_- Ha pasado más de siglo y medio desde que Karl Marx publicara el primer volumen de El capital. Es una obra enorme e intimidante que muchos lectores podrían sentirse tentados de pasar por alto; el erudito radical David Harvey cree que no deberían hacerlo.
Harvey lleva décadas impartiendo clases sobre El capital. Sus populares cursos sobre los tres volúmenes del libro están disponibles de forma gratuita en la red y los han visitado millones de personas de todo el mundo. El último libro de Harvey, Marx, El capital y la locura de la razón económica, es una guía más breve de los tres volúmenes. En él se ocupa de la irracionalidad inherente a un sistema capitalista cuyo funcionamiento se supone que es todo lo contrario.
Harvey habló con Daniel Denvir para el podcast The Dig, de Jacobin Radio, acerca del libro, las energías a un tiempo creativas y destructivas del capital, el cambio climático y de por qué sigue mereciendo la pena luchar con El Capital.
Lleva bastante tiempo impartiendo clases sobre El capital. Describa brevemente los tres volúmenes.
Marx entra mucho en los detalles y a veces es difícil hacerse una idea exacta del concepto general que aborda El capital. Pero en realidad es sencillo. Los capitalistas empiezan el día con cierta cantidad de dinero, llevan ese dinero al mercado y compran algunas mercancías como medios de producción y mano de obra, y las ponen a trabajar en un proceso laboral que produce una nueva mercancía. Esa nueva mercancía se vende por dinero más un beneficio. Después, ese beneficio se redistribuye de varias maneras, en forma de rentas e intereses, y circula de nuevo hacia ese dinero, que inicia el ciclo de producción nuevamente.
El volumen uno de El Capital es una obra maestra literaria, mientras que los volúmenes dos y tres son más técnicos y más difíciles de seguir
Es un proceso de circulación. Y los tres volúmenes de El capital tratan diferentes aspectos de dicho proceso. El primero se ocupa de la producción. El segundo trata de la circulación y lo que llamamos “realización”: la forma en que la mercancía se convierte de nuevo en dinero. Y el tercero se ocupa de la distribución: cuánto dinero va al propietario, cuánto al financiero y cuánto al comerciante antes de que todo se dé la vuelta y regrese al proceso de circulación.
Eso es lo que trato de enseñar de modo que la gente entienda las relaciones entre los tres volúmenes de El capital y no se pierda totalmente en un volumen o en partes de ellos.
En ciertos aspectos difiere de otros estudiosos de Marx. Una diferencia importante es que presta mucha atención a los volúmenes dos y tres, mientras que a muchos especialistas de Marx les interesa principalmente el primer volumen. ¿Por qué?
Son importantes porque lo dice Marx. En el volumen uno básicamente dice: “En el volumen uno me ocupo de esto, en el volumen dos me ocupo de aquello y en el volumen tres me ocupo de lo de más allá”. Está claro que en la mente de Marx existía la idea de la totalidad de la circulación del capital. Su plan era dividirlo en estas tres partes en tres volúmenes. De modo que sigo lo que Marx dice que hace. Ahora bien, el problema, por supuesto, es que los volúmenes dos y tres nunca se completaron, y no son tan satisfactorios como el volumen uno.
Pedir prestado consiste en hipotecar el futuro. Esa hipoteca sobre el futuro es una parte esencial de lo que trata El capital
El otro problema es que el volumen uno es una obra maestra literaria, mientras que los volúmenes dos y tres son más técnicos y más difíciles de seguir. De modo que puedo entender por qué, si la gente quiere leer a Marx con cierta alegría y placer, se quede con el volumen uno. Pero lo que quiero decir es: “No, si verdaderamente quieres entender su concepto del capital, no puedes quedarte con que se trata de una simple cuestión de producción. Se trata de circulación. Se trata de llevarlo al mercado y venderlo, después se trata de distribuir las ganancias”.
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sábado, 4 de diciembre de 2021
martes, 2 de julio de 2019
Entrevista al geógrafo marxista David Harvey "Veremos un resurgimiento de la izquierda, pero tiene que buscar una nueva voz"
Edgar Sapiña
El diario
- "Tenemos que quitarnos el capitalismo de nuestras cabezas", asegura uno de los científicos sociales de referencia para los movimientos de izquierdas
- Harvey piensa que algunas mujeres y ecologistas se benefician del neoliberalismo, aunque "las problemáticas principales están fuera de la dinámica capitalista"
- "No me emociona demasiado la idea de una Catalunya independiente, creo que no va a suceder y no creo que la Unión Europea lo vaya a aceptar", opina.
David Harvey en su despacho de la City University of New York (CUNY) ABEL ALBET
David Harvey (Gillingham, 1935) es un geógrafo marxista de origen británico que trabaja como profesor en la City University of New York (CUNY) y que se ha convertido en uno de los científicos sociales de referencia para muchos movimientos de izquierdas. Estos días visita Barcelona para presentar su nuevo libro La lógica geográfica del capitalismo (Icaria Editorial), una obra biográfica en la que se ofrece un repaso histórico de la trayectoria del autor, una entrevista realizada en 2015, nuevos textos traducidos al castellano y un capítulo inédito.
Usted se define como anticapitalista antes que socialista, comunista, anarquista o populista. ¿Por qué?
El capital tiene mucha influencia sobre muchos aspectos de la vida diaria. No es solo la economía. Es la cultura, la forma de pensar o las estructuras de conocimiento. Conceptos como el comunismo o el socialismo suelen estar muy asociados con una concepción del mundo muy rígida. Las relaciones sociales entre las personas deben ser transformadas, pero esto requerirá muchas transformaciones mentales. Por eso pienso que tenemos que quitarnos el capitalismo de nuestras cabezas, así como de las calles y de la vida.
¿Y el anticapitalismo es un término que engloba más aspectos que conceptos como el socialismo o el comunismo?
Sí. Creo que no estamos en una posición como para describir ahora una alternativa al capitalismo y quiero escapar de la caja que es el comunismo, el socialismo o el anarquismo.
Después de un periodo de silencio, parece que en los últimos años ha habido un interés creciente por el comunismo. Aquí en España, por ejemplo, en 2017 Alberto Garzón publicó Por qué soy comunista. ¿Cómo se materializa el comunismo hoy?
No lo sé. Tampoco sé qué piensa Garzón sobre el comunismo. De lo que estoy seguro es de que los niveles de desigualdad actuales son inaceptables. No creo en una absoluta igualdad, creo que ciertas desigualdades son interesantes, pero ciertamente las desigualdades de ingresos están revirtiendo muchas de las cosas que deberíamos poder alcanzar.
Una de las cosas en las que pienso más al final del día es en la calidad de las relaciones sociales entre las personas. Uno de los efectos de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha sido la degradación de las relaciones entre grupos de inmigrantes o entre grupos con diferentes orientaciones sexuales. La transformación de estas relaciones sociales está yendo en una dirección muy negativa.
¿El comunismo ha evolucionado desde la caída del muro de Berlín en 1989 o la disolución de la Unión Soviética en 1991?
El comunismo es crítico, obviamente ha evolucionado desde 1989 y creo que, de alguna forma, el colapso de la Unión Soviética y todo lo que ello supuso permitió la reevaluación de lo que debía ser el proyecto comunista. Tenemos un gobierno en China que se llama a sí mismo comunista. Mucha gente no se lo toma en serio, pero deberían hacerlo. Lo que deben hacer o hacia dónde tienen que ir es una gran pregunta para mí.
¿Cree que es una sociedad comunista?
No, no es una sociedad comunista, pero ideológicamente ellos han reivindicado que para el año 2050 serán una sociedad plenamente socialista. Yo me tomo muy en serio esa proclamación, a pesar de algunas medidas que han adoptado, como el intercambio mercantil capitalista. Hay problemas de desigualdad social y de degradación ambiental, pero todos los países los tienen. Ellos han dicho que serán plenamente socialistas para el año 2050 y esto significa combatir el problema medioambiental y la desigualdad social.
Una de las cosas que sabemos de China es que cuando dicen que van a hacer algo lo hacen y lo hacen muy rápido, no son demócratas para nada, pero no hay que subestimar las posibilidades que tiene China. Trump está organizando una política antichina ahora mismo y es un profundo error por parte de los Estados Unidos, porque está empujando a China a ser más autónoma.
Dos de las corrientes de pensamiento más recientes son el feminismo y el ecologismo. ¿Cómo coexisten estos dos movimientos con el sistema económico actual?
Una de las cosas interesantes de estos dos movimientos es que el neoliberalismo ha puesto desde 1970 un gran énfasis en el emprendimiento y ha abierto la posibilidad a que el feminismo use esta ideología para crear lo que podríamos llamar un feminismo corporativo. Ese es el feminismo de Hillary Clinton, un tipo de emprendimiento satisfactorio en el que, por supuesto, hay la posibilidad de que las mujeres ocupen posiciones importantes en el mundo académico, por ejemplo. Lo mismo podría ocurrir con el multiculturalismo y la orientación sexual.
El neoliberalismo puede ser visto como una apertura que permite un progreso en los derechos del colectivo LGTBI y de las mujeres. De todos modos, creo que muchas feministas se están dando cuenta de que el neoliberalismo no es la solución sino que es su enemigo prioritario. Hay una transformación en algunas pensadoras feministas que dicen que no pueden lograr sus objetivos desde el neoliberalismo y que hay que moverse hacia unas posiciones anticapitalistas. Lo mismo se puede decir del movimiento ecologista.
Entonces, ¿es compatible defender el capitalismo a la vez que el feminismo y el ecologismo?
Si defiendes el sistema económico actual te encontrarás defendiendo un tipo de feminismo que se basa en incorporar más mujeres en empresas, pero el problema ahora mismo son las condiciones salariales de las mujeres trabajadoras, que están viviendo en unas condiciones muy difíciles. Ellas son las que están sufriendo las políticas neoliberales. Mientras que una mujer de clase media se puede beneficiar del neoliberalismo, muchas de las trabajadoras están sufriendo mucho bajo las políticas de austeridad. Algunas mujeres y ecologistas se benefician del neoliberalismo, pero las problemáticas principales están fuera de la dinámica capitalista.
¿Usted cree que en los próximos años el capitalismo evolucionará y defenderá el ecologismo, en aras de generar un beneficio económico de ello, o se mantendrá en el mismo punto en el que está ahora?
El ecologismo forma parte de un gran negocio, hay sectores del mercado que están tratando de lidiar con el cambio climático. No digo que el capitalismo no haya prestado atención a las cuestiones medioambientales, lo que cuestiono es el límite del beneficio capitalista. La industrialización de la agricultura, por ejemplo, ha creado un serio efecto secundario. Estos son problemas que llevan al límite la capacidad del sistema económico capitalista.
¿Las problemáticas que van más allá de lo material invisibilizan la lucha de clases?
Hay una tendencia que consiste en evitar la cuestión de clase, particularmente desde la caída de la Unión Soviética había una tendencia que decía que Marx y el conflicto de clases sociales estaban muertos. Si preguntamos ahora mismo cuáles son los agentes activos, en términos de políticas de izquierdas, ya no son los trabajadores fabriles. La clásica visión del proletariado que se va a emancipar es el trabajador de una fábrica.
El problema principal es preguntarse quién es el proletario hoy en día. Cuando nos hacemos esta pregunta tenemos que pensar en una configuración distinta. El otro día, cuando estaba en un aeropuerto, miré por la ventana y vi la fuerza del trabajo. ¿Quién hace funcionar un aeropuerto? Cuando miras a los Estados Unidos, ves a mucha gente de color, muchos inmigrantes y mujeres asalariadas. Si toda esta gente de golpe deciden hacer huelga, el aeropuerto tiene que cerrar. El capital estaría completamente bloqueado. Este es el nuevo proletariado.
En esta década los partidos de extrema derecha han crecido. De hecho, en las últimas elecciones europeas han ganado en Francia, el Reino Unido, Italia, Hungría y Polonia. ¿Cómo deben responder los partidos de izquierdas, ya que una parte de los votantes de extrema derecha son antiguos votantes de izquierdas?
Hace falta una reorientación de las políticas de izquierdas y creo que las bases institucionales de las políticas de izquierdas no han sobrevivido demasiado bien. Las políticas de izquierdas han fallado en gran medida en los últimos 10 o 15 años, con algunas excepciones. Por ejemplo, el auge inicial de Podemos fue una cosa muy positiva, pero creo que está aún en formación. Hay una vasta parte de la población descontenta con las políticas neoliberales. Es un momento muy interesante. Tengo la sensación de que en un futuro muy próximo veremos un resurgimiento de la izquierda, pero tiene que buscar una nueva voz y hablar de un modo distinto. La conversación debe estar basada en una configuración ideológica distinta.
¿En qué se debe basar esa conversación?
Tiene que estar basada en cómo entender las políticas anticapitalistas en la actual conjunción. Las transformaciones revolucionarias no serán violentas. En los últimos 20 años hemos vivido una presión en la calle muy fuerte, un ejemplo actual de ello son los chalecos amarillos en Francia. La gran pregunta es hacia dónde va políticamente. Tenemos que repensar cómo deben ser las políticas. Para eso hay que tener una conversación sobre qué es el anticapitalismo.
Usted concibe la historia y la geografía como dos disciplinas inseparables que, juntas, explican qué está sucediendo en el mundo. De todos modos, hoy en día se estudian por separado. ¿Esto es un error del mundo académico?
Es un profundo error, sí. La especialización es importante, pero lo que realmente no me gusta es la creación de aprendizajes que se supone que no se deben comunicar con otras disciplinas. ¿Por qué estamos segmentando de esta forma? Una cosa peculiar en el mundo académico en Estados Unidos, no sé si también ocurre aquí, es que hay una constante demanda de multidisciplinaridad.
¿Por qué cree usted que la geografía es una disciplina útil para comprender la realidad?
Uno de los motivos es que el hecho de que la geografía no sea una disciplina muy organizada crea una gran oportunidad. Dudo que me pudieran haber dejado hacer en otra disciplina todo lo que he hecho en geografía. La geografía es más abierta, un poco porque la gente no sabe exactamente lo que es, eso está bien, pero a su vez está mal porque los administradores académicos no saben qué hacer con ello.
No sé si está muy pendiente de la situación política en Barcelona. Después de las elecciones municipales, Ada Colau tratará este sábado de ser reelegida alcaldesa con el apoyo del PSC y de la lista de Manuel Valls, que está apoyada por Ciudadanos. Si eso ocurre, ERC, que ganó las elecciones, se convertiría en el principal partido de la oposición. ¿Cuál sería el mejor escenario para gobernar Barcelona, según su opinión?
La gestión de Colau fue muy importante para la gente que, como yo, cree que la organización del poder municipal es parte de un proceso político muy crítico en el mundo ahora mismo. Creo que lo que pasa en el nivel municipal es importante y la administración de Colau ha sido una muestra importante para el resto del mundo, enseñando que las cosas se pueden hacer.
La cuestión independentista se tiene que abordar, este es un hecho muy particular que hace las cosas difíciles, no es una cosa de partidos de izquierdas contra partidos de derechas. Personalmente no me emociona demasiado la idea de una Catalunya independiente, creo que no va a suceder y no creo que la Unión Europea lo vaya a aceptar, pero eso es solo mi opinión desde fuera. Puedo ser persuadido [ríe].
Portada de 'La lógica geográfica del capitalismo', el nuevo libro de David Harvey
Fuente:
https://www.eldiario.es/catalunya/David-Harvey-Veremos-resurgimiento-izquierda_0_908859916.html
El diario
- "Tenemos que quitarnos el capitalismo de nuestras cabezas", asegura uno de los científicos sociales de referencia para los movimientos de izquierdas
- Harvey piensa que algunas mujeres y ecologistas se benefician del neoliberalismo, aunque "las problemáticas principales están fuera de la dinámica capitalista"
- "No me emociona demasiado la idea de una Catalunya independiente, creo que no va a suceder y no creo que la Unión Europea lo vaya a aceptar", opina.
David Harvey en su despacho de la City University of New York (CUNY) ABEL ALBET
David Harvey (Gillingham, 1935) es un geógrafo marxista de origen británico que trabaja como profesor en la City University of New York (CUNY) y que se ha convertido en uno de los científicos sociales de referencia para muchos movimientos de izquierdas. Estos días visita Barcelona para presentar su nuevo libro La lógica geográfica del capitalismo (Icaria Editorial), una obra biográfica en la que se ofrece un repaso histórico de la trayectoria del autor, una entrevista realizada en 2015, nuevos textos traducidos al castellano y un capítulo inédito.
Usted se define como anticapitalista antes que socialista, comunista, anarquista o populista. ¿Por qué?
El capital tiene mucha influencia sobre muchos aspectos de la vida diaria. No es solo la economía. Es la cultura, la forma de pensar o las estructuras de conocimiento. Conceptos como el comunismo o el socialismo suelen estar muy asociados con una concepción del mundo muy rígida. Las relaciones sociales entre las personas deben ser transformadas, pero esto requerirá muchas transformaciones mentales. Por eso pienso que tenemos que quitarnos el capitalismo de nuestras cabezas, así como de las calles y de la vida.
¿Y el anticapitalismo es un término que engloba más aspectos que conceptos como el socialismo o el comunismo?
Sí. Creo que no estamos en una posición como para describir ahora una alternativa al capitalismo y quiero escapar de la caja que es el comunismo, el socialismo o el anarquismo.
Después de un periodo de silencio, parece que en los últimos años ha habido un interés creciente por el comunismo. Aquí en España, por ejemplo, en 2017 Alberto Garzón publicó Por qué soy comunista. ¿Cómo se materializa el comunismo hoy?
No lo sé. Tampoco sé qué piensa Garzón sobre el comunismo. De lo que estoy seguro es de que los niveles de desigualdad actuales son inaceptables. No creo en una absoluta igualdad, creo que ciertas desigualdades son interesantes, pero ciertamente las desigualdades de ingresos están revirtiendo muchas de las cosas que deberíamos poder alcanzar.
Una de las cosas en las que pienso más al final del día es en la calidad de las relaciones sociales entre las personas. Uno de los efectos de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos ha sido la degradación de las relaciones entre grupos de inmigrantes o entre grupos con diferentes orientaciones sexuales. La transformación de estas relaciones sociales está yendo en una dirección muy negativa.
¿El comunismo ha evolucionado desde la caída del muro de Berlín en 1989 o la disolución de la Unión Soviética en 1991?
El comunismo es crítico, obviamente ha evolucionado desde 1989 y creo que, de alguna forma, el colapso de la Unión Soviética y todo lo que ello supuso permitió la reevaluación de lo que debía ser el proyecto comunista. Tenemos un gobierno en China que se llama a sí mismo comunista. Mucha gente no se lo toma en serio, pero deberían hacerlo. Lo que deben hacer o hacia dónde tienen que ir es una gran pregunta para mí.
¿Cree que es una sociedad comunista?
No, no es una sociedad comunista, pero ideológicamente ellos han reivindicado que para el año 2050 serán una sociedad plenamente socialista. Yo me tomo muy en serio esa proclamación, a pesar de algunas medidas que han adoptado, como el intercambio mercantil capitalista. Hay problemas de desigualdad social y de degradación ambiental, pero todos los países los tienen. Ellos han dicho que serán plenamente socialistas para el año 2050 y esto significa combatir el problema medioambiental y la desigualdad social.
Una de las cosas que sabemos de China es que cuando dicen que van a hacer algo lo hacen y lo hacen muy rápido, no son demócratas para nada, pero no hay que subestimar las posibilidades que tiene China. Trump está organizando una política antichina ahora mismo y es un profundo error por parte de los Estados Unidos, porque está empujando a China a ser más autónoma.
Dos de las corrientes de pensamiento más recientes son el feminismo y el ecologismo. ¿Cómo coexisten estos dos movimientos con el sistema económico actual?
Una de las cosas interesantes de estos dos movimientos es que el neoliberalismo ha puesto desde 1970 un gran énfasis en el emprendimiento y ha abierto la posibilidad a que el feminismo use esta ideología para crear lo que podríamos llamar un feminismo corporativo. Ese es el feminismo de Hillary Clinton, un tipo de emprendimiento satisfactorio en el que, por supuesto, hay la posibilidad de que las mujeres ocupen posiciones importantes en el mundo académico, por ejemplo. Lo mismo podría ocurrir con el multiculturalismo y la orientación sexual.
El neoliberalismo puede ser visto como una apertura que permite un progreso en los derechos del colectivo LGTBI y de las mujeres. De todos modos, creo que muchas feministas se están dando cuenta de que el neoliberalismo no es la solución sino que es su enemigo prioritario. Hay una transformación en algunas pensadoras feministas que dicen que no pueden lograr sus objetivos desde el neoliberalismo y que hay que moverse hacia unas posiciones anticapitalistas. Lo mismo se puede decir del movimiento ecologista.
Entonces, ¿es compatible defender el capitalismo a la vez que el feminismo y el ecologismo?
Si defiendes el sistema económico actual te encontrarás defendiendo un tipo de feminismo que se basa en incorporar más mujeres en empresas, pero el problema ahora mismo son las condiciones salariales de las mujeres trabajadoras, que están viviendo en unas condiciones muy difíciles. Ellas son las que están sufriendo las políticas neoliberales. Mientras que una mujer de clase media se puede beneficiar del neoliberalismo, muchas de las trabajadoras están sufriendo mucho bajo las políticas de austeridad. Algunas mujeres y ecologistas se benefician del neoliberalismo, pero las problemáticas principales están fuera de la dinámica capitalista.
¿Usted cree que en los próximos años el capitalismo evolucionará y defenderá el ecologismo, en aras de generar un beneficio económico de ello, o se mantendrá en el mismo punto en el que está ahora?
El ecologismo forma parte de un gran negocio, hay sectores del mercado que están tratando de lidiar con el cambio climático. No digo que el capitalismo no haya prestado atención a las cuestiones medioambientales, lo que cuestiono es el límite del beneficio capitalista. La industrialización de la agricultura, por ejemplo, ha creado un serio efecto secundario. Estos son problemas que llevan al límite la capacidad del sistema económico capitalista.
¿Las problemáticas que van más allá de lo material invisibilizan la lucha de clases?
Hay una tendencia que consiste en evitar la cuestión de clase, particularmente desde la caída de la Unión Soviética había una tendencia que decía que Marx y el conflicto de clases sociales estaban muertos. Si preguntamos ahora mismo cuáles son los agentes activos, en términos de políticas de izquierdas, ya no son los trabajadores fabriles. La clásica visión del proletariado que se va a emancipar es el trabajador de una fábrica.
El problema principal es preguntarse quién es el proletario hoy en día. Cuando nos hacemos esta pregunta tenemos que pensar en una configuración distinta. El otro día, cuando estaba en un aeropuerto, miré por la ventana y vi la fuerza del trabajo. ¿Quién hace funcionar un aeropuerto? Cuando miras a los Estados Unidos, ves a mucha gente de color, muchos inmigrantes y mujeres asalariadas. Si toda esta gente de golpe deciden hacer huelga, el aeropuerto tiene que cerrar. El capital estaría completamente bloqueado. Este es el nuevo proletariado.
En esta década los partidos de extrema derecha han crecido. De hecho, en las últimas elecciones europeas han ganado en Francia, el Reino Unido, Italia, Hungría y Polonia. ¿Cómo deben responder los partidos de izquierdas, ya que una parte de los votantes de extrema derecha son antiguos votantes de izquierdas?
Hace falta una reorientación de las políticas de izquierdas y creo que las bases institucionales de las políticas de izquierdas no han sobrevivido demasiado bien. Las políticas de izquierdas han fallado en gran medida en los últimos 10 o 15 años, con algunas excepciones. Por ejemplo, el auge inicial de Podemos fue una cosa muy positiva, pero creo que está aún en formación. Hay una vasta parte de la población descontenta con las políticas neoliberales. Es un momento muy interesante. Tengo la sensación de que en un futuro muy próximo veremos un resurgimiento de la izquierda, pero tiene que buscar una nueva voz y hablar de un modo distinto. La conversación debe estar basada en una configuración ideológica distinta.
¿En qué se debe basar esa conversación?
Tiene que estar basada en cómo entender las políticas anticapitalistas en la actual conjunción. Las transformaciones revolucionarias no serán violentas. En los últimos 20 años hemos vivido una presión en la calle muy fuerte, un ejemplo actual de ello son los chalecos amarillos en Francia. La gran pregunta es hacia dónde va políticamente. Tenemos que repensar cómo deben ser las políticas. Para eso hay que tener una conversación sobre qué es el anticapitalismo.
Usted concibe la historia y la geografía como dos disciplinas inseparables que, juntas, explican qué está sucediendo en el mundo. De todos modos, hoy en día se estudian por separado. ¿Esto es un error del mundo académico?
Es un profundo error, sí. La especialización es importante, pero lo que realmente no me gusta es la creación de aprendizajes que se supone que no se deben comunicar con otras disciplinas. ¿Por qué estamos segmentando de esta forma? Una cosa peculiar en el mundo académico en Estados Unidos, no sé si también ocurre aquí, es que hay una constante demanda de multidisciplinaridad.
¿Por qué cree usted que la geografía es una disciplina útil para comprender la realidad?
Uno de los motivos es que el hecho de que la geografía no sea una disciplina muy organizada crea una gran oportunidad. Dudo que me pudieran haber dejado hacer en otra disciplina todo lo que he hecho en geografía. La geografía es más abierta, un poco porque la gente no sabe exactamente lo que es, eso está bien, pero a su vez está mal porque los administradores académicos no saben qué hacer con ello.
