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jueves, 19 de octubre de 2023

¿Pueden ciertos alimentos hacer que huelas mejor?


Frutas picadas

FUENTE DE LA IMAGEN,Frutas para un aroma frutal.


Sabemos que cuando tenemos calor, sudamos más. Es la forma en que nuestro cuerpo se mantiene fresco: cada gota de sudor que se evapora de nuestra piel ayuda a bajar nuestra temperatura.

Pero así sea necesario, este proceso a veces viene con efectos secundarios desagradables.

Sí, estamos hablando del olor.

Todo el mundo huele diferente cuando suda: algunas personas apenas desprenden algún rastro de olor, mientras que en otras puede ser abrumador.

El profesor Johan Lundström del Karolinska Institutet de Estocolmo ha llevado a cabo una gran cantidad de investigaciones sobre olores y aromas.

Señala que el olor de nuestro sudor depende de muchas variables diferentes.

“Nuestros olores corporales se originan a partir de una combinación de compuestos excretados por diferentes glándulas, que depende en parte de nuestros genes, la población bacteriana de nuestro cuerpo (que se debe a cosas como la limpieza y la genética) y el medio ambiente (humedad, temperatura, aire y presión).

"Y finalmente, lo que comemos también puede tener un papel importante que desempeñar".

Entonces, junto con factores más obvios como la genética y cuán limpios somos, la comida que introducimos en nuestros cuerpos puede desempeñar un papel clave en cómo huele nuestro sudor.

Comida que cambia nuestro olor corporal
No sabemos hasta qué punto los alimentos afectan el olor que emitimos cuando sudamos.

"Hasta donde yo sé, esto no se ha evaluado formalmente", dice Lundström.

Pero sí sabemos cuáles alimentos tienen más probabilidades de influir en el olor.

“Los individuos que comen mucha carne tienden a oler generalmente 'peor' que aquellos con una dieta principalmente vegetal.

"Además, como es evidente para la mayoría, alguien a quien le encanta comer ajo probablemente tendrá un olor más fuerte en el sudor”, señala el experto.

Carne con ajo

Carne con ajo

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,

Delicioso y oloroso.


 Delicioso y oloroso.

Los espárragos y diversas especias también pueden influir en nuestro aroma natural. Pero, ¿qué tienen estos ingredientes específicos que los hacen capaces de cambiar nuestro sudor?

“Básicamente, tienden a contener sustancias químicas que se fusionan con el torrente sanguíneo. A partir de ahí, se secretan al exterior.

"La mayoría de las cosas que entran en el torrente sanguíneo se excretan de una forma u otra a través de nuestro olor corporal”.

Entonces, por ejemplo, el ajo y la carne son ricos en azufre que, una vez consumido, sale a través de varios canales, incluido el sudor.

¿Y para un olor más atractivo?
Si bien hay poca investigación sobre alimentos específicos que harán que tu sudor huela más dulce, algunos estudios muestran qué dietas tienen más probabilidades de resultar en un olor a sudor más "atractivo".

Uno de esos experimentos tuvo lugar en la Universidad Macquarie de Australia.

Los 43 participantes masculinos se lavaron solo con agua antes de ponerse camisetas de algodón (no se permitió el uso de desodorante).

Mantuvieron las camisetas puestas durante 48 horas, incluida una hora de ejercicio para estimular las glándulas sudoríparas, antes de enviarlas para un análisis de olfato.

¿El resultado?
Los hombres que tenían una mayor ingesta de frutas y verduras estaban "significativamente asociados con un sudor de olor más agradable (con más cualidades florales, afrutadas, dulces y medicinales), independientemente de la intensidad del sudor".

A los que habían comido grasa, carne, huevo y tofu también les fue bien.

Sin embargo, se dijo que aquellos con una mayor ingesta de carbohidratos tenían un 'sudor más fuerte y menos agradable'.

