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miércoles, 8 de septiembre de 2021

Izquierdas electrocutadas

Publicado en Público.es el 3 de septiembre de 2021

La subida constante y tan elevada del precio de la luz está pasando una factura extraordinaria a los hogares y empresas españoles pero también a los dos partidos que forman el gobierno de Pedro Sánchez.

Los medios de la derecha, lo que equivale a decir que casi todos, los tertulianos y algunos economistas y, por supuesto, los líderes del PP, Ciudadanos y Vox culpan al gobierno de Pedro Sánchez de las nuevas subidas y lo condenan por no ser capaz de evitarlas pero lo cierto es que, a corto plazo, con inmediatez, ningún gobierno podría lograr una reducción muy significativa del recibo de la luz en España, a tenor de cómo funciona nuestro sistema eléctrico y de la coyuntura en la que nos encontramos.

El precio de la luz en España comenzó a subir después de la Ley del Sector Eléctrico de 1997, aprobada con los votos de PP, CiU y PNV, y prácticamente no ha dejado de hacerlo desde entonces.

Mediante esa ley y con la reforma que años más tarde introdujo de nuevo el PP, se reguló un mercado eléctrico que inevitablemente iba a proporcionar precios caros y subidas puntuales muy elevadas en las malas coyunturas.

Se dijo que la ley pretendía «liberalizar» el mercado, hacerlo más competitivo y eficiente, para que los consumidores familiares o empresariales se beneficiaran de precios más bajos pero no fue eso lo que ocurrió.

1. En primer lugar, se consolidó un mercado muy imperfecto y no competitivo sino de oligopolios (unos pocos oferentes) con gran capacidad de control del mercado (como demuestran las multas impuestas a las empresas por manipularlo). 
2. En segundo lugar, se creó un sistema de fijación de la tarifa que, en resumidas cuentas, establece como un único precio de la luz suministrada por todas las fuente de energía (nuclear, gas, hidroeléctrica, eólica,….) el de la que más cara en cada momento. 
3. En tercer lugar, se incluían como componentes del precio de la luz una serie de primas o subvenciones por muy diversos conceptos que actuaban como rentas añadidas de los productores y comercializadores. 
4. En cuarto lugar, todo ello se hacía con una gran falta de transparencia, con una auténtica maraña de normas muy difíciles de seguir y entender por quien no sea especialista.

Las consecuencias de todo ellos han sido nefastas: desde precios artificialmente elevados a la pérdida de empresas públicas, pasando por la corrupción o por lo irracional que resulta que países con muchas menos horas de luz que España tengan mucha más energía solar en explotación que nosotros, después de la voladura del emergente sector de la energía renovable en el que fuimos líderes mundiales.

Ninguno de esos cambios se ha hecho por casualidad. Las grandes empresas eléctricas disponen de despachos específicamente encargados de influir en la redacción de las leyes y normas administrativas que regulan el sector y llevan a cabo su trabajo con extraordinaria eficacia. No en vano, el lobby eléctrico es uno de los más activos y poderosos de entre los muchos que despliegan su actividad en la Unión Europea.

Las subidas extraordinarias en el precio de la luz que se están produciendo ahora se inscriben en este contexto. Según el sistema establecido que he comentado, las empresas que generan electricidad a partir de distintas fuentes (renovables, nuclear y térmica) presentan cada día su oferta que va desde el precio más bajo al más caro. El primero suele ser normalmente el de las renovables y nucleares y el más caro el de las de ciclo combinado de gas, que han de pagar no solo la materia prima (gas) sino los derechos de generación de CO2.

Lo que está ocurriendo ahora mismo es que los mercados mundiales de gas están alterados y su precio se ha disparado, lo mismo que ha ocurrido con los costes de emisión de CO2.

A la vista de todo esto, cada vez más gente se pregunta qué se podría hacer para bajar el precio de la luz y la respuesta no es muy difícil de encontrar.

