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miércoles, 25 de octubre de 2017

“Querido diario: hoy mataron a tres mujeres en el mercado”. Un libro rescata el dietario oculto durante décadas de Pilar Duaygües, que tenía 15 años cuando bombardearon Barcelona durante la Guerra Civil..

"¡La guerra ha terminado! dice todo el mundo y los periódicos. Ayer se rindió Madrid y aquí en Barcelona no dejaron de tocar las sirenas en señal de alegría...”. Pero el regocijo no era tal en casa de Pilar Duaygües, hija de una familia acomodada y hermana de tres mujeres mayores que ella que salieron al exilio: una había sido enfermera en el frente, otra, miliciana y una tercera, periodista. Todas con estudios e inquietudes artísticas. A Pilar, nacida en la Seu d’Urgell en 1921, le encantaba escribir y lo hizo sin desmayo, día a día desde 1936 a 1940. Al acabar la guerra escondió los diarios en el colchón por temor a los registros —Franco no salía bien parado en sus notas— pero quiso el destino que se conservaran durante décadas. Murió en 1998 y sus hijos leyeron entonces aquellos legajos que describían una vida bajo las bombas, de felicidad con sus compañeros de clase, entre las miserias del racionamiento, los amores tempranos y la inquietud en casa por la suerte de los suyos.

Querido Diario: hoy ha empezado la guerra es el título del libro que se pone a la venta el próximo martes donde Tània Balló y Gonzalo Berger han seleccionado algunos de aquellos cuadernos que la editorial Espasa promociona equiparando el relato al de la niña judía Ana Frank. No son comparables, pero comparten un valor: la mirada prístina de una joven sobre una tragedia inhumana. “El documento aporta la fotografía pura, el relato de cada instante sin voluntad de transformación, porque no está dirigido a nadie, salvo a ella misma. Es un relato inalterado. Están las bombas, pero también la vida que se abre paso, los bailes, las sesiones triples de cine”.

Los diarios describen también la infamia que el régimen franquista tenía reservada a las mujeres. Si las tres hermanas se fueron al exilio, a Pilar no le quedó otra que cumplir con el ideario femenino del nacionalcatolicismo: “Ella completó sus estudios de Magisterio y tenía inquietudes artísticas. En sus notas se detallan las exposiciones que visitaba, el teatro, sus clases primero en una academia y después en el internado del instituto obrero. Sin embargo, su causa cayó del lado de los vencidos y acabó siendo esposa y madre, nunca ejerció de maestra”, cuenta Tània Balló, escritora, directora y productora de cine, que ve en esta historia recién desenterrada del pasado “un peliculón”. “Es un material óptimo para llevar al cine porque la muchacha que lo escribía era una apasionada del cine, hasta 150 películas menciona en el libro y eso confiere a su relato, finalmente, una enorme capacidad visual, describe los acontecimientos con una gran fuerza visual”.

A través de sus notas el lector puede asomarse a las azoteas de Barcelona mientras silbaban las balas de unas ventanas a otra, temblar con las siluetas negras de los aviones y sentir la histeria colectiva de las mujeres que se amontonaban ante el mercado con sus cartillas de racionamiento para que les dieran una botella de lejía, naranjas, harina, con fortuna un poco de pan. La joven Pilar se levantaba a las cinco de la mañana —después de una madrugada en vela corriendo de la casa al refugio cuando sonaban las sirenas— para guardar la cola del abastecimiento doméstico. Pasar frío durante tres horas no garantizaba el producto que se había ido a buscar. “Cada día hay más escasez de carne y demás y hoy contó [mi madre] que en el mercado mataron a tres mujeres. Ya hace día que mueren muchas mujeres por la aglomeración de gente”, escribió el 16 de octubre de 1936.

