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viernes, 22 de diciembre de 2023

“Pasarán millones de años antes de que una máquina pueda volar” y otras predicciones tecnológicas espectacularmente erradas

Máquina voladora de los hermanos Wright

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El primer vuelo humano controlado, propulsado y sostenido, el 17 de diciembre de 1903, en Carolina del Norte, realizado por los hermanos Wright. 

Predecir, según la RAE, es anunciar por revelación, conocimiento fundado, intuición o conjetura algo que ha de suceder.

Aunque el sentido común quizás te diga que no es aconsejable hacerlo, la predicción es necesaria en todos los aspectos de la vida: cualquier decisión involucra algún grado de visualización del porvenir.

Pero, como dijo el brillante físico Neils Bohr, "la predicción es muy difícil, especialmente si es sobre el futuro".

Y cuando voces confiables se aventuran a adivinar qué pasará y fallan, no lo olvidamos.

Digamos que es porque alguna lección se podrá sacar de esos catálogos de errores. Pero, para ser francos, es porque nos entretiene.

Recientemente, por ejemplo, ha circulando un editorial publicado hace 120 años, en octubre de 1903, por The New York Times (NYT), uno de los diarios más respetados y galardonados del mundo.

El titular era "Máquinas voladoras que no vuelan" y en las líneas finales concluía:

"...podría asumirse que la máquina voladora que realmente volará podría evolucionar con los esfuerzos combinados y continuos de matemáticos y mecánicos en entre un millón a 10 millones de años".

Luego, seis semanas después, el 17 de diciembre, los hermanos Wright lograron el primer vuelo sostenido en una aeronave más pesada que el aire.

Recortes del artículo "Máquinas voladoras que no vuelan" Pie de foto,
Recortes del artículo "Máquinas voladoras que no vuelan"
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Recortes del artículo "Máquinas voladoras que no vuelan".

Para ser justos, el autor del artículo estaba comentando sobre un intento frustrado de vuelo que había presenciado.

Por letrado que fuera, no era un célebre físico e inventor, como sí lo fue William Thomson, Lord Kelvin, quien en 1895, declaró que "las máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles".

De hecho, Lord Kelvin es uno de los clásicos del arte de la predicción.

En 1897 concluyó que "la radio no tiene futuro" y en 1900 le aseguró a sus colegas científicos que "los rayos X son un engaño".

Estaba en el umbral de una revolución que traería tecnologías inimaginables.

Y una colección de predicciones erradas icónicas, como la selección que compartimos a continuación sobre algunos de los inventos que utilizamos cotidianamente.

"Una caja de madera"

Televisión antigua

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Es cierto que la caja de madera desapareció, pero la TV triunfó.


 Televisión antigua

“Si bien teórica y técnicamente la televisión puede ser factible, comercial y financieramente es imposible”, sentenció en 1926 Lee DeForest, pionero de la radio” e inventor con más de 180 patentes.

No obstante, la idea de ver imágenes a distancia tenía una larga historia y, en la década de 1920, la fantasía se hizo realidad.

No hubo ningún "inventor" único de la televisión. Participaron un gran número de experimentadores, empresarios y organizaciones públicas.

Mientras se iba perfeccionando, se hacían presentaciones para la prensa y el público.

En 1939, el NYT publicó un artículo titulado “Acto I, Escena I: Las transmisiones a los hogares comienzan el 30 de abril. La Feria Mundial será el escenario” de Orrin E. Dunlap Jr., un periodista especializado en radiodifusión.

A su parecer...

"El problema de la televisión es que la gente debe sentarse y mantener los ojos pegados a una pantalla; la familia estadounidense promedio no tiene tiempo para ello".

Una opinión semenjante fue expresada en 1946 por Darryl Zanuck, cofundador del estudio de cine 20th Century Fox.

“La televisión nunca retendrá una audiencia. La gente se aburrirá muy rápidamente de mirar cada noche una caja de madera contrachapada”.

Contrario a sus predicciones, la televisión es un punto focal importante en la vida diaria de muchos estadounidenses.

Hoy en día, casi el 80% ve televisión a diario.

La persona promedio mira alrededor de 141 horas de televisión al mes o 1.692 horas al año. Suponiendo que alcance la esperanza de vida promedio de 78 años, eso equivale a unos 15 años de su vida.

Y todo eso sólo en Estados Unidos, donde se suponía que la gente no tenía tiempo para eso.

"Una supernova"
 
Ilustración vintage de internet

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Aunque se comenzó a desarrollar antes, fue en 1995 cuando el internet dio pasos firmes en el mercado.


Ilustración vintage de internet

Así como la televisión, internet se fue desarrollando con el tiempo y trabajo de muchos, y fue la World Wide Web la que la puso a disposición de todos.

Aunque estaba ahí desde unos años antes, fue en 1995 que empezó a entrar con paso más firme, y la reacción fue mixta.

Entre los escépticos se destacó el astrofísico Clifford Stoll, quien en su libro "Silicon Snake Oil" predijo:

“No creo que las guías telefónicas, los periódicos, las revistas o los videoclubs desaparezcan a medida que se extiendan las redes informáticas.

"Tampoco creo que mi teléfono se fusione con mi computadora para convertirse en una especie de dispositivo de información”.

Pero la predicción más memorable fue la del pionero de internet Robert Metcalfe, el multimillonario inventor de la tecnología Ethernet y fundador de 3Com Corporation.

En un artículo clásico que publicado en diciembre de 1995 en InfoWorld, escribió:

“Casi todas las predicciones que se hacen ahora sobre 1996 dependen del continuo crecimiento exponencial de internet. Pero predigo que internet (...) pronto se convertirá en una espectacular supernova y en 1996 colapsará catastróficamente”.

Y no se quedó ahí: prometió comerse sus palabras sobre el colapso de internet si la predicción de la “supernova” resultaba errónea.

En 1997, subido en un escenario durante una conferencia internacional sobre la World Wide Web en Santa Clara, California, Metcalfe reconoció que internet no era una supernova.

Como se había comprometido a comerse sus palabras, intentó hacerlo comiéndose un gran pastel decorado para parecerse a su columna InfoWorld.

Pero el público lo abucheó: no se iba a librar tan fácilmente.

Tuvo que razgar la columna de InfoWorld, echarla en una batidora con un poco de agua para hacerla pulpa y comérsela.

A pesar del espectáculo, no todos aprendieron la lección e insistieron en pronosticar el fin de la web.

Sólo un año después, y citando una ley que lleva el nombre de Metcalfe, el renombrado economista Paul Krugman anticipó su inminente desaparición.

“El crecimiento de internet se desacelerará drásticamente a medida que se haga evidente el error en la 'ley de Metcalfe': ¡la mayoría de las personas no tienen nada que decirse entre sí!

"En 2005 quedará claro que el impacto de internet en la economía no ha sido mayor que el de la máquina de fax”.

No sólo erró, sino que ese pronóstico apareció en un artículo que él escribió para la revista tecnológica Red Herring titulado "Por qué las predicciones de la mayoría de los economistas son incorrectas" (no es broma).

Aunque no tuvo que tragarse sus palabras, se aseguró un lugar en este peculiar panteón de la fama.

"Ninguna posibilidad"
 
Steve Jobs, director ejecutivo de Apple Inc., presentando el nuevo iPhone en Macworld en San Francisco el 1 de enero de 2007.

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Steve Jobs, director ejecutivo de Apple Inc., presentando el nuevo iPhone en Macworld en San Francisco el 1 de enero de 2007.


“Los teléfonos móviles nunca sustituirán al teléfono con cable”.

Obviamente, errado.

Lo curioso es que quien lo dijo en 1981 fue nada menos que el inventor del teléfono móvil, Marty Cooper, quien había hecho la primera llamada con celular en Nueva York en 1973.

Y hablando de teléfonos...

"No hay ninguna posibilidad de que el iPhone consiga una cuota de mercado significativa", declaró en 2007 el ex director ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, a USA Today.

"Ninguna posibilidad", subrayó.

"Es posible que ganen dinero. Pero si realmente echas un vistazo a los 1.300 millones de teléfonos que se venden, preferiría tener nuestro software en el 60%, el 70% o el 80% de ellos, que tener el 2% o el 3%, que es lo que Apple podría conseguir”.

