martes, 21 de mayo de 2024

DESCLASIFCADOS DESPUÉS DE 50 AÑOS. Los papeles secretos de la diplomacia franquista sobre la revolución portuguesa.

Revolución de los Claveles
Soldados y civiles celebran el 25 de abril de 1974 la victoria del levantamiento militar que acabó con la dictadura de Marcelo Caetano y abriró el camino hacia la democracia en Portugal.

Documentos de 1974 desclasificados ahora muestran la resistencia de Franco a reconocer al Gobierno salido de la insurrección del 25 de abril y su preocupación por el regreso de don Juan de su exilio en Estoril

El pasado 23 de abril, dos días antes de cumplirse el 50º aniversario de la Revolución Portuguesa, el Consejo de Ministros aprobó la desclasificación de tres documentos secretos del Ministerio de Asuntos Exteriores que reflejan cómo el franquismo encajó la caída de Marcelo Caetano, dictador del país vecino y sucesor de Oliveira Salazar, el creador del llamado Estado Novo 41 años antes. Al contrario que la mayoría de los países occidentales, España carece de una ley que desclasifique automáticamente los documentos secretos cuando transcurren determinado número de años y sigue rigiéndose por la legislación franquista, que los mantiene ocultos para siempre, salvo que el Gobierno decida sacarlos a la luz.

Eso es lo que ha hecho el Ejecutivo con dos telegramas remitidos el 26 y el 28 de abril de 1974 por el Ministerio de Asuntos Exteriores a la Embajada de España en Lisboa; y con una nota enviada el 31 de mayo a dicho ministerio por la representación diplomática en Lisboa. Los papeles hasta ahora secretos, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, han sido ya entregados por el Gobierno español a su homólogo portugués como contribución al conocimiento del contexto histórico en el que se desarrolló la llamada Revolución de los Claveles. Su impacto fue profundo en España tanto por el temor que provocó entre los responsables del régimen franquista como por la esperanza que suscitó entre la oposición democrática.

De hecho, la dictadura encargó unos meses más tarde al Instituto de la Opinión Pública, precedente del actual Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que realizase un sondeo para “conocer la opinión de la población sobre los cambios políticos habidos en Portugal desde el 25 de abril de 1974″. La encuesta se realizó en octubre de 1974 entre 1.100 personas de Madrid y Barcelona. “La mayoría no tiene una actitud definida en un sentido o en otro; pero, de los que la tienen, el porcentaje que ve con simpatía [lo sucedido en el país vecino] es más alto que el que lo ve con antipatía (20% frente a 13%)”, señalaba el informe “de uso reservado” que no salió a la luz hasta el año pasado.
A la izquierda, nota del 31 de mayo de 1974. A la derecha, telegramas del 26 y 28 de abril. Los tres documentos secretos han sido desclasificados ahora, al cumplirse 50 años de la Revolución de los Claveles.
A la izquierda, nota del 31 de mayo de 1974. A la derecha, telegramas del 26 y 28 de abril. Los tres documentos secretos han sido desclasificados ahora, al cumplirse 50 años de la Revolución de los Claveles.

De los documentos desclasificados ahora, el primero es un telegrama, con la rúbrica de secreto, fechado el 26 de abril, solo un día después del levantamiento de los capitanes portugueses. En el mismo se instruye al encargado de Negocios español en Lisboa (máximo responsable de la Embajada en ausencia del embajador) sobre la respuesta que debía dar si “de forma pertinente y por persona responsable” se le pregunta si España reconoce a la Junta de Salvación Nacional, creada para tutelar la transición política y presidida por el general António de Spinola, que pasó a tener un papel protagonista tras recibir la rendición de Caetano la tarde del 25 de abril, pese a que no pertenecía al grupo de oficiales sublevados.

La contestación debía ser la siguiente: “El Gobierno español no tiene necesidad de hacer declaraciones de reconocimiento porque resulta implícito en la continuidad de las plenas relaciones diplomáticas entre países amigos”. Es decir, el Gobierno franquista no quería reconocer expresamente a las nuevas autoridades revolucionarias, pero tampoco estaba dispuesto a mover un dedo en apoyo de la dictadura del país vecino, que se había derrumbado como un castillo de naipes ante la insurrección militar y el masivo apoyo popular que recibió. El plan operativo del Movimiento rebelde incluía el cierre de la frontera con España durante el 25 de abril de 1974 para evitar un potencial envío de refuerzos de Franco a Salazar, apoyado en el Pacto Ibérico de No Agresión y Amistad que ambos dictadores habían firmado en 1939. Pero los temores de los capitanes de abril resultaron infundados y el régimen español optó por la cautela.

Aunque el telegrama fue “comunicado” al departamento de cifra del Ministerio de Asuntos Exteriores, encargado de encriptarlo y transmitirlo, por la Dirección General de Europa, al final del texto aparece la firma “Cortina”. El ministro español de Asuntos Exteriores en ese momento era el diplomático Pedro Cortina Mauri, padre de los conocidos empresarios Alfonso y Alberto Cortina y uno de los artífices del pacto tripartito por el que España cedió en 1975 el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, precisamente para evitar una guerra colonial como la que había causado la caída de la dictadura portuguesa, que durante 13 años combatió contra los independentistas de Mozambique, Angola y Guinea-Bissau.

El segundo telegrama, “cursado por orden telefónica del señor director general de Europa”, también está firmado por “Cortina” y , además de la palabra “Secreto”, incluye en su encabezamiento el rótulo de “Muy urgente”. El texto contiene instrucciones al encargado de Negocios en Lisboa para que acuse recibo de una “nota verbal” (comunicación escrita de carácter diplomático sin firma ni sello) de las nuevas autoridades portuguesas y, a primera hora de la mañana siguiente, entregue en el Ministerio luso de Negocios Extranjeros otra nota verbal con la respuesta del Gobierno franquista en los siguientes términos: “Se toma nota de la constitución [de la] Junta [de] Salvación Nacional presidida por Su Excelencia general António Spinola, con la que el Gobierno español seguirá manteniendo la continuidad de las plenas relaciones diplomáticas felizmente existentes entre los dos países”.

Con cuatro días de retraso, el régimen franquista se decidía así a dar el paso de reconocer formalmente al nuevo poder Ejecutivo salido de la revolución del 25 de abril. En el mismo telegrama, se instruía al encargado de Negocios español en Lisboa para que urgiera una “pronta contestación” de las autoridades portuguesas a una solicitud anterior del Ministerio de Exteriores español, pendiente del beneplácito de su homólogo, cuyo alcance y carácter no revela el texto.

El tercer documento desclasificado es una extensa nota que la Embajada de España en Lisboa remite a Madrid dando cuenta de unas declaraciones del conde de Barcelona, padre del futuro rey Juan Carlos, exiliado entonces en Estoril, a unos 25 kilómetros de Lisboa. “Cómo puedo yo abandonar Portugal, donde tantos años he vivido y tanto admiro, ahora que inició el camino de la democracia que siempre propugné para mi país”, son las palabras de Juan de Borbón que recoge el cable diplomático citando un artículo del Diario Popular, un vespertino lisboeta de la época.

Según la nota, estas palabras se las dijo el abuelo de Felipe VI a Joaquín Satrústegui, un político liberal y monárquico español que militó en la oposición antifranquista y sería elegido senador en las primeras elecciones democráticas. El documento, fechado el 31 de mayo de 1974, más de un mes después del triunfo de la revolución, califica a Satrústegui de “demócrata muy unido al conde de Barcelona y persona de mucho prestigio en los medios políticos del país vecino”, hasta el punto de que, durante su visita a Lisboa, habría sido recibido por Adelino da Palma Carlos, primer ministro del Gobierno provisional, y el dirigente socialista Mario Soares, entonces ministro de Asuntos Exteriores.

Según el documento desclasificado ahora, el conde de Barcelona hizo estas declaraciones ante Satrústegui, quien informó al periodista de Diario Popular, al que reveló también “la existencia de presiones por parte de algunos sectores políticos de España para que el conde de Barcelona abandone Portugal y regrese a su país o vaya a otra nación. Esos sectores”, agrega la nota, “invocan supuestos peligros para el conde de Barcelona en consecuencia de las transformaciones políticas acaecidas en Portugal el 25 de abril”.

Es en el último párrafo del cable donde el encargado de Negocios hace su propia aportación, más allá de lo que cuenta el diario portugués: “Se sabe por el contrario que el conde de Barcelona mantiene su idea de no abandonar Portugal, ahora más que nunca, habiendo enviado, dos días después del alzamiento de las Fuerzas Armadas, un telegrama de felicitación al general António de Spinola”. Aunque Spinola cayó en septiembre de 1974 y la revolución portuguesa se escoró hacia la izquierda, dejando de ser un modelo para los monárquicos españoles que aún soñaban con una restauración en la persona de don Juan, el conde de Barcelona siguió viviendo en Estoril y no regresó a España hasta después de ceder a su hijo Juan Carlos los derechos dinásticos, en 1977.

Empresarios antifascistas. Seguro que esos 15 patriotas, todos hombres, que se reunieron con Milei saldrán muy pronto en defensa de España y de su Gobierno legítimo

No se equivoquen por una foto. La de los 15 ejecutivos del oprobio. Ellos y ninguna de ellas, porque ¿alguna suscribiría con su presencia que otras sean encarceladas tres años por interrumpir su embarazo, como propone Javier Milei, quien las califica de “asesinas”?

Los 15 no pueden apoyar su desatino diplomático. Y saben que el torpe ministro que había atacado al visitante pidió disculpas. Seguro que esos patriotas, encabezados por Antonio Garamendi, altos cargos de Iberia, BBVA, Santander y Alonso Aznar Botella saldrán muy pronto en defensa de España y de su Gobierno legítimo.

Se distanciarán así de la improvisada envolvente a la que han sido sometidos: era un viaje privado y partidista y les han convertido en coartada oficial —al acudir a la reunión en la embajada de la república— para que el de la motosierra cargue el coste de su traslado en avión oficial al presupuesto, a los impuestos que, dice, “son un robo”. Y recomendarán no votar a la ultraderecha.

Podrán así mirar a la cara a la mayoría de sus colegas del Ibex que se quedaron en casa. Pues seguro que no admiran ni a Krupp ni a Thyssen ni a todos los que financiaron al monstruo y se enriquecieron con la esvástica. Claro que el dilema de un empresario entre la eventual pérdida de un mercado —incluso en un país ahora ultraliberal— y su fe democrática puede ser fuerte.

