Mostrando entradas con la etiqueta periodismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta periodismo. Mostrar todas las entradas

martes, 12 de diciembre de 2023

_- Las siete carreras con peores sueldos a los cuatro años de graduarse

_- Pese a la precariedad laboral de quienes estudiaron Psicología y grados audiovisuales, aumenta el número de estudiantes de estas titulaciones El 54% de los universitarios habría escogido otros estudios si hubiera tenido asegurado su futuro económico, según una encuesta de la Fundación SM, pero aún hay muchos vocacionales: de hecho, los orientadores recomiendan estudiar lo que a uno le gusta. Eso explica que los estudiantes de artes y humanidades hayan crecido un 7%, pese a que su futuro laboral parezca complicado. Estas son las siete carreras con un peor sueldo a los cuatro años de graduarse, según el cruce de datos de la Seguridad Social y de los estudiantes hecho por el Sistema Integrado de Información Universitaria del Ministerio de Universidades y analizado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCyD), una entidad conformada por grandes empresas españolas. 

Desde 2015, con el Plan Bolonia, que estableció nuevos planes de estudio, ha habido grandes vaivenes de oferta y demanda en estas carreras. 
 Artes 
♦ Salario medio a los cuatro años: 22.898 euros 
♦ 72% de los graduados en Bellas Artes afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años 
♦ 1,5 candidatos para cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos, +7,8%: 33.900 (2015) / 36.600 (2022) 
 Estudiar arte es muy vocacional y seis universidades piden más de un 10 sobre 14 para acceder a Bellas Artes, aunque las perspectivas laborales sean inciertas. 

Con el Plan Bolonia han surgido nuevos grados relacionados con la imagen ―Fotografía y Creación Audiovisual o Cine y Ficción Audiovisual― y la escena ―Artes Escénicas e Interpretación Audiovisual o Composición Laboral― y aunque el catálogo de salidas laborales se va ampliando, los sueldos son bajos. 

También en Historia del Arte (el 35% trabaja en su área y solo el 25% gana más de 1.500 euros) y Conservación y Restauración (el 60% se emplea en lo suyo, pero apenas un 16% supera los 1.500 euros de sueldo) que ocupan el último y penúltimo puesto de un ranking de un centenar de profesiones del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Informática
32.654,68
Salud y Servicios sociales
31.428,77
Medicina
38.273,14
Enfermería y atención a enfermos
31.322,63
Otras ciencias de la salud
26.064,16
Trabajo social y orientación
24.534,38
Ingeniería, industria y construcción
30.293,67
Ingenierías
31.133,3
Arquitectura y construcción
27.760,76
Educación
26.948,46
Formación de docentes enseñanza primaria
28.809,05
Formación de docentes enseñanza infantil
25.013,33
Otra formación de personal docente y ciencias de la educación
24.062,93
Negocios, administración y derecho
26.806,79
Derecho
27.794,12
Administración y gestión de empresas
26.937,85
Otra educación comercial y empresarial
24.539,3
Agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y veterinaria
25.817,34
Sector primario
27.211,6
Veterinaria
22.838,91
Servicios
25.402,26
Otros servicios (transporte, prevención de riesgos...)
36.920,14
Deportes
24.644,06
Turismo y Hostelería
23.212,79
Ciencias sociales, periodismo y documentación
25.105,99
Economía
27.341,74
Otras ciencias sociales y del comportamiento
26.173,23
Psicología
23.984,62
Periodismo e información
23.080,74
Artes y humanidades
24.981,19
Lenguas
26.960,66
Humanidades
24.754,69
Técnicas audiovisuales y medios de comunicación
22.941,97
Artes
22.898,83
Ciencias
24.376,66
Matemáticas y Estadística
30.964,32
Ciencias Físicas, Químicas, Geológicas
24.222,24
Ciencias de la Vida
22.916,7

Veterinaria 
♦ Salario medio a los cuatro años: 22.838 euros 
♦ 73% afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años 
♦ 8,5 candidatos para cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos, +2,3: 9.373 (2015) / 9.600 (2022) 

 Veterinaria es la segunda carrera con más candidatos por cada plaza para ingresar en una universidad pública: 8,5 de ratio. Solo está por delante Medicina con 13. Esta enorme demanda se explica, en parte, porque apenas se oferta en 10 facultades públicas. Son unos estudios carísimos ―exigen muchos laboratorios y contar con una clínica con animales vivos― y las universidades y gobiernos autonómicos se resisten a implantar el grado. Las privadas han visto un nicho de negocio para disgusto de la profesión. El colegio de veterinarios de Madrid se opuso a la apertura del grado en la Universidad Europea en 2020, pues en su opinión iba a “agravar la precariedad laboral, cuyos datos son alarmantes”. Según el INE, nueve de cada 10 nuevos veterinarios empleados tiene un trabajo acorde a su nivel de estudios y área de conocimiento, pero solo un 39% gana más de 1.500 euros mensuales. 

Ciencias de la vida 
♦ Salario medio a los cuatro años: 22.916 euros 
♦ 80% de los biólogos afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años y el 77% de los bioquímicos 
♦ 2,2 candidatos para cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos, -2%: 40.300 (2015)/ 39.500 (2022) 

 Las carreras relacionadas con la biología ―Bioquímica, Biomedicina, Biotecnología...― viven un auge por la apertura de nuevos grados que las vinculan con las ciencias de la salud, un área de conocimiento que se ha disparado, especialmente tras la pandemia. De forma que los candidatos han pasado de 1,7 por plaza en 2015 (cuando se establecieron los nuevos planes de estudio y grados) a los 2,2 del pasado curso y las notas de acceso a estos grados están a la altura de muy pocos. Y, sin embargo, los salarios no acompañan. A los cuatro años de graduarse, el 92% está empleado, pero la mitad no llegan a los 1.500 euros netos mensuales. El biólogo Francisco Castillo, presidente de la Asociación Nacional de Investigadores Hospitalarios (ANIH), recordaba en un reciente reportaje en este diario el éxodo de titulados. En medio año había recibido seis ofertas para irse. “Con el bloqueo en la empleabilidad del sector público, muchos graduados buscan pastos más verdes. Es una pena con lo que se ha invertido en ellos, que se marchen”. Desde la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec) lamentan que sin un máster en ese campo ―suelen superar los 10.000 euros― es muy complicado encontrar trabajo en la industria. 

