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domingo, 27 de octubre de 2024

Lourdes Reyzábal: “No hay nada más racista que querer a los migrantes para cambiar pañales y no de vecinos”

Lourdes  Reyzábal, fundadora y presidenta de la Fundación Raíces.


La psicóloga preside la Fundación Raíces que ayuda y forma a menores migrantes no acompañados desde hace 25 años: “En casa, estos niños son de los nuestros”, afirma

A las doce del mediodía, la trastienda del restaurante Ovillo de Madrid bulle de actividad. En sus instalaciones, cedidas por el cocinero Javier Muñoz-Calero, practican los alumnos de la escuela Cocina Conciencia, uno de los proyectos de la Fundación Raíces, para ayudar y formar a adolescentes migrantes. En una de las cocinas, un grupo de chicos africanos prepara las primeras tortillas de patata de su vida y, cuando nos sentamos a charlar en el despacho de Lourdes Reyzábal, Seku, un chaval llegado a Canarias en patera desde Guinea-Conakry, nos ofrece y nos sirve su primer café como alumno de las clases de camarero. Le brillan los ojos como faros. 

Hablamos justo el día que EL PAÍS publica una encuesta que revela que el 57% de españoles cree que hay demasiados inmigrantes y el 75% los asocia con conceptos negativos.

¿Qué siente al oír a alguien decir ‘menas’ en tono peyorativo?

Me da vergüenza. Es la excusa perfecta para despersonalizar, clasificar y criminalizar a los niños y niñas migrantes que llegan solos, los más desprotegidos de nuestra sociedad. Así, podemos saltarnos el Estado de Derecho, que ha firmado la Convención de los Derechos del Niño. Si no te crees lo que dice su pasaporte, les sometes a pruebas de determinación de la edad, les niegas la condición de infancia, los dejas en la calle solos, sin formación, sin trabajo, sin compañía, sin recursos, les estás abocando a la criminalidad. La mayor red de criminalización no es la de quienes les obligan a pagar por subirse a una patera, sino la de quienes, desde el Estado, los criminaliza dejándolos en la calle.

¿Por qué tanta gente los teme?

La sociedad grita lo que la política calla. Los políticos, todos, nos han hecho creer que son una amenaza contra nuestra integridad y seguridad. La ultraderecha abandera los discursos de odio y el relato más grosero sobre las personas migrantes. Pero la izquierda lleva haciendo políticas de extranjería hipócritas durante, al menos, los 25 años que llevo en esto.

¿Les dejamos entrar a todos?

La política migratoria ideal sería respetar los Derechos Humanos y la Convención de los Derechos del Niño. Y todavía no ha habido un Gobierno que la haya respetado. Ahora mismo, en Canarias, muchos de los niños que llegan vienen de Mali, un país en guerra, igual que Ucrania. Lo que ocurre es que ellos son negros y los niños ucranios son rubios y de ojos azules.

¿España es racista?

Creo que sobre todo el racismo está ligado a la clase social, pero sí. Necesitamos que vengan migrantes para utilizarlos porque hay que llenar la España vaciada, porque hay que cuidar de nuestros ancianos y nuestros bebés. No hay nada más racista que quererlos para cambiar pañales, pero no de vecinos, compartiendo las plazas y los centros de salud con ellos. Necesitamos a esos chicos altos, negros, fuertes, para hacer lo que nosotros no queremos hacer, pero no queremos que se enamoren de nuestras hijas. Hay quien les encomiendan crianza de sus bebés, lo que más quieren, pero luego piden que endurezca la ley de extranjería y dicen barbaridades xenófobas en WhatsApp y en cenas de amigos. Eso es racismo. Me rebela.

¿Eso le ha costado amistades o relaciones familiares?

Me he tenido que salir de muchos chats. Me genera muchísima impotencia y frustración ver cómo calan mensajes falsos y absolutamente racistas. Falta información real.

¿Desde cuándo tiene esa conciencia social?

Mi madre dice que de siempre. He crecido con la conciencia del cristianismo. Pero ha habido acontecimientos en mi vida que me hicieron plantearme muchas cosas. Mi padre murió cuando yo tenía 10 años, estando conmigo, de un infarto fulminante, a los 43 años. Mi abuelo se quedó huérfano muy joven y se vino de su pueblo, en Burgos, a Madrid, se buscó la vida e hizo fortuna, pero, también, porque le ayudaron. Conocí a Enrique de Castro, el cura de Vallecas, y me conmovió su labor con los más necesitados. Entonces, ese saber que la vida es ahora, y el haber nacido en un entorno privilegiado me ha hecho sentirme en deuda con la sociedad desde chiquitina e intentar aportar lo que tengo, lo que puedo y lo que soy.

¿Sigue teniendo fe religiosa, viendo lo que ha visto?

La fe más profunda que tengo no es religiosa, probablemente estoy alejada de la Iglesia Católica, pero sí tengo un sentimiento muy arraigado de un compromiso social, de solidaridad, de creer en la capacidad del ser humano de salir adelante. Y eso depende mucho de la resiliencia de cada uno, pero también de las oportunidades que el resto de la sociedad brindemos a esas personas.
 
Lourdes Reyzábal con cuatro de los alumnos de la escuela Cocina Conciencia, que posan con las tortillas que acaban de aprender a hacer en el restaurante Ovillo, en Madrid.
Lourdes Reyzábal con cuatro de los alumnos de la escuela Cocina Conciencia, que posan con las tortillas que acaban de aprender a hacer en el restaurante Ovillo, en Madrid. Bernardo Pérez

Su marido, Nacho de la Mata, fue el abogado que consiguió parar la repatriación de niños. ¿Él también influyó en su vocación solidaria?

Fue el hombre de mi vida, lo tengo clarísimo. Él trabajaba en un despacho de abogados importante. Nos conocimos en un viaje a Lourdes para ayudar a los enfermos. Luego, yo me fui a la India y la madre Teresa de Calcuta quiso que me quedara con ella, pero yo ya estaba locamente enamorada de Nacho, y volví a España. Nos casamos y, en la luna de miel se sintió mal. A la vuelta nos enfrentamos a un diagnóstico fatal, un tumor cerebral por el que le daban cinco años de vida. Recuerdo lo que nos dijo Enrique de Castro en nuestra boda: que el matrimonio era compartir la desnudez de nuestros cuerpos y nuestras almas. Decidimos seguir viviendo la vida que queríamos hacer porque era lo que nos salía del corazón. Y nos fuimos a vivir a Vallecas y acoger a chavales de la calle. Conviviendo con ellos, me quedé embarazada de mi primera hija. Y, así, nacieron las otras dos, siempre con niños migrantes en casa. Cuando me dicen que le meta en mi casa, puedo decir que ya los he metido.

Su marido murió, finalmente, en 2012, ¿cómo se sobrepuso a ese dolor?

Me quedé viuda, con tres hijas, con la misma edad que mi madre. Yo había tenido ese ejemplo y ese aprendizaje. Si mi madre lo había hecho, yo también podría. Y, fíjate, yo creo que para mí una de las piezas clave para que yo saliera adelante, para que mis hijas salieran adelante y para que Nacho llevara la enfermedad como la llevó ha sido vivir con estos niños. Porque ellos también sufren, a ellos se les han muerto los padres, han visto cómo los asesinaban, Un niño de 15 años que ha tardado dos años en atravesar el desierto. Si salen adelante ellos, cómo no vamos a salir nosotros.

¿Nos quejamos de vicio?

Sí, pero matizando. Cada cual se queja de lo que le duele, de lo suyo. El problema es que, a veces, no salimos de nosotros mismos, y lo nuestro es solo lo que te pasa a ti. Entonces, yo he convertido lo que les pasa a estos niños en lo mío. En mi familia, los niños migrantes son de los nuestros. Mis hijas se han tenido que ir de fiestas de amigos suyos por cómo se hablaba de estos niños. Ellas también se quejan de lo suyo, lo que pasa es que lo suyo es más amplio. Hay que salir a la calle, hay que mirar a los ojos.

¿Qué es el lujo para usted que los podría tener todos?

Tengo muchos tics de niña pija. Poner la mesa bonita, por ejemplo. Me gustan las cosas bonitas. Para mí, el lujo es tener tiempo para el encuentro humano. Y viajar.

Ahora me dice que ese bronceado suyo es de sus vacaciones en Maldivas para desconectar.

No, prefiero irme a Santo Tomás, o a Puerto Príncipe, que he ido hace poco. Ahora me muero por ir a Marrakech, que no he estado nunca.

Yo fui y vine enferma de ver tanta desigualdad.

Yo también vengo enferma cuando viajo según dónde, pero también vengo enferma de ver la Cañada Real, aquí, en Madrid.

¿Y cómo se cura ese dolor? ¿Cuándo dice basta?

Me cuesta desconectar. Atendemos a 550 adolescentes distintos cada año. Hago yoga, medito, pero la forma que tengo de curarme, desde hace 25 años, es sentir que estoy en el lado correcto, al lado de la gente. Mucha gente me dice que cómo yo, perteneciendo a la familia que pertenezco, no voto a la derecha. La gente vota pensando en sus intereses económicos, pero yo he decidido intentar pelear por el bien común, y, si tengo que elegir bien común, es intentar beneficiar al que peor lo está pasando.

Hay quien considera eso ‘buenismo’ o superioridad moral.

No soy mejor que nadie. Simplemente, he tenido la suerte y el privilegio de poder conocer de verdad esta realidad. Y lo que creo es que hay mucha ignorancia y un abismo entre la realidad y los discursos que se traga la sociedad, porque interesa que se los trague.

Más allá de sus bienes, ¿qué legado le gustaría dejar a sus hijas?

[se emociona] Fíjate, eso es lo que más me cuesta pensar y más tengo que trabajarme. Cuando pierdes a tu padre tan pequeña, lo sé porque lo viví, te fusionas de tal forma a tu madre que mis hijas y yo somos una piña brutal. Mis tres hijas han nacido viviendo un menor extranjero no acompañado en casa, tuvieron hermanos que no eran de sangre, pero eran hermanos. Ese amor y esos valores los tienen súperinculcados y es lo mejor que les puedo dejar. Pero no quiero dejarlas, todavía.

LAS RAÍCES DE REYZÁBAL
Lourdes Reyzábal (Madrid, 51 años) es la tercera generación de una acaudalada y numerosa saga iniciada por el esfuerzo y el trabajo de su abuelo, Julián, un campesino emigrado a Madrid desde Caleruega (Burgos), que hizo fortuna en el Madrid de la posguerra y que llegó a poseer la legendaria torre Windsor, en pleno centro financiero de la capital, desaparecida pasto de las llamas en un incendio declarado en 2005. Lourdes, marcada por la prematura muerte de su padre, primero; el encuentro con el cura Enrique de Castro, después; y su matrimonio con el abogado y activista humanitario Nacho de la Mata, fallecido en 2012, decidió dedicar su vida a "devolverle a la sociedad" parte de su privilegio. Psicóloga de formación, Reyzábal preside la Fundación Raíces, la ONG que fundó de muy joven junto a su madre y que, hoy, atiende cada año, ofreciéndoles ayuda y formación, a 550 adolescentes, la mayoría de ellos menores y jóvenes extranjeros que llegan a España como migrantes no acompañados.



lunes, 1 de enero de 2024

La escuela concertada matricula a la mitad del alumnado desfavorecido que le correspondería.

