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domingo, 1 de octubre de 2023

_- Quién era Jacobo Árbenz, el último presidente progresista de Guatemala, derrocado por la CIA hace 70 años

Jacobo Árbenz Guzmán (centro), derrocado en una revuelta anticomunista, habla con un grupo de reporteros franceses en París

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_- Jacobo Árbenz Guzmán (centro)

Bernardo Arévalo se convirtió este domingo en el candidato más progresista en ganar unas elecciones en Guatemala desde el gobierno de Jacobo Árbenz, derrocado en 1954. 

 Con un discurso anticorrupción y prometiendo dejar atrás la clase política tradicional, el aspirante obtuvo el 58% de los votos.

La victoria de Arévalo supone un giro en la política guatemalteca que algunos comparan con el que dio su padre, Juan José Arévalo, que se convirtió en el primer presidente democrático del país tras décadas de regímenes militares.

Al finalizar su gobierno en 1951, le sucedió por el coronel Jacobo Árbenz Guzmán y Arévalo designado embajador itinerante.

Pero tras el derrocamiento de Árbenz, los Arévalo tuvieron que exiliarse en el extranjero, por lo que Bernardo nació en Montevideo, la capital uruguaya.

Pero, ¿quién fue Jacobo Árbenz y por qué fue derrocado por la CIA?

De la riqueza a la realidad guatemalteca

Hijo de un inmigrante suizo y una maestra guatemalteca, Árbenz nació el 14 de septiembre de 1913 en el seno de una familia de clase alta en la ciudad de Quetzaltenango, en el suroeste de Guatemala.

Según una biografía escrita por J. C. Cambranes (2011), puede que la familia de Árbenz sellara el destino del que sería futuro presidente con el traslado de su domicilio de la ciudad a una finca rural que regentaba el padre.

Campesinos guatemaltecos empunan machetes de carton durante el III Congreso Nacional Campesino en Ciudad de Guatemala, el 13 de diciembre de 2006.

Campesinos guatemaltecos empunan machetes de carton durante el III Congreso Nacional Campesino en Ciudad de Guatemala, el 13 de diciembre de 2006.

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Jacobo Árbenz entró en contacto con la realidad de su país a los 13 años.

Fue allí donde Árbenz, quien entonces tenía 13 años, “se encontró con la realidad de su país”, de acuerdo a la biografía “Jacobo Árbenz Guzmán: Por la Patria y la Revolución en Guatemala, 1951 - 1954”.

“Conoció personalmente las grandes miserias y el alto grado de explotación a que eran sometidos los campesinos indígenas por los  dueños (finqueros,) que veían en ellos simple mano de obra esclava”, asegura el texto.

“Lo que más impresionó al adolescente Jacobo Árbenz al entrar en contacto con el medio campesino fueron los abusos a que éstos eran sometidos por los patrones (finqueros), administradores, capataces y supervisores”.

Aunque se crio en una familia acomodada, la riqueza familiar se redujo progresivamente con la enfermedad de su padre y su posterior suicidio.

Carrera militar
Las aperturas económicas le impidieron estudiar Ingeniería en la universidad, como se lo había planteado, así que optó por pedir una beca en la Escuela Politécnica de Guatemala -donde se forman los oficiales del Ejército de Guatemala-, pese a que nunca le interesó una carrera militar.

Árbenz obtuvo la beca y en 1936 se convirtió en un joven cadete de la escuela militar, donde se destacó por su disciplina para los estudios.

Jacobo Árbenz

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Jacobo Árbenz renunció a la presidencia el 27 de junio de 1964.

Según el libro "Jacobo Árbenz: Soldado del pueblo, Coronel de la primavera", de Jorge Solares, el joven fue nombrado profesor de Organización y Logística Militar, Historia de América e Historia Militar en 1937, año en el que comenzó una carrera docente que "permitiría ampliar su limitada educación".

"Ya graduado, fue contador de glosa, profesor de química, física, matemática, geometría, mecánica, arte de la guerra, historia universal con énfasis en historia de América Latina y concentrada en el curso sobre Simón Bolívar", cuenta la biografía del expresidente.

Jacobo Árbenz Guzmán y su familia en Suiza en el año 1955.

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Jacobo Árbenz Guzmán y su familia en Suiza en el año 1955.


Primeras elecciones libres

A principios de la década de los 40, se acumulaba el descontento en la población guatemalteca con respecto a la dictadura de Ubico, mientras Árbenz, con apenas 27 años de edad, ya tanteaba ideas para llevar a su país a la libertad.

Estaba fascinado por la Carta de Jamaica de Simón Bolívar, que resume el ideario y los proyectos de liberación de los pueblos de América, y hacía que sus alumnos la leyeran.

De allí habría sacado parte de sus ideas progresistas y revolucionarias.

En 1943, ascendió al grado de capitán y desde allí su avance hacia el poder fue rápido.

Después de la Revolución de octubre de 1944, un movimiento cívico-militar en el que se derrocó al gobierno de facto de Federico Ponce Vaides -sucesor del general Jorge Ubico-, se instauró una Junta de Gobierno conformada por Árbenz, Jorge Toriello Garrido y el mayor Francisco Javier Arana; y se convocó a las que se consideran como las primeras elecciones libres en Guatemala.

La mayoría de la población de Guatemala no tenía acceso a las tierras cultivables.

La mayoría de la población de Guatemala no tenía acceso a las tierras cultivables.

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La mayoría de la población de Guatemala no tenía acceso a las tierras cultivables.

Las elecciones se celebraron en diciembre de 1944, resultando ganador Juan José Arévalo, padre del que será próximo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo.

Cambio "inédito"

Árbenz fue ministro de Defensa durante el gobierno de Juan José Arévalo y se convirtió en su sucesor al ser electo presidente en los comicios de noviembre de 1950.