Dado que iPhone llegaría a convertirse en el producto tecnológico de consumo más exitoso de todos los tiempos,  probablemente esta sea la peor predicción de la historia.

miércoles, 6 de enero de 2021

_- El profe Lalito y su triciclo escuela en tiempos de coronavirus

_- La suspensión de las clases en Guatemala por la covid-19 aboca a los niños más desfavorecidos al abandono escolar y al trabajo infantil. Un profesor idea una manera ingeniosa de llevar la educación en bicicleta a los alumnos sin acceso a las tecnologías 



Las tres ruedas surcan desde primera hora de la mañana un camino sin asfaltar y embarrado por las últimas lluvias. A golpe de pedal, Lalito Gerardo Amílcar Ixcoy, de 27 años, avanza lentamente por las aldeas de Santa Cruz del Quiché, al norte de Guatemala, llevando a cuestas una escuela móvil en busca del encuentro con su próxima alumna. La niña ya se encuentra en la puerta de su casa colocando una pequeña mesa y un banco de plástico, que será su pupitre al aire libre. A lo lejos, ya atisba a su profesor de Primaria, quien pedalea lentamente su triciclo hasta aparcarlo frente a la estudiante.

Nada más llegar con su correspondiente mascarilla, Lalito se coloca su careta facial, se echa gel hidroalcohólico en sus manos e instala una varilla que mide metro y medio entre el triciclo y la mesa. La varilla finaliza con una mano de cartón en la que se detalla con dibujos en cada uno de los dedos las cinco maneras de saludar sin necesidad de que haya contacto físico: militar, japonés, tailandés, de cejas y apache. Todo ello “para prevenir contagios” de coronavirus, que ya ha provocado más de 1.800 muertes en el país centroamericano desde que se detectara el primer caso el pasado 13 de marzo.

Tres días después, el 16 de marzo, se suspendieron las clases en todos los niveles educativos y, desde entonces, las asignaturas se impartieron virtualmente para la minoría que tiene la posibilidad de conectarse a Internet. Según el último censo realizado en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística de Guatemala, en el país solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que únicamente el 17,2% cuenta con Internet. Esta situación aún es más precaria en el departamento de Quiché, donde únicamente el 9,3% de los hogares tiene computadora y el 4,1% acceso a redes.

“Como no había posibilidades de impartir clases de manera presencial, y conozco los problemas socioculturales que tienen mis estudiantes, cuyas familias muchas veces no saben leer ni escribir y carecen de recursos tecnológicos, como computadoras, teléfonos e Internet, me di a la tarea de buscar un triciclo para poder ir a impartir las clases a sus casas tomando las medidas necesarias”, explica Lalito. Además, indica que cuando se suspendieron las clases, “ya no había respuestas de la mitad de los estudiantes de las tareas que se estaban enviando”. Así fue como este profesor de una escuela privada de Santa Cruz del Quiché, que está realizando su tesis en la Licenciatura de Pedagogía, inventó una escuela móvil, que le permite continuar su labor docente de las materias de Comunicación y Lenguaje, y Matemáticas a sus diez alumnos de entre 11 y 12 años.

El profesor Lalito saluda en una aldea de Guatemala a una de sus alumnas desde la escuela móvil. A. VERA Antes de poner en marcha su iniciativa, Lalito fue casa por casa a hablar con los padres y madres de sus estudiantes para que le dijeran si estaban o no de acuerdo en que llegara en triciclo para que los niños y niñas no perdieran sus clases por la pandemia. “Tras conocer que no habría ningún contacto físico y que iba a tomar las medidas necesarias para protegerlos, la respuesta fue afirmativa y eso me alegró mucho”, destaca.

Para ello, trabajó dos semanas con su hermano en una empresa de estructuras mecánicas a cambio de que le diera el material para construir la escuela en un triciclo al que le colocó un techo de plástico, una pizarra y un vidrio de cristal para evitar cualquier posibilidad de contagio. Gracias a un ahorro de 700 quetzales (85 euros) compró una bicicleta de segunda mano que pintó y en la que instaló toda la infraestructura para convertirla en una escuela móvil que debe recorrer hasta tres kilómetros para llegar a las casas de sus alumnos. Cada día, dependiendo de la distancia, atiende a tres o cuatro a quienes imparte clases individuales de hora y media.

En Guatemala solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que únicamente el 17,2% cuenta con Internet

Lalito reconoce que sí ha tenido un “poco de miedo” por la reacción que podían tener las autoridades del Ministerio de Educación, que le han llegado a pedir sus datos personales. “No sé si para decirme que pare o darme vía libre para seguir con este proyecto”. No obstante, señala que antes de poner en marcha esta iniciativa, se lo comunicó al director de la escuela privada en la que trabaja, quien le autorizó siempre y cuando las familias lo aceptaran, tal como sucedió.

“Muchos padres me dijeron que sus hijos no podían seguir las clases de manera virtual porque no tenían recursos. Y ahora la prioridad es la comida, de modo que, si la escuela iba a ser por Internet, iban a dejar que perdieran este año”, revela el maestro. En este sentido, recalca que el principal objetivo de su proyecto, que denomina tricieducativo, es que “no exista una deserción escolar”.

Abandono escolar y trabajo infantil
Precisamente, Lucía Verdugo, Oficial Nacional de Educación de la Oficina de la Unesco en Guatemala, advierte de que, de prolongarse la suspensión de clases, puede haber consecuencias negativas que “den como resultado un retroceso en los logros alcanzados por el país en términos de cobertura y calidad educativa”, teniendo en cuenta que al inicio de 2020, ya existían desafíos importantes con solo seis de cada diez niños en edad escolar estudiando, según el anuario estadístico del Ministerio de Educación.

“Es difícil precisar en qué medida puede aumentar la deserción escolar, pero sí es una de las consecuencias que podemos prever, principalmente ante las proyecciones que realizan entidades especializadas como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que estima un decrecimiento del PIB en la región latinoamericana de por lo menos un 5,3%, así como el aumento del desempleo y de la pobreza y la pobreza extrema”, que en Guatemala afectaba antes del coronavirus a seis de cada 10 personas (59,3%), según la última Encuesta de Condiciones de Vida realizada en 2014.

Así, la CEPAL advierte en un informe de que el cierre temporal de las escuelas como consecuencia de la pandemia “tiene el potencial de aumentar el trabajo infantil entre uno y tres puntos porcentuales, lo que implicaría que al menos entre 109.000 y 326.000 niños, niñas y adolescentes podrían ingresar en el mercado laboral”.

Casi 800.000 niños, niñas y adolescentes trabajan en Guatemala, de los que 263.247 tienen entre siete y 14 años

Todo ello en un contexto en el que Guatemala va a incumplir su compromiso adquirido en el 2009 a través de una hoja de ruta que buscaba erradicar el trabajo infantil en 2020, que ocupa a casi 800.000 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 263.247 tienen entre 7 y 14 años, según la Encuesta Nacional de Empleo de 2018.

La Jefa de la Unidad de Protección a la Adolescencia Trabajadora del Ministerio de Trabajo de Guatemala, Claudia Peneleu recuerda que en 2016, el Gobierno programó una nueva hoja de ruta en la que, al igual que el resto de países de la región, adquirió el compromiso de alcanzar la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que establece “poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025”.

Peneleu afirma que para Latinoamérica y el Caribe se ha hecho una proyección según la cual, se reduciría en dos puntos porcentuales aproximadamente el trabajo infantil para el 2025 respecto a la situación actual.

La OIT prevé erradicar el trabajo infantil
Por su parte, el Director General de Previsión Social del Ministerio de Trabajo de Guatemala, William Godoy, a pesar de que reconoce que la situación “no es muy alentadora”, asegura que hay un informe de tendencias de la OIT que establece que para el 2040 se podría erradicar el trabajo infantil.

Para evitar que la suspensión de las clases aboque a sus estudiantes a trabajar, el profesor Lalito defiende seguir impartiendo clases. "La educación es esencial para que nuestro país salga adelante". La pobreza, añade, es un “flagelo” que se vive en Santa Cruz del Quiché, de mayoría indígena, que ha provocado que “muchos niños y niñas ya no lleguen a estudiar y opten por un trabajo informal como vender frutas en la calle”.

