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jueves, 27 de abril de 2017

_--Las mejores rutas en bici por Europa

_--Más de 20.000 kilómetros de vías, carriles y senderos acondicionados atraviesan Europa a lo largo de 15 itinerarios ciclistas de largo recorrido, agrupados bajo el proyecto EuroVelo, que en 2020 pretende alcanzar los 70.000 kilómetros. De momento, la red cuenta con 15 rutas señalizadas (aunque no en su totalidad) y alejadas de las grandes carreteras; la última, la EuroVelo 17, a lo largo del río Ródano, entre Suiza y Francia. Otros proyectos, similares en concepto y longitud a EuroVelo, son el estadounidense East Coast Greenway, que recorre la costa este de EE UU a lo largo de 4.667 kilómetros, o el canadiense Trans-Canada Trail, con 18.000 kilómetros de tramos acondicionados entre el Atlántico y el Pacífico.

Francia
La región francesa del Loira, en el centro del país, ofrece a los amantes del cicloturismo una ruta que suma ya 800 kilómetros de vías señalizadas para hacer en bici, aprovechando carriles especiales, caminos de tierra y pequeñas carreteras locales con poco tráfico. El viaje, desde Cuffy hasta el estuario atlántico del río Loira, forma parte del tramo francés de la ruta EuroVelo 6, que llega hasta el mar Negro, y discurre por un paisaje de suaves perfiles entre bosques y castillos. La web Loire à vélo facilita toda la información necesaria para completarla, con mapas de las etapas e información sobre alojamientos (casas rurales, campings y hoteles) donde se dan facilidades a los que viajan en bici, como el servicio de reparaciones.

La ascensión al Puerto del Tourmalet, una de las etapas más duras del Tour de Francia, atrae a ciclistas de todo el mundo a la región de Midi-Pyrénées. Las oficinas locales de turismo ofrecen fotos de recuerdo de la llegada a lo alto del puerto, carnets de ciclista sellados al completar un determinado recorrido y bicicletas eléctricas para aquellos que necesitan una pequeña ayuda en el ascenso. Una alternativa sin cuestas: la vía verde del Canal des Deux Mers, 800 kilómetros de paisajes bucólicos entre Montpelier y Burdeos.

Holanda
Con más bicicletas (18 millones) que habitantes (16,7 millones), más de 32.000 kilómetros de carriles bici y un paisaje formado por grandes llanuras casi sin cuestas, Holanda es perfecta para unas vacaciones sobre dos ruedas. En las oficinas de turismo de Ámsterdam y otras ciudades holandesas se pueden adquirir mapas detallados de los itinerarios. Los hay desde una jornada de duración hasta una semana, como el que circunvala el Zuiderzee, el mar interior de Holanda, una senda de 388 kilómetros entre diques, plantaciones de tulipanes y preciosos pueblos de pescadores. La web de Turismo de Holanda cuenta con un planificador de rutas en bicicleta.

Dinamarca
Con más de 12.000 kilómetros de carriles bicis, pocos relieves y distancias cortas, Dinamarca es otro paraíso para los ciclistas. Su capital, Copenhague, ha hecho de la conciencia ecológica su bandera, y de la bicicleta, su principal medio de transporte (el 36% de sus habitantes se desplazan a diario en bici).

Centroeuropa
Entre los itinerarios más largos y sugerentes para recorrer a ritmo de pedal está la Ruta Ciclista del Danubio, un conjunto de caminos y carriles bici de casi 3.000 kilómetros que atraviesa cinco países (Alemania, Austria, Hungría, Rumanía y Serbia), desde la Selva Negra (Alemania) hasta la desembocadura en el mar Negro (Rumanía), entre lagos, abruptos castillos, ciudades de cuento y bosques salvajes. El tramo austriaco, 250 kilómetros de carril bici entre Passau y Viena, discurre por terreno llano y es el que más servicios ofrece al cicloturista: talleres de reparación, oficinas de turismo y zonas de descanso a lo largo de toda la ruta; albergues y casas rurales a precios económicos que además se ocupan de transportar el equipaje entre las diferentes etapas, y un tren con vagón de carga para bicicletas que enlaza a diario y en ambos sentidos ambas ciudades.

