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domingo, 22 de marzo de 2020

El FMI pide bajar pensiones por “el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”

El organismo quiere que la edad de jubilación se ajuste con la esperanza de vida. Sus economistas proponen recorte de prestaciones y aumento de las cotizaciones. El Fondo plantea que las aseguradoras privadas cubran el riesgo de longevidad.

El envejecimiento de la población es un reto conocido. Y a eso dedica un extenso análisis el Fondo Monetario Internacional, en un adelanto de los documentos de su cumbre semestral. Lo que llama la atención es la agresividad y crudeza con la que pone de relieve el problema. El Fondo reclama, entre otras medidas, que se recorten las prestaciones y se retrase la edad de jubilación ante "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado". Y también propone soluciones de mercado para mitigar ese "riesgo".

Es lo que los economistas bajo la batuta del español José Viñals llaman “riesgo de longevidad”. Y dan una cifra para poner en contexto. “Si el promedio de vida aumenta tres años más de lo previsto para 2050, el coste del envejecimiento -que ya es enorme para los Gobiernos, las empresas, aseguradoras y particulares- aumentaría un 50%” en las economía avanzadas tomando como referencia el PIB de 2010.

Para los países emergentes, ese coste adicional sería del 25%. En términos absolutos, se disparará el coste previsto en decenas de billones de dólares a escala global. Eso su pone una amenaza para sostenibilidad de las finanzas públicas al disparar los niveles de endeudamiento público en una proporción similar. En paralelo, es un riesgo para la solvencia de las entidades privadas.

Según ha explicado el propio Viñals en la rueda de prensa en la que ha presentado el informe, “vivir más es bueno, pero conlleva un riesgo financiero importante". "Nos va a costar más como individuos, a las corporaciones y a los Gobiernos. Por eso debemos preocuparnos ahora por los riesgos de la longevidad, para que los costes no nos atosiguen en el futuro”, ha comentado Viñals, responsable del departamento de Mercado de Capitales.

En 1750, la esperanza de vida en el momento del nacimiento en los países de la Europa occidental no llegaba a los 40 años. Desde 1900, siguió un incremento lineal hasta tocar los 80 en 2010. A escala global pasó de los 48 en 1950 hasta los 70 en el último año de referencia. Pero lo que cambia los cálculos, según el FMI es la esperanza de vida cuando se tiene 60 años.

Naciones Unidas proyecta que para 2050 la esperanza de vida a partir de esa edad llegará a los 26 años en las economías avanzadas y a los 22 años en los países en vía de desarrollo. Eso significa que irá mejorando al ritmo de un mes por año. Tomando como referencia a los europeos de 60 años que vivían en 1910, la esperanza de vida era de 15 años. Un siglo después llegó a los 24 años.

Al vivir más la población, tendrá que pagarse más en pensiones y prestaciones a la seguridad social. En este caso pone como ejemplo los planes de pensiones privados en EE UU. “La empresas tendrían que multiplicar varias veces sus contribuciones para poder afrontar esos pasivos adicionales”, apunta. “Reconocer y mitigar este riesgo es un proceso que debe ponerse en marcha ahora”, remacha.

Tanto el sector público como el privado llevan años preparándose para amortiguar el impacto financiero del envejecimiento. Pero el FMI cree que se subestimó la evolución demográfica de la población y eso pesará “más de lo esperado” en un balance que en ambos casos están ya de por si debilitados. Eso, por tanto, amenaza con exacerbar su vulnerabilidad frente a otras crisis.

Christine Lagarde, directora gerente de FMI, quiere que la reunión de primavera en Washington sirva para mirar hacia delante. En este contexto, exige a los Gobiernos que reconozcan que el envejecimiento les puede crear un serio problema en el futuro y que es un riesgo. Para neutralizar sus efectos, recomienda combinar el aumento de la edad de la jubilación con otras medidas.

Para el retraso de la edad de jubilación, propone que se ligue a la esperanza de vida, de modo que el número de años en que los jubilados cobran la pensión no aumente. En la reciente reforma española del sistema de pensiones que retrasaba la edad e jubilación a los 67 años de forma progresiva ya se prevé un mecanismo de este tipo, llamado factor de sostenibilidad. Así, la ley prevé que las variables clave del sistema de pensiones (como la edad de jubilación) se revisen cada cinco años a partir de 2027 en función del aumento de la esperanza de vida.

Pero ese retraso no basta. El Fondo cree que hay que tomar más medidas y cita entre ellas el recorte de las pensiones, el aumento de las cotizaciones y la posibilidad de que los Estados contraten con aseguradoras privadas la cobertura de ese "riesgo de que la gente viva más de lo esperado".

Así, el informe de estabilidad financiera plantea que se recurra a los mercados de capitales para que se transfiera el riesgo de la longevidad de los planes de pensiones a las instituciones que tienen más capacidad para gestionarlo.

Los economistas del organismo plantean también que los propios individuos aumenten su ahorro a través de planes de pensiones, recomienda que se facilite o incluso obligue a contratar rentas vitalicias y también apoya el uso de las hipotecas inversas, por las que la casa en propiedad se entrega en el momento de fallecimiento a cambio de recibir hasta ese momento una renta por ella.

El Fondo también pide más transparencia a los países a la hora de informar sobre la tendencia del envejecimiento y como se están preparando para financiar la jubilación.

El FMI concluye recordando que todas estas reformas “tardarán años en dar fruto” y cualquier retraso en el proceso dificultará hacer frente al reto como es debido. “Prestar atención al envejecimiento de la población y al riesgo de la longevidad adicional forma parte del conjunto de reformas necesarias para restaurar la confianza en la viabilidad de los balances del sector público y privado”, remacha.

https://elpais.com/economia/2012/04/11/actualidad/1334133453_457282.html

miércoles, 10 de enero de 2018

Tras más de 20 años de intensa actividad y de especialización con jóvenes y adolescentes. La despedida de un profesor.