Por este motivo, decidió llevar la escuela a la puerta de las casas de sus alumnos, a pesar de que el colegio privado en el que trabaja solo le paga una mínima cantidad económica tras cancelarse las clases por la pandemia. E incluso le invitaron a buscarse otro empleo: “Yo no quería dejar a mis niños; quería seguir enseñándoles”. Tras impartir las clases desde su triciclo en el que se lee "Profe Lalito 10", en honor a su número favorito en el fútbol, este maestro sigue trabajando en la empresa de estructuras mecánicas de su hermano para poder sufragar los gastos de su casa, donde vive junto a su esposa e hijo de tres años. “Él es mi motivo de lucha”.

La original iniciativa de Lalito cuenta con el respaldo de su comunidad: 
“Es increíble el cariño que me tienen. A veces, desde las casas me piden que siga adelante y que me cuide, lo que me anima a seguir”. Lalito se muestra sorprendido por la repercusión en la prensa nacional e internacional que ha tenido su escuela a pedales. “Jamás me imaginé que fuera así, únicamente quería hacer felices a mis diez niños y niñas”, añade. Por ello, siempre comienza las clases con ejercicios de estiramientos y calentamientos, y cantando temas infantiles para que "se motiven un poco", teniendo en cuenta que sus estudiantes “se sienten un poco aburridos y estresados”, debido a que no van al colegio.

“Me preguntan cuándo va a acabar esto y si van a regresar a clases”, revela. Durante sus ocho años como docente, dice, sus estudiantes han marcado su vida. “Por su inocencia, su honestidad, su solidaridad y lo buenas personas que son”. Por eso considera que Guatemala “sí tiene futuro, pero hay que motivar mucho a los niños para que sean optimistas. Hay que creer en ellos”. Y arranca de nuevo a pedalear su triciclo educativo en dirección a la casa del siguiente alumno.

sábado, 11 de abril de 2020

Así se las han ingeniado los profesores para dar clase a nuestros hijos

Ahora que han llegado las vacaciones escolares, docentes y psicólogos hacen un balance de estas semanas de enseñanza online

Se cumple casi un mes de confinamiento concidiendo con las vacaciones de Semana Santa para más de diez millones de alumnos en nuestro país. La imagen en muchos hogares españoles sigue siendo la misma: Niños y adolescentes pegados a las pantallas de sus tabletas. Ya no hablan con sus profesores, ahora lo hacen con sus amigos. Algo magnífico e indispensable en tiempos de encierro, en palabras de la psicóloga Arwen Caban: “los adolescentes necesitan ese contacto, ver las caras de sus amigos, es indispensable que les permitamos abusar de ese contacto online y más ahora que están de vacaciones”. Caban aconseja a los padres ser más laxos con los hijos en este tema, aprovechar lo bueno de la tecnología, sobre todo después del esfuerzo que han supuesto estas tres semanas de enseñanza virtual.

¿Cómo han reaccionado los alumnos a la novedad de las clases online?
Paloma Rodríguez lleva 38 años dando clases de matemáticas en un centro privado a las afueras de Madrid. Confiesa que no concibe la educación sin ver a sus alumnos, así que desde el primer día habló con ellos y les propuso seguir con la misma clase de matemáticas diaria a través de la plataforma digital del colegio. La respuesta fue buenísima: “Aparecieron todos enloquecidos diciéndome que no querían estar solos todo este tiempo, que querían verme y estar con sus compañeros; estoy muy satisfecha de lo que hemos conseguido”.

Pero no todos los docentes han vivido la misma experiencia. “Yo he tenido muchos alumnos con problemas de ansiedad, sobre todo niños muy responsables que se han preocupado mucho por su evaluación”, asegura Álvaro Benjumea, profesor de lengua y literatura en el instituto público Pinto Montano de Sevilla. Muchos de los alumnos de este profesor no tienen conexión a la red así que los canales de comunicación no ha sido fáciles: “Abrí un canal de Telegram para comunicarme con mi clase y así es como me he conectado con ellos estas tres semanas a todas las horas, no siempre a la hora de la clase. Ha sido dedicación plena todo el día”. Esfuerzo e ingenio de los profesores para conseguir un objetivo: que los alumnos acaben el curso de la mejor forma posible.

Manuel Bellón, director del colegio Base, un centro privado con más de 800 estudiantes en la localidad madrileña de Alcobendas (Madrid), confiesa que nunca imaginó vivir esta situación con "mis hijos, mis alumnos y mis profesores en casa”. Bellón asegura que lo más complicado de todo ha sido “adaptar el aprendizaje online en tan poco tiempo”, además de cuidar el estado emocional de las familias y de los alumnos: “El objetivo desde el principio fue que no se sintieran solos, hemos intentado estar ahí desde el primer momento atendiéndoles en todos los aspectos incluso con charlas web de psicólogos especializados en jóvenes”.

Las clases se reanudarán el próximo 13 de abril de nuevo a través de una pantalla. El esfuerzo del profesorado se centra en dotar de normalidad esta situación y en asentar los conocimientos obtenidos, con la enseñanza presencial prevista para el curso que viene.

https://elpais.com/sociedad/2020-04-09/video-asi-se-las-han-ingeniado-los-profesores-para-dar-clase-a-nuestros-hijos.html

sábado, 4 de abril de 2020

_- El negocio de controlar nuestras mentes

_- El académico y ensayista Tim Wu reconstruye en Comerciantes de atención. La lucha épica por entrar en nuestra cabeza la historia de la publicidad y la propaganda, que ha desembocado en la distracción permanente de nuestra era

Se sentó frente al ordenador dispuesto a contestar un correo. Pasaron —o más bien volaron— tres horas sin que lo hiciera y acabó preguntándose qué había sucedido. Cuenta el catedrático de Derecho de la Universidad de Columbia, experto en medios y tecnología y especializado en legislación antimonopolio, Tim Wu (Washington, 47 años), que de aquella tarde malgastada acabó saliendo su ensayo Comerciantes de atención. La lucha épica por entrar en nuestra cabeza (Capitán Swing). “Muchos sentimos que hemos perdido el control de nuestras vidas, francamente. Vivir como uno quiere tiene mucho que ver con mantener el control de tu atención y tu tiempo. La idea de que con fuerza de voluntad puedes luchar contra el ambiente que te rodea, es optimista al punto de rozar lo imposible”, apuntaba el pasado 12 de marzo. “Somos como ludópatas en un casino o exalcohólicos pensando que podemos beber una sola copa: perdemos el control y hacemos cosas que no queremos”. A Wu le preocupaba cómo se ha convertido en mercancía nuestra vida, "tanto que hablar con un amigo ha pasado a ser un modelo de negocio para las redes sociales”.

Póster de reclutamiento de la I Guerra Mundial, diseñado por J. M. Flagg.
Póster de reclutamiento de la I Guerra Mundial, diseñado por J. M. Flagg.LIBRARY OF CONGRESS

En su ensayo, este hijo de madre británica y padre taiwanés, ambos inmunólogos, criado en Canadá y formado como abogado en Harvard, rebobina y cuenta la historia de la publicidad, y la de eso que Jürgen Habermas bautizó como la esfera pública, algo que hoy está “totalmente fragmentado” y donde “no se logra resolver ningún debate, ni siquiera el del cambio climático”. Su libro también aborda la propaganda moderna —cuyo nacimiento él sitúa en los carteles de alistamiento de la I Guerra Mundial— y desemboca en Internet, los microfamosos, la cuarta pantalla o los ciberanzuelos.

Carismático y mediático, este profesor, columnista habitual en The New York Times, sabe bien de lo que habla: ha compaginado su carrera académica con el servicio público, trabajando en la oficina del fiscal de Nueva York y más adelante como asesor en asuntos de competencia en la Casa Blanca de Obama, y también pasó una temporada en Silicon Valley empleado en márketing y publicidad. “Eso afectó mi manera de pensar. Una de las cosas que aprendí es que la atención es un bien escaso: nadie escucha nada, tienes que repetir mil veces algo para que cale mínimamente en la gente. Muchos no se dan cuenta de la cantidad de información que es ignorada; la mayoría de las cosas pasan desapercibidas”, señalaba en su despacho donde luce un escritorio de los sesenta que parece sacado de la serie sobre los publicitarios de Madison Avenue, Mad Men, y una placa que trajo de casa de su abuelo en Taiwan.