La ruta ciclista del Danubio en Serbia forma parte de la EuroVelo 6, que conecta el Atlántico con el Mar Negro. Dos lecturas muy recomendables para los descansos entre las etapas: Entre los bosques y el agua, de Patrick Leigh Fermor, y El Danubio, de Claudio Magris. La oficina alemana de turismo publica el catálogo Discovering Germany by bike, con información sobre medio centenar de ciclo rutas de largo recorrido, entre ellas la que sigue el curso alemán del Danubio, de 600 kilómetros.

Noruega y Finlandia
El verano brinda la oportunidad de recorrer los fiordos noruegos en bicicleta de montaña. Una de las rutas más populares es la Rallarvegen, de 80 kilómetros, en paralelo a la línea ferroviaria de Oslo a Bergen. Abierta a los ciclistas desde mediados de julio hasta finales de septiembre, se puede completar en dos o tres días. La red Cyclist Welcome de Cycling Norway tiene ofertas de alojamiento. Abierta solo en verano, la Ruta del Archipiélago de Turku conecta, a través de puentes y ferries, cientos de islas de la costa suroeste de Finlandia en un recorrido de casi 250 kilómetros que se puede hacer en bicicleta.

España
Por España discurren tres de las rutas del proyecto EuroVeloLa  EuroVelo 1 (EV1), o Ruta Costera del Atlántico, transcurre entre Cabo Norte (Noruega) y Sagres (Portugal). Su tramo español va desde Irún (Guipúzcoa) hasta Ayamonte (Huelva), siguiendo a su paso por Extremadura el trazado de la antigua Vía de la PlataLa  EV3 enlaza a través de antiguos caminos de peregrinación la ciudad de Trondheim, en Noruega, y Santiago de Compostela, mientras que la  EV8 o Ruta Mediterránea,  comunica Cádiz con Atenas.

El programa Vías Verdes, vías férreas en desuso que han sido recuperadas para los amantes del paseo, suma ya más de 2.000 kilómetros y sigue creciendo, ahora integrado en la red de  Caminos Naturales del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Magrama). Su proyecto más ambicioso es la vía verde que unirá el Cantábrico y el Mediterráneo a lo largo del antiguo corredor ferroviario, de 732 kilómetros, que unía Santander y Valencia.

El Anillo Ciclista de Asturias, una ruta circular de 165 kilómetros y ocho etapas por los concejos de Morcín, Riosa, Lena, Aller y Mieres, forma parte de un proyecto de desarrollo rural financiado por el Eje Leader, en el que colaboran casas rurales y empresas de la comarca de la montaña central asturiana. Espubike es una ruta de 146 kilómetros para bicicleta de montaña por el parque regional de Sierra Espuña, en Murcia. Por los alrededores de Madrid se extiende una red de carriles bici y senderos para ciclistas que permite explorar lugares como el parque regional del Sureste, a lo largo de una ruta circular de 63 kilómetros que llega hasta San Martín de la Vega por bosques de ribera y acantilados de yeso horadados de túneles, a largo de la línea de trincheras y fortines del frente del Jarama.

Recomendaciones
Para hacer cicloturismo no se requiere una preparación física especial, aunque sí que es importante la elección de la bicicleta. Las de montaña no son las más apropiadas para largas marchas por terreno llano; para este fin existen bicis especiales de cicloturismo, con ruedas más grandes y un cuadro alto que permite pedalear en posición erguida sin fatigar la espalda. Indispensable llevar un kit anti pinchazos, bomba para inflar las ruedas, cantimplora, casco y un chubasquero, por si llueve. Y para que el viaje sea más confortable, un pantalón culotte acolchado (lo sé por experiencia, las rozaduras escuecen mucho). En algunas rutas ni siquiera hay que cargar con la bici desde casa: en las oficinas de turismo locales informan sobre los puntos de alquiler más cercano y proporcionan mapas y guías de los itinerarios. Foto: JUSTIN LEWIS

http://elpais.com/elpais/2016/04/05/viajero_astuto/1459833720_145983.html?rel=mas

martes, 25 de abril de 2017

_--Las mejores rutas en bici de España. Diez recorridos sobre dos ruedas para celebrar el Día Internacional de la bicicleta

