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martes, 7 de noviembre de 2017

4 ideas de Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa, que siguen vigentes a pesar del fracaso del comunismo.

¿Es el autor de "El manifiesto comunista" y "El capital" relevante hoy en día?

¿Qué ideas del ideólogo de la Revolución Rusa, de la que se cumple un siglo este año, siguen vigentes a pesar de la estrepitosa caída de la Unión Soviética?

En BBC Mundo escogimos algunas con la ayuda de expertos.

¿Es Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa -de la que se cumple un siglo este año-, relevante hoy en día? Aunque el filósofo alemán vivió y escribió en el siglo XIX, una época muy diferente a la nuestra, es indiscutible que dos de sus escritos, "El manifiesto comunista" (éste junto a Federico Engels) y "El capital", tuvieron en un momento determinado de la historia una gran influencia política y económica en muchos países y en millones de personas.

El surgimiento de la Unión Soviética tras la Revolución Rusa fue un ejemplo de ello. Nadie niega que el bloque socialista marcó buena parte de la historia del siglo XX.

Sin embargo, también es cierto que el comunismo no se materializó tal cual lo plantearon Marx y Engels, y terminó convirtiéndose en un proyecto fallido. Al final, el bloque soviético se desmoronó y el capitalismo se impuso en casi todo el planeta.

¿Pero puede decirse que el pensamiento de Marx quedó obsoleto? ¿O acaso pueden rescatarse algunas de sus ideas que se volvieron realidad y siguen vigentes hasta nuestros días?

1. El activismo político
En el "Manifiesto comunista" y otros trabajos, Marx describe la lucha de clases en la sociedad capitalista y cómo el proletariado acabará arrebatándoles el poder a las élites dominantes en todo el mundo.

"El capital", su obra cumbre, es un intento de apuntalar esas ideas con hechos verificables y análisis científico. Fue un mensaje poderoso en un mundo en el que abundaba la opresión y la inequidad.

"La experiencia personal de alienación de Marx, quien vivió en la pobreza, le dio una gran intensidad a su análisis, el cual cobró la estatura de filosofía contra el monstruo capitalista que esclavizaba a los seres humanos", le explica a la BBC uno de sus más reconocidos biógrafos, el británico Francis Wheen.

Durante el siglo XX, las ideas de Marx inspirarían revoluciones en Rusia, China, Cuba y muchos otros países donde el grupo dominante fue derrocado y los trabajadores se apoderaron de la propiedad privada y los medios de producción.

El marxismo fue incluso más allá y se convirtió en una manera de interpretar el mundo en general: la simple idea de que la historia es una lucha de clases antagónicas también influyó en la literatura, el arte y la educación.

"Hoy en día Marx sigue siendo relevante como filósofo político. Generación tras generación, muchos buscan inspiración en él para sus propias luchas", le dice a BBC Mundo Albrecht Ritschl, historiador alemán especializado en marxismo y jefe del Departamento de Historia Económica de la London School of Economics en Reino Unido.

"Se sigue hablando de los temas que habló Marx -añade el experto-. Por ejemplo, la globalización. Marx fue uno de los primeros críticos de la internacionalización de los mercados. También se refirió a la inequidad, al advertir sobre la creciente desigualdad en el mundo".

"Podría decirse que Marx continúa siendo atractivo y forma parte del discurso político actual", concluye Ritschl. Si bien la caída de la Unión Soviética en diciembre de 1991 significó un fuerte golpe para la teoría marxista (por un tiempo los partidos de izquierda y las universidades le dieron menos importancia), la crisis financiera global de 2007-8 volvió a darle relevancia. Ese colapso fue un ejemplo clásico de las recurrentes crisis del capitalismo que había pronosticado el pensador alemán. Desde entonces las ventas de "El manifiesto comunista" y "El capital" no han dejado de crecer en todo el mundo.

2. La recurrencia de las crisis económicas.
Marx cuestionó la idea de que el capitalismo se autorregulaba.

Para él no había una "mano invisible" que ponía en orden las fuerzas del mercado, como había postulado Adam Smith -el "padre" del capitalismo- en "La riqueza de las naciones".

