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martes, 21 de noviembre de 2023

_- Henry Marsh: "Muchos de los que se oponen a la muerte asistida tienen enraizada la idea, bastante cruel, de que hay que sufrir al morir para ganarse el cielo"

Henry Marsh

_- Desde que tiene 12 años, el neurocirujano inglés Henry Marsh lleva un diario. Nunca pensó publicarlo y creía que se iba a convertir en un engorroso (aunque quizás interesante) legado para sus nietos. Hasta que alguien le aconsejó escribir un libro. Y todo cambió.

“Ante todo, no hagas daño”, publicado en 2014, fue traducido a casi 40 idiomas y vendió millones de ejemplares.

Su estilo directo, sencillo y sin embargo trufado de profundas reflexiones sobre su profesión y sobre la vida tocó un nervio profundo en sus lectores.

En 2017 publicó “Confesiones”, en la misma vena, y ahora se tradujo al español la tercera y última entrega de sus memorias, “Al final, asuntos de vida o muerte”, el cual es presentado en el HAY Festival de Arequipa, donde estará presente el autor.

Es, de alguna manera, su libro más íntimo y frágil, pero con su bisturí estilístico igual de afilado: cuenta cómo, después de algunos años de retiro, fue diagnosticado con un cáncer avanzado de próstata, el cual probablemente le provocará la muerte.


Cubierta del último libro de Henry Marsh


En el libro, usted reflexiona sobre la experiencia de pasar de ser un prestigioso doctor a paciente con una enfermedad grave. ¿Cuáles fue el cambio más grande?

Que tengo un tiempo limitado para vivir. Pueden ser años, pero todos nosotros, incluso cuando envejecemos, creemos que vamos a vivir para siempre.

Cuando te diagnostican con la que probablemente va a ser tu última enfermedad -como lo es cáncer de próstata- pues cambia las cosas un poco. La vida luce un poco más seria.

Usted escribe mucho sobre la figura del médico, la cual es muy poderosa para el paciente, casi un semidios. ¿Fue muy difícil pasar a ser un paciente después de haber sido un neurocirujano de renombre?

Fue difícil en el sentido de aceptar que yo estaba hecho de la misma carne y sangre que mis pacientes. Tan pronto como nos volvemos doctores tenemos que aprender, en cierta medida, a diferenciarnos de los pacientes.

Todos los médicos enfrentan este problema de encontrar un balance entre amabilidad y desprendimiento científico. Todos sabemos que los doctores se han vuelto muy fríos y alejados. Y los neurocirujanos somos a menudo acusados de eso.

Volverme un paciente, como tal, no me trajo ninguna sorpresa. Yo sabía que era humillante, degradante, intimidante... Lo sabía en parte porque mi hijo tuvo un tumor cerebral cuando era un bebé y sobrevivió, así que sabía lo que era enloquecer de ansiedad.

Pero lo sabía también por mis antecedentes académicos, yo me volví médico de manera tardía. Yo inicialmente estaba interesado en política y regímenes totalitarios. Y los hospitales y sus médicos son instituciones bastante totalitarias.

Ser médico también exige mucho a nivel personal. Mi padre era médico, cardiólogo, y lo pude ver de cerca

La responsabilidad es muy estresante si eres un persona bondadosa. Y la mayoría de los médicos lo son. La responsabilidad por la vida de otras personas es algo muy difícil. Todos cometemos errores y la neurocirugía es un área particularmente peligrosa.

Cuando empecé estaba lleno de ingenua excitación. Sabía que lo que hacía era muy riesgoso y peligroso, pero no sabía que no solo lo era para los pacientes sino también para mí. Porque es terrible cuando cometes un error y un paciente resulta afectado.

Pero yo también estaba profundamente enamorado de mi profesión y es algo que nunca me abandonó. Ya no ejerzo como doctor, pero enseño y doy conferencias y sigo pensando que es una profesión maravillosa.

Pero a veces es muy difícil encontrar un balances entre, como le dije, preocuparse y mantenerse alejado. O ser un individualista, como yo lo soy, y trabajar en equipo.

Porque hoy en día ser médico es sobre todo trabajar en equipo.

Usted dice en su libro que no recuerda sus triunfos sino sus fracasos.

No recuerdo para nada mis triunfos. Me sorprende genuinamente cuando me encuentro con alguno de mis antiguos pacientes y veo que están bien.

Pero eso es porque cuando una operación va bien, pues haz hecho bien tu trabajo y pasas a otra cosa. Pero cuando las cosas van mal, te dejan una herida.

Pero también dice que, como doctor, uno no podría hace su trabajo si fuera totalmente empático, si de alguna manera pudiera sentir todo lo que el paciente siente

Exacto, porque si sintieras como si fuera un miembro de tu familia, no podrías hacer tu trabajo. Tienes que estar emocionalmente alejado, pero no demasiado. Y es algo muy difícil.

Yo me especialicé en pacientes con tumores cerebrales, una condición que puede tomar muchos años en matarte. Me volví muy cercano de algunos de ellos, a veces llegando casi a ser amigos.

En mi primer libro cuento un caso en el que no debí haber operado de nuevo. Debí haber dejado morir a esa persona. Al operarla de nuevo solo hice que todo fuera peor.

Y los pacientes no quieren ver a sus doctores romper a llorar. Quieren que les importes, pero no en exceso. No quieres ver que el médico pierda el control.

Me impactó leer que, a pesar de que lo que más le entusiasmaba era operar y mientras más difícil mejor, después de retirarse no lo extraña para nada. Algo parecido ocurrió con mi papá. Se retiró a los 55 años después de una exitosa carrera y nunca más se interesó por la medicina. Se volvió agricultor

Sí, y me sorprende.

Tuve una vida muy ocupada. Por muchos años operaba cuatro días a la semana. Y creo que a medida que envejeces tu apetito por el riesgo -que es de lo que se tratan las cirugías: es como escalar montañas para altruistas- disminuye.

Lo que también paso es que, aunque creo en el sistema de salud nacional británico (NHS) -al que los estadounidenses consideran socialista-, se volvió terriblemente burocrático, algo que encuentro muy frustrante.

Entonces dejé de trabajar a tiempo completo a los 65 años. Pero todavía enseño y doy conferencias por todo el mundo.

Neurocirugía 
Neurocirugía

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY

Pie de foto,
Henry Marsh es un reconocido neurocirujano en Reino Unido, pionero en operaciones con anestesia local, en las que el paciente está consciente durante la cirugía.

En su libro usted menciona que sus primeros intereses fueron la filosofía y la política. Y eso es evidente en lo que escribe, usted habla de temas muy profundos…

De una manera muy simple…

Sí, pero son grandes preguntas sobre mente vs materia, consciente e inconsciente, muerte asistida... ¿Algún filosofo lo influyó en particular?

Yo estudié historia, filosofía y economía en la universidad.

En esa época, hace 50 años, todo era sobre análisis lingüístico y positivismo lógico, realmente aburrido. No enseñaban metafísica ni nada parecido.

Entonces terminé enfocado sobre todo en política y economía, en particular de Europa del Este y la Unión Soviética, lo que explica por qué años después me involucré con Ucrania.

El filósofo que más me influyó es Karl Popper. Mi padre me recomendó “La sociedad abierta y sus enemigos” cuando tenía 14 años. Fue un libro muy importante para mí.

También habla mucho sobre contar historias y la verdad es que usted es un gran narrador…

Sí, algunas personas me lo han dicho.

Desde muy niño me gustaban los cuentos de hadas, leí muchísimos libros. Mi madre era alemana y me leía los cuentos de los Hermanos Grimm. Y aún leo mucho.

Hay dos elementos clave para escribir bien : uno, someterse a la crítica, leerle tus cosas a otros y aceptar sus críticas. Y la otra es leer mucho.

¿Hay un escritor en particular que le guste?

He leído tanto que les he perdido la pista.

En términos de escritura autobiográfica hay un escritor inglés muy bueno, un poco olvidado ahora, llamado Norman Lewis, que tenía un estilo muy claro, preciso y agudo.

Ahora leo muy poca ficción, aunque leí mucha cuando era joven, en particular los grandes escritores rusos, y sobre todo a Tolstoi y Mijail Bulgakov.

En una entrevista usted dice que es muy emotivo

Sí, lo soy. Y es algo que he tenido que aprender a controlar.

Lo hace muy bien porque, por ejemplo, la manera como describe lo que va a ocurrir con sus cuerpo cuando su enfermedad avance es sorprendentemente fría y clínica…

Bueno, yo escribo para enfrentar mis sentimientos. Al explorarlos en mi escritura trato de controlarlos un poco.

Y también amo escribir. Me encanta el proceso creativo y el idioma inglés es un lenguaje maravillosamente flexible. Hay tantas palabras para definir algo que es ligeramente parecido pero no igual. Fue algo que destacó Borges.

¿Por qué decidió empezar a escribir?

Siempre lo he hecho. Escribo un diario desde que tengo 12 años. Nunca pensé escribir libros. Y cuando me preguntan por qué lo hago, digo la verdad: porque mi esposa me lo pidió.

Mi segunda esposa, Kate Fox, es una escritora y antropóloga social inglesa muy conocida.

Cuando nos conocimos le leí partes de mi diario y me dijo que debería convertirlo en un libro. Y lo hice, diez años después.

¿Le sorprendió el éxito de sus libros?

Sí, me sorprendió. Yo no sabía realmente lo que estaba haciendo. Los médicos han escrito sus memorias desde siempre, pero tienden a entrar en dos categorías:

Las que escriben los doctores jóvenes, que tienden a ser denuncias satíricas. Son médicos que, en última instancia, no llevan el peso de la responsabilidad por la vida de sus pacientes, porque siempre hay alguien por encima de ellos que la tiene.