Sobre estas fotografías descarnadas de lo ya conocido, Berger destaca algunas otras que sirven para romper mitos, como el empleo de las armas por parte de los religiosos: “...Resulta que vivimos al lado de los frailes, de la iglesia y de su imprenta. Los curas con ametralladoras, escopetas y revólveres hacían fuego contra el cuartel que está al lado...”, escribía el 19 de julio de 1936. O el uso del catalán. “Pilar estuvo carteándose con su marido en catalán después de la guerra”. Con él se casó y tuvo dos hijos, los mismos que descubrieron a la muerte de la madre que en la casa se guardaban 10 diarios escritos con una mirada adolescente que llamaba revolución a la guerra que asoló España.

LA HISTORIA DE UN HALLAZGO

¿Cuántas milicianas hubo en la Guerra Civil? No se sabe, pero Tània Balló y Gonzalo Berger tienen en marcha una investigación para censarlas a todas. No es un trabajo fácil, pero es apasionante, porque la miliciana era una figura femenina que la dictadura desterró con esmero. “Representaban lo contrario exactamente de los ideales femeninos franquistas: una mujer que cogía las armas, libremente, para defender una causa política y porque, además ya sabían que lo que se jugaba en aquella contienda iba a influir de forma determinante sobre la igualdad y la libertad que ya muchas ejercían”, explica con pasión Balló.

A la búsqueda de esas milicianas, Tània y Gonzalo encontraron el nombre de Teresa Duaygües y llamaron a los familiares. Respondieron unos sobrinos. En efecto, dijeron, la tía Teresa fue miliciana y luego se exilió. Otra de sus tías, enfermera en el frente y otra, periodista. ¿Y la pequeña? “Mi madre escribió unos diarios”, respondieron. Y los mostraron por primera vez.

https://elpais.com/cultura/2017/10/14/actualidad/1507986210_052822.html

martes, 6 de junio de 2017

Entrevista a la economista Elena Idoate, miembro del Seminari d'Economia Crítica Taifa “El sistema te hace responsable de tus éxitos y tus fracasos... Y esto es devastador”.

Rebelión

El Informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo” de la OIT señala que 3,4 millones de personas en todo el planeta podrían entrar en situación de desempleo en 2017, con lo que la cifra global de parados superaría los 200 millones. En 2016 casi la mitad de los trabajadores de Asia Meridional y dos tercios de los del África Subsahariana viven en situaciones de pobreza extrema o moderada. Además, según el documento de la OIT, está previsto que las formas “vulnerables” de trabajo se sitúen en torno al 42% (1.400 millones de personas) del empleo global en 2017. La realidad laboral en el mundo de hoy ha centrado la intervención de la economista Elena Idoate, miembro del Seminari d'Economia Crítica Taifa, en la sesión formativa organizada el 20 de mayo en la Librería La Repartidora de Valencia. Sobre las transformaciones en el mercado laboral y las nuevas tendencias, considera que la fuerza de trabajo cada vez asume más riesgos, se convierte en su propia “marca” y reviste la condición de “emprendedor”, en una situación de competencia total frente a otros trabajadores. Asimismo, “se te transfiere la responsabilidad de todos tus éxitos y fracasos”, señala la economista.

-Como coautora del libro colectivo “Sobiranies. Una proposta contra el capitalisme” (Espai Fàbrica, 2017). ¿Por qué son importantes las “soberanías”?
Es la cuestión esencial. Creemos que es un concepto muy potente, sobre el que se puede articular una propuesta contra el capitalismo; que tenga como punto de partida experiencias concretas actuales y pueda ir desplegándose poco a poco. Entendemos por “soberanías” que los ámbitos esenciales de la reproducción de la vida han de estar en manos del control popular. Es decir, tiene que darse una soberanía de la gente sobre los elementos más básicos. En la alimentación, en la cultura y en todo lo demás...

-¿Qué supone la ciudad de Barcelona para una activista y economista de la periferia, del municipio de El Prat de Llobregat, de 63.000 habitantes?
Creo que Barcelona tiene una gran centralidad en los movimientos sociales; la ciudad y sus problemas, que son muy importantes, cobran un gran protagonismo e invisibilizan otras muchas cosas. Así, vamos siempre un poco a remolque. Y Barcelona no es el centro del mundo.