El militar progresista había propuesto reformas agrarias que se consideraban una amenaza para los intereses de la poderosa corporación estadounidense United Fruit Company en Guatemala.

Poco después del inicio de su gobierno inició un movimiento de renovación ante la rampante pobreza de su país.

Según le contó en 2019 a BBC Mundo el historiador uruguayo Roberto García Ferreira, experto en el golpe de Estado de 1954, la llegada de Árbenz al poder en 1951 supuso un cambio "inédito" para la nación centroamericana.

"En ese momento, Guatemala era un país casi feudal y Árbenz comienza a tomar un grupo de medidas de corte progresista que trataban de solucionar esa situación de atraso que vivía el país", afirmó el también profesor de la Universidad de la República.

Para aquel entonces, las tres cuartas partes de la población guatemalteca controlaban, en conjunto, menos del 10% de las tierras.

Mientras, la United Fruit Company, de Estados Unidos, era dueña de más del 50% de todos los terrenos cultivables, de los que tenía sembrados apenas el 3%.

Clase obrera guatemalteca en los años 40.

Clase obrera guatemalteca en los años 40.

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Estados Unidos temía que Guatemala se volviera un satélite soviético y por eso decidió derrocar a Árbenz


"Es en ese contexto en el que Árbenz dicta una serie de medidas que promueven un cambio social y que llevaron a los guatemaltecos más pobres a sentir que estaban viviendo una época inédita", explicó García Ferreira.

Entrado 1952, los grandes terratenientes locales y la United Fruit Company comenzaron una campaña de deslegitimación contra el gobierno de Árbenz, al que acusaban de seguir los dictámenes de la Unión Soviética.

El hijo del expresidente derrocado, Jacobo Árbenz Vilanova, aseguró en una entrevista con la BBC en 2019 que a la United Fruit Company "no le gustaron los cambios cuando vieron que les afectaba su monopolio".

"Era precisamente la época de mayor apogeo de la Guerra Fría y, entonces, aprovecharon para tildar a mi padre de comunista, que era algo totalmente falso", prosiguió.

"Y así fue como promovieron y justificaron la idea de una invasión".

"Me tuve que esconder debajo de la cama"

Ernesto "Ché" Guevara

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Ernesto "Ché" Guevara estaba en Guatemala durante el golpe de Estado respaldado por la CIA.

Finalmente, la CIA se decidió a intervenir en Guatemala en junio de 1954.

Diseñaron una operación experimental encubierta que denominaron PBSUCCESS y que, según García Ferreira, sería una especie de laboratorio para futuras invasiones estadounidenses en América Latina.

Entre las consecuencias inesperadas que generó el golpe fue que Ernesto "Ché" Guevara, quien se encontraba en Guatemala, se radicalizó y concluyó que la única salida para cambiar las sociedades latinoamericanas era la lucha armada.

El hijo del expresidente tenía apenas 7 años cuando su padre fue depuesto en un golpe de Estado organizado por la CIA.

Todavía recuerda el sonido terrible de aquel 27 de junio que hizo que se diera cuenta de que estaban bombardeado Ciudad de Guatemala.

Ese día, fuerzas de Estados Unidos, apoyadas por varios gobiernos de Centroamérica y el Caribe, lanzaron su ofensiva final contra el gobierno de su padre.

El golpe de Estado había comenzado días antes: en la noche del 18 de junio de 1954, casi 500 soldados al mando del coronel Carlos Castillo Armas habían cruzado la frontera desde Honduras con un único objetivo: poner fin al gobierno de Árbenz.

Más de una semana después, la ofensiva avanzaba indetenible hacia la capital y los aviones de guerra comenzaron a sobrevolar la ciudad.

"Recuerdo que me tuve que esconder debajo de la cama durante el bombardeo", le contó Árbenz Vilanova al programa Witness de la BBC.

Renuncia

Jacobo Arbenz Vilanova

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Jacobo Árbenz Vilanova, hijo del expresidente Jacobo Árbenz, derrocado durante un golpe de Estado promovido por la CIA.

Pero a su edad, todavía no era del todo consciente de que ese día se jugaba no solo la historia de Guatemala sino la de su familia.

"Mi padre pasaba la mayor parte del tiempo en el Ministerio de Defensa. Recuerdo que lucía muy preocupado, moviéndose de un lado a otro, fumando, tratando de pensar qué hacer después"

Cuando las bombas se acercaban al Palacio Presidencial, la familia completa tuvo que escapar.

"Recuerdo que a mis hermanas y a mí solo nos dejaron llevarnos algunos juguetes", contó el hijo del expresidente.

El 27 de junio de 1954, a las 9:00 PM, Árbenz renunció como presidente de Guatemala.

"Con la esperanza", dijo, "de salvar las conquistas democráticas de la Revolución".

Su figura todavía causa controversias y su legado sigue siendo un tabú décadas después.

Para muchos historiadores, el golpe de Estado fue también la puerta para la Guerra Civil que desoló el país años después: más de 250.000 personas murieron y otras 50.000 desaparecieron para siempre.

Jacobo Árbenz

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Una pintura al óleo con el retrato de Jacobo Árbenz se exhibe alrededor de la plaza central de la Ciudad de Guatemala el 20 de octubre 2019, durante las actividades de conmemoración del 75 aniversario de la revolución de 1944.

El expresidente que soñó reformar Guatemala murió en Ciudad de México el 27 de enero de 1971, en la tina de su baño, en un extraño accidente.

El gobierno de Guatemala se disculpó en 2011 con la familia del expresidente Jacobo Árbenz por el golpe respaldado por la CIA.

La petición de perdón tardó 57 años en llegar.

