desgravación se puede apuntar como parte de su capital regulatorio. Según los cálculos del organismo, los bancos españoles tendrán que elevar en 160 puntos básicos su capital regulatorio para cumplir con la nueva legislación que entrará en vigor en 2019, denominada CRD IV en el sector, que exige reemplazar estos instrumentos de peor calidad por otros con mayor capacidad para absorber pérdidas. Esto supone aumentar su capital en torno a un 10%, es decir, unos 22.000 millones, según explican fuentes financieras. Tras absorber BMN, Bankia tiene un alto volumen de créditos fiscales.

El test de estrés realizado analiza a los bancos sobre tres escenarios: normalidad económica, estancamiento y dura recesión. En una situación de dura crisis, “varios bancos” se mostraron incapaces de cumplir con el requisito de capital mínimo y “unos pocos” suspendieron las exigencias de capital de mayor calidad. La nota concluye que los resultados fueron “dispares”.

EL FONDO METE PRESIÓN A LOS SUPERVISORES FINANCIEROS
El Banco Central Europeo (BCE) tomó las riendas de la supervisión bancaria hace más de dos años. Fráncfort y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) se han reforzado en personal y medios para ser las verdaderas autoridades del sector; ya no pueden alegar que los supervisores locales de cada país son los responsables de los problemas que todavía arrastran las entidades.

El test de estrés del FMI de noviembre pasado, y la reciente quiebra del Banco Popular, han provocado que responsables de organismos europeos, que piden el anonimato, cuestionen la falta de severidad con la que los supervisores examinan a los bancos europeos, que todavía arrastran problemas de hace una década. Las alertas del FMI sobre el sector español deben ser conocidas en el BCE, máxime porque cuenta con dos altos ejecutivos procedentes del Banco de España en la cúpula supervisora: Ramón Quintana, director general del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), y Margarita Delgado, directora general adjunta del citado organismo, dependiente de Fráncfort.

Pero el problema no es solo español: bancos de otros países, como Italia, Portugal, Grecia, Chipre, o incluso Alemania, también ofrecen dudas al mercado. Tras el examen del FMI, los test de estrés que la EBA iniciará en breve, y publicará en noviembre, están bajo presión y se analizarán con lupa para comprobar el rigor de los supervisores.

11.000 millones de déficit
En los escenarios adversos, el déficit de capital asciende a un 1% del PIB, esto es unos 11.000 millones. El FMI no menciona entidades. Tampoco da pistas como hizo en 2012. No obstante, cabe recordar que la prueba se hizo con el cierre de 2016, y que desde entonces han sucedido hechos muy significativos: la quiebra del Popular que acabó en manos del Santander tras ampliar capital en 7.000 millones; la absorción de BMN por Bankia; la salida a Bolsa de Unicaja y los 500 millones que ha captado Liberbank para fortalecerse. Estas mejoras han provocado que buena parte de las deficiencias encontradas han sido subsanadas, según fuentes oficiales. “Es una situación superada. Solo el Santander ya ha recabado 7.000 millones”, afirman.

En cuanto a la rentabilidad, esta permanece por debajo del coste de capital y algunos bancos muestran menos capacidad para absorber tensiones adicionales sobre sus márgenes, afirma el FMI. No obstante, los hombres de negro admiten que la rentabilidad de las entidades españolas ha evolucionado mejor que la de sus pares europeos y, además, se ve afectada por tener que provisionar más que sus competidores. En los test de estrés la rentabilidad caería desde el 0,8% sobre los activos ponderados por riesgo hasta una horquilla entre un -0,6% y un -0,8% en los escenarios adversos.

Aunque los dos bancos internacionalizados, Santander y BBVA, logran márgenes mayores que el resto, gracias sobre todo a América Latina, estas dos entidades presentan una rentabilidad ligeramente por debajo de la de los bancos considerados globalmente sistémicos, apunta el FMI.

Y por último recuerda que la banca tiene bien provisionados los créditos, con una ratio del 58%, en línea con la media europea. Sin embargo, el Fondo alerta de que cinco entidades tiene una de solo el 40%. Una década después de la crisis financiera, los bancos han mejorado pero aún arrastran problemas.

https://elpais.com/economia/2018/01/07/actualidad/1515352866_174748.html

domingo, 9 de julio de 2017

_- Un “trabajito” italiano


_- El gobierno italiano ha desembolsado 17 mil millones de euros de fondos públicos (del ‘árbol mágico de dinero') para rescatar a dos bancos venecianos. Los bancos no serán nacionalizados, sino entregados a Intesa Sanpaolo Spa, el mayor banco de Italia, por la suma simbólica de ¡un euro! Intesa garantizará los depósitos en efectivo de los bancos venecianos, pero va a despedir a varios miles de empleados del banco, a pesar de obtener 900 nuevas sucursales y mil millones en garantías financieras del gobierno. Intesa se hará cargo de todos los préstamos “buenos” de los bancos venecianos, mientras que el estado se queda con todos los “malos”, que deberán ser cancelados y dados por perdidos o cobrados, si se puede, a largo plazo.

Así que una vez más, las actividades imprudentes de algunos bancos y el estancamiento de la economía que hizo que muchas empresas no pudiesen pagar sus deudas han de ser 'rescatadas' por el estado con dinero en efectivo. El rescate equivale al 1% del PIB de Italia, aumentando el tamaño de la deuda del sector público, ya masiva, de Italia, que alcanza el 135% del PIB. Intesa consigue unos bancos saneados por sólo 1 euro, al igual que JP Morgan consiguió la red bancaria de Bear Stearns en la crisis financiera global por 1 dólar - todo pagado con impuestos o préstamos del gobierno. El estado y la gente no reciben nada por sus 17 mil millones de euros.

Lo más irónico es que el acuerdo italiano rompe las reglas bancarias establecidas por los gobiernos de la UE después de la crisis financiera mundial para evitar que los inversores tenedores de bonos bancarios fueran rescatados a costa del contribuyente. En virtud de la “Directiva de recuperación y resolución bancaria de la UE” (BRRD), los rescates primero deben ser financiados por los tenedores de bonos bancarios, incluyendo los llamados bonos senior, y sólo después, en última instancia, con fondos de la UE. Pero la Junta de Resolución Única de la UE aceptó, bajo la presión del gobierno italiano, que no se trataba de una auténtica 'crisis bancaria' que requiriese la intervención de la UE y que Italia podía sola resolver el problema.