Cuarto Poder

La vida es un cúmulo de emociones que lo dominan casi todo. A veces creemos que actuamos por la razón y la ideología pero a estas alturas compruebo que, sobre todo, es el corazón y los sentimientos quienes dirigen nuestras decisiones más importantes.

El 21 de diciembre me despidieron del instituto con un hermoso regalo por mi jubilación. Tuve que atravesar un pasillo de afectos, flanqueado por todo el alumnado y el profesorado de mi último instituto. He dejado reposar las emociones unos días para recuperarme y ahora intento buscar explicaciones para analizar este hecho que me ha sacudido y para cerrar capítulo. Me pregunto por qué algo interno de una comunidad escolar se convirtió en una noticia viral. Y creo que hay respuesta: necesitamos buenas noticias de gente normal, frente a tanto suceso negativo que intencionadamente se difunde. Por eso me tomo la despedida como lo que es: un reconocimiento a todo el profesorado que se deja la piel, que no tira la toalla en estos tiempos de desesperanza; que frente a los recortes no se desmotiva, sino que intenta compensar los tiempos difíciles con su buen hacer, y participa en las movilizaciones cuando son necesarias. He conocido a tantos docentes comprometidos con su oficio que no podría contarlos.

Soy profesor de Historia, y como creía que tenía que darles una explicación a mis alumnas y alumnos por mi jubilación, pensé que lo mejor era compartir con ellos un poco de mi relato de vida dentro del tiempo histórico que me ha tocado vivir, algo que nunca había hecho por pudor. Es lo que hace Marco Tullio Giordana en la maravillosa película “La mejor juventud”, contando la Historia de Italia a través de la historia de una familia. Así, les explique mi nacimiento a mediados del siglo pasado en una casita baja del barrio de Usera de Madrid, en una familia obrera duramente represaliada por el franquismo. Que estudié interno con una beca en la Universidad Laboral de Sevilla (maestría industrial) e Ingeniería Técnica Industrial. Que me tomé como algo personal la injusticia y la falta de libertades de la dictadura, y aquello empezó a complicar mi existencia.

Les conté mi compromiso en la lucha antifranquista y mi ingreso en el clandestino PCE y sus consecuencias. Ello me acarreó una primera detención y procesamiento por el TOP en 1973. Hubo otro intento de detención en 1974 -logré fugarme- y un segundo procesamiento en situación de búsqueda y captura, y condena a dos años de cárcel. Les hablé de mi huida para ocultarme y que me refugié en la Ciudad de los Muchachos de Orense, donde aprendí toda la pedagogía que sé con Pilar e inicié mi vocación de educador.

Siempre compaginé estudio y trabajo, bien fuera en Villanueva y la Geltrú o en Madrid. Que trabajé de ferralla en la construcción y tuve que cambiar el nº de la Seguridad Social para no ser localizado. Participé en las huelgas de la construcción, donde conocí a unos veteranos (Macario, Arcadio, Tranquilino, Paco el Cura) que eran auténticos héroes obreros. Luego vendrían las largas y duras luchas de enero de 1976 que forzaron la transición a la democracia, pese a la resistencia del franquismo. Fui muy activo en CCOO de la Construcción y empecé a tener responsabilidades sindicales, aún sin quererlas y sin cumplir los treinta años.

Acepté la responsabilidad como secretario de Acción Sindical en CCOO desde 1978 a 1996. Fueron años muy intensos de movilizaciones, negociaciones con la patronal y el gobierno, reuniones, asambleas, viajes, prensa… Los sindicatos tenían fuerza, trataban de tú a tú al Gobierno y a la patronal, se conseguían avances en derechos laborales y sociales. Las huelgas generales eran impresionantes (14-D). Daba gusto trabajar con grandes personas como Marcelino Camacho. Y les expliqué cuándo surgieron las diferencias sobre la estrategia del sindicato en 1994 y cómo se dividió la organización. En el VI Congreso de 1996 hubo dos candidaturas y al llamado Sector Crítico (Camacho y otros muchos compañeros) se nos impidió toda responsabilidad confederal y me despidieron.

Fueron momentos duros, y tomé una decisión muy acertada. Me presenté aquel año a las oposiciones de secundaria y al aprobarlas ya nunca dejé de trabajar en la enseñanza hasta ahora. Ahí empezó mi última etapa laboral pero, sobre todo, de compromiso con otra buena causa: la educación de jóvenes y adolescentes. Han sido más de veinte años de intensa actividad y de especialización. He dado clases en zonas obreras y en centros de difícil desempeño, porque considero la educación como un derecho fundamental de todos que solo lo garantiza la escuela pública. He aprendido mucho de mis alumnos. Les he tratado como personas, no como herramientas, algo que no está reñido con que sacaran dieces en la selectividad. Juntos hemos trabajado los derechos humanos, la convivencia y la igualdad entre mujeres y hombres. La cultura sin este soporte no es más que un adorno y no lleva a transformar el mundo para mejorarlo.

Para mí la mejor manera de defender la escuela pública ha sido el trabajo diario, la cooperación del profesorado y participar muy activamente en proyectos de convivencia, innovación y de defensa de la Escuela Pública (proyecto Turkana, Plataforma de Vallecas por la Escuela Pública, Marea Verde, Foro de Sevilla). He escrito mucho sobre educación en revistas educativas y digitales; he ido a todas las huelgas, manifestaciones, asambleas; he llevado a diario la chapa de la Escuela Pública y la camiseta verde todos los miércoles en el centro. Esa ha sido mi aportación.

