Mostrando entradas con la etiqueta Louis Armstrong. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Louis Armstrong. Mostrar todas las entradas

viernes, 29 de enero de 2016

¿Quién será el “Elefante Blanco” que podría venir después del 20D?

Tras las elecciones generales del 20D, la situación de bloqueo político en España resulta más que evidente para formar una mayoría estable y coherente de Gobierno que empiece su andadura con ciertas garantías de éxito.

La soluciones pasan por celebrar nuevos comicios en primavera, que el PSOE deje gobernar al PP mediante su abstención favorable a los intereses de Rajoy, la gran coalición de PP y PSOE o una alianza de izquierdas entre los de Pedro Sánchez, Podemos e IU como base fundamental del posible pacto parlamentario.

Ninguna de las soluciones esgrimidas es plenamente satisfactoria para nadie y todas, caso de producirse, nos llevarían a una legislatura breve antes de volver a las urnas a medio plazo.

El PSOE tendría muy difícil explicar a la opinión pública su apoyo táctico al PP y con respecto a Podemos ya sus principales dirigentes regionales se han posicionado meridianamente en contra. También cabría decir que la amalgama de sensibilidades particulares en el movimiento liderado por Pablo Iglesias podría hacer aflorar sus matices distintivos ante un acercamiento a las posturas del PSOE.

Sin embargo, puede haber otra solución de compromiso inédita en España, de recorrido corto, que permita salvar los muebles al bipartidismo sin afectar negativamente a la imagen de PP y de PSOE: un ejecutivo tecnocrático, con personajes presuntamente de ideología neutral e independientes de los aparatos oficiales partidarios.

Los fundamentos de ese hipotético gobierno tecnocrático serían la unidad de España contra el secesionismo catalán y otros a la espera, la defensa a ultranza de la Constitución, el control del déficit a toda costa, la participación en la lucha internacional contra el terrorismo yihadista, medidas cosméticas y generalistas contra la corrupción, la profundización de las reformas neoliberales y la ampliación de los recortes sociales solicitados por Bruselas y el FMI.

Todo muy técnico y reformista: lo que se debe hacer sin trabas ideológicas de ningún tipo, liderado por personajes públicos de prestigio sin pasado en el PP o el PSOE. Ciudadanos tampoco estaría en contra de esta vía política de coyuntura.

Esta insólita situación facilitaría ganar tiempo al PP y al PSOE. El primero lo aprovecharía para celebrar un congreso de reagrupación de las derechas, incluso tentando a Albert Rivera hacia su logo renovado, dando a la vez el finiquito a Mariano Rajoy.

Por su parte, el PSOE convocaría a buen seguro otro cónclave interno donde poder despedir a Pedro Sánchez con todos los honores mientras se entronizaba a un líder de recambio al gusto de Susana Díaz y los pesos pesados en la sombra de la organización de Ferraz. Díaz, además, podría erigirse en la lideresa que aglutinara a las diferentes facciones ahora enfrentadas.

A la izquierda del PSOE, Podemos e IU llegarían a acuerdos de coalición de cara a los más que previsibles comicios en abril o mayo.

El nuevo escenario quedaría reducido a una recomposición sintética de la derecha en torno al PP-Ciudadanos, el PSOE en solitario y Podemos-IU juntos con los nacionalistas de Cataluña y Euskadi en los lugares de costumbre. Todo muy parecido a lo parido en la transición de 1978 con el interrogante de si Podemos sobrepasaría al PSOE en la confianza de los electores de izquierda, esto es, la cuestión clásica de la izquierda.

No debe caber la menor duda de que los mercados y los poderes fácticos estarán barajando esta posibilidad de un gobierno tecnocrático o de salvación nacional de urgencia con la meta puesta en que a medio plazo todo vuelva a los cauces de un bipartidismo tradicional.

Poco a poco se pueden ir creando las condiciones indispensables para que la solución reseñada vaya calando en la sociedad y sea susceptible de aceptarse sin mayores riesgos o contestación en la calle. Con ella, PP y PSOE saldrían indemnes y también Ciudadanos, quedando Podemos e IU como oposición minoritaria en la esfera parlamentaria.

El problema acuciante es ahora hallar un “Elefante Blanco” de compromiso, un icono limpio de polvo y paja para presidir ese gobierno de salvación tecnocrático que se presente como equidistante de la derecha y la izquierda: un hombre bueno, quizá una mujer, que no tuviera flancos de rechazo demasiado expuestos a las críticas políticas, al menos en primera instancia.

