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jueves, 10 de octubre de 2024

_ Malcolm Gladwell no se aferra a sus ideas. Y cree que tú tampoco deberías hacerlo

Malcolm Gladwell standing in a flower garden with his hands in his pockets.
_- Veinticinco años después de escribir el éxito de ventas “El punto clave”,  Malcolm Gladwell lanza un nuevo libro en el que cuestiona sus famosas teorías y resalta la necesidad de saber cambiar de opinión.

Malcolm Gladwell, autor de best-sellers, tiene una oficina en una tranquila calle de Hudson, Nueva York, donde se sienta en un escritorio bajo un póster de Mao Zedong, el antiguo líder comunista de China. ¿Por qué? ¿Quizá para señalar que las ideas pueden ser peligrosas? No, no hay ninguna razón en particular. También hay otros dos carteles comunistas chinos en la pared. “Los encontré en internet por unos 10 dólares”, dijo Gladwell, de 61 años. “Simplemente, me parece divertido”. Gladwell, quien ha pasado su carrera empapado de ideas y traduciendo la investigación en ciencias sociales en utilidad cotidiana, dice que no se toma sus propias ideas demasiado en serio. Pero otros sí lo hacen. 

Su primer libro, El punto clave, causó sensación cuando se publicó en 2000. El libro explicaba cómo algo ordinario —ya fuera un zapato (los mocasines Hush Puppies), un comportamiento (el robo) o una idea (“vienen los británicos”)— se extiende tanto que se convierte en epidemia. Los expertos en negocios, los líderes políticos y los luchadores comunes de ambos campos lo trataron como una Biblia, extrayendo de él ideas sobre cómo difundir sus propios productos y lanzamientos. Hoy, las escuelas de negocios han bautizado programas de liderazgo con el nombre de la obra de Gladwell, y muchos empresarios citan su famosa regla de que el verdadero logro tiene un costo: 10.000 horas de práctica.

En octubre publicará un nuevo libro, Revenge of The Tipping Point (La venganza del punto de inflexión). Gladwell cree que El punto clave se hizo muy popular porque encajaba con el optimismo de finales de la década de 1990; describía cómo crear un cambio positivo en un momento de potencial positivo, con el fin de la Guerra Fría y el descenso de la delincuencia. (El libro promovía la teoría policial de las “ventanas rotas”, que sugería que la forma de prevenir los grandes delitos era vigilar estrictamente los pequeños, una noción que dio lugar a prácticas policiales que muchos consideran ahora discriminatorias).

Revenge of The Tipping Point da la vuelta a la idea del primer libro y examina las fuerzas que impulsan las epidemias negativas, que a él le parecen más acordes con nuestro momento actual.

Gladwell sostiene que las epidemias —por ejemplo, una oleada de atracos a bancos— están determinadas por lo que él denomina “sobrehistoria”, es decir, el conjunto de reglas o normas que estructuran una comunidad determinada. (Un atracador de bancos con éxito en Los Ángeles, por ejemplo, es propenso a inspirar más). Explora el papel de los “superdifusores”, las personas mejor situadas para encender un comportamiento o una idea. Y examina cómo las proporciones de población conforman las comunidades; la dinámica de grupo tiende a mantenerse estable cuando las perspectivas minoritarias representan aproximadamente un tercio del tamaño total, lo que él llama “la ley del tercio mágico”.

Hablé con Gladwell sobre su carrera y su nuevo libro, en el que abundan las teorías llamativas, como en su pódcast Revisionist History. Esta entrevista ha sido editada y condensada.

Escribiste en David y Goliat, tu libro de 2013, sobre los beneficios de estar en desventaja. Al principio, estabas en desventaja, y ahora eres un periodista estrella. ¿Cómo altera eso la experiencia de emprender un nuevo proyecto?

Significa menos de lo que pensaba. La forma en que hago mi trabajo no ha cambiado. Sigo haciendo todos mis reportajes e investigaciones. Es la misma manera en que trabajaba cuando tenía 20 años. Pero sí significa que es más fácil que la gente me devuelva las llamadas.

¿Existe una cualidad de estar en desventaja en el hecho de asumir un riesgo creativo?
En este momento me resulta difícil imaginarme a mí mismo en desventaja. No sé si la idea de David y Goliat encaja en el mundo del periodismo. No creo que tengamos el poder que tienen los ejércitos. Nuestro poder es tan amorfo, vago, endeble y contingente.

¿No es el poder de la audiencia?
Supongo que sí, en cierto modo. Pero nunca me he hecho la ilusión de que el público me pertenezca, ni creo que me siga en el sentido de que lo esté convirtiendo a mis ideas. Lo divertido de leer uno de mis libros no es convertirse a una forma de pensar. Lo divertido es conocer una idea nueva, jugar con ella y decidir si te gusta, ¿no?

Tenemos una lectura de mesa el jueves para un episodio de pódcast que es una crítica de El punto clave, del capítulo sobre el crimen.

¿El capítulo de las “ventanas rotas”?
Sí, es como: “Estaba equivocado. Aquí está lo mal que me equivoqué. He aquí por qué me equivoqué”.

La idea de que el crimen era una epidemia y que el comportamiento criminal era contagioso es correcta. Pero la idea de que las ventanas rotas y parar y cachear eran la respuesta correcta a un contagio es completamente falsa.

¿Qué se siente revisar los trabajos que publicaste, que sin duda tuvieron un efecto en quienes toman decisiones de políticas, y pensar: “Estoy completamente en desacuerdo con mi yo del pasado”?
No tengo grandes dudas a la hora de decir que estaba equivocado. Si estás leyendo un libro que tiene 25 años, las cosas deben estar mal. Si no reconoces que el mundo ha cambiado en 25 años, algo te pasa.