Después de todo, los bancos venecianos suponen sólo el 2% del sistema bancario. Pero lo que no se tuvo en cuenta fueron las enormes pérdidas que ya habían asumido otros bancos italianos, como Monte dei Paschi. De hecho, Italia tiene 300 mil millones de euros de créditos “malos” en sus libros de contabilidad, un 20% del PIB. Una solución según las reglas de la UE habría requerido que Italia encontrase otros 12 mil millones de euros para el fondo de garantía de depósitos del país. Y UniCredit, Monte dei Paschi di Siena y UBI Banca habrían tenido que realizar nuevas ampliaciones de capital y es probable que los inversores no hubieran acudido a ellas.

El acuerdo ha sido mal recibido por Alemania, ya que infringe las nuevas normas bancarias hasta el punto de hacerlas irrelevantes - pero el jefe del BCE, Mario Draghi, es italiano y fue el anterior director del Banco Central de Italia. Para los alemanes, es una señal de que una mayor integración económica en la zona euro es imposible si los estados nacionales rompen las reglas de manera flagrante.

Politicamente, ayuda a los dirigentes demócratas de centro-izquierda en el intento de su líder Matteo Renzi de recuperar su puesto como primer ministro en unas nuevas elecciones, previstas para mayo. Si los bancos hubieran quebrado, los depósitos se hubieran perdido y los tenedores de bonos hubieran visto sus activos cancelados – algo malo electoralmente porque muchos tenedores de bonos son pequeños empresarios convencidos por los bancos para invertir en preferentes. La noticia del acuerdo ha sido recibida con entusiasmo por el mercado de valores.

Por lo tanto tenemos otro rescate bancario, nueve años desde la crisis financiera global que nacionalizó las pérdidas causadas por los banqueros que quebraron y privatizó los beneficios para los banqueros restantes: exactamente lo que las reglas de la Unión Bancaria de la UE pretendían evitar. Miles de empleados bancarios se quedarán sin trabajo; pero los inversores bancarios y los tenedores de bonos están encantados con la fórmula del nuevo banco. El estado acumula más deuda y por lo tanto aumenta la presión para implementar más austeridad para pagar la deuda. Y otros banqueros saben que, si vuelven a liarla, pueden escaparse con un rescate estatal y continuar como antes.

No hay la menor consideración en este acuerdo de la posibilidad de que la gente a través del estado hubiera podido quedarse con estos bancos (y los otros grandes bancos) transfiriéndolos en propiedad pública y convirtiendo a la banca en un servicio público para los hogares y las pequeñas empresas y no un medio de especulación imprudente, codicia y corrupción. Por el contrario, este “trabajito” italiano es business as usual.

Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.

Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2017/06/27/the-italian-job/

Traducción: G. Buster

jueves, 18 de mayo de 2017

Qué es microaprendizaje y por qué esta técnica que hace que los segundos cuenten está cada vez más de moda.

¿Estás esperando a que se descargue un video o a que te respondan un mensaje? ¿Qué tal si puedes hacer algo de provecho en esos micromomentos? ¿Tal vez aprender una lengua?


La crónica es cuando menos curiosa. Siempre nos han contado que el comunismo acaba con la libertad y con muchas mas cosas que por sabido no es necesario describir. Sin embargo aquí nos muestran lo contrario; mujeres libres en un país como la India, donde hace poco nos describían la existencia terrible que llevaban las viudas en una ciudad a donde eran apartadas, por hablar solo de un aspecto. Y la variable que he encontrado, al menos yo, es únicamente el tipo de gobierno. Después decimos, porque nos dicen, que todos los políticos son iguales. ¿No habrá un interés en hacérnoslo creer? Sí, para que nos de igual todo y no ejerzamos nuestros derechos, comenzando por el de votación y siguiendo por el de reunión, asociación y expresión... Empiezo a sospechar que hay mucha manipulación en tantas cosas... como el cuento de la perfección de la empresa privada y los Bancos modelos de ella, a "liberalizar" (¡QUÉ PALABRA TAN BONITA!) y ahora resulta que no saben, ni lo que tienen, ni lo que deben... ¿¡dónde está esa perfección?¡¡ Que tengáis un buen día y mucha fe y esperanza para cambiar... a mejor. (BBC)

http://www.bbc.com/mundo/noticias-39746825

martes, 27 de diciembre de 2016

LA UTILIDAD DE LO INÚTIL

Por Agustín L de la Cruz.

En medio de la banalidad mediática triunfante, aderezada en estos días por la agonía del dragón Cebrián y por las patéticas luchas internas de los partidos políticos, peleas por el poder disfrazadas de combates ideológicos; en medio también de esa fantástica nacionalización de las autopistas radiales ruinosas, ejercicio de virtud neoliberal-comunista que no debería escandalizarnos tanto como el ya consolidado rescate bancario; en medio, cómo no, del consumismo rampante propio de las navidades, surgen como un soplo de brisa fresca las lecciones contenidas en el librito La utilidad de lo inútil, del filósofo italiano Nuccio Ordine. Veamos un ejemplo de su diagnóstico:

“Los bancos y los acreedores reclaman implacablemente, como Shylock en El mercader de Venecia , la libra de carne viva de quien no puede restituir la deuda. Así, con crueldad, muchas empresas (que se han aprovechado durante décadas de la privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas) despiden a los trabajadores, mientras los gobiernos suprimen los empleos, la enseñanza, la asistencia social a los discapacitados y la sanidad pública. El derecho a tener derechos queda sometido a la hegemonía del mercado, con el riesgo progresivo de eliminar cualquier forma de respeto por la persona. Transformando a los hombres en mercancías y dinero, este perverso mecanismo económico ha dado vida a un monstruo, sin patria y sin piedad, que acabará negando también a las futuras generaciones toda forma de esperanza”.

¿Y cuál es el tratamiento que receta Ordine para resquebrajar el pensamiento único y dominante que consume toda esperanza? Las tareas inútiles, los saberes sin aparente aplicación práctica, los comportamientos que carecen de beneficio económico inmediato:

“Sólo el saber puede desafiar una vez más las leyes del mercado. Yo puedo poner en común con los otros mis conocimientos sin empobrecerme. Puedo enseñar a un alumno la teoría de la relatividad o leer junto a él una página de Montaigne dando vida al milagro de un proceso virtuoso en el que se enriquece, al mismo tiempo, quien da y quien recibe”.