-Desde hace más de una década la capital catalana reúne en el Mobile World Congress a las principales empresas y profesionales de las telecomunicaciones móviles; la 080 Fashion Barcelona ha celebrado en el Teatre Nacional de Catalunya su 19 edición, con 33 desfiles; el Zurich Marató de Barcelona cumplió 39 ediciones el pasado mes de marzo...

Barcelona es un ejemplo de ciudad colonizada por el capital, una ciudad abierta y extravertida, pero hacia intereses ajenos a su población. La capital se ha apropiado de la ciudad y ha dejado de ser de la gente. Por eso las personas hemos de reivindicar el derecho a la ciudad.

-En tu intervención en la Librería La Repartidora has mencionado al economista liberal y profesor en la Universidad de Columbia Xavier Sala i Martín.
Creo que su función es legitimar, con un discurso amable, el poder atroz que actualmente posee el capital y las nefastas consecuencias que ello tiene. El papel del Seminari Taifa y la gente que se dedica a la economía crítica es desenmascarar a estas personas (en la página Web del economista pueden leerse reflexiones como la siguiente: “Lo que el Gobierno debe hacer es garantizar la competencia y regresar a su casa, permitiendo que las empresas más eficientes sobrevivan, sin preocuparse lo más mínimo de si son grandes o pequeñas”. Nota del entrevistador).

-La crisis de los años 70 implicó el paso del fordismo a la llamada “nueva economía” o “economía del conocimiento”. ¿Cómo la caracterizarías?
Estas nuevas formas se basan en la producción flexible y descentralizada, a menudo de bienes intangibles (por ejemplo el software o la información convertida en mercancía). Además la fragmentación de los procesos productivos coexiste con la centralización y concentración del poder de decisión en pocas manos. Tenemos ciudades industriales que han dejado de serlo y en vez de producir mercancías, las movilizan. Amazon es una de las empresas que se dedica a este negocio, sin producir nada. Controla a los suministradores, los estrangula, les obliga a una condiciones que son muy beneficiosas para la gran empresa, pero en detrimento de los intereses de los productores.

-¿Qué opinas de la fragmentación?
Creo que el sistema productivo es todo el proceso, desde que existe una necesidad de inversión hasta que la mercancía llega a la persona que ha pagado por ella. Empresas como la mencionada son sólo una parte de la cadena de producción, pero que controla al máximo la explotación y la apropiación de la plusvalía y la riqueza. Otras como Nike tampoco producen nada. Disponen de suministradores alrededor del mundo. Se descentraliza en este caso la producción de mercancías pero no la propiedad del capital.

-¿Qué efectos tienen estos procesos para la clase trabajadora?
El ciclo de producción ha de ser lo más rápido posible, sin tiempos muertos. La participación de la fuerza laboral está milimetrada. Además el trabajo es flexible y precario, y sólo producimos en la medida que puedan generarse plusvalías muy grandes. Si no es así, prescinden de la fuerza de trabajo y nos envían a casa, bien porque nos despiden, porque se acaba el contrato o porque nos han cambiado la jornada laboral y el salario. Esta producción flexible implica la precarización de las relaciones laborales. Por otro lado, el capital muestra una tendencia a la simplificación de las tareas productivas. Así, el trabajador es un elemento muy simple, una mera extensión de la tecnología y las herramientas productivas para la producción del capital.