No sé si está muy pendiente de la situación política en Barcelona. Después de las elecciones municipales, Ada Colau tratará este sábado de ser reelegida alcaldesa con el apoyo del PSC y de la lista de Manuel Valls, que está apoyada por Ciudadanos. Si eso ocurre, ERC, que ganó las elecciones, se convertiría en el principal partido de la oposición. ¿Cuál sería el mejor escenario para gobernar Barcelona, según su opinión?
La gestión de Colau fue muy importante para la gente que, como yo, cree que la organización del poder municipal es parte de un proceso político muy crítico en el mundo ahora mismo. Creo que lo que pasa en el nivel municipal es importante y la administración de Colau ha sido una muestra importante para el resto del mundo, enseñando que las cosas se pueden hacer.
La cuestión independentista se tiene que abordar, este es un hecho muy particular que hace las cosas difíciles, no es una cosa de partidos de izquierdas contra partidos de derechas. Personalmente no me emociona demasiado la idea de una Catalunya independiente, creo que no va a suceder y no creo que la Unión Europea lo vaya a aceptar, pero eso es solo mi opinión desde fuera. Puedo ser persuadido [ríe].
Portada de 'La lógica geográfica del capitalismo', el nuevo libro de David Harvey
Fuente:
https://www.eldiario.es/catalunya/David-Harvey-Veremos-resurgimiento-izquierda_0_908859916.html
martes, 4 de diciembre de 2018
_- El oscuro camino del neoliberalismo hacia el fascismo
_- El neoliberalismo como teoría económica siempre fue un absurdo. Tenía tanta validez como otras ideologías dominantes del pasado, véase el derecho divino de los reyes o la creencia del fascismo en el Übermensch (Superhombre). Ninguna de sus esperanzadoras promesas eran ni remotamente posibles. Concentrar la riqueza en manos de una élite oligárquica global (ocho familias tienen ahora tanta riqueza como el 50% de la población mundial), y demoler a la vez los controles y las regulaciones gubernamentales no podía sino conducir inexorablemente a la desigualdad de ingresos, a la creación de monopolios, al extremismo político y a la destrucción de la democracia. No hace falta ir a las 577 páginas de “El capital en el siglo XXI” de Thomas Piketty para darse cuenta de esto. Pero la racionalidad económica nunca fue el asunto. El asunto era la restauración del poder de clase.
Como ideología dominante, el neoliberalismo tuvo un éxito brillante. A partir de la década de 1970, los principales críticos keynesianos fueron expulsados de la academia, las instituciones estatales, organizaciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, así como de los medios de comunicación. Cortesanos e intelectuales petulantes que cumplían con los requisitos, léase por ejemplo Milton Friedman, fueron formados en lugares como la Universidad de Chicago y recibieron plataformas prominentes y lujosos fondos corporativos. Difundieron el mantra oficial de teorías económicas desacreditadas y marginales que popularizaron Friedrich Hayek y la escritora de tercera categoría Ayn Rand. Y en cuanto nos arrodilláramos ante los dictados del mercado y se levantaran las regulaciones gubernamentales, se recortaran los impuestos a los ricos, se permitiese el flujo de dinero a través de las fronteras, se destruyeran los sindicatos y se firmaran acuerdos comerciales que enviaban puestos de trabajo a las explotaciones en China, el mundo sería un lugar más feliz, libre y rico. Fue una estafa. Pero funcionó.
“Es importante reconocer los orígenes de clase de este proyecto, gestado en la década de 1970 cuando la clase capitalista se encontraba en problemas, los trabajadores estaban bien organizados y tenían la capacidad de hacer retroceder a los empresarios”, me dijo David Harvey, autor de “Una Breve historia del neoliberalismo “, en una conversación que tuvimos en Nueva York. “Como cualquier clase dominante, necesitaban ideas dominantes. Por lo tanto, las ideas dominantes fueron que la libertad de mercado, la privatización, el espíritu empresarial, la libertad individual y todo lo demás deberían ser las ideas dominantes de un nuevo orden social, y ese fue el orden que se implementó en los años 80 y 90″.
“Como proyecto político, fue muy inteligente”, dijo. “Obtuvo un gran consenso popular porque hablaba de la libertad individual y de la libertad de elección. Pero en realidad se refería a la de mercado, principalmente. El proyecto neoliberal dijo a la generación del 68, “Ok, ¿quieres ser libre y tener libertad?” De eso trataba el movimiento estudiantil. “Te lo daremos, pero será la libertad del mercado. La otra cosa que buscas es la justicia social, olvídalo. Te vamos a dar la libertad individual, olvídate de la justicia social. No te organices”. El intento fue desmantelar esas instituciones, que no eran otras sino las instituciones colectivas de la clase trabajadora, particularmente los sindicatos y poco a poco los partidos políticos que representaban algún tipo de preocupación por el bienestar de las masas.
“Lo mejor de la libertad de mercado es que parece ser igualitaria, pero no hay nada más desigual que el trato igualitario de los desiguales”, continuó Harvey. “Promete la igualdad de trato, pero si eres extremadamente rico, significa que puedes hacerte más rico. Si eres muy pobre, es más probable que te empobrezcas. Lo que Marx mostró brillantemente en el volumen uno de ‘El Capital’ es que la libertad de mercado produce niveles cada vez mayores de desigualdad social”.
La difusión de la ideología del neoliberalismo fue organizada por la clase capitalista. Las élites capitalistas financiaron organizaciones como Business Roundtable y la Cámara de Comercio y think tanks como “The Heritage Foundation” para vender el producto al gran público. Ellos financiaron a las universidades con donaciones, siempre y cuando las universidades pagaran y contribuyeran con su lealtad a la nueva ideología dominante. Utilizaron su influencia y riqueza, así como sus plataformas de medios de comunicación, para transformar a la prensa en su portavocía. Y silenciaron a los herejes o les hicieron difícil encontrar empleo. El aumento del valor de las acciones bursátiles en lugar del aumento de la producción se convirtió en la nueva medida de la economía. Todo y todos fueron financiarizados y mercantilizados.
“El valor se fija por cualquier precio que se concrete en el mercado”, dijo Harvey. “Entonces, Hillary Clinton es muy valiosa porque dio una conferencia a Goldman Sachs por 250.000 dólares. Si doy una conferencia a un grupo pequeño en el centro de la ciudad y obtengo 50 dólares por ella, obviamente ella vale mucho más que yo. La valoración de una persona, de su contenido, se infiere de lo que puede obtener de ello en el mercado”.
“Esa es la filosofía que se encuentra detrás del neoliberalismo”, continuó. “Tenemos que poner precio a todas las cosas, aun cuando algunas de ellas no deberían ser consideradas como tales y tratadas como productos básicos. Por ejemplo, el cuidado de la salud, en el mismo momento en que se convierte en una mercancía. La vivienda para todos es otro ejemplo. Y la educación. Por lo tanto, los estudiantes tienen que pedir prestado dinero para obtener la educación que les permita obtener un empleo en el futuro. Esta es la estafa. Básicamente dice que si te comportas como un empresario, si sales ahí afuera y te entrenas, obtendrás tus justas recompensas. Pero si no las obtienes, es porque no te entrenaste bien. O porque tomaste un camino equivocado. Porque te dedicaste a estudiar filosofía o a leer a los clásicos en lugar de inscribirte en un curso de habilidades autopersonales de gestión”.
La estafa del neoliberalismo es a día de hoy ampliamente comprendida en casi todo el espectro político. Es cada vez más difícil ocultar su naturaleza depredadora, incluida sus enormes exigencias de cuantiosos subsidios públicos (Amazon, por ejemplo, solicitó y recibió beneficios fiscales multimillonarios de Nueva York y Virginia para establecer centros de distribución en esos estados). Esto ha obligado a las élites gobernantes a establecer alianzas con demagogos de derechas que utilizan las crudas tácticas del racismo, la islamofobia, la homofobia, la intolerancia y la misoginia para canalizar la creciente rabia y frustración de la sociedad lejos de las élites, canalizándola hacia los vulnerables. Estos demagogos aceleran el saqueo de las élites globales y, al mismo tiempo, prometen proteger a los trabajadores y trabajadoras. La administración de Donald Trump, por ejemplo, ha abolido numerosas regulaciones, desde las emisiones de gases de efecto invernadero hasta la neutralidad de la red, y ha recortado los impuestos a las personas y corporaciones más ricas, impidiendo el ingreso público de 1.500 millones de dólares durante la próxima década. Todo esto estableciendo al mismo tiempo un lenguaje autoritario y otras formas de control.
El neoliberalismo genera poca riqueza. Más bien, la redistribuye hacia arriba hacia las manos de las élites gobernantes. Harvey llama a esto “acumulación por desposesión”.
“La lógica principal de la acumulación por desposesión se basa en la idea de que cuando las personas se quedan sin la capacidad de fabricar cosas o prestar servicios, siga siendo posible establecer un sistema que extraiga su riqueza restante”, dijo Harvey. “Esa extracción se convierte entonces en el centro de sus actividades. Una de las formas en que puede ocurrir esa extracción es creando nuevos mercados de productos básicos donde antes no existían. Por ejemplo, cuando era más joven, la educación superior en Europa era esencialmente un bien público. Cada vez más -este y otros servicios- se han convertido en una actividad privada. Servicios de salud. Muchas de estas áreas que usted consideraría que no son productos comerciales en el sentido ordinario se convierten en tales tipos de productos. La vivienda para la población de bajos ingresos a menudo era vista como una obligación social. Ahora todo tiene que pasar por el mercado.
“Cuando era niño, el agua en Gran Bretaña se proporcionaba como bien público”, dijo Harvey. “Al cabo de un tiempo, por supuesto, se privatizó. Comienzas a pagar los gastos de agua. Han privatizado el transporte (en Gran Bretaña). El sistema de autobuses es caótico. Existen todas esas compañías privadas corriendo de aquí para allá, en todas partes. No hay manera de encontrar un sistema que necesites realmente. Lo mismo sucede con los ferrocarriles. Pero una de las cosas que suceden en este momento en Gran Bretaña es interesante: el Partido Laborista dice: ‘Vamos a tomar todo eso de nuevo en propiedad pública porque la privatización es totalmente insana y tiene consecuencias insanas y no está funcionando bien en absoluto’. La mayoría de la población ahora está de acuerdo con esto”.
Bajo el neoliberalismo, el proceso de “acumulación por desposesión” está acompañado por la financiarización.
“La desregulación permitió que el sistema financiero se convirtiera en uno de los principales centros de actividad redistributiva a través de la especulación, la depredación, el fraude y el robo”, escribe Harvey en su libro, tal vez el mejor y más conciso relato de la historia del neoliberalismo. “La promoción de acciones cotizadas, los esquemas de Ponzi, la destrucción estructurada de activos a través de la inflación, la desmantelación de activos a través de fusiones y adquisiciones, la exponencial elevación de los niveles de deuda tal que reducen poblaciones enteras incluso en los países capitalistas avanzados al peonaje de la deuda. Por no decir nada del fraude corporativo, la devaluación de activos, el ataque a los fondos de pensiones, su aniquilación por la inducción de colapsos corporativos a través de la manipulación de créditos y acciones, en todo esto se ha convertido el sistema financiero capitalista”.
El neoliberalismo, blandiendo su tremendo poder financiero, es capaz de diseñar crisis económicas para deteriorar el valor de los activos y luego aprovecharse de ellos.
“Una de las maneras en que se puede crear una crisis es cortando el flujo de crédito“, dijo. “Esto se hizo en el este y sureste de Asia en 1997 y 1998. De repente, la liquidez se agotó. Las principales instituciones no prestaban dinero. Había habido un gran flujo de capital extranjero en Indonesia. Cerraron el grifo. El capital extranjero fluyó hacia afuera. Lo cerraron en parte porque una vez que todas las empresas se declararon en bancarrota, podían pasar a ser compradas con grandes descuentos. Vimos lo mismo durante la crisis de la vivienda aquí (en los Estados Unidos). Las ejecuciones hipotecarias posibilitaron posteriores recompras de pisos a precios muchísimo más baratos. Es cuando entra Blackstone, compra todas las viviendas y pasa a convertirse en el propietario más grande de todos los Estados Unidos. Tiene 200.000 propiedades o algo así. Ahora se encuentra esperando que el mercado gire. Cuando el mercado gire, que lo hará brevemente, entonces podrá vender o alquilar y cometer el crimen. Blackstone ha conseguido el pelotazo del siglo gracias a las ejecuciones hipotecarias a partir de las que todo el mundo perdió. En esencia se trata de una transferencia masiva de riqueza“.
Harvey advierte que la libertad individual y la justicia social no son necesariamente compatibles. La justicia social, escribe, requiere solidaridad social y “la voluntad de sumergir los deseos, las necesidades y los deseos individuales en la causa de una lucha más general como, por ejemplo, la igualdad social y la justicia ambiental”. La retórica neoliberal, con su énfasis en las libertades individuales, puede efectivamente “separar el libertarismo, las identidades políticas, el multiculturalismo y, finalmente, hacer oscilar hacia el consumismo narcisista a las fuerzas sociales que persiguen la justicia social a través de la conquista del poder estatal”.
El economista Karl Polanyi entendió que hay dos tipos de libertades. Existen las malas libertades para explotar a quienes nos rodean, obteniendo así enormes ganancias sin tener en cuenta el bien común, incluido lo que se hace con el ecosistema y las instituciones democráticas. Estas malas libertades hacen que las corporaciones monopolicen las tecnologías y los avances científicos para obtener enormes ganancias, incluso cuando, como sucede con la industria farmacéutica, un monopolio implique que las vidas de quienes no pueden pagar precios exorbitantes sean puestas en peligro. Las buenas libertades -la libertad de conciencia, la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de asociación, la libertad de elegir el trabajo- se extinguen finalmente por la primacía de las malas libertades.
“La planificación y la regulación están siendo atacadas como si implicasen una negación de la libertad”, escribió Polanyi. “La libertad de empresa y la propiedad privada se asocian con las esencias finales de la libertad. Se dice que ninguna sociedad construida sobre otras bases merece ser llamada libre. La libertad que la regulación ofrece es denunciada como falta de libertad; La justicia, la libertad y el bienestar que posibilita la regulación se asocia a la esclavitud”.
El concepto de la libertad degenera así en una mera defensa de la libertad de empresa, que significa “plenitud de libertad para aquellos cuyos ingresos, ocio y seguridad no necesitan ser mejorados, y una simple miseria de libertad para las personas, que en vano pueden intentar ‘hacer uso de sus derechos democráticos para obtener refugio del poder de los dueños de propiedades’, escribe Harvey, citando a Polanyi. “Pero si, como siempre es el caso, ‘no es posible una sociedad en la que el poder y la coerción estén ausentes, ni un mundo en el que la fuerza no tenga ninguna función’, entonces la única forma en que esta liberal visión utópica podría sostenerse es por la fuerza, la violencia y el autoritarismo. El utopismo liberal o neoliberal está condenado, en opinión de Polanyi, a derivar en el autoritarismo, e incluso en el fascismo absoluto. Las buenas libertades se pierden, las malas prosperan”.
El neoliberalismo transforma la libertad de la mayoría en la libertad de unos pocos. Su resultado lógico es el neofascismo. El neofascismo suprime las libertades civiles en nombre de la seguridad nacional y califica a grupos enteros de la sociedad como traidores y enemigos del pueblo. Es el instrumento militarizado utilizado por las élites gobernantes para mantener el control, dividir y desgarrar a la sociedad y acelerar aún más el saqueo y la desigualdad social. La ideología dominante, ya nunca más creíble, está mutando en abuso y totalitarismo.
* Artículo de Chris Hedges publicado originalmente en inglés en Truthdig
* Ilustración: Mr. Fish
Como ideología dominante, el neoliberalismo tuvo un éxito brillante. A partir de la década de 1970, los principales críticos keynesianos fueron expulsados de la academia, las instituciones estatales, organizaciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, así como de los medios de comunicación. Cortesanos e intelectuales petulantes que cumplían con los requisitos, léase por ejemplo Milton Friedman, fueron formados en lugares como la Universidad de Chicago y recibieron plataformas prominentes y lujosos fondos corporativos. Difundieron el mantra oficial de teorías económicas desacreditadas y marginales que popularizaron Friedrich Hayek y la escritora de tercera categoría Ayn Rand. Y en cuanto nos arrodilláramos ante los dictados del mercado y se levantaran las regulaciones gubernamentales, se recortaran los impuestos a los ricos, se permitiese el flujo de dinero a través de las fronteras, se destruyeran los sindicatos y se firmaran acuerdos comerciales que enviaban puestos de trabajo a las explotaciones en China, el mundo sería un lugar más feliz, libre y rico. Fue una estafa. Pero funcionó.
“Es importante reconocer los orígenes de clase de este proyecto, gestado en la década de 1970 cuando la clase capitalista se encontraba en problemas, los trabajadores estaban bien organizados y tenían la capacidad de hacer retroceder a los empresarios”, me dijo David Harvey, autor de “Una Breve historia del neoliberalismo “, en una conversación que tuvimos en Nueva York. “Como cualquier clase dominante, necesitaban ideas dominantes. Por lo tanto, las ideas dominantes fueron que la libertad de mercado, la privatización, el espíritu empresarial, la libertad individual y todo lo demás deberían ser las ideas dominantes de un nuevo orden social, y ese fue el orden que se implementó en los años 80 y 90″.
“Como proyecto político, fue muy inteligente”, dijo. “Obtuvo un gran consenso popular porque hablaba de la libertad individual y de la libertad de elección. Pero en realidad se refería a la de mercado, principalmente. El proyecto neoliberal dijo a la generación del 68, “Ok, ¿quieres ser libre y tener libertad?” De eso trataba el movimiento estudiantil. “Te lo daremos, pero será la libertad del mercado. La otra cosa que buscas es la justicia social, olvídalo. Te vamos a dar la libertad individual, olvídate de la justicia social. No te organices”. El intento fue desmantelar esas instituciones, que no eran otras sino las instituciones colectivas de la clase trabajadora, particularmente los sindicatos y poco a poco los partidos políticos que representaban algún tipo de preocupación por el bienestar de las masas.
“Lo mejor de la libertad de mercado es que parece ser igualitaria, pero no hay nada más desigual que el trato igualitario de los desiguales”, continuó Harvey. “Promete la igualdad de trato, pero si eres extremadamente rico, significa que puedes hacerte más rico. Si eres muy pobre, es más probable que te empobrezcas. Lo que Marx mostró brillantemente en el volumen uno de ‘El Capital’ es que la libertad de mercado produce niveles cada vez mayores de desigualdad social”.
La difusión de la ideología del neoliberalismo fue organizada por la clase capitalista. Las élites capitalistas financiaron organizaciones como Business Roundtable y la Cámara de Comercio y think tanks como “The Heritage Foundation” para vender el producto al gran público. Ellos financiaron a las universidades con donaciones, siempre y cuando las universidades pagaran y contribuyeran con su lealtad a la nueva ideología dominante. Utilizaron su influencia y riqueza, así como sus plataformas de medios de comunicación, para transformar a la prensa en su portavocía. Y silenciaron a los herejes o les hicieron difícil encontrar empleo. El aumento del valor de las acciones bursátiles en lugar del aumento de la producción se convirtió en la nueva medida de la economía. Todo y todos fueron financiarizados y mercantilizados.
“El valor se fija por cualquier precio que se concrete en el mercado”, dijo Harvey. “Entonces, Hillary Clinton es muy valiosa porque dio una conferencia a Goldman Sachs por 250.000 dólares. Si doy una conferencia a un grupo pequeño en el centro de la ciudad y obtengo 50 dólares por ella, obviamente ella vale mucho más que yo. La valoración de una persona, de su contenido, se infiere de lo que puede obtener de ello en el mercado”.
“Esa es la filosofía que se encuentra detrás del neoliberalismo”, continuó. “Tenemos que poner precio a todas las cosas, aun cuando algunas de ellas no deberían ser consideradas como tales y tratadas como productos básicos. Por ejemplo, el cuidado de la salud, en el mismo momento en que se convierte en una mercancía. La vivienda para todos es otro ejemplo. Y la educación. Por lo tanto, los estudiantes tienen que pedir prestado dinero para obtener la educación que les permita obtener un empleo en el futuro. Esta es la estafa. Básicamente dice que si te comportas como un empresario, si sales ahí afuera y te entrenas, obtendrás tus justas recompensas. Pero si no las obtienes, es porque no te entrenaste bien. O porque tomaste un camino equivocado. Porque te dedicaste a estudiar filosofía o a leer a los clásicos en lugar de inscribirte en un curso de habilidades autopersonales de gestión”.
La estafa del neoliberalismo es a día de hoy ampliamente comprendida en casi todo el espectro político. Es cada vez más difícil ocultar su naturaleza depredadora, incluida sus enormes exigencias de cuantiosos subsidios públicos (Amazon, por ejemplo, solicitó y recibió beneficios fiscales multimillonarios de Nueva York y Virginia para establecer centros de distribución en esos estados). Esto ha obligado a las élites gobernantes a establecer alianzas con demagogos de derechas que utilizan las crudas tácticas del racismo, la islamofobia, la homofobia, la intolerancia y la misoginia para canalizar la creciente rabia y frustración de la sociedad lejos de las élites, canalizándola hacia los vulnerables. Estos demagogos aceleran el saqueo de las élites globales y, al mismo tiempo, prometen proteger a los trabajadores y trabajadoras. La administración de Donald Trump, por ejemplo, ha abolido numerosas regulaciones, desde las emisiones de gases de efecto invernadero hasta la neutralidad de la red, y ha recortado los impuestos a las personas y corporaciones más ricas, impidiendo el ingreso público de 1.500 millones de dólares durante la próxima década. Todo esto estableciendo al mismo tiempo un lenguaje autoritario y otras formas de control.
El neoliberalismo genera poca riqueza. Más bien, la redistribuye hacia arriba hacia las manos de las élites gobernantes. Harvey llama a esto “acumulación por desposesión”.
“La lógica principal de la acumulación por desposesión se basa en la idea de que cuando las personas se quedan sin la capacidad de fabricar cosas o prestar servicios, siga siendo posible establecer un sistema que extraiga su riqueza restante”, dijo Harvey. “Esa extracción se convierte entonces en el centro de sus actividades. Una de las formas en que puede ocurrir esa extracción es creando nuevos mercados de productos básicos donde antes no existían. Por ejemplo, cuando era más joven, la educación superior en Europa era esencialmente un bien público. Cada vez más -este y otros servicios- se han convertido en una actividad privada. Servicios de salud. Muchas de estas áreas que usted consideraría que no son productos comerciales en el sentido ordinario se convierten en tales tipos de productos. La vivienda para la población de bajos ingresos a menudo era vista como una obligación social. Ahora todo tiene que pasar por el mercado.
“Cuando era niño, el agua en Gran Bretaña se proporcionaba como bien público”, dijo Harvey. “Al cabo de un tiempo, por supuesto, se privatizó. Comienzas a pagar los gastos de agua. Han privatizado el transporte (en Gran Bretaña). El sistema de autobuses es caótico. Existen todas esas compañías privadas corriendo de aquí para allá, en todas partes. No hay manera de encontrar un sistema que necesites realmente. Lo mismo sucede con los ferrocarriles. Pero una de las cosas que suceden en este momento en Gran Bretaña es interesante: el Partido Laborista dice: ‘Vamos a tomar todo eso de nuevo en propiedad pública porque la privatización es totalmente insana y tiene consecuencias insanas y no está funcionando bien en absoluto’. La mayoría de la población ahora está de acuerdo con esto”.
Bajo el neoliberalismo, el proceso de “acumulación por desposesión” está acompañado por la financiarización.
“La desregulación permitió que el sistema financiero se convirtiera en uno de los principales centros de actividad redistributiva a través de la especulación, la depredación, el fraude y el robo”, escribe Harvey en su libro, tal vez el mejor y más conciso relato de la historia del neoliberalismo. “La promoción de acciones cotizadas, los esquemas de Ponzi, la destrucción estructurada de activos a través de la inflación, la desmantelación de activos a través de fusiones y adquisiciones, la exponencial elevación de los niveles de deuda tal que reducen poblaciones enteras incluso en los países capitalistas avanzados al peonaje de la deuda. Por no decir nada del fraude corporativo, la devaluación de activos, el ataque a los fondos de pensiones, su aniquilación por la inducción de colapsos corporativos a través de la manipulación de créditos y acciones, en todo esto se ha convertido el sistema financiero capitalista”.
El neoliberalismo, blandiendo su tremendo poder financiero, es capaz de diseñar crisis económicas para deteriorar el valor de los activos y luego aprovecharse de ellos.
“Una de las maneras en que se puede crear una crisis es cortando el flujo de crédito“, dijo. “Esto se hizo en el este y sureste de Asia en 1997 y 1998. De repente, la liquidez se agotó. Las principales instituciones no prestaban dinero. Había habido un gran flujo de capital extranjero en Indonesia. Cerraron el grifo. El capital extranjero fluyó hacia afuera. Lo cerraron en parte porque una vez que todas las empresas se declararon en bancarrota, podían pasar a ser compradas con grandes descuentos. Vimos lo mismo durante la crisis de la vivienda aquí (en los Estados Unidos). Las ejecuciones hipotecarias posibilitaron posteriores recompras de pisos a precios muchísimo más baratos. Es cuando entra Blackstone, compra todas las viviendas y pasa a convertirse en el propietario más grande de todos los Estados Unidos. Tiene 200.000 propiedades o algo así. Ahora se encuentra esperando que el mercado gire. Cuando el mercado gire, que lo hará brevemente, entonces podrá vender o alquilar y cometer el crimen. Blackstone ha conseguido el pelotazo del siglo gracias a las ejecuciones hipotecarias a partir de las que todo el mundo perdió. En esencia se trata de una transferencia masiva de riqueza“.