La tarifa eléctrica (el «precio de la luz») no se fija, como se quiere hacer creer, a través de un mercado libre que establece el precio del bien allí donde se cruzan demanda y oferta. El precio final que pagan los hogares y las empresas es realmente un precio administrado, el resultado de una regulación concreta, de una determinada voluntad del legislador que, como hemos visto, no responde a los costes que soportan las empresas, pues las «marginales», las que ofertan a precios más bajos, terminan vendiendo su electricidad muy por encima del coste. No es, en realidad, un precio sino una renta, porque es un ingreso que las empresas que soportan costes más bajos reciben por privilegio administrativo. Y es evidente que, si este beneficio extraordinario o «renta» se elimina de la factura, el precio final de la luz se reduce.

Otra posibilidad sería establecer precios fijos o máximos para alguna de las distintas fuentes de producción, sacándola de ese anterior sistema de fijación del precio. Así ocurre en Francia con la nuclear (precio fijo) o podría ocurrir si hubiera una empresa pública que no tuviera como objetivo la maximización del beneficio sino la mejor satisfacción posible del interés general.

Por otro lado, los beneficios «caídos del cielo» como consecuencia del sistema de fijación del precio que he explicado no son las únicas rentas que reciben algunas empresas productoras encareciendo así la factura final del consumo eléctrico. También hay otras muchas primas y subvenciones que se podrían eliminar o hacer que se asuman (si es que realmente son de interés general) por otras vías. Sería necesario poner en claro todo ello y tomar medidas al respecto. Nos llevaríamos muchas sorpresas pero se podría abaratar considerablemente el recibo de la luz (aunque también sería una medida de complicada puesta en marcha, sin afectar a derechos adquiridos).

Finalmente, también se pueden reducir los impuestos que graven, por diferentes conceptos, la producción, distribución y consumo de electricidad, o incentivar el consumo en aquellos momentos del día en que pueda ser posible obtener la energía eléctrica más barata.

¿Podría llevar a cabo un gobierno como el actual de coalición medidas como estas? Sí y no.

Sí, porque, como acabo de señalar, algunas se aplican ya en otros países y porque, de hecho, ya se están poniendo en marcha en el nuestro. El gobierno de Pedro Sánchez ha reducido el IVA y ha propuesto una facturación horaria que (aunque sea a trancas y barrancas y con escasa eficacia) puede reducir el precio que pagan los consumidores finales. Y en junio pasado aprobó otras dos medidas adicionales: un proyecto de ley para reducir una buena parte de esos beneficios extraordinarios caídos del cielo (que abarataría la factura entre un 1,5% y un 4,8%) y otro para crear el Fondo de Sostenibilidad Energética encaminado a sacar de la factura final los costes del régimen retributivo específico de las renovables, cogeneración de alta eficiencia y valorización energética de los residuos (13% de ahorro). Unidas Podemos, por su parte, ha propuesto la creación de una empresa pública, una medida perfectamente homologable a lo que hay en otros países de nuestro entorno y que podría tener efectos positivos sobre el precio de la luz, aunque a más largo plazo.

La medida de intervenir los precios por la vía de fijar una tarifa fija para la energía nuclear, como en Francia, o una máxima en la hidroeléctrica se podrían justificar igualmente, no solo por identificación con lo que ocurre fuera sino también por razones de emergencia o excepcionalidad, a tenor de la situación económica en la que encuentran nuestras empresas y hogares. Aunque no cabe pensar que pudiera ser aceptada sin presión ante las instituciones europeas donde las empresas eléctricas tienen una gran influencia.

Dicho esto, sin embargo, lo cierto es que sería muy difícil que medidas moderadas como estas que ya se toman en otros países y que simplemente tienen como objetivo eliminar privilegios y dotar al mercado eléctrico de más transparencia, eficiencia y utilidad públicas se pudieran tomar en España a corto plazo. Y la razón también es muy sencilla.

Lo que se dirime al regular el sector eléctrico es dónde van a ir las rentas que se generan de la producción, comercialización y consumo de ese bien esencial. Y ya hemos visto que si el recibo de la luz es tan elevado es porque en el mercado no predomina la competencia ni el interés general sino que está diseñado legalmente para que unas pocas empresas se apropien de miles de millones de euros de beneficios extraordinarios. Y un privilegio como ese solo se puede disfrutar si se dispone, como tienen los oligopolios eléctricos, de una red de influencia amplísima y muy poderosa que abarque el mundo de la política, los medios, los partidos, o incluso de la función pública y la judicatura.

