Las uvas de la ira, de John Steinbeck, relato de la crisis del 29.
La caverna de José Saramago, cuenta como se introduce un monopolio en un mercado pequeño.
El mundo de ayer: memorias de un europeo, autobiografía de Stefan Zweig.
Breve historia de la euforia financiera, de John Kenneth Galbraith, un repaso a las crisis más relevantes de la historia.
El príncipe de Maquiavelo, sobre la importancia de los aliados y gobierno.
El arte de la guerra de Sun Tzu, enseña que la mejor batalla es la que no has tenido que librar y habla del posicionamiento del manejo de la información y de los espías.
El álgebra de la justicia infinita, de Arundhati Roy, un ensayo político sobre el mundo actual.
El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, la historia de un campo de concentración vivida desde dentro.
Inside Job, Oscar al mejor documental de 2011, trata la crisis financiera de 2008, basado en entrevista en la que los personajes explican por qué tomaron las decisiones. Dirigida por Charles Ferguson.
Margin Call, la historia de ocho trabajadores de un banco de inversión en las horas previas a la crisis. Diyuntiva entre decir la verdad y mentir.
El arte de la prudencia de Baltasar Gracián.
Manual de vida de Epicteto.
Vídeos de Youtube donde se exponen ideas como las de Jack Welch director general de General Electric explica las claves del liderazgo en su opinión.
Y TED con ideas innovadoras como las de Ken Robinson o de Nick Hanauer.
Fuente; El País de la economía, 3-8-14.
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jueves, 7 de agosto de 2014
domingo, 6 de octubre de 2013
Adiós a la peor generación de directivos europeos. Durao Barroso pasará seguramente a la historia como una calamidad para la institución que representó
Si todo se desarrolla según lo previsto, el próximo presidente de la Comisión Europea debería ser el cabeza de lista del partido que resulte más votado en las elecciones europeas de la próxima primavera (mayo 2014). Por primera vez, los grandes grupos políticos (Popular o conservador, Socialista, Liberal, Verdes y sectores más a la izquierda) harán público quién es su candidato antes de las elecciones y por primera vez los jefes de Estado y de Gobierno estarán obligados por los Tratados, no a nombrar automáticamente al vencedor, pero sí a “tenerlo en cuenta” a la hora de designar al nuevo presidente de la Comisión.
De momento, parece que ya está claro que el candidato socialista será el alemán Martin Schulz, de 62 años, un hombre sin título universitario, pero gran especialista en Historia europea, que fue dueño de una librería durante 12 años, hizo su carrera política en la vida municipal y que actualmente preside el Parlamento de Bruselas. También es casi seguro que el candidato liberal será el belga Guy Verhofstadt, de 60 años, un licenciado en Derecho que prácticamente no llegó a ejercer nunca porque entró muy joven en política (le llamaban Baby Thatcher), y que llegó a ser primer ministro de su país. Muchos dan como probable que el candidato del Grupo Popular, conservador, termine siendo Michel Barnier, de 62 años, un elegante francés, diplomado por una Escuela de Negocios, actual comisario de Mercado Interior y exministro de Asuntos Exteriores de su país.
De acuerdo con las encuestas, el grupo que cuenta hoy con más apoyos en Europa es el Grupo Popular, por lo que Barnier se dibuja como un posible heredero del también conservador Durão Barroso. Pero no es posible descartar que Schulz, un político muy experimentado, consiga dar un vuelco a esos datos y forjar alianzas que le lleven a Bruselas. Y no conviene confundir al francés con su correligionario Durão Barroso.
Sea Barnier, sea Schulz, la gran noticia será precisamente la desaparición de José Manuel Durão Barroso al frente de la Comisión. El político portugués pasará seguramente a la historia de la Unión como una calamidad para la institución que representó. Bajo su mandato, la Comisión ha sido casi irrelevante desde el punto de vista político y la UE ha actuado de manera más intergubernamental que nunca, dominada sin reparos por Alemania. Un fracaso sin paliativos, aunque probablemente su dócil actitud le reporte beneficios personales y termine encontrando acogida en algún otro organismo internacional.