Harvey advierte que la libertad individual y la justicia social no son necesariamente compatibles. La justicia social, escribe, requiere solidaridad social y “la voluntad de sumergir los deseos, las necesidades y los deseos individuales en la causa de una lucha más general como, por ejemplo, la igualdad social y la justicia ambiental”. La retórica neoliberal, con su énfasis en las libertades individuales, puede efectivamente “separar el libertarismo, las identidades políticas, el multiculturalismo y, finalmente, hacer oscilar hacia el consumismo narcisista a las fuerzas sociales que persiguen la justicia social a través de la conquista del poder estatal”.
El economista Karl Polanyi entendió que hay dos tipos de libertades. Existen las malas libertades para explotar a quienes nos rodean, obteniendo así enormes ganancias sin tener en cuenta el bien común, incluido lo que se hace con el ecosistema y las instituciones democráticas. Estas malas libertades hacen que las corporaciones monopolicen las tecnologías y los avances científicos para obtener enormes ganancias, incluso cuando, como sucede con la industria farmacéutica, un monopolio implique que las vidas de quienes no pueden pagar precios exorbitantes sean puestas en peligro. Las buenas libertades -la libertad de conciencia, la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de asociación, la libertad de elegir el trabajo- se extinguen finalmente por la primacía de las malas libertades.
“La planificación y la regulación están siendo atacadas como si implicasen una negación de la libertad”, escribió Polanyi. “La libertad de empresa y la propiedad privada se asocian con las esencias finales de la libertad. Se dice que ninguna sociedad construida sobre otras bases merece ser llamada libre. La libertad que la regulación ofrece es denunciada como falta de libertad; La justicia, la libertad y el bienestar que posibilita la regulación se asocia a la esclavitud”.
El concepto de la libertad degenera así en una mera defensa de la libertad de empresa, que significa “plenitud de libertad para aquellos cuyos ingresos, ocio y seguridad no necesitan ser mejorados, y una simple miseria de libertad para las personas, que en vano pueden intentar ‘hacer uso de sus derechos democráticos para obtener refugio del poder de los dueños de propiedades’, escribe Harvey, citando a Polanyi. “Pero si, como siempre es el caso, ‘no es posible una sociedad en la que el poder y la coerción estén ausentes, ni un mundo en el que la fuerza no tenga ninguna función’, entonces la única forma en que esta liberal visión utópica podría sostenerse es por la fuerza, la violencia y el autoritarismo. El utopismo liberal o neoliberal está condenado, en opinión de Polanyi, a derivar en el autoritarismo, e incluso en el fascismo absoluto. Las buenas libertades se pierden, las malas prosperan”.
El neoliberalismo transforma la libertad de la mayoría en la libertad de unos pocos. Su resultado lógico es el neofascismo. El neofascismo suprime las libertades civiles en nombre de la seguridad nacional y califica a grupos enteros de la sociedad como traidores y enemigos del pueblo. Es el instrumento militarizado utilizado por las élites gobernantes para mantener el control, dividir y desgarrar a la sociedad y acelerar aún más el saqueo y la desigualdad social. La ideología dominante, ya nunca más creíble, está mutando en abuso y totalitarismo.
* Artículo de Chris Hedges publicado originalmente en inglés en Truthdig
* Ilustración: Mr. Fish
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Thomas Piketty
viernes, 28 de octubre de 2016
Entrevista a David Harvey, geógrafo inglés: “Para erradicar las distinciones de clase hay que reorganizar la ciudad”
A los 78 años es una de las voces más influyentes de las ciencias sociales en el mundo. Desde la geografía, David Harvey le ha dado nuevos aires al pensamiento marxista interpretando las desigualdades a partir de un enfoque espacial, mostrando cómo el capitalismo mueve sus fichas en la ciudad y amenaza con hacerla invivible. Estará en Valparaíso invitado al Festival Puerto Ideas, y desde Nueva York conversó con The Clinic sobre modelos urbanos y modelos de revolución: “No se puede cambiar la ciudad sin movimientos sociales fuertes”, advierte.
¿Por qué la geografía tomó un rol protagónico en la crítica al modelo económico y social?
Ocurre que hoy en día muchas ciudades del mundo están desarrollando comunidades aisladas, limitando espacios y paisajes en función de las clases sociales, con un ímpetu muy difícil de contrarrestar. El estudio de la producción de espacios, entonces, es un prisma de observación para entender cómo se están segregando las clases sociales entre sí.
¿Y por qué la crítica a esa segregación urbana se transforma en una crítica al capitalismo como tal?
Porque la estructura de la ciudad es el producto de la dinámica capitalista. Parte del problema proviene de la acumulación de capital en las ciudades, que funcionan como fuentes de producción de dinero. Esa enorme acumulación de capital, como necesita rentabilizarse, se vuelca hacia inversiones en la producción de espacios urbanos, la construcción de condominios y de estructuras de gran escala, que luego, a su vez, se transforman en la estructura de clases, en la forma que toman las ciudades. Construir en la ciudad es un negocio muy rentable, pero el tipo de construcción más rentable está destinado a los estratos socio-económicos altos. Entonces se construyen condominios exclusivos para la gente rica, y simultáneamente se reduce la inversión en viviendas asequibles a la población pobre.
¿Y esa dinámica está determinando nuestros modelos de convivencia?
Claro, por la forma que toma la segregación espacial. Por ejemplo, hace poco estuve en Guayaquil, Ecuador. Ahí hay un área de la ciudad donde, a los costados de un gran camino principal, solo existen comunidades privadas. No puedes salir del camino principal para entrar a esas comunidades sin un permiso residencial. Entonces te preguntas qué tipo de mundo se construye allí, en que la experiencia urbana de las personas queda secuestrada tras estos muros, tienen un contacto casi nulo con personas de otras clases sociales. Por lo tanto es un hecho que la concentración de capital se transforma en una barrera para el desarrollo urbano, es decir, se opone a lo que debería ser una ciudad. No necesitamos ciudades que generen dinero, sino ciudades que sean buenas para vivir. Y ese objetivo no es necesariamente compatible con la acumulación de capital.
¿La segregación espacial es una causa de la pobreza, o simplemente su consecuencia?
Si miras cuidadosamente, los barrios segregados suelen tener problemas de acceso a los colegios, los servicios de salud son pésimos, el sistema de recolección de basura no funciona bien y la gente vive en un entorno urbano desastroso; hay mucha cesantía y una de las pocas maneras de ganar dinero es entrando al negocio de la droga. Entonces lo que ocurre ahí es que el modelo de pobreza se replica por la segregación de esta comunidad en una zona de la ciudad donde las oportunidades para surgir son muy restringidas, porque no hay servicios adecuados.
Este enfoque territorial,
¿Le abre una nueva perspectiva de acción al marxismo?
El marxismo es una metodología de estudio con la que se puede mirar los procesos sociales, no es una ideología. Y articular un nuevo enfoque territorial para el marxismo es mostrar como la reproducción de las clases sociales, de la segregación, de la discriminación étnica, son parte de la manera en que la ciudad está organizada. Cómo la vida diaria de los diferentes grupos de personas está ocurriendo en circunstancias radicalmente distintas. Si muestras eso, estás diciendo que para erradicar las distinciones de clase y superar la segregación hay que reorganizar la ciudad desde líneas más democráticas.
Y desde esa lectura marxista de lo urbano,
¿Cómo se define o se identifica al “proletariado” en el contexto actual?
El proletariado se organizó tradicionalmente en barrios de clase obrera y desde ahí generó redes políticas muy fuertes, porque hay formas de solidaridad que permiten construir bases para el activismo político. Pero es cierto que esa organización tradicional se ha transformado por el cambio en la estructura del empleo, que ha destruido la noción de lo que es el proletariado. Hoy no está claro qué significa.
¿Cómo crees que ha influido la construcción de viviendas sociales en las condiciones de vida de esa clase obrera?
La tendencia a la construcción de viviendas sociales ha disminuido.
En Chile se construyen a gran escala. Sí, pero la definición original de “vivienda social” apuntaba a la integración de clases. Alguna vez el Estado se encargó de la construcción de viviendas para la clase obrera integradas al desarrollo urbano. Hoy esas personas han sido recluidas y dejadas fuera de las ciudades, lo que está ocurriendo de manera global. Eso es una grave crisis social y punto. Y que las sociedades no estén enfrentando ese fenómeno, probablemente se transformará en una gran fuente de descontento social.
¿Pero qué debe hacer el Estado, frente a la demanda por viviendas de la población, si construir viviendas sociales en la periferia es más barato y más rápido?
Se ha vuelto extremadamente difícil encontrar locaciones adecuadas para la gente, cerca de las fuentes de empleo. Porque la clase social terrateniente, los dueños de inmobiliarias, están enfocados en maximizar la renta, por lo tanto los precios dentro de las ciudades han ido creciendo y es imposible introducir ahí viviendas sociales, generándose nuevamente una estructura de segregación social.
Imaginar nuevos mapas
En tu libro El Derecho a la Ciudad dices que el capital le ha quitado a la gente ese derecho.
¿Pero alguna vez tuvieron ese “derecho a la ciudad” las clases bajas?
Hubo épocas en que tuvieron más derecho a la ciudad que ahora. Estamos viendo toda clase de disturbios urbanos producto de la falta de ese derecho. En Brasil la gente salió a las calles porque el dinero se estaba usando para construir estadios de fútbol y no en educación ni salud, lo que realmente necesitan. Lo mismo está ocurriendo en Turquía, son movimientos de las ciudades que expresan la rabia popular y la frustración que produce la mala calidad de vida. Y en la medida que los poderes políticos sigan sin escuchar esas demandas, seguiremos viendo más disturbios y manifestaciones. Ustedes en Chile tuvieron una buena cuota de protestas recientemente.
¿Pero cómo se puede lograr, en los hechos, una reorganización del modelo de ciudad?
No se puede lograr sin movimientos sociales fuertes, que estén enfocados en deconstruir el mundo que los rodea y proponer una idea nueva, la construcción de un mundo sin distinciones de clase ni discriminaciones raciales. Las ciudades son construcciones humanas, tal como se propone una forma, puede proponerse otra, el problema es que hay privilegios de clase que bloquean esos esfuerzos. Es la manera en que se organiza el poder del capital, que les ha quitado a las personas su derecho a la ciudad. Pero mientras más evidente es ese fenómeno, más fuertes han sido las protestas y los disturbios, pues se torna intolerable.
¿Cómo entiendes hoy día la lucha de clases?
Sabemos que, globalmente, unas pocas miles de personas controlan el mundo. Individuos que están en posición de dictar pautas a los gobiernos, de poseer medios de comunicación e instituciones financieras. Eso deriva en una concentración inmensa de poder de clases. En Estados Unidos existe una especie de corrupción legal de los procesos políticos por parte del poder de grandes capitales y necesitamos lidiar con eso, luchar contra eso. Luchar contra el hecho de que no haya límites para las contribuciones a las campañas políticas, lo que permite a unos pocos individuos, simplemente por su dinero, dictar no solo políticas locales sino a nivel global. No podemos tomar cartas en asuntos como el cambio climático porque unos pocos individuos no creen en él o no les interesa, y ellos son los dueños de la toma de decisiones en el Congreso.
¿Y cómo se actualiza, desde ese análisis, el concepto de “revolución”?
Creo que sería un error entender una revolución como un proceso violento. Yo prefiero entenderlo como un proceso de transformación, basado en movimientos sociales orientados a reconfigurar la vida urbana. Ha habido movimientos con ese objetivo en el pasado. Estados Unidos vivía en los años 60 una segregación racial muy intensa y hubo un gran movimiento para contrarrestarla, la mayoría de la gente estuvo de acuerdo con que debía hacerse algo. Y aunque sigue habiendo segregación racial, creo que los grupos afectados dirían que están mejor ahora que antes. Desde esa perspectiva, lo que ocurrió fue precisamente una revolución urbana, un movimiento activo por los derechos civiles que desafió una institucionalidad que fomentaba la segregación y que consiguió la integración urbana de muchas comunidades afroamericanas, tanto en la vida social como económica.
¿No suele ocurrir que las propuestas alternativas de políticas urbanas parten desde escenarios demasiados utópicos y por eso no pueden competir en el debate público?
Creo que un poco de pensamiento utópico es algo positivo. Debemos poder imaginar cómo se vería un mundo mejor, desde ahí se puede participar en actividades políticas que persigan esos ideales. De otra forma, ¿qué podemos hacer? Nos sentamos y decimos que nada es posible, ante la falta de imaginación y de voluntad política. Siempre ha sido la imaginación la herramienta para moldear el mundo, para pensar nuevas arquitecturas, nuevos espacios. Un poco de pensamiento utópico dentro de esa tónica es inevitable y muy sano.
¿Cuáles son tus pensamientos utópicos?
Por ejemplo, me gustaría ver un mundo en que haya un sistema de reciclaje urbano total, de agricultura urbana, que existan suministros de alimentos al interior de las ciudades. No estoy diciendo que eso vaya a solucionar todos los problemas, pero sí iría mucho más allá de las técnicas de reciclaje orgánico. La creación de pequeños sectores de jardinería urbana serían, sin duda, altamente productivos para individuos que necesitan suministros de alimentos.
Está en boga la idea de producir cambios a escala local,
¿Son suficientes, o un cambio real solo se puede lograr cambiando la estructura total?
Creo que los cambios políticos deben operar en una variedad de escalas, no se puede lograr cambios solamente desde lo local. A los geógrafos nos gusta ocupar el concepto del “salto de escalas” de los procesos políticos, lo que significa que debes moverte desde una visión local a una metropolitana, desde una visión metropolitana a una nacional y solo cuando un proceso político ocurre simultáneamente en distintas escalas, podemos esperar que las cosas cambien. Es un principio muy importante, porque mucha gente de izquierda está pensando que los cambios locales son lo único que importa.
¿Qué te parecen las “aldeas ecológicas” que intentan autogestionar modelos de convivencia donde no rijan las reglas del capitalismo?
Se están haciendo muchos experimentos de ese tipo, creo que todos son positivos y deberían probarse. La autogestión es aquí un principio fundamental, porque hay aspectos colectivos en la toma de decisiones que pueden permitirle a una población coexistir en un ambiente decente. Pero volvemos al punto: ¿cómo haces el salto de escala? Hay comunidades capaces de reproducirse fuera de la dinámica del capitalismo, pero cómo llevas eso a una escala en que, por ejemplo, toda una ciudad o país pueda hacer lo mismo.
¿Crees que a la sociedad le falta imaginación?
Ha habido períodos históricos en que la imaginación floreció enormemente, pero creo que no estamos en una de esas épocas. Más bien tengo la sensación de que la gente no quiere pensar en cosas distintas pues consideran muy improbable que ocurran. No creen en su capacidad de crear un futuro distinto, por eso en este momento no existe una imagen de cómo se debiese ver una sociedad buena y por lo tanto tampoco se ven soluciones reales para problemas como la segregación.
Tú dices que ese cambio necesita movimientos sociales fuertes.
¿Qué debiesen pedir hoy esos movimientos?
Eso lo tiene que decidir la gente. Ni en sueños trataría de dictarle a los movimientos sociales qué es lo que debiesen intentar conseguir. Pero no creo que se trate de “pedir” nada, sino de perseguir aquello que les corresponde por derecho.
Y al revés,
¿Qué puede hacer el poder político, el Estado, para atender esa demanda y contrarrestar la dinámica del mercado?
Primero tendría que ocurrir una redistribución del poder político, económico y cultural, teniendo como base la idea de igualdad. La evidencia en nuestros tiempos es que los gobiernos dominados por los intereses de las clases capitalistas reaccionan sin compasión y, a menudo, recurren a la fuerza y la militarización, en lugar de tratar de ayudar a satisfacer las necesidades de la gente. Por eso que creo que los movimientos sociales tienen que, en algún momento, hacer incursiones en el control del aparato estatal.
*Presentación el 8/11 en Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso /
www.puertoideas.cl /
Entradas en www.daleticket.cl y en kiosko de la Plaza Cívica de Valparaíso.
¿Por qué la geografía tomó un rol protagónico en la crítica al modelo económico y social?
Ocurre que hoy en día muchas ciudades del mundo están desarrollando comunidades aisladas, limitando espacios y paisajes en función de las clases sociales, con un ímpetu muy difícil de contrarrestar. El estudio de la producción de espacios, entonces, es un prisma de observación para entender cómo se están segregando las clases sociales entre sí.
¿Y por qué la crítica a esa segregación urbana se transforma en una crítica al capitalismo como tal?
Porque la estructura de la ciudad es el producto de la dinámica capitalista. Parte del problema proviene de la acumulación de capital en las ciudades, que funcionan como fuentes de producción de dinero. Esa enorme acumulación de capital, como necesita rentabilizarse, se vuelca hacia inversiones en la producción de espacios urbanos, la construcción de condominios y de estructuras de gran escala, que luego, a su vez, se transforman en la estructura de clases, en la forma que toman las ciudades. Construir en la ciudad es un negocio muy rentable, pero el tipo de construcción más rentable está destinado a los estratos socio-económicos altos. Entonces se construyen condominios exclusivos para la gente rica, y simultáneamente se reduce la inversión en viviendas asequibles a la población pobre.
¿Y esa dinámica está determinando nuestros modelos de convivencia?
Claro, por la forma que toma la segregación espacial. Por ejemplo, hace poco estuve en Guayaquil, Ecuador. Ahí hay un área de la ciudad donde, a los costados de un gran camino principal, solo existen comunidades privadas. No puedes salir del camino principal para entrar a esas comunidades sin un permiso residencial. Entonces te preguntas qué tipo de mundo se construye allí, en que la experiencia urbana de las personas queda secuestrada tras estos muros, tienen un contacto casi nulo con personas de otras clases sociales. Por lo tanto es un hecho que la concentración de capital se transforma en una barrera para el desarrollo urbano, es decir, se opone a lo que debería ser una ciudad. No necesitamos ciudades que generen dinero, sino ciudades que sean buenas para vivir. Y ese objetivo no es necesariamente compatible con la acumulación de capital.
¿La segregación espacial es una causa de la pobreza, o simplemente su consecuencia?
Si miras cuidadosamente, los barrios segregados suelen tener problemas de acceso a los colegios, los servicios de salud son pésimos, el sistema de recolección de basura no funciona bien y la gente vive en un entorno urbano desastroso; hay mucha cesantía y una de las pocas maneras de ganar dinero es entrando al negocio de la droga. Entonces lo que ocurre ahí es que el modelo de pobreza se replica por la segregación de esta comunidad en una zona de la ciudad donde las oportunidades para surgir son muy restringidas, porque no hay servicios adecuados.
Este enfoque territorial,
¿Le abre una nueva perspectiva de acción al marxismo?
El marxismo es una metodología de estudio con la que se puede mirar los procesos sociales, no es una ideología. Y articular un nuevo enfoque territorial para el marxismo es mostrar como la reproducción de las clases sociales, de la segregación, de la discriminación étnica, son parte de la manera en que la ciudad está organizada. Cómo la vida diaria de los diferentes grupos de personas está ocurriendo en circunstancias radicalmente distintas. Si muestras eso, estás diciendo que para erradicar las distinciones de clase y superar la segregación hay que reorganizar la ciudad desde líneas más democráticas.
Y desde esa lectura marxista de lo urbano,
¿Cómo se define o se identifica al “proletariado” en el contexto actual?
El proletariado se organizó tradicionalmente en barrios de clase obrera y desde ahí generó redes políticas muy fuertes, porque hay formas de solidaridad que permiten construir bases para el activismo político. Pero es cierto que esa organización tradicional se ha transformado por el cambio en la estructura del empleo, que ha destruido la noción de lo que es el proletariado. Hoy no está claro qué significa.
¿Cómo crees que ha influido la construcción de viviendas sociales en las condiciones de vida de esa clase obrera?
La tendencia a la construcción de viviendas sociales ha disminuido.
En Chile se construyen a gran escala. Sí, pero la definición original de “vivienda social” apuntaba a la integración de clases. Alguna vez el Estado se encargó de la construcción de viviendas para la clase obrera integradas al desarrollo urbano. Hoy esas personas han sido recluidas y dejadas fuera de las ciudades, lo que está ocurriendo de manera global. Eso es una grave crisis social y punto. Y que las sociedades no estén enfrentando ese fenómeno, probablemente se transformará en una gran fuente de descontento social.
¿Pero qué debe hacer el Estado, frente a la demanda por viviendas de la población, si construir viviendas sociales en la periferia es más barato y más rápido?
Se ha vuelto extremadamente difícil encontrar locaciones adecuadas para la gente, cerca de las fuentes de empleo. Porque la clase social terrateniente, los dueños de inmobiliarias, están enfocados en maximizar la renta, por lo tanto los precios dentro de las ciudades han ido creciendo y es imposible introducir ahí viviendas sociales, generándose nuevamente una estructura de segregación social.
Imaginar nuevos mapas
En tu libro El Derecho a la Ciudad dices que el capital le ha quitado a la gente ese derecho.
¿Pero alguna vez tuvieron ese “derecho a la ciudad” las clases bajas?
Hubo épocas en que tuvieron más derecho a la ciudad que ahora. Estamos viendo toda clase de disturbios urbanos producto de la falta de ese derecho. En Brasil la gente salió a las calles porque el dinero se estaba usando para construir estadios de fútbol y no en educación ni salud, lo que realmente necesitan. Lo mismo está ocurriendo en Turquía, son movimientos de las ciudades que expresan la rabia popular y la frustración que produce la mala calidad de vida. Y en la medida que los poderes políticos sigan sin escuchar esas demandas, seguiremos viendo más disturbios y manifestaciones. Ustedes en Chile tuvieron una buena cuota de protestas recientemente.
¿Pero cómo se puede lograr, en los hechos, una reorganización del modelo de ciudad?
No se puede lograr sin movimientos sociales fuertes, que estén enfocados en deconstruir el mundo que los rodea y proponer una idea nueva, la construcción de un mundo sin distinciones de clase ni discriminaciones raciales. Las ciudades son construcciones humanas, tal como se propone una forma, puede proponerse otra, el problema es que hay privilegios de clase que bloquean esos esfuerzos. Es la manera en que se organiza el poder del capital, que les ha quitado a las personas su derecho a la ciudad. Pero mientras más evidente es ese fenómeno, más fuertes han sido las protestas y los disturbios, pues se torna intolerable.
¿Cómo entiendes hoy día la lucha de clases?
Sabemos que, globalmente, unas pocas miles de personas controlan el mundo. Individuos que están en posición de dictar pautas a los gobiernos, de poseer medios de comunicación e instituciones financieras. Eso deriva en una concentración inmensa de poder de clases. En Estados Unidos existe una especie de corrupción legal de los procesos políticos por parte del poder de grandes capitales y necesitamos lidiar con eso, luchar contra eso. Luchar contra el hecho de que no haya límites para las contribuciones a las campañas políticas, lo que permite a unos pocos individuos, simplemente por su dinero, dictar no solo políticas locales sino a nivel global. No podemos tomar cartas en asuntos como el cambio climático porque unos pocos individuos no creen en él o no les interesa, y ellos son los dueños de la toma de decisiones en el Congreso.
¿Y cómo se actualiza, desde ese análisis, el concepto de “revolución”?
Creo que sería un error entender una revolución como un proceso violento. Yo prefiero entenderlo como un proceso de transformación, basado en movimientos sociales orientados a reconfigurar la vida urbana. Ha habido movimientos con ese objetivo en el pasado. Estados Unidos vivía en los años 60 una segregación racial muy intensa y hubo un gran movimiento para contrarrestarla, la mayoría de la gente estuvo de acuerdo con que debía hacerse algo. Y aunque sigue habiendo segregación racial, creo que los grupos afectados dirían que están mejor ahora que antes. Desde esa perspectiva, lo que ocurrió fue precisamente una revolución urbana, un movimiento activo por los derechos civiles que desafió una institucionalidad que fomentaba la segregación y que consiguió la integración urbana de muchas comunidades afroamericanas, tanto en la vida social como económica.
¿No suele ocurrir que las propuestas alternativas de políticas urbanas parten desde escenarios demasiados utópicos y por eso no pueden competir en el debate público?
Creo que un poco de pensamiento utópico es algo positivo. Debemos poder imaginar cómo se vería un mundo mejor, desde ahí se puede participar en actividades políticas que persigan esos ideales. De otra forma, ¿qué podemos hacer? Nos sentamos y decimos que nada es posible, ante la falta de imaginación y de voluntad política. Siempre ha sido la imaginación la herramienta para moldear el mundo, para pensar nuevas arquitecturas, nuevos espacios. Un poco de pensamiento utópico dentro de esa tónica es inevitable y muy sano.
¿Cuáles son tus pensamientos utópicos?
Por ejemplo, me gustaría ver un mundo en que haya un sistema de reciclaje urbano total, de agricultura urbana, que existan suministros de alimentos al interior de las ciudades. No estoy diciendo que eso vaya a solucionar todos los problemas, pero sí iría mucho más allá de las técnicas de reciclaje orgánico. La creación de pequeños sectores de jardinería urbana serían, sin duda, altamente productivos para individuos que necesitan suministros de alimentos.