Con la excusa de que la Unión Europea prohibía que existieran empresas públicas en el sector, en España se privatizaron eléctricas vendiéndolas a empresas pública de otros países. Y no pasó nada. Una eléctrica como Endesa ha estado durante años estafando a miles de hogares y empresas, cobrando por servicios que no prestaba o redondeando a su favor las facturas, ganando ilegalmente miles de millones de euros (Así roban las eléctricas y el gobierno a las familias españolas), y no ha pasado nada. En 2014, el Consejo de administración de esta misma empresa, dominado por la pública italiana Enel, aprobó vender a … Enel sus activos latinoamericanos por un valor de 8.252,9 millones de euros; unos activos que solo en los primeros nueve meses del año le habían proporcionado 47.028 millones de euros de ingresos. Y los beneficios de la venta no los reinvirtió sino que se dedicaron a pagar el dividendo más elevado de la historia de España, 14.600 millones de euros, de los cuales más de la mitad (7.422,54 millones) fueron a Enel. Y no pasó nada.

Sin embargo, cuando el actual gobierno pone sobre la mesa la posibilidad de tomar algunas medidas bastante moderadas y perfectamente homologables a las europeas para bajar el precio de la luz, sufre ataques sin cuartel.

Algunos pensarán que la responsabilidad de estos ataques y de que ahora parezca que no se pueda hacer nada para bajar el precio de la luz es de quienes dirigen el oligopolio, de unas empresas que carecen, como dejaba caer la ministra Teresa Ribera, de empatía y responsabilidad social y que tienen un inmenso poder social, político y mediático. No lo dudo pero creo que los partidos de izquierdas tienen también una buena parte de responsabilidad ante lo que está pasando con el recibo de la luz.

Les resultó fácil culpar a la derecha cuando subía los precios con gobiernos del PP pero no fueron capaces de diseñar y hacer públicas estrategias alternativas, ni de hacer pedagogía para ganarse el apoyo y la complicidad de las familias y las empresas. Ahora están comprobando que no basta con tener buenas intenciones cuando se ocupa el consejo de ministros y los despachos de la alta administración. Cuentan que en una ocasión, el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt discutía con unos sindicalistas que trataban sin éxito de convencerlo para que tomara unas medidas. Cuando pasó un buen rato, el presidente les dijo: «Tenéis razón, me habéis convencido. Lo que decís es lo que hay que hacer. Ahora salid a la calle y obligadme a hacerlo». Esa es la clave. Mientras no haya un auténtico clamor social en contra de las barbaridades y privilegios injustificados que hay detrás del recibo de la luz no será posible cambiarlo, por muy moderadas que sean las propuestas que se pongan sobre la mesa.

La izquierda que se limita a gestionar, por muy bien que lo haga, sin comunicar, sin organizar ni movilizar y sin ganarse la complicidad y el apoyo activo de una gran mayoría de la sociedad, es decir, sin lograr que las medidas que propone (como las que he comentado para bajar el precio de la luz) se perciban como de sentido común, termina electrocutada. 

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las incógnitas del recibo. La factura de la luz es indescifrable así como los mecanismos para fijar el precio de la electricidad. Estas son algunas claves para descifrarlo.

El recibo de la luz es una incógnita para casi todo el mundo. La única certeza es que no para de subir. Estas son algunas respuestas para comprender la factura de la luz complejo mercado eléctrico.

1. ¿Es la factura de la luz en España de las más caras de Europa? No es la más cara, pero sí que se encuentra entre las más caras y, sobre todo, es la que más ha subido en los últimos cinco años, muy por encima de la media europea. En los últimos cinco años ha subido más del 70%, si se incluye el aumento programado para enero, liderando el ránking de los países de la UE en los que más se ha encarecido y siendo el sexto país más caro de la Unión. En Alemania es más cara porque se pagan muchos más impuestos: el 46% de la tarifa doméstica corresponde al IVA y otros impuestos, como la tasa que abonan los ciudadanos para financiar las energías renovables. En España los impuestos suponen un 26% del total del recibo.