"Pedir perdón tiene implicaciones históricas para el país y para la memoria histórica de los guatemaltecos porque (el golpe) fue cuando comenzó la debacle de nuestro país", le dijo a la agencia AFP Ruth del Valle, jefa de la comisión presidencial de derechos humanos.

miércoles, 23 de agosto de 2023

Bernardo Arévalo, activista anticorrupción, gana las elecciones en Guatemala

La aplastante victoria del candidato de un partido emergente marca el comienzo de un capítulo incierto en la actualidad del país más poblado de Centroamérica.

Este domingo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Guatemala, se registró la victoria aplastante de un activista anticorrupción, lo que significa un impactante castigo al establishment político conservador de la nación más poblada de Centroamérica.

Bernardo Arévalo, un sociólogo políglota de un partido emergente compuesto en su mayoría de profesionales urbanos, obtuvo el 58 por ciento de los votos, con el 98 por ciento de los votos escrutados el domingo, según anunció la autoridad electoral. Su rival, Sandra Torres, una ex primera dama, obtuvo el 37 por ciento de los votos.

Alejandro Giammattei, el actual presidente, a quien la ley le prohíbe buscar la reelección, felicitó a Arévalo y lo invitó a organizar una transición ordenada del poder.

Los resultados oficiales completos se esperan en los próximos días.

La victoria de Arévalo marca un punto de inflexión en Guatemala, una de las principales fuentes de migración a Estados Unidos y una de las naciones aliadas de Washington en la región desde hace mucho tiempo. Hasta el momento en que Arévalo logró colarse a la segunda vuelta tras un sorprendente resultado en la primera vuelta realizada en junio, lo que había moldeado la convulsa campaña había sido la descalificación por parte de las autoridades judiciales de muchos otros candidatos percibidos como amenazas para las élites en el poder del país.

Defendiéndose contra esas tácticas, Arévalo hizo de la lucha contra la corrupción el enfoque central de su campaña. Se dedicó al escrutinio de cómo la frágil democracia de Guatemala, plagada en repetidas ocasiones de gobiernos envueltos en escándalos, ha pasado de implementar estrategias anticorrupción innovadoras a clausurar dichos esfuerzos y forzar a jueces y fiscales a huir del país.

La noche del domingo, Arévalo declaró que una prioridad de su gobierno sería poner fin a la “persecución política” contra distintos empleados gubernamentales y personas que trabajan en materia de corrupción, derechos humanos y medioambiente.

Un votante, Mauricio Armas, de 47 años, dijo que había votado por un candidato en el que creía por primera vez en décadas. Armas, actor y pintor de casas de la capital, Ciudad de Guatemala, afirmó que Arévalo y su partido, Movimiento Semilla, “me parece que es gente que no tiene nexos con el crimen”.

Arévalo, de 64 años, un moderado que ha criticado gobiernos de izquierda como el de Nicaragua, es percibido de todos modos en el entorno político conservador de Guatemala como el candidato más progresista en llegar hasta estas instancias desde que se restableció la democracia en 1985, tras más de tres décadas de gobiernos militares.

Obteniendo gran parte de su apoyo de votantes en las ciudades, la campaña de Arévalo contrastó con la de su rival, quien se enfocó en gran medida en la delincuencia y prometió emular en Guatemala las medidas severas contra las pandillas que ha aplicado Nayib Bukele, el presidente conservador de El Salvador. Torres también resaltó temas sociales —oponiéndose a la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la marihuana— y apoyó el incremento de la asistencia alimentaria y monetaria a las comunidades pobres.

“Ella prometió seguridad, hacer lo mismo que está haciendo el presidente Bukele en El Salvador”, afirmó una simpatizante, Aracely Gatica, de 40 años, una vendedora de hamacas en un mercado del centro de Ciudad de Guatemala.

Estas elecciones marcan el intento fallido más reciente de Torres, de 67 años, quien es exesposa de Álvaro Colom, quien fuera presidente de Guatemala de 2008 a 2012. En 2011 se divorció de Colom, buscando eludir una ley que prohíbe que los familiares del presidente se postulen al cargo. (Colom falleció en enero, a los 71 años).

Aunque se le prohibió postularse en esas elecciones, Torres quedó en segundo lugar en las dos elecciones presidenciales posteriores. Después de las elecciones de 2019, fue detenida bajo cargos de financiamiento ilícito de campaña y pasó un tiempo bajo arresto domiciliario. Sin embargo, un juez cerró el caso a finales del año pasado, lo que le permitió postularse a estas elecciones.

A pesar de algunas diferencias obvias, Arévalo y Torres coincidieron en algunos temas. Ambos candidatos, por ejemplo, llamaron la atención sobre la escasez de infraestructura decente en Guatemala. Fuera de Ciudad de Guatemala, la capital, el país carece de carreteras pavimentadas. Ambos candidatos propusieron construir miles de kilómetros de nuevas carreteras y mejorar las existentes. Ambos también se comprometieron a construir la primera línea de metro de Ciudad de Guatemala.

Aun así, Arévalo simboliza un quiebre con la manera tradicional de hacer política en Guatemala. La contienda se desarrolló en medio de una represión por parte del actual gobierno conservador contra fiscales, jueces, organizaciones sin fines de lucro y periodistas como José Rubén Zamora, el editor de un periódico importante, quien fue sentenciado en junio a hasta seis años de prisión.

Si bien el presidente Giammattei, ampliamente impopular, tiene prohibido por ley buscar la reelección, las preocupaciones sobre un descenso hacia el autoritarismo se han agravado a medida que ha expandido su poder sobre las instituciones del país.

Esta fragilidad institucional se manifestó el domingo. Blanca Alfaro, una magistrada del Tribunal Supremo Electoral, órgano que rige las elecciones de Guatemala, declaró que planea renunciar en los próximos días debido a lo que, afirmó, eran amenazas en su contra. Gabriel Aguilera, otro magistrado del poder electoral, afirmó que también había recibido amenazas.

