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miércoles, 31 de agosto de 2011

"Los directivos no saben conciliar familia y trabajo" EMILIO DURÓ Socio de ITER Consultores

Emilio Duró (Lleida, 1960) es consultor de empresas, entre ellas PRISA. Asegura que un día grabaron sin su permiso una conferencia para directivos y, a partir de ahí, se ha convertido, sin querer, en un gurú de la ilusión y el optimismo. Acude a Valencia a dictar una conferencia a la consultora Everis. Antes de la charla resume sus puntos de vista. Habla a borbotones. Alerta sobre los problemas que genera la longevidad y sugiere que debemos aprender a mantenernos sanos, capaces e ilusionados para seguir resultando atractivos a nuestras parejas hasta los 92 años. Algo que todavía tenemos que aprender. Sustenta su aserto sobre un dato demoledor: "Un alto porcentaje de los altísimos directivos de todo el mundo se han divorciado y viven solos. No han sabido conciliar familia y trabajo".
Pregunta. ¿Es un momento difícil para vender optimismo?
Respuesta. Estamos en el mejor de los mundos. Vivimos mejor y tenemos más riquezas que nunca. Es un buen momento para vender optimismo. Somos del 3% de la gente rica que habita el planeta y somos los que más nos quejamos. El 97% de la gente que vive en África se queja menos. Viven el presente.
P. La gente tiene miedo de perder su empleo, el empresario no consigue el aval, la familia no puede pagar la hipoteca... ¿Vivimos un pesimismo generalizado?
R. Hablar de optimismo y pesimismo es una equivocación. Hay dos tipos de personas. Unas que viven más el pasado y otras que viven más el presente. Cuando te planteas el pasado, que no se puede cambiar, genera ansiedad, estrés, frustración. Si enfocas el futuro, si te planteas la vida por lo que vas a hacer, es muy difícil ser pesimista. Estás ocupado y no preocupado.
P. ¿Qué es lo que nos ocupa?
R. Las dos palabras más buscadas en el mundo son amor y felicidad. El tema central del último congreso de recursos humanos fue el optimismo en el trabajo. Porque la gente feliz tiene mejores rendimientos. Al profundizar un poco nos hemos dado cuenta de que el entusiasmo, la alegría, la felicidad, tienen poco que ver con los resultados académicos. Hay gente con bajo coeficiente intelectual que es maravillosa y hay gente muy formada que es insoportable. En la vida se fracasa más por golpes emocionales que por los racionales. Si pierdes el trabajo pero tienes una pareja que te quiere y te has cuidado físicamente, sacas fuerzas de flaqueza. Si se te junta una separación o un divorcio con un problema de salud y que te echan de la empresa, entonces es más difícil salir.
P. Muy difícil.
R. Creo que un inconveniente que tenemos es que estamos diseñados para vivir en la jungla. Nuestros abuelos no tenían preocupaciones porque no tenían futuro. Eran felices con comer y sobrevivir. Ni leían ni escribían. Hace 200 años difícilmente llegabas a los 35 o 40 años de vida. Alargar la vida a 92 años es algo para lo que no estamos preparados. Un niño es feliz porque no tiene experiencias y si le invitas a ir a la playa todo es ilusión. Si invitas a tu pareja te puede decir, "verás como llueve, como el apartamento está sucio, etcétera, etcétera".
P. ¿Vamos a peor?
R. No estamos preparados para el deterioro físico ni psiquico. La gente quiere tener un empleo fijo porque está asustada. ¿Pero cómo queremos que se nos garantice un empleo fijo si llevamos 35 años sin reciclarnos?
P. La educación es clave...
R. Desde luego. Pero no vale el falso cariño. La pena no educa. Cuando tienes lástima de un empleado te equivocas y no le ayudas. Lo peor que puede hacer una persona es no exigirte. No hay nada mejor que, siempre para ayudarte, te exijan y te hagan crecer.
P. ¿Qué hacer con los parados?
R. En primer lugar, deporte para subir la autoestima. El cuerpo es el templo del alma. Al cuidarnos físicamente conseguimos más oxígeno, nos sentimos mejor, creemos más en nosotros, tenemos más ilusión... Es increíble, vivimos en un cuerpo que no cuidamos. El deporte es la gran asignatura del futuro. Pero estamos rendidos al placer y hemos puesto de moda al tonto con iniciativa, al que no tiene ni idea de nada y encima da consejos. Probablemente yo sea uno de ellos.