En otro estudio sobre el atractivo del sudor de los hombres, 17 hombres siguieron una dieta rica en carne roja o una que no contenía carne en absoluto. Luego se recogieron muestras de sudor después de dos semanas.

Un mes después, repitieron el experimento y todos los participantes cambiaron a la dieta alternativa.

Finalmente, un grupo de 30 mujeres evaluaron el sudor en términos de cuán agradable, atractivo y masculino era.

Se encontró consistentemente que el sudor de los hombres era más agradable cuando habían estado siguiendo la dieta sin carne.

“El olor de los donantes cuando estaban en la dieta sin carne se consideró significativamente más atractivo, más placentero y menos intenso. Esto indica que el consumo de carne roja tiene un impacto negativo en la hedonicidad del olor corporal percibido".

Como suele ser el caso en los estudios científicos, hay muchas menos investigaciones que involucran a participantes femeninas.

Sin embargo, un pequeño estudio destacó que cuando se analizó el sudor de tres mujeres antes, durante y después de una "restricción calórica completa", los hombres encontraron que el sudor de las mujeres era más favorable una vez que habían comenzado a comer nuevamente y menos placentero durante el tiempo de restricción calórica.

Entonces, ¿vale la pena cambiar tu dieta para mejorar tu olor corporal?

En lugar de comer alimentos específicos para tratar de mejorarlo, dice Lundström lógicamente, es "más fácil usar desodorantes y perfumes".

Además, está dispuesto a señalar que incluso si eres particularmente "oloroso", es posible que no siempre se perciba como algo malo.

“Hay diferencias entre países con respecto a qué olores corporales se aceptan o no. Y aún más variaciones provienen del contexto en el que se percibe el olor corporal.

"Por ejemplo, el olor corporal en un gimnasio o en la cama con alguien que amas se percibe de manera muy diferente que si el mismo olor se experimenta en un contexto donde se valora especialmente la limpieza, como cuando estás sentado junto a un extraño en un autobús.

“¡Además, a una pareja potencial le gustará tu olor corporal natural!”.

De hecho, esa es una forma de evaluar tu compatibilidad con alguien.

https://www.bbc.com/mundo/articles/c51280n1rnro

lunes, 12 de abril de 2021

5 reglas para elegir alimentos que mejoren tu salud y la del planeta.

Una correcta selección de alimentos puede protegernos contra enfermedades y también contribuir a la preservación del medioambiente.

Desde el punto de vista nutricional, una dieta equilibrada, como la atlántica o la mediterránea, presenta múltiples beneficios para nuestra salud, ya que ayuda a mitigar y reducir el impacto negativo de diversas enfermedades.

El beneficio personal también puede extenderse al bien colectivo y contribuir al cuidado del planeta cuando consumimos productos respetuosos con el medio ambiente, ya que se debe tener en cuenta que la producción y consumo de alimentos conlleva un gran impacto ambiental.

Para dilucidar la cuantificación de dicho impacto, son dos los indicadores que podemos utilizar: huella de carbono y huella hídrica.

Huella de carbono y huella hídrica
La huella de carbono es una medida de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y se define como la cantidad de dióxido de carbono equivalente que un producto genera en un período de tiempo a lo largo de su ciclo de vida (extracción, producción, envasado, transporte, consumo y gestión de residuos).

Junto con los sectores energético y del transporte, el sector de la alimentación es una de las actividades antropogénicas con mayor generación de GEI.

Actualmente, el Acuerdo de París trata de poner límite a todas estas emisiones, de forma que cada país se compromete a una reducción efectiva de las mismas.

Emisiones de CO₂ per cápita en el mundo. Los tres sectores principales de emisión: energía, transporte y alimentación.

Por otra parte, la huella hídrica cuantifica el volumen total de agua dulce usada a lo largo de toda la cadena de valor para producir los bienes que habitualmente consumimos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha establecido que un 70 % de la huella hídrica mundial está relacionada con la producción de alimentos.