España es el séptimo país con la mayor red de centros privados subvencionados con fondos públicos de los 36 miembros de la OCDE analizados por la Fundació Bofill.

La enseñanza concertada acoge a la mitad de los alumnos de extracción social desfavorecida que le corresponderían si su distribución entre esta red educativa privada subvencionada y la escuela pública fuera equilibrada, según refleja un estudio publicado este lunes por la Fundació Bofill, que utiliza datos de la prueba internacional Pisa. En España, en torno a un 28% del alumnado de etapas obligatorias, entre los seis y los 16 años, está matriculado en colegios concertados. Ello lo convierte en el séptimo país, de los 36 miembros de la OCDE analizados en el informe, donde el modelo concertado se halla más extendido. La nueva ley de educación, la Lomloe, ha creado nuevas herramientas para avanzar en la equidad y luchar contra la segregación escolar, pero aplicarlas o no, advierten los autores del estudio, queda en manos de las comunidades autónomas.

La escuela pública matricula en España 2,2 veces más alumnado de bajo nivel socioeconómico (el perteneciente al 25% más pobre) que la concertada, una vez corregida su diferencia de tamaño, ya que la pública es mucho más grande: matricula a cerca del 67% del total de chavales de primaria y secundaria obligatoria. En los centros públicos también estudian 1,6 veces más alumnos de origen inmigrante (englobando en ello a los extranjeros y a aquellos cuyos dos progenitores lo son) que en la concertada.

Los autores del estudio publicado por la Fundació Bofill, Adrián Zancajo, Antoni Verger (ambos de la Universidad Autónoma de Barcelona) y Clara Fontdevila (Universidad de Glasgow), señalan que las investigaciones internacionales han puesto de manifiesto que la convivencia de una doble red educativa financiada con fondos públicos “tiende a reforzar dinámicas de segregación escolar y estratificación social entre centros educativos, y a ampliar, por tanto, las desigualdades educativas”. La investigación comparada ha puesto igualmente de relieve no solo la existencia de “prácticas selectivas y discriminatorias” desarrolladas por estos centros privados subvencionados para elegir al alumnado que accede a sus aulas, sino también “la dificultad de evitar sus manifestaciones más sutiles”. Entre dichas prácticas figuran las entrevistas previas a padres y alumnos, y la imposición de cuotas o la exigencia de pagos en la práctica obligatorios, presentados bajo fórmulas diversas, que llevan a las familias pobres a autoexcluirse.

El peso de la concertada en España es muy distinto en función del territorio, y la diferencia entre el porcentaje de alumnado vulnerable que los centros de esta red deberían acoger y el que efectivamente matricula es especialmente significativo en lugares como Castilla-La Mancha, Canarias y Andalucía, señala el informe de 186 páginas. Algunos territorios han dado pasos en los últimos años para intentar alcanzar un mayor equilibrio tras décadas de una “regulación laxa” y “de permisividad en la aplicación de la misma”, como Cataluña, País Vasco y Comunidad Valenciana, indican los autores, mientras otros, como Madrid, han avanzado en la dirección contraria. A escala internacional, España es el séptimo país con la mayor red concertada de los 36 de la OCDE analizados. Solo se sitúan por delante Países Bajos, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Chile y Corea.

Los chavales de entornos sociales desfavorecidos también tienen mayores dificultades educativas, mayor probabilidad de fracaso y de abandono escolar temprano. Zancajo afirma que repartir de forma equilibrada a este alumnado que presenta mayores necesidades entre las dos redes financiadas por el Estado ha estado presente “en mayor o menor medida” en todas las leyes educativas aprobadas desde los años ochenta en España. La actual pone “más énfasis” en ello y proporciona a las autoridades educativas un mayor número de herramientas de planificación escolar para alcanzar el objetivo, prosigue el investigador, pero al mismo tiempo “deja a las comunidades mucho margen de maniobra, como estamos viendo”. La Lomloe fue aprobada con el apoyo del PNV y de ERC. Y en dicho compromiso de crear instrumentos nuevos, pero permitir que sean los Ejecutivos autonómicos quienes decidan sobre su aplicación, se nota la mano de ambas formaciones, movidas por su interés de potenciar el autogobierno y, sobre todo en el caso de los nacionalistas vascos, por su afinidad tradicional con la escuela concertada católica.

Los autores del estudio proponen medidas para mejorar la distribución del alumnado vulnerable basadas en lo que en los últimos años han hecho otros países como Bélgica, Países Bajos y Chile, sugiriendo que el actual contexto de caída demográfica (y por tanto de necesidad de estudiantes por parte de todos los centros) puede ayudar a llevarlas a la práctica. La primera propuesta es condicionar la autorización y renovación de los conciertos educativos “a la corresponsabilización de la escolarización del alumnado socialmente desfavorecido”, algo que, lamentan, ahora no sucede en muchas comunidades autónomas. La segunda, “reforzar la centralización en la gestión del proceso de elección escolar” y de admisión de alumnos para evitar las “prácticas de selección encubiertas”. Y la tercera, hacer efectiva la prohibición del cobro de cuotas, con una auténtica supervisión por parte de la inspección educativa, en paralelo a una mejora de la financiación de los centros concertados. Es decir, proporcionarles más fondos públicos a cambio de una verdadera gratuidad del servicio y un reparto equilibrado del alumnado.

El documento apuesta también por una propuesta planteada anteriormente por la Fundació Bofill para el conjunto del sistema educativo, la llamada “financiación por fórmula”, que consiste en que los centros educativos reciban los recursos no de forma lineal, sino en función de las características socioeconómicas del alumnado que acogen. Ello, señalan, podría ayudar a reducir la desigualdad en la distribución del alumnado vulnerable entre ambas redes educativas y también dentro de cada una de ellas. Para lograr el objetivo, los autores también consideran imprescindible mejorar la información de que disponen las administraciones educativas a la hora de planificar, desde el perfil socioeconómico de los alumnos a las cuentas de los centros concertados.

Suben las ganancias de la educación privada
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado, por otra parte, este lunes su Encuesta de Financiación y Gasto de la Enseñanza Privada, que muestra que los beneficios (sin contar impuestos ni intereses) de las empresas del sector aumentaron un 27% en el curso 2020-2021 respecto al 2014-2015, hasta los 756 millones de euros. La encuesta también refleja que las administraciones subvencionaron el 74% de los gastos corrientes de los centros privados concertados, y el 2,1% de los privados no concertados.

Los mayores beneficios por alumno para la educación privada (englobando la subvencionada y la que no lo está) procedieron de los ciclos de Formación Profesional de grado superior (434 euros) y de grado medio (271), seguidos a distancia de los de bachillerato (196). La única etapa donde los resultados por estudiante fueron negativos fue el primer ciclo de infantil (-180 euros), según el INE. El curso analizado estuvo a caballo de los dos peores años de la covid, lo que, unido a la caída de la natalidad, hundió la matrícula de infantil.

viernes, 19 de agosto de 2022

Qué es el Síndrome de Ulises y cómo afecta a los migrantes

Quien migra suele pasar por varios duelos, pero ciertas condiciones pueden dar lugar al síndrome de Ulises. 

 "No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza", decía el poeta argentino Juan Gelman.

Sin embargo, en el mundo hay alrededor de 281 millones de migrantes internacionales (el 3,6 % de la población), según los datos de 2020 de la ONU.

Hay quienes emigran porque así lo desean, pero también quienes se ven obligados a ello. A finales de 2019, las personas desplazadas a la fuerza eran más de 79,5 millones según ACNUR.

Sea algo elegido o no, los migrantes, con las raíces a miles de kilómetros, puede que nos sintamos como decía Gelman: como una "planta monstruosa". Y habrá circunstancias en nuestra llegada a destino que suavizarán esa condición o la empeorarán.

Y esto, sin duda, puede repercutir en nuestra salud mental.

En la frontera entre la salud mental y el trastorno
El psiquiatra español Joseba Achotegui trabaja con temas relacionados con migración en la Asociación Mundial de Psiquiatría, de la que es secretario. A partir de 2002 empezó a ver que algo cambiaba. "Se cerraron las fronteras, empezaron políticas más duras contra la migración, la gente dejó de tener acceso a papeles, había una enorme lucha por la supervivencia", cuenta a BBC Mundo.

Y esto se reflejó en cómo acudían los pacientes a su consulta: "Estaban indefensos, asustados, sin poder salir adelante".

En concreto, vio que muchos migrantes que viven situaciones difíciles presentaban "un cuadro reactivo de estrés muy intenso, crónico y múltiple".

Achotegui le puso nombre: Síndrome de Ulises.

Aclara el psiquiatra que esto no es una patología, ya que "el estrés y el duelo son cosas normales en la vida", pero sí remarca la peculiaridad del síndrome que deja al migrante, de nuevo, en la frontera. Pero esta vez entre la salud mental y el trastorno.

Duelo migratorio vs. síndrome de Ulises
Normalmente asociamos la palabra "duelo" al sentimiento tras las muerte de un ser querido. Los psicólogos lo relacionan con cualquier pérdida que tenga el ser humano, como dejar un trabajo, la separación de una pareja o cambios en nuestro cuerpo.

"Cada vez que experimentamos un pérdida, tenemos que acostumbrarnos a vivir sin eso que teníamos y adaptarnos a la nueva situación. Es decir, hay que elaborar un duelo", explica la psicóloga experta en duelo migratorio Celia Arroyo.

Así, el duelo migratorio está asociado a este gran cambio en la vida de una persona. Pero tiene características que lo hacen especial, ya que es un duelo "parcial, recurrente y múltiple".

Se puede sufrir duelo por el habla, las costumbres... O por el paisaje.

Parcial porque no es una pérdida total como ocurre con la muerte de alguien; recurrente porque con cualquier viaje, comunicación con el país o echar un simple vistazo a una fotografía en instagram puede reabrirse; y múltiple porque no es solo una cosa la que se pierde, sino muchas.

Joseba Achotegui agrupó estas pérdidas en 7 categorías. La más evidente suele ser la pérdida de la familia y los seres queridos. También está la pérdida de estatus social, algo que, dice Arroyo, suele pasar por la condición de migrante pero si, además, "el país de origen es xenófobo, supone una gran adversidad".

Otro duelo que el migrante pasa es el de la pérdida de la tierra. Por ejemplo, extrañar un paisaje montañoso o los días llenos de sol.

Se suma el duelo del idioma, que será más fuerte en la medida en que se migre a un país con otra lengua. Puede ser una verdadera barrera para, por ejemplo, hacer un trámite burocrático y mandar un simple correo electrónico.

Por último, está la pérdida de los códigos culturales, que puede significar algo tan sencillo como no tener con quién "echar un pie" y bailar salsa o con quien compartir un mate.

Y, asociado a esto, y como último duelo, está la pérdida de contacto con el grupo de pertenencia, con aquellos con quien podemos hablar en los mismos códigos, que entenderán nuestros modismos y forma de ver la vida.

El síndrome de Ulises es cuando, además de tener que pasar estos siete duelos normales para un migrante, se hace en condiciones difíciles, explica Achotegui.