Esa coalición invisible de PP, PSOE y Ciudadanos dejaría a Podemos en un territorio incómodo, que sería tachado de irresponsable por los principales medios de comunicación españoles sustentadores del sistema posfranquista urdido en el 78.

El enroque, arriesgado a todas luces, podría ser una jugada magistral. Hasta Felipe VI reforzaría su imagen posmoderna de árbitro neutral de la España del siglo XXI.

El 23F de 1981, todos nos quedamos con las ganas de saber, aunque muchos indicios apuntaban a Juan Carlos de Borbón, quién era el misterioso personaje golpista que se escondía bajo el mote de “Elefante Blanco”? ¿Habrá fumata blanca esta vez y el paquidermo dará la cara con luz y taquígrafos? La incógnita se despejará en casi nada.

Desde algunas esferas se pensará que un gobierno tecnocrático sería tanto como dar un golpe blando a la democracia parlamentaria, al ser un ejecutivo no salido expresamente del voto ciudadano. Suena a eso, pero con los mass media predicando las bonanzas de la unidad de España y la salvación nacional, todo es posible. Veremos qué pasa, cosas de mayor escarnio se ha tragado España sin inmutarse un ápice la masa social: corrupción, desahucios, pobreza, desigualdad creciente, trabajo sin derechos, educación, sanidad y pensiones atacadas por la gestión privada, monarquía sin plebiscito, estado aconfesional bajo el yugo católico… Y el PP sigue siendo el partido más votado, no lo olvidemos.

Un golpe de timón con tintes éticos y barnices morales que no pareciese tal golpe ajeno a la voluntad popular, con formalidades y cobertura democrática en el Congreso de los Diputados, sería una forma sutil y práctica de desbloquear el ambiente político actual. No lo descartemos. Lo que ayer y hoy parece quimera, utopía o mera especulación mañana podría ser plena realidad.


Armando B. Ginés

miércoles, 25 de junio de 2014

La deuda universitaria, un peligroso lastre al alza en Estados Unidos. Los préstamos a estudiantes se han duplicado tras la crisis de 2007

Valeria tiene 26 años y acumula una deuda de unos 100.000 dólares (73.500 euros) por el coste de sus estudios. Amenee tiene 30 y su pasivo es de 105.000 (77.500 euros). Son dos ejemplos de una preocupante realidad cada vez más extendida en Estados Unidos: el aumento mayúsculo de la deuda universitaria en los últimos años fruto del incremento del coste de las matrículas, la reducción de las ayudas públicas regionales y las penurias económicas de muchos ciudadanos tras la recesión de 2007.

El coste de la universidad siempre ha sido caro en Estados Unidos, siendo comunes las historias de familias que ahorran con mucha antelación y de jóvenes que trabajan los fines de semana para granjearse unas reservas. Pero tras la crisis económica el panorama se ha agudizado dramáticamente: la menor capacidad de ahorro ha disparado la dependencia de los préstamos.

Desde 2007 el pasivo universitario se ha duplicado, hasta los 1,2 billones de dólares (882.000 millones de euros), según los últimos datos oficiales. Un 71% de los estudiantes está endeudado cuando se licencia, con una media de 29.400 dólares (21.600 euros). Y en paralelo, en un contexto de sueldos estancados y auge del desempleo, los impagos se han extendido -alrededor de 7 de los 40 millones de estudiantes incumple sus pagos-, lo que ha llevado a que cada vez más expertos alerten de los peligros de este agujero y tracen paralelismos con la burbuja inmobiliaria que estalló hace siete años.

Consciente de este panorama, el presidente estadounidense, Barack Obama, aprobó recientemente varias medidas flexibilizadoras para ayudar a unos cinco millones de alumnos que quedaron excluidos de una ley de 2010, que limita el retorno mensual a un 10% de los ingresos y que perdona la deuda cuando se lleva pagando 20 años. “El aumento de los costes ha atrapado a familias de clase media. Este país me dio una oportunidad a través de la educación”, dijo Obama al rememorar su historia personal y recordar que hasta hace diez años no devolvió toda su deuda por sus estudios en derecho en la Universidad de Harvard, de la que se licenció en 1991.

“[Mis estudios] han sido claramente una buena inversión”, afirma la estadounidense Amenee, licenciada en sociología y psicología por la Universidad de Oregón y que acaba de finalizar un máster en administración pública en la de Nueva York. “Pero deber más de 100.000 dólares es aterrorizante. Es una carga muy pesada sobre mis hombros, sobre mis decisiones de vida en los próximos cinco y diez años”, añade en conversación telefónica.