¿Para qué sirve lo inútil, de qué sirve leer a Montaigne, entender la teoría de la relatividad, visitar el Museo del Prado, escuchar a Miles Davis, contemplar un bosque o escribir, salvando las distancias, para Politocracia? Para nada, es decir, para todo lo que importa. En palabras de Eugène Ionesco: “Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte. Y un país en donde no se comprende el arte es un país de esclavos o de robots, un país de gente desdichada, de gente que no ríe, un país sin espíritu; donde no hay risa, hay cólera y odio”.

Ante esta situación insostenible que nos hemos dado todos, en la cual reina la dictadura de los mercados o, como dice el propio Ordine, la democracia comercial, hay dos salidas que se contraponen, a pesar de los denodados esfuerzos del poder por confundirlas en una sola mediante la burda etiqueta de populistas: el fascismo y el humanismo. El primero echa la culpa de la pobreza a los todavía más pobres, a los excluidos, a los inmigrantes, a las mujeres; el segundo señala a los realmente culpables, a quienes toman y aplican las decisiones: la élite política y empresarial, y propone soluciones que no pasan exclusivamente por lo político, puesto que el cambio exterior y colectivo ha de estar acompañado de un cambio interior e individual que nos sitúe por encima de nuestras propias mezquindades.

En esta encrucijada entre quienes impulsan el neofascismo como última vuelta de tuerca del orden establecido, y quienes colocan al ser humano por encima de un sistema monstruoso que devora a sus hijos y al planeta entero, en tierra de nadie pero con la capacidad de desnivelar la balanza, queda la socialdemocracia, que ante la duda suele tomar partido por los primeros, y cuyos dirigentes forman parte de esa élite que toma y aplica las decisiones que conducen al desastre. ¿Hasta cuándo?

http://politocracia.es/la-utilidad-de-lo-inutil/

viernes, 4 de noviembre de 2016

Una radiografía de los desahucios: pobreza, enfermedad y cuotas en ascenso

El 53,9% de las familias tienen que asumir una hipoteca superior a sus ingresos, según un informe del Observatori DESC basado en casos que han llegado a la PAH de Barcelona. El 10% de los hogares no ingresa nada. Un 49,5% de los encuestados sufren ansiedad.

El drama de los desahucios ha sido uno de los que más fuerza mediática ha alcanzado durante la crisis por su gravedad, pero también por la eficaz acción comunicativa y organizativa desarrollada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Precisamente esta organización ha sido la que ha permitido que el Observatori DESC haya podido elaborar, ante el déficit de datos oficiales, su informe Exclusión residencial en el mundo local: crisis hipotecaria en Barcelona 2013-2016. El texto es la conclusión de un trabajo desarrollado durante los últimos tres años en el que se han realizado entrevistas a casi un millar de personas que se han acercado a la PAH.

“Uno de los objetivos del informe es visibilizar los desahucios y el mal estado en el que se encuentra el derecho a la vivienda, pero también llenar el vacío de datos sobre la crisis hipotecaria”, explica Gabriele D’Adda, uno de los investigadores. Y estos son contundentes: el 90% de los impagos registrados se produjeron de 2010 a 2015, es decir, fueron causados directamente por la crisis económica. Los principales motivos -era una pregunta multirrespuesta- fueron, en un 68,1% de los casos, la pérdida del trabajo y el paso a una situación de desempleo y, en un 43,1%, la subida de la cuota hipotecaria. Un 32,1% alegó también como razón la cantidad de deudas contraídas y un 22,3% el divorcio o separación.

Los desahucios se han cebado con una clase social determinada, lo que se refleja, por un lado, en los barrios donde se concentra el mayor número de afectados, entre los que Sant Martí y Nou Barris se llevan la mitad. Por el otro, es significativo el dato de los ingresos netos mensuales por familia, que se sitúan en una media de 939 euros al mes, mientras que la cuota de la hipoteca alcanza, también de media, los 1.065 euros. Esto significa que el 53,9% de las unidades familiares tienen que asumir una cuota superior a sus ingresos. El 10% de los hogares estudiados no ingresa nada y el 7% sólo percibe entre 400 y 800 euros al mes. La situación se vuelve más dramática si se tiene en cuenta que más de la mitad de las familias con tres o más miembros no tiene ningún ingreso.

Las dificultades de las familias -de las que un 61,6% tienen al menos un menor- a la hora de pagar la hipoteca no sólo se viven en el momento de la ejecución hipotecaria. Un 24,8% de los hogares, una vez pagada la cuota mensual, se queda sólo con 400 euros para costear las necesidades básicas de sus miembros. Otros, un 7%, reciben ayudas para alimentar a su núcleo familiar por parte del Banco de Alimentos, de Cáritas o de la misma PAH. Con estos datos sobre la mesa, no resulta extraño que nueve de cada diez encuestados afirme que tiene dificultades para cubrir sus necesidades básicas, entre ellas la alimentación, el vestido o suministros. Todo esto acaba impactando de manera contundente la salud de los afectados, de modo que un 49,5% sufre ansiedad, un 33% depresión, un 17,8% insomnio y un 11% afirma que estas dificultades han provocado tensión familiar.

¿Quiénes son los bancos responsables de estas situaciones? El Observatori DESC también analiza esta cuestión, y entre ellos gana con diferencia Catalunya Caixa. “Un 40% de las hipotecas de los afectados son de esta entidad, que fue rescatada con fondos públicos”, recuerda Eduardo Salas, coautor del informe. “Si además sumamos al BBVA, que ha comprado Catalunya Caixa y se ha beneficiado también de la ayuda pública, la cifra sube al 50%”, añade. Después vendrían Bankia (con un 8% de las hipotecas de afectados), UCI (un 7%) y Banc Sabadell (un 7%). El 84% de estas hipotecas fueron firmadas en plena burbuja inmobiliaria, entre 2004 y 2007. En cuanto a los contratos, el informe destaca que “la mayoría de personas no sabían leer su contrato hipotecario, no conocían si contenían cláusulas o no abusivas”. Cuando llegan los problemas, también las faltas de respeto: el 36% de los encuestados asegura que ha recibido algún tipo de trato denigrante por parte del banco.