-El sociólogo Jorge Moruno ha escrito sobre el “perfil” del empleado que buscan muchas empresas: “Especializados pero que al mismo tiempo estén disponibles para hacer cualquier cosa; que sean flexibles, polivalentes, que cuenten con habilidades sociales, sean entusiastas, motivados y libres de toxicidad (cultura de la protesta)”. ¿Qué opinas?
El capital necesita controlar a su gusto y según sus necesidades cómo es la fuerza de trabajo y en qué condiciones entra en el mercado. Uno de los ejemplos más evidentes es el concepto de “emprendeduría”. En este caso, es la propia fuerza laboral la que asume los riesgos, la que pone a disposición del capital su creatividad y su proactividad. La fuerza de trabajo como “marca”, el llamado “branding”. Por tanto, la mano de obra ha de ser disciplinada, al gusto del capital, para asegurarse que con ese empleado tendrá el máximo de productividad. Y el trabajador tiene que preocuparse por ser “empleable”. Nos obligan a ello, y en una situación de total competencia entre nosotros.

-En no pocas empresas se ha recomendado a los trabajadores la lectura del libro “¿Quién se ha llevado mi queso? Cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio”, de Spencer Johnson. En el otro lado de la trinchera, se sitúan libros como el de Barbara Ehrenreich, “Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo”...
Sí, igual que te responsabilizas de tu éxito, también lo haces de tu fracaso. Eso es devastador. Se trata de personas que pierden su puesto de trabajo y sufren por las consecuencias de un sistema injusto, que sólo piensa en los intereses del capital. La gente se siente frustrada por cosas que no se hallan bajo su control. No tenemos capacidad de decisión, son otros los que deciden.

-En un informe de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (junio de 2015) señalaba que en el viejo continente la explotación laboral delictiva y/o criminal es “amplia” en sectores como la agricultura, hostelería, restauración, el trabajo doméstico y la industria manufacturera. ¿Son realidades invisibilizadas?
Y además, existen diferentes variables en la sociedad capitalista, como el sexo, la raza y el género. Todas ellas se suman e incrementan la explotación laboral, que es una de las máximas del capitalismo. Creo que no puede producirse un aumento de la explotación laboral sin discriminación racista, patriarcal y sin un odio a los pobres. Y tampoco sin introducir toda esta competencia en la fuerza de trabajo. Son operaciones que confluyen, y el capital se aprovecha de todas ellas.

-Otro factor relevante es la tecnología. ¿Consideras que es neutral?
El sistema capitalista genera un tipo de tecnología que le resulta conveniente para apropiarse de la riqueza colectiva; y también de los beneficios de la productividad. El objetivo es que la fuerza de trabajo tenga cada vez menos poder y se halle más alienada. Por ejemplo, la robótica y la informática permiten simplificar muchísimo las operaciones, de manera que la fuerza de trabajo ya no desempeña tareas según profesiones, sino de acuerdo con sus habilidades. Esto tiene un reflejo en las categorías laborales y los contratos. Además, todo ello es muy útil para el sistema, porque cualquier persona puede ser sustituida por otra. Y las habilidades de un trabajador también pueden ir cambiando. El capitalismo lo ha hecho siempre... Así, la fuerza de trabajo pierde el control sobre aquello que produce.

-¿Podría construirse una sociedad de tipo socialista o comunista a partir de las tecnologías actuales?
Ahora tendríamos que hacerlo así, no podemos construir una sociedad “alternativa” sobre la nada. Porque rechazar la tecnología y el sistema de producción actual, volver a un cierto primitivismo, ¿es planteable y realizable? Sin embargo hemos de reconsiderar la cuestión tecnológica, porque hay quien las puede considerar “liberadoras”, pero no están orientando la producción hacia las verdaderas necesidades sociales.

-Por último, ¿se transforma la sociedad en el día a día o esto es insuficiente si no se producen cambios estructurales?
Se trata de actuar en los dos frentes, de manera conjunta. Superar el capitalismo constituye una tarea cotidiana, que hemos de empezar a llevar a la práctica ya. Esta socialización, “cooperativización” o control obrero de la economía que se da en muchos ámbitos, hay que extenderla y llegar a un nivel estructural. Se trata de dar un “salto”. Evidentemente, esto no ocurrirá en las condiciones actuales con todo en contra. ¿Espacios puros de contaminación capitalista? Claro que habrá elementos capitalistas dentro de nuestros proyectos, y también en el mercado que está compitiendo con nosotros... Pero todo el ámbito de la economía social y cooperativa es cada vez más amplio. Y con todas las limitaciones y contradicciones, pero también con muchos éxitos, se intentan llevar a término las iniciativas. Hay numerosas experiencias interesantes y válidas.