_--El Día de la Bicicleta se celebra cada 19 de abril en todo el mundo para promover el uso de este medio de transporte. Lo celebramos con un recorrido por las mejores rutas de España para pedalear.

Una ciclista en la Vía Verde de Ojos Negros, la más larga de España.
Dos ciclistas contemplando el pueblo de Cazorla, en Jaén.
1. Vía Verde de Ojos Negros (de Teruel a Valencia)
La Vía Verde de Ojos Negros, que discurre entre la localidad de Ojos Negros, en la provincia de Teruel, y Sagunto, en la costa valenciana. Con sus 160 kilómetros es (por ahora) la Vía Verde más larga de España y por ello se ha dividido en dos tramos: el primero sigue la línea del ferrocarril minero de Sierra Menera, en el valle del río Palancia; el segundo desciende hasta las huertas valencianas, a orillas del Mediterráneo.

Ruta cicloturista por el Valle de Arán (Pirineo catalán).

2. La Transpirenaica (del Cabo de Higuer al Cabo de Creus)
La Transpirenaica recorre, durante cerca de 800 kilómetros, la vertiente sur de los Pirineos, desde el mar Cantábrico (Cabo de Higuer, Hondarribia, Irún) al mar Mediterráneo (Cabo de Creus, Girona). O viceversa. Fue homologada como Sendero de Gran Recorrido –el GR 11– en 1985, y, desde entonces, sus populares señalizaciones blancas y rojas han guiado a multitud de senderistas de todo el mundo. Esta ruta que discurre por el Pais Vasco, Navarra, Aragón, Andorra y Cataluña tiene también su versión ciclista, tanto de carretera como para bicis de montaña, que discurre al pie de la cordillera y pasa por bellos pueblos pirenaicos y espacios naturales. Una combinación única de paisaje, naturaleza e historia.

Peregrinos en bici entre Rabé de las Calzadas y Hornillos del Camino, en la provincia de Burgos, en el Camino de Santiago.

3. El Camino de Santiago francés
Dicen los expertos que el Camino Francés (el más popular y el de mayor relevancia histórica, con casi 800 kilómetros uniendo Saint Jean de Pied de Port, en Francia, y Santiago de Compostela) es la mejor manera de iniciarse como bicigrino, que es como se conoce popularmente a quienes abordan el Camino de Santiago en bicicleta. Se puede realizar casi en cualquier época del año y permite disfrutar de una enorme riqueza cultural y paisajística. Patrimonio arqueológico, catedrales, monasterios, iglesias, fuentes, cruceros, ventas, hosterías y hospitales para atender al peregrino. Ruta ciclista en el Valle Ambroz (Cáceres), en la Ruta Vía de la Plata.

4. Ruta Vía de la Plata
La  Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Platacompuesta por 26 localidades (de Gijón, en Asturias, a Sevilla, en Andalucía) en colaboración con cuatro comunidades autónomas que forman parte de este itinerario que atraviesa el eje sur-norte peninsular, ha creado la web La Ruta en Bici  (también hay disponible una app) con recursos y consejos para ciclistas, tanto de carretera como de BTT: etapas con sus tracks y un pasaporte que acredita que el viajero está recorriendo la Ruta Vía de la Plata (GR175, de nivel alto) y permite beneficiarse de descuentos en empresas colaboradoras.

La ermita mozárabe de Santa Cecilia, en Santibáñez del Val (Burgos), en el Camino del Cid.