Los valores de ambas huellas son bastante variables en función del sistema de producción y del tipo de alimento:

Las frutas tienen valores medios de 350 g CO₂(eq)/kg y 900 L/kg para la huella de carbono e hídrica, respectivamente.

Las legumbres y hortalizas presentan valores promedio de 450 g CO₂(eq)/kg y 250 L/kg.
En la leche y derivados lácteos, se observan valores en un orden de magnitud superior, situándose en promedios de 1.500 g CO₂(eq)/kg y 1.000 L/kg.
Los pescados y las carnes presentan variaciones notables en función de la especie. A modo de ejemplo, la sardina se sitúa en 360 g CO₂(eq)/kg, el bacalao en 1.500 g CO₂(eq)/kg, el pollo en 3.000 g CO₂(eq)/kg y la ternera en 9.000 g CO₂(eq)/kg.

Huella de carbono y huella hídrica de algunos de los alimentos que forma parte del carro típico de compra español.

Cómo elegir los alimentos más sostenibles
Una vez definida la dieta adecuada a nuestro estilo de vida, edad y estado de salud, disponemos de una gran variedad de alimentos con funcionalidades y propiedades nutricionales similares.

La leche y los productos lácteos derivados utilizan una cantidad de agua dulce considerable para su fabricación.

Llega entonces el momento de introducir cinco reglas básicas y fáciles de incorporar en nuestro consumo diario que, en términos generales, permitan garantizar una minimización del impacto ambiental de los alimentos a consumir.

1. Verificar el origen de los alimentos
Como hace ya más de 15 años publicitaba una gran cadena de distribución alimentaria francesa: Moins de transport, moins de CO₂ (Menos transporte, menos CO₂).

Bajo esta premisa ha surgido el apelativo de concienciación de Km 0, que consiste en identificar los alimentos producidos en un radio de 100 km al punto de consumo, siendo así una llamada a potenciar el producto local.

2. Analizar el envase
A menudo, el continente tiene un mayor impacto que el contenido.

Los envases pueden poseer una alta intensificación de material (sobreenvasados) y energética (consumo de combustibles fósiles en su fabricación).

Orientar la compra a productos con envase mínimo y biodegradable es siempre una buena opción ambiental.

3. Respetar la temporalidad de los productos
Está asociada a cada estación del año y región del planeta, acorde a los ciclos naturales de producción.

La coordinación entre las condiciones climáticas y los sistemas de producción suponen una reducción notable de la huella de carbono e hídrica.

4. Buscar la presencia de ecoetiquetas
Pueden certificar y garantizar que se alcanzan diversos criterios ecológicos, lo que a su vez permite potenciar y fomentar la incorporación de dichas estrategias en el marketing.

Si bien es cierto que la aplicación de estas cuatro reglas va a depender de la oferta, se trata en definitiva de influir en la misma con nuestra demanda.

5. Reducir el desperdicio de alimentos
Esta quinta y última regla depende exclusivamente del consumidor.

Basta pensar en la cantidad de materia y energía necesaria para que los alimentos lleguen a nuestras neveras y alacenas, para que lamentablemente no sean consumidos y, por tanto, se conviertan directamente en residuos.

Una mayor concienciación en este aspecto ayudaría a reducir el actual desperdicio medio en nuestros hogares.

Una mayor concienciación sobre lo que implica producir alimentos puede llevar a un mayor aprovechamiento de los mismos.

Una reducción del 50 % en la pérdida de alimentos en los hogares puede llegar a suponer en países como España la emisión anual de medio millón de toneladas de CO₂(eq).

Teniendo en cuenta que el valor medio durante el 2020 en el mercado de CO₂ fue 24,75 €/tonelada, supondría unos bonos por valor 12 millones de euros) y 510 Hm³ de agua. Prácticamente el consumo de agua anual de ciudades como Berlín y Madrid).

Las impactantes cifras que deja el desperdicio de comida en el mundo (y cuáles son sus efectos) En este enlace está disponible una hoja de cálculo sencilla para estimar el impacto ambiental y económico que produce el desperdicio de los 64 alimentos más comunes en el carro de la compra del consumidor.