Además del presidente (o presidenta) de la Comisión, habrá que designar al sucesor o sucesora de Van Rompuy (el discretísimo político flamenco que fue designado primer presidente de la Unión Europea, que ha servido bien a sus jefes y del que los ciudadanos no hemos tenido la menor noticia) y de Catherine Ashton la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores, otro prodigio de invisibilidad, la peor “ministra de Exteriores” europea que se podrían imaginar los sufridos ciudadanos de la UE. Surgen ahora los nombres del ministro polaco Radek Sikorski, de 50 años, que estudió Filosofía y Políticas en Oxford, ejerció como periodista, y defiende posiciones próximas a los conservadores estadounidenses. O del sueco Carl Bildt, de 64 años, que, según algunas biógrafas no llegó a licenciarse en Derecho, pero que fue el primer político conservador que llegó en décadas a primer ministro en Suecia y un muy activo ministro de Asuntos Exteriores.
Quiere decirse con todo esto que las instituciones europeas han atravesado, en mitad de la peor crisis económica posible, la peor crisis de falta de protagonismo y de falta de capacidad política que se recuerda en la UE, ocupadas, para desgracia de los ciudadanos, por personajes sin carácter ni convicciones que han producido un daño considerable al proyecto europeo. Y que es urgente cambiar esa situación. Es urgente que los ciudadanos europeos nos vayamos fijando en los posibles candidatos porque ya sabemos, por las heridas que nos dejan en la piel, que quienes hacen política en Europa hacen política sobre nosotros, sobre nuestro futuro y nuestros derechos.
Fuente: Soledad Gallego-Díaz, El País.
De momento, parece que ya está claro que el candidato socialista será el alemán Martin Schulz, de 62 años, un hombre sin título universitario, pero gran especialista en Historia europea, que fue dueño de una librería durante 12 años, hizo su carrera política en la vida municipal y que actualmente preside el Parlamento de Bruselas. También es casi seguro que el candidato liberal será el belga Guy Verhofstadt, de 60 años, un licenciado en Derecho que prácticamente no llegó a ejercer nunca porque entró muy joven en política (le llamaban Baby Thatcher), y que llegó a ser primer ministro de su país. Muchos dan como probable que el candidato del Grupo Popular, conservador, termine siendo Michel Barnier, de 62 años, un elegante francés, diplomado por una Escuela de Negocios, actual comisario de Mercado Interior y exministro de Asuntos Exteriores de su país.
De acuerdo con las encuestas, el grupo que cuenta hoy con más apoyos en Europa es el Grupo Popular, por lo que Barnier se dibuja como un posible heredero del también conservador Durão Barroso. Pero no es posible descartar que Schulz, un político muy experimentado, consiga dar un vuelco a esos datos y forjar alianzas que le lleven a Bruselas. Y no conviene confundir al francés con su correligionario Durão Barroso.
Sea Barnier, sea Schulz, la gran noticia será precisamente la desaparición de José Manuel Durão Barroso al frente de la Comisión. El político portugués pasará seguramente a la historia de la Unión como una calamidad para la institución que representó. Bajo su mandato, la Comisión ha sido casi irrelevante desde el punto de vista político y la UE ha actuado de manera más intergubernamental que nunca, dominada sin reparos por Alemania. Un fracaso sin paliativos, aunque probablemente su dócil actitud le reporte beneficios personales y termine encontrando acogida en algún otro organismo internacional.
Además del presidente (o presidenta) de la Comisión, habrá que designar al sucesor o sucesora de Van Rompuy (el discretísimo político flamenco que fue designado primer presidente de la Unión Europea, que ha servido bien a sus jefes y del que los ciudadanos no hemos tenido la menor noticia) y de Catherine Ashton la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores, otro prodigio de invisibilidad, la peor “ministra de Exteriores” europea que se podrían imaginar los sufridos ciudadanos de la UE. Surgen ahora los nombres del ministro polaco Radek Sikorski, de 50 años, que estudió Filosofía y Políticas en Oxford, ejerció como periodista, y defiende posiciones próximas a los conservadores estadounidenses. O del sueco Carl Bildt, de 64 años, que, según algunas biógrafas no llegó a licenciarse en Derecho, pero que fue el primer político conservador que llegó en décadas a primer ministro en Suecia y un muy activo ministro de Asuntos Exteriores.