 Técnicas audiovisuales y medios de comunicación 
♦ Salario medio a los cuatro años: 22.941 euros 
♦ 83% afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años 
♦ 1,7 candidatos para cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos,+14,1%: 17.600 (2015) / 20.500 (2022) Frente a la evidente caída de alumnos en Periodismo, en un mundo cada vez más sometido a la imagen, los inscritos en estas titulaciones crecen, en especial en las universidades privadas con buenos medios para hacer prácticas. “El periodismo está perdiendo prestigio porque cualquiera puede emitir noticias (...), mientras que las profesiones audiovisuales están más de moda por el tema audiovisual”, sostiene el decano de Ciencias de la Información de la Comoplutense, Jorge Clemente. Según datos del INE, el 77% tiene a los cuatro años de graduarse un trabajo acorde a su nivel de estudios, pero solo el 60% vinculado a su especialización. Este ámbito de conocimiento engloba desde cine, a comunicación audiovisual o creación artística de videojuegos. 

 Periodismo 
♦ Salario medio a los cuatro años: 23.080 euros 
♦ 69% afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años 
♦ 1,3 candidatos para cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos, -18,4%: 19.000 (2015) / 15.500 (2022) 


Los estudios de Periodismo han perdido el tirón que tenían y las facultades se van a ver forzadas a modernizar la titulación ―más contenidos digitales, de análisis de datos, redes sociales― y más prácticas. Conscientes de ello, hay quien ha optado ya por tomar medidas, como la Complutense ―que cuenta con la facultad más grande― que ha menguado sus ocho grupos en primero de 120 alumnos a 50. Apenas el 67% trabaja en algo relacionado con lo que ha estudiado, pero se abren nuevas vías de empleo. José Fernández-Álava, director general de Dircom (Asociación de Directivos de la Comunicación), cree que en periodismo corporativo, el que se hace desde las compañías, las facultades lo están haciendo bien: “Están cada vez más especializadas y existen, además, programas que te ayudan a formarte como directivo después de unos años de desempeño profesional”. 

Turismo y Hostelería 
♦ Salario medio a los cuatro años: 23.212 euros 
♦ 80% afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años 
♦ 0,6 candidatos por cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos, -57%: 25.600 (2015) / 16.300 (2022) El turismo es uno de los puntales de la economía española y, sin embargo, la situación de sus graduados, que encuentran en otros titulados en Derecho o Económicas a serios competidores, es muy precaria. Por eso, su conferencia de decanos planea un giro radical en los estudios que se han quedado obsoletos en temas como la digitalización, gestión pública o consultoría. En 2015 casi se llenaban casi las clases (0,9 candidatos por plaza), pero ahora sobran el 40% de los puestos, ningún área de conocimiento sufre tal brecha. La pandemia ha sido su puntilla. 

Psicología 
♦ Salario medio a los cuatro años: 23.984 euros 
♦ 70% afiliados a la Seguridad Social a los cuatro años 
♦ 3,3 candidatos para cada plaza en una universidad pública 
♦ Alumnos, 14,5%+ : 69.300 (2015) /81.000 (2022) 

La carrera de Psicología ya no se encuadra dentro de las ciencias sociales, sino en las ciencias de la salud ―el objetivo de muchos bachilleres― y eso ha tenido su reflejo en los candidatos por plaza en las universidades públicas: de 2,4 en 2015 a 3,3 ahora. Y eso que hay un boom de facultades que ofertan la titulación: está en 75 de las 90 universidades. Salen al mercado un 28% más de titulados y aún un puñado de campus no han graduado a su primera promoción. “Las universidades han respondido a la preferencia de los alumnos, pero en el mercado laboral se ha generado una cierta atomización y un preocupante crecimiento en las tasas de desempleo debido a la elevada competitividad”, alerta un informe de FCyD sobre la titulación. Pero rema a favor de Psicología que el número de profesionales en el sistema público de salud es muy bajo y la tendencia debería virar. “La psicología clínica se ha convertido en una especialidad más que esencial”, recuerda FCyD, especialmente tras la pandemia, que ha agudizado los problemas de ansiedad, depresión o miedo a la enfermedad. 

viernes, 16 de octubre de 2020

Proud Boys (Chicos orgullosos) son una organización neofascista, violenta y supremacista estadounidense, surgida en 2016

Proud Boys (Chicos orgullosos) son una organización neofascista, violenta y supremacista estadounidense, surgida en 2016. En el primer debate electoral con el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó: “Proud Boys, retrocedan y estén alerta” (los ataques terroristas de extrema derecha causaron 335 muertos en Estados Unidos entre 1994 y 2020, según el Center for Strategic International Studies).

En marzo de 2019 el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promovió la conmemoración del golpe militar que derrocó –en 1964- al Gobierno democrático de Joao Goulart. La amenaza se extiende. Tras las elecciones regionales del pasado 21 de septiembre, el candidato del partido ultraderechista Hermanos de Italia accedió a la presidencia en la región de Las Marcas. En las municipales francesas de junio, Reagrupamiento Nacional (antiguo Frente Nacional) se hizo con la alcaldía de Perpiñán, ciudad de 120.000 habitantes. En las elecciones a los parlamentos de Sajonia y Brandemburgo –septiembre de 2019-, Alternativa para Alemania resultó el segundo partido más votado.