Hay varios detonantes que pueden estresar a una persona en el país de acogida.

Cuáles son los detonantes
"Cuando hay dificultades o se rechaza a la persona en la sociedad de acogida puede darse este síndrome", explica Guillermo Fauce, profesor de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y presidente de Psicología sin Fronteras.

No es lo mismo llegar a un país nuevo con un trabajo ya estable que sin nada en firme; tener o no un techo y comida asegurados, entrar ya con visa o con un estatus legal por definir. Tener o no ciertas condiciones suma puntos y estrés.

"El rechazo que puede tener más impacto es no tener papeles o no poder acceder a determinados recursos", dice el psicólogo.

A su vez, Achotegui explica que esta situación hace que los migrantes no puedan salir adelante y genera tensión y problemas de supervivencia, otro detonante más.

Al coctel puede sumarse el no tener personas a nuestro alrededor que nos brinden apoyo, no solo material (donde vivir, comer, dormir), sino también emocional. "Muchos migrantes sufren situaciones de soledad, están aislados", remarca Achotegui.

Fauce señala que también hay un apoyo simbólico que, de no darse, es otro detonante más. Se trata de que el entorno del migrante entienda y reconozca su condición, "que está pasando por un situación complicada, transitando muchos duelos y que se le permita un periodo de transición en la sociedad de acogida".

Los expertos recomiendan hacer lazos con nuestra comunidad pero también con la sociedad de acogida.

A veces puede pensarse que "lo peor" ha pasado tras cruzar una frontera en malas condiciones, pero, en el país de acogida, la sensación de indefensión, de estar sin derechos y los posibles abusos laborales y sexuales pueden dar lugar a un cuarto detonante: el miedo.

Los expertos consultados añaden que esta situación de vulnerabilidad que puede dar lugar al síndrome de Ulises se hace mayor cuando se es mujer.

Qué nos puede pasar y cuándo estar alerta
Los síntomas pueden ser los mismos, dice Achotegui, que podemos tener cuando pasamos una mala época: dormimos mal, nos cuesta relajarnos, dolores musculares o de cabeza, enfado, nerviosismo, tristeza.

Fauce señala que, por un lado, se puede entrar en una suerte de estado depresivo y de tristeza, de encerrarnos en nosotros mismos y, por otro, estar hiperactivos y ansiosos, algo que al final nos va a quitar energía.

Esto puede hacer que el síndrome de Ulises se confunda con otras enfermedades mentales como depresión o estrés postraumático y que trate de medicalizarse.

Pero, en este caso, cuando se solucionan los obstáculos que dieron lugar al síndrome (hay trabajo, cierta estabilidad, menos estrés, etc,), desaparece.

"Si se sigue adelante, se consigue trabajo y hay una cierta estabilidad pero sigue habiendo síntomas, ahí hay algo más que evaluar y hay que intervenir de otra manera, porque puede que haya otra cosa ya del plano psiquiátrico, como un cuadro depresivo", sostiene Achotegui.

Hacer ejercicio y juntarse con la comunidad de origen pueden ayudar a bajar el estrés.

Así, cuando el malestar se convierte en permanente o impide que hagamos nuestra vida, hay que prender las alarmas. Otras muestras de alarma que señala Fauce son si aparecen ataques de ira, nuestras relaciones personales se ven afectadas o "se cogen atajos, como consumir drogas, alcohol, hay gastos desmesurados o se hacen deportes de riesgo".

Qué hacer y qué no hacer
"Es fundamental crear una red de apoyo social, estar en contacto con otros inmigrantes y compartir vivencias", señala Celia Arroyo. Para esto es bueno buscar migrantes de nuestra nacionalidad o grupos de apoyo específicos donde vivamos.

Al respecto, Achotegui dice que esto hace que haya "menos riesgo de trastorno mental", pero quedarse muy anclado con nuestra comunidad puede hacer que se prospere menos. "Si no te metes en la sociedad de acogida, costará progresar. Es un equilibrio".

Al final se trata de mantener "la raíz" con agua, pero no olvidarnos de nuestras hojas, del lugar donde reciben el sol.

También recomienda Achotegui hacer ejercicio y actividades que bajen el estrés.

Fauce remarca que "los cortes radicales no funcionan, ni las decisiones drásticas" ya sea respecto al país de origen o al de acogida y a las relaciones creadas en ambos.

Arroyo señala que, aunque es complicado dar un tiempo preciso, si tres meses después de haber conseguido una estabilidad el sufrimiento que sentimos no ha disminuido, es buen momento para pedir ayuda psicológica.

Qué pueden hacer los demás
La sociedad de acogida juega un papel importante, pero quien no ha vivido esta situación puede que no entienda qué implica el duelo migratorio ni el estrés sostenido que deriva en el síndrome de Ulises. Esto puede hacer que no sepamos cómo ayudar, qué decir o hacer.

Celia Arroyo recomienda que el entorno permita a quien esté esta situación que se exprese libremente y pueda hablar de qué le pasa y cómo se siente.

"Es importante no minimizar su sufrimiento ni generar falsas esperanzas" ante un futuro que es incierto cuando, por ejemplo, hay una visa o un trabajo que no llega.

Como en cualquier duelo, hay que evitar frases del estilo "ya se te pasará", "no es para tanto", "eso son miedos tuyos" o "todo saldrá bien".

Achotegui sugiere ni compadecer ni victimizar: "Hay que acercarse con respeto, incluso con cierta admiración. El migrante es una persona fuerte, alguien que está yendo hacia adelante".

A la vez, es importante respetar su cultura, mentalidad y cosmovisión.

Si nos cuesta conectar emocionalmente con alguien en esta situación, Fauce recuerda que todos hemos sufrido alguna pérdida y que es un buen ejercicio conectar con la emoción que tuvimos para empatizar con el migrante. Y pensar que, como escribió la uruguaya Cristina Peri Rossi, emigrar, partir al fin, es siempre partirse en dos.

martes, 24 de agosto de 2021

_- «Quiero expandir la bendición de la esclavitud al mundo»


_- No era solo arrogancia la característica del nuevo imperio sino también un profundo fanatismo racial y religioso. Hazlehurst, Mississippi. 11 de setiembre de 1858 – El senador y exgobernador de Mississippi, Albert Gallatin Brown, en un aplaudido discurso proclama: “Quiero poner un pie en América Central, por las razones ya repetidas varias veces. Quiero Cuba, y todos saben que, antes o después, será nuestra. Si la comegusanos de España la cede por un precio razonable, mejor. Si no, igual la tomaremos. Quiero Tamaulipas, Potosí, y uno o dos estados más de México… Y los quiero por la misma razón: para que la esclavitud se expanda por todo el continente… Sí, quiero todos esos países para que podamos expandir la esclavitud. Quiero expandir la bendición de la esclavitud a todos los rincones del mundo, como expandimos la religión del Señor… No quisiera imponerles nada, sino convencerlos, como convencemos a los demás de las bendiciones de los Evangelios. Claro que sé que es una tierra de rebeldes y que no van a aceptar ni a recibir nuestra bendición tan fácilmente…”

Mientras los estados del Sur continúan expandiendo el sistema eslavista, en mayo la revista United States Democratic Review de Nueva York, en su artículo “El destino de México”, asegura que: “Muchos países nos acusan de insistir demasiado sobre eso del Destino manifiesto. En esto tienen razón. Nosotros sentimos la mano de Dios sobre nosotros… México comenzó su historia con todo a su favor, excepto una: su gente no era blanca, no eran caucásicos… Tenían una mala mezcla de sangre española, indígena y negra. Gente de este tipo no sabe cómo ser libre y nunca lo sabrá hasta que sea educada por la Democracia americana, por la cual el amo gobernará sobre ellos hasta que un día ellos aprendan cómo gobernarse solos… México no se puede gobernar a sí mismo. Pero ha llegado el tiempo por el cual la Providencia nos obliga a tomar posesión de ese país… No vamos a tomar México por nuestro propio interés, lo cual sería una broma imposible de creer. No, vamos a tomar México por su propio beneficio, para ayudar a los ocho millones de pobres mexicanos que sufren por el despotismo, la anarquía y la barbarie”.

El presidente, los senadores y los empresarios saben que Estados Unidos necesita acortar los seis meses de transito que necesita un barco para ir de la costa este a la costa oeste por el estrecho de Magallanes. Por Nicaragua o por Panamá podrían hacerlo en menos de un mes. Pero Inglaterra tiene necesidades similares y amenaza con establecerse en América Central. El senador Albert Brown de Mississippi considera esta presencia inaceptable: “Si queremos América Central, la forma más barata y rápida es ir y tomarla, y si Francia o Inglaterra interfieren, le leeremos la doctrina Monroe y punto”.

No sólo la necesidad de ser ofendidos para luego reclamar un castigo por las ofensas recibidas ha sido un arma psicológica, política y prebélica del nuevo país, del nuevo imperio anglosajón, sino también de Gran Bretaña. Ante la arrogancia de Estados Unidos sobre su derecho a decidir el destino de las Américas, su ministro de Relaciones Exteriores, Lord Clarendon, cuatro años atrás había dicho que los estadounidenses eran “una nación de piratas”. La historia sería divertida si no fuese trágica. El primer ministro Palmerston, había estado de acuerdo y se había burlado con acento de inglés americano de la pretensión de ser “la nación más grande del mundo”. En un memorándum del 10 de setiembre de 1854, Lord Clarendon había observado que “no habrá ni un solo país que algún día no sea expuesto a la arrogancia de Estados Unidos… y un día volverá a todas las naciones del mundo contra ellos”.

Pero no era solo arrogancia lo que había definido al nuevo imperio sino un profundo fanatismo racial y religioso que lo llevará, como a cualquier pueblo fanático, a lograr grandes cosas mientras, por ser el ganador, será representado por propios y ajenos no como resultado del fanatismo sino del sentido común y pragmático de una raza, primero, y de una cultura superior, después. El representante de Missouri, Thomas L. Anderson, en 1859 se había sumado al debate expansionista sobre el Caribe y América Central. Como la mayoría, no quería ni imaginar la posibilidad de mezclar la superior raza anglosajona con la de idiotas negros y mestizos del sur, pero aun así persistía la necesidad de controlar el área por razones geopolíticas y de tránsito comercial entre el Atlántico y el Pacifico. Aunque más improbable que en el caso de los territorios arrancados a México, todavía quedaba la posibilidad de que “ola tras ola de inmigrantes” mejoren América Central hasta que “sus supersticiones, su ignorancia y su anarquía sea reemplazada por la paz, el conocimiento, el cristianismo y por nuestras instituciones nacidas en el Cielo”.

Del libro La frontera salvaje. 200 años de fanatismo anglosajón en América latina. https://www.youtube.com/watch?v=ujyQmseHva0

Imagen de portada: Ilustración del libro The Negro in American History, publicado en 1914, escrito por John W. Cromwell, que describe la brutalidad del tráfico de esclavos. Fuente: Library of Congress


https://rebelion.org/quiero-expandir-la-bendicion-de-la-esclavitud-al-mundo/

miércoles, 4 de marzo de 2020

_- Tribunal Europeo y derechos humanos, mal camino.