Pero lo tienen fácil. Basta que apoyen la campaña Defendemos los valores, de 30 grandes consorcios alemanes, con el Deutsche Bank y Siemens a la cabeza: se movilizan para denunciar a la ultraderecha como un peligro para la libre empresa, para su necesidad de trabajadores inmigrantes, para la democracia, la cohesión social y la prosperidad. Así resolvió en público ese dilema Roland Busch, el consejero delegado de Siemens: “Si cancelan pedidos como consecuencia de ello, así son las cosas, pero no creo que sea el caso”.

El programa de Milei atenta contra los valores —y los mandatos— de la Constitución española, al proclamar que “la justicia social es aberrante”; que la redistribución de la riqueza es un fraude (ha provocado ya una pérdida del poder adquisitivo salarial del 40%), y que cerrará el banco central. Y ni siquiera pidió audiencia al Rey por su visita, cuando Felipe VI acudió, cortés, a su toma de posesión. ¿Por qué no se calla?

lunes, 20 de mayo de 2024

Ayudar a que terminen los embarazos, pero no a que los nacidos vivan bien y sean felices: la extrema derecha.

El Parlamento de Andalucía acaba de aprobar, a propuesta del partido de extrema derecha Vox, una iniciativa para crear un servicio de protección a las mujeres para que estas puedan llevar a término su embarazo.

A mí me parece perfecto, pero choca que el fervor para proteger el nacimiento de nuevos seres humanos y a las mujeres que los traen al mundo desaparezca una vez que han nacido.

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y luego negarle ingresos garantizados a las que no tienen suficientes para criarlos?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y desentenderse, sin embargo, de las que se han visto obligadas a inmigrar, no por gusto, sino precisamente para sacar adelante a sus otros hijos o hijas, a sus madres, padres o madres?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y al mismo tiempo reclamar que se reduzca el dinero destinado a crear escuelas en donde puedan educarse todas las niñas y niños sin distinción, o a conceder becas a quienes no tienen dinero para pagarse sus estudios?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y al mismo tiempo restringir los presupuestos de la sanidad pública que permite disminuir la mortalidad infantil y mejorar la salud de millones niñas y niños?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y al mismo tiempo reducir los presupuestos de ayudas a las familias diciendo que son «ayuditas» para fomentar la vagancia?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y negarse a que haya salarios mínimos que está demostrado que disminuyen la pobreza y el empleo que no proporciona ingresos suficientes para cubrir siquiera las necesidades más básicas?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y oponerse a las políticas que buscan garantizar vivienda o alquileres más bajos a las madres sin ingresos de esos bebés cuyo nacimiento se alienta?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y luego despreciar, odiar, perseguir y condenar a las que no sean de nuestro color, etnia, procedencia, creencia religiosa o ideología?

¿Es lógico, sincero y coherente proteger a las madres que están embarazadas para que den a luz y luego condenar a la pobreza a las abuelas y abuelos de sus bebés acabando con las pensiones públicas?

Pura farsa y cinismo. Un teatro dramático y cruel para despistar y ayudar a que unos pocos se queden con todo.

«Recuperar la tradición antifascista negra significa recuperar lo mejor de la izquierda en EE.UU.»

Cuando la Cámara de Representantes de Estados Unidos formó su primer Comité de Actividades Antiamericanas, en mayo de 1938, su presidente, el demócrata tejano Martin Dies, identificó el comunismo y el fascismo como peligrosas amenazas extranjeras: “Doctrinas antiamericanas” que, decía, “sólo pueden combatirse desde un americanismo auténtico”. De hecho, la aterradora perspectiva de que el fascismo pueda “llegar a América”, que se ha invocado regularmente desde la década de 1920 hasta la actualidad, implica una premisa tranquilizadora, incluso halagadora: que el fascismo no es americano.

Es una noción reconfortante pero insostenible, como demuestra una serie de estudios recientes. El otoño pasado, el libro Fascism in America, editado por Gavriel Rosenfeld y Janet Ward, señalaba la tremenda fuerza y persistencia de las corrientes fascistas en la historia de Estados Unidos. Esta primavera, Jeanelle Hope y Bill Mullen echan leña al fuego con su libro The Black Antifascist Tradition: Fighting Back from Anti-Lynching to Abolition (Haymarket Books).

Hope y Mullen presentan tres argumentos centrales. En primer lugar, sostienen que las raíces del fascismo se remontan más allá de Hitler y Mussolini, no solo al colonialismo europeo sino a la opresión racial en Estados Unidos. No es casualidad que las leyes raciales nazis se inspiraran en las leyes de segregación norteamericanas conocidas como “Jim Crow”. En segundo lugar, sostienen que la anti-Blackness, la antinegritud, es un principio fundador y una característica persistente del fascismo en todas sus formas: “No hay fascismo en ninguna parte”, escriben, “que no contenga también una dimensión antinegra”. Por último, muestran que muchos de los primeros y más eficaces intentos de identificar y combatir el fascismo han sido realizados por las decenas de pensadores, activistas y organizaciones radicales –desde Ida B. Wells y Cedric Robinson hasta Angela Davis, el Congreso por los Derechos Civiles, el Partido de las Panteras Negras y Black Lives Matter– que juntos conforman algo que podríamos llamar una “tradición antifascista negra”. Se trata de una tradición en parte olvidada y a menudo malinterpretada, pero que, Mullen y Hope están convencidos, puede servir de poderosa inspiración a los activistas progresistas de hoy.

Jeanelle K. Hope, una académica activista de Oakland, California, enseña Estudios Afroamericanos en la Universidad Prairie View A&M. Bill V. Mullen, profesor emérito de Estudios Americanos en Purdue, es cofundador de la Red Antifascista Universitaria. Hablamos con ambos a principios de abril.

¿Para quién han escrito este libro?
Jeanelle K. Hope (JKH): Como intervención académica, es nuestra respuesta a una serie de nuevos estudios sobre el fascismo y el antifascismo. Hemos querido centrar el debate en la experiencia antifascista negra y la centralidad de la antinegritud en todas las formas de fascismo. Pero también lo hemos escrito para organizadores y activistas en busca de tácticas y estrategias.
La editorial, Haymarket Books, ha sido un gran socio en nuestro esfuerzo por llegar a esa gente.

Bill V. Mullen (BVM): También esperamos llegar a los estudiantes de todo el país, por eso incluimos un temario de curso en el libro. Algunos colegas ya nos han dicho que piensan utilizarlo en sus clases, lo cual es realmente gratificante.

Muchas leyes estatales recientes prohíben explícitamente a los profesores sugerir que la historia de Estados Unidos está íntimamente relacionada con ideologías y prácticas racistas. Ustedes van un paso más allá, argumentando que los orígenes mismos del fascismo se encuentran a este lado del Atlántico. ¿Qué le parece el hecho de que su libro pueda ser ilegal en algunos estados?

JKH: (Risas.) ¡Todavía no nos han notificado que estemos en ninguna lista de libros prohibidos! Si lo estuviéramos, sería un honor. Bromas aparte, sabíamos lo que hacíamos. Es decir, la tradición antifascista negra que esbozamos incluye todo un canon de escritores y pensadores cuyas obras ya han sido prohibidas en múltiples ocasiones. Desde nuestro punto de vista, que afortunadamente es compartido por muchos, hay algo fundamentalmente valioso en la lectura de libros prohibidos.

BVM: En nuestro epílogo, abordamos explícitamente la reciente guerra legislativa contra la libertad de expresión y la libertad académica en este país. Pero, como dijo Jeanelle, muchas de las personas sobre las que escribimos fueron encarceladas, perseguidas o incluidas en listas negras por sus ideas y su activismo, desde W.E.B. Du Bois y Paul Robeson hasta Claudia Jones y Assata Shakur. Algunos de los grandes héroes de la tradición antifascista negra han sido víctimas de la represión y la censura. En cierto sentido es irónico que, justo cuando muchos de nosotros intentamos recuperar sus voces, nos enfrentemos de nuevo a la censura. En todo caso, demuestra que sus ideas siguen siendo una amenaza para el Estado y la sociedad burguesa dominante.

¿Qué tiene el momento actual que hace que un libro como éste sea a la vez urgente y posible? Por un lado, ustedes parten del trabajo que se viene realizando desde finales de los ochenta y principios de los noventa; estoy pensando en Robin D.G. Kelley, por ejemplo. Pero, por otro, parece que ahora hay más espacio para recuperar a figuras radicales asociadas con el Partido Comunista de EE.UU., el movimiento anarquista y varias formas de lucha armada contra el Estado. ¿Se están disolviendo por fin los tabúes de la Guerra Fría que persistieron a principios de nuestro siglo?

BVM: Es una pregunta interesante. Nuestro libro es claramente una intervención posterior a 2016: Trump asustó a todo el mundo haciéndonos pensar que el fascismo podría estar en auge en este país. Tanto Jeanelle como yo tenemos antecedentes como organizadores antifascistas. Desde 2016, como cofundadora de la Red Antifascista del Campus, he estado recopilando recursos, tanto en línea como a través de proyectos como The US Antifascism Reader que compilé con Chris Vials. Pero tienes razón en que el trabajo de Robin Kelley ha sido muy importante. Nos ayudó a ver con nuevos ojos el papel del Partido Comunista, sin el cual la historia del antifascismo estadounidense, y del antifascismo negro, no puede escribirse. Su libro Hammer and Hoe, sobre los comunistas de Alabama durante la Gran Depresión, salió en 1990 e inspiró mi primer libro, que se centraba en la política cultural negra en Chicago entre 1935 y 1946, la época del Frente Popular contra el fascismo. Parte de ese libro trataba de la Campaña de la Doble Victoria, iniciada por la prensa negra y el diario Chicago Defender, que pretendía derrotar al fascismo, simultáneamente, en el extranjero y en este país. Jeanelle y yo volvemos a ese momento en nuestro libro, en el que lo identificamos como el primer movimiento antifascista negro de masas.

JKH: Empecé a pensar en el fascismo estadounidense y el antifascismo negro en la escuela de posgrado, alrededor de 2010, cuando empecé a investigar la solidaridad afroasiática en el área de la Bahía de San Francisco durante los años sesenta y setenta, con la participación del Black Panther Party, grupos asiático-americanos y otros radicales no negros. Me topaba una y otra vez con el Congreso del Frente Unido contra el Fascismo, que organizaron los Panteras Negras en Oakland, en 1969. En aquel momento, no sabía muy bien qué hacer con eso, pero el Antifascism Reader de Bill y Chris me ayudó a ver cómo el frente antifascista en ese entonces servía como herramienta de construcción de la solidaridad. En términos de nuestro libro actual, 2016 fue un momento clave, pero también lo fue 2020, cuando Black Lives Matter se levantó en protesta por los asesinatos de George Floyd, Breonna Taylor y otros. Lo que también ha sido crucial en términos más académicos es el trabajo sobre el afropesimismo realizado por gente como Frank B. Wilderson, Saidiya Hartman y Jared Sexton, que nos ha dado un lenguaje para hablar de la centralidad de la antinegritud en la historia nacional y global del fascismo.