En cambio, Marx sostenía que el sistema estaba condenado a periodos de crisis recurrentes (hoy los economistas hablarían de recesiones) que eran inherentes a él.

"Si bien él no fue el único que hablaba de ello, su idea original era que cada turbulencia llevaría a otra peor, y así sucesivamente hasta la destrucción del capitalismo", le explica a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.

El crash bursátil de 1929 y las subsecuentes crisis alcanzaron su punto culminante en 2007-8, cuando el mundo vivió un colapso financiero nunca antes visto en cuanto a su gravedad, impacto y persistencia.

"Es cierto que los aspectos no resueltos del capitalismo llevan a nuevas crisis, pero la idea determinista de Marx de que el sistema se derrumbaría por sus defectos intrínsecos ha sido desacreditada", advierte Ritschl.

"No obstante, hoy estamos más alertas que nunca ante las turbulencias y somos más cuidadosos frente a ellas, en parte gracias a él". Aunque, al contrario de lo que predijo él, las crisis no han ocurrido en la industria pesada, sino en el sector financiero, aclara el experto.

3. Ganancias desmedidas y monopolios
Un aspecto importante de la teoría de Marx es la llamada plusvalía: el valor que un trabajador crea por encima del valor de su fuerza laboral. El problema, según el pensador alemán, es que los dueños de los medios de producción se adueñan de la plusvalía e intentan maximizar sus ganancias a expensas del proletariado.

Así, el capital tiende a concentrarse y centralizarse en unos pocos acaudalados y, como contrapartida, conduce al desempleo y a una depreciación de los salarios de los trabajadores.

Esto puede verse hasta nuestros días. Por ejemplo, un reciente análisis de la revista británica The Economist muestra que mientras que en las últimas dos décadas el sueldo de los trabajadores en países como Estados Unidos se ha estancado, el salario de los máximos ejecutivos ha aumentado significativamente: han pasado de cobrar 40 veces más que el promedio a embolsarse 110 veces más.

"La crítica de Marx a la acumulación es válida aún hoy, porque continúa siendo uno de sus puntos débiles del capitalismo", le comenta a BBC Mundo Ritschl.

"Hoy lo vemos claramente en la acumulación desmedida de poder por parte de grandes compañías internacionales y también en la conformación de monopolios y duopolios. Marx nos alertó sobre los riesgos de todo esto".

4. La globalización y la inequidad
Biógrafos de Marx como Francis Wheen y otros estudiosos de su obra coinciden en que el filósofo se equivocó con su idea determinista de que el capitalismo se sepultaría a sí mismo al crear sus propios enterradores.

Más bien ocurrió lo contrario: con la caída del comunismo, el capitalismo no sólo se fortaleció sino que además se extendió por todo el mundo. Nadie expresa mejor esta ironía de la historia que el pensador marxista Jacques Rancière, profesor de filosofía de la Universidad de París VIII.

"El proletariado, lejos de enterrar el capitalismo, lo mantiene con vida -escribe-. Trabajadores explotados y mal pagados, liberados de la mayor revolución socialista de la historia (China), son llevados al borde del suicidio para que Occidente pueda seguir jugando con sus iPads. Mientras tanto, el dinero chino financia a un Estados Unidos que de otra manera estaría en bancarrota".

Pero si Marx falló en esta predicción, no erró en sus agudas críticas a la internacionalización del capitalismo.

En el "Manifiesto comunista" plantea que la expansión global del capitalismo se convertirá en la principal fuente de inestabilidad del sistema internacional, como lo demostrarían una serie de crisis financieras en el siglo XX y XXI.

"La necesidad de expandir constantemente mercados para sus productos persigue a la burguesía sobre toda la superficie del globo -sostienen Marx y Engels-. Debe anidar en todas partes, establecerse en todas partes, establecer conexiones en todas partes. Obliga a todas las naciones, so pena de extinción, a adoptar el modo burgués de producción".

Por eso, el marxismo ha sido rescatado -y reivindicado- en el actual debate sobre los problemas de la globalización.