Y las de médicos veteranos, a menudo después de que se retiran, que usualmente son memorias más “políticas”. Es un ejercicio en autojustificación, autopromoción y normalmente dejan por fuera los aspectos negativos de la profesión, que son los errores y los períodos de gran angustia.

Yo fui muy abierto en todo esto, porque era mi diario.

Mi primer libro fue traducido a 37 idiomas, en parte, creo, porque escribo bien y de manera simple, por lo que puede traducirse con facilidad, pero también hablar del cerebro es interesante y es inusual que un doctor sea tan penosamente honesto.

En el libro yo discuto algunos éxitos, pero es principalmente sobre riesgos y fracasos y lo que sentía al respecto, lo cual es más interesante. El éxito es aburrido.

Henry Marsh 
Henry Marsh
Pie de foto,
Marsh ya no ejerce como médico, pero da conferencia y clases por todo el mundo.

En el libro usted menciona las diferentes metáforas que a lo largo de la historia se han hecho sobre el cerebro, generalmente con los últimos avances científicos, como la hidráulica o la máquina de vapor. La última, por supuesto es con el computador. Desde que empezó su carrera hasta ahora, ¿qué ha cambiado en su conocimiento sobre el cerebro?

Entendemos tan poco sobre el cerebro. Mientras más sabemos sobre él, menos lo entendemos. Y mientras más lo estudiamos, más evidencia encontramos de lo complicado que es. No se parece ni remotamente a un computador.

Ahora sabemos que hay centenares de diferentes tipos de células nerviosas. Cuando yo era estudiante solo sabíamos de dos neurotransmisores, los químicos que se mueven entre las células. Ahora conocemos más de cien.

Tenemos que aceptar que el cerebro obedece a las leyes físicas, es un sistema físico. Y cuando ves pacientes con daños en la parte frontal, sufren de terribles cambios de personalidad. Es un sufrimiento moral causado por heridas físicas en el cerebro.

Si aceptamos que el cerebro tiene que obedecer las leyes de la física, lo interesante es que esas leyes no tienen nada que decir sobre cómo esa materia física produce sufrimiento, ansiedad e ideas.

Y creo que es una tontería pensar que la inteligencia artificial puede llegar a reemplazar todo eso.

Volviendo al tema principal de su libro, ¿haría algo de manera diferente como médico después de su experiencia como paciente?

No lo creo… aunque los doctores viejos siempre creemos que somos mejores de lo que realmente somos.

Lo que entendí cuando me convertí en un paciente es la enorme distancia que existe entre médicos y enfermos. Como doctor sólo ves una parte muy pequeña de lo que está viviendo el paciente.

Pero creo que de alguna manera lo sabía y me gusta creer que fui un médico amable y considerado. Lo que puedo decir es que cada noche iba a visitar mis pacientes, que siempre llamé a las familias tan pronto como la operación terminaba… Y la verdad es algo poco usual entre los doctores.

Si hubiera tenido este cáncer cuando aún practicaba la medicina, ¿habría hecho algo diferente? La verdad es que lo dudo, pero puedo estar equivocado.

Otro de los grandes temas que usted enfrenta en su libro es la muerte. ¿Ha esta experiencia cambiado sus ideas sobre ella?

Antes de enfermarme ya hacía campaña a favor de la muerte asistida. Y descubrir que tenía cáncer sólo ha reforzado mis ideas al respecto. Incluso países católicos como España y Francia la han adoptado o lo van a hacer, pero no Inglaterra.

Ahora es un tema de evidencias y pruebas. La pequeña minoría en Inglaterra que se opone -a la que escuchan los políticos- está compuesta sobre todo de médicos que dan cuidado paliativo.

Pero la evidencia muestra que en los muchos países en los que se aplica con salvaguardas legales, la gente no es obligada o presionada a matarse. Y no hay pruebas de que se haya abusado de esas leyes.

Creo que en Inglaterra va a pasar. Es como el matrimonio gay. ¿Destruyó la institución de la familia? No. Pero eso toma tiempo. Y obviamente la Iglesia católica y buena parte de la protestante se oponen.

Creo que tienen enraizada de manera muy profunda esa idea, bastante cruel, de que hay que sufrir al morir para ganarse el cielo.

Habla mucho de muerte, pero usted es una persona increíblemente activa…

Claro, quiero hacer el mejor uso del tiempo que me queda.

Henry Marsh Pie de foto,
Henry Marsh
Pie de foto,
El primer libro de Henry Marsh fue traducido a 37 idiomas.

Usted ha tenido una vida larga y plena. A estas alturas ¿hay algo que aún quiera conseguir?

No. No tengo una lista de cosas que me faltan por hacer (bucket list). He tenido una vida muy completa. He tenido mucha suerte. Obviamente no quiero morir -nadie lo quiere- pero hay que ser realista al respecto.

Quiero escribir un libro para niños como un regalo para mis nietas y pasar el mayor tiempo posible con ellas y con mi esposa.

Voy a continuar haciendo campañas en favor de Ucrania y de la muerte asistida y continuaré dando clases.

Esta entrevista forma parte de nuestro cubrimiento del Hay Festival de Arequipa, que se realiza en esa ciudad peruana del 9 al 12 de noviembre. 

martes, 18 de enero de 2022

Réquiem de John le Carré por un mundo acabado.

La novela póstuma del maestro de los libros de espionaje alberga un reguero de claves sobre su mirada decepcionada a la sociedad británica. “El país en el que creyó se estaba evaporando”, cuenta su hijo Nick.

Un caballero inglés que se deja caer por una nueva librería de pueblo y que entabla amistad con su dueño hasta el punto de sugerirle una comunidad en torno a los clásicos podría ser tan entrañable como parece, salvo —¡cuidado!— en una novela de John le Carré. El viejo maestro de las novelas de espionaje, fallecido de neumonía a los 89 años hace 13 meses, no nos abandonó a nuestra suerte sino que dejó sembradas sorpresas. Y la más importante de ellas sale ya a la luz: Proyecto Silverview (Planeta) es su obra póstuma, un auténtico réquiem por ese mundo británico que ha descarrilado. La novela guarda claves de su pensamiento decepcionado y de una concepción de la lealtad aferrada a los principios por encima de cualquier imposición. Como El Cid, Le Carré seguirá ganando guerras después de su muerte.

Una novela póstuma, último misterio de John le Carré
“Es un réquiem por el servicio de inteligencia tal y como él lo había descrito hasta entonces”, cuenta su hijo más joven, Nick Cornwell, por videoconferencia desde Londres. “En todas sus novelas siempre quedaba alguien íntegro como Smiley que hacía lo que había que hacer, capaz de llevar el Santo Grial y sacar el mundo adelante en medio de una catástrofe. Y en esta novela ya no queda nadie. Creo que mi padre encontró esa idea muy difícil cuando la escribió y que esa es una de las razones por las que la guardó”.

Tres años antes de morir, David Cornwell, al que todos conocemos como John le Carré (1931-2020), encargó a su hijo Nick que se hiciera cargo de sus obras si quedaba algo inacabado. Hay fragmentos, hay artículos o material que siguen en revisión, pero lo más completo y coherente que dejó sin publicar fue esta novela de 2014, guardada casi como ese luminoso Santo Grial que solo Smiley podría llevar a su altar. “Estuvo a punto de enviarla para su publicación cuando la terminó y por alguna razón la aparcó. A veces hablaba de retomarla, de trabajarla más, como cualquier escritor. Cuando fui a leerla yo temía que fuera mala pero me encontré que era perfecta: completa, reflexiva, corta como sus primeras obras, contenida, centrada en la hipocresía británica y muy próxima a Una verdad delicada, que es la perfecta destilación de su escritura”, cuenta el hijo. La edición ha sido mínima porque, como asegura su hijo, “él corrió la maratón y yo le di el empujoncito final para que cruzara la meta”. El resultado “es un clásico de Le Carré en todos los sentidos”.

¿Es por tanto un réquiem por Inglaterra?
—Cuando la escribió no era tanto un réquiem como esa música que suena en una película justo antes de que muera el personaje. En 2014 hubo unas elecciones en las que pasó lo contrario de lo esperado, luego vino el Brexit y ahí seguimos, en nuestra decadencia. Es un libro que observa y reconoce el momento en el que todo empieza a torcerse.

Los servicios de espionaje eran para John le Carré una metáfora de la propia sociedad británica, cuenta su hijo. Y el aroma a decepción que traza la novela desde la mirada de ese caballero que frecuenta la librería y que —sí, lo han adivinado— es un viejo espía será indeleble. “El fin de la verdad y la integridad en el servicio de inteligencia se convierte aquí en una acusación al Reino Unido”.

Los (buenos) espías de Proyecto Silverview han perdido la fe en su país y en el servicio de inteligencia; y el libro rezuma esa pelea habitual en Le Carré entre la lealtad a los principios, a los amigos y amores que lo han dado todo, frente a la lealtad a los funcionarios, a la burocracia, a las órdenes frías dictadas tantas veces por la conveniencia política y los intereses oscuros. Y ese sentimiento que plasmó Le Carré en 2014 en estas páginas solo fue creciendo y profundizándose en él al mismo ritmo en que el Reino Unido optó por el Brexit y la distancia del mundo. “El país en el que él creyó”, asegura Nick Cornwell, “se estaba evaporando”.

Y eso no significa que tuviera nostalgia de la Guerra Fría. Él la odiaba por todo lo que se hizo mal en la época que tan bien supo reflejar y, por el contrario, albergó grandes esperanzas en la oportunidad que se abrió a su término: aspiró entonces y creyó posible un futuro de libertad, a salvo de totalitarismos y de unilateralidad, de gran acercamiento a Europa y con soluciones para los más vulnerables, describe Cornwell con gran emoción en su tono. “Toda su escritura es sobre compasión, sobre comunidad. ¿Significa eso que perdió la fe? No lo sé, pero que se desaprovechara esa oportunidad disparó su ira e hizo su escritura más feroz”. De lo que tuvo nostalgia, lo que lamentó, es que el mundo no aprovechara esa oportunidad. “Él siempre miró al futuro, quería un futuro mejor en lugar de un pasado mejor”.