Si reescribieras ahora el capítulo de las “ventanas rotas”, ¿cuál sería la conclusión?
Acabo de ir a Filadelfia a pasar un rato con quienes están haciendo de verdad “ventanas rotas”, literalmente “ventanas rotas”. Lo que pasa con las ventanas rotas es que no es una metáfora. Lo estaba tratando como una metáfora. No, no, no. Se trata literalmente de arreglar ventanas rotas.

Este es un grupo que limpia terrenos baldíos. Han limpiado miles de terrenos baldíos en Filadelfia. Y han medido la disminución de la delincuencia, mejoras en la salud mental.

¿Así que tu conclusión sería que no se trata de vigilar delitos menores para prevenir delitos mayores, sino de embellecer los entornos construidos?
Hay dos ideas. Una idea, que presenté en Hablar con extraños, es la vigilancia de precisión. La delincuencia disminuye cuando la policía comprende que su poder no es un instrumento contundente. Parar y cachear era un instrumento contundente. La policía de precisión dice que eso es estúpido. Estás alienando a la misma comunidad a la que intentas ayudar.

La otra parte es tratar las ventanas rotas como un factor literal, no como una metáfora.

¿Cómo equilibras tu papel de narrador y de traductor de los resultados de las ciencias sociales a personas poderosas que quieren actuar en consecuencia?
Es complicado. Creo que el mayor problema —y es algo en lo que soy mucho mejor ahora que cuando empezaba— es comprender que hay que comunicar la incertidumbre. Está bien tener una idea hermosa que presentar a la gente y ayudarles a entender cómo funciona el mundo. Pero creo que hay que comunicar la idea de que podría estar equivocada. No estamos presentando un hecho. Estamos jugando con una idea.

Yo no soy muy firme en mis ideas, y pienso que es importante que quien escriba sobre ideas recuerde a sus lectores que no deben serlo.

“Si no reconoces que el mundo ha cambiado en 25 años”, dijo Gladwell, “algo te pasa”. Credit... Peter Fisher para The New York Times. Has escrito sobre cómo influye el contexto social en el comportamiento. 

¿Qué influye en nuestro contexto actual para que en Revenge of The Tipping Point quieras analizar qué impulsa un cambio social negativo?
El libro se enmarca en la crisis de los opioides. Estamos hablando de más de 100.000 muertes al año por sobredosis, una cifra asombrosa, alucinante.

Pensarías que es de lo único de lo que estaríamos hablando.

Presentas teorías interesantes sobre lo que aceleró la crisis de los opioides. Describes a los médicos “superdifusores” que, cortejados por las empresas farmacéuticas, recetaron un gran número de opioides; examinas la variación de los niveles de sobredosis entre los estados que exigían a los médicos hacer copias adicionales de sus recetas y los que no lo hacían.

Pero, ¿qué hay de factores como la avaricia empresarial, la falta de regulación federal, las comunidades susceptibles a la adicción debido a la devastación económica y los sentimientos de abandono? ¿Cómo entiendes el papel que desempeñaron todas esas otras variables?
Era consciente de que estaba escribiendo un capítulo y no un libro. También era consciente de que no soy el primero en escribir sobre esto. Antes que yo, se han publicado libros realmente asombrosos sobre los opioides. Así que quería aportar algo más.

En este tipo de libros, nunca se puede contar toda la historia. Hay que elegir los aspectos en los que se cree que hay más posibilidades de hacer avanzar los conocimientos de la gente. Por ejemplo, la idea de que la crisis de los opioides no era nacional, que había una “variación en áreas pequeñas” significativa, me parece realmente interesante. La idea de que la inmensa mayoría de los médicos que recetaron analgésicos lo hicieron de forma ética. Así que no se trata de una acusación contra la profesión médica. La profesión médica hizo su trabajo. Un pequeño grupo de marginados fue identificado y atacado por una empresa farmacéutica rapaz.

Una cosa que ha cambiado desde El punto clave es que ahora tienes hijos. ¿Tienes en cuenta los resultados de sus investigaciones a la hora de educar a tus hijos? Por ejemplo, has escrito que cuando los adolescentes deciden a qué universidad ir, deberían elegir ser un pez grande en un estanque pequeño en lugar de un pez pequeño en una gran escuela de élite.
Les he dicho a todos mis amigos que estoy totalmente dispuesto a ser un hipócrita en todas estas cuestiones. Opinaba sobre la paternidad antes de ser padre. Ahora que soy padre, no creo que vuelva a opinar sobre la paternidad.

¿De verdad? Si tus hijos quisieran ir a Brown, no dirías: “No, espera…”
Lo primero que te das cuenta es que no es tu decisión. Incluso ahora, que mis hijos son muy pequeños, la mayoría de las cosas que hacen, creo que es mi decisión, pero en realidad no lo es.

¿Pondré mi propio deseo narcisista de ver a mis hijos triunfar o posiblemente triunfar por delante de su propio bienestar? Tal vez. Solo pienso que tienes que reconocer tu propia fragilidad como persona y como padre.

Empezaste tu carrera en un mundo mediático muy diferente. Tenías un estilo narrativo que consistía en presentar grandes ideas y vincularlas a historias, a pruebas. El consumo de medios ha cambiado mucho. Estamos viendo este aumento del antiexperto: la gente adora a Joe Rogan, obtiene sus noticias de TikTok. 

¿Cómo afecta la aceptación de la antiexperiencia al modo en que el público recibe tu trabajo?
Me cuesta creer que estemos en un momento de antiexperiencia. No me lo creo. No soy un oyente habitual de Joe Rogan. De hecho, me comprometí a escuchar un episodio con Andrew Huberman. [Huberman es un neurocientífico de Stanford que presenta un popular pódcast] Supongo que es polémico, no tengo ni idea.

Me pareció un gran episodio. Rogan dejó que alguien que sabe sobre el cerebro y el desarrollo humano viniera a su programa y hablara durante dos horas. Eso es lo contrario de anti-experiencia. Y Rogan lo hace semana tras semana: invita a su programa a quien sabe algo y lo deja hablar. A veces no estoy de acuerdo con la persona que tiene en su programa, pero otras veces aprendo mucho. Es un modelo de consumo diferente para encontrar expertos, pero no es anti-expertos.