Para entender el crecimiento global del fascismo, el periodista e historiador Carles Senso ha publicado el libro Fascismo mainstream. Periodismo, conspiraciones, algoritmos y bots al servicio de la extrema derecha (Autoed., septiembre 2020). Concluye que el éxito actual de la extrema derecha se explica por factores como la avaricia capitalista, el desarraigo social, el proceso deshumanizador, la equidistancia, la falta de empatía, las mentiras o la crisis del periodismo. “El neofascismo no es un peligro para el capital”, afirma. La extrema derecha ha utilizado la tecnología digital y las redes sociales para conquistar el poder. Sobre el uso irreflexivo y acrítico de estas por parte de la izquierda, “hace falta más calle, más coordinación social y formación”, defiende Senso, autor de tres libros sobre la deportación de españoles a campos nazis. La entrevista en torno a su último ensayo se realizó por correo electrónico.

-¿Qué es el fascismo mainstream (tendencia mayoritaria)? ¿Cuáles son los rasgos principales?
El fascismo mainstream es una tendencia mundial mediante la cual la extrema derecha ha usado las nuevas posibilidades de las tecnologías digitales de la información para expandirse de forma desconocida, albergando espacios de poder inimaginables hace unos años, gracias a una mayor digestión ciudadana de sus planteamientos extremistas que basan su política en la exclusión de parte de la sociedad. Aceptando, eso sí, que la ideología de extrema derecha se expone fragmentada y nacionalizada, es decir, que cuenta con particularidades muy específicas en función del país en el que se desarrolla.

Sin embargo, les une las políticas de odio que favorecen un tipo de análisis social y una respuesta ante dicho examen que señala como enemigo del pueblo a las clases subalternas y a los grupos históricamente marginadas, a favor de una clase dirigente y de un sistema capitalista que nunca es puesto en cuestión. Eso y algunas intentonas de coordinación canalizadas por personajes como Bannon y su Movimiento o Internacional de la Nueva Derecha. El antiguo (aunque ahora renacido) antisemitismo se ve complementado con nuevos enemigos como son el Islam a nivel exterior y las comunidades LGTBI o feministas a nivel interno, por su supuesta voluntad de cargar contra la esencia intachable de la patria, observada ya como una nación intocable e irreductible.

-¿El neofascismo supone un repliegue identitario contra el efecto desestabilizador de la globalización?
Sí, ya que ha destruido las concepciones unitarias para favorecer una uniformización que diluye las particularidades, los fundamentos propios que justifican la exclusión. También lo hace, en el caso de Europa, la unificación continental, por lo que existía una voluntad primigenia de acabar con la unión y, posteriormente, de transformarla en una herramienta institucional más favorable al fortalecimiento de las particularidades nacionales a través de los Estados, sobre todo tras los éxitos electorales que han permitido crear un potente núcleo reaccionario en el Parlamento Europeo. El fascismo mainstream no se entiende sin la época de la posverdad, la crisis del periodismo, el desmembramiento de las redes sociales analógicas, la deslegitimación institucional o la avaricia capitalista de las plataformas tecnológicas.

-El libro recuerda los seguidores en Instagram de Trump (actualmente 22 millones), Bolsonaro (17,7 millones), Salvini (2,2 millones), Boris Johnson (1,2 millones) o Netanyahu (873.000). ¿Han sido las redes sociales una herramienta importante para que accedieran a los gobiernos?
Las emociones (alentadas con mayor facilidad en los extremos políticos) incitan a la acción mucho más que el raciocinio. “El odio motiva más que el amor”, pronunció el asesor político ultraderechista Roger Stone. Polarizando a la sociedad, las nuevas plataformas tecnológicas (redes sociales) consiguen más interacciones y, por tanto, más beneficios. La nueva política digitalizada que tanto atrae a las plataformas tecnológicas por su capacidad de crear beneficios económicos está basada en el conflicto. Es una guerra para conseguir la atención de los usuarios. Para obtener más réditos económicos Facebook, Google o Youtube necesitan enfrentar a la sociedad. Cabrearlos para hacerlos reaccionar.

Y la solución pasa por la creación de globos artificiales en los que la retroalimentación consigue activar un proceso de afianzamiento que lleva a las posiciones más radicales del espectro ideológico. De ahí que la extrema derecha (que a dicho proceso ha unido ingentes cantidades de dinero y la complicidad del mundo conservador) ha visto en las redes sociales un auténtico filón. Y las tecnológicas lo han observado en el fascismo mainstream, que ha sido bendecido por los medios de comunicación, otorgándoles el privilegio de marcar la agenda política gracias a sus soflamas mediáticas con un “producto” atractivo para las redes y la televisión por su capacidad de enfrentamiento. Antiinmigración, tradicionalismo, nativismo, euroescepticismo y antiislam en Europa; todo ello y un poco más de supremacismo y chovinismo occidental en Estados Unidos. La víctima, la salud de la sociedad.

-¿Tiene relación el ensayo con el caso de Cambridge Analytica, consultora que obtenía datos –sin autorización- sobre millones de usuarios de Facebook-, para desarrollar campañas como la de Trump en 2016 o a favor del Brexit?
Según expresó Brittany Kaiser, una de las responsables de la empresa: “Creo que en este momento es difícil pensar que la democracia está suficientemente protegida, que las elecciones son libres y justas. El uso de los datos personales ha cambiado las reglas del juego. Por su parte Christopher Wylie, el antiguo analista de datos, aduce: “Era un experimento tremendamente inmoral. Jugábamos con la psicología de toda una nación sin su consentimiento o conocimiento. Y no solo jugamos con la psicología de toda una nación, sino que lo hacíamos en un contexto de un proceso democrático”. Cambridge Analytica adquirió relevancia destacada gracias a los beneficios que reportó a las fuerzas de extrema derecha en el acceso a elementos de poder.