“No hemos cambiado el mundo”, reflexiona uno de los viejos espías que protagonizan Proyecto Silverview. “Creo que yo habría sido más útil en un club juvenil”.

Y ese derrotismo concentrado en el microcosmos de un pequeño pueblo en la costa británica que reúne todos los males del mundo, como describe su hijo, es el sabor que deja la novela en el paladar.

—¿Recibió el reconocimiento que sintió que merecía?
—No creo que ningún autor del mundo crea que le han reconocido como se merece. En el mundo anglosajón y sobre todo en Reino Unido fue interpretado como autor de thriller porque cometió la temeridad de vender libros. Pero solo tenía que viajar y verse fuera para ser acogido como escritor esencial, literario, único para reflejar la Guerra Fría y sus consecuencias.

El libro también es un libro sobre la muerte. La de Deborah, una de las protagonistas, es un retrato premonitorio de la de la propia esposa de John le Carré, fallecida de cáncer apenas dos meses después que él. Pero tras las reflexiones sobre la lucha, la ira y la fragilidad que desencadena la enfermedad se cierra el telón, se vuelve a abrir y llega lo más parecido a la inmortalidad. “Es imposible saber si él será eterno, pero mientras debatamos sobre Guerra Fría, el siglo XX y sus consecuencias en el siglo XXI habrá que hacer referencias a él porque capturó ese momento de una manera única”, asegura Nick. “Su habilidad para detectar historias que con el tiempo se convierten en titulares fue especial, así que concluyo que sí: él estará ahí para siempre”. Su gran legado, si por algo quisiera ser recordado Le Carré, dice, es por la compasión.

Cornwell, cuarto hijo del autor, afrontó las muertes de su padre (en diciembre por neumonía) y de su madre (en febrero por cáncer) en plenas restricciones por la pandemia y por ello no perdona al habitante de Downing Street: “Sí, soy uno de tantos que no pudimos hacer lo que hubiéramos querido haber hecho por nuestros padres en sus últimos días, mientras el primer ministro bebía vino en Downing Street. Por eso estoy enfadado con él”. El episodio de las fiestas de Boris Johnson mientras los ciudadanos sufrían bien podría ser otro capítulo de un libro de Le Carré, pero ese no lo veremos. A cambio, leeremos Proyecto Silverview.

El País. https://elpais.com/cultura/2022-01-13/requiem-de-john-le-carre-por-un-mundo-acabado.html

miércoles, 6 de mayo de 2020

El capitán Moore, héroe británico de la lucha contra el covid-19, celebra sus 100 años. El veterano de la Segunda Guerra Mundial logró recaudar 30 millones de libras dando 100 vueltas caminando por el patio de su casa.

El capitán Tom Moore ha cumplido este jueves 100 años. Aclamado como un héroe británico de la lucha contra la pandemia de covid-19, la semana pasada logró recaudar casi 30 millones de libras (34,5 millones de euros) con un modesto gesto: dar 100 vueltas caminando por el patio de su casa con la ayuda de su andador. Las imágenes de este señor bajito, encorvado, siempre bien vestido y a veces con las medallas militares colgadas en la solapa, dieron la vuelta al mundo y se volvieron virales en las redes sociales.

La hazaña de este hombre le valió la admiración de millones de británicos, entre ellos del primer ministro, Boris Johnson, que grabó un vídeo para felicitar en la distancia al capitán, que como regalo de cumpleaños ha recibido, además de una tarjeta de la reina Isabel II, el ascenso a “coronel honorario”.

En una entrevista para medios británicos, el ahora coronel dijo que “llegar a los 100 años es algo importante, pero llegar rodeado de tanto interés y una inmensa generosidad de la gente es muy abrumador”.

En su casa de la localidad inglesa de Marston Moretain, Moore ha recibido 140.000 tarjetas de cumpleaños. El responsable de Correos de esa localidad, Bill Chandi, admitió que han tenido más trabajo que en Navidad, ante la lluvia de tarjetas para Moore, al que calificó como "un modelo a seguir".

El veterano de la Segunda Guerra se ha vuelto todo un símbolo de esperanza y determinación en medio de la crisis de la covid-19 en el Reino Unido, donde el número de muertos por esta enfermedad ha llegado a superar ya los 26.000.

https://elpais.com/videos/2020-04-30/el-capitan-moore-heroe-britanico-de-la-lucha-contra-el-covid-19-celebra-sus-100-anos.html

sábado, 4 de enero de 2020

La bicicleta del embajador. A Hugh Elliot los libros le enseñaron que todo tiene sombras y luces. Y una burgalesa le hizo ver la generosidad.

A Hugh Elliott su abuelo le regaló una bicicleta. Con ella quiso conocer mundo, desde Londres, donde había estudiado español. Y puso rumbo a España. Limpió fondues en Suiza e hizo otros trabajos que le ayudaran a llegar, con su bicicleta, al Camino de Santiago. En 1984 todavía la vía santa estaba poco transitada.

La bicicleta con la que Hugh Elliott quiso llegar a Burgos, ante su primer coche.

Aún conserva, grasiento y negro, el librito que le explicaba cómo hacer ese trayecto. La historia de lo que pasó más tarde en Burgos es ahora muy conocida. Hugh se vio necesitado de alojamiento y una joven burgalesa lo alojó gratis en su casa. Ahora es embajador británico en España. Este diciembre recordó a su benefactora contando la anécdota en redes sociales. Sin embargo, ella, Lourdes Arnáiz, había muerto de una enfermedad neurodegenerativa. De esa historia quedan la melancolía de su desenlace y la gran repercusión en medios y entre los españoles, con centenares de mensajes cariñosos.

En 1984 Hugh apenas tenía dinero. En Londres cargó a tope su vehículo. Al fin la bici se rompió en mitad de la nada, bajo el calor de la meseta de León. Detrás de una puerta apareció un sordomudo que entendió sus señas y apareció con la llave inglesa más grande que él había visto jamás. Funcionó el remedio, pero él quiso cambiar el rumbo. Tomó trenes a otros lugares de Francia y le dejó a Renfe la tarea de devolverle en Burgos la bicicleta. Él estuvo cinco días sin bicicleta. Fue en ese tiempo cuando se produjo un favor que parecía un milagro. A él nunca se le fue de la cabeza la trascendencia de tal favor. Ella podía estar deseando que se fuera. Y hasta este diciembre esa contrariedad no estaba solo en su diario sino en su conciencia. Por eso quiso recordarla públicamente.

Hugh es hijo de padres que sabían idiomas. El padre era profesor de lenguas (y hablaba español, francés y catalán), y la madre, que murió hace unos años, hablaba francés y alemán y era trabajadora social con niños pequeños. Él estudió en Cambridge, enseñó inglés en Salamanca, donde aprendió el estupendo español que habla, conoció a su futura esposa Toñi, y prolongó su pasión española con la lectura de libros que, anotados desde la fecha a los asuntos, dominan su biblioteca. Es tan alto que ninguno de los libros se resiste a sus manos de ciclista. Las lecturas (El Cantar del Mío Cid, El Caballero de Olmedo…) le abrieron los ojos al mundo, a la gente y a los idiomas. En esas estanterías figuran, muy fatigados, como decía Borges, libros de García Márquez y Vargas Llosa, leídos en Salamanca cuando aún el boom no había empezado a arrumbarse entre nosotros.

García Márquez, por ejemplo, le enseñó que la realidad explica también lo imposible. La literatura, en fin, le señaló que todo tiene sombras y luces, que todo es gris; y eso, que todo es gris, es imposible que lo entiendan los políticos. Por eso, sin duda, es diplomático… y lector. Ahora vive en España como embajador, y no es lo mismo que ver este país como estudiante. A él le impactó la enseñanza que fue para él reconocer aquí ese valor humano, la generosidad, en el gesto de Lourdes. Esa generosidad es, seguramente, la razón del éxito de España como país. Hay un último libro que saca de su estantería. El lazarillo de Tormes. Un libro cortito que explica la naturaleza humana de una forma brutal. La lectura que más le enseña de España. Debía tener 16 años cuando lo compró. ¿Por qué conserva tantos libros viejos? “¡Es que los libros no se tiran!”. Ni los recuerdos.

https://elpais.com/cultura/2019/12/28/actualidad/1577524962_607994.html

miércoles, 11 de enero de 2017

Shakespeare el revolucionario

El bardo de Inglaterra veía a todo el mundo como un completo ser humano. Esto convierte a sus obras en excelentes: y lo convierte en un gran revolucionario.

Viendo una representación de El rey Lear en el Barbican Theatre de Londres, fui deslumbrado, no por primera vez, por la conciencia de pobreza y desigualdad de Shakespeare. Aunque su popularidad y pura brillantez durante su vida le mantuvieron a salvo de la Torre[1], tenía algo de revolucionario, de igualitario, mucho antes de que esa palabra o cualquiera de sus estridentes equivalentes políticos hubieran encontrado camino hacia nuestro vocabulario. Algunos pasajes, no solo de Lear sino también de otras obras, muestran pruebas de una fuerte conciencia social –en algunos momentos sin rodeos y en otros más sutilmente– a través del tratamiento y el moldeado del personaje.

En Lear, parte de la experiencia de aprendizaje impuesta al héroe epónimo, y también sobre Earld de Gloucester, es el reconocimiento de la injusticia económica y de sus propios fracasos para encararla durante sus largas carreras como poderosos miembros de la élite –uno monarca, el otro aristócrata–. Así, Gloucester, decidido a suicidarse, entrega su riqueza a su hijo Edgar, sobre quien cree que es un mendigo, con estas palabras:

“...y sobre los que superfluos gozan, 
colmados de todo hasta la hartura, 
y desatienden los preceptos y nada quieren ver, 
porque nada padecen, ¡dejen caer su justicia inexorable! 
¡Distribuyan cuanto les sobra, 
y así tendrá cada uno lo que basta!...”