Pero también lleva a gente cuyas ideas van completamente en contra del consenso médico, ¿no?
Trae a quien tiene algo que decir y lo deja hablar largo y tendido. Mientras que en el mundo de los medios de comunicación con el que crecí, queríamos a alguien que fuera un guardián e hiciera una curaduría. Él no hará eso.

La gente quiere cada vez más experiencia sin curaduría. ¿A veces eso crea problemas? Sí, mucha gente no se vacunó contra la covid y murió por ello. Eso es muy desafortunado. Soy plenamente consciente de lo que ocurre cuando dejas que florezcan mil flores. [Ahí está Mao, o al menos un eco de él, otra vez]. Pero también soy consciente de que a veces hay algo hermoso en el hecho de que estemos abriendo el acceso a la gente como nunca antes lo habíamos hecho.

En la reseña que Steven Pinker hizo de uno de tus libros, escribió que “cuando la educación de un escritor sobre un tema consiste en entrevistar a un experto, es propenso a ofrecer generalizaciones banales, obtusas o rotundamente erróneas”. Diste una respuesta convincente en tu blog. Parece que su crítica se refería a la tensión entre el trabajo de un escritor y el de un científico social.

Siempre tengo noticias de quienes han leído libros míos y han tomado ideas y las han hecho suyas de una determinada manera. Volviendo a El punto clave original, mucha gente que pensaba en el problema de cómo dar a conocer algo o hacer cambiar de opinión a la gente se fijó en ese libro. No lo trataron como un libro de instrucciones. Pero vieron en ese libro ideas que les ayudaron a dar forma a sus propias estrategias. Y eso me parece hermoso.

Escribes que los grupos funcionan bien cuando “un grupo de personas ajenas al grupo” alcanza un cuarto o un tercio del tamaño total del grupo. Lo llamas “la ley del tercio mágico”. ¿Por qué llamarla ley? Dado que tienes ideas vagas.
Es por diversión. Quiero decir, yo no lo llamo una ley con mayúsculas.

Hay dos cosas aquí. Estás confundiendo la aplicación y el principio. Parece que en varios contextos, la dinámica del grupo cambia cuando una voz disidente alcanza el 30 por ciento. Me parece bien decir que hay algo realmente interesante en “un tercio”. Eso no significa que se pueda aplicar en todos los casos, ¿verdad? Lo difícil es decir: “Bien, ¿cuándo se aplica este principio?”. Lo que me encantaría ver es más experimentación. Hagamos un estudio aleatorio sobre lo que ocurre si agrupas a los grupos minoritarios en las aulas en torno al 30 por ciento.

Ese es el objetivo del libro, dar a la gente la sensación de que el mundo que te ha tocado no es el mundo con el que tienes que conformarte.

martes, 7 de noviembre de 2017

4 ideas de Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa, que siguen vigentes a pesar del fracaso del comunismo.

¿Es el autor de "El manifiesto comunista" y "El capital" relevante hoy en día?

¿Qué ideas del ideólogo de la Revolución Rusa, de la que se cumple un siglo este año, siguen vigentes a pesar de la estrepitosa caída de la Unión Soviética?

En BBC Mundo escogimos algunas con la ayuda de expertos.

¿Es Carlos Marx, el ideólogo de la Revolución Rusa -de la que se cumple un siglo este año-, relevante hoy en día? Aunque el filósofo alemán vivió y escribió en el siglo XIX, una época muy diferente a la nuestra, es indiscutible que dos de sus escritos, "El manifiesto comunista" (éste junto a Federico Engels) y "El capital", tuvieron en un momento determinado de la historia una gran influencia política y económica en muchos países y en millones de personas.

El surgimiento de la Unión Soviética tras la Revolución Rusa fue un ejemplo de ello. Nadie niega que el bloque socialista marcó buena parte de la historia del siglo XX.

Sin embargo, también es cierto que el comunismo no se materializó tal cual lo plantearon Marx y Engels, y terminó convirtiéndose en un proyecto fallido. Al final, el bloque soviético se desmoronó y el capitalismo se impuso en casi todo el planeta.

¿Pero puede decirse que el pensamiento de Marx quedó obsoleto? ¿O acaso pueden rescatarse algunas de sus ideas que se volvieron realidad y siguen vigentes hasta nuestros días?

1. El activismo político
En el "Manifiesto comunista" y otros trabajos, Marx describe la lucha de clases en la sociedad capitalista y cómo el proletariado acabará arrebatándoles el poder a las élites dominantes en todo el mundo.

"El capital", su obra cumbre, es un intento de apuntalar esas ideas con hechos verificables y análisis científico. Fue un mensaje poderoso en un mundo en el que abundaba la opresión y la inequidad.

"La experiencia personal de alienación de Marx, quien vivió en la pobreza, le dio una gran intensidad a su análisis, el cual cobró la estatura de filosofía contra el monstruo capitalista que esclavizaba a los seres humanos", le explica a la BBC uno de sus más reconocidos biógrafos, el británico Francis Wheen.

Durante el siglo XX, las ideas de Marx inspirarían revoluciones en Rusia, China, Cuba y muchos otros países donde el grupo dominante fue derrocado y los trabajadores se apoderaron de la propiedad privada y los medios de producción.

El marxismo fue incluso más allá y se convirtió en una manera de interpretar el mundo en general: la simple idea de que la historia es una lucha de clases antagónicas también influyó en la literatura, el arte y la educación.

"Hoy en día Marx sigue siendo relevante como filósofo político. Generación tras generación, muchos buscan inspiración en él para sus propias luchas", le dice a BBC Mundo Albrecht Ritschl, historiador alemán especializado en marxismo y jefe del Departamento de Historia Económica de la London School of Economics en Reino Unido.