Está en boga la idea de producir cambios a escala local,
¿Son suficientes, o un cambio real solo se puede lograr cambiando la estructura total?
Creo que los cambios políticos deben operar en una variedad de escalas, no se puede lograr cambios solamente desde lo local. A los geógrafos nos gusta ocupar el concepto del “salto de escalas” de los procesos políticos, lo que significa que debes moverte desde una visión local a una metropolitana, desde una visión metropolitana a una nacional y solo cuando un proceso político ocurre simultáneamente en distintas escalas, podemos esperar que las cosas cambien. Es un principio muy importante, porque mucha gente de izquierda está pensando que los cambios locales son lo único que importa.
¿Qué te parecen las “aldeas ecológicas” que intentan autogestionar modelos de convivencia donde no rijan las reglas del capitalismo?
Se están haciendo muchos experimentos de ese tipo, creo que todos son positivos y deberían probarse. La autogestión es aquí un principio fundamental, porque hay aspectos colectivos en la toma de decisiones que pueden permitirle a una población coexistir en un ambiente decente. Pero volvemos al punto: ¿cómo haces el salto de escala? Hay comunidades capaces de reproducirse fuera de la dinámica del capitalismo, pero cómo llevas eso a una escala en que, por ejemplo, toda una ciudad o país pueda hacer lo mismo.
¿Crees que a la sociedad le falta imaginación?
Ha habido períodos históricos en que la imaginación floreció enormemente, pero creo que no estamos en una de esas épocas. Más bien tengo la sensación de que la gente no quiere pensar en cosas distintas pues consideran muy improbable que ocurran. No creen en su capacidad de crear un futuro distinto, por eso en este momento no existe una imagen de cómo se debiese ver una sociedad buena y por lo tanto tampoco se ven soluciones reales para problemas como la segregación.
Tú dices que ese cambio necesita movimientos sociales fuertes.
¿Qué debiesen pedir hoy esos movimientos?
Eso lo tiene que decidir la gente. Ni en sueños trataría de dictarle a los movimientos sociales qué es lo que debiesen intentar conseguir. Pero no creo que se trate de “pedir” nada, sino de perseguir aquello que les corresponde por derecho.
Y al revés,
¿Qué puede hacer el poder político, el Estado, para atender esa demanda y contrarrestar la dinámica del mercado?
Primero tendría que ocurrir una redistribución del poder político, económico y cultural, teniendo como base la idea de igualdad. La evidencia en nuestros tiempos es que los gobiernos dominados por los intereses de las clases capitalistas reaccionan sin compasión y, a menudo, recurren a la fuerza y la militarización, en lugar de tratar de ayudar a satisfacer las necesidades de la gente. Por eso que creo que los movimientos sociales tienen que, en algún momento, hacer incursiones en el control del aparato estatal.
*Presentación el 8/11 en Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso /
www.puertoideas.cl /
Entradas en www.daleticket.cl y en kiosko de la Plaza Cívica de Valparaíso.
viernes, 8 de abril de 2016
“La izquierda tiene que repensar su aparato teórico y táctico”. Entrevista a David Harvey, geógrafo y teórico social británico.
David Harvey, uno de los pensadores marxistas más prominentes de nuestro tiempo, se sentó con el activista colectivo AK Malabocas a discutir las transformaciones en el modo de acumulación capitalista, la centralidad del terreno urbano en las luchas de clase contemporáneas, y las implicancias de todo esto para la organización anti-capitalista.
AK Malabocas: En los últimos 40 años, el modo de acumulación capitalista ha cambiado globalmente. ¿Qué significan estos cambios para la lucha contra el capitalismo?
DH: Desde una perspectiva macro, cualquier modo de producción tiende a generar un tipo distintivo de oposición, la cual es un espejo curioso de sí mismo. Si miras atrás, en los ’60 o ’70, cuando el capital estaba organizado en grandes formas corporativas, jerárquicas, tenías estructuras de oposición que eran corporativas, tipos sindicalistas de aparatos políticos. En otras palabras, un sistema fordista generaba una oposición de tipo fordista.
Con el quiebre de esta forma de organización industrial, particularmente en los países capitalistas avanzados, se terminaba con una configuración del capital mucho más descentralizada: más fluida sobre el espacio y el tiempo que lo pensado previamente. Al mismo tiempo veíamos el surgimiento de una oposición que está ligada a las redes, a la descentralización y a la que no le gusta la jerarquía y las formas previas de oposición de tipo fordista.
Así, que de una manera curiosa, las y los militantes de izquierda se reorganizan a sí mismos en el mismo modo en el que la acumulación del capital se reorganiza. Si entendemos que la izquierda es una imagen en espejo de lo que estamos criticando, entonces tal vez lo que debamos hacer es romper el espejo y salir de esta relación simbiótica con aquello que estamos criticando.
MK: ¿En la era fordista, la fábrica era el principal sitio de resistencia. Dónde podemos encontrarla ahora que el capital se ha movido lejos del piso fabril hacia el terreno urbano?
DH: Antes que nada, la forma fabril no ha desaparecido. Todavía encuentras fábricas en Bangladesh o en China. Lo que es interesante es cómo el modo de producción en las ciudades centrales cambió. Por ejemplo, el sector logístico se ha expandido: UPS, DHL y todos sus trabajadores y trabajadoras están produciendo valores enormes hoy en día.
En las últimas décadas, un gran cambio tuvo lugar en el sector servicios también: los más grandes empleadores de mano de obra en la década de 1970 en los Estados Unidos eran General Motors, Ford y US Steel. Los más grandes empleadores de mano de obra hoy son Mc Donalds, Kentucky Fried Chicken y Walmart. Antes, la fábrica era el centro de la clase obrera, pero hoy encontramos a la clase obrera más que nada en el sector servicios. ¿Por qué diríamos que producir autos es más importante que producir hamburguesas?
Desafortunadamente la izquierda no se siente cómoda con la idea de organizar a los trabajadores y trabajadoras de la comida rápida. Su imagen de la tradicional clase obrera no encaja con la producción de valor de los trabajadores y trabajadoras de servicios, los de distribución, de restaurants, de los supermercados.
El proletariado no desapareció, pero hay un nuevo proletariado que tiene características diferentes del que tradicionalmente la izquierda solía identificar como la vanguardia de la clase trabajadora. En este sentido, las y los trabajadores de Mc Donalds se convirtieron en las y los trabajadores metalúrgicos del siglo XX.
MK: ¿Si esto es lo que es el nuevo proletariado, cuáles son los lugares desde organizar la resistencia hoy?
DH: Es muy difícil de organizar en los lugares de trabajo. Por ejemplo, las y los trabajadorss de la distribución se mueven de un lado a otro. Así que esta población tal vez podría organizarse mejor fuera del lugar de trabajo, quiero decir, en sus estructuras barriales.
Hay una frase interesante en el trabajo de Gramsci de 1919 que dice que organizarse en el lugar de trabajo y tener concejos fabriles está muy bien, pero que deberíamos tener también concejos en los barrios también. Y los concejos de los barrios, dijo, tienen un mejor entendimiento de lo que son las condiciones de toda la clase trabajadora, comparado con el entendimiento sectorial de la organización en el lugar de trabajo.
Las organizadoras y organizadores fabriles solían saber muy bien lo que un trabajador metalúrgico era, pero no entendían lo que el proletariado era como un todo. La organización barrial habría incluido, por ejemplo, a los trabajadores y trabajadoras de la limpieza urbana, de la distribución y las trabajadoras doméstica. Gramsci nunca tomó esto y dijo: “Vamos! el Partido Comunista debería organizar asambleas barriales”
No obstante, hay algunas excepciones en el contexto europeo donde los partidos comunistas organizaron, de hecho, concejos barriales, porque no podían organizarlos en las fábricas, por ejemplo en España. En la década de 1960 esta era una forma de organización muy poderosa. Por ello, como he discutido por un largo tiempo, deberíamos ver la organización barrial como una forma de organización de la clase. Gramsci sólo lo mencionó una vez en sus escritos y nunca lo desarrolló más en profundidad.
En Gran Bretaña en los ’80, hacía formas de organización laboral en plataformas a lo largo de la ciudad, sobre la base de concejos de oficios, que estaban haciendo lo que Gramsci sugirió. Pero dentro del movimiento sindical, estos concejos siempre fueron mirados como formas inferiores de organización laboral. Nunca se los trató como un componente fundacional de cómo el movimiento sindical debería operar.
De hecho, ocurrió que los concejos de oficios fueron a menudo mucho más radicales que los gremios tradicionales y eso era porque estaban basados en las condiciones de toda la clase trabajadora, no sólo de los sectores más privilegiados de la clase. Así, al punto de que estos tenían una definición mucho más amplia de la clase, los concejos tendieron a darse políticas mucho más radicales. Pero esto nunca fue valorado por el movimiento sindical en general, siempre fue mirado como un espacio en el que lxs radicales podían actuar.
Las ventajas de esta forma de organización son obvias: supera la brecha entre organizarse de manera sectorial, incluye todas las formas de trabajo “desterritorializado” y es muy adaptable a nuevas formas de organizaciones comunitarias y de base asamblearia, como Murray Boockchin planteó, por ejemplo.
MK: En las recientes oleadas de protesta -en España y Grecia, por ejemplo, o el movimiento Occupy- puedes encontrar esta idea de “localizar la resistencia”. Pareciera que estos movimientos tienden a organizarse alrededor de cuestiones de la vida cotidiana, más que en torno a grandes cuestiones ideológicas en las que la izquierda tradicional solía enfocarse.
DH: Por qué dirías que organizarse alrededor de la vida cotidiana no es una de las grandes cuestiones. Yo creo que es una de las grandes cuestiones. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y la vida cotidiana urbana es a lo que la gente está expuesta y en lo que encuentra dificultades. Estas dificultades residen tanto en la esfera de realización del valor como en la esfera de la producción del valor.
Este es uno de mis más importantes argumentos teóricos: todo el mundo lee el Volumen I del Capital y nadie lee el Volumen II. El Vol I es acerca de la producción del valor, el II es sobre la realización del valor. Al enfocarse en el Vol II, puedes ver claramente que las condiciones de realización son tan importantes como las de producción.
Marx a menudo hablaba de la necesidad de ver al capital como la unidad contradictoria entre la producción y la realización. Donde el valor es producido y donde es realizado son dos cosas diferentes. Por ejemplo, mucho valor es producido en China y, de hecho, es realizado por Apple o por Walmart en los Estados Unidos. Y, por supuesto, la realización del valor trata de la realización del valor por medio de costoso consumo de la clase obrera.
El capital puede conceder salarios más altos en el punto de la producción, pero luego los recupera en el punto de la realización por el hecho de que los trabajadores y trabajadoras tienen que pagar alquileres y gastos de vivienda más elevados, costos de teléfono, tarjetas de crédito y así sucesivamente. Así que las luchas de clase en torno a la realización, alrededor de viviendas más baratas por ejemplo, son tan significativas para la clase trabajadora como las luchas acerca de salarios y condiciones de trabajo. Cuál es el punto de tener un salario más alto si te es inmediatamente extraído en términos de gastos más elevados para tener un techo?
En su relación con la clase trabajadora, los capitalistas han aprendido hace mucho que pueden hacer un montón de dinero recuperando lo que antes habían entregado. Y, al punto que -particularmente en los 60 y 70- lxs trabajadorxs se empoderaron de manera creciente en la esfera del consumo, así que el capital comienza a concentrar mucho más en extraer valor a través del consumo.
Así que las luchas en la esfera de la realización, que no eran tan fuertes en los tiempos de Marx, y el hecho de que nadie lea el maldito libro (Vol II), es un problema para la izquierda convencional. Cuando vos me decís: “¿cuál es el problema macro aquí?”- bueno, ¡esto es un problema macro! La concepción del capital y la relación entre producción y realización. Si no ves la unidad contradictoria entre ambos entonces no vas a tener la imagen completa. Tiene lucha de clases escrita todo alrededor y no puedo entender por qué un montón de marxistas no logran ver cuán importante es esto.
El problema es cómo entendemos a Marx en el 2015. En los tiempos de Marx, la extensión de la urbanización era relativamente conveniente y el consumo de la clase trabajadora era casi inexistente, así que de lo único que Marx tenía que hablar era acerca de la clase trabajadora arreglándoselas para sobrevivir con un salario magro y cómo eran bastante sofisticados para hacerlo. El capital los dejaba hacer con sus propios dispositivos lo que les gustaba.
Pero hoy en día, vivimos en un mundo en el que el consumo es responsable de casi el 30 % de la dinámica de la economía global; en EE UU llega al 70 %. Así que ¿por qué estamos aquí sentados y diciendo que el consumo es casi irrelevante, pegándonos al Volúmen I y hablando acerca de la producción en lugar del consumo?
Lo que hace la urbanización es forzarnos a cierto tipo de consumo, por ejemplo: tienes que tener un auto. Y tu estilo de vida está dictado en muchos sentidos por la forma que toma la urbanización. Y de nuevo, en los tiempos de Marx esto no era significativo, pero en nuestros días es crucial. Tenemos que amigarnos con formas de organización que de hecho reconozcan este cambio en la dinámica de la lucha de clases.
Los grupos que marcaron los recientes movimientos con su estilo, viniendo de tradiciones anarquistas y autonomistas, están mucho más metidos en la política de la vida cotidiana, mucho más que las y los marxistas tradicionales.
Les tengo mucha simpatía a las y los anarquistas, tienen una mucha mejor línea en este tema, precisamente al lidiar con la política del consumo y su crítica acerca de lo que el consumo es. Parte de su objetivo es cambiar y reorganizar la vida cotidiana alrededor de nuevos y diferentes principios. Así que creo que esto es un punto crucial hacia el cual mucha de la acción política debería ser dirigida en estos días. Pero desacuerdo con vos cuando decís que esta no es una “gran cuestión”.
MK: Así que, mirando ejemplos de Europa del Sur -redes de solidaridad en Grecia, auto-organización en España o Turquía- parece ser muy crucial para construir movimientos sociales alrededor de la vida cotidiana y las necesidades básicas en estos días. ¿Ves esto como un acercamiento promisorio?
DH: Creo que es muy promisorio, pero hay una clara limitación ahí, lo que es un problema para mí. La propia limitación es la reticencia para tomar el poder en algún punto. Bookchin, en su último libro, dice que el problema con las y los anarquistas es su negación del significado del poder y su inhabilidad para tomarlo. Bookchin no va tan lejos, pero yo creo que es su rechazo a ver al Estado como un posible aliado hacia la transformación radical.
Hay una tendencia a considerar al Estado como enemigo, el enemigo al 100 %. Y hay muchos ejemplos de estados represivos fuera del control público en el que este es el caso. No hay duda: el estado capitalista debe ser combatido, pero sin dominar el poder del estado y sin tomarlo, pronto vuelves a la historia de lo que pasó por ejemplo en 1936 y 1937 en Barcelona y luego en toda España. Al rechazar tomar el Estado en un momento en el que tenían el poder para hacerlo, los revolucionarios y revolucionarias de España permitieron que el estado volviera a caer en las manos de la burguesía y del ala estalinista del movimiento comunista. Y el estado se reorganizó y aplastó la resistencia.
MK: Eso puede ser cierto para el estado español en la década de 1930, pero si miramos al estado neoliberal contemporáneo y el retroceso del estado de bienestar, ¿que queda de estado para conquistar, para aprovechar?
DH: Para empezar, la izquierda no es muy buena para responder la pregunta de cómo construimos infraestructura masiva. ¿Como construirá la izquierda el puente de Brooklyn, por ejemplo? Toda sociedad reposa sobre grandes infraestructuras, infraestructuras para toda una ciudad, como el suministro de agua, electricidad, etc. Yo creo que hay una gran reticencia dentro de la izquierda para reconocer que necesitamos diferentes formas de organización.
Hay áreas del aparato de estado, aún del aparato de estado neoliberal, que son terriblemente importantes; el centro de control de enfermedades, por ejemplo. ¿Cómo respondemos a epidemias globales como el Ébola o similares? No puedes hacerlo al modo anarquista del “hazlo tu mismo o tú misma”. Hay muchas instancias en las que necesitas alguna forma de infraestructura de tipo estatal. No podemos confrontar el problema del calentamiento global a través de formas descentralizadas de confrontación y actividades solamente.
Un ejemplo que es frecuentemente mencionado, a pesar de sus muchos inconvenientes, es el Protocolo de Montreal para enfrentar el uso de clorofuorocarbono en heladeras para limitar la afectación de la capa de ozono. Fue reforzada de manera exitosa en los ’90 pero necesitó de un tipo de organización que es muy diferente a aquella que proviene de una política basada en asambleas.
MK: Desde una perspectiva anarquista, yo diría que es posible reemplazar aún instituciones supranacionales como la OMS con organizaciones confederales que serían construidas de abajo hacia arriba y que eventualmente arribarían a una toma de decisiones global.
DH: Quizás a un cierto grado, pero tenemos que ser conscientes de que siempre habrá algún tipo de jerarquías y de que siempre enfrentaremos problemas como la responsabilidad o el recurso correcto. Siempre habrá relaciones complicadas entre, por ejemplo, gente lidiando con el problema del calentamiento global desde el punto de vista del mundo como un todo y desde el punto de vista de un grupo que está en el territorio, digamos, en Hanover o similar, y que se pregunta, por qué debería escuchar lo que ellxs están diciendo?
MK: Entonces, ¿crees que esto requeriría alguna forma de autoridad?
DH: No, va a haber estructuras de autoridad de cualquier modo, siempre las habrá. Nunca he estado en una reunión anarquista en la que no hubiera una estructura de autoridad secreta. Está siempre esa fantasía de todo siendo horizontal, pero me siento, miro y pienso, “oh dios, hay toda una estructura jerárquica acá pero está encubierta”
MK: Volviendo a las protestas recientes alrededor del Mediterráneo, muchos movimientos se han concentrado en luchas locales. ¿Cuál es el siguiente paso hacia la transformación social?
DH: En algún punto tenemos que crear organizaciones que sean capaces de ensamblar y reforzar el cambio social en una escala más amplia. Por ejemplo, será ¿Podemos en España capaz de hacer eso? En una situación caótica como la crisis económicas de los últimos años, es importante que la izquierda actúe. Si la izquierda no lo hace, entonces la derecha será la siguiente opción. Yo pienso -y odio decirlo- que la izquierda tiene que ser más pragmática en relación a las dinámicas que están ocurriendo ahora.
MK: ¿Más pragmática en qué sentido?
DH: Bueno, ¿por qué apoyé a SYRIZA aunque este no fuera un partido revolucionario? Porque abría un espacio en el que algo diferente podía pasar y eso era una movida progresiva para mí.
Es un poco como Marx diciendo: el primer paso hacia la libertad es la limitación de la duración de la jornada de trabajo. Demandas muy estrechas abren un espacio para resultados más revolucionarios, y aún cuando no hay ninguna posibilidad para ningún resultado revolucionario, tenemos que buscar soluciones de compromiso que sin embargo se apartan del sinsentido de la austeridad neoliberal y abren el espacio en el que nuevas formas de organización pueden tener lugar.
Por ejemplo, sería interesante si Podemos buscara organizar formas de confederalismo democrático, porque en cierto modo Podemos surgió de un montón de reuniones de tipo asambleario teniendo lugar a lo largo de España, así que tienen mucha experiencia con ese tipo de estructura.
La cuestión es cómo conectarán la forma asamblearia a formas más permanentes de organización, en relación a su creciente posición como un partido fuerte en el parlamento. Esto también vuelve a la pregunta de la consolidación del poder: tienes que encontrar maneras de hacerlo, porque si no la burguesía y el capitalismo corporativo van a encontrar modos de reafirmarse y tomar nuevamente el poder.
MK: ¿Qué piensas acerca del dilema de las redes de solidaridad llenando el vacío que dejó la retirada del estado de bienestar e indirectamente convirtiéndose en un aliado del neoliberalismo en ese sentido?
DH: Hay dos formas de organizarse. Una es el vasto crecimiento del sector ONG, pero mucho de eso está financiado de manera externa, no son organizaciones de base, y eso no se acerca a la cuestión de los grandes donantes que marcan la agenda, la cual no será una agenda radical. Aquí nos acercamos a la privatización del Estado de bienestar. Esto me parece que es muy diferente políticamente a las organizaciones de base en las que la gente dice “Ok, el estado no se ocupa de nada, así que vamos a tener que hacernos cargo de nosotros y nosotras mismas” Esto me parece que tiende a formas de organizaciones de base con un status político muy diferente.
MK: Pero ¿cómo evitar llenar esa brecha al ayudar, por ejemplo, a gente desempleada para que no sean exprimidos por el estado neoliberal?
DH: Bueno, tiene que haber una agenda anti-capitalista, para que cuando el grupo trabaje con gente todo el mundo sepa que no se trata sólo de ayudarla a arreglárselas sino que hay todo un intento organizado de tratar de cambiar políticamente el sistema en su integralidad. Esto quiere decir tener un proyecto político muy claro, lo cual es problemático con tipos de movimientos no centralizados, no homogéneos, donde alguna gente trabaja de un modo, otra trabajan de manera diferente y no hay ningún proyecto colectivo en común.
Y esto se conecta con la primera pregunta que hiciste: no hay coordinación acerca de lo que son los objetivos políticos. Y el peligro es que sólo estes ayudando a la gente a arreglárselas y que no haya política saliendo de ahí. Por ejemplo, Occupy Sandy ayudó a la gente a volver a sus casa e hizo un maravilloso trabajo, pero en última instancia, hicieron lo que la Cruz Roja y los servicios de emergencia federales deberían haber hecho.
MK: El fin de la historia parece haber pasado de largo. Mirando las condiciones actuales y los ejemplos concretos de lucha anti capitalista, ¿piensas que “ganar” es todavía una opción?
DH: Definitivamente; y más aún, tienes fábricas ocupadas en Grecia, economías solidarias a través de cadenas productivas siendo forjadas, instituciones de democracia radical en España y muchas cosas hermosas ocurriendo en muchos otros lugares. Hay un crecimiento saludable del reconocimiento de que necesitamos ser mucho más amplios y amplias en lo que concierne a la política en todas esas iniciativas.
La izquierda marxista tiende a desdeñar un poco estas cosas y creo que está equivocada. Pero al mismo tiempo no creo que ninguna de estas cuestiones sea lo suficientemente grande en sí misma como para lidiar con las estructuras fundamentales de poder que necesitan ser desafiadas. Aquí hablamos de nada menos que del Estado. Así que la izquierda debe repensar su aparato teórico y táctico.
Fuente: https://roarmag.org/magazine/david-harvey-consolidating-power/
Traducción: de Gabriela Mitidieri para Democracia Socialista, editado por VIENTO SUR
AK Malabocas: En los últimos 40 años, el modo de acumulación capitalista ha cambiado globalmente. ¿Qué significan estos cambios para la lucha contra el capitalismo?
DH: Desde una perspectiva macro, cualquier modo de producción tiende a generar un tipo distintivo de oposición, la cual es un espejo curioso de sí mismo. Si miras atrás, en los ’60 o ’70, cuando el capital estaba organizado en grandes formas corporativas, jerárquicas, tenías estructuras de oposición que eran corporativas, tipos sindicalistas de aparatos políticos. En otras palabras, un sistema fordista generaba una oposición de tipo fordista.
Con el quiebre de esta forma de organización industrial, particularmente en los países capitalistas avanzados, se terminaba con una configuración del capital mucho más descentralizada: más fluida sobre el espacio y el tiempo que lo pensado previamente. Al mismo tiempo veíamos el surgimiento de una oposición que está ligada a las redes, a la descentralización y a la que no le gusta la jerarquía y las formas previas de oposición de tipo fordista.
Así, que de una manera curiosa, las y los militantes de izquierda se reorganizan a sí mismos en el mismo modo en el que la acumulación del capital se reorganiza. Si entendemos que la izquierda es una imagen en espejo de lo que estamos criticando, entonces tal vez lo que debamos hacer es romper el espejo y salir de esta relación simbiótica con aquello que estamos criticando.
MK: ¿En la era fordista, la fábrica era el principal sitio de resistencia. Dónde podemos encontrarla ahora que el capital se ha movido lejos del piso fabril hacia el terreno urbano?
DH: Antes que nada, la forma fabril no ha desaparecido. Todavía encuentras fábricas en Bangladesh o en China. Lo que es interesante es cómo el modo de producción en las ciudades centrales cambió. Por ejemplo, el sector logístico se ha expandido: UPS, DHL y todos sus trabajadores y trabajadoras están produciendo valores enormes hoy en día.
En las últimas décadas, un gran cambio tuvo lugar en el sector servicios también: los más grandes empleadores de mano de obra en la década de 1970 en los Estados Unidos eran General Motors, Ford y US Steel. Los más grandes empleadores de mano de obra hoy son Mc Donalds, Kentucky Fried Chicken y Walmart. Antes, la fábrica era el centro de la clase obrera, pero hoy encontramos a la clase obrera más que nada en el sector servicios. ¿Por qué diríamos que producir autos es más importante que producir hamburguesas?
Desafortunadamente la izquierda no se siente cómoda con la idea de organizar a los trabajadores y trabajadoras de la comida rápida. Su imagen de la tradicional clase obrera no encaja con la producción de valor de los trabajadores y trabajadoras de servicios, los de distribución, de restaurants, de los supermercados.