¿Qué pasó con el idealismo que guió los principios de Internet? “Lo hicimos saltar por los aires. Se pensaba que cuando la humanidad se pudiera comunicar se superarían las diferencias, pero quisimos tenerlo todo y fuimos ciegos ante el corazón capitalista de la empresa”, reflexiona. “Cuando Google y Facebook pasaron a ser empresas de anuncios ganaron mucho dinero y todos los demás también quisieron ser multimillonarios. Además, los ideales del principio no se institucionalizaron, no se construyó nada para fijarlos. La única excepción es Wikipedia, que es lo que Internet pudo haber sido y debió ser”. Wu también señaló a cómo los grandes gigantes pudieron haberse constituido en entidades sin ánimo de lucro, pero este plan se topó con lo que calificó de “agujero negro estadounidense”, ese dar “rienda suelta al capitalismo” y confiar en que las cosas saldrán bien o se arreglarán más adelante.

Durante sus años en la Casa Blanca se frustró. “Hacia el final, miramos a la economía y nos preguntamos si la habíamos inflado. Salvamos la crisis, pero no hicimos un buen trabajo a la hora de frenar la concentración empresarial y la desigualdad”. Integrante del grupo de académicos y expertos conocidos como los “nuevos brandeístas” (herederos intelectuales del juez Louise Brandeis, campeón de la causa antimonopolio), hoy Wu aboga por fragmentar a los cuatro grandes (Amazon, Google, Facebook y Apple) e imponer una legislación antimonopolio acorde con los tiempos, ideas que influyeron el programa de la candidata demócrata, que ya salió de la carrera, Elizabeth Warren. Y Wu cargó con fuerza contra el papel que Facebook vuelve a jugar en la campaña presidencial de 2020. “Una de las cosas que me gusta de la UE es que a veces prohíbe cosas”, argumentaba. “EE UU no está tratando con seriedad los problemas que las redes causan en las elecciones”. ¿La política capta demasiado o demasiado poco la atención del público? “Ambas cosas”, respondía y añadía que la mezcla de política y entretenimiento es un “desastre”, que empuja a una cobertura de la política como la que se hace de las estrellas. “Además, todo acaba reducido a una especie de competición deportiva en la que la única pregunta es cómo van los nuestros, si ganan o pierden”, apuntaba. “Incluso enfrentándonos a un virus, al principio, la mitad de la conversación giraba en torno a si esto es bueno o malo para Trump. Es una locura que eso sea el filtro para interpretar el mundo. Todo se vuelve muy tribal”.

Una de las cosas que me gusta de la UE es que a veces prohíbe cosas. EE UU no está tratando con seriedad los problemas que las redes causan en las elecciones. TIM WU.

Timothy Wu en su oficina en la Universidad de Columbia en marzo.

De vuelta al mundo de la atención que nos es robada desde todos los frentes, el profesor observa en Trump una capacidad extraordinaria para atrapar al público. “Es el rey de los hackers de la atención. Se mete dentro de la cabeza de la gente. Es un showman nato. Como los propagandistas más exitosos, tiene unos mensajes muy, muy, muy sencillos que conectan muy bien, que repite infinidad de veces de forma machacona. El coronavirus es lo único que le está volviendo loco, porque esta vez no logra cambiar la historia y dar un giro al guión”, opina.

Wu prepara un nuevo libro en el que defiende que hoy no se trata de luchar por la libertad de expresión sino por mantenernos libres de propaganda. Acababa de impartir, la misma tarde en que se celebró la entrevista, la primera clase telemática tras anunciarse el fin de toda actividad presencial en el campus, y comentaba que ahora que llegaba “la viralidad de verdad”, dudaba que este término volviera a ser usado de forma casual, como cuando se dice que una noticia o meme se volvió “viral”. Reflexionaba también sobre cómo el coronavirus está paradójicamente impulsando aún más el ciberespacio: “Estamos en una especie de extraño test para ver cuán completo es el mundo virtual que construimos. En la gripe de 1918 te ponían en cuarentena y realmente lo estabas, ahora la idea es que estemos aislados, pero conectados”.

Wu se despidió vaticinando que sería uno de los últimos encuentros cara a cara, y que en unos días nada de eso sería ya posible. Por correo electrónico, una semana más tarde, según avanza la crisis, añade: “Al final Trump si ha logrado convertirse en el centro de atención, metiéndose en peleas con todo el mundo, cambiando su postura cada semana, y convirtiendo sus comparecencias diarias en telerrealidad. ¡Ángela Merkel no puede competir!”

https://elpais.com/cultura/2020-03-28/el-negocio-de-controlar-nuestras-mentes.html?rel=lom

viernes, 22 de noviembre de 2019

El alegato de Mark Zuckerberg en defensa de la clase multimillonaria es profundamente antidemocrático

En su defensa contra la llamada de Bernie Sanders a la desaparición de los multimillonarios, los argumentos de Mark Zuckerberg son elitistas e incorrectos

En respuesta a la afirmación del candidato presidencial Bernie Sanders de que los multimillonarios no deberían existir –y su llamada a gravar su riqueza con impuestos mucho más altos– el Director Ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, con una fortuna de 70.000 millones de dólares, acudió a Fox News para defender a su clase asediada. Los multimillonarios, argumentó, no deberían existir en un "sentido cósmico", sino que en realidad la mayoría de ellos son simplemente "personas que hacen cosas realmente buenas y que ayudan a muchas otras personas. Y te compensan bien por eso”. Zuckerberg también advirtió sobre los peligros de ceder demasiado control sobre su riqueza al gobierno, presuntamente propenso a sofocar la innovación y la competencia y “privar al mercado” de los fondos de sus compañeros multimillonarios para filantropía e investigación científica.

“Algunas personas piensan que, bueno, la clave o la forma de lidiar con este tipo de acumulación de riqueza es: "Hagamos que el gobierno lo tome todo"”, dijo Zuckerberg. "Y ahora el gobierno básicamente puede decidir, ya sabes, toda la investigación médica que se realiza". Lo que Zuckerberg no mencionó es que el impuesto que Sanders propone le costaría 5.500 millones de dólares en su primer año.

El razonamiento de Zuckerberg no es único entre el 1% más rico, especialmente en Silicon Valley: las personas con una riqueza escandalosa se lo han ganado mediante su propia astucia, creando un servicio esencial para el mundo y que promueve el bien común. Su éxito –nos dice este mito– es un reflejo de su capacidad para adivinar lo que es mejor para la sociedad y llevarlo a cabo; sus fortunas son proporcionales a su genialidad. La filantropía, como tal, no es solo una alternativa a pagar más impuestos, sino que es preferible. Después de todo, ¿qué podría saber mejor una cuadrilla de burócratas sin nombre ni rostro que un hombre –sí, generalmente son hombres– que ha construido una riqueza tan vasta? La innovación más crucial, advierte Zuckerberg, solo sucederá si eres lo suficientemente amable con él y sus amigos ricos.

Pese a lo común que es este argumento, resulta que no es cierto. Fijémonos en los cimientos de la fortuna de Mark Zuckerberg, Internet. Internet se desarrolló a partir de una pequeña red del Pentágono destinada a permitir que los militares intercambiasen información durante la Guerra Fría. En su libro The Entrepreneurial State, la economista Mariana Mazzucato muestra que los iPhones –de los que Facebook roba grandes cantidades de datos para venderlos al mejor postor– son en gran parte un conjunto de tecnologías creadas por varias agencias estatales, juntadas por Apple en un mismo elegante producto.

Por otro lado, en vez de allanar el camino para la mejora de los resultados de salud, el afán de beneficios en el sector de la medicina privada ha llevado a las compañías farmacéuticas a producir fármacos lo suficientemente diferentes de los de sus competidores para patentarlos, permitiendo a estas empresas cobrar una renta a los enfermos. Asimismo, los economistas Fred Block y Matthew Keller han descubierto que, de las 88 principales innovaciones clasificadas por la revista R&D como las más importantes entre 1971 y 2006, 77 fueron beneficiarias de una importante financiación federal para la investigación en su desarrollo inicial. "Si uno busca una edad dorada en la que el sector privado hizo la mayor parte de la innovación por sí solo sin ayuda federal", escriben, "uno tiene que volver a la era anterior a la Segunda Guerra Mundial". Así pues, a medida que la derecha ha ido rebajando la reputación del sector público, éste solo se ha vuelto más fundamental para el progreso por el cual el sector privado se ha llevado todo el reconocimiento.