"Se sigue hablando de los temas que habló Marx -añade el experto-. Por ejemplo, la globalización. Marx fue uno de los primeros críticos de la internacionalización de los mercados. También se refirió a la inequidad, al advertir sobre la creciente desigualdad en el mundo".

"Podría decirse que Marx continúa siendo atractivo y forma parte del discurso político actual", concluye Ritschl. Si bien la caída de la Unión Soviética en diciembre de 1991 significó un fuerte golpe para la teoría marxista (por un tiempo los partidos de izquierda y las universidades le dieron menos importancia), la crisis financiera global de 2007-8 volvió a darle relevancia. Ese colapso fue un ejemplo clásico de las recurrentes crisis del capitalismo que había pronosticado el pensador alemán. Desde entonces las ventas de "El manifiesto comunista" y "El capital" no han dejado de crecer en todo el mundo.

2. La recurrencia de las crisis económicas.
Marx cuestionó la idea de que el capitalismo se autorregulaba.

Para él no había una "mano invisible" que ponía en orden las fuerzas del mercado, como había postulado Adam Smith -el "padre" del capitalismo- en "La riqueza de las naciones".

En cambio, Marx sostenía que el sistema estaba condenado a periodos de crisis recurrentes (hoy los economistas hablarían de recesiones) que eran inherentes a él.

"Si bien él no fue el único que hablaba de ello, su idea original era que cada turbulencia llevaría a otra peor, y así sucesivamente hasta la destrucción del capitalismo", le explica a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.

El crash bursátil de 1929 y las subsecuentes crisis alcanzaron su punto culminante en 2007-8, cuando el mundo vivió un colapso financiero nunca antes visto en cuanto a su gravedad, impacto y persistencia.

"Es cierto que los aspectos no resueltos del capitalismo llevan a nuevas crisis, pero la idea determinista de Marx de que el sistema se derrumbaría por sus defectos intrínsecos ha sido desacreditada", advierte Ritschl.

"No obstante, hoy estamos más alertas que nunca ante las turbulencias y somos más cuidadosos frente a ellas, en parte gracias a él". Aunque, al contrario de lo que predijo él, las crisis no han ocurrido en la industria pesada, sino en el sector financiero, aclara el experto.

3. Ganancias desmedidas y monopolios
Un aspecto importante de la teoría de Marx es la llamada plusvalía: el valor que un trabajador crea por encima del valor de su fuerza laboral. El problema, según el pensador alemán, es que los dueños de los medios de producción se adueñan de la plusvalía e intentan maximizar sus ganancias a expensas del proletariado.

Así, el capital tiende a concentrarse y centralizarse en unos pocos acaudalados y, como contrapartida, conduce al desempleo y a una depreciación de los salarios de los trabajadores.

Esto puede verse hasta nuestros días. Por ejemplo, un reciente análisis de la revista británica The Economist muestra que mientras que en las últimas dos décadas el sueldo de los trabajadores en países como Estados Unidos se ha estancado, el salario de los máximos ejecutivos ha aumentado significativamente: han pasado de cobrar 40 veces más que el promedio a embolsarse 110 veces más.

"La crítica de Marx a la acumulación es válida aún hoy, porque continúa siendo uno de sus puntos débiles del capitalismo", le comenta a BBC Mundo Ritschl.

"Hoy lo vemos claramente en la acumulación desmedida de poder por parte de grandes compañías internacionales y también en la conformación de monopolios y duopolios. Marx nos alertó sobre los riesgos de todo esto".

4. La globalización y la inequidad
Biógrafos de Marx como Francis Wheen y otros estudiosos de su obra coinciden en que el filósofo se equivocó con su idea determinista de que el capitalismo se sepultaría a sí mismo al crear sus propios enterradores.

Más bien ocurrió lo contrario: con la caída del comunismo, el capitalismo no sólo se fortaleció sino que además se extendió por todo el mundo. Nadie expresa mejor esta ironía de la historia que el pensador marxista Jacques Rancière, profesor de filosofía de la Universidad de París VIII.

"El proletariado, lejos de enterrar el capitalismo, lo mantiene con vida -escribe-. Trabajadores explotados y mal pagados, liberados de la mayor revolución socialista de la historia (China), son llevados al borde del suicidio para que Occidente pueda seguir jugando con sus iPads. Mientras tanto, el dinero chino financia a un Estados Unidos que de otra manera estaría en bancarrota".

Pero si Marx falló en esta predicción, no erró en sus agudas críticas a la internacionalización del capitalismo.

En el "Manifiesto comunista" plantea que la expansión global del capitalismo se convertirá en la principal fuente de inestabilidad del sistema internacional, como lo demostrarían una serie de crisis financieras en el siglo XX y XXI.

"La necesidad de expandir constantemente mercados para sus productos persigue a la burguesía sobre toda la superficie del globo -sostienen Marx y Engels-. Debe anidar en todas partes, establecerse en todas partes, establecer conexiones en todas partes. Obliga a todas las naciones, so pena de extinción, a adoptar el modo burgués de producción".

Por eso, el marxismo ha sido rescatado -y reivindicado- en el actual debate sobre los problemas de la globalización.

"Hoy hay en el mundo mucha gente preocupada por la destrucción de mercados locales, la inseguridad laboral y la pérdida de empleos", le comenta a BBC Mundo Albrecht Ritschl, de la London School of Economics.

"La globalización, por ejemplo, fue uno de los grandes temas en las últimas elecciones en Estados Unidos, en las que dominó una pregunta que podría haberse planteado en muchas otras partes del planeta: ¿qué hacemos con los que han perdido con ella?".

Está claro que a pesar de sus vaticinios fallidos y sus ideas caducas, Marx planteó en el siglo XIX varios temas de debate sobre política y economía que siguen vigentes más de un siglo después.