En Ciudad de Guatemala, un cuerpo de bomberos informó que había respondido a un incendio causado por la explosión de una pequeña bomba casera en un centro de votación en una zona clase media. Si bien no hubo ningún fallecido y el fuego fue apagado rápidamente, los bomberos declararon que habían asistido a varias personas que mostraron señales de estrés emocional. No se supo de inmediato quién fue responsable de la bomba.

Antes de los resultados de Arévalo en la primera vuelta, la victoria de algún abanderado del establishment parecía casi segura. Pero las descalificaciones de varios contendientes, en lugar de beneficiar a los candidatos predilectos del poder establecido, abrieron un camino para Arévalo.

Tras lograr pasar a la segunda vuelta, los esfuerzos consiguientes para evitar que siguiera postulándose a la presidencia por parte de un fiscal —a quién Estados Unidos ha ingresado en una lista de funcionarios corruptos— también fracasaron, ya que motivaron llamados de figuras políticas guatemaltecas de todo el espectro ideológico para que Arévalo continuara en la contienda.

Arévalo es hijo de Juan José Arévalo, un expresidente que todavía es reconocido por haber creado el sistema de seguridad social de Guatemala y proteger la libertad de expresión. Luego de que su padre fuese obligado al exilio en la década de 1950, Arévalo nació en Uruguay y creció en Venezuela, Chile y México antes de regresar a Guatemala siendo un adolescente. Era miembro del Congreso cuando su partido lo eligió este año como su candidato.

En los últimos días, el fiscal que intentó evitar la candidatura de Arévalo, Rafael Curruchiche, revivió su intento de suspender el partido de Arévalo. Citando lo que el fiscal describió como irregularidades en el proceso de recolección de firmas para la creación del partido, Curruchiche afirmó que podría suspender al partido después de las elecciones del domingo y emitir órdenes de arresto para algunos de sus miembros.

Una medida de este estilo debilitaría rápidamente la capacidad de Arévalo para gobernar. Otra señal de inquietud fue el alto nivel de abstención en la segunda vuelta; el 45 por ciento del electorado votó.

Ricardo Barrientos, miembro de un grupo de observadores electorales, dijo que tanto el índice de abstención como el amplio margen de victoria de Arévalo eran esperados y coincidían con las encuestas. “Es una mayoría abrumadora” para Arévalo, dijo Barrientos.

Arévalo se ha comprometido a mitigar la pobreza en Guatemala, uno de los países más desiguales de América Latina, a través de un programa de creación masiva de empleos destinado a mejorar las carreteras y otras infraestructuras. También prometió aumentar la producción agrícola proporcionando préstamos a bajo interés a los agricultores.

Arévalo ha enmarcado estas propuestas como alternativas para evitar que los guatemaltecos emigren a Estados Unidos, donde figuran como uno de los grupos migrantes más grandes. Varios factores alimentan la emigración, incluidas las bajas oportunidades económicas, la extorsión, la corrupción de los funcionarios públicos y la delincuencia.

Arévalo ha hecho de la lucha contra la corrupción y la impunidad el enfoque central de su campaña. Se ha distanciado de sus rivales que buscan emular el tipo de medidas duras contra las pandillas que ha implementado el presidente conservador del vecino El Salvador, alegando que los desafíos de seguridad de Guatemala son diferentes en tamaño y alcance, donde la actividad de las pandillas está concentrada en ciertas partes del país. Arévalo propone contratar miles de nuevos policías y mejorar la seguridad en las prisiones.

William López, un profesor de 34 años de Ciudad de Guatemala que trabaja en un centro de llamadas, dijo que veía a Arévalo y a su partido, Movimiento Semilla, como “la oportunidad de un cambio mejor, ha demostrado que no tiene cola que le machuquen”.

Simon Romero es corresponsal en la Ciudad de México, y cubre México, Centroamérica y el Caribe. Se ha desempeñado como jefe del buró de The Times en Brasil, jefe del buró andino y corresponsal internacional de energía. Más sobre Simon Romero

miércoles, 6 de enero de 2021

_- El profe Lalito y su triciclo escuela en tiempos de coronavirus

_- La suspensión de las clases en Guatemala por la covid-19 aboca a los niños más desfavorecidos al abandono escolar y al trabajo infantil. Un profesor idea una manera ingeniosa de llevar la educación en bicicleta a los alumnos sin acceso a las tecnologías 



Las tres ruedas surcan desde primera hora de la mañana un camino sin asfaltar y embarrado por las últimas lluvias. A golpe de pedal, Lalito Gerardo Amílcar Ixcoy, de 27 años, avanza lentamente por las aldeas de Santa Cruz del Quiché, al norte de Guatemala, llevando a cuestas una escuela móvil en busca del encuentro con su próxima alumna. La niña ya se encuentra en la puerta de su casa colocando una pequeña mesa y un banco de plástico, que será su pupitre al aire libre. A lo lejos, ya atisba a su profesor de Primaria, quien pedalea lentamente su triciclo hasta aparcarlo frente a la estudiante.

Nada más llegar con su correspondiente mascarilla, Lalito se coloca su careta facial, se echa gel hidroalcohólico en sus manos e instala una varilla que mide metro y medio entre el triciclo y la mesa. La varilla finaliza con una mano de cartón en la que se detalla con dibujos en cada uno de los dedos las cinco maneras de saludar sin necesidad de que haya contacto físico: militar, japonés, tailandés, de cejas y apache. Todo ello “para prevenir contagios” de coronavirus, que ya ha provocado más de 1.800 muertes en el país centroamericano desde que se detectara el primer caso el pasado 13 de marzo.

Tres días después, el 16 de marzo, se suspendieron las clases en todos los niveles educativos y, desde entonces, las asignaturas se impartieron virtualmente para la minoría que tiene la posibilidad de conectarse a Internet. Según el último censo realizado en 2018 por el Instituto Nacional de Estadística de Guatemala, en el país solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que únicamente el 17,2% cuenta con Internet. Esta situación aún es más precaria en el departamento de Quiché, donde únicamente el 9,3% de los hogares tiene computadora y el 4,1% acceso a redes.