_- José Antonio Martín Pallín
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Los jueces del TEDH han demostrado que prefieren escabullirse de la realidad incómoda que tenían en sus manos y han dejado sobre la valla de Melilla dos jirones que enturbian el Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales

En la búsqueda de la justicia, valor siempre difícil de aquilatar, los que nos movemos en el mundo de los tribunales debemos ser conscientes de que los ciudadanos, que acuden a nosotros en demanda de protección de sus derechos, confían en que los jueces actuarán movidos por el imperativo legal y ético de procurar, si la solicitud lo justifica, una respuesta a sus quejas, inspirada exclusivamente por la equidad y el equilibrio que refleja, plásticamente, la balanza de la justicia.

Si una sociedad confía en sus jueces y tiene la garantía de una revisión de los posibles errores por instancias superiores estaremos en el buen camino de la búsqueda de la paz, la justicia y la convivencia civilizada. Para describir este sentimiento, se suele citar el emblemático enfrentamiento entre el Rey de Prusia y el Molinero. No sabemos si es cierto o una leyenda, pero refleja de manera elocuente el deber de los jueces de enfrentarse a la arbitrariedad y al despotismo. Cuentan que el Rey Federico II ‘El Grande’ estaba molesto porque un molino cercano a su Palacio de Sanssouci afeaba el paisaje. Llamó al molinero a Palacio y le ofreció comprárselo para derribarlo. El molinero se negó y el monarca le advirtió de que lo podía tomar sin pagárselo. El molinero, con gran dignidad, le contestó: “Le recuerdo, Sire, que todavía quedan jueces en Berlín”.

La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, acaba de dictar una sentencia, el 13 de febrero de 2020, corrigiendo, a instancias del Gobierno español, una decisión anterior del mismo Tribunal en la que reconocía que España había vulnerado los derechos reconocidos en el artículo 4 del Protocolo 4º del Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, en relación con el artículo 13, al devolver “en caliente” a dos ciudadanos de Malí y Costa de Marfil. Según el texto del Protocolo: “Quedan prohibidas las expulsiones colectivas de extranjeros y, en todo caso tienen derecho a un recurso efectivo para garantizar este derecho”.

Ningún tribunal puede ignorar los hechos sobre los que va a construir la respuesta y sentar la doctrina que considera aplicable al caso controvertido. La Gran Sala, como es lógico, conocía perfectamente, y así lo refleja su sentencia, los antecedentes de hecho que sirvieron al Tribunal de instancia, para declarar que el Gobierno español había vulnerado derechos fundamentales reconocidos en el Convenio Europeo y sus Protocolos adicionales.

Los hechos, tal como se describen en la sentencia, son notorios, incluso fueron televisados, y sucedieron el 13 de agosto de 2014. En ese día se realizaron dos saltos masivos de la valla de Melilla. Según la versión de las dos personas que solicitaron amparo al Tribunal Europeo, estuvieron entre 14 y 15 horas subidos a la valla interior, provistas de elementos cortantes y, cuando sus fuerzas habían llegado al límite, descendieron utilizando unas escaleras que colocaron los agentes de la Guardia Civil. Cuando pusieron pie en suelo español fueron detenidos y entregados inmediatamente a las autoridades marroquíes. Los requirentes de amparo no fueron objeto de ningún procedimiento de identificación por parte de los agentes. Ni tuvieron posibilidad de explicar su situación personal ni de ser asistidos por abogados o intérpretes. Todo lo sucedido está acreditado por los vídeos que ha podido revisar la Gran Sala. La sentencia reconoce que en Marruecos no recibieron asistencia médica, que fueron trasladados a 300 km y no fueron objeto de ninguna atención ni internamiento. Paradójicamente Estrasburgo reprocha a nuestro Gobierno no haber facilitado al Tribunal las grabaciones de las cámaras de seguridad por lo que ha tenido que valerse de las facilitadas por periodistas y por otros testigos, a pesar de las amenazas de la Guardia Civil para que no filmaran lo que estaba pasando

Es público y notorio que, en una primera sentencia, la Sala de instancia había declarado que el reenvío inmediato a Marruecos de migrantes originarios de países de África subsahariana, que pretendían entrar en Melilla escalando las vallas del entorno de la ciudad, constituye una expulsión colectiva por lo que estima que se había vulnerado el artículo 4 Protocolo nº 4, combinado con el artículo 13 del Convenio Europeo que exige la posibilidad de disponer de un recurso efectivo contra las decisiones que desconocen sus derechos. La Gran Sala no estima necesario pronunciarse sobre si habían sido expulsados después de entrar en territorio español o antes de haberlo hecho, como sostiene el Gobierno.

Las circunstancias inhumanas en que se encuentran las personas del África subsahariana son por todos conocidas, e incluso la misma sentencia que niega la violación del Convenio reconoce la precariedad en que se hallan, sus escasas posibilidades de subsistencia en un monte próximo a la Ciudad de Melilla, la absoluta indefensión que sufren cuando vuelven a Marruecos, su detención y su puesta en libertad para que, dicho en otros términos, se busquen la vida. Reproduzco un pasaje de la sentencia: “Los demandantes fueron transferidos a la Comisaría de Nador, en la que solicitaron una asistencia médica que les fue denegada. Inmediatamente después fueron conducidos, con otros emigrantes, a Fez, ciudad a 300 kilómetros de Nador, donde fueron abandonados a su suerte. En mi opinión, estas circunstancias debieron primar sobre los formalismos descarnados e ilusorios que incluso reprochan a los inmigrantes no haber solicitado un visado en una embajada o consulado de España o no haberse presentado en el puesto fronterizo de Melilla solicitando el asilo. Es alarmante que se pueda llegar a ser juez de un Tribunal de Derechos Humanos sin tener la más remota idea de la realidad sobre la que se están pronunciando. Es evidente que las autoridades marroquíes no les dejan acercarse a este punto y además, en todo caso, su petición sería rechazada por las autoridades españolas. En consecuencia, debieron confirmar la primera sentencia y ratificar la indemnización de 5.000 euros que se les había concedido.

Los jueces de la Gran Sala no tuvieron en cuenta el dictamen del comisario europeo de los Derechos Humanos, que sostenía de forma clara y contundente que las expulsiones colectivas hacen imposible la protección de los derechos fundamentales de los emigrantes y, en particular, el derecho de solicitar el asilo y disponer de su derecho a un recurso efectivo contra la expulsión de la que son objeto. Pero lo más importante y decisivo se contiene en su afirmación, sin matices, de que, a la vista de los vídeos, no tiene duda de que las vallas fronterizas son parte del territorio español, por lo tanto esta cuestión no puede ser objeto de discusión, sino solo si efectivamente se ha respetado su derecho a estar protegidos contra las expulsiones colectivas.

La Gran Sala, en una decisión que parece ignorar la dramática situación que viven los emigrantes subsaharianos, viene a reprochar a los demandantes que no hubieran acudido antes a los canales oficiales. Si hubieran meditado sobre esta sarcástica alegación, deberían haber llegado a la conclusión de que las vías legales están reservadas para los que vienen a invertir o a los deportistas de élite. Un juez que desconoce la realidad se convierte en un peligroso autómata. En mi opinión, su obligación era amparar a los demandantes y dejar para mejor ocasión la tentación de redactar un Directiva o Recomendación genérica sobre la expulsión en masa de los extranjeros que entran a la fuerza, jugándose la vida, en un territorio rodeado de vallas agresivas y cortantes.

No obstante la sentencia, por su contenido y por sus valoraciones genéricas sobre los Convenios Internacionales no cierra todas las puertas y abre una posibilidad para que, en este caso, el Gobierno español siente unas bases claras, que den una cierta certeza y seguridad a los derechos de los que buscan angustiosamente una nueva vida y un futuro incierto.

La Gran Sala, en la parte final de la sentencia decide, por unanimidad, rechazar todas las objeciones formales esgrimidas por el Gobierno español. No dudan en considerar que los demandantes tienen la condición de víctimas y, por ello, la Sala tiene jurisdicción para conocer de la demanda y rechaza también la alegación de que no habían agotado las vías y recursos internos de la legislación española. En consecuencia, acuerda por mayoría que era procedente analizar si había habido violación del artículo 13 de la Convención (Derecho a un recurso efectivo) combinado con el artículo 4 del Protocolo nº 4 (Prohibición de expulsiones colectivas). Sin embargo, rechaza que, en este caso, se haya producido la vulneración del Protocolo y el Convenio.

Para evitar posibles sanciones, la Ley de Seguridad ciudadana (Ley Mordaza) justifica las expulsiones “en caliente” en una peculiar interpretación de la ley internacional, construyendo el rebuscado e inaceptable “concepto operativo de frontera”. Es decir la línea de separación con Marruecos tiene vida propia y se mueve según el capricho de los guardianes de turno. Los artificios y las trampas son letales para el derecho y la justicia.

En estos momentos, el Tribunal Constitucional tiene sobre la mesa el examen de la constitucionalidad de la Ley Mordaza. Después de la sentencia de la Gran Sala, difícilmente podrá considerar inconstitucional la Disposición adicional décima, en la que se regula el régimen especial para las ciudades de Ceuta y Melilla en materia de los derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social.

Sin embargo, el Gobierno puede proponer una modificación de la Ley de Seguridad ciudadana en la que, de forma clara y sin ambages, se considere la primera valla como territorio español a los efectos de la Ley de Extranjería. Su constitucionalidad me parece indiscutible.

Los jueces del Tribunal Europeo han demostrado que prefieren escabullirse de la realidad incómoda que tenían en sus manos y han dejado sobre la valla de Melilla dos jirones que enturbian los propósitos del Convenio Europeo de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales y ponen en cuestión su preámbulo, en el que se proclama la profunda adhesión y respeto de los derechos humanos y la búsqueda de la justicia.

A pesar de todo lo que hemos podido leer en la sentencia de la Gran Sala, me resisto a renunciar a mis convicciones y esperanzas. Sigo creyendo que todavía quedan jueces en Estrasburgo.

José Antonio Martín Pallín es Magistrado emérito del Tribunal Supremo. Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra). Abogado de Lifeabogados.

Fuente: http://ctxt.es/es/20200203/Politica/31023/tribunal-estrasburgo-martin-pallin-redh-melilla-sentencia.htm

viernes, 17 de enero de 2020

6 cosas que he aprendido asesorando a emigrantes

Ruth Carrasco

Lo más bonito de enrolarte en un nuevo proyecto en el que crees, un proyecto de transformación social impulsado por gente comprometida, emprendedora y profesional, es que recibes mucho más de lo que das.

Soy Ruth Carrasco, y quizá algunos de los que leáis estas líneas habéis pasado un rato conversando conmigo. Junto a Sébastien Sanz me encargo del asesoramiento para el retorno en el proyecto "Volvemos" de Barakaldo, y he pasado decenas de horas en skype conversando con profesionales vascos increíbles, de los que he aprendido infinidad de cosas y me han hecho sentir más orgullosa del proyecto.