En el último claustro también me despedí de mis compañeras y compañeros. Les conté cómo los caminos del azar me habían llevado al instituto Villa de Vallecas, después de ser desplazado de Fuenlabrada. Les confesé que me iba a costar dejar la docencia, quizá por aquello que decía Vasili Grossman de que no hay nada tan difícil como abandonar la casa donde se ha sufrido tanto, aunque no es exactamente el caso: yo he disfrutado mucho y no me han faltado las emociones fuertes. La escuela es muy intensa.

Creo que en la vida hay que saber hacer dos cosas: dar las gracias y pedir perdón para estar a bien consigo mismo y con los demás. Pedí perdón por los errores que pude cometer, por no tener tiempo suficiente para interesarme más por la vida, dificultades y anhelos de los compañeros… Pero, sobre todo, les di las gracias por muchas cosas: por todo lo que me aportaron, por los compromisos compartidos en defensa de la calidad educativa, por el apoyo mutuo, por la imaginación y las ganas echadas para paliar la falta de recursos, por los buenos y malos ratos vividos.

Ahora quizá me explico más por qué el vídeo de la despedida ha sido viral. Yo no he sido nada más –y nada menos- que un maestro, que he hecho mi oficio lo mejor que he podido. De mi padre y de los veteranos de la construcción aprendí que primero hay que cumplir para poder reclamar después. Y porque es, también, una obligación con nuestros alumnos. Recuerdo que en el homenaje al profesor Ladislao Martínez tras su muerte, una alumna dijo: “Nosotros no seremos los mejores alumnos, por eso necesitamos los mejores profesores”. Somos muchos los que intentamos estar a la altura de sus necesidades.

Pero nada se hubiera hecho sin profesores y alumnos que lo organizaran. El alumnado siempre paga, aunque a veces lo haga tarde. En cuanto al profesorado del Villa, es una plantilla extraordinaria que combina juventud con veteranía, oficio y mucho compromiso que les lleva a repetir en un centro de difícil desempeño.

La repercusión en las redes sociales y medios de comunicación de la despedida expresa la necesidad de noticias positivas desde la escuela, frente a las informaciones de acoso escolar, agresiones a profesores muchas veces exageradas, etc. La escuela es el lugar donde nacen los sueños y donde crecen los alumnos a todos los niveles. Se forman como ciudadanos y nuestro papel es acompañarles en ese proceso: ese es el sentido profundo de la pedagogía que decían los clásicos.

Con las juntas de evaluación terminadas y entregadas las notas, el final de fiesta parecía las salidas extraescolares de las dos últimas semanas con los grupos a los que doy clase a museos, al centro de Madrid y a la exposición sobre Auschwitz. Pero llegó el paseíllo y las fuertes emociones. Creo que nunca he dado tantos abrazos y tantas veces las gracias. Allí aguanté el tipo como pude, pero leyendo en casa las cartas y escritos de los alumnos y de alguna compañera, la emoción me producía tal congoja que me tuve que ir a refrescar los ojos a un parque. Como dice un amigo, no había llorado más desde ET. Pero no serán lágrimas que se pierdan en la lluvia, son sentimientos fuertes para cuando me asalten las dudas sobre las cosas que merecen la pena en la vida.

Uno no hace las cosas para que se lo agradezcan, sino por profesionalidad, pero entre irse de un lugar con una caja de cartón con los cuatro papeles y objetos personales que ha ido acumulando o recibir este chute de afectividad hay una diferencia. Ojalá se les haga a tantos docentes que se lo merecen como reconocimiento a su entrega: que la escuela les demuestre que les quiere tanto como ellos han querido a la escuela.

Si ha sido un lujo ir cantando a trabajar, ha sido un orgullo hacerlo en la Escuela Pública. Me ha llegado la hora de pasar el testigo a compañeras y compañeros más jóvenes. Lo hago muy tranquilo porque veo que queda una buena cosecha. Solo darles un consejo: que amen su profesión y que eduquen con afecto, porque sin él no hay aprendizaje; que crean en el alumnado; que cooperen con los compañeros y las familias; que trabajen los valores democráticos y los derechos humanos, y que sepan que sin educación no hay transformación.

Cuando los alumnos me preguntan: “¿Y ahora qué vas a hacer?”, respondo lo que siento: “Echaros de menos”. También porque sé que nadie se va del todo mientras alguien le recuerde.

Fuente:
http://www.cuartopoder.es/ideas/opinion/2018/01/08/agustin-moreno-la-despedida-de-un-profesor/

domingo, 21 de mayo de 2017

Entrevista a Henri Sterdyniak, especialista francés en sistemas de jubilación. “El plan es bajar un 20 % las pensiones”

"El sistema francés que Macron quiere reformar es generoso. Los jubilados franceses tienen el mismo nivel de vida que el conjunto de la población, entre ellos hay pocos pobres, muchos menos que en Alemania"

PARÍS - En Francia todavía hay grandes centros de estudios económicos independientes del interés privado. Casi una rareza europea. Creado en 1981 por el gobierno y vinculado a la universidad, el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE) es uno de ellos. El economista Henri Sterdyniak es director de departamento del OFCE y uno de los mayores especialistas en sistemas de jubilación. En esta entrevista explica el funcionamiento del sistema francés y las propuestas para su reforma.

P- ¿Cuál es la especificidad del sistema de pensiones francés en el contexto europeo?
Que es completamente público y relativamente generoso, porque los jubilados tienen más o menos el mismo nivel de vida que el conjunto de la población y entre ellos hay un nivel de pobreza muy bajo. La peculiaridad de Francia para los trabajadores del sector privado es que hay un régimen general al que si se le suman los regimenes complementarios decididos por sindicatos y patronal en acuerdos de empresa, que son igualmente públicos y obligatorios, hace que, en general, las pensiones de jubilación sean satisfactorias.