QUIÉN ERA CARLOS MARX
Carlos Enrique Marx nació el 5 de mayo de 1818 en la ciudad de Tréveris, en el oeste de Alemania. Era hijo de un exitoso abogado de origen judío. Estudió leyes en Bonn y Berlín y en aquel momento se interesó en la filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Ludwig Andreas von Feuerbach, que con su dialéctica y materialismo histórico, respectivamente, tendrían una gran influencia en el marxismo.

En 1841, a los 23 años, recibió el doctorado en filosofía de la Universidad de Jena, en el este de Alemania.

En 1843 se casó con Jenny von Westphalen y se mudó a París, en aquel momento un semillero del pensamiento radical. Allí se volvió un revolucionario y trabó amistad con quien sería su colaborador toda la vida: Federico Engels.

Tras ser expulsado de Francia por su activismo, Marx residió dos años en Bruselas, donde profundizó su amistad con Engels.

En 1848 ambos publicaron "El manifiesto comunista", en el que plantean que la historia de la humanidad es una historia de lucha de clases y que los estratos sociales acabarán despareciendo con la victoria del proletariado.

En 1849, Marx se mudó a Londres, donde residiría hasta su muerte. Allí vivió durante muchos años en la pobreza. Pudo subsistir gracias a la ayuda económica del adinerado Engels.

En la capital británica, Marx produjo su trabajo más importante, "El capital", considerado "la Biblia de las clases trabajadoras". Esta obra es, básicamente, una descripción de cómo funciona el sistema capitalista y cómo, según él, se destruirá a sí mismo por causa de sus defectos. El primer volumen lo publicó en vida. Los otros dos tomos los hizo imprimir Engels tras la muerte de su amigo.

Marx y Jenny von Westphalen tuvieron siete hijos (cuatro mujeres y tres varones), pero debido a las condiciones en las que vivió la familia en Londres sólo tres de ellos llegaron a la vida adulta.

El filósofo pasó sus últimos años aquejado por problemas de salud y el dolor por las muertes de su esposa y sus hijos.

Falleció el 14 de marzo de 1883, a los 65 años, y fue enterrado en el Cementerio de Highgate, en Londres, donde hoy se puede visitar su tumba. El epitafio dice: "Trabajadores del mundo, uníos".

 http://www.bbc.com/mundo/noticias-40611669

sábado, 5 de diciembre de 2015

Así es como Einstein educó a su hijo. Rescatamos de los escritos del científico las claves universales para formar sabios (que no sabelotodos).

El 25 de noviembre de este año 2015, se cumplieron los 100 años de la publicación por Einstein de la Teoría General de la Relatividad, lo que supuso una revolución en la concepción de la naturaleza por la ciencia.


El 31 de diciembre de 1999, la revista Time escogió al personaje del siglo XX. El rostro que aparecía en la portada no era el de un deportista, ni el de un actor o estrella del rock, ni un líder pacifista tras dos guerras mundiales; pertenecía a un sabio. La persona más importante fue  Albert Einstein

La influencia del científico (1879 – 1955) va más allá de su célebre teoría de la relatividad, que cumple cien años. Alguien que acumuló tanta ciencia debió de decir muchas cosas en el campo del aprendizaje, y las dijo. Pasó buena parte de sus días contando su pasión por aprender en ensayos, cartas y conferencias, que dejaron un goteo de citas inspiradoras entre las que hemos buceado para aprender a aprender. Algo nada desdeñable, dado que el aprendizaje es imperecedero“El estudio y, en general, la búsqueda de la verdad y la belleza, conforman un área donde podemos seguir siendo niños toda la vida”, reflexionó en uno de sus textos recogidos por Helen Dukas y Banesh Hoffmann en The Human Side. New Glimpses from his Archives (Princeton University Press, 1979).

Un planteamiento que salpica con frecuencia sus escritos es el rechazo del aprendizaje como imposición. Einstein estudió siete años en el colegio (Instituto de bachillerato) Luitpold Gymnasium de Múnich, donde se aplicaba el memorismo, basado en repetir hasta retener. Frustrado, lo abandonó antes de acabar. “La enseñanza”, escribiría años después, “debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación”, escribió en Mi visión del mundo (Tusquets, 1949).

Toca lo que te guste
En Notas autobiográficas (Alianza, 1949) describe el conflicto entre su método selectivo y las exigencias académicas: “Aprendí muy pronto a entresacar aquello que podía conducir a la entraña, prescindiendo de la multitud de cosas que atiborran la mente y la desvían de lo esencial. La pega era que para los exámenes había que embutirse todo ese material en la cabeza, quisieras o no (…). Es un grave error creer que la ilusión de mirar y buscar puede fomentarse a golpe de coacción y sentido del deber. Pienso que incluso a un animal de presa sano se le podría privar de su voracidad si se le obliga continuamente a comer cuando no tiene hambre”. Con ese resquemor, aconsejó a su hijo que tratara de encontrar placer en el aprendizaje, por encima de la rigidez del sistema. “Toca al piano principalmente lo que te guste, aunque la profesora no te lo asigne. Es la mejor manera de aprender, cuando estás haciendo algo con tal disfrute que no te das cuenta de que el tiempo pasa”, de la carta a su hijo Tete, recogida en Posterity: Letters of great americans to their children, de Dorie McCullough Dawson, 2008.

Para alcanzar la excelencia, anteponía la práctica a la teoría: “Las grandes personalidades no se forman con lo que se oye o se dice, sino mediante el trabajo y la actividad. Por consiguiente, el mejor método de educación ha sido siempre aquel en que se urge al discípulo a la realización de tareas concretas. Esto se aplica tanto a los primeros intentos de escribir del niño como a una tesis universitaria (...), a interpretar o traducir un texto, a resolver un problema de matemáticas o a la práctica de un deporte”, escribe en Mis creencias (1939). Precisamente usó el deporte como analogía para explicar la diferencia entre aprendizaje y educación: “Si un hombre joven ha entrenado sus músculos y su resistencia física haciendo gimnasia y caminando, más tarde estará preparado para cualquier trabajo físico. Esto es análogo a la mente (…). No estaba equivocado aquel que dijo: ‘La educación es lo que queda cuando uno ha olvidado todo lo que aprendió en la escuela”, en Sobre la educación, 1936.