viernes, 4 de noviembre de 2016

El festival de la disrupción. La economía colaborativa reclama su derecho a reinventar la sociedad

El salmón contracorriente

OuiShare Fest Barcelona 2016 cierra sus puertas tras dos días de intenso debate sobre el presente y el futuro de un fenómeno con potencial y potencia para cambiar el sistema económico y social.

Decía Einstein que no podemos usar un mapa viejo para explorar un nuevo mundo. Quizás por eso -nos fiamos del genio- la economía colaborativa puede tomarse la licencia de ser optimista. Viajar sin un guion rígido, aunque con una brújula para recordar dónde está el norte, no le está yendo tan mal después de todo. Y, para prueba, lo que ha ocurrido en Barcelona en los últimos días.

Por segundo año consecutivo, OuiShare Fest ha conseguido reunir en nuestro país a más de 700 personas de todo el mundo para dialogar y definir el papel del fenómeno colaborativo en un futuro que ya es presente. Un rol que, por cierto, se confirma mucho más ambicioso de lo que muchos creían cuando empezó a hablarse de intercambiar ideas, servicios y bienes entre pares a través de la tecnología. “Podemos comenzar a competir contra el sistema dentro del sistema, tanto a nivel económico como social”, aseguraba David de Ugarte, socio fundador del Grupo Cooperativo Las Indias, durante la inauguración.

En este sentido, si algo puede extraerse de esta segunda edición de OuiShare Fest Barcelona, es que la economía colaborativa continúa madurando y, en ese proceso evolutivo, comienza a definir aún más sus principales cualidades. Por un lado, su amplitud y la diversidad de prácticas que engloba; por otro, su carácter abierto e inclusivo, sus ganas de dialogar (con los agentes sociales, con las otras economías); y, finalmente, su capacidad para proponer soluciones reales a los problemas más acuciantes que la “economía del sálvese quien pueda, la Mad Max Economy”, en palabras de Manuel Escudero, Socio de NEARCO Estrategia de Posicionamiento y Crisis, ha provocado.

El paradigma de la colaboración en su estado más esencial y puro se convierte así en una de las salidas a la desigualdad creciente, la fragmentación social, la obsesión enfermiza por el crecimiento y el cambio climático. “Realmente, estáis construyendo una sociedad diferente. Si esto cristaliza, podemos llegar a una sociedad postcapitalista donde el acceso a los bienes básicos sea libre o muy barato, donde trabajemos solo 3 o 4 horas al día, y el resto del tiempo no tenga una utilidad mercantil sino social”, insistía Escudero.

Entre las herramientas de cambio, se ha vuelto a hablar de la tecnología y de lo digital, de conocimiento y datos abiertos. Pero, sobre todo, se ha insistido en la figura del ciudadano que, empoderado, tiene la capacidad y las ganas de intervenir de manera más activa en la gestión de servicios como la salud y la educación, el diseño de las ciudades, la producción y el trabajo, e incluso la democracia. Esta forma de entender la economía colaborativa en positivo, por lo que tiene que aportar, ha permitido analizar el fenómeno en toda su complejidad y tender puentes, como nunca antes, con otros movimientos como el procomún, la economía social, la cooperativa y el decrecimiento.

Como decía Joan Subirats, profesor de Ciencias Políticas en el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas, en la clausura de OuiShare Fest Barcelona, “no estamos en un marco de crisis, sino en un cambio de época”. Y la economía colaborativa se ha propuesto estar muy presente, si no liderando, esa transformación social.

Isabel Benítez, periodista y bloguera.


lunes, 13 de julio de 2015

10 pistas a la última en Barcelona. Nuevas propuestas en diseño, moda y gastronomía que insuflan aire fresco a la capital catalana.