“Como no había posibilidades de impartir clases de manera presencial, y conozco los problemas socioculturales que tienen mis estudiantes, cuyas familias muchas veces no saben leer ni escribir y carecen de recursos tecnológicos, como computadoras, teléfonos e Internet, me di a la tarea de buscar un triciclo para poder ir a impartir las clases a sus casas tomando las medidas necesarias”, explica Lalito. Además, indica que cuando se suspendieron las clases, “ya no había respuestas de la mitad de los estudiantes de las tareas que se estaban enviando”. Así fue como este profesor de una escuela privada de Santa Cruz del Quiché, que está realizando su tesis en la Licenciatura de Pedagogía, inventó una escuela móvil, que le permite continuar su labor docente de las materias de Comunicación y Lenguaje, y Matemáticas a sus diez alumnos de entre 11 y 12 años.

El profesor Lalito saluda en una aldea de Guatemala a una de sus alumnas desde la escuela móvil. A. VERA Antes de poner en marcha su iniciativa, Lalito fue casa por casa a hablar con los padres y madres de sus estudiantes para que le dijeran si estaban o no de acuerdo en que llegara en triciclo para que los niños y niñas no perdieran sus clases por la pandemia. “Tras conocer que no habría ningún contacto físico y que iba a tomar las medidas necesarias para protegerlos, la respuesta fue afirmativa y eso me alegró mucho”, destaca.

Para ello, trabajó dos semanas con su hermano en una empresa de estructuras mecánicas a cambio de que le diera el material para construir la escuela en un triciclo al que le colocó un techo de plástico, una pizarra y un vidrio de cristal para evitar cualquier posibilidad de contagio. Gracias a un ahorro de 700 quetzales (85 euros) compró una bicicleta de segunda mano que pintó y en la que instaló toda la infraestructura para convertirla en una escuela móvil que debe recorrer hasta tres kilómetros para llegar a las casas de sus alumnos. Cada día, dependiendo de la distancia, atiende a tres o cuatro a quienes imparte clases individuales de hora y media.

En Guatemala solo dos de cada 10 hogares (21,2%) disponen de ordenador, mientras que únicamente el 17,2% cuenta con Internet

Lalito reconoce que sí ha tenido un “poco de miedo” por la reacción que podían tener las autoridades del Ministerio de Educación, que le han llegado a pedir sus datos personales. “No sé si para decirme que pare o darme vía libre para seguir con este proyecto”. No obstante, señala que antes de poner en marcha esta iniciativa, se lo comunicó al director de la escuela privada en la que trabaja, quien le autorizó siempre y cuando las familias lo aceptaran, tal como sucedió.

“Muchos padres me dijeron que sus hijos no podían seguir las clases de manera virtual porque no tenían recursos. Y ahora la prioridad es la comida, de modo que, si la escuela iba a ser por Internet, iban a dejar que perdieran este año”, revela el maestro. En este sentido, recalca que el principal objetivo de su proyecto, que denomina tricieducativo, es que “no exista una deserción escolar”.

Abandono escolar y trabajo infantil
Precisamente, Lucía Verdugo, Oficial Nacional de Educación de la Oficina de la Unesco en Guatemala, advierte de que, de prolongarse la suspensión de clases, puede haber consecuencias negativas que “den como resultado un retroceso en los logros alcanzados por el país en términos de cobertura y calidad educativa”, teniendo en cuenta que al inicio de 2020, ya existían desafíos importantes con solo seis de cada diez niños en edad escolar estudiando, según el anuario estadístico del Ministerio de Educación.

“Es difícil precisar en qué medida puede aumentar la deserción escolar, pero sí es una de las consecuencias que podemos prever, principalmente ante las proyecciones que realizan entidades especializadas como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que estima un decrecimiento del PIB en la región latinoamericana de por lo menos un 5,3%, así como el aumento del desempleo y de la pobreza y la pobreza extrema”, que en Guatemala afectaba antes del coronavirus a seis de cada 10 personas (59,3%), según la última Encuesta de Condiciones de Vida realizada en 2014.

Así, la CEPAL advierte en un informe de que el cierre temporal de las escuelas como consecuencia de la pandemia “tiene el potencial de aumentar el trabajo infantil entre uno y tres puntos porcentuales, lo que implicaría que al menos entre 109.000 y 326.000 niños, niñas y adolescentes podrían ingresar en el mercado laboral”.

Casi 800.000 niños, niñas y adolescentes trabajan en Guatemala, de los que 263.247 tienen entre siete y 14 años

Todo ello en un contexto en el que Guatemala va a incumplir su compromiso adquirido en el 2009 a través de una hoja de ruta que buscaba erradicar el trabajo infantil en 2020, que ocupa a casi 800.000 niños, niñas y adolescentes, de los cuales 263.247 tienen entre 7 y 14 años, según la Encuesta Nacional de Empleo de 2018.

La Jefa de la Unidad de Protección a la Adolescencia Trabajadora del Ministerio de Trabajo de Guatemala, Claudia Peneleu recuerda que en 2016, el Gobierno programó una nueva hoja de ruta en la que, al igual que el resto de países de la región, adquirió el compromiso de alcanzar la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que establece “poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025”.

Peneleu afirma que para Latinoamérica y el Caribe se ha hecho una proyección según la cual, se reduciría en dos puntos porcentuales aproximadamente el trabajo infantil para el 2025 respecto a la situación actual.

La OIT prevé erradicar el trabajo infantil
Por su parte, el Director General de Previsión Social del Ministerio de Trabajo de Guatemala, William Godoy, a pesar de que reconoce que la situación “no es muy alentadora”, asegura que hay un informe de tendencias de la OIT que establece que para el 2040 se podría erradicar el trabajo infantil.