"Hoy hay en el mundo mucha gente preocupada por la destrucción de mercados locales, la inseguridad laboral y la pérdida de empleos", le comenta a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.

"La globalización, por ejemplo, fue uno de los grandes temas en las últimas elecciones en Estados Unidos, en las que dominó una pregunta que podría haberse planteado en muchas otras partes del planeta: ¿qué hacemos con los que han perdido con ella?".

Está claro que a pesar de sus vaticinios fallidos y sus ideas caducas, Marx planteó en el siglo XIX varios temas de debate sobre política y economía que siguen vigentes más de un siglo después.

QUIÉN ERA CARLOS MARX
Carlos Enrique Marx nació el 5 de mayo de 1818 en la ciudad de Tréveris, en el oeste de Alemania. Era hijo de un exitoso abogado de origen judío. Estudió leyes en Bonn y Berlín y en aquel momento se interesó en la filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Ludwig Andreas von Feuerbach, que con su dialéctica y materialismo histórico, respectivamente, tendrían una gran influencia en el marxismo.

En 1841, a los 23 años, recibió el doctorado en filosofía de la Universidad de Jena, en el este de Alemania.

En 1843 se casó con Jenny von Westphalen y se mudó a París, en aquel momento un semillero del pensamiento radical. Allí se volvió un revolucionario y trabó amistad con quien sería su colaborador toda la vida: Federico Engels.

Tras ser expulsado de Francia por su activismo, Marx residió dos años en Bruselas, donde profundizó su amistad con Engels.

En 1848 ambos publicaron "El manifiesto comunista", en el que plantean que la historia de la humanidad es una historia de lucha de clases y que los estratos sociales acabarán despareciendo con la victoria del proletariado.

En 1849, Marx se mudó a Londres, donde residiría hasta su muerte. Allí vivió durante muchos años en la pobreza. Pudo subsistir gracias a la ayuda económica del adinerado Engels.

En la capital británica, Marx produjo su trabajo más importante, "El capital", considerado "la Biblia de las clases trabajadoras". Esta obra es, básicamente, una descripción de cómo funciona el sistema capitalista y cómo, según él, se destruirá a sí mismo por causa de sus defectos. El primer volumen lo publicó en vida. Los otros dos tomos los hizo imprimir Engels tras la muerte de su amigo.

Marx y Jenny von Westphalen tuvieron siete hijos (cuatro mujeres y tres varones), pero debido a las condiciones en las que vivió la familia en Londres sólo tres de ellos llegaron a la vida adulta.

El filósofo pasó sus últimos años aquejado por problemas de salud y el dolor por las muertes de su esposa y sus hijos.

Falleció el 14 de marzo de 1883, a los 65 años, y fue enterrado en el Cementerio de Highgate, en Londres, donde hoy se puede visitar su tumba. El epitafio dice: "Trabajadores del mundo, uníos".

 http://www.bbc.com/mundo/noticias-40611669

sábado, 5 de diciembre de 2015

Así es como Einstein educó a su hijo. Rescatamos de los escritos del científico las claves universales para formar sabios (que no sabelotodos).

El 25 de noviembre de este año 2015, se cumplieron los 100 años de la publicación por Einstein de la Teoría General de la Relatividad, lo que supuso una revolución en la concepción de la naturaleza por la ciencia.


El 31 de diciembre de 1999, la revista Time escogió al personaje del siglo XX. El rostro que aparecía en la portada no era el de un deportista, ni el de un actor o estrella del rock, ni un líder pacifista tras dos guerras mundiales; pertenecía a un sabio. La persona más importante fue  Albert Einstein

La influencia del científico (1879 – 1955) va más allá de su célebre teoría de la relatividad, que cumple cien años. Alguien que acumuló tanta ciencia debió de decir muchas cosas en el campo del aprendizaje, y las dijo. Pasó buena parte de sus días contando su pasión por aprender en ensayos, cartas y conferencias, que dejaron un goteo de citas inspiradoras entre las que hemos buceado para aprender a aprender. Algo nada desdeñable, dado que el aprendizaje es imperecedero“El estudio y, en general, la búsqueda de la verdad y la belleza, conforman un área donde podemos seguir siendo niños toda la vida”, reflexionó en uno de sus textos recogidos por Helen Dukas y Banesh Hoffmann en The Human Side. New Glimpses from his Archives (Princeton University Press, 1979).