Amenee, que trabaja en una organización sin ánimo de lucro y lamenta que para muchos hablar de la deuda universitaria sea un tabú, logró financiar buena parte de su carrera con subsidios públicos y becas, aunque aún tiene que devolver unos 10.000 dólares (7.350 euros) de préstamos del Gobierno, que obtuvo a un interés muy bajo (2,6%). Sin embargo, su máster tuvo que costearlo por completo con nuevos créditos públicos y a un interés mayor (6,75%).

La historia de Valeria, de origen boliviano y ciudadanía estadounidense, es similar. Tras estudiar en Reino Unido, llegó en 2010 a EE UU, donde vivían sus padres, y acaba de graduarse de un máster en economía de desarrollo en la Universidad Americana de Washington. Tiene 10 años para devolver su préstamo a un interés del 6,5%, lo que equivale a unos 800 dólares (580 euros) mensuales. También se trata de créditos del Gobierno, más ventajosos que los de un banco.

Igual que Amenee, Valeria reconoce que la deuda puede condicionarle la elección de un trabajo en función del sueldo. “El dilema es ahorras o pagas tu deuda. No puedes quedarte sin empleo”, deplora. En su caso, trabaja como investigadora económica y, aunque le gustaría cobrar más, se declara satisfecha dado que la mayoría de sus colegas universitarios están desempleados. Y sin un empleo la cruzada de devolver el crédito se torna mucho más espinosa.

La universidad, sin embargo, no fue siempre tan cara en EE UU. En 1982 el promedio de coste anual de una carrera de cuatro años -incluyendo matrícula y alojamiento- equivalía a unos 9.500 dólares actuales (alrededor de 7.000 euros), según datos oficiales. En 2012 era de 23.000 dólares (16.900 euros), lo que supone un incremento del 141% en tres décadas. En una institución privada ronda los 34.000 (25.000 euros). Es una cifra similar al valor de la matrícula anual de los másteres de dos años cursados por Valeria y Amenee, a lo que habría que añadir la inversión en libros y en la vida diaria.

Aunque las estadísticas del censo revelan que estudiar suele generar un retorno -un licenciado universitario de entre 25 y 32 años gana 45.500 dólares (33.400 euros) al año en un empleo a tiempo completo, 17.500 más que sus pares con un diploma escolar-, los expertos alertan que esta mochila de deuda merma la emprendeduría, frena el consumo y a la larga fomenta la desigualdad de renta, que ya está en máximos históricos. “Un estudiante con deuda y otro sin ganan lo mismo cuando salen de la universidad, pero cuando tienen 40 años el que no tenía deuda tiene más ingresos porque ha podido invertir en ganancias de capital, como en bolsa o casas”, sostiene William Elliott III, un profesor de la Universidad de Kansas que ha analizado en profundidad este fenómeno y que tilda de mero “vendaje en una herida” las nuevas medidas de Obama.

Elliott propone actuar en dos campos: a corto plazo, impulsar un plan de rescate nutrido por los 50.000 millones de dólares que ingresa anualmente el Gobierno con sus préstamos a estudiantes; y a largo, un nuevo programa que dé ayudas blindadas ya desde niños, especialmente a los de familias pobres, para acceder a la universidad. Hace unos días fracasó en el Senado una propuesta demócrata de refinanciar los intereses de 25 millones de licenciados estadounidenses a través de un impuesto a las grandes fortunas. Mientras, el agujero sigue creciendo...
Fuente: El País.

lunes, 12 de abril de 2010

Sin justicia para Arnulfo Romero, Obispo de San Salvador

La incompetencia de los tribunales salvadoreños para hacer justicia y la elusión del Vaticano para incluirlo en su santoral son coincidentes