Su libro no sólo rescata el archivo, sino que pretende darle un nuevo significado a través del concepto de tradición antifascista negra. Por ejemplo, toman la etiqueta de “antifascismo prematuro” que los veteranos estadounidenses de la Guerra Civil española adoptaron como insignia de honor, y la aplican a Ida B. Wells, la activista contra el linchamiento de principios de siglo, a la que identifican como una “antifascista negra prematura”.

BVM: En nuestro libro, como decíamos, sostenemos que el fascismo siempre incluye la antinegritud. Para nosotros, el punto clave, incluso remontándonos a gente como CLR James y George Padmore, era identificar la negritud como elemento central en el análisis discursivo del fascismo. Creíamos que era una tarea importante que no se había llevado a cabo de forma significativa. Para Frank Wilderson, es en Sudáfrica donde el apartheid se fundamenta en la antinegritud, desde donde viaja al discurso político de Estados Unidos. Nosotros, al escarbar en el archivo de la escritura antinegra, también localizamos las raíces del pensamiento y la escritura antifascistas negros.

La historia del antifascismo del siglo XX está marcada por las alianzas amplias –los Frentes Unidos o Populares–, pero también por las divisiones entre comunistas, socialistas, anarquistas y liberales, que a menudo se manifestaban en desacuerdos tácticos y estratégicos. En su libro cuentan que esto también fue cierto para la tradición antifascista negra. Por ejemplo, el Ejército Negro de Liberación (BLA), fundado en 1970, denunció cualquier tipo de “reformismo” como complicidad fascista. Pero lo que ustedes no hacen, me parece, es tomar posición en estas disputas. No evalúan realmente la eficacia de las tácticas propuestas a lo largo de los años. No queda claro para el lector, por ejemplo, si creen que la lucha armada era una táctica viable entonces o podría serlo hoy.

JKH: Es una observación acertada. No nos pronunciamos sobre la eficacia de las tácticas. Lo que intentamos en cambio es exponer toda la multitud de tácticas utilizadas, y subrayar la importancia de luchar contra el fascismo como un frente unido, pero en múltiples frentes. Ida B. Wells instó a la gente a aprovechar la prensa, coger su arma, recoger sus cosas y marcharse. Vemos cómo personas como William Patterson lucharon contra el fascismo a través de los tribunales. Nos fijamos en la movilización del frente cultural, incluyendo la poesía y los cómics. Hablamos de los Panteras Negras, de las zonas autónomas y la ayuda mutua y de la lucha llevada a cabo por los presos políticos en este país, hasta llegar a los secuestros de aviones por el Ejército Negro de Liberación. Eso sí, aunque no evaluamos qué tácticas resultaron más eficaces, tenemos claro que algunas, incluidas las más violentas, pueden haber sido más alienantes que otras. Para mí la clave es que hay, y debe haber, varias formas de luchar contra el fascismo. Al fin y al cabo, la derecha también se organiza de muchas maneras, desde Moms for Liberty hasta los Proud Boys.

BVM: Más que tomar partido, nuestro objetivo era replantear los términos de los debates. Cuando George Jackson estaba encarcelado, mantuvo una asidua correspondencia con Angela Davis, debatiendo con ella definiciones de fascismo. Jackson pensaba que incluso el reformismo capitalista era una forma de fascismo, lo que significaba que el fascismo ya estaba aquí. Davis no estaba de acuerdo, argumentando que Estados Unidos se encontraba, más bien, en un estado de fascismo incipiente. En retrospectiva, creo que ambos tenían una parte de la razón. Jackson y los Panteras formaban parte de lo que llamamos “abolicionismo de primera ola”. Los movimientos carcelarios de Folsom, San Quintín y Attica, que desembocaron en revueltas masivas, fueron producto de una interpretación particular del fascismo que procedía, en parte, de George Jackson. Pues bien, resulta que necesitábamos esas rebeliones carcelarias. Cualquiera que fuera su resultado inmediato, fueron un paso adelante político necesario para levantar lo que, en aquel momento, era un enorme espectro de opresión racista. Angela Davis continuó su trabajo y se convirtió en una importante teórica de la abolición de las prisiones, argumentando, como lo ha hecho hasta hoy, que el complejo industrial penitenciario, si no se controla, nos llevará por un oscuro camino hacia el fascismo en toda regla. Nuestro papel como autores de este libro, creo, no es tomar partido en estos debates, sino exponerlos y hablar de ellos.

JKH: Del mismo modo, el debate de los años setenta entre los Panteras Negras y el Ejército Negro de Liberación sobre la utilidad de la política electoral es útil para nosotros hoy, cuando el Partido Demócrata intenta convencernos de que la única forma de salvar al país del fascismo es votar a Joe Biden. Esa no puede ser la única táctica.

Ya que nos ha traído de vuelta al presente, Jeanelle, ¿puede compartir algunos de los proyectos antifascistas más interesantes o eficaces que conozca hoy en Estados Unidos?

JKH: Agradezco la oportunidad de destacar iniciativas que quizá no se identifiquen inmediatamente como antifascistas. Estoy muy inspirada y animada por la gente que trabaja en Stop Cop City en Atlanta, que intenta luchar contra la creación de un campo de pruebas para nuevas tácticas y armamento policiales en el mismo corazón de la ciudad. También me impresionan profundamente todos los que trabajan en ayuda mutua –programas de los que fueron pioneros los Panteras Negras–, proporcionando desde alimentos hasta fianzas, incluso aquí en Fort Worth, Tejas, donde Funky Town Fridge ha colocado frigoríficos que se convierten en espacios centralizados para donaciones de alimentos en comunidades históricamente negras y marrones. Y, por supuesto, las múltiples formas en que la gente ha estado pidiendo que Estados Unidos deje de financiar la guerra y el genocidio en curso en Gaza.

BVM: En nuestro último capítulo, que se llama Antifascismo Abolicionista, hablamos de algunos momentos antifascistas ocultos pero importantes en el movimiento Black Lives Matter. El Malcolm X Grassroots Movement, por ejemplo, o We Charge Genocide, que surgió en Chicago tras el tiroteo de Trayvon Martin y denunció la tortura de jóvenes negros por parte de la policía de Chicago. El grupo tomó su nombre de la petición de 1951 del Civil Right Congress, que, como explicamos en el libro, utilizó la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio de 1948 para denunciar el trato que recibían los negros en Estados Unidos. Estos jóvenes de Chicago también acudieron a las Naciones Unidas.

Ustedes han dicho que algunos de estos proyectos no se identificarían inmediatamente como antifascistas. Esto me lleva a mi pregunta final: tanto “fascismo” como “antifascismo” han sido durante mucho tiempo términos controvertidos aquí en Estados Unidos, quizás hasta tal punto que dividen más de lo que unen. La demonización generalizada de “Antifa” en los últimos años tampoco ha ayudado. Sin embargo, ustedes invocan ambos términos de forma prominente y sin pedir disculpas.

BVM: Sí, porque estamos intentando precisamente recuperar el término “antifascismo” y generalizarlo, ponerlo en la agenda política de todo el mundo. El término ha sido controvertido desde la Guerra Fría, cuando algunos de los voluntarios negros que lucharon contra el fascismo en España fueron obligados a testificar en Washington y se les pidió que denunciaran su propio antifascismo, a lo que se negaron. En este país, en otras palabras, el propio Estado ha atacado al antifascismo por su asociación con el Partido Comunista. Recuperar la tradición antifascista significa recuperar lo mejor de la historia de la izquierda norteamericana. Nos parece, además, que nuestro término “antifascismo negro” es teóricamente importante. Queremos que la gente lo utilice como palanca para su propio activismo. Creemos que la conversación y la lucha política no están completas sin una cierta comprensión de esos dos elementos: la antinegritud como elemento del fascismo y de la maravillosa e importante tradición del antifascismo negro.

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domingo, 19 de mayo de 2024

_- Gracias Milei por visitar España: le hemos visto el plumero a los libertarios

_- El viaje del presidente argentino, Javier Milei, a España es el mejor retrato posible para mostrar quién es realmente, qué forma tiene de hacer política y qué intereses defiende esa nueva legión de políticos y economistas que se consideran a sí mismos paladines de la libertad, garantes únicos de los derechos individuales y máximos defensores de la competencia y el capitalismo de libre empresa. Es de agradecer.

Milei viaja invitado por Vox, un partido de extrema derecha, defensor de dictaduras como la de Franco y que rechaza la Constitución, oponiéndose a bastantes de sus contenidos esenciales. Un partido que no lucha por la libertad pues persigue, desprecia e insulta a quien no tiene sus ideas y que considera enemigos a quienes tenemos principios y valores diferentes. Un partido que no acepta la democracia desde el momento en que declara ilegítimo al gobierno formado por sus adversarios tras elecciones libres y con suficiente mayoría parlamentaria. Y un partido que, en el terreno económico, defiende medidas que se ha demostrado hasta la saciedad que producen mayor concentración de la renta en los más ricos y pobreza, peor funcionamiento de las economías y más deuda y destrucción de empresas porque benefician a las grandes empresas y a los bancos y fondos de inversión que viven justamente de eso.

Prueba de ello es que, además de reunirse con la extrema derecha, Milei sólo lo haga además con grandes poderes económicos. No con los empresarios, como se ha dicho, no con pequeñas y medianas empresa, con la empresa familiar o representantes de autónomos o microempresas. Ni, por supuesto, con representantes de trabajadores.

Milei se ha retratado con este viaje a España: muestra sin disimulo cuál es su posición política y su relación con la democracia y las libertades, y señala también con la misma claridad para quién trabaja y los intereses que defiende. No el general sino el de las grandes empresas con quien se reúne y que hoy día representan la deriva del capitalismo hacia la ineficiencia y el despilfarro, la especulación y el rentismo.

Milei lo ha dejado claro: en política defiende el totalitarismo, y en economía el capitalismo de oligopolios y de amiguetes que ganan dinero gracias a su influencia y poder político. Por eso es muy de agradecer su visita.

Como decimos en mi tierra, gracias a esta visita de Milei, se les ha visto el plumero a los economistas y políticos libertarios y a las organizaciones y medios desde los que difunden sus ideas.