Un planteamiento que salpica con frecuencia sus escritos es el rechazo del aprendizaje como imposición. Einstein estudió siete años en el colegio (Instituto de bachillerato) Luitpold Gymnasium de Múnich, donde se aplicaba el memorismo, basado en repetir hasta retener. Frustrado, lo abandonó antes de acabar. “La enseñanza”, escribiría años después, “debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación”, escribió en Mi visión del mundo (Tusquets, 1949).

Toca lo que te guste
En Notas autobiográficas (Alianza, 1949) describe el conflicto entre su método selectivo y las exigencias académicas: “Aprendí muy pronto a entresacar aquello que podía conducir a la entraña, prescindiendo de la multitud de cosas que atiborran la mente y la desvían de lo esencial. La pega era que para los exámenes había que embutirse todo ese material en la cabeza, quisieras o no (…). Es un grave error creer que la ilusión de mirar y buscar puede fomentarse a golpe de coacción y sentido del deber. Pienso que incluso a un animal de presa sano se le podría privar de su voracidad si se le obliga continuamente a comer cuando no tiene hambre”. Con ese resquemor, aconsejó a su hijo que tratara de encontrar placer en el aprendizaje, por encima de la rigidez del sistema. “Toca al piano principalmente lo que te guste, aunque la profesora no te lo asigne. Es la mejor manera de aprender, cuando estás haciendo algo con tal disfrute que no te das cuenta de que el tiempo pasa”, de la carta a su hijo Tete, recogida en Posterity: Letters of great americans to their children, de Dorie McCullough Dawson, 2008.

Para alcanzar la excelencia, anteponía la práctica a la teoría: “Las grandes personalidades no se forman con lo que se oye o se dice, sino mediante el trabajo y la actividad. Por consiguiente, el mejor método de educación ha sido siempre aquel en que se urge al discípulo a la realización de tareas concretas. Esto se aplica tanto a los primeros intentos de escribir del niño como a una tesis universitaria (...), a interpretar o traducir un texto, a resolver un problema de matemáticas o a la práctica de un deporte”, escribe en Mis creencias (1939). Precisamente usó el deporte como analogía para explicar la diferencia entre aprendizaje y educación: “Si un hombre joven ha entrenado sus músculos y su resistencia física haciendo gimnasia y caminando, más tarde estará preparado para cualquier trabajo físico. Esto es análogo a la mente (…). No estaba equivocado aquel que dijo: ‘La educación es lo que queda cuando uno ha olvidado todo lo que aprendió en la escuela”, en Sobre la educación, 1936.

Einstein abogaba por una enseñanza que favoreciese la individualidad como aporte a la colectividad. “Deberían cultivarse en los individuos cualidades para el bien común. Esto no significa que (...) se convierta en simple instrumento de la comunidad, como una abeja (...). El objetivo ha de ser formar individuos que actúen con independencia y que consideren su interés vital el servicio a la comunidad” (Mis creencias).

Sin embargo, ¿qué gana uno cultivándose para servir a los demás? ¿Fama, dinero…? En el mismo libro dice: “Tenemos que prevenirnos contra quienes predican a los jóvenes el éxito como objetivo de la vida. (…) El valor de un hombre debería juzgarse en función de lo que da y no de lo que recibe. La tarea decisiva de la enseñanza es despertar estas fuerza psicológicas en el joven”. Predicó con el ejemplo.