Es una receta para la fiscalidad progresiva, para un sistema de subsidios generoso, para un Servicio Nacional de Salud, para lo que solía llamarse Estado del Bienestar.

El rey Lear, en el páramo en medio de una violenta tormenta, va más allá, mientras su repentino empobrecimiento material le hace tomar conciencia de la difícil situación de otros tan afligidos:

“…Pobres que padecen desnudez y hambre, dondequiera que se hallen, 
expuestos a los rigores de noches tan despiadadas, mal cobijados, mal comidos, 
mal cubiertos de sus andrajos, con mil troneras y ventanas ... 
¿Cómo pueden arrostrar los rigores de un tiempo semejante? 
¡Qué poco me acordé de ustedes! 
¡Provechosa medicina para el orgullo de los grandes! 
¡Padezcamos como los pobres padecen, 
y no dudaremos en cederles de nuestras superfluidades, 
y resplandecerá sobre la tierra la justicia del cielo!”

La reflexión de Lear sobre su propia falta de preocupación por los pobres  –“¡Qué poco me acordé de ustedes…!” no podría ser otra que una referencia contemporánea. Tras la Disolución de los Monasterios[2] y la aceleración de los cercamientos de tierras en la Inglaterra de los Tudor que dejó a mucha gente desempleada, el número de mendigos y vagabundos creció como setas. En 1594, el Alcalde Mayor de Londres estimaba el número de vagabundos en la ciudad en 12.000, mientras decenas de miles más vagaban por el campo ya sea como pícaros inteligentes como Autolico en Cuento de Invierno, o como harapientos vagabundos como Edgar aparenta ser en Lear.

Ambos habrían sido figuras familiares para una audiencia isabelina/jacobina. En conjunto, se estima que al menos un tercio de toda la población de la época de Shakespeare era pobre, incluyendo a aquellos que nominalmente tenían trabajo pero mal pagado.

Hoy, con un sinfín de refugiados de África y Oriente Medio presionando a las puertas de Europa, mientras sin techo, hambrientos y miserables crecen dentro de la ciudadela europea, el lamento de Lear y Gloucester contra la desigualdad parece tan espantosamente pertinente en nuestra propia época como indudablemente lo fue en la de Shakespeare.

¿Cómo llegó Shakespeare a escribir tales líneas? ¿De dónde la extraordinaria variedad de sus simpatías?

Sabemos que había leído el ensayo de Montaigne De los caníbales –de donde sacó el nombre de Calibán en La Tempestad. En el siglo dieciséis, el proceso de descubrimiento y conquista del Nuevo Mundo estaba en pleno desarrollo, y abundaban las historias sobre las extrañas criaturas que vivían allí. Aunque Shakespeare dibujó a Calibán como un salvaje, también entendió la indignación nativa ante el hecho de ver tomadas su tierra y su legado por un usurpador ‘colonial’:

“Esta isla es mía por mi madre Sycorax, y tú me la quitaste.”, le dice Calibán a Próspero.

En el mismo ensayo, Montaigne escribe sobre un encuentro con tres nativos de Brasil durante el cual los visitantes ofrecen una punzante reprimenda de la desigualdad que habían observado en Francia:

“…Se dieron cuenta como algunos hombres estaban repletos de todas las comodidades imaginables mientras otros, empobrecidos y hambrientos, estaban mendigando a sus puertas. Y ellos encontraron extraño que los pobres tolerasen esa injusticia y se preguntaron por qué no agarraban a los ricos por la garganta o prendían fuego a sus casas.”

Es un tema que Montaigne va a tratar en profundidad en un posterior ensayo –De la desigualdad que existe entre nosotros– en el que se pregunta por qué valoramos a la gente por su “envase y envoltorio… que simplemente esconden las características por las cuales podemos juzgar verdaderamente a alguien.” Aquí, en uno de los intercambios de Hamlet con Claudio, está una dramatización shakesperiana del mismo asunto:

“Hamlet: Un pescador puede usar como anzuelo un gusano ahíto de la carne de un rey y luego comerse el pescado que se comió a ese gusano.

Claudio: ¿Qué quieres decir con eso?

Hamlet: Nada, excepto mostrar como un rey puede acabar siendo parte de la mierda de un mendigo.”

La injusticia sociopolítica era, por lo tanto, nada extraño ni innovador en el pensamiento o la literatura europea del siglo XVI. Sin embargo, nuestro dramaturgo no escribía obras de teatro didácticas, ni construía a sus personajes como ilustraciones del bien o el mal, el comportamiento correcto o incorrecto, ni –como un académico me dijo– para inducir reacciones saludables en la audiencia vía catarsis o risas. Si lo hubiera hecho habría estado siguiendo una larga tradición en la que los personajes dramáticos tienen, primero y ante todo, una función simbólica o ilustrativa, es decir, que ellos representan una idea, o un conjunto de disposiciones o sentimientos que se espera la audiencia apruebe o rechace. Ese era el caso tanto del teatro romano como del medieval –las principales influencias de las obras de teatro isabelinas–. Ni siquiera Marlowe, entre los contemporáneos de Shakespeare, contravino este marco esquemático. Si examinamos el tratamiento del personaje que hace Marlowe en Tamburlaine, en El Judío de Malta o en Fausto, encontraremos que el papel simbólico de los protagonistas tiene prioridad sobre sus cualidades como individuos reconocibles –siendo seres humanos de carne y hueso–.

Lo que hizo Shakespeare fue revertir el procedimiento convencional construyendo del personaje al significado, de lo individual a lo universal. El equivalente filosófico sería el razonamiento inductivo en lugar del deductivo. Esta es la razón por la que sus personajes trabajan tan poderosamente sobre nuestra imaginación, por qué el Judío de Marlowe permanece como un estereotipo mientras el de Shakespeare (a pesar de los prejuicios de la época) está lleno de personalidad, mientras amamos a Fallstaff a pesar y debido a sus fallos tan humanos, por qué Hamlet se rompe la cabeza, se enfada y se frustra porque como nosotros es inseguro, por momentos apasionado, cruel, ingenioso, honesto, hipócrita –una mezcla completamente humana–. Conocemos a los personajes de Shakespeare en la calle, aquellos de sus predecesores en nuestras mentes. Las figuras escénicas de lo que podríamos denominar “complejidad humana” son la innovación shakesperiana. Solo en la poesía encontraremos precedentes obvios –por ejemplo en la maravillosa galería de retratos de Chaucer o en el verso Testamentos de François Villon– y también hay pistas quizás en la temprana ficción de la picaresca española como en el anónimo Lazarillo de Tormes. Pero Chaucer y Villon era únicamente accesibles a unos pocos selectos –aquellos que podían tanto leer como adquirir libros– mientras Shakespeare trabajaba en un medio universal de comunicación donde solo se necesitaban los oídos.

¿Por qué fue revolucionaria esta técnica “inductiva” más que meramente innovadora?
Creo que la respuesta está en el hecho de que, por primera vez, el individuo se convirtió en foco de atención pública y artística. El teatro shakesperiano trajo elementos previamente desesperados de la naturaleza humana y de la vida política y social al primer plano: la naturaleza quijotesca y la psicología de la motivación (Cervantes también pertenece a esto, por supuesto), la validez individual del hombre común, los derechos humanos del tipo que tanto Ariel como Calibán reclaman en La Tempestad, etc. Poco de esto se encontrará en otros dramaturgos del periodo.

En los siglos dieciocho y diecinueve, las obras de Shakespeare fueron criticadas por sus “excesos”, y se hicieron intentos para mejorarlas por parte de expertos que pensaban que sabían hacerlo mejor. ¿Cuáles eran las objeciones? Temas de debate de los bajos fondos (inapropiados para la sociedad educada), falta de gusto, lenguaje inapropiado –características que se podrían reconocer, actualmente, como más procedentes de EastEnders que de Yes Minister[3]. Editores y correctores intentaron extirpar precisamente aquellos rasgos que mostraban al ciudadano más común como equivalente moral del monarca más importante. Eran características incómodas. Cualquiera que vea la caída de Angelo (Medida por medida) o el ascenso de Bolingbroke (Ricardo II) sabe que no se debe confiar necesariamente en los altos y poderosos. Quizás que no se debe confiar del todo. Y aquí no estamos solo hablando de una codicia por el abuso de poder (un habitual tema isabelino) sino sobre un tipo de corrupción que trae a la Tierra la autoridad moral de los poderosos. Mucho más importante, sin embargo, es que el hombre común shakesperiano está tan lleno de humanidad como un monarca.

Shakespeare no era un panfletario aspirante a producir cambio político. Pero su visión de la gente era más revolucionaria que cualquier cosa que un panfletario podría lograr. Las convenciones de estilo de la escena isabelina aceptaban sin pensar los valores de clase como fijos (como hacía el teatro clásico francés). Shakespeare no; aunque su originalidad a este respecto quizás haya pasado algunas veces inadvertida porque parece tan natural. Puesto que las obras de teatro afrontan tan poderosamente las emociones y estados de conciencia humanos, podemos pasar fácilmente por alto las visiones socioeconómicas y políticas que, como el escenario, colorean su fondo.

Mi argumento entonces es que Shakespeare fue un revolucionario en la forma en que trató lo individual –y esto es precisamente por lo que fuerza a un lector o aficionado teatral atentos a reexaminar las bases de sus creencias, prejuicios y actitudes sociales. Pensase lo que pensase la Inglaterra isabelina sobre los judíos, por ejemplo, no puede evitarse el significado de las palabras de Shylock en El mercader de Venecia:

“Soy judío. ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no está nutrido de los mismos alimentos, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos?...”