No olvidemos tampoco los innumerables proyectos fallidos e innecesarios surgidos de Silicon Valley en la última década, desde Theranos hasta el Fyre Festival y Juicero. La reciente implosión de la empresa inmobiliaria WeWork, respaldada por SoftBank y JP Morgan Chase, así como la pérdida de un dólar por cada dólar que gana, debería arrojar algunas dudas sobre la supuesta habilidad del sector privado para superar los desafíos más apremiantes de la sociedad, o incluso para elegir ganadores. Además de la financiación gubernamental, la mayoría de las prodigiosas empresas tecnológicas están respaldadas por ejércitos de trabajadores típicamente mal pagados, ya sea que estén manejando Ubers, extrayendo los minerales de tierras raras necesarios para teléfonos inteligentes en condiciones de trabajo brutales o viendo videos espeluznantes hora tras hora para alejarlos de nuestros timelines de Facebook.

Todo esto no es para decir que el sector privado no ha desempeñado un papel importante en impulsar la innovación; al fin y al cabo, alguien tenía que diseñar el iPhone. Pero las fortunas construidas a partir de cada uno de estos nuevos inventos no podrían existir si no fuera por el hecho de que el gobierno –la mayoría de las veces– dio el primer paso, asumiendo unos riesgos en la financiación de la innovación que los emprendedores capitalistas y los prodigiosos inversores generalmente no asumen. "No solo el gobierno ha financiado la investigación más arriesgada", escribe Mazzucato, "sino que a menudo ha sido la fuente de los tipos de innovación más radicales y novedosos". En otras palabras, los Mark Zuckerbergs del mundo pueden hacer cosas buenas. Pero casi nunca lo hacen solos.

Además, la insultante riqueza de los multimillonarios no se gasta –como sugiere Zuckerberg– en investigación de vanguardia y esfuerzos filantrópicos. Después de haber comprado suficientes yates y jets privados, estos invierten su dinero principalmente en enriquecerse a través de la especulación financiera al estilo de los casinos y en bienes inmuebles de lujo en ciudades muy desiguales como San Francisco, Miami y Nueva York, donde la mayoría de las casas vacías actúan como depósitos de seguridad para proteger su riqueza de los impuestos. Su dinero también podría terminar en paraísos fiscales como las Islas Caimán, donde puede permanecer sin ser molestado por los recaudadores del estado. Por todo ello, muy poca de esa riqueza llega al 99% de la población, para quienes la desigualdad se ha disparado y los salarios se han estancado.

Así pues, la defensa de Zuckerberg de la clase multimillonaria es, por encima de todo, profundamente antidemocrática, puesto que pone en duda la capacidad de las masas para decidir qué es lo mejor para sí mientras repite el mito de que el sector público está condenado al despilfarro y al estancamiento. Quizás el mejor argumento para el tipo de políticas que Sanders ha propuesto sería dejar claro que, si bien podrían desempeñar algún papel en la financiación de la investigación avanzada que surge de lugares como ARPA-E y los National Institutes of Health, los multimillonarios no pueden trascender la democracia y tomar todas las decisiones sobre lo que la sociedad necesita y lo que no. En un mundo verdaderamente democrático –donde el trabajo se valorara de manera justa– los multimillonarios no existirían en absoluto.

Kate Aronoff Es periodista en de In This Times, donde cubre elecciones y política relacionada con el cambio climático.

Fuente:
https://www.theguardian.com/commentisfree/2019/oct/21/mark-zuckerberg-plea-biillionaire-class-anti-democratic
Traducción:Miquel Caum Julio

martes, 2 de abril de 2019

Un ataque a la esencia misma de Internet ¡No va mas! Negro el once

Enrique Amestoy
Rebelión

Después de que el Parlamento Europeo votara el pasado 26 de marzo de 2019 la nueva directiva de Copyright, el colectivo Xneti señaló en comunicado que “no sólo es un día negro para los derechos en la era digital, sino también para la calidad democrática de las instituciones europeas”ii.

Finalmente han gana do los lobbies del copyright. Ni gigantes como Google o Facebook han podido impedirlo. El Parlamento Europeo ha aprobado el 26 de marzo la reforma de ley de copyright por 348 votos a favor y 274 en contra y algunas abstenciones. Los controvertidos artículos 11 y 13 (ahora 15 y 17) que generaron el pasado año el“apagón de Wikipedia”iii entre otras tantas movilizaciones de colectivos y personalidades de Internet hoy son ley europea y deberán ser llevados a todos los países comunitarios a las leyes nacionales, donde corresponda regular el copyright, en un plazo máximo de dos años.

Luego de ser aprobada en el Parlamento Europeo, la reforma del copyright deberá ser adoptada por el Consejo de la Unión Europea (que meses atrás había rechazado los artículos 11 y 13 y con eso lograba abrir una ventana de esperanza en defensa de las libertades de internetiv). Ésto podría suceder el próximo 9 de abril.

Lo repudiable y condenable de ésta modificación es que se ataca la esencia misma de Internet en tanto como usuarios no nos limitamos a consumir contenido, sino que también aportamos (compartiendo links, creando nuevos contenidos a partir de los existentes, etc). A partir de esta decisión del Parlamento Europeo habrá que pensar en una nueva Internet, con un modelo similar a la televisión: de un solo sentido. Solamente podremos consumir materiales, noticias y contenidos sin la posibilidad de compartir, por ejemplo, un memev.

Los ahora artículos 15 y 17 obligan al control de todo el contenido subido a Internet. La cantidad de contenidos que se suben hace impensable que la tarea pueda realizarse con humanos moderadores, lo que obligará probablemente a usar filtros automatizados que probablemente no detecten ironía o humor y censuren infinidad de contenidos.

Los “artículos negros” (vea el plato de ruleta: 11, 13, 15 y 17 son negros!!)

Artículo 11, ahora 15 (usos digitales de las publicaciones de prensa): con estas medidas la Unión Europea plantearía la implantación de una especie de tasa Google o Canon AEDEvi. Los editores de publicaciones de prensa podrían gestionar sus derechos de autor, cobrando o no a quienes les enlacen o les usen de fuente cierto importe como pago por hacer uso de dicha información con derechos de autor. Enlazar o citar se convertiría en un verdadero problema tanto en la práctica como en su gestión y sus consecuencias legales. (Fuente kaosenlared.net)

Artículo 13, ahora 17 (vigilancia de contenidos protegidos por parte de proveedores): en este caso la normativa obligaría a las plataformas de contenidos a monitorizar lo que los usuarios suben para comprobar si se violan o no los derechos de autor. Cada servicio tendría que crear un sistema tipo Content ID de YouTube vii que permitiría detectar violaciones de los derechos de autor. No solo de música, sino de cualquier contenido. Sitios como la Wikipedia -aunque la UE planteo este caso como una excepción- o GitHub que abogan por la libre compartición de información y conocimiento, por ejemplo, estarían entre los afectados. (Fuente xataka.com)

Sin dudas estamos ante la presencia de un cambio radical en beneficio de los grandes lobbies del copyright que impacatará en la Internet tal y como la conocemos hoy día. En Latinoamérica no podemos pensar que todo esto será inocuo para nosotros en tanto accedemos a diario a sitios europeos, enlazamos a artículos, imágenes o videos alojados o producidos en la Unión Europea, utilizamos servidores alojados en la Unión Europea y por ende estarán sometidos a la nueva legislación.

La Internet es global, no tiene fronteras, ya está lo suficientemente dominada por los enormes oligopolios trasnacionales (Google, Apple, Microsoft, Facebook ). Ya estos oligopolios son quienes nos filtran, controlan, analizan nuestro comportamiento y con ello nos muestran lo que quieren que consumamos (ya sea con fines comerciales pero fundamentalmente políticos). Ahora serán ellos mismos –pese a haberse opuesto a esta nueva forma de control, porque va en contra de sus intereses comerciales– quienes aplicarán más control y censura sobre nuestro uso y acceso a la “red de redes”.

Latinoamérica lucha contra muros de Trump, amenazas de invasión y bloqueo tanto en Venezuela como Cuba, se plaga de bases militares norteamericanas, los gobiernos viran a la derecha y la ultra derecha. La corrupción de los nuevos gobernantes es alarmante y ya ha llevado a ex presidentes a la justicia y seguro llevará a varios otros (Temer y Moreno los mas “destacados” viiiix). También se mira n con mas “cariño” los TLC con la Unión Europea y ¡¡¡Oh paradoja!!! todos los TLC tienen varios párrafos dedicados exclusivamente a temas de derechos de autor.