2. ¿Por qué ha subido tanto? La patronal eléctrica, Unesa, asegura que el grueso de la subida se debe a los costes del sistema debido a decisiones políticas, sobre todo las primas que absorben las energías renovables. Las organizaciones de consumidores discrepan y afirman que en España ha subido más el recibo que en otros países por las deficiencias del mercado y el proceso de formación de precios de la energía: sospechan que los precios mayoristas se elevan artificialmente por las compañías en los días previos a la subasta para conseguir una tarifa alta. Otro factor que ayuda a explicar porqué ha subido tanto el recibo es el mecanismo que rige el sistema de formación de precios en el mercado mayorista. Este retribuye a todos los generadores de energía por igual, independientemente de lo que les cuesta producirla, con lo que el precio final tiende a situarse en la banda alta.

3. ¿Qué porcentaje de mi factura depende de mi consumo y cuánto de otros factores? Las facturas del mercado libre se componen principalmente de dos términos: el fijo (término de potencia) que depende de la potencia que tenemos contratada y el variable (término de energía) que depende del consumo energético. En una de sus últimas medidas sobre la reforma eléctrica, el Gobierno anunció en verano que se aumentaba considerablemente el término fijo y reducido el variable, con lo que los expertos consideran que se desincentiva el ahorro energético, ya que la potencia contratada pesará mucho más que el consumo. Las organizaciones de consumidores aconsejan bajar la potencia contratada siempre que las necesidades lo permitan.

4. ¿Qué es el déficit de tarifa? Es la diferencia entre los que les cuesta a las eléctricas (o lo que dicen que les cuesta) producir la electricidad y lo que cobran a los usuarios en los recibos. Desde 2003, los consumidores han pagado ya 13.170 millones de euros de ese déficit, pero aun así le deben otros 26.000 millones a las eléctricas, según reconoce el Gobierno. Solo en 2013 se ha generado un déficit de 3.600 millones de euros.Amortizar esa deuda se lleva cerca del 9% de dinero del recibo medio. El Gobierno ha reformado el mercado eléctrico para evitar que siga creciendo este déficit, introduciendo entre otras cosas nuevos impuestos a las compañías.

5. ¿Ganan las compañías eléctricas españolas más que las compañías europeas? Pese a que las eléctricas españolas dicen que su negocio es ruinoso en España y que solo obtienen márgenes en el extranjero, lo cierto es que su nivel de beneficio estás entre los mayores de Europa. Iberdrola y Endesa fueron la segunda y la tercera eléctricas europeas que más beneficio obtuvieron en 2012, solo por detrás de la francesa EDF y por delante de grupos como GDF Suez, National Grid, E.ON o Enel, matriz de la empresa presidida por Borja Prado, según datos de la patronal Unesa. EDF lideró el 'ranking' europeo al ganar 3.557 millones de euros, frente a los 2.868 millones de beneficio neto de Iberdrola y los 2.771 millones de Endesa. GDF Suez y National Grid también superaron los 2.700 millones.

6. ¿Quién fija los precios de la electricidad? Aunque se supone que es un mercado liberalizado como el de las telecomunicaciones, a diferencia de las tarifas telefónicas, en el recibo de la luz hay una parte que fija el Gobierno y otra que depende de los precios de la energía. La parte regulada costea los llamados peajes eléctricos, costes como transporte, distribución, primas a las renovables y deuda eléctrica, y tiene un peso del 55% en el recibo final. La parte liberalizada, que pesa un 45% en el recibo, se fija de acuerdo a una subasta que tiene lugar cada trimestre y en el que pujan las compañías eléctricas y otros agentes del sector.

7. ¿Hay manipulación de precios?. La subasta eléctrica se basa en las expectativas de cómo evolucionará los precios mayoristas (pool) en el siguiente trimestre. Organizaciones de usuarios y grandes consumidores sospechan que esos precios mayoristas se elevan
Fuente: El País.

martes, 26 de noviembre de 2013

Las eléctricas cortaron la luz de 1,4 millones de viviendas en 2012. La subida de la factura y la caída del poder adquisitivo dispara los impagos