El proletariado no desapareció, pero hay un nuevo proletariado que tiene características diferentes del que tradicionalmente la izquierda solía identificar como la vanguardia de la clase trabajadora. En este sentido, las y los trabajadores de Mc Donalds se convirtieron en las y los trabajadores metalúrgicos del siglo XX.
MK: ¿Si esto es lo que es el nuevo proletariado, cuáles son los lugares desde organizar la resistencia hoy?
DH: Es muy difícil de organizar en los lugares de trabajo. Por ejemplo, las y los trabajadorss de la distribución se mueven de un lado a otro. Así que esta población tal vez podría organizarse mejor fuera del lugar de trabajo, quiero decir, en sus estructuras barriales.
Hay una frase interesante en el trabajo de Gramsci de 1919 que dice que organizarse en el lugar de trabajo y tener concejos fabriles está muy bien, pero que deberíamos tener también concejos en los barrios también. Y los concejos de los barrios, dijo, tienen un mejor entendimiento de lo que son las condiciones de toda la clase trabajadora, comparado con el entendimiento sectorial de la organización en el lugar de trabajo.
Las organizadoras y organizadores fabriles solían saber muy bien lo que un trabajador metalúrgico era, pero no entendían lo que el proletariado era como un todo. La organización barrial habría incluido, por ejemplo, a los trabajadores y trabajadoras de la limpieza urbana, de la distribución y las trabajadoras doméstica. Gramsci nunca tomó esto y dijo: “Vamos! el Partido Comunista debería organizar asambleas barriales”
No obstante, hay algunas excepciones en el contexto europeo donde los partidos comunistas organizaron, de hecho, concejos barriales, porque no podían organizarlos en las fábricas, por ejemplo en España. En la década de 1960 esta era una forma de organización muy poderosa. Por ello, como he discutido por un largo tiempo, deberíamos ver la organización barrial como una forma de organización de la clase. Gramsci sólo lo mencionó una vez en sus escritos y nunca lo desarrolló más en profundidad.
En Gran Bretaña en los ’80, hacía formas de organización laboral en plataformas a lo largo de la ciudad, sobre la base de concejos de oficios, que estaban haciendo lo que Gramsci sugirió. Pero dentro del movimiento sindical, estos concejos siempre fueron mirados como formas inferiores de organización laboral. Nunca se los trató como un componente fundacional de cómo el movimiento sindical debería operar.
De hecho, ocurrió que los concejos de oficios fueron a menudo mucho más radicales que los gremios tradicionales y eso era porque estaban basados en las condiciones de toda la clase trabajadora, no sólo de los sectores más privilegiados de la clase. Así, al punto de que estos tenían una definición mucho más amplia de la clase, los concejos tendieron a darse políticas mucho más radicales. Pero esto nunca fue valorado por el movimiento sindical en general, siempre fue mirado como un espacio en el que lxs radicales podían actuar.
Las ventajas de esta forma de organización son obvias: supera la brecha entre organizarse de manera sectorial, incluye todas las formas de trabajo “desterritorializado” y es muy adaptable a nuevas formas de organizaciones comunitarias y de base asamblearia, como Murray Boockchin planteó, por ejemplo.
MK: En las recientes oleadas de protesta -en España y Grecia, por ejemplo, o el movimiento Occupy- puedes encontrar esta idea de “localizar la resistencia”. Pareciera que estos movimientos tienden a organizarse alrededor de cuestiones de la vida cotidiana, más que en torno a grandes cuestiones ideológicas en las que la izquierda tradicional solía enfocarse.
DH: Por qué dirías que organizarse alrededor de la vida cotidiana no es una de las grandes cuestiones. Yo creo que es una de las grandes cuestiones. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y la vida cotidiana urbana es a lo que la gente está expuesta y en lo que encuentra dificultades. Estas dificultades residen tanto en la esfera de realización del valor como en la esfera de la producción del valor.
Este es uno de mis más importantes argumentos teóricos: todo el mundo lee el Volumen I del Capital y nadie lee el Volumen II. El Vol I es acerca de la producción del valor, el II es sobre la realización del valor. Al enfocarse en el Vol II, puedes ver claramente que las condiciones de realización son tan importantes como las de producción.
Marx a menudo hablaba de la necesidad de ver al capital como la unidad contradictoria entre la producción y la realización. Donde el valor es producido y donde es realizado son dos cosas diferentes. Por ejemplo, mucho valor es producido en China y, de hecho, es realizado por Apple o por Walmart en los Estados Unidos. Y, por supuesto, la realización del valor trata de la realización del valor por medio de costoso consumo de la clase obrera.
El capital puede conceder salarios más altos en el punto de la producción, pero luego los recupera en el punto de la realización por el hecho de que los trabajadores y trabajadoras tienen que pagar alquileres y gastos de vivienda más elevados, costos de teléfono, tarjetas de crédito y así sucesivamente. Así que las luchas de clase en torno a la realización, alrededor de viviendas más baratas por ejemplo, son tan significativas para la clase trabajadora como las luchas acerca de salarios y condiciones de trabajo. Cuál es el punto de tener un salario más alto si te es inmediatamente extraído en términos de gastos más elevados para tener un techo?
En su relación con la clase trabajadora, los capitalistas han aprendido hace mucho que pueden hacer un montón de dinero recuperando lo que antes habían entregado. Y, al punto que -particularmente en los 60 y 70- lxs trabajadorxs se empoderaron de manera creciente en la esfera del consumo, así que el capital comienza a concentrar mucho más en extraer valor a través del consumo.
Así que las luchas en la esfera de la realización, que no eran tan fuertes en los tiempos de Marx, y el hecho de que nadie lea el maldito libro (Vol II), es un problema para la izquierda convencional. Cuando vos me decís: “¿cuál es el problema macro aquí?”- bueno, ¡esto es un problema macro! La concepción del capital y la relación entre producción y realización. Si no ves la unidad contradictoria entre ambos entonces no vas a tener la imagen completa. Tiene lucha de clases escrita todo alrededor y no puedo entender por qué un montón de marxistas no logran ver cuán importante es esto.
El problema es cómo entendemos a Marx en el 2015. En los tiempos de Marx, la extensión de la urbanización era relativamente conveniente y el consumo de la clase trabajadora era casi inexistente, así que de lo único que Marx tenía que hablar era acerca de la clase trabajadora arreglándoselas para sobrevivir con un salario magro y cómo eran bastante sofisticados para hacerlo. El capital los dejaba hacer con sus propios dispositivos lo que les gustaba.
Pero hoy en día, vivimos en un mundo en el que el consumo es responsable de casi el 30 % de la dinámica de la economía global; en EE UU llega al 70 %. Así que ¿por qué estamos aquí sentados y diciendo que el consumo es casi irrelevante, pegándonos al Volúmen I y hablando acerca de la producción en lugar del consumo?
Lo que hace la urbanización es forzarnos a cierto tipo de consumo, por ejemplo: tienes que tener un auto. Y tu estilo de vida está dictado en muchos sentidos por la forma que toma la urbanización. Y de nuevo, en los tiempos de Marx esto no era significativo, pero en nuestros días es crucial. Tenemos que amigarnos con formas de organización que de hecho reconozcan este cambio en la dinámica de la lucha de clases.
Los grupos que marcaron los recientes movimientos con su estilo, viniendo de tradiciones anarquistas y autonomistas, están mucho más metidos en la política de la vida cotidiana, mucho más que las y los marxistas tradicionales.
Les tengo mucha simpatía a las y los anarquistas, tienen una mucha mejor línea en este tema, precisamente al lidiar con la política del consumo y su crítica acerca de lo que el consumo es. Parte de su objetivo es cambiar y reorganizar la vida cotidiana alrededor de nuevos y diferentes principios. Así que creo que esto es un punto crucial hacia el cual mucha de la acción política debería ser dirigida en estos días. Pero desacuerdo con vos cuando decís que esta no es una “gran cuestión”.
MK: Así que, mirando ejemplos de Europa del Sur -redes de solidaridad en Grecia, auto-organización en España o Turquía- parece ser muy crucial para construir movimientos sociales alrededor de la vida cotidiana y las necesidades básicas en estos días. ¿Ves esto como un acercamiento promisorio?
DH: Creo que es muy promisorio, pero hay una clara limitación ahí, lo que es un problema para mí. La propia limitación es la reticencia para tomar el poder en algún punto. Bookchin, en su último libro, dice que el problema con las y los anarquistas es su negación del significado del poder y su inhabilidad para tomarlo. Bookchin no va tan lejos, pero yo creo que es su rechazo a ver al Estado como un posible aliado hacia la transformación radical.
Hay una tendencia a considerar al Estado como enemigo, el enemigo al 100 %. Y hay muchos ejemplos de estados represivos fuera del control público en el que este es el caso. No hay duda: el estado capitalista debe ser combatido, pero sin dominar el poder del estado y sin tomarlo, pronto vuelves a la historia de lo que pasó por ejemplo en 1936 y 1937 en Barcelona y luego en toda España. Al rechazar tomar el Estado en un momento en el que tenían el poder para hacerlo, los revolucionarios y revolucionarias de España permitieron que el estado volviera a caer en las manos de la burguesía y del ala estalinista del movimiento comunista. Y el estado se reorganizó y aplastó la resistencia.
MK: Eso puede ser cierto para el estado español en la década de 1930, pero si miramos al estado neoliberal contemporáneo y el retroceso del estado de bienestar, ¿que queda de estado para conquistar, para aprovechar?
DH: Para empezar, la izquierda no es muy buena para responder la pregunta de cómo construimos infraestructura masiva. ¿Como construirá la izquierda el puente de Brooklyn, por ejemplo? Toda sociedad reposa sobre grandes infraestructuras, infraestructuras para toda una ciudad, como el suministro de agua, electricidad, etc. Yo creo que hay una gran reticencia dentro de la izquierda para reconocer que necesitamos diferentes formas de organización.
Hay áreas del aparato de estado, aún del aparato de estado neoliberal, que son terriblemente importantes; el centro de control de enfermedades, por ejemplo. ¿Cómo respondemos a epidemias globales como el Ébola o similares? No puedes hacerlo al modo anarquista del “hazlo tu mismo o tú misma”. Hay muchas instancias en las que necesitas alguna forma de infraestructura de tipo estatal. No podemos confrontar el problema del calentamiento global a través de formas descentralizadas de confrontación y actividades solamente.
Un ejemplo que es frecuentemente mencionado, a pesar de sus muchos inconvenientes, es el Protocolo de Montreal para enfrentar el uso de clorofuorocarbono en heladeras para limitar la afectación de la capa de ozono. Fue reforzada de manera exitosa en los ’90 pero necesitó de un tipo de organización que es muy diferente a aquella que proviene de una política basada en asambleas.
MK: Desde una perspectiva anarquista, yo diría que es posible reemplazar aún instituciones supranacionales como la OMS con organizaciones confederales que serían construidas de abajo hacia arriba y que eventualmente arribarían a una toma de decisiones global.
DH: Quizás a un cierto grado, pero tenemos que ser conscientes de que siempre habrá algún tipo de jerarquías y de que siempre enfrentaremos problemas como la responsabilidad o el recurso correcto. Siempre habrá relaciones complicadas entre, por ejemplo, gente lidiando con el problema del calentamiento global desde el punto de vista del mundo como un todo y desde el punto de vista de un grupo que está en el territorio, digamos, en Hanover o similar, y que se pregunta, por qué debería escuchar lo que ellxs están diciendo?
MK: Entonces, ¿crees que esto requeriría alguna forma de autoridad?
DH: No, va a haber estructuras de autoridad de cualquier modo, siempre las habrá. Nunca he estado en una reunión anarquista en la que no hubiera una estructura de autoridad secreta. Está siempre esa fantasía de todo siendo horizontal, pero me siento, miro y pienso, “oh dios, hay toda una estructura jerárquica acá pero está encubierta”
MK: Volviendo a las protestas recientes alrededor del Mediterráneo, muchos movimientos se han concentrado en luchas locales. ¿Cuál es el siguiente paso hacia la transformación social?
DH: En algún punto tenemos que crear organizaciones que sean capaces de ensamblar y reforzar el cambio social en una escala más amplia. Por ejemplo, será ¿Podemos en España capaz de hacer eso? En una situación caótica como la crisis económicas de los últimos años, es importante que la izquierda actúe. Si la izquierda no lo hace, entonces la derecha será la siguiente opción. Yo pienso -y odio decirlo- que la izquierda tiene que ser más pragmática en relación a las dinámicas que están ocurriendo ahora.
MK: ¿Más pragmática en qué sentido?
DH: Bueno, ¿por qué apoyé a SYRIZA aunque este no fuera un partido revolucionario? Porque abría un espacio en el que algo diferente podía pasar y eso era una movida progresiva para mí.
Es un poco como Marx diciendo: el primer paso hacia la libertad es la limitación de la duración de la jornada de trabajo. Demandas muy estrechas abren un espacio para resultados más revolucionarios, y aún cuando no hay ninguna posibilidad para ningún resultado revolucionario, tenemos que buscar soluciones de compromiso que sin embargo se apartan del sinsentido de la austeridad neoliberal y abren el espacio en el que nuevas formas de organización pueden tener lugar.
Por ejemplo, sería interesante si Podemos buscara organizar formas de confederalismo democrático, porque en cierto modo Podemos surgió de un montón de reuniones de tipo asambleario teniendo lugar a lo largo de España, así que tienen mucha experiencia con ese tipo de estructura.
La cuestión es cómo conectarán la forma asamblearia a formas más permanentes de organización, en relación a su creciente posición como un partido fuerte en el parlamento. Esto también vuelve a la pregunta de la consolidación del poder: tienes que encontrar maneras de hacerlo, porque si no la burguesía y el capitalismo corporativo van a encontrar modos de reafirmarse y tomar nuevamente el poder.
MK: ¿Qué piensas acerca del dilema de las redes de solidaridad llenando el vacío que dejó la retirada del estado de bienestar e indirectamente convirtiéndose en un aliado del neoliberalismo en ese sentido?
DH: Hay dos formas de organizarse. Una es el vasto crecimiento del sector ONG, pero mucho de eso está financiado de manera externa, no son organizaciones de base, y eso no se acerca a la cuestión de los grandes donantes que marcan la agenda, la cual no será una agenda radical. Aquí nos acercamos a la privatización del Estado de bienestar. Esto me parece que es muy diferente políticamente a las organizaciones de base en las que la gente dice “Ok, el estado no se ocupa de nada, así que vamos a tener que hacernos cargo de nosotros y nosotras mismas” Esto me parece que tiende a formas de organizaciones de base con un status político muy diferente.
MK: Pero ¿cómo evitar llenar esa brecha al ayudar, por ejemplo, a gente desempleada para que no sean exprimidos por el estado neoliberal?
DH: Bueno, tiene que haber una agenda anti-capitalista, para que cuando el grupo trabaje con gente todo el mundo sepa que no se trata sólo de ayudarla a arreglárselas sino que hay todo un intento organizado de tratar de cambiar políticamente el sistema en su integralidad. Esto quiere decir tener un proyecto político muy claro, lo cual es problemático con tipos de movimientos no centralizados, no homogéneos, donde alguna gente trabaja de un modo, otra trabajan de manera diferente y no hay ningún proyecto colectivo en común.
Y esto se conecta con la primera pregunta que hiciste: no hay coordinación acerca de lo que son los objetivos políticos. Y el peligro es que sólo estes ayudando a la gente a arreglárselas y que no haya política saliendo de ahí. Por ejemplo, Occupy Sandy ayudó a la gente a volver a sus casa e hizo un maravilloso trabajo, pero en última instancia, hicieron lo que la Cruz Roja y los servicios de emergencia federales deberían haber hecho.
MK: El fin de la historia parece haber pasado de largo. Mirando las condiciones actuales y los ejemplos concretos de lucha anti capitalista, ¿piensas que “ganar” es todavía una opción?
DH: Definitivamente; y más aún, tienes fábricas ocupadas en Grecia, economías solidarias a través de cadenas productivas siendo forjadas, instituciones de democracia radical en España y muchas cosas hermosas ocurriendo en muchos otros lugares. Hay un crecimiento saludable del reconocimiento de que necesitamos ser mucho más amplios y amplias en lo que concierne a la política en todas esas iniciativas.
La izquierda marxista tiende a desdeñar un poco estas cosas y creo que está equivocada. Pero al mismo tiempo no creo que ninguna de estas cuestiones sea lo suficientemente grande en sí misma como para lidiar con las estructuras fundamentales de poder que necesitan ser desafiadas. Aquí hablamos de nada menos que del Estado. Así que la izquierda debe repensar su aparato teórico y táctico.
Fuente: https://roarmag.org/magazine/david-harvey-consolidating-power/
Traducción: de Gabriela Mitidieri para Democracia Socialista, editado por VIENTO SUR
Roar Magazine
(Foto de Rosa Peña: De paseo en mi barrio, después de la lluvia. Rivermark. Santa Clara. California)
(Foto de Rosa Peña: De paseo en mi barrio, después de la lluvia. Rivermark. Santa Clara. California)
jueves, 18 de febrero de 2016
Consolidando el poder. David Harvey, entrevista.
El colectivo AK Malabocas conversa con el profesor David Harvey para discutir las transformaciones actuales en torno al modo de acumulación capitalista, la centralidad del territorio urbano en las luchas de clase contemporáneas o las implicaciones que tiene todo esto en las organizaciones anti-capitalistas.
AK Malabocas: En los últimos cuarenta años ha cambiado globalmente el modo de acumulación del capital. ¿Qué significan estos cambios para la lucha contra el capitalismo?
David Harvey: Desde una perspectiva general, cualquier forma de producción tiende a generar un tipo de oposición muy característica, y se trata de un curioso reflejo de ella misma. Si miras las décadas de los sesenta o setenta, cuando el capital se organizaba en forma de grandes corporaciones jerárquicas, verás que había estructuras opuestas que eran corporativistas, sindicalistas pero que tenían también algo de aparato político. En otras palabras, el sistema “fordista” generó una oposición “fordista”.
Con el colapso de este tipo de organización industrial, particularmente en los países capitalistas desarrollados, surgió una configuración del capital mucho más descentralizada: más fluido en el espacio y el tiempo de lo que habíamos previsto en un principio. Así, vimos ya en ese momento la emergencia de una oposición que se basa en la interconexión y la descentralización, y a la que no le gusta la jerarquización y las formas previas de oposición fordista. Y de una manera casi graciosa, la izquierda se reorganizó de la misma forma en la que lo hace la acumulación del capital. Por lo que si entendemos que la izquierda es una imagen reflejo de lo que estamos criticando, quizá entonces entenderemos que lo que debemos hacer es romper ese espejo y salir de esta relación simbiótica que establecemos precisamente con lo que estamos criticando.
En la época del fordismo, la fábrica era el principal ámbito de resistencia. ¿Dónde lo podemos encontrar ahora que el capital se ha movido fuera de la fábrica hacia el terreno urbano?
Antes que nada, hay que decir que la forma-fábrica no ha desaparecido. Hay fábricas en Bangladesh, o en China. Lo que es interesante es cómo el modo de producción ha cambiado en el centro de las ciudades. El sector de la logística, por ejemplo, ha experimentado una expansión importantísima: UPS, DHL y todas las mensajerías y transportistas están produciendo enormes beneficios a día de hoy.
En este sentido, en las últimas décadas ha habido un gran cambio en el sector de los servicios: las empresas que más trabajo daban en Estados Unidos durante los años setenta eran General Motors, Ford y US... seguir leyendo aquí.
Fuente original: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/consolidando-el-poder/
https://docs.google.com/document/d/1JNwWhIh-pF8J68IaN-skRro0VSce6692-dmrw5_y86o/edit?usp=sharing
AK Malabocas: En los últimos cuarenta años ha cambiado globalmente el modo de acumulación del capital. ¿Qué significan estos cambios para la lucha contra el capitalismo?
David Harvey: Desde una perspectiva general, cualquier forma de producción tiende a generar un tipo de oposición muy característica, y se trata de un curioso reflejo de ella misma. Si miras las décadas de los sesenta o setenta, cuando el capital se organizaba en forma de grandes corporaciones jerárquicas, verás que había estructuras opuestas que eran corporativistas, sindicalistas pero que tenían también algo de aparato político. En otras palabras, el sistema “fordista” generó una oposición “fordista”.
Con el colapso de este tipo de organización industrial, particularmente en los países capitalistas desarrollados, surgió una configuración del capital mucho más descentralizada: más fluido en el espacio y el tiempo de lo que habíamos previsto en un principio. Así, vimos ya en ese momento la emergencia de una oposición que se basa en la interconexión y la descentralización, y a la que no le gusta la jerarquización y las formas previas de oposición fordista. Y de una manera casi graciosa, la izquierda se reorganizó de la misma forma en la que lo hace la acumulación del capital. Por lo que si entendemos que la izquierda es una imagen reflejo de lo que estamos criticando, quizá entonces entenderemos que lo que debemos hacer es romper ese espejo y salir de esta relación simbiótica que establecemos precisamente con lo que estamos criticando.
En la época del fordismo, la fábrica era el principal ámbito de resistencia. ¿Dónde lo podemos encontrar ahora que el capital se ha movido fuera de la fábrica hacia el terreno urbano?
Antes que nada, hay que decir que la forma-fábrica no ha desaparecido. Hay fábricas en Bangladesh, o en China. Lo que es interesante es cómo el modo de producción ha cambiado en el centro de las ciudades. El sector de la logística, por ejemplo, ha experimentado una expansión importantísima: UPS, DHL y todas las mensajerías y transportistas están produciendo enormes beneficios a día de hoy.
En este sentido, en las últimas décadas ha habido un gran cambio en el sector de los servicios: las empresas que más trabajo daban en Estados Unidos durante los años setenta eran General Motors, Ford y US... seguir leyendo aquí.
Fuente original: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/consolidando-el-poder/
https://docs.google.com/document/d/1JNwWhIh-pF8J68IaN-skRro0VSce6692-dmrw5_y86o/edit?usp=sharing
sábado, 22 de agosto de 2015
"La desigualdad es motor de la segregación urbana". Entrevista al profesor Roberto da Silva (Universidad de Sao Paulo) en preparación del V Congreso Internacional de pedagogía social
Cristiano Morsolin
El catedrático británico David Harvey, uno de los geógrafos más citados y reconocidos por sus estudios en antropología, afirmó en Brasil que la desigualdad es el "motor" de la segregación urbana en la urbanización masiva de los últimos treinta años en el mundo. "El bienestar de la población y la calidad de vida no está siendo cuidada en ningún lugar del mundo por los procesos de urbanización masiva que se vienen dando desde hace treinta años siendo la desigualdad el mayor motor de la segregación urbana" resaltó el británico durante un seminario celebrado en Sao Paulo el pasado 9 de junio.
Harvey fue el principal invitado extranjero del Seminario Internacional "Ciudades Rebeldes" que ha debatido hasta el 12 de junio la transformación de las ciudades en beneficio de sus habitantes.
Entre los más de cuarenta ponentes se encuentran el reconocido economista Marcio Pochmann y el diputado federal y periodista Jean Wyllys, activista en defensa de los derechos de la comunidad homosexual y vencedor de una edición brasileña del programa de televisión "Big Brother" (Gran Hermano).
El británico hizo referencia a las nuevas alcaldías progresistas en España explicando que "están surgiendo nuevos grupos políticos en búsqueda de modos de decisión más democráticos, lo que supone que existe una voluntad política de cambiar y un derecho a ciudad".
Sobre ese "derecho a ciudad", los participantes de la apertura del encuentro destacaron la necesidad de una metrópoli alternativa con inclusión, oportunidades, desarrollo y solidaridad, donde se permita la discusión con la ciudadanía frente a la exclusión, la violencia, la explotación y la crisis, actual segregación.
De otro lado, Harvey comparó el valor de uso de las casas y el precio de mercado de las mismas afirmando que muchas de las inversiones en las ciudades tienen como objetivo satisfacer el lujo, pero luego en esas residencias nadie puede vivir debido a su elevado coste.
"Se está destruyendo el concepto ciudad como espacio en que sus habitantes conviven debido al desarrollo insostenible, efectos del neoliberalismo, urbanización militarizada, especulación inmobiliaria, falta de movilidad y de libertad acuñándose como un mero concepto político", apuntó.
Para el geógrafo, "todo es sometido a un cálculo monetario en el que nosotros no importamos pero el dinero si, y eso es el centro de un proceso de urbanización que está siendo impulsado por el poder del valor monetario" (1).
Este artículo tiene el objetivo de profundizar el derecho a la ciudad y la segregación urbana, temática que voy personalmente a debatir durante el V Congreso Internacional de Pedagogía Social bajo el lema “El lugar de la educación social, popular, comunitaria en las políticas públicas de Brasil”, importante evento organizado por la Universidad Estacio de Vitoria-Espirito Santo (Brasil), Ufes y Radier, en programa por los días 1-3 de septiembre de 2015 (2).
¿En São Paulo, policía militar que mata joven negro favelado, cumple con una política de Estado?
El 27 de mayo de 2015 un joven negro, Lucas Custodio de 16 años fue muerto por policías en la favela Sucupira, en Grajaú, al extremo sur de la ciudad de São Paulo.
Habría implorado a uno de los policías: “Não precisa me matar, senhor”. Estaba desarmado, fue esposado, llevado para un matorral y ejecutado. La Policia Militar no dio explicaciones, la Secretaría de Seguridad Pública no se pronunció, y el gobernador del estado Geraldo Alckmin (PSDB), se hizo el desentendido.