P. D. : Aunque he colgado esta página del catedrático Juan Torres López, después del comportamiento mostrado por Milei, tengo que declarar que no le puedo dar las gracias a ese personaje impresentable que ya ha insultado a varios presidentes y al Papa. Nombra a una terraplanista como secretaria en Ciencias... y dice consultar con su perro muerto para tomar decisiones, decisiones tomadas que empobrecen más a su pueblo y enriqueces más, a su costa, a los privilegiados. Es terrible que personajes así gobierne un país rico y poderoso, culto y humanitario. Espero y deseo que el pueblo argentino lo expulse del gobierno lo antes posible... Por el bien del pueblo argentino y de todos los pueblos del mundo. De personajes así no podemos esperar nada bueno...

"España pide que Milei se disculpe después de que el líder argentino llamara "corrupta" a la esposa del presidente del gobierno"

_- Entrevista a Françoise Vergès «La liberación de Palestina sería una verdadera sacudida para el mundo»

_- Fuentes: El Salto [Foto: Vergès durante un momento de la entrevista. David F. Sabadell]


La politóloga antirracista Françoise Vergès es una pensadora clave del feminismo decolonial. La autora francesa radiografía el momento de quiebre en el que se encuentra el relato del excepcionalismo occidental que abandera Israel, y analiza los movimientos que le plantan cara desde las acampadas o el Sur global.
 

 La politóloga francesa Françoise Vergès (París, 1952) ha centrado su trabajo en la historia de la esclavitud, la investigación postcolonial o los feminismos. Autora de No todas las feministas son blancas (La vorágine, 2021), Un feminismo descolonial (Traficantes de sueños, 2022), o La memoria encadenada: Cuestiones sobre la esclavitud, (Anthropos, 2010), Vergès visitó Madrid a mediados de mayo, donde dio una conferencia en el ciclo Desde el río hasta el mar. Solidaridad internacional con Palestina, celebrado en el Museo Reina Sofía.

Sobre Palestina y su centralidad en las luchas anticoloniales del pasado y el presente, Vergès conversó ampliamente con El Salto en esta entrevista, en la que ubica la lucha por una Palestina libre en el centro del análisis de un mundo en transformación, donde un viejo régimen se revuelve contra la pulsión de transformación que viene de la juventud, del pensamiento decolonial o de los Sures. Movimientos que pujan por un cambio que nos permita por fin “humanizar el mundo”.

Su conferencia en el Reina Sofía se llamaba “Palestina es la medida de lo que somos capaces de hacer para cambiar el mundo”. 
¿Podría desarrollar esta idea? 
El pensador italiano Franco Berardi “Bifo” escribía en un artículo en el Salto que estamos ante un ataque del sionismo como vanguardia de un sujeto blanco, colonial, supremacista, patriarcal. Y que lo que estamos presenciando es una ofensiva desesperada de este antiguo régimen. 

¿Puede ser que esto sea el principio del fin para este régimen?
Sí, algo se está moviendo, algo ha cambiado. Toda la palabrería sobre que Israel es la única democracia de Oriente Medio donde los gays pueden vivir libremente, donde hay elecciones libres, se está quedando por el camino. Y el hecho de que Israel es la vanguardia del mundo occidental imperialista blanco está cada vez más claro. Como hemos visto, Sudáfrica va ante la Corte Internacional de Justicia. 52 países van ante la Corte Internacional de Justicia, todos del Sur global. Hay manifestaciones por todas partes, acampadas de estudiantes por todo el mundo. Hoy, las cosas se han movido, se han movido mucho más que antes. Hay algo de esta ilusión al ver cómo este discurso sobre la única democracia en Oriente Medio está en proceso de colapso, como lo está la idea del excepcionalismo de Occidente.

Occidente sería excepcional en comparación con otras regiones del mundo porque sería portador de los principios más generosos, de los valores más humanistas. Esa idea se derrumba. Obviamente, ha habido críticas al respecto durante mucho tiempo, pero ahora se está derrumbando de verdad. Siempre ha habido un doble rasero: Lo que era bueno aquí, lo que era bueno para la libertad y la igualdad aquí, no era bueno allí. Los derechos universales no eran universales. Esto es lo que cada vez está más claro: Los derechos universales eran para Occidente. Es un excepcionalismo desenmascarado, ahora por los jóvenes en África, Asia, América y Europa, pero antes por todo el trabajo que se ha hecho a lo largo de los años con las teorías decoloniales, postcoloniales y queer.

De hecho, a través de sus think tanks, el sionismo identifica las luchas antirracistas e interseccionales como uno de sus principales desafíos.

El sionismo es una ideología: la confusión entre ser sionista y ser judío es completamente falsa. Hay estudios que demuestran que al final de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los judíos de Europa estaban en contra de la creación de un Estado de Israel, en contra de la creación de un Estado judío, así que el sionismo es una ideología de colonización. También es una ideología binaria, necesita un ellos y un nosotros. Y al mismo tiempo, también es una ideología de misión civilizadora colonial, dicen: “Respetamos a las mujeres, respetamos a los gays, respetamos a los queer”. Así que es esta ideología de la misión civilizadora la que también se está actualizando totalmente.

En este sentido vemos el resurgir del discurso anticolonial cuando hablamos de Israel. Ya en Palestina, desde las Intifadas, que fueron realmente importantísimas, surgió el movimiento BDS. Después, en los últimos años, los pueblos indígenas, los queers, Black Lives Matter y toda una serie de movimientos sociales en todas partes han estado cuestionando el imperialismo y el neoliberalismo y mostrando la intersección entre ambos. Sabemos que mientras BLM celebraba una gran manifestación, jóvenes palestinos les explicaban a los jóvenes estadounidenses cómo protegerse de la policía y de la represión. Podemos recordar también lo que existió en los años 60 y 70: un internacionalismo en una nueva forma que está volviendo y que muestra que los pueblos indígenas que luchan en la India están en contacto con BLM, quienes están en contacto con los movimientos en Sudáfrica, que a su vez están en contacto con Palestina.

A Israel también le inquieta el judaísmo antisionista y sus alianzas con el antirracismo. Sí, le resulta muy preocupante. Creo que la brutalidad de la reacción actual es proporcional al miedo. Ven que las cosas están cambiando y que todos estos movimientos, durante todos estos años, han estado desafiando su sistema de desposesión, explotación, extracción y racismo. Así que hay que recuperar, hay que reprimir. La propaganda tiene dos cartas en la manga, por así decirlo. Una es acusar de antisemitismo a cualquier opinión que cuestione la política racista y de apartheid del Estado de Israel. Y la otra son los derechos de las mujeres, una forma de feminacionalismo.

Así, por un lado, dicen que todo es antisemita: Si decimos “del río al mar”, si hablamos de un solo Estado, si criticamos el apartheid, todo esto sería amenazar la vida de los judíos, cuando es del Estado de Israel de lo que estamos hablando, de un Estado con una política. En la guerra en Argelia hablábamos del Estado francés enviando al ejército y torturando. No hablábamos de los franceses en general. Y del mismo modo, en la época de las grandes manifestaciones contra la guerra imperialista en Vietnam, se acusaba al gobierno estadounidense, no se trataba de los estadounidenses. Del mismo modo, tenemos todo el derecho a hablar y denunciar las políticas del Estado de Israel. Sin embargo, dicen que hay antisemitismo está en todas partes, aunque, como usted ha dicho, hay muchos jóvenes judíos y también no tan jóvenes, como Jewish Voice for Peace (JVP), o la Unión Judía por la Paz, en Francia, que dicen: “No es nuestro nombre”, “nunca más significa nunca más para todos”.

La segunda carta propagandística, es la cuestión de los derechos de la mujer vistos desde Occidente, diciendo que las mujeres musulmanas están oprimidas porque los hombres musulmanes son opresores por naturaleza. Así que Occidente va a liberar a esas mujeres. Y ahí, por ejemplo, todo este orientalismo de mostrar a los hombres árabes y musulmanes como naturalmente brutales, forma parte de este feminismo imperialista de las feministas blancas, que son las portavoces de este discurso.

Usted defiende que el feminismo debe de estar del lado de la solidaridad con Palestina. Sin embargo, la ministra de Derechos de las Mujeres amenazó a los grupos feministas con no otorgarles más subvenciones si no condenaban explícitamente a Hamás. En Francia, hay todo un feminismo —es lo que intenté explicar en mi libro Un Feminismo descolonial— que ha tomado protagonismo con su obsesión por el Islam y las mujeres con velo. Así que las ministras de Derechos de las Mujeres, tanto en los gobiernos de izquierdas como en los de derechas, actúan como portavoces de un feminismo civilizatorio. Y la actual ministra de Derechos de la Mujer ha amenazado a los grupos de mujeres que no hayan condenado claramente el atentado del 7 de octubre con retirarles las subvenciones. Obviamente, al final no encontraron nada. Pero están las amenazas como ésta, están las intimidaciones constantes, son después de todo una forma de censura. Incluso existe la censura directa, cuando desde un grupo de militantes preparamos un encuentro en diciembre contra el antisemitismo y su instrumentalización por parte de Israel, y por la paz en Palestina, la ciudad de París lo prohibió.

Aquella conferencia con Judith Butler. Sí, presionaron a la sala para que la prohibiera, una sala que recibe muchas subvenciones de la ciudad de París. Así que encontramos un local privado y lo pagamos nosotras: celebramos el encuentro el 3 de marzo, pero esta gente se enfureció porque pudimos finalmente organizarlo, y porque Judith Butler, que es un icono de la filosofía, una filósofa invitada por las grandes instituciones, vino a hablar con activistas decoloniales, activistas antirracistas, ¡esa misma tarde fue atacada y amenazada!. La gente de la izquierda socialista dijo que estaba muy decepcionada con ella. Las feministas dijeron que Butler ya no podía considerarse feminista. Judith Bulter no era feminista porque había declarado su apoyo a la lucha del pueblo palestino. Y también porque explicó cómo el antisionismo no es antisemitismo. Así que estamos viendo presión, mucha presión.

Lo que enfurece a las autoridades es que las manifestaciones continúan. Los estudiantes continúan acampando en la universidad, manteniéndose firmes en sus demandas. Por eso las autoridades son cada vez más violentas, más brutales, y también intentan aprobar leyes que castiguen lo que ellas llaman “antisemitismo”: decir Palestina Libre, llevar una kufiya u ondear la bandera palestina… Este aumento de la represión es un acto de pánico.

En 2016 se aprobó la definición de antisemitismo de la IHRA que incluye ejemplos que tienen que ver con el Estado de Israel y con el sionismo como formas de antisemitismo. Desde entonces esta definición se ha ido aprobando en numerosos países. Pareciera que hubiesen previsto la necesidad de crear un marco para reprimir con más dureza las críticas a Israel.