Para evitar que la suspensión de las clases aboque a sus estudiantes a trabajar, el profesor Lalito defiende seguir impartiendo clases. "La educación es esencial para que nuestro país salga adelante". La pobreza, añade, es un “flagelo” que se vive en Santa Cruz del Quiché, de mayoría indígena, que ha provocado que “muchos niños y niñas ya no lleguen a estudiar y opten por un trabajo informal como vender frutas en la calle”.

Por este motivo, decidió llevar la escuela a la puerta de las casas de sus alumnos, a pesar de que el colegio privado en el que trabaja solo le paga una mínima cantidad económica tras cancelarse las clases por la pandemia. E incluso le invitaron a buscarse otro empleo: “Yo no quería dejar a mis niños; quería seguir enseñándoles”. Tras impartir las clases desde su triciclo en el que se lee "Profe Lalito 10", en honor a su número favorito en el fútbol, este maestro sigue trabajando en la empresa de estructuras mecánicas de su hermano para poder sufragar los gastos de su casa, donde vive junto a su esposa e hijo de tres años. “Él es mi motivo de lucha”.

La original iniciativa de Lalito cuenta con el respaldo de su comunidad: 
“Es increíble el cariño que me tienen. A veces, desde las casas me piden que siga adelante y que me cuide, lo que me anima a seguir”. Lalito se muestra sorprendido por la repercusión en la prensa nacional e internacional que ha tenido su escuela a pedales. “Jamás me imaginé que fuera así, únicamente quería hacer felices a mis diez niños y niñas”, añade. Por ello, siempre comienza las clases con ejercicios de estiramientos y calentamientos, y cantando temas infantiles para que "se motiven un poco", teniendo en cuenta que sus estudiantes “se sienten un poco aburridos y estresados”, debido a que no van al colegio.

“Me preguntan cuándo va a acabar esto y si van a regresar a clases”, revela. Durante sus ocho años como docente, dice, sus estudiantes han marcado su vida. “Por su inocencia, su honestidad, su solidaridad y lo buenas personas que son”. Por eso considera que Guatemala “sí tiene futuro, pero hay que motivar mucho a los niños para que sean optimistas. Hay que creer en ellos”. Y arranca de nuevo a pedalear su triciclo educativo en dirección a la casa del siguiente alumno.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Estados Unidos intervino tras la Segunda Guerra Mundial en Corea, Filipinas, Indochina, Italia, Grecia o Guatemala

_- La “injerencia” rusa en la política de Estados Unidos, un doble rasero

Enric Llopis
Rebelión

Es la primera condena por la llamada “trama rusa” de apoyo al candidato Trump en las elecciones de 2016. George Papadopoulos, exasesor en Política Exterior del actual presidente de Estados Unidos, fue condenado el cinco de septiembre a 14 días de prisión. En mayo de 2017 el exdirector del FBI, Robert Mueller, fue designado Fiscal Especial para la investigación del denominado “Rusiagate”; Mueller ha imputado a 12 agentes de la Inteligencia rusa por el presunto “pirateo” de la red informática de la campaña electoral del Partido Demócrata.

El Secretariado del Comité Nacional Demócrata (DNC) presentó el pasado 20 de abril una demanda en un tribunal federal de Nueva York contra Trump, el Gobierno de la Federación Rusa y WikiLeaks por las supuestas “interferencias”. “Rusia lanzó un asalto total a nuestra democracia y encontró un socio voluntario y activo en la campaña de Trump”, afirmó Tom Pérez, líder del Partido Demócrata. Los medios informativos han dado cuenta de estas “conexiones”; por ejemplo, “Los nexos del secretario de Comercio de Estados Unidos, con amigos de Putin y PDVSA” (petrolera estatal venezolana), tituló en noviembre de 2017 la edición española de The New York Times.

Una perspectiva diferente puede hallarse en una entrevista del economista y politólogo C. J. Polychroniou a Noam Chomsky en el libro “Optimismo contra el desaliento. Sobre el capitalismo, el imperio y el cambio social” (Ediciones B, 2017). Según el lingüista y activista estadounidense, “tras la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos se dedicó a restaurar el orden conservador tradicional (…); a veces la tarea requería una considerable brutalidad”. Chomsky menciona el ejemplo de Corea del Sur, donde las fuerzas de seguridad dirigidas por Estados Unidos asesinaron a cerca de 100.000 personas a finales de la década de 1940, antes del inicio de la Guerra de Corea (1950-1953).

Así, el Gobierno Militar de Estados Unidos en Corea (USAMGIK) constituyó la autoridad principal entre septiembre de 1945 y el verano de 1948; su hombre fuerte para la parte sur de la península era el político derechista Syngman Rhee, “quien utilizó a la nueva policía para aplastar por la fuerza a la izquierda; las detenciones arbitrarias, extorsión, tortura y represión de las manifestaciones en la calle se convirtieron en moneda común”, escribió la activista Kim Bullimore (Red Flag, agosto 2018). El Informe de la Comisión de las Naciones Unidas para Corea (1949) señaló que -de acuerdo con la ley de seguridad nacional- 89.710 personas fueron detenidas entre septiembre de 1948 y abril de 1949; además, la represión de las insurrecciones populares en la provincia de Cholla Namdo y la isla de Jeju se saldó con decenas de miles de muertos.

Imagen: blog de El Viejo Topo El investigador William Blum dedica a Filipinas un capítulo del libro “Asesinando la esperanza: intervenciones de la CIA y el ejército de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial” (Oriente, 2005 y Blog del Viejo Topo, 2016). El ejército estadounidense desembarcó en las islas en 1944; mientras las fuerzas norteamericanas combatían la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, “desarmaron numerosas unidades huks (apócope de Hukbalahap: “Ejército del Pueblo contra Japón”, en Tagalo), quitaron las autoridades locales que habían establecido los huks y arrestaron y encarcelaron a muchos de sus altos dirigentes, al igual que a los líderes del Partido Comunista Filipino”; en la acción represiva, Estados Unidos se apoyó en terratenientes, grandes propietarios y oficiales de la policía que habían colaborado con los ocupantes.