Los periodistas Claudia Belfort y Luis Adorno enviaron cinco pedidos de respuesta, de esclarecimiento y de entrevista a la Policía Militar y a la Secretaría de Seguridad Pública, que no obtuvieron respuesta. Durante los días siguientes enviaron nuevos mensajes para obtener información sobre el hecho. Ninguna contestación. En 2013 ante la muerte de un universitario blanco de 19 años, Casper Líbero, el gobernador Alckmin no sólo se pronunció indignado sino que anunció que encaminaría al Congreso Nacional un proyecto de ley para tornar más rígido el Estatuto del Niño y del Adolescente en caso de violencia cometida por menores. Menos de 10 días después fue a Brasilia a 1.000 km. de la sede de su gobierno a entregar su propuesta. Pero no se molestó el mes pasado en ir a Grajaú a 26 km. para dar una explicación o una palabra de conforto a la familia de Lucas, un joven favelado negro.
La conclusión de los periodistas es inevitable “en São Paulo, policía militar que mata joven negro favelado, cumple con una política de Estado” (3).
Jóvenes negros tienen 2,5 más chances de ser asesinados que los blancos
Un joven negro corre 2,5 veces más riesgo de morir asesinado que uno blanco, un estudio presentado este jueves y que refleja la gran vulnerabilidad a la violencia que sufren los afrodescedientes en el empobrecido nordeste del país. “La violencia contra la juventud negra se convirtió en un problema de estado en Brasil”, afirma el prefacio del Índice de Vulnerabilidad juvenil a la Violencia y la Desigualdad 2014, elaborado el pasado 7 de mayo de 2015 en conjunto por la ONG Foro Brasileño de Seguridad Pública, el gobierno federal y la Unesco (4).
El informe muestra que el nordeste es donde los brasileños negros de entre 12 y 29 años son más susceptibles a sufrir violencia y las consecuencias de la desigualdad que sus pares blancos de la misma franja etaria.
Según el reporte, en 2012 fueron asesinados 87 jóvenes negros por cada 100.000 individuos pertenecientes a ese grupo en el nordeste, mientras que la proporción de homicidios entre los jóvenes blancos de esa región fue de 17,4 por cada 100.000.
En el estado de Paraíba (nordeste), un joven negro corre 13,4 veces más riesgo de ser asesinado que uno blanco, muy por encima de la tasa promedio del país.
“Aunque la esclavitud terminó a fines del siglo XIX, lamentablemente no hubo un proceso de inclusión productiva, económica” de la población negra, afirmó el ministro de Derechos Humanos de Brasil, Pepe Vargas, durante la presentación del informe.
“Eso hace que en las periferias, donde la pobreza está más presente, también hay mayor presencia de afrodescendientes”, quienes todavía ven sus derechos económicos y sociales cercenados, agregó.
Según el reporte, el estado donde existe menor diferencia de riesgo relativo es Sao Paulo (sureste) , donde los jóvenes negros tienen 1,49 más chances de morir asesinados. Paraná (sur) es el único estado donde un joven blanco corre más riesgo de morir en un homicidio que uno negro.
El conjunto de esos datos conforma un índice que contempla además otros indicadores, como la mortalidad por accidentes de tránsito, la concurrencia a la escuela, la inserción en el mercado de trabajo, la pobreza en el municipio donde viven y la desigualdad.
Brasil, con más de 200 millones de habitantes, es el segundo país con mayor población negra del mundo (51,7%) después de Nigeria.
Históricamente, el nordeste concentra los mayores índices de pobreza, en contraste con el sur y sureste de Brasil, donde está la megalópolis Sao Paulo, capital económica del país.
Según la Secretaría Nacional de Juventud, el nuevo estudio será utilizado para orientar políticas públicas de reducción de violencia contra los jóvenes.
La “Pacificación” de Río de Janeiro y la intervención militar en las escuelas
Diego Ferrari es Asistente Social, Militante de Derecho Humanos, integrante de la Agrupación Filhos e netos por Memoria Verdade e Justiça en Rio de Janeiro. Participó de movimientos sociales como el Frente Popular Dario Santillán en Argentina, Y contribuyó como Coordinador Político Pedagógico en la ENFF del Movimiento Sin Tierra en Brasil.
Diego Ferrari (5) considera que “La política de seguridad pública de la ciudad de Río de Janeiro ocupa un lugar destacado entre las políticas públicas del estado brasileño. Se trata de superpoblar de policías militares determinadas zonas, alcanzando a ocupar escuelas públicas de ser necesario. En ese marco se produce una disputa en el territorio de las escuelas públicas de las favelas, entre el paradigma policíaco controlador y el de la educación como derecho y oportunidad.
La Ciudad de Río de Janeiro, al asumir su condición de ciudad global, se posiciona a escala mundial como la vidriera de América Latina. La “ciudad maravillosa”, elegida como sede para el desarrollo de múltiples mega-eventos, consolidó una gestión empresarial de la ciudad.
Según datos del Instituto Brasileño de Geografía e Estatística (IBGE), más del 14% de la población de la “ciudad maravillosa” vive en favelas. Son más de un millón y medio de personas viviendo en 43km2 de asentamientos informales. Se cuentan casi 1000 favelas, pero las ocho más grandes concentran el 40% de los habitantes totales en este tipo de barriadas.
Las UPP creadas a partir del 2008 -a través del emblemático caso de “la favela modelo”, Santa Marta en Botafogo-, se conciben como un “modelo de policía comunitaria”. Según datos del Instituto Pereira Pasos, después de 7 años de implementación del programa, la reducción de homicidios en las zonas de instalación de las UPP entre el 2009 y el 2012, a partir del 2013 se reduce generando registros de nuevos picos de violencia. Según datos del Nupevi (Núcleo de Pesquisa das Violências), citados por el investigador Marcos Barreira en el libro "Hasta el último hombre”, las UPPs están presentes en menos de 3% de las más de mil favelas de Río, mientras que las milicias dominan el 41,5% y el tráfico el 56%. Pero eso sí, las UPPs, cubren el 100% de las favelas de la zona Sur. La UPP forma corredores de seguridad y áreas militarizadas protegidas en las regiones de gran inversión: “La zona oeste está prácticamente olvidada y la Baixada Fluminese, que tiene los mayores índices de homicidio en el Estado, está completamente olvidada. Las armas y el poder paralelo se mudaron para el interior” (información verbal de un profesor de una escuela de la Rocinha.)
"La panza de la mujer de la favela es una fábrica de bandidos”, dijo Sergio Cabral Filho, ex gobernador del estado de Río de Janeiro (PMDB), que tuvo que renunciar después de las masivas movilizaciones de junio de 2013. Ocurre que las diferentes concepciones del sujeto que habita en las periferias urbanas llevan al desarrollo de diversas políticas públicas. Cabral es el responsable por la implementación de las UPP. Es que la "pacificación" se basa en una lógica propia de la guerra, una modalidad particular del ejercicio del poder, en la cual una de las partes en conflicto somete a la otra por medio del uso de la violencia. Pacificación en enfrentamiento con vistas la dominación. Pacificar la sociedad desde esa concepción supone entonces que una de las partes del conflicto se presente como externa a él, presentando un discurso que se esfuerza por hacer creer como orden universalmente válida, una forma particular de ordenamiento del mundo.
Es lo que el profesor universitario Carlos Vainer llama de ciudad de exepción: “un modelo basado en el control del acceso a los espacios públicos, a los espacios urbanos de una forma general. La ciudad de excepción no comienza con el agregado de los grandes eventos, comienza antes de eso, pero con certeza ella se consolida con los megaeventos y corre el riesgo de eternizarse, o sea, alterar de un golpe todos los paradigmas urbanos de la ciudad”. Básicamente, “esa ciudad de excepción”, está caracterizada por una gestión autoritaria y militarizada del espacio urbano.
La Pacificación y el territorio de la escuela
En el año 2014 fue creado el Programa Estatal de Integración en la Seguridad (Proeis), resultado de un convenio entre la Secretaria de Educación (Seeduc) e la Secretaría de Seguridad (Seseg). A través del mismo, las UPPs desarrollan “acciones sociales” en las 38 comunidades en las que se encuentran, utilizando como base de actuación, entre otros, el territorio escolar. De esta forma, por ejemplo, policiales “pacificadores” están encargados de “acompañar” el ausentismo escolar, además de garantizar la “seguridad” en la escuela por medio de su presencia en el cotidiano escolar.
En las publicidades difundidas ampliamente en los medios sobre el accionar policial de “proximidad con la comunidad”, se observan encuentros culturales, musicas, deportes. Sobre el carácter comunitario de la UPP, Beltrame afirma: "En el ámbito de las acciones sociales, el foco principal será la escuela." Las acciones sociales destinadas directamente a la construcción de hegemonía, pasan y entran en el “territorio escolar” a veces a través de el apoyo escolar en la mayoría de las favelas. En otras directamente la UPP funciona dentro del edificio escolar ocupando su territorio material.
Entrevistada sobre la presencia policial en la favela, la madre de un alumno de la escuela de la Rocinha descarga su opinión: “Esa idea de la UPP controlando el ausentismo escolar es ridícula. ¿Y cuando mi hijo falta a clase que sucede? ¿Le dan una cachetada? ¿Cuál es la formación que el policía militar tiene para lidiar con la educación de nuestros hijos? Queremos mas jardines de infantes, mas puestos de salud, mas proyectos sociales. Ahora que todo el mundo está viendo que ese plan de seguridad es un fracaso, nuestro secretario de seguridad pública viene a decir que está sólo. La UPP es política de control social y exterminio de pobre, solo no lo ve quien no quiere verlo.”
Un estudio hecho por la investigadora Joana Monteiro, de la Fundación Getúlio Vargas, afirma que estudiantes de escuelas instaladas en áreas de riesgo (incluyendo zonas de UPPs) obtienen menor puntaje en las pruebas. Los números lo confirman: Por lo menos en los resultados referentes a la Escuela Estadual Caic Theophilo de Souza Pinto, del Complexo do Alemão, en 9º ano del nivel de enseñanza fundamental obtuvo notas bajas. En los dos años que la escuela convivió con la presencia de una UPP en su território, no alcanzó los promedios estaduales.
El caso del Complexo do Alemão
En el año 2012, después de haber recibido un fuerte ataque en el container precario en el que funcionaba la UPP de Nova Brasilia en el complexo de Favelas llamado el Alemão, la secretaría de seguridad tomó la decisión de instalar la base de la UPP en el patio de la escuela de la favela.
La presencia de la Policia Militar en el Colegio Theophilo de Souza Pinto trajo una serie de conflictos en el cotidiano escolar que van desde, el patrullaje en horarios de entrada y salida de la escuela, revisar a alumnos a la entrada del edificio escolar o de camino para la escuela, hasta el impacto de balas en el frente de la escuela. En la escuela actualmente estudian 820 alumnos. Antes de la instalación de la base de UPP, la escuela supo recibir el doble de alumnos como matrícula, la deserción escolar es alarmante.
Padres de alumnos, estudiantes y profesores dicen que es común que la Policía Militar (PM) use la parte interna del colegio para intercambiar tiros con los grupos de traficantes, y ha ocurrido que alumnos quedan en la línea de tiro. Una serie de declaraciones pueden graficar la situación de la escuela. Las declaraciones que siguen fueron obtenidas durante el trágico mes de abril de 2015 en el territorio del Complexo, en el que varias muertes por “balas perdidas” afectaron la población, entre ellas el emblemático caso de Eduardo, un niño de 10 años:
“Mi escuela, querida, maltratada por el desprecio de este gobierno estadual. De acuerdo con la dictadura de la “pacificación”, en el Complexo, la escuela es un granero de vagabundos, y sus trabajadores conspiradores.” (Relato de una profesora del complexo do Alemão.)
“Esta escuela que se transformó en una porquería desde que la base militar entró.” (Relato de la madre de un alumno).
“La presencia ostentosa de policiales fuertemente armados en el interior de la escuela pone en riesgo toda la comunidad escolar, violenta principios pedagógicos y limita considerablemente el desarrollo de la educación. Para nosotrxs lxs profesores hoy el problema de violencia es la presencia de la UPP en la escuela.” (Declaraciones del SEPE, Sindicato Estadual de Profesionales de la Educación.)
“El patrullaje del barrio es en el mismo horario de la entrada y salida de la escuela. Usan a los chicos como escudo, yo digo, están errados. ¡Yo con mis impuestos ayudo a pagar el salario y las municiones de quienes están matando a mis vecinos amigos! Antes era común ver un barrilete y niños corriendo, ahora acá nadie corre porque recibe un tiro en la espalda. ¡Y esos nenes tienen que ver a esos mismos policías en la escuela!” (declaración de un vecino integrante de organizaciones de la favela.)
Sin embargo desde los lugares de poder se realizan declaraciones como las de la Secretaria de Estado de Educación (Seeduc) que afirmó:
“la presencia de la unidad de policía no trajo daños para el colegio. Los reclamos no representan la mayoría de los profesores y alumnos” (Declaración de representante de la secretaría)
El 4 de mayo del 2015, producto de la organización de los vecinos de la comunidad y los profesores de la escuela, se llevó a cabo una audiencia pública de comisiones de la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro, en el patio de la escuela. Asistieron varios diputados, dirigentes de las fuerzas de seguridad. Después de un nutrido intercambio, se pautó la salida de la UPP del territorio escolar.
"La fachada del colegio está cubierta de marcas de tiros, En la sala de la directora, al lado de la silla hay agujeros de tiros de fusil. Es incuestionable lo que la presencia de la sede de la UPP trajo para aquella escuela.” (Declaración del diputado Marcelo Freixo -PSOL-)
“Eso es incompatíble con el proceso pedagógico. Hay que elegir o la escuela o la UPP.” (Declaración del profesor elegido para hablar en representación del colectivo.)
El gremio estudiantil no se animó a participar de la audiencia por considerar que no tenian garantizada su seguridad al exponerse. Dejó una carta que fue leida por los profesores donde decían:
“Nuestro objetivo es restablecer la paz en nuestro ambiente de estudio, traer de vuelta los proyectos que perdemos para que la escuela sea un territorio neutro en este conflicto, así como lo era hace tres años atrás”. (fragmentos de la carta del gremio estudiantil leída durante la audiencia pública 4/5/2015)
Educación para todos y la estrategia de incluir para segregar
La obligatoriedad de la educación media ya sancionada en Argentina, México y creciente en muchos países del continente. En Brasil, la Enmienda Constitucional (EC) 59, establece el año 2016 como plazo final para la implementación de una Educación Básica Obligatoria hasta los 17 años de edad. Particularmente, en Río de Janeiro, la “ciudad maravillosa”, se renueva una disputa territorial en las escuelas de la periferia. la Enmienda Constitucional 59, sancionada en Noviembre de 2009, todos los sistemas de enseñanza de Brasileños deben adecuarse para garantizar 14 años de enseñanza escolarizada gratuita. Esta política que pone en tensión el viejo mandato selectivo y de de la enseñanza media, esconde la estrategia de “incorporar para segregar”.
No es lo mismo hablar de escuelas de la periferia, que de escuelas del centro de las grandes ciudades. ¿Alguien podría imaginar estos eventos policíacos en una escuela privada de los barrios nobles de la ciudad maravillosa? No son las mismas funciones para las escuelas de los centros que para las de las periferias. Las diferentes ofertas educativas, sumadas al avance de la privatización de la enseñanza, llevaron a la consolidación de diversas trayectorias escolares que generan el encierro de los diferentes sectores sociales en instituciones socio-culturalmente homogéneas. Es así que el mandato hegemónico actual de incorporar a toda la población en la escuela pública con un proyecto educativo precarizador, y diversificar la oferta educativa según los sectores sociales, torna más efectiva la segregación proyectada en el modelo de ciudad planificado. Desde la infancia, se consolida un mundo fragmentado donde las poblaciones viven vidas paralelas que difícilmente se crucen entre sí. Se apunta a la construcción de un mundo fragmentado, donde las poblaciones viven vidas paralelas.
En este mundo patas para arriba, se invierte también la función de la escuela de la periferia. Donde debería nacer el germen de esperanza de una transformación a través de la educación, se consolida por medio de la presencia policial, el modelo controlar que usa la violencia y la represión constante. Favorable al desarrollo del capital, y a la estructuración de la ciudad modelo, la política “pacificadora” en América Latina vuelve a violar sistemáticamente los derechos de la población.
De todas formas la resistencia siempre perdura, y bajo la piedra pesada de los tiempos, la flor vuelve a darnos su escándalo. La organización de la comunidad viene dando una disputa por su territorio. La escuela pública, a pesar de una desigual relación de fuerzas, se erige como el territorio de mayor legitimidad para la participación de padres, madres, alumnos/as y profesores/as, La escuela es todavía un lugar para el encuentro y la organización de los/as trabajadores, para expresar con dignidad la rabia cotidiana y para practicar colectivamente la construcción de alternativas”, concluye Sergio Ferrari.
Brasil aprobó la reducción de la edad penal de 18 a 16 años
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este miércoles 19 de agosto de 2015 en segunda instancia una nueva Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) a favor de la reducción de la edad de responsabilidad penal para los delitos graves.
En una votación que se extendió hasta bien entrada la noche de este miércoles, 320 diputados votaron a favor de la propuesta, 152 se mostraron contrarios y uno se abstuvo.
Una vez aprobada por la Cámara baja, el siguiente paso del proceso para la aprobación de esta enmienda constitucional es su votación en el Senado.
Esta propuesta promueve la reducción de la mayoridad penal, de los 18 a los 16 años, para los "crímenes hediondos" (graves), entre los que están la violación, el secuestro, el robo seguido de muerte y el homicidio cualificado, además del homicidio intencional y la lesión corporal seguida de muerte.
El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de la presidente Dilma Rousseff y otras fuerzas de izquierda votaron en contra de la medida con el argumento de que modificar la edad de responsabilidad penal no reducirá las tasas de inseguridad y violencia en el país.
Sin embargo, esta medida cuenta con el respaldo del presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, quien pese a ser miembro del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la formación mayoritaria en la coalición de gobierno, ha declarado su postura personal de oposición al Ejecutivo.
Cunha es uno de los políticos investigados a raíz del gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, y el miércoles, antes de la votación de la PEC, descartó que vaya a renunciar a la Presidencia de la Cámara de Diputados como piden sus detractores.
A principios de julio, Cunha logró la aprobación de la PEC en primera instancia de forma polémica al colocar este proyecto en la pauta de votaciones por segunda vez en menos de 24 horas, después de no haber conseguido sacar adelante una primera propuesta y conseguirlo luego con algunas modificaciones en el texto original.
A diferencia de la propuesta original, fueron excluidos en la nueva iniciativa los crímenes de terrorismo, lesión corporal y tráfico de drogas, y se anexó que los menores, entre 16 y 18 años juzgados como adultos pasen a cumplir sus penas en centros de reclusión diferentes de las actuales cárceles.
Pese a que se han pronunciado en contra de la medida importantes organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Unicef, los sondeos indican que la mayoría de la población aprueba la enmienda.
La actual legislación dicta que la reclusión de menores en reformatorios tenga un máximo de tres años, y los legisladores oficialistas contrarios a la PEC aprobada proponen que ese período podría aumentarse hasta entre ocho y diez años sin tener que reducir la edad de responsabilidad penal (6).
“La cárcel brasileña no rehabilita a nadie”
La izquierda progresista y los defensores de los derechos humanos, destacados académicos como Sergio Paulo Pinheiro, recuerdan que la reducción de la edad penal no garantiza de por sí una disminución de la violencia. “No tiene ningún sentido. Es una tontería, y más si tenemos en cuenta que el sistema penitenciario brasileño no recupera a nadie. El 80% de los presos reinciden y vuelve a la cárcel”, afirma Jailson Silva, fundador de la ONG Observatório de Favelas (7) y profesor universitario. “Es una solución conservadora que ha sido colocada en la agenda pública”, añade Alexandre Siconello, asesor de Derechos Humanos de Amnistía Internacional (AI).
Los datos muestran un panorama desolador. En el último año, se ha disparado el número de menores arrestados tras cometer algún tipo de delito. En Río de Janeiro, por ejemplo, cada hora se registra una detención de niños o adolescentes. En 2014, fueron arrestados 8.380 jóvenes, casi tres veces más que en 2010, cuando fueron 2.806. De ellos, el 41,53% cometió crímenes relacionados con el narcotráfico; el 27,92% practicó robos y el 13,65%, hurtos; y el 5,23% fueron arrestados con armas.
“En 2006 cambió la ley sobre drogas, que despenaliza bastante al usuario y mantiene la penalización para el traficante. Al mismo tiempo, en este periodo aumentaron mucho los crímenes relacionados con el narcotráfico. Hoy el 25% de la población carcelaria está formada por pequeños traficantes. La mayoría son jóvenes negros”, Alexandre Siconello, de AI.
Jailson Silva confirma ese dato y critica que los sistemas judicial y penitenciario no se planteen hacer un trabajo específico con este tipo de jóvenes. “El primer paso es reconocer que la política de droga es un fracaso completo. Hoy el número de presos por este motivo es absurdo. Lo primero que habría que hacer es despenalizar la venta de todas las drogas y regularla, de forma diferente según la substancia”, defiende este profesor.
El mismo año en el que el Estatuto del Niño y el Adolescente (ECA) cumple un cuarto de siglo, expertos y activistas coinciden en que la situación está cada vez peor. Crecen los índice de violencia, pero con un matiz: de los 21 millones de adolescentes brasileños, solo el 0,013% cometieron actos contra la vida, según datos de Unicef. El 90% de los crímenes de adolescentes son robos y otros atentados contra la propiedad (8).
Miembros del Comité de Derechos del Niño de la ONU como su Vice-Presidenta Sara Oviedo (Ecuador) dicen NO a la reducción de la mayoría de edad penal en Brasil (9).
Entrevista exclusiva al profesor universitario Roberto da Silva
PROF. DR. ROBERTO DA SILVA, Docente do Departamento de Administração Escolar e Economia da Educação, Universidade de São Paulo, Faculdade de Educação, fue un niño internado y privado de su libertad en FEBEM de Sao Paulo (como adulto ha activado una campaña de movilización internacional que tuvo el resultado de clausurar esta entidad estatal denunciada por Amnesty Internacional como lugar de abuso policial) y sabe que es la violencia institucionalizada del Estado.
PREGUNTA: ¿Cómo considera la reducción de la edad penal?
RESPUESTA: Brasil puede sufrir la suspensión de los sistemas internacionales de derechos humanos si reducir la edad legal. Brasil es signatario de todos los tratados y convenciones internacionales en materia de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la ONU. La abolición, suspensión o restricción de los derechos en virtud de estos tratados y convenciones por un Estado nacional requiere que se comunicará a todos los demás países signatarios. La reducción de la responsabilidad penal de los adolescentes viola varios principios de las normas internacionales y Brasil tendrá que comunicar y justificar la medida ante los192 países afiliados al sistema de la ONU. Es este requisito de la comunicación que puede resultar en la suspensión e incluso la expulsión del Brasil de los organismos como la Organización de los Estados Americanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional, entre otros. Eso sería lamentable, porque Brasil es un referente internacional en el ámbito de la protección de los niños y adolescentes, lucha contra el trabajo infantil y la regulación de la adopción internacional de niños.
PREGUNTA: ¿Con relación al PACTO INTERNACIONAL SOBRE DIREITOS CIVIS E POLÍTICOS en cuales artículos se violaría?
RESPUESTA: Artigo 4º - Item 3. Los Estados Partes en el presente Pacto que haga uso del derecho de suspensión deberá informar inmediatamente a los demás Estados Partes en el presente Pacto, por conducto del Secretario General de las Naciones Unidas, las disposiciones han suspendido y los motivos de dicha suspensión. Cada Estado Parte hará una nueva comunicación, también por el Secretario General a través de las Naciones Unidas, la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión.
Artigo 5º - Item 2. No podrá admitirse restricción o suspensión de los derechos humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte en el presente Pacto conforme a la ley, convenciones, reglamentos o costumbres, so pretexto de que el presente Pacto no los reconoce o los reconoce en menor medida.
PREGUNTA: ¿Cuál es el objetivo del V Congreso Internacional de Pedagogía social que usted está organizando con toda una equipe de destacados académicos como Jacyara Silva de Paiva e Erineu Foerste?
RESPUESTA: El Congreso Internacional de Pedagogía social, en su quinta edición, es un evento dedicado a discutir en manera amplia la reglamentación de la educación social como profesión en Brasil y su relación con la formación en las áreas de la pedagogía social y de la teoría general de la educación social.
Este importante congreso cuestiona el lugar que debe ocupar la “educación popular, social y comunitaria en las políticas públicas de Brasil”, en un momento donde se discute el Sistema Nacional de Educación, el Plan Nacional de Educación, la Reforma de la enseñanza media y de la destinación de los recursos públicos a la Educación y también otros temas muy actuales como la reducción de la edad penal y la violencia en contra de la juventud negra y pobre de las periferias. Vamos a profundizar debates e investigaciones a partir también de experiencias internacionales y de buenas prácticas educativas populares y sociales realizadas aquí en Brasil. Esperamos que la realización de este congreso pueda trazar una importante contribución para la educación brasilera, en sus dimensiones económicas, políticas, sociales e culturales que hagan efectivos espacios sociales diversificados, mas allá de las escuela y salas de clase, como un cuerpo de conocimiento que sirva para la teoría general y las prácticas de educación social, popular y comunitaria y como disciplina científica.
