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jueves, 25 de mayo de 2017
sábado, 13 de mayo de 2017
_--El malismo
_--Ser del montón no es tan difícil, basta con dejarse llevar por la nomenclatura en uso. ¡Pero mira cómo beben los peces en el río!
JUAN JOSÉ MILLÁSSi usted desea formar parte de cualquiera de las corrientes de pensamiento dominantes y pasar unas Navidades tranquilas, finja que no se ha preguntado todavía quién facilitó las bombas y los Kaláshnikov a los yihadistas de la masacre de París. Haga como que no sabe que los ministros de Defensa de este lado venden al otro las armas con las que luego nos liquidan. Aparente que ignora también de dónde le llega la financiación al terrorismo, no sea que aparezca en la conversación algún país amigo, de los que nos regalan automóviles deportivos que se mueren de risa en el garaje patrio porque consumen mucho y no hay forma de revenderlos. Olvídese de lo que ha leído en los papeles de Wikileaks o en los libros de la historia reciente, y que pone al descubierto las conexiones entre el bien y el mal. Apúntese, como el portavoz del PP, al pensamiento débil y hable de los malos, sin matices, de manera que nadie le pueda acusar de buenismo retrógrado.
Ha llegado la hora del malismo progresista. Sea usted malo para pasar inadvertido en la cena de Nochebuena. Cuando salga a la conversación la guerra de Irak para señalar las diferencias entre lo de entonces y lo de ahora, no se le ocurra insinuar que los bombardeos sobre Bagdad fueron un acto de terrorismo puro y duro, cuyos responsables gozan de libertad y se forran dando conferencias magistrales sobre la paz. No nombre la palabra “crimen”, diga que aquello fue un “error”. La diferencia entre crimen y error, aunque la cantidad de muertos entre la población civil sea la misma, resulta productiva desde el punto de vista intelectual y afectivo. Ser del montón no es tan difícil, basta con dejarse llevar por la nomenclatura en uso. ¡Pero mira cómo beben los peces en el río!
http://elpais.com/elpais/2015/11/26/opinion/1448556400_048704.html
martes, 25 de junio de 2013
¿Cuál es la mejor técnica para memorizar hechos? Según la BBC
Las técnicas diseñadas para ayudar a recordar -mnemotecnia- se utilizan desde hace miles de años.
En la Antigüedad había una mayor necesidad de recurrir a este tipo de técnicas que ahora que hay tabletas y computadoras.
El método más conocido tiene sus orígenes en Grecia, en el siglo V a.C.
Cuando le pidieron al poeta Simónides de Ceos que identificara a personas que habían sido aplastadas por el derrumbe de un edificio del que acababa de salir, Simónides descubrió que podía hacerlo recordando mentalmente dónde se había sentado cada uno.
Este truco, que consiste en vincular hechos con lugares, todavía es ampliamente utilizado por participantes de concursos en que ponen a prueba la memoria. Es conocido como "camino mental" o Método de Loci (MOL, en sus siglas en inglés), y loci, que viene del latín, significa 'lugares'.
Irónicamente, se cree que la historia de Simónides es sólo un lindo cuento (1) que se usa para que la gente se acuerde de cómo funciona.
Con escáneres del cerebro se ha descubierto que los expertos que utilizan MOL para memorizar tienen niveles de activación más elevados en áreas del cerebro percepción espacial, como el hipocampo, pero no queda claro cómo esto ayuda al recuerdo.
Sin embargo, no funciona solamente con hechos ordinarios: en 2009, un equipo de científicos de Canadá y Estados Unidos informaron que puede ser usado para recordar decenas de miles de datos aleatorios.
También se está investigando la técnica MOL como forma de combatir la pérdida de memoria relacionada con la edad avanzada. Fuente: BBC
Nota. (1) Los cuentos son narraciones que tienen una utilidad principal; enseñar cosas que se consideran útil para la vida, para el grupo social, aprender preceptos, recordar consejos, normas, valores, ... memorizar información en definitiva. Y como, si es bello, se recuerda mejor, aparece la estética ligada a la narración. Otro método ancestral para aprender y recordar conocimientos, valores y actitudes, ha sido y es el canto.
En la Antigüedad había una mayor necesidad de recurrir a este tipo de técnicas que ahora que hay tabletas y computadoras.
El método más conocido tiene sus orígenes en Grecia, en el siglo V a.C.
Cuando le pidieron al poeta Simónides de Ceos que identificara a personas que habían sido aplastadas por el derrumbe de un edificio del que acababa de salir, Simónides descubrió que podía hacerlo recordando mentalmente dónde se había sentado cada uno.