01 Art Deal Project
Galería Art Deal Project, en Barcelona. / ARTDEALPROJECT.COM

Isabel Lázaro gestiona desde hace poco más de un año este espacio dedicado al arte contemporáneo. Con una atención especial hacia la fotografía, las artes visuales y los fotolibros, la renovación de exposiciones y actos culturales en Art Deal Project (Llibertat 44; +34 93 269 63 22) son frecuentes, hasta el punto de haberse convertido en una de las salas más dinámicas y divertidas del barrio de Gràcia. Un valor en alza.

02 El Nacional
El Nacional, en Barcelona. Este restaurante múltiple es una de las más recientes incorporaciones a la oferta culinaria de la ciudad. Con una decoración fastuosa y un tamaño descomunal con respecto a la media barcelonesa, El Nacional (Paseo de Gràcia 24; +34 93 518 50 53) funciona como un parque temático culinario. Hay diferentes espacios que incluyen, entre otras propuestas, una brasería, una lonja de pescado y una tapería, todo con el fin de satisfacer a la gran diversidad de comensales que pasean por el aledaño Paseo de Gràcia. Es el lugar perfecto para impresionar a la familia o los amigos que están de visita en la metrópoli.

03 La Coquetería
La Coquetería, en Barcelona. El escaparate vintage de esta boutique funciona como preludio de su interior: moda femenina y complementos de marcas españolas y francesas, con un diseño decididamente romántico e inspirado en las glamurosas décadas de los años 20 y 30. Además, la portuguesa Ana Martins, propietaria de La Coquetería (Calle Girona, 60; +34 93 245 49

01) diseña en su taller vestidos de boda y de fiesta de ensueño. Lina Lamont y Kathy Selden, protagonistas femeninas de Cantando bajo la lluvia, la tendrían entre sus lugares predilectos.

04 La Nobi
 Zapatillas y djs en La Nobi, en Barcelona. Pocas cosas enganchan más que los zapatos y las zapatillas, aunque a veces las tiendas saturan la capacidad receptora del cliente con tantos modelos y colores. En La Nobi (Joaquín Costa 9; +34 93 443 61 85), con su aspecto de taller-almacén, la calidad prima sobre la cantidad y la selección de zapatos y calzado deportivo es tan original (y tan hipster) que lo más complicado es tener que elegir.

05 L’Hivernacle
 L’Hivernacle, un pequeño oasis en Sants, en Barcelona. Instalado en una antigua fábrica, L’Hivernacle (Melcior de Palau 32-36; +34 93 491 21 78), centro de jardinería que lleva funcionando desde hace casi dos décadas, es un oasis en el barrio de Sants, un pequeño jardín botánico a la venta. La restauración del local dejó a la vista las estructuras de ladrillo, piedra y madera, cuyo contraste con el verdor vegetal circundante resulta impresionante. Los amantes de las plantas querrán llevarse el local entero.

06 Martínez
Martínez, en Barcelona. A modo de balcón sobre el mar Mediterráneo, junto a los jardines de Miramar y en plena montaña de Montjuïc, el emplazamiento y la estética del restaurante Martínez (Carretera de Miramar 38; +34 93 106 60 52) ya merecen por sí mismos una visita. Una vez dentro, hay que dejarse tentar por sus propuestas culinarias, como el vermut casero acompañado de ostras o el menú fórmula Martínez, que incluye aperitivo, entrantes, plato principal, vino y postre.

07 Mary’s market
 Mary's Market, tienda 'gourmet' en Barcelona. Ahora que la comida sana y las delicatessen son tema de conversación intergeneracional, qué mejor que visitar en familia esta tienda gourmet. Además de estar en pleno centro y tener un aspecto muy neoyorquino, Mary’s Market (Valencia 266 ; +34 93 487 57 86) deslumbra por su bodega internacional, su sección de charcutería, sus productos frescos ecológicos y por una lista interminable de curiosidades deliciosas. También tiene una cafetería estupenda donde sirven almuerzos ligeros.