Quiere decirse con todo esto que las instituciones europeas han atravesado, en mitad de la peor crisis económica posible, la peor crisis de falta de protagonismo y de falta de capacidad política que se recuerda en la UE, ocupadas, para desgracia de los ciudadanos, por personajes sin carácter ni convicciones que han producido un daño considerable al proyecto europeo. Y que es urgente cambiar esa situación. Es urgente que los ciudadanos europeos nos vayamos fijando en los posibles candidatos porque ya sabemos, por las heridas que nos dejan en la piel, que quienes hacen política en Europa hacen política sobre nosotros, sobre nuestro futuro y nuestros derechos.
Fuente: Soledad Gallego-Díaz, El País.
4th International Urban Sketching Symposium. July, 11/13-2013. Barcelona. Official Video from Urban Sketchers on Vimeo.
Great moments, great drawings, great people,... great city, Barcelona. Enjoy it!
miércoles, 31 de agosto de 2011
"Los directivos no saben conciliar familia y trabajo" EMILIO DURÓ Socio de ITER Consultores
Emilio Duró (Lleida, 1960) es consultor de empresas, entre ellas PRISA. Asegura que un día grabaron sin su permiso una conferencia para directivos y, a partir de ahí, se ha convertido, sin querer, en un gurú de la ilusión y el optimismo. Acude a Valencia a dictar una conferencia a la consultora Everis. Antes de la charla resume sus puntos de vista. Habla a borbotones. Alerta sobre los problemas que genera la longevidad y sugiere que debemos aprender a mantenernos sanos, capaces e ilusionados para seguir resultando atractivos a nuestras parejas hasta los 92 años. Algo que todavía tenemos que aprender. Sustenta su aserto sobre un dato demoledor: "Un alto porcentaje de los altísimos directivos de todo el mundo se han divorciado y viven solos. No han sabido conciliar familia y trabajo".
Pregunta. ¿Es un momento difícil para vender optimismo?
Respuesta. Estamos en el mejor de los mundos. Vivimos mejor y tenemos más riquezas que nunca. Es un buen momento para vender optimismo. Somos del 3% de la gente rica que habita el planeta y somos los que más nos quejamos. El 97% de la gente que vive en África se queja menos. Viven el presente.
P. La gente tiene miedo de perder su empleo, el empresario no consigue el aval, la familia no puede pagar la hipoteca... ¿Vivimos un pesimismo generalizado?
R. Hablar de optimismo y pesimismo es una equivocación. Hay dos tipos de personas. Unas que viven más el pasado y otras que viven más el presente. Cuando te planteas el pasado, que no se puede cambiar, genera ansiedad, estrés, frustración. Si enfocas el futuro, si te planteas la vida por lo que vas a hacer, es muy difícil ser pesimista. Estás ocupado y no preocupado.
P. ¿Qué es lo que nos ocupa?
R. Las dos palabras más buscadas en el mundo son amor y felicidad. El tema central del último congreso de recursos humanos fue el optimismo en el trabajo. Porque la gente feliz tiene mejores rendimientos. Al profundizar un poco nos hemos dado cuenta de que el entusiasmo, la alegría, la felicidad, tienen poco que ver con los resultados académicos. Hay gente con bajo coeficiente intelectual que es maravillosa y hay gente muy formada que es insoportable. En la vida se fracasa más por golpes emocionales que por los racionales. Si pierdes el trabajo pero tienes una pareja que te quiere y te has cuidado físicamente, sacas fuerzas de flaqueza. Si se te junta una separación o un divorcio con un problema de salud y que te echan de la empresa, entonces es más difícil salir.
P. Muy difícil.
R. Creo que un inconveniente que tenemos es que estamos diseñados para vivir en la jungla. Nuestros abuelos no tenían preocupaciones porque no tenían futuro. Eran felices con comer y sobrevivir. Ni leían ni escribían. Hace 200 años difícilmente llegabas a los 35 o 40 años de vida. Alargar la vida a 92 años es algo para lo que no estamos preparados. Un niño es feliz porque no tiene experiencias y si le invitas a ir a la playa todo es ilusión. Si invitas a tu pareja te puede decir, "verás como llueve, como el apartamento está sucio, etcétera, etcétera".
P. ¿Vamos a peor?
R. No estamos preparados para el deterioro físico ni psiquico. La gente quiere tener un empleo fijo porque está asustada. ¿Pero cómo queremos que se nos garantice un empleo fijo si llevamos 35 años sin reciclarnos?