Yo también fui emigrante, viví y trabajé un tiempo en Bruselas, y sé lo que se siente estando lejos de los tuyos. Ha sido sencillo empatizar con las personas que están fuera, personas que necesitamos de vuelta en nuestro país, de las que podemos aprender muchas cosas:

1. Su extraordinaria capacidad de resiliencia.

La capacidad de superar las adversidades está fuera de dudas en todos los y las profesionales con los que me he entrevistado. Que te vas a hacer la selectividad japonesa como si fueses un japonés más. Que hay que hacer una entrevista de trabajo en un idioma que no dominas. Que os embarcais en la aventura de formar una familia lejos de la vuestra, sin ese punto de apoyo tan importante. Que eres el jefe de un equipo en el que eres el único español y el resto es de distinta nacionalidad. Se me vienen a la cabeza múltiples ejemplos en los que han demostrado su amplia capacidad de superar positivamente situaciones adversas.

2. Su humildad

Mi mayor trabajo ha sido ponerles frente al espejo de lo que me estaban contando. He escuchado cosas alucinantes. Historias como la de Ariadne, que pasa 4 años trabajando en una consultora de máximo nivel en la India para el mercado global; o la de Efraín, que se va a Japón y se hace la carrera de japonés; o la de Izaskun, que trabaja en Inglaterra en la industria aeroespacial dirigiendo un equipo. Todas las personas con las que hablaba lo veían como “lo natural”, “lo que debe ser”. Unos profesionales de primera con una humildad que mucha gente, que tanto “gurú” sobrevalorado, debería aprender.

3. El sentimiento de responsabilidad hacia su país

Varias veces me manifestaron la gran pena que sentían: “He recibido educación pública, he ido a la universidad pública, he recibido becas y otro país se está beneficiando de mi conocimiento, de mi trabajo y de mis impuestos”. Sinceramente, esperaba muchas cosas de las sesiones, pero no hubiese apostado por este nivel de responsabilidad cívica. Les necesitamos en la medida que necesitamos más patriotas de los que pagan impuestos y menos de los que los evaden.

4. Su gran productividad

Valoran la autonomía y la responsabilidad en el trabajo y trabajar por objetivos y no “por horas”. Son profesionales que, pese a su juventud, han tomado la oportunidad que les han dado y la han devuelto con mucha profesionalidad y trabajo duro. Están acostumbrados a trabajar de manera autónoma y por objetivos. Responden así por productividad y no por “presencialismos” absurdos. Saben aprovechar el tiempo. Quieren conciliar su vida profesional y personal. Y con el tiempo que tienen muchos siguen formándose. Exprimen la vida al máximo.

5. Su patria es la gente

Todos echan de menos a los suyos. Los lugares que evocan están conectados con la gente. Fernando tiene un bebé de 21 meses y quiere que crezca cerca de su familia, de sus aitas. Otra pareja quiere formar una familia y hacerlo cerca de los suyos. Los padres de otra se hacen mayores y no quiere estar tan lejos. El amor es lo que, fundamentalmente, les mueve para volver. Saben que en España van a tener complicado obtener unas condiciones laborales como las que reciben en el extranjero, pero el amor les hará volver igualmente.

6. Buscan desarrollo profesional

Son personas que buscan poder seguir desarrollándose profesionalmente. Quieren que su experiencia sea útil en los espacios en los que trabajen a su vuelta. Es la variable en la que más coinciden todos y que más les importa, con mucha diferencia. Que sean exigente en el desarrollo profesional sigue siendo una muestra de generosidad y es que, necesitamos que esos profesionales puedan seguir creciendo, puedan mostrarnos otras formas de trabajar, nos ayuden a abrir nuevos mercados, nuevas metodologías y que asumamos en España racionalidad en los horarios y exigencia en los objetivos.

En cada historia hay un futuro de esperanza. Hay una persona de gran valor. Y hay una oportunidad para nuestro país. Ojalá que empresas, organizaciones e instituciones lo sepan ver también.

https://volvemos.org/6-cosas-que-he-aprendido-asesorando-emigrantes

P. D.:
Tengo que recordarlo, a estos jóvenes españoles no se les ha dejado votar en las elecciones, no lo han hecho ni un 2%. Ni el PP, ni el PSOE. Es evidente que se tiene que resolver  este problema y que para los miles de españoles que están en el exterior se debe facilitar urgentemente el voto de todos ellos. Es un fraude democrático la serie de trabas que actualmente existe con la única finalidad de impedirles votar por el hecho que se supone de que no iban a votar de forma mayoritaria a esos partidos. 

miércoles, 27 de marzo de 2019

Los sucesos de Nueva Zelanda son la conclusión lógica de llamar “invasores” a los inmigrantes.

The Intercept

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Brenton Tarrant, acusado de matar a 50 personas, varios niños entre ellas, en dos mezquitas de Nueva Zelanda la semana pasada, quiere que sepamos qué inspiró sus acciones. Antes de trasmitir su masacre de fieles musulmanes, redactó un extenso documento que aboga con orgullo por el asesinato de personas inocentes en nombre de la pureza racial. El manifiesto es predeciblemente inquietante. Es la obra de un nihilista que ve un mundo tan sombrío y desesperanzado que piensa que podría mejorarse mediante actos de asesinato en masa. Sin embargo, hay una palabra en el documento de 74 páginas que me llamó la atención: “invasor”.

Las palabras de Tarrant son a la vez lúcidas y suenan pavorosamente familiares. Sus referencias a los inmigrantes como invasores encuentran eco en el lenguaje utilizado por el presidente de Estados Unidos y los líderes de extrema derecha de toda Europa. Y es por eso que sería un error descartarlas como los incoherentes delirios de un loco.

Su manifiesto resulta difícil de leer. No obstante, me sentí obligado a analizar sus palabras en profundidad porque, como occidental no blanco -y nada menos que musulmán-, soy uno de los “invasores” de los que habla. Ha habido llamamientos para sencillamente ignorar lo que Tarrant escribió. Si bien es comprensible, es ingenuo pensar que ignorar a personas como él va a hacer que sus exigencias desaparezcan. Al leer su manifiesto, debo subrayar que el sentimiento que expresa -que las personas como yo somos unos forasteros que en realidad pertenecen a algún otro lugar- es cada vez más común.

El documento se basa en una premisa subyacente clave conocida como la teoría del "Gran Reemplazo": que las personas no blancas que viven en países occidentales son extranjeros embarcados en la misión de saquear y reemplazar a las poblaciones de Europa y América del Norte. En los rostros de los inmigrantes que intentan criar familias y construir hogares pacíficos, Tarrant ve a invasores desarmados empeñados en conquistar su patria racialmente prístina. No hay individuos en su cosmovisión, solo masas sin rostro de “nosotros” y “ellos”. Este último grupo debe mantenerse a distancia a toda costa. Cita, aprobándolo, el efecto disuasivo de asesinar a sus hijos.

Para quienes se preguntan dónde se radicalizó Tarrant, la respuesta es de conocimiento público. Es en nuestros medios de comunicación y en nuestra política, donde las minorías, musulmanas o no, son vilipendiadas como algo natural. Las creencias de Tarrant alcanzaron una praxis violenta que supongo que muchos de sus compañeros de viaje encontrarían difícil de digerir. Pero sus afirmaciones sobre desastrosas tasas de nacimiento y riadas de inmigrantes invasores son prácticamente banales a estas alturas. Esa es la retórica que anima las políticas de Donald Trump, quien ha resucitado una respuesta medieval a los “invasores”, prometiendo contenerlos detrás de un muro gigante. Proviene de los partidarios políticos del presidente que abiertamente defienden la misma teoría del “Gran Reemplazo” que motivó la masacre de Tarrant.

Esta retórica sobre la contaminación extranjera emana también de las bocas y de las plumas de figuras públicas supuestamente liberales. En 2006, Sam Harris, escritor del “New Atheist”, escribió un artículo en el que afirmaba que en cuestión de 25 años, Francia se encaminaría a tener una mayoría de población musulmana, aunque la inmigración se detuviera mañana. El cambio demográfico no significaría nada menos que el fin de la propia democracia, argumentaba. (Harris no consideró necesario aportar una referencia por sus ridículas proyecciones de población). El manifiesto de Tarrant se lee como una versión abreviada, aunque más violenta, del popular libro de 2017 “The strange death of Europe”, del autor británico Douglas Murray, quien sostenía que la inmigración había destruido ya realmente a la sociedad europea.

En resumen, los escritos de Tarrant reflejan una visión del mundo que no solo se limita a los rincones oscuros de Internet, sino que se expresa abiertamente en los medios y en la política. Sus alegadas acciones son la conclusión lógica de la retórica del “American carnage” y “The strange death of Europe” promovida por figuras destacadas en todo el mundo.

Tarrant escribe que su punto de ruptura se produjo mientras viajaba por Francia. Allí se sintió abrumado por la cantidad de “invasores”, cuyas caras negras y marrones encontraba en todas las ciudades y pueblos. A juzgar por sus palabras, no se detuvo a considerar que la mayoría de esas personas no eran en realidad extranjeras, sino los hijos de personas que han vivido durante varias generaciones en Francia. Son personas que no conocen más hogar que ese país. Tarrant describe haber se visto desbordado por la emoción al ver un cementerio de guerra, que considera como el lugar de descanso de una generación francesa anterior que luchó contra los “invasores”. Al parecer, nunca se le ocurrió que la mayoría del Ejército Francés Libre de la II Guerra Mundial, que liberó a Francia de los nazis, se componía principalmente de soldados coloniales negros y del norte de África. Son los descendientes de estas personas cuy a presencia causó a Tarrant, un turista australiano, una pena tan grande que, según su manifiesto, “rompió a llorar y a sollozar en solitario en su coche” .

Al considerar los ataques en Nueva Zelanda, es importante entender que los musulmanes son un blanco fácil para la violencia racista. Son una minoría impopular en los países occidentales. Algunos analistas, si bien condenaban los supuestos asesinatos de Tarrant, expresaban compasión por su razonamiento sobre los musulmanes. Esta reacción parece ser exactamente con la que Tarrant contaba. En una sección de su manifiesto deja claro que todos los “inmigrantes de alta fertilidad” son el enemigo, pero que eligió centrarse en los musulmanes porque “son el grupo de invasores más despreciados en Occidente, y al atacarles se recibe el mayor nivel de apoyos”.

Sin embargo, matar musulmanes es solo la primera etapa del plan que establece. El objetivo final es cambiar la composición demográfica de los países occidentales a través de un programa más general de limpieza étnica que también se dirige contra negros, judíos y asiáticos. “Los invasores deben ser retirados del suelo europeo, sin importar de dónde vinieron o cuándo vinieron: Africanos, indios, turcos, semíticos u otros”, escribe Tarrant. Entre sus influencias declaradas están el asesino en masa noruego Anders Breivik y Dylann Roof, que asesinó a nueve feligreses afroamericanos en una iglesia de Carolina del Sur. Tarrant deja claro que él no es cristiano en ningún sentido religioso. Su única creencia consistente es una intención genocida de eliminar al “otro”, ya sea mediante asesinato o expulsión.

Aunque actuó solo, Tarrant afirma de modo inquietante en su manifiesto que recibió una bendición por su ataque de una organización clandestina de extrema derecha. Simpatizantes con los mismos motivos que él hay en gran número, escribe, incluso en los aparatos militares y policiales de los Estados occidentales. Hasta el momento, no han aparecido evidencias que corroboren esta afirmación, pero viendo las noticias, parece algo completamente plausible.