Las desconexiones de suministro se han duplicado desde 2006
Tregua eléctrica contra el frío
Alrededor de 1,4 millones de viviendas sufrieron un corte de luz por impago el año pasado en España, más del doble que antes de la crisis: en 2006 se registraron 600.000. El sector es reacio a ofrecer cifras globales, por lo que no se puede establecer una cantidad exacta, pero si se bucea en las memorias de Iberdrola y Endesa, las dos grandes compañías que acaparan el 80% del suministro y las únicas que tienen publicado el dato, se puede obtener una aproximación significativa. En 2012,  Iberdrola suspendió el suministro un total de 588.120 veces y Endesa lo hizo en 524.814 ocasiones (engloba Portugal, pero según la propia eléctrica en ese país tiene muy poco mercado y el porcentaje es irrelevante). Entre ambas realizaron 1.112.934 desconexiones, lo que supone una tasa en torno al 5% del total de sus clientes domésticos —unos 20 millones, según la Comisión Nacional de la Energía (CNE)—. Si extrapolamos este porcentaje a los otros seis millones que tienen contratado el servicio con otras operadoras, habría que sumar otras 300.000 desconexiones.

En total, en 2012 se produjeron alrededor de 1,4 millones de cortes de luz por falta de pago. Es raro que a una misma familia le ocurra dos veces en un mismo año, aseguran en Endesa, por lo que puede afirmarse que la mayoría de esos cortes se produjeron en viviendas distintas, aunque hay que tener en cuenta que en algunos casos se trata de segundas residencias y que también pueden estar incluidas pequeñas empresas con consumo doméstico.

Desde 2007 la factura eléctrica ha aumentado un 60% y la renta media de los hogares se ha reducido un 8,5%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La consecuencia es que las familias tienen cada vez más dificultades para pagar el recibo —un 9,2% lo hacen con retraso—, lo que se traduce en más cortes de suministro. Nunca antes la cifra había sido tan alta. El único dato anterior a la crisis corresponde a 2006, cuando la cifra total de desconexiones trascendió al ser incluida en un informe enviado por la CNE a la Comisión Europea: entonces se registraron unas 600.000, menos de la mitad que en 2012. De ahí hay que saltar hasta 2010, el primer año del que se conocen datos de Iberdrola y Endesa, para poder establecer otra comparación: entre ambas sumaron 933.760, casi 180.000 menos que las que acumularon el año pasado.

La escalada preocupa y ha puesto sobre la mesa el creciente problema de la pobreza energética,  pero de momento el Gobierno no ha adoptado medidas para atajarla. La semana pasada el PP rechazó cinco enmiendas al proyecto de reforma del sector eléctrico que proponían prohibir los cortes a las familias vulnerables durante el invierno, tal como ocurre desde hace varios años en Reino Unido y más recientemente en Francia. Solo la Junta de Andalucía ha dado un paso adelante, al anunciar que está preparando decreto para garantizar el servicio  a personas en riesgo de exclusión...
 Fuente: El País.

jueves, 2 de agosto de 2012

Física, los 10 experimentos más bellos.

Mecánica
2. Experimento de Galileo (1564-1642) sobre la caí­da de libre de los cuerpos *
6. El experimento de torsión de la barra de Cavendish (1731-1810) para calcular la constante, g, de gravitación universal
7. Medida de la circunferencia de la Tierra por Eratóstenes * (276-194 a. C.)
8. Experimento de Galileo con bolas rodantes sobre planos inclinados *
10. El péndulo de Foucault * (1819-1868) y el movimiento de la Tierra

Cuántica
1. Difracción de electrones mediante doble rendija
5. Experimento de Young (1773-1829) sobre el carácter ondulatorio de la luz, la interferencia de la luz *
9. El descubrimiento del núcleo atómico por Rutherford (1871-1937)

Óptica
4. Descomposición de la luz del Sol mediante un prisma por Newton * (1642-1727)



Electricidad y electromagnetismo
3. El experimento de la gota de aceite de Millikan (1868-1953) para calcular la unidad de carga eléctrica
(*) Los asteriscos indican aquellos experimentos relativamente fáciles de reproducir.

La noticia es esta:
 Astroseti ha publicado Los 10 experimentos de ciencia más bonitos, una traducción de Science’s 10 Most Beautiful Experiments, que a su vez se basa en el artí­culo de George Johnson Here They Are, Science’s 10 Most Beautiful Experiments, publicado en 2002 en el New York Times.
Los números indican el orden de clasificación que resultó de la encuesta.
El número 11 resultó el principio de Arquímedes,

 Esta selección fue realizada por Robert P. Crease, miembro del departamento de filosofí­a de la Stony Brook University e historiador del Brookhaven National Laboratory, a partir de una encuesta hecha entre fí­sicos, y se caracteriza por contener experimentos relativamente sencillos que en su momento revelaron cosas muy importantes. En España editado por edit. Crítica "El prisma y el péndulo. Los diez experimentos más bellos de la ciencia.".