5. El Camino del Cid
“Es un itinerario turístico cultural que atraviesa España de noroeste a sureste y sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el famoso caballero medieval del siglo XI”, describe la web de  Camino del Cidque ofrece dos modalidades de rutas para pedalear: cicloturismo o bicicleta de montaña. Para recorrer los lugares y castillos descritos en el Cantar del mío Cid. Unos 1.400 kilómetros de senderos y 2.000 kilómetros de carreteras divididos en rutas tematizadas de entre 50 y 300 kilómetros, y unidas entre sí: El destierro (Burgos-Soria-Guadalajara), Tierras de Frontera (Guadalajara-Zaragoza-Soria), La conquista de Valencia (Teruel-Castellón-Valencia)...

Ciclistas entre molinos en Consuegra (Toledo), en la Ruta del Quijote.

6. La Ruta de Don Quijote (Castilla-La Mancha)
A lo largo de sus 2.500 kilómetros, recorridos en 10 tramos que visitan 148 municipios de las cinco provincias de Castilla-La Mancha, la  Ruta de Don Quijote  pasa por “los principales espacios naturales y culturales de la región”. Vías pecuarias, caminos históricos, riberas fluviales o plataformas ferroviarias en desuso dan acceso a más de 2.000 elementos de interés cultural (está declarada Itinerario Cultural Europeo). Y a mucha naturaleza: turismo ornitológico, dos parques nacionales (Cabañeros y Tablas de Daimiel), seis parques naturales, 12 reservas naturales, seis micro-reservas.

Tramo de la ruta Transandalus que recorre los pueblos de la Alpujarra Granadina.
Tramo de la ruta Transandalus que recorre los pueblos de la Alpujarra Granadina.
7. La TransAndalus
Concebida como una especie de vuelta a Andalucía, con visita a sus ocho provincias, desde los paisajes volcánicos de Cabo de Gata, en Almería, a Doñana, en Huelva, la TransAndalus  es un itinerario no señalizado de 2.000 kilómetros para el cicloturismo de alforjas. Algunos tramos coinciden con senderos de Gran Recorrido o Pequeño Recorrido; el 35% de su trazado discurre por zonas naturales protegidas. Es un proyecto puesto en marcha por bikers andaluces que han ido aportando información sobre sus respectivos territorios para construir el mapa de la ruta. Están organizados en torno a una web que ofrece a los viajeros rutómetros, mapas y tracks para GPS.

Paseo a caballo y junto al Canal de Castilla.
Paseo a caballo y junto al Canal de Castilla.
8. Canal de Castilla (Castilla y León)
Del proyecto (inconcluso) de llevar el excedente de cereal de Castilla y León hacia los puertos del Cantábrico a través de una red de canales navegables que comenzó a mediados del XVIII solo se construyeron los 207 kilómetros del  Canal de Castillaejemplo notable de ingeniería hidráulica de la España ilustrada, y una de las rutas más frecuentadas por los amantes de la bici. Se puede recorrer también a pie, a caballo, o en un barco turístico. Parte de Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas, en Palencia (Ramal Norte), y desde allí a Medina de Rioseco, en Valladolid (Ramal de Campos), o a El Serrón, en Grijota (Palencia), hasta Valladolid (Ramal Sur).

El monasterio de Poblet, en Tarragona, en la Ruta del Císter

9. La Ruta del Cister (Tarragona y Lleida)
Las comarcas del Alt Camp, Conca de Barberà (Tarragona) y el Urgell (Lleida) tienen en común que cada una de ellas alberga un importante monasterio cisterciense: Santes Creus, Poblet y Vallbona de les Monges, respectivamente. El GR 175 enlaza los tres monasterios: 108 kilómetros para los ciclistas, con cuatro variantes en los lugares más complicados. Y ejerce de eje vertebrador de la  Ruta del Cister,  que engloba los 65 municipios de este entorno a caballo entre Tarragona y Lleida y descubre no solo su patrimonio artístico-religioso sino un territorio rico en fiestas y tradiciones, cultura, naturaleza, vinos y cavas, artesanía.