08 Salon 223
Corte vanguardista y exposiciones de arte en el Salón 223, en Barcelonla. Alex y Andrés regentan esta joven peluquería del Eixample donde el buen trabajo y una atención tan exquisita como informal son la regla. Desde el masaje capilar hasta café con leche, pasando por la comodidad del espacio o las charlas sorprendentes, todo son puntos a favor. El corte es atrevido y vanguardista, el precio muy razonable y, además, Salon 233 (Consell de Cent 223; +34 93 129 04 58) acoge exposiciones de arte, ropa de diseñadores locales y promociones periódicas para sus clientes. 

09 Tandoor
Restaurante indio Tandoor, en Barcelona. Los restaurantes hindús no suelen caracterizarse por decoraciones vanguardistas ni emplatados audaces. Por eso, Tandoor (Aragó 8; +34 93 425 32 06) rompe moldes con un ambiente colorista y un servicio de primera. Su joven chef, Iván Surinder, propone versiones actuales de clásicos de la gastronomía india, como los currys, el sheek kebab o el keema mutter.

10 The Outpost
The Outpost, 'boutique' de moda masculina en Barcelona. Pocos locales de moda masculina en Barcelona concentran, en tan poco espacio, tanta calidad y buen gusto. A caballo entre el clasicismo y la modernidad, The Outpost (Rosselló 281 bis; +34 93 457 71 37) se centra en zapatos y complementos. Diseños de Issey Miyake, Maison Kitsune o Raf Simons y escaparates iconoclastas que conforman casi efímeras piezas de museo. Más recorridos chulos en

Barcelona pinchando aquí
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2015/07/10/actualidad/1436519966_727687.html

domingo, 7 de diciembre de 2014

Renacer del movimiento cooperativo en Barcelona

Nosotros, http://www.laborda.coop/

Según la Alianza Cooperativa Internacional , "una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común, mediante una empresa de propiedad conjunta y gestión democrática".

Nosotros, el grupo impulsor de la primera promoción cooperativa de viviendas en cesión de uso La Borda, queremos armonizar la necesidad para acceder a una vivienda de carácter social, económico y ambientalmente sostenibles, al tiempo promover el acceso a las habitaciones sin pasar por circuitos convencionales del mercado inmobiliario.

Pensamos que es imprescindible generar formas de titularidad colectiva que pongan el foco en el uso efectivo de la vivienda, y no en su valor de cambio en el mercado capitalista. Al mismo tiempo, queremos fomentar formas de convivencia más comunitarias que faciliten la interrelación entre vecinos y vecinas, y favorezcan el reparto del trabajo doméstico y de cuidados a través de espacios comunes.

«Hablaremos del derecho a la vivienda como forma de acceso a unos recursos cruciales para garantizar nuestra independencia socioeconómica y, con ella, un conjunto relevante de" certezas "que nos permitan construir trayectorias vitales realmente propias. Hablaremos del derecho a la vivienda, por lo tanto, como reapropiación de una parte determinante del espacio público, un espacio público de lo que, precisamente, estamos privados»

David Casassas en "El capitalismo se impone a la democracia: reapropiarnos de nuestras vidas" Fuente: http://sants.coop/

viernes, 15 de marzo de 2013

90 aniversario de la visita de Einstein a los locales de la CNT en Barcelona

Ferran Aisa fal.cnt.es
Fragmento del libro CNT. La Fuerza obrera de Cataluña, de Ferran Aisa, Editorial Base, Barcelona, ​​2013. 

En Cataluña las iniciativas culturales estaban a la orden del día, se fundaban nuevos ateneos como el Polytechnicum en la calle Sant Pere Més Alt y dentro de esta entidad Pau Casals constituía la Asociación Obrera de Conciertos.