En sus escritos, Tarrant deja claro que no tiene problemas con los musulmanes que viven en sus propias patrias, ni con los judíos, mientras vivan en Israel. Él simplemente los quiere fuera de Occidente. “La forma en que se eliminen es irrelevante, ya sea pacífica, contundente, feliz, violenta o diplomática. Deben ser apartados”, escribe. Por supuesto, es poco probable que estas personas vayan a abandonar sus hogares voluntariamente. Estados Unidos y Europa son los lugares donde crían a sus familias, pagan impuestos, asisten a las escuelas y contribuyen con su trabajo a la sociedad. Por tanto, insistir en que “regresen” a una patria imaginaria en un continente lejano es insistir en el genocidio y la limpieza étnica.

Como nos enfrentemos a una demanda tan implacable y fanática, es importante tomarla en serio. Me temo que habrá más hombres como Brenton Tarrant, Anders Breivik y el pistolero de la sinagoga de Pittsburgh, Robert Bowers, especialmente si quienes están en el poder responden a sus mensajes con un guiño y un gesto de asentimiento. Ante un enemigo así -que exige que uno se suprima literalmente a sí mismo- la reconfortante idea del compromiso se evapora. Los ataques racistas han continuado desde los asesinatos de Nueva Zelanda, incluyendo una serie de ataques violentos. Ante esta realidad y las luchas que se avecinan, parece importante recordar un popular mantra judío frente a la opresión nazi que hoy tiene un significado renovado: “Les sobreviviremos”.

Murtaza Hussain es un periodista cuyos trabajos se centran en temas de seguridad nacional, política exterior y derechos humanos. Ha trabajado con anterioridad en el New York Times, The Guardian y Al Jazeera English.

Fuente:
https://theintercept.com/2019/03/18/new-zealand-mosque-shooter-manifesto/

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a l autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.

jueves, 22 de noviembre de 2018

¿Quién está detrás de la caravana de hondureños que se dirige a EE.UU.?

Matías Caciabue y Paula Giménez
CLAE / Rebelión

En el contexto de las elecciones de medio término en EEUU, ¿George Soros dispara contra Donald Trump? ¿Neoconservadores vs globalistas? La oligarquía financiera opera acciones locales de alcance global. La “glocalidad” ha llegado para quedarse como estrategia política de la actual fase del capitalismo.

La ya mundialmente conocida caravana de migrantes hondureños pareciera no ser un hecho aislado. Sus implicancias guardan una profunda relación con los conflictos que están sucediendo a nivel mundial. Desde la crisis de 2008, la lucha intercapitalista se encuentra atravesando un momento político. Algunos actores, como el Papa Francisco, se atreven incluso a plantear una Guerra Mundial “por partes”.

Lo cierto es que, por dónde se lo mire, las distintas facciones de la oligarquía financiera mundial han puesto en marcha una guerra que combina todos los medios de lucha y despliega sus hilillos en todos los territorios (Guerra de Redes, Guerra de Quinta Generación).

En esta oportunidad, la fracción globalista dominante, de la cual el multimillonario George Soros es un actor, ha tomado una iniciativa desestabilizadora contra la fracción neoconservadora, anclada con más fortaleza en el sistema institucional estadounidense a partir de la presidencia de Donald Trump.

La realidad económica, política y social transita un momento de crisis orgánica, estructural y multidimensional. Hay autores que plantean que las fracciones más avanzadas de la oligarquía financiera esgrimen un proyecto revolucionario, para dar un salto hacia un sistema social más opresor que el capitalismo y para eso necesita la desintegración de los Estados nacionales.

¿Acaso una táctica en esta guerra multidimensional es el envío de miles de “caravanas” de migrantes que marchan como “misiles” humanos por el mundo, con el blanco fijo de romper las fronteras de los Estados? Quizás el comportamiento de los medios hegemónicos de comunicación, la manipulación en y de las redes sociales y el financiamiento direccionado de Fundaciones ligadas directamente a lo más concentrado del poder financiero, sean una pista a seguir minuciosamente.

Lo mismo parece repetirse en varias partes del mundo y los gobernantes actuales parecen no poder hacerle frente al grave y deshumanizante problema migratorio. Turquía ya acogió 2,7 millones de refugiados (mayoritariamente sirios) y la Unión Europea casi dos millones (sobre todo Alemania, Austria, Hungría, y Suecia).

Del otro lado de la disputa de proyectos estratégicos, la fracción neoconservadora parece luchar para sostener el orden mundial vigente, con sus instituciones y su forma social de producción financiera con mayor asiento territorial-continental y “productivo” (el complejo militar-industrial-farmacéutico estadounidense).

En los últimos días aparecieron otros preocupantes “mensajes”: En el medio de la elección estadounidense de medio término, donde la caravana migrante se ha convertido en un tema central, cartas-bombas fueron enviadas a los principales articuladores de la oposición a Trump en territorio propio.

Los Obama, los Clinton, el magnate George Soros, la cadena de noticias CNN, y el diario The New York Times, todos actores de la fracción globalista de la oligarquía financiera angloamericana, fueron los blancos directos de ataques terroristas “en defensa de Trump”.

La Caravana

San Pedro Sula, una ciudad en el norte de Honduras, se convirtió en el epicentro de la Caravana con destino a EEUU que ya congrega a más de 7.200 personas. La ciudad, conocida por ser uno de los principales centros de transporte del país, que cuenta con una población de unos dos millones de habitantes, es protagonista de un hecho de alcance global.

Testimonios que integran el éxodo aseguran que la convocatoria surgió en grupos de noticias comunitarias de Facebook. Un posteo que decía: “Una avalancha de hondureños se prepara para ir en caravana a EEUU. ¡Compártelo!” y una intensa cobertura televisiva de HCH (el canal de noticias más popular del país) hicieron que el 13 de octubre, miles de personas se congregaron para emprender el largo camino hacia “el sueño americano”.

Ya desde septiembre circulaban en las redes sociales los planes de la caravana y, en marzo de este año, partió desde México una caravana más pequeña pero que consiguió cierta presencia mediática.

En el medio de este conflicto humanitario, algunas voces de peso político han salido a jugar. Kelly Johnston, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales de Campbell Soup Co. desde el 2002 (en su cuenta de Twitter @johnston_kelly), apuntó contra la Open Society, la fundación del magnate financiero George Soros: “Ves esos caminantes verdad? lo que no ves es el transportista de tropas y vagones que los llevan al norte. @OpenSociety planeó y está ejecutando esto, incluso donde defecan. Y tienen un ejército de abogados de inmigración estadounidense esperando en la frontera”.

Desde la empresa salieron a desligarse de los dichos del ejecutivo: " Las opiniones que expresa Johnston en Twitter son sus opiniones individuales y no representan la posición de Campbell Soup Company", dijo en un comunicado la empresa con sede central en la ciudad norteamericana de Nueva Jersey.

Esta campaña despertó la respuesta de Open Society, una de las dos fundaciones más importantes del globalista George Soros, referente de la también conocida Human Right Watch. En su cuenta de Twitter ( @OpenSociety) negó la vinculación del magnate y de la Fundación en el financiamiento de la caravana.

Justo en ese momento, Donald Trump salió al ataque desde sus redes sociales: “¡Los Estados Unidos han informado firmemente al presidente de Honduras de que si la gran Caravana de personas que se dirigen a EEUU no se detiene y regresa a Honduras, no se dará más dinero ni ayuda a Honduras, con efecto inmediato!”.

Y agregó: “Estoy viendo cómo el Partido Demócrata liderado (porque quieren Fronteras Abiertas y leyes débiles existentes) asaltan a nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes están haciendo poco para evitar que este gran flujo de personas, incluidos muchos criminales, entren desde México hacia EEUU...”.

La guerra intercapitalista, de alcances planetarios, parece disputarse por todos los medios y en cada rincón del mundo. Los hondureños más desamparados, que sufren un aumento de la violencia social y política desde el golpe de Estado de 2009, han sido lanzados cual ejército de infantería en un enfrentamiento entre diferentes fracciones de la oligarquía financiera que controla el globo.

¿Por qué Honduras?

En el año 2009 se produjo un golpe de Estado contra el entonces presidente Manuel “Mel” Zelaya. Su caída inauguró una reapertura de las políticas neoliberales en el país. El golpe fue ordenado por la Suprema Corte de Justicia que acusó al mandatario de cometer delitos graves como traición a la patria, entre otros. Fue el primer golpe de Estado institucional exitoso que sucedió en América Latina desde la inauguración del ciclo popular tras la victoria de Hugo Chávez en 1998.

Desde ese momento, las organizaciones del campo popular hondureño se reagruparon en el Frente Nacional de Resistencia Popular, pero dicho movimiento fue parcialmente desarticulado mediante el asesinato de parte de sus principales dirigentes.

La violencia política y social lleva casi una década de sangre y fuego en aquel país centroamericano. Los asesinatos de Isy Obed Murillo en las inmediaciones del Aeropuerto de Tegucigalpa, capital de Honduras, un día que Mel Zelaya intentaba volver al país tras su derrocamiento el 5 de julio de 2009; y Berta Cáceres, la referente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) alcanzada por la bala de un sicario, fueron los casos más conocidos de una atroz carnicería humana.

El 26 de noviembre de 2017, las elecciones presidenciales le dieron la victoria a JOH (Juan Orlando Hernández) frente a Salvador Nasralla, el candidato apoyado por Manuel Zelaya y su Partido LIBRE.

Esta elección estuvo rodeada de maniobras fraudulentas, llegando a llamar la atención de la comunidad internacional. La Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó celebrar nuevas elecciones ante las “serias dudas” que dejó el proceso y la “falta de certeza” respecto a los resultados finales.

Desde que el modelo neoliberal está en el gobierno, en Honduras hay cifras verdaderamente preocupantes:

● En 2009 había 58% de pobreza y en 2018 la misma asciende a 68%.

● 3 millones de personas comen una sola vez al día.

● Junto a Guatemala y El Salvador, Honduras tiene una tasa de 40 asesinatos por día, tres veces por encima de la media mundial, lo que lo posiciona como uno de los países más peligrosos del mundo.

● En Honduras circulan 4.5 millones de armas de fuego no registradas “made in USA”.

En ese contexto, se hace evidente que la democracia y el estado de derecho del país centroamericano ha quedado en un serio cuestionamiento. Allí sólo crece el crimen organizado especializado en trata de personas, narcotráfico, contrabando y asesinatos por encargo.

La caravana migrante se magnifica en el territorio mediático y virtual. Acciones locales con impacto global ocurren en cada territorio. La glocalidad es el concepto que explica este fenómeno. Se hace visible, una vez más, como el territorio virtual es un escenario de producción de fuerza social que luego se realiza en la calle y en la política.

El desafío, para los movimientos populares, es pensar cómo generar acciones glocales, colectivas y organizadas, que tengan el impacto de beneficiar el conjunto de los intereses del pueblo.