Fuente: http://www.lamarea.com/2016/10/26/una-radiografia-los-desahucios-pobreza-enfermedad-cuotas-ascenso/

martes, 6 de septiembre de 2016

La resaca del ladrillo, ocho años después. Los bancos acumulan créditos de dudoso cobro y más de 500.000 viviendas nuevas continúan sin venderse.

¿Ha digerido la banca el festín urbanístico? Pese a experimentar una “mejora”, según el Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España (primer semestre de 2016), el índice de morosidad en los créditos concedidos al sector de la construcción y las actividades inmobiliarias alcanzó el 28,3% en diciembre de 2015. En el resto de empresas -excluidas los bancos y las dedicadas al negocio del ladrillo- el porcentaje de morosidad es muy inferior (12,1%). Para chequear el estado de salud de la banca, una de las pistas que puede seguirse es la de los activos adjudicados o recibidos por las entidades financieras en concepto de pago de deudas. Valorados en 84.000 millones de euros (diciembre de 2015), en el 37,6% de los casos corresponden a suelo; en el 25% a edificios terminados; en el 22,3%, a adquisiciones de vivienda y en el 5%, a edificios en construcción.

El documento del Banco de España suma asimismo el total de los activos “dudosos” en el balance de los bancos y los adjudicados a estos en pago de deudas: 213.000 millones de euros al cierre de 2015. La autoridad bancaria los califica como “activos improductivos” que no generan ingresos en la cuenta de resultados y además hay que financiar. ¿Cuál es su relevancia? “Representan un porcentaje significativo del activo total de los bancos en su negocio en España, reducen la generación de beneficios y son una rémora para el aumento de la solvencia de las entidades”, explica el Informe de Estabilidad Financiera. El organismo supervisor recuerda además que un 48,7% de los créditos refinanciados y reestructurados por las entidades se hallaban en situación de “dudoso” al terminar 2015.

A partir de los datos facilitados por las entidades financieras a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el diario El País ha informado del peso de los créditos de “dudoso” cobro en el balance de los seis principales bancos. Lidera la ratio en el primer semestre de 2016 el BBVA, con un 65,2% de préstamos “dudosos” sobre el total de créditos destinados a la construcción y promoción inmobiliaria. La segunda posición la ocupa el Santander (64,9%), seguido de Bankia (63,5%), que transfirió la mayoría de créditos e inmuebles a la SAREB en los años 2012 y 2013; En el caso del Banco Popular, el porcentaje se situaba en el 59,6% en junio de 2016. Caixabank (39,4%) y Sabadell (34,8%) completan el listado. En valores absolutos, la entidad con más activos de dudosos cobro vinculados al ladrillo es el Banco Popular (8.971 millones de euros), seguido del BBVA (5.599 millones), Banco Santander (4.128 millones), Caixabank (3.541 millones), Banco Sabadell (2.989 millones) y Bankia (617 millones).

Si el balance de los grandes bancos acusa notablemente la resaca, un recorrido por el territorio español permite constatar los efectos de la “burbuja” en el sector inmobiliario. El “Informe sobre el stock de vivienda nueva” del Ministerio de Fomento calcula que 513.848 viviendas nuevas permanecían sin vender a finales de 2015. Sin embargo, la punta más elevada en la estadística se produjo un año después del inicio de la crisis, en 2009, con 649.780 viviendas nuevas en stock. A finales de 2015 las autonomías que encabezaron la ratio fueron el País Valenciano (95.110 casas nuevas en stock), Cataluña (80.372) y Andalucía (79.042): entre las tres suman el 49,53% del total estatal. Por provincias, las que presentan un porcentaje superior sobre el acumulado estatal son Alicante (8,42%), Barcelona (8,34%), Madrid (8,2%) y Castellón (5,18%). Otro dato de interés es el porcentaje de viviendas nuevas sin vender sobre el parque total, que en España se sitúa en el 2%. Si se toma como referencia su parque, las tres autonomías con mayor acumulado son La Rioja, Castilla-La Mancha y Murcia.

Ocho años después de que reventara la “burbuja”, los precios de la vivienda en España experimentan actualmente una “recuperación”, según los especialistas. En el blog “Mercado y política de vivienda”, el vocal del Consejo Superior de Estadística del INE y miembro de “Economistas frente a la crisis”, Julio Rodríguez López, explica regularmente las tendencias del sector inmobiliario. En un artículo publicado el 17 de julio, Rodríguez López constata que en el primer trimestre de 2016 los precios de la vivienda en España se incrementaron en un 6,3% respecto al año anterior, más del doble que el aumento de los países de la Eurozona (3%). En los tres primeros meses de 2014 los precios de la vivienda en el estado español alcanzaron el mínimo. A partir de ese punto de inflexión, el crecimiento acumulado en los dos años posteriores (hasta el primer trimestre de 2016) fue del 8%. Sobre el despegue de la construcción, el expresidente del Banco Hipotecario y de Caja Granada destaca que las viviendas iniciadas crecieron en más del 40% interanual en 2015, y en los cuatro primeros meses de 2016 respecto al año anterior. “En 2016 las viviendas iniciadas se aproximarán a las 80.000, y la construcción residencial, medida por la Contabilidad Nacional, aumentará por encima del 5%; esta evolución compensará el débil comportamiento de la construcción no residencial”, detalla Julio Rodríguez.

En unos pocos trazos, el miembro de “Economistas frente a la crisis” radiografía el actual estado de cosas: “Se venden bastantes más viviendas de las que se financian, los adquirientes inversores tienen un peso destacado, los nuevos empleos apenas permiten alquilar, la oferta de vivienda para el alquiler es poco variada, los bancos siguen teniendo importantes volúmenes de inmuebles no precisamente provisionados al 100%; el comportamiento del mercado de vivienda en Madrid, Cataluña y el arco Mediterráneo tiene poco que ver con el resto del territorio nacional y la política de vivienda está ausente”. Con los datos de los precios al alza –de compraventa y alquiler-, la expansión constructora, el Euribor en valores negativos entre febrero y mayo de 2016 y los raquíticos intereses que abona la banca por los depósitos, Julio Rodríguez se preguntaba el 25 de junio en su blog si está cebándose una nueva “burbuja”. “De momento, no”, responde, pero sí retornan muchos de los tópicos que alimentan el mecanismo. Hay quien menciona, por ejemplo, las nuevas viviendas supuestamente necesarias (100.000 nuevas al año, según los promotores) o subraya el agotamiento del acumulado de viviendas nuevas en Madrid, pero sin hacer referencia a la oferta de segunda mano.