Es el momento de convertirnos en parte activa con el compromiso medioambiental del planeta, cada uno de nosotros podemos aportar nuestro grano de arena.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-56662260

domingo, 3 de febrero de 2019

_- Menos carne y más nueces, la receta para comer mejor y preservar el planeta


Ednh.news



París.– Para alimentar a 10.000 millones de seres humanos en 2050 de una manera sana y respetando al mismo tiempo el planeta, los expertos preconizan dividir entre dos el consumo de carne y duplicar el de frutas, verduras y frutos secos, una “transformación radical” de nuestros hábitos alimenticios.

En un estudio de la revista médica The Lancet y la oenegé Fundación EAT, los científicos recomiendan consumir cada día una media de 300 gramos de verdura, 200 gramos de fruta, 200 gramos de semillas enteras (arroz, trigo, maíz), 250 gramos de leche entera (o equivalente) pero solo 14 gramos de carne roja, es decir diez veces menos que un bisté.

Para sustituir las proteínas que proporciona la carne roja, los científicos preconizan consumir carne de ave (29 g), pescado (28 g), huevos (13 g) y frutos secos como nueces , almendras (50 g)…

Según ellos, este régimen permitiría evitar unas 11 millones de muertes prematuras al año en el mundo, es decir, una quinta parte del total de muertes. En 2050 la población mundial alcanzará los 10.000 millones de individuos.

Además, también sería bueno para el planeta, porque “la producción de alimentos mundial amenaza la estabilidad de nuestro sistema climático y nuestros ecosistemas”. “Los regímenes alimenticios actuales están llevando a la Tierra más allá de sus límites y son fuente de enfermedades: son una amenaza a la vez para la gente y para el planeta”, escriben los autores.

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El régimen alimentario propuesto aconsejado por el informe de la revista The Lancet y la ONG Fundación EAT. Gráfico: Jonathan Walter, Kun Tian y Marimé Brunengo / AFP

Este informe, que durante tres años movilizó a 37 expertos de 16 países, establece un “régimen de salud planetaria”. Su objetivo es garantizar un “equilibro entre las necesidades en materia de salud humana y los impactos medioambientales”. “Esto no significa que la población mundial debería comer exactamente los mismos alimentos”, indican los especialistas.

A nivel mundial, este régimen permitiría duplicar el consumo de alimentos sanos como frutas, verduras, leguminosos y nueces . Al contrario habría que reducir en más del 50% el consumo de alimentos menos sanos, como los azúcares añadidos (los refrescos, por ejemplo) y la carne roja, y evitar los alimentos procesados.

Cambio en la producción
Estos objetivos globales ocultan enormes disparidades según el nivel de desarrollo y la cultura del país. En Estados Unidos, por ejemplo, el consumo de carne roja es de 280 gramos de media, lo que obligaría dividir su consumo por 20.

“Más de 820 millones de personas no tienen acceso a suficiente comida, 2.400 millones de personas consumen demasiado, y en total cerca de la mitad de la población mundial tiene un régimen alimenticio con carencias en nutrientes” indica el informe.

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Plato con tomates y champiñones en la semana verde de la agricultura en Berlín, el 18 de enero de 2013. Foto: Johannes Eisele / AFP

Además del cambio de alimentación, los expertos preconizan un cambio radical en la manera de producir, evitando la concentración en unos pocos tipos de cultivo, limitando la expansión de las tierras agrícolas que reducen los bosques y evitando el exceso de pesca. También hay que reducir a la mitad el desperdicio de alimentos y las pérdidas en los procesos de producción.

“La manera en la que comemos es una de las causas principales del cambio climático, de la pérdida de la biodiversidad y de las enfermedades no transmisibles”, como la obesidad, la diabetes o las dolencias cardiovasculares, explicó a la AFP uno de los autores del estudio, el profesor Tim Lang, de la Universidad de Londres. “De la misma manera que nuestro sistema alimenticio cambió radicalmente en el siglo XX, creemos que tiene que cambiar radicalmente en el siglo XXI”, añadió.