Fuentes consultadas:

- http://estrategia.la/2018/08/24/enfrentar-la-guerra-de-quinta-generacion-con-arcos-y-flechas/

- http://estrategia.la/2018/08/24/enfrentar-la-guerra-de-quinta-generacion-con-arcos-y-flechas/

-https://www.lanacion.com.ar/2185564-quien-es-george-soros-que-es-blanco

- https://www.bloomberg.com/news/articles/2018-10-23/campbell-disavows-tweet-from-executive-that-knocked-soros-group

- https://www.lanacion.com.ar/2184948-caravana-de-migrantes-un-exodo-masivo-de-origen-opaco-y-que-las-redes-hicieron

- http://acercadelacaravanamigrante.com/

- https://www.integracion-lac.info/es/node/41962

- https://www.bloomberg.com/news/articles/2018-10-23/campbell-disavows-tweet-from-executive-that-knocked-soros-group

- https://youtu.be/UCnZfpKGNSs

- https://criterio.hn/2018/10/22/la-migracion-forzada-es-un-deficit-de-democracia-y-el-resultado-de-la-exclusion-y-de-la-corrupcion/

https://criterio.hn/2018/10/14/caravana-de-migrantes-refleja-crisis-humanitaria-que-vive-honduras-ciprodeh/

- https://www.facebook.com/752294238232626/posts/1837087833086589/

- https://www.facebook.com/752294238232626/posts/1837107939751245/

- https://www.integracion-lac.info/es/node/41962

- http://www.latribuna.hn/

- http://www.latribuna.hn/2018/10/19/multimillonario-izquierdista-george-soros-financia-la-invasion-de-caravanas-demigrantes/

https://elpais.com/internacional/2018/10/21/actualidad/1540131254_334776.amp.html

- https://cnnespanol.cnn.com/2018/10/21/caravana-migrantes-mexico-estados-unidos-ruta/

Matías Caciabue y Paula Giménez: Investigadores/as argentinos del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) ( www.estrategia.la )

domingo, 2 de septiembre de 2018

Las “devoluciones en caliente”, una práctica ilegal extendida por el mundo.

Cuarto Poder


Con el cuerpo mojado, los músculos ateridos y el miedo todavía a flor de piel. Así son devueltos muchos migrantes que consiguen traspasar las fronteras para alcanzar otro país. La Convención de Ginebra y Estatuto de los Refugiados de la ONU, el Convenio de Derechos Humanos, la Carta Europea de Derechos Humanos y la Directiva de Asilo, entre otras normativas internacionales, impiden expresamente las “devoluciones en caliente”, es decir, expulsar a los migrantes que acaban de traspasar la frontera sin darles opción de indentificarse, pedir asistencia letrada, presentar un recurso o solicitar asilo. Es contrario al derecho internacional, pero ocurre con frecuencia en varias partes del mundo.

En España, también en contra de nuestra propia legislación, la práctica se lleva a cabo en la frontera española con Marruecos desde 1995. El Tribunal de Estrasburgo condenó el año pasado a España por la “devolución en caliente” en 2013 de dos jóvenes de Mali y Costa de Marfil. El PSOE ha estado defendiendo desde la oposición la necesidad de acabar con estas expulsiones ilegales e incluso presentó un recurso de inconstitucionalidad contra la maniobra del PP para blindarlas legalmente. Ahora, una vez en el Gobierno, los socialistas han reculado y han defendido que estas dos expulsiones realizadas por la Guardia Civil fueron tan solo “una prevención de entrada” , dentro del marco legal porque los migrantes “no superaron la línea policial”, una tesis que ya defendió en su día el PP.

Ante la indignación de colectivos, ONG y defensores de Derechos Humanos por el cambio de postura del PSOE, repasamos la situación de otros países respecto a las llamadas “devoluciones en caliente”.

1. Grecia y Turquía, el tapón migratorio
En 2016 la UE y Turquía firmaron el polémico trato por el que el país recibió 6.000 millones de euros para que toda persona que llegara de manera ilegal a las islas griegas fuera enviado de vuelta a las tierras turcas. Los países miembro entendieron que Turquía era un destino seguro para los refugiados, aunque según denuncian organizaciones humanitarias el tiempo ha demostrado que la premisa era falsa y que a los Estados europeos solo les interesaba detener el flujo migratorio.

Como resultado de ese acuerdo, miles de personas siguen atrapadas en las islas griegas esperando a que tramiten sus solicitudes de asilo o los envíen a la parte continental del país. Además, organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o el Observatorio Sirio de Derechos Humanos documentaron como las autoridades turcas impidieron por el uso de la fuerza que quienes huían de Siria se acercaran a la frontera, así como “devoluciones en caliente” a este país sin importar que pudieran suponer una condena a muerte. Cuando la ruta de los Balcanes era una de las principales vías de escape de los migrantes, se registraron otras devoluciones ilegales en países como Hungría, Bulgaria o Croacia.

2. Italia, de vuelta al infierno
Italia sigue una deriva peligrosa con las “devoluciones en caliente”. Con el nuevo Gobierno italiano, atravesado por la xenofobia de la Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas, unos cien migrantes fueron devueltos el mes pasado a Libia después de ser rescatados en el Mediterráneo, algo que está considerado ilegal por el Derecho Internacional: no se puede enviar de vuelta a estas personas a países donde su vida pueda estar en peligro.

El Ejecutivo argumentó que la coordinación del operativo no corrió de la cuenta de la Guardia Costera italiana porque fue llevada a cabo por el remolcador ‘Asso 28’, que por cuenta de la petrolera italiana Eni vigila los terminales situados en Libia. La prensa italiana y las organizaciones denunciaron que el barco había recibido órdenes del Gobierno para desembarcar en la costa libia.

No es la primera vez que algo similar ocurre en el país. De hecho, Italia ya tuvo un episodio similar en 2009 que acabó siendo condenado también por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En esta ocasión 200 personas fueron rescatadas en aguas internacionales por tres naves de las autoridades italianas, que las llevaron de vuelta a Libia.

3. EEUU y México, la ruta de América del Norte
Uno de los últimos gestos de las políticas racistas y anti-inmigración del presidente estadounidense, Donald Trump, llegó el pasado mes de junio, cuando el presidente anunció en Twitter una propuesta de impulsar oficialmente las “devoluciones en caliente”: “No podemos permitir que esta gente invada nuestro país. Cuando alguien entra, debemos inmediatamente, sin jueces o casos judiciales, enviarlos de vuelta por donde vinieron”, indicó el mandatario en Twitter.

Aceptar oficialmente las “devoluciones en caliente” supondría un paso más allá del procedimiento judicial instaurado desde abril con el que son recibidos los inmigrantes que llegan a EEUU, donde los migrantes adultos son detenidos por su situación legal y un magistrado decide si son expulsados o pueden permanecer en el país para solicitar asilo.

Pero el vecino de EEUU ya hace lo propio con los migrantes de los países centroamericanos. Según un informe de principios de este año de Amnistía Internacional, “México incumple sistemáticamente el principio de no devolución, pilar vinculante del derecho internacional y mexicano que prohíbe la devolución de personas a situaciones donde corran riesgo real de sufrir persecución u otras violaciones de Derechos Humanos”. Miles de hondureños, salvadoreños o guatemaltecos son expulsados una vez que traspasan la frontera, sin preguntas.

4. Australia, el paso más allá que quieren copiar Un paso más allá de las “devoluciones en caliente” se encuentra Australia, el único país del mundo que instauró el modelo de Centros de Internamientos de Extranjeros (CIE) fuera de su territorio, en concreto en Papúa Nueva Guinea, un régimen dictatorial en el que se cometen profundas violaciones de los Derechos Humanos. Esta es la propuesta que han recuperado un grupo de países en Europa como Austria, Holanda y Dinamarca, que quieren también centros similares fuera del suelo europeo.

Los barcos se derivan antes de que lleguen a aguas australianas, o incluso ya en aguas australianas, en centros situados en islas pertenecientes a Papúa. Informes de organizaciones humanitarias denunciaron el horror que se vivía en estos centros extraterritoriales (palizas, abusos sexuales, intentos de suicidio por las condiciones…). La práctica fue condenada tanto por la ONU como por los propios tribunales australianos. El Gobierno celebró entonces la estrategia de disuasión, que había logrado frenar la llegada de barcos.

Fuente:
http://www.cuartopoder.es/derechos-sociales/2018/08/15/las-devoluciones-en-caliente-una-practica-ilegal-extendida-por-el-mundo/

viernes, 10 de agosto de 2018

El Gobierno cambia de criterio y no concederá el permiso de un mes a los 87 rescatados por el Open Arms

Gabriela Sánchez 
eldiario.es


El Gobierno ha cambiado de criterio con respecto al protocolo aplicado en la recepción de personas salvadas por los barcos de las ONG que operan en el Mediterráneo. 

Las 87 personas que viajan a bordo del Open Arms rumbo a Algeciras no contarán con el permiso legal de 45 días concedido a los 629 migrantes del Aquarius ni el de un mes otorgado a los 60 rescatados por la ONG catalana en junio, según ha confirmado Vicepresidencia a eldiario.es.

"Se les aplicará el protocolo habitual en la llegada de migrantes", han explicado las mismas fuentes a eldiario.es. "En el caso del Aquarius el Gobierno les ofreció un puerto seguro ante la situación de crisis humanitaria existente en el barco", han añadido. Sin embargo, desde el Gobierno defienden que el proceso habitual de recepción de migrantes cumple con “todas las garantías” , como la posibilidad de pedir asilo, lo que permite la estancia legal en España durante el estudio de las solicitudes.

Pedro Sánchez acaba por tanto con el protocolo activado para recibir en el puerto de Valencia a los 629 migrantes del Aquarius y que mantuvo en el desembarco de 60 personas rescatadas por el buque Open Arms, con un plazo de tiempo menor pero con las mismas garantías. La decisión se ha ido produciendo de forma paulatina, reduciendo los días de permiso humanitario o ligando su concesión a la decisión de la Policía tras el desembarco.

La confirmación de este giro del Gobierno con respecto a las personas rescatadas por las ONG que operan en el Mediterráneo llega después de haber prolongado durante 24 horas el ofrecimiento de un puerto seguro a los 87 rescatados por el Open Arms. La ONG catalana consultó a las autoridades el lugar al que debían dirigirse, que no respondieron con la rapidez habitual en los otros dos casos anteriores, cuando ofrecieron zonas portuarias cercanas a su localización (Palma y Barcelona).

Finalmente, a última hora de este lunes el Ejecutivo comunicó al Open Arms el puerto al que debía poner rumbo: Algeciras, a 594 millas de la zona donde se encontraba la embarcación. La ONG ha lamentado que no se haya optado por ciudades más próximas, como Barcelona (donde tienen su nueva base de operaciones) o las Islas Baleares. El Ejecutivo asegura que es el "mejor adaptado" a la recepción de migrantes.

El final del permiso concedido hasta ahora 
En el caso del Aquarius, el Gobierno concedió a los 629 migrantes a bordo un permiso de estancia temporal de 45 días. La iniciativa fue aplaudida por las ONG de derechos humanos, pues durante ese plazo los recién llegados tenían tiempo para recuperarse de la dura travesía y solicitar asilo en caso necesario, sin pasar nada más llegar por dependencias policiales.