La Comisión de Cultura y el Patronato Escolar del Ayuntamiento de Barcelona se habían impuesto el deber de crear nuevas escuelas. La Mancomunidad y el Instituto de Estudios Catalanes dirigían la cultura con mayúsculas y la acercaban al pueblo.
En esta sintonía cultural, el científico y matemático Albert Einstein, visitó Barcelona el 24 febrero de 1923.

Einstein venía invitado por la Mancomunidad de Cataluña, a través de los Cursos Monográficos de Altos Estudios de Intercambio, para exponer su teoría de la relatividad. El científico llegaba a Barcelona convertido en una celebridad mundial, la prensa le calificó como el Newton del siglo XX y le comparaban con los grandes genios universales Galileo y Copérnico.

La Vanguardia (25-2-1923), decía: “Precedido de fama mundial ha venido a Barcelona el doctor Einstein, para explicar en un cursillo de conferencias su famosa teoría de la relatividad. En los Estados Unidos, en Londres y recientemente en París, alcanzó el sabio alemán ruidosos triunfos con sus conferencias dadas en las más importantes corporaciones y sociedades científicas.”

El científico alemán dio la conferencia inaugural en el salón de sesiones del Palacio de la Diputación Provincial, figurando en la presidencia el presidente de la Mancomunidad y de la Diputación Josep Puig i Cadafalch, el presidente de la Comisión Municipal de Cultura Sr. Viza, el diputado a Cortes Pere Coromines y el cónsul alemán. En la sala había representantes de las entidades e instituciones culturales barcelonesas.

Al día siguiente, la conferencia fue en la Escuela del Trabajo, acto que fue presidido por Josep Puig i Cadafalch, Esteve Terrades y Rafael Campalans. El cronista recogía la impresión de la conferencia y manifestaba que el conferenciante, más que un sabio, parecía un profesor que se dirigía sencillamente a sus alumnos. Terminado el acto, la comitiva que hacía de cicerone de Einstein le paseó por algunos rincones de la ciudad y acudieron al Instituto de Estudios Catalanes y el Ayuntamiento de Barcelona.

El científico no quiso abandonar Barcelona sin visitar la sede de la CNT, así, el 27 de febrero, se presentó en uno de los locales del Sindicato Único, en la calle Sant Pere Més Baix.

La sala estaba llena de obreros que ya habían oído hablar del compromiso social del científico. Los viejos y jóvenes anarcosindicalistas puestos en pie rendían un cálido homenaje emocionante al sabio alemán.

Albert Einstein y Ángel Pestaña conversaron en francés, y el científico hizo un elogio de los obreros catalanes: “Vosotros -dijo- sois revolucionarios de calle y yo soy de la ciencia”. 

Solidaridad Obrera (11-3-1923), que se hacía eco de la visita de Einstein a la ciudad, afirmaba que el científico había aceptado presidir el III Congreso de la Asociación Mundial Internacionalista de Esperanto y recordaba su paso por el sindicato : “Como recordaréis, camaradas, cuando Einstein estuvo en Barcelona fue a visitar a la representación obrera en el local de la Distribución, donde pronunció un elevado discurso, contestándole Pestaña en nombre de la Confederación Nacional del Trabajo.”

La CNT, a pocos meses de su regreso a la legalidad, había demostrado ser una organización fuerte y con las ideas claras. Una organización obrera que volvía a tener en sus filas miles de afiliados. Una organización con muchos militantes curtidos en las luchas clandestinas.

Entre sus principales líderes, por encima de todos, destacaba la figura de Salvador Seguí "el Noi del Sucre", el cual en la conferencia que había pronunciado en el teatro Trianón habló de los valores de la civilización naciente: ¿Cuándo será resuelto el problema social? Cuando todos los hombres se formen en el espíritu de justicia [...] Que responda siempre por nosotros la justicia y la libertad que hayamos sido capaces de forjar, que son, sin lugar a dudas, los valores que deben poner el hombre en condiciones de liberarse moralmente, físicamente y económicamente. Esta será nuestra obra, esta es nuestra obra.



Fuente: http://fal.cnt.es/?q=node%2F35213