De hecho, después de la segunda intifada, el Estado de Israel vio que estaba perdiendo crédito: después de todo, no puedes matar a niños así a ojos del mundo. Entonces fue cuando iniciaron una gran campaña de propaganda con escritores y artistas, sobre todo a través del arte. Porque el arte, es para todo el mundo, es humanista. Quisieron mostrar a Israel bajo una luz muy agradable, con un montón de series de televisión muy bien hechas, toda una serie de películas de propaganda para mostrar que “mira, somos muy abiertos”, un montón de guiones sobre las reflexiones de un joven soldado, etc, para mostrar “que también somos seres humanos” porque el Estado entendió que era absolutamente necesario. Empezaron a organizar viajes, traer escritores y artistas de fuera a Israel para mostrarles cómo Israel es un país multicultural. Tenían mucho miedo. Y ahora tienen aún más miedo. El hecho en particular de que movimientos judíos como JVP o la Unión Francesa de Judíos por la Paz, u otros grupos en Inglaterra, o en Alemania se escuchen cada vez más les aterroriza.

Estas organizaciones existían pero no las oíamos. Y ahora están al frente, denunciando, siendo virales. Eso significa que el estado de Israel ya no puede jugar el papel de ser el estado de refugio para todos los judíos del mundo, “que vienen aquí, que es donde realmente serás judío”. La gente dice, “pero puedo ser judío en Francia, puedo ser judío en Argentina, puedo ser judío en Italia, puedo ser judío en Canadá. Ese no es el punto. Ustedes son un estado de apartheid”. Por eso es extremadamente importante para el Estado de Israel continuar esta guerra y contar con el apoyo de los Estados Unidos. El apoyo incondicional de Estados Unidos también pone de relieve la injusticia en la organización mundial desde la Segunda Guerra Mundial, que haya países que tengan derecho de veto en el Consejo de Seguridad —Francia, Estados Unidos, Rusia, China. También pone de relieve cómo Estados Unidos puede permitirse sustraerse a la justicia internacional. Lo que está saliendo cada vez más a la luz es la profunda injusticia que estos países occidentales perpetran, mientras se proclaman amigos de la paz, amigos de los niños, de las mujeres. Todo lo que vemos es una sucesión de negaciones de estos principios.

También hemos visto profundizarse la brecha entre las izquierdas institucionales europeas o cierto feminismo, y los movimientos de base. 

¿Supone el genocidio una sacudida para la izquierda? 
Sí, hay una sacudida para la izquierda institucional en Europa, pero no podemos ver el reemplazo. Hay una crisis real de la izquierda en la que toda la izquierda se está moviendo hacia la derecha y la derecha se está moviendo hacia la extrema derecha. Así que la izquierda se está convirtiendo en el centro y la derecha se está convirtiendo en la extrema derecha. Eso es lo que estamos viendo. 

Hay una izquierda que no consigue decirse a sí misma ¿qué hay hoy en el horizonte? 
Estamos en el siglo XXI, ¿qué implica? Estamos, por ejemplo, en Europa. ¿Qué es Europa? Es la Europa del liberalismo, del neoliberalismo. También está el hecho de que ya no es sólo Occidente, hay muchas otras potencias. Estamos en un mundo en el que tenemos que observar todos los cambios que ocurren. Y en mi opinión, hay una contrarrevolución mundial, precisamente contra el hecho de que en las últimas décadas hay movimientos que se han hecho cada vez más fuertes. Movimientos por cosas muy concretas: por el derecho a la tierra, el derecho al agua, el derecho al aire no contaminado, la defensa de los bosques, la defensa de los ríos, la defensa de los barrios.

Así que hay una contrarrevolución mundial. Es Milei en Argentina, es Meloni en Italia, son los partidos de extrema derecha en Finlandia, Suecia, Francia, España, Inglaterra, todos contra el woke, contra las personas trans, contra el género. Su mundo se tambalea. El mundo que han construido, que se ha construido desde el siglo XV, se tambalea. Necesitamos una renovación de eso. Vemos a la izquierda de la izquierda, en los movimientos que están ocurriendo horizontalmente, movimientos como los Levantamientos de la tierra en Francia, los movimientos de cooperativas aquí, las trabajadoras de los cuidados organizándose, de todos los trabajos que no están en las fábricas, que no son considerados por los sindicatos tradicionales… Las cosas se mueven, constituyen un nuevo terreno para una izquierda anticapitalista y antirracista.

Ayer en la conferencia había cierta esperanza en su discurso, ¿qué margen de maniobra queda entre esta mejor comprensión del mundo, y la constatación de la fortaleza del poder? 
El poder es muy, muy duro. Creo que quizá muchos de nosotros habíamos olvidado que el Estado está cada vez más al servicio de las corporaciones. Es el Estado el que aprueba leyes diciendo, vamos a liberalizar, vamos a vender tierras, vamos a expulsar a los agricultores. Y es cierto que en Europa todavía se puede apelar a los tribunales. Pero también que aquí la policía está cada vez más militarizada, cada vez hay más vigilancia en nuestros teléfonos, todo esto es cada vez más extremo. 

Así que cuando te enfrentas a ello, a veces puedes preguntarte “¿Cómo lo hago? ¿Por dónde empiezo?” 
Y creo que también tenemos que empezar de nuevo, partiendo del hecho de que estamos menos en las grandes ideas y los grandes sueños. Ubicarse en el: “estoy aquí, tengo la máquina del poder delante de mí. La miro y digo, ah, si tiro una piedra, va a ralentizar la máquina, va a obstaculizarla, y va a haber mucha gente tirando piedras en España y en Estados Unidos. Así que eso va a ralentizarla aún más”.

También hay mucha esperanza en la nueva forma de luchar. En los movimientos de los jóvenes, o incluso de los no tan jóvenes, que son mucho menos jerárquicos, menos verticales y menos masculinos. Donde se cuidan las unas a las otras. Es llamativo en las acampadas estudiantiles de hoy: preparan espacios por ejemplo para la oración, para que vayan los estudiantes musulmanes o los judíos o los cristianos. Hay mucha más atención los unos a los otros. Más atención para reconocer las necesidades de cada cual, si es religioso, o si es queer. Así que se trata de tener todo eso en cuenta y al mismo tiempo ser consciente de qué es lo que nos une. 

Las formas de alianza son más flexibles y al mismo tiempo igual de decididas. Sí, es cierto que a veces podemos tener esa sensación, preguntarnos “¿Pero cómo se hace?” 
Pero para mí, repito, el hecho de que estemos ante esta contrarrevolución mundial demuestra que estamos avanzando.

Estamos en una nueva conmemoración de la Nakba. ¿Veremos algún día una reparación para el pueblo palestino? 
No sé si yo llegaré a ver esto, pero creo que tenemos que seguir luchando para reparar las cosas. Tenemos que luchar para reparar el mundo. Sylvia de Winter, filósofa pero también activista en Sudáfrica, dice: “Tenemos que humanizar el mundo”. El mundo aún no está humanizado. Todavía estamos en la era del Hombre con H mayúscula, del soldado blanco asesino. Todavía no somos seres humanos, y para que eso ocurra, tenemos que acabar también con todo este masculinismo. El ejército, la policía, el hecho de que el mundo esté regulado por la represión. Tenemos que replantearnos qué es la paz. Nunca hemos vivido en paz. Ha habido paz en Europa, pero sólo porque Europa externalizó las guerras. Y en cualquier caso, en la Europa de la posguerra, hubo una dictadura en Portugal, hubo una dictadura en España, hubo una dictadura en Grecia.

Ese relato anterior de la Europa en paz pre Gran Guerra olvida las guerras coloniales. Y aunque había paz para muchos europeos, era lo que Rosa Luxemburgo llamó paz armada, es decir, una paz que se hizo porque había un ejército y una policía para reprimir al pueblo. Eso no es la paz. Creo que esta noción de paz también necesita ser reapropiada contra la militarización forzada y acelerada del mundo, que necesitamos aprender a vivir en paz, de verdad. Y por eso, cuando decimos paz en Palestina, no se trata sólo de detener la masacre, obviamente, es necesario que se detenga la violencia, pero también se trata de preguntarse ¿cómo será vivir en paz? 

Tenemos que aprender. Vivir en paz significa que el Estado de Israel debe renunciar a la colonización, renunciar a lo que fundó, renunciar a ser la vanguardia del Occidente imperialista en Oriente Medio, y vivir con los demás.

Fuente: 

Consejos para que las escuelas y los docentes sobrevivan (y prosperen) con la IA.

An illustration renders a classroom, including desks, bookshelves and a chalkboard, in bright colors with random spheres, triangles and objects like a light bulb floating into the scene.
Credit...Víctor Arce
Paso 1: Asumir que todos los estudiantes van a utilizar los chatbots de inteligencia artificial.

En noviembre pasado, cuando se lanzó ChatGPT, muchas escuelas se sintieron como si hubieran sido impactadas por un asteroide.

A la mitad de un curso académico, sin previo aviso, los profesores se vieron obligados a enfrentarse a la nueva tecnología, de aspecto alienígena, que permitía a los alumnos escribir ensayos de nivel universitario, resolver problemas complejos y superar exámenes estandarizados.

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Algunas escuelas respondieron —de manera insensata, argumenté en su momento— con la prohibición de ChatGPT y herramientas similares. Pero esas limitaciones no funcionaron, en parte porque los alumnos podían utilizar las herramientas en su celular y computadoras en casa. Y, a medida que avanzaba el año escolar, muchos de los centros que restringían el uso de la inteligencia artificial generativa —como se le denomina a la categoría que incluye ChatGPT, Bing, Bard y otras herramientas— retiraron discretamente sus prohibiciones.

En vísperas de este curso escolar, he hablado con muchos profesores de primaria y secundaria, administradores escolares y miembros del profesorado universitario sobre su opinión acerca de la IA en la actualidad. Hay mucha confusión y pánico, pero también bastante curiosidad y entusiasmo. Sobre todo, los docentes quieren saber: ¿cómo podemos utilizar este material para ayudar a los alumnos a aprender, en lugar de para intentar atraparlos haciendo trampa?

Soy columnista de tecnología, no profesor, y no tengo todas las respuestas, especialmente en lo que se refiere a los efectos a largo plazo de la IA en la educación. Pero puedo ofrecer algunos consejos básicos a corto plazo para las escuelas que intentan averiguar cómo manejar la IA generativa este semestre.