Einstein abogaba por una enseñanza que favoreciese la individualidad como aporte a la colectividad. “Deberían cultivarse en los individuos cualidades para el bien común. Esto no significa que (...) se convierta en simple instrumento de la comunidad, como una abeja (...). El objetivo ha de ser formar individuos que actúen con independencia y que consideren su interés vital el servicio a la comunidad” (Mis creencias).

Sin embargo, ¿qué gana uno cultivándose para servir a los demás? ¿Fama, dinero…? En el mismo libro dice: “Tenemos que prevenirnos contra quienes predican a los jóvenes el éxito como objetivo de la vida. (…) El valor de un hombre debería juzgarse en función de lo que da y no de lo que recibe. La tarea decisiva de la enseñanza es despertar estas fuerza psicológicas en el joven”. Predicó con el ejemplo.

Fallos en la educación

El aprendizaje mecánico, en opinión de Einstein, crea autómatas y aborta el talento individual.
1. Crea sumisos: “Utiliza como fundamento el temor, la fuerza y la autoridad. Este tratamiento destruye los sentimientos sólidos, la sinceridad y la confianza del alumno en sí mismo. Crea un ser sumiso”.
2. Fomenta la fuerza: “No despierta la productividad porque no hacen surgir los poderes psicológicos del alumno, ya que para la institución es más fácil utilizar la fuerza y despertar la ambición individual”.
3. No es fecunda: “La escuela debe estimular la inclinación del niño por el juego y el deseo infantil de reconocimiento. Guiar al niño hacia dominios que sean beneficiosos para la sociedad. La educación se fundaría así en una actividad fecunda y de reconocimiento (...) y el maestro sería una especie de artista en su actividad”.

viernes, 2 de octubre de 2015

JEREMY CORBYN » 15 cosas que aprendimos en el discurso de Corbyn. Ideas de política exterior, economía, estrategia ciudadana y gustos literarios extraídos de la primera intervención del líder laborista.

Todos los ojos de la izquierda europea están puestos en el nuevo líder de la oposición británica, que promete una nueva forma de hacer política, "más honesta y más inclusiva". Jeremy Corbyn, el más izquierdista de cuantos contendían a liderar el Partido Laborista, se hizo con la victoria el pasado 12 de septiembre con un contundente 60% de los votos, pero cuenta con pocos apoyos entre los parlamentarios laboristas. Ayer martes realizó su primera intervención como líder en el Congreso anual del partido.

Estas son 15 ideas que se desprenden de un discurso que duró una hora:

1. Corbyn cree que el Partido Laborista no ha perdido, sino que ha ganado.

Como apunta Jonathan Freedland en The Guardian, durante la hora que duró el discurso de Jeremy Corbyn, el 7 de mayo desapareció de la historia y fue reemplazado por el 12 de septiembre. El Partido Laborista no fue el que cosechó hace cuatro meses su segunda derrota consecutiva, una de las más contundentes de su historia reciente, sino el que hace apenas dos semanas acometió una refundación sin precedentes al movilizar, en torno al propio Corbyn, a un sector de la ciudadanía tradicionalmente desencantado con la política. El líder recurrió a un símil futbolístico para ilustrar la, a su juicio, falta de tino de los columnistas al describir la nueva situación: “Si fueran periodistas deportivos escribiendo sobre un equipo de fútbol, dirían: ‘Han tenido un verano horrible. Tienen 160.000 nuevos seguidores. Han vendido todas las entradas. Los nuevos seguidores son jóvenes y optimistas. No sé cómo este club va a poder sobrevivir a una crisis así”. Lo cierto es que, en el discurso, apenas hubo espacio para reflexionar sobre los motivos que provocaron la derrota electoral en las pasadas elecciones generales.

2. El debate sobre la inmigración y la insistencia en su capacidad de gestionar la economía no están entre sus prioridades.

Los analistas coinciden en que la preocupación por los efectos, culturales y económicos, de la inmigración, así como la desconfianza en la capacidad del equipo de Miliband para gestionar la economía, fueron dos de los factores más importantes por los que una parte del electorado tradicional laborista se decantó por los tories o por el UKIP. Pero Corbyn no mencionó la inmigración, al margen de la crisis de los refugiados, a la que sí se refirió. Tampoco mencionó el déficit, más que de pasada. Y al contrario que en el caso de Miliband, a quien se le echaron encima el año pasado por olvidarse de mencionarlo en su discurso, lo de Corbyn no fue un despiste: directamente no estaba en sus papeles. Por lo que se escuchó en su discurso, su prioridad ahora son las 251.000 personas que votaron por él, más que los que los 11 millones de que votaron en mayo por Cameron.

3. Votará por permanecer en la Unión Europea, pero luchará por cambiarla.

Su posición en el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, que se celebrará antes del final de 2017, ha dado mucho que hablar desde su elección como líder. La ambigüedad que ha mostrado históricamente en el asunto fue criticada por amplios sectores de un partido que, en general, apoya con matices el estatu quo. Tanto que, en un intento por acallar las críticas, se vio obligado a declarar, poco después de su elección, que el partido apoyará la permanencia, sea cual sea el acuerdo al que llegue Cameron en sus negociaciones con el resto de Estados miembros. En su discurso de ayer no fue tan explícito. “No hay nada bueno en un primer ministro vagando por Europa intentando regatear los derechos que protegen a nuestros trabajadores”, dijo. “Como decidió nuestro Congreso ayer [por el lunes], nos opondremos a ello y defenderemos una Europa social, una Europa de unidad y solidaridad que defienda esos derechos”.