P-¿Qué diferencia con los alemanes?
Que en Francia el nivel de vida de los jubilados es el mismo que el resto de la población mientras que en Alemania son mucho más pobres, con un nivel de vida que representa el 80% del resto de la población. Desde las reformas Hartz (2002, aplicadas entre 2003 y 2005 en la llamada "Agenda 2010" del canciller Schröder) se desarrolló un sistema privado, por capitalización, mientras que Francia se ha mantenido en un sistema completamente público y social.

P- ¿Esa diferencia explicaría la insistencia alemana en recuperar todas las deudas bancarias, porque, entre otras cosas, esas deudas contienen los dineros de las capitalizaciones de las pensiones que se invirtieron en ciertas aventuras…?
Sí, los franceses no pusieron las pensiones en el mercado financiero…

P- Además, hay otra tendencia demográfica…
Los franceses tienen dos niños por mujer por lo que tenemos una degradación demográfica mucho menor que otros países europeos como España y Alemania. Por eso tenemos una perspectiva de jubilación mejor que otros.

P- ¿O sea, que ese sistema que usted califica de "generoso" es, además, sostenible?
El sistema de pensiones tiene que adaptarse, en parte, a la evolución demográfica, pero además hay una opción social que consiste en decir cuánto hay que hacer pagar a los activos para pagar las pensiones. Cuando la población se mantiene estable es más fácil que cuando disminuye y en el caso francés se puede continuar pagando sin problemas. La opción social consiste en decidir que hay que continuar pagando para que la gente viva satisfactoriamente cuando se jubila.

P-¿Cuáles son las propuestas de cambio del sistema francés en esta campaña?
En Francia la edad de jubilación es de 62 años y para tenerla plena hay que haber trabajado 42 años. Le Pen, como antes Mélenchon, dice que hay que volver al sistema de 60 años tras 40 de trabajo, lo que es muy caro. El candidato de derechas, Fillon, decía que había que pasar rápido a la jubilación a los 65 años. El programa de Macron es reemplazar el actual sistema de cotizaciones por un sistema nacional de puntos. Es la reforma que se hizo en Italia y en Suecia. Se considera que acumulas un patrimonio y al jubilarte se valora tu esperanza de vida según tu fecha de nacimiento y se te da una pensión acorde al valor que acumulas. Se parece a un sistema por capitalización, pero es una capitalización nacional. Es una gran reforma para unificar el sistema. El problema es que hay un periodo transitorio muy complicado de administrar, porque si tienes 50 años has cotizado 25 en un sistema y hay que recalcular tus derechos en otro sistema. Además en el sistema francés hay muchos dispositivos llamados "de solidaridad" que dan derechos a las mujeres que tienen hijos, a los parados, a los enfermos, derechos suplementarios a quienes tuvieron salarios bajos, a los que comenzaron a trabajar muy jóvenes y a quienes tuvieron condiciones de trabajo particularmente duras… Así que hay que replantear todo eso, y ese es el motivo por el que Macron dice que habrá que pensarlo durante 5 años.

P-¿Es socialmente regresivo?
Seguramente sí, porque los mecanismos de solidaridad desaparecerán. Además, cuando llegas a los 60 años, tu esperanza de vida no es la misma si has sido obrero o cuadro. Eso se borra y se considera que a los 60 todos pueden seguir trabajando y si quieres jubilarte tendrás una pensión miserable por lo que hay un riesgo de que sea injusto.

P- Si el actual sistema con tantos matices funciona bien ¿Por qué cambiarlo?
Porque es caro y la idea es ahorrar con las pensiones. Supone el 15% del PIB, es decir más caro que en Alemania (11%), y que en España (11,5%). En Italia supone el 16,5% del PIB. La solución propuesta es bajar el nivel de las pensiones y de los salarios para ser más competitivos.

P-¿Cuál es la exigencia de la UE a este modelo francés?
Quieren que bajemos las pensiones alrededor de un 20% y que aumentemos la edad de jubilación a los 65 años y luego estirarla hasta los 67. Bajar el nivel de las pensiones para bajar las cotizaciones de las empresas a efectos de competitividad. No quieren que aumentemos las cotizaciones.

P-¿Está eso reflejado en el programa de Macron?
Sí, porque aunque él se mantiene en la jubilación a los 62 años, al pasar a su sistema de cuenta nacional, como poco a poco la gente llegará a la jubilación con una esperanza de vida mayor, eso hará bajar automáticamente el nivel de las pensiones. Como en Suecia,  se le dirá a la gente: puedes optar por jubilarte entre los 60 y los 70 años. Pero si lo haces a los 60 te dicen que tienes una esperanza de vida de 28 años, así que tu pensión será muy baja y si la quieres alta tienes que trabajar hasta los 65 o 70 años.  Es un sistema que obliga a la gente a elegir el momento de jubilarse.

P- Macron habla también del "seguro de paro universal" ¿Qué quiere decir?
Actualmente el seguro de paro (en general el 57% del sueldo) está gestionado por sindicatos y patronal. Las empresas cotizan un 4% y los trabajadores un 2,4%. Solo los asalariados tienen derecho. Macron quiere nacionalizar el subsidio de paro y extenderlo a los autónomos. Quiere suprimir el 2,4% de los trabajadores y reemplazarlo por un impuesto del 1,7% para todo el mundo. El problema es que ya no serán los agentes sociales quienes gestionaran la seguridad social, lo que no gusta a los sindicatos, y que no se sabe cómo será gestionado todo eso.

P – La gran propuesta social de Macron es la eliminación del impuesto sobre la vivienda "para el 80% de los franceses".
Macron quiere suprimir el impuesto sobre las fortunas (ISF) y reducir fuertemente los impuestos sobre la renta del capital. Para compensar eso, propone suprimir el impuesto de vivienda para el 80% de la población. Es verdad que ese impuesto es socialmente injusto, pero eliminarlo dañará mucho a los ayuntamientos, que viven de él. Sería mejor reducir los impuestos inmobiliarios, que en Francia son muy altos, y aumentar el IRPF. En lugar de eso se focaliza el impuesto sobre la vivienda para compensar el gran vector de su programa.