Fallos en la educación

El aprendizaje mecánico, en opinión de Einstein, crea autómatas y aborta el talento individual.
1. Crea sumisos: “Utiliza como fundamento el temor, la fuerza y la autoridad. Este tratamiento destruye los sentimientos sólidos, la sinceridad y la confianza del alumno en sí mismo. Crea un ser sumiso”.
2. Fomenta la fuerza: “No despierta la productividad porque no hacen surgir los poderes psicológicos del alumno, ya que para la institución es más fácil utilizar la fuerza y despertar la ambición individual”.
3. No es fecunda: “La escuela debe estimular la inclinación del niño por el juego y el deseo infantil de reconocimiento. Guiar al niño hacia dominios que sean beneficiosos para la sociedad. La educación se fundaría así en una actividad fecunda y de reconocimiento (...) y el maestro sería una especie de artista en su actividad”.

viernes, 2 de octubre de 2015

JEREMY CORBYN » 15 cosas que aprendimos en el discurso de Corbyn. Ideas de política exterior, economía, estrategia ciudadana y gustos literarios extraídos de la primera intervención del líder laborista.

Todos los ojos de la izquierda europea están puestos en el nuevo líder de la oposición británica, que promete una nueva forma de hacer política, "más honesta y más inclusiva". Jeremy Corbyn, el más izquierdista de cuantos contendían a liderar el Partido Laborista, se hizo con la victoria el pasado 12 de septiembre con un contundente 60% de los votos, pero cuenta con pocos apoyos entre los parlamentarios laboristas. Ayer martes realizó su primera intervención como líder en el Congreso anual del partido.

Estas son 15 ideas que se desprenden de un discurso que duró una hora:

1. Corbyn cree que el Partido Laborista no ha perdido, sino que ha ganado.

Como apunta Jonathan Freedland en The Guardian, durante la hora que duró el discurso de Jeremy Corbyn, el 7 de mayo desapareció de la historia y fue reemplazado por el 12 de septiembre. El Partido Laborista no fue el que cosechó hace cuatro meses su segunda derrota consecutiva, una de las más contundentes de su historia reciente, sino el que hace apenas dos semanas acometió una refundación sin precedentes al movilizar, en torno al propio Corbyn, a un sector de la ciudadanía tradicionalmente desencantado con la política. El líder recurrió a un símil futbolístico para ilustrar la, a su juicio, falta de tino de los columnistas al describir la nueva situación: “Si fueran periodistas deportivos escribiendo sobre un equipo de fútbol, dirían: ‘Han tenido un verano horrible. Tienen 160.000 nuevos seguidores. Han vendido todas las entradas. Los nuevos seguidores son jóvenes y optimistas. No sé cómo este club va a poder sobrevivir a una crisis así”. Lo cierto es que, en el discurso, apenas hubo espacio para reflexionar sobre los motivos que provocaron la derrota electoral en las pasadas elecciones generales.

2. El debate sobre la inmigración y la insistencia en su capacidad de gestionar la economía no están entre sus prioridades.

Los analistas coinciden en que la preocupación por los efectos, culturales y económicos, de la inmigración, así como la desconfianza en la capacidad del equipo de Miliband para gestionar la economía, fueron dos de los factores más importantes por los que una parte del electorado tradicional laborista se decantó por los tories o por el UKIP. Pero Corbyn no mencionó la inmigración, al margen de la crisis de los refugiados, a la que sí se refirió. Tampoco mencionó el déficit, más que de pasada. Y al contrario que en el caso de Miliband, a quien se le echaron encima el año pasado por olvidarse de mencionarlo en su discurso, lo de Corbyn no fue un despiste: directamente no estaba en sus papeles. Por lo que se escuchó en su discurso, su prioridad ahora son las 251.000 personas que votaron por él, más que los que los 11 millones de que votaron en mayo por Cameron.

3. Votará por permanecer en la Unión Europea, pero luchará por cambiarla.

Su posición en el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, que se celebrará antes del final de 2017, ha dado mucho que hablar desde su elección como líder. La ambigüedad que ha mostrado históricamente en el asunto fue criticada por amplios sectores de un partido que, en general, apoya con matices el estatu quo. Tanto que, en un intento por acallar las críticas, se vio obligado a declarar, poco después de su elección, que el partido apoyará la permanencia, sea cual sea el acuerdo al que llegue Cameron en sus negociaciones con el resto de Estados miembros. En su discurso de ayer no fue tan explícito. “No hay nada bueno en un primer ministro vagando por Europa intentando regatear los derechos que protegen a nuestros trabajadores”, dijo. “Como decidió nuestro Congreso ayer [por el lunes], nos opondremos a ello y defenderemos una Europa social, una Europa de unidad y solidaridad que defienda esos derechos”.