En primer lugar, animo a los docentes —sobre todo en bachilleratos y universidades— a asumir que el cien por ciento de sus alumnos utilizan ChatGPT y otras herramientas de IA generativa en cada tarea, en cada asignatura, a menos que estén siendo supervisados dentro de un edificio escolar.

Eso no será completamente cierto en la mayoría de los centros. Algunos alumnos no utilizarán la IA porque tienen dudas éticas al respecto, porque no es útil para sus tareas en particular, porque no tienen acceso a las herramientas o porque tienen miedo de que los atrapen.

Sin embargo, la suposición de que todo el mundo utiliza la IA fuera de clase puede estar más cerca de la realidad de lo que muchos docentes creen. (”No tienes ni idea de lo mucho que usamos ChatGPT”, decía el título de un ensayo reciente de un estudiante de la Universidad de Columbia en la revista Chronicle of Higher Education). Y es un atajo útil para los profesores que intentan averiguar cómo adaptar sus métodos de enseñanza. ¿Por qué asignar un examen para llevar a casa o un escrito sobre Jane Eyre si todos en clase —excepto, quizá, los más estrictos cumplidores de las normas— utilizarán la IA para realizarlo? ¿Si supieras que ChatGPT es tan omnipresente como Instagram y Snapchat entre tus alumnos, por qué no habrías de cambiar a exámenes supervisados, ensayos de respuesta larga y trabajo en grupo en clase,?

En segundo lugar, las escuelas deberían dejar de apoyarse en los programas detectores de IA para atrapar a los tramposos. Hay decenas de estas herramientas en el mercado ahora, todas afirman que detectan la escritura generada con IA y ninguna de ellas funciona bien de forma confiable. Generan muchos falsos positivos y se dejan engañar fácilmente por técnicas como la paráfrasis. ¿No me crees? Pregúntale a OpenAI, el fabricante de ChatGPT, que este año ha suspendido su detector de escritura con IA por su “bajo índice de precisión”.

Es posible que en el futuro las empresas de IA puedan etiquetar los resultados de sus modelos para que sean más fáciles de detectar —una práctica conocida como “marca de agua”— o que surjan mejores herramientas de detección de IA. Pero, por ahora, la mayor parte del texto de IA debe considerarse indetectable y las escuelas deben invertir su tiempo (y sus presupuestos tecnológicos) en otra cosa.

Mi tercer consejo —-y el que podría causar que me lleguen muchos correos electrónicos de personas enojadas— es que los profesores se concentren menos en advertir a los alumnos de los defectos de la IA generativa que en averiguar qué hace bien esta tecnología.

El año pasado, muchos centros escolares intentaron asustar a los alumnos diciéndoles que herramientas como ChatGPT no eran confiables y que solían dar respuestas sin sentido y producir prosa genérica. Estas críticas, aunque ciertas para los primeros chatbots de IA, no lo son tanto para los modelos actualizados y los estudiantes inteligentes están descubriendo cómo obtener mejores resultados brindando a los modelos instrucciones más sofisticadas.

Como resultado, los estudiantes de muchas escuelas van por delante de sus instructores cuando se trata de entender lo que la IA generativa sí puede hacer, si se utiliza correctamente. Y las advertencias sobre sistemas de IA defectuosos lanzadas el año pasado pueden sonar huecas este año, ahora que GPT-4 es capaz de obtener notas aprobatorias en Harvard.

Alex Kotran, director ejecutivo del AI Education Project, una organización sin fines de lucro que ayuda a las escuelas a adoptar la IA, me dijo que los profesores necesitan pasar tiempo utilizando la IA generativa para apreciar lo útil que puede ser y lo rápido que está mejorando.

“Para la mayoría de la gente, ChatGPT sigue siendo un truco”, afirmó. “Si no se aprecia realmente lo profunda que es esta herramienta, no se van a dar todos los demás pasos que van a ser necesarios”.

Hay recursos para los educadores que quieran ponerse al día sobre la IA de prisa y corriendo. La organización de Kotran, al igual que la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación, ofrece a los profesores una serie de planes de clase enfocados en la IA. Algunos profesores también han empezado a reunir recomendaciones para sus colegas, como un sitio web creado por educadores del Gettysburg College que ofrece consejos prácticos sobre IA generativa.

Sin embargo, en mi experiencia, no hay nada que sustituya la experiencia práctica. Por eso aconsejo a los profesores que empiecen a experimentar ellos mismos con ChatGPT y otras herramientas de IA generativa, con el objetivo de llegar a dominar la tecnología tanto como muchos de sus alumnos.

Mi último consejo para las escuelas que se sienten desconcertadas por la IA generativa es el siguiente: traten este año —el primer curso académico completo de la era pos-ChatGPT— como una experiencia de aprendizaje y no esperen hacerlo todo bien.

Hay muchas formas en las que la IA podría contribuir a remodelar las aulas. Ethan Mollick, profesor de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, cree que la tecnología llevará a más profesores a adoptar un modelo de “clase invertida” (en el que los alumnos aprendan el material fuera de clase y lo practiquen en clase), que tiene la ventaja de ser más resistente a las trampas de la IA. Otros docentes con los que hablé afirmaron que estaban experimentando con la posibilidad de convertir la IA generativa en un colaborador en el aula o en una forma de que los estudiantes practiquen sus habilidades en casa con la ayuda de un tutor personalizado de IA.

Algunos de estos experimentos no funcionarán. Otros sí. No pasa nada. Todavía estamos adaptándonos a esta nueva y extraña tecnología que tenemos entre las manos y es de esperar que de vez en cuando haya algún tropiezo.

No obstante, los estudiantes necesitan orientación en lo que respecta a la IA generativa y las escuelas que la tratan como una moda pasajera —o un enemigo que vencer— perderán la oportunidad de ayudarlos.

“Muchas cosas se verán trastocadas”, aseguró Mollick. “Y por eso debemos decidir qué hacemos, en lugar de batirnos en retirada contra la IA”.

Kevin Roose es columnista de tecnología y autor de Futureproof: 9 Rules for Humans in the Age of Automation. Más sobre Kevin Roose.

sábado, 18 de mayo de 2024

Una guía de habilidades sociales útiles para los adultos.

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Las habilidades sociales necesitan tiempo y práctica para perfeccionarse. Aquí te damos algunos consejos para hacerlo más fácil.

A diferencia de materias como las matemáticas o las ciencias, las habilidades sociales dependen más de un aprendizaje práctico. Cuando eres niño puedes aprender a manejar los conflictos, hacer amigos y desenvolverte en grupo simplemente haciéndolo. Pero no todos aprenden las mismas lecciones de la misma manera. A veces, se requiere de toda una vida para perfeccionarlas y muchos jamás las dominamos.

Aprender habilidades sociales puede ser difícil cuando no has estado expuesto a las dinámicas grupales tradicionales de niño, si lidias con un padecimiento mental como la ansiedad o la depresión o incluso si no tuviste muchos ejemplos positivos al crecer. Los jóvenes aprenden cómo manejar sus propias emociones, reconocer las de otras personas y gestionar ambas de manera eficaz, mediante la socialización. Si no desarrollaste estas habilidades en tu crianza, no te preocupes. No estás solo.

Los cimientos sociales: la inteligencia emocional
Antes de hablar de situaciones sociales específicas, es útil analizar el concepto de la inteligencia emocional (o IE). Dicho de manera muy sencilla, la IE es tu capacidad de reconocer tus propias emociones, así como las de otras personas, y usar esa información para guiar tu comportamiento. Esta es un área de estudios relativamente nueva en el campo de la psicología, y desarrollar tu propia IE puede ayudarte a entender y mejorar tus interacciones sociales.

Hay varios modelos de inteligencia emocional, pero para el objetivo de esta guía, tomaremos en cuenta el trabajo del autor Daniel Goleman. Según él, hay cinco categorías generales de IE que se complementan y se respaldan.

La autoconciencia: Esto significa que eres capaz de identificar tus propias emociones y la manera en que funcionan. ¿Los entornos ruidosos te generan ansiedad? ¿Te enojas cuando la gente te corta la palabra? Si reconoces estas cosas, entonces estás practicando la autoconciencia. Puede ser más difícil de lo que parece, pero solo se necesita estar consciente de ti mismo para lograrlo.

La autorregulación: El siguiente paso es la autorregulación, que no solo depende de tu capacidad de conocer tus emociones, sino de manejarlas. A veces eso implica controlarlas cuando surgen. Si te enojas, es importante saber cómo calmarte. Sin embargo, también puede tratarse de manejar las emociones que enfrentarás. Si sabes que espiar a tu ex en Facebook solo te hará sentir mal, la autorregulación te ayudaría a hacer algo para mejorar tu vida en vez de repetir ese comportamiento.

La motivación: Los factores externos como el dinero, el estatus o el dolor son motivadores poderosos. Sin embargo, en el modelo de Goleman, la motivación interna es un componente clave. Esto implica saber cómo manejar tu propia motivación y crear o continuar proyectos porque así lo decides, no porque algo externo te lo exige.

La empatía: Es igual de importante estar consciente de las emociones de los demás. Esto podría significar el desarrollo de las habilidades para reconocer la manera en que se expresa la gente (¿puedes detectar la diferencia entre alguien que se siente cómodo y una persona que está ansiosa?), pero también significa entender cómo podrían responder otras personas a las circunstancias que atraviesan.

La socialización: Esta área se trata de tu capacidad de dirigir tus relaciones y navegar situaciones sociales. No significa controlar a los demás, sino entender cómo llegar al punto que deseas con otras personas. Eso podría implicar expresarles tus ideas a tus colegas de trabajo, gestionar un equipo o lidiar con un conflicto en una relación.

Todas las situaciones sociales son distintas y no siempre hay una manera “correcta” de manejarlas. Sin embargo, cuando lo ves a través de la óptica de estas habilidades esenciales, la mayoría de las situaciones sociales se vuelven mucho más manejables. Ahora veremos algunos episodios comunes que pueden ser difíciles de manejar, incluso para los adultos. Ten en cuenta que estos principios pueden aplicarse en todo tipo de contextos.

Enfrentar a alguien de manera constructiva
Confrontar a alguien cuando tienes un problema puede ser aterrador. Si eres de los que evitan los conflictos, quizá lo racionalices diciendo que quieres mantener la paz o que no quieres molestar a nadie. No obstante, esa puede ser una manera de evadir tus propios sentimientos. Si nada te molestara, no habría por qué enfrentar a nadie en primer lugar.