Este truco, que consiste en vincular hechos con lugares, todavía es ampliamente utilizado por participantes de concursos en que ponen a prueba la memoria. Es conocido como "camino mental" o Método de Loci (MOL, en sus siglas en inglés), y loci, que viene del latín, significa 'lugares'.
Irónicamente, se cree que la historia de Simónides es sólo un lindo cuento (1) que se usa para que la gente se acuerde de cómo funciona.
Con escáneres del cerebro se ha descubierto que los expertos que utilizan MOL para memorizar tienen niveles de activación más elevados en áreas del cerebro percepción espacial, como el hipocampo, pero no queda claro cómo esto ayuda al recuerdo.
Sin embargo, no funciona solamente con hechos ordinarios: en 2009, un equipo de científicos de Canadá y Estados Unidos informaron que puede ser usado para recordar decenas de miles de datos aleatorios.
También se está investigando la técnica MOL como forma de combatir la pérdida de memoria relacionada con la edad avanzada. Fuente: BBC
Nota. (1) Los cuentos son narraciones que tienen una utilidad principal; enseñar cosas que se consideran útil para la vida, para el grupo social, aprender preceptos, recordar consejos, normas, valores, ... memorizar información en definitiva. Y como, si es bello, se recuerda mejor, aparece la estética ligada a la narración. Otro método ancestral para aprender y recordar conocimientos, valores y actitudes, ha sido y es el canto.
sábado, 24 de octubre de 2009
Entrevista al escritor uruguayo Eduardo Galeano “Vivir de verdad implica vivir apasionadamente”
Contra los dolores evitables
“Lo que yo he aprendido, más bien a los golpes, a los porrazos, es a distinguir los dolores evitables de los dolores inevitables. O sea que los dolores que nacen de la pasión humana: el amor que pasa, la vida que pesa, la muerte que pisa, son dolores que nada, joderse, contra eso nada, pero que hay muchos otros dolores evitables que el sistema de poder multiplica. Yo siempre digo que no solamente te cobran el impuesto al valor agregado sino también el impuesto al dolor agregado: por si fueran pocos los dolores inevitables de la condición humana, el sistema te agrega otros, y entonces surgen los dolores evitables. Cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños: ése es un dolor evitable...
Los otros nos salvan…
“Y nos pierden”, comenta entre risas cuando le cito a Rulfo, en esa idea que al final siempre son los demás, los otros, los que nos salvan: “en la medida en que la existencia es social –eso lo dijo Marx y es una cosa de sentido común- no hay existencia solitaria, ni siquiera un náufrago en una isla perdida en el océano como puede haber sido Robinson Crusoe, tuvo una inexistencia solitaria, no sólo porque se acercó ahí ese tal Viernes, sino también porque uno está habitado por la memoria de la vida vivida”.
“Gracias a la vida” es la canción favorita de Eduardo, me lo confiesa. ¿A qué le das gracias tú, hoy?, le pregunto. Sonriendo, mirando al fondo de sí mismo, me responde: “a todo lo que dice la canción”.
(Leer todo)
Ella Fitzgerald canta una canción al otoño en Nueva York.
“Lo que yo he aprendido, más bien a los golpes, a los porrazos, es a distinguir los dolores evitables de los dolores inevitables. O sea que los dolores que nacen de la pasión humana: el amor que pasa, la vida que pesa, la muerte que pisa, son dolores que nada, joderse, contra eso nada, pero que hay muchos otros dolores evitables que el sistema de poder multiplica. Yo siempre digo que no solamente te cobran el impuesto al valor agregado sino también el impuesto al dolor agregado: por si fueran pocos los dolores inevitables de la condición humana, el sistema te agrega otros, y entonces surgen los dolores evitables. Cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños: ése es un dolor evitable...
Los otros nos salvan…
“Y nos pierden”, comenta entre risas cuando le cito a Rulfo, en esa idea que al final siempre son los demás, los otros, los que nos salvan: “en la medida en que la existencia es social –eso lo dijo Marx y es una cosa de sentido común- no hay existencia solitaria, ni siquiera un náufrago en una isla perdida en el océano como puede haber sido Robinson Crusoe, tuvo una inexistencia solitaria, no sólo porque se acercó ahí ese tal Viernes, sino también porque uno está habitado por la memoria de la vida vivida”.
“Gracias a la vida” es la canción favorita de Eduardo, me lo confiesa. ¿A qué le das gracias tú, hoy?, le pregunto. Sonriendo, mirando al fondo de sí mismo, me responde: “a todo lo que dice la canción”.
(Leer todo)
Ella Fitzgerald canta una canción al otoño en Nueva York.
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