4. Primero cambiará la política, luego cambiará el país.

Corbyn habló casi más del medio que del fin. “He recibido un mandato enorme, un mandato para el cambio”, aseguró. “Lo primero y principal es que se trata de un voto para cambiar la manera en que hacemos política”. Con la ayuda de las redes sociales –“el centro de la comunicación en el futuro”- Corbyn quiere convertir al partido en un “movimiento” que funcione “en cada comunidad y en cada centro de trabajo, no solo en Westminster”.

5. Su relación con determinados medios no va a ser buena, y no le importa.

En su salto oficial del seno del partido al escenario de la política nacional, Corbyn dejó claro que cuenta con las críticas de la prensa y que está dispuesto a sobrellevarlas con humor. Lo demuestra el hecho de que dedicara las primeras líneas de su discurso a reírse de los ataques que ha recibido de los tabloides en los últimos meses, llevándolos al terreno de su nuevo estilo de liderazgo inclusivo y abierto al debate. “Noto que algunos periódicos han desarrollado un interés en mi persona”, dijo. "Según un titular, Jeremy Corbyn celebra la idea de que un asteroide barra de un plumazo la humanidad. Los asteroides son un tema bastante polémico y no es el tipo de asunto que quisiera descartar sin un debate en profundidad en el seno del partido”.

6. No es el mejor redactor de discursos de la historia, ni le adorna la virtud de la concisión.

Su discurso desafió las normas de cualquier manual de oratoria política moderna. Careció de una estructura sólida, de una narrativa atractiva y -prolongándose durante casi una hora- de concisión. Saltó de un tema a otro sin orden aparente ni ritmo. Los más optimistas lo ven como una expresión más de esa nueva forma de hacer política, más honesta, menos efectista. Pero lo peor fue que, como no tardaron en revelar los medios, recurrió al corta y pega: utilizó párrafos enteros de un texto remitido a su equipo hace dos semanas por el escritor y asesor político Richard Heller, que ya se lo había ofrecido antes, sin éxito, a Ed Miliband y a todos los líderes laboristas desde Neil Kinnock. Ojo, no se trata de plagio, ya que el propio autor reconoce que lo envió para que se utilizara en el discurso. Pero dio pie a un glorioso titular a toda página en el conservador Daily Telegraph: “Nueva política, viejo discurso”.

7. No tiene intención de ceder en su posición sobre el desarme nuclear.

El domingo, en el arranque del Congreso, Corbyn sufrió un revés al rechazar el partido someter a votación la posición oficial sobre la renovación del sistema de submarinos nucleares Trident. Se trata del único arsenal nuclear de Reino Unido, y el año próximo el Parlamento deberá pronunciarse sobre su renovación. Se trata de uno de los más espinosos debates en el seno del Partido Laborista, dividido acerca de la necesidad de que el país cuente con un sistema de disuasión nuclear. Corbyn, cuya militancia antinuclear es tan antigua como su carnet del partido, se opone frontalmente, al contrario que algunos miembros destacados de su equipo directo. Ayer insistió en que, en ese asunto, no está dispuesto a ceder: “He sido claro con mi postura sobre un asunto, y creo que me arropa el mandato de mi elección”, dijo. “No creo que gastar 100.000 millones de libras, una cuarta parte de nuestro presupuesto en Defensa, en una nueva generación de armas nucleares sea lo correcto”.