Fuente:
http://lirelactu.fr/source/la-vanguardia/573e598c-5c84-4a80-bc94-56521f567c3f

jueves, 8 de octubre de 2015

Me siento solo. Cuatro millones de españoles sufren la soledad, según un estudio reciente.


Ella nada sola mañanas enteras en la piscina municipal del barrio obrero de Carabanchel (Madrid), porque la entrada cuesta un euro y medio. Otras, las pasa en la biblioteca pública, donde puede conectarse a Internet y mirar Facebook. Él cuida de las plantas de su terraza cuando amanece un día soleado y cocina con tiempo y esmero platos para uno. A veces se da cuenta de que hace días que no sale de casa.

Ella nunca se casó, ni tuvo hijos, sus padres murieron y los hermanos se distanciaron. Él se divorció, tampoco tuvo descendencia, y la familia está a 10.000 kilómetros de su piso de Castellón, en la Argentina que dejó hace 21 años. El dinero apenas entra en la cuenta del banco.

Conchi Rico y Gustavo Ferrarese tienen —es casualidad— 53 años. Les separan muchas otras cosas: ella, auxiliar de enfermería, nunca tuvo un trabajo estable, siempre ha ido a remolque, llegó a pasar “hambre de verdad” antes de ser aceptada en el comedor social. Él era un directivo de una multinacional de materiales cerámicos al que le iba muy bien, aficionado a la música, socio de la Asociación Filarmónica de Valencia y abonado del Palau.

Los dos viven solos y se sienten solos. A la soledad llegaron ambos a través del paro. Un paro que poco a poco va haciendo desaparecer a los amigos, que cada vez llaman menos porque para qué, si va a rechazar la invitación porque no puede pagar la cena o el cine. Cuando no se tiene ni para un café, los amigos se pierden.

Conchi no trabaja desde agosto del año pasado y cobra una prestación de 375 euros al mes “sin pagas extras”. Gustavo lleva seis años desempleado, agotó el último subsidio y ahora espera —sin cobrar nada— a que se cumpla un año de plazo y pueda volver a percibir 426 euros. “La soledad pesa mucho, se te caen las paredes”, dice Conchi, que no sabe si podrá celebrar con alguien su cumpleaños este próximo mes de diciembre. “Uno se siente solo cuando prepara una comida muy buena y se la come uno mismo. O cuando han florecido los jazmines de la terraza y en 15 días no ha venido ningún amigo a verlos”, apunta Gustavo.

Ambos forman parte de un nuevo perfil de víctima de la soledad: el parado. “El desempleo es una pérdida de dinero, de prestigio y de poder. Te puede aislar socialmente”, reflexiona Juan Díez Nicolás, premio Nacional de Sociología, que ha dirigido una investigación, publicada la semana pasada, titulada La soledad en España, que aporta el significativo dato de que cuatro millones de españoles se sienten solos.

El trabajo de Díez Nicolás, basado en entrevistas a expertos y 1.206 encuestas, revela que un 20% de los españoles viven solos. De ese porcentaje, la mayoría, casi el 60%, dice que lo hace porque quiere. Solo un 8% de los españoles mayores de 18 años “se puede considerar como realmente aislado, en cuanto a que vive solo por obligación, y no por voluntad propia”, según el estudio, que también ha constatado que no es lo mismo sentirse solo que no estar acompañado. Quienes viven en familia tienen incluso tasas de sentimiento de soledad más elevadas que aquellos que viven solos por opción personal. “La situación laboral es la variable que más contribuye a la sociabilidad. Las personas con trabajo a tiempo completo tienen mayor sociabilidad que quienes no”, subraya el informe.

“Los caladeros de la relación social son fundamentalmente la familia, el vecindario, el colegio, la universidad y el trabajo. Si falta el trabajo falta uno importante”, apunta Rocío Fernández Ballesteros, catedrática emérita de Psicología de la Universidad Complutense, que señala además que el sentimiento de soledad “produce un bucle, porque el individuo no tiene energía suficiente para salir a buscar la relación”.

“Sientes que estás estorbando en todas partes, como nunca tienes dinero parece que vas a que te inviten…”, cuenta Conchi. “Mi soledad no solo es física, es también cultural, intelectual y profesional”, señala Gustavo, que dejó de ir a conciertos y museos porque no puede pagarlos. “Ahora estoy mejor, pero he llegado a estar ingresada por estrés”, relata Conchi. "Hoy me pilla bien, pero hay días que no estoy de ánimo, que no veo luz al final del camino”, reconoce Gustavo.

En última instancia, la patología de la soledad es la depresión, “pero no todos los sentimientos de soledad van acompañados de depresión”, incide Fernández Ballesteros. De hecho, estos “pueden considerarse normales en la vida del individuo, lo importante es la frecuencia en que se tienen”, explica la catedrática, que indica que es necesario también estar solo para el desarrollo personal y la reflexión. El estudio de Díaz Nicolás revela que más de la mitad de la población ha experimentado soledad durante el último año y cerca de uno de cada diez, con mucha frecuencia.

Pero la soledad es un problema “creciente” en la sociedad española, según el sociólogo, ligado también a los nuevos hábitos. “La vida en la gran ciudad, las relaciones afectivas más de usar y tirar, como casi todo en la vida. Se vive el momento”, explica. ¿Es preocupante? “Debe serlo, la soledad no es felicidad”. “La familia y el Estado deben afrontarla”, concluye.

http://politica.elpais.com/politica/2015/10/04/actualidad/1443982460_300003.html

Ideas para evitar la soledad

1. Utilizar todos los medios posibles para relacionarse y participar en actividades.
2. Mantenerse laboralmente activo. 
3. Continuar aprendiendo cosas nuevas a lo largo de la vida.
4. Actualizarse en el campo de las nuevas tecnologías.
5. Cuidar las relaciones con familiares y amigos.
6. Tener aficiones y pasatiempos.
7. Practicar deporte.
8. Profundizar para detectar los motivos de dicho sentimiento.

domingo, 23 de noviembre de 2014

¿Jubilación laboral?