Ryan Howes, psicólogo clínico, explicó en Psychology Today que nuestros propios miedos evitan que enfrentemos a los demás: nuestro temor de perder algo que tenemos, de lastimar a alguien que nos importa o de que la situación nos dolerá pero no lograremos nada. Uno de los primeros pasos para enfrentar a alguien de manera constructiva es reconocer ese miedo e identificar los problemas reales que ocasionaron ese conflicto en primer lugar. Por ejemplo, si te molesta que tu pareja haya olvidado tu cumpleaños, ignorar tus sentimientos no resolverá el problema.

Cuando estés listo, Gregg Walker, profesor de la Universidad Estatal de Oregon, recomienda tener una conversación al respecto cuando haya tiempo de hablar sobre el tema, enfocándote en frases en primera persona como esta: “Me hirió que no hiciéramos nada en mi cumpleaños” y en describir tu comportamiento y tus reacciones, en vez de señalar a la otra persona. Los enfrentamientos saludables requieren una buena medida de conciencia sobre tus propias emociones, así que esta es una buena situación para practicar esa habilidad.

Alza la voz y haz que te escuchen cuando estás en un grupo
Ya sea en una reunión o en una fiesta, cuando haya más que un par de personas en un grupo, puede ser difícil (o imposible) tener la oportunidad de hablar. Aunque la mayoría de los trucos para combatir esta situación requieren modular tu manera de hablar —hacer pausas en medio de una oración en vez del final, o terminar lo que estás diciendo aunque alguien trate de interrumpirte— un problema que ignoramos con frecuencia es cómo manejar la forma en que reaccionas cuando alguien te interrumpe.

Sería genial que todos fueran amables y te dejaran terminar o hicieran una pausa para preguntarte qué piensas. Pero no siempre es así. Si alguien te interrumpe y eso te molesta, tal vez ya no te sientas motivado para volver a tomar la palabra. O quizá te muestres visiblemente agitado o exijas que te escuchen, lo cual puede ser desagradable y hacer que sea menos probable que la gente quiera escuchar lo que quieres decir.

En cambio, Chris Macleod, consejero y autor de The Social Skills Guidebook sugiere aceptar que las conversaciones en grupo son un “vórtice de ruido y caos”, y seguir la corriente. No pases todo el tiempo tratando de agregar lo que tenías tantas ganas de decir. Cuando lo hagas, habla en voz alta y con seguridad. Los trucos más prácticos como contar anécdotas breves o presentar una queja a manera de historia pueden facilitar la experiencia, pero regular tu propia frustración y molestia es la base de estas estrategias.

Haz nuevas amistades (y consérvalas) en la adultez
Hacer amigos puede ser relativamente fácil cuando eres joven. La escuela a menudo implica que haya un grupo de personas con las que debes pasar el rato y que son de tu edad. Quizá también compartas algunos intereses, además de que se verán casi todos los días. De adulto, puede ser más difícil. Todos están ocupados y cansados, y el tiempo nos resulta escaso. O eso parece. En realidad, lo que quizá falta es la motivación.

Como lo explica Vox, una de las claves más importantes para desarrollar una nueva amistad es reunirse. Quizá ambos digan: “¡Deberíamos salir un día de estos!”, pero por algún motivo nunca lo hacen. ¿Por qué? Claro, tienen cosas que hacer, pero aun así pudiste ver de corrido la temporada más reciente de Stranger Things. No tiene nada de malo disfrutar de un tiempo para ti, pero también es bueno comunicarte con alguien nuevo.

Cuando hagas nuevos amigos, debes comenzar con alguna motivación interna. Decide que harás amigos y después ponte en situaciones en las que eso pueda ocurrir. Toma una clase, únete a un club o tan solo habla con personas que conozcas y con las que aún no has entablado una amistad. Lo más importante es darle continuidad. Si encuentras a alguien con quien quieres tener una amistad —y sobre todo si hay señales de que esa persona también quiere ser tu amiga— pon a esa persona en lo más alto de tu lista de cosas a las que quieres dar seguimiento. Te sorprenderá lo fácil que resulta cuando lo haces a conciencia.

Comienza una conversación con alguien nuevo
Hablar con un extraño por primera vez —ya sea en una fiesta, en un evento del trabajo o simplemente en la calle— puede ser complicado. Cuando hablas por primera vez con una persona no sabes nada de ella. Eso es algo que puedes usar a tu favor. A la gente le gusta hablar de sí misma. Tanto así que, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Harvard, a veces la gente incluso gasta dinero para hablar de sí misma.

Quizá te sientas raro o incómodo cuando lo haces tú solo, pero practicar un poco de empatía puede revelar una verdad poderosa: eso les pasa a todos. Una investigación de la Universidad de Chicago reveló que menos del 47 por ciento de sus participantes creían que un extraño estaría dispuesto a hablar con ellos. En realidad, todos los intentos tuvieron éxito. La mayoría de nosotros estamos dispuestos a tener una conversación, pero no siempre queremos ser los que dan el primer paso.

Sin embargo, no todos están dispuestos a conversar con extraños todo el tiempo. Una manera fácil de saberlo es poner atención a lo que hacen en ese momento. ¿Tienen audífonos puestos? ¿Parecen apresurados? ¿Están haciendo su trabajo y solo conversan como parte de sus deberes? De ser así, quizá debas intentarlo de nuevo más tarde (o con alguien más). Si no están ocupados, comienza con un saludo o inicia con un cumplido. De ahí puedes mantener la conversación con el método del “comentario y la pregunta”. Solo haz una observación o un comentario, continúa con una pregunta y deja que la conversación fluya de manera natural.

Estas situaciones están lejos de ser las únicas que quizá te cuesten un poco, pero los principios que pueden aplicarse son casi universales. Reconoce tu propio estado emocional y maneja tus necesidades y sentimientos de una manera constructiva. Toma la iniciativa de ir tras los resultados sociales que buscas, y empatiza con otros que estén lidiando con los mismos problemas que tú. Con la práctica, el resto de los matices complejos de interacción social fluirán de manera mucho más natural.

El espejismo del 'procés'. El PP se niega a aceptar el fin del 'procés', porque sin él no puede argumentar la falta de legitimidad del Gobierno, la inconstitucionalidad de la ley de amnistía, la no renovación del CGPJ... El PP no puede hacer valer su estrategia sin el 'procés'

El procés no ha muerto con el resultado de las elecciones de este pasado domingo, porque nunca ha estado vivo. Ha sido un espejismo, una suerte de ilusión óptica que se ha desvanecido al entrar en contacto con la realidad. No ha habido ni un solo minuto en que el procés haya supuesto un riesgo para la integridad territorial del Estado. Ha habido manifestaciones espectaculares después de que se hiciera pública en 2010 la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la reforma del Estatuto de Autonomía y en las Diadas de los años posteriores. Hubo dos referéndums aparentes, el 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017, que fueron en realidad dos ejercicios del derecho de manifestación disfrazados de referéndum.

Se convocó a los ciudadanos para que depositaran una papeleta en una urna, pero la convocatoria se produjo sin ninguno de los requisitos jurídicos que se exigen para que pueda considerarse un referéndum. Su impacto político fue notable, sin duda. Su valor jurídico, nulo. Los propios convocantes del referéndum lo tuvieron que reconocer al hacer una declaración de independencia de ocho segundos de duración. La foto de la señora que pasa del éxtasis a la decepción sin solución de continuidad tras la proclamación seguida de la negación de la declaración de independencia es un ejemplo insuperable del axioma de que una foto vale más que mil palabras.

El procés ha existido por la incapacidad del Gobierno con mayoría absoluta presidido por Mariano Rajoy de negociar con un Gobierno de la Generalitat presidido por Artur Mas. Fue la cerrazón interesada de Rajoy mientras dispuso de mayoría absoluta, es decir, entre 2011 y 2015, la que impulsó el avance del procés. Es posible que pensara que con dicha cerrazón se garantizaba en 2015 la repetición de la victoria de 2011. Pero no sólo no fue así, sino que desde 2015 el PP dejó de tener el monopolio de la representación de la derecha española, que perdió, además, la mayoría parlamentaria.

Impulsar el procés se convirtió para el PP a partir de ese momento en una necesidad, ya que era la única forma de esterilizar políticamente al nacionalismo catalán, invalidando su representación parlamentaria en el proceso de formación del Gobierno de España. Fue lo que le permitió a Rajoy continuar siendo presidente del Gobierno entre 2016 y 2018. La moción de censura de julio de 2018 pondría de manifiesto que carecía de mayoría parlamentaria para gobernar. Todas las elecciones generales celebradas desde entonces han confirmado que la derecha española carece de dicha mayoría.

La mayoría parlamentaria en Catalunya de los partidos nacionalistas es imprescindible para la deslegitimación del Gobierno de coalición en el Estado. El PP necesita que Carles Puigdemont sea president de la Generalitat para hacer inviable el Gobierno de Pedro Sánchez. De ahí la coincidencia de Feijóo y Puigdemont en la interpretación de los resultados electorales de este pasado domingo en las elecciones catalanas, que deben conducir, en su opinión, a que sea Puigdemont con el apoyo del PSOE el que acabe siendo president de la Generalitat.

El PP se niega a aceptar el fin del procés, porque sin él no puede argumentar la falta de legitimidad del Gobierno presidido por Sánchez, la inconstitucionalidad de la ley de amnistía, la no renovación del Consejo General del Poder Judicial, la pretensión de convertir el Senado en lugar del Congreso de los Diputados en la auténtica Cámara representativa del “pueblo español” en contra de lo que dice la Constitución… El PP no puede hacer valer su estrategia sin el procés.

Pero lo que ha ocurrido es todo lo contrario. Todos los presidentes del PP, Rajoy, Casado y Núñez Feijóo, han contribuido a aumentar el número de nacionalistas por la independencia, que no dejaban de tener mayoría en el Parlament con la estrategia respecto de Catalunya del PP. De ahí la necesidad que han tenido de derivar al poder judicial la respuesta frente al procés. Revertir esta tendencia ha sido la política de Pedro Sánchez. Al nacionalismo no hay que ganarle en los tribunales, sino en las elecciones. No hay que perseguirlos judicialmente o intentar esterilizarlos políticamente, sino que hay que competir con ellos electoralmente para conseguir devolver el problema de la integración de Catalunya en el Estado de la justicia a la política. Eso es lo que han significado los indultos y la ley de amnistía. Y eso es lo que han avalado los ciudadanos de Catalunya con su voto este pasado domingo.

El PP se niega a aceptar la realidad. Pero la realidad es testaruda. El procés ha sido siempre un espejismo que no ha sido reconocido como tal por el interés cruzado y al mismo tiempo antagónico del PP y del nacionalismo catalán. Después del resultado electoral de este pasado domingo ya no es posible no reconocerlo, aunque Puigdemont y Núñez Feijóo se sigan resistiendo a hacerlo.