Dos ciclistas contemplando el paisaje en Tarifa (Cádiz).

10. Proyecto EuroVelo: Europa en bici
El  Proyecto EuroVelo (EV), que está previsto que quede completo para 2020, engloba 15 rutas ciclistas de larga distancia para conectar y cohesionar Europa. Tres de ellas se adentran en territorio español: la EV1 o Ruta Costera del Atlántico entra por Irún (Guipúzcoa) y llega a Ayamonte (Huelva), por el trazado de la antigua Vía de la Plata, para continuar por la costa portuguesa. La EV3 enlaza caminos de peregrinación entre Noruega y Santiago de Compostela. La EV8, la Ruta Mediterránea, parte de Atenas (Grecia) y discurre paralela a la costa hasta tocar aguas atlánticas en Cádiz.

http://elviajero.elpais.com/elviajero/2017/04/18/actualidad/1492530170_186925.html

martes, 30 de septiembre de 2014

Holanda, culto a la bici Icono, medio de transporte y objeto de deseo. Los Países Bajos, donde hay más bicis que personas, celebran en 2014 el año de la bicicleta. Proponemos un recorrido a golpe de pedal

Holanda está celebrando en 2014 el año de la bicicleta. Y aunque allí todas las mañanas son una fiesta del pedal, la efeméride es la excusa perfecta para subirse al sillín y recorrer un país con más bicicletas (18 millones) que habitantes (16,7 millones). Con más de 100.000 kilómetros habilitados, comenzó a apostar por las bicis en la década de los setenta. “Actualmente Holanda no se entiende sin ellas”, dice Aletta Koster, directora de la Embajada Ciclista de Holanda (www.dutchcycling.nl), un curioso organismo oficial creado para extender la doctrina del pedal por el mundo.

Ámsterdam
Aterrizamos en Schiphol, el aeropuerto de la capital holandesa, en cuyas instalaciones nos cruzamos con una elegante bicicleta de madera, la Boughbike, diseñada por Jan Gunneweg. La usan los trabajadores del aeropuerto dentro del plan de movilidad interno. Inspirados por esta imagen de bienvenida, al llegar al centro nos alquilamos una bici en cualquier esquina y comenzamos la ruta. Lo primero que sorprende es el número de ciclistas: unos van a trabajar, otros llevan colgadas las bolsas de la compra, los papás transportan a sus hijos camino del colegio sentados en sillitas o remolques para varios, hay muchas señoras mayores pedaleando (esto último, indicativo de ciudad amigable para las bicis o bikefriendly)... Los coches no pitan a los ciclistas y los peatones están acostumbrados al ajetreo. Hay semáforos específicos para bicis en la mayoría de los cruces. Bienvenidos a un modelo con futuro: una ciudad donde el 38% de los habitantes elige la bici a diario (otro 28% el coche, y otro 34% camina o usa el transporte público). Ámsterdam tiene más de 400 kilómetros de carriles bicis, una vía ideal para descubrir los canales, declarados patrimonio mundial por la Unesco; el año pasado se celebraron los 400 años de la construcción del denominado canal ring, que circunvala la ciudad. Para profundizar en este alarde de ingeniería se puede visitar el museo Het Grachtenhuis (http://hetgrachtenhuis.nl), dedicado a estas prodigiosas vías de comunicación acuática (hay aparcamientos para bicis en este y en todos los principales museos). Y para no perderse por los canales, la guía City Cycling Amsterdam (4 euros), de la editorial Thames & Hudson (www.thamesandhudson.com), incluye los más variados itinerarios a pedales.