El discurso era tranquila y firmemente revolucionario, y Shakespeare lo debe haber sabido de sobra. Revolucionario no porque el autor quisiese cambiar actitudes contemporáneas sobre los judíos –eso habría sido una falacia cruelmente anacrónica– sino porque nadie en Shakespeare es “simplemente” algo, ni un judío, ni un campesino, ni un soldado, ni un tabernero, ni una alcahueta ni un rey.

Esta gran idea –la de no ser “simplemente”– ha sido la base de mucho del cambio político que ha tenido lugar en Europa, Norteamérica y otras partes desde el siglo diecisiete. Reposa en el corazón de la democracia moderna, y forma un telón de fondo para movimientos políticos como el marxismo y el socialismo, que están fundados sobre ideales de igualdad y justicia distributiva.

Lo que Shakespeare ayudó a producir fue un cambio fundamental en la conciencia europea sobre la condición humana en el contexto social y político. Dudo de que esta fuera su intención; pero es una consecuencia de su trabajo –de su silenciosa persistencia en dar a sus personajes su propia cabeza y rechazar censurarles tanto a ellos como a su propia pluma–.

Notas:
[1] El autor se refiere a la Torre de Londres, símbolo de la opresión del poder estatal en la antigua Inglaterra. (N. del T.)
[2] Proceso de confiscación de las propiedades de la Iglesia Católica en Inglaterra desarrollado entre 1536 y 1540, durante el reinado de Enrique VIII. (N. del T.)
[3] EastEnders es una serie televisiva de la BBC sobre la vida diaria de gente corriente de un barrio obrero de Londres, mientras Yes Minister es una comedia satírica cuyos protagonistas son altos cargos gubernamentales, también emitida por la cadena pública británica. (N. del T.)

Jeremy Fox es escritor, periodista y consultor; y es cofundador y Presidente de la Junta Editorial de Democracia Abierta. (Open democracy)

Fuente: https://www.opendemocracy.net/uk/jeremy-fox/shakespeare-revolutionary?utm_source=Daily+Newsletter&utm_campaign=d93f6c5df3-DAILY_NEWSLETTER_MAILCHIMP&utm_medium=email&utm_term=0_717bc5d86d-d93f6c5df3-407381927
Traducción: Adrián Sánchez Castillo

http://www.sinpermiso.info/textos/shakespeare-el-revolucionario

Más. ESE IDIOTA DE SHAKESPEARE, por Javier Marías.

domingo, 24 de enero de 2016

Sonrisa del Destino

Susana Díaz se ha sometido a dos sesiones de investidura y a la tercera fue la vencida. Artur Mas no logró consagrar su candidatura en primera y segunda votación y antes de convocar elecciones se apartó para encumbrar a Carles Puigdemont, a quien Mariano Rajoy confesó, en la mañana del jueves 2, a través del Puigdemont impostor del programa El matí i la mare que el va parir, que estaba tramando algo o contemplaba varios escenarios:
-Esta semana está el Rey con las consultas, según cómo quede este asunto, porque claro, yo no sé cómo va a quedar este asunto, yo creo que el lunes 25 le puedo llamar y según cómo estemos, si hay investidura, si no la hay... ya fijamos una fecha. Yo tengo la agenda muy libre, con lo cual la podemos fijar [la entrevista que le está solicitando] en 24-48 horas.

La agenda muy libre ¡i tant!. ¡Y tanto!, que dirían los catalanes.
Rajoy le estaba dando una primicia a Carles Pérez, el falso Puigdemont. "Según como estemos, si hay investidura, si no la hay...", le confía el presidente del Gobierno en funciones.

Lo que para el rey Felipe era una hoja de ruta clara, que Rajoy debía ser el primero en intentar la investidura por ser la fuerza más votada, para Rajoy no lo era. O, al menos, no era la única.

La mente de Rajoy discurría así en paralelo a otros acontecimientos cuyo desarrollo afloraría el viernes 22.

El primero, por orden de aparición, sería la dimisión del subsecretario de Presidencia, Fernando Ramos, el conocido como número tres de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, por el primer escándalo en una empresa pública, Acuamed, después de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, anunciara, como primera reacción del Gobierno, una auditoría de la gestión, el 20 de enero. De pedir una auditoría, algo que evoca aquellas auditorías fallidas que anunció María Dolores de Cospedal tras la publicación de los papeles de Bárcenas en este periódico, a la renuncia de Ramos sugiere que algo debió pasar en La Moncloa.

Y, cómo no, el segundo ha sido el intento de adueñarse anticipadamente del protagonismo de la investidura por parte de Pablo Iglesias con lo que he llamado la operación Sonrisa del Destino, tras la reunión con el Rey en Zarzuela, de continuidad y en línea con el impacto que ya consiguiera Podemos en la sesión de constitución del Parlamento, el pasado 13 de enero.

En passant, un tercer hecho del viernes 22 ha sido la imputación del Partido Popular como tal persona jurídica en calidad de investigado en la causa reabierta por orden de la Audiencia de Madrid sobre la destrucción de los discos duros de los ordenadores del ex tesorero del partido Luis Bárcenas, un caso en el que el juzgado de instrucción perdió misteriosamente el material que le había enviado el juez Pablo Ruz desde el juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

Golpe al parlamentarismo
Rajoy, pues, conforme a lo que, muy relajado y hasta con cierta marcha, ya confesaba al falso Puigdemont, tramaba no ser Susana Díaz o Artur Mas, esto es, no quería llegar a la sesión de investidura sabiendo que cosecharía el no.

Una sesión que iba a versar en gran parte, cómo no, sobre la corrupción del PP. No de la corrupción pasada sino de la corrupción viva, nueva, en tiempo real, con el caso Acuamed, y la imputación en el caso de los ordenadores.

Con el 44,6% de los votos y 186 escaños, Rajoy gobernó a golpe de decreto, contra el 55,4% de los votos, y ocupó todas las instituciones de poder de este país. Con el 28% y 123 escaños, quiere seguir haciendo lo mismo, esta vez contra el 72% de los votos. En el lenguaje y mensaje de Rajoy "la gente" lo que quiere es que gobierne Rajoy.

La "gente de este país" es... el 28% que le ha votado. Los demás, el 72%, pertenecen a categorías diversas. Débiles, separatistas, independentistas, rojos, populistas, bolivarianos, traidores a la Patria, agentes de gobiernos extranjeros financiados para destruir España.

Horas antes de decir que no se sometería a la investidura, Rajoy nos prometió por boca del vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, que haría una "propuesta generosa". El propietario del cortijo, evocación si se quiere de Los santos inocentes la novela de Miguel Delibes llevada a la gran pantalla por Mario Camús (escena), va a hacer una oferta "generosa".

Resumamos: si durante la X Legislatura Rajoy controla todos los resortes del poder y se coloca por encima del Parlamento y del control de los partidos, apoyándose cuando es menester en el Ministerio del Interior, en el comienzo de la XI acaba de dar un golpe al régimen parlamentario y una bofetada al rey Felipe, a su encargo para intentar formar gobierno.

¿Por qué?
Porque el encargo debe llevar a la persona en quien recae a intentarlo, a hacer las negociaciones, a formalizar "la oferta generosa", para someterse a la investidura. Como Susana. Como Artur.

Pero Rajoy juega al bonapartismo. Está por encima de las instituciones y de los partidos, como si siguiera con sus 44,6% y los 186 escaños. Y también se sigue sirviendo de los archivos del Ministerio del Interior y de la Policía, si es necesario, para mantener a raya a sus enemigos. Es él a quien "la gente" quiere.

Rajoy aprovecha la nueva incursión de Pablo Iglesias para mantenerse por encima. Con su verónica a la investidura, pretende colocar al PSOE en el centro de la crisis política poselectoral del 20 de diciembre. Si ya con 186 escaños gobernaba por encima del Parlamento, con 123 pretende más de lo mismo. Deserta, pues. De momento.

El espectáculo de Iglesias
Pedro Sánchez viaja a Lisboa el 7 de enero para dar la señal de lo que va a buscar después del previsible intento de Rajoy. Un gobierno a la portuguesa. ¿En qué consiste? En un gobierno apoyado por las formaciones de izquierda, el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, principalmente. El primer ministro socialista luso António Costa (en la imagen con el líder socialista) forma gobierno tras suscribir un pacto para terminar con la política de austeridad. Los citados partidos le apoyan sin entrar al gobierno monocolor.

Los resultados de las elecciones en España han supuesto un golpe muy duro para el bipartidismo del PP y del PSOE. Para el PP porque ya no puede asegurar su supervivencia en el poder (pasa con 7.215.752 de votos del 44,6 al 28,7% de los votos, de 186 a 123 escaños, y tiene en su mercado un competidor, Ciudadanos, con 3.500.541 el 13,9% y 40 escaños.

Para el PSOE porque no solo no ha logrado capitalizar el cuatrienio negro de la pauperización y la corrupción del PP en el gobierno sino que vuelve a caer y queda a 400.000 votos de su rival de izquierda. Podemos capitaliza las pérdidas de los socialistas, pero no al punto de superar al PSOE a la primera. Podemos y sus confluencias obtuvieron un 20,6% con 5.130.283 votos y 69 escaños, quedándose a 400.496 votos y 21 escaños del PSOE con sus 5.530.779 votos, el 22% y 90 escaños.

Con todo, Pablo Iglesias intenta arrebatar ahora a Pedro Sánchez, de cara a la investidura, el liderazgo de una salida a la portuguesa, el liderazgo que las urnas le han negado a la primera por algo más de 400.000 votos si se suman todas las confluencias (Podemos, En Comú Podem, Compromís-Podem-És el Moment y En Marea).