P. La educación es clave...
R. Desde luego. Pero no vale el falso cariño. La pena no educa. Cuando tienes lástima de un empleado te equivocas y no le ayudas. Lo peor que puede hacer una persona es no exigirte. No hay nada mejor que, siempre para ayudarte, te exijan y te hagan crecer.
P. ¿Qué hacer con los parados?
R. En primer lugar, deporte para subir la autoestima. El cuerpo es el templo del alma. Al cuidarnos físicamente conseguimos más oxígeno, nos sentimos mejor, creemos más en nosotros, tenemos más ilusión... Es increíble, vivimos en un cuerpo que no cuidamos. El deporte es la gran asignatura del futuro. Pero estamos rendidos al placer y hemos puesto de moda al tonto con iniciativa, al que no tiene ni idea de nada y encima da consejos. Probablemente yo sea uno de ellos.
Pregunta. ¿Es un momento difícil para vender optimismo?
Respuesta. Estamos en el mejor de los mundos. Vivimos mejor y tenemos más riquezas que nunca. Es un buen momento para vender optimismo. Somos del 3% de la gente rica que habita el planeta y somos los que más nos quejamos. El 97% de la gente que vive en África se queja menos. Viven el presente.
P. La gente tiene miedo de perder su empleo, el empresario no consigue el aval, la familia no puede pagar la hipoteca... ¿Vivimos un pesimismo generalizado?
R. Hablar de optimismo y pesimismo es una equivocación. Hay dos tipos de personas. Unas que viven más el pasado y otras que viven más el presente. Cuando te planteas el pasado, que no se puede cambiar, genera ansiedad, estrés, frustración. Si enfocas el futuro, si te planteas la vida por lo que vas a hacer, es muy difícil ser pesimista. Estás ocupado y no preocupado.
P. ¿Qué es lo que nos ocupa?
R. Las dos palabras más buscadas en el mundo son amor y felicidad. El tema central del último congreso de recursos humanos fue el optimismo en el trabajo. Porque la gente feliz tiene mejores rendimientos. Al profundizar un poco nos hemos dado cuenta de que el entusiasmo, la alegría, la felicidad, tienen poco que ver con los resultados académicos. Hay gente con bajo coeficiente intelectual que es maravillosa y hay gente muy formada que es insoportable. En la vida se fracasa más por golpes emocionales que por los racionales. Si pierdes el trabajo pero tienes una pareja que te quiere y te has cuidado físicamente, sacas fuerzas de flaqueza. Si se te junta una separación o un divorcio con un problema de salud y que te echan de la empresa, entonces es más difícil salir.
P. Muy difícil.
R. Creo que un inconveniente que tenemos es que estamos diseñados para vivir en la jungla. Nuestros abuelos no tenían preocupaciones porque no tenían futuro. Eran felices con comer y sobrevivir. Ni leían ni escribían. Hace 200 años difícilmente llegabas a los 35 o 40 años de vida. Alargar la vida a 92 años es algo para lo que no estamos preparados. Un niño es feliz porque no tiene experiencias y si le invitas a ir a la playa todo es ilusión. Si invitas a tu pareja te puede decir, "verás como llueve, como el apartamento está sucio, etcétera, etcétera".
P. ¿Vamos a peor?
R. No estamos preparados para el deterioro físico ni psiquico. La gente quiere tener un empleo fijo porque está asustada. ¿Pero cómo queremos que se nos garantice un empleo fijo si llevamos 35 años sin reciclarnos?
P. La educación es clave...
R. Desde luego. Pero no vale el falso cariño. La pena no educa. Cuando tienes lástima de un empleado te equivocas y no le ayudas. Lo peor que puede hacer una persona es no exigirte. No hay nada mejor que, siempre para ayudarte, te exijan y te hagan crecer.
P. ¿Qué hacer con los parados?
R. En primer lugar, deporte para subir la autoestima. El cuerpo es el templo del alma. Al cuidarnos físicamente conseguimos más oxígeno, nos sentimos mejor, creemos más en nosotros, tenemos más ilusión... Es increíble, vivimos en un cuerpo que no cuidamos. El deporte es la gran asignatura del futuro. Pero estamos rendidos al placer y hemos puesto de moda al tonto con iniciativa, al que no tiene ni idea de nada y encima da consejos. Probablemente yo sea uno de ellos.
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