Los huks fueron unas guerrillas organizadas en 1942 -a iniciativa básicamente del Partido Comunista- para enfrentarse a la ocupación nipona y cuya reivindicación principal era la reforma agraria. En las elecciones presidenciales de 1946 resultó vencedor Manuel Roxas, del Partido Liberal de Filipinas, quien contaba con el apoyo de Estados Unidos; tras los comicios, subraya William Blum, se produjo la destrucción de aldeas, más de 500 campesinos y sus dirigentes fueron asesinados y cerca de 1.500, desaparecidos, encarcelados o torturados. En enero de 1946, The New York Times informó que Estados Unidos estaba entrenando y equipando a 50.000 soldados filipinos; “un acuerdo de 1947 proporcionaba localizaciones para 23 bases militares (norteamericanas) en el país”, añade el historiador y periodista independiente.

Otro ejemplo es el de Indochina (tres regiones de Vietnam, además de los protectorados de Laos y Camboya) cuya primera guerra de independencia concluyó con la derrota del imperialismo francés -en 1954- ante el ejército del Viet Minh. “Las guerras de Indochina son el caso más extremo, el crimen más atroz posterior a la Segunda Guerra Mundial”, afirma Noam Chomsky. Militante de la IV Internacional y autor del libro “Communisme et nationalisme Vietnamien”, Pierre Rousset subraya que la intervención de Estados Unidos fue –en el contexto de la Guerra Fría- anterior a la derrota francesa en la batalla de Dien Bien Phu.

En el artículo “Sobre la importancia de la guerra estadounidense en Indochina” (Europe Solidaire y Viento Sur, 2015), Rousset destaca que Vietnam se convirtió, tras el triunfo de la Revolución China, en 1949, y el revés al colonialismo francés en 1954, en uno de los ejes de la geopolítica mundial. Estados Unidos promovió una “guerra total” en Indochina durante dos décadas (1955-1975); menciona como ejemplo el uso del Napalm, los defoliantes y las bombas de fragmentación; “los bombarderos gigantes B52 operaban, devastadores, desde gran altura; se arrojaron contra el territorio indochino el doble de toneladas de bombas que las lanzadas por el conjunto de los aliados en todos los frentes de la Segunda Guerra Mundial”, concluye el autor de “Le Parti Communiste Vietnamien”.

Las “interferencias” se extendieron por todo el planeta. El historiador suizo Daniele Ganser ha investigado las injerencias estadounidenses en Europa. Publicó el libro de 388 páginas “Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa Occidental” (El Viejo Topo, 2010 y Red Voltaire en Internet), que dedica capítulos a la guerra secreta en Italia, Francia, Grecia, España, Portugal, Bélgica, Alemania, Dinamarca y Noruega, entre otros países. Sobre Italia, afirma este autor, “el ejército Gladio, dirigido por los servicios secretos italianos, participó activamente en esa guerra no declarada, con la complicidad de los terroristas de extrema derecha; a falta de invasor soviético, las unidades paramilitares anticomunistas entrenadas por la CIA se dedicaron a realizar operaciones internas para influir en la vida política nacional”.

El magistrado Felice Casson reveló la existencia de la red Gladio durante la investigación, en 1984, de un atentado con bomba perpetrado 12 años antes en la localidad de Peteano, que causó la muerte de tres carabineros y el gobierno atribuyó a las Brigadas Rojas. “El juez Casson logró probar que el explosivo utilizado en Peteano era el C4, la sustancia explosiva más poderosa de aquel entonces y que también formaba parte del arsenal de las fuerzas de la OTAN”, explica Ganser; además el magistrado descubrió que, tras el auto-atentado, se hallaban grupúsculos de extrema derecha –Ordine Nuovo- y los servicios secretos del ejército (SID).

En 1990, una resolución del Parlamento Europeo sobre el asunto Gladio protestaba por el hecho de que determinados “ámbitos militares estadounidenses del SHAPE (Cuartel General de las Fuerzas Aliadas en Europa) y la OTAN” hubieran promovido en el continente esta “estructura clandestina de información y actuación”. Por otra parte, en el contexto de la guerra civil griega y la proclamación de la doctrina Truman (1947), Daniele Ganser destaca que Grecia se convirtió en el primer país invadido por Estados Unidos durante la Guerra Fría; el precedente griego se extendería a Corea, Irán, Cuba, Camboya y Panamá, entre otros países.

En “Cómo funciona el mundo. Conversaciones con David Barsamian” (Katz y Clave Intelectual, 2012), Chomsky menciona un documento de la CIA de 1952 sobre Guatemala, que describe la coyuntura del país como “adversa a los intereses estadounidenses” por la “influencia comunista (…) basada en la militancia por la reforma social y las políticas nacionalistas”; el informe advertía que las políticas “revolucionarias y nacionalistas”, que incluían la “persecución de los intereses económicos extranjeros, sobre todo en el caso de la United Fruit Company” contaban con apoyo popular. La Revolución de Octubre de 1944 en Guatemala terminó con la dictadura del general Jorge Ubico Castañeda, en el poder desde 1931. Al triunfo del movimiento revolucionario, en el que participaron maestros, universitarios, obreros y militares, siguió la convocatoria de elecciones presidenciales libres (diciembre de 1944) y la aprobación de la Constitución de 1945. Entre los logros del primer presidente electo, Juan José Arévalo, figura la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y el Código de Trabajo.