Eso es la operación Sonrisa del Destino, el mensaje con la que ningún partido con ánimo real de pacto se ofrecería a formar un gobierno de coalición, ideada por Iglesias y su equipo.
"Que [Sánchez] sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer", dijo Iglesias.
Alfred Hitchcock se inventó el Mcguffin, un truco cualquiera, irrelevante, para hacer avanzar el suspense de su narración cinematográfica. El ataque y desprecio de Sánchez al invocar la sonrisa del destino que le ha echado en cara Iglesias no es un Mcguffin para hacer avanzar la película sino una de las pistas que delata la insolvencia de la coartada. En línea, por otra parte, con la afirmación de Iglesias del 24 de diciembre pasado: "Si Sánchez no manda hablaré con Susana Díaz o con el Comité Federal..."

¿Cómo puede ser Iglesias vicepresidente de alguien al que le está perdonando la vida simplemente por estar ahí? ¿No le está tratando como al personaje de Being there (Estar ahí), Chance Gardiner, la novela de Kosinski?

Iglesias y Sánchez eran los invitados, el pasado jueves por la noche, del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en una cena en la Casa de Cantabria, Madrid, para celebrar el día de la región del día viernes. Ambos tenían audiencia con el rey Felipe al día siguiente, viernes. Sánchez sabía que iría Iglesias y este que Sánchez estaría allí. Sánchez acudió según lo convenido. Pero Iglesias no dio señales de vida. En su lugar asistió el general Julio Rodríguez, que mantiene una relación personal con el presidente de Cantabria.

Iglesias, pues, quería evitar todo contacto con Sánchez antes de detonar la operación Sonrisa del Destino.

El líder de Podemos, por tanto, organiza la operación como un mecanismo de relojería. Mientras Sánchez se entera por el rey Felipe de lo que Iglesias le acaba de proponer, el líder de Podemos comparece ante los medios de comunicación y anticipa la oferta. Pero, además, cuida todas las apariencias. Se presenta con su equipo de ministrables. Y él el primero. Se ofrece como vicepresidente.

Su programa supone, a grandes trazos, un retroceso en materia de exigencias. Se ha tenido que ajustar a la negativa sobre los cuatro grupos parlamentarios. Ya no plantea el referéndum vinculante para Cataluña. Sin embargo, consigue el impacto que desea al sorprender con su propuesta a Pedro Sánchez reunido con el monarca. Si Sánchez y el PSOE no quieren este gobierno de izquierdas que les ofrezco, viene a decir, que dejen gobernar al PP o que se convoquen nuevas elecciones.

Y en estas dos alternativas, razona, el PSOE se fractura. Para Iglesias al PSOE le quedaría elegir la opción de cómo prefiere morir: en un gobierno de coalición, dejando gobernar al PP (opción que Alfonso Guerra considera la más probable) o en nuevas elecciones a las que Podemos concurriría después de quitar, al ser rechazado el gobierno de coalición, la careta socialdemócrata al PSOE.

Sánchez y el PSOE en el centro
Mariano Rajoy coge la propuesta de Pablo Iglesias y la transforma en la pinza, aquella célebre operación de 1995, que más allá de las intenciones de unos y de otros, opera como un mecanismo de presión de Izquierda Unida, por un lado, y el PP por el otro, sobre el PSOE y el gobierno de Felipe González. Si en la crisis de 1993-1996, el Gobierno del PSOE se encuentra en el centro de la tormenta, ahora Rajoy pretende colocar al PSOE de la oposición en el centro de la crisis política.

Iglesias ha hecho su exhibición. Rajoy le ha seguido y se ha colocado por encima. Le toca, pues, jugar a Sánchez.

Si Rajoy ha dado un paso al costado, reservándose su momento, Sánchez dispone de cartas.

Rajoy ha dicho que quería la gran coalición. No ha sido capaz ya no de conseguirla. Ha confesado ser incapaz ni siquiera de intentarlo. Porque como ha dicho al falso Puigdemont contaba con mucho tiempo libre. Tiempo que no ha llenado con negociaciones sino con planes conspirativos.

Sánchez ha anunciado una ronda de contactos con varias fuerzas políticas. Tanto con Podemos como con Ciudadanos.

Tomemos solo para ilustrar la política del PP el caso de Ciudadanos.
Si tan partidario era Rajoy de boquilla a favor de un gobierno PP, Ciudadanos y PSOE, el líder del PP, confesada su incapacidad al punto de frustrar el encargo del rey Felipe, ¿no debería el PP abstenerse ante un gobierno minoritario del PSOE apoyado, llegado el caso y solo a efectos de hipótesis, por Ciudadanos? Sería lo que yo he llamado el pasado mes de septiembre la Pequeña Gran Coalición.

Y ¿con Podemos?
Si Podemos está dispuesto a formar un gobierno de izquierdas hay que discutir, como pasa con toda propuesta, incluso una lanzada de manera provocadora, las condiciones. Iglesias ha presentado su programa máximo. Una variable es el gobierno de coalición de izquierdas entre PSOE, Podemos e Izquierda Unida, con apoyos del PNV, por ejemplo. Pero no es la única. Un gobierno socialista apoyado en investidura y en programa sin coalición, a la portuguesa, es otra variante. Ciudadanos, ¿qué papel podría desempeñar si por ejemplo el programa a suscribir le satisface?

Y si la oportunidad de Sánchez no conduce a buen puerto, es decir, la formación de gobierno, vamos a una tercera fase. Rajoy aspira a que si se verifica el fracaso de Sánchez, le pongan el balón en la linea de penalti. Y se puede encontrar, si la procesión que él espera que vaya por dentro en el PSOE en realidad va dentro del PP, con una situación en la que él no satisface a su partido como candidato por su incapacidad de recabar apoyos ni... como nuevo cabeza de cartel electoral.

Han pasado algo más de un mes desde las elecciones del 20-D. La aceleración política es tal que parece una eternidad. Pero en apenas un mes se ha constituido el Parlamento, el rey Felipe ha concluido su primera ronda de contactos y el hombre al que se le ha confiado la tarea de formar gobierno ha declinado sin siquiera intentarlo.

Cabe recordar que José María Aznar consiguió, con 156 escaños, el acuerdo para formar gobierno en el día 54 desde las elecciones del 3 de marzo de 1996 y formalizó la investidura en el día 63.

Mientras, la política y la vida continúan. Los escándalos de corrupción no son cosas del pasado.
Y a Acuamed el primer escándalo en toda regla que protagoniza una empresa pública puede seguirle, quizá por lo del agua, otro no menos relevante en la empresa Canal de Isabel II, la empresa hidráulica de gestión pública dependiente de la Comunidad de Madrid, sobre la cual se desarrollan desde hace tiempo investigaciones sigilosas en relación a algunas de sus filiales.
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/31/actualidad/1338484360_581201.html
Fuente:
http://blogs.elpais.com/analitica/2016/01/susana-d%C3%ADaz-se-ha-sometido-a-dos-sesiones-de-investidura-y-a-la-tercera-fue-la-vencida-artur-mas-no-lo.html




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Páginas para aprender, practicar y mejorar tu inglés

Para aquellos que están cansados de aprender de manera monótona haciendo tareas gramaticales incomprensibles, Genial.guru hizo una lista de los mejores recursos de Internet que te ayudarán a aprender el idioma. Estos sitios convierten un proceso aburrido en una aventura emocionante. Escoge los que más te gusten. Recuerda, ser constante es la clave del éxito en el aprendizaje de un idioma.

Inglés desde cero

  • Duolingo — uno de los sitios más populares para aprender idiomas extranjeros partiendo de cero. El programa de cada curso se basa en la forma de un "árbol de los logros": para pasar al siguiente nivel, es necesaria cierta cantidad de puntos, que se obtienen respondiendo a las preguntas correctamente.

Redes sociales para los que aprenden idiomas

  • Interpals — amigos por correspondencia. Es una enorme comunidad internacional tipo Facebook o cualquier otra red social pero con el enfoque en aprender idiomas.
  • Englishbaby — una red social con lecciones del inglés. Aprender el idioma aquí es posible de varias maneras: puedes comunicarte con otros usuarios en el chat, en el foro o intercambiando mensajes privados, o resolver acertijos gramaticales y escuchar audio grabaciones.
  • Lang-8 — un sitio para practicar el lenguaje escrito para aquellos que ya dominaron el nivel básico. El usuario escribe un texto en el idioma que está aprendiendo, y después el texto aparece revisado y corregido por algún hablante nativo del mismo idioma.
  • Sharedtalk.com — una red social que te ayudará a aprender cualquier idioma extranjero. Especialmente es buena para aquellos que ya lo dominan parcialmente y quieren practicar.
  • Livemocha — ayúdale a alguien, y él te ayudará a ti. Los ejercicios que no pueden ser revisados por un sofware, son corrigidos por los hablantes nativos. Lo hacen no sólo por ser buenas personas sino para que alguien también les ayude con sus tareas.
  • Mylanguageexchange — una red social donde puedes escoger a un compañero ideal para aprender el idioma: indicas tu lengua materna, el país y la edad aproximada del compañero que quieras encontrar.
  • Italki — es una red que convierte a cualquier hablante nativo en un maestro del idioma. Te da la oportunidad de dar clases profesionales a los que deseen aprender: inscribes a tus estudiantes en una lista, haces un horario y los contactas a la hora acordada. Puedes utilizar este sitio como maestro o como un estudiante, tú eliges.
  • Busuu.com — una comunidad en línea para los que aprenden idiomas extranjeros. Cada miembro de la comunidad es a la vez un estudiante y un maestro que les ayuda a los demás a aprender su lengua materna.
  • Lingq — aquí encontrarás clases para ampliar tu vocabulario y tambíen unas lecciones temáticas. Con un costo extra puedes tener clases adicionales.