En noviembre de 2008, en los albores de la recesión, el Seminari d’Economia Crítica Taifa publicó un informe (“Auge y crisis de la vivienda en España” http://informes.seminaritaifa.org/informe-05/) que permite recordar en el largo plazo las dinámicas especulativas. Entre 1990 y 1995 se construyeron en el estado español cerca de 1,2 millones de viviendas; en el siguiente quinquenio (1996-2000), la cifra aumentó hasta más de 1,6 millones de nuevas viviendas. Pero la apoteosis llegó en el periodo 2001-2007, cuando vieron la luz 3,9 millones de viviendas de nueva construcción, de las que sólo el 9,6% fueron de protección oficial. Tampoco la “burbuja” favoreció el alquiler de casas, que según el documento del colectivo Taifa, pasó de representar el 40% en 1960, al 15% en 2001 y –ya en el final del “boom”- el 10% en 2007.

El paroxismo también alcanzó a los precios. Según las entidades de tasación, el precio medio nominal de un piso en 1997 se situaba en los 103.600 euros, pero se disparó hasta los 290.500 euros en 2007. Así, el incremento en una década fue del 277,2%. La década dorada propulsó todos los indicadores de la economía. De las 1,2 millones de personas ocupadas en la construcción (1996), se pasó a 2,5 millones una década después, con rasgos muy marcados como la temporalidad y la siniestralidad. No menos relevante era la industria del ladrillo en el PIB, pues representaba el 11,5% en 1997 y un 17,9% en 2007. Todo ello se reflejaba en los balances: las grandes empresas del sector inmobiliario obtuvieron, entre 2001 y 2005, tasas medias de beneficio que oscilaban entre el 15% y el 20%. No fueron menores los beneficios de los bancos y cajas, remata el informe del colectivo Taifa.

sábado, 3 de septiembre de 2016

_--Un centenar de banqueros españoles ganan una media de 2,3 millones de euros anuales. La banca española gana 6.600 millones en 2016 mientras avanza en los recortes de plantilla

_--Enric Llopis

_Los bancos que cotizan en el Ibex 35 han obtenido unos beneficios de 6.667,2 millones de euros en el primer semestre de 2016. Las dos entidades financieras con mayores ganancias son el Banco Santander (2.911 millones de euros) y BBVA (1.832 millones de euros). También han registrado beneficios CaixaBank (638 millones), Bankia (481 millones), Banco Sabadell (425,3 millones), Bankinter (286 millones) y Banco Popular (94 millones). La suma de las siete entidades representa una reducción del 26% en las ganancias respecto a los primeros seis meses de 2015. De hecho, las únicas que mejoran el porcentaje de beneficios son el Banco Sabadell (20,7%) y Bankinter (45%), según el diario Expansión que recoge informaciones de Europa Press.

En los primeros días de agosto de 2016 se hicieron públicos los ingresos del presidente del BBVA, Francisco González, durante el primer semestre. Ganó 2,7 millones de euros en los conceptos de sueldo fijo, retribución variable y bonus, a los que ha de agregarse 1,1 millones de euros en acciones, según notificó el banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Además el consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, percibió durante el mismo periodo 1,7 millones de euros y cerca de 520.000 euros en acciones. En cuanto a los compromisos de “previsión” a favor del consejero delegado, concepto que incluye un “sistema para cubrir las contingencias de jubilación, incapacidad y fallecimiento”, Europa Press cita la suma de 14,9 millones de euros en junio de 2016.

El pasado febrero también se dieron a conocer los ingresos en 2015 de la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. A la remuneración de 7,4 millones de euros se agrega una aportación al plan de pensiones por valor de 2,3 millones de euros, de manera que la cifra total (9,7 millones) supone un aumento del 10% respecto a lo percibido en 2014. El segundo directivo mejor pagado de la entidad fue el consejero delegado, José Álvarez, que en 2015 percibió un sueldo de 4,7 millones de euros además de una aportación al plan de pensiones por valor de 2,6 millones de euros. El anterior consejero delegado, Javier Marín, abandonó el banco en 2015, pero percibió 484.000 euros por permanecer en la entidad hasta el 12 de enero. Según detalla la agencia Efe, del resto de los miembros del Consejo de Administración sólo recibió una aportación al plan de pensiones (849.000 euros), Juan Rodríguez Inciarte, quien abandonó la entidad en junio de 2015. Además, entre sueldo y acciones, los miembros del máximo órgano de gestión del banco se repartieron en 2015 un total de 29,7 millones de euros, un 11% que en el año anterior. Las aportaciones a los planes de pensiones ascendieron a 6,3 millones de euros.

En marzo de 2016 un informe de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ofrecía una perspectiva más amplia. De acuerdo con este documento, 119 banqueros españoles tuvieron en 2014 una remuneración superior a un millón de euros. Los emolumentos medios de estos directivos bancarios se elevaron a 2,3 millones de euros, lo que los situaba por encima de la media de la UE (1,9 millones). Así, el estado español es el quinto país en la ratio de banqueros con sueldos millonarios, tras Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. El informe aporta asimismo un desglose de las cantidades globales. Los 119 banqueros españoles mejor pagados percibieron una suma total de más de 284 millones de euros (134 millones por remuneraciones fijas y otros 150 millones por variables).

El reverso del fulgor en los balances y los pingües sueldos de los directivos puede constatarse en la situación de los empleados. Un artículo de Ramón G. Cepas en el portal Invertia (20 de mayo) los calificaba como “especie en extinción” y cifraba en 4.400 los despidos anunciados en el sector durante 2016. Previsiblemente CaixaBank cierre este año 310 sucursales en el estado español (el 6% de su red), a lo que se agregan las reducciones de plantilla en Liberbank (mil despidos); Banco Santander (clausura de 450 oficinas y “ajuste” de 1.400 empleos); Banco Ceiss (1.030 empleos y cerca de 50 sucursales) y el BBVA, que según Bloomberg, tiene previsto suprimir unos 2.000 empleos entre las oficinas centrales y la red de sucursales diseminada por el mundo. El Banco de España informa de que en el inicio de la crisis (2008), el número de trabajadores en la banca española ascendía a 278.301, año en que empieza una curva descendente con el punto más bajo en 2015 (202.959 trabajadores). Así, entre 2008 y 2015 el tajo en las plantillas afectó a más de 75.000 empleados. El artículo de Ramón G. Cepas calcula además que si se producen los recortes previstos en el Banco Santander, CaixaBank, Liberbank y Banco Ceiss, las plantillas en 2016 mermarían hasta los 198.500 empleados. Los datos del Banco de España también marcan en 2008 un punto de inflexión respecto al cierre de oficinas. Ese año la cifra de sucursales era de 46.167, número que se redujo hasta las 31.155 en 2015. “Sólo en 2013 se clausuraron casi 4.500 oficinas, en parte por el fuerte ajuste que impuso Bruselas a Bankia tras el multimillonario rescate”, recuerda el artículo de Invertia.