Siguiendo el curso del agua se llega al famoso Barrio Rojo. Tras aparcar la bici, cruzar alguno de sus angostos callejones y echar un vistazo a los escaparates donde se exhiben mujeres semidesnudas dedicadas a la prostitución, parada en Begijnhof (www.begijnhofamsterdam.nl), un inesperado y tranquilo patio que sorprende en medio de esta tumultuosa zona. Era el jardín de un antiguo convento de viudas y solteras que, sin haber hecho votos monásticos, se encomendaban a Dios. Está muy cerca del Amsterdam Museum (www.amsterdammuseum.nl), donde se cuenta la historia de la ciudad.

“No hay una manera más antiholandesa de llegar”, repicaban los tabloides neerlandeses el pasado marzo. Hablaban de la visita a la capital que realizó Barack Obama. En su primera parada, el presidente bloqueó con su coche el acceso al carril bici que cruza los bajos del RijksMuseum (www.rijksmuseum.nl/es). Unos metros por debajo de La noche de ronda de Rembrandt, de La Lechera de Vermeer o de los verdes de Veronese, se puede ir en bici al amparo de arcos neogóticos; casi como si se circulase a través de una catedral. “Pedalear por este pasaje te provoca una sensación muy especial. Cuando lo cruzo pienso: vivo en Amsterdam y esto es genial”, cuenta Gerrit Faber, representante de la Unión Ciclista Holandesa (Fietserbond; www.fietsersbond.nl). El museo, fundado a principios del siglo XIX y que se instaló en su actual sede en 1895, reabrió sus puertas el pasado abril tras una década cerrado. Durante este tiempo se realizó una colosal reforma a cargo del estudio de arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz, que tuvieron que modificar su proyecto original para mantener el paso ciclista que cruza la institución. En los jardines, accesibles de manera gratuita, se puede disfrutar de una exposición de esculturas de Alexander Calder.

Pero no solo las bicicletas son omnipresentes en Ámsterdam: las tiendas dedicadas a ellas también aparecen en cualquier rincón. Van Moof (http://vanmoof.com) es una de ellas. Aquí te tunean la bicicleta instalando la denominada rueda holandesa, un invento neerlandés que convierte una bici normal en eléctrica. También tienen sillines, complementos o luces. “Aquí estamos acostumbrados a que en cada barrio haya, como mínimo, una tienda dedicada a las dos ruedas”, cuenta Julius Brenninkmeijer, uno de los fundadores de Fietsklik (www.fietsklik.com). En su tienda, en la cuidada zona de Oude Waal, además de distribuir un transportín de diseño ideado por ellos, venden gadgets. Es solo una muestra de los artilugios que se pueden encontrar en las tiendas de esta ciudad. No muy lejos —en bicicleta nada está lejos en Ámsterdam— aparece Berry (http://berryamsterdam.nl), un coqueto café con todo tipo de leches (soja, avena…), zumos y smoothies para recuperar fuerzas y donde reciben con esta simpática frase: “I love you berry much”.

A pesar de que las bicis forman parte de la vida cotidiana de los Países Bajos, la apropiación que los modernos han realizado de ellas no pasa desapercibida. FietsKantine (www.defietskantine), literalmente la cantina de las bicicletas, es el epítome de lo hipster. Tienda, cafetería y barbería, este espacio concentra los tres elementos más identificativos del movimiento. El responsable de este concentrado, Luuk de Leeuw, estaba harto de su trabajo como consultor y tomó la iniciativa. “Quería dedicarme a un negocio donde pudiera hacer algo con las manos”, dice. Y lo primero que le pasó por la cabeza fueron las bicis. Normal. Ámsterdam es la mejor ciudad del mundo para pedalear. No lo dicen los neerlandeses sino sus vecinos de Copenhague a través del Copenhagenize Index, un índice que, anualmente, valora 150 ciudades y decide cuáles son las más bikefriendlys (Copenhague es la segunda; Utrecht la tercera, y Sevilla, la mejor posicionada de España, ocupa la cuarta posición). Las únicas valoraciones negativas que obtiene Ámsterdam están relacionadas con los problemas de saturación de velocípedos que tiene el centro histórico, que puede impactar a los que no estén muy acostumbrados a moverse en un mar de bicicletas. A pesar de ello, la circulación es muy relajada. En cualquier caso, si el gentío abruma, siempre se puede pedalear hasta De Ceuvel (http://deceuvel.nl), una antigua zona industrial reconvertida, a través de la arquitectura y los proyectos sostenibles, en un vivero para emprendedores. Además de tomar un café en su restaurante, se puede realizar una visita guiada en la que explican el proyecto...
Fuente: Viajes de El País. 
Bicis de madera, http://www.boughbikes.com/