Canales de YouTube en inglés

  • Twominute English — te ofrece lecciones cortas que duran unos dos minutos, es muy sencillo y fácil. Puedes verlos camino a tu trabajo o a tu escuela, incluso en tu teléfono inteligente.
  • MinooAngloLink — bastantes lecciones de gramática útiles.
  • Dailydictation — inglés americano, te ofrecen escribir al dictado breves textos y luego trabajan con la pronunciación.
  • Duncaninchina — videos breves sobre cualquier cosa en inglés.
  • EnglishLessons4U — una nutrida selección de videos con temas diferentes.
  • Learn English with Ronnie — la mayoría de los videos están dedicados a la gramática. Todo se explica de manera divertida y agradable, con humor.
  • English with Jennifer — aquí encontrarás consejos acerca de cómo mejorar tu pronunciación, entender la gramática y mucho más. Es útil tanto para estudiantes como para maestros.
  • Rachel’s English — este canal será especialmente útil para aquellos que tienen dificultades con la pronunciación.
  • Anglo-Link — la variedad de material que te ofrece este espacio virtual es verdaderamente impresionante. La mayoría de las lecciones están dedicadas a la gramática.
  • EnglishClass101 — sobre las cosas sencillas en inglés. Para aquellos que entienden parcialmente las reglas gramaticales pero tienen problemas al momento de hablar.
  • BBC Learning English — una gran cantidad de videos sobre temas diferentes.
  • Learn English with Steve Ford — el autor de este canal es un maestro profesional con 20 años de experiencia. Tanto principiantes como estudiantes de nivel avanzado encontrarán material útil para ellos.
  • AlexESLvid’s Free English Lessons — es un canal popular con podcasts interesantes y actualizaciones diarias.
  • Learn English with Let’s Talk — buenas lecciones con temas diferentes, basadas en métodos contemporáneos del aprendizaje.
  • Engvid — una gran colección de lecciones que ofrecen los hablantes nativos.

Sitios interactivos

  • LearnEnglish — un sitio con mucho material para niveles diferentes, con formatos distintos: aquí encontrarás lecciones, videos y juegos, y también podrás comunicarte con otros usuarios.
  • Real-english.com — un espacio web bastante avanzado, con lecciones, artículos y videos. Antes de empezar a explorarlo, selecciona tu idioma en la página principal.
  • Eslpod.com — un buen recurso californiano. Su principal tarea es enseñar inglés como segundo idioma. Te ofrece la posibilidad de descargar y trabajar con un montón de podcasts con las impresiones y diccionarios .
  • Learn American English online — un gran recurso para el aprendizaje del inglés. Todo el material presentado se distribuye a través de los niveles. Paul de Estados Unidos en sus videos explica la gramática.
  • English-attack — un nuevo enfoque para el aprendizaje de este idioma. El método de enseñanza se basa en el uso de videos, fotos, juegos y conversaciones con los amigos para practicar el inglés diariamente.

El aprendizaje del idioma con la ayuda de películas y series de TV

  • Оroro.tv — películas y series de televisión con traductor incorporado. Es un hallazgo para los aficionados del cine que están aprendiendo inglés.
  • Film-english — aprende el idioma a través de películas cortas. La página tiene cintas diferentes: acerca de vacaciones en Barcelona, sobre problemas de agricultura británica, etc.

Practica tus habilidades de habla y comprensión auditiva

  • BBC English — estudiar el idioma moderno vivo a través de la BBC .
  • Elllo.org — aquí encontrarás podcasts de todo el mundo con una variedad de temas. El idioma vivo con muchas impresiones y explicaciones (todo en inglés). Puedes comparar la pronunciación de Canadá, Inglaterra, Australia, etc.
  • TuneintoEnglish — el sitio te ofrece sintonizarte con el inglés a través de la música. Aquí puedes escribir la letra de las canciones al dictado, cantar karaoke, encontrar ejercicios para las letras y adivinar a partir de diagramas diferentes de qué canción se trata.

Ampliar el vocabulario

  • FreeRice — te ayuda a aumentar tu vocabulario. También hay ejercicios y tests en diferentes temas gramaticales
  • Мemrise — en el transcurso del aprendizaje al usuario se le ofrece seleccionar una imagen o un meme para crear su imagen asociativa con una u otra palabra. Luego hay que realizar una serie de ejercicios de opción múltiple para que puedas entender la palabra aprendida al escucharla.
  • Babbel — es un vocabulario visual dividido en lecciones temáticas. El sistema ofrece aumentar el vocabulario en 3 formas a la vez: repitiendo las palabras del orador a la grabadora, anotándolas con ayuda de letras sugeridas y reproduciéndolas en un contexto apropiado.

Gramática y ortografía

  • Myspelling — es un excelente sitio para practicar la ortografía. Te ofrecen escuchar una palabra y escribirla luego.
  • Britishcouncil.org — es el sitio del British Council (Consejo Británico). Tiene tests, gramática, juegos y mucho más. Todo está en Inglés, por lo cual para los principiantes será bastante difícil navegar en el sitio pero en todo caso vale la pena intentarlo.
  • BBC — tiene videos para trabajar en la pronuciación y gramática.

Prepárate para los examenes

  • МanyThings — aquí con facilidad puedes prepararte para tus examenes del idioma. Tiene secciones para trabajar en la pronunciación (inglés británico y americano), expresiones idiomáticas, la jerga, etc.
  • ЕxamEnglish — es un verdadero tesoro para aquellos que tienen que prepararse para un examen internacional (IELTS, TOEFL, TOEIC, etc.).

Aplicaciones

  • HelloTalk — simplemente escoges el idioma que quieres aprender (hay más de 100 disponibles) y de inmediato conoces a algún hablante nativo de ese idioma.
  • ListeningDrill — es un programa que permite descargar videos desde TED.comy verlos subtitulados en dos idiomas a la vez.
  • Learn English by Listening — es un excelente curso para los principiantes en forma de audio-archivos y las transcripciones a ellos. Contiene 6 niveles de dificultad.

Más sitios interesantes

  • Polyglothub — es un blog en Inglés donde los usuarios comparten su experiencia en el aprendizaje.
  • Curso-ingles — inglés para todos: desde principiantes hasta estudiantes avanzados; ejercicios, vocabulario, gramática, etc.
  • Mansioningles — te ofrece lecciones, ejercicios y libros en inglés.
  • Inglesmundial — tiene lecciones para diferentes niveles, contiene vocabulario, ejercicios interactivos, reglas gramaticales, etc.

viernes, 2 de octubre de 2015

JEREMY CORBYN » 15 cosas que aprendimos en el discurso de Corbyn. Ideas de política exterior, economía, estrategia ciudadana y gustos literarios extraídos de la primera intervención del líder laborista.

Todos los ojos de la izquierda europea están puestos en el nuevo líder de la oposición británica, que promete una nueva forma de hacer política, "más honesta y más inclusiva". Jeremy Corbyn, el más izquierdista de cuantos contendían a liderar el Partido Laborista, se hizo con la victoria el pasado 12 de septiembre con un contundente 60% de los votos, pero cuenta con pocos apoyos entre los parlamentarios laboristas. Ayer martes realizó su primera intervención como líder en el Congreso anual del partido.

Estas son 15 ideas que se desprenden de un discurso que duró una hora:

1. Corbyn cree que el Partido Laborista no ha perdido, sino que ha ganado.

Como apunta Jonathan Freedland en The Guardian, durante la hora que duró el discurso de Jeremy Corbyn, el 7 de mayo desapareció de la historia y fue reemplazado por el 12 de septiembre. El Partido Laborista no fue el que cosechó hace cuatro meses su segunda derrota consecutiva, una de las más contundentes de su historia reciente, sino el que hace apenas dos semanas acometió una refundación sin precedentes al movilizar, en torno al propio Corbyn, a un sector de la ciudadanía tradicionalmente desencantado con la política. El líder recurrió a un símil futbolístico para ilustrar la, a su juicio, falta de tino de los columnistas al describir la nueva situación: “Si fueran periodistas deportivos escribiendo sobre un equipo de fútbol, dirían: ‘Han tenido un verano horrible. Tienen 160.000 nuevos seguidores. Han vendido todas las entradas. Los nuevos seguidores son jóvenes y optimistas. No sé cómo este club va a poder sobrevivir a una crisis así”. Lo cierto es que, en el discurso, apenas hubo espacio para reflexionar sobre los motivos que provocaron la derrota electoral en las pasadas elecciones generales.

2. El debate sobre la inmigración y la insistencia en su capacidad de gestionar la economía no están entre sus prioridades.

Los analistas coinciden en que la preocupación por los efectos, culturales y económicos, de la inmigración, así como la desconfianza en la capacidad del equipo de Miliband para gestionar la economía, fueron dos de los factores más importantes por los que una parte del electorado tradicional laborista se decantó por los tories o por el UKIP. Pero Corbyn no mencionó la inmigración, al margen de la crisis de los refugiados, a la que sí se refirió. Tampoco mencionó el déficit, más que de pasada. Y al contrario que en el caso de Miliband, a quien se le echaron encima el año pasado por olvidarse de mencionarlo en su discurso, lo de Corbyn no fue un despiste: directamente no estaba en sus papeles. Por lo que se escuchó en su discurso, su prioridad ahora son las 251.000 personas que votaron por él, más que los que los 11 millones de que votaron en mayo por Cameron.

3. Votará por permanecer en la Unión Europea, pero luchará por cambiarla.

Su posición en el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, que se celebrará antes del final de 2017, ha dado mucho que hablar desde su elección como líder. La ambigüedad que ha mostrado históricamente en el asunto fue criticada por amplios sectores de un partido que, en general, apoya con matices el estatu quo. Tanto que, en un intento por acallar las críticas, se vio obligado a declarar, poco después de su elección, que el partido apoyará la permanencia, sea cual sea el acuerdo al que llegue Cameron en sus negociaciones con el resto de Estados miembros. En su discurso de ayer no fue tan explícito. “No hay nada bueno en un primer ministro vagando por Europa intentando regatear los derechos que protegen a nuestros trabajadores”, dijo. “Como decidió nuestro Congreso ayer [por el lunes], nos opondremos a ello y defenderemos una Europa social, una Europa de unidad y solidaridad que defienda esos derechos”.