El informe “Empresas Ibex 35” de Comisiones Obreras ofrece una radiografía de la evolución de las grandes empresas en los albores y años centrales de la crisis (2007-2011). En este periodo los beneficios en el sector financiero se redujeron en un 43,6%, de 20.248 millones de euros en 2007 a 11.419 millones en 2011. Sin embargo, los beneficios acumulados en el citado periodo se elevaron a 83.599 millones de euros. Además, mientras que los componentes de los consejos de administración de los bancos pasaron de 123 en 2007 a 129 en 2011 (aumento del 4,9%), las remuneraciones de los consejeros de las entidades financieras pasaron de 79,3 millones de euros (2007) a 86,8 millones en 2011. Ello supuso un aumento en los ingresos del 9,4%. El documento de Comisiones Obreras considera asimismo los emolumentos medios de los ejecutivos (consejeros y directivos) del sector financiero: aumentaron de 193,6 millones de euros en 2007 a 226,8 millones en 2011, lo que implicó un incremento del 17,2%. También se registró un crecimiento de los contratos “blindados” durante la crisis: de 74 (2007) a 82 (2011).

sábado, 27 de agosto de 2016

Un nuevo informe sobre las inversiones y préstamos de las empresas financieras a la industria armamentística revela que 19 bancos y cajas de ahorro, 19 entidades de inversión de capitales, 3 aseguradoras y 3 empresas públicas mantienen inversiones en esta industria. BBVA y el Banco Santander encabezan este listado.

Yago Álvarez
El Salmón Contracorriente.

La industria armamentística, en un planeta repleto de conflictos bélicos, sigue siendo uno de los negocios más rentables para los inversores. Ni los embargos o prohibiciones de ventas de armas a los países en conflicto o donde no se respetan los derechos humanos han conseguido disminuir este controvertido comercio. Según el instituto de investigación SIPRI, las exportaciones globales de armas a Oriente Medio aumentaron un 61% entre 2006-2010 y 2011-2015. Los fondos de inversión, que han necesitado otros mercados donde invertir su capital tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, han encontrado en la industria armamentística uno de sus principales nichos de mercado para invertir y prestar.

El nuevo informe “Los bancos que invierten en armas” del Centre Delás desvela cuáles son las inversiones en la industria armamentística, ya bien sea porque forman parte de su accionariado mediante la compra de acciones o porque les prestan dinero de las empresas financieras españolas y las extranjeras con actividad en el país.

El informe revela la financiación de 34 empresas de armas. Destacan por su controversia las empresas fabricantes de armas nucleares, con una presencia constante de los misiles nucleares Trident, recientemente cuestionados en Reino Unido. Entre las empresas que financian los bancos de este informe se encuentran algunas de las principales compañías de armamento del mundo, como las norteamericanas Boeing, General Dynamics, Honeywell International, Lockheed Martin, Northrop Grumman , Textron y Raytheon, la italiana Finameccania, la británica BAE Systems, la europea Airbus, las españolas Indra y Navantia, la coreana Poongsan y las francesas Safran y Thales.

Entre las entidades que financian la industria armamentística aparecen bancos comerciales y/o de inversión, pequeñas entidades financieras que gestionan grandes patrimonios, empresas aseguradoras e incluso entidades públicas, lo que muestra que las inversiones en armas son una práctica ampliamente extendida en el sector financiero. Las entidades financieras identificadas como Banca Armada en este informe han dedicado 80.000 millones de euros a la financiación del sector armamentístico.

Los bancos, aseguradoras y empresas de inversión españolas han dedicado entre 2011 y 2015 casi 5.900 millones de euros al sector armamentístico; el resto de bancos, algunas de las grandes corporaciones internacionales de la banca, han desviado hacia el sector de las armas de racimo, nucleares y convencionales más de 71.000 millones de euros.

BBVA y Banco Santander invierten 4.264 millones de euros La banca armada española sigue estando liderada por el BBVA y el Santander, que son las entidades financieras que han dedicado en este último periodo, tal y como venía ocurriendo en el pasado, más recursos a dar apoyo a las empresas de armas que todo el resto de entidades financieras españolas, poniéndose a la altura de los mayores inversores en la industria armamentística del mundo. Entre estos dos bancos invierten 4.264 millones de euros en empresas armamentísticas, un 72% del total invertido por las entidades financieras españolas. También destaca el papel de Acciona, dedicada principalmente a actividades no financieras, pero que con 371 millones de euros se sitúa en el tercer lugar del nuevo ranking de la banca armada española, aunque lejos de los 1.518 millones de la entidad que se encuentra en el segundo lugar, el Banco Santander.







También se invierte en armas con nuestro dinero No sólo los bancos comerciales o gestoras de fondos invierten en el lucrativo negocio del armamento, varias entidades públicas también invierten el dinero del contribuyente en esta controvertida industria.

Es destacable el papel de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), una empresa pública que tiene una importante participación accionarial en Indra, tras haberla adquirido de Bankia como medida de apoyo a este banco durante la crisis económica que recientemente atravesó la entidad, y que además tiene el 100% de la propiedad de la principal empresa de barcos de guerra española, Navantia. SEPI es la cuarta entidad en el ranking de banca armada con más de 368 millones de euros invertidos en empresas de armamento.

El Instituto de Crédito Oficial (ICO) y el Fondo de Garantía de Depósitos de Entidades de Crédito completan esta lista de inversiones en armamento por parte de organismos públicos con 48 millones por parte del ICO. El Fondo de Garantía no ha hecho pública su cifra.