Leído el artículo titulado La jubilación del talento, lamento la foto con el perfil de tipos trajeados que han estado en despachos comiendo y bebiendo, disponiendo de coches y hoteles, contratos y seguros business, derrochando el dinero de las empresas a costa del esfuerzo de los trabajadores. ¿Ahora pretenden contribuir con lo mismo? A ellos son a los que les debían impedir trabajar y perseguir por hacerlo encubierto como hasta ahora.

A los que había que reconocer su experiencia son a aquellos a los que están entre los 60 y 65 años, con la experiencia de 46 años mínimos trabajados y cotizados, a los que incluyen un puñado de quinquenios como sueldo extra y les piden opinión cuando están perdidos. Sin embargo, por su arrogancia nos marginan. Solo ves gestos de indiferencia y si te llaman es para anotarse como suya alguna de tus sugerencias. Cuando la mayoría de las personas prefiere no trabajar tras cumplir los 65 años, no es solo por una “conquista social irrenunciable”, es porque la cultura de nuestra sociedad laboral no les acepta y han sufrido la falta de respeto en sus últimos 10 años.—  Móstoles, Madrid 18 NOV 2014 - cartas al director. El País

martes, 19 de agosto de 2014

Recortes en la jubilación anticipada

A raíz de las noticias sobre los recortes de la jubilación anticipada, dos observaciones.

La primera sería la inseguridad jurídica en la que nos movemos quienes estamos en puertas de la jubilación (es un hecho deleznable que te cambien las normas en mitad del partido) y en segundo lugar, la especie de estigmatización sobre los pensionistas. Muchos de los que ahora estamos en ese tránsito tenemos una amplia carrera de cotización a la Seguridad Social. Hemos pagado, por tanto, muchas pensiones. Ahora tenemos derecho a la nuestra.

Un ruego, señores del Gobierno, dejen de marearnos. Nos sabemos de memoria la historia de la insostenibilidad del sistema, el análisis interesado que se hace con la esperanza de vida, la baja natalidad, los ratios de pensionistas, población en disposición de trabajar, etcétera. Pero, curiosamente, nunca hablan ustedes de gasto en pensiones sobre PIB, y, menos aún, entran en un análisis comparado. Y no es porque no lo sepan, saben perfectamente que estamos, tanto en cifras actuales como futuras por debajo de la media europea. Pero eso no interesa que se sepa.-
 Colmenar Viejo, Madrid 16 AGO 2014

Jubilación a los 61 años

Desde primeros de julio del presente año, la Seguridad Social ha cambiado el criterio a la hora de conceder la jubilación a los 61 años a todas aquellas personas que provengan de un ERE, estén dados de alta en el convenio especial de la Seguridad Social y cumplan todos los requisitos legales.

Ello supone para todos los afectados no poderse jubilar hasta los 63 años, y durante todo este tiempo tener que pagarse de su bolsillo el convenio especial de la Seguridad Social y no percibir la pensión de jubilación. Este cambio de criterio afecta en la actualidad a unas 130.000 personas aproximadamente, que pasarán a engrosar el 21,6% de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza.

Estas son las buenas noticias que nos da el presidente del Gobierno en sus ruedas de prensa.
 L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona 15 AGO 2014 Vicepresidente de Atelcat (Associació de Prejubilats i Jubilats de Telefónica a Catalunya).

domingo, 6 de enero de 2013

Miles de jubilados alemanes, obligados a emigrar porque sus pensiones no les permiten vivir en su país

El año pasado había más de 7.100 pensionistas alemanes instalados en asilos húngaros. Otros 3.000 han decidido pasar sus últimos años en asilos afincados en la República Checa. Las estadísticas oficiales indican que, además, hay otros 600 'refugiados' en Eslovaquia. Y varios centenares repartidos entre España, Grecia y Ucrania. La mayoría de ellos, según explica un reportaje del periódico británico The Guardian, contra su voluntad; no tienen dinero para quedarse en Alemania.

Las pensiones recibidas, en muchos casos, no dan para cubrir los costes de un asilo alemán, dice el rotativo británico. Quedarse en Alemania alcanzada una determinada edad y dependencia cuesta, de media, entre los 2.900 euros y los 3.400 euros al mes. El problema es que estos precios no parecen destinados a reducirse en el corto plazo. Y entre eso y una población cada vez más envejecida, los expertos temen que el número de ‘exiliados’ no pare de crecer en los próximos años.

Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) están visiblemente molestas con la situación. El término “deportación inhumana”, utilizado por algunas de ellas, no puede evitar compararse con tiempos más oscuros para el país, aunque el argumento más recurrente para tratar de remodelar el sistema que cuida, supuestamente, de los ancianos del país es el de que no se puede tratar de esta manera a las personas que construyeron la Alemania moderna, el actual motor económico de Europa, tras la devastación dejada por la II Guerra Mundial.

Pero la crisis del sistema que pretende cuidar de los mayores en Alemania no es ninguna novedad. Por el contrario, parece un problema crónico. Sin embargo, durante los últimos años se habían tapado agujeros gracias a la llegada masiva de inmigrantes del Este europeo, que ejercían de mano de obra (no muy cara) y podían cubrir, de este modo, vacantes sin que los centros tuviesen que aumentar los precios.