La información se consiguió a través de un test de personalidad que se difundió en Facebook. Contestaban preguntas a medida. De hecho, formulaban preguntas y respuestas de forma casi personalizada. Sabían dónde debían expandir el odio contra los extranjeros, dónde debían cargar contra el establishment o dónde fortalecer los mensajes contra la izquierda. La publicidad personalizada la complementaron con la elaboración de miles de noticias falsas que se expandieron como la espuma. La percepción de los votantes de los Estados Unidos de América cambió radicalmente, como también los que votaron en el Brexit. De forma artificial y por lo tanto sometiendo la libertad ciudadana. Se habla de prácticas similares en México, Malasia, Brasil, China o Australia. Y todo ello a través del robo de la información (de la identidad) de la ciudadanía y su puesta al servicio de la política sin escrúpulos.

-En Estados Unidos, los informativos del canal ultraconservador Fox News tienen una audiencia masiva. ¿Qué influencia tiene la televisión en la expansión planetaria del fascismo mainstream?
Donald Trump señaló a la prensa “discrepante” poco después de llegar al cargo, situándolos en el ojo del huracán de la ira de sus fanáticos seguidores. Llegó a tuitear “Los medios de las fake news no son mi enemigo, son el enemigo del pueblo americano”. La televisión es un espacio que, por la inmediatez, adolece de capacidad de análisis pormenorizados. Eso a nivel genérico. Es por ello que en ella un producto superfluo como Trump o cualquier dirigente del fascismo mainstream funciona tan bien. Son mensajes simples, directos, emocionales.

Según expuso Pierre Bourdieu en “Sobre la televisión”: “Este mundo lleno de guerras étnicas y de odios raciales, de violencia y de delincuencia, no es más que un entorno de amenazas incomprensible y preocupante ante el cual lo mejor que se puede hacer es retirarse y protegerse. Y, cuando va unida a expresiones de desprecio etnocéntrico o racista (como ocurre a menudo, particularmente en el caso de África o de los ‘barrios periféricos’), la evocación periodística del mundo no está hecha para movilizar y politizar; al contrario, sólo puede contribuir a aumentar los temores xenófobos, del mismo modo que la ilusión de que la delincuencia y la violencia no paran de crecer propicia las ansiedades y las fobias de quienes temen por su seguridad”.

¿Y en cuanto a la influencia, en términos generales, de los medios de comunicación?
Los medios, ante el auge del neofascismo, no pueden servir de altavoz para los mensajes de odio. Si pretenden jugar dicho papel para ganar viralidad, mejor que no cubran la actualidad política porque flaco favor hacen a la convivencia con la distribución masiva (y descontrolada) de posicionamientos que enfrentan y polarizan. Es lo que han conseguido programas televisivos de gran audiencia como los de Susana Griso o Ana Rosa Quintana que, buscando subir los índices, invitaron a dar su opinión a dirigentes de Vox cuando no contaban con representación parlamentaria (y por lo tanto no tenían la legitimidad del apoyo social) y además no para tratar temas eminentemente políticos, sino sucesos. Dicho periodismo es cómplice del ascenso de la extrema derecha por estar centrado en el beneficio económico y no en el fortalecimiento de la democracia.

-“Los movimientos de extrema derecha que se propagan por el mundo en el siglo XXI son fascismo. Con todas las comas que se quiera poner, pero sólo a nivel académico. En la calle, son fascismo”, escribes. ¿Se corre el riesgo de confundir partidos neonazis, como Amanecer Dorado en Grecia, con el gobierno nacionalista y ultracatólico de Polonia?
La caracterización o conceptualización debe servir para movilizar a las fuerzas opositoras, más que para homogeneizar o simplificar el elemento de análisis. La Historia es una confluencia inesperada de elementos que se encaminan hacia una dirección desconocida. Es clave entender el momento en su conjunto. Embadurnarse de la filosofía de dicho espacio temporal, comprender la cultura, la mentalidad de época. De cada lugar. Esta aseveración es clave también para saber diferenciar los diferentes neofascismos que se han desarrollado en el mundo del siglo veintiuno, con sus particularidades inigualables. El factor religioso en Brasil es esencial, por ejemplo, en el ascenso de Bolsonaro, con el innegable apoyo del lobby de las iglesias evangélicas. Nada se entendería sin él. Nuevos lazos de unión entre ciudadanos que, en anteriores elecciones, eligieron opciones políticas diferentes porque se dirigieron a las urnas movilizados por otros elementos en lucha. Seguramente la desigualdad social. Pero Brasil cambió y el ocupante del trono fue en este caso la consecuencia y no la causa.

-¿Y en cuanto al auge de la extrema derecha en el estado español? ¿Difiere del modo en que se ha producido el ascenso en Italia, Hungría o Polonia?
El resurgir del lazo españolista, tradicionalista y conservador ha supuesto una respuesta al Procés catalán, la consolidación de un partido a la izquierda del PSOE y el avance del feminismo. Se ha canalizado a través de un nacionalismo que también representa una contestación a los procesos de globalización que desarraigaron a las comunidades occidentales durante décadas a través de un doble factor (contradictorio) como la homogeneización bajo los parámetros culturales de los Estados Unidos de América y la mezcolanza gracias a los contactos (tanto económicos como migratorios) con múltiples comunidades mundiales. Por su parte, en Italia, Hungría o Polonia, el factor de la migración es transversal, como se pudo observar con el rechazo, durante el mandato de Salvini al frente del ministerio, de los inmigrantes del barco Aquarius (que finalmente acogió España) y otras embarcaciones, situando al país transalpino como un ejemplo de deshumanización galopante. Evidentemente que cada movimiento de la extrema derecha cuenta con particularidades en cada país, pero suponen distintas caras de un elemento común poliédrico que coincide en su respuesta a los nuevos tiempos, con su apelación a los sentimientos primarios, las emociones y la irracionalidad a través de las identidades nacionales y religiosas. Mientras la segunda (la identificación basada en la fe) es mayormente un modelo vital bastante inamovible, el primero está sometido a interpretaciones, dada la flexibilidad de términos como nación, país o pueblo. Es por ello que dichos movimientos extremistas no dudan en moldear el “producto” en conflicto a la medida de sus intereses.