Acabamos de saber que al arzobispo Óscar Arnulfo Romero lo mató un sicario por 114 dólares. El dato lo reveló en una entrevista el ex capitán Rafael Álvaro Saravia, única persona condenada hasta hoy por el asesinato. Saravia, prófugo de la justicia desde que un tribunal estadounidense lo condenó en 2004, desapareció ese año y comenzó a huir de sí mismo, según escribe el periodista Carlos Dada en la entrevista publicada recientemente en el diario salvadoreño El Faro.
Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 durante el ofertorio de la misa que oficiaba en la iglesia de la Divina Providencia de San Salvador. Bastó un disparo en el corazón, ejecutado a poco más de 30 metros con un rifle con mira telescópica, para acabar con su vida. Desde ese día hasta la fecha, según la Organización No Gubernamental Centro para la Justicia y la Rendición de Cuentas –la misma que posibilitó el procesamiento de Saravia–, no se ha hecho prácticamente nada en el país centroamericano para saber la verdad. Es posible que el asesinato de Romero fuera decidido por el fallecido líder anticomunista Roberto d’Aubuisson, fundador del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) que gobernó El Salvador desde 1989 hasta el año pasado.
Saravia no niega la participación de D’Aubuisson, pero sí que el ejecutor perteneciera a su equipo. Según el ex capitán, que huyó a California nada más cometerse el magnicidio, fue Mario Molina, otro conspirador e hijo del ex presidente Arturo Armando Molina, quien contrató al tirador, compró el arma y buscó la escolta que protegió al sicario. Sólo el chofer del vehículo que condujo al asesino hasta la iglesia pertenecía al equipo de D’Aubuisson. Confiesa Saravia que fue él quien pagó al ejecutor la cantidad de mil colones, 114 dólares al cambio actual.
Según Jesús Delgado, biógrafo de Óscar Arnulfo Romero, Roberto d’Aubuisson únicamente fue una pieza de la llamada Operación Piña, no el inductor de asesinato para la que fue programada. Por eso, mientras se desconozca la autoría de quienes idearon el magnicidio, el caso sigue abierto hasta que el Estado se decida a investigarlo y no se limite, como hizo recientemente el actual presidente salvadoreño Mauricio Funes, a pedir perdón en nombre del Estado.
Si esta es la censurable actitud de la justicia 30 años después, no menos recriminable es la de la Iglesia vaticana con relación a uno de sus pastores, cuyo compromiso con el mensaje solidario del Evangelio en pro de los más humildes fue decisivo para que acabaran con su vida...Dos veces se entrevistó el arzobispo con Juan Pablo II. En la primera le presentó un amplio informe sobre las violaciones de los derechos humanos en El Salvador, ante el que Wojtyla se limitó a objetar que tenía poco tiempo para tanta lectura, así como a recomendarle que “le convenía ir de acuerdo con el Gobierno”. Cuenta su biógrafo que monseñor Romero salió llorando de esa audiencia, celebrada en mayo de 1979, el mismo año en que se inició en su país una larga y sangrienta Guerra Civil: “El Papa no me ha entendido, no puede entender porque El Salvador no es Polonia”.
El segundo encuentro fue en enero de 1980. Juan Pablo II celebró que defendiera la justicia social pero también le advirtió de los riesgos del marxismo, a lo que el arzobispo replicó que “el anticomunismo de las derechas no defendía la religión sino el capitalismo”. El sentido de estas palabras fue similar al de las pronunciadas dos meses después con inmediatez premonitoria por monseñor Romero, segundos antes de su asesinato: “Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo, no para sí, sino para conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo”.
Dice el jesuita Jon Sobrino que la historia de la Iglesia en América Latina se divide en antes y después de monseñor Romero. La incompetencia de los tribunales para hacer justicia y la elusión del Vaticano para incluirlo en su santoral son coincidentes. Los primeros son incapaces de buscar y sentenciar a los culpables y la Iglesia echa en el olvido a uno más de sus mártires comprometidos con la Teología de la Liberación. Al fin y al cabo, Romero no hizo caso a Wojtyla: no se acomodó al Gobierno que trajo, entre tantas muertes impunes, la suya propia. Leer todo el artículo aquí. Las fotos están tomadas en el Valle del Jerte la tarde del 10-4-10.(de Félix Población. Público)

sábado, 27 de marzo de 2010

El jazz y la guerra fría

Una exposición de fotografías en Tel Aviv muestra a míticos músicos estadounidenses ejerciendo de "embajadores" culturales durante el conflicto.
Recorrieron medio mundo en plena guerra fría para enseñar la cara amable y divertida de la cultura estadounidense a través del jazz. Miles Davis, Benny Goodman, Duke Ellington o Louis Armstrong fueron los embajadores culturales que el Departamento de Estado de EE UU empleó con fines políticos durante el largo periodo de tensiones bélicas y políticas con la Unión Soviética. Y de aquello quedan 45 fotos memorables que se exponen ahora en Tel Aviv...Los músicos se pasearon por 25 países de los puntos más calientes del conflicto durante un cuarto de siglo (países islámicos, Latinoamérica, África subsahariana y el bloque soviético). En las instantáneas, tomadas por distintos fotógrafos, puede verse a Louis Amstrong tocando la trompeta sobre un camello en las pirámides de Giza, jugando al futbolín con Kwame Nkrumah -padre del panafricanismo y de la independencia de Ghana- o entre un alboroto de niños en una escuela de El Cairo.
En otras Dizzy Gillespie conduce una motocicleta ante el pasmo de los transeúntes en las calles de Zagreb, en la antigua Yugoslavia de Tito,... Benny Goodman, y esa foto sí fue inmensamente política, fue inmortalizado saludando a Nikita Khrushchev cuando las relaciones entre EE UU y la Unión Soviética todavía estaban lejos de ser pacíficas.(EL PAÍS, 26/03/2010)

sábado, 24 de octubre de 2009

Entrevista al escritor uruguayo Eduardo Galeano “Vivir de verdad implica vivir apasionadamente”