Con UNASUR desarmándose, MERCOSUR trabado, nacimiento de PROSUR (a la derecha del sur), destrucción de conquistas civiles en toda Latinoamérica: ¿Cómo posicionamos propuestas alternativas y contrahegemónicas en estos escenarios?

Sin dudas los pueblos, hoy más que nunca, tienen la palabra...



Notas:

i https://xnet-x.net

ii https://xnet-x.net/dia-negro-para-derechos-civiles-en-era-digital/

iii https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Comunicado_del_4_de_julio_de_2018

iv https://www.xataka.com/legislacion-y-derechos/consejo-europeo-ha-rechazado-articulos-11-13-ley-copyright

v https://es.wikipedia.org/wiki/Meme

vi https://es.wikipedia.org/wiki/Tasa_Google

vii https://en.wikipedia.org/wiki/Content_ID_(algorithm)

viii https://www.metroecuador.com.ec/ec/noticias/2019/03/25/wikileaks-anuncia-investigara-presidente-lenin-moreno-caso-inapapers.html

x https://www.telesurtv.net/news/brasil-nueva-denuncia-temer--20190328-0033.html

domingo, 26 de noviembre de 2017

No se fíen de Google

Ganas de Escribir

Aunque, según las encuestas, la mayoría de la gente cree que los buscadores que casi constantemente utilizamos en la red son imparciales, lo cierto es que generan un sesgo muy importante en nuestra percepción del mundo y una influencia unilateral decisiva en nuestras decisiones y actuaciones.

Las webs empresariales utilizan “cookies” y otros procedimientos sofisticados que se instalan en nuestros ordenadores apenas lo consintamos, bien sea deliberadamente o por descuido. Así detectan nuestras búsquedas y a partir de ellas puedan ofrecernos productos comerciales que se adecuen a nuestras aficiones o demandas. En su interesante libro El filtro burbuja: cómo la web decide lo que leemos y lo que pensamos, Eli Parisier explica que, al escribir la palabra “depresión” en un diccionario on line, la web instalará 223 cookies y dispositivos de rastreo para que otras web puedan ofrecer a quien la haya escrito productos antidepresivos: “comparte un artículo de cocina de ABC News -dice en otro lugar del libro- y puede que te acaben persiguiendo por internet anuncios de ollas antiadherentes. Abre -aunque sea por un instante- una página en la que se enumeren signos de que tu mujer puede estar engañándote y prepárate para que te persigan anuncios de pruebas de paternidad”.

Se trata de un procedimiento legal pero que puede dejar de serlo cuando se aplica manipulando los algoritmos que proporcionan las respuestas del buscador, como ha ocurrido con Google. La Comisión Europea multó en junio pasado a este gigante de la red con 2.420 millones de euros por manipular los resultados de búsqueda con el fin de dirigir a los usuarios, de forma inapropiada y en perjuicio de sus competidores, a su propio servicio de compras, Google Shopping.

Pero los buscadores no solo se conciben o incluso se manipulan con fines meramente comerciales sino que también están diseñados para incidir estratégicamente en nuestra percepción del mundo y, por tanto, en los criterios de los que dependen nuestras decisiones personales y políticas. La información que nos proporcionan no es ni mucho menos neutra u objetiva, como generalmente se cree, sino que nos llega previamente filtrada en función del perfil específico que de cada uno de nosotros haya compuesto el algoritmo correspondiente. “La consulta ‘células madre’ -sigue diciendo Parisier en su libro- puede producir resultados diametralmente opuestos en el caso de que los usuarios sean científicos que apoyan la investigación o activistas que se opongan. ‘Pruebas del cambio climático’ puede deparar resultados diferentes a un activista medioambiental y a un directivo de una compañía petrolífera”. Así es como los buscadores introducen un sesgo constante que, sin que seamos conscientes, nos impide disponer de una visión plural de los fenómenos sobre los que, a través de ellos, indagamos en la red. Sin que podamos ser conscientes de ello, van conformando nuestra percepción del mundo.

Y ni siquiera eso es lo peor. Los buscadores no solamente filtran la información disponible para hacernos llegar preferentemente la que previamente parece más adecuada a nuestro perfil predefinido. Además de ello, seleccionan las fuentes de la información y eliminan las que pueden considerarse más indeseables o molestas, por decirlo de alguna manera, para el “saber establecido”. Y, paradójicamente, la excusa que se utiliza para homogeneizar la información y para silenciar la información alternativa es que hay que evitar que se difunda la falsedad y garantizar que en la red se divulgue la verdad. Paradójica, porque el resultado de esa aparentemente noble pretensión es que se fortalecen visiones del mundo que no son precisamente las que mejor reflejan la realidad.

Hace un año, la agencia Reuters publicó un artículo informando del nacimiento de una organización sin fines de lucro que iba a trabajar para fomentar y garantizar la confianza y la verdad en la era digital combatiendo la difusión de noticias falsas. Se llamaba  First Draft Coalition y en ella estarían incluidas grandes corporaciones de la información como Google, Facebook, Twitter, The New York Times, The Washington Post, BuzzFeed News, Agence France-Presse o CNN. Meses más tarde, en mayo pasado, Google seguía esa línea y anunció una actualización de sus directrices para “evaluar la calidad de búsqueda” con el fin de “proporcionar ejemplos más detallados de páginas web de baja calidad para que los evaluadores marquen adecuadamente”. Unos evaluadores que son los que supuestamente tienen como función rechazar las noticias falsas, los “fakes”, las “experiencias molestas para el usuario” y las “teorías de conspiración” hoy día tan abundantes como perniciosas.

Cualquier persona sensata consideraría que el objetivo de Google es bienintencionado, sobre todo, cuando eso se hacía con las miras puestas en evitar el cúmulo de manipulaciones y mentiras de todo tipo que circularon en la red durante las últimas elecciones estadounidenses (aunque habría que decir que no solo entonces, porque la red también fue una fuente de influencia estratégica no explicitada en la elección de Obama).

Sin embargo, lo cierto es que ese cambio de criterios de Google se ha traducido en un nuevo algoritmo de búsqueda con resultados muy significativos: las webs progresistas han resultado silenciadas en los resultados que el buscador proporciona en materias económicas, políticas y sociales de especial trascendencia, produciendo así una disminución sorprendente en el número de personas que las visitan.

El portal  World Socialist Web Site ha analizado los datos estadísticos que proporciona  SEMrush  sobre el tráfico en la red desde junio (cuando comenzaron a aplicarse las nuevas directrices de Google) a septiembre de 2017, y los resultados son bien evidentes: wsws.org cayó el 67%, alternet.org el 63%, globalresearch.ca el 62%, consortiumnews.com el 47%, socialistworker.org el 47%, mediamatters.org el 42%, commondreams.org el 37%, internationalviewpoint.org el 36%, democracynow.org el 36%, wikileaks.org el 30%, truth-out.org el 25%, counterpunch.org el 21% y theintercept.com el 19%. La gráfica siguiente que proporciona  alternet.org con la evolución de visitas a su web habla por sí sola (su editorial sobre el tema aquí).

Hasta un medio tan convencional y vinculado al establishment como The New York Times se hizo eco de los efectos del cambio de directrices de Google sobre las webs alternativas (As Google Fights Fake News, Voices on the Margins Raise Alarmy muchos analistas están tratando de discernir el cambio efectivo que han supuesto las nuevas directrices sobre el uso estratégico de la información en la red.

La pregunta que se hace cualquiera que sepa que las páginas alternativas y de izquierdas son las que resultan silenciadas por estos nuevos criterios es si realmente estas son las webs que principalmente difunden falsedades.

Y lo bueno es que sabemos a ciencia cierta que eso no es así.

El profesor de la Universidad de Elon en Carolina del Norte (Estados Unidos) Jonathan Albright analizó los sitios en donde 306 web de derechas difundieron falsedades y encontró que habían ido a 23.000 páginas a través de 1,3 millones de hipervínculos (The #Election2016 Micro-Propaganda Machine). Mapeó los resultados y le salió la imagen de más abajo en la que se distingue claramente que los mayores difusores de mentiras de derechas a nivel mundial son, precisamente, las grandes corporaciones mediáticas que dicen combatir la difusión de falsedades… silenciando para ello a las páginas web progresistas y de izquierdas.