El drama va más allá de la irresponsabilidad nacional, que es la bandera que ondean desde el ‘think tank’ de carácter social Sozialverband Deutschland (VdK, por sus siglas en alemán). Hay casos concretos realmente tristes. Algunos los expone la Sociedad de Alzheimer alemana: “En particular, las personas con demencia pueden encontrar dificultades a la hora de orientarse estando inmersos en otra cultura y en una lengua completamente diferente, porque muchos viven en un mundo anclado al pasado, basado en memorias de sus épocas más tempranas”.

Por su parte, los griegos ironizan sobre la situación. Al ser su país uno de los destinos mencionados por el reportaje del diario inglés, algunos periodistas helenos ya han manifestado la posibilidad de que el Gobierno que lidera el conservador Antonis Samarás, que cuenta con el beneplácito de la canciller germana, Angela Merkel, gracias a su predisposición a adoptar las medidas de austeridad dictadas en Berlín, se dedique de ahora en adelante a construir una industria basada en el cuidado de los ancianos alemanes. Podría ser esa, quizá, la salida de la crisis económica que atraviesa el país mediterráneo. B. B.
Fuente: http://www.elboletin.com/index.php?name=internacional&noticia=67310

viernes, 17 de diciembre de 2010

El retraso en la edad de las jubilaciones

El alargamiento de la edad obligatoria de la jubilación de los 65 a los 67 años afectaría de una manera muy desigual a distintos sectores de la población, como consecuencia de que España continúa teniendo clases sociales. Un burgués vive dos años más que un pequeño burgués que, a su vez, vive dos años más que una persona de clase media, la cual vive dos años más que una persona trabajadora cualificada, que vive dos años más que una persona trabajadora no cualificada, la cual vive dos años más que un trabajador no cualificado con más de cinco años en paro. La distancia entre la última y la primera es de diez años. El promedio de la UE-15 es de 7 años. ... es profundamente injusto que todos deban obligatoriamente jubilarse al mismo tiempo. En realidad, para muchos cuyo trabajo es más intelectual que manual y que es fuente de goce y estímulo, tener que jubilarse a los 65 años es un perjuicio que puede dañar la salud de la persona. En EEUU, por ejemplo, un Catedrático puede trabajar hasta que lo desee, siempre y cuando alcance los niveles de exigencia que la universidad exige a todos los docentes. La jubilación es un derecho, no una obligación. No así en España, donde es una obligación, llegando al absurdo de que muchos profesionales deben jubilarse en pleno uso de sus facultades y competencias en profesiones y especialidades (como medicina), donde hay una enorme escasez de profesionales.

Pero este absurdo es incluso más injusto en la persona cuyo trabajo es más manual que intelectual, y para la cual el trabajo no es un instrumento de goce, sino un medio a partir del cual la persona obtiene los medios para poder vivir. Y grandes sectores de la clase trabajadora se encuentran en esta situación. Para esta persona exigirle que trabaje dos años más es una enorme injusticia, y ello debido a que se la homologa con otra persona que, además de tener un trabajo estimulante muy distinto, le sobrevivirá muchos años. Es profundamente injusto pedirle a la mujer de limpieza de la universidad que trabaje dos años más para pagar mi pensión, ya que probablemente le sobreviviré seis u ocho años más.

Pero a esta injusticia se añade otra. Y es que el alargamiento de la esperanza de vida en los últimos treinta años, ha sido también muy desigual. La burguesía, pequeña burguesía y clases medias han visto su vida alargada mucho más rápidamente que la clase trabajadora. En EEUU, país que tiene un sistema de recolección y análisis de estadísticas sociales y vitales mejor que España, las clases con mayores rentas han incrementado notablemente su esperanza de vida durante los últimos treinta años. Tal incremento ha sido mucho menor, sin embargo, en las rentas inferiores (primordialmente trabajadores no cualificados), que no han visto crecer su esperanza de vida ni siquiera dos años, con lo cual el retraso de dos años de su edad de jubilación significaría incluso una reducción de sus periodos de pensionista en comparación con pensionistas en cohortes anteriores (Dean Baker and David Rosnick. The Impact of Income Distribution on the Length of Retirement. Center for Economic and Policy Research. October 2010). La relevancia de estos datos para España es enorme, pues mientras que en EEUU la mitad de los trabajadores que con 58 años trabajan en ocupaciones físicamente exigentes y/o en condiciones difíciles (difficult working conditions), este porcentaje es incluso mayor en España, donde el nivel de cualificación en la fuerza laboral es menor que en EEUU. De ahí puede concluirse que su longevidad es menor y ha crecido menos en los últimos treinta años que las clases de renta superiores. Tratar a todos por igual es una gran injusticia.

Otro problema que existe en la propuesta de retraso de la edad de jubilación es que se basa en supuestos erróneos. El argumento que se utiliza constantemente para indicar que el sistema de pensiones público es insostenible es subrayar que mientras ahora el gasto público en pensiones representa el 9% del PIB, en el año 2050 será del 15%, lo cual consideran que es insostenible. Este argumento lo han hecho una larga lista de instituciones y firmas de sensibilidad neoliberal. Y lo hizo hace unos días el nuevo Ministro de Trabajo, el Sr. Valeriano Gómez, en una entrevista en el rotativo de mayor difusión del país, en que utilizó el mismo argumento. Es más este último indicó que, aún cuando la productividad anual aumentara un 2% o un 2,5%, todavía sería insostenible.