En 1950 ganó las elecciones Jacobo Arbenz, uno de los jóvenes oficiales que lideró la Revolución de Octubre. Arbenz impulsó una Ley de Reforma Agraria que pretendía la “liquidación de la propiedad feudal en el campo” (Prensa Libre, mayo 1952). El informe “Guatemala, Memoria del Silencio” (1999) de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) resalta que en 1954 se habían beneficiado de la reforma agraria más de 138.000 familias campesinas, la mayoría indígenas; a la compañía United Fruit Company, que mantenía sin cultivar el 85% de sus 220.000 hectáreas, se le expropiaron 156.000 hectáreas (el 64% de su superficie). El documento de la CEH añade que, en agosto de 1953, “J. C. King, jefe de la CIA para el hemisferio occidental, informó al presidente Eisenhower sobre el plan PBSUCCESS, que consistía en desplegar una enorme operación de propaganda anticomunista en la que también se llevaría a cabo una invasión armada de Guatemala”. Un golpe de estado orquestado por la CIA forzó la renuncia -en junio de 1954- de Jacobo Arbenz y elevó a la presidencia a Castillo Armas, que derogó la Ley de reforma agraria.

martes, 14 de marzo de 2017

Naturalista italiano, se hizo pasar por inmigrante sin papeles para viajar de Guatemala a EE UU y contarlo en 'El camino de la bestia'. Flaviano Bianchini: “En México, los bananos valen más que las personas”

Quien recuerde Cabeza de turco —la experiencia de Günter Wallraff, que se hizo pasar por inmigrante turco para padecer y retratar sus duras condiciones de vida en la Alemania de los ochenta— entenderá bien El camino de la bestia, un libro de simulación y pesadilla como el que hizo vibrar a Europa en 1985.

Flaviano Bianchini, italiano nacido en 1982, decidió despojarse de su identidad, sus documentos y su ropa y se inventó a Aymar Blanco, un falso peruano que emprende desde Guatemala el camino ilegal para llegar a Estados Unidos. Tardó 21 días en atravesar México escondido en trenes, encarcelado a veces, refugiado otras, dormido en contra de su voluntad cuando le vencía el sueño, saqueado en el camino y mareado en el desierto, pero más de tres años en escribirlo ante el bloqueo que sufrió por una experiencia que “escribía, borraba, reescribía y borraba otra vez porque no lograba ponerle sentido”.

- Usted siempre podía abandonar, proclamar que era italiano y evitar la cárcel, las torturas que sufrió. ¿Fue difícil mantener ese engaño a sus compañeros de viaje?

- No, porque empecé el viaje disfrazado de Aymar Blanco, pero lo acabé como Aymar Blanco. Cuando me encarcelaron, por ejemplo, podía haber abandonado mi papel, decir que era italiano y salir. Cuando crucé Ciudad de México también. En una hora podía haberme sentado a tomar una cerveza. Pero no lo hice y después ya no había vuelta atrás. Entré tanto en el personaje que ya era uno de ellos. La idea de engañarles ni siquiera se me ocurrió porque yo era Aymar Blanco y lo que podía quitarles en comida que les correspondiera se lo he devuelto con un documento que creo que puede ayudar.

Bianchini habla perfectamente español con retazos de varios acentos americanos. Su trabajo como especialista en daños a la salud en la ONG Source International le ha llevado a defender comunidades indígenas de Honduras, Guatemala y Perú afectadas por la llegada de empresas mineras. Pero este libro le ha situado en otro sitio. “La experiencia te cancela, te anula toda forma de humanidad”, explica en conversación por Skype.

La primera regla del migrante es no fiarse de nadie porque detrás de cualquier otro puede haber un ladrón, alguien que te va a vender a las mafias o, en el mejor de los casos, que va a correr más que tú si la policía asalta el tren. “Es la regla número uno y todo inmigrante la viola porque es innatural”. Surgen entonces pequeñas alianzas, inconstantes y momentáneas para buscar un refugio u otras vías pero entonces llega el otro riesgo del que también hay que huir: y es tomarle cariño a los demás. “Perdimos a dos personas en el trayecto final en el desierto, de noche, creo que eran dos mujeres embarazadas pero era mejor no saberlo porque no puedes hacer nada, no puedes volverte a buscarlas”. Los migrantes pierden hermanos, amigos, novias por el camino “y siguen adelante cuando lo humano sería pararse a irles a buscar”.

Pero volver atrás significa perder al grupo, perder a un guía que no frena y quedarse vagando sin norte en el desierto. “Te vuelves animal: hay que comer, beber, esconderse, escapar y ya”.

En la zona fronteriza no solo la oscuridad y la inmensidad amenazan a los inmigrantes, sino los pozos envenenados por los “minutemen”, los estadounidenses blancos que esperan armados a los extranjeros y que han cimentado la victoria de Donald Trump. “Aunque construyan más muro no van a evitar el paso, simplemente requerirá mayor organización”. Bianchini recuerda que siempre hubo frontera, los mexicanos pasaban a hacer la cosecha y volvían a casa en invierno pero “desde que está el muro ya no vuelven”. “Lo único que va a parar la inmigración es un mejoramiento de la situación”.

El camino de la bestia (Pepitas de Calabaza) nos deja las reglas de un migrante para sobrevivir, pero sobre todo nos arroja las verdaderas reglas que rigen un mundo sin aliados ni defensas. “Aunque Jesús era en el fondo un hijo de migrantes, hasta Dios se ha olvidado de ellos”, dice en el libro.

Bianchini concluye con la contradicción más angustiosa que vivió en su inmersión: “Ese tren es la metáfora de este mundo de extremos: los bananos viajan legalmente, las personas no. El banano tiene más valor que el ser humano que viaja encima de él y para mí eso representa el mundo de hoy, los bienes materiales tienen más valor que los seres humanos”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/01/08/actualidad/1483896186_273040.html