Pero Albright descubrió algo más. Las grandes corporaciones mediáticas no solo difunden una mentira para que circule lo más ampliamente posible por la red sino que eso se hace de modo que se pueda adoctrinar con la mayor eficacia: “Vi los trackers en esas páginas y me quedé asombrado. Cada vez que alguien da un like a una entrada de Facebook o visita una de esas páginas, los scripts te siguen por toda la web. Y esto permite a empresas de recolección de datos y de influencia, como Cambridge Analytica, identificar con precisión a individuos, a seguirlos por la web y enviarles mensajes políticos muy personalizados. Es una máquina propagandística. Identifica individuos para convencerles de una idea. Es un nivel de ingeniería social que nunca había visto antes. Estás atrapando a la gente y luego les mantienen atados a una correa emocional y nunca les sueltan”   (Google, la democracia y la verdad sobre las búsquedas en internet).

El asunto es serio y conviene ponerse a resguardo. Quien desee disponer de información mínimamente plural y exenta de manipulación no se puede fiar de los grandes buscadores y más concretamente de Google, una especie de Gran Hermano Buscador que ejerce un monopolio de facto sobre el que nadie termina de pronunciarse. Pero, ojo, tampoco de las web de los grandes portales, como Facebook, que aparentemente solo nos ofrecen conectividad y entretenimiento; ni de los grandes medios que son los que en la práctica propagan las mentiras que dicen combatir.

Hay buscadores y fuentes alternativas. No son tan potentes como Google pero permiten sortear las limitaciones de éste último y, sobre todo, sus estrategias profundas y no bien confesadas. Y existen también medios digitales e impresos que ofrecen otra información menos sesgada y más libre que los más conocidos y poderosos, propiedad de las grandes corporaciones. Ya saben que no se puede ser libre sin estar bien informado, así que no se fíen y elijan bien.

Fuente: http://www.juantorreslopez.com/no-se-fien-de-google/

viernes, 25 de noviembre de 2016

Negativo (experimentos que contradicen lo esperado, sabido o dado como sentido común)

El conocimiento, como la ciencia, requiere cultivar una mente abierta y un espíritu crítico

Esta es una columna de castigo y recompensa. Vamos con lo primero. El sentido común y Aristóteles dictaban que las piedras grandes (más pesadas) cayeran más deprisa que las pequeñas (o más ligeras), pero a Galileo le bastó subirse a la torre de Pisa (hay quien dice que no se subió, que es una leyenda, hizo otros experimentos sobre planos inclinados) para demostrar que no era así (la prueba empírica), en lo que puede considerarse el primer resultado negativo de la historia de la ciencia; en él se basan las teorías gravitatorias de Newton y de Einstein, y por tanto toda nuestra cosmología.

En las postrimerías del siglo XIX, Michelson y Morley diseñaron un pulcro y minucioso experimento para medir la velocidad de la Tierra respecto al éter luminífero, el medio en el que se movía la luz, y lo que les salió fue que allí no había éter luminífero ninguno, en otro glorioso resultado negativo que reveló a Einstein que la velocidad de la luz era una constante fundamental de la naturaleza. Einstein, en realidad, ya sospechaba eso por razones de consistencia matemática, pero nadie le habría hecho caso sin el crucial resultado negativo del éter (la prueba empírica).

El anatomista norteamericano Vernon Mountcastle, que murió el año pasado, descubrió en los años cincuenta la estructura fundamental del córtex cerebral, la sede de la mente humana, y se concentró en buscar las diferencias entre unas zonas y otras que pudieran explicar la asombrosa subdivisión del córtex en módulos (visuales, auditivos, sintácticos, semánticos, emocionales, morales y todo lo demás). Redondeando un poco, no encontró ninguna. Las “columnas corticales” descubiertas por Mountcastle se las apañan de algún modo para realizar todas esas tareas tan distintas. Otro resultado negativo fundamental (otra prueba empírica).

Y, tras el castigo, la recompensa. Si la ciencia se hubiera comunicado desde tiempos de Galileo de la misma forma en que nos informamos ahora los legos, el conocimiento seguiría estancado en el siglo XVI. Al informarnos mediante nuestros amigos de Facebook, nuestros contactos de WhatsApp, nuestros seguidores de Twitter y nuestra red de Google, lo que estamos haciendo es ignorar los resultados negativos y garantizar que las opiniones que nos llegan son solo aquellas con las que sabemos que vamos a estar de acuerdo de antemano, y que solo recibamos las informaciones que confirman nuestros prejuicios miopes. Esto es un error garrafal.

El conocimiento, como la ciencia, requiere cultivar una mente abierta y un espíritu crítico. No se puede pensar con claridad sin aprender a inclinar la cabeza en el ángulo adecuado para entender los argumentos contrarios. Sin resultados negativos no hay progreso.

Javier Sampedro. El País.

http://elpais.com/elpais/2016/11/16/opinion/1479308380_498827.html

domingo, 27 de septiembre de 2015

Seis charlas geniales para escuchar en bucle. Tener a un gurú en el salón de casa es posible gracias a TED, un fenómeno de masas por donde han pasado Bill Gates, Edward Snowden o Stephen Hawking.

Cuenta el periodista Carmine Gallo, comunicador y columnista en Forbes.com, que durante una reunión en París con un grupo de jóvenes empresarios, estos le comentaron que estaban realmente cansados de asistir a conferencias impartidas por oradores de la vieja escuela.

–¿De la vieja escuela? –les preguntó Gallo– ¿Y cuál es exactamente la nueva escuela?

– Ya sabes, la de TED–respondieron.

Poco después, en Japón, donde el estadounidense impartía una charla, varias personas se le acercaron para decirle lo mucho que les gustaba el estilo norteamericano de comunicar.

–¿El estilo norteamericano? –repitió Gallo, levantando las cejas.

–Sí, ya sabe, como el de TED –sonrieron los nipones.

Carmine Gallo se percató de que, fuera donde fuera, todo el mundo hablaba de TED, una organización sin ánimo de lucro cuyas siglas significan Tecnología, Entretenimiento y Diseño, y que se dedica, tal y como dice su eslogan, a comunicar “ideas dignas de ser difundidas” (ideas worth spreading).

–Mmmm–, se dijo. Puede que TED sea una idea digna de ser explicada…

Así que Gallo se puso manos a la obra y el año pasado publicó Talk like TED: The 9 public-speaking secrets of the world’s top minds (Habla como TED: Los nueve secretos para hablar en público de las mentes más brillantes del mundo), considerado en EE UU uno de los mejores libros de 2014. El autor estudia la pericia de una serie de oradores que ha conseguido que los ciclos de conferencias iniciados en 1984 se hayan convertido en un referente internacional. Científicos, emprendedores, filósofos, músicos, líderes religiosos, filántropos, médicos, ingenieros, arquitectos, políticos, actores, escritores, fotógrafos, cocineros, economistas, activistas o periodistas. Los perfiles en TED son infinitos y en esa heterogeneidad reside su gran atractivo: todo está interconectado y el mundo está lleno de personas con ideas valiosas que aportar…, aunque no todos sepan comunicarlas.

El poder de la vulnerabilidad, de Brené Brown. Aquí.

¿Sabían que las charlas que se imparten en sus eventos anuales han sido traducidas a 90 idiomas y que algunas han sido visionadas on line hasta 20 y 30 millones de veces? En EE UU es muy común que los profesores utilicen las charlas TED como instrumentos educativos en clase. Lo que empezó como una tendencia de culto, hoy es un auténtico fenómeno de masas. Sin duda es un buen producto. Las conferencias son accesibles a todo el mundo y están impartidas de forma clara, concisa y amena. Pueden verse en cualquier momento y en casi cualquier idioma mediante subtítulos.

Esto ha sido posible gracias a otro gran acierto de su director, Chris Anderson, quien lanzó en 2009 el proyecto Abierto de Traducción para “llegar a esos 4.500 millones de personas en el planeta que no hablan inglés”. De momento, 15.000 voluntarios han realizado 50.000 traducciones en 104 idiomas. Toda una serie de atractivos que hacen que, según Carmine Gallo –que se dedicó a analizar 500 de las mejores charlas de TED, a entrevistar a los conferenciantes y asesorarse por conocidos neurocientíficos– la fórmula TED sea perfecta para nuestro cerebro humano. Sus charlas resultan tremendamente adictivas sin que representen –increíble, pero cierto– ningún peligro para la salud. Todo lo contrario.