4. Primero cambiará la política, luego cambiará el país.

Corbyn habló casi más del medio que del fin. “He recibido un mandato enorme, un mandato para el cambio”, aseguró. “Lo primero y principal es que se trata de un voto para cambiar la manera en que hacemos política”. Con la ayuda de las redes sociales –“el centro de la comunicación en el futuro”- Corbyn quiere convertir al partido en un “movimiento” que funcione “en cada comunidad y en cada centro de trabajo, no solo en Westminster”.

5. Su relación con determinados medios no va a ser buena, y no le importa.

En su salto oficial del seno del partido al escenario de la política nacional, Corbyn dejó claro que cuenta con las críticas de la prensa y que está dispuesto a sobrellevarlas con humor. Lo demuestra el hecho de que dedicara las primeras líneas de su discurso a reírse de los ataques que ha recibido de los tabloides en los últimos meses, llevándolos al terreno de su nuevo estilo de liderazgo inclusivo y abierto al debate. “Noto que algunos periódicos han desarrollado un interés en mi persona”, dijo. "Según un titular, Jeremy Corbyn celebra la idea de que un asteroide barra de un plumazo la humanidad. Los asteroides son un tema bastante polémico y no es el tipo de asunto que quisiera descartar sin un debate en profundidad en el seno del partido”.

6. No es el mejor redactor de discursos de la historia, ni le adorna la virtud de la concisión.

Su discurso desafió las normas de cualquier manual de oratoria política moderna. Careció de una estructura sólida, de una narrativa atractiva y -prolongándose durante casi una hora- de concisión. Saltó de un tema a otro sin orden aparente ni ritmo. Los más optimistas lo ven como una expresión más de esa nueva forma de hacer política, más honesta, menos efectista. Pero lo peor fue que, como no tardaron en revelar los medios, recurrió al corta y pega: utilizó párrafos enteros de un texto remitido a su equipo hace dos semanas por el escritor y asesor político Richard Heller, que ya se lo había ofrecido antes, sin éxito, a Ed Miliband y a todos los líderes laboristas desde Neil Kinnock. Ojo, no se trata de plagio, ya que el propio autor reconoce que lo envió para que se utilizara en el discurso. Pero dio pie a un glorioso titular a toda página en el conservador Daily Telegraph: “Nueva política, viejo discurso”.

7. No tiene intención de ceder en su posición sobre el desarme nuclear.

El domingo, en el arranque del Congreso, Corbyn sufrió un revés al rechazar el partido someter a votación la posición oficial sobre la renovación del sistema de submarinos nucleares Trident. Se trata del único arsenal nuclear de Reino Unido, y el año próximo el Parlamento deberá pronunciarse sobre su renovación. Se trata de uno de los más espinosos debates en el seno del Partido Laborista, dividido acerca de la necesidad de que el país cuente con un sistema de disuasión nuclear. Corbyn, cuya militancia antinuclear es tan antigua como su carnet del partido, se opone frontalmente, al contrario que algunos miembros destacados de su equipo directo. Ayer insistió en que, en ese asunto, no está dispuesto a ceder: “He sido claro con mi postura sobre un asunto, y creo que me arropa el mandato de mi elección”, dijo. “No creo que gastar 100.000 millones de libras, una cuarta parte de nuestro presupuesto en Defensa, en una nueva generación de armas nucleares sea lo correcto”.

8. Se opone a una intervención en Siria, pero podría apoyarla si cuenta con el respaldo de la ONU.

Corbyn es un pacifista, pero no hasta el punto de renunciar sin matices a cualquier intervención militar. Todo indica que pronto David Cameron llevará al Parlamento su propuesta de extender la acción militar británica contra el Estado Islámico de Irak a Siria. Se trata de otro de los asuntos en que las fracturas en el partido, y en el propio Gobierno en la sombra, son más evidentes. De su discurso y del pronunciado por el portavoz de Exteriores, Hilary Benn, se puede deducir que pueden haber llegado a un compromiso de apoyar los bombardeos en Siria, solo si forma parte de un acuerdo de la ONU. “La respuesta a ese trágico y complejo conflicto no es simplemente arrojar más bombas”, advirtió Corbyn. “Reino Unido necesita un Ejército moderno para mantenernos seguros. Y para liderar misiones humanitarias y de pacificación, trabajando con y fortaleciendo las Naciones Unidas”. Por la noche, en una entrevista con Katherine Viner, directora de The Guardian, John McDonnell, portavoz de economía y principal aliado de Corbyn, optó por que se conceda a los diputados libertad de voto en este asunto. “No hemos llegado a una conclusión clara sobre Siria”, admitió. “Pero tengo que reconocer que en este asunto respeto a la gente que piensa diferente que yo, porque ir o no a la guerra es una decisión moralmente muy exigente”.

9. Va muy en serio con nacionalizar los ferrocarriles.

Horas antes de su discurso, el Congreso respaldó el compromiso de Corbyn de renacionalizar los ferrocarriles británicos. “Fue maravilloso ver cómo el Congreso aprobó nuestro plan de devolver las concesiones privadas a la titularidad pública a medida que vayan expirando”, dijo Corbyn desde el escenario. “La posición del laborismo ahora es conseguir esa red de ferrocarriles completamente integrada y pública que los británicos quieren y necesitan”. Se trata de una decisión que, en repetidas encuestas en los últimos años, comparte la mayoría de los votantes.

10. La crisis de la vivienda es prioritaria.

Lo dijo así de claro: “La política de vivienda es una prioridad absoluta”. “Puede que en ningún otra área el fracaso de los tories haya sido tan completo y dañino para la gente”, añadió, antes de señalar que en la pasada legislatura se construyeron medio millón de viviendas menos de las que se necesitaban. Su propuesta es un ambicioso programa de construcción de más de 100.000 viviendas sociales. Algo que, dijo, podría financiarse con lo que se ahorraría en ayudas al alquiler después de atacar “las rentas exorbitantes” que piden algunos caseros.