-¿Qué responsabilidad tiene la izquierda? Si tiene alguna, ¿cuáles son, a tu juicio, los principales errores?
Corría por las redes un diseño que exponía un claro “Tacha al facha”. Creó en un grupo anarquista de Facebook un amplio debate sobre si es conveniente o no plantar cara en el mundo digital a los múltiples perfiles que lanzan mensajes de odio y que provocan la polarización social. Algunos defendían la conveniencia al considerar que no se puede dejar en manos de los neofascistas una plataforma tan importante en la creación del relato en la actualidad, sobre todo entre los jóvenes. Sin embargo, dicho argumento queda en entredicho si se considera que dicha confrontación no se produce con personas con capacidad de reaccionar y cambiar de opinión, sino que chocan con bots automatizados para lanzar los mismos mensajes. De forma repetitiva y machacona. No hay debate. Como reflejo y analizo en el libro, hay partidos políticos subvencionando que se vuelquen camiones de mierda a través de las redes sociales para controlar el debate gracias al dominio del tema en discusión.

Ni que decir tiene que buena parte de las fuerzas progresistas han caído en el macabro juego, ayudando a amplificar mucho más (las redes sociales premian los contenidos con más interacción) los mensajes de odio escupidos contra migrantes pobres, mujeres, homosexuales o izquierdistas. Por Internet corría un meme en el que se veían a dos personas con un perro y ella decía: “Que bonito ¿Cómo se llama?”, a lo que contestaba el propietario: “Revolucionario de Facebook”. La chica insistía: “¿Puedo acariciarlo?” y el remataba: “Sí, claro, no hace nada”. Pues eso. Hace falta más calle, más coordinación social y más formación.

-¿Qué relación hay entre el crecimiento del fascismo a escala global con lo que calificas de “seres frustrados, hiperactivos e irreflexivos?
La identidad pública depende hoy más de la imagen que se traslada a través del ficticio mundo de las redes sociales que de la vida analógica. Las redes sociales permiten al individuo verse reflejado a modo de creación artística, no tal cómo es, sino cómo le gustaría ser. O más bien, cómo le gustaría que le viesen los demás. El comportamiento primigenio en dicha acción es la autocensura, la feroz crítica sobre una representación del yo que se cree débil. La búsqueda de la reciprocidad se inicia con la pretensión de la homogeneización para encauzar en el grupo, en la comunidad. Porque la identidad nace de la interacción. Es necesario el retorno. Pensamos que la irrelevancia social está vinculada a la falta de éxito.

El proceso reidentitario vivido en las últimas décadas como respuesta a la insensible globalización ha provocado una pretensión casi enfermiza por formar parte de algo. Pero dicho anhelo sólo responde al pavor que se experimenta cuando se piensa en la posibilidad de quedar socialmente expulsado. Es por eso que se siguen prácticas de moda para contar con argumentos en la integración en el colectivo. La última APP la observamos como una llave a la aceptación. Al reconocimiento de los otros. Las redes sociales permiten un mitin en el que cada persona presente puede subir al estrado y opinar. Es un baño de multitudes regado de la satisfacción del aplauso fácil y el elogio interesado. Vacío pero efectivo en el mecanismo de unir a los ya convencidos y fortalecer las razones de combate frente a los disidentes. Sugestión de masas sin salir de la comodidad de la cama.

-De nuevo la importancia de las redes sociales…
Las redes sociales permiten fortalecer permanentemente los vínculos afectivos con el simple objetivo de asegurar la existencia de los seres. El éxito social se mide en Likes. De forma artificial, se establecen vínculos que, a través de acciones de reconocimiento, se utilizan (sin que sirvan en el largo recorrido) para aliviar la incertidumbre de un tiempo fugaz y fragmentado. Al trasladarse las comunidades de afecto al teléfono móvil, apagarlo produce angustia. Perderlo, pavor. Sin el móvil, vuelve la soledad en una sociedad individualizada y sin bisagras. Un desamparo agravado por el anonimato en un tiempo en el que nada puede ser peor que ser un elemento insignificante diluido en la masa. Tu amigo en Facebook sustituye a tu vecino, pero el primero nunca tiene sal y mucho menos te ayuda cuando sufres un repentino soponcio al subir por la escalera. La ansiedad de la soledad, a la larga (cuando la reflexión pausada y compleja se impone) no desaparece con las comunidades imaginadas de protección creadas a nivel digital.

-¿Y respecto a la “crisis del periodismo”? ¿Qué casos concretos destacarías?
Se podrían citar miles, prácticamente coincidentes con cada redacción, emisora o plató. Todos los medios viven sus crisis en la actualidad porque las nuevas plataformas tecnológicas han eliminado las intermediaciones y la verdad vive una época de depresión, acechada por aquellos que se benefician cuando todo va mal. Por supuesto, en dicha crisis han tenido buena parte de culpa un sector del periodismo, que interpretó su aproximación a la política y los sectores económicos como magníficas oportunidades para configurarse una vida de lujo, como bien recoge David Jiménez en su libro sobre su paso por la dirección de El Mundo.