8. Se opone a una intervención en Siria, pero podría apoyarla si cuenta con el respaldo de la ONU.

Corbyn es un pacifista, pero no hasta el punto de renunciar sin matices a cualquier intervención militar. Todo indica que pronto David Cameron llevará al Parlamento su propuesta de extender la acción militar británica contra el Estado Islámico de Irak a Siria. Se trata de otro de los asuntos en que las fracturas en el partido, y en el propio Gobierno en la sombra, son más evidentes. De su discurso y del pronunciado por el portavoz de Exteriores, Hilary Benn, se puede deducir que pueden haber llegado a un compromiso de apoyar los bombardeos en Siria, solo si forma parte de un acuerdo de la ONU. “La respuesta a ese trágico y complejo conflicto no es simplemente arrojar más bombas”, advirtió Corbyn. “Reino Unido necesita un Ejército moderno para mantenernos seguros. Y para liderar misiones humanitarias y de pacificación, trabajando con y fortaleciendo las Naciones Unidas”. Por la noche, en una entrevista con Katherine Viner, directora de The Guardian, John McDonnell, portavoz de economía y principal aliado de Corbyn, optó por que se conceda a los diputados libertad de voto en este asunto. “No hemos llegado a una conclusión clara sobre Siria”, admitió. “Pero tengo que reconocer que en este asunto respeto a la gente que piensa diferente que yo, porque ir o no a la guerra es una decisión moralmente muy exigente”.

9. Va muy en serio con nacionalizar los ferrocarriles.

Horas antes de su discurso, el Congreso respaldó el compromiso de Corbyn de renacionalizar los ferrocarriles británicos. “Fue maravilloso ver cómo el Congreso aprobó nuestro plan de devolver las concesiones privadas a la titularidad pública a medida que vayan expirando”, dijo Corbyn desde el escenario. “La posición del laborismo ahora es conseguir esa red de ferrocarriles completamente integrada y pública que los británicos quieren y necesitan”. Se trata de una decisión que, en repetidas encuestas en los últimos años, comparte la mayoría de los votantes.

10. La crisis de la vivienda es prioritaria.

Lo dijo así de claro: “La política de vivienda es una prioridad absoluta”. “Puede que en ningún otra área el fracaso de los tories haya sido tan completo y dañino para la gente”, añadió, antes de señalar que en la pasada legislatura se construyeron medio millón de viviendas menos de las que se necesitaban. Su propuesta es un ambicioso programa de construcción de más de 100.000 viviendas sociales. Algo que, dijo, podría financiarse con lo que se ahorraría en ayudas al alquiler después de atacar “las rentas exorbitantes” que piden algunos caseros.

11. El viejo socialista conoce los problemas del nuevo mercado laboral.

Corbyn quiso dejar claro que no es un líder anclado en la realidad de las fábricas industriales, sino que comprende los cambios del mercado laboral. “He expresado algunas ideas sobre cómo debemos apoyar a los pequeñas empresas y a los autónomos”, explicó. “Eso es porque uno de cada siete personas en el mercado laboral trabaja para sí misma”. “Ganan menos que otros trabajadores y tienen menos seguridad”, dijo. Anunció que equipararían sus bajas de maternidad y paternidad a las de los trabajadores por cuenta ajena y que ha encargado que se estudien todas las maneras en que se puede ayudar a los autónomos.

12. La austeridad es cosa del pasado.

Siete años, el tiempo que lleva el país soportando las políticas de austeridad, es mucho tiempo en política. Ese es el argumento que utilizó Corbyn para transmitir su mensaje de que la contención en el gasto es cosa del pasado. “La austeridad de los tories es la receta desfasada y fallida del pasado”, aseguró. “Nos corresponde a nosotros, a los laboristas, aportar la alternativa. Cualquier economista dirá que, con los tipos de interés tan bajos, ahora es el momento de la inversión pública en infraestructuras”.

13. Sus preferencias literarias son las que cabría esperar.

El nuevo líder laborista citó a dos escritores en su discurso. La primera, la estadounidense Maya Angelou, poeta, novelista, ensayista y activista por los derechos humanos, que falleció en 2014. Luchó por los derechos de los negros y fue amiga de Martin Luther King y de Malcolm X. El segundo, el nigeriano Ben Okri (Minna, 1959), uno de los escritores vivos más importantes del continente africano. “No puedes controlar todos los eventos que te sucedan, pero puedes decidir que no te empequeñezcan”, citó de la primera. Del segundo, escogió esta frase: “La cosa más auténtica sobre nosotros es nuestra capacidad de crear, de sobreponernos, de perdurar, de transformar, de amar”.