Bankia, con una participación accionarial por parte del Estado de más del 60% tras el rescate bancario, también tiene invertidos más de 180 millones de euros, ocupando así el sexto lugar de la clasificación.

Empresas controvertidas pero rentables Es importante también el rol de importantes entidades financieras que tienen como clientes algunas de las empresas españolas de armamento más controvertidas, como es el caso de Maxam. La empresa de armamento afincada en Burgos, tiene una controvertida trayectoria produciendo bombas y municiones que después fueron prohibidas por su gran impacto humanitario o por suministrar material explosivo o de caza a lugares en conflicto armado. Maxam ha recibido el favor de numerosos bancos españoles. Banca March, Caixabank, Bankia, Banco Popular, Sabadell y Bankinter han invertido o prestado a esta empresa. Además de estos bancos, el BBVA, Santander, Sabadell, BMN, Caja Rural y Unicaja, e incluso del Instituto de Crédito Oficial también han colaborado de algún modo con ella.

Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?BBVA-y-Banco-Santander-encabezan

miércoles, 2 de marzo de 2016

La gran apuesta. Sobre "The Big Short" y predicciones

Ya se está estrenando en varios cines. The Big Short (La gran apuesta, en España) describe a varios de los actores clave en la creación de la permuta de incumplimiento crediticio en el mercado, que buscaba apostar en contra de la obligación colateralizada por deuda (CDO), y terminó aprovechando la crisis financiera de 2007- 2010. El libro también destaca la naturaleza excéntrica del tipo de persona que apuesta contra el mercado o va contra la corriente. Yo he asistido al preestreno en Atenas, organizado por una universidad privada y con la interesante ocurrencia de invitar a todos sus alumnos de un Master de Administración de Empresas a verla y finalizar el acto con un debate de dos de sus profesores de Economía. Me ha gustado la película y me ha resultado interesante el resumen de mi compañera y traductora, de lo que estos profesores comentaron tras terminar la proyección, pero me sorprendió mucho el optimismo con el que tanto estos profesores como tantos otros expertos -quizá el lector ha escuchado también a otros- vislumbran el futuro. Días después, un amigo al que le recomendé verla, que también estudió Economía, me afirmaba convencido lo mismo. Y aun más convencido que sendos profesores: “¡claro que se puede esperar que esta crisis no se repita en 20 años! Los expertos ahora cuentan con potentes ordenadores que les permiten predecir con exactitud cuándo ocurrirá la siguiente”.

Pueden parecer hilarantes estas afirmaciones, pero lo cierto es que el Análisis Económico y nuestras herramientas (la Estadística y los ordenadores) mejoran día a día, y algunas de sus predicciones (en Geografía Económica, por ejemplo) alcanzan ya la precisión de algunas parcelas de la Medicina. ¿Por qué parece imposible saber con esta antelación, la fecha exacta de la próxima crisis? La respuesta es Sí y también No, dependiendo del sujeto. ¿Quién lo sabe?

Para determinar algo así, primero debemos partir de una definición de crisis. Se suele aceptar la de recesión cuyos efectos (sobre todo, el aumento del desempleo) duran varios años. Y ¿qué es recesión? Es esa fase final (o inicial, según se mire, porque por algo decimos que el capitalismo es cíclico) de cada ciclo económico, muy habitual (en 240 años de los EEUU, se han producido 42, una cada 6 años), durante la cual la Renta Nacional disminuye. En la OCDE se suele considerar como tal si dura al menos 9 meses, puesto que hay muchas economías con reducción (estacional, y por tanto no crítica) del PIB por unos meses tras el “agosto” propio de su estructura: suele coincidir con la temporada alta en el turismo. Es por eso que la recesión que provocó en España el pinchazo de la burbuja inmobiliaria no se pudo constatar hasta mediados de 2009, cuando llevábamos 9 meses de recesión, y que ésta tenía magnitud de crisis, años más tarde.

Los protagonistas de The Big Short se dedicaban a estudiar los vaivenes del mercado financiero y en un momento dado, pasan de creer que hay que seguir apostando por el “boom” inmobiliario, a apostar en contra. Gracias a que hoy se puede comprar y vender casi de todo, se convierten en multimillonarios en cuestión de meses por el catastrófico hundimiento de dicha burbuja. Al comprarle a diversos bancos derechos a vender en el futuro sus participaciones en carteras de hipotecas (préstamos agrupados de modo que muchos inversores contribuyen en la financiación y obtienen parte de los intereses, cuando se cobran, si se llegan a cobrar) al precio vigente en el momento de la transacción -altísimo en la recta final de esta fase febril-, estaban apostando a que todo se iba al garete. Solo así se puede rentabilizar este acuerdo: pagas por un derecho que solo ejerceríamos si baja el precio de nuestra cartera. De ese modo, cuando de hecho así sucedió, pudieron vender todos sus activos muy por encima del nuevo precio. Algunos multiplicaron así su fortuna por más de 200 veces en un solo año.

La película y la novela también te cuentan que dos de los protagonistas sufren tanto remordimiento de ser de los pocos que se beneficiarán de este hallazgo personal -de momento, parece ser que solo unos pocos no solo comprendieron que esto iba a suceder, sino que interesaba comprar cuantos más derechos de venta de “subprime”, mejor-, cuando la debacle que se avecina dejará a millones en el mundo sin trabajo, sin empleo y muchos más, con sus ingresos recortados, quieren publicar sus análisis en la prensa económica. Wall Street Journal desprecia la propuesta por las escasas credenciales de estos inversores: ni su CV ni el valor de los activos que manejan les sitúan por encima del anonimato. Más de uno se preguntará: ¿y si les hubieran hecho caso y se publica este “boom” en 2006?

La historia no habría sido muy diferente, salvo que el desastre se habría adelantado un año. Si mucha gente creyera la veracidad de sus conclusiones, el pánico se extendería a partir de su publicación, en lugar de meses después, por las noticias que finalmente pregonaron el final de esa burbuja especulativa. Y ahí está la clave para entender este lío: cuando se avecina una crisis, lo único que puede hacer un agente económico influyente es adelantarla mostrando su preocupación -por ejemplo, echando más leña alarmista al fuego-, o ignorar estos análisis, pero tarde o temprano, las personas racionales tomarán medidas: muchas empresas despedirán a sus trabajadores al haber comprometido su viabilidad en esta burbuja; los despedidos, no seguirán endeudándose; todo el que tenga activos relacionados, tratará de venderlos como sea. Todas estas acciones se alimentan entre sí y el fuego de la crisis, que desinfla la burbuja hasta que los precios -en este caso, de los inmuebles y varios activos- tocan fondo.