Vídeo. Nuevo record mundial de surf en Nazaret, Portugal.

jueves, 30 de junio de 2011

El visionario que acertó

La autobiografía de Nikola Tesla retrata a un genio ensombrecido por Edison y erigido en icono de la cultura popular.

Pocas veces alguien con un sitio tan claro en las enciclopedias ha sido a la vez tan claramente un personaje de novela. Y de película, cómic y videojuego. Ese alguien es Nikola Tesla, un físico serbio nacido en Croacia en 1856 y emigrado a Estados Unidos que terminó prestando su apellido a la unidad de inducción magnética (el tesla), además de ser reconocido en todo el mundo como el hombre que consiguió domesticar la corriente alterna -a través del motor de inducción polifásico- y en su país de adopción como el inventor de la radio. Este último reconocimiento le llegó cuando el Tribunal Supremo decretó que Marconi se había basado para su trabajo en las patentes desarrolladas por Tesla.

El hecho de que la justicia dictara su fallo en 1943, cuando el científico serbocroata llevaba meses muerto, es solo un ejemplo de lo que el futuro destinaba a su figura. Pese a que sus inventos permitieron iluminar grandes ciudades, enviar la electricidad a miles de kilómetros por primera vez o construir la primera gran central hidroeléctrica del mundo -en las cataratas del Niágara-, su nombre ha quedado ensombrecido por el de Thomas Alva Edison, con el que Tesla llegó a colaborar. El encuentro y desencuentro entre ambos lo cuenta este último en Mis inventos, el texto autobiográfico que, junto al ensayo El problema de aumentar la energía humana, integra ahora el volumen Yo y la energía, traducido por Cristina Núñez Pereira, publicado por Turner y acompañado por una larga y apasionante introducción del periodista y escritor Miguel Ángel Delgado.

"En este volumen hay dos libros: el de Tesla y el de Miguel Ángel Delgado", dijo ayer en la sede madrileña del Círculo de Lectores José Manuel Sánchez Ron. El físico y miembro de la Real Academia Española abrió el acto enseñando un paquete comprado en unos grandes almacenes. Contenía la versión en muñeco de algunos de los grandes héroes de la ciencia y la técnica modernas. Allí entre, Darwin, Madame Curie o Einstein estaba Tesla. El propio Sánchez Ron reconoció que cuando lo vio en la tienda se preguntó: "¿Qué hace este aquí?". Era su manera de reconocer el lugar fronterizo de "un visionario que acertó", un genio que "lo tenía todo para no prosperar como hombre de empresa". Ese "todo" del que habla Sánchez Ron fueron un cuerpo, una personalidad y una inteligencia extremas: de dos metros de altura y políglota desatado -declaró haber estudiado 12 lenguas y llegó a manejarse en no menos de seis-, conjugaba su afán de notoriedad con una misantropía enfermiza que le llevó a mantenerse célibe durante toda su vida y que por momentos le impedía incluso dar la mano a la gente. Amén de rechazar el ofrecimiento de colaboración como ayudantes sin sueldo de futuros premios Nobel de Física. Eso, no obstante, no evitó que el gran mundo frecuentara su laboratorio neoyorquino: de la actriz Sarah Bernhardt a su gran amigo Mark Twain. Un hombre que ha fascinado a escritores como Paul Auster o Thomas Pynchon, que lo han convertido en personaje de sus novelas, o a cineastas como Jim Jarmusch o Christopher Nolan.

Convertido en icono pop, Tesla se ha asomado en los últimos años en cómics, discos, videojuegos y series de televisión, de House a Los Simpson. Ese es uno de los muchos Tesla. El otro es el de la leyenda que empezó a fraguarse el día que murió en la habitación 3327 del hotel New Yorker. El mito dice que el FBI habría recogido sus papeles, que, por supuesto, permanecen en secreto.