viernes, 26 de septiembre de 2014

Los antiguos Erasmus tienen un 23% menos de desempleo. Bruselas atribuye mejores perspectivas laborales a los europeos que han disfrutado la beca

Las becas Erasmus favorecen la inserción laboral de los europeos. La Comisión Europea ha presentado esta mañana un estudio sobre el impacto de estas becas, una de las principales señas de identidad de la Unión Europea, en el futuro laboral y personal de quienes las disfrutan. Los alumnos Erasmus tienen un 23% menos de tasa de paro cinco años después de graduarse y sus probabilidades de sufrir desempleo de larga duración (superior a 12 meses) representan la mitad que en el resto de los estudiantes.

El trabajo, basado en casi 80.000 respuestas y con entrevistas directas a alumnos, profesores y empresarios en ocho países europeos  -entre ellos España-, arroja los primeros datos concretos sobre los beneficios de este programa. “El mensaje es claro: si estudias o te formas en el extranjero, tienes más probabilidades de mejorar tus perspectivas de empleo", ha explicado la comisaria europea de Educación,  Androulla Vassiliouque lleva cada año al 5% de los europeos a estudiar fuera de su país (más de 250.000 en el curso 2011-2012).
Fuente: El País.
Foto: bicis de madera.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Solo los locos y los economistas creen en el crecimiento sin fin. Cuarta Conferencia Internacional sobre Decrecimiento para la Sostenibilidad Ecológica y la Equidad Social


A partir de la segunda mitad del siglo XX, el crecimiento económico se transformó en un objetivo evidente de las políticas públicas y el producto interno bruto pasó a ser el índice más importante para medir la actividad económica.

Esta fue la premisa subyacente de la Cuarta Conferencia Internacional sobre Decrecimiento para la Sostenibilidad Ecológica y la Equidad Social, celebrada en la ciudad alemana de Leipzig este mes, que hizo un balance del movimiento del “decrecimiento”, cuyo objetivo es desacreditar el dogma del crecimiento y abogar por un replanteamiento fundamental de los conceptos y las prácticas económicas convencionales.

Muchos seguidores del movimiento, que argumentan que “toda persona que piense que el crecimiento puede continuar indefinidamente o está loca o es economista”, basan su filosofía en un libro de 1972, “Los límites del crecimiento”, de Donella Meadows y otros autores, que analiza los resultados de una simulación por computadora de un crecimiento económico y demográfico exponencial, con recursos finitos.

La conferencia de Leipzig fue la cuarta de su tipo, después de París (2008), Barcelona (2010) y Venecia (2012), pero la mayor de todas, con unos 3.000 participantes. Se organizaron cientos de talleres, debates y películas o presentaciones de científicos, investigadores, activistas y miembros de organizaciones no gubernamentales que se reunieron para discutir el decrecimiento económico, la sostenibilidad y las iniciativas ambientales.

El reconocido economista ecuatoriano Alberto Acosta, quien fuera presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador en el bienio de 2007-2008, dijo a los participantes que en China, que se presenta como un caso próspero de crecimiento económico, 75 por ciento de esa expansión beneficia solo a 10 por ciento de la población, mientras que los enormes centros urbanos chinos están tan contaminados que incluso el gobierno quiere construir ciudades ecológicas.