Relatoría sobre los Derechos de la Niñez culmina visita a Brasil y se manifiesta en contra de la reducción de la edad de imputabilidad penal
La Relatora sobre los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Comisionada Rosa María Ortiz, culminó su visita a Brasil, que tuvo lugar del 1 al 3 de julio de 2015 y que incluyó Brasilia y San Pablo. El objetivo fue promover los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el país y expresar que la propuesta de reforma constitucional para rebajar la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años para el caso de delitos graves es contraria a los estándares interamericanos de derechos humanos.
Durante su visita la Relatora fue recibida por diputados y senadores y se reunió con organizaciones de la sociedad civil y con líderes religiosos para tratar la temática. El 3 de julio, la Relatora participó en una audiencia pública ante la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo (ALESP) convocada por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ALESP, y por la ONG Visión Mundial. Participaron también de la audiencia pública concejales del municipio de São Paulo, representantes del Movimiento Nacional de Derechos Humanos, de Visión Mundial, de la Universidad de São Paulo (USP), de la Red Evangélica Nacional de Acción Social (Renas), y jóvenes de la comunidad Lins de Vasconcelos en Rio de Janeiro, una de las zonas más afectadas por la violencia. Durante su viaje la Relatora también se encontró con jóvenes de la región de Capão Redondo, del estado de São Paulo, y de Lins de Vasconcelos y de la ciudad de Nova Iguaçu, del estado de Río de Janeiro, para dialogar sobre las condiciones de vida y de seguridad en las zonas donde éstos viven, muy afectadas por la violencia y el clima de inseguridad.
La Relatora expresó profunda preocupación por la propuesta de enmienda constitucional (PEC) nº 171 debatida por la Cámara de los Diputados de Brasil, la cual busca modificar la Constitución Federal de 1988 para reducir la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años para delitos contra la vida y crímenes considerados graves. Durante los días en los que transcurrió el viaje la propuesta fue rechazada en la Cámara de Diputados y colocada de nuevo a votación en la misma Cámara, con la introducción de algunos cambios en su enunciado. La votación tuvo lugar con menos de 24 horas de diferencia con la anterior, ocasión en la cual la propuesta fue aprobada. Para llevar a cabo el cambio en la Constitución brasileña, la propuesta todavía debe pasar por una segunda ronda de votación en la Cámara de los Diputados y debe ser aprobada en dos turnos de votación en el Senado Federal.
En el viaje, la Relatora subrayó que los instrumentos internacionales establecen que son “niños” todas aquellas personas menores de 18 años de edad y que los estándares establecidos por la Convención Americana, la Convención sobre los Derechos del Niños y por la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos son inequívocos en garantizar el tratamiento diferenciado y especializado a las personas menores de 18 años en conflicto con la ley penal. La Comisionada Ortiz afirmó que la propuesta además violaría el principio de no regresividad en materia de derechos humanos ya garantizados. La propuesta de rebaja de la edad penal constituye una grave violación de los derechos fundamentales de los adolescentes y está en contra de los tratados internacionales ratificados por Brasil.
La Constitución Federal brasileña actualmente establece que los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años no pueden ser responsabilizados de la misma manera que los adultos por sus conductas de infracción a las leyes penales y establece un sistema de justicia juvenil diferenciado, en atención a la condición de desarrollo de los niños y los adolescentes. La Constitución y el ECA actuales son concordantes con los estándares internacionales de derechos humanos, aunque su implementación precisa ser reforzada. La propuesta de reforma constitucional retrocede en los avances legales alcanzados por Brasil. La Relatora destacó que "Brasil fue el primer país en el continente en traducir la Convención sobre los Derechos del Niño en una ley específica para la niñez con el Estatuto da Criança e do Adolescente, y ésta fue una buena práctica que inspiró e influyó positivamente en toda nuestra región”.
Asimismo, la Relatora saludó los avances en materia legislativa e institucional en relación al Sistema de Garantía de Derechos a la niñez, particularmente el Estatuto da Criança e do Adolescente (ECA) y la entrada en vigencia de la Ley nº 12.594 en 2012, que reglamenta las medidas socio-educativas y establece el Sistema Nacional de Atención Socio-educativa (SINASE) para los adolescentes en conflicto con la ley, además de asentar la justicia restaurativa como principio de la justicia juvenil. Sin embargo, advierte que el SINASE precisa ser fortalecido para cumplir con su función de rehabilitación y que, a la vez, éste actúa en forma complementaria con el Sistema de Garantía de Derechos, el cual también debe ser reforzado para abordar las causas que llevan a adolescentes a cometer delitos.
Niños, niñas y adolescentes son más víctimas que agresores
Durante la visita, la Relatora señaló que los adolescentes son uno de los grupos más afectados por la violencia en el país. Según datos oficiales, la violencia fue la principal causa de muerte en los últimos 12 años en los adolescentes. En 2012 el 36,5% de los adolescentes entre 10 y 18 años de edad que perdieron la vida lo hicieron víctimas de un homicidio y como resultado de la violencia, en contraposición al 4,8% para el conjunto de la población. También en 2012, 56.000 personas fueron asesinadas en Brasil, de las cuales 30.000 eran jóvenes entre 15 y 29 años y, de ese total, 77% eran afrodescendientes. La mayoría de estos homicidios son practicados con armas de fuego y menos del 8% de los casos llegan a ser juzgados. Además de ser víctimas de la violencia letal, los niños también son diariamente victimizados por otras formas de violencia, en el hogar, en la escuela, incluso por las fuerzas de seguridad del Estado. La Comisionada dijo que “en los entornos en los que crecen los niños proliferan las armas de fuego, el tráfico de drogas y la presencia de organizaciones criminales, con habituales enfrentamientos armados y presiones de los grupos delictivos”.
Sin embargo los niños son acusados de ser los principales responsables de los delitos graves en Brasil. Pero, contrariamente a lo que se cree, datos recientes de Unicef indican que de los 21 millones de adolescentes brasileños, apenas el 0,013% ha cometidos delitos contra la vida. La vinculación de los adolescentes a la criminalidad está limitada, en grande parte, a delitos patrimoniales o relacionados con el microtráfico de drogas, los cuales se relacionan, en opinión de la Comisionada: “con el entorno socio-económico de exclusión y discriminación de la infancia pobre y afrodescendientes en un contexto de urbanización desorganizada que no logra ofrecer condiciones de vida dignas, y la insuficiencia de políticas sociales del Estado en materia de prevención de la violencia y garantía de derechos”. La Relatora también señala que escuchó de los parlamentarios que hay una demanda ciudadana en contra de la inmunidad de los adolescentes. Al respecto señala “es preocupante la inadecuada información, pues no existe tal inmunidad, ya que los niños que cometen actos delictivos son responsabilizados por los mismos a partir de los 12 años a través de un sistema de justicia juvenil que tiene como objetivo la rehabilitación y resocialización del niño, dicho sistema sí debe ser mejorado.”
Alternativas a la rebaja de la edad penal: prevención y fortalecimiento del ECA
La Relatora enfatizó que, según sus obligaciones internacionales, el Estado de Brasil debe adoptar medidas dirigidas a la prevención de la vinculación de niños, niñas y adolescentes con la criminalidad y la violencia. Además remarcó que el Estado debe sobre todo implementar políticas de apoyo a los niños, a sus familias y comunidades, además de fortalecer las políticas sociales que garanticen el acceso a derechos para las comunidades más excluidas y el sistema de protección a la niñez previsto en el ECA. En sus intervenciones también recomendó que Brasil promueva reformas en los sistemas de seguridad, con revisión de las estrategias policiales hacia una policía más amigable con la población, y se destinen esfuerzos al fortalecimiento de la ciudadanía entre los niños, niñas y adolescentes.
La Relatora hizo hincapié en la importancia de escuchar directamente a los jóvenes: “Lo que vi durante mi visita es que ningún adulto ve con tanta claridad y habla sobre el contexto de la violencia como estos niños y niñas. Mientras que los adultos escriben tesis, tejen comentarios largos, estos jóvenes pueden expresar la situación en 5 minutos, ya que ésta es su experiencia y, pueden ser parte de la solución.”
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia, concluye CIDH (10).
Conclusiones
En la literatura especializada el término “segregación” remite a la proximidad espacial donde se localizan las unidades familiares que son parte de un mismo segmento social y/o la distancia con otros grupos étnicos o socio-económicos. El concepto se utiliza para identificar a los grupos más pobres así como a los que más poseen. Estos últimos tienden a auto-segregarse, en muchos casos como forma de mostrar su poder patrimonial, viviendo en zonas exclusivas donde solo pueden acceder las personas de grandes fortunas. En otros casos, sectores medios se localizan en terrenos cerrados, “imitando” las conductas de los segmentos que concentran las riquezas de la sociedad.
Así, como señala Martha Schteingart, es posible diferenciar entre las formas de “segregación pasivas”, es decir que derivan de rechazos sociales y económicos a los más pobres, de las formas de “segregación activa”, que emerge en los comportamientos de aislamiento de los sectores más poderosos. Estas modalidades de segregación son expresiones de la desigualdad patrimonial, cultural y simbólica que imperan en las sociedades urbanas latinoamericanas. una de cuyas formas de reproducción son el uso y la tenencia del suelo urbano (11).
Existen muchos paralelismos entre la segregación en las escuelas que menciona Diego Ferrari y la realidad colombiana y el proceso de la educación popular como herramienta de movilización y concientización para superar la exclusión, que será objeto de mi reflexión en ocasión del próximo V Congreso Internacional de Pedagogía Social bajo el lema “El lugar de la educación social, popular, comunitaria en las políticas públicas de Brasil”, importante evento organizado por la Universidad Estacio de Vitoria-Espirito Santo (Brasil), Ufes y Radier, en programa por los días 1-3 de septiembre de 2015.
NOTAS
http://www.diariolasamericas.com/5051_portada-america-latina/3154815_david-harvey-afirma-en-brasil-que-desigualdad-es-motor-de-segregacion-urbana.html
http://ocs.ifes.edu.br/index.php/cips/V_CIPS
Claudia Belfort Em SP, PM que mata jovem negro favelado cumpre uma política de Estado Portal Ponte 02 06 2015. http://ponte.org/em-sp-pm-que-mata-jovem-negro-favelado-cumpre-uma-politica-de-estado/
http://www.abc.com.py/internacionales/brasil-jovenes-negros-tienen-25-mas-chances-de-ser-asesinados-que-los-blancos-1364261.html
http://upsidedownworld.org/main/en-espatopmenu-81/5384-brasil-la-pacificacion-de-rio-de-janeiro-y-la-intervencion-militar-en-las-escuelas
http://www.diariouno.com.ar/mundo/Brasil-aprobo-la-reduccion-de-la-edad-penal-de-18-a-16-aos-20150820-0050.html
http://www.observatoriodefavelas.org.br/
http://www.elconfidencial.com/mundo/2015-05-18/un-brasil-asolado-por-la-delincuencia-quiere-condenar-a-sus-menores_794865/
https://www.youtube.com/watch?v=BoM-mce3QhA
http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2015/078.asp
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/07/ciudades-latinoamericanas-imagenes-de-la-segregacion-y-realidades-desiguales.html
Cristiano Morsolin, investigador y trabajador social italiano radicado en Latinoamérica desde 2001, con experiencias en Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Brasil. Autor de varios libros, ha colaborado con la Universidad del Externado de Colombia, Universidad del Rosario de Bogotá, Universidad Politécnica Salesiana de Quito. Co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS (Milán), investiga la relación entre movimientos sociales y políticas emancipatorias.
Blog del autor: https://diversidadenmovimiento.wordpress.com/
El catedrático británico David Harvey, uno de los geógrafos más citados y reconocidos por sus estudios en antropología, afirmó en Brasil que la desigualdad es el "motor" de la segregación urbana en la urbanización masiva de los últimos treinta años en el mundo. "El bienestar de la población y la calidad de vida no está siendo cuidada en ningún lugar del mundo por los procesos de urbanización masiva que se vienen dando desde hace treinta años siendo la desigualdad el mayor motor de la segregación urbana" resaltó el británico durante un seminario celebrado en Sao Paulo el pasado 9 de junio.
Harvey fue el principal invitado extranjero del Seminario Internacional "Ciudades Rebeldes" que ha debatido hasta el 12 de junio la transformación de las ciudades en beneficio de sus habitantes.
Entre los más de cuarenta ponentes se encuentran el reconocido economista Marcio Pochmann y el diputado federal y periodista Jean Wyllys, activista en defensa de los derechos de la comunidad homosexual y vencedor de una edición brasileña del programa de televisión "Big Brother" (Gran Hermano).
El británico hizo referencia a las nuevas alcaldías progresistas en España explicando que "están surgiendo nuevos grupos políticos en búsqueda de modos de decisión más democráticos, lo que supone que existe una voluntad política de cambiar y un derecho a ciudad".
Sobre ese "derecho a ciudad", los participantes de la apertura del encuentro destacaron la necesidad de una metrópoli alternativa con inclusión, oportunidades, desarrollo y solidaridad, donde se permita la discusión con la ciudadanía frente a la exclusión, la violencia, la explotación y la crisis, actual segregación.
De otro lado, Harvey comparó el valor de uso de las casas y el precio de mercado de las mismas afirmando que muchas de las inversiones en las ciudades tienen como objetivo satisfacer el lujo, pero luego en esas residencias nadie puede vivir debido a su elevado coste.
"Se está destruyendo el concepto ciudad como espacio en que sus habitantes conviven debido al desarrollo insostenible, efectos del neoliberalismo, urbanización militarizada, especulación inmobiliaria, falta de movilidad y de libertad acuñándose como un mero concepto político", apuntó.
Para el geógrafo, "todo es sometido a un cálculo monetario en el que nosotros no importamos pero el dinero si, y eso es el centro de un proceso de urbanización que está siendo impulsado por el poder del valor monetario" (1).
Este artículo tiene el objetivo de profundizar el derecho a la ciudad y la segregación urbana, temática que voy personalmente a debatir durante el V Congreso Internacional de Pedagogía Social bajo el lema “El lugar de la educación social, popular, comunitaria en las políticas públicas de Brasil”, importante evento organizado por la Universidad Estacio de Vitoria-Espirito Santo (Brasil), Ufes y Radier, en programa por los días 1-3 de septiembre de 2015 (2).
¿En São Paulo, policía militar que mata joven negro favelado, cumple con una política de Estado?
El 27 de mayo de 2015 un joven negro, Lucas Custodio de 16 años fue muerto por policías en la favela Sucupira, en Grajaú, al extremo sur de la ciudad de São Paulo.
Habría implorado a uno de los policías: “Não precisa me matar, senhor”. Estaba desarmado, fue esposado, llevado para un matorral y ejecutado. La Policia Militar no dio explicaciones, la Secretaría de Seguridad Pública no se pronunció, y el gobernador del estado Geraldo Alckmin (PSDB), se hizo el desentendido.
Los periodistas Claudia Belfort y Luis Adorno enviaron cinco pedidos de respuesta, de esclarecimiento y de entrevista a la Policía Militar y a la Secretaría de Seguridad Pública, que no obtuvieron respuesta. Durante los días siguientes enviaron nuevos mensajes para obtener información sobre el hecho. Ninguna contestación. En 2013 ante la muerte de un universitario blanco de 19 años, Casper Líbero, el gobernador Alckmin no sólo se pronunció indignado sino que anunció que encaminaría al Congreso Nacional un proyecto de ley para tornar más rígido el Estatuto del Niño y del Adolescente en caso de violencia cometida por menores. Menos de 10 días después fue a Brasilia a 1.000 km. de la sede de su gobierno a entregar su propuesta. Pero no se molestó el mes pasado en ir a Grajaú a 26 km. para dar una explicación o una palabra de conforto a la familia de Lucas, un joven favelado negro.
La conclusión de los periodistas es inevitable “en São Paulo, policía militar que mata joven negro favelado, cumple con una política de Estado” (3).
Jóvenes negros tienen 2,5 más chances de ser asesinados que los blancos
Un joven negro corre 2,5 veces más riesgo de morir asesinado que uno blanco, un estudio presentado este jueves y que refleja la gran vulnerabilidad a la violencia que sufren los afrodescedientes en el empobrecido nordeste del país. “La violencia contra la juventud negra se convirtió en un problema de estado en Brasil”, afirma el prefacio del Índice de Vulnerabilidad juvenil a la Violencia y la Desigualdad 2014, elaborado el pasado 7 de mayo de 2015 en conjunto por la ONG Foro Brasileño de Seguridad Pública, el gobierno federal y la Unesco (4).
El informe muestra que el nordeste es donde los brasileños negros de entre 12 y 29 años son más susceptibles a sufrir violencia y las consecuencias de la desigualdad que sus pares blancos de la misma franja etaria.
Según el reporte, en 2012 fueron asesinados 87 jóvenes negros por cada 100.000 individuos pertenecientes a ese grupo en el nordeste, mientras que la proporción de homicidios entre los jóvenes blancos de esa región fue de 17,4 por cada 100.000.
En el estado de Paraíba (nordeste), un joven negro corre 13,4 veces más riesgo de ser asesinado que uno blanco, muy por encima de la tasa promedio del país.
“Aunque la esclavitud terminó a fines del siglo XIX, lamentablemente no hubo un proceso de inclusión productiva, económica” de la población negra, afirmó el ministro de Derechos Humanos de Brasil, Pepe Vargas, durante la presentación del informe.
“Eso hace que en las periferias, donde la pobreza está más presente, también hay mayor presencia de afrodescendientes”, quienes todavía ven sus derechos económicos y sociales cercenados, agregó.
Según el reporte, el estado donde existe menor diferencia de riesgo relativo es Sao Paulo (sureste) , donde los jóvenes negros tienen 1,49 más chances de morir asesinados. Paraná (sur) es el único estado donde un joven blanco corre más riesgo de morir en un homicidio que uno negro.
El conjunto de esos datos conforma un índice que contempla además otros indicadores, como la mortalidad por accidentes de tránsito, la concurrencia a la escuela, la inserción en el mercado de trabajo, la pobreza en el municipio donde viven y la desigualdad.
Brasil, con más de 200 millones de habitantes, es el segundo país con mayor población negra del mundo (51,7%) después de Nigeria.
Históricamente, el nordeste concentra los mayores índices de pobreza, en contraste con el sur y sureste de Brasil, donde está la megalópolis Sao Paulo, capital económica del país.
Según la Secretaría Nacional de Juventud, el nuevo estudio será utilizado para orientar políticas públicas de reducción de violencia contra los jóvenes.
La “Pacificación” de Río de Janeiro y la intervención militar en las escuelas
Diego Ferrari es Asistente Social, Militante de Derecho Humanos, integrante de la Agrupación Filhos e netos por Memoria Verdade e Justiça en Rio de Janeiro. Participó de movimientos sociales como el Frente Popular Dario Santillán en Argentina, Y contribuyó como Coordinador Político Pedagógico en la ENFF del Movimiento Sin Tierra en Brasil.
Diego Ferrari (5) considera que “La política de seguridad pública de la ciudad de Río de Janeiro ocupa un lugar destacado entre las políticas públicas del estado brasileño. Se trata de superpoblar de policías militares determinadas zonas, alcanzando a ocupar escuelas públicas de ser necesario. En ese marco se produce una disputa en el territorio de las escuelas públicas de las favelas, entre el paradigma policíaco controlador y el de la educación como derecho y oportunidad.
La Ciudad de Río de Janeiro, al asumir su condición de ciudad global, se posiciona a escala mundial como la vidriera de América Latina. La “ciudad maravillosa”, elegida como sede para el desarrollo de múltiples mega-eventos, consolidó una gestión empresarial de la ciudad.
Según datos del Instituto Brasileño de Geografía e Estatística (IBGE), más del 14% de la población de la “ciudad maravillosa” vive en favelas. Son más de un millón y medio de personas viviendo en 43km2 de asentamientos informales. Se cuentan casi 1000 favelas, pero las ocho más grandes concentran el 40% de los habitantes totales en este tipo de barriadas.
Las UPP creadas a partir del 2008 -a través del emblemático caso de “la favela modelo”, Santa Marta en Botafogo-, se conciben como un “modelo de policía comunitaria”. Según datos del Instituto Pereira Pasos, después de 7 años de implementación del programa, la reducción de homicidios en las zonas de instalación de las UPP entre el 2009 y el 2012, a partir del 2013 se reduce generando registros de nuevos picos de violencia. Según datos del Nupevi (Núcleo de Pesquisa das Violências), citados por el investigador Marcos Barreira en el libro "Hasta el último hombre”, las UPPs están presentes en menos de 3% de las más de mil favelas de Río, mientras que las milicias dominan el 41,5% y el tráfico el 56%. Pero eso sí, las UPPs, cubren el 100% de las favelas de la zona Sur. La UPP forma corredores de seguridad y áreas militarizadas protegidas en las regiones de gran inversión: “La zona oeste está prácticamente olvidada y la Baixada Fluminese, que tiene los mayores índices de homicidio en el Estado, está completamente olvidada. Las armas y el poder paralelo se mudaron para el interior” (información verbal de un profesor de una escuela de la Rocinha.)
"La panza de la mujer de la favela es una fábrica de bandidos”, dijo Sergio Cabral Filho, ex gobernador del estado de Río de Janeiro (PMDB), que tuvo que renunciar después de las masivas movilizaciones de junio de 2013. Ocurre que las diferentes concepciones del sujeto que habita en las periferias urbanas llevan al desarrollo de diversas políticas públicas. Cabral es el responsable por la implementación de las UPP. Es que la "pacificación" se basa en una lógica propia de la guerra, una modalidad particular del ejercicio del poder, en la cual una de las partes en conflicto somete a la otra por medio del uso de la violencia. Pacificación en enfrentamiento con vistas la dominación. Pacificar la sociedad desde esa concepción supone entonces que una de las partes del conflicto se presente como externa a él, presentando un discurso que se esfuerza por hacer creer como orden universalmente válida, una forma particular de ordenamiento del mundo.
Es lo que el profesor universitario Carlos Vainer llama de ciudad de exepción: “un modelo basado en el control del acceso a los espacios públicos, a los espacios urbanos de una forma general. La ciudad de excepción no comienza con el agregado de los grandes eventos, comienza antes de eso, pero con certeza ella se consolida con los megaeventos y corre el riesgo de eternizarse, o sea, alterar de un golpe todos los paradigmas urbanos de la ciudad”. Básicamente, “esa ciudad de excepción”, está caracterizada por una gestión autoritaria y militarizada del espacio urbano.
La Pacificación y el territorio de la escuela
En el año 2014 fue creado el Programa Estatal de Integración en la Seguridad (Proeis), resultado de un convenio entre la Secretaria de Educación (Seeduc) e la Secretaría de Seguridad (Seseg). A través del mismo, las UPPs desarrollan “acciones sociales” en las 38 comunidades en las que se encuentran, utilizando como base de actuación, entre otros, el territorio escolar. De esta forma, por ejemplo, policiales “pacificadores” están encargados de “acompañar” el ausentismo escolar, además de garantizar la “seguridad” en la escuela por medio de su presencia en el cotidiano escolar.
En las publicidades difundidas ampliamente en los medios sobre el accionar policial de “proximidad con la comunidad”, se observan encuentros culturales, musicas, deportes. Sobre el carácter comunitario de la UPP, Beltrame afirma: "En el ámbito de las acciones sociales, el foco principal será la escuela." Las acciones sociales destinadas directamente a la construcción de hegemonía, pasan y entran en el “territorio escolar” a veces a través de el apoyo escolar en la mayoría de las favelas. En otras directamente la UPP funciona dentro del edificio escolar ocupando su territorio material.
Entrevistada sobre la presencia policial en la favela, la madre de un alumno de la escuela de la Rocinha descarga su opinión: “Esa idea de la UPP controlando el ausentismo escolar es ridícula. ¿Y cuando mi hijo falta a clase que sucede? ¿Le dan una cachetada? ¿Cuál es la formación que el policía militar tiene para lidiar con la educación de nuestros hijos? Queremos mas jardines de infantes, mas puestos de salud, mas proyectos sociales. Ahora que todo el mundo está viendo que ese plan de seguridad es un fracaso, nuestro secretario de seguridad pública viene a decir que está sólo. La UPP es política de control social y exterminio de pobre, solo no lo ve quien no quiere verlo.”
Un estudio hecho por la investigadora Joana Monteiro, de la Fundación Getúlio Vargas, afirma que estudiantes de escuelas instaladas en áreas de riesgo (incluyendo zonas de UPPs) obtienen menor puntaje en las pruebas. Los números lo confirman: Por lo menos en los resultados referentes a la Escuela Estadual Caic Theophilo de Souza Pinto, del Complexo do Alemão, en 9º ano del nivel de enseñanza fundamental obtuvo notas bajas. En los dos años que la escuela convivió con la presencia de una UPP en su território, no alcanzó los promedios estaduales.
El caso del Complexo do Alemão
En el año 2012, después de haber recibido un fuerte ataque en el container precario en el que funcionaba la UPP de Nova Brasilia en el complexo de Favelas llamado el Alemão, la secretaría de seguridad tomó la decisión de instalar la base de la UPP en el patio de la escuela de la favela.
La presencia de la Policia Militar en el Colegio Theophilo de Souza Pinto trajo una serie de conflictos en el cotidiano escolar que van desde, el patrullaje en horarios de entrada y salida de la escuela, revisar a alumnos a la entrada del edificio escolar o de camino para la escuela, hasta el impacto de balas en el frente de la escuela. En la escuela actualmente estudian 820 alumnos. Antes de la instalación de la base de UPP, la escuela supo recibir el doble de alumnos como matrícula, la deserción escolar es alarmante.