Ha habido periodistas y medios ganando mucho dinero gracias a vender el código deontológico. Cuando la tormenta perfecta ha acechado a la profesión, no ha existido red de seguridad porque la ciudadanía ya no ha estado para sostener a unos medios que se interpretan como parciales e interesados. Sólo las propuestas originales y sinceras se abren paso. Aquellas que basan su interpretación del periodismo en la búsqueda de la verdad, sin venderse al mejor postor. Esas que cuentan con el apoyo de la ciudadanía, que las sostiene con sus aportaciones porque a través de ellas obtienen información, no una cámara de eco para escuchar lo que quieren oír.

-Citas en el libro movimientos relevantes, aunque posiblemente poco conocidos por el gran público, como Generación Identitaria. ¿Podrías caracterizarlo?
Generación Identitaria es un nuevo intento de limpieza de cara a los viejos parámetros extremistas que se venían desarrollando. Originario de Francia, se ha expandido a más de veinte países y abogan por reafirmar la identidad patria, protagonizando ataques a migrantes, cadenas humanas contra refugiados o incluso fletando barcos para vilipendiar a las ONG que intentan salvar vidas en el Mediterráneo. Austria se ha definido en las últimas décadas como uno de los centros neurálgicos del neonazismo, con su cénit con el gobierno entre el joven conservador del Partido Popular, Sebastian Kurz, en coalición con la formación ultraderechista Partido de la Libertad, que duró más bien poco por el escándalo de corrupción que se desveló en una discoteca en Ibiza. Sin embargo, el país ha resultado la cuna de nuevos movimientos que han ayudado a vestir de Prada a los nuevos fascistas. Son los nazis hípsters.

Es el caso de Martin Sellner, líder de Generación Identitaria en el país, que ha conseguido situarse en el centro del debate político. Con indumentaria impropia del fascismo clásico y un modo de vida más “cercano” al ciudadano medio, Sellner y sus afines han logrado introducir mensajes de odio en la discrepancia política de Austria, lateralizando hacia la derecha la opción electoral. En los numerosos videos que durante meses ha estado subiendo a la plataforma Youtube, se ha acompañado de la influencer ultraderechista americana Brittany Pettibone, con gran capacidad para canalizar teorías de la conspiración. Sellner defendió su militancia neonazi pura durante su juventud porque defiende que “no había alternativa”. Un joven que mantuvo en su momento contacto con Brenton Tarrant, el neonazi que asesinó a más de cincuenta personas en varias mezquitas de Nueva Zelanda y que en los meses anteriores había financiado a los grupúsculos de la formación tanto en Francia como en Austria.

Generación Identitaria se creó en Francia en 2012 y desde entonces se ha expandido por decenas de países como Alemania, Italia o Reino Unido, con la propagación de las teorías del gran reemplazo. Se le han encontrado vinculaciones directas con las formaciones de extrema derecha clásicas y con actos violentos y terroristas.

-¿Es posible establecer una relación entre la extrema derecha y los programas económicos ultraliberales, como el que elevó a Bolsonaro a la presidencia de Brasil?
Como afirmaba Pauwels: “Para la Elite del Poder americana e internacional el neofascismo no es sin embargo una amenaza, sino más bien una bendición, porque impide un diagnóstico de las causas de los problemas socioeconómicos, diagnóstico que podría deteriorar los privilegios de que disfrutan dentro del sistema y que amenazan al sistema mismo (…) Hoy los neofascistas están esperando impacientes a que las Elites del Poder necesiten sus servicios, y no hay garantía de que su momento no llegue nunca. Si esto ocurre, la historia no sólo no tendría final, sino que se repetiría”. El proteccionismo comercial que proclaman los fascistas mainstream intenta revertir la deslocalización sufrida durante décadas pero sin llegar a cuestionar el neoliberalismo y el capitalismo financiero, con una protección de las élites empresariales.

-Por último, ¿puede el fascismo mainstream representar en algún caso una amenaza para el sistema?

El neofascismo no es un peligro para el capital. El modelo económico no es inherente al fascismo. Antes bien, el fascismo se caracteriza por una adaptación camaleónica a las circunstancias para perpetuarse en el poder. Modelo económico y fascismo se exponen como elementos plásticos y adaptables a las circunstancias. La extrema derecha nunca ha dudado en proteger los derechos de las élites empresariales y financieras y los privilegios de las clases más altas. Nunca han protestado por el hecho de que personas de nacionalidad ajena adquieran automáticamente el derecho a pedir el permiso de estancia o el de residencia en España cuando compran un piso de más de medio millón de euros. En 2019 se batió por séptimo año consecutivo la concesión de dichos visados dorados, según la terminología coloquial. Se concedieron 681, un 14% más que en 2018. El visado que soliciten, además, es de dos años renovables por periodos de cinco. China, Brasil, India o Rusia son los principales países de procedencia de los demandantes. Simplemente es un ejemplo.

Según el filósofo Augusto Klappenbach: “El mal se esconde. Y sus causas nunca se presentan como el resultado de decisiones tomadas por seres humanos de carne y hueso, sino como subproductos de una situación económica de la que nadie es responsable. Además de banal, el mal de hoy es impersonal. Y así como los ejecutivos diluyen su responsabilidad en otros, los poderes públicos justifican sus políticas en las exigencias de anónimos mercados y en instituciones que están fuera de sus competencias”.

viernes, 25 de octubre de 2019

_- “Hay un ímpetu para llevar el periodismo a otros horizontes” El reportero de 'The New York Times' produce la primera incursión del periódico en el mundo televisivo

_- Jason Stallman no ha salido de The New York Times en 17 años, y sin embargo ahora se ve produciendo un programa de televisión. Tras el éxito mundial de The Daily, un podcast diario de noticias producido en la redacción neoyorquina, el periódico ha decidido continuar experimentando con The Weekly, esta vez un programa semanal televisivo de reportajes. Desde su estreno en Estados Unidos el pasado julio, primero en la cadena por cable FX y luego en el servicio de streaming Hulu, The Weekly ha investigado desde la injerencia rusa en las elecciones de 2016 al enjaulamiento de menores inmigrantes; ha explorado la influencia ultraconservadora que algunos canales de YouTube ejercen en la política brasileña y cuestionado el proceso de fabricación de iPhones en China. Stallman, productor ejecutivo, vino a Madrid a presentar la serie, cuyos primeros capítulos se pueden ver ahora en Movistar +. La serie completa empezará a emitirse el 12 de noviembre en el canal Odisea.