Javier Pérez Royo

https://www.eldiario.es/contracorriente/espejismo-proces_132_11371850.html

Mensaje desde la Universidad de Birzeit a las estudiantes que se levantan contra el genocidio palestino

La Universidad de Birzeit, Palestina, muestra su apoyo a las movilizaciones universitarias y nos presenta un ejemplo de la violencia israelí contra las universidades palestinas, en un afán de aniquilarlas.

Queridas compañeras,
En plena escalada de la Intifada [que en castellano significa revuelta] estudiantil en diferentes lugares del mundo, hay algunos datos que os puede interesar conocer sobre las estudiantes palestinas:El movimiento estudiantil palestino siempre ha estado implicado en la resistencia, a veces incluso dirigiéndola. Hablamos de la resistencia en todas sus formas, no sólo contra la hegemonía y la opresión sionistas, sino también contra todo tipo de opresión y supremacía en el mundo.

Israel lleva atacando a los estudiantes palestinos desde su creación hasta hoy. (ESTO NO COMENZÓ EL 7 DE OCTUBRE). Miles de estudiantes palestinos han sido asesinados y decenas de miles han sido detenidos desde 1967. Solo de la Universidad de Birzeit, desde donde os hablamos, hay ahora mismo más de 200 estudiantes encarcelados en prisiones sionistas.

En Gaza, 90.000 estudiantes se ven privadas del derecho a la educación porque Israel ha destruido deliberadamente todas las universidades de la Franja. Además, la mayoría de las escuelas de Gaza también han sido destruidas y más de 6.000 estudiantes han sido asesinadas.

En Cisjordania, además del asesinato y arresto de los estudiantes, Israel está haciendo imposible que puedan llegar a sus universidades, ya que el ejército de ocupación ha desplegado más de 800 checkpoints que segregan ciudades y pueblos.

En la Universidad de Birzeit, como en tantas otras del mundo (quizá como vayáis a hacer vosotras), las estudiantes también han plantado sus tiendas de campaña, pero nadie se queda en estas tiendas por la noche. La razón es muy simple: porque saben que los soldados israelíes invadirán la universidad en cualquier momento.

Los estudiantes de Cisjordania que organizan manifestaciones o participan en cualquier tipo de organización social o política son ahora perseguidos, tanto por Israel como por la Autoridad Palestina.

Veros luchando junto a nosotras contra la opresión y por la justicia nos da esperanza, no sólo para las estudiantes palestinas presas en las cárceles de Cisjordania y bajo los escombros de Gaza, sino también para un futuro mejor en un mundo con justicia y dignidad para todas.

Debéis saber que vuestra lucha por Palestina es crucial para nosotras, pero es aún más crucial para ustedes mismas

Cómo Israel aniquila las universidades palestinas

En la tarde gris del 10 de enero de 2022, una furgoneta blanca sin ventanas y con matrícula palestina entró en el campus de la Universidad de Birzeit, al norte de Ramallah, en la Cisjordania ocupada. Después de cruzar la puerta este del campus, dos hombres con jeans y sudaderas con capucha salieron de la camioneta y caminaron hacia la reunión del consejo estudiantil a la que asistían las representantes elegidas por los distintos bloques estudiantiles. Entonces, de repente, las puertas traseras de la camioneta se abrieron y saltaron más soldados israelíes, éstos de las fuerzas especiales, con sus uniformes y pasamontañas. Armados con armas semiautomáticas, siguieron los pasos de los dos soldados encubiertos y comenzaron a disparar.

Las estudiantes corrieron e intentaron dispersarse, pero los soldados sabían exactamente a quién perseguían. Tiraron al suelo a cuatro líderes del movimiento estudiantil. Allí los sujetaron boca abajo para esposarles, les vendarles los ojos y golpearles. Otros soldados apuntaban con sus rifles al perímetro de la zona, mientras las estudiantes trataban de documentar lo que estaba ocurriendo en su campus a plena luz del día.

Uno de los principales líderes estudiantiles, Ismail Barghouthi, trepó la puerta para escapar. Los soldados lo atacaron y le dispararon en el muslo. Lo detuvieron, junto a otros cuatro estudiantes, y se lo llevaron en la camioneta blanca, dejando un charco de sangre en el asfalto debajo de la puerta este del campus.

Los cinco estudiantes fueron llevados al centro de detención militar de Ofer, en la Cisjordania ocupada, donde fueron interrogados durante horas por agentes israelíes. Tres estudiantes fueron liberados, pero Barghouthi y su compañero Mohammed Khatib fueron acusados por la justicia militar israelí porque Israel califica sus grupos estudiantiles como “asociaciones no autorizadas”. Durante su proceso, Barghouthi pasó semanas detenido y Khatib pasó cuatro meses, hasta mayo de 2022, en “detención administrativa” —que significa “encarcelado indefinidamente en una prisiones militar sin cargos ni juicio”—.

Barghouthi y Khatib se encuentran entre las decenas de estudiantes universitarios palestinos secuestrados y detenidos por Israel cada año en el Territorio Palestino Ocupado (TPO), por pertenecer a una de las 411 asociaciones estudiantiles que Israel ha considerado «ilegales». 5 Estaban entre los cincuenta y cuatro estudiantes palestinos encarcelados solo en 2022.

[Así comienza el libro de la antropóloga Maya Wind, Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom, en cuyo prólogo (de la también antropóloga Nadia Abu El-Haj) podemos leer lo siguiente]:

Durante décadas, las universidades israelíes han sido generosamente alabadas en Occidente como ejemplo de libertad. Las instituciones académicas europeas y norteamericanas mantienen colaboraciones de investigación y programas de grado conjuntos con universidades israelíes, que a menudo son nuestras únicas contrapartes académicas de este tipo en Oriente Medio. Pero, ¿y si las universidades israelíes no fuesen tan, tan libres? ¿y si, lejos de ser bastiones del pluralismo, la libertad académica y los espacios para la disidencia política abierta, lo que fuesen realmente es “cómplices de la violación de los derechos palestinos”? Pues eso es lo que ocurre. Aquí no hay “inocencia institucional” que valga.

Al trabajar dentro de un régimen de apartheid, los vínculos entre las universidades israelíes y el Estado tienen efectos directos sobre la segregación y el sometimiento infligidos a la población palestina. Desde 1918, estas universidades han sido una parte integral del proyecto, la construcción y el mantenimiento del estado como “hogar nacional judío”, incluido el desarrollo de tecnologías y estrategias de guerra, limpieza étnica, ocupación y asedio. No sólo se margina y discrimina a los estudiantes palestinos con ciudadanía israelí, sino que las universidades a menudo hacen el trabajo del propio Estado reprimiendo a las organizaciones estudiantiles palestinas en nombre de la “seguridad”. También financian programas académicos diseñados para capacitar a soldados y fuerzas de seguridad, no como el personal militar que se matricula para sacarse un título en un campus universitario, sino más bien como si ejército se incrusta dentro de la universidad. Esto exige que la universidad, entre otras cosas, establezca zonas de seguridad en los alojamientos del personal militar.

Las universidades palestinas están sometidas a un control burocrático militar: el Estado israelí determina el número de profesores y estudiantes extranjeros a los que se permite enseñar y estudiar en universidades palestinas, y los examina (por motivos políticos) antes de conceder visados. Las universidades de Gaza, la propia franja bajo asedio continuo, estaban aisladas del mundo exterior y expuestas a los bombardeos aéreos.

AHORA YA NO QUEDA NI UN LADRILLO DE NINGUNA DE ELLAS.

En toda Cisjordania, incluida Jerusalén Este, las universidades son sometidas repetidamente a cierres y redadas, sus estudiantes y profesores son detenidos y, a menudo, torturados durante su detención. Mientras tanto, la gran mayoría de los académicos israelíes y las direcciones de sus universidades guardan silencio. Para las universidades palestinas no hay defensa institucional de la libertad académica. Y en tantas décadas de ocupación, ni una sola universidad ha cortado lazos con las fuerzas militares o de seguridad israelíes, mucho menos con la industria armamentística de Israel.

¿VERDAD QUE LAS UNIVERSIDADES SON TEMPLOS DEL CONOCIMIENTO, LA CRÍTICA Y LA LIBERTAD, PUENTES TENDIDOS A LA COMPRENSIÓN DEL OTRO QUE NUNCA DEBEN ROMPERSE, REFUGIOS DE PAZ FELICES DONDE COMEMOS PERDICES Y ESTUDIAMOS COSAS QUE NO MATAN?

¿VERDAD QUE NUESTRAS INSTITUCIONES SON TAN BONDADOSAS E INOCENTES QUE CUALQUIER MEDIDA DE BOICOT DEBERÍA EXCLUIRLAS?

PUES NO. NI EL DERECHO INTERNACIONAL HABLA DE NADA DE ESO NI ES ESA LA CUESTIÓN, NI EN ESTE GENOCIDIO NI EN LAS DÉCADAS PREVIAS DE OCUPACIÓN Y LIMPIEZA ÉTNICA.

La verdadera pregunta es: “¿Son las universidades israelíes cómplices de la violación de los derechos palestinos?”. Y la respuesta es SÍ, pero la comunidad académica internacional está reconociendo cada vez más el profundo arraigo y complicidad de las universidades israelíes con el proyecto de asentamiento y apartheid de Israel. Y está llegando a la conclusión de que seguir haciendo negocios con las universidades israelíes es intolerable.

A quienes se oponen a nuestro llamamiento a un boicot académico, les preguntamos:

¿HAY ALGÚN MOVIMIENTO DE RESISTENCIA PALESTINO QUE USTEDES RECONOZCAN O HAYAN RECONOCIDO ALGUNA VEZ COMO LEGÍTIMO?

Si para ustedes todo es terrorismo y el boicot es improcedente,

¿QUÉ DIABLOS HAY QUE HACER ENTONCES?

¿SEGUIR CONTANDO TROCITOS DE NIÑOS MUERTOS Y MOSTRANDO MUCHA PENITA PARA NO PERDER VOTOS?

MOSTRAR SOLIDARIDAD CON MILES DE SERES HUMANOS HUMILLADOS, ASESINADOS, ENCARCELADOS, TORTURADOS Y EXPULSADOS, PERO NO HACERLO CON LOS VIVOS QUE SIGUEN RESISTIENDO ES COMPORTARSE-COMO-SÓLO-EL-MISERABLE-HOMBRE-BLANCO-SUPREMACISTA-SABE-HACER-Y-LLEVA-HACIENDO-DURANTE-CINCO-SIGLOS.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.