Como era de esperar el informe no gustó a la industria agroalimentaria. “Hace propuestas extremas para atraer al máximo la atención, pero hay que ser más responsables cuando establecemos recomendaciones en materia de nutrición”, dijo Alexander Anton, responsable de la Asociación Lechera Europea.

Fuente: https://www.ednh.news/es/menos-carne-y-mas-nueces-la-receta-para-comer-mejor-y-preservar-el-planeta/

jueves, 3 de mayo de 2018

_- 6 alimentos que debes comer para bajar tu porcentaje de grasa.

_- ¿Entrenas mucho y aun así no consigues perder grasa? Es obvio que algo no estás haciendo bien, y claramente hablamos del campo de la nutrición. Muchas personas no gastan un dinero (que estaría bien invertido) en un nutricionista que nos asesore y nos ayude a perder esos kilos de más, pero desde Deporte y Vida podemos ayudarte a seleccionar algunos alimentos que sí te van a ayudar a bajar tu porcentaje de grasa corporal si sigues una alimentación correcta.


Nueces: además de contener triptófano y melatonina y por ello pueden ayudarnos a regular nuestros ritmos circadianos y obtener un mejor descanso, pueden ayudar en una dieta cuyo objetivo sea la pérdida de peso. Un estudio que habla de las bondades de un puñado de nueces para dietas cuyo objetivo sea bajar esos kilos de más, aunque contengan una gran cantidad de calorías.

Huevos: uno de los alimentos más injustamente infravalorados a lo largo de finales del S. XX y principios del S. XXI. Los huevos contienen antioxidantes, protegen contra las cataratas, son fuente de proteínas, se absorben al 100 %, tienen además ácidos grasos omega-3 y de vitaminas A y E. En un artículo los investigadores han conseguido identificar una proteína (IgY anti-lipasa) en la yema de huevo de gallina, con propiedades sobre la pérdida de peso.

Brócoli: rico en vitaminas A y C, que ayudan a estimular el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y cataratas. Puedes probar este tipo de vegetal en muchos y diversos platos. ¿Por qué crees que los culturistas profesionales comen tanto brócoli? Es una verdura que, además de ser altamente rica en nutrientes, posee grandes beneficios en una dieta orientada a la pérdida de grasa.

Setas: Con niveles impresionantes de antioxidantes, pueden aumentar la producción de ciertas células y apoyar el sistema inmunológico. Además, son antiinflamatorios, desintoxicantes y ricos en fibra, lo que ayudará a calmar el sistema digestivo. Destacan por su riqueza en proteínas de alto valor biológico, y porque poseen una importante proporción de sales minerales. Ideal para combinar con distintos platos y bajar nuestro porcentaje de grasa corporal.

Crema de cacahuete: Al ser crema proveniente de cacahuetes, es lógico que sea bastante calórica, pero en su defensa debemos decir que sacia mucho el apetito y nos puede ayudar a perder peso. De hecho, un estudio publicado en Journal of Nutrition relaciona su ingesta con menor índice de masa corporal en adultos. Debemos consumir más frutos secos en general, y aunque parezca mentira, la crema de cacahuete que no contenga demasiados añadidos como aceite de palma, es bastante saludable.

Aguacate: Un estudio publicado en 2013 en el que se investigó a participantes que comieron medio aguacate en su dieta asegura que los aguacates son un fantástico alimento para el control del peso. Los investigadores detectaron que su ingesta aumentaba la satisfacción y la saciedad. Además, el balance calórico final no se veía afectado negativamente. Es magnífico no solo para el control del peso, sino para incluirlo en nuestra dieta si el objetivo es reducir los michelines.

https://as.com/deporteyvida/2018/03/16/portada/1521193091_557849.html?id_externo_promo=ep-ob&prm=ep-ob&ncid=ep-ob