Acosta, quien desarrolló la iniciativa Yasuní-ITT, un plan para renunciar a la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní, argumenta que el “extractivismo” es una de las prácticas más dañinas vinculadas al capitalismo tardío, ya que se extraen cada vez más recursos naturales no renovables de la tierra y se pierden para siempre, a la vez que producen enormes cantidades de emisiones nocivas.

Para contrarrestar el extractivismo, Acosta aboga por el “buen vivir”, que se basa en el “sumak kawsay” o vida plena de los pueblos quechuas andinos, una manera de vivir basada en la comunidad, con equilibrio ecológico y sensibilidad cultural.

Para el griego Giorgos Kallis, un investigador ambiental y profesor de la Universidad de Barcelona, ​​el decrecimiento tiene que proporcionar espacio para la acción crítica y para reconfigurar el desarrollo desde abajo, en el intento de dedicarle menos tiempo a la economía capitalista y más a la economía de cuidados.

Cuando se le preguntó si el concepto de decrecimiento no era demasiado radical o incómodo, Kallis dijo: “Sí, tal vez el decrecimiento no caiga bien, pero ese es precisamente el punto, que no caiga bien. Es hora de hacer que este mensaje sea relevante”.

La activista social y escritora canadiense Naomi Klein, conocida principalmente por su libro “No logo: el poder de las marcas”, que para muchos se convirtió en un manifiesto del movimiento contra la globalización empresarial, estuvo presente en la conferencia por Skype para decirles a los participantes que el cambio radical en la política y el paisaje físico es la única posibilidad real de escapar al desastre.

Las estrategias reformistas no bastan, advirtió Klein.
Uno de los principales defensores del movimiento del decrecimiento es el holandés Francois Schneider, uno de los primeros activistas que lo impulsaron con un recorrido en burro de un año por Francia, en 2006. Schneider también fundó la asociación académica Investigación y Decrecimiento.

“El cambio sistémico implica a segmentos enteros de la sociedad”, dijo Schneider a IPS. “No se trata solo de una pequeña parte y tampoco esperamos que una decisión del Parlamento Europeo lo cambie todo. El diálogo es la clave. Y presentando muchas propuestas diferentes”, añadió.

Tomando el ejemplo del transporte y la movilidad explicó que es inútil encarar la transformación de este elemento en forma aislada porque “el transporte está vinculado a la energía y la publicidad está ligada a la industria del automóvil”.

Vijay Pratap, activista indio del movimiento juvenil socialista y miembro de Diálogos del Sur de Asia sobre la Democracia Ecológica, reclamó la inclusión de las mayorías marginadas en el movimiento por el decrecimiento. “Salvo que iniciemos los procesos para que puedan convertirse en líderes de su propia liberación, no podrá existir una sociedad postcrecimiento real”, advirtió.

Aunque quedó satisfecho con lo que consideró un enfoque muy igualitario y democrático de la organización de la conferencia, Pratap señaló que se debería asegurar la inclusión de “aquellos que no hablan inglés, no saben navegar las redes sociales por Internet y no tienen acceso a los organismos donantes filantrópicos internacionales”.

Según Pratap, que participó como organizador en el encuentro del Foro Social Mundial en Bombay en 2004, esa fue una gran lección aprendida en esa ocasión.

Lucía Ortiz, directora del programa de Amigos de la Tierra Internacional y activa en los movimientos sociales de Brasil, no tuvo pelos en la lengua cuando proclamó en Leipzig que “el decrecimiento es la bala para desmantelar la ideología del crecimiento”.

La próxima conferencia, que tendrá lugar en 2016, tendrá mucho más éxito que la de este año, aseguró Kallis.

Al comentar sobre el incremento de la participación de París en 2008, cuando asistieron unos pocos cientos de personas, a los 3.000 de Leipzig este año, bromeó: “A este ritmo, dentro de 20 años, vamos a tener a todo el mundo en la conferencia.”
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2014/09/solo-los-locos-y-los-economistas-creen-en-el-crecimiento-sin-fin/
Holanda, culto a la bici.
Bicis de madera, aquí.