Padres de alumnos, estudiantes y profesores dicen que es común que la Policía Militar (PM) use la parte interna del colegio para intercambiar tiros con los grupos de traficantes, y ha ocurrido que alumnos quedan en la línea de tiro. Una serie de declaraciones pueden graficar la situación de la escuela. Las declaraciones que siguen fueron obtenidas durante el trágico mes de abril de 2015 en el territorio del Complexo, en el que varias muertes por “balas perdidas” afectaron la población, entre ellas el emblemático caso de Eduardo, un niño de 10 años:
“Mi escuela, querida, maltratada por el desprecio de este gobierno estadual. De acuerdo con la dictadura de la “pacificación”, en el Complexo, la escuela es un granero de vagabundos, y sus trabajadores conspiradores.” (Relato de una profesora del complexo do Alemão.)
“Esta escuela que se transformó en una porquería desde que la base militar entró.” (Relato de la madre de un alumno).
“La presencia ostentosa de policiales fuertemente armados en el interior de la escuela pone en riesgo toda la comunidad escolar, violenta principios pedagógicos y limita considerablemente el desarrollo de la educación. Para nosotrxs lxs profesores hoy el problema de violencia es la presencia de la UPP en la escuela.” (Declaraciones del SEPE, Sindicato Estadual de Profesionales de la Educación.)
“El patrullaje del barrio es en el mismo horario de la entrada y salida de la escuela. Usan a los chicos como escudo, yo digo, están errados. ¡Yo con mis impuestos ayudo a pagar el salario y las municiones de quienes están matando a mis vecinos amigos! Antes era común ver un barrilete y niños corriendo, ahora acá nadie corre porque recibe un tiro en la espalda. ¡Y esos nenes tienen que ver a esos mismos policías en la escuela!” (declaración de un vecino integrante de organizaciones de la favela.)
Sin embargo desde los lugares de poder se realizan declaraciones como las de la Secretaria de Estado de Educación (Seeduc) que afirmó:
“la presencia de la unidad de policía no trajo daños para el colegio. Los reclamos no representan la mayoría de los profesores y alumnos” (Declaración de representante de la secretaría)
El 4 de mayo del 2015, producto de la organización de los vecinos de la comunidad y los profesores de la escuela, se llevó a cabo una audiencia pública de comisiones de la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro, en el patio de la escuela. Asistieron varios diputados, dirigentes de las fuerzas de seguridad. Después de un nutrido intercambio, se pautó la salida de la UPP del territorio escolar.
"La fachada del colegio está cubierta de marcas de tiros, En la sala de la directora, al lado de la silla hay agujeros de tiros de fusil. Es incuestionable lo que la presencia de la sede de la UPP trajo para aquella escuela.” (Declaración del diputado Marcelo Freixo -PSOL-)
“Eso es incompatíble con el proceso pedagógico. Hay que elegir o la escuela o la UPP.” (Declaración del profesor elegido para hablar en representación del colectivo.)
El gremio estudiantil no se animó a participar de la audiencia por considerar que no tenian garantizada su seguridad al exponerse. Dejó una carta que fue leida por los profesores donde decían:
“Nuestro objetivo es restablecer la paz en nuestro ambiente de estudio, traer de vuelta los proyectos que perdemos para que la escuela sea un territorio neutro en este conflicto, así como lo era hace tres años atrás”. (fragmentos de la carta del gremio estudiantil leída durante la audiencia pública 4/5/2015)
Educación para todos y la estrategia de incluir para segregar
La obligatoriedad de la educación media ya sancionada en Argentina, México y creciente en muchos países del continente. En Brasil, la Enmienda Constitucional (EC) 59, establece el año 2016 como plazo final para la implementación de una Educación Básica Obligatoria hasta los 17 años de edad. Particularmente, en Río de Janeiro, la “ciudad maravillosa”, se renueva una disputa territorial en las escuelas de la periferia. la Enmienda Constitucional 59, sancionada en Noviembre de 2009, todos los sistemas de enseñanza de Brasileños deben adecuarse para garantizar 14 años de enseñanza escolarizada gratuita. Esta política que pone en tensión el viejo mandato selectivo y de de la enseñanza media, esconde la estrategia de “incorporar para segregar”.
No es lo mismo hablar de escuelas de la periferia, que de escuelas del centro de las grandes ciudades. ¿Alguien podría imaginar estos eventos policíacos en una escuela privada de los barrios nobles de la ciudad maravillosa? No son las mismas funciones para las escuelas de los centros que para las de las periferias. Las diferentes ofertas educativas, sumadas al avance de la privatización de la enseñanza, llevaron a la consolidación de diversas trayectorias escolares que generan el encierro de los diferentes sectores sociales en instituciones socio-culturalmente homogéneas. Es así que el mandato hegemónico actual de incorporar a toda la población en la escuela pública con un proyecto educativo precarizador, y diversificar la oferta educativa según los sectores sociales, torna más efectiva la segregación proyectada en el modelo de ciudad planificado. Desde la infancia, se consolida un mundo fragmentado donde las poblaciones viven vidas paralelas que difícilmente se crucen entre sí. Se apunta a la construcción de un mundo fragmentado, donde las poblaciones viven vidas paralelas.
En este mundo patas para arriba, se invierte también la función de la escuela de la periferia. Donde debería nacer el germen de esperanza de una transformación a través de la educación, se consolida por medio de la presencia policial, el modelo controlar que usa la violencia y la represión constante. Favorable al desarrollo del capital, y a la estructuración de la ciudad modelo, la política “pacificadora” en América Latina vuelve a violar sistemáticamente los derechos de la población.
De todas formas la resistencia siempre perdura, y bajo la piedra pesada de los tiempos, la flor vuelve a darnos su escándalo. La organización de la comunidad viene dando una disputa por su territorio. La escuela pública, a pesar de una desigual relación de fuerzas, se erige como el territorio de mayor legitimidad para la participación de padres, madres, alumnos/as y profesores/as, La escuela es todavía un lugar para el encuentro y la organización de los/as trabajadores, para expresar con dignidad la rabia cotidiana y para practicar colectivamente la construcción de alternativas”, concluye Sergio Ferrari.
Brasil aprobó la reducción de la edad penal de 18 a 16 años
La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este miércoles 19 de agosto de 2015 en segunda instancia una nueva Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) a favor de la reducción de la edad de responsabilidad penal para los delitos graves.
En una votación que se extendió hasta bien entrada la noche de este miércoles, 320 diputados votaron a favor de la propuesta, 152 se mostraron contrarios y uno se abstuvo.
Una vez aprobada por la Cámara baja, el siguiente paso del proceso para la aprobación de esta enmienda constitucional es su votación en el Senado.
Esta propuesta promueve la reducción de la mayoridad penal, de los 18 a los 16 años, para los "crímenes hediondos" (graves), entre los que están la violación, el secuestro, el robo seguido de muerte y el homicidio cualificado, además del homicidio intencional y la lesión corporal seguida de muerte.
El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de la presidente Dilma Rousseff y otras fuerzas de izquierda votaron en contra de la medida con el argumento de que modificar la edad de responsabilidad penal no reducirá las tasas de inseguridad y violencia en el país.
Sin embargo, esta medida cuenta con el respaldo del presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, quien pese a ser miembro del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la formación mayoritaria en la coalición de gobierno, ha declarado su postura personal de oposición al Ejecutivo.
Cunha es uno de los políticos investigados a raíz del gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, y el miércoles, antes de la votación de la PEC, descartó que vaya a renunciar a la Presidencia de la Cámara de Diputados como piden sus detractores.
A principios de julio, Cunha logró la aprobación de la PEC en primera instancia de forma polémica al colocar este proyecto en la pauta de votaciones por segunda vez en menos de 24 horas, después de no haber conseguido sacar adelante una primera propuesta y conseguirlo luego con algunas modificaciones en el texto original.
A diferencia de la propuesta original, fueron excluidos en la nueva iniciativa los crímenes de terrorismo, lesión corporal y tráfico de drogas, y se anexó que los menores, entre 16 y 18 años juzgados como adultos pasen a cumplir sus penas en centros de reclusión diferentes de las actuales cárceles.
Pese a que se han pronunciado en contra de la medida importantes organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Unicef, los sondeos indican que la mayoría de la población aprueba la enmienda.
La actual legislación dicta que la reclusión de menores en reformatorios tenga un máximo de tres años, y los legisladores oficialistas contrarios a la PEC aprobada proponen que ese período podría aumentarse hasta entre ocho y diez años sin tener que reducir la edad de responsabilidad penal (6).
“La cárcel brasileña no rehabilita a nadie”
La izquierda progresista y los defensores de los derechos humanos, destacados académicos como Sergio Paulo Pinheiro, recuerdan que la reducción de la edad penal no garantiza de por sí una disminución de la violencia. “No tiene ningún sentido. Es una tontería, y más si tenemos en cuenta que el sistema penitenciario brasileño no recupera a nadie. El 80% de los presos reinciden y vuelve a la cárcel”, afirma Jailson Silva, fundador de la ONG Observatório de Favelas (7) y profesor universitario. “Es una solución conservadora que ha sido colocada en la agenda pública”, añade Alexandre Siconello, asesor de Derechos Humanos de Amnistía Internacional (AI).
Los datos muestran un panorama desolador. En el último año, se ha disparado el número de menores arrestados tras cometer algún tipo de delito. En Río de Janeiro, por ejemplo, cada hora se registra una detención de niños o adolescentes. En 2014, fueron arrestados 8.380 jóvenes, casi tres veces más que en 2010, cuando fueron 2.806. De ellos, el 41,53% cometió crímenes relacionados con el narcotráfico; el 27,92% practicó robos y el 13,65%, hurtos; y el 5,23% fueron arrestados con armas.
“En 2006 cambió la ley sobre drogas, que despenaliza bastante al usuario y mantiene la penalización para el traficante. Al mismo tiempo, en este periodo aumentaron mucho los crímenes relacionados con el narcotráfico. Hoy el 25% de la población carcelaria está formada por pequeños traficantes. La mayoría son jóvenes negros”, Alexandre Siconello, de AI.
Jailson Silva confirma ese dato y critica que los sistemas judicial y penitenciario no se planteen hacer un trabajo específico con este tipo de jóvenes. “El primer paso es reconocer que la política de droga es un fracaso completo. Hoy el número de presos por este motivo es absurdo. Lo primero que habría que hacer es despenalizar la venta de todas las drogas y regularla, de forma diferente según la substancia”, defiende este profesor.
El mismo año en el que el Estatuto del Niño y el Adolescente (ECA) cumple un cuarto de siglo, expertos y activistas coinciden en que la situación está cada vez peor. Crecen los índice de violencia, pero con un matiz: de los 21 millones de adolescentes brasileños, solo el 0,013% cometieron actos contra la vida, según datos de Unicef. El 90% de los crímenes de adolescentes son robos y otros atentados contra la propiedad (8).
Miembros del Comité de Derechos del Niño de la ONU como su Vice-Presidenta Sara Oviedo (Ecuador) dicen NO a la reducción de la mayoría de edad penal en Brasil (9).
Entrevista exclusiva al profesor universitario Roberto da Silva
PROF. DR. ROBERTO DA SILVA, Docente do Departamento de Administração Escolar e Economia da Educação, Universidade de São Paulo, Faculdade de Educação, fue un niño internado y privado de su libertad en FEBEM de Sao Paulo (como adulto ha activado una campaña de movilización internacional que tuvo el resultado de clausurar esta entidad estatal denunciada por Amnesty Internacional como lugar de abuso policial) y sabe que es la violencia institucionalizada del Estado.
PREGUNTA: ¿Cómo considera la reducción de la edad penal?
RESPUESTA: Brasil puede sufrir la suspensión de los sistemas internacionales de derechos humanos si reducir la edad legal. Brasil es signatario de todos los tratados y convenciones internacionales en materia de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la ONU. La abolición, suspensión o restricción de los derechos en virtud de estos tratados y convenciones por un Estado nacional requiere que se comunicará a todos los demás países signatarios. La reducción de la responsabilidad penal de los adolescentes viola varios principios de las normas internacionales y Brasil tendrá que comunicar y justificar la medida ante los192 países afiliados al sistema de la ONU. Es este requisito de la comunicación que puede resultar en la suspensión e incluso la expulsión del Brasil de los organismos como la Organización de los Estados Americanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional, entre otros. Eso sería lamentable, porque Brasil es un referente internacional en el ámbito de la protección de los niños y adolescentes, lucha contra el trabajo infantil y la regulación de la adopción internacional de niños.
PREGUNTA: ¿Con relación al PACTO INTERNACIONAL SOBRE DIREITOS CIVIS E POLÍTICOS en cuales artículos se violaría?
RESPUESTA: Artigo 4º - Item 3. Los Estados Partes en el presente Pacto que haga uso del derecho de suspensión deberá informar inmediatamente a los demás Estados Partes en el presente Pacto, por conducto del Secretario General de las Naciones Unidas, las disposiciones han suspendido y los motivos de dicha suspensión. Cada Estado Parte hará una nueva comunicación, también por el Secretario General a través de las Naciones Unidas, la fecha en que haya dado por terminada tal suspensión.
Artigo 5º - Item 2. No podrá admitirse restricción o suspensión de los derechos humanos fundamentales reconocidos o vigentes en un Estado Parte en el presente Pacto conforme a la ley, convenciones, reglamentos o costumbres, so pretexto de que el presente Pacto no los reconoce o los reconoce en menor medida.
PREGUNTA: ¿Cuál es el objetivo del V Congreso Internacional de Pedagogía social que usted está organizando con toda una equipe de destacados académicos como Jacyara Silva de Paiva e Erineu Foerste?
RESPUESTA: El Congreso Internacional de Pedagogía social, en su quinta edición, es un evento dedicado a discutir en manera amplia la reglamentación de la educación social como profesión en Brasil y su relación con la formación en las áreas de la pedagogía social y de la teoría general de la educación social.
Este importante congreso cuestiona el lugar que debe ocupar la “educación popular, social y comunitaria en las políticas públicas de Brasil”, en un momento donde se discute el Sistema Nacional de Educación, el Plan Nacional de Educación, la Reforma de la enseñanza media y de la destinación de los recursos públicos a la Educación y también otros temas muy actuales como la reducción de la edad penal y la violencia en contra de la juventud negra y pobre de las periferias. Vamos a profundizar debates e investigaciones a partir también de experiencias internacionales y de buenas prácticas educativas populares y sociales realizadas aquí en Brasil. Esperamos que la realización de este congreso pueda trazar una importante contribución para la educación brasilera, en sus dimensiones económicas, políticas, sociales e culturales que hagan efectivos espacios sociales diversificados, mas allá de las escuela y salas de clase, como un cuerpo de conocimiento que sirva para la teoría general y las prácticas de educación social, popular y comunitaria y como disciplina científica.
Relatoría sobre los Derechos de la Niñez culmina visita a Brasil y se manifiesta en contra de la reducción de la edad de imputabilidad penal
La Relatora sobre los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Comisionada Rosa María Ortiz, culminó su visita a Brasil, que tuvo lugar del 1 al 3 de julio de 2015 y que incluyó Brasilia y San Pablo. El objetivo fue promover los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el país y expresar que la propuesta de reforma constitucional para rebajar la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años para el caso de delitos graves es contraria a los estándares interamericanos de derechos humanos.
Durante su visita la Relatora fue recibida por diputados y senadores y se reunió con organizaciones de la sociedad civil y con líderes religiosos para tratar la temática. El 3 de julio, la Relatora participó en una audiencia pública ante la Asamblea Legislativa del Estado de São Paulo (ALESP) convocada por el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ALESP, y por la ONG Visión Mundial. Participaron también de la audiencia pública concejales del municipio de São Paulo, representantes del Movimiento Nacional de Derechos Humanos, de Visión Mundial, de la Universidad de São Paulo (USP), de la Red Evangélica Nacional de Acción Social (Renas), y jóvenes de la comunidad Lins de Vasconcelos en Rio de Janeiro, una de las zonas más afectadas por la violencia. Durante su viaje la Relatora también se encontró con jóvenes de la región de Capão Redondo, del estado de São Paulo, y de Lins de Vasconcelos y de la ciudad de Nova Iguaçu, del estado de Río de Janeiro, para dialogar sobre las condiciones de vida y de seguridad en las zonas donde éstos viven, muy afectadas por la violencia y el clima de inseguridad.
La Relatora expresó profunda preocupación por la propuesta de enmienda constitucional (PEC) nº 171 debatida por la Cámara de los Diputados de Brasil, la cual busca modificar la Constitución Federal de 1988 para reducir la edad de imputabilidad penal de 18 a 16 años para delitos contra la vida y crímenes considerados graves. Durante los días en los que transcurrió el viaje la propuesta fue rechazada en la Cámara de Diputados y colocada de nuevo a votación en la misma Cámara, con la introducción de algunos cambios en su enunciado. La votación tuvo lugar con menos de 24 horas de diferencia con la anterior, ocasión en la cual la propuesta fue aprobada. Para llevar a cabo el cambio en la Constitución brasileña, la propuesta todavía debe pasar por una segunda ronda de votación en la Cámara de los Diputados y debe ser aprobada en dos turnos de votación en el Senado Federal.
En el viaje, la Relatora subrayó que los instrumentos internacionales establecen que son “niños” todas aquellas personas menores de 18 años de edad y que los estándares establecidos por la Convención Americana, la Convención sobre los Derechos del Niños y por la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos son inequívocos en garantizar el tratamiento diferenciado y especializado a las personas menores de 18 años en conflicto con la ley penal. La Comisionada Ortiz afirmó que la propuesta además violaría el principio de no regresividad en materia de derechos humanos ya garantizados. La propuesta de rebaja de la edad penal constituye una grave violación de los derechos fundamentales de los adolescentes y está en contra de los tratados internacionales ratificados por Brasil.
La Constitución Federal brasileña actualmente establece que los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años no pueden ser responsabilizados de la misma manera que los adultos por sus conductas de infracción a las leyes penales y establece un sistema de justicia juvenil diferenciado, en atención a la condición de desarrollo de los niños y los adolescentes. La Constitución y el ECA actuales son concordantes con los estándares internacionales de derechos humanos, aunque su implementación precisa ser reforzada. La propuesta de reforma constitucional retrocede en los avances legales alcanzados por Brasil. La Relatora destacó que "Brasil fue el primer país en el continente en traducir la Convención sobre los Derechos del Niño en una ley específica para la niñez con el Estatuto da Criança e do Adolescente, y ésta fue una buena práctica que inspiró e influyó positivamente en toda nuestra región”.
Asimismo, la Relatora saludó los avances en materia legislativa e institucional en relación al Sistema de Garantía de Derechos a la niñez, particularmente el Estatuto da Criança e do Adolescente (ECA) y la entrada en vigencia de la Ley nº 12.594 en 2012, que reglamenta las medidas socio-educativas y establece el Sistema Nacional de Atención Socio-educativa (SINASE) para los adolescentes en conflicto con la ley, además de asentar la justicia restaurativa como principio de la justicia juvenil. Sin embargo, advierte que el SINASE precisa ser fortalecido para cumplir con su función de rehabilitación y que, a la vez, éste actúa en forma complementaria con el Sistema de Garantía de Derechos, el cual también debe ser reforzado para abordar las causas que llevan a adolescentes a cometer delitos.
Niños, niñas y adolescentes son más víctimas que agresores
Durante la visita, la Relatora señaló que los adolescentes son uno de los grupos más afectados por la violencia en el país. Según datos oficiales, la violencia fue la principal causa de muerte en los últimos 12 años en los adolescentes. En 2012 el 36,5% de los adolescentes entre 10 y 18 años de edad que perdieron la vida lo hicieron víctimas de un homicidio y como resultado de la violencia, en contraposición al 4,8% para el conjunto de la población. También en 2012, 56.000 personas fueron asesinadas en Brasil, de las cuales 30.000 eran jóvenes entre 15 y 29 años y, de ese total, 77% eran afrodescendientes. La mayoría de estos homicidios son practicados con armas de fuego y menos del 8% de los casos llegan a ser juzgados. Además de ser víctimas de la violencia letal, los niños también son diariamente victimizados por otras formas de violencia, en el hogar, en la escuela, incluso por las fuerzas de seguridad del Estado. La Comisionada dijo que “en los entornos en los que crecen los niños proliferan las armas de fuego, el tráfico de drogas y la presencia de organizaciones criminales, con habituales enfrentamientos armados y presiones de los grupos delictivos”.
Sin embargo los niños son acusados de ser los principales responsables de los delitos graves en Brasil. Pero, contrariamente a lo que se cree, datos recientes de Unicef indican que de los 21 millones de adolescentes brasileños, apenas el 0,013% ha cometidos delitos contra la vida. La vinculación de los adolescentes a la criminalidad está limitada, en grande parte, a delitos patrimoniales o relacionados con el microtráfico de drogas, los cuales se relacionan, en opinión de la Comisionada: “con el entorno socio-económico de exclusión y discriminación de la infancia pobre y afrodescendientes en un contexto de urbanización desorganizada que no logra ofrecer condiciones de vida dignas, y la insuficiencia de políticas sociales del Estado en materia de prevención de la violencia y garantía de derechos”. La Relatora también señala que escuchó de los parlamentarios que hay una demanda ciudadana en contra de la inmunidad de los adolescentes. Al respecto señala “es preocupante la inadecuada información, pues no existe tal inmunidad, ya que los niños que cometen actos delictivos son responsabilizados por los mismos a partir de los 12 años a través de un sistema de justicia juvenil que tiene como objetivo la rehabilitación y resocialización del niño, dicho sistema sí debe ser mejorado.”
Alternativas a la rebaja de la edad penal: prevención y fortalecimiento del ECA
La Relatora enfatizó que, según sus obligaciones internacionales, el Estado de Brasil debe adoptar medidas dirigidas a la prevención de la vinculación de niños, niñas y adolescentes con la criminalidad y la violencia. Además remarcó que el Estado debe sobre todo implementar políticas de apoyo a los niños, a sus familias y comunidades, además de fortalecer las políticas sociales que garanticen el acceso a derechos para las comunidades más excluidas y el sistema de protección a la niñez previsto en el ECA. En sus intervenciones también recomendó que Brasil promueva reformas en los sistemas de seguridad, con revisión de las estrategias policiales hacia una policía más amigable con la población, y se destinen esfuerzos al fortalecimiento de la ciudadanía entre los niños, niñas y adolescentes.
La Relatora hizo hincapié en la importancia de escuchar directamente a los jóvenes: “Lo que vi durante mi visita es que ningún adulto ve con tanta claridad y habla sobre el contexto de la violencia como estos niños y niñas. Mientras que los adultos escriben tesis, tejen comentarios largos, estos jóvenes pueden expresar la situación en 5 minutos, ya que ésta es su experiencia y, pueden ser parte de la solución.”
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia, concluye CIDH (10).
Conclusiones
En la literatura especializada el término “segregación” remite a la proximidad espacial donde se localizan las unidades familiares que son parte de un mismo segmento social y/o la distancia con otros grupos étnicos o socio-económicos. El concepto se utiliza para identificar a los grupos más pobres así como a los que más poseen. Estos últimos tienden a auto-segregarse, en muchos casos como forma de mostrar su poder patrimonial, viviendo en zonas exclusivas donde solo pueden acceder las personas de grandes fortunas. En otros casos, sectores medios se localizan en terrenos cerrados, “imitando” las conductas de los segmentos que concentran las riquezas de la sociedad.
Así, como señala Martha Schteingart, es posible diferenciar entre las formas de “segregación pasivas”, es decir que derivan de rechazos sociales y económicos a los más pobres, de las formas de “segregación activa”, que emerge en los comportamientos de aislamiento de los sectores más poderosos. Estas modalidades de segregación son expresiones de la desigualdad patrimonial, cultural y simbólica que imperan en las sociedades urbanas latinoamericanas. una de cuyas formas de reproducción son el uso y la tenencia del suelo urbano (11).
Existen muchos paralelismos entre la segregación en las escuelas que menciona Diego Ferrari y la realidad colombiana y el proceso de la educación popular como herramienta de movilización y concientización para superar la exclusión, que será objeto de mi reflexión en ocasión del próximo V Congreso Internacional de Pedagogía Social bajo el lema “El lugar de la educación social, popular, comunitaria en las políticas públicas de Brasil”, importante evento organizado por la Universidad Estacio de Vitoria-Espirito Santo (Brasil), Ufes y Radier, en programa por los días 1-3 de septiembre de 2015.
NOTAS
http://www.diariolasamericas.com/5051_portada-america-latina/3154815_david-harvey-afirma-en-brasil-que-desigualdad-es-motor-de-segregacion-urbana.html
http://ocs.ifes.edu.br/index.php/cips/V_CIPS
Claudia Belfort Em SP, PM que mata jovem negro favelado cumpre uma política de Estado Portal Ponte 02 06 2015. http://ponte.org/em-sp-pm-que-mata-jovem-negro-favelado-cumpre-uma-politica-de-estado/
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Cristiano Morsolin, investigador y trabajador social italiano radicado en Latinoamérica desde 2001, con experiencias en Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Brasil. Autor de varios libros, ha colaborado con la Universidad del Externado de Colombia, Universidad del Rosario de Bogotá, Universidad Politécnica Salesiana de Quito. Co-fundador del Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS (Milán), investiga la relación entre movimientos sociales y políticas emancipatorias.
Blog del autor: https://diversidadenmovimiento.wordpress.com/
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