A Miguel Ángel Delgado no le hace gracia la teoría conspiranoica porque podría reducir a caricatura a uno de los grandes genios de la historia de la humanidad. Él prefiere subrayar que fue uno de los primeros en "preocuparse por cosas que preocupan mucho ahora, pero nada en su tiempo": la necesidad de explotar energías limpias e inagotables frente a la dependencia del petróleo, el peligro nuclear o la atención a la ecología. Y, por supuesto, "las posibilidades que ofrece la transmisión inalámbrica de electricidad". El futuro parece suyo; el presente, también. La historia, todavía no.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Grandes beneficios con poca inversión en tecnología. Energía renovable en chozas de África



KIPTUSURI, Kenya — For Sara Ruto, the desperate yearning for electricity began last year with the purchase of her first cellphone, a lifeline for receiving small money transfers, contacting relatives in the city or checking chicken prices at the nearest market.
Charging the phone was no simple matter in this farming village far from Kenya’s electric grid.
Every week, Ms. Ruto walked two miles to hire a motorcycle taxi for the three-hour ride to Mogotio, the nearest town with electricity. There, she dropped off her cellphone at a store that recharges phones for 30 cents. Yet the service was in such demand that she had to leave it behind for three full days before returning.
That wearying routine ended in February when the family sold some animals to buy a small Chinese-made solar power system for about $80. Now balanced precariously atop their tin roof, a lone solar panel provides enough electricity to charge the phone and run four bright overhead lights with switches.
“My main motivation was the phone, but this has changed so many other things,” Ms. Ruto said on a recent evening as she relaxed on a bench in the mud-walled shack she shares with her husband and six children.
As small-scale renewable energy becomes cheaper, more reliable and more efficient, it is providing the first drops of modern power to people who live far from slow-growing electricity grids and fuel pipelines in developing countries. Although dwarfed by the big renewable energy projects that many industrialized countries are embracing to rein in greenhouse gas emissions, these tiny systems are playing an epic, transformative role.
Since Ms. Ruto hooked up the system, her teenagers’ grades have improved because they have light for studying. The toddlers no longer risk burns from the smoky kerosene lamp. And each month, she saves $15 in kerosene and battery costs — and the $20 she used to spend on travel.
In fact, neighbors now pay her 20 cents to charge their phones, although that business may soon evaporate: 63 families in Kiptusuri have recently installed their own solar power systems.
...
KIPTUSURI, Kenia - Para Sara Ruto, el desesperado anhelo de la electricidad comenzó el año pasado con la compra de su primer teléfono celular, un salvavidas para la recepción de las pequeñas transferencias de dinero, contacto con familiares en la ciudad o control de los precios del pollo en el mercado más cercano.
Carga el teléfono no era cosa sencilla en este pueblo agrícola lejos de la red eléctrica de Kenia.
Cada semana, la Sra. Ruto caminó a dos millas al alquiler de una moto-taxi para el viaje de tres horas para Mogotio, la ciudad más cercana con la electricidad. Allí, dejó caer fuera de su teléfono celular en una tienda de teléfonos que se recarga por 30 centavos. Sin embargo, el servicio era de la demanda de tal manera que tuvo que dejarlo atrás durante tres días completos antes de regresar.
Esa rutina agotadora terminó en febrero, cuando la familia vendió algunos animales para comprar un pequeño sistema de energía solar fabricados en China por alrededor de $ 80. Ahora, en precario equilibrio sobre su techo de zinc, un panel solar en solitario proporciona electricidad suficiente para cargar el teléfono y ejecutar cuatro luces brillantes con los interruptores.
"Mi motivación principal fue el teléfono, pero esto ha cambiado tantas otras cosas," dijo la Sra. Ruto en una tarde reciente como se relajó en un banco en la choza de paredes de barro que comparte con su esposo y sus seis hijos.
Como la energía renovable a pequeña escala se vuelve más barato, más confiable y más eficiente, que está proporcionando las primeras gotas del poder moderno a las personas que viven lejos de las redes eléctricas de crecimiento lento y las tuberías de combustible en los países en desarrollo. Aunque eclipsada por los grandes proyectos de energía renovable que muchos países industrializados están adoptando para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, estos sistemas pequeños están jugando una epopeya, el papel transformador.
Desde que la Sra. Ruto ha conectado el sistema, las calificaciones de sus adolescentes han mejorado, ya que disponen de luz para el estudio. Los niños pequeños no tienen el riesgo del humo que quema la lámpara de queroseno. Y cada mes, se ahorra $ 15 en costos de queroseno y de la batería - y los $ 20 que solía gastar en viajes.
De hecho, los vecinos ahora ya pagan sus 20 centavos para cargar sus teléfonos, a pesar de que el negocio pronto se evapora: 63 familias en Kiptusuri recientemente han instalado sus propios sistemas de energía solar.
Mas en el NYT. ELISABETH ROSENTHAL.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Con el agua de todos, el gran negocio privado