11. El viejo socialista conoce los problemas del nuevo mercado laboral.

Corbyn quiso dejar claro que no es un líder anclado en la realidad de las fábricas industriales, sino que comprende los cambios del mercado laboral. “He expresado algunas ideas sobre cómo debemos apoyar a los pequeñas empresas y a los autónomos”, explicó. “Eso es porque uno de cada siete personas en el mercado laboral trabaja para sí misma”. “Ganan menos que otros trabajadores y tienen menos seguridad”, dijo. Anunció que equipararían sus bajas de maternidad y paternidad a las de los trabajadores por cuenta ajena y que ha encargado que se estudien todas las maneras en que se puede ayudar a los autónomos.

12. La austeridad es cosa del pasado.

Siete años, el tiempo que lleva el país soportando las políticas de austeridad, es mucho tiempo en política. Ese es el argumento que utilizó Corbyn para transmitir su mensaje de que la contención en el gasto es cosa del pasado. “La austeridad de los tories es la receta desfasada y fallida del pasado”, aseguró. “Nos corresponde a nosotros, a los laboristas, aportar la alternativa. Cualquier economista dirá que, con los tipos de interés tan bajos, ahora es el momento de la inversión pública en infraestructuras”.

13. Sus preferencias literarias son las que cabría esperar.

El nuevo líder laborista citó a dos escritores en su discurso. La primera, la estadounidense Maya Angelou, poeta, novelista, ensayista y activista por los derechos humanos, que falleció en 2014. Luchó por los derechos de los negros y fue amiga de Martin Luther King y de Malcolm X. El segundo, el nigeriano Ben Okri (Minna, 1959), uno de los escritores vivos más importantes del continente africano. “No puedes controlar todos los eventos que te sucedan, pero puedes decidir que no te empequeñezcan”, citó de la primera. Del segundo, escogió esta frase: “La cosa más auténtica sobre nosotros es nuestra capacidad de crear, de sobreponernos, de perdurar, de transformar, de amar”.

14. La defensa de los derechos humanos debe ser la piedra angular de la política exterior.

El discurso de Corbyn incluyó más temas de política exterior que el que diera su predecesor, Ed Miliband, el año pasado. Entre ellos, una petición a David Cameron para que Reino Unido intervenga con el régimen de Arabia Saudí para salvar a Alí Mohammed al-Nimr, un activista pro democracia saudí condenado a muerte por decapitación y crucifixión por un delito que supuestamente cometió cuando tenía 17 años. “Debemos ser muy claros respecto a lo que defendemos en materia de derechos humanos”, concluyó Corbyn. No pidió disculpas en nombre del partido por la Guerra de Irak, como estaba previsto, pero sí la mencionó: “No ayudó a nuestra seguridad nacional cuando fuimos a la guerra con Irak desafiando a las Naciones Unidos y guiados por documentos falsos”.

15. Tiene cuatro años y medio para concretar sus políticas. ¿O no?

Corbyn quiso convertir las discrepancias que arrastra el partido en una fortaleza de su liderazgo. Todas las sensibilidades, dijo, tienen cabida en la “nueva política” que promete. “No creo que nadie ostente el monopolio de la sabiduría. Todos tenemos ideas y una visión de cómo las cosas pueden ser mejores. Quiero un debate abierto en nuestro partido y en nuestro movimiento. Escucharé a todo el mundo porque creo firmemente en que el liderazgo consiste en escuchar”. Quien viniera a Brighton buscando concreción en las posturas, tendrá que esperar. Este ha sido su discurso de presentación como líder, defienden algunos, y tiene por delante cuatro congresos más para concretar hasta las elecciones generales de 2020. Pero otros argumentan que, por mucho que el debate y la pluralidad sean la nueva tónica, el partido necesita aclarar sus posturas con urgencia en al menos dos asuntos -la decisión sobre bombardear Siria y la decisión sobre la renovación de Trident- y deberá tener listo un programa para un año 2016 con elecciones en dos plazas cruciales para el laborismo: la alcaldía de Londres y el Parlamento escocés.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/30/actualidad/1443625949_221873.html?rel=lom

jueves, 7 de agosto de 2014

Steinbeck te enseña a ser jefe. Las escuelas de negocios utilizan obras clásicas y películas para formar directivos.

Las uvas de la ira, de John Steinbeck, relato de la crisis del 29.
La caverna de José Saramago, cuenta como se introduce un monopolio en un mercado pequeño.
El mundo de ayer: memorias de un europeo, autobiografía de Stefan Zweig.
Breve historia de la euforia financiera, de John Kenneth Galbraith, un repaso a las crisis más relevantes de la historia.
El príncipe de Maquiavelo, sobre la importancia de los aliados y gobierno.
El arte de la guerra de Sun Tzu, enseña que la mejor batalla es la que no has tenido que librar y habla del posicionamiento del manejo de la información y de los espías.
El álgebra de la justicia infinita, de Arundhati Roy, un ensayo político sobre el mundo actual.
El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, la historia de un campo de concentración vivida desde dentro.
Inside Job, Oscar al mejor documental de 2011, trata la crisis financiera de 2008, basado en entrevista en la que los personajes explican por qué tomaron las decisiones. Dirigida por Charles Ferguson.
Margin Call, la historia de ocho trabajadores de un banco de inversión en las horas previas a la crisis. Diyuntiva entre decir la verdad y mentir.
El arte de la prudencia de Baltasar Gracián.
Manual de vida de Epicteto.
Vídeos de Youtube donde se exponen ideas como las de Jack Welch director general de General Electric explica las claves del liderazgo en su opinión.
Y TED con ideas innovadoras como las de Ken Robinson o de Nick Hanauer.
Fuente; El País de la economía, 3-8-14.