Supongamos ahora que un grupo de economistas, con los ordenadores más potentes, las mejores herramientas de análisis económico y recursos suficientes, hacen un estudio sesudo que arroja como conclusión que la próxima crisis empezará con una recesión durante los meses de enero a septiembre de 2030. Hay dos escenarios extremos: que todo el mundo les crea y que nadie les crea. En el primer caso, el pánico cundiría antes. Las expectativas autocumplidas están bastante estudiadas y diversos estudios nos demuestran que ante una convicción grande, los agentes tratan de anticiparse para evitar pérdidas personales, pero obviamente esto acelera el desastre y colectivamente, la mayoría sufrirá pérdidas. Es lógico: si crees que este estudio es cierto y conoces la teoría de las expectativas autocumplidas y la teoría de juegos, ¿esperarás al 31/12/29 a vender tus activos? Quizá te juegas mucho; sabes que si hay miles queriendo anticiparse, puede que el 31 ya sea tarde. Mejor el 30. ¿O el 29? ¿Qué hacemos? “Ya está, metemos todas las variables en un programa informático que resuelve sistemas de ecuaciones por teoría de juegos”. Es decir: realiza diversas simulaciones del comportamiento de todos los agentes que queramos considerar. Tras cada simulación, nos ofrece un resultado. Como queremos anticiparnos, se repite la simulación (o juego) pero cambiando la variable esperada, pues es posible que otros agentes también hagan el mismo análisis y quieran anticiparse, y obtenemos un nuevo resultado, pero entonces ¿a qué fecha se anticiparán los actores? Si intentamos anticiparnos a millones de inversores, al final, el ordenador concluirá que debes vender mañana mismo. La Teoría de juegos es un área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones entre sujetos que reciben incentivos o “castigos” por sus acciones y nos permite trazar varios escenarios posibles y la decisión óptima. Si ésta es anticiparse, tenemos que considerar cuantos sujetos participan, la probabilidad de que éstos se anticipen a nosotros, el coste de anticiparse y el de no hacerlo. Entonces, tiene que entrar la subjetividad del decisor -no queda otra- y unos venderán mucho antes de la fecha señalada por los agoreros, y otros serán más crédulos con la profecía, esperando a ver qué pasa, pero seguro que venderán antes de 2030, puesto que para 2029 ya habrán caído tanto las cotizaciones que será imposible el optimismo. Así, tendremos que la crisis que todo el mundo creía perfectamente predicha por unos analistas formidables, tendrá lugar mucho antes de lo previsto, por la credibilidad total de los afectados.

En el segundo caso extremo, nadie creerá a estos magníficos economistas y la recesión tendrá lugar en las fechas y magnitudes previstas. Estos economistas podrán luego complacerse con un “os lo dije”, como Casandra según aquel mito griego, pero lo paradójico es que acertarán justo porque nadie les cree -aparte de que sus predicciones sean asombrosamente pertinentes-. Es lo que tienen las Ciencias Sociales: si el analista hace predicciones que pueden alterar las expectativas -¡y tanto! porque hay mucho en juego-, estas predicciones tendrán que cambiar en cuanto los agentes estudiados cambien su comportamiento. El “observador” -que en estos casos, hace algo más que observar-, modifica lo observado. En parte, es lo que criticaba Miguel Angel Ordoñez a Rajoy. Anunciar que la cosa está muy mal -magnificando la situación- puede servir para que si aun no lo estaba, empeore hasta el punto deseado, pero solo si alguien te hace caso. Si todo el mundo ignora la predicción, ésta no tiene modo de afectar a las decisiones de los agentes. Solo así puede cumplirse.

Cualquier otro caso será una situación intermedia entre estos extremos: algunos creerán la predicción y sus decisiones afectarán a las de otros agentes, pero cuantos más sean los que se anticipan, antes ocurrirá la recesión anunciada. Cuantos menos crean el estudio en cuestión, mas probable será que se puedan mantener las premisas -lo cual no quita que si la predicción es errónea, lo seguirá siendo-. Y esto nos lleva a una terrible conclusión: las predicciones sobre la próxima crisis no son útiles para evitarlas. Solo pueden ser certeras cuando casi nadie ve venir la hecatombe y en tal caso, tan solo sacarán tajada unos pocos avispados como los de la película. Por otra parte, siempre nos quedarà la duda de si son realmente unos pocos, tal y como nos muestra el director, o muchos del famoso 1% que posee casi la mitad de la riqueza mundial, los que se anticipan y la reubican en “lugares” y formas convenientes para cada momento. Dada la apertura financiera de nuestras economías hoy, esto es sumamente fácil para quien posee un patrimonio considerable.

Lo que está claro es que la inestabilidad del capitalismo es inherente a su funcionamiento y puede que cada crisis tenga algo distinto a todas las anteriores, pero siempre viene otra y otra más. Y en parte es así porque es imposible saber cuándo es la próxima. Esta incertidumbre confiere al fantasma de la crisis una autonomía que adquiere casi rango de personalidad propia, como un agente más que decide tanto o más que un gobierno o incluso un G-8. De este modo, las clases y grupos dominantes se exoneran de culpa y como ya decía Roxa Luxemburg*, este resultado de la suma de decisiones humanas, conscientes y hasta premeditadas, se convierte en “catástrofe natural” en manos de la prensa. Ya a principios del siglo XX se hablaba así de una crisis y aun hoy se utilizan símiles como “terremoto”, “tsunami”, etc. Al llamarlo “terremoto financiero”, nos quedamos mas tranquilos, porque es un apelativo que nos invita a la resignación. Poco podemos hacer contra la Naturaleza, incluso en la sociedad del conocimiento. No parece casualidad que Hollywood nos haya relatado decenas de formas fantásticas de solucionar o anticiparse a una hecatombe y salvar así al mundo, pero no se puedan salvar más de 10 personas a una crisis financiera ni en un film de George Lucas. No nos quieren dar ideas.
David Romero
Nota *Luxemburg, Rosa. Introducción a la Economía Política. Siglo XXI de España, 1974.