¿Matan las escuelas la creatividad?, una charla del experto en

educación Ken Robinson. Aquí.

Estarán de acuerdo en que con más de 1.600 charlas colgadas en la Red es muy difícil decidir cuáles han sido las mejores, pero la audiencia marca su propio ranking. En el indiscutible número uno está la presentación que impartió el experto en educación Ken Robinson, en 2006: Cómo la escuela mata la creatividad, la cual ha tenido 31 millones de visionados. Le sigue la psicóloga social Amy Cuddy con Tu lenguaje corporal modela como eres, impartida en 2012, que ha alcanzado 23 millones de visitas. Otros 20 millones de visionados tiene, por ahora, la conferencia que Simon Sinek, experto en liderazgo, dio en 2010. Y 18 millones la de Brené Brown, El poder de la vulnerabilidad, gracias a la cual, por cierto, Brown fue fichada por la mismísima Oprah Winter, la muy poderosa presentadora de televisión.

 El exempleado de la CIA y la NSA ofrece una charla llamada Así es como recuperamos Internet Aquí.

Puede que estos nombres tan made in the USA no les digan demasiado, pero también hay muchas celebridades que han participado en este exitoso evento. Seguro que conoce a la mayoría: Steve Jobs, Bill Gates, Stephen Hawking o Edward Snowden (intervino mediante telepresencia, claro, ya que tras desvelar los secretos de espionaje de EE UU continúa fugitivo en Rusia desde 2013); Larry Page (cofundador de Google); los expresidentes estadounidenses Al Gore o Bill Clinton; los músicos Bono (U2) o Paul Simon (Simon & Garfunkel); la primatóloga Jane Goodall…

Réplicas locales

Pero lo que les estamos contando es solo la primera y fecunda parte de una historia que promete ser muy larga. Las charlas se propagan a gran velocidad en todo el continente americano, Europa e incluso en Asia, África y Oceanía. Y no solo a través de los visionados. También porque se están multiplicando a gran velocidad los denominados eventos TEDx, iniciativas desarrolladas bajo su licencia para ayudar a las comunidades, organizaciones e individuos a conversar y ser partícipes del espíritu TED a nivel local. Una licencia totalmente gratuita que se otorga a cambio de cumplir una serie de requisitos con el fin de preservar la idea original. Ya se han celebrado en lugares tan dispares como La Habana, Ámsterdam, Río de la Plata, Hong Kong, Johanesburgo, Sidney, Saigón, Tesalónica, Casablanca, Papeete, islas Galápagos..., incluso en la prisión neoyorquina de Sing Sing.

Bill Gates y su charla Cómo los presupuestos del estado 

están rompiendo las escuelas estadounidenses. Aquí. 

Por supuesto, también en España proliferan las TEDx (programas de conferencias locales), tanto en grandes ciudades –el pasado 27 de febrero tuvo lugar un ciclo de siete conferencias en el TEDx del barrio madrileño de Mirasierra bajo el título El cambio eres tú – como en otras poblaciones más pequeñas.

¿Se imaginan cuántas ideas para compartir, cuánto conocimiento expresado a través de un sistema completamente abierto? Esa debe ser quizá la mayor gloria de TED, hacer que las grandes ideas, las iniciativas más innovadoras y los sueños más esperanzadores puedan llegar, literalmente, a todo aquel que tenga acceso a Internet. Es, sin duda, la democratización total del conocimiento y la celebración de la creatividad y de la excelencia.

La iniciativa que TED está llevando a cabo, y muchas otras que están surgiendo en numerosos lugares de nuestro planeta, deberían recordarnos, una vez más, que el mundo, aunque algunos se empeñen en vendernos lo contrario, está lleno de gente admirable, útil e inmensamente sabia. Tenerlo claro nos permite vislumbrar un futuro más ilusionante porque, como reza un dicho hindú “la llama de la sabiduría quema por completo la escoria”. Encima, es divertido y no cuesta dinero. Desde 2005 la organización otorga cada año un premio de un millón de dólares a la persona que haya tenido una gran idea dirigida a cambiar el mundo. En 2014, lo ganó Charmian Gooch con un deseo muy contemporáneo: acabar con la corrupción. Gooch, al mando de Global Witness desde 1993, trabaja para revelar quien está detrás de las sociedades anónimas de todo el planeta y desenmascarar a los personajes que mueven los hilos de estas corporaciones que, amparándose en su invisibilidad, financian guerras y cárteles de droga, saquean Estados o destruyen el medioambiente.

Tu lenguaje corporal modela quién eres, de Amy Cuddy. Aquí.

Un millón para el mejor
En la edición de 2013, el premiado fue alguien con un perfil muy diferente: el educador hindú Sugata Mitra, cuyo sueño es construir una escuela en la nube –escuela virtual– en la que los niños se enseñen unos a otros. Mitra comprobó tras interesantes experimentos (colocó un ordenador en una pared de un barrio muy pobre de Nueva Delhi y vio con cámara oculta cómo los niños aprenden por sí mismos, si están motivados por la curiosidad y el interés de los compañeros), que niños oriundos de aldeas remotas que jamás habían tocado un ordenador, no solo son capaces de apañárselas para manejarlo, sino que se esfuerzan en aprender inglés para entender cómo funcionan los videojuegos.

Cómo los grandes líderes inspiran a la acción, de Simon 

Sinek. Aquí.

En 2010, por poner un tercer ejemplo muy distinto, el galardonado fue el mediático cocinero Jamie Oliver. ¿Su sueño? Revolucionar el mundo de la comida con el fin de animar a los niños y a las familias a alimentarse de forma saludable y a luchar contra la obesidad, una de las lacras del siglo XXI. Un montón de premiados y un montón de buenísimas ideas que pueden conocer al detalle en la web de TED.

Las importancia de las actitudes. Aquí.

 Cómo ser un conferenciante al estilo TED

CARMINE GALLO

1. Libere al experto apasionado que hay en su interior: la pasión y el dominio del tema son las bases para una presentación extraordinaria.

2. Cuente tres historias personales y conecte con el cerebro y el corazón del público. Haga que sus oyentes empaticen.

3. Practique, interiorice su discurso y conviértalo en una charla con amigos.

4. Ofrezca a su público algún dato nuevo e inesperado que sacuda sus ideas y ayude a que vean el mundo con ojos nuevos.

5. Brinde a los espectadores un momento asombroso que provoque una respuesta emocional intensa, de alegría, miedo o sorpresa.

6. Utilice el sentido del humor para que el público baje la guardia. Ojo: sea divertido, pero no se haga el gracioso.

7. No se extienda: 18 minutos es un lapso lo bastante largo para contar algo importante, pero no tanto como para aburrir.

8. Otorgue protagonismo a la imagen: una idea se capta mejor añadiendo algún impacto visual. Y olvide las listas…

9. Muéstrese tal y como es. Sea auténtico, abierto o vulnerable si se tercia. Debe resultar cercano.

Algo de historia

La iniciativa surgió hace 31 años, cuando el arquitecto y diseñador gráfico Richard Saul Wurman organizó, en 1984, el primer evento TED en Monterey, California. Descubrió al mundo los CDs, el ‘e-book’ y los gráficos en 3D. Pero, a pesar del interés que suscitó, a Wurman los números no le cuadraron. Seis años más tarde, y acompañado de Harry Marks, salió bien. Desde entonces, TED organiza tres eventos anuales fijos –TEDConferenceTEDActive yTEDGlobal– y otros ocasionales. Sus cuarteles están en Nueva York y Vancouver, desde donde se selecciona gente con buenas ideas capaz de comunicarlas en 18 minutos para brindar al público “un viaje intelectual y emocional”, según Chris Anderson, al mando de TED desde 2000.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/09/24/buenavida/1443090443_828182.html

Nota para ver los subtítulos en español, si aparecen en inglés:
En la barra inferior del vídeo aparece un recuadro con puntos suspensivos, ... señala con el ratón y aparecerá un listado de idiomas, selecciona el español. También se puede hacer cambiando el enlace. Donde pone, al final del mismo, el signo igual y "en" se sustituye por "es" y se vuelve a actualizar la navegación.