Las eléctricas pagan menos de 20 millones al Gobierno por el caudal de los ríos, con el que ganan 1.000 millones - Como en el caso de la nuclear, crece el debate para revisar su retribución
Los ríos son milagrosos. Se sabía que traían riqueza y belleza, pero lo que consiguen con ellos las eléctricas va mucho más allá. El Ministerio de Medio Ambiente ha recabado entre todas sus confederaciones hidrográficas los datos -dispersos y opacos- sobre cuánto le pagan las eléctricas por usar el agua para producir electricidad. El recuento da como resultado que por usar el agua, por ley un bien público y sin dueño, las eléctricas pagan entre 10 y 20 millones de euros al año al Gobierno, según fuentes del Ejecutivo. Con ese caudal producen electricidad que, a su vez, las eléctricas cobran al precio de mercado. De media, en los últimos años han conseguido alrededor de 1.000 millones anuales de beneficios con este sistema.
El Ministerio de Medio Ambiente considera que esta desproporción es excesiva y busca fórmulas para cobrar algo a las eléctricas. El secretario de Estado del Agua, Josep Puxeu, advierte: "Las empresas eléctricas no pueden seguir al margen del debate de la gestión del agua ni de los costes de esta". El sistema de fijación de precios de la electricidad es singular. Las empresas van ofertando la electricidad en función de la demanda de cada momento. Las eléctricas primero aportan la nuclear, que no puede variar su potencia, todas las renovables entran por ley y, si hay agua en los embalses, la hidráulica. Lo que falta se completa con carbón y gas, que son más caros, y al final todas cobran el precio más alto.
El resultado es que la hidroeléctrica -sin apenas costes y con presas construidas hace décadas- se cobra al precio del gas. Si el gas sube en los mercados internacionales, suben los beneficios de las presas. Los expertos bautizan este fenómeno como "beneficios caídos del cielo" (del inglés, windfall profits).
La Comisión Nacional de la Energía alertó del efecto perverso del sistema en 2008, pero solo la crisis, con la necesidad del Estado de recaudar más y de contener la desbocada tarifa eléctrica, ha abierto el melón de la regulación. Según la metodología de la CNE, el sector obtuvo 1.111 millones de beneficios extra en 2008 y 647 en 2009. La cantidad varía en función de la cantidad de lluvia y del precio del gas, que fija el del mercado. En los primeros ocho meses de este año, mucho más lluvioso, la cantidad ronda los 900 millones.
Medio Ambiente ha revisado los cánones de las presas sobre las que las eléctricas operan en forma de concesión. La inmensa mayoría son embalses construidos en los años cuarenta y cincuenta y con concesiones de hasta 75 años. "No pagan el agua. La cantidad que abonan de canon es mínima", resumen fuentes del Ejecutivo, que citan favores de los gobiernos franquistas hacia las eléctricas. La primera gran concesión que caducará lo hará en 2024, según estas fuentes.
La Secretaría de Estado de Agua ha estudiado fórmulas para recuperar concesiones, pero legalmente, según afirman las fuentes consultadas, es prácticamente imposible...
La patronal eléctrica, Unesa, discrepa radicalmente. Sostiene que las centrales hidroeléctricas "no se amortizan nunca". Da igual que fueran construidas hace décadas, da igual que el combustible -en este caso el agua- sea virtualmente gratuito y da igual que cobren el kilovatio al mismo precio que una central de gas recién construida y que importa desde Argelia el combustible. "Las centrales hidráulicas y nucleares no están amortizadas. De hecho, les queda más de un 40% de vida útil económicamente restante",... Leer más aquí.