Contra los dolores evitables

“Lo que yo he aprendido, más bien a los golpes, a los porrazos, es a distinguir los dolores evitables de los dolores inevitables. O sea que los dolores que nacen de la pasión humana: el amor que pasa, la vida que pesa, la muerte que pisa, son dolores que nada, joderse, contra eso nada, pero que hay muchos otros dolores evitables que el sistema de poder multiplica. Yo siempre digo que no solamente te cobran el impuesto al valor agregado sino también el impuesto al dolor agregado: por si fueran pocos los dolores inevitables de la condición humana, el sistema te agrega otros, y entonces surgen los dolores evitables. Cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños: ése es un dolor evitable...

Los otros nos salvan…
“Y nos pierden”, comenta entre risas cuando le cito a Rulfo, en esa idea que al final siempre son los demás, los otros, los que nos salvan: “en la medida en que la existencia es social –eso lo dijo Marx y es una cosa de sentido común- no hay existencia solitaria, ni siquiera un náufrago en una isla perdida en el océano como puede haber sido Robinson Crusoe, tuvo una inexistencia solitaria, no sólo porque se acercó ahí ese tal Viernes, sino también porque uno está habitado por la memoria de la vida vivida”.

“Gracias a la vida” es la canción favorita de Eduardo, me lo confiesa. ¿A qué le das gracias tú, hoy?, le pregunto. Sonriendo, mirando al fondo de sí mismo, me responde: “a todo lo que dice la canción”.
(Leer todo)
Ella Fitzgerald canta una canción al otoño en Nueva York.

domingo, 14 de junio de 2009

What a Wonderful World - Louis Armstrong

Una bellísima canción para ti,...


"What a Wonderful World" es una canción de jazz escrita por Bob Thiele y George David Weiss, estrenada por Louis Armstrong y editada por primera vez como single a principios del otoño de 1967. Con la idea de ser un antídoto al clima político y racial de la década de 1960, fue escrita especialmente para Louis Armstrong, que le imprimió especial atractivo.

La canción describe la delicia del cantante por las cosas simples de cada día, y mantiene un tono optimista con esperanza en el futuro, incluyendo una referencia a los bebés que nacen en el mundo y tendrán mucho para ver y crecer. No fue inicialmente un éxito en los Estados Unidos, donde vendió menos de 1000 copias, pero sí logró mayor recepción en el Reino Unido, hasta alcanzar el primer puesto de ventas en 1968.

La difusión mundial de la canción tuvo lugar a partir de su inclusión en 1987 en la banda sonora de la película "Good Morning, Vietnam", dirigida por Barry Levinson y protagonizada -entre otros- por Robin Williams. Fue la banda sonora del inicio de las primeras temporadas de la serie norteamericana "Cosas de casa".

What a Wonderful World
I see trees of green red roses too
Veo árboles verdes y rosas rojas también
I see them bloom, for me and you
las veo florecer, para ti y para mi
and I think to myself, What a wonderful world.
y pienso para mi mismo, que mundo tan maravilloso
I see skies of blue and clouds of white,
Veo cielos azules y nubes blancas,
the bright blessed day, the dark sacred night,
El claro día bendecido, la noche oscura sagrada,
and I think to myself, what a wonderful world
y pienso para mi mismo, que mundo tan maravilloso
the colors of the rainbow, so pretty in the sky
los colores del arco iris, tan lindos en el cielo
are also on the faces of people going by
también están en los rostros de la gente que pasa por el lado
I see friends shaking hands, saying, "How do you do?"
veo amigos dándose la mano, diciendo “¿Cómo estás?
they're really saying, "I love you"
realmente están diciendo “Yo te quiero”
I hear Babies cry,
Escucho a bebés llorar
I watch them grow They'll learn much more than I'll ever know,
Los veo crecer ellos aprenderán mucho más de lo que yo jamás sabré
And I think to myself, what a wonderful world
Y pienso para mi mismo, que mundo tan maravilloso
Yes I think to myself, what a wonderful world.
Si pienso para mi mismo, que mundo tan maravilloso.

(Gracias a una amiga por la ayuda en la traducción)