4. Primero cambiará la política, luego cambiará el país.

Corbyn habló casi más del medio que del fin. “He recibido un mandato enorme, un mandato para el cambio”, aseguró. “Lo primero y principal es que se trata de un voto para cambiar la manera en que hacemos política”. Con la ayuda de las redes sociales –“el centro de la comunicación en el futuro”- Corbyn quiere convertir al partido en un “movimiento” que funcione “en cada comunidad y en cada centro de trabajo, no solo en Westminster”.

5. Su relación con determinados medios no va a ser buena, y no le importa.

En su salto oficial del seno del partido al escenario de la política nacional, Corbyn dejó claro que cuenta con las críticas de la prensa y que está dispuesto a sobrellevarlas con humor. Lo demuestra el hecho de que dedicara las primeras líneas de su discurso a reírse de los ataques que ha recibido de los tabloides en los últimos meses, llevándolos al terreno de su nuevo estilo de liderazgo inclusivo y abierto al debate. “Noto que algunos periódicos han desarrollado un interés en mi persona”, dijo. "Según un titular, Jeremy Corbyn celebra la idea de que un asteroide barra de un plumazo la humanidad. Los asteroides son un tema bastante polémico y no es el tipo de asunto que quisiera descartar sin un debate en profundidad en el seno del partido”.

6. No es el mejor redactor de discursos de la historia, ni le adorna la virtud de la concisión.

Su discurso desafió las normas de cualquier manual de oratoria política moderna. Careció de una estructura sólida, de una narrativa atractiva y -prolongándose durante casi una hora- de concisión. Saltó de un tema a otro sin orden aparente ni ritmo. Los más optimistas lo ven como una expresión más de esa nueva forma de hacer política, más honesta, menos efectista. Pero lo peor fue que, como no tardaron en revelar los medios, recurrió al corta y pega: utilizó párrafos enteros de un texto remitido a su equipo hace dos semanas por el escritor y asesor político Richard Heller, que ya se lo había ofrecido antes, sin éxito, a Ed Miliband y a todos los líderes laboristas desde Neil Kinnock. Ojo, no se trata de plagio, ya que el propio autor reconoce que lo envió para que se utilizara en el discurso. Pero dio pie a un glorioso titular a toda página en el conservador Daily Telegraph: “Nueva política, viejo discurso”.

7. No tiene intención de ceder en su posición sobre el desarme nuclear.

El domingo, en el arranque del Congreso, Corbyn sufrió un revés al rechazar el partido someter a votación la posición oficial sobre la renovación del sistema de submarinos nucleares Trident. Se trata del único arsenal nuclear de Reino Unido, y el año próximo el Parlamento deberá pronunciarse sobre su renovación. Se trata de uno de los más espinosos debates en el seno del Partido Laborista, dividido acerca de la necesidad de que el país cuente con un sistema de disuasión nuclear. Corbyn, cuya militancia antinuclear es tan antigua como su carnet del partido, se opone frontalmente, al contrario que algunos miembros destacados de su equipo directo. Ayer insistió en que, en ese asunto, no está dispuesto a ceder: “He sido claro con mi postura sobre un asunto, y creo que me arropa el mandato de mi elección”, dijo. “No creo que gastar 100.000 millones de libras, una cuarta parte de nuestro presupuesto en Defensa, en una nueva generación de armas nucleares sea lo correcto”.

8. Se opone a una intervención en Siria, pero podría apoyarla si cuenta con el respaldo de la ONU.

Corbyn es un pacifista, pero no hasta el punto de renunciar sin matices a cualquier intervención militar. Todo indica que pronto David Cameron llevará al Parlamento su propuesta de extender la acción militar británica contra el Estado Islámico de Irak a Siria. Se trata de otro de los asuntos en que las fracturas en el partido, y en el propio Gobierno en la sombra, son más evidentes. De su discurso y del pronunciado por el portavoz de Exteriores, Hilary Benn, se puede deducir que pueden haber llegado a un compromiso de apoyar los bombardeos en Siria, solo si forma parte de un acuerdo de la ONU. “La respuesta a ese trágico y complejo conflicto no es simplemente arrojar más bombas”, advirtió Corbyn. “Reino Unido necesita un Ejército moderno para mantenernos seguros. Y para liderar misiones humanitarias y de pacificación, trabajando con y fortaleciendo las Naciones Unidas”. Por la noche, en una entrevista con Katherine Viner, directora de The Guardian, John McDonnell, portavoz de economía y principal aliado de Corbyn, optó por que se conceda a los diputados libertad de voto en este asunto. “No hemos llegado a una conclusión clara sobre Siria”, admitió. “Pero tengo que reconocer que en este asunto respeto a la gente que piensa diferente que yo, porque ir o no a la guerra es una decisión moralmente muy exigente”.

9. Va muy en serio con nacionalizar los ferrocarriles.

Horas antes de su discurso, el Congreso respaldó el compromiso de Corbyn de renacionalizar los ferrocarriles británicos. “Fue maravilloso ver cómo el Congreso aprobó nuestro plan de devolver las concesiones privadas a la titularidad pública a medida que vayan expirando”, dijo Corbyn desde el escenario. “La posición del laborismo ahora es conseguir esa red de ferrocarriles completamente integrada y pública que los británicos quieren y necesitan”. Se trata de una decisión que, en repetidas encuestas en los últimos años, comparte la mayoría de los votantes.

10. La crisis de la vivienda es prioritaria.

Lo dijo así de claro: “La política de vivienda es una prioridad absoluta”. “Puede que en ningún otra área el fracaso de los tories haya sido tan completo y dañino para la gente”, añadió, antes de señalar que en la pasada legislatura se construyeron medio millón de viviendas menos de las que se necesitaban. Su propuesta es un ambicioso programa de construcción de más de 100.000 viviendas sociales. Algo que, dijo, podría financiarse con lo que se ahorraría en ayudas al alquiler después de atacar “las rentas exorbitantes” que piden algunos caseros.

11. El viejo socialista conoce los problemas del nuevo mercado laboral.

Corbyn quiso dejar claro que no es un líder anclado en la realidad de las fábricas industriales, sino que comprende los cambios del mercado laboral. “He expresado algunas ideas sobre cómo debemos apoyar a los pequeñas empresas y a los autónomos”, explicó. “Eso es porque uno de cada siete personas en el mercado laboral trabaja para sí misma”. “Ganan menos que otros trabajadores y tienen menos seguridad”, dijo. Anunció que equipararían sus bajas de maternidad y paternidad a las de los trabajadores por cuenta ajena y que ha encargado que se estudien todas las maneras en que se puede ayudar a los autónomos.

12. La austeridad es cosa del pasado.

Siete años, el tiempo que lleva el país soportando las políticas de austeridad, es mucho tiempo en política. Ese es el argumento que utilizó Corbyn para transmitir su mensaje de que la contención en el gasto es cosa del pasado. “La austeridad de los tories es la receta desfasada y fallida del pasado”, aseguró. “Nos corresponde a nosotros, a los laboristas, aportar la alternativa. Cualquier economista dirá que, con los tipos de interés tan bajos, ahora es el momento de la inversión pública en infraestructuras”.

13. Sus preferencias literarias son las que cabría esperar.

El nuevo líder laborista citó a dos escritores en su discurso. La primera, la estadounidense Maya Angelou, poeta, novelista, ensayista y activista por los derechos humanos, que falleció en 2014. Luchó por los derechos de los negros y fue amiga de Martin Luther King y de Malcolm X. El segundo, el nigeriano Ben Okri (Minna, 1959), uno de los escritores vivos más importantes del continente africano. “No puedes controlar todos los eventos que te sucedan, pero puedes decidir que no te empequeñezcan”, citó de la primera. Del segundo, escogió esta frase: “La cosa más auténtica sobre nosotros es nuestra capacidad de crear, de sobreponernos, de perdurar, de transformar, de amar”.

14. La defensa de los derechos humanos debe ser la piedra angular de la política exterior.

El discurso de Corbyn incluyó más temas de política exterior que el que diera su predecesor, Ed Miliband, el año pasado. Entre ellos, una petición a David Cameron para que Reino Unido intervenga con el régimen de Arabia Saudí para salvar a Alí Mohammed al-Nimr, un activista pro democracia saudí condenado a muerte por decapitación y crucifixión por un delito que supuestamente cometió cuando tenía 17 años. “Debemos ser muy claros respecto a lo que defendemos en materia de derechos humanos”, concluyó Corbyn. No pidió disculpas en nombre del partido por la Guerra de Irak, como estaba previsto, pero sí la mencionó: “No ayudó a nuestra seguridad nacional cuando fuimos a la guerra con Irak desafiando a las Naciones Unidos y guiados por documentos falsos”.

15. Tiene cuatro años y medio para concretar sus políticas. ¿O no?

Corbyn quiso convertir las discrepancias que arrastra el partido en una fortaleza de su liderazgo. Todas las sensibilidades, dijo, tienen cabida en la “nueva política” que promete. “No creo que nadie ostente el monopolio de la sabiduría. Todos tenemos ideas y una visión de cómo las cosas pueden ser mejores. Quiero un debate abierto en nuestro partido y en nuestro movimiento. Escucharé a todo el mundo porque creo firmemente en que el liderazgo consiste en escuchar”. Quien viniera a Brighton buscando concreción en las posturas, tendrá que esperar. Este ha sido su discurso de presentación como líder, defienden algunos, y tiene por delante cuatro congresos más para concretar hasta las elecciones generales de 2020. Pero otros argumentan que, por mucho que el debate y la pluralidad sean la nueva tónica, el partido necesita aclarar sus posturas con urgencia en al menos dos asuntos -la decisión sobre bombardear Siria y la decisión sobre la renovación de Trident- y deberá tener listo un programa para un año 2016 con elecciones en dos plazas cruciales para el laborismo: la alcaldía de Londres y el Parlamento escocés.
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