El 31 de junio, el barco español Open Arms rescató en aguas internacionales próximas a aguas libias a 60 personas. Ante el rechazo de Italia y Malta, su Estado de bandera, España, ofreció el puerto de Barcelona para su desembarco. La dinámica se repitió, aunque hubo reticencias por parte del Gobierno. En un principio, el Ejecutivo defendió la aplicación del protocolo habitual, que supone la retención durante un máximo de 72 horas en dependencias policiales, ya sean comisarías o centros custodiados por la Policía.

Finalmente, el Gobierno de Sánchez cedió y concedió a estas 60 personas un permiso de estancia legal de un mes, tras una reunión mantenida con el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat Catalana, según aseguraron fuentes del Consistorio. El proceso, a un día de su vencimiento, ha cumplido todas las garantías jurídicas, según fuentes de la ONG CEAR.

Algo menos de una semana más tarde del desembarco de las 60 personas rescatadas por el Open Arms, la situación se repitió. La ONG catalana rescató a Josefa, una mujer camerunesa que sufría estado de shock tras ser "abandonada en alta mar" junto a dos cuerpos sin vida, según denunció la organización. El Gobierno en este caso no anunció el permiso de residencia legal en España de un mes, aunque tampoco lo descartó como sí ha hecho en esta ocasión.

Entonces, fuentes de vicepresidencia afirmaron que la Policía decidiría in situ tras identificar a la mujer y hablar con ella, si se le otorgaba o no el mismo permiso temporal que recibieron los rescatados del Aquarius y el Open Arms en las ocasiones anteriores.

Procedimiento habitual: retenidos 72 horas 
A unos días de un nuevo desembarco del Open Arms en España, el Ejecutivo ha decidido que las 87 personas rescatadas el pasado jueves en una barca a la deriva no accederán al permiso, sino que el Gobierno activará el protocolo habitual en la recepción de migrantes, que conlleva la retención den dependencias policiales durante 72 horas hasta proceder a su identificación.

Durante este tiempo, la normativa obliga a ofrecer la posibilidad de pedir asilo. En los casos que no soliciten protección internacional o su perición no sea admitida a trámite, la Policía Nacional procede a la apertura de los expedientes de expulsión correspondientes, lo que supone el inicio de los trámites para ser deportados a sus países. Este proceso no es inmediato y puede durar meses o no llegar a producirse. Generalmente, quedan en libertad tras pasar retenidos ese máximo de 72 horas.

Las personas rescatadas por el Open Arms proceden de Sudán (la mayoría de la región de Darfur), Siria, Sudán del Sur,, Egipto y Gambia. Algunos, por tanto, son países emisores de un gran número de solicitantes de asilo por lo que podrían pedir protección en España. Ninguno es originario de Marruecos o Argelia, Estados que cuentan con acuerdo de devolución con España lo que facilita y agiliza la expulsión. Por tanto, tienen más posibilidades de poder permanecer en suelo europeo a pesar de no recibir el permiso de estancia temporal.

Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/Gobierno-Espana-rescatados-Open-Arms_0_801070317.html

miércoles, 4 de julio de 2018

Matteo Salvini, contra su pasado. El líder de la Liga quiere vencer a las élites de Europa en las elecciones de 2019. El encuentro anual del partido en Pontida certifica su cambio de rumbo hacia un trumpismo mediterráneo.

Un desangelado descampado junto a la carretera nacional 342 de Bérgamo sintetiza la mitología heroica de la Liga de Matteo Salvini. Pontida, un pequeño pueblo de 3.230 habitantes en el Bergamasco, es el lugar donde supuestamente se celebró el 7 de abril de 1167 el juramento de la Liga Lombarda, un ejército capaz de enfrentarse y derrotar al invasor Federico I Barbarroja. No hay una sola prueba de ello. Pero en 1990 el partido proclamó oficialmente este solar como su “prado sagrado”. Aquí se izó la bandera de la Padania, otro territorio ficticio sobre el que Umberto Bossi —fundador del partido, condenado por robarle a su propia criatura— proclamó una falsa independencia. Fue mucho antes de que la Liga Norte se despojase de su apellido, se convirtiera en un artefacto nacional y alertase de otra invasión sin que cuadrasen los datos. Viejos nuevos tiempos. Sucedió hace solo un par de años.

Pontida, donde este domingo se juntaron 75.000 militantes, es la prueba del algodón. Aquí la Liga Norte, en medio del olor a polenta, cerveza y chuletas de cerdo cantó contra el sur, contra Nápoles, contra el Mediterráneo. La escoria se encontraba bajo esa serpenteante línea que trazaba el río Po, la frontera imaginaria de la Padania. El propio Salvini, que entonces era comunista, coreó aquello de “Roma ladrona” y bramó lo de “ya huele, llegan napolitanos”. No hay un lugar que recuerde más a los militantes que ellos no son la “mierda del sur” de la que siempre se distinguieron: los despreciables terroni. “En el norte han entendido que nos necesitan”, se reconforta Paolo, napolitano del barrio de Forcella, con dos cervezas en la mano en la zona de caravanas y tiendas de campaña. Junto a él han llegado otros 300 paisanos unidos por la causa contra la “invasión de inmigrantes”. Un formidable pegamento para la histórica brecha entre el norte y el sur. Nada menos que un botín de 140.000 votos del sur en las pasadas elecciones generales.

La rave de Pontida, con una dosis de excentricidades considerable y un presentador que fue ultra del Atalanta y hoy es diputado (Daniele Bellotti), es un punto de inflexión. Cuando Salvini cogió las riendas del partido, la formación no superaba el 5% de los votos y estaba al borde del derribo. Ahora le reciben con un tenor cantando el aria Nessun Dorma del Turandot de Puccini, y un vídeo que recuerda como su gran hazaña que no dejó entrar al Aquarius, el barco con 629 migrantes que terminó atracando en Valencia. Habla durante una hora. Chistes sobre la izquierda, repaso al programa y oración a ritmo de gaitas por Gianluca Buonanno, un eurodiputado muerto en un accidente de tráfico. Poco más del pasado. Ni de las viejas glorias. “El mundo es el que ha cambiado, no la Liga”, lanza al final de su intervención, con un rosario en la mano, para justificar el tremendo viraje. Y tanto. Su partido ahora gobierna, se ha adueñado de la bandera tricolor —que siempre despreció— y apela al sentido común. “Primero los italianos”, puede leerse bien grande en la entrada del recinto.

Pontida siempre midió las fuerzas de un partido residual, los bárbaros del norte. Hoy harían falta 20 descampados como este para descifrar su éxito. La última encuesta, publicada el sábado por el Corriere della Sera le da ya casi un 31% de los votos, 14 puntos más de lo que obtuvo el 4 de marzo, suficiente para certificar el sorpasso al Movimiento 5 Estrellas, su socio de gobierno. De modo que la Liga, como se encargaron de recordar todos los ministros que subieron al escenario, ya no es un reducto de frikis disfrazados de vikingo (aunque este domingo no faltasen). Es el partido con más apoyo de Italia, un proyecto trumpista con aroma mediterráneo que planifica ya su expansión por Europa. “Pienso en una Liga de ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos”, ha señalado mientras saludaba las banderas independentistas de Cataluña en la primera fila y de Rusia. “Visitaré las capitales, no sólo las europeas, para crear una alternativa a esta Europa fundada sobre la explotación, las finanzas y la inmigración en masa”, anunció.

Unos 75.000 seguidores de la Liga asistieron al encuentro de Pontida. LUCA BRUNO AP Salvini, selfie mediante, citó a todos los enemigos: Bruselas, George Soros, Saviano —“un antimafia de boquilla”—, la izquierda radical chic, Matteo Renzi. Básico y efectivo. Como el nuevo ministro de Agricultura, Gian Marco Centinaio: “Los productos italianos son los mejores. No esa basura que provoca cáncer que nos mandan de fuera”. O el discurso del ministro de Familia, el homófobo Lorenzo Fontana: “No quiero el apoyo de las multinacionales, sino el del pueblo”.

El cocktail que la nueva Liga sirvió en Pontida tiene una parte de nacionalismo, autonomismo, bajada de impuestos (en la montaña una enorme pancarta pedía la tarifa única de IRPF), eslóganes antiestablishment. Un malabarismo al que tocaba añadir a los viejos rockeros de siempre, algo molestos con tanto cambio. En la primera fila está Luca Bresciano, con una bandera independentista catalana. “Queremos la libertad de nuestros hermanos catalanes”, dice mientras en el escenario amenazan con quitarle las subvenciones a las asociaciones LGTBI. Salvini le saluda. Y Empiezan a oírse las críticas a las ONG. De hecho, el hit entre el abundante merchandising salviniano era la camiseta azul con la cara del ministro del Interior y su celebre frase contra los migrantes: “Se acabó la buena vida”. Lorenzo, de 17 años, con su madre y su tía, la llevaba orgulloso.

El fenómeno Liga tiene algo de hipnótico. Es capaz incluso de seducir a quienes son objeto de desprecio. Agron Kolthi, un albanés que llegó en autobús desde Albania para buscarse la vida lleva a cuestas un enorme retrato enmarcado que le ha pintado a Salvini. Es jardinero y apenas habla italiano. Pero cree que la cosa va solo con los africanos. “Me gusta Salvini porque es un líder fuerte. Es lo que necesitamos. También en Albania”. A su lado, Mirella A., 42 años y su perro tatuado en el brazo, confirma que el problema ya no es el sur —“nos necesitamos”. Hasta que, como dice Salvini, el mundo vuelva a cambiar.

UNA LIGA DE LIGAS EN EUROPA Matteo Salvini y la Liga van sobrados en Italia. Lo dicen las encuestas (le dan ya el 31% de estimación de voto) y el apoyo ciudadano. Este domingo el líder de la Liga, convertido en una estrella del rock en el encuentro anual de Pontida, se dio un baño de multitudes. Encarrilada la batalla doméstica, el ministro del Interior tiene la vista puesta en Europa y en crear una nueva plataforma internacional populista. El domingo fue lo que más repitió durante su discurso y dejó claro cuáles son sus planes para los próximos meses. “Pienso en una Liga de ligas en Europa que incluya a todos los movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos”, señaló mientras saludaba las banderas independentistas de Cataluña en la primera fila y de Rusia. “Visitaré las capitales, no sólo las europeas, para crear una alternativa a esta Europa fundada sobre la explotación, las finanzas y la inmigración de masa”, anunció.

Con la vista puesta en las próximas elecciones europeas en 2019, el líder ultraderechista, en el Gobierno con el Movimiento Cinco Estrellas, avisó de que “el próximo muro que se derribará será el de Bruselas”. “Las elecciones europeas del año próximo serán un referéndum entre la Europa de las élites, de las bancas, de las finanzas, de la inmigración y la precariedad, y la Europa de los pueblos y del trabajo. Nos han ofrecido un futuro de precariedad y miedo, donde un contrato indefinido o tener pensión es un sueño”.

La plataforma europea, fácil de conectar en Francia con Marine Le Pen —aquí se entiende parte de la guerra que Salvini mantiene con el presidente de Francia, Emmanuel Macron—, forma parte también de la estrategia del exasesor de Donald Trump Steve Bannon. El estratega ultraconservador pasó varios días en Roma después de las elecciones y asesoró a la Liga sobre cómo ampliar horizontes electorales.

https://elpais.com/internacional/2018/07/01/actualidad/1530465032_091792.html