Pregunta. ¿Qué lleva a un periódico con un legado centenario en prensa escrita a la televisión?
Respuesta. En el Times siempre buscamos aumentar nuestra audiencia. Al haber tenido un gran resultado con The Daily, pensamos cuál era la siguiente plataforma con la que aún no habíamos experimentado seriamente. Y era ésta, resultaba obvio. Debíamos tratar de alcanzar un público de dimensiones televisivas.

P. ¿No es una plataforma incómoda? Una redacción de prensa escrita no habla necesariamente lenguaje audiovisual.
R. Cuando empecé a trabajar en el Times hace 17 años, este era, antes que nada, un periódico impreso. Todo giraba alrededor de la edición en papel. Ahora es una organización digital con una web leída en todo el mundo, aplicaciones para móviles y varios podcasts. No digo que hacer televisión sea fácil, pero hay un ímpetu por llevar el periodismo que hacemos desde hace cientos de años a otros horizontes.

P. ¿Cómo logran que la maquinaria de un periódico escrito produzca un programa de televisión?
R. En The New York Times no sabemos hacer documentales, pero nos asociamos con una productora de periodistas televisivos, Left/Right, que sí sabe. El proceso es que escuchamos las propuestas de nuestros periodistas y cuando encontramos una que pueda funcionar como documental de 30 minutos, juntamos a esos periodistas con la productora. Van adónde tengan que ir, reúnen el material que necesiten, y, de vuelta en Nueva York, Left/Right empieza a montar el capítulo. Luego mi equipo de editores lo supervisa para asegurarse de que sea algo que tenga sentido dentro de The New York Times.

P. En el resultado final, ¿qué porcentaje es Times y qué porcentaje, trabajo externalizado?
R. Es difícil hablar de porcentajes. El reportero del Times nos da la idea, el acceso a las fuentes, y el enfoque. Lo es todo.

P. ¿Cómo dieron con el formato? La duración, por ejemplo, de 30 minutos, debe marcar mucho el tono y el contenido.
R. La televisión tradicional nos exigía encajar en una franja o bien de 30 minutos o bien de una hora. FX, la cadena de televisión por cable, nos compró la idea por lo que al final son 25 minutos más anuncios. Luego en la práctica hay historias demasiado grandes y complicadas para despacharlas en media hora. FX nos permite extendernos a una hora. Podemos cambiar el formato si no nos sirve.

P. Es interesante que, en plena transformación digital, el periódico acabe con una apuesta de televisión tradicional.
R. El equipo del Times que fue a Hollywood a vender el proyecto decidió que lo mejor era la combinación FX y Hulu. FX está en 90 millones de hogares [por comparación, Hulu tiene 25 millones de suscriptores; Netflix, 60]. Luego Hulu nos permite estar en un servicio de streaming.

P. ¿Qué no les ha funcionado?
R. Recuerdo cuando, hablando de la influencia de Facebook en las elecciones de 2016, nos dijeron: “En Brasil es aún peor”. Aquella historia era fascinante pero fue complicado encajarlo todo en 25 minutos. Aquel capítulo quedó particularmente denso.

P. Una seña de identidad del programa son las imágenes del trabajo de los periodistas. ¿Sienten que la transparencia es una exigencia cada vez más ineludible para los periodistas?
R. Necesitábamos un recurso narrativo para que el espectador encontrase su guía en la historia. Tomamos la decisión de no tener presentador, queríamos que el protagonismo recayese en el periodista de The New York Times que mejor conociese la historia. Pero, de esta forma, el espectador puede desorientarse. Así que, por pura necesidad narrativa, dependemos de que el periodista guíe al público. Estás con él o ella cuando entrevista, cuando descubre algo, cuando revisa documentos. Pero al tener 25 minutos, debes tomar la decisión sobre cuánto reporterismo quieres incluir y al final es una dosis muy pequeña.

P. ¿Les gustaría incluir más?
R. Nos consta que hay gente a la que le fascina el proceso. Rukimini [Callimachi, la reportera del Times centrada en el extremismo islámico], que ha entrevistado a docenas de terroristas del ISIS, nos decía: “Pero si es solo una entrevista más”. Y no lo es. Es una oportunidad enorme para algunos lectores. Pero dicho esto, el programa no debería centrarse en procesos y técnicas periodísticas. Es sobre ISIS, inmigración o Trump, con toques de reporterismo.

P. ¿La presencia de la imagen dificulta la relación entre información y entretenimiento?
R. Para mí es igual que cuando redactaba. El objetivo es entregar la historia más interesante y llamativa posible, lo que no quiere decir que te inventes cosas o te tomes libertades con los hechos. No nos estamos alejando del periodismo. Hacemos lo mismo en otra plataforma.

https://elpais.com/cultura/2019/10/23/television/1571842508_816166.html

martes, 1 de enero de 2019

Periodismo de investigación y en defensa de la verdad

La verdad merece la pena.

Asegurar una entrevista más.
Verificación de hechos
Escuchando voces inauditas.
Fuente de triple selección.
Valiente intimidación.
Informes desde múltiples ángulos.
Asegurando que los números se suman
Haciendo las preguntas correctas
Yendo 1.000 millas extra
Siguiendo la historia completa.
Entendiendo el mundo

La verdad vale la pena.