14. La defensa de los derechos humanos debe ser la piedra angular de la política exterior.

El discurso de Corbyn incluyó más temas de política exterior que el que diera su predecesor, Ed Miliband, el año pasado. Entre ellos, una petición a David Cameron para que Reino Unido intervenga con el régimen de Arabia Saudí para salvar a Alí Mohammed al-Nimr, un activista pro democracia saudí condenado a muerte por decapitación y crucifixión por un delito que supuestamente cometió cuando tenía 17 años. “Debemos ser muy claros respecto a lo que defendemos en materia de derechos humanos”, concluyó Corbyn. No pidió disculpas en nombre del partido por la Guerra de Irak, como estaba previsto, pero sí la mencionó: “No ayudó a nuestra seguridad nacional cuando fuimos a la guerra con Irak desafiando a las Naciones Unidos y guiados por documentos falsos”.

15. Tiene cuatro años y medio para concretar sus políticas. ¿O no?

Corbyn quiso convertir las discrepancias que arrastra el partido en una fortaleza de su liderazgo. Todas las sensibilidades, dijo, tienen cabida en la “nueva política” que promete. “No creo que nadie ostente el monopolio de la sabiduría. Todos tenemos ideas y una visión de cómo las cosas pueden ser mejores. Quiero un debate abierto en nuestro partido y en nuestro movimiento. Escucharé a todo el mundo porque creo firmemente en que el liderazgo consiste en escuchar”. Quien viniera a Brighton buscando concreción en las posturas, tendrá que esperar. Este ha sido su discurso de presentación como líder, defienden algunos, y tiene por delante cuatro congresos más para concretar hasta las elecciones generales de 2020. Pero otros argumentan que, por mucho que el debate y la pluralidad sean la nueva tónica, el partido necesita aclarar sus posturas con urgencia en al menos dos asuntos -la decisión sobre bombardear Siria y la decisión sobre la renovación de Trident- y deberá tener listo un programa para un año 2016 con elecciones en dos plazas cruciales para el laborismo: la alcaldía de Londres y el Parlamento escocés.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/30/actualidad/1443625949_221873.html?rel=lom

jueves, 7 de agosto de 2014

Steinbeck te enseña a ser jefe. Las escuelas de negocios utilizan obras clásicas y películas para formar directivos.

Las uvas de la ira, de John Steinbeck, relato de la crisis del 29.
La caverna de José Saramago, cuenta como se introduce un monopolio en un mercado pequeño.
El mundo de ayer: memorias de un europeo, autobiografía de Stefan Zweig.
Breve historia de la euforia financiera, de John Kenneth Galbraith, un repaso a las crisis más relevantes de la historia.
El príncipe de Maquiavelo, sobre la importancia de los aliados y gobierno.
El arte de la guerra de Sun Tzu, enseña que la mejor batalla es la que no has tenido que librar y habla del posicionamiento del manejo de la información y de los espías.
El álgebra de la justicia infinita, de Arundhati Roy, un ensayo político sobre el mundo actual.
El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, la historia de un campo de concentración vivida desde dentro.
Inside Job, Oscar al mejor documental de 2011, trata la crisis financiera de 2008, basado en entrevista en la que los personajes explican por qué tomaron las decisiones. Dirigida por Charles Ferguson.
Margin Call, la historia de ocho trabajadores de un banco de inversión en las horas previas a la crisis. Diyuntiva entre decir la verdad y mentir.
El arte de la prudencia de Baltasar Gracián.
Manual de vida de Epicteto.
Vídeos de Youtube donde se exponen ideas como las de Jack Welch director general de General Electric explica las claves del liderazgo en su opinión.
Y TED con ideas innovadoras como las de Ken Robinson o de Nick Hanauer.
Fuente; El País de la economía, 3-8-14.