Ello no es cierto. Si el crecimiento anual de la productividad fuera 2%, el PIB en 2050 sería 2.20 veces mayor que ahora. Ello quiere decir que si el PIB ahora es 100, en 2050 sería 220. Pues bien, mientras que ahora 9 unidades (el 9% del PIB) van a pensionistas, en 2050 serían 33 (el 15% del PIB), y para los no pensionistas, en 2050 serían 187 (220-33), mucho más que ahora, que son 91. Es decir, resultado del incremento de la tarta (más del doble), tanto pensionistas como no pensionistas tendrán muchos más recursos, pues estamos hablando de cantidades monetarias con la misma capacidad de compra en 2010 y en 2050. Es más, es probable que el PIB sea incluso mayor, resultado del crecimiento de la población que trabaja (ahora una de las más bajas de la OCDE). Si en lugar de 52% fuera 72% o 75%, el PIB sería incluso mucho mayor. La alarma es totalmente infundada. Lo que el estado debiera hacer es mejorar la productividad del país y facilitar la integración de la mujer al mercado de trabajo, en lugar de alargar obligatoriamente la edad de jubilación. (Vicenç Navarro en Público) Leer más aquí.
Un caso ejemplar de desvergüenza política Los diputados que recortarán nuestras pensiones ya han blindado las suyas. Ver también otra reforma de las pensiones. Leer igualmente ¿Aumentar la edad legal de jubilación?
Ver más aquí.

sábado, 30 de octubre de 2010

Solidaridad, una cuestión de Estado

¿Es justo que personas que cobran más de 200.000 euros al año decidan sobre si se revalorizan o no pensiones que no suponen ni 12.000 euros al año? ¿Es justo que personas que ganan ese sueldo por trabajar sentados en un sillón decidan si un albañil debe jubilarse dos años después de lo estipulado actualmente? Parece que los admistradores no tienen ni idea de los administrados, y cada vez se alejan más de ellos y de sus problemas.- Jorge Javier Prieto. Getafe, Madrid.

Yo entiendo que cuando un país necesita la unión de todos los partidos, para intentar solucionar los problemas económicos que tenemos, es el momento de la solidaridad, de arrimar todos el hombro y de luchar unidos para solucionar los problemas.
Aquí en España parece que es distinto, y es verdaderamente sorprendente que dos partidos políticos nacionalistas, como el Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria, crean más en España que el Partido Popular, un partido que se tilda de españolista.
No les importa que se hunda el país, con tal de conseguir el poder, y ahora parece que predican que no van a hacer nada hasta las elecciones de 2012. Y yo me pregunto, ¿es que han hecho algo en estos últimos años, además de insultar, decir no a todo e intentar manipular la verdad? Señores del Partido Popular, esta es una cuestión de Estado y ustedes no están haciendo nada por España. Su patriotismo no existe y siguen metidos en numerosos casos de corrupción.-Antonio Gamallo. Santiago de Compostela, A Coruña. (El País, 30-10-10)

domingo, 16 de mayo de 2010

Sueldos récord en plena crisis

Los 584 consejeros ejecutivos y altos directivos de las empresas del Ibex 35 cobraron un millón de euros de media en el peor año de la recesión 

El presidente de Martinsa Fadesa, Fernando Martín, saltó a la fama por llevar su empresa a la mayor suspensión de pagos en la historia empresarial española. Martín, sin embargo, sigue presidiendo su empresa y el año pasado ganó 2,6 millones de sueldo. Los altos directivos de las empresas españolas han pasado por la crisis de puntillas. Su retribución alcanzó niveles récord en 2009, el peor año de la crisis, y eso pese a la caída de los beneficios.
Los 584 consejeros ejecutivos y altos directivos de las empresas del Ibex 35 cobraron en 2009 una media de 989.000 euros, según los cálculos realizados por EL PAÍS con los informes de las propias compañías. Ese nivel es el más alto alcanzado nunca por ese colectivo. Supone 113 veces el salario mínimo, frente a las 97 veces de 2005. El salto es más espectacular entre los consejeros ejecutivos, la élite dentro de la élite. Su coste para las empresas ha pasado de 208 a 313 veces el salario mínimo en sólo cuatro años.
...Hay grandes diferencias, no obstante, entre quienes están en lo más alto de la pirámide y el resto. Los 83 consejeros ejecutivos de las empresas del Ibex, entre los que se encuentran los presidentes, consejeros delegados y otros ejecutivos que forman parte de los órganos de administración, ganaron en 2009 una media de 2,7 millones. Dentro de este grupo están los directivos mejor pagados de España, con Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, a la cabeza con 10,2 millones. Le sigue Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, con 5,34 millones más otros 3,05 millones de "gratificación por consecución de objetivos estratégicos plurianuales y situaciones excepcionales y puntuales". Tras él están el presidente del BBVA, Francisco González, con 5,3 millones más 2,8 millones en acciones, y otros dos directivos del Santander: Francisco Luzón (5,8 millones) y Matías Rodríguez Inciarte (5,3 millones). El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ganó 4,2 millones. El de Telefónica, César Alierta, no publica su retribución.
Los otros 501 altos directivos costaron a las empresas una media de 700.000 euros. Se trata de un grupo muy heterogéneo, pues las empresas tienen diferente vara de medir al clasificar a sus empleados como altos directivos. Así, Mapfre declara tener sólo dos y ACS, 50; la pequeña Grifols pone la etiqueta de alto directivo al triple de personas que el gigante Telefónica. Los altos directivos mejor pagados fueron los del Banco Santander, con 3,54 millones de media, seguidos por los de Telefónica (2,73 millones) y de los de BBVA (2,04 millones).

Pensiones multimillonarias
...En el BBVA se jubiló anticipadamente el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, para el que el consejo de administración del banco fijó unos derechos de pensión de 68,7 millones de euros. Asimismo, al cumplir los 65 años, el consejo fijó la pensión del presidente del BBVA, Francisco González, en 79,8 millones, que se externalizaron en una póliza de seguro.
En el Santander, el presidente, Emilio Botín, y el consejero delegado, Alfredo Sáenz, que tenían superada la edad de jubilación, ejercitaron también en 2009 la opción para recibir sus pensiones en forma de capital en la fecha de jubilación efectiva. Al primero le corresponderán 24,6 millones y al segundo, 85,7.
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