 NYT
 Securing one more interwiew
Fact-checking claims
Listening to unheard voices.
Triple-vetting source.
Braving intimidation.
Reporting from multiple angles.
Ensuring the numbers add up
Asking the right questions
Going an extra 1,000 miles
 Following the full story.
Undestanding the world
The truth is worth it

martes, 12 de junio de 2018

Aumenta la inseguridad y la violencia contra profesionales. Los grandes desafíos del periodismo europeo

Sergio Ferrari
Rebelión

Asamblea anual de la Federación Europea de Periodistas
El periodismo europeo se confronta a su propia sobrevivencia. Desde el constante cambio tecnológico, hasta las cada vez más fuertes amenazas al servicio público, pasando por situaciones de inseguridad y violencia, todo influye directamente en el ejercicio de la profesión. Estas fueron las temáticas principales del debate animado por más de 70 representantes de 42 asociaciones y sindicatos de comunicación de 32 países del continente, del 4 al 6 de junio en Lisboa.

La asamblea anual de la Federación Europea de Periodistas (FEP) – que reúne 320 mil miembros afiliados pertenecientes a 71 asociaciones y sindicatos de 43 países- aprobó el miércoles 6 en la capital portuguesa una veintena de resoluciones.

Amenazas contra la profesión
Los temas tratados en Lisboa son un termómetro de la realidad de la profesión en Europa. Ratificar la importancia del audiovisual público, moción sostenida por una quincena de sindicatos de otros tantos países, apareció en un primer lugar.

Caracterizado por los promotores de la misma como “piedra angular de la democracia”, el servicio público sufre amenazas de distinta índole en numerosos países. Lo que explica el apoyo en bloque a esta resolución de parte de sindicatos de España, Italia, Austria, Irlanda, Alemania, Serbia, Austria, Noruega y Suiza, entre otros.

La violencia, cada vez más sistematizada, que afecta al libre ejercicio de la profesión en Europa, apareció como otro tema central. Agresiones en una amplia diversidad: desde las que soportan los periodistas deportivos, hasta las presiones recibidas por mucho redactores y analistas políticos. Incluyendo, también, censuras internas a redactores cuando pretenden tratar problemas referentes a los accionistas o propietarios del propio medio.

“Si bien dicha violencia no alcanza los niveles que sufren colegas en otros continentes, como Latinoamérica o África, aparece cada vez con más insistencia también en Europa”, subraya el periodista belga Philippe Leruth, actual presidente de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), organización que, con 600 mil miembros en 140 países, es la más importante del sector a nivel mundial.

La marcada desigualdad salarial entre hombres y mujeres periodistas; así como la precarización creciente de las condiciones laborales a nivel general que confronta el gremio en Europa, acapararon la reflexión de los delegados.

Un último estudio de la situación de la prensa en Portugal de 2016 –cuyos resultados siguen siendo procesados-, presentado en el cónclave de la FEP, reconoce que un tercio de la rama “gana salarios indignos”, de menos de 700 euros mensuales (el salario básico en el país es de 800 euros).

Casi el 80 % de los encuestados manifiestan su descontento con las condiciones de trabajo y el 90 % considera que el futuro del periodismo será cada vez “más precario e incierto”. Un tercio carece de un contrato laboral regulador.

La preocupante radiografía portuguesa no es única en el continente. La realidad en varios países balcánicos y del este europeo, expresan similitudes o aún más precariedad.

La precariedad atenta contra la libertad de prensa
Si uno de nuestros objetivos principales, en tanto que organizaciones internacionales de periodistas, es la defensa de la calidad de la información, “debemos estar conscientes que la precariedad de las condiciones de trabajo de las y los periodistas atenta directamente contra dicha calidad”, subrayó Philippe Leruth.

Un periodista que no sea pagado decentemente, no podrá hacer correctamente su trabajo, ni ofrecer una información de nivel, completa.

Me animaría a decir, continúa el especialista belga -que antes de ser presidente de la FIP fuera vicepresidente de la FEP durante nueve años- “que, si bien la defensa del audiovisual público es importante, debemos entender al periodista en sí mismo como un bien público”, considerando la trascendencia de su trabajo para la consolidación de la democracia.

Y ese ejercicio debe comenzar en las propias empresas, “para asegurar la democracia interna, exigiendo, por ejemplo, una representación, presencia y observación de los trabajadores y periodistas, en los órganos de decisión”. En particular, en esta etapa donde se da no solo una concentración creciente de los medios, sino que “grandes empresas, que en muchos casos no se dedican exclusivamente a la información, detienen buena parte de los mismos”.

La propia esencia del periodismo está en la mira, evalúa el presidente de la Federación Internacional de Periodistas. “No debemos olvidar que nuestra principal razón de ser es asegurar una información de calidad que el público esté de acuerdo en pagar”.

En un momento en que la información –en gran parte no profesional- abunda en los sitios web, llevado a la confusión entre la “verdadera información con la falsa, o no profesional”.

Si algo importante dejó como lección la votación suiza del 4 de marzo pasado contra la iniciativa reaccionaria No-Billag (que pretendía liquidar la radio y televisión como servicio público) fue justamente eso: “demostró que el pueblo helvético reconoce la calidad de su radio y televisión y está dispuesto a pagar para mantenerla”, subraya.

El valor supremo de la solidaridad
La reflexión final del presidente de la FIP toca un aspecto esencial del trabajo de las federaciones internacionales de periodistas, el de la solidaridad.

No podemos caer en la trampa, reflexiona, que, por confrontar problemas graves en la profesión en Europa, debemos reducir la solidaridad en el plano continental y mundial. Al contrario, enfatiza. “Si se especulara con dicha actitud, tanto Europa como los otros continentes, saldríamos todos perdiendo. Si desarmamos la solidaridad sería muy difícil saber a dónde vamos”, concluye.

Sergio Ferrari, en colaboración con swissinfo.ch y syndicom